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Ceremonia Ecuménica

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DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN

P: Presidente
L: Lector
A: Asamblea

Inicio

El clero y otros participantes entran en procesión mientras suena música ins-


trumental o se canta un himno local apropiado. Podría usarse también el himno
siríaco propuesto en el Apéndice intentando que los participantes tengan la letra
traducida (el enlace de Youtube puede ser útil para usar el vídeo como ambienta-
ción donde sea posible).

Invitación a la oración

P En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

A Amén.

P Hermanos y hermanas, al reunirnos hoy para orar por la unidad visible


de la Iglesia, nos unimos a los cristianos que viven su fe en cualquier
rincón del planeta. Usamos los materiales preparados por el Consejo
de Iglesias de Próximo Oriente, inspirados en la visita de los Reyes Ma-
gos al Rey recién nacido, tal y como se narra en el Evangelio según san
Mateo: «Nosotros hemos visto aparecer su estrella en el Oriente y veni-
mos a adorarlo». Fijemos nuestra mirada en la estrella que apareció en
el Oriente, y dejemos que sea ella la que también nos guíe a nosotros.

Entremos con alegría en la presencia de Dios, dando gracias y ponien-


do ante el Señor a todos los enfermos, a quienes sufren, a los margi-
nados, a los refugiados y a tantas personas desarraigadas de sus ho-
gares. Lo hacemos con la certeza de que Dios puede disipar nuestras
tinieblas con su luz. Y, al orar hoy por la unidad de la Iglesia, pedimos
al Señor que también nosotros y nuestras comunidades seamos luces
que guíen a los demás a Jesús, el Salvador.

P Gloria a ti, Padre todopoderoso, que te has revelado en la creación y


nos invitas a todos a entrar en tu presencia. Hemos visto la estrella de
Desarrollo de la celebración 21

Jesús en nuestras vidas y venimos a adorarlo como lo hicieron los Re-


yes Magos. Hoy nos ofrecemos a él y le pedimos que envíe su Espíritu
Santo sobre nosotros.

A Únenos, Señor, a los que venimos del norte y del sur, del este y el
oeste, a los jóvenes y a los ancianos, a hombres y mujeres, para que
todos juntos nos postremos ante ti y te adoremos, reconociéndote
como nuestro Rey celestial. Amén.

Letanía de alabanza

P Te glorificamos, oh, Señor, creador del cielo y de la tierra, porque co-


locaste las lumbreras en la bóveda del cielo. Separaste la luz de la os-
curidad y distinguiste las estaciones y señalaste los días y los años.
Llenaste el firmamento de estrellas. ¡Qué maravillosas son tus obras,
Señor, los cielos proclaman tu gloria y el firmamento anuncia la obra
de tus manos!

A Te glorificamos, oh, Señor (o bien se canta: Laudate omens gentes, ver


Apéndice).

P Te alabamos porque no nos abandonaste a pesar de nuestra desobe-


diencia, sino que enviaste a tu Hijo, que iluminó nuestras tinieblas
convirtiéndose en nuestra luz y nuestra salvación. En él estaba la
vida, y la vida era la luz para toda la humanidad. Y la luz brilla en
la tiniebla.

A Te glorificamos, oh, Señor (o bien se canta: Laudate omnes gentes).

P Te adoramos, oh, Señor, porque nos acompañas en medio de las difi-


cultades de nuestra vida por el poder de tu Espíritu Santo. Iluminas
nuestros caminos y nos das la sabiduría y la fe en un mundo de men-
tiras y dudas.

A Te glorificamos, oh, Señor (o bien se canta: Laudate omnes gentes).

P Te damos gracias, oh, Señor, por enviarnos al mundo para ser reflejo
de esta luz que envuelve nuestras Iglesias y la diversidad de nuestras
culturas, y para ser testigos de Jesús, el único Rey verdadero, ofrecién-
dole nuestras propias vidas.
22 Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022

A Te glorificamos, oh, Señor (o bien se canta: Laudate omnes gentes).


P Haz, Señor, que todos los pueblos se postren ante ti y te adoren. Mu-
chas veces hemos preferido la oscuridad y tú, en cambio, nos has dado
luz. Por eso, confesamos ante ti nuestros pecados, diciendo:
A Confesamos ante ti, Señor, que nos hemos alejado de tus caminos y
hemos desobedecido tus mandamientos. Hemos deformado la ma-
ravillosa obra de tu creación y hemos malgastado sus recursos con
nuestras prácticas consumistas. Hemos contaminado los ríos y los
mares, el aire y el suelo, y hemos provocado la extinción de muchas
especies.
(Silencio).
A Hemos sido egoístas con nuestros hermanos y hermanas. Hemos an-
tepuesto nuestras propias necesidades y las hemos hecho prevalecer
por encima de nuestro compromiso con la justicia. Hemos levantado
muros entre nosotros y hemos sembrado la semilla de la desconfianza
hacia los demás.
(Silencio).
A Hemos hecho distinción de personas en función de su etnia, de su reli-
gión o de su género, y hemos sostenido que Jesús está de nuestra parte
en la lucha contra el otro. Te pedimos perdón, oh, Señor, por nuestros
pensamientos y acciones. Acoge nuestro arrepentimiento.
(Silencio).
P Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que enviaste
a tu Hijo en la plenitud de los tiempos para redimir a tu pueblo, te
pedimos que derrames tu misericordia sobre nosotros, perdones nues-
tros pecados y nos transformes en tu imagen gloriosa, de manera que
podamos brillar como un faro de esperanza en medio de este mundo
sufriente.
(Silencio).
P Dios todopoderoso, escucha nuestras oraciones, ten misericordia de
nosotros y perdona nuestros pecados.
A Te damos gracias, oh, Dios, a quien alabamos con todas nuestras voces.
Desarrollo de la celebración 23

Trisagion (recitado 3 veces o cantado, ver Apéndice)


¡Santo Dios!
¡Santo poderoso!
¡Santo inmortal, ten piedad de nosotros!

Primera Lectura (Is 9, 1-6)


El pueblo que a oscuras caminaba vio surgir una luz deslumbradora;
habitaban un país tenebroso y una luz brillante los cubrió.
Multiplicas el gozo, aumentas la alegría;
se alegran ante ti igual que al cosechar,
lo mismo que gozan al repartir el botín.
Pues como hiciste el día de Madián
has roto el yugo que lo oprimía,
la coyunda sobre su hombro,
la vara de su opresor.
Y todas las botas que retumban al pisar
y todas las capas bañadas en sangre,
acabarán quemadas, pasto del fuego.
Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado:
trae el señorío encima de sus hombros, y tiene como nombre:
Consejero Admirable, Héroe Divino, Padre Eterno, Príncipe Pacífico.
Para aumentar el señorío con una paz sin fronteras sobre el trono de David;
lo asentará en todo su territorio con seguridad y firmeza,
con justicia y con derecho, desde ahora y para siempre.
El celo del Señor del universo piensa ejecutar todo esto.

Salmo 8 (responsorial)
L Señor Dios nuestro, ¡qué grande es tu nombre en la tierra entera! Alzas
tu gloria sobre los cielos.
A Y de la boca de lactantes y niños has hecho un baluarte frente a tus
rivales para silenciar al enemigo y al rebelde.
L Miro al cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has fijado,
A ¿qué es el mortal para que te acuerdes de él, el ser humano para que
de él te ocupes?
24 Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022

L Lo has hecho algo inferior a un dios, lo has revestido de honor y de


gloria,
A lo has puesto al frente de tus obras, todo lo has sometido a su poder:
L el ganado menor y mayor, todo él, y también los animales del campo,
los pájaros del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de
los mares.
A Señor Dios nuestro, ¡qué grande es tu nombre en la tierra entera!

Segunda lectura (Ef 5, 8-14)

En otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz al estar unidos al Señor.
Portaos como hijos de la luz, cuyos frutos son la bondad, la rectitud y la
verdad. Haced lo que agrada al Señor y no toméis parte en las estériles
acciones de quienes pertenecen al mundo de las tinieblas; desenmasca-
rad, más bien, esas acciones, pues hasta vergüenza da decir lo que esos
tales hacen a escondidas. Pero todo cuanto ha sido desenmascarado por
la luz queda al descubierto; y lo que queda al descubierto se convierte, a
su vez, en luz. Por eso se dice:

«Despierta tú que estás dormido,


levántate de la muerte,
y te iluminará Cristo».

Aclamación evangélica (cantada)

Lectura del Evangelio (Mt 2, 1-12)

Jesús nació en Belén, un pueblo de Judea, durante el reinado de Herodes.


Por entonces llegaron a Jerusalén, procedentes de Oriente, unos sabios,
que preguntaban:

— ¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Nosotros hemos


visto aparecer su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.

El rey Herodes se inquietó mucho cuando llegó esto a sus oídos, y lo


mismo les sucedió a todos los habitantes de Jerusalén. Así que ordenó
que se reunieran los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley para
Desarrollo de la celebración 25

averiguar por medio de ellos dónde había de nacer el Mesías. Ellos le


dieron esta respuesta:

— En Belén de Judá, porque así lo escribió el profeta:

Tú, Belén, en el territorio de Judá,


no eres en modo alguno la menor
entre las ciudades importantes de Judá,
pues de ti saldrá un caudillo
que guiará a mi pueblo Israel.

Entonces Herodes hizo llamar en secreto a los sabios para que le in-
formaran con exactitud sobre el tiempo en que habían visto la estrella.
Luego los envió a Belén diciéndoles:

— Id allá y averiguad cuanto os sea posible acerca de ese niño. Y cuan-


do lo hayáis encontrado, hacédmelo saber para que también yo vaya a
adorarlo.

Los sabios, después de oír al rey, emprendieron de nuevo la marcha, y


la estrella que habían visto en Oriente los guio hasta que se detuvo sobre
el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de alegría. En-
traron entonces en la casa, vieron al niño con su madre María y, cayendo
de rodillas, lo adoraron. Sacaron luego los tesoros que llevaban consigo y
le ofrecieron oro, incienso y mirra.

Y advertidos por un sueño para que no volvieran adonde estaba He-


rodes, regresaron a su país por otro camino.

Sermón

Himno de la luz de san Efrén

(Puede ser recitado por toda la asamblea, leído por una sola persona con música
instrumental de fondo, o puede escucharse siguiendo el enlace de Youtube del
Apéndice, facilitando la traducción a los participantes).

La luz del justo y la alegría de los rectos


es Cristo Jesús, nuestro Señor.
Engendrado del Padre, se manifestó ante nosotros.
26 Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022

Vino a rescatarnos de la oscuridad


y a llenarnos de la claridad de su luz.
El día está amaneciendo sobre nosotros;
el poder de la oscuridad se está desvaneciendo.
De la verdadera luz surge para nosotros
la luz que ilumina la ceguera de nuestros ojos.
Su gloria brilla sobre el mundo
e ilumina las profundidades mismas del abismo.
La muerte está aniquilada,
la noche se ha desvanecido
y las puertas de Sheol han sido destruidas.
Las criaturas que, desde la antigüedad,
yacen en la oscuridad
han sido revestidas de luz.
Los muertos resurgen del polvo
y cantan porque tienen un Salvador.
Él trae la salvación y nos concede la vida.
Asciende a su Padre en lo alto.
Regresará en glorioso esplendor
y arrojará su luz sobre los que lo miran.

Credo nacianceno (según la tradición de las Iglesias orientales)


Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
Desarrollo de la celebración 27

padeció y fue sepultado,


y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

Compartir la luz de Cristo


Sobre un trozo de tela azul oscuro colgado, que evoca el cielo nocturno, se coloca
una gran estrella. Las estrellas de papel se situarán en un lugar accesible a los
fieles, a quienes se invita a acercarse al lugar donde está la tela azul y añadir sus
estrellas.
P Una estrella condujo a los Reyes Magos hasta Cristo. Hoy esta estre-
lla es una señal de la presencia de Cristo, que se nos ha revelado y
cuya luz resplandece sobre nosotros. Como los Magos, que siguieron
la estrella hasta Belén, también nosotros hoy nos reunimos bajo esta
estrella, y junto a ella ponemos nuestras propias estrellas en el cielo,
uniendo así nuestros propios dones y nuestras peticiones por la uni-
dad visible de la Iglesia. A medida que avanzamos hacia esa meta,
pedimos al Señor que la unión de nuestras vidas sea un testimonio
luminoso que permita que otros puedan llegar a conocer a Cristo.

Plegarias de intercesión
P Con fe y confianza, elevamos nuestra oración a Dios, que es Padre,
Hijo y Espíritu Santo.
L Los Reyes Magos vinieron de Oriente para rendir homenaje y ofrecer
la particularidad de los dones de sus culturas y países. Oremos hoy
por las comunidades cristianas de todo el mundo en la diversidad de
sus cultos y tradiciones:
28 Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022

Señor, te pedimos que preserves estos tesoros, especialmente en aque-


llos lugares del mundo donde la presencia de los cristianos y su exis-
tencia son amenazadas por la violencia y la opresión.
A Ven, Espíritu de Dios, y de tu amor enciende la llama.
(recitado o cantado, ver Apéndice: Tui amoris ignem)
L Los primeros años de la vida del Señor estuvieron marcados por la
violencia y la masacre bajo las órdenes del déspota Herodes. Oremos
por los niños que viven en lugares del mundo donde aún hoy persiste
la violencia, cuyas consecuencias son concretas y palpables:
Fortalece, oh, Señor, los lazos de unidad y amor mutuo entre nuestras
Iglesias y ayúdanos a cooperar y a dar testimonio de tu santo nombre.
Inculca en nosotros el deseo de trabajar sin cesar en la defensa de los
oprimidos y los marginados. Aliéntanos a permanecer unidos en la
búsqueda de tu reino frente a la tiranía de los regímenes opresivos.
A Ven, Espíritu de Dios, y de tu amor enciende la llama.
L Después de la visita de los Magos, la Sagrada Familia tuvo que emi-
grar a través del desierto y se convirtió en refugiada en la tierra de
Egipto. Oremos por todos los refugiados y las personas desarraigadas
que habitan en este mundo:
Llena, Señor, nuestra vida de hospitalidad hacia quienes han sido ex-
pulsados de sus hogares, y concédenos un espíritu de acogida hacia
quienes buscan refugio.
A Ven, Espíritu de Dios, y de tu amor enciende la llama.
L El nacimiento de Jesús fue una buena noticia para todos, que logró
reunir a personas de diferentes naciones y religiones en adoración al
santo Niño. Oremos para que el Señor premie nuestros esfuerzos en la
búsqueda de la armonía y el diálogo con otras religiones:
Señor, danos la humildad y la paciencia para acompañar a los demás
en su peregrinar desde el respeto que merecen sus propios caminos.
A Ven, Espíritu de Dios y de tu amor enciende la llama.
L Los Reyes Magos regresaron a su casa por un camino diferente. Ore-
mos por nuestras Iglesias en este mundo cambiante:
Desarrollo de la celebración 29

Señor, ayúdanos a encontrar formas nuevas y creativas de seguirte y


ser tus testigos para que el mundo crea.
A Ven, Espíritu de Dios y de tu amor enciende la llama.
L Cuando los Magos vieron al santo Niño, se llenaron de una inmensa
alegría.
Padre celestial, haz que nuestros ojos estén siempre fijos en él para que
no perdamos nuestro camino. Haz que permanezcamos unidos en el
Señor Jesús, que es el camino, la verdad y la vida, y que nos enseñó a
rezar con estas palabras:
A Padre nuestro...

Envío y bendición1
P Id ahora al mundo entero y vivid como hijos de la luz.
A Porque el reflejo de la luz se encuentra en todo lo que es bueno, jus-
to y verdadero.
P No tengáis parte en las obras estériles de las tinieblas.
A Despertemos del sueño y la luz de Cristo brillará sobre nosotros.
P Que la paz y el amor de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo
estén con todos vosotros. Que su gracia descienda sobre los que aman
de verdad a nuestro Señor Jesucristo.
A Amén. Demos gracias a Dios.

Himno de despedida

1
  Basado en Efesios 5 y 6.

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