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Dibújame Una Vaca-Amaranta Leyva

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Dibújame

una vaca




De: Amaranta Leyva
Obra para teatro de títeres
Contacto: lamaranta@gmail.com
Cel. 04455 37317994
No. de Registro 03-2003-102011564600-01

Amaranta Leyva lamaranta@gmail.com 1



LOS PERSONAJES:

Emilio, un niño de ocho años.
Su mamá, que se acaba de separar de su esposo.
La Vaca, la amiga de Emilio. Una vaca dibujada por Emilio de color verde.
Lila, la nueva amiga de Emilio.
Pablo, amigo de Lila y nuevo amigo de Emilio.
Juan, el chico banda.
La Banda de los chicos malos, la banda de Juan.



EL LUGAR:

La casa de Emilio. La nueva casa de Emilio donde acaba de llegar a vivir con su mamá.
Allí ha pasado la primera noche, después de haberse cambiado de casa y de ciudad. A
Emilio todavía no le gusta su casa. De la casa veremos el cuarto de Emilio.

El mapa de la isla de la palmera. Se trata del camino donde Emilio y La Vaca van
sorteando los “peligros” de la nueva isla a la que ha llegado Emilio. Esta isla no es mas
que una ciudad en provincia cuya geografía es desconocida y misteriosa para Emilio.

La escuela. La nueva escuela a la que Emilio llega.

Un paraje del camino. Donde Emilio se detiene a pensar y aceptar su nueva vida.

El parque. Donde Emilio sellará la amistad con sus nuevos amigos.

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Escena 1: La recámara de Emilio

La habitación está en semipenumbra. Emilio duerme en su nueva cama. Música
acompaña la acción.
De pronto, del cuaderno de dibujo de Emilio sale una hoja que comienza a volar. En la
hoja se alcanza a percibir una extraña figura que se acerca y aleja de Emilio. Parece
una sombra que lo acecha.
Emilio comienza a tener pesadillas.
La sombra se hace grande, la pesadilla de Emilio también.
La sombra se hace chica, la pesadilla de Emilio también.
La sombra se acerca, Emilio se asusta.
La sombra se aleja, Emilio descansa.
La sombra o la hoja con la extraña figura lo toca, lo acaricia.

Emilio: (Inquieto, tiene pesadillas.) Mhmmmm.
Vaca: Tranquilo. Ya llegué.
Emilio: ¿Papá?
Vaca: Frío, frío.
Emilio: (aliviado) ¿Mamá?
Vaca: Más frío.
Emilio: ¿Mamá y papá?
Vaca: ¡Congelado!
Emilio: (Sentándose en la cama de golpe) ¿¡Vaca?!
Vaca: ¡Caliente! Hola. Soy yo. (Enciende la luz.)
Emilio: (Apaga la luz.) ¿Qué haces aquí?
Vaca: Vine a verte. (Enciende la luz.)
Emilio: (Apaga la luz.) ¡No!
Vaca: No te veo. (Enciende la luz.)
Emilio: (Apaga la luz.) Tenías que quedarte.
Mamá: (off) ¡Emilio!
Emilio y Vaca: ¡Mamá!
La vaca desaparece.

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Emilio: ¡Ay, mi colcha!
Emilio brinca a la cama y se hace el dormido tapándose con la colcha.
La mamá entra.
Mamá: Emilio, ¿estás dormido?
(Emilio ronca diciendo que sí.)
Mamá: ¿Así que estás dormido?
Emilio: (Con ronquidos, vuelve a contestar que SI.)
Mamá: ¿Qué tan dormido?
Emilio: (Ronca muchas veces muy fuerte.)
Mamá: No. No veo qué tan dormido.
Emilio: (Ronca muchas más veces)
Mamá: (Enciende la luz.) Ahora sí veo.
Emilio: ¡No! (Brinca y apaga la luz.) Todavía no es de día.
Mamá: Pero si ya amaneció.
Emilio: ¿Ya? Ah.
Mamá: Buenos días hijo.(Va a darle un abrazo y un beso pero Emilio la esquiva.)
Emilio: No veo que sean buenos.
Mamá: Porque no has visto allá afuera. ¡Mira! (Siempre se referirá a la ventana del
cuarto desde donde sacará los objetos que le irá mostrando a Emilio). Los pajaritos
están trinando. En la casa de antes nunca trinaron tantos pajaritos juntos. Y mira el sol,
¡que brillante! En la casa de antes nunca habíamos tenido un sol tan brillante…
¿Quieres salir a verlo?
Emilio: ¿Hay una casa amarilla allá afuera?
Mamá: (Sabe a lo que Emilio se refiere pero hace el intento de seguir convenciéndolo)
No. Pero hay árboles.
Emilio: ¿Hay una banqueta de piedras allá afuera?
Mamá: No. Pero hay una palmera.
Emilio: Entonces no quiero.
Mamá: Emilio, vamos a conocer el nuevo vecindario.
Emilio: No quiero.
Mamá: Haz un esfuerzo.
Emilio: No.

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Mamá: (Cambia su tono dulce, se va poniendo enérgica) Emilio...
Emilio: No.
Mamá: ¡Emilio!
Emilio: No. No-quie-ro. No quiero este nuevo vecindario, yo quiero mi antiguo
vecindario, quiero mi casa de antes… ¡Y quiero a mi papá! (Toma la foto de su papá y la
abraza.)
Mamá: (Le quita la foto con cuidado y lo abraza.) Hijo, lo que nos está pasando no es
fácil ni para ti, ni para mí. Cambiarse de casa no es fácil. Debes extrañar tu cuarto de
antes, tus amigos de antes...
Emilio: Y a mi papá.
Mamá: Y a tu papá.
Emilio: Se quedó solo.
Mamá: No, Emilio, tu papá no está solo. Él tiene sus amigos allá.
Emilio: En la casa de antes, se quedó solo.
Mamá: Que no está solo. Además, tú dijiste que le ibas a dejar un amigo para que lo
acompañara.
Emilio: Sí pero, ¿qué tal si ese amigo se vino sin que yo me diera cuenta?
Mamá: ¡Mejor!
Emilio: ¿Por?
Mamá: Porque si ese amigo tuyo se vino, te puede acompañar a tu nueva escuela. Que
está muy cerca.
Emilio: ¿La nueva escuela?
Mamá: Sí.
Emilio: ¡No!
Mamá: Que sí.
Emilio: Que no.
Mamá: Vamos a cambiarte para que te veas muy guapo
(La mamá lo carga y le cambia de ropa.)
Emilio: ¡No quiero guapo!
Mamá: Te ponemos tu camisa preferida.
Emilio: ¡No es mi preferida!
Mamá: Tus pantalones de mezclilla...

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Emilio: ¡Esos sí!
Mamá: Guapísimo.
Emilio: Sí, claro.
Mamá: Ahora, te ponemos tu gorro.
Emilio: No. El gorro no. (Lo atrapa y se lo pone).
Mamá: Tu gorro… Tu mochila… Y ahora le ponemos un gorro a tu amigo, le ponemos
una mochila y listos… (Lo carga y se lleva de escena.) Listos para ir a la nueva escuela.
Emilio: No, la nueva escuela no.
Mamá: Que sí.
Emilio: Que no.
Mamá: Que sí.
Emilio: Que no.
Vaca: (Se asoma.) ¿Te acompaño?
Emilio: (Off) ¡No!

Escena 2: La nueva escuela
(La vaca se asoma. Se ha quedado sola en el cuarto. Comienza a jugar con la almohada
como si fuera un balón de futbol hasta que la lanza y la pierde.
De pronto, regresa Emilio.)
EMILIO: Vaca, llegué hasta la escuela me asomé y me regresé.
VACA: ¿Por?
EMILIO: Había muchos niños. Uno era alto, alto, alto… más alto… y flaco. Como una
jirafa a punto de comerme. Otro tenía el pelo como de fuego… era de fuego. Se me
acercó. Yo traté de escapar y cuando volteé hacia atrás… ¡Una niña! ¡Con unos ojos…!
Digo, con unas trenzas: largas, largas, largas… eran tan largas que era su cuerda para
atrapar a los niños nuevos. Por suerte no me vio porque yo… corrí para el otro lado,
salí al jardín… fui al árbol.
VACA: ¿Había un jardín?
EMILIO: Sí. ¡No! Mas bien… ¡Era una selva tenebrosa!
VACA: No fuiste a la escuela.
EMILIO: ¡Sí! (Acepta que no fue.) No. Sólo me asomé y me regresé corriendo.
VACA: ¿Por?

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EMILIO: Porque si me quedaba me iban a atrapar. Tú tenías que estar ahí para que me
defendieras.
VACA: Tú no quisiste que yo fuera.
EMILIO: No, yo le decía que no a mi mamá, no a ti.
VACA: Ah sí, como no, como no, como no. Tú no quisiste que yo fuera porque ya tenías
pensado no entrar. Y sabías que si yo iba, no te iba a dejar.
EMILIO: A veces me arrepiento de haberte dibujado.
VACA: ¡Ahhhh! Te arrepientes de mí, de tu vaca... Pues entonces… bórrame!
(La vaca le lanza una goma y ella se convierte en dibujo.)
EMILIO: No te burles, lo que pasa es que estoy triste porque extraño a mi papá.
VACA: (Vuelve a aparecer tridimensional.) Yo también.
EMILIO: ¿Ah sí? ¿Y porqué lo dejaste solo? Tu misión era quedarte y cuidarlo.
VACA: Estoy aquí, primero, porque tú me trajiste entre las hojas de tu cuaderno y
segundo… porque es tu misión la que no va muy bien.
EMILIO: Es que tienes que venir conmigo a investigar esta isla de la palmera.
VACA: A la escuela querrás decir.
EMILIO: Sí… No. No quiero que te vean.
VACA: ¡Ahhhh! Ahora te avergüenzas de mí. De tu vaca que dibujaste con un lápiz que
te regaló tu papá.
EMILIO: No me avergüenzo de ti.
VACA: Pues entonces llévame… te apuesto que en esa escuela nadie ha visto una vaca
tan linda como yo.
EMILIO: Es que… vaca, tengo que decirte algo.
VACA: ¿Qué?
EMILIO: Que las vacas no son como tú.
VACA: ¡Ahhh! (Corta su grito) No importa. Tengo todo lo que se necesita para serlo:
una cola, dos cuernos, dos orejas, cuatro patas…
EMILIO: Es que no quiero que te vean.
VACA: Pues entonces ve tú sólo.
EMILIO: ¿Solo? ¡No! Ya sé. Te puedo hacer un disfraz.
VACA: ¿Un disfraz? ¡Puagh! (Recapacita.) ¡Sí! ¡Un disfraz! ¡De bailarina! Fucsia. (Le
entrega una hoja de papel color fucsia.)

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EMILIO: No puedo… Sin mi papá no puedo. El me decía como dibujar.
VACA: Para dibujarme a mí no te dijo nada.
EMILIO: Y ve cómo saliste.
VACA: Bonita.
EMILIO: No puedo.
VACA: Sí puedes.
EMILIO: No puedo.
VACA: Sí puedes.
EMILIO: Que no puedo.
VACA: Que sí puedes.
(Emilio dibuja.)
EMILIO: ¡Listo!
VACA: Está preciosa. Pónmela.
(Le pone la falda.)
EMILIO: ¡Mira, vaca! Así se te tapa la cola.
VACA: Así no.
EMILIO: ¡Vaca! Ahora necesitamos algo para taparte las orejas y los cuernos.
VACA: ¡Una corona! ¡De bailarina!
EMILIO: Las niñas no van con corona a la escuela.
VACA: Pero yo no soy una niña. Soy una vaca bailarina.
EMILIO: ¡Unos moños!
VACA: ¿Moños? ¿Amarillos? ¡Puagh! Rojos… rosas… fucsias…
EMILIO: ¡Amarillos!
(Emilio ha terminado de dibujarlos y se los pone.)
VACA: ¡Ah…! Quedé preciosa. Eres un gran dibujante. Penoso, pero gran dibujante.
EMILIO: No soy penoso.
VACA: ¿Ah no? Entonces, ¿por qué quieres ir conmigo a la escuela?
(Suena el despertador.)
VACA: ¡Llegó la hora!
EMILIO: No puedo.
VACA: Sí puedes.
EMILIO: No puedo.

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VACA: Sí puedes.
EMILIO: No quiero.
VACA: Sí quieres.
(La Vaca le da una cornada y ambos salen volando.)

Escena 3: El mapa de la isla de la Palmera
(Emilio y la Vaca asoman en el mapa de isla de la Palmera... dibujado por Emilio. Ahí
vemos la nueva casa de Emilio, la nueva escuela, el parque...)
EMILIO: Te lo dije, este es un camino peligroso y, además, está complicadísimo. Mejor
nos regresamos.
VACA: Es un laberinto que hay que resolver.
EMILIO: Cuidado vaca, por allí no.
VACA: ¿Por?
EMILIO: Porque es un precipicio. Si avanzas un paso, caes en ese hoyo profundo y...
(La Vaca se ha ido a las montañitas.)
EMILIO: Por allí menos. Son arenas movedizas. Si avanzas un paso…
VACA: (La vaca se lanza por las montañitas.) ¡Yúju!
EMILIO: ¡Espérame! (Emilio intenta subir y no se atreve.) No puedo.
VACA: Sí puedes.
EMILIO: No puedo.
VACA: Sí puedes.
EMILIO: No creo.
VACA: Sí crees. Ándale.
(Emilio se lanza por las montañitas.)
EMILIO: ¡Ahhhh!... ¡Sí pude Vaca! Oye, no puedes andar sola. Este camino está lleno de
peligros. Tenemos que estar juntos.
VACA: Tú, al único peligro que le tienes miedo, es a ir a la escuela.
EMILIO: ¿Y quien te dijo que vamos a la escuela? Se me acaba de ocurrir un plan.
VACA: Emilio, con tu papá no podemos ir sino hasta el fin de semana, ¿eh?
EMILIO: Sí podemos. ¡Ya verás!
VACA: Emilio… ¡espérame!
EMILIO: Nos vemos.

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ESCENA 4: El viaje a la isla del edificio
(Emilio solo en escena irá dibujando las islas del edificio y de la palmera y el mar.)
EMILIO: Primero, la isla del edificio… donde vive mi papá.
(De un lado del escenario pinta con un rodillo, la isla del edificio.)
Y acá, la isla de la palmera… donde me trajo mi mamá…
(Del otro lado del escenario pinta la isla de la Palmera.)
(Observa donde está parado.) Ahora falta lo más importante…
(Chifla y aparece un bote de pintura con una brocha.) ¿Estás lista?
(Emilio comienza a dibujar el mar que ira apareciendo bajo sus pies.)
¡Todo listo! ¡Allá voy!
(Emilio se echa clavado al mar y desaparece.)
(De la isla de la Palmera asome él mism en chiquito subido en un barco de papel que
navega en el mar.)
EMILIO: ¡Atención marinero! ¡A la isla del edificio… con mi papá!
(Una aleta de tiburón le impide el paso y lo regresa)
EMILIO: ¡Peligro! ¡De regreso! ¡Vamos de regreso!
(Emilio sale y cambia de barco.)
EMILIO: ¿Ah, sí? ¡Ahora verás! Atención embarcación… Al ataque mis valientes.
(Tres barcos entran a escena hacia la isla del edificio. La aleta de tiburón huye
aparentemente.)
EMILIO: ¿Ah, verdad? No te atreves, ¿eh? Ahora sí, a la isla del edificio…
(Luego regresa y hunde 2 barcos. Emilio queda solo y se regresa.)
EMILIO: Oye, eso es trampa. Por atrás no se vale. ¿Ah, sí? Pues ahora verás… ¿Por qué
no te metes con uno de tu tamaño?
(Emilio pequeño desaparece y por debajo del mar asoma de nuevo Emilio grande
usando uno de los barquitos como sombrero.)
(Aleta de tiburón y Emilio comienzan a luchar a espadados.)
EMILIO: ¡Toma, toma y toma!
Voz tiburón: ¡Ya basta!
EMILIO: (Volando por los aires.) ¡Ahhhhh!

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ESCENA 5: El patio de la escuela.
(Emilio cae de cabeza y queda pies arriba porque la vela de su gorro-barco se clava en
el suelo.)
(La Vaca entra colocando en escena la reja de la escuela.)
Reja y el cartel de “Escuela”. )
VACA: (Llega con su gorro de aleta puesto.) Hola.
EMILIO: Sabía que eras tú la de la aleta.
VACA: Claro. Bien sabes que sólo yo puedo meterme en tus fantasías. Ya llegamos.
EMILIO: ¿Adónde?
VACA: Te ayudo. (Lo pone de pie).
EMILIO: ¡¿La escuela?!
VACA: Sí. ¡Vamos!
EMILIO: No, no podemos. Ya es muy tarde. Mejor nos regresamos.
VACA: Es temprano. Vamos.
EMILIO: No. ¿Y los gorros?
VACA: ¡Ah, de eso me encargo yo! (Desaparece los gorros) Ahora sí, vamos.
EMILIO: ¡No!
VACA: Sí.
EMILIO: No podemos, tú no tienes nombre. ¿cómo vas a entrar a la escuela si no
nombre tienes?
VACA: Me llamo Vaca.
EMILIO: ¿Vaca? Yo digo un nombre normal: Alicia, María, Sofía…
VACA: Ya sé: Lioemi.
EMILIO: Eso no es un nombre. ¿De dónde lo sacaste?
VACA: Lioemi, Lioemi, Lioemi, Lioemilioemilioemi…
EMILIO: ¿Emilio?
VACA: Sí, pero al revés. Como todo lo que hacemos: tú eres penoso, yo soy atrevida; tú
eres miedoso, yo soy valiente; tú quieres irte, yo quiero quedarme. ¡Vamos! Te
prometo que voy a hablar poquito, hablarás tú.
EMILIO: ¿Y qué les voy a decir si preguntan por mi papá?
VACA: Pues que vive en la isla de los edificios.
EMILIO: Lo de las islas lo inventé yo.

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VACA: Pero ello no lo saben. Juguemos a que era cierto y, ¡listo!
EMILIO: Pero no es un juego que mi papá ya no vive conmigo. Soy al único al que le
pasa esto. Me quiero regresar.
VACA: No.
EMILIO: Sí.
(Al lado de Emilio cae una pelota dando botes.)
VACA: (Dispuesta a patearla, mira en derredor) ¿De quién es?
LILA: (Entrando.) Es mía. ¿Quieres jugar?
VACA Y EMILIO: (Respectiva y simultáneamente.) ¡Sí! ¡No!
VACA: Que sí.
EMILIO: Que no.
LILA: Pásala.
VACA: (Vaca patea y la pelota sale por encima de Lila).
LILA: ¡Wow! ¡Qué patadón! (Medio mutis) ¡Yo voy por ella! (Apenas sale, regresa
asustada, retrocediendo) De-vu él-ve-me-la…
JUAN: (Entrando con pelota en mano.) No, yo voy a jugar con mis amigos. ¡Vengan,
muchachos! (Entran los chicos malos). ¿Quién va jugar con esta pelota?
CHICOS MALOS: ¡Nosotros!
JUAN: ¿Ya oíste… Cenicienta?
LILA: Me llamo Lila.
JUAN: Ya lo sé, pero para mí, tú eres Cenicienta. Porque tienes madrastra y no mamá
¿verdad, Cenicienta? Y tu amiguito es un rajón que no se atreve ni a hablar. ¡No te
escondas Mudito, no te escondas que ya te vi!
VACA: (Subiéndose a los hombros de Emilio) ¿Por qué no te metes con alguien de tu
tamaño?
JUAN: ¿Y tú de dónde saliste?
EMILIO: So… soy… nu…evo.
JUAN: Pues no te queremos aquí. ¿Verdad?
CHICOS MALOS: ¡Verdad!
JUAN: Vete.
VACA: No. Yo vengo a la escuela.
JUAN: Que te vayas, digo. (Tira un pelotazo que tumba a Emilio y Vaca.)

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VACA: Súbete Emilio.
EMILIO: Nnnnoo.
VACA: Que te subas.
EMILIO: Que no.
VACA: ¿Ah, no? Entonces, ¡ahí te voy! (Vaca su sube a Emilio en su lomo, embisten,
cornean y revuelcan a Juan y a los chicos malos.)
JUAN: (Se va llorando ) ¡Mamá! ¡Te voy a acusar con mi mamá! (Sale).
LILA: ¿Cómo le hiciste? ¿Sabías que todos en la escuela le tenemos miedo?
VACA: ¿Esa es la de los ojos que te hicieron suspirar?
EMILIO: (Molesto) Te hablé de las trenzas, no de los ojos.
LILA: Lo embestiste como un toro.
VACA: Como una vaca.
PABLO: (Entrando.) ¿Po-por qué vaca?
EMILIO: Estem… es que… me estoy haciendo un disfraz… de vaca y… pues… estoy
practicando a dar cornadas.
LILA: ¿Cómo te llamas?
VACA: Lioemi.
PABLO: ¿Lioemi? ¿Qué es eso?
EMILIO: Lioemi, Lioemi, Lioemi, Lioemi…
LILA: ¡Emilio!
EMILIO: ¡Sí!
LILA: Entonces, yo me llamo: Lali, Lali, Lali, Lali…
EMILIO: ¡Lila!
PABLO: Y yo: Baplo, Baplo, Baplo…
VACA: ¿Ploba???
PABLO: No, no, no. ¿Blopa?...¡síí!, Blopa, Blopa…
EMILIO: ¡Pablo!
PABLO: ¡Sííí!
LILA: Y… cuéntame, ¿cómo va a ser tu disfraz?
EMILIO: ¿Mi disfraz? Pues va a ser… así, miren.
(Vaca tridimensional desaparece y Emilio saca en su lugar, su dibujo en papel de su
Vaca. Se la pone enfrente como disfraz. )

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PABLO: ¡Qué padre!
LILA: ¿Quién lo dibujó?
EMILIO: (Tímido) Pueeess… yo.
LILA: ¿Tú hiciste esto? ¡Eres un gran dibujante!
PABLO: ¿Y de qué lo vas a hacer?
EMILIO: De papel.
LILA: Hazme uno porfa, porfa, porfa. Hoy después de la escuela. Te espero en la
Parque, ¿verdad, Blopa?
PABLO: Sí, verdad. En el parque.
LILA: ¿Puedes ir?
EMILIO: Sí.
(Suena la campana)
PABLO: ¿Vamos al salón? (Pablo y Lila salen.)
EMILIO: Ahorita los alcanzo. (Llama a Vaca.) Vaca, ya se fueron. Ya puedes salir… (Vaca
ha desaparecido.) Vaca… ¡Vaca! ¡Vaca! Oh, oh, tendré que ir yo solo al salón… Ahí voy.

ESCENA 6: El paraje del camino.
(Llega Emilio y se sienta al pie del árbol, pensativo. Pausa breve)
EMILIO: (Molesto) Te llamé y no viniste.
VACA: (En off) Ya no me necesitabas.
EMILIO: Hiciste que me peleara y a mi no me gusta pelear.
VACA: (Aparece.) Pero defendiste a Lila y a Pablo de la banda de los chicos malos.
Ahora todos te admiran en la escuela.
EMILIO: Sí claro, hasta que sepan que no tengo papá.
VACA: Tú sí tienes papá, y el domingo estaremos con él.
EMILIO: No es lo mismo… no es lo mismo. (Sollozos.)
VACA: (Aparece con una manzana a medio comer y le da otra a Emilio) Emilio,
cáchala… Emilio… Los papás de Lila también están separados.
EMILIO: (Juega mecánicamente con la manzana arrojándola al aire y cachándola) Ya
sé: ya me dijeron en la escuela.
VACA: Y Lila vive con su papá.
EMILIO: Ya sé.

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VACA: Y Lila no se la pasa llorando por su mamá.
EMILIO: (Estalla con rabia y llanto mezclados.) Pues yo sí lloro por mi papá... Porque
me dejó. Y si tú también quieres dejarme, ¡vete! ¡Vete! ¡Vete! Yo te dibujé para
platicar contigo… para que me acompañaras cuando mis papás se peleaban, ¡no para
que me digas que tengo papá si no tengo! ¡No tengo! ¡No tengo! ¿Entiendes? (Llora
acongojado).
VACA: El domingo estaremos con él.
EMILIO: ¡Pero ahorita no está conmigo! ¡Hoy no me acompañó a la escuela! ¡Y el lunes
no me va a ayudar a dibujar!
VACA: Y cuántos domingos y lunes y martes y miércoles y muchos otros días, ni
siquiera lo veías porque se iba antes que te levantaras y volvía cuando ya estabas
dormido… porque estaba peleado con tu mamá.
EMILIO: ¡Yo quiero que estén juntos! ¿Entiendes?
VACA: Pero ellos no, ¿entiendes? Están mejor así. Ahora no se pelean.
EMILIO: ¡Vaca! (Le arroja la manzana, que ella cabecea y ensarta en un cuerno. Él llora
acongojado).
VACA: ¡Emilio! ¡Mira, le atinaste al cuerno!
EMILIO: (Pasa de llanto a risa) ¿Y qué premio gané?
VACA: Ganaste… ganaste… ¡buenos amigos! Y…
EMILIO: ¿Y qué?
VACA: Y… a lo mejor…hasta…
EMILIO: ¿Hasta qué?
VACA: Hasta una novia. Porqué… A ti te gusta Lila, ¿verdad?
EMILIO: ¡No le digas o te convierto en confeti!
VACA: No, yo no. Tú se lo tienes que decir.
EMILIO: ¡No! A mí me da pena. Es más: ni voy a ir al parque.
VACA: ¿Nooo?
EMILIO: No. Ya dije.
(Vaca sopla y hace aparecer el parque. Luego desaparece.)


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ESCENA 7: El parque
(En el parque Lila y Palo están en los juegos.)
PABLO: ¡Más fuerte!
LILA: ¿Más? Bueno…
PABLO: Ay no, no tanto. Bájame Lila. Ayúdame a bajar… Mira, ahí está. ¡Lioeemiii… acá
estaamooos! Acáaa.
LILA: Hola Lioemi.
EMILIO: Hola. Que padre parque.
LILA: ¿Sabes que ya eres famoso en la escuela por ser el gran vencedor de la banda de
los chicos malos?
EMILIO: Lali, tengo que decirte algo: la verdad es que yo no fui, fue mi vaca. Ella hace
las cosas que yo no me atrevo a hacer.
LILA: ¿Cuál vaca? Dirás tu disfraz de vaca.
EMILIO: Es que no es sólo un disfraz, es mi amiga.
LILA: ¿Amiga? Pero si no existe.
EMILIO: Claro que existe.
LILA: No, no existe.
EMILIO: Que sí existe.
LILA: Que no.
EMILIO: Que sí.
LILA: Que no.
EMILIO: Que sí, yo la dibujé. (Muestra el dibujo, vaca desaparece).
LILA: Pero si ese dibujo ya lo vi en la escuela.
EMILIO: Pues ella es la valiente. No yo. Sobre todo cuando estoy triste.
LILA: ¿Y ahorita estás triste?
EMILIO: Sí.
LILA: ¿Por?
EMILIO: Porque extraño a mi papá.
LILA: ¿Y dónde está tu papá? ¿En el trabajo?
EMILIO: No.
LILA: ¡En la casa!
EMILIO: ¡No!

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PABLO: ¿En el mar?
EMILIO: No. Mis papás... están... separados.
LILA: Lioemi, mis papás también están separados.
EMILIO: ¡Ya sé, ya lo dijiste en la escuela.
LILA: Y yo vivo con mi papá.
EMILIO: Ya sé.
LILA: Y con la novia de mi papá.
EMILIO: ¡Mis papás no tienen novios. Ellos son novios!
LILA: Ya no.
EMILIO: Pero los dos me quieren a mi como hijo.
LILA: ¡Ah, claro! A mí también. ¿Estos son tus dibujos?
EMILIO: Eh... sí.
LILA: ¿Puedo verlos?
EMILIO: Eh... bueno.
LILA: Ven Blopa, mira.
PABLO: Qué padres. A mí me gusta éste y éste y éste...
LILA: Blopa... sh.
PABLO: Sí, sí.
EMILIO: Eh... sí.
LILA: Lioemi, al principio yo lloraba mucho. Sentía que mis papás se habían separado
por mi culpa.
EMILIO: Yo no siento eso. yo sé que todo fue por culpa de mi mamá.
LILA: Mi mamá dice que cuando los papás se pelean no es culpa de nadie, es que ya no
quieren ser esposos. ¿Tú los veías pelear?
EMILIO: (Asiente, sin atreverse a pronunciar palabra. Lila tampoco dice nada. Ambos
recuerdan.) Sí.
LILA: Yo también… y lloraba.
EMILIO: Yo también.
LILA: Ahora ya no se pelean. Nada más discuten y, a veces, hasta se ríen juntos.
EMILIO: ¿De veras?
LILA: (Afirma.) Mhm. ¿Sabes por qué yo saco las mejores calificaciones?
EMILIO: Porque estudias.

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LILA: Sí, pero también porque Miriam, la novia de mi papá, es maestra. Y me ayuda a
estudiar.
EMILIO: ¿Te ayuda? ¿no te odia?
LILA: No. Me quiere mucho. Al igual que Daniel. El novio de mi mamá. Es músico y me
está enseñando a tocar la guitarra y a cantar. Y mi papá ya me compró una guitarra
nueva.
EMILIO: ¿Para que el novio de tu mamá te enseñe a tocarla?
LILA: Mhm.
EMILIO: ¡Orale!
BLOPA: En cambio mis papás no están separados...
LILA: Pero tus abuelos sí.
EMILIO: Eso no es cierto. Los abuelos no se separan.
LILA: ¿Por qué no?
EMILIO: Porque ya son muy grandes.
LILA: Pues no sé. Pero su abuelo vive aquí en el mar. Él le enseñó a Blopa a surfear.
EMILIO: ¿Y tu abuela?
BLOPA: Vive en la ciudad. Por eso conozco muy bioen las pirámides de Teotihuacán.
EMILIO: ¡Yo tmbién! Fui con mis papás... antes... Oye Lali, ¿entonces tú crees que mi
papá no está solo?
LILA: (Negando.) Mmno.
EMILIO: Entonces, yo no me tengo que preocupar.
LILA: De lo único que tienes que preocuparte es de hacerme mi disfraz.
EMILIO: Bueno. ¿De qué quieres tu disfraz?
LILA: ¡De superheroína Lila!
EMILIO: ¿Y tú Blopa?
PABLO: ¿yo... yo también puedo? De, de, de.... ¡súper heroíno morado!
EMILIO: Uy, aquí no tengo esos papeles de colores. Tenemos que ir mi casa.
LILA: Pues vamos.
EMILIO: Vamos. ¿Vienes Blopa?
PABLO: Sí. Pero primero le voy a pedir permiso a mi mamá.
EMILIO: ¡Allá te esperamos!
(Salen Emilio y Lila)

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EMILIO: ¡Ay!, ¡Pero si no se dónde vive!
VACA: (Cobrando vida) Pero yo sí. Te llevo.
PABLO: ¡Ayyy… está viva!
VACA: Pero sólo para ti. Nadie más sabrá que existo.
PABLO: ¡Ah! Bueno.
VACA: (Inician mutis.) Oye blopa, ¿tus papás viven juntos?
PABLO: Sí
VACA: ¿Y… se pelean?
PABLO: A veces.
VACA: Ah, que bueno, porque así, no me voy a aburrir. ¿Vamos?
PABLO: ¡Vamos!
(Vaca carga a Pablo en su lomo y salen volando.)

ESCENA 8: El mapa de regreso a casa
(Lila y Emilio caminan por el mapa camino a casa de Emilio.)
EMILIO: Sígueme Lali, te voy a enseñar el camino más peligroso de la isla de la
palmera, ¿estás lista?
LILA: ¡Estoy Lista!
EMILIO: Pues entonces, aquí vamos… ¡por las arenas movedizas! ¡Yúju!
(Emilio se lanza por las montañitas)
LILA: ¡Ahora voy yo!
(Lila se lanza por las montañitas)
EMILIO: ¡Llegamos! Esta es mi casa, pasa.
LILA: Quiero ver.
(Salen de escena).

(Aparecen la Vaca y Pablo por otro lado del mapa.)
VACA: ¡Blopa, sígueme!
PABLO: Espérame.
VACA: ¡Es por aquí!
(La vaca se lanza por las montañitas.)
PABLO: No puedo.

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VACA: ¡Sí puedes!
PABLO: No puedo.
VACA: ¡Sí puedes!
PABLO: No creo.
VACA: ¡Sí crees!
(Pablo se lanza con miedo).
PABLO: ¡Ahhh! Sí pude, sí pude vaca.
VACA: ¡Claro!
PABLO: Llegamos. Aquí es mi casa. ¡Mamá, traje una vaca!
VACA: ¡Shh! No le digas.
(Ambos salen de escena).

Escena 9: El cuarto más grande del mundo
(Emilio y Lila entran al cuarto de Emilio.)
LILA: Qué padre cuarto. Es el cuarto más grande del mundo. ¿El que tenías antes era
más chico?
EMILIO: Sí… Eh no… Igual. Mira Lali, éste es mi papá.
LILA: Qué guapo. Se parece a ti.
EMILIO: Je, je. (Avergonzado.) Vaca, es tu turno, te toca salir. Ya estoy penoso. ¿Vaca?
¡No está! ¡La perdí!
LILA: A lo mejor ya no la necesitas.
EMILIO: ¿Qué? Es mi amiga.
LILA: Yo también soy tu amiga ahora.
PABLO: (Blopa entra con papel de vaca en mano.) ¡Ya llegamos!
EMILIO: A ver Blopa, déjame ver que traes ahí. Ay, vaca creí que te había perdido...
Aquí estás.
(Hoja de papel vuela de nuevo y sale.)
VACA: (Aparece tridimensional y en pequeñito.) Lioemi, ya no me necesitas. Lali tiene
razón, hay alguien que me necesita más. Míralo, ¿a quién te recuerda?
EMILIO: A nadie.
VACA: ¿No te recuerda a un niño timidito… que se quiso escapar en un barco de
papel?

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EMILIO: Blopa no se parece a mí. Yo tengo el pelo chino, como mi papá.
LILA: ¿Entonces no le vas a regalar la vaca? Ándale ¿si?
VACA: Di que sí.
LILA: Sí, di que sí.
VACA: Que sí.
LILA: Que sí.
VACA: ¡Sí!
LILA: ¿Sí?
EMILIO: Esteemm… no sé…
LILA: Ándale…
EMILIO: Pablo, ¿te gusta?
PABLO: Mucho.
EMILIO: Pues… te la regalo.
PABLO: ¿De veras? Muchas gracias.
EMILIO: ¿Sabes para qué sirve?
PABLO: No.
EMILIO: Para que a uno se le quite lo tímido. Se te va a quitar.
PABLO: ¿De veras? ¡Muchas gracias! Pero… yo… no soy… tímido.
EMILIO: ¿No?
PABLO: Bueno, un poquito.
VACA: (Viendo la escena de lejos) ¡Vaya! ¡Ya era hora Emilio!
LILA: ¡Muy bien Lioemi! (Le besa la mejilla y Emilio se desmaya) No. No te desmayes,
¡vamos a jugar!
EMILIO: ¿A qué?
LILA: A que tú vivías de un lado del mar y yo del otro.
EMILIO: Sí. A que tú vivías en la isla de la palmera y yo en la isla del edificio. (Emilio se
detiene de golpe.) No, Lali, mejor cambiamos. Tú vivías en la isla del edificio. Porque
ahora yo quiero vivir en la isla de la palmera… con mi mamá.
LILA: ¡Bueno!
EMILIO: Y que yo iba nadando, cruzando el mar, todas las mañanas para saludarte.
LILA: ¡Sí! Porque eras mi novio.
(Emilio queda paralizado. Mamá entra).

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MAMÁ: ¡Emilio! ¡Ya llegaste, hijo! ¿Emilio? ¿Qué te pasa?
EMILIO: (Emilio se recompone. Sale de su asombro.) Nada, mamá.
MAMÁ: ¿Y ella?
EMILIO: Es mi amiga nueva. A-mi-ga.
LILA: Lali
MAMÁ: ¿Lali?
LILA: Lalilalilali...
MAMÁ: ¡Lila!
EMILIO y LILA: ¡Sí!
PABLO: Y yo soy Blopa. Blopa, blopa, blopa…
MAMÁ: ¡Pablo!
EMILIO y LILA: ¡Sí!
PABLO: Je, je. Ahora sí me salió.
MAMÁ: Entonces... ¿te fue muy bien en la escuela?
EMILIO: Sí, mamá, y en toda la isla de la palmera.
MAMÁ: ¿Qué isla es esa?
EMILIO: Ay, mamá, se ve que no conoces el nuevo vecindario. Te tengo que hacer un
paseo.
MAMÁ: Bueno, pero primero, les preparo algo de comer.
EMILIO, LILA y PABLO: ¡Sí!
PABLO: Yo quiero unas palomitas.
LILA: Mira, Lioemi, a Blopa se le está quitando lo tímido.
PABLO: Gracias a la vaca.
LILA Y EMILIO: ¡Pablo!
MAMÁ: ¿Cuál vaca?
PABLO: ¡Esta!
MAMA: ¡Qué bonito dibujo! ¿Tú lo dibujaste?
PABLO: No. Lioemi.
MAMÁ: ¿Tú hijo?
EMILIO: Sí.
MAMÁ: Pues tengo que decirlo. Eres un gran dibujante… como tu papá. (Se besan.) ¿Y
quien quiere helado de limón?

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EMILIO, LILA y PABLO: ¡Yo!
PABLO: Pero no se olvide de mis palomitas.
MAMÁ: Helado de limón y palomitas para todos. (Sale.)
(Los niños juegan con los dibujos que salen del cuaderno de Lioemi.)
EMILIO: Y que, mientras, íbamos a cruzar el mar infinito.
LILA y PABLO: ¡Sí!
EMILIO: En unos barquitos de papel. Aquí los tengo.
PABLO: Yo quiero uno.
EMILIO: Y que nos venía persiguiendo un tiburón.
PABLO: Yo soy el tiburón.
EMILIO: Y nos atrapabas. ¡Corre Lali!
LILA: ¡Llegamos!
EMILIO Y LILA: No nos atrapaste. No nos atrapaste. No nos atrapaste.
LILA: ¡Qué lento!
PABLO: Y que entonces ahora jugamos a que yo era el pirata.
LILA: Entonces, yo era una súper heroína.
EMILIO: Y yo luchaba y... Blopa. Si vas a defender, tiene que ser con fuerza. Así:
primero se ponen así, luego toman mucho impulso, mucho valor y… ¡al ataque mis
valientes! ¡Mis nuevos amigos! ¡Y mi vaca!
Quedan en un cuadro final todos juntos.

FIN

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