Sainetes 2
Sainetes 2
Sainetes 2
PERSONAJES.
y m e d i d e1 3C S l ! e A c h a
eV t T ¡ T 3 S o ' ° » ^ Lavapiés para
ACTO ÚNICO.
ESCENA PRIMERA.
Después de la estrepitosa obertura de timbales y clarines, se levanta el
telón, y aparece el teatro de calle pública, con magnífica portada de ta-
berna, y su cortina apabellonada de un lado, y del otro tres 6 cuatro
puestos de verduras y frutas, con sus respectivas mujeres: la TÍA CHIRIPA
estará á la puerta de la taberna con su puesto de castañas, y SABASTIAM
haciendo soguilla á la punta del tablado. En el fondo de la taberna suena
la gaita gallega un rato, y luego salen dándose de cachetes MEDIODIEHTR
y otro tuno, que huye luego que sale el TÍO MATUTE con el garrote, y
comparsa de aguadores.
E S C E N A III
que se representará con la dignidad correspondiente.
REMILGADA y los dichos.
ESCENA IV.
REMILGADA, MEDIODIENTE, SABASTIAN y las VERDULERAS.
ESCENA V.
MEDIODIENTE, SABASTIAN y las VERDULERAS.
ESCENA VI.
MANOLO de tuno con capita corta y montera, y la posible comparsa de
pillos, y SABASTIAN.
ESCENA V I L
La tia CHIRIPA y los dichos.
C H I R I P A . ¡Manolillo!
MANOLO. ¡Señora y madre m i a !
Dejad que i m p r i m a en la manaza bella
E l dulce beso de m i sucia boca.
¿Y m i padre?
CHIRIPA. Murió.
MANOLO. Sea norabuena.
¿Y m i t i a l a R o m a '
CHIRIPA. ¡En el hespicio!
MANOLO. ¿Y m i hermano?
CHIRIPA. E n Oran.
89
MANOLO. ¡ F a m o s a tierra!
¿Y m i c u ñ a d a ?
CHIRIPA. E n las Arrecogldas.
MANOLO. Hizo bien, que bastante anduvo suelta.
E S C E N A VIII.
Los dichos, el Tío MATUTE y la REMILGADA.
ESCENA IX.
La POTAGERA y los dichos.
ESCENA X I .
Los dichos; y al verso avanza infantería, salen unos muchachos que
á pedradas derriban el puesto de castañas, y andan á la rebatiña.
M A N O L O y los tunos entran en la taberna, y suena ruido de vasos
rotos. La C H I R I P A anda á patadas con los muchachos, y luego se
agarra con la P O T A G E R A . El Tío tiene á la R E M I L G A D A desmayada
en sus brazos. S A B A S T I A N está bailando al son de la gaita, y luego
salen dándose de cachetes M A N O L O y MEDIODIENTE; y á su tiempo,
cuando leda la navajada, se levantan lastres verduleras, y van sa-
liendo tunos y muchachos y forman un semicírculo, haciendo que
lloran con sendos pañuelos, etc.
E S C E N A ÚLTIMA.
SABASTIAN, MEDIODIENTE, los comparsas y los difuntos.
PERSONAJES,
SATURIO. Diablos,
Que tienes almas traviesas.
MAURICIO. Pues ya te he dicho que no
Tienes que llegar á ésta: (Por Petra.)
Echa por otro camino,
E ingéniate como puedas.
SATURIO. Para caminos, ingenios
Sobran, si faltan pesetas.
PETRA. ¡Lo que tarda t u marido!
BASTIANA. Quizá estará en l a taberna
Esta noche hasta las doce.
P E T R A . ¡ Y que t ú se lo consientas,
Hermana!
BASTIANA. ¡Qué tonta eres!
Es cucaña manifiesta
Tener marido borracho,
Pues aunque haga lo que quiera
Una mujer, entre y salga,
No chista; y cuando se queja
No le cree ninguno, y todos
L a compadecen á ella.
P E T R A . [ Y O me avergüenzo.]
MAURICIO. [Por cierto
Que son ustedes diversas
E n el modo de pensar,
De hablar, y aun en l a apariencia,
Pues usted es toda filis,
Y su hermana ordinariezas.]
MENEGILDO (sale turbado). Por siempre sea alabada,
L a divina Providencia.
BASTIANA. E h , y a viene como suele.
104
¡Dios te l a depare buena!
MAURICIO. M u y buenas noches; s e ñ o r
Hermenegildo.
MENEGILDO. L a media
E n punto. Chis... (Estornuda). Tibi Christi,
Qui fecit Ingalaterram.
S A T U R I O (á Menegildo que le pisa). ¿Paisanos, no miraspatas
Donde pones, que revientas?
MENEGILDO. ¿Qué hacen ustedes á oscuras?
¡También es buena simpleza
Habiendo luz! ¿Sebastiana,
Y las despabiladeras?
B A S T I A N A . A. l a vista e s t á n .
MENEGILDO. Chitito,
Y poquitas d e s v e r g ü e n z a s ,
Que en hablando yo formal,
No hay que volver á l a cuenta.
B A S T I A N A . Cuidado lo que haces.
MENEGILDO (espabilando sin atinar). Mientes.
V a y a otra, e s t á t e quieta:
¡Hola, parece que quiere
Burlarse de m í l a vela!
Pues juguemos limpios: ¡dale!
¿A. m í te vienes con esas?
Toma. ( Da un sopapo á la luz y la apaga.)
BASTIANA. ¿Qué has hecho, borracho?
MENEGILDO. L O que cualquier hombre hiciera:
Mirar por t u honra y l a m i a .
MAURICIO. A q u í está: voy á encenderla. (Váse.)
MENEGILDO. Parece que a ú n es de noche,
Mujer.
BASTIANA. ¿Por q u é no te acuestas?
MENEGILDO. Luego: a g u á r d a t e u n poquito
A que repose l a cena.
BASTIANA. Siéntate.
MENEGILDO. Bien; pero calla,
Que voy á rezar completas.
MAURICIO (vuelve con la luz). ¿ E s t a r á usted divertida
105
Con este hombre?
PETRA. * - ¡No viviera
Con él, aunque m i l doblones
Tuviese al año de renta!
BASTIANA. Pues yo vivo, y muy gustosa...
Pero han llamado á la puerta.
MENEGILDO. Oyes, Bastiana, si vienen
A saber de l a taberna
Qué es lo que debo yo, diles
Que apunten azumbre y media,
Que una cosa es el dinero,
Y otra cosa es la concencia.
BASTIANA. ¿Quién es á estas horas?
C O L A S A (sale con Blas). Yo.
BASTIANA. ¿Qué buena venida es esta?
¿Colasa, t ú por acá
A esta hora, en Noche-buena?
COLASA. N O vengo á cenar; no tienes
Que asustarte.
BASTIANA. Aunque vinieras,
Creo que no faltaría.
COLASA. Y a lo huelo: en casa llena
Presto se guisa el potaje.
BASTIANA. Siéntate.
COLASA. Yengo de priesa.
BASTIANA. ¿Y q u é tienes que raandar?
COLASA. ¿Reñiremos?
BASTIANA. Como quieras.
COLASA. Más vale que no.
BASTIANA. Más vale.
C O L A S A . Pues si quieres que fenezca,
Como dicen, la visita
En paz y concordia, suelta
A l punto el pavo cebado,
Y las cajas de jalea
Que has estafado á Patricio.
BASTIANA. ¡Colasa, qué desatenta
Y provocativa eres!
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PETRA. ¡Se d a r á tal desvergüenza!
COLASA. A usted no la dan g o l i l l a ,
Señora doña Escofieta,
Para este entierro.
BLAS. ¡Bien dicho!
BASTÍ A N A . ¿Colasa, vienes de veras
Por esos chismes?
COLASA. Andando.
BASTIANA. Pues tiene mucha manteca
E l pavo en l a rabadilla,
Para que yo te le ceda.
C O L A S A . Vengan el pavo y las cajas.
BASTIANA. ¿Las cajas? vuelve por ellas;
E n comiéndome yo el dúz
Te daré las tapaderas.
COLASA. Mira, que ya se me van
Poniendo azules las venas.
B A S T I A N A . Señal de sofocación:
D i que te echen sanguijuelas,
Mientras me como yo el pavo,
Que á Dios gracias estoy buena.
C O L A S A . ¿Te burlas de mí?
PETRA. Hace bien:
Y es una gran insolencia
E l venir á provocarla.
MAURICIO. Usté en eso no se meta,
Doña Petronila.
COLASA. ¡Arroz!
M i señora doña Petra,
Hermana de la Bastiana,
Pasanta de m u ñ u e l e r a ,
E n las V i s t i l l a s : recoja
U s t é ese don, que le cuelga,
Porque está mal hilvanado.
BASTIANA. Para esto ya no hay paciencia.
COLASA. ¿ Y qué harás tú?
BASTIANA. ¿Qué haré? Toma. (La zurra.)
C O L A S A . Vuelvo: y á ver por quién queda.
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MENEGILDO. POCO á poco, que hay delante
Gente de forma.
BLAS. ¡Qué terca
Es esta mujer! L a dije
Cien veces que no viniera.
COLASA. ¡Que no traiga yo el rejón!
PATRICIO (sale). Tengan ustedes muy buenas...
(A Colasa.) ¿Aquí estás? ¿Cómo te atreves
A salir sin m i licencia
A estas horas de t u casa?
B L A S . Me alegro, para que vea,
Que cuando yo hablo, algo digo.
-PATRICIO. Parece que no escarmientas:
Pues escarmentarás. Vamos
Dejando esta gente quieta:
• Arrecoge la mantilla,
Y á casa.
COLASA. ¿YO á casa? ¡Deja!
Mientras no me lleve el pavo,
Y las cajas de jalea,
Que le has dado á esta golosa,
No me he de ir aunque muera.
PATRICIO. Te digo que vamos.
COIASA. ¡Ya!
Digo, que no quiero.
PATRICIO. Ea:
Haz lo que mando, y no demos
Que decir en casa ajena.
C O L A S A . S i no me he de ir.
PATRICIO. Señor Blas,
Obligúela usted á que venga
Como marido.
BLAS. a ¿Yo? ¡es cierto
Que el empeño la h a r á fuerza!
C O L A S A . S i no he de ir.
PATRICIO. Irás.
COLASA. N O iré.
PATRICIO. Pues irás de esta manera. (Cógela del brazo.)
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C o i A S A . ¡Ay, ay, ay!
MENEGILDO. Poquita b u l l a ,
Que me duele l a cabeza.
C O L A S A . Picaro, falso: por t i
Me veo yo en esta afrenta:
Pero me l a be de comer. (Suéltase y vueire.)
B A S T I A N A . Veremos.
A L C A L D E (sale). ¿Qué bulla es esta?
L a justicia.
PETRA. ¡La j u s t i c i a !
¡Ay de m í ! ¡que se me altera
E l corazón! ¡ya l a vista
Se desvanece, y flaquea
L a m á q u i n a ! ¡yo desmayo! (Se desmaya.)
MAUH.ICIO. Saturio, trae agua fresca.
SATURIO (Aturdido). Aguas, no sabe cocinas
Tinaja donde e s t á n puestas.
A L C A L D E . ¿Qué es esto?
PATRICIO . Señor Alcalde,
H a sido una friolera.
A L C A L D E . A l g u n a causa ba de haber
Donde hay voces y pendencia,
Y yo quiero averiguarla.
Nadie hable palabra, mientras
Y o pregunto á cada uno
De por sí. ¿Quién es la d u e ñ a
De l a casa?
BASTIANA. YO.
ALCALDE. ¿Y el dueño?
C O L A S A . Este caballero.
ALCALDE. Venga
Usted acá: ¿parece que
Tiemblan u n poco las piernas?
MENEGILDO. E l sereno de l a noche...
A L C A L D E . Y a : ¿qué bulla h a sido esta?
MENEGILDO. ¿Cuál?
ALCALDE. L a que ustedes t e n í a n .
MENEGILDO. ¿Si no hay en casa vihuela,
109
Cómo h a de haber baile? ¡Vaya
Que toda esta gente sueña!
ALCALDE. ¡Qué bueno e s t á s t ú ! ¿Mocito,
Quién es usted?
SATURIO. ¿YO? de Menas
Real valles nacer Saturios
Giles, Guarricochitenas,
Antiguos nobles Adanes
Solares mucho m á s que Evas.
ALCALDE. ¡Brava clase de testigos
Son los que se me presentan!
¿Caballerito?
MAURICIO. Señor,
Hasta que esta dama vuelva
E n toda su luz, están
E n ocaso mis potencias.
A L C A L D E . ¡También es bueno!
MENEGILDO. De modo,
Que el hombre que no se alegra
Hoy, no es hombre para nada.
¿Se hace usted cargo?
ALCALDE. ¡Qué buena
E s t á t u alma! ¿Usté, quién es? (A Blas.)
B L A S . Y O soy el marido de ésta^
ALCALDE (á Patricio). ¿ Y usted, señor guapo?
PATRICIO. YO,
Señor Alcalde, un cualquiera.
ALCALDE. ¿ Y á q u é se viene aquí?
PATRICIO. A dar
A esta mocita una felpa,
Porque sale de su casa
Sin pedirme á mí licencia.
ALCALDE (á Blas). ¿ Y usté, qué dice á esto?
BLAS. ¿YO?
Allá los dos se lo avengan.
¿No se lo dije yo antes
De salir, que no saliera?
ALCALDE. ¿Qué, no manda u s t é en su casa?
110
B L A S . Señor Alcalde, aunque sea
Descortesía: ¿y usted
Si es casado, manda en ella?
A L C A L D E . S Í señor, y m i mujer,
E n viéndome, es la primera
Que se pone á temblar, sin
Que nadie á chistar se atreva,
H a s t a que yo doy l a orden.
B L A S . Será l a señora vieja.
A L C A L D E . No es sino moza y bonita.
B L A S . ¿Muchacha, bonita, y tiembla
E n entrando su marido,
Y en todo vive sujeta
A s u m e r c é , en este siglo?
¡Vaya, que u s t é se chancea!
¡ N i n g ú n casado es posible
Que trague esa berengena?
A L C A L D E . ¿Por qué?
BLAS. Porque cada uno
E c h a plantas por defuera
De su casa, y dentro hace
L o que quiere l a parienta.
ME»EGILDO. Pues cuando lo dice Blas,
P u n t o redondo.
MAURICIO. Y a alienta
Esta señora.
PETRA. ¡Ay, J e s ú s !
C O L A S A . ¿Con tantas preguntas hechas,
Qué h a sacado usted en limpio?
A L C A L D E . Que esto es una borrachera,
Y que si no se separan
Todos, h a r é yo que venga
Quien los separe.
MENEGILDO. Bien hecho
PATRICIO. De suerte es, y de manera,
Señor Alcalde, que á m í
No me agrada esa sentencia. *
A L C A L D E . ¿Por q u é ?
111
PATRICIO. Porque usté no sabe
L a causa de l a contienda.
ALCALDE. No por cierto.
PATRICIO. Pues ha sido
Por dos cajas de jalea,
Y un pavo, que he regalado
Esta m a ñ a n a yo á ésta.
De esto se ha picado estotra,
Y quiere que se lo vuelva,
Porque está en la actualidad
De que yo le favorezca:
Conque" dividatur linfas,
Ó júntense las meriendas,
Y unánimes y conformes
Celebren la Noche-buena,
Las pascuas, y si quisieren
También las carnestolendas;
Que yo me rio de todas,
Y de las dos las primeras,
Y me voy con su permiso,
A otra parte con l a orquesta.
Colasa, salud, y Dios
Te dé lo que te convenga.
Don Blas, aplicar el hombro,
Que esto se acabó, ¡paciencia! (Váse.)
COLASA. ¿Que esto me suceda á mí?
B L A S . ¡Mujer, has quedado fresca!
BASTIANA. Animo, amiga Colasa,
Que una cosa es la quimera,
Y otra es la paz; por ñ n , basta
Que seas mujer, y te deja
U n picaro, para que
Las mujeres de honra sean
De t u parte.
COLASA. Antes que otro
Yuelva á escuchar de mi...
BASTIANA. Deja
Los juramentos, y vamos
112
A que si nos da licencia
E l señor alcalde, todo
' E n diversión se convierta.
A L C A L D E . Como sea con quietud,
Muy bien.
MENEGILDO. Toda es gente quieta,
Y basta que yo lo diga.
A L C A L D E . [¡Qué valiente gentezuela!
¡Cuánto para dirigirla
E s menester conocerla,
Y las ridiculas causas
De sus chismes y quimeras!]
AdiOS. (Váse.)
TODOS. Señor, muchas gracias.
BASTIANA. ¿Todavía estás suspensa,
Colasa?
COLASA. N O estoy pensando
E n eso.
BASTIANA. ¿Pues en qué piensas?
COLASA. Solamente en acordarme
De una tonadilla buena,
Porque con ella se dé
M á s regocijo á l a fiesta;
Y que se ahorquen los hombres,
Sabiendo que si nos dejan
A l g u n a vez, los dejamos
Nosotras á ellas cuarenta.
BASTIANA. Y que no es mentira. Blas,
Ves á traer á la Pepa
A hacer colación. E n tanto
(A Colasa.) Canta la tonada buena,
Que has ofrecido.
COLASA. • No quiero
Que digan que me lo ruegan,
Dempues de malo. Allá va,
Y si no gusta, paciencia.
Con la tonadilla concluye este intermedio.
EL MUÑUELO.
TRAGEDIA POR M A L NOMBRE
E N U N A C T O .
PERSONAJES.
P E P A , frutera.
A L C A L D E DE BARRIO.
C U R R A , lavandera.
U N A CASTAÑERA.
PIZPIERNO,) N . .
7
p U N MONAGUILLO.
ROÑAS, \ restdtmos.
DOS ALGUACILES, que w
Z A Q U E , majo del barrio. hablan.
MUDO, majo del barrio.
ESCENA PRIMERA.
La PEPA y luego la CURHA de majas bizarras.
E S C E N A II.
VBPÍL y el MUDO.
PEPA. Anda
Y vuelve pronto, que se va la tarde.
MUDO. Adiós, Pepa.
117
PEPA. Adiós, Mudo.
MUDO (con soma). t ¿Conque, gracias
A Dios, hoy llegan Roñas y el Pizpierno?
P E P A . Mucho: y y a me parece a m í que tardan.
MUDO. ¿ Y esa pasión que muestras porque lleguen,
Por cuál es de los dos?
PEPA. N O sé.
MUDO. ¡ A h , tirana!
¿Piensas que ignoro entre ellos y vusotras
E l monopolio y la tracamundana?
PEPA. ¿Quién te lo ha dicho?
MUDO. E l corazón insine
Mió, que cubre esta indecente capa
Y este roto chaleco, que aunque roto,
Cada rasgón es timbre de una h a z a ñ a ,
De una victoria m á s , que he conseguido
A puntapiés, á palos y p u ñ a d a s .
P E P A (con fisga). ¡Eres muy guapo t ú !
MUDO
(suspirando).
¡Tristes resultas
De una voluntad ñ n a y malograda!
P E P A . ¿ Y son esos suspiros por l a Curra,
O por mí? l a verdad.
MUDO. Son por entrambas:
Pues yo me acuerdo de aquel tiempo...
E S C E N A III.
CURRA de mantilla, y los dos.
CURRA. Pepa,
¿Te ha dicho el Mudo ya para su entrada
Qué puerta es l a mejor?
MUDO. L a del infierno,
De que será el portero m i venganza.
C U R R A . ¿Contra quién y de quién?
MUDO. L O dirá el caso.
CURRA.. Anda á ver si hay varillas ó cerrajas
Por ahí flojas, en que emplear las u ñ a s ,
118
Aquesta noche, por comer m a ñ a n a ,
Y déjanos en paz.
PEPA. Mudo, habla menos.
M U D O . ¿ Y si no quiero?
PEPA. Yete enhoramala.
MUDO. N O es digna m i atención de ese desaire;
Pero por ñ n y postre sois dos damas;
Y en tales circunstancias es preciso
Que el hombre mire por sus circunstancias-
P E P A . E a , jarnos.
CURRA. A d i ó s , caballerito.
P E P A . ¿ Y el calesin, adonde nos aguarda?
CURRA. Sigúeme.
PEPA. ¿ Y no hay m á s que uno para cuatro?
C U R R A . E S lo que debe ser: no seas machaca.
P E P A . ¿Cómo?
CURRA. L O S dos señores al tistero,
U n a en el pisebron y otra en l a zaga.
ESCENA IV.
El MUDO solo.
ESCENA Y .
ZAQUE y el MODO.
ESCENA Y I .
Los dichos y PIZPIERNO.
ESCENA YII.
ROÑAS y los diehos.
ESCENA V I H .
PIZPIERNO y ROÑAS.
ESCENA IX.
L a CASTAÑERA, el MONAGUILLO y dichos.
ESCENA X .
ROÑAS, PIZPIERNO y el MUDO.
MUDO (acelerado).
¿Cuál h a muerto?
PIZPIERNO. Ninguno: h a sucedido
U n azar que l a vida nos alarga.
129
MUDO. Pues dejad l a pendencia, porque vienen
Las novias hacia aquí, desesperadas
Porque no os encontraron, y han sabido
Que entrasteis en Madrid sin esperarlas.
ROÑAS ^PIZP. ¿ Y dónde están?
MUDO. Muy cerca, sosegaos.
PIZPIERNO. ¿ Y O ver á una mujer que está zurrada?
ROÑAS. ¿YO dar los brazos á una zurradora
Sin ver antes su sangre derramada?
PIZPIERNO. Sigúeme, si eres hombre.
ROÑAS. S i lo eres,
Sigúeme t ú .
Los DOS. Veráse en la c a m p a ñ a .
MUDO. Pues i d hacia el Campillo de Manuela,
Y si el valor de alguno se desmaya,
Invocad á Manolo, que a ú n pulula
Entre su estiércol, broza, polvo y malvas,
De aquel héroe l a sangre esclarecida,
Y su espíritu al m á s cobarde inflama.
ROÑAS. ¿Qué m á s Manolo que yo mismo?
PIZPIERNO. Vamos
A ver cómo sostienes esa planta.
ESCENA X I .
E l MODO, y después PEPA y CURRA.
ESCENA XII.
PKPA y CURRA.
ESCENA XIY.
El ALCALDE DE BARRIO; el MUDO; ROÑAS y PIZPIERNO ensangrentados
los hocicos, la ropa, manos, etc., y presos por dos ALGUACILES d« capa
y cofias.
MONAGUILLO. ¡Ay!
CASTAÑERA. S e ñ o r , el Monago me ha perdido
E l respeto: j u s t i c i a .
MONAGUILLO. N O OS e n g a ñ a
E n eso; pero miente: la he apedreado
Con cinco de las seis malas c a s t a ñ a s
Que me dio por un cuarto.
P E P A (& i Castañera).
a D i , soplona,
¿Por q u é antes que llegasen á sus casas,
Fuistes á estos dos probes con el chisme
De cosas que era justo que ignoraran?
C A S T A Ñ E R A . Señor alcalde, que me lo hagan bueno.
¿Yo chismosa? L a s locas m a l habladas
Son ellas: ¡y cuidado que yo á todas
Se los planto, y ninguna me los planta!
A L C A L D E . Poco á poco: ¿qué chisme ha sido ese?
C U R R A . Que e s t á b a m o s las dos y a como hermanas,
Y é s t a nos h a enredado.
CASTAÑERA. Señor, mienten:
Porque yo n i los v i ni hablé palabra.
MUDO. ¿Señor alcalde, manda usté otra cosa,
Que es tardecillo, y hay que hacer en casa?
A L C A L D E . A g u á r d e n s e , que por lo que se ofrezca,
E s bueno siempre que testigos haya.
P E P A . S i no lo has dicho, pega con el Mudo,
Que el falso testimonio te levanta.
C A S T A Ñ E R A . Pues, gato... (Embistiéndole.)
A L C A L D E . (Deteniéndola.) C h i s : y todo el mundo quieto.
E l ha ido á sacarme de m i casa
P a r a contarme de los presidiarios
E l desafío, y de las dos muchachas
L a camorra.
MUDO. Mas no dije el motivo,
N i á los recien venidos dije nada;
134
Que el Zaque fué quien se lo contó todo.
A L C A L D E . ¿ Y q u é es el todo?
CURRA. P u r a patarata,
E n l a hora: si yo l a c a s q u é á é s t a ,
E s t a me h a dado á m í una bofetada,
Que es peor: me perdona, l a perdono,
Y se quedan las cosas como estaban.
A L C A L D E . ¿ Y era por este pique vuestra r i ñ a ?
R O N . y PIZP. S Í s e ñ o r .
ALCALDE. ¿ Y ahora q u é decís?
Los DOS. Patas.
ROÑAS. Pizpierno, yo por m í , lo dicho dicho.
PIZPIERNO. Y por m í , m i palabra es m i palabra.
A L C A L D E . Soltadlos; y agarrad á esos dos t u n o s ,
I r á n á donde purguen l a m a r a ñ a
Que han urdido, por tres ó cuatro meses.
MUDO. ¿ Y ellos que queden libres? •
ZAQUE. Á l a sala
Apelaremos.
ALCALDE. Interin apelan,
Llevadlos y metedlos en l a jaula.
A L G U A C I L E S . Veamos.
MUDO. Reniego yo de las mujeres.
Z A Q U E . Y O reniego de amigos de t u casta.
(Se los llevan.)
A L C A L D E . Ustedes cuatro miren cómo viven,
Que no siempre se pueden hacer gracias;
Y esta es atendiendo á que han sufrido
Diez a ñ o s de presidio, y que l a causa
Procedió de un enredo; y concluida
L a r a z ó n de unas quejas chavacanas,
L a Curra con su R o ñ a s , y Pizpierno
Con s u Pepa se case, y santas pascuas. (Váse.)
M O N A G . ¿Dos bodas? ¡bueno, bueno! Dos propinas,
N i un cuarto has de llevarme de c a s t a ñ a s .
C A S T A Ñ E R A . S Í , vé por ellas, v é , que por bonete
Te he de poner el tostador.
MONAGUILLO. ¡Zarazas!
135
C U R R A . Esposo...
ROÑAS. Esposa...
PIZPIERNO. Pepa...
PEPA. Dueño m i ó . . .
Los CUATRO. Dichoso ñ n tuvieron nuestras ansias.
PIZPIERNO. ¿Concluyó l a tragedia?
PEPA. N O , hasta tanto
Que os mudéis ropa, y os lavéis las caras.
ROÑAS. Vamonos á lavar, y despejado
E l teatro de gente sanguinaria,
Sostituya l a alegre, y finalice
Con un par de boleras resaladas.
PIZPIERNO. Y disipe el terror de l a tragedia
E l rasgueado placer de las guitarras.
LOS BANDOS DEL AVAPIES,
Y
LA VENGANZA D E LZURDILLO.
PERSONAJES.
E L ZURDILLO) . ,. L A ZAINA, )
C A N I L L E J A S , M^7"f ordi- L A DENGOSA, )Majas.
E L ZANCUDO, nanos del L A PELUNDRIS, )
MARRAJO, ] ¿arquillo
0
C A C H I V A C H E J ^ ^ ' :
TiSos°A ' \^ J
A
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idem de PERDULARIO *fnosdel
ZüNGA,' ) U e m
- Comparsa de hombres,
Tío M A N D I N G A , majo or- mujeres y muchachos
dinario , padre de que no hablan.
PERSONAJES.
Casa pobre, un arca al frente, una mesila vieja y una alacena: sale
MARICA y el AIBAÑII, con ui.a guitarra.
L a perdonara l a deuda!...
¿Pero por qué carga de agua?
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No s e ñ o r , pague q u i e n deba;
Que él me lo debe á m í , y yo
N o le debo nada á e l l a . ]
M A R I C A . ¡Ay! ¡Que me empiezo á m o r i r !
C A S E R O . ¿Qué h a y , M a r i c a ? ' ¿ e s t á s c o n t e n í .
¡ P u e s a ú n falta lo peor!
¡ E s t a t e tiesa, q u e ' t i e s a .
Que yo estoy duro, que duro,
Y veremos q u i é n se l l e v a
E l gato a l agua!
MARICA. ¡ A y , señor!
¡No creí yo que usted era
T a n fuerte de genio! ¡ v a y a .
Que paga bien l a finezas
C o n que yo i b a procurando
Modo de tener licencia
De A n t ó n , p a r a que pudiese
Y e n i r m e á ver s i n sospecha
De él y de l a v e c i n d a d !
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CASERO.(afable). H i j a , ¿lo dices de veras '
M A R I C A . Y a no: ¡ J e s ú s y q u é poco!
¡Ha sido crueldad horrenda
L a de hoy!
CASERO. " E l l a dice bien:
¡Reniego de m i vileza!
M A : U C A . E a , v a y a usted con D i o s ,
Y h a g a usted que luego vengan
P o r los trastos.
CASERO. Mariquita,
-
F á c i l m e n t e se remedian
L a s cosas. ¿ C o n q u e , por fin.
Y a estabas t ú menos terca?
M A R I C A . ¡ T o m a s i lo estaba! pero
Y a , ¡qué poco! ¡ya estoy hecha
U n veneno! (furiosa).
C A S E R O (humilde). Pues, q u e r i d a .
P e r d ó n a m e , y como quien.
T r a t a r m e tan solamente
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Con agrado, serás d u e ñ a
De esta casa, de l a m i a
Y de m i bolsa; y en prueba
De esta verdad, pongo el vale
A t U S píes. (Dale el vale.)
MARICA. [¡Cayó esta breva!]
CASERO. ¿Qué dices?
MARICA. Que tengo yo
U n genio, que como sea
Por bien, al cabo del mundo
Con u n cabello me llevan;
Pero por m a l , soy el diablo. (Cogeei vai .¡
e
PÁGINAS.