Cii Anestesia
Cii Anestesia
Cii Anestesia
Jaime Jaramillo 1
Germán Alberto Díaz 2
Reinaldo Grueso 3
Introducción.
1- Especialista en Anestesiología y Reanimación. Universidad El Bosque-Fundación Santa Fe de Bogotá; Bogotá D.C. Especialista
en Anestesiología Pediátrica, Universidad Nacional Autónoma de México, Hospital Infantil Federico Gómez; México D.F.
Coordinador Nacional del Comité de Anestesiología Pediátrica de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación-
SCARE. Anestesiólogo Unidad de Cirugía Ambulatoria Clínica Palermo y del servicio de Cirugía Ambulatoria de la Unidad de
Servicios el Salitre, Compensar; Bogotá, D.C.
3- Especialista en Anestesiología y Reanimación. Pontificia Universidad Javeriana- Hospital San Ignacio. Bogotá.
Anestesiólogo del servicio de Cirugía Ambulatoria de la Unidad de Servicios el Salitre, Compensar, y del Hospital San Ignacio;
Bogotá, D.C.
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
incidencia del vomito y las nauseas postoperatorias, no causa retención urinaria, elimina
la sedación residual como causa retraso en el egreso, y disminuye de manera
incuestionable la frecuencia de hospitalizaciones no programadas.
En consecuencia, una de las maneras más adecuadas para solucionar los problemas del
cuidado anestésico, tanto de los pacientes ambulatorios como de los hospitalizados, es
seleccionar una técnica de anestesia regional para satisfacer las necesidades de analgesia
intra-operatoria o post-operatoria, y cubrir las otras necesidades anestésicas (amnesia,
hipnosis, inmovilidad, protección neuro-vegetativa, estabilidad fisiológica) con los otros
recursos que tiene disponible el anestesiólogo. La técnica de anestesia regional que
selecciona el anestesiólogo debe ofrecer un campo operatorio cómodo para el cirujano y
confort para el paciente, sin comprometer la seguridad del procedimiento.
En este artículo se mencionan las actividades que debe realizar el anestesiólogo antes,
durante y después de realizar un bloqueo de los nervios periféricos. Se revisan las
prevenciones, objeciones y obstáculos que el anestesiólogo debe vencer para ejecutar la
anestesia regional de una manera sistemática, y se indican las actividades que se deben
tomar antes, durante y después de realizar un bloqueo. Dado lo extenso del tema, en
este capitulo no se pretende hacer una revisión sistemática de estos tópicos, sino
mencionar aquellos hechos que en la experiencia de los autores resultan cruciales para
incrementa la seguridad y la eficacia de las técnicas de anestesia regional periférica. Se
hace énfasis en los criterios clínicos que el anestesiólogo debe considerar antes de
realizar un bloqueo, en las normas básicas de seguridad, en los aspectos técnicos más
útiles para el anestesiólogo que quiere incorporar a su practica el uso habitual de en la
anestesia regional y en las acciones que se deben tomar para prevenir, identificar y
tratar los efectos adversos y las complicaciones que pueden ocasionar la punción con la
aguja y la inyección del anestésico local. Por último, se mencionan los cuidados y las
recomendaciones que se deben ofrecer al paciente que ha sido operado con un técnica
de anestesia regional.
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
Al ser confrontados por esta disociación entre la práctica y la teoría, ellos han
argumentado anatómicas, prácticas, técnicas y pedagógicas. Esta última es muy
importante, porque la mayoría de los anestesiólogos reconocen que están poco
familiarizados con las técnicas modernas de anestesia regional periférica, debido a que
su entrenamiento durante la residencia y la práctica profesional ha sido deficiente. Sin
embargo, la principal objeción a la anestesia regional periférica es que parece demasiado
compleja, pues requiere dos intervenciones diferentes: una, la anestesia general o la
sedación; y la otra, la anestesia regional, que para colmos puede requerir varias
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
punciones. Otras objeciones a los bloqueos periféricos son la “distorsión” de los planos
quirúrgicos y el riesgo de quedar envueltos en reclamaciones de índole médico-legal por
complicaciones no anestésicas, que son atribuibles al torniquete, el electro coagulador, el
cirujano o la cirugía misma. Además, para practicar la anestesia regional es necesario
adquirir y mantener actualizados muchos conocimientos y habilidades, conseguir
algunos equipos y suministros, enfrentar la oposición de algunas personas y obtener el
respaldo de la institución;
2.1. Establecer que existe una indicación para aplicar una técnica de anestesia
regional periférica y descartar la presencia de una contraindicación.
Para que el anestesiólogo pueda realizar una técnica de anestesia regional periférica, el
paciente o su tutor legal deben autorizar el procedimiento y dejar una constancia escrito
de este hecho.
pueden utilizar para la cirugía programada, así como las ventajas y limitaciones de esta
técnica frente a otras opciones de tratamiento. Una vez que se ha dado esta
información, el anestesiólogo debe solicitar al paciente o a su tutor legal la aprobación
para administrar anestesia, en términos amplios; se debe mencionar que el paciente
autoriza al anestesiólogo para que aplique una técnica de anestesia regional, y siempre
se debe dejar claro que esto incluye la autorización para administrar sedación; la
autorización también debe indicar expresamente que el paciente autoriza al
anestesiólogo a administrar anestesia general, si él lo considera necesario.
Nervio safeno
Pierna y Tobillo
Nervios del plexo sacro Tronco ciático, N. peroneal común, N. tibial
Tabla 4. Bloqueos periféricos más frecuente usados en la cirugía del tronco y las
extremidades.
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
El nivel de sedación y de analgesia debe ser suficiente para que el paciente esté
tranquilo, cómodo, libre de dolor y de malos recuerdos mientras se realiza el bloqueo.
Existen muchos argumentos para justificar el uso de la sedación cada vez que se realiza
un procedimiento que pueda resultar angustiante, molesto o doloroso para el paciente,
como es la aplicación de inyecciones e infiltraciones. Además, pocas veces se puede
esperar que un bloqueo satisfaga todas las necesidades anestésicas y complazca a todos
los interesados en la cirugía. No obstante, el uso rutinario de la sedación asociado a la
anestesia regional no es una práctica universalmente aceptada. Es más, muchos expertos
recomiendan realizar la anestesia loco-regional con el paciente despierto o bajo los
efectos de una sedación muy superficial, porque la sedación profunda o la anestesia
general incrementan la probabilidad de aumentar las complicaciones graves. Además,
realizar la punción con el paciente anestesiado o sedado agrega dificultades técnicas a la
anestesia regional, porque no es posible usar la parestesia como un parámetro confiable
para ubicar el nervio.
Para tomar la decisión de administrar sedación deben ponerse en un lado de balanza los
riesgos de no sedar y en el otro los riegos de sedar. Las indicaciones pueden provenir de
la condición clínica o de la voluntad del paciente, de la magnitud de las incomodidades
que genera el procedimiento anestésico o quirúrgico, de la eficacia o de las
características clínicas de la técnica de anestesia regional utilizada, de las habilidades o
preferencias del anestesiólogo y del cirujano y de las condiciones de la institución donde
se realiza el procedimiento. La tabla 5 resume las indicaciones para administrar sedación
durante un procedimiento que se va a realizar con anestesia regional.
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
El uso de agujas aisladas con teflón concentra el impulso de salida en la punta y esto
permite que el nervio puede ser estimulado antes de que la aguja haga contacto con él.
En cambio, con las agujas no aisladas las ondas se dispersan en todos los sentidos y
esto permite que la punta de la aguja se acerque más al nervio, lo cual incrementa el
riesgo de lesión. Por otra parte, las agujas sin aislamiento estimulan los grupos
musculares contiguos al sitio de punción y esto dificulta la interpretación clínica de los
movimientos provocados por el estímulo.
Las amino-amidas de corta acción son más seguras y tienen un periodo de latencia más
corto, pero su efecto analgésico es efímero. Se puede aprovechar el corto periodo de
latencia, la excelente anestesia quirúrgica que produce y el bloqueo motor profundo que
produce la Lidocaína para asegurar condiciones optimas durante la cirugía; por otra
parte, el bloqueo motor es breve y esto es muy satisfactorio para el paciente, pues la
debilidad de las extremidades es molesta y peligrosa durante el postoperatorio.
La amino-aminas de larga acción son más tóxicas y tienen un periodo de latencia largo,
pero proveen analgesia postoperatoria por un periodo prolongado. Infortunadamente el
bloqueo motor también es muy prolongado; para aprovechar sus ventajas y evitar sus
inconvenientes estos anestésicos deben reservarse para los bloqueos en los pacientes
sanos, cuando se va a utilizar poco volumen, o cuando el bloqueo no ocasiona debilidad
motora en la extremidad; es decir, resultan muy útiles para infiltrar la herida quirúrgica,
para hacer bloqueos de campo en áreas delimitadas, y para infiltrar los nervios más
periféricos que están compuestos predominantemente por fibras sensitivas. La
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
ropivacaína es menos liposoluble, y esto la hace menos tóxica para el cerebro y para el
corazón, pero le resta potencia y duración a su efecto clínico; a bajas concentraciones
provee excelente analgesia con mínimo bloqueo motor, lo cual la vuelve muy atractiva
para los pacientes ambulatorios, porque permite mayor versatilidad: se recomienda su
uso a concentraciones más altas (1,0% y 0.75%), para bloqueos tronculares de las
cirugías que requieren anestesia e inmovilidad por mas de dos horas y para bloqueos de
nervios periféricos e infiltraciones de campo extensas, cuando se quiere asegurar una
analgesia postoperatoria prolongada.
Como puede verse, no existe un anestésico local ideal, pero su combinación o su uso en
bloqueos diferentes, para satisfacer de manera independiente cada necesidad, puede
sumar las ventajas y limitar las desventajas. Durante los últimos años ha venido
tomando fuerza un nuevo enfoque en la anestesia regional para cirugía ambulatoria: un
bloqueo proximal con Lidocaína, para asegurara la tolerancia al torniquete y proveer la
analgesia y el bloqueo motor que se requiere durante la cirugía; y, además, un bloqueo
de nervio periférico o la infiltración del campo quirúrgico para proveer analgesia
postoperatoria prolongada con una amida de acción prolongada. Por ejemplo, para una
cirugía en el cuello del pie, se hace el bloqueo femoral con Lidocaína, con el fin de
asegurar la tolerancia al torniquete en el muslo, y el bloqueo de los nervios ciático y
safeno se realiza con Ropivacaína al 0.75%, para proveer una analgesia postoperatoria
prolongada; de esta manera el paciente recupera la fuerza en cuadriceps muy rápido, lo
cual le permite deambular y reduce el riesgo de caídas, pero el dolor solo se hace
presente hasta el día siguiente.
La anestesia regional periférica, con o sin sedación, requiere la misma monitoría básica
que una anestesia general. Es importante resaltar que nunca se debe administrar
anestesia regional si el paciente no esta preparado o no acepta una anestesia general
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
como segunda opción. Antes de iniciar un bloqueo, se debe preparar el equipo para
intubar y para reanimar, y confirmar que están disponibles todos los elementos para
administrar una anestesia general, en caso de falla o de complicaciones.
La técnica que se va a utilizar debe ser escogida de manera objetiva, de acuerdo con la
mejor evidencia científica disponible y con las necesidades del paciente. En los últimos
años se han publicado centenares de artículos que evalúan la seguridad y la eficacia
clínica de la mayoría de las técnicas de anestesia regional, y cada día se publican nuevos
abordajes que facilitan la localización de los plexos y a los nervios o reducen las
complicaciones de la técnicas clásicas; por estos motivos, el anestesiólogo debe estar
alerta a las publicaciones y actualizaciones sobre el tema. Aunque las preferencias
personales o las insinuaciones del cirujano y las limitaciones que imponen los costos son
importantes, estás son consideraciones secundarias frente a las necesidades reales del
paciente. Para mejorar las habilidades y destrezas en anestesia regional es importante
practicar todos los días alguna técnica de anestesia regional, no iniciar la practica de
técnicas nuevas sin haber visto trabajar a un experto y abstenerse de intentar los
primeras experiencias en pacientes con anatomía difícil o con pobre estado general.
También es útil tener a mano un atlas y medios audiovisuales para repasar la anatomía y
la técnica de punción. Por último, es preferible usar ayudas para localizar los nervios
periféricos, como los estimuladores de nervio.
Mientras se realizan la punción y la inyección, se deben extremar las precauciones y
observar las normas de seguridad básicas (Tabla 7). La punción debe hacerse tomando
el extremo proximal de la aguja con pinza fina, entre el índice y el pulgar de la mano
dominante, para percibir mejor el paso de las estructuras anatómicas y de las fascias, y la
aguja debe ser avanzada con delicadeza; la mano no dominante se ubica suavemente
sobre la piel, palpando el pulso o la marca anatómica sin presión, para no deformar la
anatomía normal, y se mantiene en este sitio mientras se inyecta, para percibir la
deformación de los tejidos.
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
Para realizar una anestesia regional exitosa es indispensable inyectar la solución del
anestésico lo más cerca posible del nervio que se quiere bloquear. Las técnicas para
localizar el plexo o el nervio que se va a bloquear y el sitio de inyección son: la
sensación del paso de las fascias, la perdida de la resistencia a la inyección, la
provocación de parestesia, la identificación de un espacio perivascular, la infiltración de
campo y la estimulación eléctrica. Figura 3.
Para localizar un nervio mediante la sensación del paso de las fascias y la perdida de
resistencia, es necesario educar la mano y usar el equipo adecuado. La mayoría de los
nervios periféricos están rodeados por fascias y localizados en compartimientos de baja
resistencia, porque están ubicados dentro de un paquete vasculo-nervioso o se
encuentran recubiertos por músculos y aponeurosis; además los nervios habitualmente
están circundados por tejido areolar laxo. Por tanto, es posible conocer la posición del
nervio, siempre y cuando el operador sea capaz de percibir la sensación táctil que
provoca el paso de la punta de la aguja por la fascia que esta próxima al nervio (se
define como un “salto” y se describe como un “plop”), y pueda identificar la
disminución en la resistencia a la inyección que ocasiona el ingreso de la punta de la
aguja al espacio perineural. Estas sensaciones pueden ser magnificadas, si la aguja es
gruesa y tiene una punta roma y si la jeringa es de baja resistencia. Estas técnicas ayudan
a localizar, entre otros, al plexo braquial por la vía axilar, al plexo lumbar por las vías
posterior y anterior, y a los nervios torácicos por la vía paravertebral o intercostal.
Dado que muchos plexos y nervios están localizados muy cerca de los vasos sanguíneos,
se puede inyectar el anestésico local en un sitio muy próximo a la arteria, que se localiza
por palpación. Esta técnica de localización no busca provocar la parestesia, pero si esto
sucede se aprovecha el hecho para ubicar mejor el sitio de inyección. Cuando se inyecta
un volumen suficiente de anestésico local y se espera un tiempo prudencial, el
anestésico termina bañando los nervios que están cerca de la arteria o dentro del
paquete vasculo-nervioso; la eficacia de esta técnica es similar a la localización por otros
métodos en las cuales que no usan las agujas aisladas, que son más costosas, pero
inferior a las técnicas en las cuales se usa el estimulador de nervio periférico. Es útil para
bloquear el plexo braquial por la vía axilar, el nervio mediano en el codo y el nervio
femoral por debajo del ligamento inguinal.
aguja; cuando la aguja hace contacto con la piel se cierra el circuito eléctrico y la punta
(no aislada) puede ser considerada como una fuente eléctrica catódica. La distancia
óptima para estimular al nervio se establece en función de la intensidad de la corriente
liberada y del tiempo que dura este estimulo, que generalmente esta predeterminado por
el equipo en 100 milisegundos; la intensidad del voltaje que se transmite en la punta de
la aguja debe ser la correcta para que se produzca el estímulo eléctrico dos o tres
milímetros antes de que la aguja haga contacto con el nervio. Si la intensidad es muy alta
(mayor de 1.5 mV), el nervio puede ser estimulado a una distancia mayor de 5
milimetros, lo cual puede hacer fallar el bloqueo o prolongar su periodo de latencia, y si
la intensidad es muy baja (menor de 0.4 mV) el nervio puede ser penetrado por la aguja
antes de que se provoque su estimulación eléctrica y ello puede inducir a que se realice
una inyección intraneural. Figura 4.
El estímulo eléctrico del nervio desencadena un potencial de acción, que puede ser
evidenciado por tres tipos de respuesta: una contracción de los músculos inervados por el
nervio que se estimula, si este contiene exclusivamente fibras motoras; una sensación de
corriente en el territorio inervado por el nervio que se estimula, si este contiene
exclusivamente fibras sensitivas; o ambos, si este es un nervio que contiene fibras
motoras y sensitivas, como son la mayoría de los nervios del cuerpo humano. Luego de
inyectar uno o dos mililitros de anestésico local el estímulo desaparece, pero ello no se
puede atribuir al efecto farmacológico del medicamento, sino que se debe a la suma de
dos factores: el rechazo físico del nervio que ocasiona la inyección de la solución; y el
cambio en la conductancia eléctrica del tejido. De hecho, el estimulo reaparece cuando
se aumenta la intensidad de la corriente o se acorta la distancia entre la aguja y el tejido
nervioso que se desea bloquear.
Esto hecho permite seguir estimulando otros nervios u otras porciones de un tronco
nervioso luego de haber realizado la primera inyección. Este principio se aprovecha para
realizar las técnicas de bloqueo con inyección múltiple, que consiste en fraccionar la
dosis del anestésico y aplicar una porción de volumen en diferentes sitios cerca del
nervio. La inyección múltiple ha venido ganando adeptos porque reduce el volumen
total de anestésico local que se necesita para logra un bloqueo exitoso, porque es una
medida muy eficaz para acortar el periodo de latencia y porque aumenta la incidencia de
bloqueos exitosos por encima del 95%.
pacientes que tienen menor masa corporal y en los niños. A pesar de haber
administrado una dosis igual o inferior a la considerada como segura, la toxicidad
sistémica puede presentarse en los pacientes con hipoxemia, acidosis y desequilibrios
hidroelectrolíticos, desnutridos y en aquellos que usan concomitantemente otros
medicamentos que aumenten la fracción libre del anestésico local; las mujeres
embarazadas también son más susceptibles a los efectos tóxicos de los anestésicos
locales.
4.- ACTIVIDADES DESPUÉS DEL BLOQUEO
Luego de aplicar cualquier técnica de anestesia regional, el anestesiólogo debe: medir el
periodo de latencia; calificar la eficacia clínica del bloqueo; vigilar el curso de la cirugía;
diagnosticar los efectos adversos o las complicaciones y tratar estos problemas; y
proporcionar los cuidados postoperatorios que necesite el paciente. Figura 5.
Las técnicas de localización de nervio buscan acortar la distancia que debe recorrer el
anestésico local desde el tejido donde fue inyectado hasta su sitio de acción. Sin
embargo, durante este recorrido el anestésico local debe atravesar varias estructuras,
entre otras: las fascias que separan al tejido del paquete vasculonervioso; los tabiques
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
Lesión vascular: arterial, venosa o linfática. Hematomas, desgarro arterial, problemas isquémicos.
Punción con Lesión neurológica: médula, plexos o nervios. Paraplejía, parálisis, paresia, dolor neuropático.
aguja
Otros tejidos: piel, pleura, esófago, intestino, Neumotórax, mediastinitis, peritonitis, hematuria.
riñón, vejiga.
Bloqueo de las estructuras nerviosas Toxicidad local: parálisis del diafragma o de las cuerdas
Inyección del
adyacentes al nervio o al tronco que se vocales, síndrome de Horner, retención urinaria.
anestésico local
pretende .
Difusión retrograda del anestésico local por Toxicidad focal: Convulsiones luego de inyectar una dosis
las estructuras vasculares o por el perineuro. mínima en la cabeza o el cuello.
Difusión del anestésico, por cualquier vía, Toxicidad regional: convulsiones; amaurosis, sordera o
hasta estructuras nerviosas distantes al sitio parálisis transitoria luego de una inyección en las arterias
de inyección. del cuello; hipotensión, bradicardia o asistolia luego de una
inyección subdural.
Difusión del anestésico por vía sanguínea Toxicidad sistémica: convulsiones, inconciencia y coma;
hasta los receptores de tejidos diferentes del taquicardia, bradicardia, arritmias y paro cardíaco.
nervio periférico.
Los problemas que se derivan de la punción dependen del sitio, de la técnica escogida,
del equipo utilizado y de la experiencia del operador.
Las punciones que se realizan en la vecindad del neuro-eje, como sucede con los
bloqueos interescalénico, paravertebral y del plexo lumbar por vía posterior, pueden
terminar en una punción subaracnoidea o epidural. Cuando la punción se realiza bajo
anestesia general, se pierde la información que nos da el paciente y esto puede llevarnos
a puncionar la medula espinal, y producir una hemiplejía que es secundaria al hematoma
dentro de la medula. Las punciones que se realizan cerca de un paquete vasculo-
nervioso, pueden perforar un vaso sanguíneo, arterial o venoso, lo que lleva a formar un
hematoma en la región. Por ultimo, la aguja puede lesionar estructuras anatómicas
vecinas, como sucede en los bloqueos interescalénicos cuando se produce un
neumotórax o un quilotórax, y en los bloqueos del plexo lumbar por vía posterior
cuando se produce una hematuria secundaria a la punción del riñón. Las agujas gruesas
y con biseles más cortantes tiene una probabilidad mayor de ocasionar estos daños, así
como las punciones a ciegas, repetidas, con equipos inadecuados o en pacientes con
anatomía atípica. Sin embargo, el factor que mas peso tiene en la frecuencia de estas
complicaciones es la experiencia y la prudencia del operador. Otras complicación local
poco frecuentes son la infección en el sitio de punción y las reacciones dermatológicas a
la solución de lavado.
pruebas antes de que las autoridades aprueben su uso comercial, y son muy seguros en
este sentido, pero la solución que se inyecta puede contener substancias capaces de
ocasionar una lesión de origen químico o inflamatorio en el tejido nervioso; la
contaminación con estas substancias puede suceder en la fabrica, en el deposito, en
almacén, en el carro de anestesia, en la jeringa, durante el lavado de los equipos
reutilizables, durante el envase con microcristales de vidrio y con las soluciones que se
han usan para disolver, y durante la punción al arrastrar con la aguja las substancias con
las cuales se ha desinfectado la piel. Por otra parte, la adición de epinefrina y la
preexistencia de enfermedad neurológica degenerativa potencian la neurotoxicidad del
anestésico local. La mayoría de lesiones neurológicas imputadas a la inyección de una
solución de anestésicos locales realmente son atribuibles al error humano o a la
contaminación con substancias extrañas. Por último, la inyección intraneural de
volúmenes tan pequeños como 50-100 Ul puede ocasionar un incremento súbito en la
presión intraneural que excede la presión de perfusión capilar y termina
comprometiendo la perfusión del nervio.
relación directa con la técnica anestésica. Los síntomas pueden ser explicados por
fenómenos que no están relacionados con la técnica anestésica, como son el edema
perineural, la inflamación y los microhematomas, extra o intraneurales. Las causas no
anestésicas de una lesión nerviosa son las posiciones inadecuadas durante la cirugía,
especialmente de la extremidad superior en los pacientes sanos y de la cabeza y el cuello
en pacientes con artritis, el trauma quirúrgico directo, la presión y el uso del torniquete,
mala colocación del cabestrillo, la infección, los vendajes compresivos, y las
enfermedades neurológicas preexistentes favorecen la aparición de déficit neurológico
en el postoperatorio. Por todos estos motivos, es difícil establecer la etiología del daño
neurológico postoperatorio; incluso, el daño puede deberse a la progresión natural de la
misma enfermedad que motivó la cirugía.
Los problemas que provoca la inyección del anestésico local están determinados por el
efecto clínico que provoca el anestésico local en una estructura diferente del nervio que
se pretende bloquear, y pueden clasificarse como toxicidad local, focal, regional y
sistémica.
La toxicidad local se debe al efecto del anestésico sobre las estructuras nerviosas que se
encuentran adyacentes al nervio o al tronco que se pretende bloquear. Por ejemplo,
siempre que se inyecta un anestésico local para bloquear el plexo braquial por vía
interescalénica se produce también un bloqueo del nervio frénico y esto ocasiona una
parálisis diafragmática ipsilateral. También caben dentro de este grupo de
complicaciones, el síndrome de Horner que ocasiona el bloqueo del simpático cervical y
la retención urinaria que se puede ocasionar en los bloqueos perianales.
La toxicidad focal se debe al flujo retrogrado del anestésico local desde las ramas de la
carótida externa hasta la carótida interna y de allí al sistema nervioso central, o desde las
venas que drenan la cara y el cráneo. La difusión retrograda también puede hacerse a
través del perineuro de los nervios craneanos. La toxicidad focal no es un mecanismo
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
universalmente aceptado, pero como posibilidad teórica podría explicar los cuadros de
convulsión, afasia, amaurosis o sordera transitoria que presentan algunos pacientes
luego de haber sido inyectados con pequeños volúmenes de anestésico local en el ojo,
en la cara, en el cuello y en la cavidad oral, especialmente cuando se infiltra el paladar
duro ejerciendo una alta presión en la jeringa.
Las complicaciones regionales son atribuidas a la difusión del anestésico, por cualquier
vía, hasta estructuras nerviosas distantes al sitio de inyección. Aquí pueden
mencionarse las convulsiones que se desencadenan inmediatamente después de realizar
una inyección accidental del anestésico local en la carótida, o la amaurosis temporal que
sigue a una inyección en la arteria vertebral; también se incluyen la apnea, la
hipotensión, la bradicardia o la asistolia que puede provocar una inyección inadvertida
del anestésico en el espacio subdural.
Aunque las verdaderas reacciones alérgicas a los anestésicos locales son escasas, ellas
existen y el médico debe estar preparado para identificarlas, prevenirlas y tratarlas. Los
medicamentos que tienen un grupo amonio cuaternario, como los derivados del curare
y los anestésicos locales son capaces de activar un mecanismo inmunológico que
depende de la Ig E, como se ha demostrado en el 60% de los casos de reacciones
alérgicas con estos medicamentos. De acuerdo con el grupo de estudio de la Sociedad
francesa de Anestesiología y Reanimación, durante el año de 1996 la incidencia de
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
reacciones alérgicas perianestésicas fue de 1 por cada 13.000 anestesias, general o loco-
regional y la mortalidad de esta complicación varió entre el 5 y el 7% . Las reacciones
alérgicas pueden ser desencadenadas por el anestésico local, por uno de sus metabolitos,
por los preservativos y por sustancias que contaminan la solución del anestésico; la
alergia a los anestésicos del grupo aminoester es mucho más frecuente que la alergia a
los anestesicos del grupo aminoamidas, porque el metabolismo de los primeros produce
ácido para-amino-benzoico (PABA), sustancia que hace parte de muchos productos y
medicamentos, y que frecuentemente está implicada en reacciones de hipersensibilidad.
También se han implicado en las reacciones alérgicas los preservativos, que son el
bisulfito, el Metilparabeno y el Metabisulfito.
• Realizar una adecuada valoración antes del procedimiento y explicarle al paciente los riesgos y los
beneficios de la anestesia regional.
• Considerar la oposición del paciente como una contraindicación absoluta.
• Indicar la técnica de manera objetiva.
• Practicar todos los días alguna técnica de anestesia regional.
• Retrasar la practica de técnicas nuevas hasta haber visto trabajar a un experto y NO intentar los
primeras experiencias en pacientes con anatomía difícil o con pobre estado general
• Mantener a mano un atlas y medios audiovisuales.
• Confirmar que están disponibles todos los elementos necesarios para administrar una anestesia
general.
• Confirmar que están disponibles todos los elementos necesarios para una reanimación.
• Calcular juiciosamente la dosis total del anestésico local, el volumen y la concentración.
• Considerar en cada caso el uso del vasoconstrictor y de los otros aditivos.
• Preparar y envasar personalmente la solución que va a inyectar.
• Seleccionar el equipo adecuado: evitar el uso de equipos reutilizables; usar agujas de punta roma, bisel
corto, de pequeño calibre y aisladas; elegir jeringas pequeñas y de baja resistencia; y siempre que sea
posible o esté indicado, usar las ayudas técnicas para localizar los nervios periféricos, como el estimulador
de nervio,.
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
Problema Tratamiento
Reacción sistémica Administrar O2 al 100 %, bajo mascara con presión positiva.
Permeabilizar la vía aérea y ventilar manualmente.
Si el paciente requiere maniobras de reanimación, es preferible intubar al
paciente.
Síntomas neurológicos ó Convulsión Primera opción: Propofol a 2 mg/Kg
Segunda opción: Tiopental a 5 mg/ kg;
Tercera opción : Midazolam a dosis de 0,15 – 0,3 mg/kg.
Alergia Hidrocortisona (3-5 mg/Kg).
Epinefrina (1:10.000) IV 0,01 mg/kg; puede repetirse la misma dosis
cada 3-5 minutos.
Epinefrina (1:10.000) IV 0,01 mg/kg; puede repetirse la misma dosis
cada 3-5 minutos.
Bradicardia
Si no hay respuesta, se debe iniciar masaje cardíaco mientras se instala un
marcapasos externo.
sistolia Masaje cardiaco externo, marcapasos externo.
Cardioversión inmediata con 200 Jules o con 0,5-1,0 J/Kg;
Taquicardia o fibrilación
Arritmias Si la dosis inicial es insuficiente, se puede aumentar a 400 jules o 3 J/Kg.
ventriculaar
El paciente cumple con los criterios de egreso de la UCPA cuando sus signos vitales
son estables, y se encuentra alerta, orientado y libre de dolor o de otros efectos
secundarios; no es indispensable que el paciente recupere la fuerza o la sensibilidad para
que pueda ser dado de alta. El anestesiólogo debe advertirle al paciente que debe
mantener la extremidad que fue operada en alto, que la parálisis y la debilidad motora y
la disminución en la sensibilidad de la extremidad puede durar varias horas y que en
consecuencia debe tomar precauciones para evitar problemas como caídas o lesiones
por presión y temperatura y que a medida que el bloqueo desaparezca el dolor va ir
aumentado; por tanto, se debe recomendar al paciente que inicie los analgésicos por vía
oral tan pronto como sea posible, no cuando aparezca el dolor, y que los tome por
horario, no por necesidad. El paciente también debe ser prevenido acerca de los efectos
tardíos normales del bloqueo y de los signos que pueden indicar un daño neurológico.
Para poder evaluar los resultados finales del bloqueo, descartar la presencia de
complicaciones neurológicas y calificar la satisfacción del paciente con la técnica de
anestesia regional utilizada, al día siguiente de la cirugía el anestesiólogo debe visitar a
los pacientes hospitalizados o llamar a los pacientes ambulatorios.
ANESTESIA REGIONAL CONCEPTOS GENERALES
BIBLIOGRAFÍA