Psicoanálisis Clásico

Mtra. A. Cecilia Villalobos Anguiano

José Eduardo Arroyo Delgado

44561

Av. Venustiano Carranza No. 1350-Nte, Centro,

64000 Monterrey, N.L.
16/06/2023
Psicoanálisis Clásico (introducción)
El psicoanálisis clásico de Freud es una teoría
psicológica y un enfoque terapéutico desarrollado
por Sigmund Freud, neurólogo austriaco y
fundador del psicoanálisis.
El psicoanálisis de Freud introdujo varios
conceptos clave que formaron la base de su
teoría.
Uno de los principales objetivos del
psicoanálisis freudiano es traer el material
inconsciente a la conciencia a través de un
método llamado asociación libre.

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El inconsciente
Una de las ideas centrales de las teorías de
Freud es la existencia del inconsciente.
Según Freud, nuestros procesos mentales están
influenciados por deseos inconscientes, conflictos
y recuerdos que están fuera de nuestra conciencia.
Él creía que estos elementos inconscientes juegan
un papel importante en la formación de nuestros
pensamientos, emociones y comportamiento.

Determinismo psíquico
El determinismo psíquico sostiene que nada
en nuestra vida mental sucede por casualidad.
Todos los pensamientos, emociones y
comportamientos tienen una causa y están
determinados por motivos inconscientes, instintos
y experiencias pasadas. Freud creía que incluso
los comportamientos aparentemente aleatorios y
accidentales o los lapsus lingüísticos pueden
atribuirse a motivos o deseos inconscientes.

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 Según Freud, el determinismo psíquico
sugiere que todo el comportamiento humano y los
procesos mentales, incluidos los pensamientos,
sentimientos y acciones, están determinados por
fuerzas psicológicas inconscientes.

Niveles de consciencia
Freud propuso un modelo de la mente que
incluía tres niveles de conciencia: el consciente,
el preconsciente y el inconsciente.
Consciente: este nivel de conciencia incluye
todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones
y percepciones de las que somos conscientes
actualmente. Representa nuestra conciencia
inmediata y es la parte más pequeña de la mente.
Incluye nuestros pensamientos presentes,
experiencias sensoriales en curso y nuestro foco
de atención actual.

Preconsciente: El nivel preconsciente se

encuentra justo debajo de la superficie de la
conciencia. Incluye pensamientos, recuerdos e
información que no están actualmente en nuestra
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conciencia pero que pueden ser fácilmente traídos
a la conciencia cuando sea necesario. Por
ejemplo, los recuerdos de eventos pasados o
conocimientos almacenados en la memoria a
largo plazo que pueden recordarse fácilmente
entran en esta categoría.

Inconsciente: El nivel inconsciente es la

parte más profunda y significativa de la mente,
según Freud. Contiene pensamientos,
sentimientos, deseos y recuerdos que están
ocultos a la conciencia. Estos contenidos
inconscientes a menudo provienen de
experiencias reprimidas u olvidadas, eventos
traumáticos y conflictos no resueltos. Freud creía
que la mente inconsciente influye en nuestros
pensamientos, emociones y comportamiento,
aunque no seamos conscientes de ello.

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Efectos de la motivación inconsciente
El comportamiento esta determinado por la
combinación del consciente y el inconsciente.
Estas actúan de forma sutil de modo que para las
acciones del sujeto de modo que parezcan
comprensibles y racionales.

Síntomas Físicos
Freud propuso que las motivaciones
inconscientes pueden manifestarse en síntomas
físicos, particularmente a través de un proceso
que llamó somatización.
Histeria de conversión: Freud describió una
condición conocida como trastorno de
conversión, en la cual la angustia o los conflictos
psicológicos se convierten en síntomas físicos.
Estos síntomas pueden incluir parálisis,
alteraciones sensoriales, dolor u otros
impedimentos físicos que no tienen una base
orgánica. Freud creía que estos síntomas eran el
resultado de conflictos inconscientes que se
expresaban somáticamente.

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Hipnosis
Sigmund Freud incorporó la hipnosis en su
enfoque terapéutico, durante sus primeros años
como médico y psicólogo.
Inducir un estado de trance, se guiaría a los
pacientes a un estado de hipnosis, también
conocido como estado de trance. Este estado
implicaba una relajación profunda, una mayor
concentración y una mayor sugestionabilidad.
Freud usó varias técnicas para inducir el trance,
como hacer que el paciente se concentre en un
objeto en particular.
mientras el paciente estaba en estado hipnótico,
Freud hacía sugerencias destinadas a promover
conocimientos y resolver problemas psicológicos.
Interpretaría las asociaciones, los sueños y las
experiencias del paciente dentro del contexto de
la dinámica inconsciente. Freud creía que al traer
material inconsciente a la conciencia, podría
ocurrir la curación psicológica pero que al final se
dio cuenta que este método era muy agresivo con
el paciente
Sueños

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 Freud creía que los sueños eran un camino
para acceder y comprender la mente inconsciente.
Propuso que los sueños eran una expresión
disfrazada de deseos, deseos y conflictos
inconscientes. Los sueños, según Freud, servían
de compromiso entre los impulsos reprimidos o
inaceptables y la influencia censuradora de la
mente consciente.

Ansiedad
Según Freud, la ansiedad surge de los
conflictos inconscientes y del choque entre los
impulsos instintivos y las demandas de la
sociedad.
La ansiedad neurótica resulta de conflictos
inconscientes entre los impulsos instintivos y el
superyó, que representa los estándares morales
interiorizados. Las personas que experimentan
ansiedad neurótica temen el castigo o la culpa
asociados con la expresión de sus deseos
prohibidos.

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Mecanismos de defensa
Freud propuso varios mecanismos de defensa
como procesos psicológicos que los individuos
emplean para protegerse de la ansiedad y la
angustia. Estos mecanismos de defensa operan
inconscientemente y ayudan a manejar los
conflictos entre los impulsos instintivos y las
demandas sociales. Aquí hay algunos
mecanismos de defensa clave identificados por
Freud:

Represión: La represión es el principal

mecanismo de defensa identificado por Freud.
Implica la exclusión inconsciente de
pensamientos, recuerdos o deseos no deseados o
que provocan ansiedad de la conciencia. El
material reprimido es empujado hacia la mente
inconsciente, haciéndolo inaccesible al
pensamiento consciente. Sin embargo, el
contenido reprimido puede seguir influyendo
indirectamente en el comportamiento y las
experiencias.

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 Negación: La negación implica la negativa
absoluta a reconocer o aceptar una realidad o un
aspecto de uno mismo que causa ansiedad o
angustia. Sirve como una forma de protegerse de
la incomodidad de enfrentarse a una verdad
desagradable. Por ejemplo, una persona
diagnosticada con una enfermedad grave puede
negar el diagnóstico y negarse a aceptar la
necesidad de tratamiento.

Proyección: La proyección ocurre cuando las

personas atribuyen sus propios pensamientos,
sentimientos o impulsos inaceptables a otra
persona. Implica proyectar las propias cualidades
indeseables sobre los demás, repudiándolas y
externalizándolas. Por ejemplo, una persona que
tiene tendencias agresivas puede proyectar esas
tendencias en los demás y verlos como demasiado
agresivos.
Desplazamiento: el desplazamiento implica
redirigir un impulso o emoción desde su objetivo
original a un objetivo sustituto que es menos
amenazante o más aceptable. Por ejemplo, una
persona que está enojada con su jefe puede
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reprimir su ira y, en cambio, expresarla hacia un
miembro de la familia o participar en actividades
agresivas como golpear objetos.
Racionalización: La racionalización es el
proceso de crear explicaciones o justificaciones
lógicas y socialmente aceptables para
comportamientos, pensamientos o sentimientos
que de otro modo serían inaceptables o
provocarían ansiedad. Permite a las personas
mantener la autoestima y aliviar la culpa o la
ansiedad. Por ejemplo, un estudiante que
suspende un examen puede racionalizarlo
culpando a la dificultad de las preguntas en lugar
de aceptar la responsabilidad personal.

Regresión: La regresión ocurre cuando las

personas vuelven a etapas anteriores y menos
maduras de comportamiento o mecanismos de
afrontamiento frente a la ansiedad o el estrés.
Implica retirarse a un estado más infantil o
dependiente para buscar comodidad y seguridad.
Por ejemplo, un adulto puede responder a una
situación estresante haciendo una rabieta o
buscando excesiva tranquilidad en los demás.
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Sublimación
La sublimación implica canalizar impulsos o
deseos socialmente inaceptables o potencialmente
dañinos hacia salidas socialmente aceptables y
productivas. A través de la sublimación, los
individuos transforman sus impulsos instintivos,
como la agresión o la sexualidad, en actividades
valoradas socialmente. Por ejemplo, una persona
con tendencias agresivas puede convertirse en un
atleta exitoso como una forma de sublimar su
agresión.

Pulsiones de vida o muerte: Eros y Thanatos

Sigmund Freud propuso la existencia de dos
instintos fundamentales que impulsan el
comportamiento humano: Eros (el instinto de
vida) y Thanatos (el instinto de muerte).

Eros (Instinto de Vida): Eros representa el

instinto de vida o el impulso de autoconservación
y la preservación de la especie. Abarca el deseo
de placer, amor y creatividad. Eros impulsa a las
personas a buscar conexiones, formar relaciones y

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participar en actividades que promuevan el
crecimiento, el disfrute y la reproducción. Se
manifiesta en comportamientos como la
formación de vínculos emocionales, la búsqueda
de relaciones sexuales y la participación en
actividades creativas.

Thanatos (instinto de muerte): Thanatos

representa el instinto de muerte o el impulso
hacia la muerte, la agresión y la autodestrucción.
Freud propuso que, junto con el instinto de vida,
existe un impulso primario hacia el cese de la
vida. Thanatos abarca tendencias agresivas y
destructivas, tanto dirigidas hacia adentro como
hacia afuera. Puede manifestarse en
comportamientos como autolesiones, violencia y
actos de agresión hacia los demás.

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Desarrollo de la personalidad
En la teoría psicoanalítica, el desarrollo de la
personalidad ocurre a través de una serie de
etapas psicosexuales. Estas etapas representan
diferentes focos de placer y áreas de conflicto
durante la infancia.
Etapa oral (0-1 años): durante la etapa oral, el
foco principal del placer está en la boca y en
actividades como chupar, morder y amamantar.
Esta etapa es crucial para el desarrollo de la
confianza y el establecimiento de un vínculo con
el cuidador principal. Los conflictos o fijaciones
no resueltos durante esta etapa pueden conducir a
comportamientos relacionados con la oralidad en
la edad adulta, como dependencia excesiva o
agresión oral.

Etapa anal (1-3 años): La etapa anal se centra

en la capacidad del niño para controlar sus
movimientos intestinales y el placer y los
conflictos asociados. El control de esfínteres se
convierte en un enfoque importante durante esta
etapa y pueden surgir conflictos en torno a
cuestiones de control, autonomía y la capacidad
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del niño para seguir las reglas. La fijación o los
conflictos no resueltos durante esta etapa pueden
dar lugar a conductas anal-retentivas (excesivo
orden y perfeccionismo) o anales-expulsivas
(conducta desorganizada y desordenada).

Etapa fálica (3-6 años): En la etapa fálica, el

niño se vuelve consciente de su propia identidad
de género y desarrolla sentimientos sexuales
hacia el padre del sexo opuesto. Esto se conoce
como el complejo de Edipo en los niños y el
complejo de Electra en las niñas. Los niños
pueden experimentar conflictos, celos y rivalidad
con el padre del mismo sexo. La resolución del
complejo se da a través de la identificación con el
progenitor del mismo sexo y la interiorización de
sus valores y comportamientos.

Etapa de latencia (6 a 12 años): La etapa de

latencia es un período relativamente tranquilo en
el que se reprimen los sentimientos sexuales y la
energía del niño se redirige hacia actividades
intelectuales y sociales. Durante esta etapa, los
niños interactúan principalmente con compañeros
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del mismo sexo y desarrollan habilidades
sociales, pasatiempos e intereses.

Etapa Genital (pubertad en adelante): La

etapa genital marca el inicio de la pubertad y el
despertar de los impulsos sexuales. En esta etapa,
las personas desarrollan relaciones sexuales
maduras y se involucran en actividades sexuales.
La resolución exitosa de etapas psicosexuales
anteriores y el desarrollo de un fuerte sentido de
identidad son cruciales para un desarrollo sexual
saludable durante esta etapa.

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Conclusión
En conclusión, el psicoanálisis clásico ha
tenido un profundo impacto en el campo de la
psicología y ha contribuido a nuestra
comprensión de la mente y el comportamiento
humanos.
Las teorías de Freud enfatizaron la
importancia de la mente inconsciente, el papel de
las experiencias de la primera infancia y la
influencia de los conflictos inconscientes en el
desarrollo de la personalidad.

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CLONINGER, SUSAN C.
Teorías de la personalidad
PEARSON EDUCACIÓN, México, 2003

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