Libro en Español
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PREFACIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1. Un corazón ardiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
2. Avivando la vocación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
3. Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
4. Discipulado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Bibliografia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
PREFACIO
que oyó, y aun por la experiencia del vertimiento del Espíritu Santo
en el día de no día de Pentecostés (Hechos 2).
Sin duda ninguna, la experiencia, la pasión, el amor por Cristo y
por su obra son la llave principal. No sirve de nada hacer la misión de
evangelizar y discipular solamente con materiales o formas; el secreto
es la presencia de Dios, es la experiencia viva con Él. En esta misma
dirección, vamos a ver sobre la vocación del apóstol Pablo, la necesidad
de mantener viva nuestra vocación. No existe ministerio verdadero sin
las marcas de Jesús; ellas son requisitos que nos ayudan a identificar a
veracidad de un ministerio. Seguimos con el tema de la evangelizaci-
ón, observando un poco de la historia del movimiento wesleyano, ofre-
ciendo pistas prácticas para evangelizar. Entendemos que por mucho
tiempo se habló sobre evangelismo, ir por todo el mundo y predicar
el evangelio. Particularmente, he oído muchas veces que lo importante
era evangelizar, no importando para donde iba la persona. Sin embar-
go, creo que hemos evolucionado en el pensamiento y entendimiento
bíblicos, pues sabemos que el discipulado es esencial en un mundo lle-
no de falsas creencias y religiones. Es imprescindible mantener el fruto
y cuidarlo, pero eso solo será posible con el discipulado. Entendemos
claramente que Jesús nos mandó discipular personas, o sea, engendrar-
las, generarlas, hacerlas crecer y verlas fructificar, repitiendo el mismo
proceso con otras personas. Para tanto, vamos a aprender con Bernabé
lo que realmente significa discipular. Creo que todos los asuntos están
entrelazados y se completan. La iglesia modelo es aquella que no se li-
mita a las cuatro paredes, sino la que aprende a evangelizar y discipular.
Seguramente, eso es lo que aprendemos cuanto más nos aproximamos
del mensaje de la cruz; cuanto más entendemos este mensaje, mas avan-
zamos como iglesia según el corazón de Dios.
1.
UM CORAZÓN ARDIENTE
b. b) Será salvo. Aun que el texto esté indicando el futuro, “será sal-
vo”, o sea, será librado de la destruición final, sabemos que el con-
cepto de salvación es para hoy. Nosotros somos salvos, y segui-
remos salvos si así permanecernos en la vid. Pero es importante
notar que la salvación se da en el momento de la conversión ge-
nuina. De este modo los que tienen el corazón ardiente de amor
son testificados por el Espíritu. Wesley sintió arder su corazón,
y después sintió el perdón de sus pecados y, por fin, supo que era
hijo de Dios. Dijo Juan Wesley, en 24 de mayo de 1738: “Cerca de
un cuarto para las nueve de la noche, mientras el predicador des-
cribía el cambio que Dios realizó en el corazón a través de la fe en
Cristo, yo sentí un extraño ardor en mi corazón. Sentí que confiaba
en Cristo, solo en Él para la Salvación, y recibí la seguridad que Él
había quitado todos mis pecados y me había librado de la ley del
pecado y de la muerte”.
DECISIÓN
• Para pasar por el avivamiento, el Señor nos desafía a estarnos dis-
puestos a, así como Pablo, llevar las marcas de Jesús. De hecho,
estas marcas son el gran diferencial que autentica quien fue verda-
deramente llamado.
Detallando estas marcas:
2. AVIVANDO SU VOCACIÓN | 19
EL CONTENIDO DE LA MISIÓN
La evangelización es el contenido de la misión, o sea, es la tarea princi-
pal de la iglesia, que debe ir más allá de los límites del templo para dividir
lo que ella recibe por gracia de su Señor. La iglesia tiene que salir de sí mis-
ma e involucrarse con la comunidad, tornándose instrumento del Reino de
Dios. El principal blanco del Dios trino es establecer su Reino, la misio Dei
(misión de Dios), debiendo también ser esta la misión de la iglesia. La evan-
gelización es la encarnación del amor divino en las formas más diversas,
para que Jesús sea confesado como el Señor, salvador, libertador y reconci-
liador. La evangelización comunica el amor de Dios por las personas y por
la sociedad por medio de la adoración, proclamación, testimonio y servicio.
LA PROCLAMACIÓN
Nosotros debemos hacer conocido el evangelio, primero por medio
del testimonio de vida. Las personas que están a nuestro alrededor de-
ben conocer a Cristo por medio de nuestras acciones. Jesús era diferen-
te de los fariseos porque Él hacía y después hablaba; su proclamación
no era un discurso vacío. Él mismo era el verbo, logos, que significa
palabra. Jesús era la palabra de Dios encarnada (Juan 1.1-14). De este
modo, entendemos que las palabras de la boca de Jesús eran parte de
lo que significaba la proclamación. Su vida por completo era una pro-
clamación. Así debe ocurrir también con sus discípulos, ellos deben
ser la palabra encarnada en la familia, en el trabajo, en la sociedad
en general. Las personas deberán notar el evangelio impregnado en
la vida cotidiana. De este modo, cuando escucharen la palabra habla-
da, seguramente ella tendrá mucho más poder e impacto. Traduciendo
para la práctica, los que mentían deben empezar a hablar la verdad; los
que eran corruptos deben empezar a corregir sus actitudes. Así como
lo que pasó en la vida de Zaqueo, que era un robador, cobrador de im-
puestos. Cuando tuvo un encuentro con Jesús en su casa, decidió devol-
ver todo lo que había robado (Lucas 19.1-10). Esta es la más potente
estrategia evangelista, cuando la vida es cambiada, cuando el carácter
es transformado.
3. EVANGELIZACIÓN | 31
LA EVANGELIZACIÓN Y EL DISCIPULADO
No es posible hablar de estos dos temas en separado, pues por mucho
tiempo estuvimos pensando que la tarea de la evangelización era pro-
clamar y hacer con que las personas pudieran tener una oportunidad de
escuchar y leer sobre Jesús, y desde ahí tener una respuesta. Sin embar-
go, hoy tenemos entendido que la evangelización también es discipula-
do. El propio Juan Wesley también lo vía de esta manera. Como destaca
el Obispo João Carlos Lapes, en su artículo sobre el Trípode del disci-
pulado: “John Wesley dijo: ‘La iglesia no transforma el mundo hacien-
do nuevos convertidos. Ella transforma el mundo haciendo discípulos’”.
El mandato de Jesús fue: “Vayan y hagan discípulos a todas las naciones”
(Mateo 28.19). Basado en el ministerio terrenal de Jesús, Juan Wesley
desarrolló un plan sencillo para madurar y equipar a los metodistas de
3. EVANGELIZACIÓN | 33
su tiempo. Ese plan refleja las convicciones básicas de John Wesley acer-
ca del discipulado.
La tarea de evangelizar no termina con la conversión. Todos somos
continuamente discípulos e discípulas. Formarse en el evangelio signi-
fica asumir progresivamente la mente de Cristo, su amor, servicio, mi-
sericordia y el cultivo piadoso de la fe. Los apóstoles fueran, en todo el
tiempo, discípulos que trabajaban ayudando a conformar otros. Hay ne-
cesidad de formación más intensa, con atención especial a los pequeños
grupos. No hay lugar para individualismo. El discipulado en perspectiva
metodista involucra toda la comunidad, es prioritariamente comunita-
rio. Todo metodista es parte concreta de una comunidad que acciona por
medio de la iglesia, discipulando y siendo discipulado al mismo tiempo.
Juan Wesley demostró grande preocupación con la vida de las personas
que se incorporaban al movimiento metodista. La formación metodista
wesleyano siempre fue centrada en la comunidad. La formación para la
vida cristiana de amor y servicio empieza con la experiencia comuni-
taria. Wesley incorporaba los miembros del movimiento en los grupos
pequeños, llamados de “sociedades” o “clases”. Este método se tornó
una de las grandes marcas del movimiento liderado por Juan Wesley
y Carlos Wesley, su hermano. En las sociedades y clases, los miembros
eran nutridos, ganaban vitalidad y se orientaban para el servicio.
Segundo Fox y Morris, más de 75% de las personas activas en las
iglesias hoy obtuvieran su comienzo como cristianos y miembros de la
iglesia por la influencia de amigos, parientes, vecinos o colegas del tra-
bajo. Encuesta tras encuesta y estudio tras estudio informan que cuando
se pregunta a nuevos miembros porque ellos escogieran su iglesia, ellos
responden señalando la influencia de personas en su red social, es decir,
las personas dentro de su red de amistad, parentesco, el vecindario o de
colegas. Esto es la prueba irrefutable que el alcance efectivo se cons-
truye sobre relaciones.
Esto una vez más comprueba lo que Jesús enseñó. Cuando leemos
el evangelio de Mateo, tenemos el clásico texto “Id y haced discípulos
34 | PASIÓN POR LA EVANGELIZACIÓN Y EL DISCIPULADO
a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del hijo, y del
Espíritu Santo” (Mateo 28.18-20). Por Durante algún tiempo, el “id” era
visto como estático, es decir, pensábamos en las misiones internaciona-
les, transculturales. Pero si entendemos el sentido original del griego,
tenemos otro vistazo, el “id” en el original griego es “yendo”. Esto haz
toda la diferencia, pues yo no necesito ir para otro lugar, yo soy llamado
a fructificar donde estoy plantado. “Yendo” tiene un sentido de camino,
en el camino de su vida haga discípulos. Abre la visión misionera para la
evangelización hecha por medio de las relaciones del cotidiano. Ahora
somos llamados a ganar nuestros amigos, nuestros vecinos, el panade-
ro, el carnicero, todas las personas que están a nuestro alrededor. No
es solamente un anuncio fijo, como por ejemplo: “¿Quieres Cristo en su
vida?”. Con este entendimiento, aprendemos que tenemos que ganar el
corazón de la persona. No necesitamos apresurarnos, debemos dedicar
tiempo y amor para las relaciones. Caminar con las personas, hacer ami-
gos, jugar al fútbol con ellas, pasear, ir a la plaza, ayudarlas, demostrar
caridad, visitarlas, en fin, creer que las personas con las cuales convivi-
mos son el campo más factible para ganar para Cristo. Obviamente esto
concepto no remplaza al llamado para las misiones transculturales, que
son también objeto de nuestro estudio. La iglesia al mismo tiempo que
piensa acá, debe pensar allá, o sea, el mundo todo debe ser evangeliza-
do. Pero debemos tener en cuenta que las relaciones son fundamentales
para que podamos lograr éxito en este plan.
En Hechos 1.8, tenemos Jesús haciendo una de sus más tremendas
declaraciones después de la resurrección antes de su ascensión: “recibi-
réis poder, cuando hay venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis tes-
tigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
Obviamente que Jesús no está hablando, como ya he escuchado, “ter-
mina Jerusalén primero, después va al último de la tierra”. El concepto
anterior de fructificar donde estamos plantados no cambia el mensaje
que la misión es local, nacional, sin embargo, es también transcultural.
La iglesia como comunidad necesita pensar en los dos al mismo tiempo.
3. EVANGELIZACIÓN | 35
nosotros sus dones, que son las herramientas para la evangelización. Sin
los dones, quedamos de manos vacías, imposibilitados de hacer la obra.
Aplicaciones:
• Empezar grupos pequeños en su barrio, casa, vecindad.
• Empezar a orar por sus amigos, parientes, vecinos, etc.
• Crear estrategias para acercarse de las personas.
• Crear situaciones para demostrar amor.
• No quedar esperando que la iglesia haga algún programa para em-
pezar a evangelizar.
• Involucrarse más con personas que con los planes y papeles.
• Entienda que si no hablas de Cristo, las personas no podrán
conocerlo.
• Busque la presencia y el poder del Espíritu.
Para la reflexión:
¿Cuáles los puntos de este estudio más le llamarón la atención?
Basándose en este estudio, indique sus principales debilidades.
Haga un propósito de oración para lograr alcanzar los planes del
Señor.
De acuerdo con este el estudio, ¿cuáles son sus puntos fuertes con
relación a la evangelización?
Anteriormente, hemos tocado en el tema del discipulado, incluso uno
de los desafíos prácticos que es empezar un grupo pequeño. Pero que-
remos profundizarnos un poco más sobre el tema de discipulado en los
grupos pequeños, por lo tanto, vamos a buscar la esencia del tema espe-
cialmente en Bernabé y en las pistas presentadas en su vida y ministerio.
El no fue un personaje tan conocido como Pablo, Pedro, Marcos y otros,
pero tuvo una grande y poderosa influencia sobre la iglesia primitiva
y sigue teniendo hasta hoy. Creo que la historia de este personaje nos
38 | PASIÓN POR LA EVANGELIZACIÓN Y EL DISCIPULADO
con Jesús, no tenemos registros de que ellos tuvieran doce cada uno.
Lo que vemos es que la esencia de lo que Jesús enseño siguió sirviendo
como base para el nacimiento y desarrollo de la iglesia primitiva relata-
da en Hechos de los apóstoles.
cultura dentro de los grupos, para que haya una paciencia uno con
los otros, sabiendo que uno va ayudar el otro a crecer.
sacrificial, que tal vez en medio de los hombres lo que más se ase-
meja a este amor sea el amor de una madre.
frutos, para eso hay que construir este discipulado en los grupos pe-
queños sobre bases sólidas.
a. Jesús dijo: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fru-
to, y seáis así mis discípulos” (Juan 5.8). O sea, es una característica
natural de los discípulos producir frutos, pues están ligados a la
vid. Pero hay una palabra de Jesús más adelante en el texto que
llama a mi atención. Cuando Jesús habla que los frutos tienen que
permanecer, obviamente Jesús estaba hablando de los tres tipos de
frutos que encontramos en la biblia: frutos dignos de arrepenti-
miento, frutos del Espíritu Santo y vidas que ganamos para Cristo.
O sea, Jesús está preocupado con la continuidad de estos frutos en
la vida del creyente. Tomando eso como base, notamos que hay
muchos trabajos de “discipulados apresurados” en nuestro contex-
to de iglesias evangélicas en América Latina, y eso ocurre por el
deseo de tornarse grandes rápidamente. Eso tiene generado un
trabajo de discipulado deficiente e infelizmente de corta duración,
pues los discípulos se tornan solamente números y metas a ser al-
canzadas. En ese sentido, no se da a los principios la importancia
que deben tener; hasta se puede decir que los principios bíblicos
son negociados.
e. Generar en ellos una relación de amor hasta que eso empiece a re-
producirse naturalmente (Hechos 2.47; Efesios 4.16).
f. Notemos también que el apóstol Pablo dice “la obra de cada uno se
hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será reve-
lada; y la obra de cada uno cual sea, el fuego la probará” (1 Corintios
3.13). O sea, los cimentos son fundamentales para una buena cons-
trucción, pues si el cimento de la casa no es bueno, seguramente
cuando venga una tempestad fuerte, esta casa va a colapsar. Como
el propio Jesús habló sobre la casa en la roca y la casa en la arena.
Las dos pasan por las mismas pruebas, pero una resiste, la otra no.
De este modo, tenemos que construir en los grupos pequeños la
consciencia que estamos edificando el reino de Dios y necesitamos
de mucha diligencia y seriedad para eso, para que los discípulos no
sean fundamentados en cosas efémeras. En este contexto, Pablo
está trabajando con los Corintios su niñez espiritual, bien la verdad
su carnalidad, pues había entre ellos división; unos estaban hablan-
do que eran discípulos de Pablo, otros de Apolo. Había entre ellos
celos, contiendas, por eso Pablo declara claramente que ellos son
solamente siervos, colaboradores, que cada uno estaba haciendo su
parte, pero el crecimiento venia de Dios (1 Corintios 3.1-9).
g. Pablo dice a los Gálatas: “para que Cristo sea formado en vosotros”.
Este es el desafío en el discipulado en los grupos pequeños. Pues
lo que se ve son muchos construyendo un discipulado muy perso-
nificado, al punto de la persona no poder escuchar la voz de nin-
gún otro hombre de Dios. Esto es un error, pues lo que pasamos
para los discípulos no es nuestro carácter, no debemos imprimir
nuestro carácter, sino el carácter de Cristo, que está reflejado en
48 | PASIÓN POR LA EVANGELIZACIÓN Y EL DISCIPULADO
h. Pablo habla que “tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la exce-
lencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (2 Corintios 4.7). Los dis-
cipuladores tienen que cada vez disminuir, ser cada día más trans-
parentes, para que Jesús aparezca (Juan 3.30). No podemos hacer
discípulos de nuestra personalidad y habilidad, sino del Señor
Jesús, al punto de que, como Pablo dijo: “Mas si aún nosotros, o un
ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos
anunciado, sea anatema” (Gálatas 1.8). Entendemos que los discípu-
los tienen que firmarse por medio de nosotros en Cristo, pues si no
es así, cuando el líder desviar, los discípulos también van a desviar.
O sea, el trabajo del discipulador es muy arduo, no debe nunca bus-
car los discípulos para sí. Jesús fue quien compró cada uno de noso-
tros con la sangre en la cruz, nosotros no tenemos ningún derecho
sobre los discípulos, solamente Dios nos confía el cuidado de ellos,
para que ellos sigan obedeciendo a Él.
f. En las ciudades, las casas son una alternativa para facilitar el creci-
miento y desarrollo de la iglesia por causa de la facilidad. Cada casa
se torna una iglesia y cada miembro, un misionero.
que podamos mirar la prioridad, que es hacer discípulos de todas las na-
ciones la cual también es el objetivo principal de Jesús, por esto él ha ido
a la cruz. Lo que lo llevó a morir fue exactamente esta visión.
La cruz y el discipulado
La cruz era el instrumento de muerte, de condenación, era “maldito
todo el que era colgado en el madero” (Gálatas 3.13). La cruz era una herra-
mienta de tortura, de hacer exponer los bandidos a la vergüenza, a dolor
en el cuerpo y en el alma. Los peores bandidos eran colgados en la cruz,
pero Jesús, sin ningún pecado, fue llevado a la cruz. El instrumento de
muerte y de maldición se tornó para nosotros un símbolo de la salvaci-
ón, de la vida, de la victoria. Una señal del fin, de la destruición se tornó
un símbolo del inicio de la vida, donde Cristo ha vencido las potestades,
el pecado, la propia muerte, pues en el tercer día Él ha resucitado. En
verdad, no hay cristianismo sin cruz, no hay discipulado sin Cruz, no
hay como huir de ella. Si somos creyentes en Cristo, o sea, cristianos,
tenemos que pasar por la cruz. Un cristiano tiene que identificarse con
Cristo, seguir sus pasos, sus caminata. Este es el desafío del discipulado.
1. La cruz demuestra toda la gracia de Dios, todo el amor de Dios
por nosotros. En la cruz, Dios está amando el mundo. Gracia es el
favor que no merecemos, es la actitud de Dios de venir a nuestro
encuentro; de encarnarse y tornarse hombre; de tornarse como
nosotros para salvarnos; de llevar nuestros dolores, , de sufrir no
porque necesitaba. Él no necesitaba probar que era Dios, pero por
nosotros ha decidido sufrir, para que fuera el primer hombre a
vencer el pecado y la muerte. De manera que por medio de Él, to-
dos los hombres pudiesen alcanzar la victoria, así que la victoria de
Cristo pasa a ser la victoria de los que le siguen. No teníamos nada
que lo agradase; Él ha decidido morir solo por amor de nosotros.
Nadie será completamente feliz si no tiene una experiencia con el
amor de Dios demostrado en la cruz.
54 | PASIÓN POR LA EVANGELIZACIÓN Y EL DISCIPULADO
4. No es vivir más la vida del alma. Fíjate que Jesús estaba diciendo
que su alma estaba turbada, angustiada, pues tenía que pasar por
4. DISCIPULADO EN GRUPOS PEQUENOS | 55
horrenda muerte (Juan 12.27). Sin embargo, Él deja claro que para
esto había venido. O sea, aun que su alma estuviese sufriendo, su
espíritu estaba firme en el Señor. Muchas personas están viviendo
solamente la vida del alma, y cuando tienen un problema, piensan
que Dios los ha abandonado.
Quien está en la cruz, muere para sí y pasa a vivir para Dios, con-
trolado por el Espíritu. Esto significa que:
1 Tesalonicenses 1.2-10
Debemos siempre ajustar nuestra visión según lo que la palabra
determina, para tenernos una caminata firme, correcta, sin vacilar.
Vivimos en un mundo de muchas ideas y vertientes, métodos, pero debe-
mos siempre buscar la dirección de la palabra, la visión de Dios (Mateo
22.29). El blanco es agradar aquel que nos tomó por soldado (2 Timoteo
2.4), para eso, tenemos que luchar según las normas (2 Timoteo 2.5).
Las cartas de Pablo son fuentes preciosas de orientaciones pastorales,
llamados a la santidad, a no desistir en la persecución. Él pinta un cua-
dro de la iglesia que Dios almeja.
62 | PASIÓN POR LA EVANGELIZACIÓN Y EL DISCIPULADO
había dicho que los discípulos deberían ser testigos en Jerusalén, Judea,
Samaria y hasta el último de la tierra, sin embargo, en un determinado
momento de la historia, Jerusalén estaba muy cerrada en el judaísmo,
tenían dificultad de ver el evangelio más allá de la cultura judía. La obra
de Dios no se podía parar. Él sin duda siempre cumplirá su palabra por
medio de quienes estén dispuestos. Dios permite una persecución sobre
la iglesia, y los discípulos se dispersan (Hechos 8.1). Los discípulos que
son dispersos llegan a Antioquia, y allí se empieza una comunidad, la
iglesia de Antioquia (Hechos 11.19-26). Mira que fue allí que los discí-
pulos fueran llamados cristianos por primera vez. Esta era la iglesia ide-
al. En Hechos 13.1-3, vemos las características de esta iglesia, que tenía
todo tipo de gente, de raza, era una iglesia inclusiva. Estaba allí Simeón
Níger, un africano; estaba también Lucio de Cirene, cuyo nombre tiene
origen latina, posiblemente de origen gentílica. También en la iglesia
estaba el hermano de leche de Herodes. En realidad, lo que la palabra de
Dios nos está diciendo es que Manaén nació, vivió su infancia y creció en
una familia cuyo padre (Herodes, el Grande) fue un infanticida psicópata
loco, asesino de niños, un megalómano que le encantaba matar gente.
Mataron a dos de sus mujeres y al menos tres de sus hijos (posiblemente
una de las esposas de los fallecidos era la madre de Herodes, el Tetrarca,
que se había quedado para ser creado por la madre de Manaén). Ese era
su hobby favorito. Tenía deseo de matar, y sabía que nadie lloraría su
muerte. ¿Quién eran sus hermanos? Eran personas tremendamente ce-
losas que se traicionaban mutuamente. Herodes, el tetrarca, robó su es-
posa (Herodías) de su hermano y ordenó la muerte de Juan, el Bautista.
Fíjate que Manaén se torna un cristiano y miembro de la iglesia de
Antioquia. Esta es una iglesia que cree en los cambios, que cree en las
personas, que ve las personas más allá de sus límites, las ve como pue-
den tornase en el futuro. La iglesia del corazón de Dios es la que cree
que personas, por más difíciles que sean sus historias, pueden ser trans-
formadas por el poder del evangelio. La iglesia de Antioquia también
asistía Saulo, el nombre judío de Pablo, un hombre que perseguía los
cristianos, que estaba de acuerdo con la muerte de Esteban. Como ya
hemos dicho, Bernabé lo llevó a Antioquia, pues allí encontraría más es-
pacio para su crecimiento. Sin hablar que era una iglesia que estaba llena
de dones, tenía maestros, profetas, tenían vida de consagración, oraban,
ayunaban, buscaban la dirección del Espíritu Santo.
Es muy interesante notar también como los apóstoles, en un deter-
minado momento de la historia de la iglesia, estaban mucho más cer-
ca de los judaizantes. Por esto, en Hechos 8.1 dice que ellos fueran los
únicos que no fueran dispersos, pues justamente los que estaban persi-
guiendo eran los religiosos judíos, y los perseguidos eran los cristianos
helenistas (griegos convertidos al cristianismo). La lucha era que los
judaizantes predicaban que todos tenían que seguir las costumbres ju-
daicas. En esto momento, los apóstoles estaban muy cerca de esta doc-
trina, es tan verdad que Pedro tuvo que recibir una visión donde Dios le
muestra que no debería considerar impuro lo que Dios había purificado
(Hechos 10). Esto nos llama la atención para como es fácil desviarnos
del camino, dejándonos ser enredados por los caminos de la religiosidad.
Tenemos dificultad de entender que Dios quiere salvar a todos, y lo que
más le interesa es que las vidas sean alcanzadas.
CONCLUSION