Derecho y Cambio Social
Derecho y Cambio Social
Derecho y Cambio Social
Primeras consideraciones
Desde los primeros pasos transitados por la Sociología como ciencia
social hubo diversas concepciones entre sus teóricos acerca de su objeto y método de estudio.
En ese curso, en tanto la llamada sociología del conflicto naturalizó la noción del cambio social
como parte esencial del desenvolvimiento de la sociedad, el enfoque funcionalista de la misma
resistió la incorporación de esta idea "a priori" en su discurso, al menos en su nacimiento,
inclinándose por la confianza en la estabilidad de las partes de un sistema social equilibrado.
Han existido diversas reflexiones acerca del rol del cambio social en
relación con el derecho, entendiendo éste no sólo como un conjunto de normas jurídicas que
regulan las relaciones humanas, sino también integrando a esta acepción sus causas,
consecuencias e implicancias sociales.
En este capítulo tenemos por objetivo analizar el cambio social como
parte integrante del devenir histórico y de la sociedad. Pese a encontrar, entre las distintas
corrientes de pensamiento sociológico, ideas que parezcan situarse en una posición de
confrontación, puede apreciarse que cada una lo adopta, estudia y clasifica con el fin de
describir, explicar y predecir los fenómenos sociales.
Como surge del lenguaje que empleamos cotidianamente, las
palabras “derecho” y “sociedad” pueden encontrarse en un mismo discurso, no siendo ello
casual, en tanto surge evidentemente una relación especial entre ellas. Es posible encontrar
distintos elementos jurídicos en una misma sociedad, diferentes sociedades que adoptan el
mismo sistema jurídico o varios sistemas jurídicos en una sociedad determinada.
Esta dinámica se configura en tanto la sociedad no es un cuerpo
estático, de elementos fragmentados e idénticos entre sí, sino que cuenta con una diversidad
de integrantes y una estructura que permite la recepción de reglas acordes al conjunto que
regula y que generalmente son derivadas del mismo.
De alguna manera, el cambio social es el resultado de ciertos
procesos básicos derivados de la socialización de los individuos e implican siempre una
transformación de los comportamientos sociales, de los roles y estructuras sociales, de las
instituciones y los status. De lo contrario, de no tener implicancia social, carecerían de este
sentido y se representarían como variaciones dentro de la sociedad pero no “cambios sociales”
en sí.
Asimismo,Agulla expresa que “el cambio social, sociológicamente
relevante, se reconoce cuando los hábitos sociales de la persona (control interno) y/o las
pautas sociales de la situación (controles externos), que han emergido de los procesos
sociales, se imponen inexorablemente, es decir, cuando tienen el poder de imponerse sin
producir reacciones de los controles internos (sentido de responsabilidad) o externos (ridículo,
1
exclusión, costumbre, ley)”.
Por consiguiente, este tipo de cambio ocurre cuando los límites que
condicionan a los sujetos sociales, tanto el pensamiento personal como las pautas sociales o,
incluso, las normas jurídicas, no son un obstáculo para que se produzcan y así, los resultados
de un proceso de transformación social entran con permeabilidad a la vida de las personas,
con estabilidad y permanencia.
La noción de Derecho
En principio,el término “derecho” es de suma complejidad, atento a su
multiplicidad de significados y, a su vez, es vasta la discusión entre juristas acerca de qué
realmente es derecho.
Wroblewsky (1993), por su parte, distingue entre el “derecho como
norma” y el “derecho como hecho”. Asienta que la norma es una pauta general o una decisión
que dispone una norma determinada. Como hecho, es concebir al derecho como
fenómenosocial vinculado a otros fenómenos sociales. Hay una acepción que se manifiesta en
la dependencia a la que estásometida el derecho de parte de otros fenómenos sociales
(aspectopasivo); otraen el impacto que tiene el derecho sobre la realidad social (aspecto
activo). Destaca este teórico que el impacto del derecho sobre otros fenómenos sociales
adquiere dos formasprincipales: como mantenimiento de cierto “status quo” de la sociedad
global ocomo impulsor del cambio social.
En términos de Minow (1993), se debería también incluir otra
dimensión posible de “derecho”, integrando, por ejemplo, los esfuerzos voluntarios
concentrados en nombre de personas privadasde derechos para crear programas y servicios
que el sistemalegal formal les niega. Particularmente, comprendería ello los servicios sociales
para niños, viudasy otros dependientes sostenidos por organizaciones de mujeres durante el
sigloXIX y los comienzos del siglo XX, en plena lucha de sus derechos.
Siguiendo el criterio de Minow, la categoría “derecho” debería incluir
las normas sobre las cuales losindividuos alcanzan a tener conciencia, la cual puede provenir
de decisiones judiciales, de leyes o de fuentes de derechos más generales. “Derecho” debería
también integrarla utilizaciónreal de los tribunales, aunque sea favorable o no su resultado al
actor y facilite cambiosfuturos en la conducta de los empleadores que observan el patrón de
casosllevados a ese espacio institucional.
Para esta docente, el derecho no consiste meramente en las reglas
formalesoficiales adoptadas por legislaturas, tribunales y la administración ni sólo enlos
procedimientos de esas instituciones, sino también en lasprácticas de gobierno y de resistencia
de la gente másallá de las instituciones públicas. Esas prácticas pueden alterar el
1
De Agulla, 1991:56 y 57, citado por GERLERO, Mario Silvio (2006). “Introducción a la Sociología
Jurídica: actores, sistemas y gestión judicial”. David Grinberg Libros Jurídicos. Buenos Aires.
derechopúblico formal, modificando el significado y la forma del derecho y en un contexto
propicio para el cambio social.
La idea de lo social
Siguiendo a Wroblewsky, el cambio social está constituido por las
diferencias significativas entre fenómenos sociales en determinada dimensión espacio-
temporal. Ejemplifica(dentro del modelo teórico marxista) exponiendo que esas diferencias, en
la dimensión histórica, parten de las diferencias de estructura de clase de sociedades
globales.Asimismo, reflexiona que, si el derecho depende de los hechos sociales, el cambio en
el derecho puede verse influido por el cambio social. Se puede demostrar la dependencia
social del derecho en el análisis de reformas jurídicas y cambios sociales más o menos
concomitantes. Así, también se puede corroborar esta interrelación en casos donde el derecho
aparece como factor controlador del cambio social y en casos de cambio jurídico a partir de un
hecho de alta relevancia social, donde el primero aparece algo retrasado respecto del segundo.
Martha Minow, en cambio, sugiere que lo “social” incluya actitudes
sostenidas por individuos particulares, sosteniendo que el cambio político estáinterrelacionado
con el cambio personal. Ello colabora con un significado útil de “social”, abordando espacios en
los que lasactitudes privadas son forjadas y reforzadas, como los métodos de toma de
conciencia y transformación personal.
Esas ideas rara vez son discutidas en relación con derecho y cambio
social. Los debates sobre libertad reproductiva, acoso sexual, derecho a moriry adopción
interracial involucran en forma crucial renovaciones en las actitudespersonales y en la conducta
íntima.Los cambios que sustentan las reformas ambientales determinando de modo relevante
la forma enque la gente ve asuntos particulares triviales de su rutina individual, como el uso de
servilletas de papel, a modo de ejemplo.
Defiende esta autora que la política está en cuestión cuando el
objetivo es la práctica gubernamental y lamoralidad está en juego cuando la práctica
gubernamental es cuestionada solo como los medios enotros terrenos, como el empleo privado
o la conducta en las familias.. Estalógica ubicaría los derechos electorales, la pena capital, la
política exterior y la seguridad nacional dellado de las prácticas gubernamentales, y el racismo,
el sexismo y las actitudes hacia personas pobres odiscapacitadas del lado de la moralidad.
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Este sociólogo concibió a la sociedad como una estructura autosuficiente, cuyos elementos
interconectados propenden al abastecimiento de necesidades tales como la provisión bienes y servicios,
Con estos lineamientos, este autor construye los basamentos de una
vertiente sociológica marcada, disconforme con las posturas clásicas de pensamiento que
diagraman la realidad social a partir del consenso y ponen a éste como elemento constituyente
de la dinámica de la sociedad.
Lejos de ello, Marx pone el eje en el conflicto como base para
describir el modo en que transcurre la historia y la forma en que se “mueve” la sociedad,
reconociendo al cambio social un papel esencial en la explicación del desenvolvimiento de los
seres humanos en sus relaciones sociales.
El filósofo entendía la realidad desde una visión materialista del
mundo y consideraba que el motor de la historia era principalmente la lucha de clases.
Sostenía, en este esquema de estratificación social, que había dos sectores en pugna
constante en el devenir histórico: la burguesía, una clase ambiciosa que tomó el poder en la
Revolución Francesa, detenta todos los medios de producción y no necesita trabajar debido a
la renta que le pueden proporcionar sus recursos económicos; y por otro lado, el proletariado,
un conjunto mayoritario de individuos que no tienen otros medios de subsistencia que su fuerza
de trabajo, con lo que se ven obligados a laborar en las peores condiciones para sobrevivir. Por
estas causas, Marx postulaba categóricamente que el vínculo que une a estas dos clases es de
explotación.
Este pensador defiende su teoría viendo reflejado este esquema dual
de antagonismo en reiteradas escenas históricas: amos y esclavos en las civilizaciones
primigenias (Babilonia, Egipto, Grecia, Roma, entre otros ejemplos); señores y vasallos en la
Edad Media (quienes recibían techo y protección a cambio del exhaustivo trabajo de la tierra);
burgués y peón asalariado en la sociedad industrial, graficando ésta última representación
como una versión renovada y moderna de las anteriores.
Dado esta situación de conflicto, el autor vaticina que recién cuando
esta clase marginada adquiera “conciencia en sí” (de su condición de explotados y del
aprovechamiento de los burgueses) y “conciencia para sí” (de su capacidad de modificar tales
circunstancias creando una verdadera revolución), podría tomar el poder llevando a cabo la
dictadura del proletariado y concretando una sociedad sin Estado, deduciendo que éste es una
creación de la élite explotadora para legitimar su abuso.
Este autor no se salvó de opiniones encontradas cuestionando su
teoría, acerca de su imposibilidad de concreción o la incertidumbre que generaría la solución
que plantea sobre una sociedad sin estructura estatal. Sin embargo, sus ideas fueron fuente
original de la formación de agrupaciones políticas reconocidas y de procesos revolucionarios
de relevancia en la historia mundial.
protección de la familia y la preservación del orden social, entre otras. Todos sus componentes, según esta
teoría, tienen la aptitud de encontrar solución a eventuales problemáticas que sucedan, encontrando así el
conjunto un equilibrio constante y duradero.
La cuestión latinoamericana
En los países que conforman Latinoamérica se pueden observar
rasgos similares de la dinámica del cambio social y el derecho, los cuales están determinados
por un contexto de distribución desigual de la riqueza y dependencia de naciones con mayor
fortaleza económica. Tanto el esquema de producción como los ordenamientos jurídicos que
imperan en la región son derivados de los utilizados en los denominados países centrales, con
una constitución social diferente.
De este modo, Witker (1975) señala que “la formación social
latinoamericana puede ser tipificada bajo los signos inequívocos de un conjunto de estructuras
económicas, sociales, étnicas, culturales y políticas complejas que...apuntan a mantener y
reforzar un modo de producción determinado. Tal modo de producción, lejos de proyectar
signos de dinamismo y progreso, ha ido enajenando su autonomía en función de un centro
centrípeto, aglutinante, absorbente y represivo. De allí que al intentar cualquier diagnostico
provisorio, el analista y cientista social latinoamericano se encuentran con el obstáculo básico
de la dependencia, nudo vital sobre el cual es posible explicar lo que es y ha sido el desarrollo
y evolución de nuestro continente”.
También agrega este autor en relación al derecho que los valores de
democracia representativa, estado de derecho, derechos humanos y libertad sindical, van
quedando relegados ante las categorías del derecho tradicional, reemplazados por "confianza,
seguridad,paz social y autoridad", más dirigidos a la reproducción de un sistema económico
más eficiente desde lo hipotético.
Enfatiza Witker en que derecho es un ingrediente promotor de los
cambios sociales estructurales y que, en tanto se muestre rígido y abstracto ante las demandas
colectivas, se abrirá aún más con ello cauce a la violencia y la arbitrariedad. Destaca que la
misión esencial de las escuelas de derecho en la región es combatir la injusticia social,
enseñando a la juventud que no son escuelas para mercaderes, que la misión del jurista no es
enriquecerse, sino servir a la justicia y que la profesión de abogado no es un oficio como tantos
otros.
Finaliza este autor concluyendo que el derecho debe nutrirse de la
época y sus problemas, vinculándose al cambio social y mimetizarse con el desarrollo
científico, a fin de hacer del oficio jurídico un arte al servicio del hombre contemporáneo.
3
DURKHEIM, Émile. La división del trabajo social. Ediciones Libertador. Buenos Aires, 2009.
constituye delito o lo que se infiere como conducta permitida, pueden coexistir distintas miradas
acerca de lo justo y lo injusto en un la comunidad global.
Con el fin deconcretar la idea de justicia, las normas jurídicas deben
elaborarse y manejarse de conformidad con la dinámica desarrollada por la estructura social,
sin soslayar sus rasgos, atento a que, a partir de estas inadvertencias, pueden tener lugar las
inconsistencias que llevan a la inaplicabilidad de una disposición legal.
A título ejemplificativo, el caso del avenimiento del divorcio vincular
en nuestro país es orientador de esta práctica eficiente de respetar la dinámica de un cambio
social significativo. Desde un comienzo, la antigua Ley de Matrimonio Civil 2.373 del año 1888
tornó laico el sistema de unión entre personas de distinto sexo frente a la ley, que hasta
entonces era registrado únicamente por la Iglesia Católica. Con el natural resabio de esta
institución, no estaba permitida la disolución del vínculo conyugal por voluntad de los
contrayentes, ostentando mientras viva cualquiera de ellos un impedimento de ligamen para
volver a contraer nupcias con otra persona, aún en casos de separación de hecho.
La situación no varió en demasía durante el siglo XX hasta el año
1985, en el que se sancionó la Ley 23.515 que, aparte de modificar cuestiones sustanciales en
materia de Derecho de Familia, habilitó la acción de divorcio vincular, sujeta a determinados
requisitos legales. Este viraje legislativo no fue gratuito: la sociedad argentina buscaba
encontrar una solución legal que legitimara estas situaciones de hecho, de transformación
social, donde las parejas unidas en matrimonio se separaban por cuestiones personales y sus
miembros no podían posteriormente volver a contraer nupcias por el impedimento aludido. No
obstante, ello no impedía que se formen nuevos hogares luego de esas rupturas y lleven una
vida normal es su nueva constitución familiar.
De esta forma, la sociedad se desenvolvía más allá de las
limitaciones internas y de las normativas, generándose el interrogante de si las leyes debían
adaptarse a estos nuevos cambios sociales y la respuesta se materializó en este nuevo
régimen legal, que respaldó el camino que la sociedad había elegido por cuenta propia.
Después de todo, la eficacia del derecho en la sociedad está ligada a la receptividad que ésta
tuviera acercadel primero. De allí el rasgo de dependencia de estas categorías teóricas que
encontrarán reciprocidad en la necesidad de la estructura social de contar con pautas de
convivencia para preservarse en el tiempo.
También es interesante revisar lo que ocurrió con la Ley 26.618 de
Matrimonio igualitario, que habilitó en el año 2010 a las parejas de un mismo sexo a contraer
matrimonio y someterse a su pertinente legislación civil. Las previsiones legales en esta
materia nunca habían receptado la circunstancia de que estas vinculaciones se constituyeron
previamente pese a la indiferencia del sistema normativo local. La transformación social había
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surgido nuevamente más allá de los límites internos y externos de los sujetos sociales .
Sin embargo, frente al tinte obsoleto que denotaba éste, se modificó
lo necesario para recuperar la coordinación entre la realidad social y el orden jurídico, más allá
4
Ver cita de Gerlero (2006).
de las críticas que puedan realizarse sobre técnica legislativa y la eficacia práctica de la norma
creada, que aún es analizable.
En otro sentido, hay veces en que la sociedad es la que debe
organizarse conforme nuevas directivas impuestas desde el derecho, que a su vez intentan
mejorar un aspecto de aquélla. Puede observarse en las disposiciones de faltas municipales
que establecen sanciones para prevenir la acumulación de basura a la calle, o en el de la
imposición de tarifas de estacionamiento en el casco urbano con el fin de generar
descongestionamiento de tránsito en esa área. Son ejemplos de incorporación de pautas de
convivencia de origen jurídico que buscan concretar el fin último de bienestar y su resultado
exitoso, prueba de la efectividad de cambios en el conjunto social por iniciativa del derecho.
Apreciaciones Finales
Así como Durkheim postulaba que los hechos sociales tienen un
poder de influencia sobre el actuar de los individuos, el derecho también posee esa
mismapotestad pero por convención, luego de un proceso de deliberación y decisión, más
mecanizado y menos espontáneo.A diferencia de estas “leyes” con las que se manejaría la
sociedad, generando una tendencia que dirige a los individuos hacia determinada conducta, las
normas jurídicas cuentan con un poder explícito (la fuerza pública), un aparato estatal que
actúa en el caso de quebrantamiento de ellas. De allí la naturaleza constreñida de la influencia
del derecho, que lo distingue de la de los hechos sociales, casi invisible pero presente.
Con la mirada de este precursor de la Sociología, encontramos otros
puntos de encuentro entre estos dos ámbitos, el del derecho y el cambio social, traducidos en
características influyentes sobre los sujetos sociales. No obstante, el derecho siempre se
encuentra determinado por los cambios sociales: un cambio social trascendente puede generar
que normas ancestrales y fijas durante siglos queden obsoletas y no resulten eficaces en un
nuevo estado de cosas. Así, la adopción de nuevas ideas en la sociedad de Francia hacia fines
del siglo XVIII tornó inaplicable el régimen monárquico absolutista vigente hasta el momento,
generando la necesidad de crear un nuevo derecho que se adapte a las nuevas exigencias del
conjunto social efervescente de la revolución francesa.
Pese a los nuevos accidentes y formas que revelen tanto el derecho
como la sociedad, su juego de interdependencia continúa mostrándose vivo en la realidad
práctica. Habrá que pensar si las enseñanzas de las experiencias pasadas de haber desoído
las necesidades sociales colaboran a sostener el esquema de funcionamiento entre estos dos
elementos, siendo esta relación testigo indudable del progreso de una legislación adecuada y
eficaz para las sociedades de la actualidad.
Referencias