Unidad 6 - Derechos Reales
Unidad 6 - Derechos Reales
Unidad 6 - Derechos Reales
Son los hechos (del hombre o de la naturaleza) y actos (humano o jurídicos) previstos
por la ley para adjudicar el dominio de una determinada cosa, mueble o inmueble a
una determinada persona, que así incorpora la cosa en propiedad a su patrimonio.
Clasificación.
1- Derivados: son aquellos que se recibe el dominio del alguien, con todas las
limitaciones y cargas que ese dominio tenía. Por ejemplo, a le trasmite el
dominio a B. B lo recibe con todas las cargas y limitaciones que tenía A, porque
le trasmite el mismo derecho, y no uno más amplio; si el inmueble tenía una
hipoteca quien lo adquiere lo adquiere con esa hipoteca.
>> Por actos entre vivos y mortis causa (sucesión, legado de cosa cierta).
>> A título singular y a titulo universal . Se puede adquirir todo el patrimonio, o un bien
en particular.
En resumen:
Hoy el CCyC lo discrimina y entonces hay una parte que esta exclusivamente dedicada
a tratar la adquisición de los derechos reales en general y otra parte que regula la
adquisición especial del dominio.
1) Originales: son las que nacen a partir del derecho que acaba de constituirse, y no
reconocen un antecesor o un derecho anterior. La cosa se adquiere sin importar el
derecho que tenía el propietario anterior, o cuando la cosa no tenía dueño (res nullius),
o había sido abandonada.
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2) Derivados: son las que nacen a partir de la transmisión del derecho real
transmitente al adquirente. De esta forma, se requiere la concurrencia de dos
voluntades y la participación de dos o más personas. En este caso, el derecho SI
reconoce un antecesor y aquí se aplica la regla de nemo plus iuris (“nadie puede
transmitir un derecho mejor o más extenso que el que tiene”) porque el adquirente
recibe el mismo derecho que tenía el transmitente. De esta forma, el adquirente, en
principio, tendrá la cosa con todas las cargas, gravámenes y limitaciones que pesaban
sobre aquél, además de los que la ley le imponga
i) Las cosas abandonadas: Las cosas abandonadas son las que alguna vez
tuvieron dueño, pero ya no lo tienen. El abandono siempre debe ser voluntario. Como
la intención de renunciar no se presume, se dispone que si la cosa hallada es de algún
valor se la presume perdida y no abandonada. Por otro lado, si el dueño es
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ii) Los animales que son el objeto de la caza y de la pesca: A tal respecto el
ARTICULO 1948 dispone: “Caza. El animal salvaje o el domesticado que recupera su
libertad natural, pertenece al cazador cuando lo toma o cae en su trampa. Mientras el
cazador no desista de perseguir al animal que hirió tiene derecho a la presa, aunque
otro la tome o caiga en su trampa.
ARTÍCULO 1949.-‘Pesca. Quien pesca en aguas de uso público, o está autorizado para
pescar en otras aguas, adquiere el dominio de la especie acuática que captura o extrae
de su medio natural.
Las abejas tienen un trato diferenciado del trato que se dispensa a los animales
salvajes, puesto que su salida de la posesión del dueño no las convierte, de modo
automático, en animales carentes de dueño.
Si las abejas tienen dueño, éste no pierde su propiedad porque ellas escapen, o se
introduzcan en un inmueble ajeno, mientras se siga al enjambre. Puede ingresar sin
permiso a una propiedad privada, pero debe indemnizar el daño que cause. Esto es
una excepción a la facultad de exclusión que tiene el dueño.
iii) El agua pluvial que caiga en lugares públicos o corra por ellos.
El principio es que las cosas que tienen dueño nunca pueden ser apropiadas.
Concepto.
De acuerdo al ARTÍCULO 1951 es tesoro toda cosa mueble de valor, sin dueño
conocido, oculta en otra cosa mueble o inmueble. Antes el CC hablaba de una cosa
enterrada oculta en un inmueble, pero ahora puede estar oculta en un bien inmueble
o mueble.
Por ende, como el tesoro es cosa mueble, no pertenece al propietario del inmueble,
es decir, al propietario del suelo donde se encuentre enterrado, o al dueño de la casa
donde se haya escondido; pertenecerá al primero que lo haga visible. Por eso, porque
es cosa distinta de lo hipotecado, y no es accesorio del suelo ni del edificio, él no está
comprendido en la garantía real, sea ésta hipoteca o anticresis.
a) los titulares de derechos reales que se ejercen por la posesión, ya sea un objeto
propio, principalmente propio, o ajeno, con excepción de la prenda;
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Los derechos del descubridor no pueden invocarse por la persona a la cual el dueño
de la cosa le encarga buscar un tesoro determinado, ni por quien busca sin su
autorización. Pueden ser invocados si al hallador simplemente se le advierte sobre la
mera posibilidad de encontrar un tesoro.
De acuerdo al ARTÍCULO 1954 cuando alguien pretende que tiene un tesoro que dice
haber guardado en predio ajeno y quiere buscarlo, puede hacerlo sin consentimiento
del dueño del predio; debe designar el lugar en que se encuentra, y garantizar la
indemnización de todo daño al propietario.
A pesar del texto legal, si no obtiene el consentimiento del dueño del terreno, no
puede ingresar, y debe solicitar la autorización al juez en lo civil que corresponda a la
ubicación del inmueble, el que seguramente va a acceder al pedido, pero con citación
del terreno. Se configura una excepción a la facultad de exclusión del dueño.
En consecuencia, la cosa hallada debe reunir ciertos caracteres: a) ser ajena; b) que
no esté en poder de nadie; c) que no haya sido abandonada por su dueño.
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De acuerdo al ARTÍCULO 1955 el que encuentra una cosa perdida no está obligado a
tomarla, pero si lo hace asume las obligaciones del depositario a título oneroso. Debe
restituirla inmediatamente a quien tenga derecho a reclamarla, y si no lo individualiza,
debe entregarla a la policía del lugar del hallazgo, quien debe dar intervención al juez.
De esta manera, quien halle la cosa perdida debe poner diligencia en informar a quien
tenga derecho a la cosa, si lo conociere o ‘individualiza’; esto último se refiere al hecho
de que muchas veces en la misma cosa halla está grabado quien es el dueño o su
dirección.
Si el hallador no supiese quién es el dueño, debe entregar la cosa a la policía del lugar,
que dará intervención al juez en lo civil que corresponda a la jurisdicción donde la cosa
fue hallada, y quedará encargado de concretar el procedimiento, que debe ser
impulsado de oficio, para hallar al dueño del objeto extraviado.
Se entiende, además, que, como obligación accesoria, tendrá que respetar y guardar
secreto, no pudiendo abrir o acceder a las cosas depositadas en cajas cerradas.
Recompensa y subasta.
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Transcurridos seis meses sin que se presente quien tiene derecho a reclamarla, la
cosa debe venderse en subasta pública. La venta puede anticiparse si la cosa es
perecedera o de conservación costosa. Deducidos los gastos y el importe de la
recompensa, el remanente pertenece a la ciudad o municipio del lugar en que se halló.
A- TRANSFORMACION.
El CCYC regula distintos casos de transformación de una cosa ajena en nueva, y las
distintas soluciones según sea posible, o no volver al estado anterior y la buena o mala
fe del transformador.
Para saber quién es el dueño de la cosa hay que ver si la cosa es susceptible de volver
al estado anterior, y si es de buena o mala fe. La buena fe y mala fe consiste en saber o
no que la cosa en que está trabando es ajena.
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>> Los savignianos opinaban que lo de más peso era lo material, por ello le
correspondía al dueño del material.
>> Los procureyanos opinaban que lo más importante era el trabajo realizado sobre la
cosa y la nueva cosa que existía correspondía a quien lo había transformado.
- Casos:
Este derecho de crédito solo será posible cuando no se aplique el art. 1895, pues
según esta norma, cuando el poseedor es de buena fe y a título oneroso de cosas no
robadas ni perdidas, nada se le puede reclamar. Dado que, por hipótesis, el
transformador obra de buena fe, la solución de la norma solo será viable cuando la
materia ajena haya sido hurtada o perdida, o cuando falte el título oneroso.
Como el especificador es de mala fe, porque debía saber que la materia prima era
ajena, y ésta no vuelve a su forma anterior, él no adquiere la nueva especie si el
propietario de la materia quiere quedarse con él, pero en ese caso el propietario debe
pagarle al transformador su trabajo o el mayor valor adquirido por la transformación. Y
si el dueño de la materia no la quiere en su nueva forma, tiene derecho a ser
indemnizado de todo daño.
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La accesión puede tener lugar cuando una cosa mueble se adhiere a un inmueble ej:
(plantación), a otra cosa mueble o cuando la reunión es de dos inmuebles (aluvión). Se
la clasifica en artificial o natural, según intervenga, o no, la mano del hombre.
Cuando dos o más cosas muebles que pertenecen a distintos dueños se unen,
formando una sola (sin poder separarse o que la separación sea costosa), el
propietario de la cosa más valiosa adquiere la nueva pagándole al dueño de la otra su
valor. Esto no está expreso en el art., pero a esta solución se puede llegar aplicando
por analogía lo previsto por el art. anterior para la transformación. De no ser así se
generaría un enriquecimiento sin causa. La indemnización podrán pactarla las partes; si
no hay acuerdo la cuestión será resuelta por un juez.
Si las cosas unidas pueden separarse, NO hay accesión y cada dueño tiene derecho a
pedir la separación.
La accesión debe producirse sin que medie hecho del hombre, esto es, casual. Sino,
habría transformación, ello es lo que la diferencia de la trasformación hay un trabajo
en donde el hombre transforma la materia.
Si no hay cosa de mayor valor, los antiguos dueños de las cosas se convierten en
condóminos de la nueva. Se trata de un condominio de indivisión forzosa perdurable.
Si las cosas han sido mezcladas o confundidas por un tercero (hecho del hombre), se
estaría en la misma situación: se produce un condominio cuya fuente es la ley. Esto sin
perjuicio de la responsabilidad del tercero.
ALUVIÓN.
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Se aplican las normas sobre aluvión tanto a los acrecentamientos producidos por el
retiro natural de las aguas, como por el abandono de su cauce.
> Por acarreo: el rio que cambia de curso; se va retirando poco a poco de una de
las riberas para recostarse sobre la otra. El resultado es que sobre la ribera en que se
ha retirado, ha quedado al descubierto parte de su cauce, el que se hace propiedad de
los ribereños.
> Por abandono: un rio que existía y deja de correr, por ejemplo, porque se secó.
Si el rio no existe y quedo el cauce seco, acrecenta al terreno lindero en su frente.
>> Aluvión formado a lo largo de varios inmuebles. Lo que dispone el art. sería
sencillo si todos los terrenos fueran en líneas paralelas hacia el río. Las dificultades
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comienzan cuando los terrenos tienen límites que van en distintas direcciones o
ángulos. En este caso será un problema que deberán resolver los peritos agrimensores.
No se adquieren por “aluvión” las arenas o fango que forman parte del mismo río o,
más precisamente, del lecho del río que se extiende hasta “las más altas aguas en su
estado normal”.
ARTÍCULO 1960.-‘Cauce del río. No constituye aluvión lo depositado por las aguas que
se encuentran comprendidas en los límites del cauce del río determinado por la línea de
ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias.’
De esta manera, las partículas de tierra, arenas, fango u otros materiales que se
encuentren dentro de los límites del río, no constituyen aluvión, porque no ha
habitado adherencia a los terrenos de dominio privado, y además porque no forman
parte de ellos sino del curso del agua. Nada de lo depositado que se encuentre dentro
del límite del río o lago constituye aluvión.
AVULSIÓN.
La avulsión un acrecentamiento del inmueble por la fuerza súbita de las aguas, tal
como una inundación, que puede traer tierra; la tierra que se le pega al inmueble lo
adquiere por avulsión, que producen una adherencia natural. Pero si por ejemplo la
inundación trae una cama, o un auto, no se adquiere el dominio de ellos porque serian
cosas perdidas que tienen dueño; por ello cuando la avulsión es de cosa no susceptible
de adherencia natural, se aplica lo dispuesto sobre las cosas perdidas.
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En cambio, existe la posibilidad de que se indemnice al dueño invadido por los daños
que pudiera ocasionar el retiro de las cosas segregadas, antes de la adherencia natural
o del cumplimiento del plazo de prescripción.
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2) Si es de mala fe, también los hace suyos, pero el dueño de la finca, además
del pago del valor de los materiales, plantas o semillas, podrá ser condenado al
resarcimiento de los daños y perjuicios.
1) Los materiales pertenecen al dueño, el derecho del tercero es del percibir ‘el
mayor valor adquirido’ por el inmueble.
2) Si el tercero obró de mala fe, el dueño puede exigir que se reponga todo a su
estado anterior, y a costa del tercero. Aunque, si la diferencia de valor es ‘importante’,
puede quedarse con la obra y pagar el valor de los materiales y el trabajo, o abdicar su
derecho a favor del tercero, en cuyo caso tiene derecho a percibir el valor del
inmueble y el daño sufrido.
El dueño del inmueble colindante puede exigir la indemnización del valor de la parte
invadida del inmueble. Puede reclamar su adquisición total si se menoscaba
significativamente el aprovechamiento normal del inmueble y, en su caso, la
disminución del valor de la parte no invadida. Si el invasor no indemniza, puede ser
obligado a demoler lo construido.
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El vecino no puede destruir lo hecho, solo tiene un crédito por el valor de la parte
invadida. Esto es así si no se opuso inmediatamente, porque se supone que si dejó que
su vecino avanzara e invirtiera dinero, de alguna manera lo consintió, y estaría
obrando de mala fe si luego de terminada la obra exigiera su demolición.
Para que se aplique la norma el invasor debe ser dueño del terreno vecino, donde
también se construyó.
El conocimiento que tiene que tener el propietario del fundo debe ser cierto, efectivo
y concreto (nunca presumido). Será importante la prueba de este conocimiento del
dueño del fundo, porque si él sabía que se estaba construyendo en su terreno y no se
opuso, luego no podrá pedir la demolición y la restitución a su estado anterior.
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Fue una ley dictada en el año 1994 con la finalidad de resolver los problemas que
había con la ocupación de tierras en el país, dando la posibilidad de adquirir el título de
esos inmuebles que estaban ocupando.
>> Es para aquellos acreditan posesión pública pacífica y continua durante 3 años
anteriores al 1 de enero de 2009.
>> Causa licita, con lo cual los usurpadores están excluidos de esta ley. Es decir, que
no haya habido una usurpación o intrusión ilegal. La persona debe haber accedió por
medios legales.
c) Las personas, que sin ser sucesores, hubiesen convivido con el ocupante originario,
recibiendo trato familiar, por un lapso no menor a dos años anteriores a la fecha
establecida por el artículo 1 de enero de 2009, y que hayan continuado con la
ocupación del inmueble;
Los beneficiarios del presente régimen gozarán del beneficio de gratuidad en todos
los actos y procedimientos contemplados en esta ley, los que fijare la reglamentación o
la autoridad de aplicación en sus respectivas jurisdicciones. En ningún caso constituirán
impedimentos, la existencia de deudas tributarias, impositivas o de tasas que recaigan
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ARTICULO 9º- A los efectos del financiamiento del sistema, crease una contribución
única de 1 % del valor fiscal del inmueble, la que estará a cargo de los beneficiarios. La
reglamentación determinara la forma de percepción y administración de estos fondos.
a) Los propietarios o poseedores de otros inmuebles con capacidad para satisfacer sus
necesidades de vivienda;
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Cuando los inmuebles fuesen de dominio privado del Estado nacional, provincial o
municipal, se procederá a la inmediata escrituración por intermedio de las escribanías
habilitadas, con los beneficios previstos en el artículo 3º.
En caso de incumplimiento por parte del Estado, los peticionante podrán adherir al
régimen y procedimientos de esta ley.
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ARTICULO 1º.- La transmisión del dominio de los automotores deberá formalizarse por
instrumento público o privado y sólo producirá efectos entre las partes y con relación a
terceros desde la fecha de su inscripción en el Registro Nacional de la Propiedad del
Automotor.
ARTICULO 5º.- A los efectos del presente Registro serán considerados automotores los
siguientes vehículos: automóviles, camiones, inclusive los llamados tractores para
semirremolque, camionetas, rurales, jeeps, furgones de reparto, ómnibus,
microómnibus y colectivos, sus respectivos remolques y acoplados, todos ellos aun
cuando no estuvieran carrozados, las maquinarias agrícolas incluidas tractores,
cosechadoras, grúas, maquinarias viales y todas aquellas que se auto propulsen. El
Poder Ejecutivo podrá disponer, por vía de reglamentación, la inclusión de otros
vehículos automotores en el régimen establecido.
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El tatuaje es la impresión en la piel del animal de números y/o letras mediante el uso
de puntas aguzadas, con o sin tinta.
ARTICULO 2º — Para obtener el registro del diseño de una marca, señal o medio
alternativo de identificación propuesto exclusivamente para la especie porcina, deberá
cumplirse con las formalidades establecidas en cada provincia.
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ARTICULO 4º — El registro del diseño de las marcas y señales del ganado en general y
de los medios alternativos de identificación propuestos exclusivamente para la especie
porcina confiere a su titular el derecho de uso exclusivo por el plazo que las respectivas
legislaciones provinciales establezcan, pudiendo ser prorrogado de acuerdo con lo que
dichas normas dispongan. Este derecho es transmisible y se prueba con el título
expedido por la autoridad competente, y en su defecto por las constancias registrales.
En los casos de transmisión, deberán efectuarse en el registro las anotaciones
respectivas.
Queda prohibido marcar o señalar sin tener registrado el diseño que se emplee, con
excepción de la señal que fuera usada como complemento de la marca en el ganado
mayor.
Queda prohibido señalar o identificar el ganado porcino con alguno de los medios
alternativos de identificación propuestos exclusivamente para la especie porcina, sin
tener registrado el diseño de la señal que se emplee, o el medio alternativo de
identificación elegido entre los propuestos por la presente ley.
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Todo animal de la especie porcina que transite fuera del establecimiento donde ha
nacido deberá estar identificado mediante señal o medio alternativo de identificación
propuesto exclusivamente para el ganado porcino, aunque no haya alcanzado la edad
establecida precedentemente.
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ARTICULO 15. — La intervención del oficial público no subsane las nulidades o vicios
que pudieren afectar el acto de transmisión.
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