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El: 15 de octubre de 2011, a las: 02:28
Editorial: Routledge
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Hegemonía selectiva y
Más allá de las poblaciones con
“Sin Función Productiva”: A
Marco para la investigación
a
Gavin A Smith
a
Departamento de Antropología, Universidad de Toronto,
Toronto, Ontario, Canadá
Disponible en línea: 01 de septiembre de 2011
Para citar este artículo: Gavin A. Smith (2011): Selective Hegemony and Beyond
Populations with “No Productive Function”: A Framework for Enquiry, Identities, 18:1, 238
Para enlazar a este artículo: http://dx.doi.org/10.1080/1070289X.2011.593413
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Identidades: estudios globales sobre cultura y poder, 18:2–38,
2011 Copyright © 2011 Crown
copyright ISSN: 1070289X print / 15473384
online DOI: 10.1080/1070289X.2011.593413
Hegemonía Selectiva y Más AlláPoblaciones con “No
Función productiva”1: un marco para la investigación
Gavin A. Smith
Departamento de Antropología, Universidad de Toronto, Toronto, Ontario,
Canadá
Un cambio significativo en la forma de la economía política desde la década de 1980 se
describe con frecuencia como un cambio del estado de bienestar al neoliberalismo, este
último se refiere a nuevos principios de gobierno o más ampliamente para incluir la naturaleza
de la economía. El documento argumenta que es más fructífero explorar cómo estos cambios
reflejaron un cambio en el dominio de las formas de capital, principalmente de la producción
a las finanzas. Los bloques de clases dominantes del primer período persiguieron proyectos
hegemónicos descritos aquí como expansivos; en el último período tales proyectos se
volvieron selectivos. En la medida en que el capital financiero busca seguridad a través de
la diversificación (beneficiarse de la diferencia) y no es en sí mismo productor de valor,
entonces depende y [re]produce, respectivamente, a) poblaciones seleccionadas invertidas
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en distinciones, y b) una población residual absoluta. La política del primero es de negociación,
la del segundo es una contrapolítica más allá de la negociación. La exploración de esta
diferencia se convierte en una tarea crucial para el análisis social.
Palabras clave: capital financiero, capital productivo, clase, keynesianismo, neoliberalismo,
hegemonía, economía política, gubernamentalidad, superpoblación, Marx,
Gramsci
Cuando un país que se autodenomina democracia declara abiertamente la
guerra dentro de sus fronteras, ¿cómo es esa guerra? ¿Tiene la resistencia una
oportunidad?
Arundhati Roy, “Gandhi pero con armas” The Guardian 27 de marzo de 2010:
34.
Consenso... significa el intento de deshacerse de la política expulsando a los
sujetos excedentes y reemplazándolos con socios reales, grupos sociales,
grupos de identidad, etc.
Jacques Ranciere, “¿Quién es el Sujeto de los Derechos del Hombre?”
Trimestral del Atlántico Sur 2004: 306.
Introducción
Recientemente, ha habido una oleada de literatura sobre esa parte de
la población, que los victorianos solían llamar "el residuo" .
2
Select Hegemony and BeyondPoblaciones con “Sin Función Productiva” 3
a raíz de una discusión mucho más amplia y de más larga data en la que el
desafío de comprender a la población ha sido cada vez más el problema de
la heterogeneidad: el hecho de que el analista debe encontrar herramientas
conceptuales para comprender las múltiples formas en que las personas
están incrustadas en el entorno social. mundo. Esto a menudo se aborda en
términos de dilemas jurídicos y éticos, múltiples formas de ciudadanía,
complejidades sobre los derechos humanos, etc. Una vez hecho todo este
trabajo, inevitablemente nos quedamos con lo que Ranciere (1999) denomina
“la parte de los que no tienen parte”, los fragmentos que no forman parte de
ninguna de las categorías que operan en este mundo heterogéneo. Este
artículo es tanto una contribución a la creciente literatura como una respuesta a ella.
Aunque gran parte de lo que es útil en el trabajo actual ha resultado de lo
que Butler llama “normas de reconocibilidad” (2009: 7), estas discusiones han
tendido a alejarse de la especificidad de la crisis de reproducción que
enfrentan las formaciones capitalistas actuales y sus regímenes políticos
concomitantes. El problema es que nos limitamos al análisis crítico de
cadenas discursivas y programas políticos que clasifican a las personas de
esta manera. Como resultado, las clasificaciones y categorías parecen ocurrir
en un ámbito más allá de las tensiones en la reproducción social que enfrenta
la economía política capitalista de una coyuntura a otra, y los sucesivos
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intentos históricamente distintos de resolver esas tensiones.
Proponer que necesitamos salir de este encierro no es solo una cuestión
de insistir en un enfoque teórico sobre otro: por la importancia de una crítica
de la economía política para nuestra comprensión del mundo en que vivimos,
por encima de la teoría del discurso o la gubernamentalidad. enfoques. Más
bien, es una cuestión de cómo los intelectuales evalúan las condiciones de
posibilidad que podrían contribuir al éxito de lo que llamo política reivindicativa.
Por ejemplo, como señalo más adelante, Marx se embarcó en su análisis
crítico del capital precisamente con ese propósito. Y a medida que cambiaba
su análisis de las condiciones, también lo hacían sus intervenciones políticas.
Por lo tanto, sí importa qué marco se usa para 'confrontar el presente'.
Aun así, este ensayo sólo busca sugerir tal marco; no se dibuja ninguna
evidencia etnográfica en el lienzo. Comienzo señalando que en el Norte
Global los últimos dos siglos pueden verse en términos de una tensión entre
las demandas de que el cuerpo político (representado por el estado) sea la
expresión de la soberanía popular versus las demandas de que se moldee
para mejorar la productividad . La socialdemocracia no fue sólo la expresión
de los intentos de mediar en esta tensión; como señaló Lefebvre, envolvió a
la población en el proyecto de productividad: “El modelo socialdemócrata...
[fue] una variante y posiblemente una mejora de le mode de production
étatique” (Lefebvre 2001: 775). A pesar de la persistente heterogeneidad
real entre las personas en términos de etnicidad, género,
4 ga smith
identidad regional, etc., en los estados liberales durante gran parte del siglo XX,
hubo un impulso hacia la uniformidad tanto en términos de ciudadanía como
en términos de producción en masa. Esto culminó después de la Segunda
Guerra Mundial en el Estado Nacional de Bienestar Keynesiano [KNWS] (Jessop 2006).
Me refiero a lo que surgió como hegemonía expansiva.
Pero en los últimos treinta años, por una serie de razones (discutidas más
adelante), los proyectos hegemónicos de varios bloques dominantes comenzaron
a estar dirigidos a grupos seleccionados de personas. La selectividad, a su vez,
significó que tanto en el ámbito de la población como en el ámbito de la
productividad (ampliamente concebida), el impulso hacia la uniformidad tenía
que ser reemplazado por criterios de diferencia. Como resultado, la tensión
entre personas y productividad se reformuló en lo que llamo hegemonía selectiva.
Describo estos dos escenarios y luego discuto dos intervenciones importantes
que nos brindan lentes para caracterizar la membresía heterogénea en la
sociedad moderna tardía. Estos autores nos ayudan a producir un marco
tentativo, pero luego trato de avanzar en ese marco por medio de una crítica de
la economía política en lugar del énfasis en la gobernabilidad, que ellos utilizan.
Esto conduce a una primera forma de entender la producción capitalista y la
caracterización de la población en términos productivistas. Para llegar a esto me
refiero a una tensión entre lo que llamo tecnos y demos. Sugiero que los bloques
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dominantes resolvieron estas tensiones a través de una variedad de proyectos
hegemónicos, que generalmente fueron expansivos.
Pero para aplicar los principios de este argumento a formas más recientes de
capitalismo necesito introducir un segundo pareado: libertad y encierro, y sugiero
que, en conjunto, estos lentes nos ayuden a comprender las formas actuales de
capital y las configuraciones de la población. . Luego sugiero que la hegemonía
expansiva ya no sirve a los propósitos de los bloques dominantes, lo que resulta
en un cambio hacia la hegemonía selectiva.
Este ejercicio se lleva a cabo para ayudarnos a identificar las condiciones de
posibilidad de la política reivindicativa.3 Inspirándose en los análisis exhaustivos
de Marx de la sociedad de mediados del siglo XIX, Gramsci insistió en que el
éxito de la política reivindicativa dependería de lo que él llamó ideología
“orgánica”: una fuerza contraria que surgió de, y en respuesta a, las
características específicas de las actuales condiciones de posibilidad.4 Junto
con una serie de autores más recientes que han hecho un tipo de argumento
similar, sugiriendo que así como el capitalismo de mediados del siglo XIX invocó
un cierto tipo de fuerza contraria, por lo que el análisis de las condiciones
neoliberales actuales sugiere diferentes políticas apropiadas, busco seguir la
agenda de Gramsci (Martin 2000; Feher 2009; ver también Silver 2003). Pero
creo que en la medida en que estas condiciones invoquen las características
de la hegemonía selectiva , que restringe el campo de la política negociable a
participantes seleccionados, entonces hay una esfera
de acción más allá de esa política donde no es posible tal negociación,
invocando el tipo de preguntas que Arundhati Roy hace arriba.5
Coyunturas cambiantes
El final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 suele señalarse como un
momento clave en la relación entre la economía y la sociedad, tanto a nivel
nacional como internacional. El cuarto de siglo que siguió fue testigo de
intervenciones planificadas por el estado bastante amplias en forma de
estado de bienestar y, después de Bretton Woods, intervenciones
internacionales denominadas 'desarrollo'. Si bien en ambos casos estas
intervenciones estaban destinadas a producir mejores condiciones para el
desarrollo económico, también se suponía que contrarrestarían las
tendencias que se entendían como inherentes a la reproducción capitalista.
Dentro de los llamados países 'desarrollados', se suponía que abordarían
cuestiones de redistribución generalizada frente a la polarización capitalista
(social y espacial). Los programas reguladores debían proporcionar
"seguridad social" a esa parte del demos que no era beneficiaria de la
economía capitalista industrial. Esping Anderson (1990) habla de esto en
términos de preservar o proporcionar espacios de desmercantilización
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frente a las depredaciones de las relaciones enteramente mercantilizadas
(salud, pensiones, educación pública, etc.), y Jessop habla de esto como la
era del Estado Nacional Keynesiano. Estado de Bienestar [KNWS] (Jessop 2006).
En el llamado mundo 'en desarrollo', los programas también estaban
dirigidos a la población en su conjunto, pero en gran medida en términos
inversos. La ausencia de relaciones mercantilizadas y de un mercado
completo en el “sector tradicional” se vio como un impedimento para el
desarrollo de una economía propiamente capitalista. Para ello, se introdujeron
programas con el propósito de varios tipos de objetivos: el más obvio para
facilitar la transición del llamado sector tradicional al sector moderno; pero
donde esto parecía un objetivo a demasiado largo plazo o incluso
insuperable, promulgar una especie de tutela de esa población (Li 2009);
los espacios también podrían ser 'protegidos' en los cuales las poblaciones
podrían reproducirse para proporcionar mano de obra barata para el llamado
'sector moderno' (Wolpe 1980; Meillasoux 1980).
Aunque 1945 se utiliza con frecuencia como el momento decisivo para la
promulgación de estas dos variaciones sobre el tema de la planificación
dirigida a una población coherente dentro de una entidad política delimitada,
Cowen y Shenton (1996) muestran que necesitamos volver al siglo XIX para
descubrir su orígenes. El término 'desarrollo', sugieren, es inherentemente
problemático porque significa dos cosas diferentes: cambio inmanente (al
que con frecuencia nos referimos como desarrollo) y la intención de
desarrollar. Este último consiste en la ordenación o gestión (lo llaman
6 ga smith
'fideicomiso') del caos y el desorden resultantes de la primera (Cowen y Shenton
1996: 438). A medida que la lógica de la reproducción capitalista se hizo más
intensa en el centro y más extensa más allá, creció la necesidad compensatoria de
que el Estado o los organismos internacionales manejaran sus consecuencias.
A partir de fines de la década de 1970, las condiciones económicas y los
regímenes para su regulación se alejaron de esta fórmula. En los últimos veinte
años del siglo XX, estos cambios se conocieron como neoliberalismo. Las clases
económicas y políticas dominantes invirtieron su comprensión de la relación entre
la economía y el estado. Aquellas acciones del estado que alguna vez se tomaron
para contrarrestar las tendencias de la economía ahora se veían como una
desventaja para el libre desarrollo de la economía. Por lo tanto, se invirtió la función
del Estado (y de las instituciones que funcionan con los mismos fines a nivel
internacional); ahora era para cultivar el terreno de la actividad capitalista óptima.
Hablando de la era anterior y sus antecedentes, Cowen y Shenton (1996:438)
explican la contradicción interna en la idea de desarrollo:
Si bien un proceso inmanente de desarrollo abarca la dimensión de la
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destrucción, es difícil imaginar por qué y cómo se debe hacer el intento de
destruir en nombre del desarrollo.
Sin embargo, este se convirtió precisamente en el objetivo de lo que Peck y
Tickell (2002) llaman neoliberalismo de “retroceso” (ver también Klein 2008). Las
intervenciones de desarrollo estatales e internacionales deben diseñarse para
mejorar objetivos seleccionados muy específicos para optimizar su ventaja
comparativa, en lugar de resolver problemas más amplios de desigualdades (espaciales y sociale
Había entonces dos características distintivas de este nuevo régimen regulatorio:
primero, su función de retroceso y, segundo, su salida de la planificación como un
proceso amplio que atiende a la interconexión entre los elementos de una política
coherente y delimitada. Esto afectó al propio desarrollo como ejercicio de
planificación. Dado que las políticas estaban dirigidas a mejorar las ventajas de
regiones, poblaciones o sectores subnacionales específicos, la planificación en sí
misma, como una intervención coordinada destinada a anticipar los efectos de la
dinámica de una parte sobre la otra, se volvió problemática.6 Así que el cambio
pasar de los criterios sociales y nacionales de planificación a programas basados
en modelos comerciales y las denominadas medidas económicas no fue solo un
cambio en los criterios con los que se miden los objetivos de desarrollo; también
fue un cambio en la escala a la que se proponían planes para modificar la realidad.
¿Cómo podemos entender la heterogeneidad que surge de los regímenes
regulatorios selectivos de este tipo y los tipos de políticas que
puede surgir de ahí? Dos intervenciones recientes han abordado precisamente
estas cuestiones y, al hacerlo, vinculan las distinciones entre la población con la
cuestión de las poblaciones excedentes.
Chatterjee y Ong sobre la coyuntura actual Chatterjee (2008)7
comienza su argumento, siguiendo el de Sanyal (2007)
Repensando el Desarrollo Capitalista, al señalar la importancia para el desarrollo
en curso del capitalismo de la separación de los campesinos y artesanos de sus
medios de subsistencia a través de intervenciones políticas de un tipo u otro.
Sugiere que en el pasado esto ha producido una variedad de lo que él llama
'narrativas' de transición social (2008: 5455).
Hoy, sin embargo, “aunque el crecimiento capitalista en una sociedad poscolonial
como la India está inevitablemente acompañado por la acumulación primitiva de
capital, los cambios sociales que se producen no pueden entenderse como una
transición” (ibid: 55; énfasis agregado). La razón que da Chatterjee para esto deja
la impresión de que, al menos en la India, las viejas nociones de tutela y bienestar
están lejos de estar muertas.8
Ahora existe una sensación creciente de que se deben brindar ciertas
condiciones básicas de vida a las personas en todas partes y que, si los
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gobiernos nacionales o locales no las brindan, alguien más debe hacerlo, ya
sean otros estados o agencias intencionales de organizaciones no
gubernamentales. .. Se considera inaceptable que quienes se encuentran
desposeídos de sus medios de trabajo a causa de la acumulación primitiva
de capital no tengan medios de subsistencia. (ibíd. 55)
Sin embargo, utilizando el lenguaje de la gubernamentalidad, Chatterjee nos
presenta una imagen sectorial de la sociedad india que requiere que los programas
políticos sean selectivos en lugar de los programas universalistas anteriores que
describí anteriormente.
... [L]as actividades de gubernamentalidad requieren clasificaciones múltiples,
transversales y cambiantes de la población como objetivos de múltiples
políticas, produciendo una construcción necesariamente heterogénea de lo
social (2004: 36).
La principal distinción que identifica Chatterjee es una “división en el campo de
lo político entre un dominio de la sociedad civil propiamente constituida y un
dominio de la sociedad política más mal definido y contingentemente activado
” (ibid: 40). La sociedad civil incluye a la clase media y busca ser congruente con
los modelos normativos de la hegemonía capitalista burguesa (2008: 57), mientras
que grandes sectores de la población rural y urbana
8 ga smith
los pobres se relacionan con la sociedad haciendo demandas al estado y sus
apéndices que responden en términos de conveniencia política (en lugar de
una expansión de la participación política). A este último Chatterjee se refiere
como 'sociedad
política'. En la sociedad civil, la hegemonía del capitalismo (incluido
presumiblemente su acento neoliberal y concentrador de clases) no se
cuestiona: “[se] da prioridad a los requisitos del capital corporativo” (ibíd.: 57) y,
de hecho, “una característica importante de los últimos años ha sido la retirada
total de las clases medias urbanas de las actividades políticas” (ibid: 62). Como
su nombre lo indica, esto está lejos de ser el caso de la sociedad política, “el
espacio de gestión de formas de capital no corporativas” (ibíd.) compuesta por
unidades con baja composición de capital donde las ganancias están
subordinadas a las necesidades de subsistencia. Las personas aquí “no son
consideradas por el estado como ciudadanos apropiados que poseen derechos
y pertenecen a la sociedad civil debidamente constituida” (ibíd. 63: 1).
Evidentemente débiles en cuanto multitud o masa, estas personas manipulan
la negociación política (en la que la amenaza de la violencia no está del todo
ausente) a través de varias asociaciones temporales o más duraderas. Estas
asociaciones son en parte un efecto de programas gubernamentales particulares
que apuntan a ciertos grupos, como implicaría la imaginería de gubernamentalidad
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de Chatterjee. Además, la arena política dista mucho de la que EP Thompson
(1968) propuso para la clase obrera inglesa; muy al contrario, aquí las luchas
políticas no se acumulan para producir una cultura emergente; más bien, las
victorias de las personas siempre se registran como 'excepciones' más allá de
la ley, "temporales, contextuales e inestables" (ibid: 57).
Como cabría esperar desde el punto de vista de la gubernamentalidad (pese
al nombre), no se trata de política en el sentido histórico, sino más bien del
efecto de formas de gobierno.9 Aún así, una lectura cuidadosa de Chatterjee
revela que las asociaciones sí tienen una vida más allá de su forma como
sombras platónicas proyectadas por los programas gubernamentales. Es a
través de estas instituciones de membresía colectiva que la sociedad política
negocia con las agencias estatales, más que como ciudadanos individuales.
Por lo tanto, aunque se limita a remodelar el poder estructural a través de su
designación como "excepciones", la política adquiere la poca influencia que
tiene de las instituciones de membresía colectiva.
El marco de Chatterjee nos proporciona entonces una forma de hegemonía
selectiva: un pequeño campo de hegemonía generalizada (sociedad civil) y un
espacio social vasto y más amorfo donde la hegemonía es selectiva. Tampoco
se trata de un intento del bloque dominante de ampliar la participación en este
campo y, por lo tanto, extender la 'sociedad civil'. Las personas en este campo
tampoco participan de los valores hegemónicos de la sociedad civil.10 Pero
Chatterjee argumenta que existe una política de negociación para estas
personas, una en la que el bloque dominante busca presentar cada éxito como
una excepción a las normas hegemónicas.
Aunque la gran mayoría del artículo de Chatterjee y, de hecho, su Política de
los gobernados (2004) se ocupa de esta sociedad civil y política, la sección final
de su artículo se titula “Grupos marginales”.
Aquí encontramos “el reverso de la sociedad política”. Ni “la sociedad política [ni]
la democracia electoral han... dado a estos grupos los medios para hacer reclamos
efectivos sobre la gubernamentalidad. En este sentido, estos grupos marginados
representan un afuera más allá de los límites de la sociedad política” (ibid: 61).
Entonces Chatterjee sí sugiere un campo de la política y algo más allá, pero no
se toma en cuenta lo que sucede en esta última esfera.11 Aiwa Ong (2006), por
otro lado,
trata la heterogeneidad específicamente en términos de grupos excepcionales.
Lo hace, además, colocando su argumento dentro de un espacio más amplio que
cualquier política nacional.
“La 'soberanía graduada' es un efecto de los estados que pasan de ser
administradores de una entidad nacional hermética a reguladores de diversos
espacios y poblaciones que se vinculan con los mercados globales” (ibid: 78).
Al igual que el análisis de Chatterjee, el análisis de Ong coloca la experiencia
administrativa en el centro del escenario. Para ella, la ubicación dentro o fuera es
el resultado de la interacción entre la política [nuevamente, la política sin política
(ibid: 3); véase la nota 8] y la ética: “ambientes etnográficos donde la interacción
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entre las excepciones, la política y la ética constituyen un campo de relaciones
vibrantes” (ibid: 4). Al igual que Chatterjee, considera que el neoliberalismo (que
limita por completo a una forma de gobernar) desdibuja la adquisición de la
ciudadanía como una categoría social efectiva. Pero su conclusión es más
radical. Usando la noción de soberanía graduada, argumenta que la ciudadanía
ya no es el único o principal mediador entre las personas y el estado: “... la
ciudadanía legal es simplemente uno de los múltiples esquemas para (re)ordenar
y (re)evaluar la humanidad” (ibíd.: 24).
Al limitar el neoliberalismo a un tipo particular de relación entre las autoridades
y el pueblo, Ong invoca un campo social heterogéneo según criterios diferentes a
los de Chatterjee. Ella sugiere que es un error ver el Sudeste Asiático
uniformemente bajo el dominio de la gobernanza neoliberal en la que el individuo
se forma a través de principios de responsabilidad propia y la población se ve
como un recurso que se puede manejar mejor. Más bien, los espacios de alcance
neoliberal se encuentran junto a los espacios en los que se pueden hacer
reclamos sobre y por el estado en términos de normas establecidas que son
específicas de la historia de ese estado, o los reclamos pueden invocar
instituciones transnacionales. El resultado es un espacio social heterogéneo: “una
constelación de relaciones mutuamente constitutivas que no son reducibles la
una a la otra” (ibid: 9; énfasis agregado).
A menudo, para atender a clientes globales, un estado puede aplicar el
neoliberalismo en una esfera mientras usa precisamente su comprensión instrumental de
10 ga smith
pertenencia social12 para “excluir poblaciones y lugares de los cálculos
neoliberales” (ibid: 4) en otros lugares. Además, dado que la inclusión en el
proyecto neoliberal no es una ventaja pura, la exclusión del mismo puede ser
favorable o no, protegiendo a parte de la población con las redes de seguridad
social existentes o eliminando todas las formas de protección política al excluir
a los “trabajadores migrantes de los medios de vida”. estándares [sic] creados
por políticas impulsadas por el mercado” (ibíd.).
¿ Cuáles son entonces estas relaciones que se constituyen mutuamente ?
Son espacios [¿privilegiados?] donde prima idealmente la razón liberal, aunque
en su variante local. En este sentido, resuena con la 'sociedad civil' de
Chatterjee. Así, hablando de las clases medias de Malasia, Ong escribe: “...
tienen un papel débil y ambivalente en relación con el poder estatal”.
También hay una variedad de "relaciones que se constituyen mutuamente" que
son excepciones al neoliberalismo. Primero, están aquellos que se enmarcan
en términos de la cultura política tradicional en la que el Estado protege a la
población de las depredaciones del cálculo neoliberal descarnado (por ejemplo,
la competencia individual y la ausencia de seguridad social) invocando las
especificidades de los derechos nacionales o nacionales. historias
subnacionales. Luego están las Zonas Económicas Especiales o esferas
administrativamente menos formales que, sin embargo, son análogas. Y
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entrecruzando todo esto hay demandas complejas que pueden hacer aquellos
sin ciudadanía territorializada—a instituciones no estatales como la ONU,
organizaciones religiosas y ONG. Ong también habla de reclamos hechos
directamente a las compañías farmacéuticas en nombre de los enfermos y hambrientos.
Así, al alejarse de la 'sociedad civil' [neoliberal], Ong se aleja de las
demandas normativas de ciudadanía, al igual que Chatterjee al usar su noción
de 'sociedad política'; en el caso de Ong, sin embargo, estas constelaciones
parecen más complejas porque invocan reclamos en términos que van mucho
más allá de los de la ciudadanía. Además, Ong ve la "política" aquí de manera
bastante diferente a Chatterjee. La influencia política en este caso no se
encuentra en las instituciones de representación colectiva que surgen como las
asociaciones de Chatterjee. Más bien, los intermediarios negocian “en nombre
de los políticamente excluidos” (ibid: 9; énfasis agregado).
En resumen, la vida desnuda no mora en una zona de indistinción, sino que, a
través de las intervenciones de las comunidades locales, las ONG e incluso las
corporaciones, se transforma y se reorganiza como varias categorías de humanidad
moralmente merecedora . (ibid: 24; énfasis añadido)
He aquí, pues, un segundo ejemplo de hegemonía selectiva, y Ong
inicialmente parece proponer que incluso los "excluidos" son aceptados por
quienes negocian en su nombre. Aunque aprendemos que hay otros que
pueden caer más específicamente dentro del 'marginado' de Chatterjee
grupos': 'Los ilegales que ingresan al país no tienen derechos legales o
sociales' (ibid: 83), mientras que 'El Sudeste Asiático está plagado de colonias
internas de pobreza y abandono' (ibid: 84) y donde los pueblos aborígenes
son las víctimas de acumulación por desposesión.
En ambos casos, lo social en sí mismo se presenta como un campo
heterogéneo tanto en términos de personas como de espacios y luego se
alude a una población adicional cuya política no es una extensión lógica de
las demás, aunque no se establece ningún vínculo entre la existencia de este
tipo de población y las distinciones hechas a través del tapiz social a través
de la selectividad de los regímenes de gobierno. Si bien están ampliamente
informados por las percepciones de Marx, sus enfoques eluden al Marx que
sintió la necesidad de realizar su análisis crítico de la sociedad contemporánea
a través de un estudio exhaustivo de El Capital. Son, en este sentido, no
tanto posmarxistas como tangenciales al marxismo; sus análisis (como los de
Foucault) son inconcebibles sin sus antecedentes marxistas, pero se limpian
al ser limpiados, no del capitalismo mismo, que puede entenderse simplemente
como una presencia, sino de los imperativos frenéticos inherentes a la
producción de capital.
Demos y tecnos: “libertad” y encierro
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Chatterjee se refiere a la idea de los estados como la expresión institucional
de la soberanía popular, pero la consigna a un momento del pasado. Ong
considera la posibilidad de que ciertos tipos de capitalistas, en su mayoría
capitalistas "globales", tengan un impacto en la forma del estado. Pero la
fijación en los estados y las técnicas de gobierno parece convincentemente
ordenada a expensas de dos fuerzas interconectadas, que seguramente no
pueden haber abandonado recientemente el escenario de la historia. La
dirección en la que va el mundo social es crucialmente una función de lo que
se requiere para la reproducción del capital, y la dirección en la que debería ir
es el resultado de las luchas de poder que surgen de y sobre las relaciones
del capital; en una palabra, clase. De hecho, puede ser el caso que los
desequilibrios de poder actuales le den una influencia indebida a los bloques
de poder en lugar de a las clases populares, pero abordar el tema de las
formas sociales actuales como si las imbricaciones de los bloques de poder y
las formas de capital fueran una preocupación periférica parece problemático.
Una forma en que vemos esto es que la importante observación de
Foucault de que el poder moderno intervino para mejorar la productividad y el
bienestar nacional (Rose 2000: 7), lejos de ampliar nuestro campo de
investigación, se usa para limitarlo a asuntos de gobernabilidad. Dejando de
lado las bromas de mal gusto sobre los pastores, debemos recordar que el
cuidado pastoral que dedican a sus ovejas no es por amor a ellas ni para
procurar su bienestar sui generis. Es para aumentar su valor. si es demasiado
12 ga smith
el gobierno destruye el dinamismo y el potencial creativo de los procesos vitales
de los que depende la libertad (Duffield 2007: 6), el problema no es la libertad
per se, sino el potencial creativo que puede desencadenar.
Es un error proponer que la aplicación real del liberalismo se trata simplemente
de una libertad completamente separada del capitalismo —como individuo y
como gobierno— y por lo tanto debe inducir a un 'sujeto autorregulado'.
Podemos estar de acuerdo en que el problema al que respondieron las formas
modernas de poder fue un problema de productividad en su sentido más amplio.
Inicialmente, la esfera a la que se dirigía el poder moderno era comprensible y
podía imaginarse como coherente, ya fuera el espacio de producción
estrechamente concebido (taller, fábrica o la empresa organizada
jerárquicamente) o el espacio nacional en el que la productividad adquiría un
sentido más amplio. significado. Pero la variante neoliberal fue una respuesta a
un conjunto ligeramente diferente de cuestiones, a saber, el problema de
aprovechar el flujo de valor en las nuevas condiciones del espacio social. A
medida que estas esferas cambiaron, también lo hizo la forma en que el poder se relacionaba
Entonces, si bien no hay disputa sobre la naturaleza productiva del poder
moderno, necesitamos explorar un conjunto más amplio de fuerzas y condiciones
interconectadas. Invocando como su modelo a Francia, en lugar de la India de
Chatterjee, Lefebvre (1977), por ejemplo, sugiere una comprensión diferente de
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una política de soberanía y gobierno popular como experiencia. Existe una
tensión entre la construcción de un estado moderno tardío sobre la base de lo
nacionalpopular, en el que el estado se convierte en la condensación de la
soberanía popular y las interconexiones de escala en expansión en el ámbito de
la producción que se basa cada vez más en la coordinación en el nivel del
estado. “Les gens de l'Etat inventan nuevos instrumentos, por ejemplo, un
espacio al mismo tiempo cuantificado, homogeneizado y controlado” (Lefebvre
2001: 774775).
Menos una teleología en la que la política popular es reemplazada por el
gobierno de los expertos, en esta lectura el estado moderno es inherentemente
una institución internamente contradictoria que condensa la soberanía popular y
la productividad nacional. Los llamaré, respectivamente, el ímpetu hacia demos
y el ímpetu hacia tecnos. Entonces, si bien es cierto que desde 1789 hasta la
Comuna de París de 1870 hubo una serie de intentos de insistir en que el estado
debería ser una condensación de la comunidad, el pueblo (Sayer 1987), esto no
solo fue reemplazado posteriormente por una preocupación con la productividad
nacional. Mucho antes de eso, la monarquía absoluta había estado interesada
en su realce en una línea desde Colbert que cruza 1789 hasta Napoleón.13 Lo
que siguió a la Revolución fue una tensión perpetua entre la preocupación por
securitizar la economía, expresada, por ejemplo, en la legalización de las
acciones conjuntas. sociedades anónimas (que aumentaron la 'seguridad' al
distribuir el riesgo de los inversores a través de acciones o 'valores')—y
demandas populares—por el derecho
a la propiedad, el derecho a la 'representación' y, posteriormente, el derecho a la
seguridad de la sociedad (es decir, la seguridad social)14 (Marshall 1963).
El punto, entonces, no es centrarse exclusivamente en la gobernabilidad e invocar
una línea desde la participación hasta la experiencia ni recurrir a un argumento cínico
para algún tipo de vínculo funcional entre las expansiones de la democracia liberal
únicamente con el "propósito" de mejorar la productividad nacional. (que, durante el
período del que estamos hablando, fue efectivamente la potenciación de los
capitalismos nacionales). Más bien, debemos señalar las tensiones que surgen
cuando el poder de estas dos fuerzas se enfrenta entre sí a nivel de la sociedad en
su conjunto, lo que da como resultado diferentes formas de Estado.
Dirigir la atención a la gobernabilidad y la gubernamentalidad lleva naturalmente a
interesarse por cuáles son sus efectos sobre la sociedad [entendida como 'población'];
la sociedad se convierte en un efecto del estado. Pero lo contrario también es cierto.
Para Marx, la tensión entre el demos y el tecnos surgió en un ámbito más amplio que
el del Estado. Para él un momento clave en este sentido tuvo que ver con la
aprobación de las leyes fabriles de la década de 1840 y la respuesta de los industriales.
Argumentó que los hechos fueron una intervención [estatal] para limitar el trabajo
infantil y el aumento de la jornada laboral, ya que eran un peligro para la reproducción
de la clase trabajadora. El efecto fue reducir la contribución del trabajo concreto a la
producción, a lo que los propietarios de las fábricas respondieron aumentando la
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productividad a través de la techne (eficiencia de los instrumentos, racionalización
del proceso de trabajo, etc.) para producir una plusvalía relativa (Marx 1973). Por lo
tanto, debemos contrarrestar la fijación de moda en los efectos del estado con una
imagen más amplia que permita una interacción dialéctica entre las personas y la
producción en términos de una lucha continua que emana de una contradicción que
se convierte en una preocupación perpetua para el estado, no solo en términos de
de luchas entre expertos, sino en términos de bloques de poder y masas populares.
Podemos tomar tecnos para referirnos a un conjunto de estrategias para aumentar
la productividad concebidas de manera amplia: hacer que la energía humana influya
en instrumentos cada vez más eficientes, mejorar las habilidades y aumentar la
velocidad y la calidad del flujo de información, y cosas por el estilo. Pero bajo el
capitalismo el ímpetu por aumentar la productividad genera una tensión que tiene que
ver con la potenciación del potencial creativo de las personas y su encauzamiento
dentro de un recinto que captura el valor que resulta y lo dirige de nuevo hacia el
capital. Las personas que actúan 'libremente' (aunque 'autoreguladas') tienden a ser
más fructíferas que las personas encadenadas (Bourdieu 2000: 203–20415). Pero los
frutos de ese trabajo no son de utilidad ni para el gobernador ni para el capitalista a
menos que su flujo pueda ser canalizado. Es un principio del capitalismo (muy
respetado por Marx) que el cercamiento del flujo de valor para que pueda ser utilizado
para mejorar la productividad del capital autoriza esta captura. Pero para nuestras
preocupaciones aquí,
14 ga smith
es la tensión/equilibrio entre libertad/encierro lo que debemos tener en cuenta,
ya que esto nos permitirá ver qué sucede cuando el encierro se convierte en una
preocupación más vital que la productividad.
El efecto de aumentar la productividad a través de las relaciones capitalistas
es que ciertas poblaciones se convierten en 'excedentes'. La naturaleza
excedentaria de estas poblaciones puede ser relativa: temporalmente porque
pueden ser reabsorbidas posteriormente o espacialmente en el sentido de que,
al no ser necesarias en una esfera, son absorbidas por otra (aunque la
segregación del mercado puede limitar esta última). Pero la producción capitalista
puede requerir menos aporte humano de forma permanente. Este puede ser el
caso en un sentido general, o puede resultar del hecho de que, superados en
una esfera, no son absorbidos en otra. Las poblaciones resultantes son
excedentes absolutos económicamente hablando (es decir, en términos de
producción en sentido estricto). Esta es una de las formas en que la reproducción
capitalista configura las poblaciones, y es la que más le preocupaba a Marx.
Pero un segundo efecto de la reproducción social capitalista puede resultar de
priorizar el cercado sobre la productividad. Controlar el flujo y la dirección del
capital —encierro16— también puede resultar efectivamente en que las personas
se conviertan en excedentes o en exceso, pero la existencia de tales poblaciones
no cumple una función latente frente a la reproducción del capital en estas
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condiciones.
En ambos casos podemos entender el capitalismo como un sistema
sociopolítico inherentemente polarizador (es decir, concentrador de clases) (Harvey 2005).
Pero los mecanismos que hacen que esto suceda no son los mismos en cada
caso y, en consecuencia, las políticas, tanto de los bloques dominantes como de
los subalternos, deben ser diferentes. Así, en las siguientes secciones, reflexiono
sobre este tema en referencia a dos tipos de proyectos hegemónicos: uno
expansivo y otro selectivo.
Poblaciones excedentes
Como he señalado, los autores que han tratado de abordar el tema de la
'población excedente' en el período actual han tendido a hacerlo en términos de
preocupaciones jurídicas o éticas. Pero estos enfoques no buscan comprender
la forma en que tales poblaciones son generadas por el tipo de arreglos sociales
con los que vivimos hoy. Donde ha habido algún intento de hacerlo, se dice que
el momento decisivo es político, una forma contemporánea de acumulación
primitiva. La acumulación primitiva o primaria se utiliza aquí para referirse a una
forma de coerción que es el inevitable lado bárbaro de la moneda modernista.
Permite a quienes se preocupan por la gobernabilidad, pero no especialmente
por el capitalismo, proponer que es la política, no la economía, lo que hace que
la gente supere.
De hecho, a través de una lectura falsa de David Harvey, estos autores
Propongo que Marx se equivocó: el capitalismo no necesitaba la coerción solo en
su momento primario, sino que la necesita perpetuamente. A partir de aquí, es fácil
concluir que es sólo a este momento político del capitalismo al que debemos los
males de los desposeídos y, por lo tanto, de los excedentes.
Ni Marx ni Harvey sugerirían que el capitalismo funciona muy bien sin policía ni
protesta. Marx era perfectamente consciente del papel persistente de la intervención
política contundente para la reproducción estable del capitalismo establecido.17
Si el recurso actual al término, secuestrando la "acumulación por desposesión" de
Harvey en el camino, se usa precisamente para evitar las características dinámicas
inherentes a la reproducción capitalista que la impulsan hacia la reproducción
ampliada , entonces dejamos libres al capitalismo y a los capitalistas y atendemos
en cambio al estado y sus expertos.18 Hablando en términos generales, para Marx,
en ciertos
momentos el capitalismo producía personas excedentes para las necesidades
de los capitalistas. Se necesitarían, por lo tanto, varias intervenciones
extraeconómicas para abordar las necesidades de subsistencia de esta población,
de modo que estuviera disponible para los capitalistas en una nueva ronda,
cuando serían nuevamente necesarios. El problema de la población excedente
surge porque tal circuito solo puede completarse idealmente, por varias razones.
Necesitamos ensayar este argumento antes
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a podemos seguir adelante
1. El capital como tecnos y hegemonía expansiva
Marx señala cómo la búsqueda de ganancias por parte de los capitalistas a través
de una productividad cada vez mayor genera problemas más allá de los estrechos
confines del proceso de trabajo. Por un lado, hay un surgimiento perpetuo de un
excedente relativo de población, lo que Marx denominó “una ley de población
peculiar del modo de producción capitalista” (1973: 630); por otro lado, existe una
relativa escasez de recursos.
En cuanto al primero de ellos, Marx basó su argumento en tres proposiciones.
(1) Debido a que en una sociedad capitalista la capacidad de trabajo puede
alcanzar su valor solo cuando su trabajo excedente agrega valor al capital, cuando
no agrega valor al capital aparece como un excedente. Así que el término
'superávit' en la expresión 'población excedente' aquí se refiere exclusivamente a
las capacidades laborales comercializables . Dicho de otro modo, sólo cuando una
población se valora sólo por sus capacidades laborales comercializables, aparecerá
como excedente cuando no pueda realizar esas capacidades.19 (2 ) La acumulación
de esta población es inherente al momento en que el capital utiliza instrumentos
(máquinas) para aumentar el excedente que extrae del trabajo.20 (3) El
mantenimiento de estas poblaciones (ya sea en su 'tiempo de inactividad' temporal
o en un plazo más largo) debe corresponder a la 'sociedad' en su totalidad (o a
algún elemento de sus partes), o convertirse en un
dieciséis ga smith
problema insoluble o amenaza para esa sociedad.21 Esta 'amenaza' puede ser
'meramente' económica. Lo que producen los capitalistas no tiene valor hasta que
se realiza su valor, lo que solo sucede cuando se vende a un consumidor.
Entonces, la amenaza económica simplemente tiene que ver con el hecho de que
hay un segmento de la población que no contribuye ni a la producción ni a la
realización del valor porque no puede consumir.
Esta es entonces la sobrepoblación relativa .
Entonces, de un lado del problema de la reproducción está la población; por otro
están los recursos. Los niveles acumulativamente más altos de productividad
tienden a requerir más recursos para el procesamiento del producto final: aceite,
estaño, madera, etc. Dentro de un territorio acotado estos pueden ser comprados a
quienes tienen derechos sobre ellos, específicamente el derecho de venderlos.
Entonces puede haber necesidad de algunas intervenciones políticas y legales para
convertir dichos recursos en 'propiedad'. En todo caso, el resultado será hacer una
distinción entre quienes hasta ahora los usaron —usufructo— y quienes reclaman
derechos de venta. Este último puede beneficiarse de la necesidad del capital de
recursos escasos; los primeros pueden convertirse en lo que podríamos llamar la
superpoblación absoluta , en el sentido de que no lo son relativamente en términos
de ciclos en la demanda capitalista. Más bien, son absolutamente excedentes en
ese espacio particular en cualquier caso.22 (Como veremos, hay otras formas en
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que las poblaciones pueden convertirse en excedentes directamente a través de los
rigores de la economía capitalista). Aunque esto parece bastante similar, no lo es.
de hecho no replica la acumulación primaria a la que se refería Marx. La desposesión
ciertamente está involucrada, pero no resulta de la acumulación por desposesión,
sino de la desposesión como resultado de la acumulación. Donde en uno la política
precede a la economía, en el otro la economía está bien establecida antes de que la
política se vuelva necesaria.
Así que podemos ver aquí que fueron las gigantescas demandas del capital de
producción las que produjeron ambas formas de exceso, aunque el mecanismo en
cada caso fue ligeramente diferente. Así como el efecto del dominio (aunque no de
la omnipresencia) de la relación salarial fue convertir todo el trabajo que era necesario
en mercantilizable (siendo el resto 'excedente'), así el impulso por los recursos fue
mercantilizar los bienes comunes (entendidos aquí, de forma muy amplia como
derechos generales de usufructo).
El estado de bienestar fue un proyecto hegemónico de los bloques de clase de la
posguerra para desmercantilizar esferas cruciales de la sociedad a fin de compensar
estos momentos destructivos de la reproducción capitalista.
Más allá de los estados centrales, sin embargo, no resolvió ni el problema de la
realización resultante del tipo de población excedente que había producido ni el
problema de la escasez de recursos que resultó de las demandas de productividad.
El resultado fue lo que Harvey (1982) denominó la "solución espacial" (ver también
Smith 1984; Cowen y Shenton
1996). Esto, a su vez, generó personas que aparecían como excedentes, sobre
todo como resultado del segundo de los temas que he abordado aquí: “uno en
el que los lugares (o recursos) son útiles pero las personas no…”.
(Li 2009: 1211),23 produciendo un excedente absoluto de población.24
Cuando hablamos del estado productivista emergente, es a este al que nos
referimos. Pero no hay nada determinista o teleológico que resulte de esta
comprensión de la reproducción capitalista. De lo que habla Marx aquí es de
cierto tipo de lógica férrea, que inclina el capital de producción hacia la
reproducción ampliada . No sucede todo el tiempo; no es algo repartido
uniformemente a través de formaciones sociales en las que las relaciones
sociales capitalistas son dominantes; y, como era de esperar, las "resoluciones"
a este problema ocurren, en gran parte en el ámbito de la "sociedad política".
Esto nos remite a Gramsci,
quien abordó el tema del poder y la producción a través de las dos nociones
de hegemonía y fordismo. Su preocupación era precisamente usar la noción de
hegemonía para explorar las implicaciones políticas de la tensión entre el doble
impulso por el control de la voluntad popular y la búsqueda de ganancias a
través del aprovechamiento del trabajo. O, mejor dicho: la creciente comprensión
de que los aumentos en la productividad podrían lograrse mediante la expansión
de la arena de influencia sobre la voluntad popular: “una intensificación de la
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explotación lograda a través de nuevas formas de gestión y estrategias
corporativas, y la expansión de la intervención estatal en la economía y sociedad
(Forgacs 2000: 223). Aquí, Gramsci se refiere claramente a la hegemonía como
el proyecto de un bloque dominante para asegurar el futuro. Está hablando de
cómo el estado y la empresa despliegan poder más persuasión para penetrar en
la sociedad civil y así remodelarla.
Mientras Gramsci escribía sobre la Italia de entreguerras, sus observaciones
son útiles cuando nos dirigimos al mundo posterior a 1945. Tras el acuerdo de
Bretton Woods, los estados centrales siguieron una agenda ampliamente
corporativa, buscando mejorar la productividad y reducir el conflicto a través de
alianzas con los líderes de las “partes interesadas” clave.
Estos regímenes funcionaron a través de la expansión hegemónica , de modo
que los pactos iniciales entre los líderes del capital y el trabajo se ampliaron para
incluir a las clases políticas regionales y étnicas, y así sucesivamente. La mejor
resolución de la tensión entre demos y tecnos fue alguna distribución del bien
social a la población. Y el mejor vehículo para este proyecto era el estado
nacional delimitado dentro del cual se hacían reclamos y derechos en el lenguaje
de la 'ciudadanía'. La universalidad de la ciudadanía en la que se apoyaba la
autoridad de la hegemonía expansiva requería que el medio para reclamar al
Estado —la ciudadanía— reconociera solo una población homogénea y uniforme.
No es que las diferencias de cultura, sexualidad y género no fueran socialmente
reconocidas; era que los principios de
18 ga smith
la ciudadanía del estado de bienestar estaba incrustada en una especie de
republicanismo liberal (en el sentido francés) que era en gran medida incompatible con ellos.
La ignorancia del KNWS estaba en otra parte: no con respecto a las variaciones
entre la población, sino con respecto a la complejidad de las fuentes de productividad
nacional. Se suponía que en la medida en que las personas no funcionaran
inmediatamente para el motor que hacía productiva a la sociedad —la economía de
producción en masa que producía sistemáticamente plusvalía relativa—, el excedente
era responsabilidad del Estado. Sin embargo, incluso en los países centrales, "el
trabajador estable de la sociedad asalariada" (Nun 1969) nunca constituyó la mayoría
de la fuerza laboral. Dicho de otra manera, la realidad de la sociedad que el estado
de la posguerra trató de manejar nunca estuvo claramente dividida entre el trabajo
asalariado en la producción en masa, por un lado, y el desempleo y la no producción,
por el otro. Más bien, la economía mercantilizada se componía de una amplia gama
de formas de empresa, todas las cuales dependían para su reproducción de una
amplia arena de prácticas no mercantilizadas que generaban menos un mundo
binario compuesto por esferas de relaciones y prácticas monetarias y no monetarias. ,
sino más bien un mundo global de intrincadas relaciones mercantilizadas
Sin embargo, atrapado entre las tensiones de demos y tecnos, el aparato jurídico
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del KNWS tuvo que mantenerse tímido acerca de su hijo antisocial, como si la
llamada economía productiva no estuviera produciendo los "excesos" que ahora
aparecen como un costo del Estado. . La hegemonía expansiva debe entenderse
bajo esta luz: su contención abierta de la ciudadanía frente al reconocimiento de la
diferencia, y su oscurecimiento encubierto del papel en la vitalidad nacional de las
esferas de relaciones intrincadas mercantilizadas o relaciones y prácticas no
mercantilizadas. A medida que la productividad decreciente del capital industrial se
estableció en la década de 1970, las mayores ganancias del capital se desplazaron
hacia las finanzas. Esto, a su vez, hizo permeables los límites del estado manejable.
Las operaciones encubiertas de larga data del KNWS comenzaron a surgir: los
costos estatales iban cada vez más (y explícitamente) al capital, no a la mano de
obra supuestamente 'desempleada'; y la vitalidad de la esfera hasta ahora ilegalizada
de intrincadas relaciones mercantilizadas ('economía informal', 'economía sumergida',
'sobrevivir', etc.) comenzó a emerger, no solo como el lugar de último recurso para
el bienestar personal, sino también como el había sido durante algún tiempo fuente
de productividad nacional.25 Esto, a su vez, reconfiguró la forma en que se
resolverían las tensiones entre demos y tecnos , como veremos en la siguiente
sección.
Un punto final antes de pasar a esa sección. ¿Se extendió la hegemonía
expansiva al Sur Global? Esta no es, de hecho, la pregunta que se deriva de la
lógica de mi argumento, ya que he estado sugiriendo que la búsqueda moderna de
un estado capitalista productivista generó tensiones específicas entre demos y
tecnos a las que
la hegemonía expansiva fue un intento de resolución. Entonces, la primera
pregunta es la que plantea Tania Li: “Si la población empobrecida del Sur global
cumple o no la misma función en relación con el capital que los pauperizados de
la Inglaterra industrializada descrita por Marx”
(2009: 1210). Espero que quede claro que he abordado esta pregunta
anteriormente. A las crisis de sobrepoblación experimentadas en el Sur Global
como resultado de la forma en que el capitalismo industrial genera excedentes
de población y escasez de recursos en sus bordes, habría que agregar una
amplia gama de realidades históricas contingentes que surgen de las variedades
de colonial y colonial. experiencia poscolonial.
No obstante, sin profundizar en esto en este artículo, es parte de mi argumento
de que, en la medida en que los programas de desarrollo de la posguerra fueron
producto de debates en su mayoría dentro de un marco de referencia keynesiano,
fueron una extensión de lo que he estado diciendo. Como señala Greg Grandin
sobre los programas de Estados Unidos en América Latina, “A principios de la
década de 1960, el objetivo era establecer estados de bienestar que funcionaran...
El rumor era ' techo, trabajo y tierra, salud y escuelas' ” (2009: 33). Sin embargo,
no he defendido un momento histórico del "estado de bienestar" per se. En
cambio, un estado cada vez más preocupado por coordinar la productividad
reflejó la agenda política de los bloques de poder capitalistas industriales que
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respondieron a las demandas de manifestaciones en casa con una hegemonía
expansiva. Tal hegemonía se logró mejor en un campo (o campos) político
contenido dentro del estado nacional delimitado, que se imaginó como lo
suficientemente coherente para hacer factible la macroplanificación y, por lo
tanto, traer el número óptimo de demos al proyecto hegemónico . Se diseñó una
gama verdaderamente amplia de esquemas de desarrollo de la posguerra para
preparar el camino, si no para producir, dicho campo de operaciones. Pero sería
un error restar importancia a la dimensión de "desposesión" de la geopolítica
internacional durante esta era como resultado de los estragos de las industrias
extractivas, el desequilibrio en los flujos de capital de Sur a Norte en los que se
basaba al menos parte del bienestar central, y las disputas sobre influencia
política hasta 1989.
Sin embargo, está claro que a medida que el estado moderno se fue inclinando
cada vez más hacia sus funciones productivistas, lejos de resolver el problema
malthusiano de la población excedente, en realidad generó sus propias versiones
del mismo. En resumen, los problemas derivados de la reproducción ampliada
podrían resolverse temporal y espacialmente a través de la hegemonía expansiva,
pero nunca se resolverían finalmente.
2. El capital como encierro y hegemonía selectiva
Tres características distinguen la coyuntura actual de la que acabamos de
discutir. El primero de ellos tiene un carácter material e ideológico.
20 ga smith
dimensión: los extremos de la polarización social que resultan de las
formas actuales de capitalismo y el respaldo de las élites políticas tanto
conservadoras como socialdemócratas a la concentración de clases. El
segundo es el dominio del capital financiero. Y la tercera es lo que Foucault
llama la omnipresente “ética social de la empresa”—desde la esfera
económica hasta la social, la cultural, la artística, etc., de modo que todas
“las unidades básicas tendrían la forma de la empresa” ( 2008: 148). Esta
no es una lista exhaustiva; es simplemente una descripción selectiva de características d
Este paquete (y mucho más) ha llegado a adquirir un nombre genérico:
neoliberalismo.
Si bien este término se ha utilizado para referirse a una forma particular
de capitalismo y su relación con el estado (p. ej., Peck y Tickell 2002;
Harvey 2005; Smith 2005; Jessop 2006), como hemos visto en el caso de
Ong y especialmente el uso generalizado del término lo restringe a un tipo
de gobierno (Dean 1999; Rose 2000; Foucault 2008). En esta narrativa, el
neoliberalismo emerge de la efectividad de la propia intelectualidad en la
configuración de la naturaleza de la verdad: primero los economistas
políticos de fines del siglo XVIII y principios del XIX (por ejemplo, Smith y
Ricardo) cuyos principios autorizaron la autolimitación del gobierno moderno.
y luego los 'liberales' de Freiberg que buscan romper con el marxismo de la
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Escuela de Frankfurt (Foucault 2008). Es como si la resolución de la tensión
demos/tecnos en el pacto tripartito llamado régimen de bienestar ocurriera
porque Keynes dijo que así debería ser, y ahora tenemos un régimen
diferente porque Milton Friedman dijo que así debería ser. A pesar de los
descargos de responsabilidad de Foucault, esto parece ser una comprensión
especialmente idealista de la causalidad.
Aquí trato de comprender el paquete de características que acabo de
describir mediante el uso de los principios de la crítica de los economistas
políticos originales de Marx (es decir, el marco que acabo de usar para
discutir el KNWS). Comencé ese argumento sugiriendo que nos ayuda a
comprender la sociedad productivista moderna en términos de una tensión
entre demos y tecnos. Lo que emergió de estas tensiones fueron varias
formas de estado de 'bienestar' (ver Smith 1999: 195227) a medida que
los aumentos en la plusvalía relativa en casa y las expansiones a través de
los mercados y la depredación en el extranjero hicieron posibles las
soluciones a través de redistribuciones reales o prometidas. Pero también
sugerí que hay una segunda forma de pensar sobre una tensión similar
inherente al capitalismo, que glosé como libertad versus encierro: libertad
de movimiento y mente versus control sobre flujos y fantasías. Este segundo
encuadre nos permite explorar cómo los proyectos de clase de ciertos tipos
de capitalistas se traducen en proyectos de hegemonía, que no tienen
como objetivo ideal la expansión universal sino la selección particularista,
con el corolario evidente de un exceso más allá de los seleccionados.
Lo que realmente estaba sucediendo en el crepuscolo del keynesianismo era
una serie de cambios inicialmente fragmentarios en los vectores de la ganancia
capitalista —de la productividad a las finanzas— que gradualmente se volvieron
dominantes: el capital financiero afirmó su lógica sobre la del capital industrial y
las instituciones en las que se había convertido. incrustarse.26 Así, Robert Wade
(2009: 159) escribe,
El proceso de dominio financiero, lo que llamo "financiarización de la
economía" (FOE, por sus siglas en inglés) se mide cuantitativamente por
razones tales como el crédito total pendiente como porcentaje del PIB en los
EE. UU., que se duplicó del 170 [por ciento] en 1981 a más del 350 [por ciento] en 2007.
FOE también se mide institucionalmente en la forma en que otras instituciones
financieras, incluidas las corporaciones, los hogares y los fondos de pensiones,
se han reorganizado en apoyo del mercado de capitales como la institución
central de la economía. (Doré, 2000)
El problema al que respondieron las formas neoliberales de gobernanza
siguió siendo el de la productividad (en su sentido más amplio) y el flujo de sus
productos finales, pero la tensión entre la libertad (de movimiento) y su
cercamiento para que el valor fluya hacia el capital pasó a ser ahora agudo. Tal
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vez podamos entender mejor esto si imaginamos que somos un capitalista
financiero que mira a la región del Atlántico Norte en términos de los potenciales
de una empresa, y usamos la lista de condiciones que dieron lugar al
neoliberalismo de Peck y Tickell como nuestro prospecto: “. .. la competencia de
las economías recientemente industrializadas, una desaceleración en el
crecimiento de la productividad y las ganancias en la zona fordista atlántica, las
crisis del petróleo, la internacionalización de los flujos de capital, el aumento de
la inflación y el desempleo, y una creciente militancia laboral” (2002: 386). Los
capitalistas financieros utilizan una variedad de instrumentos para asegurar el
futuro. Frente a todas menos una de las condiciones descritas aquí, una
respuesta podría ser vender corto este futuro (de la zona fordista atlántica). Otra
sería aprovechar esa única condición excepcional, la internacionalización de
los flujos de capital, para dispersar la inversión y beneficiarse de futuros
alternativos que se pueden encontrar en otros lugares.
Podemos formular esto en términos de una serie de proyectos hegemónicos
cada uno con un horizonte más allá del otro. Para hacer posibles tales
movimientos, un componente inicial del proyecto hegemónico fue asegurar las
condiciones ideológicas y jurídicas para liberar el movimiento. Especialmente en
los Estados Unidos y el Reino Unido, el neoliberalismo fue una expresión de la
forma en que el capital financiero usó el estado para asegurar dos condiciones
cruciales para mejorar el campo de su operación. El primero fue proporcionar
una razón fundamental para un cambio en la noción de "buen valor" del uso del
capital para obtener ganancias de la productividad a un uso del capital para obtener ganancias
22 ga smith
a través del movimiento y el cercamiento.27 El segundo fue promulgar un
paquete de programas que facilitaron los flujos internacionales de capital. Esto,
a su vez, produjo condiciones en un segundo horizonte más amplio que generó
un cambio en la relación dentro del capital: entre finanzas, comercio e industria.
Finalmente, un horizonte más amplio afectó las relaciones entre el capital
(dominado por las finanzas) y la gente común. Distintos de las resoluciones
anteriores de los problemas de reproducción del capital,28 estos últimos tipos
de socialización capitalista encontraron expresión en proyectos hegemónicos
dirigidos hacia personas seleccionadas en lugar de la población en general,
dejando un residuo de personas excedentes para estos proyectos.
Dos características resultantes son especialmente distintivas del KNWS.
Uno tiene que ver con los problemas específicos que surgen de los intentos de
regular el espacio reconfigurado del que depende el capital financiero. Los
instrumentos utilizados para hacer esto a nivel global tienen un efecto dominó
a escalas más reducidas. El otro tiene que ver con la forma en que la titulización
financiera se basa primero en las distinciones entre fenómenos sociales y luego
en los medios para establecer equivalentes entre ellos. Estas dos características,
dispersión y compartimentación, están conectadas de múltiples maneras. Y son
estas interconexiones las que modifican el proceso de socialización capitalista
de su forma anterior bajo KNWS.29 A medida que la capacidad de obtener
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de la movilidad del capital aumentó durante las décadas de 1970 y 1980, no
solo a través de la velocidad y facilidad de flujo (libertad), sino a través de
interrumpiendo y redirigiendo flujos ( recinto), por lo que creó sus propias
oportunidades y sus propios problemas.30 Un problema global tenía que ver
con el dinero mismo. Un importante servicio proporcionado por el estado en los
primeros días del capitalismo mercantil había sido la provisión de una moneda
uniforme en todo el reino e, idealmente, su relativa estabilidad a lo largo del
tiempo. Con el nuevo orden, los cambios en el tipo de cambio entre, digamos,
la moneda japonesa y la alemana podrían significar el fin de un contrato
internacional. El arbitraje a través de 'spreads' de este tipo había sido durante
mucho tiempo tanto la solución al problema como la fuente de riqueza para
aquellos involucrados, pero a medida que aumentaba el número y la velocidad
de tales transacciones, surgieron problemas de flujo. Además, el problema no
era solo encontrar equivalentes a través de la variabilidad espacial .
Con movimientos de capital cada vez mayores para asegurar el futuro de las
lluvias en un cinturón de trigo, por un lado, y el costo del hierro en bruto, por el
otro, se necesitaban instrumentos que pudieran evaluar los equivalentes entre
fenómenos con tipos cualitativamente diferentes. de valor. Surgió una variedad
de instrumentos financieros para abordar estos problemas.31
Entonces, el capital financiero, que depende del movimiento que le permite
flotar como una mariposa y picar como una abeja, primero tuvo que derribar
las barreras que restringían el movimiento y luego producir instrumentos monetarios.
para resolver problemas que surgieron de los tipos de espacios más efímeros
que resultaron. Los instrumentos financieros pueden verse como intentos de
regulación en respuesta a estas condiciones. Y luego, bajo la rúbrica de
securitización, se aplicaron instrumentos similares a esferas más localizadas.
Esto, a su vez, cambió el equilibrio en la forma en que se llevó a cabo la
expropiación: entre la relación capitaltrabajo del capital de producción, por un
lado, y la expropiación a través de diversas formas de cercamiento por parte
del capital financiero, por el otro.
No hay nada nuevo en obtener ganancias tomando rentas de los
trabajadores y vendiéndoles el acceso al crédito. De hecho, este es y ha sido
durante mucho tiempo un medio para extraer excedentes de las relaciones no capitalistas.
Tampoco hay nada nuevo en el modo en que este tipo de extracción tiene un
efecto polarizador, empobreciendo a algunos hogares (o miembros específicos
de los mismos) mientras empuja a otros hacia la extensión de su jornada o
vida laboral. (Para un caso detallado, ver Sider 2003.) Pero la integración de
éstos con los servicios financieros significa que la racionalidad de los
instrumentos financieros “orienta la vida doméstica” (Martin 2000: 43).
En los últimos veinte años hemos visto que el trabajo es tratado como
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capital, el hogar es tratado como una pequeña empresa. ... tomando
posiciones sobre un futuro incognoscible. Vuelve a la cuestión de que el
Estado se retira de garantizar el futuro. Y no se trata sólo de decisiones
sobre el pago de intereses. Se trata de decidir si 'invertir' o no en una
variedad de cosas. Educación... mi teléfono y electricidad. ... ¿Qué fondo
de jubilación o fondo de pensiones? ... La lista es larga y realmente no
tienes la opción de no jugar. Por lo tanto, ser de clase trabajadora ahora
significa participar en el cálculo y la gestión de riesgos impulsados por la
competencia. (Bryan 2008: 7)
En el Norte después de 1980, el estado intervino “para ampliar las demandas
de crédito y luego movilizar a la población nacional en torno al valor intrínseco
de la gestión y reducción de la deuda” (Martin 2000: 44). Mientras tanto, en el
sur, diversas ONG diseñaron el mismo impulso a través de esquemas como el
microcrédito, mientras que el Banco Mundial adoptó un "plan de pensiones
global", que impondría fondos de pensiones que, a diferencia de los planes de
reparto, vinculan los pagos de pensiones al desempeño de las inversiones de
los fondos (Wade 2009: 146). Como dice Randy Martin: “La nueva división
internacional de la deuda seleccionó el trabajo de las poblaciones de todo el
mundo y lo introdujo en una telaraña de intercambios financieros que se
extendió desde Nueva York, Londres y Frankfurt, hasta Tokio, Singapur y
Johannesburgo” (2007). : 31). Esto es, por supuesto, 'recuperar los bienes
comunes' (una forma de acumulación por desposesión),
24 ga smith
pero tiene un efecto de socialización adicional, que es fundamental en la
forma en que se logra la titulización financiera a través de la dispersión.
En términos financieros, 'seguridad' es lo que necesita a cambio de
adelantar un préstamo a alguien para compensar el riesgo que toma al hacer
el préstamo. Es un activo (generalmente físico), que esa parte (una persona,
una empresa, un municipio, etc.) posee y que puede ser poseído si 'incumple'.
Lo que se presenta de esta manera se denomina "garantía". Esta es una
forma de adquirir cierta seguridad de que no perderá lo que ha avanzado.
Pero su seguridad está ligada al valor de cambio de ese único activo. Sin
embargo, puede adquirir más seguridad dispersando este tipo de
obligaciones, de modo que si una de ellas pierde su valor de activo, otra
puede ganar. Una vez más, ateniéndonos únicamente a los términos
financieros, la titulización se refiere a la agrupación de múltiples contratos
de crédito y deuda, desde hipotecas para viviendas y préstamos para
estudiantes hasta bonos corporativos y gubernamentales. Entonces, es
cierto que, en una 'toma' inicial, la titulización depende de un paso principal:
inducir rentas o intereses en los créditos (generalmente a través de medios
extraeconómicos), pero es un error quedarse atascado en este nivel. La
titulización separa la renta que puede derivarse de la propiedad específica
—de una casa o una fábrica— o el interés que puede derivarse de hacer
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adelantos que permiten a las personas la propiedad específica —de su
atención médica o su automóvil— y, por lo tanto, logra un nuevo mercado
valor del paquete sintético que resulta. Este paquete sintético se negocia y
adquiere un valor propio. La titulización atrae las economías domésticas tan
directamente a la acumulación capitalista como las empresas o las economías
de los gobiernos nacionales. Por lo tanto, no debemos caer en el error de
aislar la deuda interna y la gestión del riesgo de vida del alcance total de la
titulización financiera que, en su conjunto, tiene el efecto de rediseñar los
mecanismos para la subsunción real del trabajo al capital (Bryan y Rafferty 2010 ).32
Entonces, la dispersión, y la libertad de movimiento que la hace posible,
es fundamental para la titulización. Pero debemos ser cautelosos con la
metáfora espacial (Smith y Katz 1993). La dispersión, por supuesto, puede
referirse a la geografía física, pero también puede referirse a asumir
diferentes grados y tipos de riesgos y beneficiarse de su dispersión. Si estas
diferencias son solo aparentes, entonces no se gana nada con esta
dispersión, por lo que la dispersión solo funciona si las diferencias son reales
desde un punto de vista financiero. Entonces, no es solo que la configuración
dominante de la realidad social en términos de beneficios de riesgo financie
el capital en la medida en que se les puede dar un precio a la seguridad. Es
también que las distinciones reales en el grado de riesgo y el tipo de riesgo
son esenciales para los principios de titulización. Esto significa dividir los
valores dentro de las unidades (el hogar, la empresa, el medio ambiente,
etc.) y la insistencia en la realidad de las diferencias entre
a ellos. La titulización a través de la dispersión depende, en el lenguaje de las
finanzas, de la diversificación; en el lenguaje de la sociedad, de la diversidad.
Anteriormente critiqué las sugerencias de que los teóricos neoliberales produjeron
un cuerpo de teoría tan poderoso que condicionó el mundo en el que vivimos.
Aquí no estoy simplemente revirtiendo el sesgo idealista con uno materialista. Más
bien, estoy sugiriendo que las condiciones de la socialización capitalista producen
un complejo de relaciones. Las razones neoliberales son afines a muchas de esas
relaciones y prácticas.33
Contramovimiento y política reivindicativa
Como dije al principio, no es la tarea de este artículo ensayar en detalle el tipo de
política reivindicativa que podría surgir de las condiciones que he descrito aquí.
Sin embargo, esta intervención está motivada por la convicción de que debemos
pensar con mucho cuidado acerca de lo que significan estas condiciones para
tales políticas. Creo que la política de negociación gira en torno a varias demandas
de pertenencia social entendidas en términos de diversidad más que de
universalidad —“socios reales, grupos sociales, grupos de identidad, etcétera”, en
palabras de Rancière— y discutiré este tipo de políticas primero. Pero creo que
las formas actuales de capitalismo, dentro de las esferas centrales de las finanzas
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en el Norte y más allá, a través de las imposiciones imperialistas de los términos
del llamado 'libre comercio', además de las incursiones militares, implican "la
expulsión [de] los sujetos excedentes". (nuevamente en palabras de Rancière),
que dan lugar a un tipo de contramovimiento completamente diferente que se
encuentra más allá de los diversos campos de la hegemonía selectiva. Como
resultado, la política de tales personas no puede ser una especie de extensión,
aunque modificada, de la política de negociación, ya sean Nuevos Movimientos
Sociales o varias propuestas de alternativas locales a la economía capitalista y
similares. Abordaré este tema en segundo lugar.
Las interpretaciones de Chatterjee y Ong, que enfatizan la gubernamentalidad
[neoliberal], son indudablemente perspicaces, pero la noción de hegemonía
abarca una arena más amplia del mundo social: primero, porque incorpora la
política dentro de las características de la economía política y, segundo, porque
comprende lo social en términos de fuerza y contrafuerza. Y sin embargo, como
señaló Roseberry (1994) hace algunos años, una característica de tales políticas
es enmarcar el lenguaje de la disputa dentro de los términos de los campos
hegemónicos prevalecientes. La política de negociación en condiciones de
hegemonía selectiva induce así a los demandantes a confabularse en la
constitución de campos sociales de exclusividad constituidos por concentraciones y cercamiento
Una dimensión de este tipo de colusión hegemónica tiene que ver con diferentes
formas de socialización capitalista (es decir, la forma en que las personas se
integran en la sociedad a través de la forma que toman las relaciones capitalistas
en un momento y lugar determinados). Una política de negociación es posible en este
26 ga smith
trabajando a través de las tensiones de interdependencia y conflicto que son tan
inherentes al capital financiero como lo son al capital de producción (como hemos
visto). Así, la flexibilización en las esferas de la producción, los servicios y el
comercio genera inseguridad y precariedad, que a su vez aumentan las
contingencias del futuro. La preocupación de las personas por 'titularizar' su futuro
se convierte entonces en un medio para canalizar los excedentes hacia el capital
a través de instrumentos financieros. Pero luego nos encontramos con otro tipo
de 'seguridad' allí, que se basa, en parte, en un tipo de dispersión que se basa
en la diversidad. Lograr este tipo de 'propagación' significa diferenciar no solo
entre los hogares (geográfica, económica, cultural, étnica, ocupacional, etc.) sino
también dentro de los hogares, desglosando cada componente que incrusta la
vida de una persona en el futuro: educación, salud , vejez, etc
Pero este ámbito de una política de negociación no es idéntico a la política de
ciudadanía y derechos, por muy cultural que queramos hacer esa ciudadanía o
por muy complejos que sean esos derechos. Obviamente, esto no significa que
debamos compartimentar los dos, pero sí parece importante hacer una distinción
entre el discurso de negociación inherentemente cargado de tensión a través del
cual se socializa al sujeto capitalista y los discursos jurídicos (y posiblemente
ideológicos) en torno a la negociación. ciudadanía que también invocan sujetos
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sociales. Puede haber una política de ciudadanía que tenga que ver, por ejemplo,
con el reconocimiento de derechos en la esfera pública en términos de autóctonos
versus aloctonos en los Países Bajos, o indígenas versus mestizos en partes de
América del Sur, y así sucesivamente.34 Y estos pueden llevarse a cabo en
términos de un discurso de negociación. Sin embargo, aunque estos son los
ejemplos más sorprendentes de hegemonía selectiva, pueden reflejar y oscurecer
simultáneamente las diferencias que surgen de formas específicas de explotación
capitalista.35
Estos procesos son casi infinitamente complejos y, por lo tanto, desde la
perspectiva de la investigación etnográfica, profundamente prohibitivos. Aun así,
a pesar de la importancia de sus especificidades, el hecho es que ambos vectores
de socialización producen y reproducen perpetuamente la diferencia y la
fragmentación. El grado en que los dos están entrelazados o no claramente
variará, pero en cualquier plano hay espacio para la política de negociación.
Sin duda, aspectos de la coyuntura actual plantean desafíos para las
herramientas conceptuales y metodológicas que tenemos a nuestra disposición,
pero creo que, trabajando desde el tipo de marco que he proporcionado aquí,
podemos al menos comenzar esta tarea. Tanto para Marx como para Gramsci,
fueron las condiciones mediante las cuales el capitalismo socializó el mundo las
que dieron pistas para una contrapolítica efectiva. Tal agenda sigue siendo
fundamental hoy en día para una política adecuada a la negociación dentro del
campo de la hegemonía, una hegemonía que es difícil de ver como otra cosa que selectiva.
Pero las características de las formas actuales de capitalismo se combinan con
configuraciones de lo social en términos de selectividad y esferas de exclusividad
para sugerir que se debe pensar un tipo de política completamente diferente para
aquellos que son efectivamente un exceso para la sociedad representada de esta
manera. Como hemos visto, hay varias formas muy distintas en las que la
reproducción del capitalismo puede producir excedentes absolutos de población.36
Este era ciertamente el caso antes de la coyuntura actual. A pesar de principios de
hegemonía expansiva como el universalismo republicano y la responsabilidad del
estado de compensar la polarización capitalista, ni el KNWS en el Norte ni los
proyectos de "desarrollo" en el Sur Global abordaron estos temas. Siempre hubo
esos 'más allá' o 'fuera' de la hegemonía expansiva, en resumen: lumpen. Aun así,
la autoridad gobernante derivada de apelar a tales principios, y el hecho de que los
contramovimientos adquirieran influencia al enmarcarse en esos términos, configuró
efectivamente la relación entre política reivindicativa y sobrepoblaciones ajenas a la
coyuntura actual.
Los estados neoliberales de hoy no ven su papel como el de contrarrestar las
desigualdades del capitalismo sino más bien como el de mejorar su campo de operación.
Y a medida que los bloques dominantes representan cada vez más las finanzas, se
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redibuja el papel de la socialdemocracia en la mejora del proyecto productivo estatal.
El capital financiero puede basarse en el crecimiento pero no lo produce por sí
mismo; más bien, su propósito, y su eficacia, es buscar el elemento más microscópico
del excedente y canalizarlo de vuelta hacia el capital, para la siguiente ronda de
búsqueda. Como demostraron David Harvey (1982) y Neil Smith (1984) hace casi
treinta años, el capital requiere continuamente diferencia, produce diferencia y, una
vez explotada, debe buscar un nuevo coeficiente de diferencia. Pero en la medida en
que la expropiación del excedente principalmente a través del movimiento y el
cercamiento no enriquece por sí misma la economía en general, no produce riqueza.
Una serie de círculos concéntricos de concentración de la riqueza se vuelven cada
vez más intensos en el centro mientras que, tomados en conjunto como riqueza total,
los círculos no se expanden sino que se contraen, dejando la población excedente a
un tipo de política que tiene que ser distinta de las del campo hegemónico. , o incluso
aquellos con el potencial de entrar en él.
Los proyectos hegemónicos están dirigidos a grupos seleccionados. Y los
destinatarios de tales proyectos se confabulan en las distinciones que permiten hacer
sus reclamos en términos de hegemonía selectiva. Esto, a su vez, proporciona las
plantillas que luego autorizan las distinciones que estas personas hacen frente a las
poblaciones más allá de ese campo. Surge una distinción entre este tipo de política y
otro tipo. Las formas en que los regímenes de regulación tratan con "el residuo"
producido por las formas específicas del capitalismo actual sugieren que una política
28 ga smith
de reivindicación para tales personas requerirá características para las cuales los
conceptos de las ciencias sociales parecen severamente limitados.
Confieso que me cuesta moverme en este terreno. Sin embargo, un camino a seguir
es trabajar con mucho cuidado con los principios que impulsaron las investigaciones de
Gramsci en los años veinte y treinta. Como hemos visto, durante mucho tiempo se
evaluó a las poblaciones sobre la valoración del trabajo en términos de su contribución
a la producción de plusvalía a través del proceso de trabajo. El punto de Marx era que,
en una inversión típica, esto significaba que, por mucho que uno trabaje para su propia
supervivencia, o tal vez incluso comunalmente por el bien común, en la medida en que
tal trabajo no produzca plusvalía para el capital, será excedente, y las personas que
realizaban solo ese trabajo eran efectivamente personas excedentes (al menos hasta
que se las necesitaba nuevamente). He argumentado que Gramsci enmarcó su
argumento en términos similares. Sin embargo, he pasado la última parte de este artículo
tratando de mostrar que las formas de socialización capitalista ahora dominantes no
resultan en una forma de hegemonía que, en principio,37 podría extenderse a “toda la
sociedad”.
Antes de juntar la coerción y la persuasión bajo la rúbrica
'hegemonía', Gramsci separa las dos con puntos numéricos:
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Las funciones en cuestión son [las de]... la hegemonía social y el gobierno
político. Estos comprenden:
1. El consentimiento "espontáneo" dado por las grandes masas de la
población a la dirección general impuesta a la vida social por el grupo
fundamental dominante...
2. El aparato de poder coercitivo estatal que 'legalmente' impone disciplina
a aquellos grupos que no 'consienten' ni activa ni pasivamente. (1971:
1213)
Aquí, Gramsci está hablando de dos procesos dirigidos a dos grupos distintos: los
que consienten y los que no consienten con el proyecto del bloque dominante.
La forma de hegemonía que proporcionó los principios del pacto de bienestar está
contenida en la oración que sigue a estos puntos numéricos.
“Este aparato [hegemonía] está, sin embargo, constituido para el conjunto de la sociedad
en previsión de momentos de crisis de mando y dirección cuando el consentimiento
espontáneo ha fallado” (ibid: 13). Aquí, la persuasión y la coerción están vinculadas a
través del tiempo porque los proyectos hegemónicos se extienden a 'toda la sociedad'
en un contexto de ciclos de expansión y contracción capitalista (al igual que la
comprensión de Marx de la función de la población excedente relativa). Entonces, lo
que permite que este aparato de hegemonía sea expansivo a “toda la sociedad” es su
vínculo secuencial.
Sin embargo, cuando las conexiones temporales y espaciales previstas por
Gramsci (y Marx) se fracturan, ya no estamos hablando de momentos en los
que falla el consentimiento espontáneo ni de proyectos hegemónicos
expansivos que potencialmente abarcan a toda la sociedad, sino más bien de
proyectos dirigidos a grupos selectivos. La idea del Estado como la
condensación de la soberanía popular universal prometida por la hegemonía
expansiva y sostenida por la tecnos de los aumentos de productividad no
puede sostenerse. Las extracciones de plusvalía a través de diversas formas
de encierro se basan en flujos que concentran el valor ya producido. Por lo
tanto, los proyectos deben estar dirigidos a grupos selectivos. Proyectos
hegemónicos de este tipo, entonces, funcionan por ser excluyentes y por lo
tanto vuelven obsoleto el poder ideológico de la soberanía popular universal.
Además, debido a que la hegemonía selectiva refleja una forma de socialización
capitalista basada en la extracción de excedentes a través del capital financiero
(como se describe aquí; véase también Smith, de próxima publicación), las
poblaciones en el umbral del campo hegemónico no cumplen la función relativa
de resolver los ciclos en la producción . capital (descrito anteriormente) en el
que su valor se mide en términos de su potencial para la extracción de plusvalía
directamente a través del proceso de trabajo. Al no tener un valor tan latente,
para estas personas la coerción no se mantiene fuera del escenario como una
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amenaza para el futuro dando así poder a la persuasión; la coerción se ejerce
en el presente, desconectada de la persuasión.
El resultado es la sustitución de una distinción temporal entre el ahora y el
entonces, por una distinción metafóricamente espacial en el presente: un
espacio en el que algunos son seleccionados para estar dentro de estrategias
hegemónicas y otro ocupado por un exceso de población absoluto sometido
simplemente a coerción. Para estas personas, una contrapolítica dirigida
únicamente a los tipos neoliberales de gubernamentalidad y las características
jurídicas de la ciudadanía será, en términos de Gramsci, más intencional que orgánica.
Otra forma de expresar esto es señalar que, como hemos visto, el papel del
KNWS en el uso de la ciudadanía social para compensar las deficiencias
distributivas y polarizadoras de la socialización capitalista ahora ha sido
suplantado por formas de intervención estatal que no cumplen este papel. . De
modo que las reivindicaciones de varios derechos en términos de ciudadanía
pueden promover efectivamente las condiciones a través de las cuales uno es
seleccionado en la sociedad civil, pero no se puede esperar que mejoren, y
mucho menos resuelvan, aquellas condiciones de vida que las mismas
relaciones capitalistas hacen imposibles. Nuevamente, debo enfatizar que esto
no es para argumentar a favor de algún tipo de compartimentación de los dos
reinos, sino más bien para argumentar a favor de evaluar las condiciones y
posibilidades políticas en términos de su articulación . Claramente, los
problemas de destrucción ambiental, así como las condiciones que enfrentan
los llamados 'inmigrantes', legales o no, están profundamente ligados a formas nacionales es
30 ga smith
socialización capitalista. Pero esto puede significar que es este último el que
debería convertirse en el foco central de la lucha, en lugar de las
reivindicaciones de derechos en términos de ciudadanía, por ilustrada y
cultivada que pueda ser.
Si pensamos en estos términos, seguramente está claro que para algunas
personas, así como sería ingenuo exigir una ciudadanía más ilustrada que en
la práctica no se les aplicará, también sería ingenuo aceptar la principios de la
socialización capitalista y exigen simplemente que sean rediseñados. Si bien
me parece que ambas estrategias abarcan la mayor parte de lo que es la
política de izquierda hoy en día, está muy claro que hay un número cada vez
mayor de personas que no aceptan ni los principios de una ciudadanía liberal
que siempre se injerta en el capitalismo ni una especie de sistema capitalista
que ya no es capaz de compensar su explotación a través del 'crecimiento'.38
Podríamos identificar cuatro criterios a lo largo de los
cuales podríamos evaluar la distinción entre políticas de contramovimiento
que estoy sugiriendo aquí:
1. Continuidad/disyunción: el grado en que los participantes ven que sus
demandas pueden ser satisfechas dentro de las formas sociales, políticas
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y económicas existentes frente al grado en que solo las amenazas a esas
formas establecerían el primer paso hacia sus objetivos.
2. Organización/participación: las formas en que se organiza el compromiso
político y las formas de reclutamiento. Hasta cierto punto, veo esto como
la característica de la 'participación popular'. Sin embargo, la evidencia de
una fuerte participación popular juega especialmente con la idea de que
el resultado será convencer a los actores clave (incluidos los propios
jugadores, pero también los espectadores imaginarios y los que están en
el poder) en la medida en que, una vez que 'vean' el valor de esta acción
específica , serán persuadidos. A este tipo de apalancamiento hay una
adición importante. ...
3. Disrupción/producción: las formas de apalancamiento que tienen a su
disposición. Un elemento clave aquí parecería ser el apalancamiento que
proviene del potencial para mejorar la productividad ampliamente
concebida que los participantes pueden ofrecer, frente al grado en que su
apalancamiento se deriva de la presión que pueden ejercer sobre puntos
clave que producirían una disrupción significativa. Cuando los que están
en el poder minimizan el potencial productivo de los participantes, la
última estrategia ofrece el único tipo de influencia.
4. Formación de sujeto/agente: claramente diferentes tipos de intervención
política afectan la formación de sujeto de los participantes. Hasta cierto
punto, veo la política negociada frente a la política reivindicativa radical
de la misma manera que veo la distinción entre los énfasis respectivos en
esta consideración de Foucault, por un lado, y digamos EP Thompson, por el otro.
El primero enfatiza la forma en que la gobernabilidad da forma a la subjetividad, y
es probable que esto sea más el caso de la política que involucra a los
participantes en un 'diálogo' con quienes están en el poder para alcanzar un
'consenso'. El otro enfatiza el papel de la fuerza y la contrafuerza en la emergencia
del sujeto. La formación del sujeto aquí está estrechamente asociada con la
agencia del sujeto, colectivo e individual.
Cualquier incidente de compromiso político expresaría diferentes mezclas
de estas características y están, por supuesto, profundamente interconectados.
El desafío para la izquierda, por lo tanto, es explorar los medios por los cuales estas
innumerables formas de política reivindicativa pueden combinarse como una fuerza
contraria a partir de la cual se reemplazarán las relaciones sociales capitalistas.
Gramsci, por supuesto, habló de una guerra de posiciones y de una guerra de
maniobras en el contexto de movilizaciones de masas que se extendían fuera del
entorno industrial. El equilibrio entre la fuerza popular de masas efectiva y la tecnología
de la opresión estaba empezando a cambiar incluso en su época y ciertamente ha
rediseñado el papel de la movilización de masas en la actualidad.
Pero lo que queda es la necesidad de identificar puntos donde la intervención tendría
un efecto geométrico en la alteración del equilibrio de fuerzas en la cadena entrelazada
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de producción y circulación capitalista. Y a medida que estos se titulizan cada vez más
a través de medios militares tanto domésticos como imperiales, parece probable que la
efectividad de las contrafuerzas requiera abordar este coeficiente en sus propios
términos.
Tal vez deberíamos inspirarnos en James Baldwin, quien una vez comentó: “En última
instancia, es fatal crear demasiadas víctimas. El vencedor nada puede hacer con estas
víctimas, porque no le pertenecen a él sino a las víctimas” (1972: 89).
notas
Recibido el 2 de abril de 2010; aceptado el 15 de julio de 2010.
Este artículo se ha beneficiado de las ideas de tantos amigos y colegas en talleres, tomando
café, en seminarios y en mesas de cena que, salvo por sus limitaciones, en realidad debería
verse como una autoría cooperativa. Gracias a Malcolm Blincow, Victor Breton, Michelle Buckley,
Deb Cowen, Jaume Franquesa, Kanishka Goonawadena, Ken Kawashima, Kundun Kumar,
Winnie Lem, Tania Li, Susana Narotzky, Jennifer Ridgley, Neil Smith, David Sworn y Judy
Whitehead.
Dirija la correspondencia a Gavin A. Smith, Departamento de Antropología, Universidad de
Toronto, Toronto, ON M5S 2S2. Correo electrónico: gavin.gav@gmail.com
32 ga smith
1. “Los turcos han conquistado Alemania exactamente como los kosovares conquistaron Kosovo: con una alta
tasa de natalidad... un gran número de árabes y turcos [en Berlín] no tienen ninguna función productiva con
la excepción de vender frutas y verduras” [cursivas añadidas ]. Thilo Sarrazin, administrador del Bundesbank
y antiguo ministro de Hacienda de Berlín en el Partido Socialdemócrata Le Monde [En línea] 10.12.09.
2. Ver, por ejemplo, 'bare life' de Giorgio Agamben (1998), Wasted Lives: Modernity and its outcasts (2004) de
Zygmunt Bauman, Planet of slums de Mike Davis (2006), Mark Duffield (2007) Lectura foucaultiana de
'desarrollo' como la forma liberal 'ilustrada' de la eugenesia, o las vidas de Judith Butler (2009) cuyo final es
sin duelo.
3. Me doy cuenta de que 'reivindicativo' no se encuentra en el diccionario de inglés, pero uso el término aquí
porque captura un elemento de la dialéctica de la política que no puedo encontrar en otra palabra en inglés.
Lo tomo del español reivindicar— recuperar.
4. Él contrastó esto con 'obstinación'. Véanse las referencias de Smith (2004, 2006).
5. Para una respuesta a Roy por Jairus Banaji, vaya a http://kafila.org/2010/03/22/response
toarundhatiroyjairusbanaji/ (Consultado el 16 de abril de 2010).
6. Esta fue la sustancia del Drama asiático de Gunnar Myrdal (1968) en el que se refirió al problema de la
desventaja acumulada en el que el éxito de los polos de crecimiento socava las posibilidades económicas
de las regiones menos dotadas.
7. Si bien mi discusión sobre Chatterjee aquí se refiere principalmente a su artículo en Economic and Political
Weekly de 2008, que se limita a la India, es consistente con su libro (2004) (especialmente el capítulo 2)
cuyo subtítulo es “Reflexiones sobre la política popular en la mayor parte del mundo."
8. Dado su pasado entre los historiadores de los estudios subalternos, es sorprendente encontrar a Chatterjee
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reproduciendo aquí un cuadro notablemente similar al de WA Lewis (1954) y sus seguidores en la década
de 1950, uno en el que el valor fluye del “sector moderno o formal”. ” al “sector tradicional o informal”, esta
vez a través de la beneficencia gubernamental.
9. “... la redefinición contemporánea de la política como el arte de la administración experta, como política sin
política” (Zizek 2006: 38).
10. La alusión aquí es a los dos elementos de la hegemonía, su producción y su recepción, que discuto
extensamente en Smith (1999; 2004; 2006). Véase también Narotzky y Smith (2006).
11. Irónicamente, Banaji (ver nota al pie 6) acusa a Roy precisamente de la omisión inversa: de dejar fuera de su
discusión lo que aquí hemos visto como sociedad 'civil' y 'política'.
12. Para el neoliberalismo en sí mismo es “una desviación extraordinaria en la política que puede desplegarse
tanto para incluir como para excluir” (ibid: 5).
13. El cambio de medir el valor de la nación en términos de la riqueza de los ciudadanos a medirlo en términos
de su contribución a la productividad general fue una salida lenta y desigual del mercantilismo. Gregory
King, quien realizó la primera encuesta de estilo sociológico de Inglaterra, en su Cuenta general de la
década de 1690, dividió a la población en 500.586 nobles, comerciantes, abogados, etc., que aumentaron
la riqueza de Inglaterra, y 849.000 trabajadores, marineros, sirvientes, etc. ., quien lo disminuyó (citado en
Mount 2004: 119–120).
14. 'Seguridad' es una palabra clave (en el sentido de Williams), que indica tratados jurídicos que reflejan el
momento coyuntural de las guerras de clases e imperiales. Desde la seguridad social, hasta la comisión de
valores y cambio, hasta la seguridad nacional, la seguridad vecinal hasta la securitización de las cadenas
de suministro.
15. Bourdieu capta el ethos general que resulta de la relación de la 'libertad' con el retorno del valor al capital:
“Los trabajadores pueden contribuir a su propia explotación a través del mismo esfuerzo que hacen para
apropiarse de su trabajo, lo que los vincula
ellos a ella a través de las libertades a menudo minúsculas y casi siempre 'funcionales' que les
son dejadas... Esto es especialmente cierto cuando se trata de las disposiciones que Marx llama
'prejuicios vocacionales'. ... encuentran las condiciones para su actualización en ciertas
características del propio trabajo, como la competencia en el espacio ocupacional por ejemplo ...
De ello se deduce que, en muchas situaciones de trabajo, el margen de libertad que se deja al
trabajador ... es un estaca central; introduce el riesgo de no trabajar o incluso de sabotaje, ir
lento, etc.; pero abre la posibilidad de inversión en trabajo o autoexplotación. ... Es sobre este
principio que la moderna teoría de la gestión, mientras se ocupa de mantener el control de los
instrumentos de ganancia, deja a los trabajadores la libertad de organizar su propio trabajo,
ayudando así a aumentar su bienestar pero también a desplazar su interés de la ganancia
externa del trabajo (el salario) a la ganancia intrínseca”.
(Bourdieu, 2000) 203–204 [cursivas en el original]).
16. Por 'recinto' deseo subrayar no sólo la imagen del campo cerrado, al que la pequeña empresa
podría ser análoga, sino también la imagen del agua encerrada a través de canales y tuberías,
para dirigir los flujos.
17. Por ejemplo: “Entre iguales derechos, la fuerza decide. Por lo tanto, en la historia de la producción
capitalista, el establecimiento de una norma ... se presenta como ... una lucha entre el capital
colectivo, es decir. la clase de los capitalistas, y el trabajo colectivo, es decir. la clase obrera” (Marx
1976: 342–344 [cursivas añadidas]).
18. Quienes debatieron sobre la masa marginalista a fines de los años sesenta, en cambio, se
preocuparon precisamente por la conexión entre las formas de capitalismo y los elementos
jurídicos y normativos que permitían designar a una población como 'excedente'. Comenzaron
con una comprensión de la sociedad capitalista como un proceso dinámico lleno de tensión y se
preguntaron cómo esa sociedad produce excedentes de población, y luego trataron de mostrar
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cómo estos "excedentes" afectan la reproducción posterior de esa sociedad: "El primer elemento
de investigación ... el molde ... de una formación social interrelaciona dialécticamente tres
instancias: la económica, la jurídicopolítica y la ideológica.
Emergente a nivel de la economía, la sobrepoblación relativa involucra necesariamente a las
otras dos” (Nun 1969: 225–226 [traducción mía]). Véase Smith, de próxima publicación.
19. “el trabajo necesario aparece como superfluo, porque lo superfluo es... necesario sólo en la
medida en que es la condición para la realización del capital” (1973: 609).
20. “Si se da una cantidad determinada de capacidad de trabajo, la relación de trabajo necesario que
necesita el capital necesariamente debe declinar continuamente, es decir: parte de estas
capacidades debe volverse superflua, ya que una parte de ellas basta para realizar la cantidad
de trabajo excedente para que antes se requería la totalidad del monto” (1973: 609).
Marx señala explícitamente que esta división abstracta del trabajo en sus componentes
necesarios y excedentes podría convertirse en realidad en una distinción entre las personas,
haciendo que algunos sean necesarios y
otros excedentes. 21. “la sociedad en sus partes fraccionarias asume para el Sr. Capitalista el negocio
de mantener su instrumento virtual de trabajo... intacto como reserva para su uso posterior” (1973: 609610).
22. Una forma de abordar este problema es reconfigurar a esas personas como diferentes de alguna
manera (por ejemplo, indígenas o tribales) y luego atarlos a un lugar como una reserva (Li 2009).
Otra es proponer que la migración, por ejemplo, a los centros urbanos resolverá el problema
(Breman 2009).
23. Li (2009) trata de manera aguda las implicaciones sociales y políticas de este tipo de poblaciones
excedentes.
24. Pero no debemos exagerar las distinciones Norte/Sur; las concentraciones sectoriales regionales
o urbanas en el sur global pueden por sí mismas producir su propio excedente relativo de
población, así como demandas de tierra y recursos.
34 ga smith
25. Es importante afirmar que este no es el argumento de de Soto (1986). Más bien, simplemente estoy llamando
la atención sobre lo obvio: hasta qué punto el monopolio y el capitalismo industrial competitivo dependían
de la esfera no mercantilizada para lo que suele llamarse (engañosamente en mi opinión) reproducción
social, y de la esfera intrincadamente mercantilizada para una amplia gama. de suministros y servicios.
Hobsbawm (1984) señala que la enorme expansión de las fábricas a mediados del siglo XIX en Inglaterra
estuvo acompañada de una multiplicación de tales operaciones.
26. Es difícil exagerar el grado en que ocurrió la financiarización en los Estados Unidos y Gran Bretaña. Arrighi
(2007: 140 [cursivas en el original]) señala que en la década de 1990 en los Estados Unidos no solo las
finanzas, los seguros y los bienes raíces habían superado la participación de las ganancias manufactureras,
sino que “las propias empresas no financieras aumentaron considerablemente su inversión en activos
financieros en relación con los de planta y equipo, y se volvieron cada vez más dependientes de las fuentes
financieras de ingresos y ganancias en relación con las obtenidas de las actividades productivas... la
industria manufacturera no solo domina, sino que lidera esta tendencia hacia la "financiarización" de los
bienes no financieros. economía."
27. “Comprar una propiedad y esperar a que su precio se infle se consideró tan productivo como
invertir en nuevos medios de producción” (Michael Hudson 2008).
28. La relación capitaltrabajo expresada en el salario, el pacto tripartito de los representantes políticos del capital
y el trabajo mediado por el Estado, etc.
29. Las limitaciones de lo que Glick Schiller llama “nacionalismo metodológico” se hacen especialmente evidentes
en estas condiciones. Los problemas de exposición se vuelven aún más desafiantes cuando reconocemos
que estamos tratando de lidiar con características económicas, jurídicas, sociales y culturales que están
recíprocamente conectadas en una especie de cinta de Moebius (ver también WR Scott 2004). La discusión
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abreviada aquí se da tratamiento más extenso en Smith, próximamente.
30. El capital de producción sigue siendo la base sobre la que se genera valor (a través del trabajo). De ello se
deduce entonces que el capital financiero no puede ser 'ubicuo' y que el trabajo tradicional no ha
desaparecido (aunque puede que se haya movido). Más bien, el capital financiero es dominante en el
sentido de que sus principios condicionan las prioridades del capital de producción y, como veremos, las
prioridades de algunos tipos de trabajo.
31. Anteriormente en este artículo utilicé el término 'instrumentos' al referirme a herramientas de capital, en lugar
de las 'máquinas' de uso más frecuente. La expresión « instrumentos financieros» es de uso corriente.
Aquí lo uso para referirme a una amplia gama de cosas, desde derivados como swaps de incumplimiento
crediticio (CDS) u obligaciones de deuda garantizada (CDO) hasta modelos como la cúpula gaussiana, así
como los programas de software necesarios para generarlos. El uso de la palabra en estos casos es
intencional. 32. “el efecto de la titulización fue agregar una gran cantidad de transacciones
hipotecarias que de otro modo serían discretas... en una sola masa de exposiciones; generando una expresión
de clase obrera socializada en los mercados financieros” (Bryan y Rafferty 2010: 4).
33. Como señala Michel Feher para la noción de 'capital humano': “Es precisamente como consecuencia de [el]
deseo de superar la división entre el hombre íntimo y el empresario que uno debe entender la promoción
del capital humano, es decir , la presentación del individuo como “inversor en sí mismo” (Feher 2009: 33).
La analogía con la empresa es desarrollada aún más por Feher (ibid: 34), quien señala que, “mientras que
la fuerza de trabajo es propiedad del trabajador libre, los sujetos neoliberales no son exactamente dueños
de su capital humano; invierten en ello”. El paralelismo con las acciones de una sociedad anónima es
patente y, para que no nos resistamos todavía a la asociación con el capital financiero, prosigue Feher, “la
relación entre el sujeto neoliberal y su capital humano debería llamarse especulativa, en todos los sentidos
de la palabra ” . (ibídem
[cursiva suya]). Agradezco a Drew Gilbert y Andrea Muehlbach por señalarme las reflexiones de Feher.
34. La apariencia de hegemonía selectiva es especialmente obvia en los proyectos de desarrollo en el Sur
Global, donde grupos particulares cuyos nombres adquieren un capital simbólico extraordinario, se
convierten en los objetivos seleccionados de múltiples agencias que llevan a cabo programas a menudo
descoordinados: madres solteras dignas de crédito, campesinos indígenas , pandas ... y así
sucesivamente, mientras que inevitablemente otros —madres no solventes, campesinos no indígenas,
consumidores de bambú que no son pandas— no lo hacen. Y cualquier proyecto de 'renovación' urbana
o regional revelará el mismo tipo de fenómenos.
35. La evidencia del cambio de hegemonía expansiva a selectiva en América Latina es
proporcionada en Roberts y Petras, quienes comentan:
“[Las políticas urbanas] marcan un cambio de la vieja economía política urbana de los estados
altamente centralizados del período de Industrialización por Sustitución de Importaciones a un nuevo
uno. ... período Una parte importante de este cambio... es un énfasis decreciente en el universo
políticas sociales salistas del pasado y un énfasis creciente en políticas dirigidas a grupos e individuos
específicos en necesidad” (2006: 58).
36. Necesito agregar una advertencia importante aquí. Me parece que el papel de las 'poblaciones
excedentes' se ha vuelto crucial para una política reivindicativa en el futuro. Y siento que esto es así de
una manera que no era el caso en el apogeo del KNWS. Por lo tanto, he hablado de las distinciones
entre estas dos situaciones. Sin embargo, sería absurdo dar a entender que esta situación es única. A
lo largo de la historia, las sociedades han producido personas que aparecen como "excedentes" para
esa sociedad. De hecho, se ha argumentado que para Marx y Engels había un montón de gente que
también era excedente para la política revolucionaria (Stallybrass 1990). La pregunta que planteo, por lo
tanto, es si este sigue siendo el caso (si alguna vez fue el caso en primer lugar).
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37. En principio sólo por supuesto. 'Toda la sociedad' se entiende en términos de fuerza y contrafuerza, por
lo que la hegemonía tiene que ver con alianzas en condiciones de conflicto.
38. Esto plantea la pregunta de si países como China, donde el capital de producción es bastante frecuente,
pueden realmente hacer frente a las presiones a través del crecimiento y el aumento de la productividad.
Sólo la investigación empírica puede ofrecer el comienzo de una respuesta.
Sin embargo, los factores a considerar son el hecho de que China ha tendido a aumentar las distinciones
entre las poblaciones en el cambio hacia el capitalismo; la financiarización es una fuente importante de
riqueza y, por lo tanto, de flujo de capital; y esto, a su vez, ha influido en las decisiones de inversión
nacionales e internacionales de China.
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