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Entrevista A María Torvisco

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Entrevista a María Torvisco

La cultura se ha convertido en un símbolo distintivo para


diferenciar a las personas que consumen cultura de las
que no, vivimos en una sociedad muy desigual y la
cultura alimenta esas desigualdades.

— FRACTURA, es su primer poemario en solitario tras el paso por prestigiosas


antologías. ¿Qué ha significado su aparición en las librerías, cómo trastoca la vida esa
sensación de sentirse “sin tapujos” ante el mundo?
—Para mí escribir es un acto privado y me produce un cierto pudor, en ese sentido,
aunque mi vida sigue siendo la misma, tengo la sensación de que los lectores, esos
seres sensibles y anónimos, van a formarse una idea de mí.
De todas formas me tranquiliza pensar que la interpretación de mi poesía la va a
construir el lector. Yo ya no estaré ahí.

—Abre el libro un poema de Antonio Gamoneda que reivindica el amor y la resistencia


frente al mundo ¿Es la poesía un acto de rebeldía, cuál es el motivo que la lleva a
escribir poesía?
—Los actos de rebeldía, para los que decidimos hacerlos, impregnan todos nuestros
movimientos. La poesía, para quienes escribimos, no es algo específico y
diferenciado de otros actos que realizamos todos los días, tiene que ver con nuestra
mirada diaria, con nuestra interpretación de casi todo por consiguiente la poesía será
un acto de rebeldía si el poeta elige ser rebelde.

Haber elegido a Gamoneda, y además este poema, es porque Gamoneda es un poeta


para mí de referencia y el poema habla de varias cosas pero sobre todo de la
resistencia social frente a una realidad políticamente hostil, hay que recordar que
Nazím fue un poeta turco que vivió buena parte de su vida entre la cárcel y el
destierro. Sobrevivió a través del pensamiento de la resistencia.

A mí me llevo hacia la escritura, la lectura, escribí en los cuadernos cuando era


pequeña y me aburría en clase y siempre tuve un amor especial por las palabras, por
su sonoridad, pero cuando decidí dejar de leer tebeos y leer libros y llegó a mis
manos la poesía ya no deje de estar nunca al lado de ella, leía pero no escribía, me
gustaba más lo que me pasaba leyendo, con el paso del tiempo aprendí a operar con
las palabras, a interpretar, a través de ellas, la realidad más allá de lo concreto, de
lo palpable, esto fue mucho después y ahí descubrí el placer único de escribir.

—El libro versa sobre la memoria y los recuerdos. Háblenos un poco más en
profundidad sobre estos conceptos y su desarrollo en FRACTURA.
—La memoria es una construcción propia que se alimenta del recuerdo y del olvido,
en Fractura salgo al encuentro del tiempo para marcarle el ritmo y lo hago
construyendo diques, deteniéndole y dejándole ir, esto lo hago a través de la
memoria, aquí la memoria no actúa como una sucesión de recuerdos biográficos, más
bien forma círculos que me permiten construirla y deconstruirla y así poder
incorporar mi mirada diaria.

No hay hilo argumental en Fractura, fractura se mueve en el campo emocional y


opera con la parte subjetiva del lenguaje.

—La edición de FRACTURA es impecable y rompedora frente al volumen aburrido y


soso que nos tienen acostumbrados con la poesía. ¿Qué la llevó a buscar este formato
más visual?
—Fractura se disuelve en el lenguaje, en la palabra, de ahí que su última parte esté
dedicado a la poética, en este sentido la portada tenía que ser un homenaje a las
letras, esas piezas pequeñas que construyen la gran maquinaria que es un poema, los
colores y todo lo demás fue una decisión conjunta entre Alicia, la editora y yo, gran
parte del acierto es de ella.

—Próximamente la podremos encontrar en la Feria del Libro de Madrid. ¿Qué siente


ante sus lectores, es un espejo en que es necesario mirarse o la escritura es un acto
de individualidad?
— Si fuera un acto individual y no contáramos con los lectores no editaríamos libros,
las poetas que editan es porque quieren ser leídas, otra cosa es que yo considere que
el hecho de escribir es un acto privado. No tengo claro que sea un espejo donde
mirarnos, creo que cada lector construye un libro con mi poemario y, como he dicho
yo ya, no estoy ahí por eso creo que puede ser un error intentar medir tu obra a
través de los lectores
—¿Cómo ve el mundo de la cultura en la España de hoy en día?
—La cultura se ha convertido en un símbolo distintivo para diferenciar a las personas
que consumen cultura de las que no, vivimos en una sociedad muy desigual y la
cultura alimenta esas desigualdades.

Yo creo que la cultura debería ser un derecho no un objeto mercantil.

No obstante creo que de manera independiente existen manifestaciones culturales


y / o artísticas dignas de conocerse, eso sí, sin ningún apoyo y reconocimiento por
parte de los gobernantes de mi país.

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