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Ley Nacional 24.556 - Convenciones

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CONVENCIONES

Ley N° 24.556

Apruébase la Convención Interamericana sobre


Desaparición Forzada de Personas, aprobada
por la Asamblea General de la Organización de
Estados Americanos (OEA) en su 24a. Asamblea
General.

Sancionada: Setiembre 13 de 1995.

Promulgada de Hecho: Octubre 11 de 1995.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación


Argentina reunidos en Congreso, etc., sancionan con
fuerza de Ley:

ARTICULO 1° — Apruébase la Convención


Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, aprobada durante la 24a. Asamblea
General de la Organización de Estados Americanos
(OEA), celebrada el 9 de junio de 1994, en la ciudad
de Belém do Para, República Federativa del Brasil,
que consta de veintidós (22) artículos y cuyo texto en
idioma español forma parte de la presente ley.

ARTICULO 2° — Comuníquese al Poder Ejecutivo


Nacional. — ALBERTO R. PIERRI. — CARLOS F.
RUCKAUF. — Esther H. Pereyra Arandía de Pérez
Pardo. — Edgardo Piuzzi.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO


ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS TRECE DIAS
DEL MES DE SETIEMBRE DEL AÑO MIL NOVECIENTOS
NOVENTA Y CINCO.

CONVENCION INTERAMERICANA SOBRE


DESAPARICION FORZADA DE PERSONAS LOS
ESTADOS MIEMBROS DE LA ORGANIZACION DE LOS
ESTADOS AMERICANOS,

PREOCUPADOS por el hecho de que subsiste la


desaparición forzada de personas;

REAFIRMANDO que el sentido genuino de la


solidaridad americana y de la buena vecindad no
puede ser otro que el de consolidar en este
Hemisferio, dentro del marco de las instituciones
democráticas, un régimen de libertad individual y de
justicia social, fundado en el respeto de los derechos
esenciales del hombre;

CONSIDERANDO que la desaparición forzada de


personas constituye una afrenta a la conciencia del
Hemisferio y una grave ofensa de naturaleza odiosa a
la dignidad intrínseca de la persona humana, en
contradicción con los principios y propósitos
consagrados en la Carta de la Organización de los
Estados Americanos;

CONSIDERANDO que la desaparición forzada de


personas viola múltiples derechos esenciales de la
persona humana de carácter inderogable, tal como
están consagrados en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre y en la
Declaración Universal de Derechos Humanos;

RECORDANDO que la protección internacional de los


derechos humanos es de naturaleza convencional
coadyuvante o complementaria de la que ofrece el
derecho interno y tiene como fundamento los
atributos de la persona humana;

REAFIRMANDO que la práctica sistemática de la


desaparición forzada de personas constituye un
crimen de lesa humanidad;

ESPERANDO que esta Convención contribuya a


prevenir, sancionar y suprimir la desaparición forzada
de personas en el Hemisferio y constituya un aporte
decisivo para la protección de los derechos humanos
y el estado de derecho;

RESUELVEN adoptar la siguiente Convención


Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas;

ARTICULO I

Los Estados Partes en esta Convención se


comprometen a:

a) No practicar, no permitir, ni tolerar la desaparición


forzada de personas, ni aun en estado de
emergencia, excepción o suspensión de garantías
individuales;

b) Sancionar en el ámbito de su jurisdicción a los


autores, cómplices y encubridores del delito de
desaparición forzada de personas, así como la
tentativa de comisión del mismo;

c) Cooperar entre sí para contribuir a prevenir,


sancionar y erradicar la desaparición forzada de
personas; y
d) Tomar las medidas de carácter legislativo y
administrativo, judicial o de cualquier otra índole
necesarias para cumplir con los compromisos
asumidos en la presente Convención.

ARTICULO II

Para los efectos de la presente Convención, se


considera desaparición forzada la privación de la
libertad a una o más personas, cualquiera que fuere
su forma, cometida por agentes del Estado o por
personas o grupos de personas que actúen con la
autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado,
seguida de la falta de información o de la negativa a
reconocer dicha privación de libertad o de informar
sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide
el ejercicio de los recursos legales y de las garantías
procesales pertinentes.

ARTICULO III

Los Estados Partes se comprometen a adoptar, con


arreglo a sus procedimientos constitucionales, las
medidas legislativas que fueren necesarias para
tipificar como delito la desaparición forzada de
personas, y a imponerle una pena apropiada que
tenga en cuenta su extrema gravedad. Dicho delito
será considerado como continuado o permanente
mientras no se establezca el destino o paradero de la
víctima.

Los Estados Partes podrán establecer circunstancias


atenuantes para los que hubieren participado en
actos que constituyan una desaparición forzada
cuando contribuyan a la aparición con vida de la
víctima o suministren informaciones que permitan
esclarecer la desaparición forzada de una persona.
ARTICULO IV

Los hechos constitutivos de la desaparición forzada de


personas serán considerados delitos en cualquier
Estado Parte. En consecuencia, cada Estado Parte
adoptará las medidas para establecer su jurisdicción
sobre la causa en los siguientes casos:

a. Cuando la desaparición forzada de personas o


cualesquiera de sus hechos constitutivos hayan sido
cometidos en el ámbito de su jurisdicción;

b. Cuando el imputado sea nacional de ese Estado;

c. Cuando la víctima sea nacional de ese Estado y


éste lo considere apropiado.

Todo Estado Parte tomará, además, las medidas


necesarias para establecer su jurisdicción sobre el
delito descrito en la presente Convención cuando el
presunto delincuente se encuentre dentro de su
territorio y no proceda a extraditarlo.

Esta Convención no faculta a un Estado Parte para


emprender en el territorio de otro Estado Parte el
ejercicio de la jurisdicción ni el desempeño de las
funciones reservadas exclusivamente a las
autoridades de la otra Parte por su legislación
interna.

ARTICULO V

La desaparición forzada de personas no será


considerada delito político para los efectos de
extradición.
La desaparición forzada se considerará incluida entre
los delitos que dan lugar a extradición en todo tratado
de extradición celebrado entre Estados Partes.

Los Estados Partes se comprometen a incluir el delito


de desaparición forzada como susceptible de
extradición en todo tratado de extradición que
celebren entre si en el futuro.

Todo Estado Parte que subordine la extradición a la


existencia de un tratado y reciba de otro Estado Parte
con el que no tiene tratado una solicitud de
extradición podrá considerar la presente Convención
como la base jurídica necesaria para la extradición
referente al delito de desaparición forzada.

Los Estados Partes que no subordinen la extradición a


la existencia de un tratado reconocerán dicho delito
como susceptible de extradición, con sujeción a las
condiciones exigidas por el derecho del Estado
requerido.

La extradición estará sujeta a las disposiciones


previstas en la constitución y demás leyes del Estado
requerido.

ARTICULO VI

Cuando un Estado Parte no conceda la extradición,


someterá el caso a sus autoridades competentes
como si el delito se hubiere cometido en el ámbito de
su jurisdicción, para efectos de investigación y,
cuando corresponda, de proceso penal, de
conformidad con su legislación nacional. La decisión
que adopten dichas autoridades será comunicada al
Estado que haya solicitado la extradición.

ARTICULO VII
La acción penal derivada de la desaparición forzada
de personas y la pena que se imponga judicialmente
al responsable de la misma no estarán sujetas a
prescripción

Sin embargo, cuando existiera una norma de carácter


fundamental que impidiera la aplicación de lo
estipulado en el párrafo anterior, el período de
prescripción deberá ser igual al del delito más grave
en la legislación interna del respectivo Estado Parte.

ARTICULO VIII

No se admitirá la eximente de la obediencia debida a


ordenes o instrucciones superiores que dispongan,
autoricen o alienten la desaparición forzada. Toda
persona que reciba tales ordenes tienen el derecho y
el deber de no obedecerlas.

Los Estados Partes velarán asimismo porque, en la


formación del personal o de los funcionarios públicos
encargados de la aplicación de la ley, se imparta la
educación necesaria sobre el delito de desaparición
forzada de personas.

ARTICULO IX

Los presuntos responsables de los hechos


constitutivos del delito de desaparición forzada de
personas sólo podrán ser juzgados por las
jurisdicciones de derecho común competentes en
cada Estado, con exclusión de toda jurisdicción
especial, en particular la militar.

Los hechos constitutivos de la desaparición forzada


no podrán considerarse como cometidos en el
ejercicio de las funciones militares.
No se admitirán privilegios, inmunidades, ni
dispensas especiales en tales procesos, sin perjuicio
de las disposiciones que figuran en la Convención de
Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

ARTICULO X

En ningún caso podrán invocarse circunstancias


excepcionales, tales como estado de guerra o
amenaza de guerra, inestabilidad política interna o
cualquier otra emergencia pública, como justificación
de la desaparición forzada de personas. En tales
casos, el derecho a procedimientos o recursos
judiciales rápidos y eficaces se conservará como
medio para determinar el paradero de las personas
privadas de libertad o su estado de salud o para
individualizar a la autoridad que ordeno la privación
de libertad o la hizo efectiva.

En la tramitación de dichos procedimientos o recursos


y conforme al derecho interno respectivo, las
autoridades judiciales competentes tendrán libre e
inmediato acceso a todo centro de detención y a cada
una de sus dependencias, así como a todo lugar
donde haya motivos para creer que se puede
encontrar a las persona desaparecida, incluso lugares
sujetos a la jurisdicción militar.

ARTICULO XI

Toda persona privada de libertad debe ser mantenida


en lugares de detención oficialmente reconocidos y
presentada sin demora, conforme a la legislación
interna respectiva, a la autoridad judicial competente.

Los Estados Partes establecerán y mantendrán


registros oficiales actualizados sobre sus detenidos y,
conforme a su legislación interna, los pondrán a
disposición de los familiares, jueces, abogados,
cualquier persona con interés legitimo y otras
autoridades.

ARTICULO XII

Los Estados Partes se prestarán reciproca


cooperación en la búsqueda, identificación,
localización y restitución de menores que hubieren
sido trasladados a otro Estado o retenidos en este,
como consecuencia de la desaparición forzada de sus
padres, tutores o guardadores.

ARTICULO XIII

Para los efectos de la presente Convención, el trámite


de las peticiones o comunicaciones presentadas ante
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en
que se alegue la desaparición forzada de personas
estará sujeto a los procedimientos establecidos en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, y
en los Estatutos y Reglamentos de la Comisión y de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, incluso
las normas relativas a medidas cautelares.

ARTICULO XIV

Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo anterior,


cuando la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos reciba una petición o comunicación sobre
una supuesta desaparición forzada se dirigirá, por
medio de su Secretaría Ejecutiva, en forma urgente y
confidencial, al correspondiente gobierno solicitándole
que proporcione a la brevedad posible la información
sobre el paradero de la persona presuntamente
desaparecida y demás información que estime
pertinente, sin que esta solicitud prejuzgue la
admisibilidad de la petición.
ARTICULO XV

Nada de lo estipulado en la presente Convención se


interpretará en sentido restrictivo de otros tratados
bilaterales o multilaterales u otros acuerdos suscritos
entre las Partes.

Esta Convención no se aplicará a conflictos armados


internacionales regidos por los Convenios de Ginebra
de 1949 y su Protocolo relativo a la protección de los
heridos, enfermos y náufragos de las fuerzas
armadas, y a prisioneros y civiles en tiempo de
guerra.

ARTICULO XVI

La presente Convención está abierta a la firma de los


Estados miembros de la Organización de los Estados
Americanos.

ARTICULO XVII

La presente Convención esta sujeta a ratificación. Los


instrumentos de ratificación se depositarán en la
Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos.

ARTICULO XVIII

La presente Convención quedará abierta a la adhesión


de cualquier otro Estado. Los instrumentos de
adhesión se depositarán en la Secretaría General de
la Organización de los Estados Americanos.

ARTICULO XIX
Los Estados podrán formular reservas a la presente
Convención en el momento de firmarla, ratificarla o
adherirse a ella, siempre que no sean incompatibles
con el objeto y propósito de la Convención y versen
sobre una o más disposiciones especificas.

ARTICULO XX

La presente Convención entrará en vigor para los


Estados ratificantes el trigésimo día a partir de la
fecha en que se haya depositado el segundo
instrumento de ratificación.

Para cada Estado que ratifique la Convención o


adhiera a ella después de haber sido depositado el
segundo instrumento de ratificación, la Convención
entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha
en que tal Estado haya depositado su instrumento de
ratificación o adhesión.

ARTICULO XXI

La presente Convención regirá indefinidamente, pero


cualquiera de los Estados Partes podrá denunciarla. El
instrumento de denuncia será depositado en la
Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos. Transcurrido un año contado a partir de
la fecha de depósito del instrumento de denuncia la
Convención cesará en sus efectos para el Estado
denunciante y permanecerá en vigor para los demás
Estados Partes.

ARTICULO XXII

El instrumento original de la presente Convención,


cuyos textos en español, francés, ingles y portugués
son igualmente auténticos, será depositado en la
Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos, la cual enviará copia autentica de su
texto, para su registro y publicación, a la Secretaría
de las Naciones Unidas, de conformidad con el
artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas. La
Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos notificará a los Estados miembros de
dicha Organización y a los Estados que se hayan
adherido a la Convención, las firmas, los depósitos de
instrumentos de ratificación, adhesión y denuncia, así
como las reservas que hubiese.

EN FE DE LO CUAL, los plenipotenciarios infrascritos,


debidamente autorizados por sus respectivos
gobiernos, firman el presente Convenio, que se
llamará "Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas".

HECHA EN LA CIUDAD DE BELEN, BRASIL, el nueve


de junio de mil novecientos noventa y cuatro.

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