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Actas IX Encuentro-ST1 - Lancelle, Anna

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IX Encuentro de Docentes e Investigadores en Historia del Diseño, la

Arquitectura y la Ciudad “Jorge Ramos de Dios”


ISSN: 2408-3836
17, 18 y 19 agosto 2022 - Buenos Aires– Argentina

Sección temática:
ST1-Enseñanza de la historia, teoría y crítica de la arquitectura, el diseño y la
ciudad.
Título: Relación entre investigación y docencia. La experiencia de los Seminarios de
Historia y Crítica I y II, FAU, UNNE.

Autora
1. Lancelle, Anna

Cátedras: Introducción al Diseño, Historia y Crítica I e Historia y Crítica II.


Institución: Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Nacional del
Nordeste.
Correo electrónico: annalancelle@yahoo.com.ar

Resumen
A partir de las investigaciones realizadas en el marco del Proyecto Acreditado de la
Secretaría General de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste,
PIC005/17: “Arquitectura, ciudad, territorio y vida. Condiciones de posibilidad.
Mecanismos de lo vivo”, se ha realizado durante los años 2018 y 2019 un ciclo de
Seminarios docentes destinado a la formación de los equipos de Cátedra de Historia
y Crítica I y de Historia y Crítica II al que a inicios del año 2019 se sumó la
programación del Módulo de Historia del Diseño como parte de una nueva Asignatura
surgida con el reciente cambio de Plan de Estudios (actualmente bajo la denominación
de Introducción al Diseño).
Los Seminarios, con temáticas diferentes cada año, han tenido por objetivo elucidar
nociones que devenidas del trabajo de investigación y sus presupuestos teóricos
sobre las organizaciones autopoiéticas, impactan en la estructura, los contenidos y la
bibliografía de estos tres cursos correlativos de la Carrera.
Así en el primer Seminario se revisaron nociones como: composición y
determinación formal, lo unitario y lo múltiple, la decoración-revestimiento y la
decoración-estructura, trama regular y trama irregular, profesión y afición, estética
meridional y estética septentrional, lo estriado y lo liso, la teoría de los sólidos y el
modelo hidráulico, entre otros, cuya comparación ha pretendido explicitar los
mecanismos de lo vivo en la arquitectura para diferenciarlo de los modelos
impuestos, las doctrinas y los estilos.
Del mismo modo, en la segunda edición, se atendió en especial al problema de las
periodizaciones en la arquitectura en relación a su menor o mayor cercanía con la
noción de “separación” o de lo no vivo. Refiriéndolo particularmente a la
conceptualización de separación entre forma-contenido, espíritu-materia, mente-
cuerpo, explicitando además las implicancias de los modos de hacer arquitectura en
diferentes épocas. Esto posibilitó configurar una estructura que dota de significación
al devenir de las asignaturas de Historia en el cursado de la Carrera de Arquitectura.
Esta experiencia ha permitido continuar con temas tomados de la investigación en
los Proyectos Acreditados en el plano de aplicación de la docencia, dando cuenta
que ambos no son ámbitos separados, sino que se complementan y retroalimentan.

Palabras clave: autopoiesis - vida - arquitectura

Ponencia.

Introducción.
La ponencia desarrollará los objetivos planteados en cada uno de los Seminarios a
la vez que detallará las actividades realizadas en cada año para luego abordar una
serie de conclusiones generales sobre las dos primeras ediciones de Seminarios
Docentes.

Desarrollo.
1° Seminario
Objetivo.
Se ha tenido como objetivo interpretar los textos disciplinares fundamentales de las
Asignaturas Historia y Crítica I y II a la luz de instrumentos conceptuales devenidos
de la Filosofía y la Estética. Esto permitió diferenciar el contenido meramente
informativo de aquellos instrumentos teóricos que los textos aportan al análisis y al
hacer arquitectura y poner en funcionamiento las nociones así obtenidas de los
textos de historia, actualizándolos en ejemplos de la arquitectura contemporánea.
Ante la necesidad de replantear el esquema de contenidos y horarios de Historia y
Crítica I debido al cambio de Plan, la Cátedra se propuso reflexionar sobre la
temática específica de la Asignatura, afianzando un objetivo de que la Historia debe
ofrecer los instrumentos necesarios no sólo para comprender adecuadamente la
arquitectura pretérita sino también la contemporánea contribuyendo así a pensar la
arquitectura en términos proyectuales.

Actividades.
Se propusieron cuatro Módulos destinados a Docentes de las Asignaturas Historia y
Crítica I y II, Adscriptos y Becarios que hubieren desarrollado sus investigaciones en
alguna de las Asignaturas y/o en el marco del Centro de Estudios Históricos,
Arquitectónicos y Urbanos (CEHAU).
El temario fue desarrollado en Módulos consecutivos que fueron pautando el trabajo
de los docentes. En el Módulo 1: Se realizó la presentación de libros de referencia
en las Asignaturas HyCI y HyCII, enfatizando datos sobre el autor, época y contexto
de publicación y estructura temática.
Los libros revisados han sido:
 AA.VV. Summa Historia. 1988. Documentos para una historia de la arquitectura
argentina. SUMMA. Buenos Aires.
 Argan, Giulio Carlo. El concepto del espacio arquitectónico desde el Barroco a
nuestros días. Nueva Visión. Buenos Aires, 1984.
 Chueca Goitia, Fernando. 1974. Invariantes castizas de la arquitectura española.
Ed. Dossat. Madrid.
 Gendrop, Paul y Heyden, Doris. Arquitectura Mesoamericana. Colección Historia
de la Arquitectura. Editorial Viscontea. Buenos Aires, 1982.
 Gutiérrez, Ramón. 1997. Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica. Ediciones
Arte y Cátedra. Madrid.
 Hardoy, Enrique.1999. Ciudades precolombinas. Ediciones Infinito. Bs. As.
 Kostof, S. 1988. Historia de la Arquitectura. Tomo I y II. Editorial Alianza Forma.
Madrid.
 Liernur, Jorge F. -Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la
Modernidad. FNA. Buenos Aires, 2008.
 Mansbridge, John. 1965.Historia gráfica de la Arquitectura Ed. Lerú. Bs. As.
 Mumford, Lewis. 1966. La ciudad en la historia. Vol. I. Edit. Infinito. Bs. As.
 Risebero, Bill. Historia dibujada de la arquitectura. CELESTE, Madrid, 1991.
 Roth, Leland. 2000. Entender la Arquitectura. Sus elementos, historia y
significado. Edit. Gili. Barcelona.
 Schulz, Norberg. 1973. El significado de la Arquitectura Occidental. Colección
SUMMA. Bs. As.
 Colección Series de Arq Clarín. Patrimonio Mundial. Vanguardias Argentinas.
Patrimonio de la Argentina. Grandes Maestros. 2000- 2013.
 AA.VV. 2012. Colección Patrimonio Argentino. Ed. ARQ. Clarín. Buenos Aires.
En el Módulo 2, se analizaron textos que, desde la Historiografía, la Estética y la
Filosofía permitieran extraer ciertos conceptos útiles al aprendizaje de la
arquitectura, los que se utilizaron como lentes para reinterpretar los libros
disciplinares.
Los textos utilizados han sido:
 Chueca Goitia, Fernando. Ensayos críticos sobre Arquitectura. Ed. Emecé.
Barcelona, 1967.
 Deleuze, Gilles - Guattari, Felix. Mil Mesetas. Ed. Pre-Textos. Valencia,
1994.
 Wölfflin, Heinrich. 2006. Conceptos fundamentales de la historia del arte. Ed.
Espasa Calpe. Madrid.
 Worringer, Wilhelm.1953. Abstracción y naturaleza. Ed. Fondo de Cultura
Económica. México.
 Rasmussen, Steen Eiler. 2000. La experiencia de la Arquitectura. Ed Celeste.
Madrid.

Fig. 1: Placa en la que se grafica uno de los objetivos del 1°Seminario


atravesar los libros disciplinares con textos instrumentales devenidos
de la Filosofía y la Estética
Fuente: Power del Seminario
Fue en el Módulo 3 que, a partir del cruce de los libros disciplinares con la mirada de
los textos instrumentales, se llegó a comprender las implicancias de las posiciones
expuestas por los diferentes autores, permitiendo la distinción entre algunos
netamente informativos y aquellos que permiten además obtener conceptos
fundamentales para el análisis y la proyectación de la arquitectura.
Los conceptos devenidos de la lectura de los textos instrumentales fueron:
 Arquitectura de composición y arquitectura de determinación formal. (G.C. Argan)
 De lo lineal a lo pictórico, de lo superficial a lo profundo, de la forma cerrada a la
forma abierta, de lo múltiple a lo unitario, de lo claro a lo indistinto. (H. Wölfflin)
 Decoración como estructura y decoración como revestimiento. (F. Chueca Goitia)
 Espacio por agregación y espacio por excavación (S. Rasmussen)
 Espíritu helenístico, forma planificada y espíritu helénico, forma orgánica. (L.
Mumford)
 Estabilidad de roles, profesión, forma determinada y ausencia de roles, afición,
forma no determinada. (S. Kostof)
 Estética meridional o clásica y estética septentrional o anticlásica. (W. Worringer)
 Lo apolíneo y lo dionisíaco (F. Nietzsche)
 Lo estriado, teoría de los sólidos y lo liso, modelo hidráulico. (G. Deleuze)
Se comprendió así que en la distinción entre arquitectura de composición y
arquitectura de determinación formal, Argan pone en evidencia los principios de la
arquitectura clásica por una parte, es decir, aquella que se compone formalmente de
elementos ordenadores como ejes, simetría, módulos, etc., que se imponen como
normas a seguir por el hacer arquitectónico (tomando como ejemplo el
Renacimiento) y por otra, las formas devenidas del propio hacer, que sin seguir
normas preestablecidas, determinan al espacio (tomando como ejemplo el Barroco).
Un camino similar es el que propone Wölfflin, oponiendo también las formas propias
del Renacimiento a las del Barroco, sólo que ampliando el repertorio de opciones
formales. Siguiendo en esta diferenciación estética, Chueca Goitia distingue
netamente la arquitectura cuya decoración deviene de la estructura y aquella cuya
decoración es claramente un aditamento aplicado a la verdadera estructura, bajo lo
que él denomina el principio del revestimiento. También operando desde recursos
netamente constructivos, Rasmussen establece diferencias entre el espacio que se
configura por agregación de elementos para conformar la masa, como puede ser el
espacio griego o el gótico y el que se configura por excavación, es decir, extrayendo
material de la masa existente, como es el caso de la arquitectura romana o
renacentista.
Esta distinción de recursos en lo arquitectónico tiene su correlato en otras
diferencias ya de otra índole. Diferencias en las actitudes o modos de hacer. Aquí
podemos destacar lo referido por Mumford al hablar paradigmáticamente del modelo
helénico o de la polis, del ciudadano libre que establece justas distancias con sus
pares y se aficiona a la tarea que le toca cumplir y el del modelo helenístico o del
imperio, del mercenario que cumple con la tarea encomendada como una profesión.
En este sentido, también Kostof marca distancias entre ambos períodos griegos y
entre las tramas de las ciudades producidas en cada caso, la ciudad orgánica versus
la ciudad hipodámica. Con una visión quizá más general, Worringer trae sus tipos
culturales de la humanidad, en los que diferencia una vez más la línea meridional o
clásica y su lograda estabilidad, de la línea nórdica o anticlásica y su terror cósmico
inestable y precario.
Lo interesante de estas oposiciones es que, a pesar de que fueron implementadas
por autores de distintas épocas y referidas en la mayoría de los casos a ejemplos
históricos, pueden sin lugar a dudas aplicarse a ejemplos contemporáneos con la
misma eficacia. Prueba de ello, es la coincidencia de lo propuesto por el filósofo
Gilles Deleuze, quien, en sintonía con las oposiciones anteriores, distingue el
modelo estriado o clásico de las formas romanas, pero también las capitalistas que
estrían el territorio y limitan espacios y ciudades, del modelo liso o anticlásico
representado por las formas góticas, pero también las potentes y colectivas de la
comunidad, donde se trabaja con flujos de fuerzas.
Estas nociones permiten la lectura significativa de la arquitectura del pasado tanto
como de la contemporánea, y en este sentido son conceptos atemporales que
determinan diversos modos de hacer arquitectura, lo que los constituye también en
opciones proyectuales.
Ya en el Módulo 4 cada Docente realizó la presentación de un texto disciplinar
seleccionado en el que, a partir de su reinterpretación a la luz de los textos
instrumentales, se hicieron evidentes algunos conceptos útiles para el pensamiento
proyectual.
Fig. 2, Fig. 3 y Fig. 4: Algunos de los encuentros de los Seminarios con los Docentes de ambas Cátedras
Fuente: Cátedras HyC I
2° Seminario
Objetivo.
El Objetivo de esta segunda edición del Seminario, fue entender que comprender las
formas es también comprender su historia y sus implicancias.
Se expuso aquí un estudio de imágenes relativas a diferentes objetos de la historia
del diseño a modo de “expresados” o esencia que se expresa, diferenciándose de
las meras “expresiones” o atributos de la substancia, así como del “expresante” o la
propia substancia que se expresa. (Deleuze:1999, pág. 23)
Lo primero que aparece bajo esta perspectiva, es que comprender la forma o
expresión es comprender su historia, y de este modo, profundizar sobre sus
implicancias. Entendiendo con Focillon que las formas en sus diversos estados, no
están suspendidas en una zona abstracta, sino que se mezclan con la vida de la que
proceden traduciendo en el espacio ciertos movimientos del espíritu, puede decirse
respecto a la forma que:
Aun antes de separarse del pensamiento y entrar en el espacio, en la materia
y en la técnica, ella es espacio, materia y técnica. No es nunca una forma
cualquiera. Así como cada materia tiene su vocación formal, cada forma tiene
su vocación material, ya esbozada en la vida interior. Focillon, (1947): 9.
Según esto, cada forma deviene como expresado, de los propios materiales o
atributos, pero también dirá, debe su expresión a su modo de producción.
La forma no es una abstracción, deviene de flujos vitales concretos que se
cristalizan. Esta consideración de la forma como cristalización de un devenir en el
que intervienen múltiples factores, permite entender lo que implican ciertas formas y
cómo se diferencian de otras. Es por ello que se ve con más acierto el construir, no
una historia de objetos producidos u objetos de diseño según una cronología, sino
antes bien como una “constelación”. (Benjamin:1989, pág. 175)
Una construcción que intenta romper el hilo causal-cronológico de lo habitualmente
narrado en las Historias del Diseño, a favor de ensayar un devenir en la concepción
de recipientes: cestos, ánforas, cuencos, vasos, etc. (los que se han elegido por
tomar objetos más aprehensibles y acotados que la propia arquitectura) en el que los
trayectos confluyen o divergen en función de su mayor o menor cercanía con los
orígenes vitales de sus resultantes formales. A esta cercanía con lo vital se ha
denominado “totalidad”, mientras que la distancia con sus orígenes vitales que
expresan algunos objetos, se ha denominado “separación”.
Se han elegido así una serie de objetos con los que se pretende evidenciar, por una
parte, que toda forma implica un modo de vida que le es intrínseco como expresado,
y, por otra parte, que intentar estudiar las formas por sus implicancias, puede ser
más esclarecedor que sólo realizar agrupaciones por meras cuestiones cronológicas
o de sucesión en el tiempo.
A partir de estas evidencias, y según lo enunciado al inicio, tomando la serie de
objetos estudiados, es que se propuso que la historia puede construirse como
constelaciones distintas: desde las que sólo agrupan recipientes del mismo material
o recipientes de forma similar hasta las que agrupan recipientes que han sido
concebidos como “totalidad” o como “separación”.

Actividades.
Se sostiene, que la construcción de la lectura de la historia desde la noción de
constelación permite visualizar más claramente las implicancias de los objetos
estudiados, sean como en este caso, meros recipientes o sea la propia arquitectura.
A modo de ejemplo se ha tomado, entre otros y en primer lugar, la Sítula egipcia.
(2400 a.C.) La sítula es un vocablo latino que designa un pequeño recipiente en
forma semicúbica, que mide de 20 a 30 centímetros y presenta de una a cuatro
franjas horizontales decoradas. Han sido utilizadas por los celtas y los egipcios, se
representaban escenas importantes de la vida de la elite, como banquetes, cacerías,
acontecimientos deportivos y procesiones. Cita Loos que Semper la denomina
también “cubo del Nilo” y dice de ella que:
…es un recipiente que se parece a los calderos de cobre con los que los
venecianos sacaban agua. Parece una calabaza gigante abierta por arriba, no
tiene pie y tiene asa como de cubo para incendios. Toda la conformación del
país, su topo e hidrografía, nos la puede dar a conocer este cubo. El pueblo
que se sirve de este recipiente tiene que vivir en una llanura baja, a orillas de
un lento río. (Loos: 1993, pp. 82,83)
Es visible entonces, que la forma del recipiente se constituye a partir del modo de
uso del mismo, lo que a su vez refleja una determinada geografía. Por otra parte, la
hidria (SV a.C.) es un recipiente destinado a recoger, transportar, contener y verter
líquidos y su forma responde a estas funciones. Su gran cuerpo ovalado sirve para
contener el líquido, mientras que su alto cuello con gran boca circular sirve para
recoger el agua y verterla. La mayor particularidad de la hidria consiste en sus tres
asas: el asa vertical, que une la boca al cuerpo, es adecuada para sujetar el vaso
inclinado mientras se recoge el agua del caño o se vierte y las dos asas horizontales
lo son para transportar el vaso con las dos manos en recorridos cortos, los trayectos
más largos la llevaban las mujeres en la cabeza. Existe así una perfecta adecuación
entre la forma y la función, pero además su diseño es de gran belleza resultado
tanto de la proporción y articulación de sus partes como del dominio de la técnica
gráfica de “figuras negras” y de la expresiva escena que la decora. Por otra parte,
este vaso está muy relacionado con la vida de la mujer por utilizarse muy
especialmente en los rituales nupciales o funerarios en los que la mujer tenía un
papel destacado.
Dice Semper de ella, para diferenciarla de la sítula:
…la hydra cuyo destino no consiste en sacar agua, sino en recoger la que
mana de una fuente. De ahí la forma de embudo del cuello y la forma de olla
del tronco, cuyo punto de gravedad está situado lo más cerca posible de la
boca, pues las mujeres etruscas y griegas llevaban sus hydras sobre la
cabeza, erguidas si estaban llenas, horizontales si estaban vacías”.
(Loos:1993, pp. 82,83)
En ambos casos se observa una integridad de todos los aspectos que interviene en
la conformación final de los recipientes.
Como antítesis, se toma por ejemplo un Ánfora Renacentista (SXVI). Gran ánfora de
finales del Renacimiento, decorada “a lo rafaelesco” con un medallón que remite a la
presentación del sometimiento del pueblo galo a Julio César. Fabricada para la
farmacia de Roccavaldina. Presenta la inscripción en la base que alude a su autor y
al lugar y fecha de factura: Antonio Patanazzi, Urbino 1580. En este caso, la forma
remite al ánfora griega o romana al tiempo que se alude a un estilo determinado, el
estilo de Rafael, artista por excelencia del periodo en cuestión. Por otra parte, el
tema del decorado no tiene que ver con el uso que se hace del ánfora como en los
casos anteriores (seguramente servía a algún preparado de botica) sino que se
alude a un episodio que se relaciona directamente con acontecimientos de la antigua
Roma, espíritu propio del Renacimiento. No es menor la aparición del dato del autor
y la fecha en el propio recipiente, el autor ya no es desconocido, el producto no
pertenece al común en su anonimato, sino a un personaje determinado señalado
como autor. En cuanto a su forma, también llama la atención que sus asas
presenten la forma de centauros alados, lo que hace complicado el modo de “asir”
realmente el recipiente, por lo que se deduce que están allí sólo por preservar una
forma y no para cumplir con la función real que les da su razón de ser. Otra cuestión
curiosa es la aparición de un podio por debajo de la base, lo que hace evidente la
intención de exponerla más que de servir de apoyo necesario. Este ejemplo,
trasladable perfectamente a la arquitectura, presenta premisas que priorizan la
necesidad de hacer manifiesto en el recipiente la personalidad del artista. Los
detalles que hacen al diseño del objeto son arbitrarios y bien podrían no tener esa
forma o no estar y no se afectaría a la esencia del mismo, lo que significa que han
sido diseñados separadamente de la propia función del recipiente, son un agregado,
surgen, no casualmente, del espíritu racional e intelectual del Renacimiento,
momento en que la idea precede a la realización y por tanto la materialidad se fuerza
a los fines de formalizar la “ocurrencia”.
Se traza entonces un esquema que fluctúa entre el entendimiento del diseño como
“totalidad”, es decir, donde las diversas dimensiones que intervienen se relacionan
una con otras hasta hacerse a veces indiscernibles, o como “separación”, donde la
dimensión formal, por ejemplo, se impone al material o a lo funcional, casos en los
que se vulnera la posibilidad del material o la exigencia de la utilidad del objeto. Este
hecho, en apariencia inocuo permite visualizar distinciones e implicancias en cada
caso que bien pueden luego asimilarse a situaciones arquitectónicas o urbanas.
Cuando se habla aquí de implicancias, se refiere a las consecuencias no sólo
estéticas sino éticas de la separación.
Y sin duda nuestro tiempo... prefiere la imagen a la cosa, la copia al original,
la representación a la realidad, la apariencia al ser... lo que es 'sagrado' para
él no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. (Debord: 2007,
pp. 24)
Con estas palabras de Feuebarch, inicia Debord el “Capítulo 1: La separación
consumada” de su libro la Sociedad del espectáculo. Todo el texto es un manifiesto
que pretende explicar lo que para 1968 es ya una evidencia.
Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas
de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos.
Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación.
(Debord: 2007, pp. 24, 25)
Conclusiones generales.
A partir del 1°Seminario se han podido reinterpretar los textos que habitualmente son
utilizados en Historia y Crítica I y II, reflexionando sobre los conceptos que de ellos
se derivan, permitiendo así diferenciar aquellos libros meramente informativos de los
que permiten además extraer nociones instrumentales para el análisis y el hacer
arquitectónico. Al mismo tiempo, los conceptos obtenidos permitirían reorganizar
tanto los contenidos como la dinámica de ejercicios de ambas Asignaturas.
Quizá una de las cuestiones más significativas de esta experiencia, fue posibilitar
comprender que existen libros cuya función es informativa, cuya utilización es
fundamental y por tanto forman parte de la bibliografía de las Asignaturas; pero
también hay otros, que en todo caso no son estrictamente disciplinares, y que sin
embargo sirven como lentes interpretativos de los textos de base y que, por tanto,
han de incluirse como textos instrumentales.
En el 2° Seminario, el trayecto recorrido permitió diferenciar, a partir de objetos
asimilables a la arquitectura, que no todos los objetos de la historia como tampoco
todas las arquitecturas implican lo mismo. El modo de concebir cada
objeto/arquitectura expresa mucho más que la cosa misma, expresa una
comprensión del mundo que según cada época y cultura se acercará más o menos a
su vitalidad interior.
La Grecia clásica es ciertamente diferente al Renacimiento. Este último abreva en
sus formas, aunque las antepone a la materialidad, creando así forzamientos que lo
alejan de su naturaleza vital. Todo lo que en la Grecia Helénica es natural en el
Renacimiento se convierte en algo forzado. Este devenir de lo natural a lo forzoso,
frecuentará recurrentemente la historia de la arquitectura. Visibilizar esos
acontecimientos y analizarlos es quizá la verdadera “utilidad” de la Historia a la hora
de pensar y hacer arquitectura. (Nietzsche: 2002, pp. 40)
Concluyendo, podría decirse que esta distinción de autores y textos (1° Seminario) y
objetos y arquitecturas (2° Seminario) permiten corroborar con Morey lo dicho sobre
la función del pensar en el Prólogo de Lógica del Sentido:
“La función del pensamiento está por el contrario del lado de la guerra
contra todo lo que no es pensamiento; el pensamiento no está hecho para
legitimar situaciones o solucionar problemas, sino para disolver
complicidades, para zanjar cuestiones.” (Deleuze:1994, pp.17)
Bibliografía conceptual general.
Argan, G. C. (1984). El concepto del espacio arquitectónico desde el Barroco a
nuestros días. Buenos Aires. Ed. Nueva Visión.
Benjamin, W. (1989). Discursos Interrumpidos I: Tesis de filosofía de la historia.
Buenos Aires. Ed. Taurus.
Chueca Goitia, F. (1967). Ensayos críticos sobre Arquitectura. Barcelona. Ed.
Emecé.
Chueca Goitia, F. (1974). Invariantes castizas de la arquitectura española. Madrid.
Ed. Dossat.
Debord G. (2007) La Sociedad del Espectáculo. Rosario. Ed. Último Recurso.
Deleuze, G. (1999) Spinoza y el problema de la expresión. Barcelona. Ed. Muchnik.
Deleuze, G. - Guattari, F. (1994). Mil Mesetas. Valencia. Ed. Pre-Textos.
Deleuze, G. (1994). Lógica del sentido. Barcelona. Ed. Paidós.
Focillon, H. (1947) Vida de las formas. Buenos Aires. Ed. El Ateneo.
Kostof, S. (1988). Historia de la Arquitectura. Tomo I y II. Madrid. Ed. Alianza Forma.
Loos, A. (1993). Escritos I 1897-1909: Cristal y arcilla. Madrid. Ed. El Croquis.
Mumford, L. (1966). La ciudad en la historia. Vol. I. Buenos Aires. Ed. Infinito.
Nietzsche, F. (2002). Consideraciones Intempestivas. Buenos Aires. Ed. Alianza.
Rasmussen, S. E. (2000). La experiencia de la Arquitectura. Madrid. Ed. Celeste.
Wölfflin, H. (2006). Conceptos fundamentales de la historia del arte. Madrid. Ed.
Espasa Calpe.
Worringer, W. (1953). Abstracción y naturaleza. México. Ed. Fondo de Cultura
Económica.

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