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Unidad 1

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Unidad 1

Historia de la Química. Modelos atómicos y tabla periódica.


La química es la ciencia que estudia la composición, las propiedades y los
cambios de la materia. Se la considera una ciencia central porque es
fundamental para el estudio de otras ciencias y por su articulación con ellas.
Nos vamos a referir al átomo como la porción más pequeña y estable de
materia en la que aún se conservan las propiedades de un elemento químico.
Está compuesto por un núcleo que contiene la mayor parte de la masa total del
átomo, en donde se encuentran partículas positivas (protones) y neutras
(neutrones). Alrededor, y con masa despreciable, se encuentran partículas
negativas (electrones) orbitando en niveles y subniveles de energía.
Si nos referimos al tamaño más pequeño que se puede observar o medir en el
universo, actualmente la escala más pequeña resoluble experimentalmente se
encuentra en el orden de la longitud de Planck, que es aproximadamente 1.616
× 10^-35 metros. La longitud de Planck es una escala extremadamente
pequeña donde las teorías actuales de la física no son capaces de describir
con precisión lo que sucede, y se requiere una teoría de la gravedad cuántica
(teoría del todo) para comprender mejor esta escala. La teoría de la gravedad
cuántica es una rama específica de la física teórica que busca unificar la
gravedad, descrita por la relatividad general de Einstein, con la mecánica
cuántica. La relatividad general es una teoría clásica que describe la gravedad
a grandes escalas, como en el caso de planetas, estrellas y galaxias. Sin
embargo, a escalas muy pequeñas, como en el nivel subatómico, la mecánica
cuántica es la teoría dominante y es capaz de describir las otras fuerzas
fundamentales.
El tamaño de un átomo varía dependiendo del elemento químico al que
pertenezca y de su estado de excitación. En general, el diámetro de un átomo
oscila entre 0.1 y 0.5 nanómetros (nm), lo que equivale a 1 a 5 Angstroms
(Å). Un Angstrom es una unidad de longitud utilizada para medir distancias a
escala atómica.

Además, el tamaño de un átomo no es fijo y definido, ya que los electrones que


orbitan alrededor del núcleo atómico se distribuyen en "nubes" o regiones de
probabilidad, y la posición exacta de un electrón en un momento dado no se
puede determinar con precisión absoluta debido a los principios de
incertidumbre de la mecánica cuántica.
Modelos atómicos
Dado que los átomos son demasiado pequeños para ser observados
directamente, los modelos atómicos proporcionan una forma de visualizar y
explicar cómo están organizados los componentes fundamentales de un átomo
y cómo interactúan entre sí.
A lo largo de la historia, se han propuesto diferentes modelos atómicos a
medida que nuestros conocimientos y tecnologías han avanzado. Cada modelo
ha proporcionado una descripción más refinada y precisa de la estructura y el
comportamiento de los átomos, basándose en las observaciones
experimentales y las teorías científicas disponibles en su momento.
Modelo atómico de Demócrito:
• Aportes: Demócrito, un filósofo griego, propuso en el siglo V a.C. que la
materia estaba compuesta por partículas indivisibles llamadas "átomos".
Según su modelo, los átomos eran eternos, indivisibles y no podían
crearse ni destruirse.
• Limitaciones: El modelo de Demócrito carecía de base experimental y no
estaba respaldado por evidencia científica en ese momento. Además, no
proporcionaba una explicación detallada de las propiedades observadas
de la materia.
Modelo atómico de Dalton:
• Aportes: John Dalton, en el siglo XIX, propuso un modelo basado en la
idea de que los átomos son esferas sólidas e indivisibles. Dalton también
introdujo el concepto de las proporciones fijas en las reacciones
químicas, lo que condujo al desarrollo de las leyes estequiométricas
(conservación de la masa)
• Limitaciones: Dalton no tenía conocimiento de la estructura interna del
átomo ni de la existencia de partículas subatómicas. Su modelo no
explicaba la naturaleza de las cargas eléctricas ni cómo los átomos
interactuaban entre sí.
Modelo atómico de Thomson (modelo del budín de pasas):
• Aportes: Joseph John Thomson (1904) descubrió los electrones y
propuso un modelo en el que los electrones se distribuían
uniformemente en una masa positiva, como pasas en un budín. Esto
sugirió la idea de que los átomos tenían carga eléctrica y que contenían
partículas subatómicas.
• Limitaciones: El modelo de Thomson no explicaba cómo se mantenía la
estabilidad del átomo y no tenía en cuenta la existencia del núcleo
atómico ni la presencia de otras partículas subatómicas.
Modelo atómico de Rutherford:
• Aportes: Ernest Rutherford (1911) realizó el famoso experimento de la
lámina de oro, en el cual bombardeó partículas alfa sobre una lámina de
oro y observó que algunas partículas rebotaban hacia atrás. Esto
condujo a la propuesta de un modelo en el que el átomo contenía un
núcleo pequeño y denso cargado positivamente, debido a la presencia
de los protones, mientras que los electrones orbitaban alrededor del
núcleo en órbitas circulares.
• Limitaciones: El modelo de Rutherford no explicaba por qué los
electrones no caían en el núcleo debido a la atracción electromagnética,
ni tampoco explicaba las energías cuantizadas de los electrones.
Modelo atómico de Bohr:
• Aportes: Niels Bohr (1913) incorporó los conceptos de la cuantización de
la energía y los niveles de energía permitidos para los electrones en su
modelo atómico. Propuso que los electrones se movían en órbitas
estables alrededor del núcleo en niveles de energía específicos y que
emitían o absorbían energía en cantidades discretas (cuantos de
energía) al saltar entre estos niveles.
• Limitaciones: El modelo de Bohr era válido solo para átomos con un solo
electrón y no lograba explicar las propiedades de los átomos más
complejos. Además, no abordaba la dualidad onda-partícula de los
electrones ni la naturaleza cuántica del átomo.
Modelo atómico cuántico:
• Aportes: El modelo cuántico, desarrollado principalmente por científicos
como Werner Heisenberg, Erwin Schrödinger y Max Planck en el siglo
XX, revolucionó nuestra comprensión del átomo. Se basa en los
principios de la mecánica cuántica y describe el comportamiento de los
electrones en términos de funciones de onda y estados cuánticos.
El modelo cuántico introdujo conceptos fundamentales como la dualidad
onda-partícula, que describe que los electrones tienen propiedades tanto
de partículas como de ondas. También introdujo los orbitales atómicos,
que representan las regiones de alta probabilidad de encontrar
electrones dentro del átomo.
• Limitaciones: Aunque el modelo cuántico es muy poderoso y ha tenido
un gran éxito en la descripción y predicción de las propiedades
atómicas, aún existen desafíos y preguntas sin resolver. Por ejemplo, la
interpretación de la mecánica cuántica y la reconciliación de esta teoría
con la gravedad siguen siendo áreas de investigación activa.

Paradoja del gato de Schrodinger


El experimento del gato de Schrödinger fue propuesto por el físico Erwin
Schrödinger en 1935 para ilustrar los conceptos de la superposición y la
interpretación de la mecánica cuántica.
El experimento se basa en el principio de superposición cuántica, que
establece que una partícula subatómica, como un electrón, puede estar en
múltiples estados al mismo tiempo hasta que se realice una medición y se
observe su estado. Schrödinger planteó la pregunta de si este principio podría
aplicarse a sistemas macroscópicos.
Imaginemos un experimento en el que se coloca un gato en una caja sellada
junto con un dispositivo que tiene una fuente de radiación, un contador Geiger y
un frasco de veneno letal. La fuente de radiación tiene una probabilidad igual
de emitir una partícula radiactiva en un tiempo determinado, y el contador
Geiger detectará la partícula radiactiva y activará el mecanismo que libera el
veneno en el frasco, lo que mataría al gato.
Según la mecánica cuántica, antes de abrir la caja y realizar la medición, el
estado del sistema del gato y la partícula radiactiva estaría en una
superposición de posibilidades, donde el gato estaría simultáneamente vivo y
muerto. Esto significa que el gato estaría en un estado indeterminado hasta
que se realizara la observación.
La paradoja radica en que, según la interpretación de la mecánica cuántica, el
gato estaría en un estado de superposición hasta que se realizara la
observación, lo que implicaría que el gato estaría tanto vivo como muerto al
mismo tiempo. Sin embargo, cuando se abre la caja y se realiza la observación,
se espera encontrar al gato en un estado bien definido: o vivo o muerto.
El experimento del gato de Schrödinger se utiliza para ilustrar las implicaciones
y los desafíos de interpretar la mecánica cuántica en sistemas macroscópicos.
Plantea preguntas sobre cómo se aplica el principio de superposición a objetos
cotidianos y cómo se obtienen resultados concretos a partir de estados
cuánticos indefinidos.
Tabla periódica (ver Sinfonía | El Gato y La Caja)
La tabla periódica moderna es una representación gráfica de una ley central de
la química. La ley periódica: la forma más o menos regular en la cual las
propiedades físicas y químicas de los elementos varían en función del número
de protones que hay en su núcleo, es decir, el número atómico. La tabla
también nos muestra la distribución de los electrones en torno al núcleo, una
característica fundamental para entender su comportamiento.
En 1862, el geólogo francés Alexandre-Émile Béguyer de Chancourtois alineó
los elementos conocidos hasta el momento según su peso atómico. Para ello
dibujó una hélice sobre la superficie de un cilindro dividido en dieciséis partes.
Algo bastante rebuscado, pero con el oxígeno como referencia y el telurio en el
centro, elementos parecidos caían uno debajo del otro. Vis tellurique
(tornillo telúrico) lo nombró, y pasó a la historia como el primero en notar cierta
repetitividad al ordenar los elementos de esta manera.
Dos años después, el inglés John Newlands encontró que algunas propiedades
químicas se repetían cada ocho elementos, como si fueran una escala musical.
Su sistema en forma de tabla era bastante más amigable a la vista que el de
Chancourtois. Sin embargo, aunque su regla funcionaba muy bien para los
primeros elementos, no se cumplía para aquellos más pesados que el calcio.
Además, al considerar únicamente los elementos conocidos hasta el momento,
se vio obligado a agrupar algunos con características muy distintas (como el
hierro y el oxígeno). Por ello, su ley de las octavas fue violentamente
rechazada por una comunidad científica a la que no le gustó nada que sus
observaciones quedaran a mitad de camino. Pero lo cierto es que Newlands
había sentado las bases, no sólo de la ley periódica, sino también de la regla
del octeto desarrollada unos años después por Gilbert Lewis, quien propondría
que cuando los átomos se combinan para formar compuestos más complejos,
tienden a completar sus orbitales externos con, claro, ocho electrones. Esta
disposición particular de electrones en torno al núcleo le confiere al átomo una
enorme estabilidad, similar a la de los gases nobles, el grupo que en la tabla
actual está más a la derecha. Por esta razón, todos los elementos tenderán a ir
para ese lado.
En 1869 el profesor Dmitri Mendeléyev, distribuyó los elementos verticalmente
en una tabla de seis columnas según su peso atómico y por cómo
reaccionaban químicamente. Al hacerlo, se dio cuenta de que aparecían
algunos huecos en su sistema. En vez de ver esto como un problema, entendió
que estos agujeros los iban a ir ocupando elementos que todavía no se habían
encontrado y simplemente dejó el espacio libre. Años después, cuando se
identificaron esas piezas faltantes y se vio que encajaban perfectamente en los
lugares libres que había dejado Mendeléyev, fue evidente lo espectacular de la
utilidad de su tabla para predecir características químicas.
A comienzos del siglo XX, Henry Moseley pudo calcular el número de cargas
positivas en el núcleo de muchos átomos. Este número, el número atómico,
corresponde al número de protones en el núcleo y determina tanto la identidad
de cada uno de los elementos como su ordenamiento en la tabla. El telurio
tiene 52 y el yodo 53, por lo que el telurio se ubica antes. Ahora todo tenía
sentido.
Pasaron algunos años y todavía había cosas que no cerraban. Sin embargo, a
principios de los años veinte, Horace Deming utilizó el hallazgo de Moseley
para ordenar los elementos en una tabla de dieciocho columnas.
Periodicidad
Tomemos el átomo más simple de todos, el hidrógeno, que está compuesto por
un solo protón (carga +1) en el núcleo y un solo electrón (carga -1) que lo
orbita. En este caso particular, el electrón sufre absolutamente toda la fuerza de
atracción proveniente del núcleo y experimenta la carga nuclear completa.
En los átomos más complejos, los electrones se distribuyen en torno al núcleo
en varios tipos de orbitales que pueden contener hasta dos electrones cada
uno, mirando para lados distintos (spin complementario, que le dicen). Algunos
orbitales se ubican más cerca del centro, más internos. Otros, más alejados.
Como una cebolla cuántica donde cada capa representa la probabilidad de
encontrar un electrón en un determinado momento, uno a uno se van llenando
los orbitales de adentro hacia afuera. El más externo, donde se ubican los
llamados “electrones de valencia”, será el único que pueda quedar
parcialmente ocupado y es lo que va a determinar el comportamiento químico
de los elementos. Es cierto que va a existir cierta fuerza de repulsión entre los
dos electrones del mismo orbital, ya que, al fin y al cabo, son dos cargas
negativas que en algún momento se encontrarán muy cerca en el espacio. Sin
embargo, la masa de los electrones es tan pequeña que esta interacción será
mínima, y no hay mucho de qué preocuparse.
Imaginemos ahora este átomo más complejo, alguno con varios protones,
como el litio, por ejemplo. Este núcleo recontra positivo tiene ahora la difícil
tarea de atraer, al mismo tiempo, a todos los electrones. Y lo va a hacer muy
bien con los electrones que tenga cerca, esos que ocupan los orbitales más
internos. Pero se le va a complicar bastante con los que estén más lejos. Este
fenómeno se conoce como “apantallamiento” y, básicamente, implica que la
fuerza de atracción que sienten los electrones más externos disminuye
por la presencia de otros más internos. De esta manera, los electrones más
alejados son menos atraídos hacia el centro del átomo y experimentan lo que
se conoce como “carga nuclear efectiva”, que es siempre menor respecto de la
carga nuclear completa.

La carga nuclear efectiva que experimentan todos los electrones en general,


pero los más externos en particular, es una característica física fundamental
que afecta su comportamiento químico.
Entonces, resumiendo…

Los elementos se ubican en la tabla periódica de acuerdo a su número atómico, es


decir el número de protones que hay en su núcleo. Además, a partir del número de
electrones de un átomo puedo conocer su configuración electrónica, en la cual el
mayor nivel que ocupan los electrones define el periodo (filas horizontales) en el que
se ubica en la tabla. Los periodos van del 1 al 7. Por otro lado, los diferentes
subniveles de energía definen los grupos (columnas verticales) y son cuatro: s, p, d y
f.

Algunas propiedades periódicas


• Radio atómico: disminuye hacia la derecha en un período debido a un
mayor efecto de la carga nuclear, lo que atrae más fuertemente a los
electrones y disminuye el tamaño del átomo. A medida que se desciende
en un grupo, el radio atómico aumenta debido a la adición de nuevas
capas de electrones más externas.
• Afinidad electrónica: tiende a aumentar hacia la derecha en un período
debido a la mayor carga nuclear efectiva, lo que atrae más fuertemente
a los electrones. Sin embargo, puede haber excepciones en algunos
grupos. Hacia abajo en un grupo, la afinidad electrónica tiende a
disminuir debido a que el aumento en el tamaño atómico reduce la
atracción entre el núcleo y los electrones.
• Energía de Ionización: tiende a aumentar hacia la derecha en un período
debido a una mayor carga nuclear efectiva y una mayor estabilidad de
los electrones en capas completas. Hacia abajo en un grupo, la energía
de ionización tiende a disminuir debido al aumento en el tamaño atómico
y la pantalla de los electrones más externos por capas internas.
Configuración electrónica
Es la forma en que se distribuyen los electrones en los distintos niveles y
subniveles de energía alrededor del núcleo de un átomo. Se utiliza para
describir la organización de los electrones y determinar la estabilidad y las
propiedades químicas de un elemento.
La regla de las diagonales de Müller es una herramienta utilizada para
determinar la configuración electrónica de elementos en la tabla periódica. Esta
regla se basa en el hecho de que los electrones llenan los subniveles de
energía en un orden específico, siguiendo un patrón diagonal. Los electrones
se distribuyen de manera secuencial en los subniveles de energía hasta que se
alcanza el número total de electrones correspondiente al átomo en cuestión.
Periodos → niveles de energía → del 1 al 7
Grupos → subniveles de energía → s, p, d y f.

Electrones de valencia
Son los electrones ubicados en el nivel energético más externo de un átomo.
Son los involucrados en las interacciones químicas y determinan las
propiedades químicas y el comportamiento reactividad de un elemento. Los
átomos tienden a adquirir, perder o compartir electrones para alcanzar una
configuración electrónica más estable, similar a la de los gases nobles. Los
electrones de valencia determinan la capacidad de un átomo para interactuar
con otros átomos y formar enlaces covalentes, iónicos o metálicos.
Ya definimos qué es un átomo, ahora veamos iones y moléculas
Los átomos son eléctricamente neutros porque tienen igual cantidad de
electrones y protones en su composición. Sin embargo, cuando un átomo gana
o pierde electrones, adquiere una carga eléctrica neta y se convierte en un ion.
• Cuando un átomo pierde electrones, se convierte en un catión cargado
positivamente. Esto sucede porque la cantidad de cargas positivas
(protones) en el núcleo supera a la cantidad de cargas negativas
restantes (electrones).
• Cuando un átomo gana electrones, se convierte en un anión cargado
negativamente. Ya que la cantidad de electrones es mayor que la de
protones.
Por otro lado, una molécula está compuesta por dos o más átomos unidos
mediante enlaces químicos. Es la unidad más pequeña de una sustancia que
conserva las propiedades químicas y físicas de esa sustancia.
Sustancias vs mezclas
Una sustancia se refiere a una forma de materia que tiene una composición
química definida y propiedades específicas. Las sustancias pueden ser
elementos o compuestos.
• Un elemento es una sustancia pura que consiste en átomos del mismo
tipo. No puede descomponerse en sustancias más simples por medios
químicos. Ejemplos de elementos son el oxígeno, el hidrógeno y el
hierro.
• Un compuesto es una sustancia pura formada por la combinación de
dos o más elementos en proporciones definidas mediante enlaces
químicos. Los compuestos tienen propiedades diferentes a las de los
elementos que los componen. Ejemplos de compuestos son el agua
(H2O) y el dióxido de carbono (CO2).
Por otro lado, una mezcla es una combinación de dos o más sustancias que se
juntan físicamente, pero que conservan sus propiedades químicas individuales.
En una mezcla, las sustancias pueden estar en proporciones variables y se
pueden separar mediante métodos físicos, como filtración, destilación o
decantación. Las mezclas pueden ser homogéneas o heterogéneas.
• Una mezcla homogénea es aquella en la que las sustancias están
completamente mezcladas y no se pueden distinguir a simple vista.
Ejemplos comunes de mezclas homogéneas incluyen el agua salada y el
aire atmosférico.
• Una mezcla heterogénea es aquella en la que las sustancias no están
completamente mezcladas y se pueden distinguir a simple vista o
mediante métodos de separación física. Ejemplos de mezclas
heterogéneas son una mezcla de agua y aceite, o una mezcla de arena
y piedras.
Estados de la materia y cambios de estado
Los estados de la materia son las diferentes formas en las que la materia
puede existir físicamente, estos son sólido, líquido y gas.
• Estado sólido: las partículas (átomos, moléculas o iones) están
fuertemente unidas y se mantienen en una estructura ordenada.
Tienen una forma y un volumen definidos. Las partículas en un sólido
vibran alrededor de una posición fija, pero no tienen libertad para
moverse de manera significativa.
• Estado líquido: las partículas están más separadas que en un sólido, lo
que les permite fluir y moverse más libremente. Los líquidos tienen un
volumen definido, pero toman la forma del recipiente en el que se
encuentran. Las partículas en un líquido tienen energía suficiente para
deslizarse y moverse unas sobre otras, pero todavía están lo
suficientemente cercanas para interactuar.
• Estado gaseoso: las partículas están ampliamente separadas y se
mueven con total libertad. Los gases no tienen forma ni volumen
definidos y llenan completamente cualquier recipiente en el que se
encuentren. Las partículas en un gas tienen energía suficiente para
superar las fuerzas de atracción y se mueven rápidamente y en todas
las direcciones.
Los cambios de estado, por otro lado, son las transformaciones que
experimenta la materia al pasar de un estado a otro debido a cambios en la
temperatura y/o la presión.
• Fusión: cambio de estado de sólido a líquido.
• Solidificación: de líquido a sólido.
• Vaporización: de líquido a gaseoso.
• Condensación: de gaseoso a líquido.
• Sublimación: de solido a gaseoso sin pasar por el estado líquido. Por
ejemplo, el hielo seco cuando pasa de solido a gaseoso.
• Sublimación inversa: de gaseoso a sólido.
Magnitudes atómico moleculares
La masa de un átomo depende del átomo en cuestión, es decir del número de
protones y neutrones que contenga su núcleo. Dicha magnitud es muy
pequeña, y por lo tanto no existe la posibilidad de pesar átomos aislados en
una balanza.
En 1961 la IUPAC propuso una unidad de masa atómica tomando como unidad
de referencia la doceava parte de la masa del nucleído más abundante del
carbono: 12C. Esta unidad se denomina unidad de masa atómica y se
simboliza uma o u. 1uma (u) = 1/12 masa 12C

Por lo tanto, la masa de un átomo de C es 12 u y 1,99x10^-23 g.


La masa atómica (m) que figura en la tabla periódica corresponde al promedio
de las masas de los isótopos naturales de cada elemento expresada en
unidades de masa atómica.
La masa molecular (m) de una sustancia se obtiene sumando las masas de
sus átomos en u tantas veces como aparezcan en la fórmula.
Pensando la Química desde el punto de vista macroscópico, resulta poco útil
trabajar con átomos y moléculas independientes, por lo tanto, se define una
nueva magnitud llamada cantidad de sustancia que mide el número de
partículas presentes en una determinada porción de sustancia.
La unidad de cantidad de sustancia se llama mol y se define como cantidad de
sustancia que contiene el mismo número de entidades elementales que el
número de átomos que hay en 12 g de 12C, donde las entidades elementales
pueden ser átomos, moléculas o iones. Un mol contiene 6,02 x 10^23
entidades elementales, este número inmenso es una constante universal y
recibe el nombre de Número de Avogadro.
La masa molar (M) es la masa expresada en gramos de un mol de partículas y
se obtiene expresando en g el valor numérico de su masa atómica o molecular.
mO = 16 u
MO = 16 g/mol
El volumen molar (Vm) de una sustancia es el volumen que ocupa 1 mol de
partículas, en determinadas condiciones de presión y temperatura. Si la
sustancia es un gas ideal en condiciones normales de presión temperatura
(CNPT) su volumen molar es de 22,4 litros.

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