Jack El Destripador
Jack El Destripador
Jack El Destripador
Contexto histórico
A mediados del siglo XIX, las principales demarcaciones británicas, entre ellas el East End de
Londres —donde se encuentra Whitechapel—, tenían sobrepoblación16 debido al flujo de
inmigrantes irlandeses y al arribo de refugiados judíos del este de Europa y de la Rusia imperial a
partir del año 1882.2 Este problema repercutió en el decaimiento de los niveles de empleo y calidad
de vida y llevó a la proliferación de una amplia clase baja1716 caracterizada por la pobreza, el crimen
y la violencia, el alcoholismo y la prostitución. De acuerdo a estimaciones de la Policía
Metropolitana de Londres, en octubre de 1888 había 62 burdeles y 1200 prostitutas en
Whitechapel.3 También, eran comunes las manifestaciones y protestas por la situación económica
entre 1886 y 1890, entre las cuales sobresalió el Domingo Sangriento de 1887.1819
Whitechapel tenía particularmente mala reputación por los casos de antisemitismo, racismo,
delincuencia, disturbios sociales y suma pobreza. 20 Tal percepción como reducto de inmoralidad
llegó a su punto álgido en 1888, cuando la prensa comenzó a dar una cobertura sin precedentes a
una serie de grotescos y atroces homicidios atribuidos a «Jack el Destripador». 2116
Asesinatos
Si bien la elevada cantidad de ataques contra mujeres del East End en esa época complicó la
averiguación de cuántos de esos asesinatos habían sido cometidos por un mismo individuo, 22 la
Policía Metropolitana de Londres identificó once homicidios ocurridos en Whitechapel entre abril
de 1888 y febrero de 1891.52324 Aunque no había certeza para asegurar que todos habían sido obra de
una misma persona, cinco de ellos sí tenían varios elementos en común y se atribuyeron a Jack el
Destripador, cuyo modus operandi se caracterizaba por cortes en la garganta, mutilaciones en el
área genital y abdominal, extirpación de órganos y desfiguración del rostro. 1 Estos asesinatos suelen
denominarse «los cinco canónicos» para distinguirlos del resto del expediente de Whitechapel; 25 no
figuran entre ellos los dos primeros casos: las muertes de Emma Elizabeth Smith y Martha
Tabram.26
Smith fue asaltada y abusada sexualmente en la calle Osborn del citado barrio el 3 de abril de 1888.
Murió al día siguiente en el London Hospital por peritonitis ocasionada por la inserción de un
objeto desafilado en su vagina.272829 En su declaración, ella dijo que había sido atacada por dos o tres
hombres, uno de los cuales era un adolescente,29 razón por la que se descartó este caso del
expediente del Destripador.3031 Tabram murió el 7 de agosto del mismo año, víctima de 39
puñaladas. Si bien la policía lo asoció con los cinco canónicos debido a la crueldad, la ausencia de
un motivo aparente y la cercanía de la zona donde ocurrió —George Yard, Whitechapel— con las
de las otras muertes,30 en realidad el ataque difería del modus operandi anteriormente señalado:
Tabram no tenía cortes en la garganta ni el abdomen, y sus heridas no seguían el patrón identificado
en el expediente de los cinco canónicos. 32
Mapa de Londres en la época victoriana; los siete puntos rojos marcan las ubicaciones de los primeros siete
asesinatos en Whitechapel: la calle Osborn y el edificio de George Yard (en el centro), la calle Hanbury (arriba),
Buck's Row (parte superior derecha), calle Berner (parte inferior derecha), Mitre Square (parte inferior izquierda) y
calle Dorset (al centro e izquierda).
Ilustración de tres hombres descubriendo el torso de una mujer; «El misterio de Whitehall» de octubre de 1888.
La prensa se refirió como «el misterio de Whitehall» al hallazgo del torso decapitado de una mujer
en el sótano de las nuevas oficinas de la Policía Metropolitana, en la calle Whitehall, el 2 de octubre
de 1888. Anteriormente el brazo de la víctima había sido encontrado flotando en el río Támesis,
cerca de Pimlico, y una de sus piernas yacía enterrada cerca de donde estaba el torso. 76 Ya que la
policía no pudo encontrar el resto de extremidades ni la cabeza, jamás pudo ser identificada. Tanto
el caso de Whitehall como el de la calle Pinchin —uno de los once del expediente de Whitechapel
— involucraban el hallazgo de torsos mutilados de mujeres, razón por la que se les catalogó como
«los misterios del Támesis», atribuidos a un solo homicida apodado como «el asesino de los
torsos».77 No ha podido comprobarse que este último haya sido el mismo Destripador de las muertes
canónicas,77 pero el modus operandi del asesino de los torsos difería del de Jack. 78 Una tercera
mujer, cuyas extremidades fueron recogidas del río Támesis entre el 2 y el 25 de junio de 1889,
podría tratarse del tercer asesinato del homicida del torso. 79
El 29 de diciembre de 1888 se halló el cuerpo de John Gill, un niño de siete años, en
Manningham, Bradford. De forma parecida a Kelly —la última de las víctimas canónicas—, tenía
las piernas heridas y una oreja amputada, el abdomen seccionado y le habían extraído los intestinos
y el corazón. La prensa especuló que había sido obra del Destripador, 80 y aunque el empleador del
niño, el lechero William Barrett, fue arrestado en dos ocasiones al ser acusado por evidencia
circunstancial, al final fue puesto en libertad80 y la policía no procesó a ningún otro sospechoso.80
El cadáver de la estadounidense Carrie Brown apareció el 24 de abril de 1891 en Nueva York y,
además de haber sido estrangulada, tenía un tenedor incrustado en la ingle y cortaduras superficiales
en las piernas y la espalda. Aunque el cuerpo tenía todos sus órganos, la policía encontró un ovario
en su cama. Cabe señalarse que, al igual que ocurriera en el East End de Londres, Nueva York tuvo
un flujo considerable de inmigrantes irlandeses en 1860. 81 Si bien la prensa comparó este homicidio
con los de Jack el Destripador, la Policía Metropolitana de Londres descartó cualquier vínculo entre
estos.82
Investigación[editar]
Caricatura de John Tenniel, que data del 22 de septiembre de 1888, en la cual se critica la supuesta incompetencia
de la policía en la investigación del expediente de Whitechapel, reforzada por el hecho de que el asesino nunca fue
capturado.7
Los documentos policíacos sobre los asesinatos de Whitechapel permiten conocer cómo era el
procedimiento de investigación en la época victoriana: 83 para recabar información, un extenso
equipo de oficiales iban de casa en casa y sondeaban a los vecinos. El material forense mientras
tanto era analizado por personal calificado. Cuando se identificaba a los sospechosos, la
investigación se hacía más a fondo y, dependiendo de los resultados obtenidos, se decidía ya sea
procesarlos o descartarlos del expediente. Desde entonces ha sido el método utilizado en las
investigaciones policíacas contemporáneas. 83 En relación con los asesinatos de Whitechapel, la
policía entrevistó a más de dos mil personas, investigó aproximadamente a trescientas, y detuvo a
ochenta.6 La división criminal del Departamento de Investigación (CID) de la Policía Metropolitana
de Whitechapel (H), encabezada por el inspector Edmund Reid, llevó a cabo las investigaciones de
los primeros dos casos del expediente de Whitechapel. Tras la muerte de Nichols, la oficina central
de Scotland Yard envió a los inspectores Frederick George Abberline, Henry Moore y Walter
Andrews para esclarecer el caso. La policía de la City de Londres se involucró a partir del
homicidio de Eddowes, por medio del detective James McWilliam. 5 Pese a lo anterior, las
investigaciones se vieron obstruidas debido a que el encargado recién electo del CID, Robert
Anderson, había solicitado una licencia de trabajo en Suiza entre el 7 de septiembre y 6 de octubre
de 1888, período en que ocurrieron los homicidios de Chapman, Stride y Eddowes. 84 Por tal
motivo Charles Warren, comisionado de la Policía Metropolitana, nombró a Donald Swanson como
coordinador de las investigaciones de Scotland Yard. 8586 Insatisfechos con el esfuerzo policial, un
grupo de ciudadanos del East End de Londres comenzó a patrullar las calles bajo el mote de
«Comité de Vigilancia de Whitechapel», cuyo objetivo era encontrar a posibles sospechosos de los
asesinatos. Además de contratar a detectives privados para entrevistar a presuntos testigos, le
sugirieron al gobierno que ofreciera una recompensa a cambio de información sobre el homicida, a
manera de alternativa para recabar más información. 8
Debido al tipo de heridas de las víctimas, la policía consideró inicialmente como sospechosos a los
carniceros, cirujanos y médicos.87 De acuerdo a un reporte elaborado por el inspector Swanson y
dirigido a la oficina central, se visitaron 76 carnicerías y mataderos e investigaron a sus empleados
durante seis meses.88 Esta hipótesis venía reforzada por la propia reina Victoria, para quien el
culpable debía ser un carnicero o ganadero proveniente de alguna de las embarcaciones de ganado
que operaban entre Londres y la Europa Continental,8990 tomando en cuenta la cercanía de
Whitechapel respecto a los muelles de Londres 91 y el atraco de estos barcos cada jueves o viernes, y
su partida el sábado o domingo, lo cual coincidía con los días en que habían ocurrido las muertes. 92
Pese a lo anterior, lo cierto es que ninguno de los asesinatos ocurrió durante alguna de las fechas de
arribo de los barcos, lo cual llevó a la policía a desestimar esta conjetura. 93
Perfil criminal[editar]
A finales de octubre, Anderson le pidió al médico forense Thomas Bond que evaluara las heridas de
las víctimas y ofreciera su punto de vista con respecto a los posibles conocimientos quirúrgicos del
homicida.994 Bond elaboró su dictamen basándose en el examen del cadáver con mayores
mutilaciones y los registros de autopsia del resto de las víctimas canónicas.10 Su descripción,
considerada como uno de los perfiles criminales más antiguos de los que se tenga registro,95 decía
textualmente:
No cabe duda que los cinco asesinatos fueron cometidos por la misma mano. En las primeras cuatro [víctimas], las
gargantas parecen haber sido cortadas de izquierda a derecha y en la última, debido a la extensa mutilación, es
imposible decir en qué dirección se hizo el corte fatal, aunque se encontró sangre arterial en la pared, salpicada
cerca de donde la cabeza de la mujer debió haber estado.
Las circunstancias en torno a los asesinatos me llevan a deducir que las mujeres estaban recostadas al momento de
ser asesinadas, y en todos los casos [el homicida] cortó primero la garganta. 10
Bond rechazó la idea de que el asesino contara con conocimientos científicos o anatómicos, o «el
entendimiento técnico de un carnicero o matarife», 10 y en cambio argumentó que debía tratarse de
un hombre solitario, sujeto a «ataques periódicos de manía homicida o erótica» e hipersexual dado
el tipo de mutilaciones.10 También señaló que «el impulso homicida podría haber surgido de alguna
condición mental de venganza o melancolía, o una manía religiosa, aunque no creo que ninguna de
estas hipótesis sea [procedente]».10
Si bien no hubo evidencia alguna de actividades sexuales entre el asesino y sus víctimas, 196 algunos
psicólogos supusieron que la penetración de las víctimas con un cuchillo y «la exhibición de los
cadáveres en posiciones sexualmente degradantes con las heridas expuestas» son indicativos de que
el responsable obtenía placer sexual con los ataques, 197 aunque para otros especialistas dicha
suposición no puede ser comprobada.9899
Sospechas[editar]
Carátula de la revista Puck del 21 de septiembre de 1889, que muestra una caricatura de Tom Merry donde especula
con la identidad de Jack el Destripador.
Cartas[editar]
La prensa y la policía recibieron numerosas cartas en el transcurso de los asesinatos de
Whitechapel,115 y si bien algunas consistían en propuestas para ayudar a la captura del asesino, la
mayoría no tuvieron utilidad en la pesquisa.116117118 No obstante, cientos de dichas cartas
supuestamente eran de la autoría del Destripador, 119 y tres de ellas resultaron notables: la carta
«Querido jefe», la postal «Saucy Jacky» y la carta «Desde el infierno».120
La carta «Querido jefe» data del 25 de septiembre de 1888 y fue recibida inicialmente por la Central
News Agency el 27 de septiembre, fecha que coincidía con el matasellos. El medio informativo le
reenvió el documento a Scotland Yard dos días después. 121122123124 Al principio se le consideró como
un bulo, sin embargo el documento cobró notoriedad después del hallazgo del cuerpo de Eddowes,
puesto que el cadáver carecía de una oreja y la carta, enviada tres días antes del asesinato, incluía la
amenaza de «cercenar las orejas de la dama». 125 Pese a lo anterior, las investigaciones concluyeron
que la oreja de Eddowes había sido incidentalmente cortada por el asesino durante su ataque. A lo
anterior se suma el hecho de que el documento también afirmaba que el autor habría de enviar las
orejas de su víctima a la policía, lo cual no ocurrió. 126 La importancia de esta carta radica
igualmente en que su autor usó por primera vez el mote «Jack el Destripador» para referirse a sí
mismo, y desde entonces la prensa y policía, que solían llamarlo «Mandil de cuero», 127 comenzaron
a denominarlo así.15 Algunas fuentes señalaron que el apodo en realidad había sido utilizado
originalmente en una carta del 17 de septiembre del mismo año, 128 sin embargo no hubo consenso
en validar esta suposición y se le consideró como un bulo en los registros del siglo XX de la
policía.129
De igual forma la Central News Agency recibió la postal «Saucy Jacky» el 1 de octubre, fecha del
matasellos. Cabe señalarse que la caligrafía y el tono eran similares a los de la carta «Querido
jefe».130131 El autor aseguraba que dos víctimas más habían sido asesinadas en sitios cercanos entre
sí, y calificaba el homicidio como «un doble evento», supuestamente en alusión a las muertes de
Stride y Eddowes.132 Aunque se llegó a pensar que la carta había sido enviada antes de que la policía
hiciera públicos los asesinatos, de manera que hubiera sido improbable que alguien más tuviera
conocimiento del doble evento en ese momento,133 lo cierto es que la fecha del matasellos indicaba
que su autor había enviado el documento más de 24 horas después de las muertes, cuando ya los
medios daban cobertura de lo sucedido a la población. 132134
George Lusk, líder del Comité de Vigilancia de Whitechapel, recibió la carta «Desde el infierno» el
16 de octubre. No obstante, al ser comparada con las cartas anteriores, el documento tenía otra
caligrafía y estilo de redacción.135 La carta venía en una pequeña caja que también contenía la mitad
de un riñón preservado en etanol,135 y el autor aseguraba que se había comido el resto del órgano
frito. Aunque algunas fuentes dedujeron que el riñón le pertenecía a Eddowes, cuyo cadáver carecía
de dicho órgano, otras referencias concluyeron que se trataba solamente de una broma macabra. 136137
El cirujano inglés Thomas Openshaw, del London Hospital, examinó el riñón y determinó que sí era
humano y provenía del costado izquierdo de la víctima. No obstante, fue incapaz de establecer otra
característica biológica.138 Más tarde el médico recibió otra carta firmada por el Destripador.139
Scotland Yard publicó el 3 de octubre facsímiles de la carta «Querido Jefe» y de la postal con la
esperanza de que alguien reconociera la caligrafía. 140 En opinión de Warren: «creo que todo esto se
trata de un bulo, pero estamos obligados de cualquier forma a encontrar al autor [de los
documentos]».141 El 7 de octubre, George R. Sims explicó en el rotativo dominical Referee que la
carta había sido escrita por un periodista para acrecentar la popularidad de un periódico. 142
Basándose en esa hipótesis, la policía confirmó poco después haber identificado a un periodista
como el responsable de las misivas,143 llamado Tom Bullen, según una carta enviada por el
inspector John Littlechild a George R. Sims el 23 de septiembre de 1913. 144 No fue sino hasta 1931
que el periodista Fred Best confesó que él y un colega de The Star habían escrito las cartas firmadas
por Jack el Destripador con tal de acrecentar el interés en los homicidios de Whitechapel y
«mantener vivo el negocio».145
Medios de comunicación[editar]
Carátula de un periódico cuyo encabezado dice textualmente: «Horrible asesinato en el East End. Espantosa
mutilación de una mujer. Detengan a Mandil de cuero».
Aunque Jack el Destripador no fue el primer asesino serial, sus crímenes tuvieron una cobertura
mediática sin precedentes57146 gracias a las reformas fiscales aprobadas en los años 1850 que
favorecieron la distribución masiva de rotativos de bajo precio. 147 Durante la época victoriana este
tipo de publicaciones tuvo un mayor auge, e incluyó a periódicos con precios tan asequibles como
medio penique y revistas populares como Illustrated Police News, que encauzaron sus esfuerzos en
dar publicidad al homicida.148
Los periodistas eran conscientes de que la información que podían publicar sobre los crímenes de
Whitechapel era escasa, tal y como reconoció el diario Manchester Guardian al señalar que
«cualquier información que pueda estar en posesión de la policía pareciera que necesitan
conservarla en secreto... Se cree que su atención está particularmente dirigida a... un notorio
personaje conocido como "Mandil de cuero"».149 La sensación de frustración de ciertos medios en
relación con los pocos detalles que se conocían de las investigaciones policíacas propició que las
publicaciones se vieran desprovistas de veracidad. 57150 Fue así como surgieron descripciones
ficticias del asesino,151 pese a que algunos reporteros ocasionalmente desmentían los falsos rumores
al considerarlos como «consecuencia de la mítica excrecencia fantasiosa del periodista». 152 Ante la
difusión de estas notas erráticas, algunos comenzaron a realizar conjeturas basándose en las
afirmaciones de la prensa; por ejemplo, la policía arrestó a John Pizer, un vendedor judío de calzado
de cuero que era conocido por el mote de «Mandil de cuero», 153 el mismo usado por el Manchester
Guardian para referirse al Destripador. Una vez confirmada la inexistencia de evidencia que lo
relacionara con los crímenes, Pizer fue liberado. 154153
No fue sino hasta la publicación de la carta «Querido jefe» que los medios comenzaron a utilizar el
mote «Jack el Destripador» en vez de «Mandil de cuero» para referirse al homicida. 127 El nombre
«Jack» ya era usado para describir a otro criminal de Londres: «Jack el saltarín», que supuestamente
saltaba por encima de los muros para atacar a sus víctimas y luego escapaba de similar manera. 155
Con el tiempo se volvió costumbre que la prensa adoptara apodos para referirse a homicidas, como
ocurrió con el hachero de Nueva Orleans, el estrangulador de Boston, el francotirador de
Beltway, el Destripador francés,156 el Destripador de Düsseldorf,157158 el Destripador de
Camden,159 Jack the Stripper,160161 el Destripador de Yorkshire162163164 y el Destripador de Rostov.165
166
Caricatura publicada en la revista Punch en 1888, en la que Jack es representado como un fantasma con un cuchillo.
Los crímenes cometidos por Jack el Destripador dirigieron la atención hacia el bajo nivel de calidad
de vida imperante en el East End en aquellos años, 167 ocasionado por sus barrios bajos
superpoblados e insalubres.168 Si bien varios de estos barrios fueron desalojados y demolidos, 169
todavía se preservan algunas de sus calles y edificaciones que suelen ser visitados por turistas
interesados en el mito del Destripador.170 Se tiene noción de que uno de estos inmuebles, el pub The
Ten Bells ubicado en la calle Commercial, era frecuentado por Kelly. 171 En 2015 abrió sus puertas
el Museo de Jack el Destripador en el este de Londres. 172
La alegoría del Destripador como una figura fantasmagórica o monstruosa pasó a convertirse en
«el coco de los niños» inmediatamente después de los asesinatos. 173 En los años 1920 y 1930 era
representado en el cine como un misterioso hombre vestido de forma ordinaria que atacaba a gente
despreocupada,174 mientras que en la década de 1960 era «el símbolo de una aristocracia nociva» 174
mediante la personificación de un noble con sombrero de copa que representaba a las clases bajas
explotadas por el establishment.175 Con el transcurso del tiempo la imagen del Destripador adoptó
conceptos de terror como el manto de Drácula o la afición de Frankenstein a la cosecha de
órganos.176 A grandes rasgos, el mito del asesino de Whitechapel se fue combinando con diversos
géneros literarios que abarcan desde la narrativa de Sherlock Holmes hasta el terror erótico
japonés.177
También ha servido como eje de numerosas obras literarias y audiovisuales que generalmente
combinan hechos reales con la ficción.178 Esto lo ha llevado a ser uno de los criminales de los que se
han escrito más novelas y publicaciones.103 Una de las primeras novelas publicadas sobre el caso
lleva por título The Curse Upon Mitre Square (1888). Fue escrita por John Francis Brewer, que
recurrió al asesinato de Eddowes como hilo conductor de su trama. 179180 En 1927 el cineasta Alfred
Hitchcock estrenó la película muda The Lodger: A Story of the London Fog, basada en la
novela The Lodger (1913) de Marie Belloc Lowndes, sobre una pareja de Londres que sospecha que
su inquilino es un asesino en serie cuyo modus operandi es muy similar al del Destripador.181 Dicha
novela habría de ser adaptada al cine en otras cuatro ocasiones más: The Lodger (1932) por Maurice
Elvey; The Lodger (1944) por John Brahm; Man in the Attic (1953) por Hugo Fregonese; y The
Lodger (2009) por David Ondaatje. A su vez Robert Bloch redactó el relato corto «Yours Truly,
Jack the Ripper», publicado en 1943, en el que describió a Jack el Destripador como un humano
necesitado de sacrificios humanos para preservar su inmortalidad. 182 Una de las novelas
controvertidas, aunque exitosa, fue Jack the Ripper: The Final Solution (1976) de Stephen Knight,
ya que propuso una teoría conspirativa que implicó a la familia real británica, la francmasonería y al
pintor Walter Sickert.183184 Entre los escritores que han redactado material sobre el mito del
Destripador se encuentran Fredric Brown, Gardner Fox, Philip José Farmer, Ramsey
Campbell, Roger Zelazny185} y, más recientemente, Stephen Hunter, este último con su novela I,
Ripper (2015).186 En cuanto a literatura en español, en 1945 la editorial Povi, de Barcelona,
distribuyó el tercer volumen de Sherlock Holmes. Memorias intimas del rey de los detectives en
donde el detective inglés ficticio trata de capturar a Jack el Destripador. 187
Jack también ha aparecido en manga y anime. Tiene una representación en la saga Fate, y aparece
como uno de los representantes de la humanidad en Shuumatsu no Valkyrie.
En la industria cinematográfica, algunas producciones sobre el mito del Destripador son Die Büchse
der Pandora (1929) dirigida por Georg Wilhelm Pabst; Jack the Ripper (1959) por Monty
Berman y Robert S. Baker; A Study in Terror (1965) por James Hill; y Desde el infierno (2001)
por Albert Hughes y Allan Hughes. Otros contenidos incluyen la puesta en escena The Ruling
Class (1968) de Peter Barnes;188 los episodios «The New Exhibit» (1963) de la serie televisiva The
Twilight Zone, en donde el encargado de un museo de cera se obsesiona con cinco exhibiciones,
entre ellas la figura de Jack el Destripador, por lo que comienza a matar a otras personas con tal de
salvaguardar su integridad;189 y «Comes the Inquisitor» (1995) de Babylon 5, en el que uno de sus
personajes referido como Jack el Destripador es secuestrado por alienígenas; 190 la pintura Jack the
Ripper's Bedroom de Walter Sickert;191 la novela gráfica From Hell de Alan Moore y Eddie
Campbell;192 y la canción Jack the Ripper (1964) originalmente interpretada por el músico
inglés Screaming Lord Sutch.193 También en la película 6 de la franquicia "Detective Conan",
Detective Conan: el fantasma de Baker street uno de los personajes del videojuego Comcon es Jack
el destripador.
La «ripperología», término acuñado en los años 1970 por el filósofo y escritor británico Colin
Wilson, hace referencia a los estudios sobre los homicidios de Jack el Destripador, 194195 y existen
periódicos que difunden los resultados de dichas investigaciones, tales
como Ripperana, Ripperologist y Ripper Notes.196