César Brandom Poemas
César Brandom Poemas
César Brandom Poemas
Uno no quería contar con nadie, y Uno no entendía por qué era impar si antes de él
había alguien.
Uno no quería contar con nadie, y Uno sentía que después de él estaba el infinito.
Y a Uno lo sempiterno le daba miedo, así que Uno, muerto de pavor, se fijó en Cero.
Y cuando Uno vio a Cero, pensó que cero era el número más bonito que había visto y
que, aun viniendo antes que él, era entero.
Uno pensó que en Cero había encontrado el amor verdadero, que en Cero había
encontrado a su par,
así que decidió ser sincero con Cero y decirle que aunque era un cero a la izquierda,
sería el cero que le daría valor y sentido a su vida.
Eso de ser el primero ya no le iba, así que debió hacer una gran bienvenida.
Juntos eran pura alegría y se completaban. Uno tenía cero tolerancia al alcohol, pero con
Cero se podía tomar una cerveza cero por su aniversario, aunque para eso tuviesen que
inventarse una fecha cero en el calendario.
Cero era algo cerrado y le costaba representar textos pero, junto a Uno, hacían el
perfecto código binario.
Eran los dígitos del barrio y procesaban el amor a diario, pero uno no sabe lo que tiene
hasta que lo pierde, así que Uno perdió a Cero.
Y para cuando Uno se dio cuenta, Cero ya contaba de la mano con Menos Uno, que a
pesar de ser algo negativo le trataba como una reina.
A Cero le gustaba que Menos Uno fuera original, tener un hueco en Menos Uno, un
guion con el que podían jugar.
Cero le gustaba que Menos Uno no fuese uno más, que Menos Uno no fuese ordinal.
Que fuese justamente competitivo y que cuando jugasen al UNO, Menos Uno no le
dejase ganar.
Cero sentía que a diferencia de Uno, Menos Uno sí le trataba como un número de
verdad.
Y Menos Uno no ponía peros, ni pretendía darle valor a cero poniendo comas entre
ellos.
Menos Uno no tenía complejos, y cuando hacían el amor, a menos uno le encantaba
estar bajo cero.
Y Uno, una vez más se volvió a quedar solo, separado como una unidad.
Sin Cero, su vida se consumía como una vela. Sin Cero, el tiempo en él hacía mella...
Y Uno empezó a contar, pero sin Cero, se olvidó de los besos de Cero, del sexo con
Cero, de los celos de Cero...
Uno se olvidó de Cero y le dijo adiós. Uno se olvidó de Cero y tal vez hasta del amor, y
empezó a contar hasta lo que más miedo le daba: hasta el infinito.
LA TIERRA Y LA LUNA
Se acercaba el día de su decimoctavo cumpleaños,
y la Tierra se encontraba acostada boca hacia algún lugar del espacio porque desde que
vio a la Luna no dejó de provocarse efectos mariposa en el estómago.
A ver si así podía poner un poco de práctica la teoría del caos... Y conocerla.
al principio no se fiaba de alguien que había tardado solo cinco billones de años en
pedirle salir a una chica, que tal vez su interés era superficial y solo le interesaba las
vistas, porque se comentaba que con ella los polvos... estelares, se veían de maravilla.
Pero el día de la cita la Luna se esmeró buscando en el armario una fase, preguntándose
si no era muy atrevido vestirse ese escotado cuarto menguante, si maquillarse o dejarse
ver los cráteres, si darle una oportunidad a una chica después de haber saltado para la
humanidad y dado pasitos en falso para los hombres.
Tal vez lo de que después de los dinosaurios de mayor quería ser controlador aéreo de
estrellas fugaces, que en la Tierra todos eramos ciudadanos de un lugar llamado Primer
Mundo porque el segundo nos sabía a poco y el tercero estaba en vías de desarrollo.
Que en la tierra éramos unos extremistas religiosos un poco absurdos, y nos llenábamos
la boca de orgullo gritando: "Mi Dios besa mejor que el tuyo".
Que en la Tierra no importa el color de la piel, que nadie te detiene para que justifiques
tu existencia con un trozo de papel, que es más fácil ser mujer, que dos sí se pelean
aunque uno no quiera y al revés, que uno no tiene suficiente con dos y busca a tres para
inventarse que son felices los cuatro hasta que se multiplica el problema y cuatro acaba
llamando al cero dieciséis.
Que los refugiados no están hechos de opiniones en internet, que en la Tierra no nos
rompemos el corazón para recordar al pasado, que no somos tan simples, que después
de una relación "fuimos" no se conjuga en el pretérito perfecto complicado.
¿Cómo iba a impresionar a la lúnatica que afectaba su gravedad? A la que dijeron que
era imposible tapar el Sol con un solo eclipse y demostró que no era verdad.
Cuando lo único genuino era que la Tierra somos unos rebeldes a la hora de amar, que
toda la Vía Láctea ya puede declararse en huelga que ese día iremos a trabajar, que no
somos más que un instante en este lugar, pero vivimos como si la eternidad no fuese
más que una hora que todavía no ha cumplido la mayoría de edad.
La Tierra podía contarle todo eso a la Luna, con algún que otro engaño, o simplemente
empezar la cita diciéndole que era su cumpleaños.
POEMA A MI MADRE
Hola,
y la verdad es que detesto el cuerpo del Calibri, los once puntos y el 1,0 de espaciado.
Mamá, me enseñaste que la vida resumía en pedir disculpas, dar las gracias y decir por
favor.
Y también en guardar cada cinco minutos los archivos de Word, porque en cualquier
momento podía producirse un apagón y nos quedábamos días sin luz.
Mamá, gracias por tu gratitud, por todo lo bueno, de preocuparte del cuándo, del cómo,
del dónde y con quién salía.
Yo y mi juventud.
A veces contestándote con mala actitud hasta que tú y tus collejas me recordabas que,
pa mala, tú.
Mamá, lo siento por entender demasiado tarde que por más veloz que sea el amor a
primera vista siempre quedará segundo si se enfrenta al amor de madre.
Por enseñarme que padre no sólo es aquel que tiene un hijo, padres son todos aquellos a
los que los sueños les quedan pequeños, a lo poco que duermen para cumplirlos y
aparte.
Lo siento por buscar lo extraordinario en otros planetas, por contestarte con mensajes
cuando ya había encontrado vida en llamarte.
Mamá, ahora, ahora el mundo se detiene cuando hablo mamá, porque tú te casaste con
la felicidad y no firmaste la separación de bienes.
Y ahora... jamás volverá a pasar por mi cabeza la idea de quitarme la vida, porque la
felicidad me debe la mitad de todo lo que tiene.
como una de esas faltas de ortografía que en el Word 2016 se corrigen solas,
o se borra.
Gracias.