Sentencia-T-385-19-1 Documento Identidad
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Sentencia-T-385-19-1 Documento Identidad
Magistrado Ponente:
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS.
SENTENCIA
Dentro del proceso de revisión del fallo emitido por el Juzgado Primero Penal
Municipal con Funciones de Control de Garantías de Medellín del 31 de diciembre
de 2018, en la acción de tutela interpuesta por Sebastián Correa Montoya contra los
agentes del CAI Candelaria de Medellín, señores Cristian Murillo Garay y Alberto
Morales Tovar y la Inspección 10 D de Policía Urbana de Medellín por vulneración
del debido proceso administrativo.
I. ANTECEDENTES
Hechos
1. Del expediente de tutela se desprende que cuando el señor Sebastián Correa Montoya
salía con la joven Karen Johana Sepúlveda Berrío de la estación “Exposiciones” del
Metro de Medellín, el domingo 25 de noviembre de 2018, se le solicitó por un agente
de policía su documento de identidad, el cual no portaba en ese momento porque lo
había olvidado en su residencia. A pesar de indicarlo así al patrullero, ofrecerle una
imagen escaneada de la cédula de ciudadanía que tenía en el celular y sostener que
quien lo acompañaba podía ir por ella hasta su vivienda y llevarla en un término de diez
2
En tales condiciones, el señor Correa fue conducido en una patrulla policiva al CAI
San Antonio, que al no contar con el software de identificación, implicó el traslado
hasta el CAI Parque Bolívar, en el que a través del sistema Morforad y en compañía de
otro agente de la policía se logró su identificación, no obstante que este les informara
el número de documento, el nombre, la fecha de nacimiento y los datos generales.
Al señalarle que podía apelar tal determinación procedió de tal manera, aunque no se
desplazó ese mismo día hasta la inspección de policía El Bosque, como se lo indicó
uno de los uniformados, ya que al tratarse de un domingo ésta no se encontraría abierta
al público, por lo que solo acudió a tal sitio el miércoles 28 de noviembre de 2018
donde se le recibió una versión libre.
En segundo lugar, señaló que no pudo entrevistarse con el inspector para que éste
pudiera escucharlo y recibirle las pruebas que tenía sobre la realización del
procedimiento, tales como los dos videos que había efectuado. En su criterio, la forma
en la que se tramitó el proceso de policía, así como la diligencia de apelación,
constituyen una manifiesta violación del debido proceso (art. 29 de la Carta), de las
disposiciones del CPACA y el CNPC, pues su comportamiento no encaja en los
verbos establecidos en la norma y no se brindaron los momentos procesales para la
contradicción y defensa. Por tanto, solicitó la revocatoria de la sanción o que se
retrotraiga el procedimiento de apelación y la autoridad lo atienda conforme a sus
competencias.
3
De igual forma adjuntó disco compacto (cd) con 2 fotografías y 2 videos 2. Las dos
fotografías corresponden a las tomadas a la resolución del 28 de noviembre en la
primera hoja (donde consta esa fecha) y, en la última, donde aparece la notificación
de la decisión y la inconformidad del actor.
Video 1: El video es grabado al interior del CAI Parque Bolívar con una duración de
un minuto 48 segundos. El accionante (S) filmó a los policías Cristian Murillo Garay
(C) y Alberto Morales Tovar (A) mientras el primero está diligenciando el
formulario. La siguiente es la conversación sostenida:
Alexander: Es que ponga pues cuidado joven, ponga pues cuidado lo que le estoy
diciendo a usted, como está en la entrada y salidera, obviamente le estoy diciendo
por favor esté aquí pendiente de lo que usted está diciendo que nosotros estamos
haciendo
Sebastián: ¿Le parece que esa es la forma de tratar a un ciudadano?
A: ¿Yo lo estoy tratando mal señor?
S: Sí caballero
A: En ningún momento señor, yo le estoy diciendo quédese acá para que usted le
dicte al compañero
Cristian: Présteme el documento físico que manifiesta tener ahí, préstemelo,
préstemelo
S: Ya lo tengo
C: Por eso, dónde lo tiene, dónde lo tiene
S: Ya, ya, mi novia está llegando ahí
A: Venga Murillo. Dicte por favor. Dicte ahí lo que está diciendo por favor
S: Cambie por favor eso que está diciendo ahí que eso no es justo
A: Ya le estoy diciendo que ponga ahí
C: Qué va a poner
S: Cambie eso que eso no es lo que yo estoy diciendo
C: Qué voy a cambiar, eso no se puede tachar
1
Las copias obran de folios 13 a 17 del cuaderno 1.
2
Fl. 20.
3
“Carácter público de las actividades de policía. Todo procedimiento policivo podrá ser grabado mediante cualquier
medio de las tecnologías de información y comunicación, por lo que le está prohibido a cualquier persona, salvo las
restricciones expresas de ley, impedir que sean realizadas dichas grabaciones. // La autoridad de policía que impida
la grabación de que trata este artículo sin la justificación legal correspondiente incurrirá en causal de mala
conducta”.
4
Actuación procesal
4. La acción de tutela fue avocada en auto del 18 de diciembre de 2018 por el Juzgado
Primero Penal Municipal de Medellín en contra de la inspección de policía 10 D
urbana de esa ciudad, que ordenó la notificación respectiva 5.
Respuesta de la accionada
Aclaró que no era cierto que el accionante se hubiera acercado a esa inspección el 26
de noviembre de 2018 sino que lo hizo el miércoles 28, se le atendió a las 3:00 de la
tarde y se le recibió versión libre sobre los hechos del 25 de noviembre que dieron
origen al comparendo, por lo que ese despacho procedió a emitir el mismo día (28
de noviembre) la Orden de Policía nro. 012, por medio de la cual se resolvió el
recurso de apelación y se impuso la medida correctiva de multa general tipo 4, al
considerar que si bien se recibió versión libre, la sustentación del recurso debió
presentarse ante el funcionario que interpuso la medida correctiva, como lo hizo el
ciudadano según se aprecia en la hoja uno del comparendo, donde el uniformado
plasmó que el actor presentó el recurso de apelación bajo el argumento de que tenía
una foto del documento en el celular y que se podía identificar con esa imagen.
4
Morforad es, junto con Apolo, uno de los sistemas de identificación de la Policía Nacional que mediante el ingreso
del número de la cédula de ciudadanía y la lectura de la huella dactilar, se establece si existen órdenes judiciales
vigentes expedidas por las autoridades colombianas. Consultado en https://www.policia.gov.co/noticia/despliegue-de-
planes-masivos-de-control
5
Fl. 21.
6
Fls. 24 a 25.
7
El artículo 180 del CNPC establece que la multa “es la imposición del pago de una suma de dinero en moneda
colombiana, cuya graduación depende del comportamiento realizado, según la cual varía el monto de la multa (…)
Las multas se clasifican en generales y especiales. Las multas generales se clasifican de la siguiente manera: (…)
Multa Tipo 4: Treinta y dos (32) salarios mínimos diarios legales vigentes (smdv)”.
6
Pidió que fueran negadas las aspiraciones del accionante ya que no fue vulnerado el
debido proceso, pues como obra en el comparendo y en la versión libre anexa al
expediente, al mismo se le permitió interponer y sustentar el recurso de apelación
garantizando el derecho de defensa.
Adjuntó copia8: i) del oficio S-2018 260637 del 26 de noviembre de 2018 con el que
se remite el comparendo original a la inspección, ii) del comparendo nro. 5-1 160418,
iii) del oficio S-2018 260288 del 25 de noviembre con el que el agente Cristian
Murillo Garay informa del traslado del accionante al CAI Parque Bolívar para ser
identificado por el sistema Apolo, iv) de la versión libre rendida por el actor el 28 de
noviembre en la inspección, y v) de la Orden de Policía nro. 012 expedida por la
inspección.
Sentencia de instancia
A partir de la cita textual de las sentencias T-115 de 2018 y T-030 de 2015 que
desarrollan la subsidiariedad y el perjuicio irremediable, concluyó que la acción de
tutela no es el medio idóneo para resolver el caso, pues lo que pretende el accionante
es atacar un acto expedido por entidades administrativas, ante lo cual procede la
acción de nulidad y restablecimiento del derecho, sin que sea posible suplantar dicho
mecanismo, además de que no se advierte un perjuicio irremediable.
8
Documentos obrantes de folios 25 a 32.
9
Fls. 35 a 38.
10
A Sebastián Correa Montoya se le notificó personalmente el 3 de enero de 2019 y se le entregó copia de la sentencia
(fl. 39). El Inspector de Policía recibió el 2 de enero de 2019 la copia de la sentencia enviada con el oficio 3367 (fl.
41).
7
“Lo acompañe una vez, tratando de ubicar al inspector de policía, pero nos
atendió la secretaria quien manifestó que no se encontraba el inspector, por lo
que Sebastián le comento a la secretaria su deseo de apelar, ella llamo al
inspector por el teléfono y luego puso a Sebastián a firmar unos documentos (…)
Sebastián sí se entrevistó con el inspector días siguientes, quien le dijo que el
documento que había firmado no le servía para apelar, que debían hacer como
otro proceso para hacer la audiencia, pero que ya no era posible, a lo que
Sebastián le respondió que no sabía de eso, por lo que la secretaria no le informo
que debía ser otro proceso que él debía seguir, lo que nos pareció una falta de
negligencia y falta de información”.
En relación con que quien lo acompañaba fuera hasta su residencia por el documento
y pudiera exhibirlo ante los agentes afirmó: “cuando ella llego ya me habían hecho
el comparendo, porque le habían dado mal la ubicación del CAI; posteriormente me
dirige (sic) al Bosque para interponer el recurso de apelación, inclusive allá
18
Declaración recibida por comisionado el 10 de junio de 2019 (fl. 89).
9
tampoco era donde se hacía efectivo el recurso y los policías me habían informado
que era allá”.
Pruebas documentales
13. Las siguientes son las pruebas que obran en el expediente y que se citarán en el
orden en que aparecen dentro del mismo:
19
Cuaderno original 2, fls. 39 a 78.
20
Cuaderno original 1, fl. 13.
21
Cuaderno original 1, fl. 14.
10
iii) Orden de Policía 012 del 28 de noviembre de 2018 que resolvió el recurso de
apelación propuesto contra la medida correctiva aplicada22.
iv) Comparendo nro. 5-1 160418 del 25 de noviembre de 2018, impuesto a las 3:27
de la tarde en la carrera 51 con calle 37 de Medellín 23.
vi) Disco compacto (cd) con 2 fotografías y 2 videos 25. Las fotografías corresponden
a la primera y a la última hoja de la resolución del 28 de noviembre de 2018. El video
1 se refiere al momento de la imposición del comparendo en el CAI Parque Bolívar
y el video 2 a la información que se le brinda al accionante sobre el procedimiento
realizado y el trámite de la apelación.
viii) Oficio S-2018 260288 del 25 de noviembre de 2018 suscrito por el patrullero
Cristian Murillo Garay, en el que se informa sobre el procedimiento adelantado con
el señor Sebastián Correa Montoya 27.
Competencia
22
Cuaderno original 1, fls. 15 a 16.
23
Cuaderno original 1, fls. 17 a 18.
24
Cuaderno original 1, fl. 19.
25
Cuaderno original 1, fl. 20.
26
Cuaderno original 1, fl. 26.
27
En dicho oficio se especifica sobre el traslado del ciudadano lo siguiente: “Una vez diligenciada la orden de
comparendo arriba relacionaba; Se (sic) aclara que es necesario trasladar al sujeto antes mencionado por el motivo
que no porta el documento de identificación y se niega a identificarse, por tal motivo se le informa al suboficial de la
vigilancia X3 y se le solicita un vehículo para trasladarlo al CAI Bolívar para ser identificado plenamente por el
sistema apolo y realizarle el procedimiento donde se le realiza una orden de comparendo, donde aproximadamente
se demora 35 minutos en el CAI” (fl. 29 cuaderno 1).
28
Cuaderno original 2, fl. 46.
29
Cuaderno original 2, fl. 49.
30
Cuaderno original 2, fl. 50.
11
Los elementos probatorios allegados al trámite dieron cuenta del desacuerdo del
accionante con el comparendo al punto de no haberlo firmado ni estampado la huella,
así como de haber acudido ante la inspección de policía el 28 de noviembre de 2018
donde se le recibió versión libre y espontánea, además de haberse confirmado la
medida correctiva ante la presunta falta de sustentación del disenso.
El juez de tutela “negó por improcedente” (sic) el amparo, al advertir que la acción
de tutela no es la herramienta adecuada para resolver el asunto objeto de controversia,
ya que el actor pretende atacar un acto expedido por las autoridades administrativas,
para el que, por regla general, procede la acción de nulidad y restablecimiento del
derecho, estando vedado al juez constitucional invadir tales competencias, a no ser
que evidencie un perjuicio irremediable que en este caso no advirtió.
Procedencia formal31
De acuerdo con dicha precisión, para que la acción se torne improcedente no basta
la existencia de otro medio de defensa judicial, ya que es necesario constatar su
eficacia para la protección de los derechos fundamentales, que en definitiva implica
realizar un estudio ponderado del mecanismo “ordinario” previsto por el
ordenamiento jurídico en cuanto a su idoneidad para conseguir el propósito
perseguido, esto es, hacer cesar la vulneración o amenaza de los derechos
constitucionales y, adicionalmente, examinar detenidamente la situación del
solicitante.
33
Debe destacarse que las accionadas son autoridades públicas. Los uniformados Cristian Murillo Garay y Alberto
Morales Tovar pertenecen al cuerpo de la Policía Nacional, entidad pública adscrita al Ministerio de Defensa
Nacional, creada mediante la Ley 1000 de 1891, artículo 218 de la Constitución y la Ley 62 de 1993. Respecto a la
naturaleza del cargo de Inspector de Policía, se parte de la base del artículo 5º de la Ley 909 de 2004, “por la cual se
expiden normas que regulan el empleo público, la carrera administrativa, gerencia pública y se dictan otras
disposiciones”, que se complementa con el Decreto 785 del 17 de marzo de 2005, “por el cual se establece el sistema
de nomenclatura y clasificación y de funciones y requisitos generales de los empleos de las entidades territoriales que
se regulan por las disposiciones de la Ley 909 de 2004”, que a su vez establece: “artículo 18. Nivel profesional. El
Nivel Profesional está integrado por la siguiente nomenclatura y clasificación especifica de empleos: (…) 233:
Inspector de Policía Urbano Categoría Especial y 1ª Categoría”.
34
En cuanto a la legitimación por pasiva, esta Corporación ha expuesto que ella “hace referencia a la aptitud legal de
la persona contra quien se dirige la acción, de ser efectivamente la llamada a responder por la afectación del derecho
fundamental” (sentencia T-683 de 2017).
35
De conformidad con este presupuesto, esta Corporación ha indicado que la acción de tutela debe ser utilizada en un
término prudencial, “razonable y proporcionado” (sentencia T-219 de 2012, reiterada, entre otras, en las sentencias
T-695, T-070 de 2017 y T-277 de 2015)35, el cual debe examinarse a partir del hecho que conculca el derecho
fundamental (sentencia SU-439 de 2017), toda vez que el remedio constitucional pierde su sentido y razón de ser como
mecanismo excepcional y expedito de protección, cuando el paso del tiempo desvirtúa su inminencia (sentencia T-275
de 2012).
36
Cuaderno original 2, fl. 49.
37
“Por el cual se reglamenta la acción de tutela”.
14
Desde sus inicios la Corte ha buscado precisar cuáles son los requisitos que ha de
reunir el otro medio de defensa judicial para que se le considere eficaz para la
protección de los derechos fundamentales.
De esta manera, en la sentencia T-003 de 1992 este Tribunal señaló que el otro medio
de defensa judicial “(…) tiene que ser suficiente para que a través de él se
restablezca el derecho fundamental violado o se proteja de su amenaza, es decir,
tiene que existir una relación directa entre el medio de defensa judicial y la
efectividad del derecho. Dicho de otra manera, el medio debe ser idóneo para lograr
el cometido concreto, cierto, real, a que aspira la Constitución cuando consagra ese
derecho”.
En idéntico sentido se refirió en la sentencia T-006 de 1992, donde se expuso que era
necesario que el juez constitucional indagara si la “acción legal alternativa, de
existir, es capaz de garantizar la protección inmediata de los derechos vulnerados o
amenazados”, acudiendo para el efecto al artículo 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos 38 con el objeto de precisar las características que debía
reunir el otro medio de defensa judicial para que se considerara que podía desplazar
a la acción de tutela y estableció que este debía ser sencillo, rápido y efectivo:
La ‘rapidez’ del medio judicial está relacionada con la mayor o menor duración
del proceso y el efecto que el tiempo pueda tener sobre la actualización de la
amenaza de violación del derecho o las consecuencias y perjuicios derivados de
su vulneración, para lo cual deberán examinarse las circunstancias del caso.
38
“Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o
tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución, la ley o la presente convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en
ejercicio de sus funciones oficiales”.
15
Tales criterios han sido reiterados por esta Corporación39 y han llevado a concluir
que deben existir instrumentos realmente efectivos e idóneos para la protección de
los derechos; así, cuando ello ocurre la persona debe acudir a la vía judicial ordinaria
y no a la acción de tutela, pues su carácter residual así lo exige40; pero puede resultar
también que en virtud de circunstancias especiales el otro medio de defensa no cuente
con suficiente aptitud para salvaguardar los derechos en juego, caso en el cual resulta
desplazado por la acción de tutela 41.
Por tanto, ha definido la idoneidad como la aptitud material del mecanismo judicial
para producir el efecto protector de los derechos fundamentales, lo que ocurre cuando
el medio de defensa se corresponde con el contenido del derecho, y la eficacia como
el hecho de que el mecanismo esté diseñado de forma tal que brinde de manera
oportuna e integral una protección al derecho amenazado o vulnerado 42.
Por regla general, la Corte ha entendido que quienes se vean afectados por
determinaciones de esta naturaleza pueden valerse de los medios de control
disponibles en la jurisdicción de lo contencioso administrativo como la acción de
nulidad y restablecimiento del derecho (art. 13843 CPACA), ante quien también se
puede solicitar la adopción de medidas cautelares 44 (art. 22945 ejusdem), con las que
se busca proteger y garantizar, provisionalmente, el objeto del proceso y la
efectividad de la sentencia.
39
Sentencias SU-339 de 2011; T-179 de 2003; T-620 de 2002; T-999, T-968 y T-875 de 2001; y T-037 de 1997.
40
En este sentido las Sentencias T-179 de 2003; T-500 y T-135 de 2002; T-1062 y T-482 de 2001; SU-1052, T-815,
T-418 y T-156 de 2000; T-716 y SU-086 de 1999; T-554 de 1998; y T-287 de 1995.
41
Sentencias T-127 de 2001, T-384 de 1998 y T-672 de 1998.
42
Sentencia T-332 de 2018.
43
“Nulidad y restablecimiento del derecho. Toda persona que se crea lesionada en un derecho subjetivo amparado
en una norma jurídica, podrá pedir que se declare la nulidad del acto administrativo particular, expreso o presunto,
y se le restablezca el derecho; también podrá solicitar que se le repare el daño. La nulidad procederá por las mismas
causales establecidas en el inciso segundo del artículo anterior. // Igualmente podrá pretenderse la nulidad del acto
administrativo general y pedirse el restablecimiento del derecho directamente violado por este al particular
demandante o la reparación del daño causado a dicho particular por el mismo, siempre y cuando la demanda se
presente en tiempo, esto es, dentro de los cuatro (4) meses siguientes a su publicación. Si existe un acto intermedio,
de ejecución o cumplimiento del acto general, el término anterior se contará a partir de la notificación de aquel”.
44
Arts. 229 a 241 del CPCA.
45
“Procedencia de medidas cautelares. En todos los procesos declarativos que se adelanten ante esta jurisdicción,
antes de ser notificado, el auto admisorio de la demanda o en cualquier estado del proceso, a petición de parte
debidamente sustentada, podrá el Juez o Magistrado Ponente decretar, en providencia motivada, las medidas
cautelares que considere necesarias para proteger y garantizar, provisionalmente, el objeto del proceso y la
efectividad de la sentencia, de acuerdo con lo regulado en el presente capítulo. // La decisión sobre la medida cautelar
no implica prejuzgamiento. // Parágrafo. Las medidas cautelares en los procesos que tengan por finalidad la defensa
y protección de los derechos e intereses colectivos y en los procesos de tutela del conocimiento de la Jurisdicción de
lo Contencioso Administrativo se regirán por lo dispuesto en este capítulo y podrán ser decretadas de oficio”.
16
Sin embargo, como se advirtió, a voces del numeral 1º del artículo 6º del Decreto
2591 de 1991, la Corporación ha reconocido que cuando se aborda la procedencia
formal del amparo, se debe tener en consideración si los mecanismos creados por el
Legislador para resolver asuntos de esta índole, resultan idóneos y eficaces.
En relación con las medidas cautelares, el artículo 230 del CPACA establece que
estas pueden ser preventivas, conservativas, anticipativas o de suspensión, entre las
que se encuentran el mantenimiento de la situación o su restablecimiento, la
suspensión de la actuación administrativa y la suspensión provisional de los efectos
de un acto administrativo, entre otras, y que demandan para su decreto el
cumplimiento de unas condiciones especiales, como lo precisa el artículo 231
ejusdem, aparte de que requieren caución (art. 232 ibídem) y un procedimiento para
su adopción (art. 233 íb.).
Así, puede sostenerse que si bien para controvertir actos administrativos existe un
medio de defensa judicial como la acción de nulidad y restablecimiento del derecho
y que así mismo el afectado puede solicitar la aplicación de medidas cautelares, de
cara a cada asunto en concreto debe corroborarse la idoneidad y eficacia del
mecanismo, pues la jurisprudencia constitucional ha estimado que la vía judicial de
lo contencioso administrativo no siempre es idónea y eficaz para reponer la
vulneración alegada48.
46
Sentencia T-376 de 2016.
47
Estudió la constitucionalidad del parágrafo del artículo 229 del CPACA.
48
Ver, entre otras, las sentencias T-295 de 2018, T-421 de 2017 y T-338 de 2015.
17
51
Numeral séptimo de la parte resolutiva de orden de policía nro. 012: “Contra la presente decisión no procede
recurso alguno y será notificada por el medio más eficaz y expedito”.
52
Sentencia C-491 de 2016. Cfr. Sentencia C-506 de 2002.
53
Sentencia C-506 de 2002.
19
Procedencia material
Para las autoridades públicas el debido proceso administrativo implica una limitación
al ejercicio de sus funciones, puesto que, en toda actuación, desde el inicio hasta el
final, deben obedecer los parámetros determinados en el marco jurídico vigente, con
lo que se pretende eliminar todo criterio subjetivo que pueda permear su desarrollo
y, a su vez, evitar la conducta de omisión, negligencia o descuido en que se pueda
incurrir55.
No puede asegurarse, empero, que todas las garantías del debido proceso deban
aplicarse con la misma rigurosidad en las actuaciones judiciales o administrativas,
pues cada ámbito cuenta con particularidades que le son propias, tal como se señaló
en la sentencia C-316 de 2008, en la que se consideró que “los estándares aplicables
a los procedimientos administrativos pueden ser menos exigentes que los aplicables
al proceso penal. Por esta razón, la Corte ha encontrado ajustado a la Carta que
algunas de las medidas administrativas - como multas u otras medidas correctivas
- impuestas por la autoridad administrativa tengan lugar después de un
procedimiento que es menos exigente que el proceso penal”.
De acuerdo con todo lo anterior, aun cuando la tipicidad integra el concepto del
derecho al debido proceso en las actuaciones administrativas o disciplinarias, no se
le exige una rigurosidad equiparable a la connatural de la materia punitiva61. Con tal
razón, como se explicó en la sentencia C-595 de 2010, cuando se trata del principio
de legalidad de las sanciones administrativas “sólo exige que una norma con
fuerza material de ley contemple una descripción genérica de las conductas
sancionables, las clases y cuantía de las sanciones, pero con posibilidad de remitir
a los actos administrativos la descripción pormenorizada de las conductas
reprochables, sin que pueda decirse en este caso que las normas de carácter
reglamentario complementan los enunciados legales, pues se trata de una remisión
normativa contemplada específicamente por la disposición legal de carácter
sancionador”62.
En virtud del principio de tipicidad, que tiene una aplicación más flexible en materia
administrativa, “el legislador debe establecer expresamente los elementos
fundamentales del tipo, lo que implica que se efectúe: (i) la descripción de la
conducta o del comportamiento que da lugar a la aplicación de la sanción; (ii) la
normatividad sancionadora, por las consecuencias que se desprenden de su aplicación, de los fines que persiguen y
de los efectos que producen sobre las personas. Desde esta perspectiva, el derecho administrativo sancionador suele
contener normas con un grado más amplio de generalidad, lo que en sí mismo no implica un quebrantamiento del
principio de legalidad si existe un marco de referencia que permita precisar la determinación de la infracción y la
sanción en un asunto particular. Así, el derecho administrativo sancionador es compatible con la Carta Política si las
normas que lo integran –así sean generales y denoten cierto grado de imprecisión– no dejan abierto el campo para
la arbitrariedad de la administración en la imposición de las sanciones o las penas. Bajo esta perspectiva, se cumple
el principio de legalidad en el ámbito del derecho administrativo sancionador cuando se establecen: (i) “los elementos
básicos de la conducta típica que será sancionada”; (ii) “las remisiones normativas precisas cuando haya previsto
un tipo en blanco o los criterios por medio de los cuales se pueda determinar la claridad de la conducta”; (iii) “la
sanción que será impuesta o, los criterios para determinarla con claridad.”.
61
Sentencia C-530 de 2003.
62
Sentencia SU-1010 de 2008.
22
10. Una de las principales garantías del debido proceso es el derecho de defensa que
posibilita el de contradicción y que evita que se produzcan fórmulas de
responsabilidad objetiva. Así en la sentencia T-145 de 1993 se dijo que la notoriedad
de la infracción y la posible prueba objetiva de la misma no justifica una sanción que
prive de la garantía de defensa al inculpado, quedando esta reducida al mero ejercicio
posterior de los recursos administrativos. En consecuencia, “carece de respaldo
constitucional la imposición de sanciones administrativas de plano con fundamento
en la comprobación objetiva de una conducta ilegal, en razón del desconocimiento
que ello implica de los principios de contradicción y presunción de inocencia, los
cuales hacen parte del núcleo esencial del derecho al debido proceso”.
De esta forma, los derechos de defensa y contradicción han sido definidos como
los que se reconocen a toda persona “de ser oída, de hacer valer las propias razones
y argumentos, de controvertir, contradecir y objetar las pruebas en contra y de
solicitar la práctica y evaluación de las que se estiman favorables, así como ejercitar
los recursos que le otorga”64 la ley. En este sentido, esta Corporación ha indicado
que el derecho de defensa se centra en la posibilidad de que el administrado conozca
y pueda hacer parte del procedimiento que lo involucra y, a partir de ahí, exponer su
posición y debatir la decisión con los recursos y medios de control dispuestos para
el efecto65, a la par que el de contradicción tiene énfasis en el debate probatorio e
implica la potestad de presentar pruebas, solicitarlas, “participar efectivamente en
[su] producción” y en “exponer los argumentos en torno a lo que prueban los medios
de prueba”66.
63
Sentencia C-595 de 2010.
64
Sentencia T-544 de 2015.
65
Sentencia T-051 de 2016.
66
Sentencia T-461 de 2003.
67
Sentencia C-034 de 2014 (Cfr. sentencia T-051 de 2016).
23
Por tanto, desde sus primeras decisiones 70, la Corte ha destacado la importancia de
esos primeros artículos, indicando que “la Constitución está concebida de tal
manera que la parte orgánica de la misma solo adquiere sentido y razón de ser como
aplicación y puesta en obra de los principios y de los derechos inscritos en la parte
dogmática de la misma. La carta de derechos, la nacionalidad, la participación
ciudadana, la estructura del Estado, las funciones de los poderes, los mecanismos
de control, las elecciones, la organización territorial y los mecanismos de reforma,
se comprenden y justifican como transmisión instrumental de los principios y valores
constitucionales. No es posible, entonces, interpretar una institución o un
procedimiento previsto por la Constitución por fuera de los contenidos materiales
plasmados en los principios y derechos fundamentales”.
68
Sentencia T-008 de 1992.
69
Arts 1º, 2º, 3º, 5º, 7º y 8º.
70
Sentencia T-406 de 1992.
24
Por su parte, el artículo 9º del CNPC establece que las autoridades “garantizarán a
las personas que habitan o visitan el territorio colombiano, el ejercicio legítimo de
los derechos y las libertades constitucionales, con fundamento en su autonomía
personal, autorregulación individual y social”.
71
Sentencia C-309 de 1997.
72
Cfr. Sentencias C-010 de 2000 y T-1319 de 2001.
73
Corte Interamericana. Opinión Consultiva OC-6/86 del 9 de mayo de 1986. Serie A No. 6, párr.21, criterio reiterado
en el caso Velásquez Rodríguez. Sentencia del 29 de julio de 1988, Serie C No. 4, párr. 165. Igualmente en el caso
Godínez Cruz. Sentencia del 20 de enero de 1989, Serie C No. 5, párr. 174.
74
Ver los artículos 1º de la Convención Interamericana y 2° del Pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos.
75
“Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad
de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las
decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la
independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un
orden justo”.
25
Mientras que en la sentencia C-511 de 1994 se señaló que existe una relación de
complementariedad entre los derechos fundamentales y los deberes constitucionales
que se orientan hermenéuticamente a la garantía de la libertad personal, el principio
de legalidad, el apoyo a las autoridades, el reconocimiento de los derechos ajenos y
el no abuso de los propios, la solidaridad social y la convivencia pacífica; en la
sentencia SU-259 de 1999, se destacó que los deberes “únicamente pueden ser
76
Sobre los deberes constitucionales en general, ver, entre otras, las sentencias SU-747 de 1998, SU-200 de 1997 y T-
125 de 1994. Sobre los deberes específicos en relación con el orden público y la administración de justicia, ver, entre
otras, las sentencias C-037 de 1996; C-511, C-406, C-179 y C-058 de 1994; y C-035 de 1993. Y para el deber de
colaboración con la justicia, ver las sentencias SU-747 de 1998 y SU-200 de 1997.
26
15. En cuanto a los deberes de las autoridades policivas, el artículo 218 superior
establece que la Policía Nacional es un cuerpo armado permanente de naturaleza
civil, a cargo de la Nación, “cuyo fin primordial es el mantenimiento de las
condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y
para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz”, lo que motiva
justamente a considerar que el ejercicio de tal poder busca preservar el orden público,
entendido según la Corte, como el conjunto de condiciones de seguridad,
tranquilidad y salubridad que permiten la prosperidad general y el goce de los
derechos humanos77.
Aparte de ello, el artículo 10º del CNPC se encargó de regular tales deberes.
Estableció:
77
Sentencia C-024 de 1994.
27
8. Colaborar con las autoridades judiciales para la debida prestación del servicio
de justicia.
9. Aplicar las normas de policía con transparencia, eficacia, economía, celeridad
y publicidad, y dando ejemplo de acatamiento de la ley y las normas de
convivencia.
10. Conocer, aplicar y capacitarse en mecanismos alternativos de solución de
conflictos y en rutas de acceso a la justicia.
11. Evitar al máximo el uso de la fuerza y de no ser esto posible, limitarla al
mínimo necesario.
Concluye la Corte que, como se expuso en la sentencia C-128 de 2018, “la Policía
Nacional tiene como fin principal la prevención de aquellas conductas que
constituyen amenazas de afectación del orden público o impiden la convivencia entre
las personas. Las medidas para preservar el orden público y la convivencia
provienen del poder de Policía, la función de Policía y la actividad de Policía, cada
uno ejercido por distintas autoridades, las cuales encuentran límites definidos por
la Constitución y por la ley”.
16. Por medio de la Ley 1801 de 2016 se expidió el CNPC, derogando de esta forma
la anterior normatividad (Decreto ley 1355 de 1970) y aquellas que la habían
modificado. El Estatuto, integrado por 243 artículos, se compone de tres libros: el
primero, referido al objeto del código, ámbito de aplicación, bases de la convivencia
y autonomía de la Policía Nacional; el segundo, atañe a la libertad, los derechos y
deberes de las personas en materia de convivencia; y el tercer libro, se remite a los
medios de policía, medidas correctivas, autoridades de policía y competencias,
procedimientos y mecanismos alternativos de solución de desacuerdos o conflictos.
El objetivo y los principios que orientan tal Estatuto revisten sus disposiciones de un
carácter preventivo83 y radican en cabeza de las autoridades la responsabilidad de
respetar y hacer respetar los derechos y las libertades establecidos en el ordenamiento
vigente y promover los mecanismos alternativos de resolución de conflictos como
82
Sentencias C-082 de 2018, C-813 de 2014 y C-241 de 2010.
83
Artículo 1º. “Objeto. Las disposiciones previstas en este Código son de carácter preventivo”. Artículo 8°.
“Principios. (…) 13. Necesidad. Las autoridades de policía solo podrán adoptar los medios y medidas rigurosamente
necesarias e idóneas para la preservación y restablecimiento del orden público cuando la aplicación de otros
mecanismos de protección, restauración, educación o de prevención resulte ineficaz para alcanzar el fin
propuesto”. Artículo 172. “Objeto de las medidas correctivas. Las medidas correctivas, son acciones impuestas por
las autoridades de policía a toda persona que incurra en comportamientos contrarios a la convivencia o el
incumplimiento de los deberes específicos de convivencia. Las medidas correctivas tienen por objeto disuadir,
prevenir, superar, resarcir, procurar, educar, proteger o restablecer la convivencia. // Parágrafo 1º. Las medidas
correctivas no tienen carácter sancionatorio. Por tal razón, deberán aplicarse al comportamiento contrario a la
convivencia las medidas correctivas establecidas en este código y demás normas que regulen la materia”.
29
El CNPC establece, aparte del proceso verbal inmediato, el proceso verbal abreviado,
con diferencias claras, reconocidas por la Corte: “La lectura de los artículos 222 y
223 del Código deja ver la existencia de dos procesos de naturaleza distinta, siendo
el primero para asuntos que se tramitarán con mayor celeridad y que culminarán
con una medida correctiva a través de una orden de policía de inmediato
cumplimento, según lo estipulan el numeral 4. y el parágrafo 1º. del artículo 222,
donde también quedó previsto que la decisión será apelable en el efecto devolutivo,
es decir, la orden de policía se cumple mientras el superior resuelve”85.
El artículo 222 consagra el proceso verbal inmediato, que por ser aquel seguido en
contra del accionante, será sobre el que se concentre la Sala. Dicho canon estipula:
84
Artículo 10º. “Son deberes generales de las autoridades de policía: 1. Respetar y hacer respetar los derechos y las
libertades (…). 2. Cumplir y hacer cumplir la Constitución, las leyes, las normas contenidas en el presente Código,
las ordenanzas, los acuerdos, y en otras disposiciones que dicten las autoridades competentes en materia de
convivencia. 3. Prevenir situaciones y comportamientos que ponen en riesgo la convivencia. (…) 5. Promover los
mecanismos alternativos de resolución de conflictos como vía de solución de desacuerdos o conflictos entre
particulares, y propiciar el diálogo y los acuerdos en aras de la convivencia, cuando sea viable legalmente. (…) 9.
Aplicar las normas de policía con transparencia, eficacia, economía, celeridad y publicidad, y dando ejemplo de
acatamiento de la ley y las normas de convivencia. 10. Conocer, aplicar y capacitarse en mecanismos alternativos
de solución de conflictos y en rutas de acceso a la justicia (…)”.
85
Sentencia C-391 de 2017.
30
86
El artículo 213 del CNPC señala los principios del procedimiento de policía: “Son principios del procedimiento
único de policía: la oralidad, la gratuidad, la inmediatez, la oportunidad, la celeridad, la eficacia, la transparencia y
la buena fe”.
87
La resolución destaca: “CASILLA 11. OBSERVACIONES DEL UNIFORMADO DE LA POLICÍA NACIONAL: En
este espacio el uniformado de la Policía Nacional podrá registrar todas aquellas circunstancias de tiempo, modo y
lugar que dieron origen al Comportamiento Contrario a la Convivencia, así como corregir cualquier error
involuntario... Diligenciada la Orden de Comparendo o Medida Correctiva, el uniformado de la Policía Nacional
firmará bajo la gravedad de juramento y solicitará al presunto infractor o adulto responsable la respectiva firma y
huella, sin que este acto, constituya de alguna forma, la aceptación del Comportamiento Contrario a la Convivencia
o la posterior sanción, toda vez que, firmar dicho documento, significa que éste quedó debidamente notificado y que
se iniciará una actuación administrativa en la cual se establecerá o no su posible responsabilidad. No obstante, si el
presunto infractor se negare a firmar, se tomara la firma de un testigo, el cual deberá identificarse plenamente con el
número de su cédula de ciudadanía o pasaporte, dirección de domicilio y teléfono si lo tuviere, para el caso de la
huella si el presunto infractor se negare a registrarla el uniformado podrá hacer uso de los medios de policía para
lograr su plena identificación. Esta actuación termina con la entrega en forma obligatoria dé una copia de la
respectiva orden de citación”.
31
Ahora, en la sentencia C-282 de 2017, la Corte destacó que “el proceso verbal
inmediato canaliza las acciones de policía que, con ocasión de comportamientos
contrarios a la convivencia, son objeto de conocimiento por el personal uniformado
de la Policía Nacional, los comandantes de estación o subestación, y los
comandantes del Centro de Atención Inmediata de Policía”, que puede iniciarse de
oficio o a petición de quien tenga interés directo o acuda en defensa de las normas
de convivencia, cuyo objeto es asegurar “la interacción pacífica, respetuosa y
armónica entre las personas, con los bienes, y con el ambiente, en el marco del
ordenamiento jurídico”88.
En esa determinación se estableció, siguiendo el tenor legal, que una vez identificada
la persona que presuntamente pudo haber incurrido en el comportamiento contrario
a la convivencia, “la autoridad de policía lo abordará en el sitio donde ocurran los
hechos, si ello fuere posible, o en aquél donde lo encuentre, y le informará que su
acción u omisión configura un acto contrario a la convivencia”.
Indicó que después de ello, “la autoridad de policía hará una primera ponderación
de los hechos”, buscando una mediación en los sucesos objeto de intervención,
después de lo que “será oído en descargos [y] se impondrá una medida correctiva a
través de una orden de policía. Esta última se define como ‘el mandato claro, preciso
y conciso dirigido en forma individual o de carácter general, escrito o verbal,
emanado de la autoridad de policía, para prevenir o superar comportamientos o
hechos contrarios a la convivencia, o para restablecerla’89”.
A partir de tal fundamento normativo expresó la Corte que dentro de una lectura
sistemática del Código, las medidas correctivas se definen como “las acciones
impuestas por las autoridades de policía a toda persona que incurra en
comportamientos contrarios a la convivencia”90, cuyo objeto es “disuadir, prevenir,
superar, resarcir, procurar, educar, proteger o restablecer la convivencia” 91 y para
su imposición se aplica el trámite previamente expuesto o el proceso verbal
abreviado, con sujeción a los principios enunciados en el artículo 8º del CNPC,
destacándose entre ellos los de proporcionalidad, razonabilidad y necesidad.
Finalmente, la Corporación destacó que las medidas correctivas “no tienen carácter
sancionatorio” 92 y que una vez impuestas se debe informar a la Policía Nacional
“para que proceda a su registro en una base de datos de orden nacional y acceso
público”93, regulada de acuerdo con las garantías que se derivan del derecho al
habeas data.
88
Art. 5 del CNPC.
89
Art. 150 del CNPC.
90
Art. 172 del CNPC.
91
Ibídem.
92
Parágrafo 1º del art. 172 del CNPC.
93
Parágrafo 2º del art. 172 del CNPC.
32
17. Entre las distintas disposiciones que regulan los comportamientos contrarios
a la convivencia se encuentra el artículo 35 del CNPC que consagra:
Para el caso que interesa a la Sala de Revisión, el numeral 3º del artículo 35 establece
que un comportamiento contrario a las relaciones entre las personas y las autoridades
consiste en “Impedir, dificultar, obstaculizar o resistirse a procedimiento de
identificación o individualización, por parte de las autoridades de Policía”. De la
definición de cada uno de los vocablos que contiene la conducta 94 se desprende que
se incurre en la medida correctiva cuando la persona imposibilita, hace difícil, se
opone o se niega a ser identificada o individualizada por la autoridad policiva. Se
trata de conductas evidentemente torticeras, de quien se contrapone apenas
sinrazones, para evitar el trabajo policial de la identificación. La autoridad policiva
puede, evidentemente, injerir en la órbita de acción del ciudadano, demandando su
identificación como una forma de cumplir su labor de mantener la seguridad
ciudadana.
94
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, cada una de tales acepciones tiene el siguiente
significado: i) Impedir: 1. Tr. Estorbar o imposibilitar la ejecución de algo. 2. Tr. Poét. Suspender, embargar. ii)
Dificultar: 1. Tr. Poner dificultades a las pretensiones de alguien, exponiendo los estorbos que a su logro se oponen.
2. Tr. Hacer difícil algo, introduciendo obstáculos o inconvenientes que antes no tenía. 3. Tr. Tener o estimar algo por
difícil. iii) Obstaculizar: Tr. Impedir o dificultar la consecución de un principio. iv) Resistir: 1. Tr. Tolerar, aguantar
o sufrir. 2. Tr. Combatir las pasiones, deseos, etc. 3. Intr. Dicho de un cuerpo o de una fuerza: oponerse a la acción o
violencia de otra. 4. Intr. Dicho de una persona o de un animal: pervivir. 5. Intr. Dicho de una cosa: durar (continuar
sirviendo). Este coche todavía resiste. 6. Intr. Repugnar, contrariar, rechazar, contradecir. 7. Prnl. Dicho de una
persona: oponerse con fuerza a algo. Se resistió a ser detenido. 8. Prnl. Dicho de una cosa: oponer dificultades para su
comprensión, manejo, conocimiento, realización, etc. Este problema se me resiste.
33
por la reunión de una serie de elementos que sobre ella poseemos, elementos que
provienen de ella misma y que se refieren a sus características, a lo que le es
propio como individualidad física o moral.
"Identificar es algo que se haya íntimamente ligado a lo anterior, pero que es, sin
embargo, diferente en un sentido amplio, genérico, identificar implica una
yuxtaposición, el proceso más o menos complicado de ver si lo que se posee
respecto a la individualidad de alguien corresponde, se ajusta a la misma. La
identificación es el resultado final a que toda individualización debe concluir.
Identificar, pues, no es precisamente descubrir, sino confirmar, realizar un
reconocer, acreditar la exactitud de lo individualizado, de lo conocido".
(Criminalística, en Enciclopedia OMEBA, Tomo V, pág.119).
Por su parte, el artículo 128 de la Ley 906 de 2004 96, modificado por el artículo 99
de la Ley 1453 de 2011, respecto a verificar la identificación y la individualización
de la persona procesada, bien cuando presenta documento de identidad, cuando no
lo porta o no cuenta con él, expresa:
95
Sentencia C-488 de 1996.
96
“Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal”.
34
En consecuencia, tanto la Ley 1453 de 2011 como la Ley 1801 de 2016, ambas
expedidas con el objeto de garantizar la seguridad ciudadana y facilitar la
convivencia, reclaman de las autoridades un avance significativo en los métodos de
actuación frente a las situaciones que puedan afectar el orden público, las normas de
convivencia o las relaciones con las autoridades.
Indicó, además, que constituye un medio idóneo para acreditar la mayoría de edad
(la ciudadanía), entre otras, siendo un instrumento de gran importancia en el orden
tanto jurídico como social, por lo que la falta de expedición oportuna de tal
documento desconoce el derecho de cualquier persona al reconocimiento de su
personalidad jurídica y, por lo tanto, su derecho a estar plenamente identificada y al
ejercicio pleno de sus derechos civiles y políticos.
Bajo tales consideraciones, es claro que para el cabal ejercicio del derecho a la
personalidad jurídica la cédula de ciudadanía se convierte en un documento relevante
e imprescindible para acreditar la identificación de las personas y, de esta forma,
garantizar el ejercicio de sus derechos constitucionales, sin que ello implique que sea
97
Sentencia T-023 de 2016.
35
un deber portarla o que se pueda imponer una sanción administrativa por no llevarla
consigo, ya que como también lo ha reconocido la Corte, no es el único documento
de identificación y en ciertas circunstancias exigir su exhibición para lograr el
ejercicio de algunos derechos, puede resultar desproporcionado.
Aunado a esto, este Tribunal también ha admitido que “[e]n principio y como regla
general, la cédula de ciudadanía funge como el documento idóneo para acreditar la
identidad de su portador, pero en aquellas situaciones excepcionales cuando está de
por medio la amenaza o violación de derechos fundamentales (…) que comprometen
la existencia misma de un individuo, se vuelve impostergable el trabajo armónico
entre las entidades públicas y privadas para lograr, con ayuda de los avances
tecnológicos, la correcta individualización del titular del derecho y evitar que los
formalismos socaven el derecho sustancial”99.
Sin embargo, desde la sentencia T-561 de 2012 la Corte reconoció que pueden existir
medidas alternativas que tengan la misma eficacia que la presentación de la cédula.
Así, indicó que “la pluralidad de certificaciones aportadas en el asunto que se
revisa; la presentación de documentos que presenten características de seguridad
similares a las de la cédula de ciudadanía junto con aquellos que acreditan que la
cédula se encuentra en trámite; el establecimiento de comunicación directa entre el
Banco y la Registraduría Nacional del Estado Civil; o sistemas de identificación por
biometría, deberían ser considerados…”.
19. Con respecto al deber de portar el documento de identidad por los habitantes del
territorio nacional, ninguna de las normas que podría referirse al tema consagra de
manera expresa tal obligación; de hecho, el nuevo CNPC no contiene una disposición
en este sentido, como tampoco la contemplaba el anterior estatuto (Decreto ley 1355
de 1970), ni ninguna de sus modificaciones, así como tampoco otras normas de
reenvío que abordan la necesidad de identificar e individualizar adecuadamente a las
personas vinculadas a una actuación penal.
No obstante que, como se indicó, el artículo 128 de la Ley 906 de 2004100 estableció
la obligatoriedad de la Fiscalía General de la Nación de verificar la correcta
“identificación o individualización del imputado” a fin de prevenir errores
judiciales, solo a partir de la Ley 1142 de 2007, conocida como la ley de seguridad
ciudadana, se incluyó la necesidad de realizar tal tarea a través del documento de
98
Sentencia T-1000 de 2012.
99
Ibídem.
100
Actual Código de Procedimiento Penal.
36
101
Tal como sucede con la facultad de los nacionales para elegir y ser elegidos, tomar parte en elecciones, plebiscitos,
referendos, consultas populares, cabildos abiertos, revocatorias de mandatos, constituir partidos, movimientos y
agrupaciones políticas, promover acciones de inconstitucionalidad y desempeñar cargos públicos, entre otros (arts. 40,
99, 103, 107, 241 de la Carta).
37
20. De otro lado, por la incidencia que para la resolución del asunto tiene el traslado
de las personas para el procedimiento policivo establecido en el CNPC, la Sala de
Revisión se referirá enseguida a esta figura contenida en el artículo 157 de tal
estatuto, que expresa:
A partir del texto legal, el traslado para procedimiento policivo es una medida
excepcional que adopta la autoridad de policía al momento de imponer una medida
correctiva dispuesta en el CNPC, ya que la regla general obliga a su aplicación en el
lugar en que sucede el motivo, y que implica el “traslado inmediato y temporal de
la persona” cuando sea necesario para realizar el proceso verbal inmediato “y no sea
posible realizarlo en el sitio por razones no atribuibles a la autoridad de policía”.
Debido a la afectación que sobre los derechos de la persona pueden causarse con una
medida como el traslado para procedimiento policivo hasta por seis horas y su
incidencia en la restricción de la movilidad por la autoridad policiva, la Sala de
Revisión hará una breve referencia al derecho a la libertad, que no solo es la base de
la construcción política y jurídica del Estado, sino que además se constituye en norma
rectora en el ordenamiento jurídico procedimental penal102, y de cuya importancia se
desprende el carácter excepcional de la posibilidad de restringir la libertad
individual, la cual solo puede ser limitada por la autoridad competente y por motivos
previamente definidos en la ley103, y cuyo alcance como derecho fundamental104 se
encuentra armonizado con los tratados internacionales de derechos humanos
ratificados por Colombia 105.
102
El artículo 2º de la Ley 906 de 2004 consagra: “Libertad. Toda persona tiene derecho a que se respete su libertad.
Nadie podrá ser molestado en su persona ni privado de su libertad sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad
judicial competente, emitido con las formalidades legales y por motivos previamente definidos en la ley (…)”.
103
Sentencia C-163 de 2008.
104
El artículo 28 superior estipula que: “Toda persona es libre. Nadie puede ser molestado en su persona o familia, ni
reducido a prisión o arresto, ni detenido, ni su domicilio registrado, sino en virtud de mandamiento escrito de
autoridad judicial competente, con las formalidades legales y por motivo previamente definido en la ley (…)”.
105
Al respecto, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación al derecho a la libertad personal,
prescribe: “Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal. 1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad
personal. 2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de
antemano por las Constituciones Políticas de los Estados partes o por las leyes dictadas conforme a ellas. 3. Nadie
puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios. 4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada
de las razones de su detención y notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella (…). De igual
manera, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en cuanto al derecho de libertad personal establece:
“Artículo 9. 1. Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal. Nadie podrá ser sometido a
detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con
arreglo al procedimiento establecido en ésta. 2. Toda persona detenida será informada, en el momento de su detención,
de las razones de la misma, y notificada, sin demora, de la acusación formulada contra ella (…)”.
106
Sentencia C-176 de 2007.
107
La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia recordó recientemente (CSJ, SP4710-2018, 31 de octubre
de 2018, rad. 48907), que el “principio de derecho penal mínimo”, o de mínima intervención del aparato represor
estatal, explica que la utilización del derecho penal como medio de control no resulta válido frente a todas las
situaciones que en el conglomerado social se presenten, sino como herramienta extrema -ultima ratio- cuando no hay,
o han fracasado otros mecanismos de contención, y solo para proteger los bienes jurídicos más importantes para
la vida en comunidad respecto de agresiones verdaderamente graves e intolerables.
108
CSJ, SP15490-2017, 27 de septiembre de 2017, rad. 47862.
39
Caso concreto
109
Lo hizo la Corte al estudiar la constitucionalidad de los artículos 56, 58, 62 y 83 del anterior Código de Policía
(Decreto 1355 de 1970).
110
La Corte estudió la constitucionalidad de la facultad de retención transitoria establecida en el artículo 192 del
Decreto 1355 de 1970 (anterior Código de Policía) y declaró inexequible su aplicación.
111
Asamblea General de las Naciones Unidas, Consejo de Derechos Humanos, 16 de febrero de 2009, fundamentos
50 a 53. Informe del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, misión a Colombia del 1º al 10 de octubre de
2008: “(…) La facultad de detención preventiva administrativa de los agentes de la Policía Nacional no se ha
determinado con la precisión y el rigor que exige la libertad individual. Aunque el Código Procesal Penal establece
que los agentes de policía sólo podrán detener a una persona con una orden de captura emitida por un juez competente
o cuando se trate de casos de flagrancia, algunos agentes policiales interpretan que están facultados a detener
personas por otros motivos que resultan amplios e imprecisos sin estar sujetos a control judicial. Es el caso de las
detenciones motivadas por alto grado de excitación; molestar a transeúntes; ebriedad o de personas que representan
un riesgo para sí mismos o para los pobladores. Esto ha provocado que los agentes de policía conduzcan a las
estaciones de policía a ciudadanos, por lo general socialmente vulnerables, sin justificación legal y, lo que es más
grave, sin mantener un registro de dichas capturas ni del período de su detención. (…). Sería conveniente que una
nueva norma legal precisase con claridad las facultades de detención de la Policía Nacional en estos casos,
ratificando la vigencia del principio de reserva judicial y que no procede detener a personas con simples fines de
comprobación de identidad, para examinar si tienen deudas pendientes con la Justicia o por simples razones de
protección del detenido. La jurisprudencia de la Corte Constitucional, en su sentencia C-024 de 1994 ya mencionada,
ha permitido la aplicación del artículo 77 del Código Nacional de Policía y el abuso de la detención preventiva
administrativa, la que además se aplica sin los resguardos necesarios. Aunque la Corte consideró que esta medida
debía ser aplicada excepcionalmente y sólo cuando existiesen motivos fundados, objetivos y ciertos, la Policía
Nacional sigue deteniendo en función de simples sospechas; con fines distintos a los de constatación de hechos
objetivos o de verificación y sin que exista situación de urgencia o inminente peligro. Esta práctica es contraria a los
principios de legalidad, igualdad, no discriminación, necesidad y proporcionalidad.”. Texto completo en el link,
https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2010/8051.pdf?file=fileadmin/Documentos/BDL/2010/8051.
40
112
Folio 89 del cuaderno 2.
41
En efecto, afirma la Corporación que en este evento las referidas garantías resultaron
disminuidas desde el primer momento en que se abordó al ciudadano, en tanto no
solo se advierte el abandono de un trámite que le permitiera expresarse en torno a la
no portabilidad de su documento físico de identificación, sino además la falta de
disposición de la autoridad policiva frente a las propuestas realizadas por aquél, al
igual que una ausencia de información acerca del procedimiento a adelantar.
Las pruebas obrantes en el expediente refrendan que, ante la ausencia física del
documento, el actor propuso exhibir la foto escaneada del documento que conservaba
en el celular y aún más, que Karen Joana, a escasos diez minutos de la vivienda donde
se hallaba la cédula, se desplazara por ella, lo que no fue aceptado por el agente. Pero
nada pudo contra el autoritarismo irrazonado de los actores del procedimiento, pues,
el haber escuchado al ciudadano hubiera sido más eficaz.
En este sentido, con fundamento en las facultades de una primera ponderación que
se le confiere a la autoridad policiva en el proceso verbal inmediato, debieron
agotarse aquellas opciones con las que se contaba al momento del abordaje al
accionante. De un lado, la verificación de la imagen escaneada que este conservaba
en el celular; en segundo término, ahondar en otros documentos que pudiera
conservar el actor -licencia de conducir, pasaporte, etc.-, cuestión que tampoco se
agotó; luego de ello, la posibilidad de que en un término razonable, la acompañante
del actor pudiera obtener la cédula de ciudadanía física, que reclamaba el
uniformado; y por último, que el patrullero hiciera uso de los medios tecnológicos
con que contaba para obtener la identificación que reclamaba.
42
115
La declaración del accionante indicó que se dirigía con Karen Joana a la finca de su abuelo (fl. 89 del cuaderno 2).
116
Karen Joana narró que lo buscó en el CAI San Antonio y en dos CAI más sin encontrarlo. Dijo que cuando lo halló,
se le había impuesto el comparendo (fl. 88 del cuaderno 2).
117
Casilla 5 de la orden de comparendo.
44
23. Respecto del caso en estudio y de cara a las pruebas recaudadas, advierte este
Tribunal que el procedimiento adelantado en contra del actor no exhibe el carácter
preventivo característico del trámite dispuesto por el legislador y, menos aún, que a
través de la aplicación de la sanción al accionante (multa y actividad pedagógica) se
buscara disuadir, prevenir, superar, resarcir, procurar, educar, proteger o restablecer
la convivencia, sino el de imponer la medida correctiva a toda costa.
118
Casilla 2 del Anexo a la orden de comparendo o medida correctiva.
119
La conversación se sostiene de la siguiente forma: Agente Cristian: Présteme el documento físico que manifiesta
tener ahí, préstemelo, préstemelo. Sebastián: Ya lo tengo. Agente Cristian: Por eso, dónde lo tiene, dónde lo tiene.
Sebastián: Ya, ya, mi novia está llegando ahí.
45
con los que cuente y que le permitan a la autoridad advertir que se trata de la misma
persona a la que requirió.
Lo anterior, toda vez que del contenido de la norma se puede desprender que al
establecerse que un comportamiento que afecta las relaciones entre las personas y las
autoridades lo constituye el acaecimiento de alguno de los verbos rectores descritos,
la portabilidad del documento de identificación o de otro que se preste para tales
efectos, se muestra consecuente con dicha exigencia, sin que ello implique, como se
anotó, un deber constitucionalmente exigible y sancionable, pues para que ello sea
así debe existir una norma legal que así lo exprese.
24. La conducción del ciudadano al CAI San Antonio y el posterior “traslado para
procedimiento policivo” al CAI Parque Bolívar. No obstante que al actor se le llevó
inicialmente al CAI San Antonio para su identificación, el trámite procesal demuestra
que posteriormente se utilizó el mismo vehículo de conducción inicial “para
trasladarlo al CAI Bolívar para ser identificado por el sistema apolo y realizarle el
procedimiento donde se le realiza una orden de comparendo, donde
aproximadamente se demora 35 minutos en el CAI” 120.
Lo anterior porque con las herramientas de las que disponía la autoridad policiva
(sistemas Morforad y Apolo), era posible y suficiente la identificación reclamada.
Por ello las unidades policiales deben contar con dispositivos tecnológicos que
permitan identificar a las personas sin necesidad de traslado alguno, a través de
mecanismos digitales en el mismo lugar del abordaje, es decir, por sistemas de
dotación institucional que puedan llevar consigo, dada la naturaleza excepcional del
traslado. Adicionalmente, deben permitir, en aplicación de deberes como la
transparencia, la eficacia, la inmediación y la celeridad y en consonancia con la
necesaria evolución social122 que propició, entre otros, la expedición de un nuevo
CNPC, que las personas puedan identificarse a través de distintos métodos, ya que la
122
En la exposición de motivos del Gobierno para la expedición de la Ley 1801 de 2016 se sostuvo: “El proceso de
revisión, actualización y adecuación del Código Nacional de Policía es una necesidad inaplazable, ante las notables
limitaciones del Código vigente, por razón del tiempo transcurrido, del contexto social y jurídico para el cual fue
creado, al igual que las sentencias de inexequibilidad de algunos de sus apartes. La Policía Nacional por mandato
constitucional, está encargada de garantizar el ejercicio pleno de las libertades públicas, para lo cual requiere,
además del compromiso de sus integrantes, contar con herramientas legales adecuadas que establezcan los límites
para el ejercicio de las actividades que se dan dentro del desarrollo de la convivencia ciudadana. La norma vigente
en la actualidad, no responde a la realidad que vive el país después de promulgada la Carta Política de 1991, y por
obvias razones, en algunos de sus apartes contradice la norma superior y por ende no es aplicable de manera legal”.
48
Tal situación a su vez es consecuente con el registro fílmico que dejó el actor en el
video 2 anexo al trámite de tutela, en el que se escucha que el agente de policía le
informa que lo llevaron a otro CAI “porque cambiaron la orden”123, sin que a él le
hubieran explicado el motivo, lo que desconoce el contenido del parágrafo del
artículo 157 que indica que la autoridad que ordena y ejecuta el traslado, al constituir
una medida excepcional, debe informar de ello a la persona trasladada y al superior
jerárquico de la unidad policial, elaborando un informe motivado con lo indicado en
la norma, sin que además se le entregara copia del informe como lo consagra la ley
ya que el actor solo tuvo en su poder el comparendo.
Sobre lo acaecido con la firma y huella del actor se escenifica con claridad en el
video 1 que entregó como prueba el accionante al momento de incoar la acción. A
pesar de que en éste el agente Murillo Garay exige al actor en varias oportunidades
que firme el comparendo y coloque su huella, este se niega a ello hasta que no se
escriba lo por él indicado. Tampoco se evidencia la advertencia del agente Murillo o
del patrullero Alberto Morales Tovar que lo acompaña en la diligencia de que se va
a estampar una firma a ruego, de ahí que la orden finalmente sea signada por los dos
uniformados, el primero, en la casilla de “firma del policía” y, el segundo, en la
casilla “firma del entrevistado”, cuestiones que no le fueron aclaradas al actor.
123
Cfr. Video 2 del cd que se encuentra a folio 20 del cuaderno original 1.
124
Parte considerativa de la resolución del 28 de noviembre de 2018 emitida por el inspector (cuaderno original 1, fl.
14).
49
pues ante ese despacho se remite la actuación de quien conoce inicialmente del
asunto luego de que se apela la medida correctiva impuesta, para que en tres días
decida lo correspondiente, como lo consagra el parágrafo 1º del artículo 222 del
CNPC.
Sin embargo, estima este Tribunal que, en el caso sometido a estudio, debido a la
deficiente información que se le brindó al accionante por la autoridad policiva, se le
cercenó la oportunidad de que pudiera sustentar en debida forma su inconformidad
con la medida aplicada y aducir los elementos probatorios que pretendía hacer valer.
Así, dicho funcionario contó solamente con la información remitida por la autoridad
policiva, entre la que se encontraba la sustentación del recurso por parte del actor
basada en la tenencia de la imagen de la cédula de ciudadanía en el celular y el que
le llevarían tal documento, al igual que el formulario sin la firma y la huella del
accionante, motivos que encontró el inspector para advertir una sustentación
deficiente.
De modo que era necesario que en el acto de aplicación de la sanción, aparte de que
el actor interpusiera el recurso, lo sustentara adecuadamente y aportara aquella
grabación que realizó sobre la imposición del comparendo o las pruebas que
pretendía hacer valer, pues el artículo 222 del CNPC refiere en este sentido una
actuación que se desarrolla de manera expedita y que reserva en el agente de policía
una primera ponderación de los hechos, que entonces demanda de tal autoridad una
conducta acorde con dicha función, que en este caso no se presentó y que vulneró de
manera flagrante el debido proceso administrativo del accionante.
El deber de la autoridad policiva, que se entiende que fue formada en el CNPC antes
de su puesta en marcha y que continúa en ella a efectos de facilitar el entendimiento
de sus normas y su aplicación en los casos sometidos a su conocimiento (art. 236 del
CNPC125), conllevaba también el informar adecuadamente al ciudadano sobre el
procedimiento a realizar, cuestión de la que adolece el trámite surtido y que lleva a
125
El artículo 236 del CNPC establece: “Programa de educación y promoción del Código. El Gobierno Nacional, a
través de las autoridades competentes, deberá diseñar programas, actividades y campañas de promoción en todo el
territorio nacional, de las disposiciones más relevantes contenidas en el presente Código, especialmente de los
comportamientos contrarios a la convivencia y las consecuencias que se derivan de su realización, con el fin de que
la ciudadanía conozca y se actualice I en torno a los aspectos trascendentales de esta ley. // Así mismo deberá
adelantar jornadas de capacitación y formación del nuevo Código de policía y convivencia a las autoridades de
policía, a partir de su promulgación (…)”.
52
considerar el incumplimiento del parágrafo 2º del artículo 219126 ejusdem, que obliga
a la autoridad al momento de imponer una medida correctiva, a brindar toda la
información relacionada con el procedimiento, los recursos y los términos de su
interposición.
126
“Procedimiento para la imposición de comparendo (…) Parágrafo 2°. Las autoridades de Policía al imponer una
medida correctiva, deberán de oficio suministrar toda la información al infractor, acerca de los recursos que le
corresponde y los términos que tiene para interponerlos”.
127
La legalidad como elemento configurativo del debido proceso.
53
27. Con todo, del análisis efectuado por la Corte, pueden extraerse las siguientes
subreglas de decisión cuando se está frente al procedimiento verbal inmediato del
artículo 222 del CNPC aplicable para el comportamiento que afecta las relaciones
entre las personas y las autoridades contenido en el numeral 3º del artículo 35
ejusdem:
RESUELVE:
Segundo. Ordenar a la Policía Nacional del Valle de Aburrá, que inicie el proceso
disciplinario a que haya lugar. En igual sentido, compulsar copias de esta decisión
y del expediente de tutela a la Procuraduría General de la Nación y a la Fiscalía
General de la Nación para lo de su competencia.
Tercero. Librar por la Secretaría General las comunicaciones de que trata el artículo
36 del Decreto Estatutario 2591 de 1991.
Magistrado
HECHOS
CONSIDERACIONES
El derecho de policía fue creado para proteger el orden público a nivel nacional,
departamental y municipal todo en pro de una convivencia ciudadana entre las
personas que integran la sociedad y tiene que estar permeado por los principios
establecidos por la Constitución Política tales como el principio de legalidad y el
debido proceso.
Sin más consideraciones y atendiendo los principios del debido proceso y conforme
a la motivación que antecede, LA INSPECCIÓN DIEZ "D" DE POLICIA URBANA
DE PRIMERA CATEGORÍA, en ejercicio de la función de Policía, por autoridad de
la Ley y por medio de la ORDEN DE POLICÍA N° 012.
RESUELVE
SEXTO: Una vez el ciudadano cumpla con lo establecido en los artículos segundo y
cuarto de la presente orden, se procederá a la DESANOTACIÓN del señor
SEBASTIAN CORREA MONTOYA identificado(a) como se dijo anteriormente,
del Registro Nacional de Medidas Correctivas de la Policía Nacional.