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01 ArticuloSingapur

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Deep Tunnel Sewerage System, una maravilla de la ingeniería en Singapur

Singapur es, sin duda, uno de los países más competitivos en el mundo actual. Su capital, que lleva
el mismo nombre, aparece en todos los rankings como una de las ciudades del futuro. Además de
que tiene una posición geográfica estratégica, Singapur ha sido gobernada con mano fuerte por un
selecto grupo de tecnócratas que han puesto su mejor esfuerzo para hacer del país un líder
mundial.

La población del país ha venido creciendo a un ritmo que desafía la infraestructura existente. En
particular, el suministro de agua se convirtió en una preocupación cardinal que dio lugar a una
estrategia bautizada por el gobierno como “Las cuatro fuentes nacionales”. Se trata de un
proyecto que busca satisfacer la demanda del líquido vital, de manera eficiente, sostenible y
respetuosa con el medio ambiente.

Dentro de esta estrategia nació un modelo de recolección, tratamiento, recuperación y


eliminación de aguas, conocido como “Sistema de alcantarillado de túnel profundo”, o Deep
Tunnel Sewerage System (DTSS) en su denominación original.

Se trata de una obra de alta ingeniería que implicó una inversión de 3.650 millones de dólares y
que terminará de construirse en el año 2022. Pese a que aún no está completa, ya fue premiada
en Zurich, Suiza, como el “Proyecto de agua del año”. Este galardón se le otorgó en el marco de los
premios Global Water 2009, por ser el proyecto con una contribución más significativa a la
tecnología del agua y la protección del medio ambiente.

Una gran solución para una gran necesidad

El DTSS es una respuesta inteligente a un problema vital de Singapur. Hay que anotar que este país
en realidad es un archipiélago, conformado por 64 islas, de las cuales se conoce como Singapur a
la más grande de ellas. La extensión total del territorio es de apenas 702 kilómetros cuadrados.
Para formarnos una idea de este tamaño, vale decir que en un país como España caben 700
singapures. Es un área muy reducida para una población de más de 5 millones de habitantes.

Singapur fue una república plenamente independiente solo hasta 1965. Aparentemente tiene un
sistema democrático, pero durante el último siglo solo ha tenido tres gobernantes: Lee Kuan Yew,
Goh Chok Tong y Lee Hsien Loong (hijo del primero). Es un país en el que en la práctica solo
funciona un partido político.

Este sistema monolítico se combina con un criterio de gobierno en el que el conocimiento y la


técnica son el fundamento de las acciones del Estado. Hay quien dice que Singapur no tiene Primer
Ministro, sino CEO.

El resultado de esta realidad particular es una preocupación constante por apostarle a las grandes
obras de infraestructura para resolver los problemas de la población.

El país es muy pequeño y no cuenta con gran reserva de recursos naturales. El agua empezó a
convertirse en un gran problema cuando la población comenzó a crecer de forma sostenida y
amenazaba con desbordar la capacidad instalada.
Para garantizar el abastecimiento, Singapur emprendió dos grandes proyectos: una de las mayores
plantas del mundo para la desalinización del agua y el gran acueducto de túnel profundo (DTSS).
Este tendrá la capacidad de satisfacer las necesidades de agua dulce de la población durante un
periodo de 100 años. También reducirá en un 50% la cantidad de terrenos ocupados por la
infraestructura del acueducto.

El proyecto

La obra se pensó para que fuera desarrollada en dos fases. La primera concluyó en 2008, mientras
que la segunda está proyectada para realizarse entre 2016 y 2022. El sistema de alcantarillado de
túnel profundo –DTSS- está compuesto por dos enormes túneles, de gran profundidad (entre 20 y
55 metros). Cada uno de ellos tiene un diámetro de 6,5 metros y una longitud total de 80
kilómetros.

Su función es la de transportar las aguas residuales hasta tres grandes plantas de regeneración de
agua. Allí se trata el líquido con el propósito de obtener agua limpia y apta para el consumo
humano, que se suministra bajo la marca NEWater. Los desechos del proceso se vierten en las
aguas profundas del Estrecho de Singapur, gracias a un complejo de tuberías de desagüe.

La primera fase de construcción del DTSS exigió una inversión de 2.700 millones de dólares.
Durante esta etapa se levantó un túnel profundo de 48 kilómetros. Este túnel toma el agua
residual desde unos drenajes a gravedad y canaliza el flujo del líquido hasta una planta de
tratamiento ubicada en Changi.

El túnel se protegió con un sistema especial, que lo resguarda de la corrosión. Se aplicó un


revestimiento de polietileno de alta densidad (HDPE), que tiene cerca de 9 pulgadas de espesor. Su
propósito es el de disminuir los efectos adversos del ácido sulfúrico, que se genera debido a las
altas temperaturas de las aguas residuales.

En la primera fase también se construyeron 60 kilómetros de redes de alcantarillado, además de


dos tuberías de desagüe de 5 kilómetros, en zonas marinas profundas.

Esta etapa, así mismo, dio origen a la planta de tratamiento de Changi. Se trata de una obra
impresionante en donde diariamente se procesan 800 mil metros cúbicos de agua, que equivalen
a algo así como unas 320 piscinas olímpicas. Tiene una dimensión de 72,5 metros, un tamaño
similar al que tendría un edificio de 25 plantas. Lo interesante es que está construida bajo tierra.

En la segunda fase del DTSS se construirá un segundo túnel, de 30 kilómetros de longitud, que
llegará hasta el Oeste de la isla. También comprenderá la puesta en marcha de 70 kilómetros de
redes de alcantarillado y una nueva planta de tratamiento llamada “Tuas”. Adicionalmente se
construirá otro sistema de tubería de desagüe en aguas profundas.

Un acueducto extraordinario

El proyecto del DTSS comenzó a concebirse a finales de 1990. En ese tiempo, Singapur tenía un
sistema de acueducto compuesto por más de 3 mil kilómetros de alcantarillas, 100 estaciones de
bombeo y seis plantas de recuperación. Era en realidad una red gigantesca, pero estaba
quedándose corta frente a la demanda de la población.
Fue entonces cuando la Junta de Servicios Públicos de Singapur (PUB) se embarcó en la audaz idea
de diseñar otro modelo que ocupara menos espacio, garantizara el abastecimiento a largo plazo y
respetara el medio ambiente. La obra incluía el desmonte progresivo del sistema antiguo.

El proyecto fue puesto en marcha con el concurso de 49 contratistas principales y consultores, y


más de 300 subcontratistas y proveedores. El estudio de viabilidad fue elaborado por una empresa
conjunta en donde figuraban CH2M HILL y Parsons Brinckerhoff. Fueron ellos quienes
conceptualizaron, planificaron, diseñaron y construyeron la fase uno de esta megaobra.

Una parte de la construcción de los túneles de desagüe de la fase I fue encargada a Samsung
Engineering & Construction. También han estado involucrados en el proyecto otros contratistas
como Ah Boon Civil Engineering & Building Contractor, Penta Ocean Construction Company, TMCR
Group, Sembawang Engineers & Constructors, AKS Lining Systems y KTP Consultants.

Para la segunda fase se firmó un contrato de riesgo compartido entre Black & Veatch (B&V) y
AECOM, con PUB. Los contratistas proporcionarán los servicios de ingeniería y contarán con el
soporte de las compañías Ramboll y KPMG.

El sistema en su conjunto le está permitiendo a los singapurenses contar con agua limpia de
elevada calidad, lista para consumirse sin necesidad de tratamientos adicionales. Esto se ha
logrado gracias al uso de tecnologías muy avanzadas de membranas. Además, actualmente
Singapur figura con una tasa de pérdida de agua de 4,5%, una de las más bajas del mundo. De ahí
que el proyecto haya asombrado al mundo entero y se haya convertido en un modelo de
rentabilidad y eficacia.

Una vez finalizada la fase uno, Singapur consiguió reducir el terreno destinado a la infraestructura
de acueducto de 300 a 190 hectáreas. Se espera que la fase dos consiga disminuir aún más esta
cifra, hasta llegar a 150 hectáreas apenas. Los terrenos liberados serán empleados para otro tipo
de desarrollos que le generen mayores valores económicos a la isla.

Este extraordinario acueducto es una solución inteligente a un problema gigantesco. Revela la


enorme capacidad de Singapur para ponerse a la vanguardia del desarrollo en el mundo actual. De
ahí que entre los expertos haya hecho carrera una frase que describe fielmente a este país: “En
Singapur, la necesidad se hace virtud”.

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