Trastornos Disociativos
Trastornos Disociativos
Trastornos Disociativos
Amnesia disociativa
Causas
La amnesia disociativa parece estar causada por el estrés (la experiencia o la visión de
experiencias traumáticas, situaciones de estrés graves en la vida o graves conflictos internos).
Los episodios de amnesia pueden ser precedidos de abusos físicos o experiencias sexuales y
situaciones emocionalmente abrumadoras en las cuales existe amenaza, lesión o muerte (como
una violación, una guerra o un desastre natural como un incendio o una inundación). Las
situaciones de mayor estrés en la vida incluyen el abandono, la muerte de un ser querido y la
ruina financiera. También pueden conducir a la amnesia la inquietud por impulsos de culpabilidad,
dificultades aparentemente insolubles o conductas criminales. De un modo general se acepta que
algunas personas, como las que son fácilmente hipnotizadas, son más propensas a desarrollar
amnesia que otras.
Síntomas y diagnóstico
Tratamiento y pronóstico
Es esencial una atmósfera de apoyo en la que la persona se sienta segura. Esta sola medida
conduce con frecuencia a una recuperación espontánea gradual de los recuerdos perdidos.
Si la memoria no se recupera de modo espontáneo o si es urgente su recuperación, a menudo
son eficaces las técnicas de recuperación de la memoria. Usando la hipnosis o los efectos de
determinados fármacos, el médico pregunta a la persona amnésica acerca de su pasado. El
médico debe tener mucho cuidado porque es probable que se hagan patentes durante el proceso
las circunstancias que estimularon la pérdida de memoria y esto puede resultar muy perturbador.
No puede asumirse que sean exactos los recuerdos recuperados a través de estas técnicas. Sólo
podrá determinar su exactitud la corroboración externa. Sin embargo, el hecho de completar al
máximo las lagunas de memoria podrá contribuir a restablecer la continuidad de la identidad de la
persona y de su sentido del yo. Una vez desaparecida la amnesia, el tratamiento continuado
ayudará a la persona a comprender el trauma o los conflictos que causaron la situación y a
encontrar medios para resolverla.
La mayoría de la gente recupera lo que parecen ser sus memorias perdidas y resuelve los
conflictos que causaron la amnesia. Sin embargo, algunas personas nunca rompen las barreras
que les impiden reconstruir su pasado perdido. El pronóstico está determinado en parte por las
circunstancias de la vida de la persona, particularmente el estrés y los conflictos que provocaron
la amnesia.
Fuga disociativa
La fuga disociativa consiste en una o más salidas de una persona de su casa repentina,
inesperada y deliberadamente, durante las cuales no recuerda una parte o la totalidad de su vida
pasada y no sabe quién es, o bien se da una nueva identidad.
La fuga disociativa afecta aproximadamente al dos por mil de la población. Es mucho más
frecuente en personas que han estado en guerras, accidentes y desastres naturales.
Causas
Las causas de la fuga disociativa son similares a las de la amnesia disociativa pero con algunos
factores adicionales. Frecuentemente, la fuga ocurre en circunstancias en las que se puede
sospechar simulación. La simulación es un estado en el cual una persona se comporta como si
estuviera enferma, porque ello la libera de dar cuenta de sus acciones, le da una excusa para
evitar responsabilidades o reduce su exposición a un riesgo conocido, como un trabajo peligroso.
Más aún, muchas fugas parecen representar el cumplimiento de deseos encubiertos (por ejemplo,
escapar de un estrés insoportable, como el divorcio o la ruina financiera). Otras fugas están
relacionadas con sentimientos de rechazo o de separación, o pueden proteger a la persona del
suicidio o de impulsos homicidas.
Síntomas y diagnóstico
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento para una fuga en desarrollo incluye que el médico recoja información acerca de la
verdadera identidad de la persona, que deduzca por qué la abandonó y le ayude a reasumirla. Si
la información no puede ser obtenida directamente de la persona, se puede necesitar la
intervención de la policía y de los asistentes sociales.
La fuga disociativa se trata de forma bastante parecida a la amnesia disociativa y puede incluir el
uso de hipnosis o de entrevistas con facilitación farmacológica. Sin embargo, frecuentemente
todos los esfuerzos para recuperar los recuerdos del período de fuga son infructuosos. Un
psiquiatra puede ayudar a la persona a explorar sus mecanismos de manejo de las situaciones,
conflictos y temperamentos que desencadenaron el episodio de fuga.
Lo más frecuente es que las fugas duren horas o días y desaparezcan espontáneamente. A
menos que exista algún comportamiento durante el período de fuga que haya traído sus propias
complicaciones, el deterioro es leve y de corta duración. Si la fuga fue prolongada y el
comportamiento de la persona antes y durante ella fue problemático puede tener considerables
dificultades. Por ejemplo, un hombre puede haber abandonado su familia y sus responsabilidades
laborales, cometido un crimen o formado una pareja en su estado de fuga.
Causas
El trastorno de identidad disociativo parece estar causado por la interacción de varios factores:
- El estrés insoportable, como el haber sufrido abusos físicos o psicológicos durante la niñez.
- Una habilidad para separar los propios recuerdos, percepciones o identidades del conocimiento
consciente (capacidad disociativa).
- Antes de tener una visión unificada del yo y de los otros se puede consolidar sólidamente un
desarrollo anormal.
- Una insuficiente protección y atención durante la niñez.
El desarrollo humano requiere que los niños sean capaces de integrar complicados y diferentes
tipos de información y experiencias. A medida que los niños aprenden a forjarse una identidad
cohesionada y compleja, pasan por fases en las cuales se mantienen separadas diferentes
percepciones y emociones. Pueden usar estas diferentes percepciones para generar diferentes
yo, pero no todos los niños que sufren abusos o pérdidas o traumas importantes tienen la
capacidad de desarrollar múltiples personalidades. Los que sí tienen esta capacidad también
tienen formas normales de resolver sus problemas, y, en general, estos niños vulnerables están lo
suficientemente protegidos y tranquilizados por los adultos como para que no se desarrolle un
trastorno de identidad disociativo.
Síntomas
Las personas con un trastorno de identidad disociativo pueden experimentar a menudo un cuadro
de síntomas que pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Los síntomas pueden
ser similares a los de la ansiedad, de las alteraciones de la personalidad, de la esquizofrenia y de
los trastornos afectivos o de la epilepsia. La mayoría de las personas sufre síntomas de
depresión, ansiedad (dificultad para respirar, pulso acelerado, palpitaciones), fobias, ataques de
pánico, disfunciones sexuales, alteraciones del apetito, estrés postraumático y síntomas que
simulan los de las enfermedades físicas. Pueden estar preocupadas por el suicidio y son
frecuentes los intentos, así como los episodios de automutilación. Muchas personas con trastorno
de identidad disociativo abusan del alcohol o de las drogas en algún momento de su vida.
El cambio de personalidades y la ausencia de consciencia del propio comportamiento en las otras
personalidades hacen a menudo caótica la vida de una persona con este trastorno. Como las
personalidades con frecuencia interactúan entre ellas, la persona dice oír conversaciones
internas y las voces de otras personalidades. Esto es un tipo de alucinaciones.
Hay varios signos característicos del trastorno de la personalidad disociativo:
- Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos.
- Una capacidad fluctuante para asumir sus funciones, desde la eficacia en el trabajo y en la casa
hasta la inhabilidad.
- Intensos dolores de cabeza y otros síntomas físicos.
- Distorsiones y errores en el tiempo y amnesia.
- Despersonalización y desrealización (sentimiento de estar separado de uno mismo y
experimentar su medio como irreal).
Las personas con un trastorno de identidad disociativo frecuentemente oyen hablar a otros de lo
que ellas han hecho pero que no recuerdan. Otras pueden mencionar cambios en su
comportamiento que ellas tampoco recuerdan. Pueden descubrir objetos, productos o manuscritos
con los que no contaban o que no reconocen. A menudo se refieren a sí mismas como “nosotros”,
“él” o “ella”. Mientras que, en general, las personas no pueden recordar mucho acerca de sus
primeros cinco años de vida, la persona con un trastorno de identidad disociativo no recuerda
tampoco lo ocurrido entre sus 6 y 11 años.
Las personas con un trastorno de identidad disociativo tienen típicamente una historia de tres o
más diagnósticos psiquiátricos previos diferentes y que no han respondido al tratamiento. Estas
personas están muy preocupadas por temas de control, tanto el autocontrol como el control de los
demás.
Diagnóstico
Para realizar el diagnóstico de trastorno de identidad disociativo, el médico debe proceder a
realizar una entrevista médica y psiquiátrica, incidiendo especialmente acerca de experiencias
disociativas. Se han ideado entrevistas especiales para ayudar al médico a identificar el
trastorno. El médico también puede entrevistar al paciente durante períodos largos, pedirle que lo
visite regularmente y utilizar la hipnosis o entrevistas con facilitación farmacológica para tener
acceso a sus personalidades. Estas medidas aumentan la posibilidad de que la persona cambie
de una personalidad a otra durante la evaluación.
De forma creciente, los médicos consiguen hacer manifestarse las diferentes personalidades
pidiendo que hable la parte de la mente que estuvo implicada en un comportamiento concreto.
Puede que el paciente no recuerde este comportamiento o que lo haya experimentado más como
un observador que como un sujeto activo (como si la experiencia fuera como un sueño o irreal).
Tratamiento y pronóstico
Trastorno de despersonalización
Tratamiento y pronóstico