PLENA INCLUSIÓN (Intervención)
PLENA INCLUSIÓN (Intervención)
PLENA INCLUSIÓN (Intervención)
- Instrucción
El segundo componente a incluir en el plan de apoyo centrado en la
persona debería ser la instrucción sistemática, esto es, la programa-
ción positiva. Hay cuatro categorías de habilidades críticas que las per-
sonas tienen necesidad de aprender. Éstas incluyen:
Habilidades generales - Funcionales, apropiadas a la edad en los
dominios del hogar, comunitario, recreativo y laboral. Estas debe-
rían incluir habilidades útiles tales como bañarse o cruzar la calle
con seguridad. Pensamos que la instrucción en este área debería
enfatizar habilidades que deberían cumplir coi1 el propósito prin-
cipal de ser divertidas para la persona, tal como el aprender a coci-
nar una comida favorita, o aprender a utilizar un CD en un juego
favorito, sin la presencia o participación del personal. Por lo tanto,
recomendamos que sea funcional.
- Apoyo Protésico
Puede que tardemos tiempo en dar a las personas una mejor calidad de
vida, si tenemos en cuenta los posibles retrasos y limitaciones que poda-
mos tener. También puede llevar tiempo enseñarle algunas de las cosas
que precisen conocer para tener éxito y ser efectivas al enfrentarse al
mundo real. Por esta razón, también incluimos otras estrategias en nues-
tros planes de apoyo multielemento para el exiguo, pero importante rol,
de dar a la persona un rápido control sobre la conducta problemática que
le pone a él o a otros en riesgo. Llamamos a este apoyo: protésico, pues-
to que sólo puede necesitarse hasta que la calidad de vida de la persona
ha mejorado y hasta que ciertas habilidades críticas han sido aprendidas.
Los principios del análisis conductual aplicado y la investigación en
el campo han revelado dos estrategias no aversivas las cuales, por natu-
raleza, son potencialmente superiores al castigo en la producción de
efectos rápidos. Una es el control de antecedentes. Si puedes identi-
ficar aquellos antecedentes asociados con una conducta problema y los
evitas, podrías eliminar el problema desde su ocurrencia.
Decimos que el control de antecedentes es potencialmente superior
al castigo en la producción de rápidos efectos, puesto que el castigo es
un procedimiento "después del hecho", mientras que el control de ante-
cedentes puede eliminar la ocurrencia de la conducta problemática.
Por ejemplo, si estás trabajando con un alumno que "no quiere
hacer" cada vez que se le pide que haga matemáticas, un modo de evi-
tar este problema en la clase podría ser el no pedirle que haga mate-
máticas. El control de antecedentes puede proporcionar una rápida
reducción protésica de la conducta problemática, clarificando la mane-
ra en cómo vamos a enseñar al alumno estrategias de hacer frente a, e
implicarle gradualmente en nuestro curriculum de matemáticas.
Nuestra responsabilidad es que para cuando el alumno deje la escuela,
debería saber sumar, restar, multiplicar o cualquier otra cosa que
requiera el curriculum. Algunas veces una retirada durante un período
de tiempo corto nos da una estrategia muy ventajosa para conseguir los
resultados finales que intentamos producir.
Una segunda técnica conductual que puede producir efectos rápi-
dos, eliminando la ocurrencia de la conducta problema, es la denomi-
nada saciación de estímulos. Ésta implica la disponibilidad no contin-
gente del reforzador que está manteniendo la conducta problema. La
idea es que si la persona tiene libre acceso al reforzador, si el acceso al
reforzador lo hacemos mayor de lo deseado, entonces no hay razón
para que se dé la conducta problema.
Por ejemplo, si la conducta desafiante de una persona es reforzada por
la atención que recibe del personal, puede establecerse un control inme-
diato asignando un soporte de personal de uno a uno. Luego, para evitar
la dependencia indefinida, podemos usar programación positiva, por
ejemplo, las estrategias instructivas, que consisten en enseñar a la perso-
na cómo tolerar y tratar con modelos de interacción más normalizados.
También pueden utilizarse otras técnicas conductuales no aversivas
para producir rápidos efectos protésicos. Éstas incluyen los programas
de reforzamiento tales como: Refuerzo Diferencial de Otras
Conductas (RDO), el Reforzamiento de Bajas Tasas de Respuesta
(RBD), o el Refuerzo Diferencial de Conductas Alternativas. Tales
estrategias, orientadas al apoyo, puede que no sean necesarias si con
simples cambios ecológicos, por sí mismos, producen cambios rápidos.
Éstas pueden ser necesarias, sin embargo, si los cambios ecológicos
son difíciles de encontrar, o si las habilidades críticas, por ejemplo, el
afrontar a y la tolerancia, todavía no se han dominado.
- Estrategias Reactivas
Al no incluir el castigo en nuestros planes de soporte se crea una
situación interesante. Si no incluimos el castigo, creamos un vacío y la
necesidad de un componente más en nuestros planes multielemento. La
mejora de la calidad de vida de la persona, la instrucción, y el soporte
protésico son estrategias proactivas y están incluidas para producir un
efecto futuro. Pero, ¿qué hacemos cuando ocurre un problema de con-
ducta? ¿Qué deberíamos hacer aquí y ahora para el manejo situacional?
Este es el rol que reservamos a nuestras estrategias reactivas.
Dentro de nuestro modelo multielemento, una estrategia reactiva se
define como un procedimiento que se emplea para establecer un con-
trol rápido y seguro de un episodio en el que la conducta de una per-
sona está poniendo a alguien en riesgo, o por otras razones, que requie-
re una resolución rápida.
Lo que estamos intentando cumplir con las estrategias reactivas es
controlar, tan rápidamente como sea posible, situaciones peligrosas e
intensificadas y, posiblemente, situaciones demasiado disruptivas.
Estas estrategias reactivas no son el mejor modo por el cual intentamos
enseñar a la persona a responder mejor. Esto se da con la utilización,
en primer lugar, de las estrategias proactivas, entre ellas la programa-
ción positiva. Las estrategias reactivas tienen un rol muy limitado. En
nuestro enfoque multielemento, están liberadas de la responsabilidad
de producir un efecto futuro.
Todos demandamos de una estrategia reactiva que sea rápida y
segura para controlar la situación. En cambio, las estrategias proactivas
se dirigen al futuro.
Pensamos que este tipo de enfoques nos da u11 modo de apoyar a las
personas que les ayude a conseguir la clase de resultados valorados de
los que hemos hablado anteriormente.
En este capítulo discutimos la dificultad de establecer una validez social
de las diferentes estrategias dentro de una estructura no aversiva y la impor-
tancia de dirigir las necesidades emocionales del personal y de los padres.
Vamos a entrar ahora a explicitar, de forma más exhaustiva, cada
una de estas estrategias.
Factores Interpersonales
Pueden ser tanto o más importantes que el ambiente físico.
Muchos de nosotros habremos observado cómo algunas de las per-
sonas a las que educamos o atendemos o damos soporte, cuando se
encuentran con personal que les trata de forma infantil, o poco respe-
tuosa, presentan conductas problemáticas y, sin embargo, cuando se
encuentran con personal que les trata con dignidad y respeto, y de
forma adecuada a su edad, no presentan estas conductas problemáticas.
Cuando elaboramos un plan de apoyo o intervención, y según los datos
recogidos en la evaluación, muchas veces tenemos la responsabilidad de
recomendar una serie de cambios en el sentido que hemos señalado ante-
riormente, o bien un cambio físico y una mayor formación del personal.
Un caso que ilustra lo importante que pueden llegar a ser las rela-
ciones interpersonales y el eiitoriio es el siguiente:
Un joven de 18 años etiquetado de autista con retraso mental y sor-
dera. Tenía adquiridos cuatro signos n7alz~calespara expresarse.
PreL,entaba conducta,s de autoagresión con una frecuelzcia de 50
veces a la hora. El plan de apoyo que se elaboro', que contenía dzfe-
rentes estrategias proactivas y reactivas, consideraba que una de
las recomendaciones ecológicas nzás importantes e m que el joven
fueru u vivir n una casa con otros cuatro cornpcrñeros que dornina-
ran el sistema de signos para comunicarse y con miembros del per-
sonal, también preparados en el lenguaje de signos.
Factores Programáticos
Cuando hablamos de factores programáticos nos referimos a aspec-
tos tales como: la elección, predictibilidad y control; los sistemas de
motivación, el curriculum, o las dificultades en la tarea, entre otros.
Posibilitar la elección de una persona, por ejemplo: junto con quién
quiere trabajar, o qué tipo de tarea realizar, o la oportunidad de decidir
tipos de cosas semejantes, pueden cambiar dramáticamente el compor-
tamiento de una persona. Muchas veces surgen comportamientos muy
negativos porque las personas se sienten muy controladas por el entor-
no. En estos casos, simplemente el hecho de permitir la elección en
este tipo de temas la persona puede tener una cambio de comporta-
miento muy importante.
Asimismo, el nivel de predictibilidad va a afectar positivamente al
con~portamientode las personas.
Algunos autores, entre ellos Tamarit, indican que en algunas per-
sonas con retraso mental, así como en las que presentan autismo, exis-
te un déficit en las f~~nciones ejecutivas. "Una de estas funciones es la
que permite la planificación de la acción para obtener un resultado
específico. Si esto es así, podemos suponer que una buena medida edu-
cativa será dotar a las personas con retraso mental o autismo de ayu-
das, de claves, para que puedan planificar sus acciones de manera más
efectiva, y para que puedan predecir eficazmente aquello que va a ocu-
rrir a su alrededor y que les incumbe.
Observemos lo que ocurre en la vida diaria. Cualquiera de nosotros
puede planificar sus acciones en tanto que conoce y predice con cierto
nivel de certeza las de los demás. Por ejemplo, pensemos en el acto de
conducir un coche: el hecho que el coche que va delante ponga el inter-
mitente a la derecha nos permite predecir su maniobra y, por tanto,
ajustar nuestra propia maniobra, planificar nuestra acción, para conti-
nuar nuestro camino. La vida diaria está repleta de permanentes ajus-
tes físicos, sociales y mentales que modifican nuestras acciones pre-
viamente planificadas y que son esenciales para la planificación de
acciones nuevas. Nuestra vida transcurre entre un tejido compacto de
informaciones, ofertadas por el medio, que regulan nuestra acción.
Estas inforn~acionesson de dos tipos:
1) Información hacia atrás (feedback): información sobre el resulta-
do logrado con las acciones realizadas (por ejemplo, doy a la
palanca del intermitente y se enciende una luz intermitente en el
salpicadero), e
2) Información por adelantado (feedforward), como pueden ser los
siguientes casos: la información en la prensa sobre los programas
de televisión de ese día, la información que nos ofrece un semá-
foro en ámbar sobre el hecho de que a continuación se va a poner
en rojo, o la información que ofrece a un niño el hecho de salir
de casa un día determinado de la semana, y sólo ese día, con una
mochila en la que lleva el bañador y la toalla para la piscina.
- Discriminación
El entrenamiento de la discriminación podría utilizarse en el caso
del ejemplo anterior; es decir, enseñarle a discriminar los alimentos
comestibles de los no comestibles. Para ello se deberían emparejar
cosas comestibles con cosas no comestibles, y cada vez que se presen-
tara una pareja, el niño debería escoger una cosa; si cogía la comesti-
ble podría comérsela, y si cogía la no comestible se interrumpía la
prueba y no comía nada.
- Elección
Con frecuencia, ya sea accidental o premeditadamente, los entornos
que se crean para las personas con discapacidad están totalmente con-
trolados por el personal, los maestros o los padres; ellos deciden quién
hace qué, dónde y cuándo. Sin embargo, últimamente, se tiende a pen-
sar que este control absoluto, que niega a la persona con discapacidad
cualquier oportunidad de optar entre diversas posibilidades, puede con-
tribuir, considerablemente, a la existencia de conductas problemáticas.
El control sobre el entorno y las actividades que en él se desarrollan
suele justificarse afirmando que muchas personas con discapacidad no
han aprendido a optar, y no disponen de la experiencia necesaria para
hacerlo con conocimiento de causa. En tales casos, la programación
positiva puede utilizarse para enseñar la habilidad de "elegir" y conse-
guir así que la persona, a medida que va adquiriendo esta habilidad,
ejerza un mayor control sobre su vida cotidiana.
- Predictibilidad y Control
Una vez que la persona es capaz de elegir una actividad, también
puede empezar a participar en la programación de sus actividades de
día. Ello le permite "predecir", o conocer de antemano, las actividades
que va a desarrollar.
- Normas
Otra estrategia para establecer una conducta alternativa funcional-
mente relacionada con la conducta problemática consiste en introducir
estímulos determinantes de la contingencia. Determinadas conductas
no ocurren porque se hayan aprendido o hayan sido condicionadas,
sino más bien porque responden a una determinada regla de conducta.
En tales supuestos, para modificar la conducta puede bastar con cam-
biar la regla a la que obedece.
Pongamos por ejemplo a un adolescente con autismo, integrado con
éxito en un programa de educación ordinaria, que presentaba una con-
ducta problemática consistente en acumular en su casillero objetos que
no debían guardarse ahi El personal no conseguía eliminar esta con-
ducta hasta que, habiendo observado que la persona respetaba estric-
tamente todas las reglas recogidas en el m u a l de normas de compor-
tamiento de la escuela, decidió introducir; en el mismo, una nueva regla:
"los alumnos tienen prohibido acumular objetos en su casillero".
- Control de Estímulos
Otro tipo de estrategia para desarrollar habilidades funcionalmente
20 1
relacionadas con la conducta problemática consiste en controlar los
estímulos determinantes de la ocurrencia de la conducta. Estas con-
ductas no son consideradas, por sí mismas, problemáticas, sino por el
lugar, momento o situación en el que se dan.
Este es el ejemplo de un muchacho cuya conducta problemática
consistía en escupir y restregar su saliva sobre cualquier superficie
brillante. En vez de tratar de eliminar esta conducta, el personal
decidió enseñarle a escupir sólo en un pequeño espejo, primero con
mucha frecuencia y después con menos.
- Relajación
Una primera estrategia consiste en enseñar a una persona a enfrentar-
se a situaciones relajadamente, sin angustiarse. La relajación es una
forma de programaci6n positiva que trata de enseñar a la persona a adap-
tarse, o a tolerar, un entorno o una situación que no puede modificarse.
Pongamos el caso de un muchacho que se enjudu nzucho cuando no
consigue lo que quiere. Con un entrenamiento adecuado en técni-
cas de relrzjacio'n aprende, progresivamente, a calmarse y a tran-
quili:arsr cuando ~ i e n t eque empieza a ponerse nervioso.
La relajación funciona, precisamente, porque es incompatible con la
tensión, angustia o agresión.
- Moldeamiento
Esta estrategia consiste en retardar la entrega del refuerzo para que
la persona aprenda a esperar, ya que las situaciones de espera suelen
generar conductas problemáticas.
El moldeamiento también se puede utilizar para enseñar a tolerar
actividades que no gustan, pero que hay que hacer; por ejemplo, las
tareas del hogar.
APOYO PROTÉSICO (ESTRATEGIAS DE TRATAMIENTO
DIRECTO)
La exposición de la Programación Positiva se centró en la conve-
niencia y en la posibilidad de utilizar únicamente estrategias de carác-
ter no aversivo. Se describieron diversas estrategias de gran utilidad de
cara a la enseñanza de habilidades incompatibles con los problemas de
conducta o alternativas a los mismos.
El apoyo protésico consiste en toda una serie de estrategias capaces de
disminuir las conductas problemáticas. Eficazmente aplicadas han permi-
tido resolver los problemas de conducta más graves. Su aplicación debe
coordinarse con las estrategias de Manipulación Ecológica y de
Programación Positiva y debe aplicarse de forma proactiva y consistente.
Más adelante se ofrecerán algunas directrices o criterio de decisión
que pueden resultar de utilidad a la hora de decidir qué tipo de estrate-
gia conviene aplicar. Alguna de estas reglas o directrices deberán tener-
se en cuenta ante cada una de las situaciones que puedan presentarse.
Reforzamieiito Diferencial de Otras Conductas (RDO)
Consiste en el reforzamiento después de un período de tiempo espe-
cífico sin que se presente la conducta no deseada. Es útil para conduc-
tas problemáticas de baja frecuencia.
Por ejemplo, un muchacho de 19 años, diagnosticado como psicó-
tico, que pre,rentaba conductas de agresión al entorno (tiraba mue-
bles, la nevem, objetos contra la televisión) con una frecuencia de
una vez por semana, se le administró este programa de reforza-
miento como parte del plan de intervención de cara a obtener un
control rúpido de la conducta.
El programa de reforzamiento consistió en que al cabo de una
semana sin mostrar este tipo de comportamiento ganaba 50fichas
intercambiables. Si la segunda semana tampoco presentaba la con-
ducta ganaba 100 $fichas. Si la tercera semana no presentaba la
conducta ganaba 15Ofichas. Si el comportamiento aparecía en una
determinada semana, ya no ganaba ninguna ficha esa semana y se
volvía a iniciar el proceso. Estas fichas eran intercambiables por
objetos o actividades deseados.
Saciación de Estímulos
Esta estrategia está al otro lado de la secuencia conductual, es decir, se
centra en la manipulación de los refuerzos que mantienen la conducta.
Consiste en la disponibilidad continua y no contingente del reforzador
que se ha identificado ser el que mantiene la conducta indeseable, debili-
tando así su efectividad, y reduciendo así la tasa de la conducta definida.
En la evaluación se identifican los refuerzos que están manteniendo
la conducta problema y durante la intervención, y como una forma
rápida de controlar el comportamiento a corto plazo, disponemos que
esos refuerzos sean de acceso libre para la persona, de forma que no
tenga que utilizar el comportamiento para conseguirlos.
Por ejemplo, si el refuerzo es la atención recibida, la saciación con-
sistiría en ponerle a una persona para ella sola. Esto daría lugar a un
control inmediato de la situación. Mientras le entrenamos progresiva-
mente a tolerar una situación más normal de interacción con otras per-
sonas.
Un ejemplo de aplicación de esta estrategia es el de una mujer adul-
ta que presentaba agresiones al personal. En la evaluación se des-
cubre un patrón para esta conducta. Cada vez que veía a alguien del
personal con una taza de caj2 en la mano se abalanzaba sobre él. La
agresión se producía cuando el personal intentaba evitar que toma-
ra el café ya que se quemaba, etc. El refuerzo en este caso es el café.
Se evaluó entonces cuanto café podía tomar "ad libitum". En una
hora tomó 23 tazas. Se decide, dada la cantidad tan elevada, que no
tuviera café disponible continuamente, pero sí con mayor disponibi-
lidad de lo que había tenido hasta entonces, mediante un reloj con
alarma que señalaba los descansos y, por lo tanto, la posibilidad de
tornar café. Se empezó a trabajar la programación positiva para
espaciar el tiempo entre café y café (3', lo', 20', etc.). Se continuó
h a s t ~llegar a un intervalo de tiempo normal (cada hora y media).
ESTRATEGIAS REACTIVAS
Anteriormente se han descrito las estrategias sistemáticas dirigidas a
disminuir los problemas de conducta y a enseñar las habilidades y las con-
ductas alternativas. La utilización continuada de estos procedimientos
puede llevar a una disrniiiución drástica de las conductas problemáticas.
Sin embargo, hasta que se consigue dicha disminución, se pueden
presentar conductas problemáticas que requieran una intervención
inmediata para evitar lesiones en las personas o daños en las cosas. Es
cuando se recurre al uso de estrategias reactivas.
Las estrategias que presentamos a continuación están por orden
jerárquico de restrictividad, de la menos a más restrictiva. El orden pro-
puesto no es de rigurosa aplicación, es decir, no es necesario pasar por
todas las fases descritas.
Sin embargo, no debe olvidarse que algunas conductas pueden esca-
lar y convertirse en situaciones de emergencia en pocos segundos.
La jerarquía de las estrategias que se proponen sólo debe servir para
tener siempre presente que debe aplicarse la "alternativa menos res-
trictiva posible". Por tal se entiende que la estrategia no es más restric-
tiva de lo estrictamente necesario para impedir que la persona se auto-
lesione o agreda a otras personas, y que sólo se aplica durante el tiem-
po necesario.
Ignorar
Ignorar el comportamiento puede ser lo más inteligente a hacer en
ciertos casos. Por ejemplo, las estereotipias de movimientos de manos
delante de los ojos en un niño autista. Su comportamiento está siendo
reforzado por la estimulación visual que recibe. En este caso, se podría
recomendar:
- Manip~ilacionesecológicas: modificar el sistema de luz.
- Programación Positiva: mirar por un caleidoscopio o una peonza.
- Tratamiento Directo: RDO.
- Tratamiento Reactivo: ignorar la conducta cuando ocurre.
Redirigir a la persona
Cuando el comportamiento es peligroso para el propio individuo o
las personas que le rodean, o si bien el comportamiento no le permite el
acceso a otras partes del programa. Quizás, decidiremos no ignorarlo.
Una posibilidad consistiría en redirigir a la persona hacia alguna
actividad que tenga a mano, a veces es suficiente en los primeros
momentos. Por ejemplo: "Vamos Juan que tienes que trabajar" o
"Recoge esto y ponlo encima de la mesa". Redirigirle hacia otro tipo
de actividad que le distraiga del comportamiento.
Retroalimentación
Otra posibilidad es aportarle retroalimentación positiva a la perso-
na: "Juan, recuerda cuál es el comportamiento que tienes que contro-
lar" o "Juan, recuerda que tienes que ganar el ir al Burger King".
Entrenamiento
Se podría considerar como un entrenamiento contingente. Consiste
en aprovechar la situación para practicar las conductas alternativas
adaptadas que le estamos enseñando mediante la programación positi-
va (autocontrol, comunicación).
Ejemplo: Juan agrede para escapar de una tarea que tiene que
hacer: Es su forma de comunicar rechazo. Mediante la programa-
ción positiva se le está enseñando a señalar en su tablero de comu-
nicación el símbolo de escapar para expresar este sentimiento. En
la situación en la que ocurre el comportamiento le podemos animar
a que saque la tarjeta y la señale para conseguir dejar de hacer esa
actividad.
Escucha Activa
En su experiencia es una estrategia muy potente y que funciona muy
bien. Muchos creen que refuerza la conducta.
La escucha activa se basa en la necesidad que toda la persona tiene de
ser escuchada. Dado que todas las conductas tienen un carácter funcional,
puede decirse que hasta los más severos problemas de conducta tratan de
comunicar un mensaje. Si se recurre a la escucha activa en las fases inicia-
les de un problema de conducta, será posible reconocer el mensaje que la
persona trata de transmitir, y evitar que aumente la gravedad del problema.
Cambio de Estímulos
Si hacemos el esfuerzo de recordar la última vez que nos hemos
tenido que enfrentar a una situación de comportamiento realmente
grave, como una rabieta muy fuerte o un caso de autoagresión o hete-
roagresión, ¿qué hubiera ocurrido si en ese momento nos subimos
encima de una mesa y nos ponemos a cantar? Nuestra reacción podría
haber resultado tan inesperada y sorprendente para la persona que pro-
bablemente no hubiera continuado con su comportamiento.
Esta estrategia nos facilitaría la oportunidad de poder pasar a utili-
zar otra estrategia, como la escucha activa u otras de las anteriormente
mencionadas para conseguir el control de la situación. Es una estrate-
gia muy dramática, muy intensa, que por definición requiere una falta
de inhibición o de vergüenza.
Es una estrategia muy eficaz para conseguir el control inmediato de
la situación.
Interposición
Este procedimiento consiste en utilizar el entorno inmediato para
minimizar o eliminar las consecuencias de la conducta agresivaldes-
tructiva poniendo algo entre la persona y uno mismo. Uno de sus obje-
tivos es reducir o eliminar la necesidad de establecer un contacto físi-
co con la persona
RECOMENDACIONES