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Unidad 6 - Derechos Reales

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Simón García Méndez

UNIDAD 6 – MODOS ESPECIALES DE ADQUISICIÓN DEL DOMINIO


• Punto 1 – Método del Código Civil y Comercial. Concepto y clasificación de los
modos de adquisición.

En esta la sección 1° del Capítulo 2 de dominio, se agrupan los “Modos especiales de


adquisición del dominio”. Va de los artículos 1947 a 1963.

Son los hechos (del hombre o de la naturaleza) y actos (humano o jurídicos) previstos
por la ley para adjudicar el dominio de una determinada cosa, mueble o inmueble a
una determinada persona, que así incorpora la cosa en propiedad a su patrimonio.

 Clasificación.

>> Derivados y originarios

1- Derivados: son aquellos que se recibe el dominio del alguien, con todas las
limitaciones y cargas que ese dominio tenía. Por ejemplo, a le trasmite el
dominio a B. B lo recibe con todas las cargas y limitaciones que tenía A, porque
le trasmite el mismo derecho, y no uno más amplio; si el inmueble tenía una
hipoteca quien lo adquiere lo adquiere con esa hipoteca.

2- Originarios: El que adquiere el dominio es el primer adquirente. La diferencia,


es que no tiene ninguna carga, y solo las limitaciones de la ley.

>> Por actos entre vivos y mortis causa (sucesión, legado de cosa cierta).

>> A título singular y a titulo universal . Se puede adquirir todo el patrimonio, o un bien
en particular.

En resumen:

El CCV trataba las formas específicas y generales de adquisición de dominio en un


mismo régimen, por lo tanto aplicaba por analogía las mismas reglas al resto de los
derechos reales que se ejercían por la posesión.

Hoy el CCyC lo discrimina y entonces hay una parte que esta exclusivamente dedicada
a tratar la adquisición de los derechos reales en general y otra parte que regula la
adquisición especial del dominio.

- Los modos especiales pueden ser:

1) Originales: son las que nacen a partir del derecho que acaba de constituirse, y no
reconocen un antecesor o un derecho anterior. La cosa se adquiere sin importar el
derecho que tenía el propietario anterior, o cuando la cosa no tenía dueño (res nullius),
o había sido abandonada.

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Los modos originarios son: la apropiación, la accesión, la prescripción adquisitiva y la


percepción de frutos.

2) Derivados: son las que nacen a partir de la transmisión del derecho real
transmitente al adquirente. De esta forma, se requiere la concurrencia de dos
voluntades y la participación de dos o más personas. En este caso, el derecho SI
reconoce un antecesor y aquí se aplica la regla de nemo plus iuris (“nadie puede
transmitir un derecho mejor o más extenso que el que tiene”) porque el adquirente
recibe el mismo derecho que tenía el transmitente. De esta forma, el adquirente, en
principio, tendrá la cosa con todas las cargas, gravámenes y limitaciones que pesaban
sobre aquél, además de los que la ley le imponga

Los modos derivados son la tradición y la sucesión.

• Punto 2 – Apropiación. Concepto. Objeto. Caza. Pesca. Enjambres.

La apropiación es un modo unilateral y originario de adquirir el dominio de las cosas


muebles no registrables sin dueño. La apropiación es un modo de adquisición del
dominio, pero no de otros derechos reales, porque así lo regula el CCYC, y por la
necesidad de un acto o negocio jurídico para la constitución de derechos reales sobre
cosa ajena.

El Código no define a la apropiación, pero puede decirse que se basa en la


aprehensión material, en la toma de posesión, acompañada de la voluntad de sujetar
la cosa al poder del adquirente. En estos casos, se adquiere la posesión y a la vez el
dominio. El sujeto actúa voluntariamente, y comportándose como el titular de un
derecho real. Al no haber otro dueño a quien reconocer, ambas adquisiciones se
producen simultáneamente.

El ARTÍCULO 1947, bajo la voz apropiación, enumera qué objetos muebles no


registrables se adquieren por la aprehensión efectuada por persona capaz con la
intención de adquirir el dominio de ellas en el momento de tomarlas, así también
como cuáles no.

Caracterizan al objeto susceptible de apropiación, las cosas muebles no registrables y


cosas sin dueño, ya sea porque nunca tuvieron dueño (por ejemplo, los peces,
animales salvajes, ect), o porque fueron abandonadas por su dueño.

a) SON SUSCEPTIBLES DE APROPIACIÓN:

i) Las cosas abandonadas: Las cosas abandonadas son las que alguna vez
tuvieron dueño, pero ya no lo tienen. El abandono siempre debe ser voluntario. Como
la intención de renunciar no se presume, se dispone que si la cosa hallada es de algún
valor se la presume perdida y no abandonada. Por otro lado, si el dueño es

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desconocido, la cosa pertenece al dominio privado del Estado. La persona que


abandonó la cosa mueble puede volver a tomarla si no fue apropiada por otro.

ii) Los animales que son el objeto de la caza y de la pesca: A tal respecto el
ARTICULO 1948 dispone: “Caza. El animal salvaje o el domesticado que recupera su
libertad natural, pertenece al cazador cuando lo toma o cae en su trampa. Mientras el
cazador no desista de perseguir al animal que hirió tiene derecho a la presa, aunque
otro la tome o caiga en su trampa.

Pertenece al dueño del inmueble el animal cazado en él sin su autorización expresa o


tácita”.

ARTÍCULO 1949.-‘Pesca. Quien pesca en aguas de uso público, o está autorizado para
pescar en otras aguas, adquiere el dominio de la especie acuática que captura o extrae
de su medio natural.

ARTÍCULO 1950.-‘Enjambres. El dueño de un enjambre puede seguirlo a través de


inmuebles ajenos, pero debe indemnizar el daño que cause. Si no lo persigue o cesa en
su intento, el enjambre pertenece a quien lo tome. Cuando se incorpora a otro
enjambre, es del dueño de éste.’

Las abejas tienen un trato diferenciado del trato que se dispensa a los animales
salvajes, puesto que su salida de la posesión del dueño no las convierte, de modo
automático, en animales carentes de dueño.

Si las abejas tienen dueño, éste no pierde su propiedad porque ellas escapen, o se
introduzcan en un inmueble ajeno, mientras se siga al enjambre. Puede ingresar sin
permiso a una propiedad privada, pero debe indemnizar el daño que cause. Esto es
una excepción a la facultad de exclusión que tiene el dueño.

Si se abandona su búsqueda o no se las reclama, las abejas se transforman en cosas


sin dueño, siendo susceptibles de apropiación.

iii) El agua pluvial que caiga en lugares públicos o corra por ellos.

b) NO SON SUCEPTIBLES DE APROPIACIÓN:

El principio es que las cosas que tienen dueño nunca pueden ser apropiadas.

i) Las cosas perdidas. Si la cosa es de algún valor, se presume que es perdida,


excepto prueba en contrario;

ii) Los animales domésticos, aunque escapen e ingresen en inmueble ajeno;

iii) Los animales domesticados, mientras el dueño no desista de perseguirlos. Si


emigran y se habitúan a vivir en otro inmueble, pertenecen al dueño de éste, si no
empleó artificios para atraerlos;
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iv) Los tesoros.

• Punto 3 – Adquisición de un tesoro.

 Concepto.

De acuerdo al ARTÍCULO 1951 es tesoro toda cosa mueble de valor, sin dueño
conocido, oculta en otra cosa mueble o inmueble. Antes el CC hablaba de una cosa
enterrada oculta en un inmueble, pero ahora puede estar oculta en un bien inmueble
o mueble.

No lo es la cosa de dominio público, ni la que se encuentra en una sepultura de restos


humanos mientras subsiste esa afectación.

Cuando se encuentra una cosa perdida, corresponde buscar al dueño o publicar


avisos para encontrarlo, y ello genera derecho a una recompensa. Aquí no se lo busca
ni se publican avisos, ya que el tesoro carece de dueño conocido. La búsqueda se
supone inútil ya que la cosa aparenta la poca probabilidad de encontrarlo.

 Descubridor del tesoro:

De acuerdo al ARTÍCULO 1952 es descubridor del tesoro el primero que lo hace


visible, aunque no sepa que es un tesoro. El hallazgo debe ser casual. Sólo tienen
derecho a buscar tesoro en objeto ajeno los titulares de derechos reales que se ejercen
por la posesión, con excepción de la prenda.

Por ende, como el tesoro es cosa mueble, no pertenece al propietario del inmueble,
es decir, al propietario del suelo donde se encuentre enterrado, o al dueño de la casa
donde se haya escondido; pertenecerá al primero que lo haga visible. Por eso, porque
es cosa distinta de lo hipotecado, y no es accesorio del suelo ni del edificio, él no está
comprendido en la garantía real, sea ésta hipoteca o anticresis.

Pueden buscar tesoros:

a) los titulares de derechos reales que se ejercen por la posesión, ya sea un objeto
propio, principalmente propio, o ajeno, con excepción de la prenda;

b) los terceros con permiso del dueño.

Si hallazgo no es casual, y la persona no tiene derecho a buscar, nada le corresponde.


Eso es así para evitar que personas se introduzcan en lugares ajenos para buscar
tesoros.

 Derechos del descubrimiento:

El ARTÍCULO 1953 dispone que si el tesoro es descubierto en una cosa propia, el


tesoro pertenece al dueño en su totalidad. Si es parcialmente propia, le corresponde la

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mitad como descubridor y, sobre la otra mitad, la proporción que tiene en la


titularidad sobre la cosa (si por ejemplo, lo encuentra un titular de condominio, le
corresponde el 50% por ser encontrarlo y un 25% por ser dueño).

Si el tesoro es descubierto casualmente en una cosa ajena, pertenece por mitades al


descubridor y al dueño de la cosa donde se halló.

Los derechos del descubridor no pueden invocarse por la persona a la cual el dueño
de la cosa le encarga buscar un tesoro determinado, ni por quien busca sin su
autorización. Pueden ser invocados si al hallador simplemente se le advierte sobre la
mera posibilidad de encontrar un tesoro.

 Búsqueda por el propietario de un tesoro.

De acuerdo al ARTÍCULO 1954 cuando alguien pretende que tiene un tesoro que dice
haber guardado en predio ajeno y quiere buscarlo, puede hacerlo sin consentimiento
del dueño del predio; debe designar el lugar en que se encuentra, y garantizar la
indemnización de todo daño al propietario.

Si prueba su propiedad, le pertenece. Si no se acredita, el tesoro pertenece


íntegramente al dueño del inmueble.’

Es un caso excepcional de quien dice ser propietario de un tesoro en predio ajeno y


puede entrar a buscarlo. Si éste fuera el propietario, esas cosas no serían tesoro
porque tienen dueño, y el tesoro por definición no tiene propietario conocido. Pero él
va a tener que demostrar la propiedad; de lo contrario, no tendrá ningún derecho y le
pertenecerá al dueño del inmueble.

A pesar del texto legal, si no obtiene el consentimiento del dueño del terreno, no
puede ingresar, y debe solicitar la autorización al juez en lo civil que corresponda a la
ubicación del inmueble, el que seguramente va a acceder al pedido, pero con citación
del terreno. Se configura una excepción a la facultad de exclusión del dueño.

• Punto 4 – Régimen de las cosas perdidas.

 Concepto de cosa perdida.

Se entiende por cosa perdida o extraviada la que ha salido de la custodia de su


propietario o poseedor, de modo que éste ignore dónde se encuentre. Estos dos
elementos (objeto y subjetivo), deben concurrir para que se considera que ha habido
una pérdida.

En consecuencia, la cosa hallada debe reunir ciertos caracteres: a) ser ajena; b) que
no esté en poder de nadie; c) que no haya sido abandonada por su dueño.

 Hallazgo. Derechos y obligaciones del hallador.

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De acuerdo al ARTÍCULO 1955 el que encuentra una cosa perdida no está obligado a
tomarla, pero si lo hace asume las obligaciones del depositario a título oneroso. Debe
restituirla inmediatamente a quien tenga derecho a reclamarla, y si no lo individualiza,
debe entregarla a la policía del lugar del hallazgo, quien debe dar intervención al juez.

De esta manera, quien halle la cosa perdida debe poner diligencia en informar a quien
tenga derecho a la cosa, si lo conociere o ‘individualiza’; esto último se refiere al hecho
de que muchas veces en la misma cosa halla está grabado quien es el dueño o su
dirección.

El término ‘inmediatamente’ no debe tomarse de manera literal; una demora de


pocos días no lo priva de su recompensa, sobre todo si estuvo investigando a quién
podría corresponder la cosa.

Si el hallador no supiese quién es el dueño, debe entregar la cosa a la policía del lugar,
que dará intervención al juez en lo civil que corresponda a la jurisdicción donde la cosa
fue hallada, y quedará encargado de concretar el procedimiento, que debe ser
impulsado de oficio, para hallar al dueño del objeto extraviado.

>> Transmisión de la cosa a tercero de buena fe. Aunque el subadquirente sea de


buena fe y a título oneroso, está expuesto a la reivindicación del titular del derecho
real, ya que no hay adquisición legal cuando se trata de cosas perdidas. La única
posibilidad que le queda al tercero es la usucapión.

En cuanto a las obligaciones, el ARTÍCULO 1358 dispone que el depositario debe


poner en la guarda de la cosa la diligencia que usa para sus cosas (1) o la que
corresponda a su profesión (2). No puede usar las cosas y debe restituirlas, con sus
frutos, cuando le sea requerido.

Se entiende, además, que, como obligación accesoria, tendrá que respetar y guardar
secreto, no pudiendo abrir o acceder a las cosas depositadas en cajas cerradas.

Por lo tanto, la obligación esencial del depositario es la guarda de la cosa. En el caso 1


la ley se aparte del criterio objeto de culpa: para eximirse de responsabilidad
solamente debe demostrar que no puso más esmero en el cuidado de sus propias
cosas. En el caso 2, cuando el depositario actúa profesionalmente, a través de una casa
de depósito, solo puede eximirse de responsabilidad si la cosa se pierde por la
naturaleza de las cosas, un vicio que poseía o defectos en el embalaje.

 Recompensa y subasta.

El ARTÍCULO 1956 dispone que la restitución de la cosa a quien tiene derecho a


reclamarla debe hacerse previo pago de los gastos y de la recompensa. Si se ofrece
recompensa, el hallador puede aceptar la ofrecida o reclamar su fijación por el juez.

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Sin perjuicio de la recompensa, el dueño de la cosa puede liberarse de todo otro


reclamo del hallador transmitiéndole su dominio.

Transcurridos seis meses sin que se presente quien tiene derecho a reclamarla, la
cosa debe venderse en subasta pública. La venta puede anticiparse si la cosa es
perecedera o de conservación costosa. Deducidos los gastos y el importe de la
recompensa, el remanente pertenece a la ciudad o municipio del lugar en que se halló.

• Punto 5 – Transformación y accesión de cosas muebles.

A- TRANSFORMACION.

El CCYC regula distintos casos de transformación de una cosa ajena en nueva, y las
distintas soluciones según sea posible, o no volver al estado anterior y la buena o mala
fe del transformador.

ARTÍCULO 1957.-‘Transformación. Hay adquisición del dominio por transformación si


alguien de buena fe con una cosa ajena, mediante su sola actividad o la incorporación
de otra cosa, hace una nueva con intención de adquirirla, sin que sea posible volverla al
estado anterior. En tal caso, sólo debe el valor de la primera.

Si la transformación se hace de mala fe, el dueño de la materia tiene derecho a ser


indemnizado de todo daño, si no prefiere tener la cosa en su nueva forma; en este caso
debe pagar al transformador su trabajo o el mayor valor que haya adquirido la cosa, a
su elección.

Si el transformador es de buena fe y la cosa transformada es reversible a su estado


anterior, el dueño de la materia es dueño de la nueva especie; en este caso debe pagar
al transformador su trabajo; pero puede optar por exigir el valor de los gastos de la
reversión.

Si el transformador es de mala fe, y la cosa transformada es reversible a su estado


anterior, el dueño de la cosa puede optar por reclamar la cosa nueva sin pagar nada al
que la hizo; o abdicarla con indemnización del valor de la materia y del daño.’

Este artículo regula la transformación como modo de adquirir el dominio, antes


llamada también especificación. Para que haya transformación es necesario que una
persona, con su trabajo sobre materia ajena, realice un objeto nuevo, y que lo haga
con intención de adquirirlo. Si falta el elemento subjetivo no hay especificación.

Para saber quién es el dueño de la cosa hay que ver si la cosa es susceptible de volver
al estado anterior, y si es de buena o mala fe. La buena fe y mala fe consiste en saber o
no que la cosa en que está trabando es ajena.

Al respecto, en roma había dos posiciones:

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>> Los savignianos opinaban que lo de más peso era lo material, por ello le
correspondía al dueño del material.

>> Los procureyanos opinaban que lo más importante era el trabajo realizado sobre la
cosa y la nueva cosa que existía correspondía a quien lo había transformado.

- Casos:

 Transformación de buena fe, cosa irreversible. La transformación se hizo de


buena fe (no sabe que la materia es de otro) y la materia prima no puede
volver a su estado anterior, el dominio lo adquiere el trasformador. Solo debe
pagar el valor de la cosa utilizada.

Este derecho de crédito solo será posible cuando no se aplique el art. 1895, pues
según esta norma, cuando el poseedor es de buena fe y a título oneroso de cosas no
robadas ni perdidas, nada se le puede reclamar. Dado que, por hipótesis, el
transformador obra de buena fe, la solución de la norma solo será viable cuando la
materia ajena haya sido hurtada o perdida, o cuando falte el título oneroso.

Este es el único caso en que el transformador se hace dueño de su obra


directamente, sin opción. En cambio, si la materia fuera reversible, quien se queda con
la obra es el dueño de la materia prima.

 Transformación de mala fe, cosa irreversible. Cuando el transformador fuere


de mala fe, no se queda con la cosa por su propia decisión, sino por la elección
que haga el dueño de la materia prima.

Como el especificador es de mala fe, porque debía saber que la materia prima era
ajena, y ésta no vuelve a su forma anterior, él no adquiere la nueva especie si el
propietario de la materia quiere quedarse con él, pero en ese caso el propietario debe
pagarle al transformador su trabajo o el mayor valor adquirido por la transformación. Y
si el dueño de la materia no la quiere en su nueva forma, tiene derecho a ser
indemnizado de todo daño.

 Buena fe, cosa reversible. Si la transformación se hizo de buena fe, pero la


materia prima empleada puede volver a su estado anterior o ser separada de la
cosa, el dueño de la materia es dueño de la nueva especie, pero debe pagar el
trabajo al transformador. Pero él puede elegir que el transformador le pague
los gastos de reversión y volver todo a su estado anterior.

 Mala fe, cosa reversible. Si el transformador obró de mala fe, el dueño de la


cosa puede optar por quedarse con la cosa nueva sin pagar nada, ya que la
mala fe hace perder el derecho a cobrar su trabajo, o dejársela al

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transformador (abdicarla) con derecho a recibir el valor de la materia y la


indemnización del daño.

B) ACCESIÓN DE COSAS MUEBLES.

ARTÍCULO 1958.-‘Accesión de cosas muebles. Si cosas muebles de distintos dueños


acceden entre sí sin que medie hecho del hombre y no es posible separarlas sin
deteriorarlas o sin gastos excesivos, la cosa nueva pertenece al dueño de la que tenía
mayor valor económico al tiempo de la accesión. Si es imposible determinar qué cosa
tenía mayor valor, los propietarios adquieren la nueva por partes iguales.’

La accesión puede tener lugar cuando una cosa mueble se adhiere a un inmueble ej:
(plantación), a otra cosa mueble o cuando la reunión es de dos inmuebles (aluvión). Se
la clasifica en artificial o natural, según intervenga, o no, la mano del hombre.

Cuando dos o más cosas muebles que pertenecen a distintos dueños se unen,
formando una sola (sin poder separarse o que la separación sea costosa), el
propietario de la cosa más valiosa adquiere la nueva pagándole al dueño de la otra su
valor. Esto no está expreso en el art., pero a esta solución se puede llegar aplicando
por analogía lo previsto por el art. anterior para la transformación. De no ser así se
generaría un enriquecimiento sin causa. La indemnización podrán pactarla las partes; si
no hay acuerdo la cuestión será resuelta por un juez.

Si las cosas unidas pueden separarse, NO hay accesión y cada dueño tiene derecho a
pedir la separación.

La accesión debe producirse sin que medie hecho del hombre, esto es, casual. Sino,
habría transformación, ello es lo que la diferencia de la trasformación hay un trabajo
en donde el hombre transforma la materia.

Si no hay cosa de mayor valor, los antiguos dueños de las cosas se convierten en
condóminos de la nueva. Se trata de un condominio de indivisión forzosa perdurable.

Si las cosas han sido mezcladas o confundidas por un tercero (hecho del hombre), se
estaría en la misma situación: se produce un condominio cuya fuente es la ley. Esto sin
perjuicio de la responsabilidad del tercero.

• Punto 6 – Accesión de cosas inmuebles.

 ALUVIÓN.

El aluvión el acrecentamiento paulatino e insensible del inmueble confinante con


aguas durmientes o corrientes que se produce por sedimentación, y que pertenece al
dueño del inmueble.

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ARTÍCULO 1959. Aluvión. El acrecentamiento paulatino e insensible del inmueble


confinante con aguas durmientes o corrientes que se produce por sedimentación,
pertenece al dueño del inmueble. No hay acrecentamiento del dominio de los
particulares por aluvión si se provoca por obra del hombre, a menos que tenga fines
meramente defensivos.

No existe aluvión si no hay adherencia de la sedimentación al inmueble. No obsta a la


adherencia el curso de agua intermitente.

El acrecentamiento aluvional a lo largo de varios inmuebles se divide entre los dueños,


en proporción al frente de cada uno de ellos sobre la antigua ribera.

Se aplican las normas sobre aluvión tanto a los acrecentamientos producidos por el
retiro natural de las aguas, como por el abandono de su cauce.

El fundamento de esta solución se encuentra en la equidad. A veces la naturaleza da,


otras veces quita. La adquisición de la nueva porción de terreno es instantánea, sin
necesidad de que el dueño realice acto de ocupación alguno.

Se puede hablar de terrenos aluvionales cuando éstos están definitivamente


formados y consolidados en tierra firme (sedimentación), sin que estén separados por
ninguna corriente de agua que forme parte del río –deben estar fuera de los límites del
río– (salvo que sea intermitente).

La adquisición del terreno agregado, se produce de pleno derecho, sin necesidad de


acto posesorio o jurídico alguno.

>> El aluvión debe ser natural. El aluvión es un fenómeno natural, y cuando el


acrecentamiento de tierra sobre un terreno no es consecuencia de fenómenos
naturales sino de obras del hombre, no se trata de la situación prevista por la ley para
la anexión de esos terrenos, y en consecuencia los propietarios perjudicados pueden
pedir la exclusión de sus terrenos de las aguas invasoras y, si eso no fuese posible,
pueden demandar el restablecimiento de las cosas a su estado anterior.

>> El último párrafo del art. prevé dos casos:

> Por acarreo: el rio que cambia de curso; se va retirando poco a poco de una de
las riberas para recostarse sobre la otra. El resultado es que sobre la ribera en que se
ha retirado, ha quedado al descubierto parte de su cauce, el que se hace propiedad de
los ribereños.

> Por abandono: un rio que existía y deja de correr, por ejemplo, porque se secó.
Si el rio no existe y quedo el cauce seco, acrecenta al terreno lindero en su frente.

>> Aluvión formado a lo largo de varios inmuebles. Lo que dispone el art. sería
sencillo si todos los terrenos fueran en líneas paralelas hacia el río. Las dificultades

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comienzan cuando los terrenos tienen límites que van en distintas direcciones o
ángulos. En este caso será un problema que deberán resolver los peritos agrimensores.

 CAUSE DEL RÍO.

No se adquieren por “aluvión” las arenas o fango que forman parte del mismo río o,
más precisamente, del lecho del río que se extiende hasta “las más altas aguas en su
estado normal”.

ARTÍCULO 1960.-‘Cauce del río. No constituye aluvión lo depositado por las aguas que
se encuentran comprendidas en los límites del cauce del río determinado por la línea de
ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias.’

De esta manera, las partículas de tierra, arenas, fango u otros materiales que se
encuentren dentro de los límites del río, no constituyen aluvión, porque no ha
habitado adherencia a los terrenos de dominio privado, y además porque no forman
parte de ellos sino del curso del agua. Nada de lo depositado que se encuentre dentro
del límite del río o lago constituye aluvión.

 AVULSIÓN.

El caso de la avulsión se distingue del aluvión por el hecho de que el incremento


(brusco del agua o por otra obra de la naturaleza) es súbito.

ARTÍCULO 1961.-‘Avulsión. El acrecentamiento del inmueble por la fuerza súbita de las


aguas que produce una adherencia natural pertenece al dueño del inmueble. También
le pertenece si ese acrecentamiento se origina en otra fuerza natural.

Si se desplaza parte de un inmueble hacia otro, su dueño puede reivindicarlo mientras


no se adhiera naturalmente. El dueño del otro inmueble no tiene derecho para exigir su
remoción, mas pasado el término de seis meses, las adquiere por prescripción.

Cuando la avulsión es de cosa no susceptible de adherencia natural, se aplica lo


dispuesto sobre las cosas perdidas.’

La avulsión un acrecentamiento del inmueble por la fuerza súbita de las aguas, tal
como una inundación, que puede traer tierra; la tierra que se le pega al inmueble lo
adquiere por avulsión, que producen una adherencia natural. Pero si por ejemplo la
inundación trae una cama, o un auto, no se adquiere el dominio de ellos porque serian
cosas perdidas que tienen dueño; por ello cuando la avulsión es de cosa no susceptible
de adherencia natural, se aplica lo dispuesto sobre las cosas perdidas.

Sin embargo, si se desplaza parte de un inmueble (ej. arena, plantas), mientras no


esté todavía adherido naturalmente al inmueble al cual fueron a parar, el dueño de
ellas conserva su dominio y puede reivindicarla. El plazo para esto es de 6 meses, y se
computa desde que aquellas cosas fueron a parar al otro terreno.

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Si se tratase de una cosa mueble no susceptible de adherencia natural, ej. maderas de


un muelle, la acción reivindicatoria no sufre esta limitación, ya que se trata de cosas
perdidas, y sólo se le podría operar la prescripción adquisitiva larga.

- No hay derecho a indemnización: si las cosas están adheridas naturalmente al otro


terreno, el anterior propietario no puede reivindicarlas, porque aquella adhesión
natural por el fenómeno de la avulsión ha sido un título de adquisición del dominio
para el propietario del fundo en el que ellas fueron a parar, y no deben compensación
alguna.

En cambio, existe la posibilidad de que se indemnice al dueño invadido por los daños
que pudiera ocasionar el retiro de las cosas segregadas, antes de la adherencia natural
o del cumplimiento del plazo de prescripción.

 ACCESIÓN ARTIFICIAL: CONSTRUCCIÓN, SIEMBRA Y PLANTACIÓN.

ARTÍCULO 1962.-‘Construcción, siembra y plantación. Si el dueño de un inmueble


construye, siembra o planta con materiales ajenos, los adquiere, pero debe su valor. Si
es de mala fe también debe los daños.

Si la construcción, siembra o plantación es realizada por un tercero, los materiales


pertenecen al dueño del inmueble, quien debe indemnizar el mayor valor adquirido. Si
el tercero es de mala fe, el dueño del inmueble puede exigirle que reponga la cosa al
estado anterior a su costa, a menos que la diferencia de valor sea importante, en cuyo
caso debe el valor de los materiales y el trabajo, si no prefiere abdicar su derecho con
indemnización del valor del inmueble y del daño.

Si la construcción, siembra o plantación es realizada por un tercero con trabajo o


materiales ajenos en inmueble ajeno, quien efectúa el trabajo o quien provee los
materiales no tiene acción directa contra el dueño del inmueble, pero puede exigirle lo
que deba al tercero.’

La edificación, siembra y plantación, como modos de adquirir el dominio, son casos


de accesión, no por adherencia natural (como el aluvión y la avulsión), sino por
adherencia artificial (hay hecho del hombre). También, como en el aluvión y en la
avulsión, se verifica en cosas inmuebles.

No ha de perderse de vista que siempre el que adquiere lo construido, sembrado o


plantado es el dueño del suelo, porque el principio es que ‘la superficie siempre cede al
suelo’.

El art. contempla, en primer lugar, el caso de quien siembra, planta o construye, en


finca de su propiedad, con materiales que no le pertenecen:

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1) Si es de buena fe, con semillas, plantas o materiales ajenos, adquiere la


propiedad de ellos y de lo obtenido, pero debe pagar su valor a quien era propietario.

2) Si es de mala fe, también los hace suyos, pero el dueño de la finca, además
del pago del valor de los materiales, plantas o semillas, podrá ser condenado al
resarcimiento de los daños y perjuicios.

- Construcción, siembra o plantación hecha por un tercero:

1) Los materiales pertenecen al dueño, el derecho del tercero es del percibir ‘el
mayor valor adquirido’ por el inmueble.

2) Si el tercero obró de mala fe, el dueño puede exigir que se reponga todo a su
estado anterior, y a costa del tercero. Aunque, si la diferencia de valor es ‘importante’,
puede quedarse con la obra y pagar el valor de los materiales y el trabajo, o abdicar su
derecho a favor del tercero, en cuyo caso tiene derecho a percibir el valor del
inmueble y el daño sufrido.

3) Si el tercero uso materiales o trabajo también ajeno, es responsable frente a


quienes aportaron su trabajo o son dueños de los materiales, los que no tienen acción
directa contra el dueño del inmueble, pero pueden exigirle lo que le deba al tercero.

En el término ‘materiales’ debe entenderse incluidas las semillas y plantas o árboles


que se hayan incorporado.

 INVASIÓN DEL INMUEBLE COTIDIANO.

ARTÍCULO 1963.-‘Invasión de inmueble colindante. Quien construye en su inmueble,


pero de buena fe invade el inmueble colindante, puede obligar a su dueño a respetar lo
construido, si éste no se opuso inmediatamente de conocida la invasión.

El dueño del inmueble colindante puede exigir la indemnización del valor de la parte
invadida del inmueble. Puede reclamar su adquisición total si se menoscaba
significativamente el aprovechamiento normal del inmueble y, en su caso, la
disminución del valor de la parte no invadida. Si el invasor no indemniza, puede ser
obligado a demoler lo construido.

Si el invasor es de mala fe y el dueño del fundo invadido se opuso inmediatamente de


conocida la invasión, éste puede pedir la demolición de lo construido. Sin embargo, si
resulta manifiestamente abusiva, el juez puede rechazar la petición y ordenar la
indemnización.’

- Construcción en terreno ajeno de buena fe.

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El Código alude a la construcción solamente, por lo que los supuestos de siembra o


plantación no tienen cabida en esta solución excepcional. Se implementa la accesión
inversa o invertida.

Quien edifica en su inmueble, lo hace de buena fe y con materiales propios, pero


invadiendo terreno ajeno colindante; sin consentimiento del dueño del inmueble
vecino, puede obligarlo a respetar lo construido si no se ‘opuso inmediatamente de
conocida la invasión’. También puede suceder que el vecino invadido inicie una acción
de obra nueva, que detenga la obra iniciada.

El vecino no puede destruir lo hecho, solo tiene un crédito por el valor de la parte
invadida. Esto es así si no se opuso inmediatamente, porque se supone que si dejó que
su vecino avanzara e invirtiera dinero, de alguna manera lo consintió, y estaría
obrando de mala fe si luego de terminada la obra exigiera su demolición.

Como se dijo, tiene derecho a que le indemnice el valor de la parte invadida.

Puede ocurrir que la venta de la parte invadida deje al inmueble menoscabado, y


difícil de aprovecha, en cuyo caso el invasor debe adquirirlo en su totalidad, o
compensar la pérdida de valor del resto del inmueble.

Si el invasor no paga lo que corresponde, entonces el dueño del inmueble invadido


puede pedir la demolición de lo construido. La demolición está sujeta al pago de la
indemnización.

Se trata de una suerte de venta forzosa, especialmente cuando la construcción se


asentó en el terreno del constructor, pero invadió parte del terreno vecino. El
fundamento de esta solución es que optar por la demolición puede importar un caso
de abuso del derecho.

Para que se aplique la norma el invasor debe ser dueño del terreno vecino, donde
también se construyó.

- Construcción en terreno ajeno de mala fe.

Se vuelve al régimen de la accesión. El dueño del suelo puede pedir la demolición de


la obra y la reposición de las cosas a su primitivo estado, pero si no se ponen de
acuerdo y el juez interpreta que la postura es ‘manifiestamente abusiva’, puede
obligarlo a indemnizar.

El conocimiento que tiene que tener el propietario del fundo debe ser cierto, efectivo
y concreto (nunca presumido). Será importante la prueba de este conocimiento del
dueño del fundo, porque si él sabía que se estaba construyendo en su terreno y no se
opuso, luego no podrá pedir la demolición y la restitución a su estado anterior.

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Simón García Méndez

• Punto 7 – La Ley 24.374 de titularización dominal y la llamada “usucapión


simplificada”

Fue una ley dictada en el año 1994 con la finalidad de resolver los problemas que
había con la ocupación de tierras en el país, dando la posibilidad de adquirir el título de
esos inmuebles que estaban ocupando.

 REQUSITOS (ART 1).

>> Es para aquellos acreditan posesión pública pacífica y continua durante 3 años
anteriores al 1 de enero de 2009.

>> Causa licita, con lo cual los usurpadores están excluidos de esta ley. Es decir, que
no haya habido una usurpación o intrusión ilegal. La persona debe haber accedió por
medios legales.

>> El inmueble debe ser urbano.

>> El destino sea casa, habitación, destinado a vivienda.

La excepción es aquellos inmuebles rurales que constituyen unidad económica de


sustento de la familia, por ejemplo, que tiene una actividad agropecuaria de huerta
que sea suficiente para abastecer a la familia

 SUJETOS (ART 2).

a) Las personas físicas ocupantes originarios del inmueble de que se trate.

b) El cónyuge supérstite y sucesores hereditarios del ocupante originario que hayan


continuado con la ocupación del inmueble;

c) Las personas, que sin ser sucesores, hubiesen convivido con el ocupante originario,
recibiendo trato familiar, por un lapso no menor a dos años anteriores a la fecha
establecida por el artículo 1 de enero de 2009, y que hayan continuado con la
ocupación del inmueble;

d) Los que, mediante acto legítimo fuesen continuadores de dicha posesión. Es en el


casos de la cesión de los boletos y siempre que se cumplan los requisitos de que sea
casa o habitación destinada a vivienda

 BENEFICIO DE GRATUIDAD (ART 3).

Los beneficiarios del presente régimen gozarán del beneficio de gratuidad en todos
los actos y procedimientos contemplados en esta ley, los que fijare la reglamentación o
la autoridad de aplicación en sus respectivas jurisdicciones. En ningún caso constituirán
impedimentos, la existencia de deudas tributarias, impositivas o de tasas que recaigan

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Simón García Méndez

sobre el inmueble, ya sean de Jurisdicción nacional, provincial o municipal, con


excepción de la contribución especial establecida por el artículo 9º de la presente ley.

ARTICULO 9º- A los efectos del financiamiento del sistema, crease una contribución
única de 1 % del valor fiscal del inmueble, la que estará a cargo de los beneficiarios. La
reglamentación determinara la forma de percepción y administración de estos fondos.

 EXCLUIDOS (ART 4).

Quedan excluidos del régimen de la ley:

a) Los propietarios o poseedores de otros inmuebles con capacidad para satisfacer sus
necesidades de vivienda;

b) Los inmuebles cuyas características excedan las fijadas en la reglamentación.

 PROCEDIMIENTO (ART 6).

Se establece el siguiente procedimiento:

a) Los beneficiarios deberán presentar ante la autoridad de aplicación, una solicitud de


acogimiento al presente régimen, con sus datos personales, las características y
ubicación del inmueble, especificando las medidas, linderos y superficies, datos
domiciliares y catastrales si los tuviese, y toda documentación o titulo que obrase en
su poder.

A la solicitud, deberá acompañar una declaración jurada en la que conste su carácter


de poseedor del inmueble, origen de la posesión, año de la que data la misma, y todo
otro requisito que prevea la reglamentación.

b) La autoridad de aplicación practicará las verificaciones respectivas, un relevamiento


social y demás aspectos que prevea la reglamentación, pudiendo desestimar las
solicitudes que no reúnan los requisitos exigidos.

Si se comprobase falseamiento de cualquier naturaleza en la presentación o en la


declaración jurada, se rechazará la misma sin más trámite;

c) Cuanto la solicitud fuese procedente, se remitirán los antecedentes a la Escribanía


de Gobierno o las que se habilitasen por las Jurisdicciones respectivas, la que requerirá
los antecedentes dominiales y catastrales del inmueble.

No contándose con estos antecedentes se dispondrá la confección de los planos


pertinentes y su inscripción;

d) La Escribanía citará y emplazará al titular del dominio de manera fehaciente en el


último domicilio conocido para que vaya y ejerza sus derechos, sin perjuicio de ello lo
hará también mediante edictos que se publicarán por tres días en el Boletín Oficial y

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Simón García Méndez

un diario local, o en la forma más efectiva según lo determine la reglamentación,


emplazándose a cualquier otra persona que se considere con derechos sobre el
inmueble, a fin de que deduzcan oposición en el término de 30 días;

e) No existiendo oposición y vencido el plazo, la escribanía labrará una escritura con la


relación de lo actuado, la que será suscrita por el interesado y la autoridad de
aplicación, procediendo a su inscripción ante el registro respectivo, haciéndose constar
que la misma corresponde a la presente ley. La escritura que otorga el estado es en
base a la ley y es un justo título, que necesita 10 años de la usucapión.

f) Si se dedujese oposición por el titular de dominio o terceros, salvo en los casos


previstos en el inciso g), se interrumpirá el procedimiento;

g) Cuando la oposición del titular del dominio o de terceros se fundare en el reclamo


por saldo de precio, o en impugnaciones a los procedimientos, autoridades o
intervenciones dispuestas por esta ley, no se interrumpirá el trámite procediéndose
como lo dispone el inciso e), sin perjuicio de los derechos y acciones judiciales que
pudieren ejercer;

h) Si el titular del dominio prestase consentimiento para la transmisión en favor del


peticionante, la escrituración se realizará conforme a las normas de derecho común,
siendo de aplicación, y las que se dictasen en las respectivas jurisdicciones.

 PROCEDIMIENTO PARA BIENES DE DOMINIO PRIVADO DEL ESTADO (ART. 7).

Cuando los inmuebles fuesen de dominio privado del Estado nacional, provincial o
municipal, se procederá a la inmediata escrituración por intermedio de las escribanías
habilitadas, con los beneficios previstos en el artículo 3º.

En caso de incumplimiento por parte del Estado, los peticionante podrán adherir al
régimen y procedimientos de esta ley.

Si el Estado nacional, provincial o municipal no habilitare este procedimiento,


procederá la acción de amparo.

 INSCRIPCIÓN REGISTRAL (ART 8).

La inscripción registral a que se refiere el inciso e) del artículo 6° se convertirá de


pleno derecho en dominio perfecto transcurrido el plazo de diez años contados a partir
de su registración. Los titulares de dominio y/o quienes se consideren con derecho
sobre los inmuebles que resulten objeto de dicha inscripción, podrán ejercer las
acciones que correspondan inclusive, en su caso, la de expropiación inversa, hasta que
se cumpla el plazo aludido.

Las provincias dictarán las normas reglamentarias y disposiciones catastrales y


regístrales pertinentes para la obtención de la escritura de dominio o título.

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Simón García Méndez

• Punto 8 – Adquisición del dominio de automotores (decreto ley 6582/58).

ARTICULO 1º.- La transmisión del dominio de los automotores deberá formalizarse por
instrumento público o privado y sólo producirá efectos entre las partes y con relación a
terceros desde la fecha de su inscripción en el Registro Nacional de la Propiedad del
Automotor.

ARTICULO 2º.- La inscripción de buena fe de un automotor en el registro confiere al


titular de la misma la propiedad del vehículo y el poder de repeler cualquier acción de
reivindicación, si el automotor no hubiese sido hurtado o robado.

ARTICULO 3º.- Si el automotor hubiese sido hurtado o robado, el propietario podrá


reivindicarlo contra quien lo tuviese inscripto a su nombre, debiendo resarcirlo de lo
que hubiese abonado si la inscripción fuera de buena fe y conforme a las normas
establecidas por este decreto-ley.

ARTICULO 4º.- El que tuviese inscripto a su nombre un automotor hurtado o robado,


podrá repeler la acción reivindicatoria transcurridos DOS (2) años de la inscripción,
siempre que durante ese lapso lo hubiese poseído de buena fe y en forma continua.
Cuando un automotor hurtado o robado hubiera sido adquirido con anterioridad a la
vigencia del presente en venta pública o en comercio dedicado a la venta de
automotores, el reivindicante deberá resarcir al poseedor de buena fe del importe
pagado en la venta pública o en el comercio en que lo adquirió. El reivindicante podrá
repetir lo que pagase, contra el vendedor de mala fe.

ARTICULO 5º.- A los efectos del presente Registro serán considerados automotores los
siguientes vehículos: automóviles, camiones, inclusive los llamados tractores para
semirremolque, camionetas, rurales, jeeps, furgones de reparto, ómnibus,
microómnibus y colectivos, sus respectivos remolques y acoplados, todos ellos aun
cuando no estuvieran carrozados, las maquinarias agrícolas incluidas tractores,
cosechadoras, grúas, maquinarias viales y todas aquellas que se auto propulsen. El
Poder Ejecutivo podrá disponer, por vía de reglamentación, la inclusión de otros
vehículos automotores en el régimen establecido.

ARTICULO 6º.- Será obligatoria la inscripción del dominio en el Registro Nacional de la


Propiedad del Automotor, de todos los automotores comprendidos en el artículo
anterior, de acuerdo con las normas que al efecto se dicten. La primer inscripción del
dominio de un automotor, se practicará en la forma que lo determine la
reglamentación. A todo automotor se le asignará al inscribirse en el Registro por
primera vez, un documento individualizante que será expedido por el Registro
respectivo y se denominará “Título del Automotor”. Este tendrá carácter de
instrumento público respecto de la individualización del automotor y de la existencia

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Simón García Méndez

en el Registro de las inscripciones que en él se consignen, pero sólo acreditará las


condiciones del dominio y de los gravámenes que afecten al automotor, hasta la fecha
de anotación de dichas constancias en el mismo.

• Punto 9 – Adquisición de semovientes: Régimen de propiedad de animales de raza.


Registros. Ley 20.378. Propiedad del ganado. Ley 22.939.

ARTICULO 1º — La marca es la impresión que se efectúa sobre el animal de un dibujo o


diseño, por medio de hierro candente, de marcación en frío, o de cualquier otro
procedimiento que asegure la permanencia en forma clara e indeleble que autorice la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos del Ministerio de Economía y
Producción.

La señal es un corte, o incisión, o perforación, o grabación hecha a fuego, en la oreja


del animal.

La caravana es un dispositivo que se coloca en la oreja del animal mediante la


perforación de la membrana auricular.

El tatuaje es la impresión en la piel del animal de números y/o letras mediante el uso
de puntas aguzadas, con o sin tinta.

El implante es un dispositivo electrónico de radiofrecuencia que se coloca en el


interior del animal.

La autoridad de aplicación podrá incorporar otros medios de identificación que por su


tecnología y funcionalidad sean considerados apropiados para la identificación del
ganado.

ARTICULO 2º — Para obtener el registro del diseño de una marca, señal o medio
alternativo de identificación propuesto exclusivamente para la especie porcina, deberá
cumplirse con las formalidades establecidas en cada provincia.

La autoridad de aplicación establecerá las características técnicas a las que deberá


ajustarse cada medio de identificación establecido en el artículo anterior.

ARTICULO 3º — No se admitirá el registro de diseños de marcas iguales, o que


pudieran confundirse entre sí dentro del ámbito territorial de una misma provincia. Se
comprenden en esta disposición las que presenten un diseño idéntico o semejante, y
aquellas en las que uno de los diseños, al superponerse a otro, lo cubriera en todas sus
partes.

Si estuviesen ya registradas en una misma provincia marcas iguales o susceptibles de


ser confundidas entre sí, el titular de la más reciente deberá modificarla en la forma
que le indique el organismo de aplicación local, dentro del plazo de noventa (90) días

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Simón García Méndez

de recibir la comunicación formal al efecto, la que se hará bajo apercibimiento de


caducidad del registro respectivo.

ARTICULO 4º — El registro del diseño de las marcas y señales del ganado en general y
de los medios alternativos de identificación propuestos exclusivamente para la especie
porcina confiere a su titular el derecho de uso exclusivo por el plazo que las respectivas
legislaciones provinciales establezcan, pudiendo ser prorrogado de acuerdo con lo que
dichas normas dispongan. Este derecho es transmisible y se prueba con el título
expedido por la autoridad competente, y en su defecto por las constancias registrales.
En los casos de transmisión, deberán efectuarse en el registro las anotaciones
respectivas.

- OBLIGACIONES DE LOS PROPIETARIOS DE HACIENDA:

ARTICULO 5º — Es obligatorio para todo propietario de ganado mayor o menor tener


registrado a su nombre el diseño que empleare para marcar o señalar, conforme a lo
dispuesto en la presente ley.

Queda prohibido marcar o señalar sin tener registrado el diseño que se emplee, con
excepción de la señal que fuera usada como complemento de la marca en el ganado
mayor.

Es obligatorio para todo propietario de ganado porcino tener registrado a su nombre


el diseño que empleare para señalar, o el medio alternativo de identificación elegido
según lo propuesto por la presente ley y de uso exclusivo para la especie porcina.

Queda prohibido señalar o identificar el ganado porcino con alguno de los medios
alternativos de identificación propuestos exclusivamente para la especie porcina, sin
tener registrado el diseño de la señal que se emplee, o el medio alternativo de
identificación elegido entre los propuestos por la presente ley.

ARTICULO 6º — Es obligatorio para todo propietario de hacienda marcar su ganado


mayor y señalar su ganado menor. En el ganado porcino se autoriza también el uso de
alguno de los otros medios alternativos de identificación animal indicados en el
artículo 1º de la presente ley, a elección del propietario del ganado. En los ejemplares
de pura raza, la marca o señal podrá ser sustituida por tatuajes o reseñas, según
especies.

ARTICULO 7º — La obligación establecida en el artículo anterior deberá cumplirse en el


ganado mayor durante el primer año de vida del animal, y en el ganado menor, a
excepción del porcino, antes de llegar a los seis (6) meses de edad. Para el ganado
porcino dicha obligación deberá cumplimentarse antes de los cuarenta y cinco (45)
días de edad.

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Simón García Méndez

Todo animal de la especie porcina que transite fuera del establecimiento donde ha
nacido deberá estar identificado mediante señal o medio alternativo de identificación
propuesto exclusivamente para el ganado porcino, aunque no haya alcanzado la edad
establecida precedentemente.

La marca o señal para el ganado en general, y los medios alternativos de


identificación propuestos exclusivamente para el ganado porcino, deberán ser
aplicados tal como figura en el título previsto en el artículo 4º de esta ley. Las marcas
deberán ser aplicadas en idéntica posición, coincidente con la línea vertical.

ARTICULO 8º — El incumplimiento de las obligaciones establecidas en el presente


Título privará al propietario de los animales de los derechos que esta ley le acuerde
referentes al régimen de propiedad del ganado, sin perjuicio de las multas que
establecieren las legislaciones locales.

- DE LA PROPIEDAD DEL GANADO:

ARTICULO 9º — Se presume, salvo prueba en contrario, y sin perjuicio de lo dispuesto


en el Título IV de la presente ley, que el ganado mayor marcado y el ganado menor
señalado, o en el caso exclusivamente del ganado porcino, señalado o identificado con
alguno de los medios alternativos descritos en el artículo 1º de la presente ley
pertenece a quien tiene registrado a su nombre el diseño de la marca o señal, o medio
de identificación alternativo aplicado al animal.

Se presume igualmente, salvo prueba en contrario, que las crías no marcadas o


señaladas pertenecen al propietario de la madre. Para que esta presunción sea
aplicable las crías deberán encontrarse al pie de la madre.

ARTICULO 10. — El poseedor de hacienda orejana y de aquella cuya marca o señal o


medio alternativo de identificación propuesto exclusivamente para el ganado porcino
no fuere suficientemente clara, quedará sometido en su derecho de propiedad al
régimen común de las cosas muebles, sin perjuicio de las sanciones que estableciere la
autoridad local.

ARTICULO 11. — La propiedad de los ejemplares de pura raza se probará por el


respectivo certificado de inscripción en los registros genealógicos y selectivos
reconocidos, que concuerde con los signos individuales que llevaren los animales.

- DE LA TRANSMISION DE LA PROPIEDAD DEL GANADO

ARTICULO 12. — Todo acto jurídico mediante el cual se transfiera la propiedad de


ganado mayor o menor, deberá instrumentarse con un certificado de adquisición que,
otorgado por las partes, será autenticado por la autoridad local competente.

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Simón García Méndez

ARTICULO 13. — El certificado a que se refiere el artículo anterior, deberá contener:

a) Lugar y fecha de emisión.

b) Nombre y apellido de las partes y en su caso de sus representantes, sus


domicilios y la mención de los documentos de identidad.

c) Especificación del tipo de operación de que se trata, matrícula del título de la


marca, señal o medio alternativo de identificación propuesto exclusivamente para el
ganado porcino, y diseño de éstos o el tatuaje de la reseña correspondientes en los
animales de raza.

Especificación de la cantidad de animales comprendidos en la operación, con


indicación de su sexo y especie.

d) Firma del transmitente o de su representante, y si no pudiere o no supiere firmar,


la firma a ruego de otra persona, junto con la impresión digital del que no pudiere o no
supiere firmar. La firma del transmitente podrá ser suplida por la del consignatario.

e) Firma y sello del oficial público competente que autenticare el certificado.

ARTICULO 14. — La transmisión de dominio de los animales de pura raza, podrá


perfeccionarse mediante acuerdo de partes por la inscripción del acto en los registros
genealógicos y selectivos, a que se refiere el artículo 11.

ARTICULO 15. — La intervención del oficial público no subsane las nulidades o vicios
que pudieren afectar el acto de transmisión.

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