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El Derecho de Asociación

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“El derecho fundamental de asociación

u organización” 
Luis Alberto Aliaga Huaripata.
Vocal del Tribunal Registral, SUNARP.
Profesor de Derecho Civil de la Universidad de
Lima.

*******

1. El derecho de asociación es reconocido en la Constitución Política del Perú como uno


fundamental de todas las personas, que faculta “a asociarse y a constituir fundaciones y
diversas formas de organización jurídica sin fines de lucro, sin autorización previa y con
arreglo a ley. No pueden ser disueltas por resolución administrativa” (inciso 13, artículo 2). 1 2

Según se ha reconocido en la doctrina, este derecho fundamental constituye la base de


organización y participación de los ciudadanos en su desarrollo y obtención de fines
colectivos no lucrativos, el fortalecimiento de sus instituciones, la preservación de la
democracia, entre otros. 3 4

2. Debe destacarse que el nomen iuris “derecho de asociación” no alude exclusivamente a


un tipo especial de organización, es decir, la asociación, sino que se refiere a todo tipo de
organización de finalidad no lucrativa; por ello creemos que sería mejor denominarla
“derecho de organización”.

Artículo publicado en: “Gaceta Constitucional”, Revista de “Gaceta Jurídica”, Lima, Tomo 04, abril
2008.
1
La Constitución de 1979 regulaba el tema en el numeral 11) de su artículo 2 en los siguientes términos:
“Toda persona tiende derecho: (…)
11. A asociarse y crear fundaciones con fines lícitos, si autorización previa.
Las personas jurídicas se inscriben en un registro público. No pueden ser disueltas por resolución
administrativa”.
2
Comparativamente hablando puede advertirse que, la Constitución actual elimina toda referencia a la
inscripción en un “registro público”, lo que sin desconocer la importancia y los efectos sustantivos del registro,
“puede querer decir que no es indispensable inscribir la institución para ejercer el derecho de asociación”
(Rubio), asimismo, delimita el ámbito del “derecho de asociación” a las organizaciones jurídicas “sin fines de
lucro”, lo que obliga a formularse la siguiente pregunta, ¿cuál es el sustento de promoción y protección
constitucional de las otras formas de organización jurídica, “con fines de lucro”?, creemos que el artículo 58
(“La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado…”) y el artículo 2, literal 14
(Toda persona tiene derecho: “A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden
público”).
3
Jiménez Muñoz, Francisco. “Unas notas en torno a la asociación. En especial, la nueva Ley Orgánica
reguladora del Derecho de Asociación” En: “Revista Crítica de Derecho Inmobiliario”. Madrid - “Colegio de
Registradores de la Propiedad, Mercantiles y Bienes Muebles de España”. Año LXXVIII, Nov - Dic 2002, Nº
674, p. 2126.
4
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. 004-96-I/TC.

1
3. Este derecho consiste esencialmente en “la libertad que tienen las personas para juntarse
entre ellas a fin de realizar un objeto en común” 5; dicho en otros términos, supone “la
correspondencia de varios individuos en una organización que establece un esquema de
cooperación para alcanzar ciertos fines”. 6

4. ¿Cuál es el sustento del derecho de asociación u organización?.

El fundamento de este derecho se encuentra en el carácter gregario de las personas, cuyos


planes de vida u objetivos precisan, para su realización o concreción, de la cooperación o
interacción con los demás; ello sin desconocer su dimensión individual. 7

5. Así, la carta magna reconoce este derecho como atributo de todas las personas a
asociarse libremente y otorga a lo creado - en ejercicio de tal atribución -, la calidad de
“organización jurídica”; es decir, “(…) una organización protegida por la Constitución, que, a
diferencia de los órganos constitucionales, cuya regulación se hace en el propio texto
constitucional, y su desarrollo se deja al ámbito de la ley orgánica, en ésta la configuración
constitucional concreta de ella se ha dejado al legislador ordinario, al que no se fija más
límite que el respeto del núcleo esencial de la institución que la Constitución garantiza”. 8

6. La jurisprudencia ha delimitado el contenido esencial del derecho de asociación u


organización, el mismo que comprende esencialmente:

a). “El derecho de asociarse”, esto es, las personas son en principio libres para constituir
asociaciones o adherirse a las ya constituidas;

b). “El derecho de no asociarse”, es decir, nadie puede ser coaccionado u obligado a formar
parte de una asociación o a permanecer en ella; y,

c). “La facultad de auto-organización”, léase, las personas que se asocian pueden (deben)
establecer su propia organización a través del estatuto, el mismo que deberá “sujetarse al
marco de la Constitución y las leyes, las que, respetando el contenido esencial de tal
derecho, lo desarrollan y regulan”. 9

5
Rubio Correa, Marcial. “Estudio de la Constitución Política de 1993”. Tomo I. Lima - Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, febrero 1999, p. 320.
6
Nino, Carlos Santiago. “Fundamentos de Derecho Constitucional”. Buenos Aires-Astrea, 2002. p. 335.
7
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 4241-2004-AA, 10.3.2005. Al respecto, se señala que, “(…),
así como la persona tiene el derecho de desarrollar libremente su actividad individual para alcanzar los
medios que se ha propuesto, tiene también la facultad de aunar esfuerzos con algunos o muchos de sus
semejantes para satisfacer los intereses comunes de carácter político, económico, religioso, gremial,
deportivo o de cualquier otra índole que determinen sus conductas en mutua interferencia subjetiva”.
8
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 004-96-I/TC, 3.1.1997.
9
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 1027-2004-AA, 20.5.2004.

2
7. ¿El derecho de adherirse a una asociación es irrestricto?.

Creemos que no, pues la asociación es en principio autónoma para decidir a quién incorpora
o admite como asociado, conforme a su estatuto y al Código Civil, teniendo como único
límite que su actuación no constituya una flagrante discriminación o se sustente en motivos
no razonables o irracionales; discriminación entendida como diferenciación establecida sin
que se haya hecho referencia a criterios objetivos y que busca generar situaciones de
desventaja.

En ese sentido, Tribunal Constitucional ha precisado que, “si bien el derecho mencionado
tiene sustento en el artículo 2º, inciso 13, de la Constitución (…), se debe tomar en cuenta
que no se trata de un derecho irrestricto, (…), que señala que la prerrogativa a la no
admisión se circunscribe a condiciones de razonabilidad y no discriminación”. 10 11

8. Sobre el mismo tema y a propósito de las organizaciones de finalidad no lucrativa que no


admiten a las mujeres como sus miembros, recientemente se ha dado el Decreto Supremo
N° 004-2008-MIMDES (“El Peruano”, 4.4.2008) que exige que adecuen sus estatutos “a las
normas de la Constitución Política del Perú y de la Ley relativas a la igualdad jurídica del
varón y la mujer” (p. ej. Ley 28983, “Ley de igualdad de oportunidades entre mujeres y
hombres”), otorgando un plazo de 90 días calendario a ese fin y facultando - en caso
contrario -, al Ministerio Público a solicitar su disolución.

Siendo que las organizaciones de finalidad no lucrativa son entidades privadas, la exigencia
establecida por el Ejecutivo de garantizar y respetar los derechos fundamentales - a través
de la “adecuación” de sus respectivos estatutos -, como ocurre con el derecho de igualdad
ante la ley (inciso 2, artículo 2, Constitución) 12, deberá respetar a su vez la autonomía
privada de aquellas; autonomía en cuya virtud se constituyen y organizan (facultad de auto-
organización).

En ese sentido y no obstante su loable propósito, creemos que una disposición como la
indicada afecta la facultad de auto-organización, elemento esencial del derecho de
asociación u organización, al obligar a incorporar a miembros en el seno de las
organizaciones de finalidad no lucrativas; ello sin perjuicio de proscribir cualquier acto

10
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. N° 1177-2005-AA/TC, 18.4.2006.
11
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 1027-2004-AA, 20.5.2004: “La doctrina y el derecho positivo
establecen que, bajo determinadas condiciones de razonabilidad y de no discriminación, puede considerarse
como legal que no se acepte la incorporación de una persona al seno de una asociación (...). Es evidente que
dicha prerrogativa tiene alcances residuales, por cuanto las razones de no admisión jamás podrán ampararse
en el desconocimiento del principio de dignidad de las personas, así como tampoco en condiciones no
explicitadas en los objetivos de la asociación”.
12
Artículo 2.- Derechos fundamentales de la persona
“Toda persona tiene derecho:(...)
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión,
opinión, condición económica o de cualquiera otra índole. (...)”.

3
discriminatorio o irracional, en cuyo supuesto los sujetos afectados siempre tendrán
expeditas las acciones y medidas legales correspondientes para hacer valer su derecho.

9. Recientemente, el Tribunal Constitucional (sentencia, Exp. Nº 09332-2006-PA/TC del


30.11.2007), a propósito de una demanda de amparo contra un acto de discriminación, seña-
ló igualmente que el derecho de asociación como libertad fundamental tiene límites, así:
“El disfrute de esta libertad puede ceder frente a imperativos constitucionales, como lo son
otros derechos fundamentales y otros bienes constitucionales. En el caso de autos, interesa
cuestionar los límites de la facultad de autoorganizarse, la que se ve reflejada en la posibili-
dad de que la directiva de la Asociación regule sus propias actividades. Desde luego, aquella
regulación no puede contravenir el ordenamiento jurídico, ya que esta libertad se ejercita
dentro de un espacio constitucional en el que se conjugan otros valores y bienes fundamen-
tales”.
Queda aun pendiente la determinación jurisprudencial de los límites del derecho de auto-or-
ganización.

10. El derecho de asociación no tiene que conducir necesariamente a la formación de una


persona jurídica propiamente dicha para poder ejercerse; por lo que resulta suficiente “la
coaligación de las personas para la finalidad común” 13, esto es una simple organización
(organización de personas no inscrita). Al respecto se ha dicho que, “la idea de organización
resulta gravitante pues ella no puede sino referirse a la organización de personas, con lo cual
(…) se revaloriza el elemento personal de tales conglomerados por sobre el patrimonial.
(…)”. 14

11. El desarrollo legislativo del derecho de asociación u organización se materializa


principalmente en el Código Civil, sin embargo, debe señalarse que este cuerpo normativo
sólo regula algunas de las personas jurídicas y organizaciones de personas existentes en
nuestro ordenamiento, tales como la asociación, fundación, comité, etc.; dada su naturaleza,
el Código se aplica supletoriamente a las leyes especiales que regulan las otras formas de
personas jurídicas. 15

12. ¿El derecho de asociación puede restringirse?, al respecto, el Tribunal Constitucional,


conforme al artículo 16 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos 16, ha
establecido positivamente que, “(…), sólo procederá restringir el derecho de asociación, (…)
en supuestos excepcionales, por motivos o taxativamente señalados”, es decir, “en interés
13
Rubio Correa, Marcial. Op. Cit., p. 320.
14
Vega Mere, Yuri. ”Comentarios al inciso 13 del artículo 2”, En: “La Constitución Comentada”, Lima - Gaceta
Jurídica S.A., Tomo I, febrero, 2006, p. 157.
15
Artículo IX, Título Preliminar, Código Civil:
“Las disposiciones del Código Civil se aplican supletoriamente a las relaciones y situaciones reguladas por
otras leyes, siempre que no sean incompatibles con su naturaleza”.
16
Aplicado conforme a la Disposición Final y Transitoria Cuarta de la Constitución Política de 1993.

4
de la seguridad nacional o del orden público, para proteger la salud o la moral pública o para
la protección de los derechos y libertades de terceros”. 17

13. En ese mismo sentido, en caso las actividades o fines de la asociación resulten
contrarios al orden público o las buenas costumbres, el artículo 96 del Código Civil autoriza
al Ministerio Público a solicitar judicialmente su disolución; adviértase que en nuestro
ordenamiento jurídico la persona jurídica no puede disolverse “administrativamente” (es
decir, “por resolución administrativa”), sino que debe ser declarado por el poder judicial, ello
como garantía del derecho de asociación.

Debe destacarse que, a diferencia de las Fundaciones (Consejo de Supervigilancia de


Fundaciones; art. 103)18 y Comités (Ministerio Público; art. 119) 19, en el caso de las
asociaciones el Código Civil no ha previsto la existencia de un órgano externo ad hoc
encargado de la fiscalización del manejo y destino de los recursos económicos de las
asociaciones, recayendo esta función en la asamblea general de asociados (control interno)
y en última instancia al poder judicial; ello sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 96
citado. 20

17
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. N.° 3507-2005-PA/TC.
18
Artículo 103.- Consejo de Supervigilancia de Fundaciones
“El Consejo de Supervigilancia de Fundaciones es la organización administrativa encargada del control y
vigilancia de las fundaciones. (…)”.
19
Artículo 119.- Control de los aportes por el Ministerio Público
“El Ministerio Público vigila, de oficio o a instancia de parte, que los aportes recaudados por el comité se
conserven y se destinen a la finalidad propuesta y, llegado el caso, puede solicitar la rendición de cuentas, sin
perjuicio de la acción civil o penal a que haya lugar”.
20
Vega Mere, Yuri. ”La Asociación, la Fundación y el Comité en el Código Civil”, En: Gaceta Jurídica S.A.,
tomo 49, diciembre, 1997, p. 36-B. Refiere el autor que “dada la gravitación que tiene este órgano en las
funciones contraloras que ejerce, el legislador no considera conveniente la creación de una organismo estatal
administrativo que se encargue de su supervigilancia, como ocurre en cambio con las fundaciones. Ello, sin
embargo, no elimina la posible ingerencia del estado cuando los fines o las actividades de la asociación son
contrarios al orden público o a las buenas costumbres, en cuyo caso el Ministerio Público puede solicitar su
disolución (art. 96)”.

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