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REVISTA
ENCUENTROS
URUGUAYOS
Partido de fútbol
Autor: Carmelo de Arzadun (1888-1968)
http://mnav.gub.uy/cms.php?o=2015
URL: http://www.encuru.fhuce.edu.uy/
Director:
Carlos Demasi,
CEIU, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UdelaR.
Secretario de Redacción:
Eduardo Piazza
CEIU, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UdelaR
Editora
Sandra Pintos Llovet
Comité Editorial:
Carlos Demasi, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Roberto García Ferreira, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Antonio Pereira, Facultad de Información y Comunicación, Udelar
Eduardo Piazza, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Sandra Pintos Llovet, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Consejo de Asesores:
Teresa Mozejko, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de
Córdoba
Fatiha Idmhand, Université Littoral Côte d'Opale, Dunkerque
Claudia Feld, Investigadora Adjunta del CONICET, con sede en el IDES
Silvina Merenson, investigadora del CONICET, Universidad san Martín
Carina Blixen, Investigadora, Biblioteca Nacional (Montevideo)
Yamandú Acosta, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Gustavo Arce, Facultad de Derecho, UdelaR
Luis Behares, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Alcides Beretta, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
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Revista Encuentros Uruguayos - ISSN 1688-5236
Volumen XIII, Número 1, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales
Raquel García Bouzas, Facultad de Derecho, Udelar
Luis Eduardo Morás, Facultad de Derecho, Udelar
Aldo Marchesi, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Álvaro Rico, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Graciela Sapriza, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Roger Mirza, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
José Seoane, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Udelar
Presentación de originales
• Los artículos deberán ser inéditos, estar escritos en español, inglés o portugués y tener
entre 8.000 y 10.000 palabras, incluyendo notas y bibliografía según reglas adjuntas. Se
recibirán archivos en los formatos .doc y .rtf a ceiuhumanidades@gmail.com antes del
30 de agosto de 2021.
• Los autores deben enviar un CV abreviado o link al CV en línea y sus datos de
contacto. Se debe incluir un resumen de entre 100 y 150 palabras con una selección de
cuatro palabras clave. El resumen y las palabras clave deben ser enviados en el idioma
del artículo y en inglés.
• Los textos serán sometidos a arbitraje anónimo por dos especialistas en el tema si el
Comité Editorial decide que coinciden con la línea general de la revista. Los árbitros
tendrán tres semanas para la evaluación y recomendarán “publicar”, “publicar con
modificaciones” o “no publicar”. Se enviarán sus argumentos a los autores, quienes,
cuando corresponda, tendrán dos semanas para revisar sus textos.
También se recibirán
• Reseñas de libros (entre 1500 y 2.000 palabras; con énfasis en la descripción sobre la
opinión; sin notas al pie) de textos publicados en los últimos cinco años que tengan que
ver con la temática general de este número.
• Ensayos bibliográficos (entre 3.000 y 4.000 palabras; con énfasis en la opinión sobre
la descripción; con notas al pie según reglas adjuntas) que tengan que ver con la
temática general de este número.
• Reseñas de eventos (entre 2.000 y 2.500 palabras; con notas al pie según reglas
adjuntas) vinculados al tema de este número y realizados en el año inmediatamente
anterior a su publicación.
El Comité Editorial decidirá sobre la pertinencia de estas colaboraciones.
Formato
• Todos los textos deberán estar a espacio simple y usar el tipo de letra Times New
Roman, tamaño 12 en el cuerpo y tamaño 10 en las notas.
• No marcar cursivas y negritas en títulos y subtítulos.
• Las referencias textuales de menos de cinco líneas se incluirán entrecomilladas (sin
cursivas) en el texto.
Si sobrepasan esa extensión, aparecerán en párrafo aparte, con sangrado y sin comillas
ni cursivas.
• La bibliografía y fuentes se citarán a pie de página según el siguiente orden: apellido
y nombre del autor, título en cursiva, lugar, editorial, año, y página. Los artículos de
revista observarán igual orden, los títulos irán entrecomillados, el nombre de la
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Volumen XIII, Número 1, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales
publicación se destacará en cursiva, y se especificará año, número, página, y tomo si
corresponde.
Cuando se mencionen por segunda vez, se repetirán las citas, omitiendo los datos de
publicación y acortando los títulos y nombres.
Al final de los artículos se incluirá una bibliografía completa.
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Volumen XIII, Número 1, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales
Índice
Dossier: Fútbol y sociedad. Miradas plurales
Coordinadores: Juan Carlos Luzuriaga y Andrés Morales
Presentación..………………………………………………………………………..p.1
Orígenes históricos de los clásicos de la Zona Sur del actual Gran Buenos Aires.
Lanús frente a Banfield y Talleres (1915-1931)
Marcos Mele………….…………………………………………………..……….…p.41
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Revista Encuentros Uruguayos - ISSN 1688-5236
Volumen XIII, Número 1, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 1-5)
Cuando esté a disposición de los lectores ésta revista, vamos a estar próximos a empezar
las actividades para celebrar el 10º Aniversario del Grupo de Estudios del Fútbol del
Uruguay (GREFU). Estos diez años del GREFU llegan en un momento en que el campo
académico vinculado al tema de deporte y sociedad como objeto de estudio de las
Ciencias Sociales ha crecido de forma exponencial en el mundo entero. De ser, en el
caso específico del fútbol, un campo marginal nacido sobre todo en los departamentos
universitarios de Inglaterra y vinculado al estudio del naciente y problemático
hooliganismo británico, paso a tener un lugar cada vez más grande en la sociología, la
antropología y posteriormente la historia en la academia europea y luego
norteamericana. En América Latina también tenemos nuestros padres fundadores.
Eduardo Archetti, Julio Frydenberg y Pablo Alabarces en Argentina, la figura de
Roberto da Matta, y posteriormente Víctor Andrade de Melo, Álvaro do Cabo y
Ronaldo Helal en Brasil entre otros han contribuido en sus respectivos departamentos a
la construcción de este en su momento nuevo campo de estudio, en los años noventa.
Algunos trabajos pioneros son referentes para la reflexión; como El desafío de Clío: el
deporte como objeto de estudio de la historia, de Patricia Falco Genovez de 1998.
El GREFU trabajó el tema durante estos diez años desde el punto de vista académico
buscando miradas múltiples a la relación entre fútbol y sociedad. El campo se abrió a
otros deportes colectivos y a la educación física y la recreación. Este proyecto pretende
incluirse con perfil propio en la investigación universitaria sobre el deporte y el fútbol
que se desarrolla en países como Francia, Gran Bretaña, Alemania, Brasil o Argentina.
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 1-5)
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 1-5)
Los sociólogos Carolina Cabello y Carlos Vergara son investigadores del Centro de
Estudios Socioculturales del Deporte (CESDE) de Chile. Su trabajo: De Puertos y
Balnearios. Territorio, identidades y representaciones en el clásico porteño de Chile.
aborda las distintas identidades de dos clubes portuarios: Wanderers de Valparaíso y
Everton de Viña del Mar, con una mirada socio histórica. Abrevan en Simoni Lahud
Guedes interpretando al fútbol como un “significante privilegiado que no admite
ausencia de significado”; y en Stuart Hall en lo que trata a identidades. Los autores
muestran que en este clásico estos dos equipos chilenos no es la rivalidad hacia el
adentro de un barrio – intrabarrial – sino hacia el adentro de una ciudad, Valparaíso.
Teniendo la misma ciudad de origen luego la rivalidad paso a ser entre dos ciudades,
Valparaíso y Viña del Mar. Se construyen identidades colectivas diferentes
representadas entre lo local regional dentro de lo nacional. Wanderers de Valparaíso y
Everton de Viña del Mar es un clásico que va creciendo por la comunidad de origen de
ambos y por las diferentes identidades territoriales que comienzan a entrelazarse en la
creación de un relato de enfrentamiento y rivalidad. Los autores muestran como la
revista Estadio por otro lado, realiza una construcción mediática de este enfrentamiento
a través de las representaciones de su periodistas y cronistas.
Marcos Mele nos presenta el artículo Orígenes históricos de los clásicos de la Zona Sur
del actual Gran Buenos Aires. Lanús frente a Banfield y Talleres (1915-1931). En este
trabajo desarrolla los enfrentamientos deportivos clásicos en la Zona Sur de Gran
Buenos Aires cuyos protagonistas son tres clubes del lugar: Lanús, Banfield y Talleres.
Se abarcan los primeros treinta años del siglo XX. En su análisis toma en cuenta a
Frydenberg en su “Historia Social del Fútbol”. También a la literatura, en la obra de
Roberto Arlt, “Los siete locos” cuando describe en forma elocuente a la localidad de
Remedios de Escalada. Las conclusiones apuntan a que cada club se basó en modelos
claramente diferenciados. Banfield muestra el paradigma de la comunidad británica,
Talleres con una motivación estrictamente futbolístico y popular, y Lanús como
representante de la élite local.
Juan Manuel Sodo propone en Rosario Central y Newells: notas sobre una rivalidad
varios abordajes para entender la rivalidad entre dos centenarios clubes de Santa Fe. Se
apoya en Frydenberg, Bromberg y Alabarces. Así en el artículo se pregunta por las
variables que determinan la rivalidad entre dos clubes de una misma ciudad, en este
caso Rosario. Estudia las enemistades que se generan y sus causas para luego aplicarlo a
Rosario Central y Newells; también sus consecuencias. El autor parte primero por la
pregunta de por qué se dan los clásicos entre los equipos de fútbol del mundo. De los
grandes clásicos fomentados y televisivos, como el del Real Madrid- Barcelona o
Juventus- Lazio hasta los de barrio en una ciudad perdida de un lejano y periférico país.
Y su pregunta de trabajo es: ¿porque surgen las enemistades? En el caso del clásico
rosarino es un clásico que no es ni intrabarrial, ni intra ciudad sino que intra ciudad. Y
es ahí que el investigador deja abierta una serie de variables para explicar la rivalidad
clásica. Los componentes de clase social, o sea ricos contra pobres, en que muchas
veces se mezcla lo racial. Otra variable es el tema étnico de la masa societaria (italianos
contra españoles, criollos contra ingleses (vinculado en el clásico rosarino claramente al
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 1-5)
tema del origen ferrocarrilero de Central), religiosas o por temas de identidades políticas
(peronistas contra radicales, por ejemplo) o con diferentes estilos futbolístico. En este
análisis toma en cuenta la mirada antropológica basándose en Moreira y Garriga Zucal.
Finalmente, el trabajo se enfoca a las consecuencias del clásico en la seguridad, los
hinchas y la acción estatal.
En el eje temático que podemos definir de “Fútbol, nación y política” se presentan
varios trabajos. Dos de estos trabajos fueron presentados en las Jornadas del GREFU. El
tercero es un singular aporte desde Rusia. En primer lugar, nos referiremos a El
batllismo, el deporte y el fútbol de Arnaldo Gomensoro. El autor tiene una dilatada
trayectoria en la Educación Física del Uruguay y en su reflexión teórica como docente
en el ISEF y otras instituciones. Este trabajo es un abordaje sobre el papel del batllismo
en la popularización del deporte y el fútbol en el Uruguay. Señala las ideas que lo
guiaron para constituir un aporte más, entre muchos, de Batlle y Ordoñez en la
construcción del Uruguay moderno. Partiendo de la fundación de la Comisión Nacional
de Educación Física en el origen de la organización del deporte y de las actividades
físicas del país, el autor llega en su estudio hasta la realización del primer sudamericano
oficial jugado en Uruguay en 1917 y el rol del batllismo en la organización del mismo.
Un papel que será clave a la hora de establecer relaciones no sólo con el fútbol si no con
toda la cultura física del Uruguay. Es por eso que el autor habla de una matriz batllista
del deporte uruguayo.
Desde Río de Janeiro Walmer Peres Santana nos presenta Um estudo da representação
do negro no futebol de Rio de Janeiro (1919-1924). En las primeras décadas del siglo
XX en Río de Janeiro se vivió una expansión del fútbol. Los clubes de las élites sociales
rechazaron la integración en sus equipos de los negros y de los pobres. Desde clubes
periféricos, blancos pobres y negros fueron ganando espacios que culminan con la
consagración del Vasco Da Gama como campeón (el Vasco era un club de composición
multirracial y que contaba con jugadores mulatos y afrodescendientes) del campeonato
de fútbol de la ciudad en 1923 y que será una de las razones del cisma del campeonato
de la entonces capital del país en dos federaciones rivales. El trabajo de Walmer es un
adelanto de una investigación comparada entre el papel que tuvo el negro en el
desarrollo y origen del fútbol en Brasil y en Uruguay en las primeras décadas del siglo
XX. Muestra claramente algo que es una tradición en los estudios sociales y culturales
del fútbol en Brasil y que es resaltar la progresiva integración del negro en los
principales equipos de Río De Janeiro. Proceso que fue llevando a la popularización del
fútbol en todas las capas sociales. Y en la consagración de la representación del estilo
del fútbol brasilero como el de fútbol arte o fútbol mulato. En el análisis de esta
temática se inspira en Pierre Bourdieu y Víctor Andrade de Melo. El autor finalmente
nos muestra que para las élites el fútbol fue un espacio de racismo y para los excluidos
un espacio para luchar contra la discriminación.
Sin duda la política está presente el trabajo de Sergey Brilev El primer mundial rojo y la
celeste obrera. Este artículo relata, desde la perspectiva rusa, como en 1928 en la Unión
Soviética tuvo lugar un Campeonato Mundial de Fútbol dentro de la denominada
Espartakiada en donde participaban delegaciones deportivas de diferentes países. Se
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 1-5)
Balance y perspectiva
Este dossier es el fruto de años de trabajo del GREFU y del CIEU. Nos permite mirar
hacia atrás y ver en que nos hemos sostenido y hemos avanzado del 2012 al presente.
Reafirma nuestra propuesta en algunas de las temáticas, pero hay un debe en otras. Nos
señala también que falta mucho para hacer. El futuro nos espera.
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Volumen XIII, Número 2, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp:6 - 21)
Verónica Moreira
Recibido: 18/08/2020
Evaluado: 25/11/2020
Resumen
En este artículo partimos de la descripción del proceso de fundación sistemática de las
instituciones futbolísticas de principios del siglo XX para presentar luego, en dicho
marco, datos históricos relevantes de los primeros años del Club Atlético Independiente
y Racing Club. Avellaneda, el distrito donde estos se encuentran, es central en este
recorrido porque los alberga de manera singular y porque funciona como un espacio de
disputa en el imaginario de los hinchas. En el proceso de construcción de las identidades
futbolísticas argentinas, determinados rasgos funcionan como puntos de referencia para
construir un “nosotros” diferente y distante de un “ellos” con otras características. En
este dilema entra a jugar la relación entre las identidades futbolísticas y las identidades
de la política partidaria nacional.
Palabras clave: Club Atlético Independiente, Racing Club, construcción de identidades
Abstract
In this article we start from the description of the systematic founding process of the
soccer institutions of the early twentieth century to later present, within this framework,
relevant historical data from the first years of the Independent Athletic Club and Racing
Club. Avellaneda, the district where they are, is central in this route because it houses
them in a unique way and because it functions as a space for dispute in the fans'
imaginary. In the process of construction of Argentine soccer identities, certain features
function as reference points to build a different and distant “we” from a “they” with
other characteristics. The relationship between soccer identities and the identities of
national party politics comes into play in this dilemma.
Key words: Club Atlético Independiente, Racing Club, identity
Introducción
Este artículo tiene la finalidad de presentar algunos aspectos de la rivalidad que signa la
relación entre dos reconocidas entidades del fútbol argentino: Racing e Independiente.
Ambos clubes están ubicados en el partido bonaerense de Avellaneda, al sur de la
ciudad de Buenos Aires. La historia deportiva y el emplazamiento contiguo de estos dos
grandes del fútbol nacional convirtieron sus encuentros deportivos en el “clásico de
Avellaneda”, el segundo enfrentamiento futbolístico más importante del país. Existen
distintas maneras de entender el fenómeno de la rivalidad entre Racing e Independiente.
En este artículo, partimos de la descripción del proceso de fundación sistemática de las
instituciones futbolísticas de principios del siglo XX para presentar luego, en dicho
marco, datos históricos relevantes de los primeros años de tales clubes. Avellaneda, el
distrito donde estos se encuentran, es central en este recorrido porque los alberga de
manera singulary porque funciona como un espacio de disputa en el imaginario de los
hinchas. La pregunta acerca de cómo los argentinos vivimos el fútbol en la vida
contemporánea, de modo polarizadodonde el territorio es un bien en pugna, permite
asociar el origen de dicho fenómeno con la aparición del fútbol criollo; momento en el
cual Racing e Independiente dieron sus primeros pasos en la era amateur. En el proceso
de construcción de las identidades futbolísticas argentinas, determinados rasgos
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Fundaciones
La historia de la fundación del Club Atlético Independiente y Racing Club es la historia
de otros clubes argentinos que nacieron en la primera década del siglo XX, en el marco
de un proceso que Frydenberg definió como “la popularización de la práctica del
fútbol”1. Esto es, la creación sistemática y simultánea de cientos de instituciones
futbolísticas que se multiplicaron por distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires y
alrededores en dicha década. El proceso de fundación, que estuvo a cargo de jóvenes de
los sectores medios y populares, puso en discusión la exclusividad que hasta ese
momento ejercía la colonia inglesa y la elite criolla en la organización de los certámenes
deportivos. Muchos jóvenes formaron equipos con el objetivo de jugar en las ligas
independientes y en los torneos alternativos2 que funcionaban de forma paralela a los
campeonatos de la liga oficial Argentine Association Football, que agrupaba a los
equipos de los colegios ingleses y de la elite local. Según Frydenberg, los clubes de
fútbol en sus inicios eran protoinstituciones, es decir, clubes-equipos formados por
jugadores que se organizaban en torno aLa Argentina. Sobre este periódico, que se editó
por primera vez en Buenos Aires hacia fines de 1902, y su sección deportiva en 1903, el
autor dice:
1
Frydenberg, Julio, “Prácticas y valores en el proceso de popularización del fútbol, Buenos Aires 1900-
1912”, Entrepasados. Revista de Historia, 1997, Nº 12, 7-29.
2
Entre las ligas independientes que se multiplicaban frente a la Liga Oficial (que contaba con varias
categorías) estaban Liga Ferroviaria, Ferrobancaria, Bancaria, Federación Comercial, Liga Teatral de
Football, Liga 43, 1ero de mayo, Unión Argentina, La Porteña, etc.; en las que participaron equipos
representativos de las empresas asociadas a la exportación agraria, a las grandes tiendas comerciales de la
ciudad o empresas de la industria textil, editorial y alimenticia. Frydenberg, Julio, Los sectores populares
porteños y el fútbol durante las tres primeras décadas del siglo XX., Tesis de Doctorado, Facultad de
Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires, 2008.
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Volumen XIII, Número 2, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp:6 - 21)
Este proceso que se gestó en los clubes se sumó a lo que venía desarrollándose en las
sociedades de fomento barriales, las bibliotecas populares, los sindicatos, las sociedades
de socorros mutuos y otras asociaciones voluntarias, que describían un horizonte de
prácticas y de mentalidades asociativas y participativas de la sociedad civil.
En aquellas épocas, la principal actividad que ocupaba el tiempo libre de
lapoblación se concentraba en las asociaciones voluntarias. Impulsaban
acciones que buscaban solucionar los problemas edilicios, de salud,
educación, y satisfacer sus necesidades de tiempo liberado. Así se fundaron
las primeras sociedades de fomento, bibliotecas populares y clubes (87)4.
Con el tiempo, y a diferencia de los clubes de elite que cerraban sus filas fijando
aranceles prohibitivos en resguardo de su prestigio, se forjó en los nuevos clubes la idea
de ampliar la base de afiliados a cambio del pago mensual de una cuota de bajo valor.
Hacia la década del treinta, con las prácticas asociativas totalmente incorporadas a la
dinámica cotidiana de los clubes, la masa de asociados comenzó a crecer, cautivada por
la oferta de otros deportes y actividades sociales y culturales. Así, las entidades que
habían nacido como clubes-equipos en la primera década del siglo XX, se
transformaron en “clubes con fútbol profesional” o “clubes sociales y deportivos”5.
En el transcurso de las primeras tres décadas del siglo pasado, los clubes de fútbol
sufrieron un proceso de “selección” en el que algunos se fusionaron, muchos
desaparecieron y otros “sobrevivieron” mientras una docena de ellos llegaron a
convertirse en entidades con miles de asociados y decenas de actividades6. A este último
grupo pertenecen el Club Atlético Independiente y el Racing Club, los cuales comparten
algunos de los pasos de la popularización del fútbol.
3
Frydenberg, Julio, Op. cit.1997.
4
Sirvent, María Teresa, Cultura popular y participación social. Una investigación en el barrio de
Mataderos (Buenos Aires), Buenos Aires, Miño y Dávila, 2004.
5
Frydenberg, Julio, “Los clubes deportivos con fútbol profesional argentinos y el tipo o formato social
bajo el cual se organizan: asociaciones civiles o sociedades anónimas. Aportes para un debate acerca de
realidades y modelos ideales, pasiones e intereses”, www.efdeportes.com/ Revista Digital, N ° 51, Agosto
de 2002.
6
Frydenberg, Julio, Op. cit., 2008.
8
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Racing e Independiente
7
Archetti, Eduardo, “El potrero y el pibe. Territorio y pertenencia en el imaginario del fútbol argentino”,
en Horizontes Antropológicos, Porto Alegre, n. 30, p. 259-282, jul./dez. 2008
8
Alabarces, Pablo, Fútbol y patria. El fútbol y las narrativas de la nación en la Argentina, Buenos Aires,
Prometeo, 2002.
9
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9
Frydenberg, Julio, Op. cit., 2008.
10
El 9 de junio de aquel año tuvo lugar el primer encuentro oficial, disputado entre los segundos equipos
de ambos clubes. Independiente lo ganó por 3 a 2. “Este primer encuentro pudo haberse producido un año
antes (1906) pues ambos compartían la sección C de la Tercera Liga de la ArgentineFootballAssociation.
Hubiese sido un partido más para ambos pues no existía rivalidad alguna ni de antecedentes ni de
vecindad ya que independiente era un club netamente capitalino que bogaba de barrio en barrio sin
construir identidad en ningún lado (…) Este match no se llevó a cabo debido al rechazo de esa cancha por
parte de la Comisión Fiscalizadora de Fields de la AFA(… ) llegó así la novena fecha y el aristocrático
club de los conservadores de Avellaneda: Racing F.A. se dirigió a los sucios andurriales del barrio
Crucesita a dar cuenta del atrevido intruso que osaba hollar el territorio de los “racingmen” como se los
denominaba. Tal y como es en la actualidad aparecieron por las paredes de Avellaneda y puentes del
Ferrocarril Sud pintadas cargando al rival y augurándole, en vista de los primeros resultados y el poderío
del casi seguro campeón de esa Liga, un score de 40 a0 en contra. Revista Siglo Rojo, Nº 15, 25 pp.
11
RevistaEl Gráfico, Abril 2005, 5-6 pp.
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12
Ambas instituciones integran el grupo de los “cinco grandes del fútbol argentino” junto a Boca Juniors,
RiverPlate y San Lorenzo de Almagro. La denominación surgió porque las cinco instituciones ganaron los
títulos de los torneos nacionales organizados por la Asociación del Fútbol Argentino entre 1931, cuando
se profesionalizó el fútbol, y 1967, cuando Estudiantes de La Plata cortó la racha saliendo campeón de la
Primera División.
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13
Folino, Norberto, Barceló,Ruggierito y el populismo oligárquico, Buenos aires, Cuadernos de la
Nostalgia, Ediciones de la Flor, 1983.
14
http://www.mda.gob.ar/home/ciudad/historia/. Acceso 24 de julio de 2018.
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Fuente: http://www.mda.gob.ar/home/ciudad/avellaneda-en-mapas/
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reglas. La tensión agónica entre ganar o perder, o sea, entre matar o morir, se manifiesta
por medio de una variada gama de comportamientos codificados e improvisados que los
hinchas materializan a través de gestos, movimientos corporales y cantos de cancha.
La manera en que los espectadores viven el fútbol en Argentina expresa un
altocontenido dramático y emotivo. Es un drama de oposición entre “nosotros” y
“ellos”en el marco del cual se busca mantener la mayor distancia y tensión entre las
partes. El objetivo delos hinchas es ganar el duelo provocando la degradación del rival.
Oposición, degradación, subordinación son nociones estructurantes de un modo de
actuar en las canchas argentinas. Por eso decimos que las hinchadas (en sentido amplio)
se perciben no sólo como bandos separados y diferentes sino también como bandos
opuestos y hostiles. Las hinchadas son fuerzas antagónicas relacionadas por el principio
de la rivalidad-enemistad. En busca de la victoria, los aficionados compiten con los
adversarios por cuestiones tales como cuál es la hinchada que más alienta, cuál es la
tribuna que más banderas posee, cuántas personas ha convocado cada equipo17.Dice
Bundio sobre las hinchadas:
Por su parte, Archetti19 ha mencionado la polarización que existe entre los equipos de
fútbol y sus simpatizantes. Polarización que se expresa a través de un nutrido arco de
significadosque circulan en los cantos de fútbol y los discursos hegemónicos, que
refieren a afirmar la pertenencia a un colectivo con características positivas (personas
valientes, fuertes, fieles, festivos, incondicionales) frente a la ausencia de éstas que
representa al rival20.
17
Moreira, Verónica y Bundio, Javier. “Rivalidad, juego y disputa: prácticas de aliento entre hinchas de
fútbol en argentina”, Lúdicamente, Buenos Aires, n°6, 2014.
18
Bundio, Javier, “El hinchismo como ideología radical”, Revista Kula, Buenos Aires, n° 8, 2013.
19
Archetti, Eduardo, “Fútbol y ethos”, Monografías e Informes de Investigación. Serie Investigaciones. nº
7, Buenos Aires, FLACSO, 1984.
20
La radicalización de la búsqueda de la superioridad de los hinchas en el fútbol ha provocado un número
importante de muertos y heridos en Argentina.
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Esta rivalidad podía nacer de un choque entre vecinos, o sea, entre clubs-
equipos con sus secretarías y canchas ubicadas a pocas cuadras uno del otro.
Entre estos jóvenes, aparecía la defensa del universo local, y si la
competencia era entre vecinos de un mismo vecindario la puja se centraba
en quien representaba, quien defendía mejor al pequeño territorio común24.
21
Archetti, Eduardo, Op. cit., 1984.
22
Bundio, Javier,Op. cit., 2013.
23
Frydenberg, Julio, Op. Cit.,1997.
24
Frydenberg, Julio, Op. Cit.,1997.
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En el marco del duelo verbal que se produce en las tribunas, en varias canciones de los
hinchas de Independiente aparece la afirmación “somos los capos” o “somos los
dueños” de Avellaneda. Por su parte, los hinchas de Racing, siguiendo la misma lógica,
califican a sus adversarios como “amargos”, esto es, como hinchas a quienes les falta el
compromiso de seguir y alentar a su equipo. Sabemos que para los hinchas, el honor
está asociado no sólo con el gesto de apoyar incondicionalmente al equipo (alentando,
siguiendo), especialmente en circunstancias adversas, sino también con la defensa de los
bienes propios y el perjuicio sobre los ajenos. Entre los bienes sagrados, no negociables
ni intercambiables, se encuentran las banderas, los emblemas, las camisetas y el
territorio26.En torno a este último punto, puede suceder que los hinchas provoquen la
humillación del rival realizando pintadas alegóricas al propio equipo en espacios
exclusivos como estadio, sede social y predios del otro. Alabarces27también toma el eje
territorial para pensar la construcción de las identidades futbolísticas. Establece una
distinción de cuatro categorías. El territorio funciona en todas ellas como un criterio
para organizar la grupalidad y el conflicto con los fanáticos de otros equipos. El caso de
Racing e Independiente correspondería a la categoría de enfrentamiento intrabarrial,
pero con una singularidad: sus hinchas se encuentran masivamente más allá de
Avellaneda.
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clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro, los cuales mantienen el sistema
político de elección de autoridades de y por sus afiliados, y la participación amplia de
estos en diferentes áreas. Los casos de políticos que han ayudado a los clubes se
multiplican en el fútbol nacional28, ya sea por su doble pertenencia como funcionarios
púbicos y dirigentes deportivos, ya sea únicamente por sentir afinidad por una
institución futbolística.
A partir de favores realizados a los clubes de fútbol y/o la presencia de dirigentes que
están afiliados o vinculados a partidos políticos, se ha ido tejiendo a lo largo de la
historia el imaginario de la estrecha relación entre los clubes y la política tradicional.
¿Por qué Racing Club está asociado al Partido Justicialista e Independiente a la Unión
Cívica Radical? ¿Qué acontecimientos resultan ser la base de tales vinculaciones?
El 3 de septiembre de 1950, el Estadio Presidente Perón fue inaugurado oficialmente. El
proyecto del estadio había comenzado en 1944, momento en el cual los dirigentes de
Racing decidieron emprender la construcción de un recinto moderno, de gran
envergadura, en el terreno que ya ocupaban en Avellaneda. “Se sabe que Juan Domingo
Perón, presidente del país en aquel entonces, recomendó erigir la cancha en el barrio de
Retiro. Sin embargo, las autoridades del club optaron por quedarse en Avellaneda, la
ciudad en la que había nacido la institución”29.En aquel entonces, entre 1943 y 1953,
presidía la entidad Carlos Paillot, quién además era el Director de Salud Pública de la
Provincia de Buenos Aires30. La simultaneidad de Paillot en ambas esferas de actuación
permitió una comunicación fluida entre el club y los referentes de la política provincial
y nacional.
Eran las horas en las que Racing había sido bautizado informalmente
“Sportivo Cereijo”, en alusión al ministro de Hacienda y Finanzas, Ramón
Cereijo, de conocidísima adhesión al club. Durante su conducción
económica fue financiada con préstamos hipotecarios la construcción de
muchos escenarios deportivos en el país. El préstamo más famoso lo recibió
Racing, que erigió el estadio Presidente Perón, una referencia más, si hacía
falta, para fortalecer la imagen de un matrimonio feliz entre el peronismo y
el club (177-178)31.
28
Ver Daskal, Rodrigo, “Clubes, deporte y política en el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de
Buenos Aires (1895-1920), Fútbol, historia y política, Frydenberg, Julio y Daskal, Rodrigo (comp.)
Buenos Aires, Aurelia Rivera, 2010.
29
https://www.racingclub.com.ar/efemerides/nota/2017/09/7733_nuestra-casa-cumple-67-anos/Acceso 24
de julio de 2018
30
Ramírez, Pablo, “Política y Fútbol”, Todo es Historia, Nro. 248, Buenos Aires, 1988.
31
Scher, Ariel, La patria deportista. Cien años de política y deporte, Buenos Aires, Planeta, 1996.
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Fachada de la sede social, a la izquierda del acceso se observan los bustos de Eva y Juan Domingo Perón
(ver detalle de la foto).
Durante este período, Racing obtuvo por primera vez en el torneo argentino un
tricampeonato, tres títulos consecutivos en la Primera División, en los años 1949, 1950
y 1951.
La historia vincula en tiempos más remotos a Racing con el referente político del
partido Conservador de Avellaneda, Alberto Barceló, que fue Intendente del municipio
entre 1909 hasta 1917 y posteriormente en 1924, 1927 y 1932. El Intendente era el
presidente honorario de la entidad. De acuerdo a una estadística realizada sobre el
círculo íntimo de Barceló y la adhesión de sus integrantes a clubes locales, Folino
muestra una preferencia por Racingen detrimento de la simpatía por Independiente32.
Por este motivo, los hinchas de Racing fueron identificados por varios años por los
hinchas de Independiente como provenientes y representantes del sector dominante y
aristocrático local.
Por otra parte, Independiente quedó asociado a la Unión Cívica Radical. En primer
lugar, porque los primeros logros deportivos se obtuvieron bajo la presidencia de Pedro
Canaveri que presidió la institución en 1919 y luego entre los años 1922 y 1933; durante
éste último período, Independiente ganó su primer título futbolístico y debutó como
campeón invicto. Pedro Canaveri era radical yrigoyenista y había desplazado a los
dirigentes de origen socialista que comendaron la institución durante sus primeros
años33. Por aquel entonces, los dirigentes proyectaban la construcción de un estadio
definitivo.
32
Clubes de elite: Pueblo Unido 12 y Rotary Club 5; Clubes de antesala: Tiro Federal 6, Club de Regatas
7, Avellaneda Automóvil Club 2; Clubes de nivel inferior: Leales y Pampeanos 3; Clubes populares:
Racing Club 10, Independiente 1. No pertenecen a ningún club 8. Ver Folino, Norberto, Op. cit.,1983.
33
Keblaitis, Claudio, Alma Roja. Génesis de un campeón. Historia de los primeros años del Independiente
FootBall Club, Buenos Aires, Acercándonos Ediciones, 2008.
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Las raíces del Rojo ya estaban muy asentadas en Avellaneda. Por eso, el
lugar elegido para la nueva gran empresa fue la intersección de Alsina y
Cordero, más conocido como El Pantano de Ohaco. Es que era un terreno
totalmente anegado. Durante todo 1927, socios del club trabajaron día y
noche para rellenar el bañado (…) Se inauguró el cuatro de marzo de 1928,
ante Peñarol (74)34.
Años más tarde, Carlos Bottaro, declarado militante de la UCR, presidió el club en un
momento central de su historia: la inauguración en 1936 de la sede social en la avenida
Mitre 470, a pocas cuadras de la ya construida sede social de Racing Club. Según nos
contó Jorge Bottaro, hijo de Carlos, los dirigentes de Independiente queríanresponder
con una obra de la misma o de una mayor envergadura. El edificio se construyó en el
centro de la ciudad de Avellaneda bajo los parámetros estilísticos de época.
El más célebre dirigente del club, del mismo partido político, ha sido Julio Humberto
Grondona, que asumió como presidente en 1976 hasta 1981, para ser elegido presidente
de la Asociación del Fútbol Argentino en 1979. Grondona concentró el poder del fútbol
nacional hasta su muerte en 2014. Pertenecía a la agrupación política Lista Roja, de la
cual salieron varios dirigentes y presidentes de Independiente identificados con el
radicalismo. Para nombrar sólo a algunos: Jorge Bottaro, vicepresidente de Grondona, y
presidente en 1985 y 1994. Anterior a él, Herminio Sande que fue el máximo
representante cuando la institución obtuvo la primera Copa Libertadores para el fútbol
argentino en 1964. HéctorSande que ejerció el cargo de presidente del club en 1956 y
fue posteriormente elegido Diputado Nacional por la Unión Cívica Radical. Hoy, una
calle de Avellaneda lleva su nombre. Luis Sagol que fue dirigente en 1964, momento en
el que Grondona daba sus primeros pasos en Independiente, y que en 1983 se consagró
como Intendente del municipio.
De todos modos, si bien el imaginario de los aficionados al fútbol llevó a asociar a
Racing e Independiente con sectores de la política local y nacional, lo cierto es que las
comisiones directivas de las instituciones estuvieron formadas por varones de distintas
extracciones políticas.
Conclusiones
34
Independiente 100 años. Rey de Copas, Clarín, Buenos Aires, enero de 2005.
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sólo como diferentes y separados, sino también como opuestos y hostiles. A través de
los cantos y los discursos hegemónicos se aprecia un conjunto de mecanismos de
afirmación/negación en el proceso de construcción de las identidades futbolísticas. Éste
es un fenómeno cultural, que tiene un origen histórico, cuya radicalización ha llevado a
múltiples episodios de violencia en Argentina.
La disputa de los hinchas se basa no sólo en la exposición de una actitud leal y
fervorosa, de apoyo hacia el equipo, sino también en la apropiación de ciertos objetos
que son estructurantes de su honra (banderas, camisetas y territorios). En este marco,
Avellaneda aparece como el lugar que albergó a los hinchas de Racing e Independiente
desde principios del siglo XX; como un lugar familiar y de encuentro, de uso y
ocupación; un espacio con múltiples significados. Pero Avellaneda también emerge
como un bien en disputa, como un bien que hay que retener y disputar.
La identidad de los hinchas de estos clubes se fue gestando en el proceso de ocupación y
apropiación del barrio, y en dicho proceso se fu gestando también la rivalidad.
¿Cómo interpretamos en este contexto la asociación entre identidades futbolísticas y las
identidades políticas? Precisamente, porque en este juego de la rivalidad-enemistad del
fútbol argentino, las posiciones son irreconciliables, se producen marcando la distancia,
la diferencia y, en lo posible, la oposición. Así, en este contexto, parece que Racing se
constituyó imaginariamente como “peronista” y “no radical” e Independiente como
“radical” y “no peronista”.
Referencias
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Fuentes
Revista Siglo Rojo, 2007, Nº 15
RevistaEl Gráfico, 2005
Independiente 100 años. Rey de Copas, Clarín, Buenos Aires, enero de 2005.
www.racingclub.com.ar
www.mda.gob.ar/home/ciudad/historia/.
www.mininterior.gov.ar
www.indec.gob.ar
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Abstract
The text analyzes the classic porteño of Chile disputed between Wanderers of Valparaiso
and Everton of Viña del Mar from a sociohistorical perspective. The mythical origin of
both clubs is reconstructed and aspects linked to sports competitions and the commune of
origin, Valparaíso, are characterized. In the light of the identity differences based on the
territorial, representations elaborated by Revista Estadio on both teams are exposed. Later,
the figure of Juan Olivares is analyzed in order to problematize the exercises of trimming
and selection of urban images in both territories, to finish with updated reflections on the
rivalry in urban and identity key.
Keywords: Wanderers, Everton, territorial identities, derby porteño, Estadio magazine.
3
Faletto, Enzo. Los años 60 y el tema de la dependencia. Revista Estudios Avanzados n°33, vol. 12, 1998, pp.
109-117.
4
Pinto, Julio. “Valparaíso metrópolis financiera del boom del salitre”. En: Lorenzo, Santiago (compilador).
Valparaíso 1536-1986. Primera jornada de historia urbana. Instituto de Historia Pontificia Universidad
Católica de Chile, 1987.
5
Castagneto, Piero. Una historia de Viña del mar. RIL Editores, Santiago, 2010.
6
Cáceres, Gonzalo, Booth, Rodrigo y Sabatini, Francisco. Suburbanización y suburbio en Chile: una mirada
al Gran Valparaíso decimonónico (1820-1870). Revista ARCHIVUM n°4, 2002, pp.151-164
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El nacimiento de sus clubes se remonta a la fase originaria del fútbol en Chile. Mientras
Wanderers fue fundado en 1892 en la zona portuaria de Valparaíso7, el nacimiento de
Everton se produjo en uno de los barrios de elite de Valparaíso, para luego ser reinscrito en
Viña del Mar8. Hasta fines de la década de 1930 este partido no era considerado como
clásico, sin embargo, hoy nos parece uno de los partidos más atrayentes del campeonato
local, puesto que es disputado por equipos que representan a dos territorios que se imaginan
como diametralmente opuestos.
A través de la revisión de prensa deportiva local y nacional intentaremos reconstituir
históricamente el clásico porteño, indagando en las narrativas fundacionales Wanderers y
Everton, y en su rol como condensadores de relatos identitarios de ambos territorios. Pero
antes de ingresar en materia futbolera-porteña, discutiremos algunos elementos que nos
permitirán tener un marco de referencia sobre la relación entre fútbol e identidades
territoriales.
7
Valenzuela, Eric, Ponce, Sebastián y Vergara, Carlos. Orgullo del puerto. Las tramas invisibles y el sentido
vertical de los imaginarios urbanos de Valparaíso a través de Santiago Wanderers. Victorino Lainez, Quinta
Normal, 2016.
8
Gatica, Ricardo. Historia de Everton 1909-2009. Orgraf, Viña del Mar, 2009.
9
Lahud Guedes, Simoni. Las naciones argentina y brasileña a través del fútbol. Vibrant vol. 6, n°2, 2009, pp.
167-185.
10
Santa Cruz, Eduardo. Crónica de un encuentro. Fútbol y cultura popular. Ediciones ARCOS, Santiago,
1991.
24
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11
Alabarces, Pablo. Héroes, machos y patriotas. El fútbol entre la violencia y los medios. Aguilar, Buenos
Aires, 2014.
12
Hall, Stuart “¿Quién necesita identidad?” En: Hall, Stuart y du Gay, Paul (editores). Cuestiones de
identidad cultural. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2003, pp. 13-39.
13
Ídem Alabarces, 2014.
14
Ídem Hall, 2003.
15
Ídem Hall, 2003; Miguez, Daniel y Garriga Zucal, José. “Fútbol y territorio: identidades fragmentadas en la
ciudad de Buenos Aires”. En: Carrión, Fernando y Rodríguez, María (coordinadores). Luchas urbanas
alrededor del fútbol. 5ta Avenida Editores, Quito, pp.401-424, 2014.
25
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16
Ídem Miguez y Garriga Zucal, 2014.
17
Ídem Lahud Guedes, 2009.
18
Ídem Alabarces, 2014.
19
Ídem Alabarces, 2014.
20
Ídem Miguez, y Garriga Zucal, 2014.
21
Ídem Miguez, y Garriga Zucal, 2014.
26
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Los albores del fútbol porteño: las fundaciones de Santiago Wanderers y Everton
Existen pocas dudas sobre la importancia que tuvo Valparaíso para Chile durante la
segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX. La ciudad, gracias a su condición
de puerto principal y capital económica del país, fue pionera en el desarrollo de numerosas
actividades sociales, culturales y deportivas, las cuales se consolidaron mediante la
institucionalización de sus prácticas y la emergencias de las primeras federaciones y
asociaciones de trabajadores, deportivas, culturales, etc. por parte de los propios
habitantes,.
Desde ese punto, la ciudad se configuró como “cuna” de distintas expresiones. A través del
puerto, al país conoció la telegrafía, la prensa, la industria y el fútbol. A falta de una
Historia social del fútbol en Valparaíso, Eduardo Santa Cruz explica de manera general que
la presencia inglesa en la ciudad, significó el ingreso y la apropiación de sus prácticas,
costumbres e instituciones por parte de la población local23. En un marco de liberalización
económica y dependencia para con los capitales extranjeros, la colonia inglesa mantuvo una
posición dominante y hegemónica que se materializaba en la inclusión de sus prácticas
como señal de progreso, civilización y modernidad24. En este marco, las elites que fundaron
los primeros clubes estuvieron vinculadas a la inversión bancaria y la minera, donde el
fútbol se constituyó como un espacio de ocio donde seguir preservando sus privilegios de
clase. De esta manera y ejemplificando con el deporte, la historiadora Brenda Elsey señala
22
Ídem Hall, 2003.
23
Santa Cruz, Eduardo. Origen y futuro y futuro de una pasión. LOM Ediciones, Santiago, 1996.
24
Martland, Samuel. Construir Valparaíso. Tecnología, municipalidad y estado 1820-1920. Instituto Barros
Arana, Santiago, 2017.
27
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que la primera generación de futbolistas chilenos compartió un estatus de clase, así como
una visión de sí mismos como hombres cívicos25.
De todas maneras, la práctica de los sports no tuvo una difusión y apropiación local
inmediata. Los registros históricos indican que comenzaron a ser practicados desde la
década de 1860 y que en sus comienzos eran realizados a puertas cerradas, instancias donde
solo podían acceder inmigrantes o criollos de la clase alta de la época, construyéndose
como un espacio de encuentro y asociación elitista. Sin embargo, con el fútbol fue distinto.
Dado que se comenzó a jugar en canchas de acceso abierto, se generó una atracción general
de la población local, la cual terminó apropiándose de él.
La fundación del “Mackay and Sutherland Football Club”, emplazado en el cerro Alegre de
Valparaíso, es reconocida como el hito fundante del fútbol nacional durante la década de
188026. Desde ese momento, comienza lo que se ha denominado la fase originaria del fútbol
en Chile, extendiéndose hasta las primeras décadas del siglo XX. En este periodo temporal
nacen y se fundan los dos clubes que años después darían origen al clásico porteño:
Santiago Wanderers de Valparaíso y Everton de Viña del Mar.
Una interesante investigación historiográfica realizada por Marcelo Bonnassiolle27 sobre
los orígenes asociativos del fútbol en Chile, indica que fue transmitido y difundido a través
de dos vías: una burguesa, representada principalmente por inmigrantes anglosajones y la
elite criolla; y una popular, propulsada por organizaciones e instituciones de la sociedad
civil como la Federación Obrera de Chile (FOCH), en un marco temporal donde emergían
las contradicciones del capitalismo industrial, a través de la llamada cuestión social. Ambos
caminos conllevaron a que el fútbol, entendido en un comienzo como “cosa de gringos”, se
masificara a un ritmo acelerado por distintas ciudades del país, cuestión que decantó en un
proceso de apropiación y resignificación popular, que no sólo incluyo su práctica, sino que
también sus mecanismos de asociación y organización28.
El origen de Santiago Wanderers de Valparaíso responde a este proceso de apropiación.
Este club fue fundado el 15 de agosto de 1982, en el sector portuario de la ciudad, una de
las zonas más populares de Valparaíso. El mito fundacional del club habla de un grupo de
“cara sucias” “criollos” que, al ser constantemente marginados de la práctica, deciden
formar un propio club29. La historia cuenta que en un principio habían pensado llamarse
25
Elsey, Brenda. Citizen and Sportsmen. Fútbol & Politics in 20th Century Chile. University of Texas Press:
Austin, 2011.
26
Ídem Santa Cruz, 1996.
27
Bonnassiolle, Marcelo. Fútbol obrero y popular. Masificación, popularización y sociabilidad obrera en
Chile, 1890-1930. Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia con mención en Estudios Culturales.
Universidad Academia Humanismo Cristiano. Santiago, 2012.
28
Ídem Santa Cruz, 1996; Ídem Elsey, 2011.
29
Si bien en los registros de diarios de la época (como El Mercurio de Valparaíso) se puede apreciar la
presencia de varios apellidos anglosajones en las alineaciones wanderinas de principio de siglo, la
interpretación que asimila procedencia anglosajona como elite socioeconómica debe ser problematizada: es
cierto que la elite anglosajona controló la economía portuaria y financiera de Valparaíso en una época
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“Valparaíso Wanderers”, pero este nombre ya había sido ocupado por un club de la elite
británica. Por lo mismo se tomó el nombre de la capital chilena -Santiago-, dándole una
impronta nacional30. Por su parte, el apelativo Wanderers hace referencia al carácter
vagabundo pero en un sentido viajero, no estrictamente popular.
La raigambre criolla y consecutivas victorias a clubes anglosajones, comenzaron a otorgar
popularidad a Wanderers. Sin embargo, existen dos hechos que le permitieron consolidar su
condición de representante del Valparaíso popular: el impulso de la castellanización y el
ganar el cupo de representante de la ciudad en un campeonato de alcance nacional31.
Manuel Díaz, en el libro Wanderers, biografía anecdótica de un club publicado en 1952,
construyó un relato mítico del club porteño, desde la fundación hasta mediados del siglo
XX. En este texto destacó dos aspectos centrales en la composición de la cultura del club: a
la fundación le otorgó un significado épico, debido a la juventud de sus integrantes y a las
restricciones culturales que podrían imposibilitarlo, cuestión que actualmente es
resignificada como un acto de rebeldía; y cruza la tragedia, cuestión central en el relato de
la ciudad, en la historia wanderina32. En 1906 se produjo un terremoto y posterior incendio,
debido al tipo de alumbrado público a gas, donde se vio siniestrada la casa del integrante
Máximo Bruna, lugar ocupado como secretaría del club.
“Nada ha quedado de nuestro club -, exclamó Pedro Cortés, con voz temblorosa de
emoción. –Pero aquí estamos nosotros, compañeros, que somos el nervio y el
espíritu de la institución. Efectivamente, amigos, -repuso Francisco Montes de Oca-.
Mientras nos quede un hálito de vida nuestro club no podrá sucumbir.
Colectivamente somos más fuertes que esta tragedia. –Todo se ha ido al diablo, por
la chupalla, -exclamó con voz firme y rabiosa Guillermo Wentt. –Pero Santiago
Wanderers no puede sucumbir. –No puede sucumbir, repitió Pedro Cortés. –No
puede morir porque Santiago Wanderers somos nosotros33.
De vuelta a foja cero, con documentos, actas, insumos, trofeos y materiales perdidos, los
socios del Santiago Wanderers “se levantaron ante a la tragedia” y continuaron el desarrollo
de la institución.
Estos componentes simbólicos, la épica y la tragedia, han acompañado al club de
Valparaíso durante toda su historia. Con tan sólo tres títulos profesionales reconocidos34 en
determinado pero eso no quiere decir que no hayan arribaron proletarios, vagabundos o andantes de estos
mismos países. Se propone, por lo tanto, que la fundación wanderina ser leída en clave mítica.
30
Extra académicamente, existe una versión alternativa al motivo nombre Santiago. Hay quienes señalan que
la primera persona que les obsequió una pelota a este grupo jóvenes, era un caballero de dicho nombre:
Santiago. Más allá de la veracidad o no, lo que importa es poner el significado público del nombre, el cual se
ha traspasado generacionalmente en clave mítica, siendo un elemento central en la cultura wanderina.
31
Ídem Valenzuela, Ponce y Vergara, 2016.
32
Ídem Valenzuela, Ponce y Vergara, 2016.
33
Díaz Manuel. Santiago Wanderers, biografía anecdótica de un club. Ediciones Stadium, Valparaíso, 1952.
34
Previo a su incorporación a la Asociación Central de Fútbol, Santiago Wanderers formó parte de la
Asociación Porteña de Fútbol, organización de carácter profesional que abarcaba una mayor extensión
29
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sus 126 años de historia, con descensos, crisis institucionales y financieras, su valor central
ha sido la identificación y la pertenencia con la ciudad de Valparaíso y sus habitantes. Esto
lo ha consolidado como el club más popular de la ciudad de Valparaíso y uno de los más
populares de Chile.
El nacimiento de Everton se produjo el 24 de junio de 1909. No fue en Viña del Mar,
ciudad que lo cobija actualmente, sino que en la casa de los hermanos Foxley ubicada en el
cerro Alegre de Valparaíso, una zona históricamente vinculada a la elite anglosajona. El
mito cuenta que David Foxley, de tan solo 15 años, decidió juntar a sus amigos para
institucionalizar la práctica de su deporte favorito. Reunidos a la hora del té, este grupo que
mezclaba descendientes británicos con criollos de la elite local, constituyen su primer
directorio y fundan el “Everton Football Club”35. Los socios fundadores jamás imaginaron
que las raíces que estaban sembrando serían sostenedoras de una institución señera para el
fútbol chileno, representativa de Viña del Mar. La versión predominante señala su nombre
se debe al Everton F.C., de Liverpool (Inglaterra), club que fue tomado como referente al
estar disputando una serie de partidos en Argentina, producto de una gira internacional en
la época de la fundación36. Para comprender sus características culturales debemos
remitirnos a tres hitos que han sido claves en su historia.
El primero está relacionado a una modificación de estatutos en 1912 puesto que hasta esa
fecha sólo podían ser socios y jugadores del club quienes fueron parte de su fundación,
siendo esta restricción un límite a la participación de la institución en competencias
oficiales por falta de jugadores. Es por ello que tuvieron que pasar tres años (hasta marzo
de 1912), para que la institución debutara oficialmente en la tercera división de la Liga de
Valparaíso, competición principal de la Asociación de Football de Chile. La modificación
de estatutos permitió, entonces, que personas que no tenían relación con los miembros
fundadores, pudieran participar facilitando la conformación del equipo. Recién en 1916
pudo participar de la primera división de la Liga de Valparaíso, donde debutó contra
Chacabuco F.C., empatando 1-1. En este campeonato se disputó el primer partido entre
Santiago Wanderers37.
Un segundo hito de relevancia en la historia del Everton ocurrió a partir del año 1930,
cuando los socios de Everton decidieron dedicarse prácticamente de manera exclusiva al
fútbol, restándole importancia al desarrollo ramas como el tenis, básquetbol o el atletismo,
deportes donde tuvo actuaciones destacadas. Tal como señala el historiador y periodista
evertoniano Ricardo Gatica Labra, “esta situación provocó el malestar de los socios más
antiguos del club, quienes encabezados por Rosenqvist y Foxley, publicaron una carta
abierta en la que expresaron una serie de quejas en contra de la administración de Iván
territorial y de participantes que su similar de Santiago. En ella obtuvo los títulos de 1941 y 1942, los cuales, a
la fecha, no han sido validados por la actual Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
35
Ídem Gatica, 2009
36
Ídem Gatica, 2009
37
Ídem Gatica, 2009
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Beke, siendo en definitiva expulsados de la institución por la dirigencia presidida por este
último en 1930”38.
Sin embargo, en 1933 Everton fue desafiliado de la Liga Valparaíso debido a una denuncia
instalada por el club Unión Española. Esta situación posibilitó que Everton buscase
integrarse a la Asociación de Fútbol de Viña del mar, cuestión que fue impugnada
jurídicamente por la Federación de Football de Chile. Todo este embrollo redundó en que
Everton no pudiese disputar encuentros oficiales hasta 1936, año en que este club es
apoyado por Santiago Wanderers para desarrollar el fútbol de manera profesional,
decantando en la creación de la Asociación Porteña de Football. No obstante, debido a
problemas económicos, Everton cerró filas futbolísticas en 193739.
El tercer hito que marcaría la historia de Everton se produjo en 1942, cuando la directiva de
la época comenzó la tramitación definitiva para trasladar formalmente a Everton a Viña del
Mar, cuestión que posibilitó el apoyo constante del empresariado viñamarino que
controlaba el Casino de la ciudad, y que definió uno de sus históricos apodos: los ruleteros.
Las estadísticas de los encuentros entre ambos elencos durante la época amateur señalan
que se disputaron trece partidos oficiales entre 1916 y 1943, donde ocho fueron triunfos
para Santiago Wanderers, cuatro victorias para Everton y un empate40. Cabe destacar que
estos encuentros fueron disputados en diversos estadios de la conurbación Valparaíso-Viña
del mar, tales como el Sporting Club, el Estadio Ferroviario, estadio El Tranque y estadio
Las Zorras. En esta época, entre Everton y Wanderers no se había construido una rivalidad
deportiva y menos una articulada en torno a una diferenciación territorial41.
principal de la ciudad de Valparaíso y, según la prensa local, eran los únicos clubes
“chilenos” capaz de competir igual a igual y superar a clubes de raigambre británica42. De
hecho, entre 1913 y 1925 hegemonizaron la competencia, consagrándose campeones
alternadamente43.
Estos equipos se caracterizaron por aportar una cantidad considerable de jugadores a las
selecciones porteñas que jugaron contra combinados de Santiago, Coquimbo o Valdivia.
Entre estos jugadores destacó Ulises Poirier, apodado el gringo, quien fue uno de los
primeros ídolos deportivos de la escena porteña y nacional.
Sin embargo, el germen del profesionalismo comenzó a brotar a fines de la década de 1920.
En este marco Valparaíso comenzaría a perder protagonismo en la centralidad de la
estructura burocrática dirigencial, cuestión que terminaría por reorganizar las rivalidades y
competencia. De acuerdo a lo planteado por Brenda Elsey, las transformaciones de la
organización del fútbol se debieron, en gran medida, al interés del liberalismo y el
radicalismo político por controlar y modernizar el fútbol, buscando el establecimiento de
una estructura vertical donde se pudiese implementar el profesionalismo y el desarrollo
progresivo de mercados44.
Debido a las tensiones por el control de la organización del fútbol entre Valparaíso y
Santiago, la FIFA amenazó con desafiliar a Chile. Cuestiones como estas fueron creando un
escenario fortuito para una reestructuración organizativa basada en una estructura vertical,
reconociendo a Santiago como Capital del fútbol chileno y adoptando un incipiente
profesionalismo. Estas transformaciones fueron duramente criticadas por clubes de
trabajadores, quienes indicaron que esta transformación profundizaba desigualdades,
contribuía a la perdida de los valores cívicos del deporte debido al pago de salarios y creaba
estructuras antidemocráticas entre Federaciones, Asociaciones y clubes45.
Dada la reputación de buenos competidores que fueron construyendo en la escena de la
quinta región, Santiago Wanderers y Everton, ya asentado en Viña del mar fueron invitados
a participar del profesionalismo organizado desde la capital, Santiago. Desde su inserción
definitiva a la Asociación Central de Fútbol en 1944, el marco del profesionalismo dotó de
mayor densidad la relación entre ambos clubes. Si bien el club porteño ya se había erigido
como uno de los representantes de Valparaíso y contaba con una gran afición, Everton poco
a poco fue imbuyéndose en un territorio donde vehiculizará una narrativa de clase de la
elite porteña que comenzó a poblar Viña del mar, el suburbio porteño. Por lo tanto, en las
procedencias territoriales de los equipos se pusieron en juego narrativas sobre las clases
sociales del Valparaíso del cambio de siglo. Wanderers, fundado en una zona popular y
42
Revista Los Sports n°61 (09/05/1924)
43
Santiago Wanderers se consagró campeón de la Liga Valparaíso en los años 1907, 1909, 1913, 1915, 1917,
1919, 1921, 1933, 1934, 1935, mientras que La Cruz F.C., obtuvo este campeonato en los años 1914, 1916,
1918, 1922, 1923, 1924, 1925, 1929, 1930.
44
Elsey, Brenda. Citizen and Sporstmen. Futbol and politics in 20 th century Chile. University of Texas Press,
Austin, 2011.
45
Ídem Elsey, 2011.
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He aquí una de las rivalidades más longevas del fútbol chileno, la cual no sólo pone en
juego las narrativas territoriales basadas en la oposición ciudad puerto-ciudad balneario, si
no que los orígenes socialmente opuestos entre un club y otro: Wanderers, un club que
logra popularidad en los cerros aledaños a la zona portuaria de Valparaíso, y Everton,
proveniente de la zona más acomodada de la ciudad por ese entonces49 y luego reubicado
en una ciudad que se identificó por ser uno de los principales balnearios donde veraneaban
las clases acomodadas del centro de chile.
46
Se publicaron 2.048 ediciones durante el periodo comprendido entre los años 1941 y 1982. Se sugiere
revisar Santa Cruz, Eduardo y Santa Cruz, Luis. Las escuelas de identidad. La cultura y el deporte en el Chile
desarrollista. LOM Ediciones, Santiago, 2005. Los autores consideran que esta revista fue una de las
expresiones más elevadas de la producción periodística chilena. Puede ser considerada como el símil de
Revista El Gráfico de Argentina. Para una visión crítica de Revista Estadio, revisar a Brenda Elsey, 2011.
47
Ídem, Santa Cruz y Santa Cruz, 2005, p. 203.
48
Ídem Ponce, Valenzuela y Vergara, 2016.
49
El estudio de María Ximena Urbina (2002) indaga sobre las dimensiones socioculturales y espaciales de los
conventillos en Valparaíso durante fines del siglo XIX y principios del XX, poniendo en el tapete dos
dimensiones totalmente relevantes para comprender la territorialización de las condiciones objetivas de vida
de la población porteña de aquella época: en primer lugar, la población popular se distribuía por buena parte
del radio urbano, zonas caracterizadas por condiciones de pobreza, y en segundo, en Cerro Alegre y Cerro
Concepción no se localiza ningún conventillo ni rancherío, edificaciones devenidas en íconos arquitectónicos
y culturales de los grupos sociales más desfavorecidos de las sociedades urbanas de hace más de un siglo
atrás.
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embargo, como pudimos apreciar, el rótulo de derby cobró fuerza desde que comenzó el
proceso de profesionalización. Si bien actualmente este partido significa una alteración de
la cotidianeidad de ambos territorios debido al movimiento de hinchas y a la expectación
que genera ver a dos rivales representativos de territorios imaginados de manera tan dispar,
la gama de representaciones con las que se opera hoy en día tienen un soporte histórico en
los discursos periodísticos de mitad de siglo, los cuales tuvieron la capacidad de
sistematizar y reproducir cierto sentido común de la época. Nos interesa poner énfasis en la
cobertura que realizó Estadio sobre los campeonatos obtenidos por cada uno de los equipos,
puesto que esencializó representaciones sobre lo porteño, lo wanderino, lo viñamarino y lo
evertoniano.
En la cobertura periodística, la obtención de campeonatos cobra relevancia como hitos
nodales en la constante construcción imaginaria sobre los equipos y las ciudades que los
cobijan. Los campeonatos obtenidos por Everton en 1950 y Wanderers en 1958 son
elocuentes, aunque Estadio en números anteriores ya había elaborado una relación que
ponía a los clubes como condensadores de relato identitario de ambas urbes bajo frases
como “Wanderers es Valparaíso” y “Everton es Viña del Mar”.
"Viña es una ciudad rara. En verano, menos de la mitad de sus habitantes son
viñamarinos. Y todos ellos viven de los turistas. Entonces, hay una especie de
hermandad de los nativos, que se tratan mejor, se cobran menos, se unen frente al
afuerino Hay muchas ventajas en parecer viñamarino durante la temporada de
verano. Y para eso no hay nada mejor que una insignia del Everton"50.
“Lo cierto es que hace años que Wanderers se nos presenta igual. Pujante, rudo en
algunas tardes, pero enérgico en todas. Indomable en su estructura y su mística. La
razón emerge sin esfuerzo. Representa una provincia, identifica un puerto. Sus
defensores son soldados de una causa que conocen desde niños. Casi todos
nacieron mirando al mar. Adorando las casaquillas caturras. Vitoreando
Wanderers”51.
Un punto más interesante tiene relación con la concepción de la forma de jugar o el estilo
de juego. No está demás decir que las representaciones que ha realizado Estadio sobre los
estilos de juego de Wanderers y Everton no deben ser leídas como oposiciones binarias
estáticas. Si bien aún resulta común asociar a Everton con el “buen toque”, “lo galano” o el
“ritmo de juego plácido”, esto, en ningún caso se entiende como antónimo del “vigor”, el
“espíritu de lucha” y el “sacrificio”, adjetivos vinculados a Wanderers. El equipo de
Valparaíso no se caracteriza por tener mal toque o un juego “desagradable” a la vista,
Everton tampoco es un equipo “frágil”, “endeble” o “poco esforzado”. Eso solo depende de
las apreciaciones futbolísticas de quien mire, por lo que solo constituyen tipificaciones que
ubican una forma estereotipada de practicar el fútbol.
50
Revista Estadio n° 402, año 10, p. 6 (27/01/1951).
51
Revista Estadio n° 811, año 18, p. 11 (11/12/1958).
34
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 22-40)
52
Revista Estadio n°1149, año 24, p. 22-23 (03/06/1965)
53
Sobre la idea de imagen urbana revisar: Lacarrieu, Mónica. La insoportable levedad de lo urbano, Santiago,
Revista EURE vol. XXXIII, n°99, 2007, pp.47-64
54
Booth, Rodrigo. Ocio y arquitectura en la conformación de la imagen urbana viñamarina. Viña del mar,
Revista ARCHIVUM n°5, 2003, pp. 121-138; Ejsmentewicz, Andrea. Viña del mar ¿ocio o negocio? Revista
ARCHIVUM n°5, 2003, pp. 139-162; Urbina, María Ximena. Los conventillos de Valparaíso, 1880-1920.
Fisonomía y percepción de una vivienda popular urbana. Valparaíso, Ediciones Universitarias, 2002.
55
Ídem Santa Cruz, 1991.
35
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 22-40)
Este caso es bastante ilustrativo y útil para entender cómo se han ido construyendo ambos
relatos identitarios, donde el estilo de juego resulta un producto de la imagen urbana y la
valoración de un uso del cuerpo determinado, construyéndose estereotipos en base a cómo
están siendo pensadas las disposiciones y particularidades corporales de quienes habitan y
juegan en un club u otro. Como veníamos señalando, en este ejercicio de recorte y
selección se deja fuera la zona más poblada y popular de Viña del mar: sus cerros. Viña
queda reducida a la playa, los jardines, el casino, y el uso del tiempo ocioso para el paseo y
flirteo masculino. Por lo mismo, no es sólo el barrio obrero de Santa Inés el cual queda
excluido de la imagen urbana de la ciudad, sino que es toda la época del auge industrial de
y poblamiento de los sectores populares.
Por lo mismo la vinculación de Juan Olivares con lo porteño parece simple y directa: Santa
Inés se ubica en un cerro, es un barrio predominantemente de trabajadores obreros, y
representado por el sacrificio cotidiano que deben realizar para subsistir económicamente57.
En este sentido, dado que la cualificación de ciertos espacios logra contener relatos
identitarios58, Santa Inés no logra contener el imaginario viñamarino, sino que posee
representaciones y ritualidades urbanas mucho más asociadas al universo simbólico de
Valparaíso.
Esta diferenciación establece fronteras imaginarias a través de los estereotipos construidos
sobre jugadores wanderinos y evertonianos, cuestión que puede ser comprendida como un
rito de institución59 ya que circunda ficticiamente la clasificación de un jugador ubicándolo
en un territorio determinado y haciendo imposible su vinculación con el otro. En definitiva,
el ejemplo de Juan Olivares resulta fructífero para ilustrar discursos estereotipados en base
a la combinación entre raza, territorio y estilo. Revista Estadio señalaba que Olivares,
inconfundiblemente, es de la dársena o del cerro, es decir, de espacios imaginados como
propios del “puerto”. Pero es más, esta procedencia tiene como gran indicador su tez
morena, Olivares nació en Viña del mar pero según Estadio su fisonomía es “porteña”
puesto que no tiene pelo de tonalidad rubia, y su fisonomía corporal se asemeja a la del
56
Revista Estadio n°1110, año 23, p.25 (02/04/1964)
57
Santibáñez, Héctor. La memoria de los barrios. Síntesis de cinco historias locales de Viña del mar
contadas por adultos mayores. Centro de Estudios Miguel Enríquez (Archivo Chile), Santiago, 2000.
58
Lindón, Alicia. La ciudad y la vida urbana a través de los imaginarios urbanos. Revista EURE vol. XXXIII,
n°99, 2007, pp.7-16
59
Bourdieu, Pierre. “Los ritos de institución”. En: ¿qué significa hablar? AKAL, Madrid, 2001, pp.78-86.
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63
Los discursos sobre desarrollo pasaron por la puesta en valor de la ciudad en tanto atractivo para ser
consumido por el turista ávido de lo “otro”. Desde esta perspectiva, vale hacer de la ciudad una mercancía
atractiva para integrarse al circuito mundial del turismo, activando para ello, una memoria que presente un
pasado particular articulado en calve nostálgica y exótica, depurado de todo conflicto social, presentado al
visitante como una experiencia prístina de acercamiento a la historia de un lugar particular, un contacto
directo con una cultura otra. La industria cultural y el proceso de patrimonialización de Valparaíso proponen
una ciudad para ser visitada. Una consecuencia latente a este proceso es el fenómeno de la gentrificación,
cuestión que ha redundado en el desplazamiento de habitantes hacia otras zonas del gran Valparaíso. Se
sugiere revisar: Casellas, Antonia y Vergara, Carlos. Políticas estatales y transformación urbana ¿hacia un
proceso de gentrificación en Valparaíso, Chile? Revista EURE vol. XXXXII, n°126, Santiago, 2016, pp. 123-
144.
64
Para revisar una caracterización de la geografía social del gran Valparaíso revisar: Carroza, Nelson y
Valenzuela, Felipe. Transformaciones en el mercado del trabajo y expresión territorial de las desigualdades
sociales: el caso del área metropolitana de Valparaíso. Revista LIDER Vol. 17, Año 12, 2010, pp. 119-136.
65
De todas maneras, tal como han establecido Daniel Miguez y José Garriga Zucal a propósito de la
investigación realizada sobre la relación cultural entre Parque Patricios (barrio de Buenos Aires) y el club
Huracán, la forma de vivir los relatos identitarios posee una forma fragmentada. La actualidad del clásico
porteño presenta a las barras como marca predominante de vivir la rivalidad. Según lo planteado por
Alabarces y Garriga en “el aguante: una identidad corporal y popular, las barras bravas definen su pertenencia
a través del aguante, cuestión que propone la vivencia del relato identitario mediante la práctica de la
violencia, estableciendo un sistema jerárquico relacionado con el prestigio y reconocimiento social. El caso de
la barra brava de Everton, llamada “Los del Cerro” resulta interesante puesto que, si bien estas agrupaciones
tienden a ser heterogéneas socialmente, predomina un sector popular que se apropia de un relato y una
comunidad de memorias de un club originado en el seno de la elite porteña. Esto es evidente en tanto la
hinchada evertoniana se mira en el espejo de Valparaíso y reflejando un mayor estatus social que el de la
ciudad vecina. Resulta llamativo escuchar apelativos como los de “jureles” (un pescado supuestamente de
menor calidad en una lógica comparativa), al referirse al equipo de Valparaíso.
38
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Orígenes históricos de los clásicos de la Zona Sur del actual Gran Buenos Aires.
Lanús frente a Banfield y Talleres (1915-1931)
Marcos Mele
Recibido: 12/08/2020
Evaluado: 25/11/2020
Resumen
El objetivo de este artículo es analizar el desarrollo de los clásicos de la Zona Sur del Gran
Buenos Aires durante el período 1915-1931. El recorte temporal se inicia con el año de
fundación del Club Lanús y culmina con la profesionalización del fútbol en la Argentina.
La fuente utilizada para este estudio son las Actas de Comisión Directiva de Lanús, que
testimonian la palabra oficial de los dirigentes de la institución. Para una mejor
comprensión de los clubes que indaga este trabajo se recorre también el proceso de
fundación del Club Atlético Banfield (1896) y de Talleres de Remedios de Escalada (1906).
Palabras clave: Banfield - Lanús - Talleres – Clásicos
Abstract
The purpose of this article is to analyze the progression of the classic matches in the
southern area of Greater Buenos Aires between 1915-1931. The beginning of this temporal
frame is marked by the foundation of Club Lanus; and its ending, by the professionalization
of football in Argentina. The sources analyzed in this project are records belonging to the
Comisión Directiva de Lanus ( Club Lanus’ commissioning board), in which official words
from the leaders of the institution can be appreciated. For a better understanding of the
clubs mentioned in this work, the process of the foundation of Club Atletico Banflied
(1896) and Talleres de Remedios de Escalada (1906) will also be addressed in this article.
Keywords: Banfield – Lanús – Talleres - Classic
Introducción
1
“El pase de Germán Denis a Lanús dividió a su familia y los hinchas lo acusan de traidor”. INFOBAE, 23 de
febrero de 2017. https://www.infobae.com/deportes-2/2017/02/23/el-pase-de-german-denis-a-lanus-dividio-a-
su-familia-y-los-hinchas-lo-acusan-de-traidor/ [3-4-2018]
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El goleador, con una extensa trayectoria que incluyó su paso por Independiente,
Nápoli, Udinese y Atalanta, había debutado en Talleres de Remedios de Escalada en 1997
vistiendo esos colores hasta 1999, año en que fue transferido a Quilmes. Luego de su
partida, la colaboración de Denis con el Rojo fue permanente y su promesa de retirarse en
el club del que es confeso hincha lo transformó en un verdadero ídolo. Tal es así que una de
las tribunas del estadio ubicado entre las calles Manuel Castro y Rosales lleva su nombre.
La llegada de Denis a Lanús no sólo generó el disgusto de su hermano sino también de
otros hinchas de Talleres que en redes sociales se manifestaron en favor de cambiar el
nombre a dicha tribuna.
La polémica en torno a Germán Denis posiblemente sorprendió a los simpatizantes
más jóvenes. Es que el inmejorable presente del Club Atlético Lanús —campeón de la
Primera División del fútbol argentino, de la Copa Sudamericana y finalista de la Copa
Libertadores— contrasta con la situación de Talleres que, desde su descenso en la
temporada 1994/95 a la Primera B Metropolitana —tercera categoría de ascenso— y luego
su caída a la Primera C en 2008/09 —cuarta categoría— alternó años de crisis económicas
y pobres rendimientos futbolísticos. El ascenso de Talleres a la B Metropolitana en 2015
fue una inmensa alegría para sus socios e hinchas pero lejos se encuentra de enfrentarse con
Lanús, institución consolidada en la Primera División. La suerte dispar de estos clubes
llevó a que el último partido oficial entre ambos se jugase el 30 de mayo de 1992, instancia
en la que Talleres venció 1 a 0 a un granate que se había consagrado campeón la fecha
anterior.2 En junio de 2008 volvieron a verse las caras en la Copa Amistad, en un partido a
beneficio de las debilitadas arcas de Talleres y que contó con la presencia de Diego
Armando Maradona vistiendo la camiseta de los dos equipos.3
En la medida en que no se realizaron nuevos partidos por los torneos oficiales el
clásico Lanús-Talleres comenzó a perder terreno en la prensa, en el imaginario de las
nuevas generaciones de hinchas y la principal rivalidad de Lanús se fue desplazando hacia
el Club Atlético Banfield.
Es que a partir de la década de 1990, la presencia de Lanús y Banfield en la Primera
División intensificó el enfrentamiento entre ambos clubes. Tan sólo los breves pasos del
Taladro por la B Nacional entre 1997-2001 y 2012-2014 interrumpieron el desarrollo del
denominado Clásico del Sur.
El objetivo de este estudio es recorrer los orígenes históricos de los clásicos de la
Zona Sur del actual Gran Buenos Aires4 en el período 1915-1931, es decir, desde la
fundación del Club Atlético Lanús hasta la instauración del fútbol profesional en la
Argentina. Este escrito se nutre de las Actas de Comisión Directiva del Club Lanús, fuente
2
Bova, Néstor, 96 años de fútbol granate. Historia futbolística del Club Atlético Lanús (1915-2011), Buenos
Aires, Vida Deportiva, 2011, p. 325.
3
Ibíd., p. 435.
4
Según Mariano Gruschetsky, desde la década de 1930 comienza a conformarse el denominado Gran Buenos
Aires, a partir del impulso generado por el creciente desarrollo industrial y el proceso de migraciones internas
de las zonas rurales al nuevo cordón urbano que abraza la Capital Federal. Se hace esta aclaración ya que,
para el período abordado en este trabajo, el concepto de Gran Buenos Aires no es plenamente adecuado.
Gruschetsky, Mariano, “Actores sociales en torno a la construcción del estadio del Club Atlético Vélez
Sarsfield” en: Frydenberg, Julio; Daskal, Rodrigo, Fútbol, Historia y Política, Buenos Aires, Aurelia Rivera,
2010, pp. 147-202.
42
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Primera parte
5
El Banfield Athletic Club en 1904 cambia su nombre por Banfield Football Club y en 1909 adopta su
denominación actual. Romero, Gerardo, Los clubes del fútbol argentino, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Dunken, 2014, p. 92.
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…como prácticamente todos los equipos de la primera época estuvo integrado por
jugadores de origen británico o descendientes de ellos. En los tres campeonatos que
participó estuvo en sus filas Jorge Gibson Brown gran estrella del English High
Scholl, del Alumni y de la Selección Nacional más adelante. Cuando una parte de sus
jugadores retornaron al EHS el Lanús Athletic se disolvió. Su camiseta era de color
verde y oro viejo.10
Es significativo aclarar que el Lanús Athletic no tiene vínculo alguno con el Club
Atlético Lanús. De acuerdo a Víctor Raffo y Alfredo Yanes existía una gran rivalidad entre
los clubes británicos de la zona: Lomas, Banfield y Lanús. En un partido jugado entre los
últimos dos, disputado el 29 de junio de 1899, el Buenos Aires Herald señaló que “[…] los
6
Ibíd., p. 95 y 577.
7
Raffo, Víctor; Yanes, Alfredo, Un pionero llamado Banfield. Origen del Club Atlético Banfield y de la
comunidad británica de Lomas de Zamora, Lanús, edición de los autores, 1999, p. 7.
8
Fabbri, Alejandro, El nacimiento de una pasión. Historia de los clubes de fútbol, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Capital Intelectual, 2016, pp. 111-116.
9
Raffo, Víctor; Yanes, Alfredo, Un pionero…op.cit., pp. 23-29.
10
Iwanczuk, Jorge, Historia del fútbol amateur en la Argentina, Buenos Aires, edición del autor, 1992, p.
257.
44
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jugadores llegaron al punto más alto de excitación y los gritos de aliento para ambas partes
eran incesantes”.11
Ahora bien, es preciso ahondar en la fundación del Banfield Athletic. Este club
“(…) lejos de nacer como un club de fútbol, fue creado para cumplir un rol determinado,
principalmente social, dentro de una comunidad muy organizada como lo era en la década
de 1890 la colectividad británica de Lomas de Zamora”.12 La creación del Banfield Athletic
respondió al afán de los británicos radicados en torno a esta estación del ferrocarril por
lograr un marco de institucionalidad que les permitiese gozar de cierta autonomía respecto
a sus connacionales de Lomas de Zamora y Temperley.
En el plano eminentemente deportivo, en un comienzo el Banfield Athletic se
orientó principalmente al cricket. Por entonces, la supremacía del cricket dentro de los
hábitos deportivos de los británicos no era para nada sorprendente. Basta leer la novela
Ralph Herne de Guillermo Hudson, ambientada en el drama social que significó la
epidemia de fiebre amarilla que asoló Buenos Aires en 1871, que constituye un valioso
testimonio sobre la vida cotidiana de la comunidad británica en esta ciudad. El protagonista
de la novela logra un amplio prestigio como jugador de cricket y las referencias a esta
deporte son permanentes, mientras que el fútbol es mencionado tan sólo una vez.13
El predominio del cricket en Banfield también se debió a los gustos personales de su
fundador, el australiano Daniel Kingsland, que era el máximo exponente de la exportación
de ganado en pie (live-stock) hacia Inglaterra, actividad económica que tendrá vigencia
hasta fines del siglo XIX cuando la fiebre aftosa y el crecimiento de los frigoríficos
determinen su declive definitivo.14
11
Raffo, Víctor; Yanes, Alfredo, Un pionero…op.cit., p. 84.
12
Ibíd., s/n.
13
Hudson, William, Ralph Herne, Buenos Aires, Letemedia, 2006.
14
Raffo, Víctor; Yanes, Alfredo, Un pionero…op.cit., pp. 31-38.
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Daniel Kingsland, fundador del Club Banfield. Foto: Víctor Raffo y Alfredo Yanes
15
Ibíd., p. 62.
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Equipo de Banfield de segunda división, año 1899. Foto: Víctor Raffo y Alfredo Yanes.
Talleres United fue fundado diez años después que Banfield Athletic, más
precisamente, el 1 de junio de 1906. A diferencia de Banfield, institución que cuenta con
importantes investigaciones que reconstruyeron distintos momentos de su historia, Talleres
carece de estudios exhaustivos sobre sus primeros años. La historia tradicional del club
proviene del relato oral que Pablo Comelli, uno de los fundadores, volcó en una entrevista
que le realizó Ampelio Liberali para la Revista El Gráfico con motivo del cincuentenario de
la institución.16
La fundación de Talleres se produjo a partir de la fusión de dos clubes: General Paz
de Banfield y Los Talleres, este último así denominado en referencia a los talleres del
Ferrocarril Sur inaugurados en 1901. En ese año, el Ferrocarril Sud erigió unos formidables
talleres
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convirtió en ciudad. Tal localidad tomó el nombre de la estación y por uso popular se
llamó Pueblo Los Talleres hasta que en 1923 fue oficialmente denominada Remedios
de Escalada.17
Una espléndida pintura sobre el pueblo Los Talleres la ofrece el escritor Roberto
Arlt en su novela Los siete locos de 1929 al narrar el viaje del protagonista, Remo Erdosain
hacia la quinta de El Astrólogo en Temperley:
17
Romero, Gerardo, Los clubes…op.cit., pp. 567-568.
18
Arlt, Roberto, “Los siete locos” en Obra Completa, Buenos Aires, Planeta Carlos Lohle Biblioteca del Sur,
1991, T. 1, p. 199-200.
19
Liberali, Ampelio, “Talleres…”, op.cit.
20
Ibíd.
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 41-62)
21
Frydenberg, Julio, Historia social del fútbol: del amateurismo a la profesionalización, Buenos Aires, Siglo
XXI, 2011; Mele, Marcos, “Nacionalismo, deporte y política. El caso del Club Atlético Lanús (1915-1920)”
en: Revista Temas de Historia Argentina y Americana, Pontificia Universidad Catolica de la Argentina,
enero-diciembre de 2017, número 25, pp. 153-172.
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22
Gruschetsky, Mariano, “Actores sociales…”, op.cit., p. 145.
23
Frydenberg, Julio, Historia social...op.cit.
50
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Abiati, Czar y Adelsflugel; Paola, Bailo y Sánchez; Comelli, Pedroni, Rezzoagli, Navone y
García. Otro integrante fue Roberto Monti.24
El Club Atlético Lanús fue fundado el 3 de enero de 1915 en los salones del Club
del Progreso de Lanús, por un núcleo de los vecinos de la localidad por entonces
perteneciente al Partido de Avellaneda. Esta asamblea fue presidida por Perfecto Míguez,27
24
Liberali, Ampelio, “Talleres…”, op.cit.
25
Ibíd.
26
Romero, Gerardo, Los clubes…op.cit., p. 563.
27
Club Atlético Lanús, Acta de Fundación, 3 de enero de 1915.
51
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que era el propietario del importante periódico local El Imparcial. El objetivo de la nueva
institución era “[…] dejar constituida una nueva entidad social que se apartaba de las ya
existentes pues su misión sería propender al desarrollo de los ejercicios atléticos”.28
En el acta fundacional se expresa el objetivo de practicar una amplia gama de
deportes que incluyen el fútbol pero también el tenis, crícket, aviación, tiro al blanco,
hípica, pelota, ciclismo, natación, gimnasia y esgrima.29 Es de destacar que, por entonces, el
fútbol atravesaba un intenso proceso de popularización en la Argentina pero en Lanús
también se proyectan desarrollar otras actividades deportivas, algunas de ellas
pertenecientes a la sociabilidad de las clases altas como el crícket o la esgrima.30
Si bien muchos de estos deportes no llegaron a practicarse en la institución, la
proyección de los fundadores eran constituir una institución que no se limitara al fútbol sino
que abarcase el ejercicio de múltiples deportes y que también desarrollara una intensa
actividad social. De ese modo, el club surgió “en un momento propicio alentado por el
apoyo de personas que deseaban el desarrollo constante del pueblo”31, meta social que se
cristalizó en el inmediato establecimiento de redes que vincularon al naciente club con otras
instituciones de la sociedad civil y el Estado, en procura de alcanzar mejoras para la
comunidad local.
En trabajos previos expuse que la dinámica fundacional de Lanús no se corresponde
con la de los denominados clubes-equipo, paradigma dominante en el proceso de creación
de los clubes argentinos en la primera década del siglo XX. En este artículo se puede
observar que Lanús tuvo una dinámica fundacional particular, más propia de un club social
y deportivo que de una institución creada por el sólo interés de la práctica futbolística.
Veamos ahora porqué el Club Lanús no puede ser caracterizado como un club-
equipo. En primer lugar, los fundadores de Lanús no eran dirigentes y jugadores
simultáneamente ya que se observa una clara delimitación entre el rol de directivo y el de
futbolista. En el equipo que comenzó a competir en la división intermedia, en junio de
1915, ninguno de los miembros de la Comisión Directiva integra el team.32
¿Cuál era el perfil de los fundadores del Club Lanús? Según el periodista Alfonso
Rey “[…] eran todos señores comerciantes e industriales de la localidad que, con sus
generosos aportes, formaron el capital inicial”.33 Esta afirmación debe ir acompañada por
un análisis más exhaustivo del perfil profesional de estos dirigentes que, en su inmensa
mayoría, desarrollaban una intensa actividad política, social y/o comercial en la localidad
antes, durante y después de su paso por la institución.34
A modo de ejemplo, el vocal Miguel Iguzquiza ocupó el cargo de Gerente de la
Compañía de Tranvías Lanús-Avellaneda y gracias a su influencia en 1915 el Club Lanús
obtuvo por parte de esta empresa un subsidio mensual que le permitía cubrir el costo de
28
Ibíd.
29
Ibíd.
30
Mele, Marcos, “Nacionalismo, deporte…”, op.cit.
31
Club Atlético Lanús, Acta de Fundación, 3 de enero de 1915.
32
Mele, Marcos, “Nacionalismo, deporte…”, op.cit.
33
Rey, Alfonso, Historia del fútbol argentino desde su implantación en el país hasta la época actual, Buenos
Aires, Nogal, 1947, p. 159.
34
Mele, Marcos, “Nacionalismo, deporte…”, op.cit.
52
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Iribarren, Iguzquiza y Galarza, fundadores del Club Lanús. Foto: Caras y Caretas.
35
Herrera, Roberto Oscar, Lanús y su historia: manual, Buenos Aires, 2000, pp. 116, 147 y 161; Bova, Néstor
y Leone, Leonardo, ABC Granate. Futbolistas, presidentes y entrenadores del Club Atlético Lanús (1915-
2013), Ramos Mejía, Vida Deportiva, 2014, p. 465. Mele, Marcos, “Nacionalismo, deporte…”, op.cit.
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danzantes y los conciertos musicales sin desarrollar práctica deportiva alguna.36 Al igual
que el Círculo Argentino y el Casino Español era el corazón de la vida pública de la
localidad y reunía en sus salones a las figuras más notorias de la política, la prensa y el
comercio.37 El Club del Progreso lanusense intentaba emular en la comunidad local a su
homónimo capitalino, espacio de sociabilidad de crucial importancia para el régimen
oligárquico que gobernó a la Argentina entre 1862-1916.
La marcada orientación social y política del Club Lanús se profundizó en los años
siguientes. El ejemplo más claro de ello es la adhesión de importantes integrantes de la
Comisión Directiva del club a la Liga Patriótica Argentina en mayo de 1919. Esta entidad
fue creada como respuesta a la conflictividad social que tuvo por teatro a Buenos Aires a
comienzos de ese año y nucleaba a algunos apellidos de la Argentina tradicional. Los
integrantes de la Liga veían con temor la proliferación del por ellos denominado “peligro
rojo”, en un contexto de reciente Revolución Bolchevique y crecimiento de la organización
y activismo de los trabajadores argentinos. La Liga cobró notoriedad por sus agresiones en
los barrios obreros y judíos, desarrollando un nacionalismo de carácter xenófobo y
oligárquico. Bajo la presidencia del comerciante Juan A. Rassetto, Lanús adscribe a la Liga
Patriótica y funda una filial en la localidad que tuvo asiento en la propia sede social del
club, funcionando allí al menos hasta 1920.38
En el plano deportivo, el Club Atlético Lanús, que a diferencia de Banfield y
Talleres mantuvo siempre el mismo nombre, militó 1915 y 1919 en la división intermedia
y, a partir de 1920, ingresó a la Primera División, categoría de la que no bajará hasta 1949.
Segunda parte
Entre los años 1918 y 1931 Lanús y Banfield participaron en forma constante en la
misma categoría del fútbol argentino. De 1918 a 1919 lo hicieron en la división intermedia
y, a partir de 1920, compitieron en la Primera División. Sin embargo, la primera referencia
relevante sobre el vínculo del Club Lanús y Banfield que recupera las Actas de Comisión
Directiva no proviene de un partido entre ambos.
Durante 1917 el Club Atlético Café Paulista, entidad de la empresa homónima que
pertenecía a las ligas corporativas, le alquiló a Lanús el campo de deportes, la casilla y las
tribunas.39 El vínculo entre Café Paulista y Lanús se estableció a partir de las gestiones de
José Donaire Soiza, dirigente de peso en los dos clubes. Esta fuente de ingresos era de gran
utilidad para Lanús ya que, gracias al adelanto de un trimestre del alquiler, el club pudo
36
Herrera, Roberto, op.cit., p. 110; Rey, Alfonso, op.cit., p. 159.
37
Herrera, Roberto, op.cit., p. 121.
38
Mele, Marcos, “Nacionalismo, deporte…”, op.cit.
39
Club Atlético Lanús, Acta Nº115, 16 de febrero de 1917.
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construir la cancha auxiliar utilizada para los entrenamientos y los partidos de divisiones
menores.40
La actuación de Café Paulista en cancha de Lanús fue por demás provechosa con
una sola excepción. En agosto de 1917 se produjeron graves incidentes entre el público en
un partido frente al Club Banfield, institución que denunció la sustracción de la ropa de sus
jugadores luego de un partido matutino.41 Las rencillas entre los futbolistas, los
espectadores y hasta los árbitros eran frecuentes en un fútbol amateur con medidas de
seguridad lábiles, produciéndose frecuentes invasiones al campo de juego.
El robo que padeció el team de Banfield incidió negativamente al momento de la
renovación del arrendamiento de la cancha a Café Paulista para 1918 ya que la dirigencia
de Lanús decidió incrementar el monto del alquiler en el nuevo contrato e impuso como
condición indispensable el pago reclamado por Banfield en compensación por la agresión
sufrida.42
El primer partido oficial entre Lanús y Banfield se jugó en cancha de Racing el 7 de
abril de 1918 por la fecha 1 del torneo de intermedia.43 Lanús resultó vencedor por 4 a 0 y
la relevancia asignada a ese partido parece ser retrospectiva, es decir, alumbrada por la
consolidación relativamente reciente del Clásico del Sur que para 1918 constituye un
verdadero anacronismo.
Cuando ambos clubes aún participaban de la división intermedia, en julio de 1919
se ocasionaron incidentes entre los espectadores de ambas parcialidades en un partido que
generó controversias entre las dirigencias que fueron reflejadas en las actas de Comisión
Directiva de Lanús. Por un lado, Banfield resolvió “[…] protestar enérgicamente por la
falta de cultura de parte del público que concurrió al partido efectuado con el C.A. Lanús el
domingo 5 del corriente”. En respuesta, Lanús indicó que “[…] esta Comisión Directiva
nunca pensó que el C.A. Banfield al cual nos unen vínculos de amistad pudiese estar
complicado en los hechos producidos”.44 En las actas no se brindan los pormenores de lo
ocurrido ni esto se transformó en un tema que perduró en el tiempo. Todo indica que el
altercado se solucionó a la brevedad y que, tal como señala el documento, perduraron los
lazos de amistad entre Lanús y Banfield.
En ese mismo año, Lanús y Banfield compitieron palmo a palmo por la obtención
de la Zona Sur del campeonato de intermedia de la Asociación Argentina que otorgaba un
ascenso a la Primera División. Al finalizar el torneo Banfield se consolidó en el primer
puesto tomando una considerable ventaja de siete puntos sobre Lanús que quedó como su
escolta.45
En agosto de 1919, cuando los campeonatos aún se encontraban en curso, acontece
un cisma en la Asociación Argentina de Football y se crea una entidad paralela: la
Asociación Amateurs de Football. Ante este conflicto la Asociación Argentina expulsa de
su seno a Racing Club, River Plate, Tigre, Independiente, Atlanta, Sportivo Barracas,
40
Club Atlético Lanús, Acta Nº116, 26 de febrero de 1917.
41
Club Atlético Lanús, Acta Nº141, 10 de agosto de 1917.
42
Club Atlético Lanús, Acta sin número, 7 de septiembre de 1917.
43
Bova, Néstor, Centenario Granate, Ramos Mejía, Vida Deportiva, 2015, T. III, pp. 20-22.
44
Club Atlético Lanús, Acta Nº21, 24 de julio de 1919.
45
Club Atlético Lanús, Acta Nº24, 4 de septiembre de 1919.
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Estudiantes de Buenos Aires, Defensores de Belgrano, Platense, San Isidro, San Lorenzo de
Almagro y Gimnasia y Esgrima La Plata.46 Todos ellos militarán en la Asociación
Amateurs y el fútbol argentino estará dividido en dos asociaciones hasta 1926.
Debido al cisma el campeonato de primera división de la Asociación Argentina fue
completado tan sólo por seis clubes: Boca Juniors, Estudiantes de La Plata, Eureka,
Huracán, Porteño y Sportivo Almagro. Ante la merma de equipos en la división superior de
la Asociación Argentina la entidad organizadora promovió el ascenso de los primeros y
segundos de cada zona de la intermedia.
El Club Lanús, segundo de la Zona Sud, ascendió por esta vía y Néstor Bova
recupera la palabra oficial de la Asociación:
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este encuentro el presidente Ángel Prevettoni donó doce medallas a ser disputadas entre las
primeras divisiones de ambos clubes. El equipo de Lanús quedó conformado por Genaro
Dorio; Moisés Patiño, Adriano Fantini; Rogelio Fernández, Rómulo Sanday, Leónidas
Digonzelli, Juan Mc. Lennan, Pedro Raggi, Epifanio Saruppo, Carlos Martelotti y Cruz.49
El partido finalizó empatado en un gol, por lo que las medallas quedaron en posesión de
Prevettoni, y luego del mismo se sirvió un lunch para todos los jugadores en el local social
de Lanús ubicado sobre la calle José C. Paz.50
En la conformación del team de Lanús participaron los miembros de la Comisión
Directiva y algunos jugadores de peso como Pedro Raggi y Epifanio Saruppo. Vale
recordar que la figura de los directores técnicos no existía y los equipos tan sólo contaban
con entrenadores dedicados a orientar las escasas prácticas de fútbol que se realizaban
durante la semana, en el marco de un fútbol amateur donde la mayoría de los jugadores
cumplía obligaciones laborales.
El 29 de marzo de 1925 se organizó un nuevo partido amistoso, esta vez en cancha
de Banfield, en el que Lanús estrenó un nuevo juego de camisetas.51 Como se aprecia en las
Actas de Comisión Directiva del período 1915-1931, la relación entre Lanús y Banfield es
por demás cordial, primando los lazos de amistad en forma constante más allá de
esporádicos desencuentros.
Desde su fundación en 1915 el Club Atlético Lanús desarrolló una intensa actividad
futbolística. A partir de abril de ese año comenzó a competir oficialmente en la división
intermedia e inscribió a diversas categorías en las divisiones menores como la segunda,
tercera A y B, cuarta y quinta.
La rivalidad con Talleres comenzó precisamente en un partido de cuarta división
disputado el 11 de abril de 1915. En este encuentro, Lanús visitó a Talleres y fue
notoriamente perjudicado por el árbitro. Por reglamento de la Asociación, los árbitros eran
elegidos por el club local y podían estar sujetos a las recusaciones del visitante, instancia en
la que intervenía la Asociación designando un nuevo árbitro.
A partir de su afiliación, Lanús recibió una gran cantidad de notificaciones por parte
de la Asociación Argentina de Football que quedaron registradas en los libros de Actas de
Comisión Directiva. En una de ellas, la Asociación pedía que se contemple e informe la
situación de los jugadores que no sabían leer ni escribir.52 En otra nota la Asociación exigía
a los clubes mantener una estricta vigilancia en las canchas para evitar “hechos contrarios a
la cultura” por parte de los jugadores que, en muchos casos, cometían bruscas faltas a los
rivales o agredían a los árbitros, con frecuencia cuestionados en su desempeño.53
49
Club Atlético Lanús, Acta Nº47, 27 de marzo de 1924.
50
Club Atlético Lanús, Acta Nº45, 13 de marzo de 1924.
51
Club Atlético Lanús, Acta Nº82, 21 de marzo de 1925.
52
Club Atlético Lanús, Acta Nº33, 20 de mayo de 1915.
53
Club Atlético Lanús, Acta Nº20, 10 de abril de 1915.
57
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54
Club Atlético Lanús, Acta Nº22, 20 de abril de 1915.
55
Bova, Néstor, 96 años…op.cit., p. 21.
56
Ibíd., p. 50.
57
Club Atlético Lanús, Acta Nº27, 28 de agosto de 1929.
58
Club Atlético Lanús, Acta Nº275, 26 de julio de 1929 y Acta Nº283, 24 de octubre de 1929.
59
Club Atlético Lanús, Acta N°328, 2 de diciembre de 1930.
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60
Bova, Néstor, Centenario…op.cit., Tomo III, p. 70.
61
Club Atlético Lanús, Acta Nº281, 10 de octubre de 1929.
62
Club Atlético Lanús, Acta Nº282, 17 de octubre de 1929.
63
Bova, Néstor, Centenario…op.cit., Tomo III, p. 73.
59
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Se adoptan medidas disciplinarias a los citados por sus amenazas si el club no accedía a sus
pretensiones. Si estos no las acatan y obstaculizan el normal desarrollo del partido versus
Talleres F.C. el 30 de marzo, serán suspendidos por tiempo indeterminado”.64
La gravedad del conflicto se profundizó con el correr de los días. El 28 de marzo
fueron citados en la secretaría del club los jugadores Pedro Raggi, Bautista Truffa, José
Salvia, Federico Manfrín y Enrique Chimento. Ese día Raggi pidió la palabra y afirmó:
“Soy capitán del cuadro y soy capitán de todos estos. Nosotros no aceptamos jugar el
domingo”. Los referentes del equipo aprovecharon la inmediatez del importante partido
con Talleres para presionar a los directivos en busca de acceder a sus pretensiones
económicas.
Durante el conflicto, los jugadores disidentes publicaron solicitadas en el Diario
Crítica cuestionando a la dirigencia y, por ello, se nombró una comisión especial encargada
de apersonarse en los diarios para rectificar las “declaraciones calumniosas vertidas por los
jugadores” que dañaban la imagen de la Comisión Directiva.65 Por este incidente el club
recibió una nota firmada por algunos asociados que pedían que se mantuviera la disciplina
entre los jugadores, aplaudiendo la energía demostrada durante el conflicto y solicitando
“que no se incluyan revoltosos” en el equipo.66 Con un cuadro integrado por varios
suplentes Lanús cayó ante Talleres 2 a 1 pese a comenzar ganando con gol de Antonio
García.67
La huelga de los jugadores en la antesala al partido con Talleres delataba el
escenario insostenible del fútbol amateur; la profesionalización del fútbol se avecinaba. En
mayo de 1931 se creó la Liga Argentina de Football integrada por dieciocho clubes que
optaron por el profesionalismo, entre los que se encontraban Lanús y Talleres.
Sin embargo, el fútbol amateur no desapareció inmediatamente ya que el
Campeonato de la Asociación Argentina continuó desarrollándose hasta 1934 con los
clubes que se negaron a tomar el camino del fútbol rentado. Tal es el caso del Club Atlético
Banfield que recién volverá a encontrarse con Lanús en 1940, cuando el profesionalismo ya
había quebrado la voluntad de los clubes que se aferraban a los viejos valores del sport.
Conclusiones
A lo largo de este trabajo se abordaron los orígenes históricos de los clásicos de la
actual Zona Sur del Gran Buenos Aires. Como se pudo ver, cada una de las instituciones
estudiadas se correspondieron con modelos de clubes diferenciados: Banfield evidenciaba
el paradigma de un club de la comunidad británica; Talleres el de un club-equipo cuya
motivación prácticamente exclusiva era la competencia futbolística; y Lanús era un club de
impronta social y deportiva encabezado por notables de la localidad que bien podían ser
caracterizados como integrantes de una élite local.
En el desarrollo de los clásicos, a partir del análisis de las Actas de Comisión
Directiva del Club Lanús, se pudo apreciar el establecimiento de una relación de amistad y
64
Club Atlético Lanús, Acta Nº297, 25 de marzo de 1930.
65
Club Atlético Lanús, Acta Nº298, 1 de abril de 1930.
66
Club Atlético Lanús, Acta Nº300, 8 de abril 1930.
67
Bova, Néstor, Centenario…op.cit., Tomo III, p. 75.
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camaradería con el Club Banfield mientras que con Talleres predominaron los conflictos
entre las parcialidades y una creciente rivalidad entre las dirigencias. Los días previos y
posteriores al partido con Talleres generaban un clima especial en la vida del Club Lanús.
El predominio del clásico con Talleres y la amistad con Banfield durante el período
1915-1931 delata el carácter dinámico de los antagonismos deportivos. En el tiempo
presente, la ausencia de partidos entre Lanús y Talleres trasladó la rivalidad hacia Banfield
configurando el denominado Clásico del Sur que, en los albores del fútbol en la región, no
existía como tal.
Fuentes primarias
Bibliografía
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2015.
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Volumen XIII, Número 1, Diciembre 2020
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Abstract: The following article introduces the reader some characteristics of the classic
match in Rosario's city. First, it question in general, about the reasons that make two clubs
become classic rivals. Why are classic the classics? Which are the causes of the enmities ?
Then, it tries to show the particularities of the rosarinos' case. Why is said that the match
between Newell's and Central is the hottest in the world? Where can we read about this
singularity? Finally, reflects about not desired consequences that the rivalry ends up
producing in three levels: The moment of investigation. The level of the fans implication
with their clubs and the level of the management of security that has the State.
Keywords: Rosario - Football – Security- Clubs.
Comencemos por el principio. El gesto ético de todo aquel que toma la palabra: explicitar
desde donde habla. Hay que decir entonces que quien suscribe este artículo se fue
vinculando en el tiempo, con el fútbol rosarino, de cinco modos diferentes: como hincha,
como cientista social del campo de estudios del deporte, como persona preocupada por la
situación institucional de su club, como consultor en políticas públicas de prevención de la
violencia en el fútbol y como ensayista.
A cada uno de esos momentos, a su vez, corresponde una pregunta que lo funda. En orden
de aparición: 1) ¿Me representa la voz colectiva del estadio?, ¿por qué tengo que verme
forzado a cantar que quiero “matar”, “correr”, “quemar” a los rivales de toda la vida si sólo
quiero ganarles? 2) ¿Incidieron los cambios operados por la televisación del fútbol
argentino, con eje en programas como El Aguante, en la producción de un nuevo tipo de
hincha? Y en tal caso, ¿cómo participa ese hincha de nuevo tipo en la producción de
ambientes de violencia?, ¿en qué medida contribuye a éstos con sus prácticas? 3) ¿Cuáles
son los procesos sociales, subjetivos, que provocan que un club crezca en su dimensión
simbólica y popular pero al mismo tiempo retroceda en el plano institucional y deportivo
drásticamente?, ¿qué mecanismos ayudan a entender por qué ambas dimensiones
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transcurren sin rozarse por carriles paralelos?, ¿qué elementos encontramos en el discurso
del hincha para comprender por qué este participa masivamente de los rituales aguantadores
que involucran a su club pero no se involucra en la vida política? 4) La manera en que es
vivenciada la rivalidad futbolística en Argentina es uno de los factores que explican el
acontecer de prácticas violentas en torno del fútbol. Las políticas de seguridad, a través de
dispositivos materiales de separación de cuerpos, refuerzan la percepción de peligrosidad
asociada a las alteridades; ¿cómo construir un nuevo paradigma de gestión de la seguridad
en el fútbol que no excluya al otro ni separe a los hinchas rivales? 5) El lenguaje
hegemónico actuado por todos en el estadio es un lenguaje masculino y belicoso que se
basa en el borramiento subjetivo del otro; ¿sería posible, en ese marco, avanzar en la
dirección contraria y, a través de otros registros, escribir sobre la rivalidad con un escritor
hincha del clásico rival?1
Los clásicos, precisamente. Y así es como se cierra el círculo. Después de todo, eso es lo
que hemos venido a hacer a estas páginas. La edición sobre clásicos sudamericanos previos
a la década de 1930, una invitación a escribir al respecto. Y no estaría mal, en ese sentido,
comenzar por preguntarnos por qué los clásicos son clásicos. Cuáles son las variables que
generan clacisidad, por llamarlo de alguna manera. El hecho de que dos clubes sean
clásicos rivales, ¿obedece a una variable geográfica?, ¿son clásicos porque están cerca,
porque son vecinos de barrio, porque comparten la misma ciudad? Y en este último caso,
¿se tiene que tratar siempre de una ciudad bipolar? Rosario Central y Newells en la ciudad
de Rosario, Estudiantes y Gimnasia en La Plata, Independiente y Racing en Avellaneda,
Internacional y Gremio en Porto Alegre, Cruzeiro y Atlético Mineiro en Belo Horizonte,
América y Deportivo Cali, Inter y Milán, Lazio y Roma, El United y el City en Manchester,
y un largo etcétera. Porque si hay más de dos equipos fuertes en la ciudad, ¿se diluye la
fuerza del clásico? Cabe pensar en Río de Janeiro, en San Pablo, en Santiago de Chile,
¿quién es clásico de quién? Cabe acaso pensar en Montevideo como excepción a la regla:
hay más de dos clubes; sin embargo, la llama de Nacional y Peñarol se mantiene.
La frecuencia de encuentro podría ser otra de las variables. El hecho de que dos clubes sean
clásicos, ¿tiene que ver con que el enfrentamiento es algo que se repite muchas veces y
cíclicamente en el tiempo? Si no se cruzaran seguido, no darían lugar a ese sustrato común
y siempre polémico en toda historia que es el pasado compartido. Si no hay antecedentes a
los que volver una y otra vez, derrotas que reparar o hazañas que enrostrar, no hay
condiciones para que se genere relato.
Luego, una tercera variable, la paridad deportiva. Esto es, sin cierto nivel de simetría el
clásico como tal no se sostiene. ¿Juventus versus Torino es un clásico sustentable, vigente?
En esa dirección, el clásico del Barcelona no sería tanto el Espanyol como el Real Madrid,
para quien su clásico, asimismo, sería menos el Atlético que el Barcelona. Paridad
1
Estos distintos momentos han quedado materializados, entre otros, en: Sodo y Valle comps, De pies a
cabeza. Ensayos de fútbol, Interzona, Buenos Aires, 2013; SODO, J (2012) “Prácticas de sociabilidad en un
grupo de hinchas del fútbol argentino y sus vinculaciones con la producción de ambientes de violencia en
torno del espectáculo futbolístico”, Tesis doctoral, Doctorado en Comunicación Social, Facultad de Ciencias
Políticas y RR.II, Universidad Nacional de Rosario. S/E; y en el reciente proyecto editorial “Nuestros
clásicos: escritores en la deconstrucción de las rivalidades futbolísticas”, en co-autoría con Federico Levin.
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deportiva y acaso también paridad en la cantidad de hinchas. San Lorenzo versus Huracán,
por ejemplo, es un clásico barrial de la ciudad de Buenos Aires cuya disparidad en este
punto lo hace peligrar como tal.
Está claro que la enemistad es la variable principal a la hora de hacer que un clásico sea
clásico. Ahora bien, ¿de dónde surgen las enemistades?, ¿con qué sub-variables pueden
tener que ver?, ¿qué hace que dos clubes se “odien”? ¿Tiene que ver con el origen de clase
(club surgido de clases bajas versus surgido de clases acomodadas)?, ¿con la composición
socioeconómica fundacional de los hinchas? (obreros versus estudiantes), ¿con la
composición migrante de su masa societaria? (inmigrantes italianos versus españoles,
criollos versus ingleses), ¿religiosa? (el club Atlanta por ejemplo, en Villa Crespo, uno de
los barrios judíos de Buenos Aires), ¿con las identidades políticas? (clubes asociados a un
partido político u otro), ¿con los estilos futbolísticos tradicionalmente practicados? (escuela
de fútbol vistoso y de buen pie versus una tradición de fútbol más pragmático, utilitario y
aguerrido).
¿O ante todo será que la enemistad surge de cuentas deportivas no saldadas? Una
eliminación repetida, una vuelta olímpica en la cancha del otro, una vendetta, un resultado
injusto que aún se discute, un triunfo sobre la hora, una traición, cierto fallo arbitral que ha
mancillado el honor y ha producido un dolor que tarda en cicatrizar. Un relato, como antes
decíamos.
Aporta el investigador y ensayista futbolero Agustín Valle al ser consultado especialmente
en estos días para la ocasión:
Yo creo que es la vecindad lo que funda el clásico. Se exacerba la enemistad
allí donde casi son lo mismo, para sostener una diferencia que, vista de afuera,
es artificiosa. Es decir que el mayor odio es al más parecido, cosa que por cierto
dice Darwin en El origen de las especies, allí donde dice que la mayor rivalidad
y la mayor competencia se da con las variedades más cercanas o entre los más
parecidos. Lo cual no quita que para diferenciarse después vayan
desarrollándose rasgos idiosincráticamente distintos.
Vecindad, entonces. Bipolaridad, paridades y mismidades, haciendo un repaso. Pero
también alteridad. Pues si los dos son muy iguales, los dos populares, los dos “amargos”,
los dos exitosos o los dos igualmente criollos en su nacimiento, difícilmente se de la
rivalidad. Reciprocidad, podríamos agregar. La ley de reciprocidad. Puesto que, para que
haya clásico, las dos partes tienen que estar de acuerdo y reconocerse como tales, darse
entre sí esa entidad. El Club Atlético Vélez Sarsfield, en Argentina, por citar un caso, ¿es
reconocido por los hinchas de San Lorenzo como un clásico?
En las notas que siguen, y a partir de un caso concreto, como es el del clásico rosarino,
vamos a ir dando implícitamente cuenta de algunos de estos interrogantes. No para explicar
el misterio de los clásicos, porque, como se da a entender en el libro Redondos, a quién le
importa (Tinta Limón, 2013), los misterios no pueden explicarse pero pueden transformarse
en misterios mejores. En todo caso, sí para presentar a los lectores no argentinos algunos
aspectos del clásico que nos convoca y ensayar una serie de ideas acerca de lo que se juega
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para los hinchas, observando simultáneamente cómo eso impacta en el discurso hinchista2 y
cómo ese impacto, a su vez, tiene consecuencias investigativas, institucionales y deportivas.
Rosario, la ciudad.
2
Tomando a Verón y Sigal (2003) cuando caracterizan al peronismo como fenómeno discursivo, podemos
hacer una extrapolación y decir que el hinchismo, en tanto discurso, radica en especificidades y
continuidades, que a su vez radican en la estabilidad, en la invariancia de los modos en que el hincha (el
hincha como sujeto en general, más allá de los distintos clubes) construye su relación con los enunciados, sea
en su carácter de enunciador o en su carácter de destinatario. Esa relación es, en nuestra caracterización, una
relación novelada (ver próximos apartados), infantilizada, sentimental, atravesada por lo que llamamos
cláusula de la pasión y por lo que denominamos cláusula del humor, entre otras.
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asunto de doble vara. Por un lado, el galardón de ser “la capital de la pasión”. Por el otro,
algo que se termina yendo de las manos. Según desde donde se lo mire.
Veamos entonces a continuación algunos indicadores de lo que podríamos llamar
“singularidad rosarina”. Y notemos también (Ver Cuadro Anexo 1) cómo eso se termina
traduciendo en términos estatales de gestión de la seguridad. Partidos disputados entre
NOB y CARC desde el año 2013 sin concurrencia de público visitante que, sin embargo, no
presentan, en proporción, una disminución en la cantidad de efectivos policiales destinados
a los mismos, lo cual materializa, de algún modo u otro, la percepción que el Estado tiene
del riesgo que conlleva el evento, aun cuando la estadística de muerte3 por enfrentamiento
directo en el estadio tampoco se condice demasiado al respecto.
Decíamos: futbolistas con experiencia internacional, periodistas de trayectoria, futboleros
que se precien de tal, dirigentes, árbitros; en el ambiente del fútbol en general se coincide
en afirmar que, como se vive en Rosario, el fútbol no se vive en ningún otro lugar. Al
afirmarlo, algunos aluden al fervor de sus hinchas, otros a la intensidad de su partido
clásico disputado dos veces al año, al tipo de fanatismo que genera la rivalidad entre
Newells y Central. Aquí nos referimos a todo eso junto, sí, pero sobre todo a la capacidad
que tiene el fútbol en la ciudad para sobre-determinar y condicionar cualquier experiencia
urbana propia de la cotidianeidad. Desde el no utilizar prendas que combinen los colores
del rival hasta no hacer compras en comercios cuyo dueño es reconocido como un hincha
del otro, pasando por desterrar del lenguaje palabras que puedan dejar servida en bandeja la
cargada. “Frío”, en el caso de los hinchas de NOB, por ejemplo (ver en nota al píe número
7).
Rosario es una ciudad capaz de promover que, sin importar la filiación política, los hinchas
de Central no voten para Gobernador de la Provincia de Santa Fe a un candidato reconocido
hincha de Newells como Rafael Bielsa. A la inversa, se convocan a votar para ocupar el
puesto de Concejal por el Partido Demócrata Progresista al ex futbolista ídolo Aldo Pedro
Poy. Las empresas, marcas, sponsor o auspiciantes, por su parte, firman contratos con los
dos clubes o con ninguno para no quedar vinculadas a uno de los dos y granjearse, en
consecuencia, la mala reputación o caída de su imagen.
Cuando Central descendió a fines de mayo de 2010, hubo días de movilizaciones. Mezcla
de escrache a los dirigentes responsables de la debacle, mezcla de pedido de elecciones,
pero también de venganza contra los hinchas de Newells que habían salido a festejar
públicamente ni bien consumado el hecho. Durante una de las noches la manifestación se
desbordó y estalló en odio hacia el clásico rival. Unos diez mil canallas (tal el mote con el
que se conoce a los partidarios de CARC) tomaron la Avenida Pellegrini pretendiendo
llegar hacia el estadio leproso (tal el mote de los de NOB). En el camino, rompieron vidrios
de autos, de edificios, de los Tribunales provinciales, de bares, de comercios, y se
enfrentaron con la policía. El saldo: 96 detenidos. Desde las manifestaciones obreras y
estudiantiles conocidas como “El Rosariazo” que una movilización no arrojaba tantos
detenidos. ¿Sería posible en otro lado?
3
Ver listado de muertes en la historia del fútbol argentino, según el trabajo de recopilación de la Asociación
Civil Salvemos al Fútbol. Dentro del mismo, las relacionadas con el clásico rosarino.
http://salvemosalfutbol.org/lista-de-victimas-de-incidentes-de-violencia-en-el-futbol/
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Silva, José Luis Villareal, Fernando Gamboa, Julio César Toresani, Claudio Caniggia,
Fernando Cáceres, Sebastián Rambert, Gabriel Cedres, Jonathan Maidana, Jesús Mendez.
Lo mismo para Racing-Independiente: Hugo “Perico” Perez, Néstor Clausen, José Tiburcio
Serrizuela, Alberto Carranza, Martín Vilallonga, Esteban Fuertes, Ángel “Matute” Morales,
Martín Vitali, Damián Ledesma, Sergio Vittor entre otros. De Unión a Colón, por su parte,
como para graficar la magnitud del contraste, pasaron dos de sus futbolistas ícono: Gustavo
“Potro” Echaniz en los primeros años de la década de 1990 y Darío Cabrol en el año 2001.
En escasez de futbolistas “bígamos”, al clásico rosarino lo sigue el platense con treinta y
tres casos. Quedaría por analizar cómo se da esto en clásicos fuertes de otros países, como
Flamengo-Fluminense, Real Madrid-Atlético, Lazio-Roma, Celtic-Rangers, Galatasaray-
Fenerbache, etcétera. En Inter-Milán, por ejemplo, sucede algo similar a lo que ocurre aquí
con River y Boca: Baresi, Seedorf, Pirlo, Vieri, Crespo, Ronaldo, Ibrahimovich, como
nombres de una larga nómina de futbolistas que jugaron para ambos bandos.
- En Rosario, para los jugadores y los directores técnicos pesa más ganar el clásico que hacer
una campaña memorable: ahí está el Director Técnico Edgardo Bauza para ratificarlo.
Bauza depositó a Rosario Central por primera y única vez en una Semifinal de Copa
Libertadores de América en el año 2001 y sin embargo nunca terminó de ganarse al público
por no haber conseguido vencer a Newells como DT.
- Rosario es una plaza en la que los futbolistas no formados en las canteras de Central y
Newells, cuando llegan, se vuelven hinchas fanáticos de la camiseta que defienden:
Gustavo Barros Schellotto, José Luis “Puma” Rodriguez, Eduardo “Chacho” Coudet,
Rubén “Polillita” Da Silva, Pablo Álvarez entre los casos más emblemáticos de una lista
interminable por el lado de Central. Sebastián Peratta o Cristian Fabiani por el lado de
Newells.
- Distinto a otros puntos del país, en los bares, las calles y los medios de comunicación, Boca
y River -los denominados “equipos nacionales”, cuya genealogía de tales se puede
recuperar en Archetti (1995)- ocupan un lugar marginal. En efecto, suele ocurrir que en el
resto de las ciudades y puntos del país los hinchas sean hinchas de alguno de los equipos
locales y de Boca o de River. En Rosario, en cambio, el hincha es “monógamo”. Dicho de
otra manera: leyendo a Archetti (op cit) en su análisis de la revista El Gráfico, podemos
entender cómo es que en Argentina tiene lugar un fenómeno muy particular, como es el
hecho de que en La Quiaca o en Viedma haya personas hinchas de River Plate o Boca antes
que de sus equipos regionales. Particularidad raramente encontrable en Italia, Francia o
Inglaterra, así como tampoco en México, donde los hinchismos tienen un anclaje
fuertemente territorial. Archetti, al respecto, en una obra posterior, practicando una auto
antropología o etnografía autobiográfica, al pensarse como un hincha de River Plate criado
en la lejana provincia de Santiago del Estero, dice:
Yo, que era socialmente un provinciano, un santiagueño, y sabía que en la
configuración de la nación argentina moderna Buenos Aires dominaba y
explotaba a las provincias, estaba, paradójicamente apoyando, sufriendo,
disfrutando y dependiendo psicológicamente del destino de un club de la ciudad
de Buenos Aires. También tomé conciencia de la importancia de que hubiera
jugadores santiagueños no sólo en River Plate sino en la primera división de
otros clubes importantes de la ciudad de Buenos Aires. Lo nacional se
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encontraba fusionado debido a que el fútbol de Buenos Aires era casi por
definición el fútbol nacional; a excepción de dos clubes de la ciudad de Rosario
y dos de la ciudad de La Plata, que fueron rápidamente incorporados a la liga
profesional en la década del 30. De pronto fui conciente de algo diferente, de
una historia particular que no se daba en otros lugares. Me di cuenta de que un
inglés nacido en Londres no tenía por qué ser hincha de un club de Manchester
y viceversa (2003: 31)
- Y ya que hablamos de lo nacional, cabe añadir a esta enumeración lo siguiente. En Rosario,
la selección argentina está en segundo plano, ocupa un holgado segundo lugar. Algunos
hinchas de CARC por ejemplo, en ocasión de los mundiales, viendo los partidos del
combinado argentino en bares suelen corear “o-le-le, o-la-la, no somos argentinos somo
hinchas de Central”. La interpelación tribal, el fragmento, el segmento de identidad
inmediata, local, prevalece por sobre el colectivo unificador, por sobre los dispositivos del
Estado-Nación y las estrategias publicitarias del mercado, por sobre la interpelación
nacional. Este fenómeno se exacerbó, cabe recordarlo, durante el período en el que Marcelo
Bielsa, hombre estrechamente ligado a Newells, dirigió el seleccionado. Más aún cuando
Suecia, el país verdugo de la Argentina en el Mundial 2002, presenta en su bandera los
mismos colores azul y amarillo de la camiseta de Central. Según Alabarces (2002), quien
analizó largamente las narrativas que dan cuenta de las tensiones entre lo nacional y lo
local/tribal a lo largo de la historia del fútbol argentino desde su período fundacional, el
único personaje mítico, héroe deportivo capaz de suspender esta tendencia creciente y
aglutinar voluntades bajo un mismo manto, fue Diego Armando Maradona. Pero tampoco
esa excepcionalidad funcionó para el caso, dado el pasado futbolístico de Maradona en las
filas de Newells.
- Finalmente, Archetti (2003, op cit), como estuvimos viendo, sostiene que hay una manera
argentina de jugar al fútbol. Dice que es en los estilos corporales de juego donde puede ser
leído lo nacional. Que uno, sin saber, observa a un futbolista moverse en cualquier Liga
extranjera y puede darse cuenta que es argentino. Lo mismo aplicaría, por qué no, a lo
nacional brasileño o uruguayo. En ese sentido, podría decirse que lo rosarino no estaría
tanto en las maneras de jugar como en las maneras de hinchar. En los modos de burlarse del
rival, en los rituales que dan forma al tan mentado folklore del fútbol. Asimismo, puede ser
inferido en que, a la hora de alentar, no se observan diferencias entre los sectores de plateas
y los sectores populares. La popularización de las plateas, sería lo propiamente rosarino en
el fútbol. Un hincha de Central argumenta precisamente sobre ello:
Ahora barras bravas tienen todos. El fútbol es un gran negocio. Antes cuál era
el negocio: la política. Ahora son los sindicatos y las barras bravas, entonces
son todos profesionales. Vos ahora ves que Almirante Brown tiene una banda
que no se puede creer, Tigre tiene una banda que no se puede creer, antes las
barras bravas eran la de Central, la de Boca, la de River, la de Colón, la de
Racing, ahora vos miras y Newells tiene una barra brava organizada de la san
puta, una estructura impresionante; ahora todas las barras bravas son empresas,
y entonces todos los clubes tienen grandes barra bravas y gran colorido.
Entonces Central no se diferencia más, porque si vos te pones a ver todas son
lindas, objetivamente todas tienen algo. Entonces la diferencia está en las
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plateas. Vos mira las plateas y te vas a dar cuenta la diferencia: hace diez años
que voy a la platea, en los últimos nueve nunca me pude sentar en una asiento,
me siento siempre en el escalón, si le llego a pedir el asiento a alguno me
escupe, son populares, saltás, cantás, hay avalanchas. El que viene de afuera no
queda sorprendido con la barra brava que salta y tira dos petardos, queda
sorprendido con todo el entorno, en la platea Central marca la diferencia. Estoy
hablando de la platea que da al río más que nada (28/09/2007).
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Fraga: Hagan cosas para ser grandes, queden en la historia, si no van a tener
que seguir inventando.
Con el término “novela” nos referimos al relato auto-referencial compuesto por una
heterogeneidad de elementos que comparten los miembros de una institución o colectivo,
en este caso un colectivo de hinchas (de ahí que hablemos de “novela del hincha”), cuya
función es permitir que un grupo o institución delimite una interioridad y se diferencie de
otros configurando su identidad. Se trata de un texto que se construye, circula y administra
a partir de distintas mediatizaciones, según la época de la que se trate; un texto conformado
a partir de elementos del orden de lo real, aunque también de lo imaginario. Vale aclarar
que si se califica a este texto como novela no es porque se trate de una ficción sino porque
en su construcción la dimensión imaginaria tiene un peso fundamental. La novela se
distancia, en ese sentido, de la noción de historia objetiva. En última instancia, su
productividad se juega menos en el terreno de lo verdadero que en el de lo verosímil.
El campo psi, de hecho, dicho sea de paso el campo del cual tomamos este concepto, nos
informa que el concepto “novela institucional” -que da pie a nuestra novela del hincha-
funciona sobre la base de formaciones imaginarias grupales, como pueden ser mitos e
ilusiones. En lo que a los mitos respecta, son siempre relatos construidos por un grupo que
se refieren a la narración de un origen, cuya eficacia simbólica reside justamente en la
repetición. Ahí está el origen popular y ferroviario del Club Atlético Rosario Central, por
ejemplo, para demostrarlo. Pero no solamente. Las novelas también incluyen relatos acerca
de los estilos de juego originarios de cada club, las tradiciones futbolísticas, los puntos de
inflexión en la historia, etcétera. Desde esa perspectiva, afirma un hincha de Newells acerca
de Marcelo Bielsa:
El cambio de pensamiento del hincha de Newells se generó con Bielsa. O sea,
Newells antes no llevaba la misma cantidad de gente que ahora de visitante;
Newells ahora de visitante no baja de 3.000 personas y antes movía 100, 200,
400 personas como mucho, es muchísimo el cambio de Newells como visitante,
como también de local: antes Newells de local metía 15.000 personas y ahora
mete 30.000 todos los partidos. Y sí, hay un quiebre de pensamiento, de ideales.
La generación Bielsa en Newells es impresionante las cosas que ha hecho.
Ahora vos encontrás miles y miles de paredes pintadas en todos los barrios;
hace 40 años atrás, menos, ponele 20, no había ni una, o había una por barrio, y
ahora vos entrás a cada barrio y están los cordones, las columnas, todo pintado.
Y esos son todos chicos que nacieron con Bielsa. Bielsa para mí es palabra
santa en Newells. Es importantísimo. Después de Isaac está Bielsa [se refiere a
Isaac Newells, el fundador del Club] Isaac, el hijo y Bielsa (15/07/2007).
Cada época encuentra una mediatización hegemónica para que los hinchas construyan,
soporten y difundan la novela. Seguramente lo fue la oralidad en tiempos en que la radio
modulaba el relato del fútbol. Seguramente lo son las pantallas en estos tiempos. Ahora
bien, ¿cambian las sintaxis y los modos de presentación ante la mirada externa con el pasaje
de una a otra? Eso en cuanto a la relación novela-medios. Luego, otra relación: ¿cómo se
articulan las novelas institucionales del hincha con las novelas familiares y personales (el
padre que lo llevó por primera vez a la cancha, el recuerdo del abuelo, etcétera)? Un
ejemplo:
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Ser de Ñuls es decir “soy del que trajo el fútbol a la ciudad, soy del que tuvo la
mejor escuela futbolística, soy del que primero ganó campeonatos, del que ganó
más clásicos, del que identificó a Rosario en el mundo...”, desde jugadores
como Gallego, Valdano hasta Maradona [...] Y también implica desmitificar
aquello de que lo popular está en otro lado; yo creo que eso no es así, de hecho
yo vengo de una familia de clase media baja que juntábamos el mango y más de
una vez dejábamos de ser socios no por una cuestión de pasión sino por una
cuestión económica de cuánto ganaba mi viejo que era empleado de correo y si
podía pagar o no la cuota [...] Decir “soy de Ñuls” implica el recuerdo de mi
padrino que fue el primero que me llevó a la cancha antes que mi viejo y mi
vieja, decir “soy de Ñuls” es acordarme de mi viejo, de cuando nos llevaba...
íbamos mi viejo, mi vieja mi hermano y yo a la oficial atrás del arco y nos
juntábamos por ahí, y aparecía algún jugador mientras se jugaba la reserva y te
firmaba un autógrafo [...] Estar viendo el partido y saber que está el fantasma de
los que estuvieron antes, mi viejo, mi abuelo, me imagino a mi abuelo viendo el
primer clásico cuando yo estoy sentado ahí en la platea (7/8/2007).
¿Quién construye la novela? ¿Los narradores doctos?, ¿los referentes letrados, los
intelectuales orgánicos de cada uno de los clubes? En tal caso, ¿quiénes son?, ¿de dónde
provienen?, ¿se observan recurrencias, continuidades? ¿O la construye el grupo que
comanda la hinchada? ¿O los hinchas militantes?5 Es sin dudas un asunto interesante. No
obstante, ahora puede esperar. Sigamos: ¿qué es lo que está en juego en la novela?
Respuesta: dirimir la grandeza.
Así como el scanner de un cajero de supermercado transforma todo lo que lee en un valor
de cambio, la máquina de la rivalidad entre Newells y Central transforma todo lo que toca
en competencia por la grandeza. Determinar cuál de los dos es más grande que el otro.
Empresa que desde el vamos está condenada a la irresolución, a fracasar de antemano. En
principio, por dos motivos. Motivo número uno: no existe un único criterio de medición.
¿Cómo se mide la grandeza? ¿Cómo se evalúa? ¿Cómo se calcula? ¿En base a qué se
cuantifica y mensura?
El criterio puede ser la cantidad de campeonatos obtenidos y entonces los de Newells dirán
que ellos tienen seis y Central cuatro, pero éstos últimos intentarán compensar el asunto
ostentando su campeonato internacional. El criterio puede ser la cantidad de clásicos
ganados en la historia y entonces los de CARC serán los más grandes, pero los de Newells
matizarán el argumento diciendo que ellos ganaron en 1905 el primer clásico disputado de
la historia. Simultáneamente, el criterio exitista quedará en un segundo plano en plena
5
El universo de hinchas del fútbol argentino no constituye una masa ni uniforme ni homogénea. A partir de
una serie de variables (ubicación en el estadio, tipo de práctica durante el partido, tipo de implicación con el
club, tipo de valoración del aguante, etcétera) podemos clasificar a los hinchas en “militantes”, “organizados”,
“espectadores”, “barras”, entre otros. Dicha tipología presenta algunos problemas terminológicos y
metodológicos al momento del nombrar e investigar. Para un abordaje de dicha cuestión, ver SODO, J (2010)
“Dos problemas de las clasificaciones sobre hinchas del fútbol argentino” en EFDeportes.com, Revista
Digital. Año 15, Nº 149, Buenos Aires.
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Distinguimos entre el “aguante-fiesta” y el “aguante-enfrentamiento”. Para una definición y una
problematización de ambas categorías, ver “Los significados de lo popular en un grupo de hinchas del fútbol
argentino”, en Garriga, Moreira y Branz comps (2014) Deporte y ciencias sociales. Claves para pensar las
sociedades contemporáneas, Ediciones de Periodismo y Comunicación, Universidad Nacional de La Plata.
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que le está hablando a alguien que está con un grabador en la mano y que le hace preguntas
de fútbol, rápidamente ubica a esa persona en la serie de los periodistas deportivos a los
que, cual tribunal supremo, debe impresionar. Así fue que todas las entrevistas parecían la
misma, terminaban quedando muy parecidas unas a otras. De nuevo: ¿será posible, en el
contexto de la rivalidad NOB-CARC, realizar una investigación rigurosa con los actores
sociales sin que la misma termine siendo pasada, leída, codificada y triturada por la
máquina de la grandeza?
Hechas las aclaraciones y las correspondientes problematizaciones, hagamos una breve
reseña de los clubes.
Newells Old Boys (Los viejos muchachos de Newells) fue fundado el 3 de noviembre de
1903 por ex alumnos del Colegio Anglicano Argentino de Rosario en cuyos patios
aprendieron a jugar al fútbol, gracias al inglés Isaac Newells, quien, cuenta la leyenda,
introdujo en la ciudad la pelota y el primer reglamento. Participa en primera división desde
1939 y lleva 55 temporadas ininterrumpidas disputando en la máxima categoría, logro que
reluce ante su clásico rival, que en ese mismo lapso descendió a segunda en un par de
ocasiones. Hablando de logros, ostenta haber salido campeón en las canchas de Central
(1974) y de Boca Juniors (1991, equipo en el que jugaban, por ejemplo, Eduardo Berisso y
Mauricio Pochetino), y el haber campeonado con un plantel de futbolísticas íntegramente
surgidos de su cantera (temporada 1987/88), del que formaban parte, entre otros, Abel
Balbo, Norberto Sensini, Gerardo Tata Martino y Gabriel Batistuta. Tiene su estadio en el
Parque de la Independencia, con capacidad para 39.000 espectadores. Tiene
aproximadamente 47.000 socios, predio en la vecina localidad de Bella Vista y seis torneos
locales.
Rosario Central fue fundado el 24 de diciembre de 1889 por empleados del Ferrocarril
Central Argentino que se corrieron de la órbita de la empresa y abrieron la participación a
la comunidad (ver próximo apartado) También se incorporó a la máxima división en 1939.
Su estadio, en el barrio de Arroyito, con capacidad para 41.000 espectadores, fue sede del
Mundial 1978 en el que se consagró como figura el ex canalla Mario Alberto Kempes,
dirigido por Cesar Luis Menotti, otro hombre de la casa. Levanta como bandera ser el único
club argentino en haber ascendido a primera y haber sido campeón ese mismo año (1986/87
con Edgardo El Patón Bauza como baluarte en la defensa) y el único en haber remontado
cuatro goles en una final internacional (Copa Conmebol 1995 frente a Atlético Mineiro
habiendo perdido 4 a 0 en el partido de ida). El club tiene 63.000 socios e importantes
predios en localidades aledañas como Arroyo Seco y Granadero Baigorria. Se caracteriza
por sus festividades internas y una importante liturgia: la “Palomita de Poy” organizada por
la OCAL (Organización Canalla para América Latina), el día del Pecho Frío, el día del
Abandono entre otros7. Ganó cuatro torneos locales.
7
No es momento ni ocasión para desglosar en detalle el motivo de cada una de estas divertidas liturgias y
festividades internas. Sí podemos señalar, porque había sido mencionado anteriormente, que el 2 de mayo de
1987, el DT de Newells Jorge Solari, tras el último partido del torneo, que coronó campeón a Central dejando
al conjunto rojinegro en segundo puesto, efectuó declaraciones ante los periodistas, en las que, haciendo un
balance de lo sucedido, sin ocultar su fastidio dejó entrever que a los fines del campeonato les habría sido
necesario un mayor apoyo de la hinchada. Dijo: “los que están atrás del arco son unos pecho fríos”. De igual
modo, para contrarrestar, la afición de Newells enrostra una declaración del entonces DT canalla Edgardo tras
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Historia mínima
El proceso de difusión del fútbol en Rosario no dista demasiado del de Buenos Aires, que
puede revisarse con Frydemberg (2011). Puede resumirse así: a medida que la población va
creciendo producto de las oleadas migratorias, se van fundando clubes y organizando las
primeras ligas locales. Tanto los players como los seguidores de dichos clubes van
introduciendo prácticas y valores problemáticos para lo que venía siendo la “esencia” del
deporte. Así es que la guapeza y la artimaña empiezan a colisionar con la caballerosidad y
el fair play asociados a los iniciadores británicos, que de a poco se van a ir retirando de la
escena. Esto es bastante similar en ambos casos. Veamos entonces a continuación como dos
historiadores rosarinos recuperan ese proceso y veamos también el rol que juegan los
incidentes entre Newells y Central en el progresivo repliegue de los originarios ingleses.
Podría decirse que cada tipo de juegos tuvo su década. Los juegos de tradición española,
con la taba, la tauromaquia y la riña de gallos a la cabeza, para la década de 1870. Juegos
de origen campero (carreras de sortijas y cuadreras) en la de 1880. Prácticas que, como
escriben Gauna y Farías, quienes reconstruyen el período mediante artículos de los diarios
La Capital y El independiente de la época, “con el fin de siglo fueron entrando en franca
decadencia dando paso a las nuevas disciplinas deportivas de origen europeo, como el
cricket, el fútbol, el tenis, el atletismo, el hipismo, el golf, el remo y el rugby, que fueron
introducidas al país por la comunidad de inmigrantes ingleses” (1924: 24), siendo éstos,
“principalmente comerciantes y funcionarios de las empresas británicas radicadas en la
Argentina, quienes asentaron las bases de los clubes deportivos y difundieron la costumbre
del ocio al aire libre” (ibídem).
En 1896, habiendo rastreado el dato en la Memoria y Balance del ejercicio 1896/7 del Club
Atlético del Rosario, los autores sitúan un primer intento de formación de una Liga
Rosarina de Fútbol, del que formaron parte el mencionado club, los alumnos del Colegio
Inglés del Señor Robb y el Club Atlético del Ferrocarril Central Argentino (luego Rosario
Central). No obstante, es verdaderamente a comienzos del nuevo siglo cuando el fútbol
rosarino se organiza. Apuntan Gauna y Farías:
La pasión por el fútbol crece día a día y son numerosos los clubes en Rosario en
los comienzos del siglo; al decano Atlético y a Rosario Central del siglo
anterior, se suman en 1903 Newells Old Boys y Provincial. Un año después,
Argentino (hoy Gimnasia y Esgrima) y Tiro Federal, en 1906 aparece el
Córdoba and Rosario Railways Athletic Club (Central Córdoba). Tan
desbordante fervor comienza a consolidarse en la reunión del 30 de mayo de
1905, celebrada en el Hotel Britania en la que nace la Liga Rosarina de Fútbol
(op cit.: 43).
Pero queremos poner el acento en lo siguiente, porque allí está el centro de la cuestión.
Aseguran nuestros dos historiadores que “a medida que el fútbol se organiza con
campeonatos estables –recordemos que el primer campeonato local aconteció en 1905- se
desarrolló una creciente rivalidad entre los clubes más importantes, que podían ganar un
un partido de Copa Libertadores, en el que éste hizo alusión a una supuesta falta de aliento de la hinchada. De
allí la acusación de “Sin aliento”.
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campeonato, nos referimos a Rosario Central y a Newells Old Boys” (op cit.: 48). Y que la
misma “no sólo se manifestará en los campos de juego, sino que se trasladó a las tribunas,
originando hechos de violencia que ponían al descubierto el perfil y las características que
iban teniendo las hinchadas” (ibídem).
En ese sentido, ya en un cotejo disputado en 1908 entre ambos contendientes, la mala
actuación del árbitro desencadena la invasión del campo de juego. Al año siguiente, y por la
misma razón, los partidarios de Rosario Central agreden con piedras al árbitro y al público
contrario. La Liga decide no jugar más ese partido en la cancha del CARC, por lo que se
traslada a Plaza Jewell, terreno neutral. Pero la medida no alcanza: nuevamente, y esta vez
arrojando heridos, se producen incidentes.
Ante semejante sucesión de incidentes interviene en el asunto la Asociación Argentina de
Fútbol, solicitando a su par rosarina que eleve un informe. En el mismo, fechado en 1911,
se puede leer:
Al tratarse de los cuadros más fuertes de esta [ciudad], entre quienes se ha
definido siempre el campeonato de primera división, desde que fue instituido,
existe entre ambos la consiguiente rivalidad de competencia, entre los que se
han destacado los que acompañan a Rosario Central como los más exaltados y
menos cultos, especialmente cuando juegan en su propia cancha en cuyas
proximidades hay el centro donde habita su mayoría (Barrio Talleres) (op cit.:
51).
En 1912 se intensifican los conflictos disciplinarios, casos de violencia y demás, lo que
motiva una escisión en la Liga Rosarina. Los clubes de los barrios obreros de la zona norte
(Talleres, Arroyito, Refinería) forman una nueva entidad. Aunque en 1914 se disuelve y se
reintegran a la Rosarina, Liga que ostentaba el reconocimiento de la Asociación Argentina.
Es de esa manera que llegamos al 20 de agosto de 1916, donde tras un partido ante
Gimnasia y Esgrima en cancha de éste en el Parque Independencia, por circunstancias que
se desconocen exactamente, los directivos del Club Atlético del Rosario deciden retirar sus
planteles de fútbol de la Liga Rosarina. En 1920 hará lo propio el propio Gimnasia y
Esgrima. Sobre esto último, y sobre el período en general, Gauna y Farías elaboran una
conclusión:
El origen del conflicto era el mismo que motivó también la desvinculación del
Atlético del Rosario, es decir, la violencia que se producía por la creciente
popularización del fútbol, aunque después de trataba de esgrimir otros
argumentos, como por ejemplo los malos arbitrajes o las medidas
implementadas por la Liga. La presencia popular en las canchas –más allá del
alboroto o de algunos casos bastante aislados de violencia- era lo que
verdaderamente molestaba la tranquilidad de los clubes más refinados y cultos
de la ciudad [...] Es así como en esos años se produce esta escisión de los
deportes, el fútbol para el “pueblo”, donde se gana a través del ingenio, la
picardía, el engaño, la gambeta; y el rugby para los sectores refinados donde se
fomentaba el espíritu de cuerpo, la disciplina, el tercer tiempo y el orden (op
cit: 56).
Yendo ahora a un ejemplo bien concreto, los inicios de Rosario Central, uno de los dos
clubes que aquí nos convocan, puede notarse que se da en pequeña escala lo mismo que a
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gran escala acabamos de contar: criollización, popularización, cambio en el perfil del juego,
etcétera.
La escena nos suena de algún lado: inmigrantes queriendo fundar un club para jugar al
fútbol. Esta vez son ingleses y criollos que trabajan mayormente como obreros de los
talleres de construcción y reparación de vagones del Ferrocarril Central Argentino, la
empresa británica. La intención se concreta el 24 de diciembre de 1889. La empresa les
cede un terreno que oficiará de primer campo de juego, en el corazón del barrio Talleres.
La escena nos sigue resultando familiar cuando sumamos otros elementos: en una asamblea
de 1903 se suceden dos hechos. En primer lugar, se decide la castellanización del nombre
del hasta entonces Central Argentine Railway Club. Por otra parte, un club que por
mandato fundacional sólo podía asociar a trabajadores de la empresa, decide cambiar
abriendo la posibilidad de la inscripción a miembros de la comunidad en general.
Finalmente, la historia suma otro aspecto conocido. Escribe el periodista Jorge Brisaboa:
Isaac Newells acostumbraba a que sus alumnos jugaran al fútbol en el patio del
colegio que dirigía, ubicado en la céntrica calle Entre Ríos 139. Atraídos por el
deporte y con la nostalgia de tantas jornadas en la escuela corriendo atrás de la
pelota, varios ex alumnos se reunieron en ese mismo patio y resolvieron crear –
con el apoyo de don Isaac y de su hijo Claudio, en quien había delegado la
dirección- el Club Atlético Newell’s Old Boys [...] Comenzó entonces una dura
rivalidad que en lo social se emparentaba con dos clases bien definidas: la elite
era de Newell’s y los sectores populares de Central (1996: 19).
Tenemos al club como excusa para jugar, tenemos su posterior expansión social,
identificaciones territoriales, la calle versus el colegio. Para que la historia sea la historia,
sólo nos queda un elemento vinculado a los estilos de juego. En ese sentido, dice el
periodista Cipriano Roldán en Anales del fútbol rosarino, una publicación de 1959 que
recupera en su libro sobre Central Brisaboa y que aquí presentamos para finalizar:
Se trata de jugadores que al fútbol gringo le están adosando su genio innato, su
viveza y picardía criolla [...] Sale el fútbol de la estrechura rígida, del
formulismo práctico y positivo de los ingleses, para transformarse
substancialmente [...] La tendencia a la gambeta, que demora el avance pero
que lo va tejiendo tenuemente, aparece como una modalidad que adquiere
relieve, de manera particular, entre los hombres que visten la camiseta de
Rosario Central (op cit.: 28).
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rehenes de sus propias novelas8. No hay autocrítica posible para el hincha. Como sea, la
cancha siempre tiene que estar llena, de la cancha no se va nadie, hay que apoyar y apoyar,
no hay que criticar ni insultar, porque el otro va a estar mirando y me lo puede enrostrar.
Basta con hacer un repaso de las letras de los cánticos de ambas parcialidades para advertir
la constante presencia del otro como interlocutor del mensaje.
La invasión de pintadas está generando un problema para el municipio, decíamos unos
apartados atrás. Sumemos el problema con la pirotécnia, con las banderas, con las
sanciones, con el llamado folklore. Qué es folklore y qué no, qué se considera ofensivo o
apologético, qué se autoriza y qué se prohíbe, qué le permito a uno y cómo hago para que
no se enoje el otro. Con todo eso lidian partido a partido los organismos de seguridad en
Rosario. Es el tipo de problemas que como garante tiene el Estado. La gestión de la micro-
conflictividad cotidiana que en la ciudad genera la rivalidad. Todo el tiempo está latente.
En un partido de fútbol entre vecinos de barrio, en las mesas de café de los bares, en las
sobremesas familiares, en los medios de comunicación, las redes sociales, en un partido de
divisiones inferiores, pero también a nivel de la convivencia entre los dirigentes.
¿Qué puede hacer el Estado en ese sentido? ¿Y qué de lo que hace, más allá de las buenas
voluntades, contiene efectos adversos? Desandemos este doble interrogante para ir
terminando.
El campo de investigaciones sobre deporte, en su vertiente antropológica (Moreira, 2005;
Garriga Zucal, 2007), dice: eso que los medios de comunicación llaman violencia en el
fútbol -actos aislados irracionales, ilógicos y carentes de sentido perpetrados por sujetos
adjetivados como bárbaros salvajes inadaptados- es una compleja trama de conductas que,
consideradas desde el punto de vista de los hinchas y contextualizadas en la lógica de la
cultura futbolística argentina, tienen su sentido y su propia racionalidad.
Un conjunto de factores posibilitan el acontecer de prácticas violentas en torno de eventos
futbolísticos. Van desde la masculinidad y el honor como ordenadores simbólicos de las
acciones de los hinchas y los policías, hasta las irregularidades organizacionales de las
competencias deportivas. Tienen que ver con el paradigma de seguridad vigente y con la
construcción del discurso periodístico pero también con la fascinación de los hinchas
comunes respecto de sus barras y, sobre todo, con la manera en la que es vivida la rivalidad.
Ese entramado da forma a un envolvente clima de tensión, mortificación, hostilidad y
dramatismo que denominamos ambientes de violencia.
El sociólogo especializado en deporte, Santiago Uliana (2017), sostiene que la construcción
de identidades futboleras se expresa en términos de alteridades. Esto significa que siempre
hay un otro con el cual los hinchas necesariamente se diferencian para definir su
singularidad. Las identidades de los equipos de los principales centros urbanos en
Argentina se configuran siempre sobre esa diferencia. Tal cercanía implica una condición
que no puede soslayarse: la posibilidad siempre latente de que esa distancia se transforme
en violencia. De lo que se trataría para el Estado entonces, en sus diferentes esferas, pero
fundamentalmente en sus ministerios de seguridad, es de impulsar políticas que tiendan a
contribuir a que las diferencias no se tramiten por la vía del enfrentamiento físico,
8
Para un despliegue de esta encerrona en la que queda entrampado el hincha, puede verse “Dilemas del
aguante y el sentimentalismo. Un análisis canalla” en Sodo y Valle, De pies a cabeza. Ensayos de fútbol, op
cit.
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comunitarias, folklóricas, tanto al interior de los clubes como en los distintos barrios. El
tiempo dirá.
Referencias bibliográficas
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Arnaldo Gomensoro
Recibido: 20/08/2020
Evaluado: 15/12/2020
Resumen
En este trabajo se intenta rastrear, a partir de la figura del mayor líder político de la
primera mitad de siglo XX, José Batlle y Ordóñez, el origen de la organización estatal
de la Cultura Física en Uruguay y su inicial desarrollo hasta la organización de la I Copa
América realizada en Montevideo en 1917. Se transita desde su infancia, pasando por su
primer viaje a Paris y su predilección por las carreras a pie, hasta la conformación de un
club de gimnasia, esgrima y tiro a su regreso y su proyecto de torneos atléticos con
premios en dinero. Se refiere seguidamente a la conformación de la Comisión Nacional
de Educación Física y los proyectos de su presidente, la construcción del primer Field
Oficial en el Gran Parque Central y la realización de la 1ª Copa América. Finalmente se
intentan extraer algunas consecuencias para la cultura deportiva y la organización
posterior del deporte uruguayo.
Palabras clave: José Batlle y Ordóñez, Comisión Nacional de Educación Física, fútbol,
I Copa América
Abstract
In this work we try to trace, from the figure of the greatest political leader of the first
half of the 20th century, José Batlle y Ordóñez, the origin of the state organization of
Physical Culture in Uruguay and its initial development, until the organization of the I
America Cup held in Montevideo in 1917. It transits from his childhood, going through
his first trip to Paris and his predilection for running races, to the formation of a
gymnastics club, fencing and shooting on his return and his tournament project athletic
with prizes in money. It refers to the formation of the National Commission of Physical
Education and the projects of its president, the construction of the first Official Field in
the Great Central Park and the realization of the 1st America Cup. Finally, they try to
extract some consequences that it had for the sport culture and the later organization of
the sport.
Keywords: José Batlle y Ordóñez, National Commission of Physical Education,
football, I America Cup
Introducción
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Ese proceso fue decisivo en el desarrollo posterior del deporte uruguayo, al determinar
una serie de socializaciones y lugares comunes que conformaron el centro de la cultura
deportiva de Uruguay y que – en gran parte - persisten en la actualidad.
Toda esta trayectoria tomará como eje la peripecia personal de uno de sus protagonistas
principales, José Batlle y Ordóñez, partiendo de la época de su niñez y juventud y
prolongándose hasta su adultez mayor, en el momento de su mayor influencia política
en la historia del país.
El joven Batlle
José Batlle y Ordóñez realizó su educación primaria con el maestro Mariano Pereyra
Núñez. Éste concurría a dar sus clases particulares a la casona familiar de los Batlle en
la Aguada. Para seguir con sus estudios, el joven Batlle concurrió al Seminario Inglés
de Mr. Beard1. Es posible que en este establecimiento, muy en consonancia con las
orientaciones británicas de entonces, practicara algunas habilidades atléticas como la
carrera y otras, ya que el fútbol como tal, recién se comenzaría a jugar en estas tierras
en el entorno del año 18752. En ese entonces, Batlle tenía ya diecinueve años y poco
después partiría para su primera estancia en Paris.
Hubo una evidente predilección del José adolescente por las carreras a pie. Testimonio
de ello es la invocación que hace su padre Lorenzo muchos años después y a los que le
asigna consecuencias nefastas para su salud. En la carta que le remite a Paris con fecha
21 de marzo de 1880, le dice:
Según este testimonio, José - que tendría entre 10 y 14 años - le jugaba carreras al
carruaje que traía a su padre, el entonces Presidente Cnel. Lorenzo Batlle y al resto de la
familia, desde el Teatro Solís (junto a la Plaza Independencia) hasta su casa, en la
intersección de la calles Yaguarón y Lima. Era una carrera de unos dos mil quinientos
metros, la mayoría cuesta arriba.
1
Ardao, Arturo. Batlle y Ordóñez y el positivismo filosófico. Montevideo, Ed. Número, 1951, Pág. 59
2
Luzuriaga, Juan C. El football del novecientos. Orígenes y desarrollo del fútbol en el Uruguay (1875 –
1915), Montevideo, Ed. Taurus – Fundación Itaú, 2009, Pág.54
3
Se refiere a Ramón López Lomba, amigo íntimo de Batlle. Nacido en 1855, fue fundador del Club
Católico, pasándose a su oponente, el Ateneo de Montevideo. Se doctoró en Derecho y Ciencia Sociales
en la Universidad, fue funcionario de jerarquía del Ministerio de Fomento en 1883, Director General de
Estadísticas de 1903 a 1912, Cónsul en Francia desde 1912, escritor y periodista. (Anuario Diplomático y
Consular de la República Oriental del Uruguay. Ed. Ministerio de Relaciones Exteriores, Montevideo.
1917, Pág.211)
4
Cantera, Marcos. Lorenzo. El mundo íntimo del primer Batlle presidente. Ed. Fin de Siglo –Búsqueda.
Montevideo. 2012. Pág. 170
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En su primer viaje a Paris, donde permaneció por un año (en 1879 y 1880) con el
pretexto incumplido de completar sus estudios de abogacía y realizar un periplo por el
norte de África, Batlle dedicó su tiempo a otras cuatro actividades.
La primera fueron sus largas caminatas por avenidas y calles de Paris que alternó con la
visita a museos, galerías y teatros. Junto a ello, la asistencia más o menos regular a las
clases del Colegio de Francia donde terminó de forjar su ideología.5
Su tercera actividad era la de concurrir al gimnasio tres veces por semana, de tarde,
donde hacía gimnasia, esgrima y tiro. En una de sus cartas, le cuenta a su padre que “El
gimnasio me ha valido más que una botica entera. Tengo alto el pecho, ancha las
espaldas y los brazos mucho más nervados que cuando salí de Montevideo. Tengo la
esperanza de curarme completamente de mis dolores neurálgicos”6.
En otra posterior, reafirma esos conceptos con entusiasmo: “(…) el haber suspendido
los ejercicios gimnásticos, creo que son causa de mi estado actual. Pienso que he
encontrado en el gimnasio la panacea universal para todos mis males (…)” 7
Sobre su práctica y destreza en la esgrima, Batlle también escribe:
5
Cantera, Marcos. Lorenzo. El mundo íntimo del primer Batlle presidente, Pág. 136
6 7
Cantera, Marcos. Lorenzo. El mundo íntimo del primer Batlle presidente, Pág. 82
8
Cantera, Marcos. Lorenzo. El mundo íntimo del primer Batlle presidente, Pág. 83
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En Francia, las carreras a pie con premios en dinero se habían consolidado a partir de
1853. Luego de 1865 se convirtieron en uno de los pasatiempos más populares de Paris,
cuando además se comenzó a apostar por sus resultados. Las competencias se realizaban
inicialmente en el Hipódromo de Longchamps, en los bosques de Boulogne.9
Batlle - según surge claramente de la cita anterior (“apostaban a correr en las calles de
Paris”) - compitió en ellas con su amigo Ramón López Lomba, ganándole y apostando
por sus resultados. Estas experiencias tendrán fuertes consecuencias posteriores.
Cuando retornó a Montevideo a principios de 1880, Batlle fundó junto a otros jóvenes
universitarios asiduos concurrentes al Ateneo de Montevideo (Claudio Williman, Juan
Smith, Prudencio Vázquez y Vega, José Bustos, Germán Bocage, etc.), el Club Victoria,
Sociedad de Tiro y Gimnasio de Montevideo. Fue también conocido por “Gimnasio y
Tiro Nacional”, donde se practicó por largo tiempo gimnasia, esgrima, tiro y atletismo.
Incorporaron a tal fin al Prof. Paul Lebet, (suizo, luego fundador del L’Avenir) experto
en gimnasia, al maestro de esgrima español Mariano Sabat10 y luego al maestro
Peregrín Rivas.
Era un secreto a voces que allí se conspiraba contra el gobierno de Santos. Finamente
las aspiraciones de este grupo se concretaron en la Revolución del Quebracho (30 y 31
de marzo de 1886) donde varios de los socios del Club ejercieron funciones
importantes en las jefaturas de los distintos destacamentos (Batlle, Juan A. Smith,
Claudio Williman, etc.). El fracaso fue total y la mayoría de los participantes cayeron
presos, aunque fueron liberados prontamente.
En 1883 Batlle, que ejercía la presidencia del Club, había presentado a su Directiva un
primer proyecto de “Juegos Atléticos Anuales”.
Así lo atestigua la historiadora Alba Cassina de Nogara:
9
Diem, Carl. Historia de los deportes. Vol II. Ed. Luis de Caralt. Barcelona. 1965, Pág. 210
10
Buzzetti, José – Gutierrez Cortinas, Eduardo. Historia del deporte en el Uruguay (1830 – 1900). Ed. de
autor. Montevideo. 1965, Pág. 50
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Según rescata Luzuriaga, Batlle era asiduo asistente a los partidos del Álbion a fines del
siglo XIX. Su fundador Henry C, Lichetemberger así lo asegura en las páginas de la
revista Mundo Uruguayo del 19 de junio de 1924.13
Un primer gesto sobre el deporte, fue tomado en agosto de 1904, cuando finalizando la
revolución que desatara Aparicio Saravia y a instancias de su colaborador Dr. Pedro
Manini Ríos - fundador de Club Nacional de Fútbol - Batlle concedió las amnistías y los
salvoconductos correspondientes a los futbolistas albos Amilcar, Carlos y Bolivar
Céspedes y a Guardenolo Pigni, exiliados en Buenos Aires, así como también a Gonzalo
Rincón, escondido en el interior del país, todos para evitar la leva. Esto le permitiría
ganar a Nacional, poco días después, la final del Campeonato Uruguayo del año anterior
frente al CURC por un tanteador de 3 - 2.15 16
El 7 de julio de 1906 Batlle, con la firma del Dr. Claudio Williman (Ministro de
Gobierno), remitió al Parlamento un proyecto de ley proponiendo la creación de “los
Juegos Atléticos Anuales a que son llamados todos los habitantes del país, no
profesionales”, seguramente inspirados en aquellas carreras en que había participado en
Paris y en el posterior proyecto presentado a su club. Se proponía destinar “la cantidad
de cincuenta mil pesos ($ 50.000) para la institución de premios a los vencedores en
dichos juegos y para gastos del concurso”
11
Cassina, Alba. “Cronología de don Pepe Batlle. Un espíritu nuevo”.http://
donpepebatlle.com/cronologia/espiritu_nuevo.htm#1882. Acceso: 2 de marzo de 2002
12
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 24 de abril de 1915
13
Luzuriaga, Juan C. El football del novecientos. Orígenes y desarrollo del fútbol en el Uruguay (1875 –
1915). Pág. 255
14
Acevedo, Eduardo. Anales Históricos del Uruguay. Tomo V.. Montevideo. Ed. Biblioteca Nacional.
1934. Pág.259
15
Luzuriaga, Juan C. El football del novecientos. Orígenes y desarrollo del fútbol en el Uruguay (1875 –
1915). Pág. 85
16
Laborido, Gastón. Diarios, fútbol y guerra civil en el Uruguay de la primera década del siglo XX. En
A romper la red. Miradas sobre el fútbol, cultura y sociedad. Biblioteca Nacional. 2014. Pág.187.
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Fue idea del diputado oficialista Dr. Antonio Cabral (luego ministro de Instrucción
Pública e Industria del gobierno de Williman) en la Comisión de Fomento de la Cámara.
Según el propio Cabral, se había inspirado en la legislación argentina contemporánea.
Luego de una importante discusión en Sala, se aprobó en el plenario de la Cámara de
Representantes el 1 de diciembre de 1906 y en la de Senadores, el 2 de julio de 1909,
volviendo nuevamente a la Cámara de Diputados para su dilucidación parlamentaria.17
El 1º de marzo de 1911 asumía por segunda vez José Batlle y Ordóñez la Presidencia de
la República, con la abstención del Partido Nacional, que no concurrió a las urnas para
mostrar su rechazo a este segundo período de gobierno del líder colorado.
Cuando hubo que elegir a los integrantes honorarios de la corporación, Batlle resolvió
encabezarla con su compañero de Club y aliado, el mencionado político blanco Juan A.
Smith, ya integrante del Directorio del Banco de la República (BROU).
También la conformaban Héctor R. Gómez, Presidente de la Liga Uruguaya de Football
(luego Asociación Uruguaya de Football), Pedro Towers, ex vicepresidente de la Liga,
primer presidente de la Asociación Cristiana de Jóvenes y figura importante de la
masonería, condición que compartía con otro miembro, el Dr. Alfredo Vidal y Fuentes,
Presidente del Consejo Nacional de Higiene. Los acompañaban otros miembros “ex-
oficio”, es decir aquellos que la integraban por los cargos detentados. Es el caso del
Rector de la Universidad, del Inspector Nacional de Instrucción Primaria y del Director
de la Escuela Militar. Asimismo engrosaron ese Directorio varios dirigentes de distintas
instituciones deportivas del momento.
17
Sesiones referidas al tratamiento del Proyecto de Ley en las cámaras de Diputados y Senadores. Revista
Uruguay Sport Nº 1. Ed. Comisión Nacional de Educación Física. Montevideo, 1918 Pág 58.
88
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Juan A. Smith y Pedro C. Towers, había sido a su vez, compañeros de Batlle en sus
estudios secundarios en el «Seminario Inglés», y ambos primeros atletas y jugadores de
fútbol de nuestro país, en el Montevideo Cricket en su campo de deportes de La
Blanqueada, en 1878.
Juan A. Smith al ser designado presidente del nuevo organismo y encontrarse con la
responsabilidad de planificar su tarea, la dirigió hacia tres áreas o “núcleos”
fundamentales.
Comprendía en su “arena”, dos “fields” para el “football”, junto a las pistas “hípica,
podística, ciclista y de patinaje”.20
Sin embargo, Batlle no lo apoyó, pues su amigo y correligionario Haroldo Capurro lo
había convencido de que Punta Carreta debía ser destinada al golf. Su argumento
principal radicaba en que la sabiduría de los ingleses para elegir ese terreno público
para tal deporte, eximía de todo otra discusión. No en vano, Haroldo Capurro sería
elegido primer presidente del Club de Golf del Uruguay que ocuparían (y ocupa aún)
esos terrenos públicos de Punta Carretas, los más valiosos de la Ciudad de Montevideo.
18
Smith, Juan A. “Plazas Vecinales de Cultura Física” Ed. Comisión Nacional de Educación Física.
1913. Montevideo
19
Smith, Juan A. “Stadium Nacional de Montevideo. Moderno concepto de los Juegos Olímpicos. Los
Stadia antiguos y modernos” Ed. Comisión Nacional de Educación Física. 1913. Montevideo.
20
Smith, Juan A. “Stadium Nacional de Montevideo. Moderno concepto de los Juegos Olímpicos. Los
Stadia antiguos y modernos”. Pág. 23
89
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Esta situación comenzó a resolverse cuando en mayo de 1914, Batlle y Brum hicieron
ingresar sucesivamente a la Comisión personas de su confianza política. Ellos fueron el
Dr. Francisco Ghigliani, el Dr. Atilio Narancio, el Dr. Alberto Galeano, el Dr. César
Miranda y el Arq. José M. Aubriot (el otro coautor del proyecto de la Sede Central de la
Universidad e intendente interino de Montevideo). Luego incorporará también al Dr.
José Ma. Delgado (blanco independiente), dirigente reconocido del Club Nacional de
Fútbol.
El Dr. Ghigliani – que pasó a liderar el grupo - propuso inmediatamente de ingresar, una
nueva forma de gobierno “colegiado” para la Comisión Nacional de Educación Física,
muy en consonancia con los lineamientos de Batlle para el gobierno nacional. Lo hizo a
través de un proyecto de nuevo reglamento de la Comisión Nacional de Educación
Física. Lo fundamentó “(...) abundando en consideraciones de orden social sobre las
ventajas de transforman nuestro Instituto en un cuerpo colegiado”.22 Este nuevo sistema
impuesto - en total coincidencia con la propuesta del momento de Batlle - consistía en
que la presidencia y la vicepresidencia del Organismo debían cambiar cada mes. Esto y
los constantes enfrentamientos de Ghigliani con Smith, provocaron que éste dejase de
asistir y posteriormente renunciase, siendo sustituido por el hijo de Batlle, César Batlle
Pacheco.
Otra de las iniciativas de Ghigliani fue la de la organizar “(…) ligas de los deportes bajo
la superintendencia de la Comisión Nacional de Educación Física”.23 Es decir, una
cierta forma de estatizar el deporte.
21
De acuerdo al art. 2º de la Ley de Creación de la Comisión Nacional de Educación Física, cuando a
dos años de su primera integración, se debió renovar sus autoridades.
22
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 8 de junio de 1914
23
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 30 de junio de 1914. El texto del reglamento
aprobado de la propia Comisión Nacional de Educación Física indica en su artículo 1º que “La Comisión
Nacional de Educación Física (...) es la autoridad oficial superior en el País, de todo cuanto se relaciones
con la educación, cultura o deportes físicos y ejercerá vigilancia sobre los centros o sociedades de
ejercicios físicos que se coloquen bajo su superintendencia”
90
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Una de las tareas que asumió la Federación Deportiva Uruguaya fue, justamente, la de
impulsar la creación de “uniones” en los restantes deportes. Desde marzo de 1915 con
las primeras formadas de básquetbol y voleibol, hasta las últimas como la de natación,
automovilismo y atletismo en 1918, se fueron creando progresivamente y a su impulso,
las de gimnasia, lucha, hipismo (ecuestre), tenis, tiro, aviación, box y motociclismo.
Estas disposiciones hicieron que, en los hechos, se aprobaran previamente los fixtures y
calendarios26, se entregaran apoyos económicos para las actividades, para locomoción y
24
Gilles, Mireille – Gomensoro, Arnaldo. “Jess T. Hopkins. Cien años de la introducción de básquetbol y
del voleibol en Uruguay”. Ed. A. C. J. - IMPO. Montevideo. 2012. Pág. 34
25
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 30 de enero de 1915
26
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 5 de diciembre de 1916
91
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Batlle transmitió el mando al Dr. Feliciano Viera el 1º de marzo de 1915. Cuatro meses
y siete días después, se nombraron a los nuevos miembros de la Comisión Nacional de
Educación Física para su tercer directorio, con vigencia por los dos sucesivos años. La
mayoría de los nombrados ya eran integrantes del organismo, con una diferencia: a
César Batlle Pacheco lo sucedería su padre, el último Presidente de la República, José
Batlle y Ordóñez.29
Una de las posibles hipótesis – que habría que probar – es que Batlle, convencido de las
bondades del “colegiado”30 haya querido practicar en la Comisión Nacional de
Educación Física un ensayo del sistema, como una especie de “modelo” y por ello la
integró, participando en la mayoría de sus sesiones semanales, comprometiéndose con
sus accionar y siendo su activo protagonista hasta fines de 1919, es decir, por cuatro
años.
27
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 27 de junio y del 25 de julio de 1916
28
En la resolución de la Comisión Nacional de Educación Física del 1º de agosto de 1918 se
argumentaba que “(…) existen dos tendencias antagónicas para regir la unión de sociedades sportivas,
siendo el principal fundamento de una de ellas, la libertad absoluta para regirse por sí misma en todos los
casos, y en la otra, la existencia de una autoridad superior para regir todos los deportes (…) para el
mayor y más rápido progreso de cada deporte, conviene el régimen de autonomía porque da mayor
libertad de acción a los dirigentes de cada deporte (…), regula las decisiones sólo y exclusivo interés de
cada deporte (…) los deportes que tienen vida propia asegurada por su misma importancia y prosperidad,
no pueden admitir otra autoridad sportiva por encima de la suya para regir sus destinos” Y a continuación
se resolvió “Clausúrese la Federación Deportiva Uruguaya”
29
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 8 de julio de 1915
30
Vanger, Milton. “El país modelo. José Batlle y Ordóñez 1907 – 1915” Ed. Arca – Ediciones de la
Banda Oriental. Montevideo.1991, Pág. 172.
92
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La Comisión Nacional de Educación Física, que tenía como presidente de turno en ese
mes a Batlle y como vicepresidente al Arq. Juan Aubriot, felicitó a los campeones. Y
como reconocimiento, resolvió entregar a la Asociación Uruguaya de Football un
cuadro con la fotografía del equipo campeón.31
Se llegó inclusive a autorizar el comienzo de las obras de la “pista chica” aunque aún no
se tenía el terreno municipal correspondiente ni el imprescindible aporte municipal.
Estas dos últimas tareas, luego de fracasar Aubriot en ellas, se le encomendaron al Dr.
Ghigliani.33
31
“Resolución 2429: Asociación Uruguaya de Fútbol: Se dispuso donar un cuadro a ese Instituto con la
fotografía de los jugadores que tomaron parte en el team ganador del Campeonato Sud-Americano
realizado en Buenos Aires con motivo del Centenario Argentino” Sesión del 25 de julio de 1916.
32
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 8 de julio de 1916.
33
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 3 de octubre de 1916
34
El Dr. Héctor Rivadavia Gómez fue dirigente de Wanderers y Presidente de la Liga Uruguaya de
Fútbol desde 1907 a 1912, diputado por el Partido Colorado en varias oportunidades y miembro de la
Comisión Nacional de Educación Física desde 1911 a 1913, creador de la Confederación Sudamericana
de Fútbol y su primer presidente.
35
Roberto Mibelli fue fundador del primer River Plate, su dirigente y delegado ante la Liga Uruguaya de
Fútbol (luego Asociación). Hermano de Celestino, también fundador y dirigente de ese club. Éste fue uno
de los primeros periodistas deportivo que tuvo el país, haciéndolo desde las páginas del diario El Día, de
donde fue despedido ante su reclamo por una sanción. Simultáneamente fue Secretario General de Partido
Socialista e integrante por ese agrupamiento - junto al Dr. Emilio Frugoni - de la Asamblea Constituyente
de 1916. Entabló una importante polémica sobre diferentes temas políticos con Batlle. Fue desde 1916 y
hasta 1956 Gerente de la Asociación Uruguaya de Fútbol y de la correspondiente Confederación
93
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Como la Comisión no tenía fondos para solventar el gasto, en enero se elevó al Ministro
de Instrucción Pública Dr. Rodolfo Mezzera (del cual dependía la Comisión Nacional
de Educación Física) el pedido de autorización para solicitar un préstamo bancario de
cincuenta mil pesos para la construcción de la cancha requerida por la Asociación
Uruguaya de Football y proyectada por el Organismo. El Ministerio inmediatamente
contestó que se necesita para tal fin, una ley aprobada por el Parlamento. 36 Téngase en
cuenta que ese monto era muy importante para la época y sumaba exactamente lo
mismo que el dinero que el Presupuesto Nacional (establecido por su Ley de Creación)
destinaba anualmente a la propia Comisión Nacional de Educación Física.
El 13 de abril se aprobó la ley que autorizaba el préstamo de cincuenta mil pesos para la
construcción del Stadium. Un decreto del 9 de junio reglamentaría dicha norma, siendo
la entidad elegida el Banco Italiano.38
En ese mes de abril se había comenzado con el movimiento de tierras y a fines del
mismo se esperaba culminar esa tarea, así como también la confección de los “planos
Sudamericana, siendo considerado el más reputado experto en temas reglamentarios. También fue
diputado por el Partido Comunista, siendo recordado entre otras cosas, por concurrir a las sesiones del
Parlamento vestido de overol, queriendo demostrar así ser un genuino representante de la clase obrera.
36
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 24 de enero de 1917
37
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 23 de marzo de 1917
38
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 13 de junio de 1917
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Luego del Campeonato y a partir de enero de 1918 el periódico será sustituido por una
revista mensual informativa, donde se incluirían las actas de la Comisión Nacional de
Educación Física y sus resoluciones, resultados de diferentes eventos, partidos y torneos
de las distintas “uniones” así como los realizados en las plazas de deportes, los
balancetes mensuales del Organismo, material de estudio para los maestros de
Educación Física, estatutos de las federaciones deportivas y en ocasiones, resúmenes de
las actas de sus reuniones, entre otras noticias referidas al deporte y a la actividad física.
Se extenderá hasta julio de 1926, en que cesó de editarse.42
A partir del 23 de ese mes, la Comisión Nacional de Educación Física pasó a reunirse
extraordinariamente todos los miércoles para tratar exclusivamente “asuntos relativos al
Stadium”, manteniéndose las sesiones ordinarias de los días viernes, aunque en éstas se
trataría igualmente estos asuntos.45
39
El movimiento de tierras fue realizado por cuadrillas de obreros de la Intendencia, que fue la única
contribución de la misma a la construcción del Estadio (Informe del Ing. Acosta en la sesión del 16 de
mayo de 1917)
40
Jess Hopkins había regresado a fines de 1916 al Springfield Colege de la YMCA para finalizar sus
estudios, siendo sustituido en la tarea en forma honoraria por el Dr. Ghigliani, función que desarrolló
hasta 1920 en que fue sustituido por otro egresado de esa institución, el uruguayo Julio J. Rodríguez.
41
Sesiones de la Comisión Nacional de Educación Física del 25 y 27 de abril de 1917
42
Revista Uruguay Sport (del N° 1 al N° 96) Años 1918 - 1926
43
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 16 de mayo de 1917
44
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 19 de setiembre de 1917
45
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 23 de mayo de 1917
95
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El 9 de ese mes se abren las propuestas para la compra de la madera necesaria para la
construcción de la Tribuna Principal y Palco Oficial eligiéndose a la Barraca Central de
Francisco Matto, ubicada en la Av. 18 de Julio esquina Magallanes. La madera
adquirida consistía en tablones de pino brasil con la tirantería de pino tea. El costo de
este material totalizó los treinta y un mil pesos, es decir mas del 60 % del dinero
disponible.46
En julio se compraron 2.000 sillas plegables para el Palco Oficial y la Tribuna Principal,
se contrató con el Banco de Seguros un seguro contra incendios y se gestionó ante el
Cuartel de Bomberos la presencia de efectivos de guardia, en prevención a este tipo de
siniestro, haciéndose cargo de este último gasto la Jefatura de Policía de Montevideo.47
Luego de un intento de cubrir con lonas de la Armada la Tribuna Principal - lo que fue
rápidamente desechado - a principios de agosto se adquirió por llamado a precios, la
madera para la construcción de un techo para ese sector. En este caso el proveedor
seleccionado fue la Barraca de Juan Pons, ubicada en la calle Vilardebó esquina
Zapicán, en el límite de los barrios Reducto y Bella Vista. Se resolvió asimismo donarle
a la Confederación Sudamericana de Fútbol (con autorización del Ministerio de
Instrucción Pública) las medallas para los ganadores del torneo.
La fecha inicial para la inauguración fijada en el feriado del 25 de agosto no pudo ser
cumplida y fue postergada para el mes de setiembre. El Campeonato se inauguraría
recién el 30 de setiembre y duraría dos semanas.
46
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física A del 1° de agosto de 1917
47
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 17 de julio de 1917
48
Sesiones de la Comisión Nacional de Educación Física del 8 y del 22 de agosto de 1917
49
Sesiones de la Comisión Nacional de Educación Física del 11 y 24 de agosto de 1917
96
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Entre los elementos que también se construyeron, figuraron una importante cantidad de
postes de hormigón que sirvieron – unidos por tirantes – para contener al público de las
tribunas, especialmente de los dos taludes detrás de los arcos. Dos de esos postes se
50
El convenio establecía que luego de “deducidos los gastos” y la conformación de un “fondo de cuatro
mil pesos, el producido se ponga a disposición de la Comisión Nacional de Educación Física a efectos de
que ésta compense las pérdidas que puedan producir las instalaciones provisorias. Si cubiertas aquellas
hubiere algún excedente, él volverá a los fondos de la Asociación” (Sesión de la Comisión Nacional de
Educación Física del 12 de setiembre de 1917)
97
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Es de destacar que José Batlle y Ordóñez fue un activo participante de este proceso,
asistiendo a más del 60% de las sesiones de la Comisión Nacional de Educación Física
implementando la construcción del Field Oficial. A pesar de que el momento era
políticamente muy agitado, en la medida que se estaba en plena discusión, negociación
y campaña entorno a la Reforma de la Constitución. Su aprobación por plebiscito se
realizó poco después, el 25 de noviembre de 1917. Durante el mes de setiembre de
1917, la presidencia rotativa del organismo estuvo a cargo de Batlle, que la ejerció a
plenitud.
El Campeonato Sudamericano
51
Sesión de la Comisión Nacional de Educación Física del 3 de octubre de 1917
52
Ríos, Carlos. Historia de los Campeonatos Sudamericanos de Football. Montevideo. Ed. de autor.
1944. Pág. 29 - 32
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Luego de terminado el torneo, el Field Oficial tuvo diferentes usos, pero el principal fue
el de permitir la realización de los partidos oficiales y amistosos de fútbol, tanto de la
Asociación Uruguaya de Football como de otras entidades como la Liga Universitaria
de Football. También albergó a espectáculos de teatro y conciertos musicales
53
Longo, Ariel. Campeones. Tanta gloria olvidada. Montevideo. Ed. de autor. 2012 Pág. 60
54
Prats, Luis. La crónica celeste. Montevideo. Ed. Búsqueda – Fin de Siglo, 2000. Pág. 44
99
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principio, el Proyecto del cual se dio lectura, sin perjuicio de estudiar cualquier
otra fórmula que se presente y siempre que la Asociación Uruguaya de Football
no pueda construirlo por su propia cuenta, disponiéndose se pase nota en tal
sentido y a sus efectos a la Asociación Uruguaya de Football con trascripción del
Proyecto de Convenio.
Si bien la “demolición” a que hace referencia la resolución, recién se llevó a cabo dos
años después, en ese Proyecto (que se terminó de acordar en 1920) y en la segunda parte
de la resolución, está la base de la construcción en 1930, del Estadio Centenario de
Montevideo.
55
Piñeyrúa, Darwin. Evolución Histórica y estructura actual de la Confederación Atlética de Uruguay.
Tesis de grado en la Escuela Alemana de Deportes de Colonia. Montevideo. S/e. 1989. Pág.32
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consecuencias para el desarrollo posterior del deporte, algunas de las cuales, con
variaciones, se mantienen hasta el presente. Sobre todo, teniendo en cuenta que incidió
fuertemente en el período que se ha denominado de “fundacional”, con todas las
implicancias que ello supone.56
Una segunda tuvo que ver con el rendimiento deportivo de nuestros equipos y
deportistas con relación a la región. Una de las responsabilidades de la existencia de las
federaciones creadas a impulso del Estado a través de Federación Deportiva Uruguaya,
fue que cada deporte debía organizar anualmente sus campeonatos nacionales. Esta
exigencia obligaba a una competición sistemática, cuyo resultado directo fue la
elevación sensible de la calidad de los rendimientos en esas disciplinas. Y que reforzó la
idea – también en el deporte – de que se estaba en un país excepcional. El resto de los
países del sub continente tuvieron sus organizaciones federativas bastante
posteriormente.58
Estas formas de hegemonía sobre el deporte tendrían en su base una especie de relación
simbiótica entre el Batllismo y el deporte59. La presencia de Batlle y de sus principales
colaboradores en este proceso así lo probaría. Caetano matiza este concepto y lo
plantea como “relación compleja”.60
Pero lo que sí aparece como válido es que hay una serie de verdades que se presentan
como incuestionables y que aparecen tanto en la práctica política del Batllismo como en
el deporte. Esas verdades se consolidan a través del mecanismo de los “lugares
56
Gomensoro, Arnaldo. “Historia del Deporte, la Educación Física y la Recreación en Uruguay.
Crónicas y Relatos”. Montevideo. Ed. Instituto Universitario A. C. J. 2015. Pág.
57
Rodríguez de Vecchi, Raúl. “Facultades de la Comisión Nacional de Educación Física en materia
deportiva” en Anales de Educación Física. Tomo V. Nº 2 Ed. Comisión Nacional de Educación Física.
Montevideo. 1961 Pág. 5 - 16
58
En el caso de básquetbol, la iniciativa de la “unión” uruguaya de formar una confederación
sudamericana, en ocasión de los “Juegos Olímpicos Latinoamericanos” realizados en Río en setiembre de
1922 (para conmemorar el centenario del Grito de Ipiranga), sólo contó con el apoyo de Argentina, pues
ningún otro país tenía ese deporte organizado. Hubo que esperar hasta 1930 cuando se pudo finamente
fundar la Confederación Sudamericana en Montevideo y realizar el correspondiente Primer Campeonato
Sudamericano de Básquetbol con la participación de Uruguay, Chile, Argentina y Brasil.
59
Morales, Andrés. Batllismo y Fútbol. www.efdeportes.com/efd62/batlle.htm Acceso: 10 de setiembre
de 2004.
60
Alfaro, Hugo - Caetano, Gerardo et al. Escrito en el césped. Montevideo. Ediciones de la Banda
Oriental. 1998 Pág. 9.
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comunes” y/o del “sentido común deportivo”, en la acepción que le da Álvaro Rico,
cuando indica que
El sentido común definido como el ‘más común de los sentidos’ nos explica la
complejidad social a través de ‘lugares comunes’ que provee seguridades,
asentando así las razones de la obediencia ciudadana en fórmulas triviales
compartidas por todos, opiniones inofensivas y creencias no problematizadas.61
Así lo sostiene Demassi, cuando afirma que “De hecho, es a partir de Batlle y Ordóñez
que se admite el cumplimiento necesario de determinadas funciones por parte del
Estado, incluso de aquellas que antes parecían ser puramente contingentes o
completamente ajenas.”62
El diario El Día, vocero oficial del Batllismo, lo afirma claramente: “(...) ningún país
Sud Americano está actualmente en condiciones de obtener un progreso sportivo
general sin una fuerte ayuda del Estado, una ayuda mucho mayor aún que la que la
otorgada en el Uruguay, que hoy es ya insuficiente”63
61
Rico, Álvaro. Cómo nos domina la clase gobernante. Montevideo. Trilce.2005. Pág. 85
62
Demassi, Carlos. La relación batllismo – Estado: un concepto problemático. Fundación Vivián Trías
Cuaderno N°25 www.fundacionviviantrias.org/drupal/default/files/cuaderno-25.pdf. Pag. 6. Acceso: 2 de
setiembre de 2008
63
Diario El Día. 19 de enero de 1918. Citado por Carina Blixen. Isabelino Gradin. Testimonio de una
vida. Montevideo. Ed. Del Caballo Perdido. 2000. Pág. 79
64
Blixen, Carina. Isabelino Gradin. Testimonio de una vida. Pag. 29
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Otro de las socializaciones aceptadas tiene que ver con el espontaneísmo y un accionar
de claras características artesanales. En este sentido, se privilegia la habilidad personal
del dirigente político, con su capacidad de improvisación y astucia (“viveza criolla” u
“olfato”) frente a estrategias que jerarquice la planificación y organización (con la
necesaria fijación de objetivos claros a mediano y largo plazo, la detenida y racional
organización, su ejecución y la evaluación consiguiente, etc.) Esto lleva a la búsqueda
de atajos a través de personajes providenciales que proveen soluciones salvadoras a los
problemas sistémicos y coloca en los primeros lugares de la dirigencia deportiva a
personas que cultivan el llamado popularmente “talenteo”, como sinónimo de
intervención salvadora sin fundamentos ni conocimiento de causa.
Es interesante observar que, cuando se pretendía resolver algún asunto de forma rápida,
improvisada, por recomendación política, para salir del paso, sin exigencia, “para tapar
el ojo”, en vastos sectores de la administración pública se requería hacerlo “a lo
batllista”, salteándose a otros expedientes o beneficiarios que tenían prelación. A estos
efectos, lo común era que el “recomendado” se presentara con una “tarjeta” de algún
político relevante.
Esta forma improvisada de actuar se hizo bien evidente posteriormente cuando para
Maracaná, la desorganización fue total, haciendo que el arquero Roque Máspoli
afirmara que “Marchamos a la criolla, dejando todo para último momento, a la buena
suerte, a que rueden bien las cosa” y que el delantero Oscar Miguez pidiera “Que todo
se arregle de antemano y sin el apuro que luego malogra todas las esperanzas, al tenerse
que trabajar apresuradamente y sin un plan preconcebido”.70
El periodista Diego Lucero describía “el acomodo” del deportista de esta manera: “Así
era el fútbol de entonces ¿Dólares? No. Laburo, que se consideraba como premio y
paga. El mejor premio y la mejor paga”72
70
Garrido, Atilio. Maracaná. La historia secreta. Montevideo. Ed. del autor. 2013. Pág. 240
71
Luzuriaga, Juan C. El football del novecientos. Orígenes y desarrollo del fútbol en el Uruguay (1875 –
1915). Pág. 155
72
Lucero, Diego. Estrellas deportivas N° 87. Montevideo Ed. El Diario 1979. Pág. 2
73
Luzuriaga, Juan C. El football del novecientos. Orígenes y desarrollo del fútbol en el Uruguay (1875 –
1915). Pág. 165
104
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Conclusiones
Bibliografía:
Acevedo, Eduardo Anales Históricos del Uruguay. Tomo V. v Ed. Biblioteca Nacional.
1934
Ardao, Arturo. Batlle y Ordóñez y el positivismo filosófico. Montevideo Ed. Número.
1951
Balbis, Jorge et al. El primer batllismo. Cinco enfoques polémicos. Montevideo Claeh –
Ediciones de la Banda Oriental.1985.
74
Suplemento Referi del diario El Observador de fecha 5 de octubre de 2017.
105
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Volumen XIII, Número 1, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 108 - 128)
Futebol e racismo
Um estudo da representação do negro no futebol de Rio de Janeiro (1919-1924)
Resumo
Nas três primeiras décadas do século XX, a cidade do Rio de Janeiro vivenciava um
período de crescimento e desenvolvimento da prática do futebol. Paradoxalmente, para uma
parte da significativa da população carioca a sua prática estava vedada em determinados
clubes e ligas. Os grandes clubes da elite carioca não aceitavam a presença do negro e
lançavam mão de medidas impeditivas para criar barreiras ao acesso das camadas populares
ao futebol em suas associações e para dificultar o crescimento de clubes mais humildes. O
futebol era uma arena para a manifestação do racismo e do preconceito social existente na
sociedade carioca. Todavia, os jogadores negros conseguiram ter acesso à prática
institucionalizada através de clubes menores, emergentes e suburbanos. Gradativamente os
jogadores negros foram conseguindo espaço na principal liga organizada elites cariocas.
Em 1923, pela primeira vez na história, uma equipe conquistou o campeonato da cidade
formada por jogadores negros e brancos pobres. As elites que administravam os grandes
clubes do Rio de Janeiro se revoltaram e ocorreu uma cisão no futebol da então capital
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Volumen XIII, Número 1, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 108 - 128)
Introdução
EM TORNO DO CONCURSO SUL-AMERICANO
Dentre os mais temíveis elementos do scratch uruguayo, no torneio sul-
americanos de foot-ball, destacou-se um notavel, o in-side left M. Gradin, do
Club Penarol, jogador negro, de estatura elevada e constituição robusta (...)
No Rio, o valor de Gradin seria fatalmente posto em duvida pelo simples facto de
se tratar de um homem de côr1.
1
Gazeta de Noticias, Rio de Janeiro, 17 de julho de 1916, p. 4.
2
MELO, Victor Andrade de, et al. Pesquisa histórica e história do esporte. Rio de Janeiro: 7 letras, 2014.
3
No contexto da sociedade brasileira e carioca do período estudado, entendemos que a “elite é compreendida
não somente como os que detinham o poder econômico, mas também e principalmente o poder de influenciar
culturalmente o desenvolvimento da sociedade. Nesse caso, as elites seriam constituídas tanto pelos
proprietários dos meios de produção quanto pelo que pode ser chamado de setores médios ou pequena
burguesia”. MELO, Victor Andrade de. Cidade Sportiva: primórdios do esporte no Rio de Janeiro. Rio de
Janeiro: Relume Dumará: FAPERJ, 2001a, p. 17.
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 108 - 128)
4
CHARTIER, Roger. “O mundo como representação”. Estudos Avançados, v.5, n.11, p. 173-191, 1991, p.
183.
5
MELO, Victor Andrade de, et al. Pesquisa histórica e história do esporte. Rio de Janeiro: 7 letras, 2014, p.
57.
6
CHARTIER, Roger. A História Cultural: entre práticas e representações. Tradução Maria Manuela
Galhardo. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 1990, p. 20.
7
BARROS, José D’ Assunção. “A Nova História Cultural – considerações sobre o seu universo conceitual e
seus diálogos com outros campos históricos”. Cadernos de História, v. 12. 16, 1o sem. 2011, p. 48.
8
No Brasil, a belle époque foi caracterizada pelo fortalecimento político da República, o crescimento
econômico e a expansão dos centros urbanos, especialmente o da capital, Rio de Janeiro. A sociedade carioca
mimetizava a sociedade parisiense e procurava vivenciar uma cultura predominante ligada à modernidade. O
período que vai do final do século XIX até as primeiras décadas do século XX foi marcado pelo
desenvolvimento de novas tecnologias que facilitaram a vida cotidiana de uma forma geral e da proliferação
de manifestações culturais e artísticas ligadas ao estilo de vida europeu. Paradoxalmente, as camadas
populares eram oprimidas, ficavam expostas às repressões da sociedade e do Estado, e suas manifestações
culturais eram policiadas, marginalizadas e reprimidas.
9
O Brasil vivenciou mais de três séculos de escravidão da mão de obra negra e foi o último país a abolir
oficialmente este tipo de escravidão na América. Fato este que ocorreu em 13 de maio de 1888, através da
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mudanças para o país. Com o advento da república buscou-se melhor inserir o Brasil no
cenário internacional, oferecendo ao mundo uma imagem de credibilidade do novo regime
que permitisse ao país absorver em maior quantidade o capital de investimentos externos.10
Nesse contexto, a cidade do Rio de Janeiro foi transformada no grande centro
cosmopolita da nação, que deveria tanto irradiar para o restante do país os ideais de
modernidade e progresso desejados pelas elites quanto servir de vitrine para o mundo ao
refletir a imagem do Brasil civilizado. Para tal, viu-se a necessidade de modernizar a capital
republicana e adequá-la aos padrões estéticos das grandes metrópoles europeias,
marcadamente inspiradas em Londres e Paris. Estratégia esta que só viria a ser melhor
concretizada com as reformas urbanas empreendidas no início do século XX.
No decorrer da Primeira República (1889-1930), o Rio de Janeiro exerceu papel
preponderante como capital cultural e centro das principais decisões políticas e
administrativas. A cidade possuía uma posição privilegiada na intermediação dos recursos
da economia cafeeira e na condição de centro político do país. Em decorrência disso, no
interior da sociedade carioca acumularam-se recursos advindos principalmente do comercio
e das finanças, mas, também de aplicações industriais que ao fim e ao cabo contribuíram
para o crescimento e fortalecimento da burguesia carioca. As velhas aristocracias que
viviam acostadas na estrutura imperial, usufruindo das vantagens e posições sociais
privilegiadas oriundas de títulos e condecorações monárquicas, foram gradativamente
perdendo forças e sendo suplantadas por novas elites que emergiam a reboque do
arcabouço jurídico republicano e estavam melhor alinhadas às relações capitalistas
europeias e norte-americanas11.
O compasso frenético com que se desenvolveram as mudanças políticas,
econômicas e sociais aceleraram o ritmo de vida da sociedade carioca em uma escala sem
precedentes. A cidade foi tomada pelo consumismo de itens e estilos de vida vindos da
modernidade europeia, que foram ressignificados para o contexto brasileiro. Novos hábitos
foram sendo adquiridos e dentre eles uma nova estética corporal começa a ganhar as ruas
cariocas. Um novo modelo de homem passa a ser gerado com o avanço da modernidade
sobre a cidade. Os médicos e arquitetos (“cientistas”) defendem valorização de um típico
físico condicionado aos novos padrões de higiene e saúde. Os outrora corpos masculinos
franzinos vão, paulatinamente, dando lugar aos tipos físicos mais fortes e musculosos, que
se tornaram mais amplamente aceitos a partir do século XX.
Nesse contexto, a prática esportiva adequava-se perfeitamente aos padrões de
modernidade que tomava a cidade. No final do século XIX e início do século XX, o remo
passou a ser visto como o esporte moderno, ligado ao urbano, prática de uma burguesia
ascendente. Por outro lado, o turfe, que havia se organizado anteriormente e sido pioneiro
promulgação da Lei Imperial n.º 3.353 (Lei Áurea), promovida pela então Princesa Isabel. A despeito desse
ato definitivo, a maioria dos negros já havia alcançado a liberdade por outros meios.
10
MELO, Victor Andrade de. “O mar e o remo no Rio de Janeiro do século XIX”. Estudos Históricos, Rio de
Janeiro, n.23, p. 41-60, 1999.
11
SEVCENKO, Nicolau. Literatura como missão: tensões sociais e criação cultural na Primeira República.
2a. Ed. São Paulo: Brasiliense, 1995.
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 108 - 128)
12
BOURDIEU, Pierre. Questões de sociologia. Rio de Janeiro: Marco Zero, 1983.
13
MELO, Victor Andrade de. Cidade Sportiva: primórdios do esporte no Rio de Janeiro. Rio de Janeiro:
Relume Dumará: FAPERJ, 2001a.
14
PAULILO, André Luiz; SILVA, José Cláudio Sooma. “Urbanismo e educação na cidade do Rio de Janeiro
dos anos 20: aproximações”. Revista de Educação Pública, Cuiabá, v. 21, n. 45, p. 127-143, 2012.
15
Nos censos realizados especificamente na cidade do Rio de Janeiro (1906) e no Brasil (1920) não constam
análises raciais. Após 1890, apenas em 1940 tornou-se a aferir a composição racial da população. Segundo o
censo de 1940, dos 1.764,141 milhões de habitantes da cidade do Rio de Janeiro, 504.956 mil eram negros e
pardos. Entre 1920-1940, a população da cidade do Rio de Janeiro aumentou em cerca de 606.268 mil
habitantes. Fonte: Recenseamento Geral do Brasil: 1º de Setembro de 1940. Vol. II. Serviço Gráfico do
Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística, 1950.
16
GOMES, Flávio; CUNHA, O. M. G. da (Orgs.). Quase-cidadão: histórias e antropologias da pós-
emancipação no Brasil. Rio de Janeiro: Editora FGV, 2007, p. 13.
17
GUIMARÃES, Antonio Sérgio Alfredo. Racismo e antirracismo no Brasil. 3a ed. 1a reimp. São Paulo:
Editora 34, 2012, p. 41.
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18
Por exemplo o Paysandu Cricket Club e o Rio Cricket Club, este último de Niterói.
19
Pelo menos desde 1891, com a criação da Argentine Association Football League, as elites argentinas
procuraram institucionalizar a prática do futebol.
20
As elites montevideanas procuraram legitimar uma liga que organizasse a prática do futebol na cidade.
Entretanto, para além da ideia de um futebol metropolitano, desde seu início tentaram (e acabaram por
conseguir) estabelecer para a sua associação um status de nacional. A The Uruguaya Association Football
League (League) foi fundada em 30 de março de 1900. No ano de 1905, passou-se a ser chamada de Liga
Uruguaya de Football (LUF). Em 1915, houve nova mudança de nome, para Asociación Uruguaya de
Football (AUF), que perdurou até a instalação do profissionalismo em 1932.
21
No presente estudo, compreendemos que “camadas populares”: [...] engloba gente de baixa condição social,
empregada ou não, que articula uma identidade a partir de experiências aparentemente díspares (mas
comuns), nem sempre nos moldes clássicos da política (partido, sindicatos etc), a partir das relações com as
camadas dominantes e da necessidade de resistir às suas imposições, por meio de uma formação cultural
própria; subalterna, mas de forma alguma inferior (MELO, Victor Andrade de. “Lazer e camadas populares:
reflexões a partir da obra de Edward Palmer Thompson. Movimento, Porto Alegre, v. 7, n. 14, p. 4-19, 2001b,
p. 11).
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de acesso restrito e de privilégio daqueles que dispunham de dinheiro para arcar com os
altos valores de joias e mensalidades.
Esses clubes lançavam mão de estatutos que materializavam a característica
excludente e a busca pela distinção social objetivada por seus membros. Da mesma forma,
as ligas organizadas por tais grupos refletiriam a forma de pensar dessas elites, cobrando
taxas altíssimas para as inscrições dos clubes, definindo multas igualmente caras para os
que descumprissem as regras predeterminadas. Assim, almejavam afastar clubes mais
pobres. Outrossim, possuíam padrões pré-definidos de jogadores que poderiam ser
inscritos, tentando afastar os membros das camadas populares22.
As camadas dominantes da sociedade carioca criaram ligas23 em que seus dirigentes
ditavam as regras e tentavam controlar ou mesmo expulsar as camadas populares da prática
do futebol nas suas associações. A Liga Metropolitana, depois a AMEA, era a principal
entidade que organizava o futebol comandado pelos clubes das elites cariocas. Entendemos
que os seguintes clubes eram os principais representantes das camadas dominantes da
cidade na prática do futebol: na primeira década do século XX, o America Football Club, o
Botafogo Football Club, o Fluminense Football Club, o Paysandu Cricket Club e o Rio
Cricket & Athletic Association; nas décadas de 10 e 20, o America Football Club, o
Botafogo Football Club, o Club de Regatas do Flamengo e o Fluminense Football Club.
Entretanto, compreendemos que, de certa forma, todos os clubes que disputavam os
campeonatos organizados pela Liga Metropolitana ou pela AMEA eram constituídos por
22
SANTOS, João Manuel Casquinha Malaia. O futebol na cidade do Rio de Janeiro: microcosmo dos
mecanismos de poder e exclusão no processo de urbanização das cidades brasileiras (1901-1933). In: XIX
Encontro Regional de História: Poder, Violência e Exclusão. ANPUH/SP – USP. São Paulo, 08 a 12 de
setembro de 2008.
23
A Liga Metropolitana de Foot-Ball (LMF) foi fundada em 1905, com o intuito de congregar clubes para a
disputa de um campeonato metropolitano anual. No ano de 1907, passou a se chamar Liga Metropolitana de
Sports Athleticos (LMSA), com a intenção de reforçar o controle sobre o futebol e ampliar a sua influência
para outros esportes. Posteriormente, em 1917, se tornou Liga Metropolitana de Desportos Terrestres
(LMDT). Em 1924, no contexto da cisão carioca, América, Bangu, Botafogo, Flamengo e Fluminense
fundaram a Associação Metropolitana de Esportes Athleticos (AMEA). Deve-se atentar para as
diversificações existentes dentro das próprias camadas dominantes da sociedade. As reformas institucionais
ou a criação de novas entidades explicitam as constantes tentativas das elites em legitimarem o seu poder
sobre o futebol carioca. Na primeira década do século XX, os dois maiores clubes de futebol da cidade eram
Botafogo e o Fluminense. Esses rivalizavam para saber quem era o maior da capital no esporte bretão. Até
1910, o Fluminense já havia levantado a taça em quatro oportunidades (1906, 1907, 1908, 1909), o Botafogo
por uma (1910). Cabe ainda destacar que título de 1907 foi parar nos tribunais, porque o campeonato
terminou empatado e não constava na regra os procedimentos mediante um empate entre equipes. Apenas em
1996 foi decidido que o título seria dividido pelas duas equipes. Em 1911, Botafogo e América se
enfrentavam pelo campeonato quando houve uma briga generalizada na partida, resultando em suspensão de
um ano do jogador botafoguense Delamare. Isso acabou contribuindo para mais uma conquista do
Fluminense. Discordando da atitude da Liga, o Botafogo abandonou o campeonato e rompeu com a entidade,
criando a Associação de Football do Rio de Janeiro (1911). No ano de 1912, surgiu o departamento de futebol
do Clube de Regatas do Flamengo, após um racha entre jogadores (sócios) do Fluminense em 1911.
Entretanto, a existência da Associação de Football do Rio de Janeiro foi efêmera, sendo dissolvida em 1913
com o retorno do Botafogo para a Liga Metropolitana. Após a superação parcial dos conflitos, no futebol
carioca constituiu-se um quarteto de clubes que dominariam a principal liga de futebol até o ano de 1922.
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uma elite administrativa, formada por indivíduos que exerciam suas funções nos mais
variados setores econômicos da sociedade. A questão é que as representações das elites
acerca da presença do negro poderiam ser distintas.
Os estatutos e o racismo
Durante o período do amadorismo (1906-1932), os jogadores precisavam ser sócios
dos clubes que defendiam. Os clubes exigiam uma profissão, boa conduta moral, o devido
cumprimento das regras da agremiação e das leis da sociedade, e os novos sócios deveriam
ser indicados por algum sócio antigo. Os estatutos serviam para salvaguardar as normas das
agremiações, continham, dentre outras coisas, os valores das joias, das mensalidades,
descrição dos poderes do clube e os direitos e deveres dos associados. Através deles os
clubes e as ligas procuravam delinear o tipo de pessoa que deveria ser aceita, assim,
tentava-se impedir o ingresso de pessoas “indesejáveis”. Ademais, grande parte das
instituições esportivas possuía a chamada comissão de sindicância, um órgão específico
para avaliar se determinado indivíduo estava apto para entrar ou seguir fazendo parte de
uma instituição, analisava possíveis infrações às normas regentes e estabelecia as punições,
que poderiam variar de afastamentos temporários à expulsão24.
Para se ter uma ideia, em 1907 a Liga Metropolitana emitiu um comunicado
informando que não seriam aceitas as inscrições de jogadores negros, demonstrando que a
cor do indivíduo poderia ser enxergada como um símbolo indelével de suas ações, de sua
condição moral: “Comunico-vos que a directoria da liga, em sessão de hoje, resolveu por
unanimidade de votos que não serão registrados como amadores nesta liga pessoas de
cor”25. Tal atitude acabou contribuindo para a saída do Bangu da associação.
Dessa forma, para além da sua qualidade técnica, havia uma série de exigências para
que o jogador tivesse “condições morais” para a prática do futebol, a cor do indivíduo
poderia ser uma das variáveis a serem analisadas, nem sempre de forma explícita. As
instituições das camadas mais elevadas da sociedade possuíam maiores rigores sobre seus
jogadores. Os clubes ligados às fábricas ou a demais empresas e os clubes do subúrbio
carioca tendiam a serem mais flexíveis para com a entrada de associados, que por sua vez
viriam a fazer parte do seu quadro de jogadores.
Nosso estudo não se apoia no conceito biológico de raça. Compreendemos que
“raça não é um fato científico, mas uma ‘construção’ social, cultural e ideológica – um
conjunto de ideias – por meio da qual as sociedades procuram se organizar, se estruturar e
se entender”26. Doravante essa forma de pensar, as “diferenças fenotípicas entre indivíduos
e grupos humanos, assim como diferenças intelectuais, morais e culturais, não podem ser
atribuídas, diretamente, a diferenças biológicas, mas devem ser creditadas a construções
socioculturais e a condicionantes ambientais”27. Diante disso, adotamos o conceito de
racismo extrínseco apresentado pelo filósofo Kwame Anthony Appiah:
24
SANTOS, João Manuel Casquinha Malaia. Op., cit.
25
Gazeta de Noticias, Rio de Janeiro, 18 de maio de 1907, p. 3.
26
ANDREWS, George Reid. América Afro-Latina (1800-2000). São Carlos: EdUFSCar, 2007, p. 32.
27
GUIMARÃES, Antonio Sérgio Alfredo. Racismo e antirracismo no Brasil. 3a ed. 1a reimp. São Paulo:
Editora 34, 2012, p. 24.
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[...] os racistas extrínsecos fazem distinções morais entre membros das diferentes
raças, por acreditarem que a essência racial implica certas qualidades moralmente
relevantes. A base da discriminação que os racistas extrínsecos fazem entre os
povos é sua crença em que os membros das diferentes raças diferem em aspectos
que justificam o tratamento diferencial; aspectos – como a honestidade, a
coragem ou a inteligência – incontrovertidamente considerados (ao menos na
maioria das culturas contemporâneas) aceitáveis como base para o tratamento
diferencial das pessoas28.
28
APPIAH, Kwame Anthony. Na casa de meu pai: a África na filosofia da cultura. 4a reimp. Rio de Janeiro:
Contraponto, 2014, p. 33.
29
ANDREWS, George Reid. América Afro-Latina (1800-2000). São Carlos: EdUFSCar, 2007, p. 152.
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30
Estatutos da Liga Metropolitana de Desportos Terrestres. Publicado no Diario Official da União, 20 de
dezembro de 1917, p. 13.580-13.584.
31
SANTOS, João Manuel Casquinha Malaia. Op., cit., p. 227.
32
CARVALHO, José Murilo de. A formação das almas: o imaginário da República no Brasil. São Paulo:
Companhia das Letras, 1990, p. 25.
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33
Juan Delgado (Peñarol) e Isabelino Gradín (Peñarol).
34
Correio da Manhã, Rio de Janeiro, 13 de maio de 1919, p. 5.
35
Havia apenas o mulato Arthur Friedenreich.
36
O Imparcial, Rio de Janeiro, 05 de maio de 1919, p. 7.
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37
O Imparcial, 22 de março de 1919, p.9.
119
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O Club de Regatas Vasco da Gama foi uma das instituições que se destacaram na
utilização de jogadores independentemente da sua classe social ou parâmetros de cor. O
clube foi fundado em 21 de agosto de 1898 para a prática do remo por brasileiros e
membros da colônia portuguesa38 radicada no Rio de Janeiro. Com o desenvolvimento do
futebol, institucionalizou a sua prática no ano de 1915, iniciando em 1916 na 3ª divisão da
Liga Metropolitana de Sports Athleticos. Desde o início das suas atividades futebolísticas,
o Vasco adotou uma política constante de “contratação” dos melhores jogadores
suburbanos para qualificar a sua equipe de futebol.
A equipe do Engenho de Dentro Athetic Club sagrou-se tricampeã da Liga
Suburbana nos anos de 1916, 1917 e 1918. Seus jogadores chamavam a atenção pela sua
qualidade técnica. Em 1919, os dirigentes vascaínos levaram vários destes jogadores para o
clube, ato fortemente criticado pela imprensa à época. Através desta política de inserção de
jogadores do subúrbio, o Vasco dava um salto de qualidade no seu departamento de futebol.
Não importava as regras formais e informais que atravancavam a popularização e
democratização do futebol dentro das “quatro linhas”.
Os vascaínos buscavam tornar o time uma potência, saindo de vez das divisões
inferiores e brigar futuramente pelo título de campeão da cidade. Os dirigentes do Vasco
pegaram esses jogadores e os profissionalizaram, transformando-os em verdadeiros
“operários da bola”. Indo de acordo com a lógica capitalista cada vez mais instituído no
futebol e nos demais setores da sociedade brasileira à época. Eles recebiam premiações
pelas vitórias alcançadas e tiveram empregos arranjados para que pudessem comprovar que
possuíam profissão.
O Vasco não era o único clube da Liga a escalar jogadores negros, havia outros
como o Bangu, o Andaray, o Carioca, o São Christóvão, entre outros. Além disso, os
próprios clubes grande permitiam que as camadas populares fossem a seus jogos como
espectadores, afinal, eram elas que constituíam a grande massa que enxia os estádios.
Todavia, o Vasco elevou para outro patamar a sua política de pagamento aos jogadores,
escolhidos por critérios técnicos, e somou a isso os altos lucros de bilheterias com a sua
torcida que crescia cada vez mais, unificando a colônia portuguesa em torno de si e atraindo
boa parte das camadas populares, que se viam representadas na equipe vascaína.
O futebol já era popular nas arquibancadas e no gosto da população carioca, todavia
os grandes clubes resistiam à sua popularização entre os jogadores que formavam as
equipes. Na citação abaixo, podemos perceber as barreiras as quais estavam expostos
jogadores negros ou que possuíam esteticamente determinadas características que
culturalmente eram vistas como símbolo do “ser negro”. Para uma parcela da sociedade
carioca à época, ser negro ou ter determinadas características que representavam um
arquétipo do negro eram condicionantes relacionados à moral do indivíduo.
CAFÉ COM LEITE…
Ao que se dizia hontem na Brahma, a directoria de um club da zona
38
De acordo com o recenseamento de 1920, cerca de 172 mil pessoas, ou seja, 14% da população carioca era
constituída por imigrantes portugueses. MELO, Hildete Pereira de.; MARQUES, Teresa Cristina de Novaes.
“Imigrantes portugueses no Brasil a partir dos recenseamentos populacionais do século XX: um estudo
exploratório de gênero”. Niterói: Gênero, v. 9, n. 1, 2. Sem., 2008, p. 59-88.
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Vale destacar que, em certa medida, o jornal defende o atleta, criticando a postura
dos dirigentes do Clube de Regatas do Flamengo (1895). O trecho apresentado deixa
transparecer que não existia um consenso entre as elites acerca da prática do futebol pelos
negros. Baseando-nos nas informações do periódico, infere-se que os dirigentes do clube
representavam o seu jogador negro como uma espécie de associado de segunda classe,
suscetível a limites para a prática do futebol dentre da instituição, uma espécie de “quase-
sócio”.
Diante disso, acreditamos que havia uma dupla barreira enfrentada pelo negro
carioca do período. A primeira, de ordem econômica, ou seja, nem todos os negros
conseguiriam se associar a um clube da primeira divisão da Liga Metropolitana, haja vista
os altos custos de joias e mensalidades41. Um impeditivo que poderia afetar não somente
este, mas, todos com baixa condição econômica, como, por exemplo, os brancos pobres. A
outra, de caráter racial, ao passo que procurava-se adotar um padrão estético de jogador
(cor de pele) que privilegiava as características do “homem branco” e desqualificava a do
“homem negro”. Nesse caso, verificamos que uma determinada parcela da sociedade
carioca do período tinha como um de seus valores culturais para a prática do futebol a
necessidade do indivíduo manifestar características fenotípicas “embranquecidas”.
Os grandes clubes que defendiam o amadorismo e combatiam o pagamento aos
jogadores, também adotavam artifícios para premiarem seus atletas e iam buscar melhores
elementos, dando em troca bons empregos que lhes pudessem dar estabilidade42. Contudo,
a questão da cor, que estava diretamente ligada a uma concepção de inferioridade racial,
muitas vezes se tornava uma barreira que não era suplantada pela necessidade de vitórias.
Na contramão dos preceitos republicanos, democráticos e capitalistas, algumas entidades
poderiam até aceitar a entrada de jogadores brancos de baixa condição social, mas, não
aceitavam negros, inclusive de boa família e com recursos, nas suas equipes que
disputavam o título da Liga Metropolitana. Para se ter uma ideia, de 1906 até 1922 não
havia jogadores negros nas equipes que conquistaram o campeonato da cidade.
39
O termo se refere ao jogado Ary Patusca. No ano de 1919, Ary Patusca saiu dos Santos F.C., de São Paulo,
para ser jogador do Flamengo. Atuou na derrota deste para o Fluminense, por 3 a 1, em 24 de maio de 1919.
De forma abrupta, Ary Patusca saiu do clube da Zona Sul e retornou para São Paulo, pedindo demissão como
sócio/jogador do Flamengo. Neste sentido, o termo “patuscamente” tem uma conotação de ação rápida e sem
justificativas (O Imparcial, Rio de Janeiro, de 24 de maio a 24 de agosto de 1919).
40
O Imparcial, Rio de Janeiro, 10 de janeiro de 1920, p. 7.
41
SANTOS, João Manuel Casquinha Malaia. Op., cit., p. 33.
42
Idem.
121
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Dessa forma, uma parte da elite carioca representava o negro como alguém que não
possuíam as condições morais para a prática do futebol e se o fizesse não poderia ser em
suas instituições, pois, procuravam torná-la locais seletos em que o esporte deveria servir
para legitimar a distinção deste grupo frente aos demais setores da sociedade. Por outro
lado, as elites emergentes da sociedade, no caso do Vasco constituída por comerciantes
portugueses e seus descendentes, possuíam uma lógica mais pragmática, enxergavam o
negro como mais um elemento que poderia agregar na qualidade da sua equipe e,
consequentemente, contribuir para trazer mais capital para o clube, seja através do maior
afluxo de público que iria pagar para ver os jogos ou da entrada de novos sócios.
A partir de 1921, para dificultar o acesso de novos clubes, que traziam consigo
muitos jogadores das camadas populares, a 1ª Divisão da Liga Metropolitana foi dividida
em série A e série B. Passados dois anos, em 1923, o campeonato teria a entrada de um
estreante na série A da primeira divisão. O Club de Regatas Vasco da Gama conseguiu o
acesso em 1922 para disputar no ano seguinte a Série A da 1ª Divisão, principal categoria
da LMDT.
Iniciado o campeonato de 1923, a campanha do clube surpreendeu, derrotando os
principais clubes da liga no primeiro turno e perdendo apenas um no segundo turno, para o
Flamengo. A conquista do campeonato por uma equipe repleta de jogadores negros
desencadeou um processo de cisão que estava há muito tempo sendo gerado na entidade.
Alegando a incapacidade da Liga de primar pela boa condução da prática do
esportiva, América, Bangu, Botafogo, Flamengo e Fluminense romperam com a Liga
Metropolitana e fundaram uma nova entidade, a Associação Metropolitana de Esportes
Terrestres (AMEA), em 1º de março de 1924. A cisão no Rio de Janeiro e o
descontentamento de parte da elite carioca com a presença das camadas populares no geral
e do negro em particular repercutiram em jornais de outros países, como o Uruguai. Em
entrevista ao jornal El Plata, de Montevidéu, Marco Polo, representante do Fluminense,
deixa no ar as concepções dos grandes clubes do Rio de Janeiro:
La pobreza y la riqueza no están en juego. El rico y el pobre comen del mismo
trigo, pero hay ciertas argumentaciones en la Liga que llegan á la conclusión
esdrújula de que el ciudadano, siendo pobre debe hacer ejercicios físicos sin
campo, esto es, debe fortalecer su cuerpo en las brisas del deporte, corriendo en
pistas aéreas […]43.
A nova entidade não era somente anti-Vasco, mas, contra qualquer clube que assim
como o Vasco se utilizasse de jogadores das camadas populares e principalmente os negros
para conquistar o campeonato da liga organizada pelas elites cariocas. A criação da nova
entidade representava a tentativa dos grandes clubes do Rio de aumentarem o controle
sobre a prática do futebol e ao mesmo tempo endurecer as regras quanto a filiação de clubes
e jogadores. De acordo com o estatuto da entidade:
CAPITULO IX
Da inscripção dos amadores, suas formalidades e requisitos
[...]
Art. 65 – Não poderão porém, ser inscriptos:
43
El Plata, Rio de Janeiro, 06 de março de 1924, p. 6.
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[...]
2 – os que tirem os seus meios de subsistência de qualquer profissão braçal,
considerando-se como tal a em que predomine o esforço physico;
[...]
7 – os que não saibam ler ou escrever correntemente;
[...]
9 – os que não tenham profissão ou emprego certos;
10 – os que exerçam profissão ou emprego subalternos, taes como de continuo,
servente, engraxate e motorista;
11 – os que exerçam profissão ou emprego que exija, permitta ou facilite o
recebimento de gorjeta44.
A AMEA ainda reforçava a obrigatoriedade do jogador ter que fazer a sua inscrição
de próprio punho, passando a cobrar diretamente do presidente de cada clube. Pois, este
ficaria encarregado de afiançar a veracidade dos dados do jogador.
O Vasco, assim como outros clubes, fez o pedido de filiação à nova entidade, sendo
a princípio aceito. Contudo, os estatutos da AMEA demonstraram as reais intenções da
entidade, ou seja, impedir a ascensão de clubes como o Vasco. Entre 31 de março e 1º de
abril a imprensa divulgou que doze jogadores do Vasco não foram aceitos pela nova
entidade, sendo que sete jogadores eram do primeiro quadro. Logo, apenas quatro, dos onze
jogadores do time principal, escaparam do “corte” após a análise de suas inscrições pela
AMEA.
[..] Quanto á syndicancia de athletas, a directoria da A.M.E.A., julgouse com
direito de impedir que 12 associados do C.R. Vasco da Gama, tivessem seu
registro. Assim é que, sete deles, pertenciam ao 1º team do campeão de 1923,
ficando apenas quatro seguintes da equipe principal desse clube: Paschoal,
Torterolli, Nelson e Mingote45.
Em resposta à exclusão de seus atletas e a imposições que deixariam o clube
inferiorizado frente aos direitos dos clubes fundadores, o então presidente do Vasco, José
Augusto Prestes, enviou um ofício à AMEA, em 07 de abril de 1924, endereçado ao
presidente da AMEA e figura notável do Fluminense, Arnaldo Guinle. O Vasco sentenciava
que não abriria mão de seus jogadores para fazer parte da nova entidade. Desta forma,
rompeu com a AMEA. Em trecho do Officio n. 261, o presidente vascaíno assim se
pronunciava em nome da instituição:
Quanto à condição de eliminarmos doze dos nossos jogadores das nossas
equipes, resolveu por unanimidade a Directoria do C.R. Vasco da Gama não a
dever acceitar, por não se conformar com o processo porque foi feita a
investigação das posições sociaes desses nossos consocios, investigação levada a
um tribunal onde não tiveram nem representação nem defesa.
Estamos certos que V. Exa. será o primeiro a reconhecer que seria um acto pouco
digno da nossa parte, sacrificar ao desejo de fazer parte da A.M.E.A., alguns dos
que luctaram para que tivessemos entre outras victorias, a do Campeonato de
Foot-Ball da Cidade do Rio de Janeiro de 1923.
44
Estatutos da Associação Metropolitana de Esportes Athleticos. Publicada no jornal O Imparcial, Rio de
Janeiro, 04 de abril de 1924.
45
O Paiz, Rio de Janeiro, 31 de março de 1924, p. 2.
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São esses doze jogadores, jovens, quasi todos brasileiros, no começo de sua
carreira, e o acto publico que os pode macular, nunca será praticado com a
solidariedade dos que dirigem a casa que os acolheu, nem sob o pavilhão que
elles com tanta galhardia cobriram de glorias.
Nestes termos, sentimos ter que comunicar a V. Exa. que desistimos de fazer
parte da A.M.E.A.46.
[...] Finalmente, dissemos a V.Ex. que embora estivéssemos prontos a atender aos
reclamos do vosso club a este respeito, alimentávamos a esperança de que, para o
futuro, ele fizesse todos os esforços para constituir equipes genuinamente
portuguezas, porquanto ao nosso ver, não havia em nosso meio outra colônia
capaz de apresentar melhores elementos que a portugueza para uma
demonstração sportiva das verdadeiras qualidade desta nobre raça secular. [...] 47.
O futebol carioca ficou dividido em duas grandes ligas, estando o atual campeão
da cidade na LMDT e os outros quatro grandes clubes na AMEA. O motivo que levou a
cisão no Rio de Janeiro gira em torno da briga pelo comando da liga que administrasse a
prática institucionalizada do futebol na capital brasileira. Entretanto, como parte
fundamental dessa questão, encontra-se a luta de representações entre, de um lado, uma
elite que não enxergava o negro e as camadas populares em geral com condições morais
para atuarem em seus clubes e ligas, muito menos que pudessem abalar o seu poder sobre a
entidade organizadora do futebol, e de outro lado, uma parte das camadas dominantes que
via condições de diálogo com tais agentes sociais mediante interesses congruentes ou
complementares.
O Vasco fez valer sua força econômica, cada vez maior as multidões que lotavam os
estádios por onde o clube jogava e conquistou de forma invicta o Campeonato de 1924,
organizado pela LMDT. Uma força constituída com a ajuda da enorme colônia portuguesa
residente no Rio de Janeiro48 e com a forte presença das camadas populares entre seus
torcedores, conquistou o bicampeonato. O Fluminense sagrou-se campeão pela AMEA.
No ano de 1925, o Vasco foi convidado pela AMEA e aceitou fazer parte da
entidade, com todos os seus jogadores. O clube teve reconhecida a sua importância
esportiva e, principalmente, econômica, pois, tornou-se uma grande fonte geradora de
46
Officio n. 261, Presidência do Club de Regatas Vasco da Gama, Rio de Janeiro, 07 de abril de 1924.
47
O Paiz, Rio de Janeiro, 19 de abril de 1924, p. 11.
48
A cidade do Rio de Janeiro possuía a maior colônia portuguesa erradicada no Brasil. A partir da década de
20 o Vasco foi gradativamente unificando a colônia portuguesa em torno de si, passando para os dias atuais
como o seu maior representante no campo esportivo brasileiro.
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renda49 no campo esportivo carioca, por meio da venda de ingressos para os jogos e ao
alugar os estádios de clubes dos outros clubes, como Fluminense e Botafogo.
Dois anos depois, em 21 de abril de 1927, o Vasco inaugurava o seu estádio, o maior
da América do Sul à época. O surgimento do Estádio Vasco da Gama, popularmente
conhecido como São Januário, remonta à luta do clube em poder colocar em prática a sua
política de seleção de jogadores sem distinção de raça ou condição social. Com sua própria
arena esportiva, o clube alcançara um grau de independência e importância dentro do
cenário esportivo brasileiro que permitiu a ampliação cada vez maior entre a sua elite
administrativa e jogadores das camadas populares.
Conclusão
Em um contexto de luta de representações dentro do campo esportivo carioca, na
qual uma parte da elite econômica e administrativa dos clubes enxergava o negro como
desprovido de condições morais para a prática do futebol e, por outro lado, uma fração
dessa elite via que o negro poderia fazer parte de seu clube e representá-lo nas mais
diversas esferas, triunfou a segunda. Para se manterem como representantes do futebol da
capital do país os outros grandes clubes do Rio de Janeiro foram gradativamente abrindo as
suas portas para os jogadores negros e para as camadas populares em geral.
O desenvolvimento vertiginoso do futebol, as práticas de distinção social através da
exclusão social e racial deram lugar para ações alinhadas às atividades capitalistas
burguesas, de alta produção, seletividade do melhor e de lucro. Isso não significou o fim do
racismo e do preconceito social no esporte, muito menos no futebol.
Todavia, a parir da década de 30 o futebol foi sendo cada vez mais utilizado como
instrumento de mobilização de massas e a seleção brasileira sendo alçada ao patamar de
símbolo nacional. Nesse sentido, a figura do negro e do mulato passaram a ser valorizadas e
incorporadas ao imaginário de uma construção de nação brasileira. O futebol, e também o
carnaval, se tornaram símbolos do sentimento de identidade nacional.
Fontes
a) Clubes e Ligas
Officio n. 261. Presidência do Club de Regatas Vasco da Gama, 07 de abril de 1924. Fonte:
Centro de Memória do Club de Regatas Vasco da Gama.
49
SANTOS, João Manuel Casquinha Malaia. Revolução Vascaína: a profissionalização do futebol e inserção
sócio-econômica de negros e portugueses na cidade do Rio de Janeiro (1915-1934). 2010. Tese (Doutorado
em História Econômica) - Faculdade de Filosofia, Letras e Ciências Humanas, Universidade de São Paulo,
São Paulo, 2010.
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 108 - 128)
b) Jornais
O Imparcial, 1919-1924.
O Paiz, 1919-1924.
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Volumen XIII, Número 1, Diciembre 2020
Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 129 - 145)
Abstract
England footballers lose to the Finns with a crushing score of 5: 1. Another game ends
with a score more typical of hockey games - 16: 2. The Austrian national team, who
apparently makes it to the competition, then mysteriously disappears from the map. The
Germans are there too, but they are not soccer players. The Uruguayans reach the final,
who are defeated only by the host country. But…
In the first place, it should be noted that it is not a final itself, and secondly, to mention
that the Uruguayans almost stumbled, although it is hard to believe, with the one
selected by the food processors union. The report on these events to this day is in the
Archive… of the Communist International.
"A final that is not quite such?" The communist international and football ?! ¿! Food
processors? Clumsy the English?
This article recounts how in 1928 a World Soccer Championship took place in Russia,
which was ahead of the FIFA World Cup by 90 years, with Russia being the host
country.One of the most intriguing episodes of that first Championship is undoubtedly
the Uruguayan episode.
Keywords: world soccer championship, uruguayan team, communist international
1
Subdirector de la TV estatal rusa “Rossia-1” (Moscú)
Cofundador y presidente del Instituto Bering-Bellingshausen para las Américas (Montevideo).
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 129 - 145)
Informaba el principal diario soviético “Pravda” sobre el primer partido del Mundial
“rojo” entre las selecciones de Ucrania y Uruguay:
“…A los 15 minutos del segundo tiempo el arquero de Ucrania, Norov, tratando
de salvar su arco del gol, se tira a los pies del jugador uruguayo. La gran
velocidad del centro forward de Uruguay provoca un choque involuntario con
Norov asestándole un fuerte golpe en el pecho y la mandíbula. Fue tan fuerte el
impacto que Norov es sacado inconscientemente de la cancha. A los 20 minutos
es retirado también inconsciente un jugador del equipo uruguayo”.2
Sin dudas, parece que fue un campeonato muy apasionante. Y si lo era.
Veamos ahora los materiales del Archivo estatal de Rusia de la historia socio-política
(RGASPI), donde se guardan los fondos de la Internacional Comunista.
De acuerdo a esos registros, en ese momento el seleccionado ucraniano fue desafiado
por el team obrero de Uruguay, compuesto por un cerrajero, un vulcanizador de
neumáticos, tres albañiles, dos zapateros, un carpintero, un pintor, un tipógrafo, un
operario de fábrica de cerveza, un obrero, un carretero, un sanitario y un canillita. La
clase media fue representada por dos empleados y un periodista.3 Los jugadores Varela,
Danten, Fernández y Castro fueron señalados correctamente como miembros del partido
comunista de Uruguay. En total el equipo contaba con 8 miembros del PCU.4
Pero con los miembros de la juventud comunista uruguaya en los documentos de la
Comintern surge una intriga. Fueron señalados como miembros del komsomol uruguayo
los jugadores Mayo y Landera5, además de un tal E. Kravchenko6 - un apellido
ucraniano que no se encuentra en Uruguay.
Cabe la eventualidad que en el último caso se trate de una errata. Pero es posible que
estemos ante una trama, tal como surge de los escritos internos de la Comintern, que
represento mucho más para otra llamémosla “vecina” organización soviética. Según
surge de los documentos secretos develados después de la 2da Guerra Mundial, aún
antes de la guerra, algunos de los espías soviéticos, los así llamados “ilegales”, se
movían por el mundo diciendo ser uruguayos. Por ejemplo, un tal Mijaíl Makarov se
desempeñaba en Europa a principios de la Segunda Guerra Mundial con pasaporte del
neutral Uruguay, a nombre de “Carlos Álamo”, mientras que Victor Súkulov movía a
nombre de “Vicente Sierra”.7
2
Pravda, 22.8.1928
3
RGASPI 537-2-135, p.33
4
Nizhegorodskaia Kommuna, 01.09.1928
5
Ibidem
6
Ibidem
7
http://militera.lib.ru/memo/russian/trepper_lz01/index.html; Stephen Tyas. SS-Major Horst Kopkow.
From the Gestapo to British Intelligence. Fonthill Media, 2017, p. 48, 70
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Poética de la época.
Hoy son pocos los que recuerdan ese Mundial “rojo”, pero en aquel 1928 en la URSS
literalmente le dedicaban odas.
Citaré aquí algunos pasajes representativos de los versos del poeta A.Bezymensky, que
desde el punto de vista literario distan de ser refinados, pero que, sin embargo, son muy
ricos en textura. Fueron publicados no en cualquier diario, sino en las páginas de uno de
los dos principales periódicos soviéticos- “Izvestia”. Primero sobre la derrota de
Uruguay:
Un par de renglones después, nos enteramos con quién piensa tener Uruguay su
revancha:
En definitiva, vemos que entre los miembros del Mundial rojo del 1928, participan entre
otros Moscú y la “celeste Ucrania” (¡en aquel campeonato ese era el color de su
camiseta!). ¿Pero dónde está el equipo de la URSS propiamente dicho?
De todas las once ciudades sedes del Campeonato Mundial del 2018, el autor de estas
líneas se congratula muy especialmente por la ciudad de Nizniy Nóvgorod. No solo por
el hecho que cerca de esa ciudad se ubicó el centro de entrenamiento de la selección de
Uruguay.
Hay que tomar en cuenta que a los moscovitas, aún aquellos distantes del mundo
futbolístico, siempre les aterraba la posibilidad de que en caso de mal tiempo los
aviones con destino hacia Moscú fueran desviados a un aeropuerto alternativo. Para la
8
Izvestia, 23.8.1928
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Para el Mundial de 2018 la terminal aérea vieja, que era una especie de galpón, fue
renovada por una nueva. Un verdadero chiche. Lo mismo se puede decir del estadio
nuevo.
El gobierno soviético recién daba sus primeros pasos y Lenin ya impartía a la Cheka (la
policía política secreta soviética) la orden de tomar bajo control especial todas las
organizaciones deportivas. 11
Los comunistas uruguayos solo podían soñar con la toma del poder, pero el
Informe de la delegación uruguaya al IV Congreso del Sportintern subrayaba: “El
deporte (…) tiene amplia acogida por los elementos de todas las clases sociales y
constituye uno de los principales medios de atraer de la juventud obrera. 12 En una
palabra, los comunistas del todo el mundo tenían muy claro el potencial de las
asociaciones deportivas.
No obstante, aún en Rusia se sabe muy poco sobre una disputa exótica dentro de las
filas de los propios bolcheviques en relación al deporte.
Tal como lo señala la autora de una serie de artículos sobre este tema A. Khorosheva de
la Universidad Estatal de Moscú, dentro de la dirigencia del movimiento de la cultura
física los principales oponentes eran N.I. Podvoyski quien estaba al mando de
Vsevobuch (acrónimo de "entrenamiento militar universal"), y el Comisario del pueblo
9
Nizhegorodskaia Kommuna, 1.9.1928
10
Ibidem
11
Podvoiski N.I. LeninIfizicheskoevospitanie// KrasniSport, 21.1.1940 – в: KhoroshevaA.A.
“Proletarskaia” Spartakiada 1928 g. i “burzhuaznoie” Olimpiyskoedvizhenie.// Svobodmaya mysl. —
2018. — № 2: http://svom.info/entry/792-proletarskaya-spartakiada-1928-g-i-burzhuaznoe-oli/
12
RGASPI537-1-23, p. 46
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Podvoyski escribió que entre los obreros tienen más arraigo los ejercicios con carácter
emocional y un toque de placer que son capaces de mejorar rápidamente el estado de
ánimo (juegos deportivos y gimnasia). El concepto competitivo es según su opinión,
parte del juego y no se contradice con las características sociales y psicológicas del ser
humano, hasta que no supere cierto límite dando lugar a la vanidad y la envidia.
Pero una vez que él constató, que sus oponentes empezaron a dedicar su atención al
desarrollo de deportes competitivos, Podvoyski enseguida los atacó con crítica diciendo
que ellos “tratan de introducir elementos extraños (para nosotros) tales como el
“olimpismo” que fue creado por la aristocracia inglesa “con panza llena y por no tener
nada que hacer”. 13
El punto final en la discusión lo puso el todo poderoso Comité Central del partido
gobernante (único partido en ese momento en Rusia). El Partido Comunista de Rusia
por resolución con fecha 13 de julio de 1925, reconoció que justamente las
competencias son la única manera de verificar el nivel de los logros alcanzados. De esta
forma se reconocía que las competencias eran obligatorias. ¿Pero con quién competir a
nivel internacional?
Por lógica habría que asistir a los Juegos Olímpicos. Y en Rusia sí se seguía el
desarrollo de los mismos. En relación a los resultados de los torneos olímpicos de futbol
de los años 1924 y 1928 la revista soviética «Fizcultura i sport» (“La Cultura Física y el
Deporte”) escribió lo siguiente: “¿Entonces el Sur va por delante del Norte en el
fútbol?... España, Portugal e Italia en Europa, Uruguay y Argentina en América, todos
estos países están poblados por la raza latina. El carácter vivaracho, la rapidez de
movimientos, la expresividad distinguen a todos los habitantes del sur en general, y
principalmente son características propias de la raza latina. La metodología, el
equilibrio, cierto tipo de “academismo” en el trabajo son características de aquellos
pueblos que se identifican con la raza germánica. Con esa metodología avanzaban en su
época los ingleses…” 14
Convengamos que ese pasaje del artículo del año 1928 no encaja bien con el manifiesto
internacionalismo soviético. Pero en este caso, el autor del artículo es un hombre de
“madera” especial, prerrevolucionaria.
Georgui Duperron nació en una familia de comerciante y su padre fue ciudadano ilustre
de San Petersburgo. Después de regresar de un viaje a París en 1895 (donde tomó
contacto con la vida deportiva de Europa), trae a la capital rusa el baloncesto, el
13
KhoroshevaA.A. “Proletarskaia” Spartakiada 1928 g. i “burzhuaznoie” Olimpiyskoedvizhenie. //
Svobodmaya mysl. — 2018. — № 2: http://svom.info/entry/792-proletarskaya-spartakiada-1928-g-i-
burzhuaznoe-oli/
14
Fizculturai sport, 14.07.1928
133
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ciclismo, el hockey y por supuesto el fútbol. Según una versión, Duperron es uno de los
participantes del primer partido de fútbol ruso en octubre de 1897 que tuvo lugar en San
Petersburgo.
En 1928 Duperron escribió el artículo sobre el fútbol olímpico comenzándolo con una
frase sorprendente, en la cual queda evidente una reverencia hacia la ideología del
partido gobernante, pero a la vez denota amargura: "En los Juegos Olímpicos de
Ámsterdam en la competición de fútbol se dieron cita no solo los mejores equipos de
todos los países, sino de todas las partes del mundo, excepto, por supuesto de la
URSS".15
Rusia soviética no era admitida ni en los torneos de fútbol olímpico, ni en los Juegos
Olímpicos en general. En 1920, en el apogeo de la Guerra Civil, ocho atletas de Rusia
soviética, a saber de qué manera, sin tener una invitación del Comité Olímpico
Internacional (COI), llegaron a Amberes para la VII Olimpiada. Sin embargo, no les fue
permitido participar en la competencia.16 En 1923 Lev Urusov, miembro del COI del ya
difunto Imperio ruso, sugirió invitar dos equipos de Rusia (soviéticos y expatriados) a
los próximos Juegos Olímpicos en París. Pero, según Pierre de Coubertin, esta
propuesta fue rechazada por "razones administrativas".17
¿Pero entones con quiénes podían competir los deportistas soviéticos? Al fin de cuentas
se debía dar cumplimiento a la resolución obligatoria del Comité Central. A mediados
de la década de 1920 en Moscú se tomó la decisión de constituir una organización
deportiva mundial propia y sus propios juegos. La organización se conoció como –
Internacional Roja del Deporte y la Gimnasia (IRD o Sportintern), y los juegos no se
llamaron Olimpiada, se le dio el nombre de Espartakiada (en homenaje al líder de la
insurrección de los esclavos de Antigua Roma).
El diario comunista uruguayo “Justicia” en Montevideo planteó el tema de la siguiente
forma: “«Espartakiada contra Olimpiada»18 (la cursiva es mía – S.B.).
Antecedentes
15
Ibidem
16
A. Khorosheva
17
A. Khorosheva
18
Justicia, 26.5.1928
19
Goles y Votos. La íntima y agitada relación histórica entre fútbol y política en Uruguay”, Luis Prats,
con la colaboración de Federico Sierra. Fin de Siglo, setiembre de 2013 – en:
http://www.republica.com.uy/mibelli-la-izquierda-y-la-epoca-de-oro-del-futbol-uruguayo/
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Es muy probable que fuera justamente Mibelli quien organizara el primer partido
internacional de futbol obrero en Sudamérica (a mediados de los veinte en IRD
recibirán un telegrama desde Buenos Aires que decía “Deportistes rouges de Argentine
y Uruguay dans premier match internacional football saluen”.).20
El hecho es que Celestino Mibelli no es solo uno de los primeros dirigentes de la
Asociación Uruguaya de Fútbol y primer secretario de la Confederación Sudamericana
en la historia, además fue uno de los primeros diputados socialistas uruguayos, que
provocó un revuelo al asistir a una reunión en el Parlamento vistiendo un overol.
El “Lenin” uruguayo
El primer y último uruguayo, que vio conscientemente a Lenin fue el miembro del PCU
Francisco Pintos, que había concurrido al Congreso de la Internacional Comunista. Él
informó con cierta contrariedad a Montevideo, que en Moscú antes de su arribo, no solo
no sabían de la existencia del PCU, sino que tampoco tenían muy claro dónde se
encuentra Uruguay.
No obstante, Pintos fue inmediatamente elegido como miembro del Comité Ejecutivo
de la Comintern. La historia de adhesión del PCU a la Comintern fue un ensayo de
cómo más tarde la Federación Roja de Deportes uruguaya se uniría a Sportintern.
Los archivos de la Comintern todavía guardan una carpeta titulada "Revisión del estado
del movimiento deportivo en Uruguay y correspondencia entre el Comité Ejecutivo de
Sportintern y la Federación Deportiva Roja de Uruguay".
Uno de los primeros mensajes incluidos en la carpeta no proviene de Montevideo a
Moscú, sino de Moscú a Montevideo. A saber, la Secretaría del Deporte ubicada en la
calle Mokhovaya, 16 escribió a Montevideo lo siguiente: “We are practically ignorant
of you work. 16.4.25”21
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El informe también contenía una lista de clubes obreros de futbol uruguayo que
participaban en la Federación Roja divididos en nada menos que tres ligas. A juzgar
por la mayoría de los nombres de esos clubes, se podría pensar que el torneo se
disputaba no en Uruguay sino en la URSS: Moscú, Obreros en Calzado, Justicia,
Krasin, Sol de Mayo, Amor y Trabajo, 1º de Mayo, Soviet, Guardia Roja, Deportivo
Volga, Rojos, La Comuna, Alba Roja, Ideales del Porvenir, Nuevos Horizontes, Alas
Rojas, Aurora Roja, Estrella Roja, Lenin, Brisas Rojas.27
Crítica permitida
Sobre la prensa soviética comunista es habitual pensar que siempre estuvo amortajada,
sin permitirse ninguna crítica a las autoridades. Sin embargo, en el verano del mismo
año 1928, en las páginas del diario “Izvestia”, encontramos una crítica demoledora
sobre lo ocurrido en el partido de “prueba” en el nuevo estadio “Dínamo” del parque
Petrovskiy.
“…Se vivió un verdadero caos, aglomeración, interminables griteríos…La
ineficiencia de la policía e incluso su rudeza provocaron las entendibles quejas y
gritos de parte de los indignados espectadores, Pero lo más insólito fue la
actuación de “lucimiento” de la policía montada por las pistas del estadio, la
mismas pistas que con tanta dedicación y amor es preparada por el sindicato de
los procesadores de alimentos.”30
¡Otra vez surgen estos misteriosos procesadores de alimentos! Volveremos a ellos sin
falta, pero ahora explicaremos que esta crítica audaz de la prensa soviética hacia las
autoridades era permitida, justamente porque el “Dínamo”, cuya inauguración estaba
planificada originalmente para el 1929, fue designado como el estadio principal de la
Espartakiada del 1928.
26
RGASPI 537-2-23, pp. 46-47
27
RGASPI 537-2-135, p. 29
28
RGASPI 537-2-135, p.30
29
Ibidem
30
Izvestia, 5.8.1928
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Para llegar a tiempo, miles de obreros que trabajaron en tres turnos fueron enviados a la
construcción del estadio “Dínamo”, y el acondicionamiento del parque
Petrovski.31Además, como se desprende de la publicación de “Izvestia” sobre las pistas
alrededor del estadio, también hubo voluntarios, incluidos los ya nombrados
procesadores de alimentos.
31
Izvestia, 11.7.1928, A. Khorosheva
32
Fizcultura i sport,11.3.8.1928
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del IRD declararon, que si los organizadores de los Juegos Olímpicos no contemplaban
sus demandas, organizarían una "poderosa Olimpiada Roja Mundial (Espartakiada)".33
Por esas razones, los futbolistas ingleses, finlandeses y suizos llegaron a Moscú
digamos que a modo personal. El único país, cuya selección por completo estaba
integrada por jugadores de Federación Roja miembro de IRD, era Uruguay. Pero aun
así, el viaje hasta la URSS tenía un costo y bastante alto por cierto.
Negociaciones complicadas
Esta afirmación no podemos decir que no fuera cierta, pero tampoco era la verdad
completa.
En el archivo de la Comintern encontramos el siguiente telegrama, que llego a Moscú
desde la dirección Varela Yi 1629, Montevideo: "Proponemos (...) 14 jugadores y un
delegado al Congreso. 25 julio - 31 agosto. Para volver 2500 dólares. Comité
Spartakiada y Gómez”.35
Sin embargo, cuando en Montevideo recibieron la respuesta de Moscú y la empezaron a
leer, difícilmente se alegraron:
"1. Ustedes envían un equipo de fútbol de 15 personas,
con de 11 jugadores titulares, 3 suplentes y un dirigente.
(…) 4. Todos los gastos desde Uruguay hasta la frontera con la URSS
a vuestro cargo.”
Desde Montevideo a Moscú fue enviada una respuesta que,
entre otras cosas, decía lo siguiente:
“Aceptamos condiciones. Delegación compuesta.
Inevitablemente 20 personas (…) Diferencia a nuestro cargo.” 36
No obstante la diferencia era menor de lo que uno podría suponer. El primer telegrama
soviético también contenía una fórmula muy conveniente para los uruguayos:
”(…) tomando en cuenta la distancia del viaje desde Uruguay hasta la URSS, el Comité
organizador, como excepción, encuentra posible asumir parte de los gastos y libera 7500
rublos”.37
Pero con todo, aún quedaba una diferencia, y en los meses de abril a junio de 1928 el
diario “Justicia” organizo la campaña de recolección de fondos: “Se presenta el período
más intenso de la campaña pro recursos. La rifa del viaje a Rusia y la gran colecta. - el 8
de Junio se despedirá a la delegación con una gran velada”, 38 “Faltan 500 pesos para
que la Federación Roja pueda enviar su team a la Espartakiada. El Comité Central del
33
Archivo Estatal de la Federación de Rusia (GARF) 7576-2-10, p.5 – А. Khorosheva
34
Fizculturai sport, 8.9.1928
35
RGASPI 537-2-135, p. 26
36
RGASPI 537-2-135, p.28
37
RGASPI 537-2-135, p.28
38
Justicia, 24.5.1928
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Parece que la recaudación de fondos transcurría con relativo éxito. De otra manera no se
explica porque la velada de despedida de la delegación en el “Stella d´Italia”, prevista
para el 8 de junio, se postergo una semana. Textualmente: ”El 15 será despedida la
delegación en el “Stella d’Italia”.39 Sin embargo a las 20:00 del 24 de junio el equipo
uruguayo emprendió el viaje a Europa a bordo del “General Belgrano”.40 Como escribió
“Justicia”: “La despedida estuvo llena de emoción”.41
El camino desde Montevideo era largo. Por mar pasando por Rio de Janeiro, Madeira,
Lisboa y Hamburgo.42 De allí por tren, vía Polonia, a Moscú.
El enigma austríaco
Por cierto, después de eso, de repente el equipo austríaco desaparece de los "radares";
por alguna razón, no se quedó para la Espartakiada. Pero los que llegaron después, de
cierto modo repitieron su periplo en términos de confusión con los resultados de los
encuentros.
Un torneo astuto
39
Justicia, 5.6.1928
40
Justicia 26.6.1928
41
Justicia, 27.6.1928
42
Justicia, 25.6.1928; La delegación nos escribe desde Madeira.// Justicia, 24.7.1928
43
Izvestia, 25.7.1928
44
El cuadro ruso venció a Austria 6-1.// Justicia, 24.7.1928; Izvestia, 24.7.1928
45
Izvestia, 24.7.1928
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La edición de “Justicia” del día 25 de agosto de 1928 no deja de sorprender. Ni una sola
palabra por el día de Independencia. El titular principal de la primera plana – los
resultados del torneo de Espartakiada. “1º Unión Soviética, 2º Federación Roja del
Uruguay”.46 Pero esta afirmación se contradice con el subtítulo que reza: “El cuadro de
la Federación Roja del Deporte se clasificó detrás de los teams de Moscú y Ucrania”.47
Es decir, según una versión, Uruguay termino en segundo lugar (atrás de la URSS), y
por otra – en tercer lugar (después Moscú y Ucrania). ¿Dónde está la verdad?
Paradójicamente, al dilucidar esta pregunta aparentemente simple, tratándose de los
resultados de los partidos con la participación del equipo obrero uruguayo, es necesario
comparar varias fuentes y en todas encontramos cabos sueltos. Por ejemplo, el 3 de
agosto de 1928, el mismo diario "Justicia" escribió: “Hoy juega el primer partido en
Rusia, el cuadro de la Federación Roja. Enfrentará un combinado de la ciudad de
Moscú”. 48
Se desprenden dos dudas. En primer lugar, suponiendo que el diario cuidaba a sus
lectores, y por eso no les informo que en Moscú ya se había disputado un partido con la
participación del equipo uruguayo de Federación Roja, y los invitados de Montevideo
perdieron ante el equipo de los dichosos procesadores de alimentos 1:3”49 En segundo
lugar, en relación a los rivales uruguayos de Moscú, "Justicia" usó la palabra
sumamente interesante: "combinado". Esto no es "equipo", no es "selección", y no es
"team". ¿Qué es? Fue el segundo equipo de Moscú, "Moscú-2". Y con ellos también
perdieron los uruguayos 1: 4.50
Pero en Rusia la palabra Uruguay ya tenía magia: un país cuya selección “burguesa” se
consagro en 1928 como bicampeón olímpico. Aun sin saber, que justamente en
Uruguay se realizaría el Primer Campeonato del Mundo versión FIFA, el diario
“Izvestia” escribió: “(…) más de 20 mil espectadores presenciaron el primer encuentro
de los futbolistas soviéticos con los futbolistas suramericanos. Unas 10 mil personas no
tuvieron la posibilidad de acudir al estadio, dado que las entradas se agotaron dos días
antes del partido. Bajo un aplauso cerrado de los hospitalarios moscovitas ingresan a la
cancha ambos equipos. Los nuestro con remeras a rayas, los uruguayos con remeras
rojas con una estrella, una hoz y el martillo bordados en el pecho”.51
Los hechos son hechos. Los jugadores rusos lucían camisetas que se parecían a la
argentina. Pero los uruguayos, no en vano eran un equipo obrero, estaban ataviados
como deberían vestir los soviéticos si tomamos en cuenta el color de la bandea y los
símbolos del escudo nacional.
46
Justicia, 25.8.1928, p.1
47
Justicia, 25.8.1928, p.1
48
Justicia, 03.08.1928, p.1
49
RGASPI 537-2-135, p. 39
50
Ibidem
51
Izvestia, 5.8.1928
52
Izvestia, 22.8.1928
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resistencia, fuerza. Les falta técnica, la técnica de los moscovitas es peor que la nuestra.
Sus maneras son más rudas de lo que es en Uruguay. 53 Es cierto, que los uruguayos
seguían basándose en la ideología (o simplemente fueron corteses): "Sin embargo, no
puedo culpar al equipo que jugó contra nosotros, su rudeza no fue intencionalmente
dirigida contra nosotros".54
Sea lo que fuere, parece, que los resultados de los primeros partidos comenzaron a
incomodar a los organizadores de la Espartakiada. Pronto el mismo "Izvestia" informó
de un resultado "fenomenal" con que terminó el partido entre Leningrado y los Urales:
16: 2(...) El mismo día, Finlandia le ganó a Inglaterra 5: 1.55 Tal vez en compensación a
los padres del fútbol fue que en Moscú "se creó el Comité anglo-ruso de carpinteros".56
53
Fizculturaisport, 18.8.1928
54
Ibidem
55
Pravda, 9.8.1928
56
Pravda, 9.8.1928
57
Fizcultura I sport, 25.8.1928
58
Ibidem
59
Pravda, 15.8.1928
60
Izvestia, 22.8.1928
61
RGASPI 537-2-135, p.28
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Lo más probable que con todo eso los uruguayos ya estarían aturdidos, pero aún les
faltaban Pavlov Posad, 65 Nizhniy Nóvgorod, y como mínimo siete ciudades más.
Comencemos en Nizhniy Nóvgorod. En esa ciudad a los jugadores proletarios de
Uruguay los esperan con la ópera “La dama de picas” y paseo en barco por el rio
Volga.66
62
Fizcultura i sport, 22.9.1928
63
Izvestia, 11.8.1928
64
RGASPI 537-2-135, pp. 34-36
65
Ibidem
66
RGASPI 537-2-135, pp. 34-36
67
Nizhegorodskaia Kommuna, 01.09.1928
68
Nizhegorodskaia Kommuna, 03.09.1928
69
RGASPI 537-2-135, pp. 34-36
70
RGASPI 537-2-135, p.37
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por ellos en Stalingrado, pero de allí fueron llevados en autos a las orillas del rio Don a
las ciudades de Rostov71 y Taganrog. “A su llegada a la estación acudió tanta gente, que
el grupo de policía presente no logro contener a la multitud, que provoco un verdadero
tumulto”. 72
En los informes del acompañante de la Comintern, se decía que los uruguayos "estaban
interesados en la situación material y legal de los trabajadores y el campesinado" 80, y
en general mostraron "un enfoque excepcionalmente sensible a toda una serie de
fenómenos relacionados con la vida cotidiana de los trabajadores".81
En las orillas del Nevá, los uruguayos también fueron agasajados con un programa
cultural, que incluía la visita al Museo Ruso, Hermitage, la Fortaleza de Pedro y Pablo.
71
Ibidem
72
RGASPI 537-2-135, p.38
73
RGASPI 537-2-135, p. 38
74
Ibidem
75
RGASPI 537-2-135, p. 39
76
RGASPI 537-2-135, pp. 34-36
77
Ibidem
78
RGASPI 537-2-135, p.37
79
RGASPI 537-2-135, pp.34-36
80
Ibidem
81
Ibidem
82
Ibidem
83
Fizcultura i sport, 29.9.1928
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84
Pero además, el acompañante se lamenta de que el teatro se limitó solamente al ballet
“La bella durmiente” en Teatro Mariinski y agrega: “Los representantes de Leningrado
están tan inmersos en sus cálculos contables que han olvidado su responsabilidad y el
significado político”. 85
Hay que tener en cuenta que las directivas internas del Consejo superior de educación
física, en relación a la Espartakiada, a los Comisariados del Pueblo para la Defensa, de
la Salud, y al Comité Central del Komsomol, establecían como uno de los objetivos de
la Espartakiada “la demostración de los éxitos del estado soviético a los invitados
extranjeros”. 86
Obviamente, los delegados de entre los miembros de los partidos comunistas eran un
público agradecido. Por eso en el informe de la Comintern, aún a pesar de los pequeños
tropiezos en Taganrog y Leningrado, leemos: “En general, la visita a la URSS causó
una gran impresión en los uruguayos”. 87
La delegación de Uruguay permaneció en la URSS un mes más de lo planeado
originalmente, hasta el 27 de septiembre. A las diez de la mañana de ese día, el barco
“Herzen” con los futbolistas-comunistas a bordo zarpó a Hamburgo. 88
Los héroes de este artículo, que en el año 1928 hicieron las declaraciones más fuertes,
tuvieron diferente suerte. El jefe de la delegación uruguaya, Reyes Daglio, en la década
de 1970, cuando se instauró la dictadura militar en Uruguay, encontró refugio en la
URSS. En Moscú también encontró su último amor: una simple mujer rusa, camarera
del hotel “Oktyabrskaya”, Valentina. Él no hablaba ruso, ella no hablaba español. Les
traducía Maya Castelgrande de 12 años, hija de otro exiliado político uruguayo. Fue
ella quien me contó esta historia. Reyes Daglio está enterrado en Moscú.
El autor del artículo sobre Uruguay en la revista “Fizcultura i sport” Georgui Duperron,
escribió el articulo recién salido de la cárcel, después de su segundo arresto por parte de
la Checa - OGPU (policía secreta soviética). En ese entonces con gran dificultad logró
evitar el destierro, y lo más probable que alguno de sus amigos le ayudó publicar el
artículo en la revista, para recibir un pago y de alguna manera remediar su situación.
Después de todo lo sufrido, falleció en el año 1934. Pero al menos fue por causas
naturales. Su viuda Margarita fue fusilada en la época del Gran Terror, en el año 1938.
89
En ellos, que no eran comunistas, bajo el régimen soviético no recaían los paseos
recreativos.
Finalmente, Celestino Mibelli quien estuvo en los origines del futbol uruguayo en
general y del futbol obrero en particular, en septiembre de 1926, renunció a su escaño, y
al año siguiente, resultó expulsado del PCU.
84
RGASPI 537-2-135, pp. 34-36
85
RGASPI 537-2-135, p. 39
86
Izvestia, 7.7.1928, Izvestia, 13.7.1928, Izvestia, 12.8.1928 – en A. Khorosheva
87
RGASPI 537-2-135, pp. 34-36
88
RGASPI 537-2-135, p. 39
89
https://tsarselo.ru/yenciklopedija-carskogo-sela/istorija-carskogo-sela-v-licah/dyuperron-georgii-
aleksandrovich-18771934.html#.WRER7VXyjDc
144
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En realidad, en el año 1926 el "caso Mibelli", fue la primera vez cuando de la expulsión
de un miembro de un partido comunista latinoamericano se encargó un emisario llegado
desde la sede de la Comintern en Moscú. El entonces secretario general del Comité
Central del PCU, Eugenio Gómez, escribió sin agregar ningún detalle, que el motivo de
la exclusión se debe a “frecuentes actos de indisciplina”. Una de las respuestas está a la
vista. El diario “Justicia” publicaba los informes sobre el futbol de la siguiente manera:
arriba los resultados de la Federación Roja, más abajo los resultados de la oficial AUF.
Sobre la AUF, en el reporte de IRD, se decía lo siguiente: “se presenta como
organización neutro, pero está directamente al servicio de la burguesía”. 90
Parece, en resumidas cuentas, que Gómez estaba celoso de Mibelli, y Mibelli entre el
comunismo y el futbol, eligió este último.
90
RGASPI 537-1-23, p. 48
145
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Dossier Fútbol y Sociedad. Perspectivas plurales (pp: 146 - 160)
Abstract
On May 20, 1966, Peñarol was crowned Champion of America for the third time. This
result sparked off a generalized euphoria in the montevideanos. The celebrations
brought important repercussions, which in some way revealed the place that soccer
occupies on our national identity.
This article takes as a starting point two documents that will be the base of my research
investigation. The first was published the day after the game, on Saturday, May 21 in
the newspaper El País. The author was the sports journalist and carnival lyricist Carlos
Soto and it was titled "The street, who is a woman, became last night a man by law".
The second document was published in the weekly issue "Marcha" on Friday May 27,
1966 and corresponds to a comedy article written by "Monica" (pseudonym of journalist
Elina Berro) under the title "Four to two."
Key words: football – press – identity – Peñarol.
Introducción
Cuando el reloj marcó las 16:45 del viernes 20 de mayo de 1966, el árbitro chileno
Claudio Vicuña debería dar inicio al partido de desempate entre Peñarol de Uruguay y
River Plate de Argentina, para definir qué club sería el campeón de la séptima edición
de la Copa Libertadores de América. El comienzo del partido fue demorado, debido a la
presencia de personas “intrusas” dentro del campo del juego. Una vez dadas las
condiciones, el árbitro hizo sonar su silbato, moviendo el balón el Club Atlético Peñarol
1
Profesor de Historia de enseñanza media (CES). Profesor de Historia del Deporte, Ed. Física y
Recreación (IUACJ). Integrante del Grupo de Estudios de Fútbol del Uruguay (GREFU-UDELAR).
Maestrando en Ciencias Humanas, opción Historia Rioplatense, en Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación (FHCE-UDELAR). Email: gaston_laborido1@hotmail.com
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cuando el ecuatoriano piloto Alberto Spencer pasó la pelota a Pedro Rocha. Esa tarde,
en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, unas 39.000 personas asistieron para
presenciar lo que significaría una nueva hazaña para el fútbol uruguayo: Peñarol triunfó
sobre River Plate 4 a 2 superando una serie de dificultades y coronándose Campeón de
América por tercera vez.
El resultado provocó una euforia generalizada en los montevideanos, que salieron a
copar las calles para cantar, corear, gritar y festejar de alegría la misma noche hasta las
primeras horas de la madrugada. Cuando uno recorre la prensa montevideana, se
encuentra con que estos sucesos por su magnitud, fueron comparados con la
consagración de Maracaná en 1950, pues no se veía cosa igual desde aquel 16 de julio.
Estos festejos tuvieron repercusiones importantes, en tanto en un contexto histórico de
crisis la gente salió a celebrar; además, los festejos incluyeron a aficionados de Peñarol
y de los demás equipos. De alguna manera esto nos muestra el lugar que ocupa el fútbol
en la identidad nacional.
En el presente artículo se toma como objeto de estudio el fútbol. Esto genera algunas
dificultades. En nuestro país, en los últimos años ha aumentado la producción
intelectual relacionadas al deporte (más específicamente sobre el fútbol), pero aún sigue
siendo un campo en permanente construcción. A partir del trabajo de investigadores
provenientes de diferentes áreas como la sociología, antropología, historia, se han
realizado diferentes abordajes del fútbol, que de alguna manera aportan herramientas
para mirar el fútbol con una visión académica. A raíz de los trabajos que aparecieron
publicados en el tomo 14 de los Cuadernos de Historia, Carlos Demasi señala que “en
líneas generales puede decirse que aparecen dos maneras de mirar el fútbol: una como
manifestación de fenómenos que se generan en otros espacios sociales, y otra como
expresión de características propias de fútbol como práctica social” (2014: 10).
El artículo que presento, tiene una mirada sobre el objeto de estudio desde la primera
perspectiva. A tales efectos, tomo dos documentos que serán la base de análisis de mi
trabajo. El primero, fue publicado al día siguiente del partido, el sábado 21 de mayo en
el periódico El País. La nota estuvo a cargo del periodista deportivo y letrista de
carnaval Carlos Soto (1929-2012) y fue titulada “La calle, que es mujer, se hizo anoche
varón de ley”. El artículo refiere a los festejos por la victoria del equipo mirasol, aunque
el eje de su análisis es una reivindicación a la calle, pero mucho más que lugar de
circulación, sino como escenario de manifestación constitucional y deportiva.
El segundo documento, fue publicado en el semanario Marcha el viernes 27 de mayo de
1966 y corresponde a un artículo de corte humorístico escrito por “Mónica”
(pseudónimo de la periodista Elina Berro) bajo el título “Cuatro a dos”. Este artículo,
hace referencia al triunfo de Peñarol y al festejo que incluyó a Alberto Héber Uscher,
Presidente del Consejo Nacional de Gobierno, apodado cariñosamente “Titito”, y
reconocido hincha de Nacional.
En relación a la forma de trabajo, se toma como base de análisis los documentos
seleccionados con el objetivo de realizar una reconstrucción a través de El País y
Marcha acerca de las repercusiones y comentarios de los festejos por el resultado de la
final de la Copa Libertadores de 1966. La intención del trabajo radica en presentar un
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abordaje del fútbol y de todo lo que gira a su alrededor, interrelacionado este deporte
con otras esferas de la vida cotidiana como la sociedad y la política.
El trabajo está organizado en tres partes. La primera apunta a repasar de forma sintética
la Copa Libertadores de 1966. Aquí se toma en cuenta las particularidades de esa
edición del torneo y especialmente la final entre Peñarol y River Plate. La segunda
parte, tiene que ver con un análisis de los estilos de las crónicas seleccionadas, en donde
no solo se analiza lo que dicen los textos, sino también como lo dicen. La última parte,
pretende analizar la dimensión de los festejos en función del lugar que ocupa el fútbol
en la identidad nacional del uruguayo.
2
Participantes: Argentina: River Plate (campeón de la temporada de 1947). Bolivia: Litoral (campeón de
La Paz de 1947). Brasil: Vasco da Gama (campeón Estatal de Río de Janeiro de 1947). Chile: Colo-Colo
(campeón de la temporada de 1947). Ecuador: Emelec (campeón de las Guayas, 1948). Perú: Deportivo
Municipal (subcampeón del campeonato peruano de fútbol de 1947). Uruguay: Nacional (campeón de la
temporada de 1947).
3
Presidida por el uruguayo Fermín Sorhueta.
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Peñarol (Uruguay); San Lorenzo (Argentina); Bahía (Brasil); Millonarios (Colombia); Olimpia
(Paraguay); Universidad de Chile (Chile) y Jorge Wilstermann (Bolivia).
5
Por Argentina participaron 3 equipos y de las demás ligas lo hicieron dos equipos. Por Argentina: Boca
Juniors, River Plate e Independiente (por ser el campeón vigente del torneo). Bolivia: Deportivo
Municipal y Jorge Wilstermann. Chile: Universidad de Chile y Universidad Católica. Ecuador: Emelec y
Nueve de octubre. Paraguay: Olimpia y Guaraní. Perú: Alianza Lima y Universitario. Uruguay: Peñarol y
Nacional. Venezuela: Lara y Deportivo Italia.
6
Partidos de Peñarol. Primera fase – Grupo 3: Nacional 4-0 Peñarol. Jorge Wilstermann 1-0 Peñarol.
Nueve de Octubre 1-2 Peñarol. Emelec 1-2 Peñarol. Deportivo Municipal 1-2 Peñarol. Peñarol 2-0 Jorge
Wilstermann. Peñarol 3-1 Deportivo Municipal. Peñarol 2-0 Nueve de Octubre. Peñarol 4-1 Emelec.
Peñarol 3-0 Nacional. Segunda fase – Grupo B: Univ. Católica 1-0 Peñarol. Peñarol 3-0 Nacional.
Peñarol 2-0 Univ. Católica. Nacional 0-1 Peñarol.
7
Partidos de River Plate. Primera fase – Grupo 1: River Plate 2-1 Boca Jrs. Lara 1-2 River Plate.
Deportivo Italia 0-3 River Plate. Universitario 1-1 River Plate. Alianza Lima 0-2 River Plate. River Plate
5-0 Universitario. River Plate 3-0 Lara. River Plate 3-2 Alianza Lima. River Plate 2-1 Deportivo Italia.
Boca Jrs. 2-0 River Plate. Segunda fase – Grupo A: Guaraní 1-3 River Plate. Independiente 1-1 River
Plate. River Plate 2-2 Boca Jrs. River Plate 4-2 Independiente. River Plate 3-1 Guaraní. Boca Jrs. 1-0
River Plate.
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Los aurinegros, dirigidos por Roque Gastón Máspoli alistaron al siguiente equipo: L. Mazurkiewicz; O.
Caetano, J. Lezcano, N. Díaz, P. Forlán; N. Gonçalves, J. C. Cortés; J. C. Abbadie, A. Spencer, P. Rocha
y J. Joya. El equipo argentino saltó a la cancha bajo la conducción técnica de Renato Cesarini con los
siguientes jugadores: A. Carrizo; A. Sainz, E. Grispo, R. Matosas, A. Vieytez; J. C. Sarnari, J. Solari, E.
Onega; L. Cubilla, D. Onega y O. Más.
9
El relator de CX 8 Radio Sarandí Carlos Solé, cuando convirtió el cuarto gol Peñarol señaló en su relato:
“vayan preparándose los peñarolenses y los aficionados uruguayos en Montevideo. Está este campeonato
ganado y ganado si ustedes me permiten la expresión que no es académica pero para serles más gráfico,
¡ganado a lo macho!”.
10
Nacional, Cerro, Rampla Jrs., Danubio, Sud América, Wanderers, Defensor Sp., Fénix y Racing.
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diarios nos permiten reconstruir las principales preocupaciones que seguramente tenían
las sociedades en determinados momentos históricos.
El espacio destinado a acontecimientos vinculados al fútbol en la prensa uruguaya de la
primera década del siglo XX, no tenía ninguna relevancia. En cambio, el turf era el
deporte preferido por los diarios. Durante el período previo a 1908, los diarios apenas
anunciaban fechas de encuentros y alineaciones de los clubes. Las incipientes crónicas
estaban en espacios pocos vistosos, generalmente en la mitad del periódico y ubicados
entre avisos fúnebres o anuncios de remates de Piria.
Después de la primera década del siglo XX, las crónicas referidas al fútbol en nuestro
país se fueron apoderando de espacios en la prensa. Los periódicos informan acerca de
cuestiones básicas relacionadas al fútbol: horarios, días, venta de entradas y sus precios,
goles de cada partido, análisis de cada encuentro, notas sobre los hechos destacados,
entrevistas a estrellas del partido, fotografías, entre otras cuestiones.
A su vez, las crónicas deportivas tienen como objeto el fútbol, pero también todo lo que
gira en su entorno. En este sentido, los periodistas deportivos terminan hablando de
episodios que ocurren antes, durante o después del partido, tanto dentro como fuera del
campo de juego. Esto significa, que los periodistas deportivos cuando escriben en los
diarios tienen una gran influencia y popularidad, pues forman la opinión pública y
colocan en la agenda cotidiana preocupaciones y dejan de lado otras. Quienes escriben
sobre fútbol, terminan siendo catalizadores naturales y obligados del mundo que se
mueve alrededor del fútbol. Franklin Morales (1969) señala que:
El tono general de esa crónica reconoce una línea: la reducción del fútbol
esencialmente a lo emotivo, a lo sentimental, a veces a lo cursi, casi siempre a lo
retórico. Parece haber una excesiva influencia del hincha que subyace en cada
uruguayo y que no le abandona nunca. Así, el partido golpea primero y sobre
todo en su parte anímica. Allí se graba y desde allí se transmite al público
(1969:664).
En términos generales, cualquier crónica periodística contiene dos dimensiones: la
primera tiene que ver estrictamente con lo que dice el texto; la segunda está relacionada
con como dice el autor lo que allí aparece, es decir, los estilos y los tonos elegidos por
éste. Los textos de Carlos Soto y Elina Berro mucho dicen acerca de las repercusiones
de los festejos de la consagración de Peñarol; pero a su vez, hacen referencia a ellos con
estilos diferentes, así, “Mónica” se muestra en una línea mucho más “burlesca” de la
situación que el letrista Soto:
¡Pero vos estás loca! ¡Cambiarme de apellido! – Macoco siempre tan pesado.
Cambiarme de apellido, no. Mi bisabuela se llamaba Peña, che. –le contesté.- No
voy a perder esta ocasión de usarlo. ¿Vos te das cuenta lo que es llamarse Peña
en estos días? Onda a muerte. “Voy a lo de Peña… Me llamaron los Peña…”.
Los Peña, los Peña… Me siento identificada con el pueblo. Mónica Peña:
¡sensacional! (27 de mayo de 1966: 11).
A mediados del siglo XX la historia intelectual tuvo gran desarrollo y enorme influencia
en la historiografía. El origen de esta corriente radica en la combinación de los estudios
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sobre la historia del pensamiento político con las reflexiones sobre la historia de las
ideas. La constitución de la historia de las ideas como disciplina particular, contó con la
figura del norteamericano Arthur Lovejoy, quien fundó en los años veinte del siglo XX
en Estados Unidos la escuela de History of Ideas. En sus planteos, Lovejoy puso énfasis
en lo que él llamaba “ideas nucleares”, que consiste en ideas abstractas que eran
expresadas de diferentes maneras a lo largo de la historia.
La obra de Lovejoy y su escuela, impulsó al desarrollo de la historia de las ideas en el
ámbito anglosajón en los años cuarenta y cincuenta, nucleados en la llamada “Escuela
de Cambridge” (Inglaterra). Ésta escuela, tomó sus rasgos distintivos de la obra de Peter
Laslett, quien estudió a John Locke, procurando analizar a quien se dirigía Locke en sus
escritos. Analizó archivo de correspondencia y mostró que el verdadero interlocutor de
Locke no era Hobbes como suele afirmarse, sino un autor prácticamente desconocido
hoy, Filmer, y que sólo en relación con éste pueden comprenderse las ideas de aquel. La
preocupación de esta escuela es analizar la importancia del contexto en el cual fueron
producidos los textos políticos, procurando encontrar con quien dialogaban y a quien se
dirigían.
Uno de los representantes de la historia intelectual es el polémico historiador británico
Quentin Skinner (1940); quien intentó proveer un fundamento teórico a la propuesta
historiográfica de Laslett. Para ello, analiza los textos provenientes del campo de
historia de las ideas, intentando reconstruir un lenguaje político determinado en función
del contexto, esto supone, encontrar la intencionalidad del autor del texto en su contexto
político y lingüístico. Skinner tomó aportes de la larga tradición anglosajona de filosofía
del lenguaje, sobre todo a partir de la distinción de John L. Austin (1911-1960) y de
John Searle (1932).
El filósofo John Austin define a los textos como actos de habla (“speech acts”). Para
comprender un texto desde esta perspectiva, es necesario situar su contenido
proposicional en la trama de relaciones lingüísticas en el que éste se inserta a fin de
descubrir, tras tales actos de habla, la intencionalidad (consciente o no) del agente; es
decir, que hacía éste al afirmar lo que afirmó en el contexto en que lo hizo11. En tal
sentido, el eje de análisis debe versar entre el nivel locutivo del texto y el nivel
ilocutivo, es decir, entre lo que se dice y lo que se hace al decirlo.
Partiendo de los fundamentos de la historia intelectual, para comprender y darle sentido
a un texto es necesario hacer entrar en juego el texto con su contexto. En este sentido,
hay que recuperar en el texto la intencionalidad de su autor, en tanto se entiende a todo
texto escrito como acto de habla.
De este modo, cuando nos aproximamos a la crónica de Carlos Soto “La calle, que es
mujer, se hizo anoche varón de ley”, lo primero que nos preguntamos es sobre las
condiciones de producción del texto: quien escribe, sobre que escribe, para quien
escribe, para que escribe (con qué objetivo), cuando y donde escribe, en qué situación
temporal, espacial, social, cultural.
11
Palti, Elías. Ideas políticas e historia intelectual: texto y contexto en la obra reciente de Quentin
Skinner. Versión digital disponible en: http://www.fder.edu.uy/contenido/ideas/documentos-
2014/skinner-hobbes.pdf
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Carlos Soto desde muy joven estuvo vinculado al carnaval, de hecho, fue uno de los
letristas más laureados y reconocidos del carnaval uruguayo. Debutó como murguista en
1947 en La Milongona Nacional, y a lo largo de su trayectoria obtuvo múltiples premios
y reconocimientos. En la misma murga se inició como letrista en 195212. Fue miembro
fundador de DAECPU (Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares
del Uruguay). A su vez, Soto incursionó en el periodismo deportivo en los diarios El
País y El Diario.
En su crónica, Carlos Soto comienza el tema llevándolo a lo vivencial, a lo cotidiano.
Por tratarse de una crónica en un diario, el documento tiene carácter público, es decir,
pretende llegar a los lectores de la sección deportes del diario El País. En esa crónica,
hace una apología a la calle y la concibe como escenario de experiencias, como lugar de
aprendizaje, pero plantea el tema con la carga poética de un letrista de carnaval:
Yo soy amigo íntimo de la calle. Le ofrecí mi mano y mi corazón sincero apenas
tuve conciencia de sus enseñanzas. Pero ella es mujer… por eso me miró con
desconfianza. Me dio toda la soga que quise para correr entre los andariveles del
afile y, cuando se aseguró que mi arrime era auténtico, sin escondidos motivos,
alzó su mano (la misma que antes me había dado con reticencias) para
acariciarme la cabeza en ademán netamente femenino. Empezamos a
conocernos. Y en el trato de todos los días, nació el amor mutuo. Un amor que
tuvo como besos la experiencia, como caricias ásperas algún revés imprevisto
para la inocencia de los pocos años, como citas furtivas para los que se oponen a
ciertos amores, el aprendizaje de todo aquello que no se sabe (21 de mayo de
1966: 17).
Lo primero que debemos considerar de este cronista, es su concepción machista en el
lenguaje y la tonalidad de la crónica. El texto se inscribe en los años sesenta, en donde
los derechos por la mujer no se habían consagrado en su plenitud y además ocupaba un
rol de sumisión en relación a los hombres. El título de la nota, insiste en que la calle
tiene género y es mujer, pero ante un episodio de algarabía, cambió de género y pasó a
ser varón. En este sentido, parece ser que para Soto, solamente el varón puede ser capaz
de ser protagonista de una experiencia de tal magnitud como lo es un festejo deportivo.
Por otro lado, Soto analiza los festejos haciendo una vaga descripción del contexto
histórico. La época de bonanza económica producida por los buenos precios de los
productos exportables como consecuencia de la segunda guerra mundial y durante parte
de la década del cincuenta por la guerra de Corea, generaron una expansión económica
en la industria y el empleo (mejorando los niveles de ingreso, logrando elevar el nivel
de vida de la población). Una vez terminados los conflictos internacionales, las
importaciones mermaron en precio y cantidad, las divisan decrecieron sustancialmente,
derivando en un desastroso deterioro de los términos de intercambio, las balanzas
comercial y de pagos se volvieron negativas y los ritmos de crecimiento del PBI se
desaceleraron. En efecto, Uruguay y Latinoamérica padecieron uno de los períodos
12
Carlos Soto tuvo una larga trayectoria que se extendió hasta sus últimos días. Escribió entre otros
conjuntos para: Asaltantes con Patente, La Milongona Nacional, Los Saltimbanquis, La Gran Muñeca, La
línea Maginot, Los Arlequines, Parodistas de Chocolate, Los Jardineros de Harlem, Los Filarmónicos,
Negros Melódicos, Yambo Kenia y Cuareim 1080.
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Lo que hoy conocemos como deporte, posee características diferenciales que se originan
en las circunstancias sociales y ambientales creadas por la sociedad industrial. Tuvo su
origen en Inglaterra, a partir del siglo XVIII e inicios del XIX, época de la revolución
industrial, mediante un proceso de transformación de juegos y pasatiempos
tradicionales, iniciado por las elites sociales. Allí tuvieron un papel fundamental las
“Publics Schools” y los “clubs” ingleses. Inglaterra fue la cuna de la Revolución
Industrial y de los deportes modernos.
El deporte se convierte en una actividad global desde que rompe con las fronteras de su
origen. De la mano de los ingleses, deportes y fábricas se extenderían por el resto del
mundo. En este sentido, Jean-Marie Brohm (1993) indica que el deporte surgió en el
siglo XIX como práctica de clase, adquiriendo significaciones diferentes según las
clases sociales. En los inicios, la burguesía concebía al deporte como ocio, como una
forma de pasatiempo. Con el correr del tiempo se fue popularizando y adquiriendo
nuevos significados, entre ellos la identificación colectiva.
En esta dinámica incluyente del fútbol –de totalidad y globalidad- la sociedad se
retrata y representa, pero también se cohesiona para dar sedimento al sentido
nacional (Dávila, 2003). El fútbol es un sistema de relaciones y
representaciones, que produce una integración simbólica de la población
alrededor de los múltiples componentes que tiene, produce o atrae; sea a partir
de la práctica deportiva como de las esferas que lo rodean directa o
indirectamente”. (Carrión, F., s/f).
Es necesario pensar el deporte desde nuevos abordajes teóricos y metodológicos. Para
ello, Patricia Falco Gonevez (1998) entiende que para abrir esta posibilidad de análisis,
podemos pensar al deporte como un objeto de la Historia social o de la Historia
cultural. Desde esta perspectiva, las investigaciones deben pensarse a partir de las
ventajas formativas que brinda la Historia social y cultural, y también de la necesidad de
incorporar nuevas fuentes en el análisis histórico.
Es fundamental utilizar el deporte como objeto relevante para entender la sociedad. El
deporte permite explicar las relaciones sociales, puesto que el deporte, en tanto
fenómeno social, se relaciona con otras esferas de la vida cotidiana como la sociedad y
la política. En esta línea, la problemática de la identidad como distinguibilidad
(Giménez, G., 1997) recobra vital importancia e interés, ya que el fútbol como práctica
supone un espacio de identificación colectiva y de construcción de identidad.
En consecuencia, una posible aproximación es el tema de la identidad (social) en el
fútbol. Como señala Luis Antezana “(…) podría ser considerado como parte del debate
entre las identidades culturales vs. las metaidentidades –o identidades universales. Hoy
en día, ese debate supone una suerte de axioma: es necesario afirmar –es decir, no
negar- las diversas identidades culturales existentes.” (2003: 91).
Necesariamente debemos partir de algunas conceptualizaciones de la nación para poder
establecer como se manifiesta la identidad nacional a través del fútbol. Una nación es
una creación histórica, es decir, es una creación cultural. Lo que configura a una nación
es la “conciencia nacional”. Pero a su vez, las naciones se construyen a si mismas y se
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creen sus propios mitos. Cada nación tiene su propia identidad, que es el lugar que las
personas ocupan en la estructura social, tiene que ver con el cómo se imaginan en
oposición a los otros; esto es, un país va construyendo su identidad como un relato que
se define porque se junta por algo y se opone con otra cosa.
Todas las naciones generan una auto imagen, y para ello es necesario encontrar
singularidades que dan identidad. En este sentido, una gama amplia de elementos
forman la identidad: historia, símbolos, himnos, prácticas sociales, idioma, gustos,
palabras, deportes, momentos decisivos que unen, entre otros.
En nuestro país, la identidad nacional la forjó el batllismo, sobre todo a partir de la
década del 20 y 30 del siglo XX (A. Morales, 2003). Esa identidad se fue construyendo
con elementos de resignificación como el fútbol. En consecuencia, nuestra identidad se
hace visible claramente en el fútbol, que indudablemente por la magnitud que tiene este
deporte, genera repercusiones en otros espacios sociales. El profesor Andrés Morales
señala que “durante los años veinte y comienzos de los treinta hubo un intenso proceso
de construcción de identidades que se desarrolló en el fútbol uruguayo en torno a la
llamada “generación olímpica”. Este, a la vez, estuvo vinculado con el sistema de
partidos, la política y el imaginario nacional del período de 1916 a 1930” (2013: 11).
Cuando leemos las crónicas de Carlos Soto y Elina Berro, podemos ver las dimensiones
que adquirieron los festejos en Montevideo por la consagración de Peñarol. Los festejos
terminan siendo formas de manifestación de la identidad nacional. En este sentido,
tomaremos en este apartado dos dimensiones de análisis.
La primera dimensión, tiene que ver con el lugar que ocupa el fútbol en la cotidianidad
del uruguayo. El fútbol mueve multitudes en nuestro país y termina siendo un espacio
de expectativas: a modo de ejemplo podemos citar situaciones generadas cuando juega
Uruguay, en donde las instituciones educativas no pasan lista, los oficinistas se agrupan
alredor del televisor, los pocos ómnibus que circulan llevan encendidas las radios para
escuchar el partido. Mientras en Santiago de Chile jugaban Peñarol y River, en Uruguay
la gente aguardaba el resultado y C. Soto se refirió así:
(…) la calle me regaló un chofer omnibusero con radio a transistores encendida
para que escuchara el pasaje… un bedel de Liceo revisando a los alumnos para
que no entraran a clase con uno de esos malditos aparatos… malditos que ayer
fueron bendecidos. Porque uno siempre agradece, aunque más no sea que
interiormente, aquello que le trae el bien, la dicha, el gozo máximo… (21 de
mayo de 1966: 17).
Además de vivir el partido con enorme intensidad, en caso que el resultado sea
favorable y se juegue algo importante, el uruguayo tiende a salir a copar las calles
principales. Esto fue lo que se vivió la noche del viernes 20 de mayo de 1966 cuando
finalizó el encuentro entre Peñarol y River Plate y así lo manifestó Carlos Soto:
La calle me regaló (así lo considero) la alegría de un pueblo; el grito limpio de
libertad constitucional y deportiva; el canto de miles de gargantas desafinando
(¡qué importaba!); el repique de los tambores de siempre, de las baterías de
siempre, de las bocinas de siempre, del tránsito detenido de siempre; de las
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El texto del proyecto decía lo siguiente: “Artículo 1° - Dispóngase la acuñación de medallas de oro que
como homenaje del Senado, se entregarán a cada uno de los jugadores del Club Atlético Peñarol que
intervinieron en partidos disputados por la Copa Libertadores de América ganada por dicha institución.
Artículo 2° - La Presidencia del Cuerpo procurará concertar con la Presidencia de la Cámara de
Representantes la celebración de un acto público en el Salón de Fiestas del Palacio Legislativo, durante
el cual se hará efectiva la entrega del premio previsto en el artículo anterior.
Artículo 3° - Refuérzase el Rubro Sala y Secretaría del presupuesto del Senado, en la cantidad necesaria
para atender el gasto previsto en la presente resolución.
Artículo 4° - Comuníquese, etc.
Montevideo, 20 de mayo de 1966”.
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Consideraciones finales
No ha sido la intención de este artículo desarrollar explicaciones de fondo acerca del
lugar que ocupa el fútbol en la identidad nacional. Lo que surge de este trabajo son dos
conclusiones, en donde una de ellas abre camino a seguir investigando sobre el asunto.
En primer lugar, luego de analizar la dimensión ilocutoria de las crónicas, podemos
asegurar que Carlos Soto y Elina Berro tienen lectores implícitos diferentes. Por un
lado, Soto le habla al lector común de la sección deportes, con un lenguaje metafórico
pero sencillo. Con el estilo emotivo propio de un letrista de carnaval se refiere a los
festejos desplegados en la calle, que la concibe como escenario de manifestación de la
identidad del uruguayo. Por otro lado, Elina Berro a través de Mónica se muestra mucho
más crítica de la situación a través del efecto cómico, en donde pone en ridículo a la
clase alta uruguaya. En este caso, Berro mediante la sátira, pretendo poner en ridículo
aquellos integrantes de ese sector social que se enrolan con el fútbol.
En segundo lugar, podemos asegurar que el fútbol es una manifestación indiscutible de
la identidad nacional. En mayo de 1966, los montevideanos celebraron en conjunto, sin
importar el club al cual pertenecían. De esto se desprende, que la victoria de Peñarol
supuso algo mucho más que un triunfo de Peñarol sobre River Plate, sino que se
significó algo mucho más fuerte y se vivió como un triunfo de Uruguay sobre
Argentina. Desde esta perspectiva se entiende que el Presidente del Consejo Nacional
de Gobierno también haya participado de los festejos, por más que era un reconocido
hincha de Nacional.
A raíz de la conclusión anterior, surge la siguiente interrogante: ¿Qué elementos
intervinieron en la segunda mitad del siglo XX como para que los logros de los clubes
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dejen de ser celebrados por el colectivo y pasen a formar parte solamente de la identidad
del club que logra el título? Esta pregunta implica una profunda reflexión acerca de
cómo la violencia se ha apoderado de espacios sociales y el fútbol no escapó a ella. La
violencia ha operado de manera negativa en la cohesión social, causando profundas
divisiones por un simple partido de fútbol. Sin embargo, otra es la situación cuando
juega la selección uruguaya.
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