Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

1derecho Romano

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 221

Objetivo particular:

Establecerá el concepto y etimología de la palabra ius, identificando la distinción entre el sentido


objetivo y subjetivo del Derecho y reflexionará sobre la utilidad, importancia y aplicación de los
conceptos jurídicos romanos y su influencia en el sistema jurídico mexicano.

¿Sabía que...?
Origen de nuestra profesión

En la antigua Roma, existía el jurista, un conocedor de las letras y leyes que podría representar a alguien en un
tribunal; sin embargo, cabe aclarar que los romanos no fueron quienes “crearon” la profesión como tal, ya que
existían antecedentes de dicha profesión en China y Grecia, en donde personas informadas sobre las leyes
podrían plantear la defensa de una persona; no obstante, el reconocimiento a Roma se debe a que ésta
desarrolló de manera sistemática y socialmente organizada la profesión de abogado.

La palabra abogado viene del latín advocatus y significa llamado, porque entre los romanos se llamaba así a
quienes conocían las leyes para socorro y ayuda.

Dentro del derecho romano, el Corpus iuris civile era la columna vertebral, ya que en ella estaba contenida, de
forma organizada y jerarquizada, la ley establecida en las XII Tablas, así como por sus jurisconsultos, es decir, los
pretores, quienes al resolver una situación establecían dicho proceso como ley (de ahí el término derecho
pretoriano).

Se reconoce, además, a Roma como la primera sociedad que permitió que ciertas mujeres de clase alta pudieran
ejercer la abogacía. La historia nos dice que fueron tres: Amasia, Hortensia y Afrania; sin embargo, las acciones
de esta última propiciaron la creación de una ley que prohibió a las mujeres ejercer la abogacía, prohibición que
duró por veinte siglos, hasta fines del siglo.

El reconocimiento a Roma como cuna del Derecho se debe a que sistematizaron lo que aprendieron de otras
culturas y que hasta nuestros días, sigue influyendo y determinado el proceder del abogado en cada una de las
ramas del Derecho; por ejemplo, el derecho civil, privado, mercantil, financiero, derecho internacional público
por mencionar algunas.
Ius civile
Es el derecho propio de los ciudadanos romanos (cives). Originariamente estaba formado por la interpretación
de los colegios pontificios en torno a las costumbres tradicionales (mores maiorum) y a las normas establecidas
en la Ley de las XII Tablas. Con el tiempo, su ámbito se extendió a otras fuentes, por ello, el jurista Papiniano Comentado [D1]: Medidas administrativas o legislativas,
definió al ius civile como aquel derecho que emanaba de las leyes, los plebiscitos, los senadoconsultos, las inicialmente válidas únicamente para los plebeyos y
constituciones imperiales y la jurisprudencia (Digesto 1.1.7.). posteriormente, también los patricios (clase distinguida de
Roma).

Por ejemplo... Comentado [D2]: Medidas administrativas o legislativas,


Los criterios jurídicos que establecen los jueces en las tesis aisladas y en las jurisprudencias. inicialmente válidas únicamente para los plebeyos y
posteriormente, también los patricios (clase distinguida de
Roma).
Comentado [D3]: Se necesitaba de su ratificación para que
Ius honorarium una lex rogata (una ley puesta a consulta al pueblo) fuera
válida.
Según Papiniano, el derecho honorario es el que por utilidad pública introdujeron los pretores con el propósito Comentado [D4]: Se puede entender como a ciencia del
de corroborar, suplir o corregir el derecho civil (Digesto 1.1.7.1.). Emanaba, por tanto, de aquellos magistrados derecho en general, conjunto de tesis judiciales, opiniones
que gozaban del ius edicendi. emitidas por famosos jurisconsultos. Recordar el Digesto o
las Pandectas de Justiano

Con la aparición de este derecho, que se instauró paralelamente al ius civile, surgió un dualismo entre el derecho Comentado [D5]: Cuerpo de leyes de los romanos en el
civil y el derecho honorario que se reflejó en la evolución paralela de las instituciones jurídicas. cual Justiniano ordenó y uniformo las leyes y criterios
aplicables en el imperio romano de Occidente.

Por ejemplo...
Los criterios jurídicos que establecen los jueces en las tesis aisladas y en las jurisprudencias.
Ius Gentium
Es el derecho que la razón natural establece entre todos los pueblos organizados políticamente.

Comprendía las normas e instituciones jurídicas surgidas como consecuencia del tráfico comercial entre los
pueblos de la antigüedad. Sus reglas eran simples y flexibles, desligadas de las antiguas formas solemnes y
basadas en la buena fe y en la equidad. El pretor peregrino era quien decidía su aplicación con el fin de resolver
conflictos entre los extranjeros o entre éstos y los ciudadanos romanos.

Por ejemplo...
El derecho que se aplicaba en los actos jurídicos celebrados en las provincias romanas entre aquellos que no
eran romanos.

Ius publicum y ius privatum


Para el pueblo romano era importante hacer la distinción entre lo que era de todos (populus) o lo que pertenecía
a la esfera privada de las personas. De acuerdo con esta óptica, existió la división del derecho en público y
privado.
Ius scriptum y Ius non scriptum
La distinción entre ius scriptum y non scriptum no se ciñe a la circunstancia que las normas jurídicas estén o no
por escrito, sino de acuerdo a su forma de creación.

Aquellas normas que emanaban de los órganos del poder público, como fueron los reyes, los magistrados y el
Senado se consideraban como ius scriptum:

Derecho objetivo y subjetivo (Ius)


Tal y como sucede en el lenguaje jurídico moderno, la palabra ius tiene varias acepciones: una que entiende al
derecho como regla o norma jurídica (derecho objetivo) y la otra como facultad o poder (derecho subjetivo).

Conjunto de normas jurídicas que regulan la convivencia dentro de la


Derecho sociedad humana y rigen de modo coactivo, es decir, que pueden
Objetivo imponerse por medio de la fuerza, si es necesario. Es lo que establece
la Ley.

Facultad que tiene una persona derivada de la norma de derecho


Derecho objetivo de exigir a otra determinada conducta. Todo derecho subjetivo
Subjetivo debe, por tanto, su existencia al derecho objetivo. Por ejemplo, el pago
de una deuda.

Concepto de Derecho Romano

Si bien los romanos no fueron afectos a la elaboración de conceptos abstractos y se preocuparon menos que
nosotros por encerrar las ideas en definiciones, lo cierto es que existieron algunos vocablos a los que se les hubo
de dar significación, entre ellos: ius, fas, iustitia, iurisprudentia, etcétera.

Ius. Ulpiano, jurisconsulto romano del siglo II d. C., refiere que “el que haya estudiar el derecho conozca primero
de donde proviene la palabra ius, llamase así de justicia” (Digesto 1.1.1). Bajo ese tenor, no es de extrañar que
la primera palabra que analizamos es, precisamente, ius.
Iurisprudentia, fas, Iustitia y aequitas

En su sentido objetivo, Celso, un jurista romano de la época del emperador Adriano, definió al
Derecho como “el arte de lo bueno y equitativo” (ius est ars boni et aequi) (Digesto 1.1.1.). Al
analizar esta definición, algunos autores han concluido que el jurisconsulto confundió el
derecho con la moral, sobre todo cuando indica que el derecho es arte, pero para otros, se
refiere a la actividad de los técnicos como elaboración de los expertos en justicia.

Por tanto, en el lenguaje jurídico romano, el término ius tuvo diversos significados a lo largo
de su historia:

Comentado [D6]: Conjunto de normas, principios, valores


que integran un todo ordenado. Derecho Objetivo.

Comentado [D7]: Entendida como la condición jurídica de


una persona, indicaba si un ciudadano romano, estaba bajo
el poder de otro (alieni iuris) o si era legalmente
independiente (sui iuris).
Comentado [D8]: Para exigirle a otra persona el
cumplimiento de un derecho reconocido previamente
(Derecho Subjetivo). Para los romanos, sin embargo, no
determinaban si una persona tenia un Derecho Subjetivo;
interesaba, en cambio, si el ordenamiento jurídico la dotaba
o no, de una acción (actio) para exigir un derecho en juicio.
Quizá por ello Jhering afirmaba que el derecho romano era
un derecho de acciones.

¡Importante!
Los romanos también utilizaron la palabra ius para referirse a distintos campos del derecho (ius privatum, ius
publicum, ius civile, ius honorarium) o más restringido (ius singulare).
Distinción entre derecho (ius), religión (fas) y moral (boni mores)

En los orígenes de Roma, el derecho guardaba vínculos estrechos con la religión y la moral; sin embargo, los
romanos supieron separar los preceptos religiosos y morales de las normas jurídicas, de ahí que tuvieran
expresiones propias para designar y comprender unas y otras. Así, la palabra ius se refería a normas jurídicas,
fas era considerado como lo que está conforme a la voluntad de los dioses y los boni mores, en cambio, se
entendieron como las normas de carácter moral.

Los preacepta Iuris y su influencia en el Derecho


mexicano
Según Ulpiano (Inst. 1.1.3), los tres famosos preceptos que sintetizan los fines del derecho
objetivo y logran la convivencia social dentro de ciertas reglas son los siguientes:

a. Honeste vivere (Vivir honestamente)


b. Alterum non ladere (No dañar al otro)
c. Suum cuique tribuere (Dar a cada uno lo suyo)

Estos tres principios de orden moral se afirman más de lo que corresponde estrictamente a la
esfera del derecho. Lo anterior denota que en tiempos de Ulpiano (s. II d.C.) no existió una
verdadera separación entre el derecho y la moral social. No obstante, es patente la
preocupación por encontrar el contenido de la justicia y esto se logra en buena medida en el
tercero de los preceptos que estima la necesidad de atribuir a cada quien lo suyo, es decir, lo
que le corresponde; aludiendo, por lo tanto, a la noción de justicia como algo consustancial
dentro del orden jurídico.

(1) Gneo Domicio Ulpiano

El derecho mexicano, como heredero de la tradición jurídica romana, incluye estos principios
en el desarrollo de las instituciones jurídicas. Por ejemplo, en materia de propiedad, el
ordenamiento mexicano, reconoce que su titular no puede ser perturbado en su derecho.

¡Importante!
Al respecto de los abordado previamente, realice el estudio del siguiente documento, ya que
se retomará en su “Experiencia de aprendizaje”:

Di Pietro, Alfredo, Derecho privado romano, Buenos Aires, Depalma, 1996, pp. 37-43.

La vigencia del derecho en el espacio y en el tiempo

¿Sabía que...?
Los romanos fueron los primeros en distinguir claramente entre la norma jurídica y su
aplicación al caso particular; y entre la norma jurídica y la sentencia.
Si bien el derecho romano no fue el más antiguo que se conoce, puede afirmarse que se
presenta como un sistema jurídico en el que sus concepciones e instituciones no tuvieron
semejanza con ninguno de los otros derechos de la antigüedad conocidos hasta el momento.
En realidad, se presenta frente a ellos como aislado y autónomo, teniendo una estructura y
particularidades propias e inconfundibles.

Desde los primeros tiempos, los romanos supieron distinguir el derecho de las concepciones
mágico-religiosas. El esfuerzo de los juristas romanos se encaminó a separar las normas
jurídicas de las extrajurídicas. Se presentó como un sistema jurídico completo, esto es, se
constituyó en abstracto un sistema unitario, pleno y completo, regulador de toda manifestación
de la vida social, coordinándose cada una de las normas en un todo coherente.

La creación de las normas jurídicas romanas tuvo una orientación lógica visible, ya que, en caso
de no existir una norma expresa que regulara una conducta humana, los juristas a través de la
técnica interpretativa, podían encontrar los principios informadores para resolver el caso
concreto, dando con ello satisfacción a la exigencia de la certeza del derecho.

La importancia del estudio del Derecho romano para la compresión del Derecho mexicano

El estudio del Derecho romano en nuestra facultad resulta esencial para la formación de los
futuros juristas, no solamente por pertenecer al sistema jurídico romano germánico; sino que,
además, el Derecho romano impulsa a los alumnos a lograr al desarrollo de un criterio jurídico
fundamentado en la jurisprudencia romana. Le permite construir un sólido armazón jurídico,
obteniendo una visión global del derecho. En palabras de Wenger, “el Derecho romano, en
cuanto a derecho histórico, sirve para entender el presente y constituye la lengua franca de la
jurisprudencia universal”.

¿Qué otros caminos puedo explorar?


Para consolidar su aprendizaje respecto de los contenidos de esta unidad, le sugerimos que
procure vincular lo aprendido con las temáticas de otras asignaturas; en especial, con
Introducción a la Teoría del Derecho, ya que en la unidad 4, tema 2, se abordan el derecho
objetivo y subjetivo; asimismo, la asignatura Acto Jurídico y Derecho de las Personas, aborda
en la unidad 1, tema 2, el Derecho Romano.

Bibliografía

• Berger, Alfred, Encyclopedic Dictionary of Roman Law, Philadelphia, The American Philosophical
Society, 1968.
• Bernal, Beatriz y Ledesma, José de Jesús, Historia del derecho romano y de los derechos
neorromanistas, México, Porrúa, 2011.
• Gutiérrez Alviz, Faustino, et al., Diccionario de Derecho romano, 3.a ed., Madrid, Reus, 1982.
• Morineau, Martha e Iglesias, Román, Diccionario de derecho romano, 2.a ed., México, Oxford
University Press, 2006.

Documentos publicados en Internet

• Justiniano, Cuerpo del derecho civil romano, t. i instituta-Digesto, Primera, segunda y tercera
partes, Trad. y compilador García del Corral, Ildefonso, disponible
en http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=600, consulta: 26/01/2018.
• s, a., El abogado en la historia,, s. f., disponible en http://www.galeon.com/josicu/OTROS/4f.pdf,
consulta: 15/02/2019.

Imágenes

(1) Basiano Julio Alejandro, [Ulpiano], [fotografía], 2012, tomada de http://bit.ly/1DojcOL,


consulta: 14/02/2018.

Julia Avita Mamea, madre de Alejandro Severo.


Salustia Barbia Orbiana, esposa de Alejandro Severo.

Aqua Alejandrina.

Áureo de Alejandro Severo.


Marcus Iulius Alexianus Bassianus -Alejandro Severo-
Historia del Derecho Romano

Introducción

Existen diferentes criterios para establecer los periodos de estudio del derecho
romano, como económicos, sociales, religiosos, etc. Para su estudio se utilizará el
tradicional criterio jurídico-político que lo divide en Monarquía, República e Imperio,
en el que se ha tenido en cuenta la organización política en Roma.

Como anteriormente comentamos, en cada una de estas etapas las instituciones


jurídicas determinaban la organización política, de esta forma en la Monarquía
encontramos al rey, el senado, los comicios por curias y centurias, el paterfamilias, los
clientes y tribunos; en la República encontramos al pontifex maximus, dos cónsules, los
comicios por tribus, el tribunado militar, la pretura para ciudadanos romanos y para
extranjeros, los ediles y, si así se requería, un dictador; finalmente, en el imperio
encontramos a Augusto como emperador, y el cual funge como tribuno,
cónsul, pontifex maximus, presidente del senado, director de la moneda, de la política
internacional y jefe supremo militar.

Asimismo recordemos que la jurisprudencia en Roma se puede entender como la


ciencia del derecho en general y se construyó a partir del conjunto de tesis judiciales u
opiniones emitidas por famosos jurisconsultos, un claro ejemplo es el Digesto o
las Pandectas de Justiniano.

Lo que revisaremos en esta unidad le permitirá reconocer que el estudio que hará del
derecho romano público no concierne sólo a aspectos históricos, sino que es el punto
de partida que le ayudará a reconocer la evolución de las instituciones del derecho
privado.

Objetivo

El alumnado ubicará los aspectos relevantes de la historia política de Roma, con


referencia a aquellos factores que impactaron en la formación de su Derecho.
Comprenderá las distintas formas de creación del derecho en su evolución histórica y
analizará la recepción de ese Derecho en el mundo contemporáneo.
Temario

Unidad 2. Historia del Derecho Romano

• 2.1. Monarquía
o 2.1.1. Organización política y estructura económico-social
o 2.1.2. Fuentes formales y características del Derecho arcaico
• 2.2. República
o 2.2.1. Organización política y estructura económico-social
o 2.2.2. Fuentes formales y características del Derecho preclásico
• 2.3. Imperio
o 2.3.1. Principado y diarquía

2.3.1.1. Organización política y estructura económico-social


2.3.1.2. Fuentes formales y características del Derecho clásico

o 2.3.2. Imperio absoluto, autocracia o dominado

2.3.2.1. Organización política y estructura económico-social


2.3.2.2. Fuentes formales y características del Derecho vulgar

• 2.4. Época Justiniana


o 2.4.1. Justiniano y su intento por recuperar Occidente
o 2.4.2. La obra compiladora de Justiniano

2.4.2.1. Codex
2.4.2.2. Digesto o Pandectas
2.4.2.3. Instituciones
2.4.2.4. Novelas

• 2.5. La recepción de Derecho romano

2.5.1. En Oriente
2.5.2. En Occidente
2.5.3. En el mundo contemporáneo
Creando conciencia

Acompañamiento pedagógico

Estrategias para el estudio del Derecho

Al igual que muchas otras disciplinas, el estudio del derecho requiere de largas
jornadas de estudio, memorizaciones de códigos y el análisis de lecturas muy
concentradas.

Ante esto, muchos estudiantes se ven abrumados, ya que no saben cómo estudiar las
distintas asignaturas o desconocen qué métodos de estudio del derecho les permitirán
estudiar de forma más efectiva.

Por ello, compartimos con usted la siguiente infografía sobre algunas estrategias útiles
para el estudio del derecho:
Estudiar en grupo
La colaboración entre compañeros de estudios nos permite compartir
dudas, esclarecer los temas y, claro está, beneficiarnos mutuamente de
los debates que se generan sobre una cuestión en particular.
Para ello le recomendamos:
• Elegir a las personas adecuadas: aquéllas con las que tenga la
misma afinidad o nivel de compromiso y seriedad.
• Encontrar el lugar ideal: accesible para todos.
• Evitar las conversaciones casuales.
• Retroalimentarse: compartir información ayuda a
comprender la información.
Las anotaciones sirven a manera de resumen o de breve explicación de
los temas analizados, pero es necesario completar las mismas
colocando las ideas principales, profundizar en los conceptos y
aumentar la propia cultura jurídica; todo esto se logrará creando un
hábito de lectura.
Para estudiar cada tema es necesario aplicar las siguientes
recomendaciones:

• Leer atentamente: realizar una lectura compresiva, dividir en


partes las ideas e ir analizándolas.
• Consultar un diccionario: buscar las palabras que no
comprenda, así como también utilizar un glosario jurídico.
• Subrayar las ideas principales: al principio todo le parecerá
importante, sin embargo, poco a poco y con la ayuda del asesor,
localizará lo que es imprescindible estudiar.
• Realizar un resumen: anotar las ideas principales, siempre fiel
al texto consultado, utilizando las frases tal cual aparezcan.

Esta es una estrategia muy útil ya que permite contrastar la teoría con
la práctica, además que facilita la comprensión sobre los diferentes
tipos de fuentes jurídicas.

Utilice un calendario en el que indique, de manera ordenada y


secuencial, todas las tareas pendientes, estableciendo el tiempo que va
a emplear en cada una de ellas.

Es importante en este nivel académico triplicar el número de vocablos


que utilizamos, lo que permitirá expresarse correctamente de forma
verbal y escrita. Para lograrlo se recomienda leer variados libros sobre
la disciplina, revisando siempre aquellas palabras cuyo significado se
ignore.
Existen distintos criterios para periodizar la evolución histórica de un ordenamiento
jurídico. Se pueden considerar distintos elementos; entre ellos, políticos, sociales,
económicos, religiosos, etc. Para el caso que nos ocupa, esto es, el desarrollo del
derecho romano durante la Edad Antigua se suele utilizar el enfoque político-jurídico.
Bajo esta perspectiva, analizaremos la historia del derecho romano a partir de la
sucesión de sus cuatro formas distintas de organización política: Monarquía,
República, Principado y Dominado.

Monarquía

La Monarquía (del 753 a.C. al 509 a.C)

RESUMEN:
Durante los dos primeros siglos de existencia de Roma, la ciudad fue gobernada por
reyes. El rey, elegido por el senado, concentraba todos los poderes y era un cargo
vitalicio. Suyo era el máximo poder militar y religioso.
En este período:

• El monarca Numa Pompilio instaura según la leyenda el calendario de 12


meses,
• El pueblo se transforma en ciudad,
• El territorio romano se divide en distritos,
• Se construye el puerto de Ostia aumentando los intereses comerciales hacia el
mar Tirreno (en el 509 A.C. se firma un tratado entre Roma y Cartago).

Será precisamente el año 509 A.C. el fin de la Monarquía.


En ese año el rey Tarquino el Soberbio, que gobernaba de forma autoritaria y
despótica, es expulsado después de una revuelta.

Organización política y estructura económico-social


Las instituciones políticas existentes en el periodo de la Monarquía romana fueron: el
rey, el Senado, los comicios por curias y los comicios por centurias, cuyas
características se analizan a continuación.

Pulse en cada una de las pestañas para ver la información correspondiente.

El Rey
Era el jefe estable, vitalicio y titular de un poder unitario dentro de una comunidad de ciudadanos.
Dentro de la Monarquía latina, los poderes atribuidos al rey se denominaron potestas; a partir de los
etruscos, en cambio, dicho poder se transformó en imperium, un poder más fuerte con claras
connotaciones militares.
Como supremo sacerdote vigilaba los cultos antiguos e invocaba la protección de los dioses sobre el
pueblo. Tenía la defensa y comando de las fuerzas militares. Era el jefe supremo de la civitas por lo que
reunía en sus manos todos los poderes civiles. Tenía a su cargo la interpretación de la voluntad divina
para dar validez a cualquier acto jurídico (auspicia), para lo cual era auxiliado por el colegio sacerdotal;
señalaba las normas jurídicas a aplicarse mediante la interpretación de antiguas normas y principios
consuetudinarios (mores maiorum). Por otro lado, era el máximo juez, si bien no tenía mucha injerencia
dentro de la jurisdicción civil, pues cada gens resolvía sus propios problemas, probablemente gozó de
amplias facultades en el campo de la jurisdicción criminal. Se encargaba de repartir el ager publicus, es
decir, distribuía entre los ciudadanos el territorio del Estado romano.

El Senado
La tradición latina atribuyó la fundación del senado a Rómulo, con un número de 100 miembros, mismo
que aumentó hasta llegar a 300 en la época de Tarquino Prisco. Los senadores eran los jefes de
las gens (patres), los miembros más ancianos y poderosos que formaban el consilium regis y a los que
retornaba el poder en cada interregnum. El nombramiento de los senadores era competencia del rey,
aunque no en forma arbitraria, sino que parecía estar basado en ciertas tradiciones consuetudinarias.
Sus únicas funciones fueron la provisión de un interrex a la muerte del rey, con el posterior
nombramiento del rey. Realizaban funciones consultivas, aunque sus opiniones no obligaban al rey. En
la práctica, parece que tenía que ser oído para cuestiones de política exterior. A partir de la invasión
etrusca, el Senado perdió su peso político.

Los comicios por curias


La primera organización social de los ciudadanos romanos fue por curias, que en latín arcaico curia
significó lugar de reunión.
Los comicios por curias fueron creados por Rómulo en número de treinta, siendo diez curias por cada
una de las tres tribus fundadoras (ramnes, lúceres y tíceres). Su origen parece deberse a una división de
la población romana, probablemente con fines religiosos y militares, aunque en realidad cada curia tenía
sus propios jefes militares (decurión) y sus propios cultos. Eran convocados por el rey dos veces al año,
el 24 de marzo y 24 de mayo, y en cualquier momento en que lo considerase oportuno. En la República
su presencia fue meramente simbólica, actuaban como comitia calata, representadas por treinta lictores,
convocados por el pontífice máximo. Ante los comicios se realizaban actos de derecho de familia y
materia sucesoria. A través de la Lex Curiata de Imperio intervenían en la investidura del rey.

Los comicios por centurias


Organización del pueblo romano surgida a partir de una reforma política de Servio Tulio, basada en un
censo económico que dio origen a la formación de 193 centurias divididas en cinco clases y la
determinación de cada clase de las centurias de jóvenes y ancianos, con las centurias de caballeros y las
demás siguiendo el criterio de la estructura militar de origen etrusco. Durante la Monarquía, esta
organización popular no tuvo una gran trascendencia dentro del orden político y jurídico; ya en la
República sus atribuciones aumentaron.

Fuentes formales y características del Derecho preclásico

Durante la Monarquía se desarrolló un ordenamiento jurídico al que se denominó


derecho arcaico, por ser el origen del Derecho romano, cuyo periodo abarcó desde la
fundación de Roma hasta la expedición de la Ley de las XII Tablas (451 a. C.). Se
caracterizó por ser un derecho privativo de la familia y de la gens; influido por la
religión (fas), estricto y riguroso (basado en el principio de dura lex sed lex), formalista
y exclusivo de los ciudadanos romanos.
Entre las fuentes formales del derecho durante este periodo se encontraban:

Costumbre
Se entendía como toda conducta positiva o negativa,
efectuada repetidamente de generación en generación, que
creaba una conciencia determinada de comportamiento,
convirtiéndose con ello en una norma de carácter obligatorio.
La costumbre por lo tanto tenía dos elementos: la inveterata
consuetudo, es decir, la repetición de la conducta y la opinio
iuris seu necessitatis, que significaba el convencimiento de la
colectividad de que se debía llevar a cabo dicha conducta. En
los primeros tiempos de Roma a esta fuente del derecho se le
denominó mores maiorum.

¿Sabía qué...?
Los romanos consideraron a la costumbre como una fuente
formal de gran importancia; en ciertos pasajes del Corpus
Iuris la costumbre podía abrogar a la ley (Digesto 1.3.32);
también se determinó que la costumbre se erigiese en
intérprete de las leyes (Digesto 1.3.37).

Leyes regias
Algunos autores afirman que las más antiguas leyes de Roma
fueron las leyes regias, las cuales eran aplicadas
principalmente al culto y a las relaciones de la vida civil.
Según Pomponio, las leyes regias fueron decisiones reales en
tiempos del Anco Marcio. Por obra de los pontífices se
exponían en el foro en tablas de madera, siendo votadas en
los comicios por curias.

República

RESUMEN:
La República (del 509 A.C. al 31 A.C.)
Después de la expulsión del último rey, los romanos iniciaron una nueva forma de
gobierno: la República.

A partir de ahora serán dos cónsules, elegidos por un año, quienes dirigirán la ciudad
en acuerdo con el senado. Tanto los cónsules como los miembros del senado
son patricios (miembros de familias nobles).
Los distintos integrantes del aparato de gobierno (los dos cónsules, los pretores, los
censores, los cuestores,...) son elegidos por los ciudadanos de Roma. A los cónsules los
eligen los electores y a los miembros del senado los censores, que previamente han
sido elegidos por los electores.

Durante este período Roma se convierte en una potencia lo que le permite enfrentarse
a Cartago, contra quienes mantuvieron tres guerras. La rivalidad romano-
cartaginesa llevará a la destrucción de Cartago en el año 146 a.C. durante la tercera
guerra púnica.

En el período republicano el ejército se convierte en profesional y permanente.

Si bien la organización política de Roma buscaba garantizar la convivencia entre las


diferentes fuerzas sociales los enfrentamientos entre plebeyos y patricios son
constantes, al reclamar los primeros más derechos. Finalmente, los plebeyos sí podrán
elegir a sus representantes, los tribunos, que podrán oponerse a determinadas
decisiones.

El final del período republicano está marcado por guerras civiles y por el
enfrentamiento interno entre patricios y plebeyos.

Tras el asesinato de Julio César el 15 de marzo del año 44 a.C (los idus de marzo), y una
vez sus reponsables son vencidos, se forma un nuevo triunvirato
con Octavio, Lépido y Marco Antonio.

Será en el año 27 a.C. cuando Octavio, después de vencer a sus rivales Lépido en el 36
a.C. y a Marco Antonio en el 31 a.C, devuelva la paz y se convierta en el primer
emperador. Aunque el senado sigue existiendo, Octavio Augusto logra para sí mismo
todo el poder. La república muere y nace el Imperio.

Organización política y estructura económico-social

Recuerde que está analizando la evolución del derecho romano tomando como
criterio la organización política de la Roma antigua, por lo que ahora será estudiado el
periodo que precedió a la Monarquía: la República.
Según la tradición, en el año 510 o 509 a. C. tuvo lugar la caída del último de los reyes
etruscos, Tarquino el Soberbio. El carácter despótico del monarca acabó por ser
aborrecido entre los romanos hasta el mismo nombre de rex. Tras un periodo de
revueltas se instauró un nuevo régimen político, la República, con todas sus
instituciones y que estaría llamado a permanecer durante casi cinco siglos.

La caída de la Monarquía etrusca fue acompañada de una insurrección de las


poblaciones latinas, lo que llevó a una vitoria oligárquica de los patricios, en donde
quedó colocado a la cabeza del Estado, el antiguo Senado, que ya no se encontraba
frenado por el poder real. Pero esta victoria no significó una regresión del sistema
gentilicio, se buscó una nueva forma de limitar el ejercicio del poder.

Si bien el Senado en forma colectiva no pudo ejercer el poder, fue necesario recurrir a
un poder ejecutivo que sustituyera al rey para representar a Roma y ejercitar el
mando, el imperium El rey fue sustituido por dos magistrados, los cónsules, cuyo
nombramiento debía ser anual. Entre ambos magistrados se repartió la autoridad
suprema del Estado, cada uno gozó del imperium; sin embargo, hubo en un principio
una especie de división de atribuciones, encargándose uno del mando militar y el otro
de la administración de justicia, pero sin que esto significara la renuncia y en todo
tiempo podían recobrar todas sus atribuciones.

Empero, para hacer frente al enemigo al interior debido al enfrentamiento entre


patricios y plebeyos y en el exterior a los samnitas y etruscos, fue necesario en algunos
episodios sangrientos nombrar a un sólo magistrado que en momentos excepcionales
ejerciera el poder; para ello fue necesario recurrir a una institución de origen etrusco,
el magister populli, al que más tarde se llamó dictador, quien en tiempos de emergencia
ocuparía la más alta magistratura, por lo que su nombramiento dejaba sin efecto los
poderes de los cónsules o de cualquier otro magistrado.
Los comicios por centurias ocuparon un papel decisivo en el orden político romano al
haber apoyado a los patricios para expulsar a los etruscos de la Península. Por su parte,
los comicios por curias, vaciados de poder, continuaron una existencia precaria, con
competencias en la esfera del derecho gentilicio y familiar.

Es así como durante los primeros


siglos de la República, los órganos
políticos más importantes: senado,
comicios y magistraturas estuvieron
integrados únicamente por patricios,
quedando, por tanto, excluidos de esta
organización los plebeyos. Esta
situación provocó que los plebeyos
decidieran coaligar sus fuerzas para
obtener un lugar en este juego político,
con la creación del tribuno de la plebe
y de los consilia plebis.
(1) Brutus Barberini, patricio de la
época republicana

Por otra parte, la economía romana de los primeros siglos de la República era de corte
agrario; de ahí la necesidad de poseer tierras fértiles que sólo se obtenían a partir de
la conquista. Tras la derrota de los enemigos, sus tierras formaban parte del ager
publicus, al cual sólo tenían acceso los patricios. Esta diferencia económica sitúo a los
plebeyos en una posición clientelar frente a los patricios.

Con el fin de equipar sus derechos políticos y económicos, los plebeyos decidieron
abandonar la ciudad de Roma con la consiguiente negativa de prestar el servicio
militar. La tradición coloca el 494 a. C. como el año de la primera retirada de la plebe al
Monte Sacro, en donde se nombró por primera vez a un magistrado, al tribuno de la
plebe, elegido en asamblea plebeya denominada consilia plebis. En principio ambas
instituciones fueron desconocidas por los patricios. Nuevamente en el 471 a. C. la
plebe realizó una segunda secesión, pero ahora al Monte Aventino, elevando primero
a cuatro y luego a diez el número de los tribunos, quienes rápidamente lograron una
fuerza política importante.

Este nuevo magistrado nunca obtuvo el imperium; sin embargo, sus poderes residían
en la defensa de los intereses de los plebeyos en contra de leyes, órdenes del senado,
elecciones o convocatorias a comicios manejados por los patricios. Para lograr esta
defensa, el tribuno ejercía la intercessio con la que podía detener estas órdenes. Junto
a esta función negativa del tribuno, se encontraba otra positiva, la de convocar a
los consilia plebis para que votaran normas jurídicas denominadas plebiscitos, que si
bien, sólo tuvieron en los primeros tiempos vigencia para los plebeyos, a partir de la
expedición de la Lex Hortensia del año 286 a. C. fueron obligatorias para todos los
ciudadanos romanos.

Una segunda fase en busca de la igualdad de los plebeyos se dio en el año 367 a. C.
cuando las leges liciniae sextiae señalaron la obligación que uno de los dos cónsules
debía ser de origen plebeyo. A partir de entonces, los plebeyos pudieron acceder a las
demás magistraturas, pero la igualdad republicana entre patricios y plebeyos fue un
cambio meramente formal. Desde tiempo atrás surgiría una nueva clase social,
la nobilitas, integrada por familias ricas o notables con el goce exclusivo de los
derechos civiles y políticos.

A la expansión de Roma por el Mediterráneo le siguió un periodo de crisis de la


República, que tuvo su comienzo en el año 133 a. C. con el tribunado de Tiberio
Sempronio Graco y su final, cien años más tarde, cuando el régimen tradicional
comenzó a desdibujarse, después de un largo periodo de guerras civiles, bajo los golpes
de la dictadura militar sobre la que se asentó el poder de Augusto, dando paso al nuevo
régimen político del Principado.

Conceptos clave
El término que los romanos utilizaron para caracterizar la organización política de
la civitas fue el de res publica, esto es, la esfera de los intereses públicos en
contraposición con la res privata, o sea, lo relativo a los intereses privados. Con el
tiempo, los romanos llegaron a identificar el concepto de res publica con el concreto
orden político de los siglos II y I a. C.

Entonces, ¿cuáles fueron los elementos integrantes de este ordenamiento político


republicano?

Ordenamiento político republicano

Los elementos integrantes del ordenamiento político republicano fueron tres: las
magistraturas, el senado y las asambleas populares.
Las magistraturas

Definamos
Las magistraturas

El término magistratus fue concebido como el cargo político en virtud del cual su titular
tenía la facultad de ejercer en nombre de la res publica romana una serie de
atribuciones a favor de los ciudadanos romanos.

Las diversas tareas que requería la res publica fueron confiadas a diversos individuos a
fin de llevar a cabo especiales y concretas tareas. Había dos términos que definían su
poder: imperium y potestas. El primero fue concebido bajo dos aspectos distintos, según
se ejerciera dentro del recinto de la ciudad (imperium domi) o fuera de él (imperium
milite); este último no sólo era referente a la guerra, sino que respondía a funciones
administrativas o jurisdiccionales que se ejercían también en los territorios
sojuzgados al poder de Roma. En cambio, la potestas designaba el poder de todas las
magistraturas y se ceñía a la facultad que tenía el magistrado de expresar su voluntad
en forma de edictos, de acuerdo a su jurisdicción y a un determinado poder de
coerción.

Auspicia
Funciones religiosas, como dedicationes a templos y a dioses, presidían los juegos, realizaban algunos
ritos solemnes, etc.

Iurisdictio
Facultad para pronunciar o decir lo que en derecho corresponde a una persona a través de su
intervención en la fase in iure del ordo iudiciorum privatorum (derecho procesal).

Ius edicenci
Facultad de decir el derecho a través de edictos.

Ius agendi cum patribus


Facultad de convocar al Senado y presentarle propuestas.

Ius agendi cum populo


Facultad de convocar y presidir los comicios y presentarles propuestas.
Características de las magistraturas

Entre las características más relevantes de las magistraturas republicanas estaban:

La electividad fue una característica importante de las magistraturas romanas en los


primeros tiempos de la República. El magistrado proponía a los comicios una lista de
posibles candidatos y éstos votaban de acuerdo a la investidura del magistrado. En
realidad, la designación del magistrado dependía de la oligarquía senatorial, ya que la
formación de la lista de candidatos era una operación que se realizaba entre el
magistrado y el senado.

En términos generales, las magistraturas eran anuales, con excepción del dictador,
cuyo mandato no podía exceder de seis meses y el del censor que disponía de dieciocho
meses para cumplir con su función.
Normalmente las magistraturas fueron colegiadas. Tal
principio afectaba a cada uno de los colegas que
ocupaba la misma magistratura, ya que cada uno
realizaba íntegramente el ejercicio de las funciones
inherentes al cargo, sin distinción de competencias.
Igual título, iguales atribuciones (par potestas). En la
práctica esta plenitud de poder no fue posible, por ello
(2) Licinio Craso, Julio César y
se introdujeron formas de despachar los asuntos como
Pompeyo Magno formaban una
fue el caso de la cooperación, por turno acompañada
magistrura colegiada (Triunvirato)
de sorteo y por derecho de intercesión en contra del
mandato de un colega.

Los magistrados eran responsables de sus actos; debían rendir cuentas de su actividad
al finalizar el desempeño del cargo, pudiendo ser llamados a comparecer en un proceso
criminal público; asimismo, el cargo era gratuito, máxime porque se trataba de un
honor para un ciudadano romano ocupar un cargo público.

En los primeros tiempos no existió un orden que se debía seguir para ocupar alguna
magistratura; fue a partir del año 197 a. C. cuando se decretó la obligatoriedad de
ejercer la pretura antes del consulado. En el 180 a. C. la Lex Villia Annalis fijó la edad
mínima para ser magistrado: 43 para cónsul, 40 para pretor, 37 para los ediles,
señalando además que el tiempo entre un cargo y otro fuera de dos. Finalmente, la Lex
Cornelia de Magistratibus del año 81 a. C. fijó el cursus honorum, en la que la cuestura era
obligatoria antes de ejercer la pretura y ésta antes que el consulado. El único cargo que
no estuvo sujeto a este orden fue el de la censura.
Existían magistraturas que por su temporalidad o atribución fueron consideradas
como extraordinarias.

Censura
Magistratura que estaba fuera del cursus honorum y que normalmente ocupaban los cónsules. Al ser
colegiada, uno de ellos estaba encargado de organizar el censo, el cual debía realizarse en 18 meses y el
otro duraba cinco años; se encargaba del cuidado de las costumbres. En ausencia de ambos cónsules, un
senador a través del interregnum ocupaba por cinco días el cargo hasta que se nombrara a un nuevo
magistrado.
Dictadura
Magistratura extraordinaria cuyo nombramiento dependía del cónsul a petición del senado cuando
Roma estaba en una situación de emergencia. Permanecía seis meses en el poder y tenía plenos poderes.
Tribuno
Magistratura anual cuyo titular debía ser de origen plebeyo. En el año 493 a. C. fueron nombrados cinco,
ampliándose a diez en el 471 a. C.

Una vez que los magistrados terminaban el cursus honorum eran enviados a las
provincias sujetas al poder de Roma a ejercer alguna promagistratura (sea como
procónsul o como propretor). La Lex Pompeia del 52 a. C. impuso que pasaran cinco
años entre la magistratura y la promagistratura.

El senado

De los órganos políticos de la época republicana que mayor relevancia tuvieron en la


República fue sin duda el senado. Estaba integrado por las personas políticamente más
destacadas. Antes de la admisión de los plebeyos al senado, la distinción entre
patricios y plebeyos se reflejó en la frase de patres et conscripti. En el 339 a. C. la
Lex Publilia Philonis abolió la diferencia entre ambos grupos senatoriales.

Los miembros del Senado patricio eran poseedores y depositarios


de la magistratura; en ausencia de ellos, actuaban como interrex,
siendo al mismo tiempo el que ejercía la vigilancia y servía de
complemento de la Respublica. En cambio, el Senado de
la nobilitas representaba un cuerpo consultivo del magistrado.

No existía un modo de elegirlos. En los primeros tiempos, la


elección de los senadores quedó en manos de los magistrados
supremos que sucedieron al rex en el ejercicio
del imperium (cónsules, dictador, etc.). La Lex Ovinia del 318 a. C. (3) Curia Iulia, antigua sede del
prohibió a la magistratura suprema tanto el derecho de nombrar a Senado romano
los senadores, como de removerlos, atribución que le fue conferida
al censor. Desde ese momento, el censor fue el encargado de
controlar la lista de los senadores.
Entre los requisitos para ser senador estaban: ser ciudadano romano, varón y en los
primeros años estar libre de las armas, situación que sucedía hasta los cuarenta y seis
años, posteriormente se incrementó el requisito de haber ejercido una magistratura.

Dos funciones competían directamente al senado republicano: el interregnum y el


de auctoritas; esto es, el de ratificar las decisiones de los comicios a fin de darles
validez. La lex Publilia Philonis del 339 a. C. transformó esta auctoritas en un parecer
preventivo, no vinculante para las propuestas legislativas de las asambleas. Hacia el
siglo III a. C. el poder del senado vio crecer su autoridad y prestigio a través de su
función consultiva, a partir de entonces, ningún magistrado podía tomar decisiones
que afectaran a la Res publica sin haber consultado al senado. Otras funciones
realizadas por el Senado eran:

En el último siglo de la República, el Senado comenzó a emitir los senatus consultum


ultimum en el que investían a los cónsules de poderes extraordinarios a fin de lograr la
salvación de Roma.
Los comicios

El tercer elemento integrante dentro del ordenamiento político republicano lo fueron


las asambleas populares, cuya organización y facultades analizaremos a continuación.

Comicios por curias


Las antiguas asambleas curiales del periodo monárquico sobrevivieron en esta época con facultades tan
disminuidas que rápidamente adquirieron un valor formal y ritual. Bajo la presidencia del pontifex
maximus realizaban actos relativos a materia de sucesiones, adopciones y adrogaciones. También
concedían el imperium a los magistrados mayores que eran elegidos por los comicios por centurias. Las
treinta curias fueron sustituidas por treinta lictores y en épocas de Cicerón; estos comicios apenas eran
el recuerdo de un nombre.
Comicios por centurias
Asambleas que en la República adquirieron su forma definitiva. Divididas según la organización dada
por Servio Tulio y que a partir del 443 a. C. fue el censor encargado de configurar sus listas para fines
militares y fiscales. Entre sus atribuciones estaban las de elegir a los magistrados cum imperium, votar
ciertas leyes que les presentaran los magistrados (leges rogatae) y las declaraciones de guerra, juzgar
delitos de alta traición presentada por un ciudadano romano.
Comicios por tribus
A finales del siglo V a. C. fue necesario transformar a los comicios por centurias al aumentar el número
de legiones, por lo que se hizo una desconexión entre las asambleas centuriadas y la organización del
ejército, lográndose a través de la constitución de unos comicios configurados sobre la base de las tribus
territoriales (cuatro urbanas y treinta y un rústicas). Entre sus atribuciones estaban la elección de
magistrados menores, votar leyes en materia de derecho privado.
Consilia plebis
Surgieron como asambleas de la plebe contra los abusos de los patricios. Presididos por un tribuno de
la plebe designado por ellos mismos y por el edil plebeyo. Cuando los patricios y plebeyos se
equipararon, los consilia pleblis se fundieron con los comicios por tribus.

Conceptos clave
Los elementos integrantes del ordenamiento político republicano fueron tres: las
magistraturas, el Senado y las Asambleas Populares.
Fuentes formales y características del Derecho preclásico

Del derecho preclásico, cuyo periodo abarca:

Las características más importantes del derecho en este periodo fueron:

• Predominio del principio de seguridad jurídica frente a la búsqueda de la


equidad, lo que explica que gran parte de las transacciones se realizaran
mediante contratos solemnes.
• El sistema de administración de justicia continuó siendo rígido y solemne,
debiendo las partes recitar las palabras establecidas por la tradición y actuar
determinadas fórmulas y ritos.
• El derecho continuó con un carácter nacionalista por lo que muchos actos
jurídicos eran exclusivos de los ciudadanos romanos.
• La actividad del pretor peregrino en el desarrollo del derecho honorario dio
paso a la creación del dualismo en el derecho romano.

Leyes y plebiscitos

En el periodo republicano, las leges emanadas de los comicios se convirtieron en fuente


del derecho. La lex era una disposición presentada por un magistrado (rogatio) a fin de
que fuera aprobada por el populus. Estas leges rogatae se distinguían de las leges
datae porque éstas eran dictadas directamente por el magistrado sin la intervención
de ninguna asamblea popular.
Los plebiscitos en cambio eran las disposiciones que establecían los consilia
plebis previa consulta por parte del tribuno de la plebe. A partir de la expedición de
la Lex Hortensia del 286 a. C. los plebiscitos fueron equiparados a las leges. El
procedimiento de creación de las leges era el siguiente: el magistrado, que podía ser el
cónsul o el pretor proponían una iniciativa (rogatio), previa autorización por el senado
(auctoritas patrum), a los comicios por centurias o por tribus, los cuales votaban la
aceptación o rechazo de la iniciativa. La votación se hacía en el orden establecido en
las centurias o en las tribus. Se empleaban unas tablillas de madera en la que se podía
aceptar la iniciativa (uti rogas) o rechazarla (antiqua). En la ley se distinguían tres
partes: la praescriptio, que contenía indicaciones formales, el nombre del magistrado
proponente, el día y lugar de la votación, la primera centuria o tribu que votó. La
segunda parte era la rogatio propiamente, esto es, el contenido de la disposición,
dividida por lo general en capítulos. La última parte era la sanctio, es decir, las
consecuencias en caso de violación de la rogatio.

(4) Forma que pudieron haber tenido las XII Tablas

Ley de las XII Tablas. En los primeros años de la República y dentro del conflicto
surgido entre la clase patricia y plebeya fue aprobado en el año 451-450 a. C. un
conjunto de normas conocidas con el nombre de la Ley de las XII Tablas. Redactado
por una comisión integrada por diez magistrados (decemviri legibus scribundis), razón
por la que también se le conoce como la ley decenviral.

En el año 462 el tribuno de la plebe Cayo Terentilio Harsa propuso un plebiscito para
obtener un derecho escrito que debía valer para patricios y plebeyos, oponiéndose los
patricios a través del Senado. Ocho años más tarde, se envió una comisión de tres
miembros a Grecia a fin de que estudiara la técnica de las leyes escritas. A su regreso,
los comicios por centurias votaron una ley que suspendía todas las magistraturas
ordinarias y entregó el poder a los decenviros. Primero fueron redactadas diez tablas,
un año más tarde se redactaron dos tablas más. Tras una revuelta, los decenviros
fueron removidos del poder y se regresó al orden republicano de las magistraturas.

Se conoce muy poco del contenido de esta ley, sin embargo, por fuentes indirectas se
sabe que contenía reglas jurídicas relativas a procedimientos judiciales, al derecho
criminal y al derecho sucesorio.
El Edicto de los magistrados
Una de las fuentes del Derecho más importantes durante la República lo fue el edicto
de los magistrados. Estas normas tenían su fundamento en la facultad de todo
magistrado romano de dictar órdenes en los asuntos de su competencia a las que
debían atenerse los ciudadanos, adaptando su conducta a ellas.

Esta facultad se basaba en el imperium otorgado a los magistrados, de donde


desprende el iusedicendi, esto es, la facultad de decir el Derecho a través de su edicto.
Cuando un magistrado se disponía a ocupar su cargo publicaba su programa general
de los criterios que seguiría en su administración de justicia (edictum anual), a su lado
podían figurar normas dictadas con ocasión de un caso no previsto
(edictumrepentinum). Al ser el cargo anual, era evidente que ese programa general no
se modificaria de un año a otro, por lo que se trasmitía de pretor a pretor (edictumvetus
o traslaticium).

Además de los cónsules, tanto el pretor urbano como el peregrino y los ediles, y en las
provincias, los gobernadores y los cuestores fueron los magistrados que más
desarrollaron esta facultad de decir el Derecho.

La importancia del edicto de los magistrados


se encuentra, sobre todo, a partir de la
aparición del procedimiento formulario
reconocido por la lex Aebutia (entre 199 y
126 a. C.), el pretor podía con mayor libertad
poner en marcha la facultad de crear el
Derecho a través del ejercicio de
su iurisdictio. Si bien el Derecho honorario
no podía contradecir lo establecido por el
Derecho civil, si en cambio, podía por causa
de utilidad pública ayudar, suplir o corregir
(5) Copia del fragmento del edicto de precios
máximos de Diocleciano.
al derecho civil (Digesto 1.1.7.1).
Imperio

RESUMEN:
El Imperio (del 27 a.C al 476 d.C)
Este período empieza en el año 27 a.C con Octavio Augusto como emperador y durará
hasta la desaparición de Rómulo Augústulo, el último emperador romano de
Occidente, en el año 476 d.C.

Durante esta etapa se superan las crisis sociales y políticas que el sistema republicano
no pudo hacer frente.

Esta centralizada forma de gobierno tuvo como pilares al ejército, los funcionarios, el
ejército, y el incremento y mejora de las vías de comunicación.
Los territorios conquistados por Roma alcanzan su máxima extensión.

Si bien el período abarcado por los siglos I y II d.C fue conocido como Pax Romana,
desde el siglo III d.C el imperio romano padeció una serie de crisis militares, políticas y
económicas causadas entre otros aspectos por: el debilitamiento del poder del
emperador, el fortalecimiento del papel del ejército en las provincias, la presión de los
pueblos germánicos por el norte y de los partos y persas por el este, los alimentos
empiezan a escasear y aumentan sus precios,..

El imperio sufre un proceso de ruralización de la población. Es decir, la población


empieza a trasladarse al campo debido a las dificultades de subsistencia en las
ciudades.

Para mantener la paz en las fronteras, el emperador Diocleciano creó entre el 286 y el
293 d.C. una nueva forma de gobierno. la tetrarquía, en la cual existían dos
emperadores uno occidental y otro oriental, cada uno de ellos con un sucesor, su césar.

Al dejar Diocleciano el poder, se inicia la lucha entre sus sucesores quedando


vencedor Constantino, que vuelve a unificar todo el territorio romano.

Con la muerte del emperador Teodosio en el año 395 d.C el imperio romano queda
nuevamente dividido, ésta vez entre sus dos hijos: Honorio (el Imperio Occidental con
capital en Roma) y Arcadio (el Imperio Oriental con capital en Constantinopla). Ya
nunca más volverán a unificarse el Imperio Occidental y el Imperio Oriental.

Finalmente las invasiones del siglo V d.C van debilitando el Imperio Romano de
Occidente hasta que en el año 476 d.C. el pueblo germánico de los Herulios derrocan
a Rómulo Augústulo, el último emperador de Roma, que contaba con 10 años de edad.

El Imperio de Oriente durará todavía cerca de mil años más.


El imperio refiere a una época de gran importancia de Roma, fue considerada de los
años 27 a. C. a 476 d. C, en su tiempo fue considerado la civilización más grande y
poderosa de la historia.

Se dividía principalmente en dos territorios: el de Oriente y Occidente.

Principado y diarquía

Se señala que el Principado estaba constituido como diarquía, dicho de otra forma, un
gobierno con dos representantes, ya que por un lado se encontraba el príncipe de
Roma y por otro el Senado y las Magistraturas.

Este es un importante antecedente de la actual división de poderes como la


conocemos.

Organización política y estructura económico-social

Recuerde que ha estudiado los acontecimientos político-jurídicos que marcaron el


inicio de los distintos periodos en la evolución de Roma:
A la muerte de Julio César, ocurrida en el año 44 a. C., siguió una serie de
acontecimientos políticos que dieron paso, después de la Batalla de Actio del año 31 a.
C., a la concentración de todos los poderes en manos de su sobrino Octavio y,
consiguientemente a la consolidación, sobre los vestigios del régimen republicano, de
una nueva forma política denominada Principado.

Esta organización política se caracterizó por una original estructuración política, en la


que sobrevivieron algunas instituciones republicanas y en la que apareció, como
órgano insertado en éstas, el creciente poder autocrático del emperador, el cual fue
absorbiendo todo poder político, reduciendo a los otros órganos del Estado a meras
instancias o dependencias de cooperación en la administración del Imperio.

En el verano del 29 a. C., cuando Octavio regresó a Roma, le fueron conferidos varios
títulos y honores, entre ellos el juramento de fidelidad que le confirmaba como jefe del
ejército, tanto en Italia como en las provincias, logrando tener al Estado bajo su
potestas. También se le designó con el apelativo de princeps, término aplicado a
aquellos que ocupaban el primer puesto entre los senadores (princeps senatus) y que
empleado en Augusto significó el primero de los ciudadanos, consiguiendo por lo tanto
la inviolabilidad tribunicia y el derecho de sentarse en el senado en un asiento especial.

También se le otorgó el imperium proconsulare sin límites cronológicos de duración, ni


territoriales de extensión. Tal imperium a parte de confirmarle en el gobierno directo
de las provincias, era infinitum, extendiéndose por tanto a Roma y a Italia y, como
también era maius, era superior a aquél de los proconsulares de las restantes
provincias, sobre las que se extendió el poder de control de Augusto. Las
consecuencias fueron la reunión del mando supremo, incluso de los ejércitos
radicados en las provincias.

El año 27 a. C. marcó el primer paso hacia una reforma política,


Octavio alcanzó el octavo consulado, pero el día 13 de enero
renunció a todos los poderes extraordinarios de los cuales estaba
investido, se despojó del mando general extraordinario de las
provincias, del mando del ejército y del poder constituyente del que
estaba investido; en cambio no hubo que renunciar al poder (6) Aureus de Octavio
tribunicio que se le había concedido, de modo que después de dicha
renuncia aún se encontraba investido de un imperium superior
frente a todos los demás órganos del Estado. Tal posición
excepcional se acentuó en virtud de los poderes y honores que
posteriormente le fueron conferidos tanto por el senado, como por
el pueblo. De esta manera, Octavio fue llamado a regir al Estado
romano, a restaurar los valores religiosos y nacionales, a restablecer
la paz. Así el título oficial de princeps se convertiría en el usual para
designar a aquél cuya voluntad predominaba en toda la vida del
Estado.
A partir de la nueva reorganización política dada por Augusto y por casi más de dos
siglos, la paz y el orden sólo se vieron afectados por esporádicos procesos violentos en
lo relativo a la sucesión imperial y por operaciones bélicas exteriores. Estas últimas
fueron episodios de luchas fronterizas y guerras de conquistas que incorporaron
grandes extensiones territoriales al Imperio. La paz impuesta por Roma logró un
desarrollo económico en las provincias; las relaciones entre Italia y el mundo
provincial cambiaron; el florecimiento de ésta, en cierta medida tuvo lugar en
detrimento de aquélla.

Las instituciones políticas que funcionaron durante el periodo del Principado fueron:
el príncipe, el senado, los comicios por tribus y los comicios por centurias, cuyas
características se analizan a continuación.

El príncipe
La pretendida restauración de la República por Augusto significó en realidad la creación
de un poder monárquico construido al lado de las instituciones republicanas, sobre todo
con el senado. Las principales funciones ejercidas por el princeps, como consecuencia de
los poderes que se le habían otorgado, fueron las siguientes:
En virtud de la auctoritas, el príncipe podía dirigir la política exterior, declarar la guerra
y concertar la paz; legislar en lo relativo al régimen provincial y colonial (leges datae);
distribuir el ager publicus, conceder la ciudadanía, etc., dictar ordenanzas (constitutiones)
de alcance general o particular; disponer de medios financieros necesarios para el
cumplimiento de sus altas misiones; acuñar monedas de oro y plata; designar los
candidatos para ocupar las magistraturas (nominatio); recomendar a candidatos para
ocupar una magistratura en Roma o en las provincias (commendatio); aceptar o negar a
un magistrado el derecho de presentar al senado una propuesta (relationem remittere);
estar exento de limitaciones legales y del derecho de veto de los magistrados.

Derivadas del imperium proconsulare maius et infinitum, el príncipe podía gobernar las
provincias no reservadas al senado; supervisar e intervenir en el gobierno de las provincias
senatoriales; dirigir al ejército, designar a los jefes y oficiales, etc. Asimismo, era el
máximo juez en materia civil y penal dentro de la cognitio extra ordinem.
Como princeps senatus gozaba de las prerrogativas correspondientes en el alto cuerpo
colegiado y el reconocimiento de pontifex maximus, lo que le otorgó la vigilancia sobre
asuntos religiosos y la imposición de sus candidatos a los cargos sacerdotales.
Octavio fue el primero en ostentar una serie de títulos como el praenomen de imperator y
el de Caesar Augustus, a los que seguía, con omisión del nombre gentilicio, el cognomen.
Sin embargo, todos estos poderes se fueron debilitando poco a poco por la falta de
normatividad sobre la sucesión, por lo que desde Augusto el medio empleado para la
designación del sucesor fue la adopción, dentro del círculo de familias del favorecido,
asociándolo a la titularidad de los poderes fundamentales, generando la formación de
dinastías imperiales, como la de Julio-Claudia (27 a. C.-68 d. C.), Flavia (69-96), la de los
Antoninos (96-193) y la de los Severos (193-235).
El senado
De los órganos políticos de la época republicana que mayor relevancia tuvieron en el
Principado fue sin duda el senado, ya que el peso político que tuvo en la época anterior y
el hecho de que perteneciesen a él prácticamente todas las personas políticamente
destacadas, hizo que en este periodo continuara como un órgano de gran importancia. Si
bien es cierto que a este periodo también se le denominó diarquía, aludiendo al poder que
conjuntamente ejercían entre el príncipe y el senado, en la práctica fue una corporación
llena de autoridad por su tradición y por la calidad de muchos de sus miembros, con la
que los emperadores debieron de contar necesariamente por su peso político y su imagen
de depositario de la legalidad.
Los emperadores controlaron el acceso al senado de manera indirecta, ya que ellos
determinaban la elección de los magistrados, quienes pasarían posteriormente a formar
parte de este cuerpo colegiado.
El funcionamiento del senado también sufrió reformas, entre ellas que ya no podía
reunirse libremente, el derecho de convocar correspondía a los cónsules, pretores y al
príncipe, quien además tenía la facultad de presentar propuestas escritas y de hacerlas leer
por un quaestor. En general todas las funciones del senado se vieron fraccionadas o
limitadas frente al creciente poder del emperador.
Las magistraturas
La dictadura y el tribunado fueron dos de las magistraturas que hubieron de desaparecer
cuando fueron integradas a los títulos del princeps. Continuaron durante el Principado el
consulado, la censura, la pretura, la edilidad y la cuestura.
El consulado fue la magistratura que se resistió al Principado, perdiendo en provecho del
príncipe todo poder de dirección política; se le privó del imperium militi y se le limitó en
el domi. No obstante, a falta del príncipe, los cónsules eran quienes representaban al
Estado, de ahí que fue la magistratura honorífica más importante. Para compensar la
pérdida de su poder político Augusto les atribuyó competencia en asuntos judiciales, ya
en la esfera de la jurisdicción voluntaria o en la contenciosa.
Menos decadencia experimentó la pretura, dado que su principal función fue la
jurisdiccional; por lo tanto, más técnica que política y por ello menos influida por los
cambios de régimen. En particular, los dos pretores, el urbano y el peregrino continuaron
ejerciendo la jurisdicción civil dentro del procedimiento formulario.
Se conservó la edilidad con sus funciones de vigilancia del comercio y el orden en los
mercados, cuidado de la ciudad y de las construcciones públicas; la preparación de los
juegos públicos pasó a los pretores; con el tiempo se nombraron nuevos funcionarios que
poco a poco los desplazaron, hasta que con Alejandro Severo desaparecieron por
completo.

En cuanto a los cuestores, reducidos al número de veinte, perdieron sus funciones de


vigilancia del erario en favor de los praetor, quedando a disposición del príncipe, cónsules
o procónsules de las provincias senatoriales.
Comicios
Si bien desde la época republicana los comicios perdieron la capacidad de intervenir en la
conformación de las leges, sobre todo en el campo del derecho público, la época de
Augusto, en cambio, se destacó por el gran número de leyes, sobre todo en materia
procedimental y de derecho privado. Las últimas leyes rogadas que se conocen son de la
época de Nerva (96-98 d. C.).
Su función electoral la mantuvieron de forma muy limitada, convirtiendo su intervención
en una simple formalidad. A partir de Tiberio (14 a. C.–37 d. C.) se facultó al senado para
elaborar la lista única de candidatos, de modo a que los comicios sólo les quedó aprobarla.

Con este nuevo panorama político, en donde la cabeza del Estado estaba en manos del
emperador, fue necesaria la creación de una serie de oficiales al servicio del
emperador, quienes estaban bajo su voluntad, con el fin de hacer frente a los
problemas que la práctica política demandaba. En principio, no fueron considerados
como representantes del Estado, sino como empleados particulares del príncipe a
sueldo. La duración de sus cargos dependió de la voluntad del princeps y gozaban de
importantes emolumentos, fijados según criterios jerárquicos. Existían aquellos que
gozaron de un poder delegado (funcionarios imperiales), de los simples funcionarios
(oficinas centrales) y del consejo imperial (consilium principis).

Pulse en cada una de las pestañas para ver la información correspondiente.

Funcionarios imperiales
Eran nombrados directamente por el emperador y no gozaban de un imperium o potestas propios, sino
únicamente de facultades delegadas que les podían ser retiradas en cualquier momento. Procedían
tanto del orden ecuestre, como del senatorial. No estuvieron sujetos al principio de colegialidad, ni el
de la temporalidad. Fueron divididos en diversas categorías: lugartenientes, prefectos, procuradores,
curadores y oficiales menores.
Oficinas centrales
Los funcionarios imperiales que trabajaban directamente bajo las órdenes del emperador eran los
empleados de la cancillería imperial, quienes realizaban todas las funciones inherentes para el despacho
de los asuntos relacionados con el emperador, como los de correspondencia, archivo, solicitudes,
administración de sus propios bienes, etc.
En la época de la dinastía de los Julio-Claudia (27 a.C.-68 d. C.), la cancillería imperial estuvo en manos
de libertos, alcanzando un influjo político tan importante que irritaron al orden senatorial. Desde fines
del siglo I d. C. se inició una reforma, culminada por Adriano (117-138), por la que se puso al frente de
cada uno de los departamentos a profesionales bien preparados procedentes del orden ecuestre, que
previamente habían desempeñado cargos en la administración del Estado, mientras que los puestos
subalternos continuaron en manos de libertos.
Consejo imperial
A fin de tomar decisiones importantes, el emperador se hacía asesorar por especialistas, sobre todo en
materia jurídica. Adriano fue quien organizó de forma importante a este órgano imperial integrado por
altos funcionarios, destacados senadores, jefes de oficinas de la cancillería y jurisconsultos a sueldo.

El consilium actuaba en toda clase de asuntos importantes: administración de la justicia, elaboración de


normas jurídicas, política exterior, asuntos militares, política interior, nombramientos, finanzas, etc.
Particularmente importantes en el desarrollo del derecho fueron las actuaciones del consejo que
asesoraba al emperador en asuntos jurídicos, informándole técnicamente sobre los casos rutinarios que
se le presentaban y que debían ser tramitados por su cancillería. Su competencia no estuvo limitada; al
contrario, se extendió además a las cuestiones judiciales, legislativas y políticas, de tal forma que bajo
el Dominado sustituyó con el nombre de consistorium al senado.

Fuentes formales y características del derecho clásico

Las características más importantes del derecho clásico, cuyo periodo abarca:
Las características del derecho clásico fueron las siguientes: el derecho romano llegó
a su máximo florecimiento, sobre todo por la actividad de los grandes jurisconsultos.
Por otra parte, al consolidarse la economía mercantilista en Roma, la principal
característica en materia contractual fue precisamente el triunfo del consensualismo,
frente al formalismo de las épocas precedentes. El derecho dejó de ser oral a través
de la instauración y el desarrollo del procedimiento formulario. Se inició una etapa de
cosmopolitismo del derecho romano, gracias a la concesión de la ciudadanía romana
a todos los habitantes libres del Imperio a través de las Constitución Antoniniana del
212 d. C. El principal valor buscado fue la equidad, esto es, la justicia al caso concreto.

Las fuentes formales del derecho durante este periodo político fueron las siguientes:

En la nueva organización política, fue muy importante la producción de un


nuevo derecho con la participación del príncipe. Las normas emanadas
directamente del emperador recibieron el nombre de constitutiones princeps;
esto es, la manifestación de voluntad normativa del emperador ya sea de
forma general o particular. Cuatro fueron las formas que podían revestir
dichas normas de acuerdo a su contenido:edicta, decreta, mandata y rescripta.

El derecho que se desarrolló durante el Principado fue denominado clásico,


especialmente por la labor realizada por los jurisprudentes, quienes fieles a la
tradición de tres siglos lograron conjuntar el antiguo derecho con el ius
novum.

La antigua función de los jurisconsultos de emitir responsas a los


requerimientos de los particulares en las formas de cavere (intervención en la
formulación y redacción de negocios jurídicos, con el fin de evitar que de ello
pudieran derivarse perjuicios para aquél que invocó su
ayuda), agere (intervención en la esfera procesal) y respondere (parecer de un
asunto cuestionado) continuaron como típicas, pero con el tiempo decayeron.

Sólo la actividad de respondere a propósito de puntos parciales del


ordenamiento vigente se mantuvo durante el Principado gracias a la
tendencia del príncipe de subordinar a los juristas regulando su actividad a
través del otorgamiento del ius publicae respondendi ex auctoritas principis, es
decir, el derecho de dar respuestas sobre tópicos jurídicos, apoyándose en
la auctoritas del emperador.

En la República no existió una educación formal de los estudios de derecho.


Por lo general un aprendiz acompañaba diariamente a un jurista a fin de
aprender a través de la práctica del derecho. Durante el Principado surgieron
dos escuelas a las cuales pertenecían la mayoría de los juristas de los dos
primeros siglos de nuestra era. Dos juristas de la época de Augusto, Casio
Ateyo Capitón y Marco Antistio Labeón fueron sus fundadores, aunque
ambas escuelas tomaron el nombre de dos de sus alumnos, Sabino y Próculo.
Parece que fueron algo más que escuelas de enseñanza; sin embargo, hasta el
momento no se sabe nada de lo que las diferenciaba. Se trataba de opiniones
distintas sobre un tema jurídico en particular en donde cada representante de
las escuelas (sabinianos y proculeyanos) exponía su criterio. Según la
tradición ambas escuelas desaparecieron hacia finales del siglo II d. C.

Por lo general, los jurisconsultos presentaban por escrito sus responsa, y si el


emperador estaba de acuerdo daba a cada una de ellas su autorización. En la
época de Tiberio (14-27 d. C.) este derecho tomó visos de privilegio personal
y a las respuestas de algunos juristas se les dio el carácter de públicas. Sin
embargo, este sistema causó confusión, ya que el emperador no tenía control
sobre las respuestas, por lo tanto, como las diferencias eran numerosas y la
unanimidad excepcional, los particulares perdieron la confianza de
invocar responsa y se inclinaron hacia la práctica de los rescripta imperiales,
por lo que el príncipe asistido por su consejo interpretaba el derecho.

Aun y cuando el senado sufrió una pérdida sustancial de autoridad en favor


del predominio político del príncipe, se vio formalmente ampliado en el
ámbito de sus competencias. Se permitió que dictase normas jurídicas para
que sustituyese la casi agotada legislación comicial a través de los
senadoconsultos.

El proceso de creación de estas normas jurídicas se realizaba de la siguiente


manera: el príncipe dictaba orationes (propuestas), ya sea directa y
personalmente o leídas por el cuestor o por medio de magistrados
proponentes en presencia del senado; éste analizaba dicha propuesta y
dictaba su parecer (senatus consultum) a los que posteriormente se les
otorgaba eficacia normativa general y propia.

Con el tiempo, el senado quedó sometido al poder del emperador, perdiendo


su facultad de emitir iniciativas de normas por sí mismo, su actividad se ciñó a
aclamar formalmente las iniciativas presentadas por el emperador.

Algunos magistrados, entre ellos los pretores, continuaron expidiendo su


edicto anual, pero en el año 130 a. C. el edicto del pretor encontró una
formulación definitiva por órdenes del emperador Adriano (117-138 d. C.) y
sus colaboradores, entre ellos el jurista Salvio Juliano, quien estableció que el
edicto se publicaría en adelante sin modificación alguna, a no ser que éstos
fueran introducidas por el emperador; de ahí que desde entonces se paralizó
a los edictos de los magistrados como fuente formal del derecho y por ende
cesó el desarrollo del ius honorarium. A dicha compilación se le llamó Edicto
Perpetuo o Edicto de Adriano.

Si bien desde finales de la República los comicios habían perdido


paulatinamente sus funciones legislativas, fue Augusto quien intentó
revitalizar esta función popular, para lo cual, él mismo presentó a los comicios
entre los años 18 y 17 a. C. una seriede iniciativas de leyes de carácter público
y privado. En la época de Claudio (41-54 d. C.) existieron leyes relativas a la
organización de la prefectura, y en tiempos de Nerva (96-98) parece ser que
se votó una ley agraria en el año 96 d. C., concluyendo de esta manera la
actividad legislativa de los comicios, que a partir del siglo II d. C. fue nula.
A continuación analice las cuatro formas que podían revestir las constituciones
del prínceps:

Edicta

Normas en las que el emperador daba directrices, incluso a los gobernadores de las provincias
senatoriales, estableciendo principios y normas que los magistrados, funcionarios y súbditos debían
seguir.

Decreta

Manifestación concreta del poder jurisdiccional que había asumido el emperador, pudiendo juzgar en
primera y única instancia, bien por el recurso de las partes o magistrados, bien por propia iniciativa. Este
nuevo derecho era declarado por los juristas como una ley vigente que serviría de criterio a las otras
autoridades juzgadoras del imperio.

Rescripta

Respuestas escritas dadas por el emperador a preguntas que le dirigían por escrito los magistrados y
los particulares. Estas respuestas debían valer sólo para el caso concreto, salvo que el príncipe
determinase que se aplicaran a casos análogos.

Mandata

Instrucciones impartidas a los funcionarios imperiales y a los gobernadores de las provincias. A menudo,
las reglas que se contenían en ellas procedían de senadoconsultos o de otras constituciones extendidas
a Italia sobre cuestiones de derecho administrativo, penal, civil, etc.

Imperio absoluto o dominado

Existen en la época Romana varios tipos de imperios, uno de los más representativos
es el Imperio absoluto o autocracia, durante el cual todos los poderes estaban
concentrados en manos de un autócrata o en el caso de Roma, en el emperador.
Durante esta época se dieron varios levantamientos e inconformidades, por lo que
resultaba más difícil la defensa del Imperio.

Organización política y estructura económico-social

El régimen político del Principado evolucionó progresivamente hacía una monarquía


militar en la que acabaron desapareciendo las formas republicanas. La fase final y más
marcada fue producto de una profunda crisis que se inició a finales del siglo II d. C.
cuando aparentemente el Principado se hallaba en todo su esplendor.
La muerte de Alejandro (235 d. C.), el último emperador de la dinastía de los Severos,
indica en forma convencional el final del Principado. A partir de entonces comenzó un
periodo de crisis para la sucesión de la púrpura imperial hasta la ascensión al poder de
Diocleciano.

El problema de sucesión imperial no halló nunca una solución perfecta; durante el siglo
II eran las legiones quienes generalmente imponían por la fuerza de las armas al
emperador de turno. En estos siglos, el senado perdió por completo su injerencia en la
elección del nuevo emperador, por lo que se limitó a dar una acogida con aplausos
cuando el candidato entraba a la capital.

Por otra parte, las continuas luchas entre ejércitos provocaron el desistimiento de la
salvaguarda de las fronteras del imperio, dejando la puerta abierta a las invasiones de
los pueblos bárbaros del norte de Europa, que en número creciente llegaron al
Imperio.

La inestabilidad del poder central y las luchas con ejércitos, las invasiones bárbaras y
los movimientos separatistas, representaron el aspecto externo de la crisis.

Todos estos problemas se acrecentaron por el decrecimiento de la población debido a


las epidemias causando gran mortandad. A nivel económico se inició un estancamiento
del nivel de vida, sobre todo por la tributación opresiva que hizo poco rentables
algunas actividades. Se devaluó la moneda y los precios subieron rápidamente.

En lo económico se abandonó la política liberal y se adoptaron medidas urgentes que


luego se hicieron permanentes. Estas medidas dieron como resultado una vuelta hacia
formas de vida más sencillas; la industria y el comercio decayeron, y la economía del
Imperio se convirtió en predominantemente agraria y de ámbito reducido, puesto que
cada centro procuraba autoabastecerse.

Para saber más...


El pensamiento filosófico griego, en especial el estoicismo, hicieron que una religión
que estaba al servicio del Estado decayera y fuera sustituido por un culto al
emperador, suministrándole un fundamento teocrático al poder del emperador. El
cristianismo como contraste de la civilización pagana, se presentaba como una fuerza
antitética al poder público, dando como resultado una persecución masiva contra los
cristianos, quienes fueron considerados traidores a la patria, máxime por rehusarse al
culto del emperador. A principio del siglo II se inició de forma esporádica, pero en el
siglo III fue una persecución masiva, destinada a producir el efecto contrario al
querido, al aumentar el proselitismo de la nueva fe cristiana.
En los últimos años del siglo III, con la asunción al poder de Diocleciano (244-311 d. C.)
en 284 d. C., la figura del emperador se convirtió en el centro del poder, dando como
resultado la creación de sistema absolutista en manos de un emperador, para lo cual
hubo de realizar distintas reformas, entre ellas, la de consolidar su poder dándole un
matiz religioso y rodeándolo de un halo místico.

Para evitar la crisis precedente modificó la forma de sucesión imperial. Considerando


la división del imperio romano de Occidente y Oriente decidió crear la forma política
de la tetrarquía.

Definamos
Tetrarquía
Forma política en la que el gobierno del Imperio se repartiría entre dos Augustos y dos
Césares.

Diocleciano gobernaría la parte Oriental del Imperio con sede en Nicomedia y el otro
Augusto, Maximiano lo haría en Milán o en Aquileya. Galerio sería el César de
Diocleciano y Constancio Cloro para Maximiano, ambos Césares ligados por
matrimonio con sus hijas y posteriormente adoptados por ellos.

Todos estos cambios no tuvieron el efecto deseado, por lo que en el año 305
Diocleciano hubo de abdicar, situación que degeneró en fuertes rivalidades y luchas
sociales. Empero, la tetrarquía logró el objetivo de controlar el interior del Imperio,
reforzó fronteras, controló el ejército y a las provincias, aunque no logró dar
estabilidad al sistema político, en donde el emperador devino definitivamente
monarca absoluto, frente a la burocracia imperial, al ejército y ante todos los súbditos
del imperio.

El Imperio romano que en las vicisitudes del siglo III resultó dividido de hecho, lo fue
de derecho por primera vez cuando Diocleciano impuso la política de la tetrarquía.
Desde ese momento, el Imperio conoció momentos de restauración de la unidad en
manos de Constantino, empero, a su muerte se dieron nuevas fragmentaciones.
En el 306 Constantino (272-337 d. C.) asumió el poder después de haber triunfado
contra todos sus rivales. Unificó el poder con el propósito de introducir el principio
dinástico, disolviendo el sistema tetrárquico y dividió el poder en cuatro prefecturas.
Varias fueron las reformas que impuso, entre ellas, la religiosa a través de la
expedición del Edicto de Milán (313 d. C.) estableciendo al cristianismo como religión
tolerada. Convocó el Primer Concilio de Nicea en 325 que otorgó legitimidad al
cristianismo dentro de las fronteras del Imperio romano. Años más tarde, Teodosio el
Grande (379-395) mediante el Edicto de Tesalónica de 380 declaró al cristianismo
como religión oficial del Imperio, comenzando entonces una férrea persecución contra
los paganos.

En el año de 395 d. C. el emperador Teodosio el Grande dividió al Imperio romano


entre sus dos hijos, le asignó a Arcadio la parte Oriental y a Honorio la Occidental, este
suceso generó que a partir de ellos nunca más se volviera a unir el territorio imperial.
Así, por razones de defensa, de oportunidad política o de exigencias dinásticas, surgió
la definitiva separación que se aunaba con una falta de integración cultural entre esas
dos regiones, tan marcadamente diferenciadas tanto en lo económico como en lo
social.
Teóricamente la existencia de dos o más augustos no significaba una división del
poder, sino su ejercicio colegiado. Derecho, moneda o legislación eran las mismas. En
una Constitución del 429, Teodosio II estableció que las leyes que hubieran emanado
de uno de los dos emperadores y transmitida con pragmática sanctio, al otro
emperador, tuviera vigor, a menos que decidiera expresamente rechazarla o
modificarla. Después del año 476, el derecho de Oriente no tuvo vigencia en el
Occidente bárbaro. Un siglo más tarde, Justiniano emperador de Oriente decidió
extender la vigencia de su legislación a las tierras reconquistadas en la parte
occidental del Imperio.

Por lo demás, cada emperador gobernaba autónomamente en su propio territorio, lo


que originó que en momentos críticos no existiera una adecuada conciencia de unidad
entre las dos partes del Imperio, por lo que Occidente no pudo librarse de la invasión
bárbara, que sólo pudo reconstruirse parcialmente con la conquista de Justiniano en
una parte de Europa.

El fin formal del Imperio de Occidente ocurrió en el año 476 con la deposición del
último emperador, Rómulo Augustulo después de una sublevación de tropas bárbaras
radicadas en Italia constituidas por hérulos y por otras poblaciones germánicas, las
cuales proclamaron como rey a Odoacro, quien solicitó, sin resultado del emperador
de romano de Oriente, el reconocimiento de la cualidad de patricius y la atribución de
la administración de Italia. En adelante, todas las tierras occidentales del Imperio
estuvieron gobernada por los reyes bárbaros, conservándose en mayor o menor
medida las estructuras administrativas que habían sido propias de los romanos.

Años más tarde, la tentativa de reconquista del Occidente fue llevada adelante, y
parcialmente exitosa, por el emperador bizantino Justiniano, pero a su muerte, bajo
sus inmediatos sucesores no sólo se perdieron paso a paso las pocas tierras
reconquistadas de Occidente, sino que el propio Imperio de Oriente se encaminó a su
fin, lo poco que quedaba cuando se produjo en 1453 la conquista de Constantinopla
por los turcos, no era ni la sombra de lo había sido el Imperio Romano.

Durante el periodo del Dominado las instituciones políticas que habían funcionado
fueron modificadas por completo a partir de las reformas de Diocleciano y
Constantino. En la cúspide se hallaba el emperador, detentador del poder absoluto. El
resto de instituciones políticas quedaron supeditadas a su voluntad.

El emperador
Tras las reformas de Diocleciano y de Constantino, el Imperio asumió la estructura de una
monarquía de corte absolutista. Cesó el aparente gobierno entre el emperador y el senado
y se liberó al emperador de la tiranía de las milicias.
El nombre de imperator o mejor dicho dominatus remplazó definitivamente el título
de princeps; los epítetos de Augusto y César se convirtieron en títulos oficiales de los
monarcas. Se concentró todo el poder en el emperador, quien revistió una caracterización
inspirada en el modelo y la pompa de los monarcas orientales, en donde fue concebido
como dominus; esto es, dueño y señor del poder por sí mismo. Con poderes omnímodos,
extendió su campo de acción a toda la política exterior, a la financiera, abarcaba todos los
aspectos de la administración pública e incluso el de la legislación.
Todo lo relacionado con él se convirtió en sagrado: sus habitaciones (sacrum cubiculum),
sus bienes (sacrae largitiones), etc. En el ceremonial de la Corte, el emperador tenía un
lugar elevado frente a los demás súbditos, quienes se arrodillaban ante él. En los actos
públicos solemnes era objeto de acclamatio en la que los asistentes (miembros del senado,
obispos del consillium, etc.) repetían a coro invocaciones y frases laudatorias al
emperador.
El comitatus
El carácter absolutista del Dominado originó la distinción entre oficiales encargados de
servicios públicos de la administración central y de personas al servicio de la persona del
emperador y de su familia. Estos últimos eran quienes en conjunto constituyeron la
comitiva imperial (comitatus), quienes acompañaban al emperador en sus
desplazamientos.
Durante las turbulencias de la anarquía militar, el consilium principis llevó una vida
lánguida. En el nuevo régimen del Dominado reapareció una institución análoga a la que
se le dio el nombre de sacrum consistorium.
Al consistorio pertenecían los altos cargos de la administración central con funciones
heterogéneas. Entre los oficiales más destacados se encontraban los jefes del servicio de
la cancillería, de la guardia personal del emperador y de la policía secreta (magister
officiorum); el quaestor sacri palatii, hombre de confianza del emperador, quien lo
acompañaba, organizaba la Corte y preparaba los textos legislativos, etc. La dirección
suprema del consistorio correspondió al emperador y, por ende, las decisiones. En él se
discutían los proyectos de leyes, se recibían las embajadas y se examinaban sus propuestas;
los jefes de las distintas áreas debían darle un informe administrativo e incluso se
celebraban algunas sesiones judiciales, en las que se dictaban sentencias a nombre del
emperador.
La burocracia imperial
Una de las características más importantes del Dominado fue la burocracia creada en época
de Diocleciano y Constantino. Desde ese momento cada oficial actuaba como delegado
del emperador tanto en lo administrativo, como en lo judicial o en lo legislativo.
Reflexión...
¿Qué cambios advierte entre la burocracia creada en los primeros años del
Principado frente a los realizados en el Dominado?
La burocracia estuvo compuesta en sus cuadros más generales y de acuerdo a los escalones
administrativos por una burocracia central (prefecto del pretorio, jefes de milicia, cuestor
de palacio, notarios, jefes de las oficinas de la cancillería imperial, etc.) y por una
burocracia regional (prefectos de la ciudad de Roma y de Constantinopla, vicarios,
procónsules, cónsules civiles o militares, correctores, etc.), los cuales a su vez suponían
un conjunto de servidores tan numerosos como jerarquizados. Existió un rígido
escalonamiento jerárquico que tenía su cúspide en el emperador, de quien todos recibían
su nombramiento y derivaban su poder.

Las antiguas magistraturas y el senado


Desde el comienzo del Principado varias de las magistraturas republicanas desaparecieron;
más tarde, con el advenimiento del Dominado, muchas otras quedaron en el pasado. Así,
la cuestura y la pretura se convirtieron en dos cargos municipales para las dos capitales,
Roma y Constantinopla, sus titulares eran electos por el senado y confirmados por el
emperador; su misión consistió en organizar los juegos públicos. Los ediles y el tribunado
desaparecieron; solamente el consulado conservó cierto prestigio, debido a que el
emperador cada año nombraba dos cónsules, uno para el Oriente y otro para el Occidente;
con el tiempo, los emperadores asumieron también esa responsabilidad en el año 367 d. C.

Por otro lado, el senado desde la época de los Severos y sobre todo durante la crisis del
siglo III d. C. perdió gran parte de su importancia política. Durante el Dominado, los
emperadores rara vez residieron en Roma y su contacto con el senado fue mínimo. Por otra
parte, el senado creado en Constantinopla no heredó ni la tradición, ni el poder que había
gozado el romano y se contentó con la modesta intervención en la vida pública que le
concedía el emperador; de ahí que, desde entonces, este cuerpo colegiado ya no realizó
sustancialmente funciones políticas y limitándose, por lo común, en materia de legislación,
a servir de instrumento de publicidad de las leyes imperiales.

Fuentes formales y características del Derecho posclásico o vulgar


Las características más importantes del derecho posclásico, cuyo periodo abarcó
desde:
Entre sus características más importantes se encuentran las siguientes: vulgarización
del derecho a partir de la concesión de la ciudadanía a todos los habitantes libres del
Imperio (Constitutio Antoniniana de civitate 212 d. C.); configuración del nuevo derecho
a través de codificaciones de iura y de leges con el fin de hacer accesible el
conocimiento del derecho a los juzgadores. La única fuente formal de derecho durante
este periodo emanaba del emperador a través de las constituciones imperiales; de ahí
que surgiera un nuevo dualismo del derecho romano, este nuevo derecho
llamado leges y todo el derecho anterior, en especial el jurisprudencial llamado iura.

Constituciones imperiales

El derecho creado por el emperador dirigido a todos los súbditos del Imperio fue
denominado en su conjunto como generales constitutiones o leges. Estas nuevas
disposiciones jurídicas podían ir dirigidas a uno de los senados imperiales, a altos
funcionarios del Estado o a todos los habitantes del Imperio.

Las constituciones imperiales en este periodo evolucionaron hacia nuevas formas de


crear el derecho. Los principales tipos de leges fueron:

Edicta
Leyes publicadas directamente ad populum o dirigidas a la población de una determinada región,
provincia o ciudad, o bien, se dirigían a los más elevados funcionarios del Imperio, a quienes se les
confiaba la misión de darles publicidad.

Orationes
Fueron una derivación de aquéllas que promovían los senadoconsultos durante el Principado, pero a
partir del Dominado se equipararon a una ley imperial, que para obtener vigencia se requería su
promulgación por el senado de Roma o Constantinopla.

Mandata
Decisiones administrativas que durante el Dominado perdieron su carácter de fuente formal de
Derecho, ya que las instrucciones dadas a los funcionarios en particular se daban mediante leyes
generales.

Sanctiones pragmaticae
Disposiciones relativas a provincias concretas o a determinado grupo de personas, destinadas a
resolver problemas transitorios, pero emitidas por razones de urgencia y casi siempre a petición de
autoridades o entidades públicas.
Decadencia de la jurisprudencia y el empleo de obras clásicas

La instauración del Dominado y con él el abandono de la antigua práctica del derecho,


provocaron sobre todo durante el siglo IV d. C. una repentina decadencia de la
jurisprudencia, ya que sus cultivadores no eran ya las principales cabezas de la élite
gobernante e intelectual. A partir de entonces ejercieron su oficio por la remuneración
ocupando cargos públicos, litigando o en labores didácticas. Además, el estudio de la
teología llamó más la atención de los mejores y más brillantes estudiosos quienes
antes preferían a la actividad jurisprudencial.

Desde entonces, la principal actividad de jurisconsultos consistió en simplificar,


unificar y actualizar los iura, por lo que debían recurrir a los comentarios de juristas
clásicos como Ulpiano, Paulo y Modestino.

Para hacer accesible el manejo de obras clásicas se emitieron una serie de


constituciones que buscaban el remedio de simplificar la labor de los que ejercían la
práctica del derecho y con ello evitar confusiones. La autoridad imperial comenzó por
excluir algunas obras y confirmar otras. Así, Constantino en el 312 d. C. prohibió la
utilización de los comentarios atribuidos a Paulo y a Papiniano, pero también se afirmó
la doctrina contenida en otras obras, como fue el caso de las Sentencias de Paulo.

En el 426 a. C. el emperador de Occidente,


Valentiniano III promulgó la llamada Ley de Citas,
en la que estableció de manera tajante el conjunto
jurisprudencial que podía invocarse con valor
vinculante para el juez y de qué manera éste debía
tomar su decisión. En ella se confirmaron como
derecho vigente los iura de Papiniano, Paulo,
Ulpiano, Gayo y Modestino; también dispuso que,
no siendo unánime la doctrina de estos cinco (11) Valentiniano III
jurisconsultos clásicos, debía valer siempre la
decisión de Papiniano y sólo en el caso de no obtener
mayoría, el juez podía elegir alguna de las opiniones.

Por su parte, el emperador de Oriente, Teodosio II insertó en su Codex la constitución


de Valentiniano III, ampliando el valor de las opiniones de esos cinco jurisprudentes;
además, dispuso que se utilizaran los escritos de todos los otros juristas citados por
aquellos cinco, con el requisito del cotejo de dichas obras, requisito que muchas veces
no fue satisfecho, pues aquéllas o habían desaparecido o solo existían algunos
ejemplares en los grandes centros urbanos. Disposición que fue mantenida por
Justiniano hasta la expedición del Digesto.
Época Justinianea

El emperador Bizantino Justiniano I, es reconocido por la comunidad jurídica como


uno de los más grandes antecedentes del derecho, lo más representativo de este
emperador Romano fue la creación del Corpus Iuris Civilis, el cual estaba compuesto
por el Código de Justiniano y contenía las leyes imperiales, el Pandectas o Digesto, a
modo de recopilación de determinaciones jurídicas y finalmente, las instituciones,
entendidas como un manual universal para la enseñanza del derecho.

Imperio de Occidente
Debido a las condiciones tan cambiantes en la que se encontraba el Imperio, existieron
regiones en que era extraña el conocimiento de leyes romanas, por lo que fue preciso
realizar una serie de compendios y colecciones de iura y leges, para tratar de dirigir la
aplicación práctica del derecho. De esta actividad destacaron las siguientes
compilaciones.

De iura
Para conocer y aplicar los iura no fue posible que los prácticos del derecho de los siglos
IV y V d. C. se dedicaran a la lectura directa de las grandes obras clásicas, por lo que los
juristas se dieron a la tarea de producir breves manuales de escritos de los juristas
clásicos a fin de responder a las necesidades de uso diario. Los escritos más importantes
fueron, entre otros, el Libro de Reglas de Ulpiano, cinco libros de Sententiae de Paulo,
el epitome de Gayo, los Libri Excusationum de Modestino, las Notas de Trifonio y de
Paulo, etc.

De leges
La necesidad de coleccionar constituciones imperiales fue durante el Principado una
constante, lo que inspiró a Papirio Justo a realizar una colección de veinte libros de las
constituciones de la época de Marco Aurelio (161-180 d. C.) y de su coemperador Lucio
Vero (161-19 d. C.). En el reinado de Diocleciano se publicaron dos colecciones
privadas de constituciones realizadas por dos juristas Gregorio y Hermógenes,
denominados Codex Gregorianus y Codex Hermogenianus, respectivamente.

La primera colección fue la más rica y voluminosa, compuesta entre 292 y 293 d. C.
contenía sobre todo rescripta a partir de Adriano (117-138 d. C.). Estaba divido en
catorce libros y estos en títulos, dentro de los cuales las constituciones imperiales
aparecían en orden cronológico. El Código Hermogeniano constituyó un apéndice del
Gregoriano, compuesto de un sólo libro, divido en capítulos; contenía
fundamentalmente rescripta de Diocleciano de los años 293 a 294 d. C.
Ambas compilaciones tuvieron amplia difusión, siendo utilizadas incluso como modelos
para otras compilaciones de carácter oficial.
¡Importante!
En el 429 d. C. Teodosio II dispuso que se tomaran
como modelo para su colección de constituciones. En
una de sus constituciones creó una comisión de diez
miembros que se abocaría a la recolección de las leges
generales a partir de Constantino, en el que les
autorizaba suprimir todo lo retórico y superfluo,
cambiar las expresiones ambiguas, corregir las
incongruencias y añadir lo que fuese necesario. La
ordenación debía realizarse por materia y dentro de
éstas, por orden cronológico; además dispuso que las
constituciones no recogidas en este cuerpo perdieran
toda vigencia. El Código Gregoriano fue promulgado
en febrero del 438 d. C. y registrado en solemne sesión (12) Teodo sio II
del senado romano. Dicho Código fue enviado a
Occidente a Valentiniano III, a fin de que él y el senado
romano lo aprobaran.

Este Código fue la única compilación oficial de la parte Occidental del Imperio,
verificada con las adaptaciones que se hicieron en las leyes romano-bárbaras, ya que
en Oriente tal compilación fue sustituida un siglo más tarde por la realizada por
Justiniano.

Mixtas
Las principales compilaciones de iura y leges fueron las siguientes:

Los Fragmenta Vaticana

Obra que debió de realizarse entre el 305 y 372 d. C. y de índole práctica, divididos en títulos y cada uno de
ellos integrado con fragmentos de Papiniano, Paulo y Ulpiano, también contiene textos de los códigos
Gregoriano y Hermogeniano y de otras constituciones imperiales. El manuscrito fue descubierto en 1823 en la
biblioteca del Vaticano.

La Collatio Legum Mossaicarum et Romanorum

Compuesta para comparar los principios del derecho mosaico como los del derecho romano; se utilizaron las
antiguas traducciones latinas de los textos bíblicos y de diversos pasajes de Gayo, Papiniano, Paulo, Ulpiano y
Modestino y de constituciones extraídas de los códigos Gregoriano y Hermogeniano.

Las Leges Saeculares

Obra del siglo V d. C., también conocida como Libro Siro-Romano, contiene iura, leges y normas vigentes en la
provincia romana de Siria.
Codificación del derecho romano en los reinos germanos
Al terminar el siglo V d. C. el Occidente romano se hallaba en manos de los pueblos
germanos. Los visigodos y los suevos se concentraron en Hispania (España), los
ostrogodos en Italia, los francos en la Galia (Francia), los vándalos en las provincias
romanas del norte de África.

En términos generales, los monarcas germanos disponían de facto de una soberanía


plena, tanto sobre su población, como sobre la población autóctona o romanizada. Sin
embargo, ambos elementos de la población permanecieron jurídicamente separados.
Los bárbaros vivían según el derecho de su propia estirpe; en cambio, la población
romana seguía utilizando el derecho romano bajo su forma de iura y leges.

Para hacer más fácil la aplicación del derecho, algunos reyes bárbaros siguiendo la
técnica romana intentaron elaborar códigos o compilaciones de sus propias leyes, así
como de normas romanas para aplicarlas a sus súbditos romanos. Esta circunstancia
se reflejó en las llamadas leges romanum-barbarorum. Entre las más importantes
destacan:

El Edictum Theodorici Regis (Edicto de Teodorico)

Compilación probablemente del año 503 ordenada por el rey ostrogodo Teodorico (454-526), quien
gobernó los territorio de las penínsulas Itálica e Ibérica, la Galia Mediterránea y las provincias del
Danubio. El monarca considerándose heredero de la tradición romana fue el único que podía dictar
leyes, de ahí que llamó edictum a su propia codificación. Esta colección normativa debía ser aplicada
tanto a los godos, como a los romanos, sobre todo en lo referente a materia de asentamientos. Obra
dividida en ciento cincuenta y cinco capítulos y un epílogo. Contiene iura y leges romanas, básicamente
de los códigos Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano.

La Lex Romana Visigothorum

También llamada Breviario de Alarico. Obra publicada en el 506 por el rey visigodo Alarico II (485-507
d. C.). Compuesta de extractos de diversas obras de derecho romano vulgar, tomados principalmente
de los códigos Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano, así como de leges posteriores. También
contiene iura de jurisconsultos romanos como las obras de Paulo, un resumen de Gayo y pasajes de
las Respuestas de Papiniano. Fue un texto de carácter práctico que debía aplicarse a la población gala e
hispanorromana que estaba bajo el poder de los visigodos. El Breviario de Alarico ejerció un gran influjo
durante largo tiempo, sobre la Europa occidental, y en especial en el territorio de la península ibérica, y
aunque fue derogada en el año de 654 d. C., cuando fue sustituido por el Liber Iudiciorum, fue el corpus
jurídico romano más utilizado y el más completo de la Alta Edad Media.

La Lex Romana Burgundionum

Compilación promulgada probablemente en varias partes entre 483 y 515 por los monarcas
burgundios, Gundebaldo y su hijo Segismundo. La obra estaba dirigida a los súbditos romanos
asentados en la región correspondiente a la actual Borgoña. Este código divido en cuarenta y seis libros,
de los cuales los primeros treinta y seis se refieren a la Lex Burgundionum. Otras fuentes que la integran
son los códigos Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano, así como la Institutiones de Gayo y el Código
de Eurico.
Justiniano y su intento por recuperar Occidente

Con la caída del último emperador romano de Occidente


en al año 476 d. C. culmina la Edad Antigua y da inicio
la Edad Media. Sin embargo, lo que en realidad existió
fue un largo periodo de transición, que comenzó casi
insensiblemente. En efecto, antes de que el Imperio de
Occidente cayera, había comenzado la decadencia de la
cultura romana y el inicio de la cristianización del
Imperio; la evolución social y económica hacia formas
más simples, así como la continua afluencia de
(13)Justinia no (483-
elementos de origen bárbaro, elementos todos que
565)
pusieron los cimientos sobre los que había de asentarse
el mundo Occidental de la Baja Edad Media.

La obra compiladora de Justiniano

El Corpus Iuris Civilis

El programa legislativo de Justiniano se desarrolló por grados y fue ampliándose y


complementándose hasta alcanzar el plan de una compilación de todo el derecho
existente en su época. Para cumplir con su programa, Justiniano encargó a una
comisión integrada por diez miembros, entre los que destacaron oficiales y juristas,
entre ellos Juan de Capadocia, Teófilo y sobre todo Triboniano, una compilación de las
mejores constituciones, una antología de los grandes jurisconsultos, así como la
redacción de una manual de derecho con vistas a la utilización didáctica. Con esta
finalidad práctica, tanto las antiguas leyes como las nuevas normas emanadas de la
voluntad de los emperadores fueron modificadas en todo lo necesario para poder ser
aplicadas y obtener el carácter de ley vigente; hubo por lo tanto la necesidad de
cercenar partes, añadir otras y eliminar las contradicciones y oscuridades de los
textos.

Analice a continuación las características y el contenido de dicha compilación jurídica,


la cual está dividida en cuatro partes: Código, Digesto, Instituciones y Novelas.

CODEX
En 529 Justiniano encargó a una comisión realizar una compilación de leges. La compilación fue
publicada el 7 de abril del 529 bajo el título de Codex Iustinianus; se trataba de una compilación de
constituciones imperiales, destinadas a sustituir a los precedentes Código Gregoriano, Hermogeniano
y Teodosiano. Años más tarde, Justiniano encargó una nueva edición del Codex a fin de actualizar e
incorporar sus propias leges. La nueva edición se publicó en diciembre de 534. La constitución más
antigua data de la época de Adriano y la más moderna es del propio Justiniano de noviembre de 534. El
Código está dividido en doce libros y éstos en títulos. Las constituciones están colocadas
cronológicamente y en el encabezado contienen el nombre del emperador, el destinatario de la norma
y la fecha de expedición. En el Codex se regulan materias de derecho público, derecho eclesiástico y en
menor medida derecho privado.
DIGESTO
Con la expedición de la constitución Deo auctore del 15 de diciembre de 530, Justiniano autorizó a
Triboniano para que nombrara a una comisión, a fin de realizar una selección de textos de los juristas
clásicos con el objeto de adecuarlo a la realidad social del siglo VI, evitando eventuales contradicciones
y antinomias. Esta obra fue publicada mediante la constitución Tanta el 16 de diciembre de 533 bajo el
nombre de Digesta (en latín) o Pandectae (en griego). Obra dividida en cincuenta libros y estos en títulos
compuestos con más de nueve mil fragmentos, pertenecientes a 39 juristas. Cada cita va precedida de
una inscripción en la que se menciona el jurisconsulto y la obra de donde se extrajo. Contiene normas
fundamentalmente en materia de derecho privado.
INSTITUCIONES
Ese mismo año de 533 Justiniano encargó a Triboniano y los profesores Teófilo y Doroteo, la
compilación de un manual elemental de derecho destinada a los jóvenes que afrontaban los estudios
jurídicos, las primeras nociones generales y fundamentales. La obra debía sustituir al texto de Gayo, por
lo que también le titularon Institutiones y fue publicada por la Constitución Imperatoriam, el 21 de
noviembre de 533. Dividida en cuatro libros (personas, cosas, obligaciones y acciones) con un valor no
sólo didáctico, sino también legislativo.
NOVELAS
Finalmente en el año de 565 se publicaron las novellae constitutiones, también conocidas como Novellae,
compuesto de las constituciones imperiales que Justiniano promulgó con posterioridad a la segunda
edición del Codex; esto es, después de 534.

¡Importante!
Al respecto de los abordado previamente, realice el estudio del siguiente
documento, ya que se retomará en su “Experiencia de aprendizaje”:

• Di Pietro, Alfredo, Capítulo I, “Historia de las instituciones políticas


romanas”, en Derecho privado romano, Buenos Aires, Depalma, 1996, pp. 3-30.

Derecho romano posterior a Justiniano


Justiniano atribuyó a cada una de las partes de su compilación igual valor normativo,
empero parece ser que en la práctica se utilizaron el Código y las Novelas, en cambio,
el Digesto y las Instituciones tuvieron un valor más doctrinal y didáctico.

En su conjunto, la legislación de Justiniano tuvo desde sus orígenes reconocimiento


legal, incluso en Occidente, ya que algunos reyes bárbaros tuvieron o fingieron poseer
algunos territorios en nombre del emperador; poco tiempo después, la invasión de los
lombardos consumió la separación de Oriente y de Occidente y lanzó definitivamente
a la misma Italia, y a la mayor parte de sus regiones al nuevo mundo romano-
germánico.
Las modificaciones posteriores y las elaboraciones bizantinas del derecho justinianeo
provocaron graves quebrantos al texto original, sólo que una nueva historia del
derecho romano se abría en Occidente a partir del conocimiento de esta compilación
que en el año del siglo XVI se le conoció con el nombre de Corpus Iuris Civilis, cuya
autoridad en años posteriores y gracias a la escuela de Bolonia se extendió
enteramente por toda Europa, para constituir la base del derecho y de la cultura
jurídica en todos los pueblos civilizados.

¡Importante!
Si bien los fragmentos de iura y leges no fueron escritos sin alteración alguna, también
no es menos cierto que el móvil que llevó a Justiniano a realizar tal compilación fue
darle vigencia a un conjunto de normas jurídicas que habían caído en desuso.

La recepción del Derecho Romano

La base jurídica de distintos Estados actuales encuentra su primer antecedente en el


Derecho Romano y en especial el Corpus Iuris Civili, obra del gran Emperador
Justiniano.

En Oriente

En el imperio de Oriente la historia del derecho romano permaneció ininterrumpida


hasta la caída de Constantinopla por los turcos en el 1453, siendo el derecho bizantino
el último bastión del muy lejano derecho clásico recapitulado por Justiniano, quien
creyendo en la perfección de su obra prohibió que se hicieran comentarios o índices a
la misma. Sin embargo, el propio Justiniano hizo excepciones, permitiendo
traducciones literales al griego con índices y paratitla; esto es, explicaciones
abreviadas de algunos pasajes del Digesto y del Código.
Para saber más ...
Hacia el año de 1345 un juez de Tesalónica, Harmenópulus, elaboró un manual
compuesto de seis libros al que se le conoce con el nombre del Hexabiblos, obra que
permaneció teóricamente como la base del derecho griego hasta la expedición del
Código Civil de 1946.

En Occidente

La caída del derecho romano de Occidente no supuso la desaparición del derecho


romano. Los súbditos romanos estaban bajo el poder de diversos grupos bárbaros al
sur de Francia; España e Italia continuaron rigiéndose bajo el derecho vulgar mediante
la aplicación de la Lex romana visigothorum. Por otra parte, la compilación justinianea
fue promulgada en el sur de Italia en el 554, perdurando las Instituciones, el Código y
las Novelas. Tras la muerte de Justiniano, los lombardos se apoderaron de Italia, salvo
ciudades como Rávena que quedaron bajo el poder de los bizantinos.

Escuela de los glosadores

No fue sino hasta finales del siglo XI cuando el derecho romano comenzó a enseñarse
nuevamente y se produjo un movimiento de renovación de su estudio. En el año de 1094,
Irnerio, un monje italiano, encontró en la Biblioteca de Pisa un ejemplar del Digesto al que
trasladó para su estudio a la Universidad de Bolonia. A través del estudio de la obra de
Justiniano se fundó la escuela de los glosadores. El método de trabajo utilizado fue a través de
glosas; esto es, de elaborar aclaraciones al contenido de los textos justinianeos. Estas
anotaciones podían hacerse al margen del texto (glosa marginal) o intercaladas en el propio
texto (glosa interlineal). Los principales representantes de esta escuela fueron Bulgaro,
Martino, Jacobo y Hugo. Un siglo más tarde, Accursio, reconoció que el método exegético
utilizado por los glosadores estaba en crisis, por lo que decidió hacer una depuración de casi
cien mil glosas, publicando en la primera mitad del siglo XIII la denominada Glossa
Magna también llamada Glosa Acursiana.

Escuela de los comentaristas

En el siglo XIV un grupo de estudiosos de la obra de Justiniano continúo con la obra de los
glosadores a través del uso de un nuevo método de estudio distinto al exegético. Esta nueva
escuela de estudio del derecho romano fue conocida como la de los posglosadores o
comentaristas. Formaron parte de esta escuela juristas como Bartolo de Sassoferrato, Baldo
de Ubaldis y Cino da Pistoia, quienes utilizaron un modelo escolástico con la intención de
establecer generalizaciones de las materias que atendieran a los problemas de la época,
sirviendo a los jueces y estudiosos. Fue a través de esta escuela, principalmente por obra de
Bartolo, que el estudio del derecho romano y del derecho canónico se convirtiera en el Ius
commune de Europa.
La escuela humanista

Para los glosadores y los comentaristas, la obra de Justiniano fue considerada perfecta en sí
misma, llamando a esta forma de estudiar al derecho romano el mos italicus. Hacia mediados
del siglo XVI surgió la escuela de los humanistas; se trataba de otra forma de estudio de
carácter culto del derecho romano justinianeo al que se denominó mos gallicus, por ser sus
representantes de origen francés. Este movimiento abandonó la idea de la razón misma del
derecho romano, para buscar el imperio de la razón que tenía la compilación. Integraron este
movimiento Jacques Cujas (1522-1590) y Hugo Doneau (1527-1591).

La escuela del derecho natural

En los siglos XVII y XVIII los intereses de los humanistas fueron sustituidos por el nuevo
racionalismo de la escuela del derecho natural. Sus partidarios negaron la autoridad
incuestionable que los comentaristas habían hecho del Corpus Iuris Civilis, pero encontraron
en el derecho romano la materialización del derecho natural a través del uso de la razón,
derivados de principios inherentes en la naturaleza del hombre y la sociedad. Uno de los
exponentes de esta escuela fue el holandés Hugo Grocio (1583-1645) quien en su obra De iure
bellia e pacis, base del derecho internacional, utilizó la concepción del derecho natural y del
derecho de gentes de corte romano. En Alemania destacaron Samuel von Pufendorf (1623-
1694), Christian Thomasio (1655-1728) y Christian Wolf (1679-1754).

En el mundo contemporáneo

Pulse en cada concepto para desplegar el contenido. Al pulsar en otro, el


desplegado volverá a su posición inicial.

Movimiento codificador
En el siglo XIX los estudios que hasta entonces se habían realizado respecto del derecho
romano sirvieron de base para la creación de códigos civiles compuestos por reglas y
principios jurídicos básicos. Estos ideales se cristalizaron con la promulgación del Código
bávaro en 1756 y el prusiano en 1794. En 1804 fue publicado el Código Civil de Napoleón,
cuyo contenido de base romana fue retomado en los códigos de Holanda, España, Italia,
Bélgica, Lousiana, Quebec, Egipto y México. En la actualidad, el estudio del derecho
romano ha continuado, no sólo desde una perspectiva academicista, sino que algunos de
sus principios básicos se utilizan en la interpretación del derecho de la codificación y su
aplicación en los tribunales.
La escuela histórica
En los albores del siglo XIX surgió en Alemania un movimiento denominado la escuela
histórica, que, a diferencia de la escuela de derecho natural, abogó por entender al derecho
romano no como producto de la razón humana, sino como el producto vivo nacido del
espíritu del pueblo. Esta corriente tuvo sus más conspicuos representantes en Alemania,
entre ellos, Gustavo Hugo (1764-1844), Friedrich Carl von Savigny (1779-1861), Rudolf
von Ihering (1818-1892) y Georg Friedrich Puchta (1798-1846).
Para saber más ...
En Alemania, en cambio, Savigny argumentó que no era tiempo de elaborar un
código alemán hasta que no se hubiera realizado un estudio mucho más profundo del
derecho romano. Esta escuela, conocida como la pandectística alemana, logró
retrasar la promulgación del Código Civil alemán hasta el año de 1900, con el
establecimiento del Imperio alemán.

La pandectística alemana
En 1495 se produjo en Alemania la recepción del Corpus Iuris Civilis; desde ese momento,
el derecho romano fue aplicado a través de la actividad judicial. En el siglo XIX los juristas
alemanes, estudiando su derecho positivo, comenzaron a interpretar ese derecho a través
de la llamada jurisprudencia de conceptos. El resultado de estos estudios dio paso en 1900
a la expedición del Código Civil alemán (BGB: Bürgerliches Gesetzbuch).

Fuentes de consulta

Bibliografía

• Bernal, Beatriz y Ledesma, José de Jesús, Historia del derecho romano y de los
derechos neorromanistas, 15.a ed., México, Porrúa, 2011.
• Burdese, Alberto, Manual de derecho público romano, Barcelona, Bosch Casa
Editorial, 1973.
• Di Pietro, Alfredo, Derecho privado romano, Buenos Aires, Depalma, 1996.
• Fernández de Buján, Antonio, Derecho público romano, 14.a ed., Madrid, Civitas,
2011.
• Metro, Antonio, Las fuentes del derecho romano, Madrid, Depalma, 2003.
• Morineau, Martha e Iglesias, Román, Derecho romano, 4.a ed., México, Oxford
University Press, 2010.

Documentos publicados en Internet


• Justiniano, Cuerpo del derecho civil romano, t. i instituta-Digesto, Primera,
segunda y tercera partes, Trad. y compilador García del Corral, Ildefonso,
disponible en http://bit.ly/2rW3AgJ, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, Cuerpo del derecho civil romano, t. IV Código Libros primero al quinto,
Trad. y compilador García del Corral, Ildefonso, disponible
en http://bit.ly/2GvzbhD, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, Cuerpo del derecho civil romano, t. V, Código Libro sexto al
decimosegundo, Trad. y compilador García del Corral, Ildefonso, disponible
en http://bit.ly/2DQ7e6s, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, Cuerpo del derecho civil romano t. III Digesto sexta y séptima parte,
Trad. y compilador García del Corral, disponible en http://bit.ly/2FsolYv,
consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, Cuerpo del derecho civil romano, t. VI, Novelas de Justiniano, Trad. y
compilador García del Corral, Ildefonso, disponible en http://bit.ly/2FvtJu3,
consulta: 30/01/2018.
• Quintana Orive, Elena, “El Hexabiblos de Harmenopoulos y su recepción en los
países del este de Europa”, en Revista General de Derecho Romano, núm. 15,
2010, disponible
en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3352857, consulta:
19/03/2019.
• s. a., Ley de las XII Tablas, s. f., disponible
en http://www.thelatinlibrary.com/12tables.html, consulta: 30/01/2018.

Sitio electrónico

• Consultdom, Técnicas para estudiar


derecho, https://consultdom.com/tecnicas-para-estudiar-derecho/

Imágenes

• (1) s. a., [Brutus Barberini], [fotografía], 2009, tomada


de http://bit.ly/1L3QHJH, consulta: 30/01/2018.
• (2) s. a., [Primer Triunvirato], [fotografía], 2012, tomada
de http://bit.ly/2Ep0Xf7, consulta: 30/01/2018.
• (3) s. a., [Denario], [fotografía], 2008, tomada de http://bit.ly/1OsQZdt,
consulta: 30/01/2018.
• (4) Insua, Fernando, [Tablas], [fotografía], 2014, tomada
de http://bit.ly/1KyCxuE, consulta: 22/09/2015.
• (5) Kabel, Mattias, [Copia del fragmento del edicto de precios máximos de
Diocleciano], [fotografía], 2007, tomada
de https://es.wikipedia.org/wiki/Edicto, consulta: 30/01/2018.
• (6) s. a., Aureus de Octavio, [fotografía], 2008, tomada de http://bit.ly/1KLIwjg,
consulta: 30/01/2018.
• (7) Nguyen, Marie-Lan, [Emperador Adriano], [fotografía], 2013, tomada
de http://bit.ly/1iw1nni, consulta: 30/01/2018.
• (8) Alleconell, [Diocleciano], [fotografía], 2009, tomada
de http://bit.ly/1KzmvzG, consulta: 30/01/2018.
• (9) s. a., [Constantino], [fotografía], s. f., tomada de http://bit.ly/1L5gn8P,
consulta: 30/01/2018.
• (10) Strahlheim, [Teodosio], [fotografía], 2008, tomada
de http://bit.ly/1KAi60k, consulta: 30/01/2018.
• (11) s. a., [Valentiniano III], [fotografía], 2005, tomada de http://bit.ly/1iLFOjr,
consulta: 30/01/2018.
• (12) s. a., [Teodosio II], [fotografía], 2005, tomada de http://bit.ly/2Etw8Gl,
consulta: 30/01/2018.
• (13) Petar Milošević, [Justiniano], [fotografía], 2015, tomada
de http://bit.ly/1iLG566, consulta: 30/01/2018.
• (14) s. a., [Paratitla], [fotografía], s. f., tomada de http://bit.ly/1j9n6C5, consulta:
30/01/2018.
• (15) Schillababa, [Isáurico], [fotografía], 2007, tomada de http://bit.ly/1L5iwS3,
consulta: 30/01/2018.
• (16) s. a., Alfabeto griego, [fotografía], 2013, tomada de http://bit.ly/1QxPmJ8,
consulta: 30/01/2018.
El Derecho Romano como Ciencia Práctica

Introducción

Una de las notas características de la cultura romana es el pragmatismo subyacente en su


filosofía y vida política. En efecto, mientras que el pensamiento griego partía de ideales,
valores y una verdad basada en abstracciones, en el pensamiento romano la verdad se
encuentra ligada con la utilidad y si sirve para algún fin. Así, la vida romana se asentó bajo
ese anhelo de ideal y vinculación con fines, y en donde el derecho también participó de
esas notas de esa expresión práctica.

En ese marco, el derecho romano se desenvolvió a partir de las respuestas dadas por los
jurisconsultos para tratar de solucionar determinados problemas, y que se concretaron en
la jurisprudencia. En la búsqueda de estas respuestas, se buscó concretar ideas de
humanismo, libertad (para ciudadanos romanos), nacionalismo, fidelidad y seguridad,
además de estar presente el juzgar con base en la justicia y equidad.

Así, el derecho romano arroja una visión particular en torno a la reflexión jurídica, en donde
la prudencia y la moral adquieren un lugar significativo en la solución de controversias.

En este esquema, en la
presente unidad exploraremos
el tema del casuismo y la
jurisprudencia en Roma, para lo
cual se expondrán las
principales notas de la
jurisprudencia en la República,
la época clásica y posclásica.
Asimismo, se explorará el
método del caso, el uso de
fuentes jurídicas romanas y una
breve referencia a los casos
presentados conforme al
derecho romano, como el punto
de partida para gestar las
instituciones de derecho (1) Jurisprudencia en Roma
privado.
Objetivo

El alumnado comprenderá la forma en que procedían los Juristas romanos para la solución
de casos a partir del análisis de fragmentos de obras de juristas romanos, con especial
atención al Digesto y las respuestas dadas por los jurisconsultos.

Temario

Unidad 3. El Derecho Romano como Ciencia Práctica

• 3.1. Casuismo y jurisprudencia Romana


• 3.2. El uso de fuentes jurídicas romanas
• 3.3. El uso de fuentes jurídicas romanas
• 3.4. Casos de acuerdo con el derecho romano a fin de comprender cómo se
gestaron las instituciones de derecho privado

La casuística como método de aprendizaje

El casuismo o casuística formó en gran medida, parte del desarrollo del pensamiento
jurídico en Roma, pues como sabrá, los jurisconsultos romanos se basaban en su
experiencia y en el uso del sentido común para la resolución de controversias.

Pero a todo ello, ¿qué es el casuismo?

El casuismo es un método inductivo en virtud del cual se efectúa la comparación de casos


similares para lograr una opinión sobre un hecho particular. Ahora bien, si trasladamos el
uso de la casuística a la actualidad, podemos decir que se trata del uso de razonamientos
lógicos-jurídicos por parte del abogado en el ejercicio de su profesión para la defensa de su
cliente o para sostener la acusación de éste sobre su contraparte; o bien, podemos decir
que se trata del uso de razonamientos lógicos- jurídicos por parte del juez para resolver un
caso, conforme a la experiencia adquirida en otros casos resueltos por éste.

Notará entonces, la importancia que tiene para quien ejerce el derecho desarrollar su
capacidad de reflexión, análisis y argumentación de los temas que estudia, por ello,
consideramos al casuismo como una herramienta de aprendizaje que le será de utilidad en
el ejercicio de su profesión. Claro que para hacer uso del método casuístico deberá tener
ya un conocimiento previo de las normas que se aplicaron en los casos comparados a fin
de conocer si éstas aplican el caso en particular. Por ello le instamos a que en el transcurso
de la carrera, se dé a la tarea de relacionar los temas vistos con casos prácticos, o con la
vida cotidiana para el desarrollo de su capacidad de análisis y argumentación.
(2) Razonamiento

Casuismo y jurisprudencia

El casuismo en el pensamiento jurídico romano

Expone Rabinovich (2006: 136), la palabra caso es elocuente, en tanto que se


remonta al participio pasivo del verbo “caer”, es decir, es algo que ha caído, y en
Roma tiene a veces el sentido de una fatalidad, inclusive con carga negativa, de
manera que el caso es algo así como una dolencia social, un conflicto infortunado
que quiebra una situación pacífica.

La nota particular que adquiere la solución de estos conflictos en el derecho romano


se vincula con la búsqueda de idear respuestas a esos casos, a partir de un sentido
común, precedentes, criterios y valoraciones susceptibles de aplicarse a situaciones
concretas.

Así, surge el casuismo, como centro del pensamiento jurídico en Roma, representa
el resultado de la unión del pragmatismo y búsqueda de soluciones al sentido
común. Así, el jurista romano no tiende a generalizar o abstraer, sino a tomar
hipótesis de conflicto concretas, reales o seriamente posibles (Rabinovich, 2006:
133).

En el casuismo, subyacía la idea de que los principios del derecho son dialécticos y
por tanto cambiantes y adaptables a cada época y para cada momento histórico,
por lo que dejan de ser especulaciones puramente filosóficas y morales para
convertirse en reflexiones jurídicas, cuando deben ser aplicadas en cada caso
concreto. En este marco, el derecho romano se alimentó en gran medida por un
saber socialmente reconocido que encarnaban los juristas y jurisprudentes
(Medellín, 2000: 32).

Desarrollo de la jurisprudencia
Junto con el casuismo, Roma se caracteriza por un vasto desarrollo de la
jurisprudencia, cuya actividad característica de la jurisprudencia fue dictaminar
(respondere) sobre casos concretos reales que plantean al jurista (Castresana,
2007: 91).

En este marco la jurisprudencia “es la ciencia y la práctica del derecho, definida


como el conocimiento de las cosas divinas y humanas y la ciencia de lo justo y de
lo injusto –iurisprudentia est divinarum atque humanarum rerum notitia, iusti atque
iniusti scientia”– (Bravo González y Bravo Valdés, 1997: 25).

Una noción adicional de jurisprudencia se vincula con el caudal de opiniones


expresadas por personas especializadas, que basados en sus conocimientos de lo
que se podría considerar derecho positivo y su fina intuición de lo justo, resuelven
casos problemáticos, reales o hipotéticos (Margadant, 2002: 34).

Esas opiniones integraban una parte significativa del derecho en Roma. En este
marco, se observa que los primeros jurisconsultos eran sacerdotes, lo cual se
aprecia de la íntima relación entre la religión y el derecho. Sin embargo, de manera
más concreta el desarrollo de la jurisprudencia se ubica en la época republicana,
clásica y posclásica, en los términos que a continuación se explorará.

Jurisprudencia republicana

La jurisprudencia republicana era esencialmente casuística o problemática, ya que


se ocupa de casos concretos y ofrece soluciones de justicia para cada uno de los
problemas específicos que se plantean en el caso (Castresana, 2013: 93-94).

Ser parte de un derecho de precedentes que tiene su fundamento en la auctoritas


prudentium de los primeros maestros que resolvieron intuitivamente los casos con
gran acierto y elaboraron unos criterios de justicia que después se utilizaron como
procedentes. En este esquema, la analogía se descubre como un método útil en la
creación jurídica, que permite aprovechar las mejores respuestas de la
jurisprudencia, y así las decisiones adoptadas en principio individualmente para un
caso concreto empiezan a generalizarse y ello por dos motivos: por el prestigio del
jurista, autor de la solución de justicia, y por la propia trascendencia del caso
resuelto, que convierte ese caso en un “caso-guía” o “modelo de solución” para
otros. Así bajo la fuerza de precedentes, aplicaciones analógicas y elaboraciones
de casos-guía, la jurisprudencia romana llegó a la formulación de principios jurídicos
abstractos inducidos de sucesivas decisiones concordes. Se parte de las regulae
iuris, las definitiones y las distinctiones, que serán recitadas ante los órganos
jurisdiccionales romanos por los jóvenes letrados con la finalidad de que los jueces
las tomen en consideración al tiempo de dictar sentencia. Así se consigue que la
doctrina jurisprudencial se conozca y se aplique, y así la jurisprudencia conquista el
puesto de honor que ocupa en las fuentes de creación del derecho.

Entre los juristas principales de la República sobresale Sexto Elio Peto Cat (198 a.
C.), Quinto Mucio Escévola (142-82 a. C.), Aquilio Galo y Servio Sulpicio Rufo (106-
43 a. C).
Jurisprudencia clásica

La edad de oro de la jurisprudencia clásica se extiende desde Augusto hasta los


Severos, desde el 27 a. C. hasta el 235 d. C., quienes para la resolución de casos
laboran bajo el signo bonum et aequum, de lo bueno y de lo justo, amén de
sistematizar el derecho tradicional y enriquecerlo con sus propios aportes
(Castresana, 2013: 99).

Al efecto, el Dr. Jorge Mario Magallón Ibarra (2000: 219), en su obra La senda de la
jurisprudencia romana, expone las características del derecho que surgió en el
periodo clásico en Roma, en donde encontramos las siguientes:

Consensualismo, que modifica los aspectos formalistas que primariamente


caracterizaron al derecho romano, operan su transformación básicamente en la
materia contractual, en la que el simple acuerdo de voluntades perfeccionaba la
operación concertada, sin exigir su cumplimiento, y coadyuva para ello el tráfico
mercantil y la influencia notoria que producía el jus gentium. A ello se agrega el
principio de oralidad del proceso y la participación de él en su escritura.

Su cosmopolitismo, que manifiesta en la proyección universal de su derecho, y


que propicia el desvanecimiento de su carácter nacionalista originario.

La influencia que aportó el casuismo, que exigía el conocimiento y solución de los


problemas prácticos que diariamente se planteaban, de manera que requerían un
juicio analítico que propiciara la solución acertada.

La flexibilidad de las normas que le caracterizaron, mediante la contribución hacia


ello, en la que participaron los pretores y ediles en la administración de justicia, que
conjugan los factores que propiciaban la equidad y la buena fe.

La propensión hacia la actividad creadora de los jurisconsultos de esa época fue


estimulada por la paz establecida por Augusto.

La ineludible transición dentro de la tendencia de la estatificación, que perfila la


actividad de los jurisconsultos dentro de una burocracia que quedó al servicio de la
monarquía absoluta.

Asimismo, junto con la idea de justicia, equidad y prudencia, Magallón (2000: 188-
200) expone los grandes valores jurídicos de la jurisprudencia romana clásica, entre
los que se encuentran:

➢ Idea y devoción de la nación


Consistente en el arraigo a la tierra en la que se ha nacido y la participación en la
comunidad que se integra con quienes tienen el mismo vinculo, que se ve robustecido
por la comunidad de sangre recibida de sus padres, que integra un sentimiento o
conciencia de identidad en la participación de una comunidad política.
➢ Libertad como supremo valor
Que era una cosa pública, y de donde se deriva el régimen del derecho privado, con el
consecuente sistema de la autonomía de la voluntad, que le imprime un carácter
individualista.

➢ Humanismo
El cual se pretendía concretar al reconocimiento del valor de la dignidad y la dimensión de
una condición de la verdadera sublimidad, los cuales solo podían ser atribuibles a la
persona humana que tenía que ser colocada por encima de las cosas vivientes. Abarca una
educación moral y espiritual que se manifiesta como benevolencia y voluntad de hacer el
bien.

➢ Destino terreno del hombre


Implica tener presente al hombre a partir de su origen, sin el cual no tendría razón de
existir.

➢ Fidelidad y seguridad
Que sujeta al hombre a ceñirse a lo que su palabra ha propuesto, latente en la
omnipotencia del régimen de la autonomía de la voluntad.

Entre los juristas destacados en el periodo clásico, se encuentran:

Emilio Papiano

Destacó por su profundidad y


agudeza de pensamiento, que le
llevó a proponer soluciones
equitativas que se diferenciaban
notablemente de otras basadas
en el rigorismo técnico de sus
predecesores. Entre sus obras
destacan 37 libros de cuestiones
y 19 libros de respuestas.

(3) Papiano
Paulo
Considerado como el autor más
fecundo entre los jurisconsultos
romanos. Fue el más crítico y
especulativo. Escribió cuarenta
y seis obras en trescientos
diecinueve libros, entre los que
destacan 78 ad edictum y 16 ad
sabinum, 26 de cuestiones y 23
de respuestas.

Paulo

Domicio Ulpiano

Muestra erudición en sus libros


y discusiones animadas por su
valor moral y precisión notable
en la exposición de sus temas,
así como gran claridad en su
argumentación. Su obra más
conocida fue De excusationibus.

Ulpiano

Herenio Modestino

Se le reconoce como autor de doce


libros de Pandectas, diez de Reglas
y 9 de Diferencias y seis sobre las
excusas de la tutela.

Modestino
Jurisprudencia posclásica

La dinámica de solución de casos se mantendrá hasta la época posclásica, en la


cual la jurisprudencia pierde su creadora y sus funciones son absorbidas por los
órganos imperiales (Panero, 1997: 102).

En efecto, pese al esplendor de la jurisprudencia romana en la época clásica, se


observa una progresiva eliminación de la autoridad de los juristas, acentuada en el
periodo del emperador Tiberio quien inició un sistema bajo el cual se autorizaba a
ciertos juristas para que pudieran dar respuestas con la autoridad del príncipe (ius
respondendi ex auctoritate principis), con lo cual las respuestas de los juristas
valieron sólo si eran autorizadas por el príncipe, por lo que los juristas que querían
influir tenían que ganarse el favor del príncipe, con lo cual la jurisprudencia perdió
su independencia (Adame, 2017: 24).

¡Importante!
Para profundizar en torno a los orígenes de la jurisprudencia en Roma, consulte el
siguiente artículo que además se retomará en su “Experiencia de aprendizaje”:

• Rolando Tamayo y Salmorán, “Jurisprudencia y formulación judicial del


derecho (Principium)”, en Isonomia Revista de Teoría y Filosofía del Derecho,
México, núm. 21, octubre de 2004, disponible en https://bit.ly/2IG8MRB, consulta:
17/04/2019.

El método del caso

El método del caso supone que cada solución de un caso práctico se daba en el
convencimiento y con la voluntad de que se debía dar la misma solución a los
hechos acontecidos en un caso. De esta manera, se prescinde de los conceptos
generales y se aprecia una resistencia a la formulación abstracta de las normas,
que en su lugar se ve reemplazada por la abstracción de algunas circunstancias del
caso (Fritz, 2000: 61-87).

Inicialmente, en el método del caso, cada respuesta sirve como precedente o


ejemplo para resolver casos semejantes, lo cual permitió formar el derecho como
un saber autónomo, que tiene sus propias nociones, reglas y métodos, inserta en
una organización política determinada (Adame, 2017: 19).

Dentro del método de caso, destaca el valor asignado al tradicionalismo y


continuidad, sobre todo en el periodo republicano, que se vislumbraba en el hecho
de que el valor de los precedentes nunca fue desestimado por los jurisconsultos,
que siempre examinaban meticulosamente los medios empleados por los
antecesores para llegar a las conclusiones que entrañaban un resultado que fuera
justo. La labor que empleaba la analogía era parte de toda la sistemática que ponía
en juego para establecer las semejanzas y diferencias de la casuística que iban
desentrañando (Magallón, 2000: 146).

¿Sabía que...?
En el desarrollo de la jurisprudencia fue significativa la participación de los abogados
en Roma. Para pronta referencia en torno al ejercicio de la abogacía, se recomienda
consultar el siguiente documento:

• Zoltán Méhész, Kornél, “Carácter del Antiguo Abogado Romano”,


en Jurídica. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad
Iberoamericana, núm. 3, 1971, disponible en https://bit.ly/2VQ4Hy5, consulta:
17/04/2019.

El uso de fuentes jurídicas romanas


Se llama “fuente” del derecho “a los diversos actos de donde brota el derecho, es
decir, a las formas por las que se produce” (Adame, 2017: 16). En general se aprecia
que el derecho es obra de los juristas, procedente de la autoridad de los prudentes
(auctoritas prudentium) en el discernimiento de lo justo, así como de la potestad de
los magistrados en su formación, mediante edictos, y de los comicios, a través de
leyes, y ya en el derecho posclásico, la única fuente del derecho es la legislación
emanada del emperador. En el presente apartado referiremos brevemente a las
fuentes jurídicas romanas, con la finalidad de apreciar de manera concreta la
relevancia de la jurisprudencia en el derecho romano, particularmente en el periodo
clásico.

Las fuentes del derecho privado romano (Gordillo, 2015: 40) se clasifican en:

Fuentes reales
Consistente en los acontecimientos de diversa índole (políticos, sociológicos,
económicos, religiosos) que motivan la aparición de determinada norma jurídica.

Fuentes formales
Consistente en los procedimientos a través de los cuales se producen las
disposiciones jurídicas, entre las que se encuentran la costumbre, leyes votadas en
comicios, plebiscitos, senadoconsultos, constituciones imperiales y el edicto de los
magistrados jurisdicientes.

Fuentes históricas
Consistentes en los textos que se han conservado en obras jurídicas y literarias, a través de las
cuales se obtiene información del derecho romano (ejemplo Digesto o Institutas).
Por su relevancia, se estima conveniente aludir a las fuentes formales existentes en
el derecho arcaico, en la monarquía, en la época clásica y posclásica con la finalidad
de identificar el rol que adquirió la jurisprudencia en el desarrollo del derecho
romano.

Derecho Arcaico
La primera fuente del derecho romano arcaico fueron las costumbres de los
antepasados recogidas por un grupo de diez magistrados en la Ley de las
XII Tablas, publicada en el año 450 a. C., la cual contenía una serie de
preceptos jurídico y funerarios provenientes de la tradición y de las leyes
griegas. Junto a dicho ordenamiento, adquiere relevancia la labor de
interpretación de las XII Tablas por parte de juristas, la cual adquirió un
matiz creativo, a través de la cual se fueron creando un orden jurídico más
amplio, adaptado a las necesidades prácticas (Adame, 2017: 18).

Monarquía
En la época monárquica, la costumbre fue la principal fuente de derecho, la
cual existe cuando la comunidad realiza constantemente una serie de actos
de modo uniforme y que adquiere carácter obligatorio en el grupo social
que los practica. Dicha costumbre se integra por un elemento objetivo, la
inveterata consuetudo –uso prolongado y constante– y otro subjetivo, la
opinio iuris seu necessitatis –convicción de que esa práctica es
jurídicamente obligatoria– (Ventura, 2011: 20).

Por su parte, la ley consistía en cualquier deliberación con contenido


normativo proveniente del populus romanus reunido en los comicios sobre
la propuesta del magistrado y confirmada por el Senado, la cual se
integraba por tres partes:

la praescriptio, que contiene el nombre del magistrado proponente, lugar y


fecha de la votación, la clase de comicio, centuria o tribu, que votó
primeramente y el nombre del ciudadano que primero lo hizo dentro de
ellas.
la rogatio, que es el contenido o texto de la ley.
la sanctio, que establece las disposiciones para asegurar el contenido de
la ley (Ventura, 2011: 20).
Por su parte, la jurisprudencia, como fuente del Derecho designa a las
respuestas de los prudentes (responsa prudentium), es decir, a los
dictámentes (sententiae) y opiniones (opiniones).
Época clásica
En la época clásica, la principal fuente del ius es la labor conjunta de los
juristas o jurisprudencia, integrada por las opiniones de aquellos que saben
de lo justo e injusto, que les confiere la autoridad propia de los prudentes
(auctoritas prudentium) (Adame, 2017: 19).

Junto con la jurisprudencia adquieren relevancia las siguientes fuentes


(Adame, 2017: 20-27):

Al margen de dichas fuentes adquiere relevancia la literatura jurídica


clásica, integrada por los siguientes libros:

Libros de respuestas (responsa), que son colecciones de respuestas dadas


por los juristas a las consultas que le fueron hechas.
Las cuestiones (quaestiones), que son colecciones de casos prácticos, de
difícil solución, algunos incluso imaginarios y destinados a la enseñanza.
Los digestos (digesta), que son colecciones de casos y comentarios
conformadas de acuerdo con el orden del edicto del pretor.
Los comentarios al edicto del pretor o al derecho civil de Sabino y a otros
libros de juristas.
Libros monográficos sobre materias específicas, como tutelas o hipotecas.
Época posclásica
La época posclásica se inicia con una profunda transformación política
llevada a cabo por Diocleciano, que establece el imperio como nueva forma
de gobierno. En este régimen, la fuente primordial del Derecho va a ser la
voluntad imperial manifestada en las leyes, con lo cual la jurisprudencia
decaerá significativamente (Adame, 2017:27).

Como clases particulares de constituciones imperiales (González de


Cancino, 2003: 106-107), se encuentran las siguientes:

En esta época, adquiere igualmente relevancia el Corpus Iuris Civilis,


correspondiente a la compilación ordenada por Justiniano, integrado por
los siguientes libros:

Codex, que compilaba las leyes desde Constantino hasta Teodosio II


(abreviatura para citas CJ).
El Digesto que recoge buena parte de las obras de los juristas de la etapa
clásica. Se divide en libros, y éstos en títulos, con sus propias rúbricas,
párrafos y parágrafos. Se cita por el nombre del jurista, la letra D, seguida
del libro, título, párrafo y parágrafo.
Instituciones de Justiniano, que correspondía a un libro de texto elaborado
para fines de formación educativa de los juristas, integrado por cuatro
libros e inspirado por las Instituciones de Gayo.
Las Novelas, que contienen una colección de 161 leyes de Justiniano, 4 de
Justino y 3 de Tiberio.
Reflexión...
Escuche la ponencia de la Dra. Mariana Moranchel (minuto 21:00), disponible en:
Ius y fas. La división de la religión y la ley en el mundo romano

Mientras revisa la ponencia, analice:


• El carácter religioso inicial del derecho romano
• Surgimiento de la jurisprudencia laica
• Papel de pretor

Comparta sus respuestas con quien lo asesora, así como con sus compañeros en
el Foro general.

Casos de acuerdo con el derecho romano a fin de comprender cómo se


gestaron las instituciones de derecho privado

Una manera de apreciar la manera en que se gestaron las instituciones de derecho


privado se vincula con la apreciación de casos, y el razonamiento empleado para
su análisis. En este marco, en el presente apartado retomaremos dos ejemplos de
casos a partir de la referencia de la obra de Fernández Barreiro y Rodríguez
Mantero (1995: 42-44, 92-94), así como una referencia a la dinámica de
razonamiento y resolución de casos del derecho romano, para lo cual se retomará
la obra de Adame Goddard, en donde el estudiante podrá seguir el método de casos
propuesto en un razonamiento prudencial, integrado por la etapa de deliberación,
juicio y la conclusión práctica o decisión (2013: 7-27).

Pulse en cada concepto para desplegar el contenido. Al pulsar en otro, el


desplegado volverá a su posición inicial.

Distribución de riesgo en las relaciones jurídicas de trabajo


Valerio Mesala contrató los servicios del escribano Quinto
Metelo para que llevara los libros de cuentas de un
establecimiento comercial de su propiedad, conviniendo ambos
una duración anual del contrato y una cierta cantidad mensual en
concepto de retribución por los servicios prestados. A los pocos
días, V. Mesala cae enfermo y se ve obligado a cerrar su negocio
durante varios meses; al restablecerse y reiniciar su actividad
comercial se niega a pagar a Q. Metelo la retribución
correspondiente al tiempo que estuvo inactivo.

Analizar las siguientes cuestiones:


Reflexión...
¿Puede negarse Valerio Mesala a pagar a Metelo por el tiempo
que estuvo cerrado el establecimiento?; ¿resulta aplicable el
mismo criterio en caso de enfermedad del escribano?

¿Qué solución habría de darse en el supuesto de que por


enfermedad o muerte de Valerio Mesala se produjese el cierre
definitivo del establecimiento comercial?

D. 19.2.38 pr (Paul. reg.): el que dio en arriendo sus servicios


tiene derecho a percibir el salario de todo el período temporal
contratado, si no dependió de él el no poder realizarlos.

D.19.2.19.9 (Ulp. 32 ed): un escribano arrendó sus servicios y el


que los tomó en arriendo murió. A instancia del escribano, el
emperador dispuso por rescripto lo siguiente: como explicas que
no dependió de ti el no haber cumplido los servicios arrendados
a Antonio Aquila, si en el mismo año no recibiste salarios de otro,
es justo que se cumpla fielmente el contrato.
Daños causados por animales
En D.9.1.5. (Alf. 2 dig): se plantea el siguiente caso: cuando un
acemilero llevaba un caballo a la cuadra olfateó éste a una mula
que dio una coz y rompió una pierna al acemilero. Se consultó si
se podría demandar al propietario de la mula a causa del daño
causado por ésta.

a) La actio de pauperie permite la reclamación por daños


causados por animales. Se trata de una acción de naturaleza
patrimonial, que toma como elemento básico de referencia el
resultado lesivo causado sin culpa (pauperies est damnum sine
iniuria datum, D. 9.1.1.3), lo que sucede cuando el agente del
mismo es un animal.
Analizar la doctrina contenida en el siguiente texto:
D.9.1.17 (Ulp. 18 ed.):[…] si un caballo excitado por el dolor
hubiese dado una coz, no se aplica esta acción, pero queda
obligado por una actio in factum ex lege Auiliae el que golpeó o
hirió al caballo; sin embargo, procede la actio de pauperie si la
multa dio una coz al acemilero cuando éste estaba acariciando o
tocando al caballo.
b) El concepto patrimonial de daño excluía originariamente de
esta acción las lesiones causadas por un animal a un hombre
libre, pero la jurisprudencia operó esa extensión:
D.9.1.3 (Gai. 7ed. prov.): ya no se duda de que en virtud de esta
ley se puede demandar también a causa de personas libres; por
ejemplo, si un cuadrúpedo hubiera herido a un cabeza de familia
o a un hijo bajo potestad. En tal caso, la demanda no puede
referirse a la estimación de la lesión causada, pues el cuerpo de
una persona libre no es estimable en dinero, sino a los gastos
hechos en la curación, los servicios perdidos y el rendimiento
que podría haberse obtenido por parte del que quedó inútil.
Teniendo en cuenta esta doctrina enumerar posibles elementos
de relevancia patrimonial que el demandante puede alegar a
efectos de determinar el importe de la condena en la actio de
pauperie.

c) La actio de pauperie contemplaba originariamente como


animales causantes de daños los que en la realidad
socioeconómica del momento tenían la consideración de
domésticos, por estar afectados a una finalidad agrícola o de
transporte; la acción conserva en la época clásica el régimen de
la noxalidad, que refleja la concepción primitiva de la obligación
como obligatio rei. Un nuevo y más progresivo régimen de
responsabilidad patrimonial, que no prevé la entrega noxal
sustitutoria, es introducido por el derecho pretorio en relación
con los animales potencialmente peligrosos (ferae bestiae); de
acuerdo con esa normatividad, determinar las responsabilidades
derivadas del siguiente caso:
Lucio tenía un perro amaestrado para la custodia de su casa, en
la que vivía solo. Teniendo que realizar un viaje, pidió a su amigo
y vecino Marco que cuidara de su perro durante su ausencia.
Marco aceptó el encargo y, en ejecución del mismo, sacaba
diariamente al perro, atado, a pasear por lugares próximos
habitualmente transitados, tal como acostumbraba a hacerlo
Lucio. En una de esas jornadas, el animal olfateó la carne de un
establecimiento regentado por Sempronio, hijo de Octavio, que
tenía como dependiente al esclavo Estico, y, a pesar de los
esfuerzos de Marco, el perro se abalanzó sobre el
establecimiento comercial, causando daños materiales y
lesiones a Sempronio, que murió a consecuencia de las mismas,
sufriendo Estico otras de menor consideración, de las que se
repuso después de un cierto periodo de convalecencia.

Empleo del método de casos para el análisis y solución de problemas


prácticosmportante!

Consulte el texto de Adame Goddard, Cuatroscientos casos y respuestas de los


juristas romanos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2013, pp. 7-
27, referente a la descripción del razonamiento prudencial. Posteriormente,
solucione este caso:

32. El arrendador que impide el subarriendo. Cayo había dado a Ticio, en


arrendamiento por cuatro mil sestercios, el uso y disfrute de casa ajena, de Mevio,
que Cayo administraba. Ticio la subarrendó en cinco mil sestercios a Seyo; Mevio
no quiere que habite la casa, de modo que impide el uso. Pregunta Seyo contra
quién tiene la acción y si puede demandar a Cayo.

Comparta sus respuestas con quien lo asesora, así como sus compañeros en
el Foro general.

Fuentes de consulta

Bibliografía

• Adame Goddard, Jorge, Curso de derecho romano clásico, Introducción e


historia, acciones, bienes, familia, sucesiones, liberalidades, obligaciones y
contratos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2017.
• Bravo González, Agustín y Bravo Valdés, Beatriz, Derecho romano. Primer
Curso, 15.a ed., México, Porrúa, 1997.
• Castresana, Amelia, Derecho romano. El arte de lo bueno y de lo justo,
Madrid, Tecnos, 2013
• González de Cancino, Emilssen, Manual de derecho romano, 6.a ed., Bogotá,
Universidad Externado de Colombia, 2003.
• Gordillo Montesino, Roberto Héctor, Derecho privado romano, México,
Porrúa, 2015.
• Magallón Ibarra, Jorge Mario, La senda de la jurisprudencia romana, México,
Universidad Nacional Autónoma de México, 2000.
• Margadant, Guillermo F., Derecho Romano, 26.a ed.,México, Esfinge, 2002.
• Medellín A., Carlos J. et al., Lecciones de derecho romano, 14.a ed.,
Colombia, Editorial Temis, 2000.
• Panero Gutiérrez, Ricardo, Derecho romano, Valencia, Tirant Lo Blanc, 1997.
• Rabinovich-Berkman, Ricardo D., Derecho romano para Latinoamérica, ,
Cevallos Editora Jurídica, Quito, 2006.
• Rodríguez Montero, Ramón y Fernández Barreiro, Alejandrino, Cuestiones y
casos prácticos de Derecho Romano, Valencia, Tirant Lo Blanc, 1995.
• Schulz, Fritz, Principios del derecho romano. Curso de Derecho Privad,
2.a ed., México, Porrúa, 2000.
• Ventura Silva, Sabino, Derecho romano. Curso de derecho privado, 24.a ed.,
México, Porrúa, 2011.

Documentos publicados en Internet

• Adame Goddard, Jorge, Cuatrocientos casos y respuestas de los juristas


romanos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2013,
disponible en: https://bit.ly/2QjQkQf, consulta: 18/04/2019.
• Rolando Tamayo y Salmorán, “Jurisprudencia y formulación judicial del
derecho (Principium)”, en Isonomia Revista de Teoría y Filosofía del
Derecho, México, núm. 21, octubre de 2004, disponible
en https://bit.ly/2IG8MRBconsulta: 17/04/2019.
• Tamayo, Javier, “La casuística como recurso de aprendizaje jurídico”,
en Revista de la Facultad de Derecho de México, México, núm. 154-156,
1987, disponible en https://bit.ly/2DdMN0U consulta: 12/04/2019.
• Zoltán Méhész, Kornél, “Carácter del Antiguo Abogado Romano”,
en Jurídica. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad
Iberoamericana, México, núm. 3, 1971, disponible en ,https://bit.ly/2VQ4Hy5,
consulta: 17/04/2019.

Audiovisual

• DUA Derecho UNAM, Ius y Fas. La División de la Religión y La Ley en el


Mundo Romano. Ponente: Dra. Mariana Moranchel Pocaterra. Moderador:
Lic. Diego Nava Salas, [archivo de video], 06/04/2016, disponible
en https://bit.ly/2Iscmzs consulta: 18/04/2019.

Imagen

• (1) Jurisprudencia en Roma, UNAM/Facultad de Derecho-DED.


• (2) s. a., [Razonamiento], [ilustración], 06/11/2012, disponible
en https://bit.ly/2IsQhAg, consulta: 12/04/2019.
• (3) Gardin Fraser, Laura, Bajorrelieve de Papiniano en el Capitolio de los
Estados Unidos, [fotografía], 31/12/1949, disponible
en https://bit.ly/2V997TC, consulta: 18/04/2019.
• (4) Ponte, Antonio, Estatua de Ulpiano. Palacio de Justicia (Bruselas),
[fotografía], 16/12/2016, disponible en https://bit.ly/2ybjhZd, consulta:
18/04/2019.
• (5) Carlomorino, Statua di Erennio Modestino, giureconsulto romano del III
secolo, [fotografía], 24/06/2015, disponible en https://bit.ly/2KMS99y,
consulta: 18/04/2019.
Personas en el Derecho Romano

Introducción

De acuerdo a los conocimientos que ha adquirido con el estudio de las unidades precedentes,
cuenta ahora con una panorámica general del derecho romano público y su injerencia en la
transformación del derecho romano privado.

A partir de esta unidad se abocará al estudio de aquellas instituciones del derecho privado
que rigieron las relaciones entre los particulares. Siguiendo este orden de ideas, en esta
unidad iniciará con el estudio de los sujetos de derecho, es decir, aquellos que tienen el poder
tutelado por el derecho objetivo.

Estudiará entonces la diferencia que existe entre el concepto de persona y el de ser humano,
así como la diferencia entre la concepción jurídica de persona física y de persona jurídica,
para posteriormente distinguir entre el concepto de persona en el derecho romano y en el
sistema jurídico mexicano actual.

Comprenderá la razón por la cual en Roma para que una persona física pudiera ser titular de
un derecho real o de un derecho de crédito no bastaba con ser persona humana, sino que
requería contar con una personalidad jurídica completa; para ello, necesitaba reunir tres
requisitos: ser libre y no esclavo (status libertatis), ser ciudadano romano y no extranjero
(status civitatis), y mantener cierta posición dentro de la estructura familiar (status familiae).
Sin embargo, podía suceder que una persona sufriera una pérdida de uno de esos tres
elementos; entonces sufría una disminución de la personalidad; esto es, una deminutio
capitis.

Adicionalmente, en esta unidad, comprenderá el concepto y las características de las personas


jurídicas, es decir, aquellas que están constituidas por un conjunto de personas físicas que se
reúnen para llevar a cabo un fin común o por aquellas afectaciones de patrimonio que gozan
de personalidad jurídica distinta a la de sus miembros.

(1) Derecho romano


Objetivo

El alumnado comparará el concepto de persona en el Derecho romano con el sistema jurídico


mexicano actual, destacará la dignificación de la persona humana, los atributos de la
personalidad, la estratificación socio-jurídica, y por otra parte, analizará el origen y desarrollo
de los sujetos colectivos.

Temario

Unidad 4. Personas en el Derecho Romano

• 4.1. Concepto de persona


o 4.1.1. Hombre y persona
o 4.1.2. Comienzo y fin de la persona
o 4.1.3. El nasciturus y los requisitos para considerar nacida a la persona
o 4.1.4. Extinción de la persona
• 4.2. La personalidad
o 4.2.1. Status y capitis deminutio
o 4.2.2. Atributos de las personas
• 4.3. Requisitos de la personalidad jurídica en Roma
o 4.3.1. Referencia al estado de libertad: status libertatis
▪ 4.3.1.1. El esclavo y su condición jurídica
▪ 4.3.1.2. Causas de la esclavitud
▪ 4.3.1.3. Causas de extinción
▪ 4.3.1.4. Derechos y obligaciones del patrón
▪ 4.3.1.5. Los libertos
o 4.3.2. Ciudadanía: status civitatis
▪ 4.3.2.1. Los ciudadanos romanos
▪ 4.3.2.2. Privilegios de la ciudadanía romana
▪ 4.3.2.3. Adquisición de la ciudadanía romana
▪ 4.3.2.4. Pérdida de la ciudadanía romana
▪ 4.3.2.5. Formas intermedias entre ciudadanía y extranjería
o 4.3.3. Situación jurídica de los miembros de la familia: status familiae
▪ 4.3.3.1. Sui iuris
▪ 4.3.3.2. Alieni iuris
• 4.4. Personas colectivas
o 4.4.1. Ideas generales
o 4.4.2. Corporaciones
o 4.4.3. Fundaciones
• 4.5. Casos en materia de derecho de personas según la jurisprudencia romana
Creando conciencia

Biocorporalidad

¿Cómo estudiar con música?

Si es de aquellas personas que gusta de estudiar con música es importante que tome en
cuenta los siguientes consejos:

1. Elija música armoniosa y tranquila, la música clásica es una buena opción. Le


recomendamos escuchar a Mozart, o bien música ambiental o de la naturaleza.
2. Escuche en un volumen moderado la música.
3. Elabore, previamente a su tiempo de estudio, una lista de reproducción de máximo
dos horas, así al concluir, sabrá que debe tomar una pausa.
4. Le recomendamos no escuchar música de la radio, ya los anuncios y comentarios de
los locutores lo distraerán.

El término persona puede tener varias acepciones; según su etimología, significa máscara o
semblante humano, y los juristas lo utilizan para referirse en general al ser humano.

El autor nos dice...


Gayo afirma: "ciertamente la primera división del derecho de personas es éste: todos los
hombres o son libres o son esclavos" (I. 1.9).

Por lo tanto, persona es todo hombre, incluso el esclavo, aunque a partir de la época
posclásica preferentemente se utilizó el vocablo de persona para referirse a los hombres
libres.

En cuanto a la acepción jurídica se entiende por persona todo ser capaz de tener derechos y
obligaciones. Si bien hoy en día todo ser humano es considerado persona, para la concepción
romana podía ser persona y por ende contar con personalidad jurídica, aquel ser humano que
reuniera tres status:
Requisitos para ser persona

Status Libertis. Ser persona libre, no esclavo.

Status Civitatis. Ser ciudadano romano, no extranjero.

Status Familiae. Ser sui iuris y no estar bajo ninguna potestad.

Además de estos requisitos, las personas podían no tener el pleno ejercicio de sus derechos
por razones de sexo, edad o alteración de sus facultades mentales, para lo cual requerían la
representación de un tutor o un curador.

(2) Población de Roma

Las personas se dividían en personas físicas y personas morales. Precisamente en esta


unidad se revisarán las características de cada una de ellas.
Reflexión
Pero ¿cuándo se reconoce que existe un ser humano?

Para el derecho romano había que cubrir varios requisitos, entre ellos:

➢ Hombre y persona

El hombre es un ser dotado de inteligencia, con un lenguaje articulado, clasificado entre los
mamíferos del orden de los primates, sin embargo, este aspecto no interesó a los juristas
romanos, sino su aspecto social como sujeto de derechos políticos y civiles. Es así como se
concibe al hombre como persona.

En el derecho romano existían dos clases de personas: la persona física y la persona jurídica
o moral.

La palabra persona connota en el lenguaje jurídico dos sentidos que es necesario no


confundir.
➢ Comienzo y fin de la persona

Las personas se consideran como tales desde el momento de su nacimiento hasta el día de su
muerte. El infante simplemente concebido se considera que aún no tiene personalidad y aquel
que nace muerto no la tuvo nunca; sin embargo, la más fugaz existencia lleva una
personalidad de la misma duración.

➢ El nasciturus y los requisitos para considerar nacida a la persona

¡Importante!
En el caso del nasciturus (el concebido, pero no nacido) había que esperar a su nacimiento
para que se pudieran hacer efectivos algunos derechos; sin embargo, el derecho protegía sus
intereses como futura persona (siempre que naciese con todos los requisitos antes
expresados), sobre todo en materia sucesoria, ya que de no tomarse las medidas necesarias,
sus derechos podrían resultar ilusorios. Por ejemplo, al hijo concebido se le consideraba entre
los herederos (Gayo I. 1.147).

Tras su nacimiento, el individuo ocupaba dentro de la sociedad un status jurídico completo;


esto es, contaba con el status libertatis, civitatis y familiae; también podía carecer de alguno
de estos status. De lo anterior se deriva que una persona era aquel hombre considerado en su
status (persona est homo consideratus cum suo status).

Por razones prácticas los romanos decidieron crear un ente jurídico distinto de las personas
físicas que las pudiera integrar, con el fin de otorgarle personalidad jurídica y convertirse
también en un centro de imputación de derechos y obligaciones, surgiendo las personas
morales, tema del que nos ocuparemos más adelante.

➢ Extinción de la persona

La personalidad comenzaba con el nacimiento y terminaba con la muerte, es decir, con la


muerte, los derechos que le eran inherentes a la persona se extinguían y únicamente los
derechos y las obligaciones que había dejado se regulaban por el Derecho Sucesorio.

En el derecho romano a diferencia de nuestro derecho actual no se consideraba como


persona a todo hombre y en consecuencia sujeto de derecho; ya que para ser considerado
persona se requería el cumplimiento de ciertos requisitos indispensables para ser persona
física; mismos requisitos eran nacer vivo, viable y con forma humana.
Ademas de las condiciones ya mencionadas para poder adquirir la personalidad y que un
hombre fuera sujeto de tener derechos y obligaciones se exigían 3 requisitos: status libertis
(ser libre), status civitatis (ciudadano romano) y status familiae (tener cierta posición en la
familia), temas que se abordarán más adelante.

Status y capitis deminutio

Es importante mencionar que la personalidad se extingue con la muerte de la persona; pero


en el derecho romano la personalidad se podía perder en vida por las siguientes razones:

1. Por la reducción de un hombre libre a esclavo.


2. Por la disminución de su personalidad debido a cambios de su posición respecto al
orden jurídico; conocido como capitis deminutio; misma de la que se distinguen 3
casos:

1) Capitis deminutio máxima


Suponía la pérdida de libertad; el que era libre caía en esclavitud. Existía capitis
deminutio máxima cuando se estaba en alguno de los supuestos de fuentes de la
esclavitud, excepto el de nacimiento y el de cautividad, ya que según el derecho romano,
el cives capturado por el enemigo se consideraba hombre muerto, o bien, en caso de que
regresase, recuperaba su libertad gracias al ius postliminii. Al perder la libertad se
perdía ipso facto el status civitatis y familiae (Gayo I. 1.160).

2) Capitis deminutio media


Suponía la pérdida de libertad; el que era libre caía en esclavitud. Existía capitis deminutio
máxima cuando se estaba en alguno de los supuestos de fuentes de la esclavitud, excepto el
de nacimiento y el de cautividad, ya que según el derecho romano, el cives capturado por
el enemigo se consideraba hombre muerto, o bien, en caso de que regresase, recuperaba su
libertad gracias al ius postliminii. Al perder la libertad se perdía ipso facto el status civitatis
y familiae (Gayo I. 1.160).

3) Capitis deminutio mínima


Suponía la pérdida de la condición de sui iuris, sobre todo aquellos que dejaban de
pertenecer a la familia agnaticia de la que eran parte integrante. Continuaban con su
posición de hombres libres y ciudadanos romanos (Gayo I. 1.162).

Atributos de las personas

a. Adquisición
Las personas físicas eran seres humanos que reunían ciertos requisitos establecidos
por el derecho romano. Debían ser hombres libres, ciudadanos romanos y sui iuris,
es decir, poseer los status libertatis, civitatis y familiae.
b. Atributos
Los atributos que forman parte de las personas son nombre, domicilio, patrimonio y
capacidad.

Nombre
Vocablo utilizado para designar a las personas o a las cosas, distinguiéndolas de las
demás de su especie. En cuanto a las personas constituye la base de su diferenciación
con el objeto de imputarles consecuencias jurídicas determinadas. Es un derecho
absoluto e inmutable; esto es, nomina ossibus personae inherent (los nombres van
pegados al esqueleto). No es valorable en dinero y no es enajenable.

El nombre estaba constituido por un conjunto de palabras de cuya combinación


resultaba la particularización de la persona. Durante la República, el nombre se
estructuró de una manera compleja: praenomen (nombre propio), nomen (aludía a la
gens a la que pertenecía) y cognomen (cuya elección la hacían los padres, inspirándose
en ciertos presagios).
Domicilio
Lugar en donde una persona tiene el centro espacial de su existencia. Existían tres
clases: el de origen (se adquiría por el nacimiento; v. g. los hijos nacidos iustae nuptiae
tenían su domicilio en el hogar del padre); el voluntario (lugar donde una persona
trasladaba el centro de su vida, con el fin de que fuera un cambio permanente); y el
legal (por disposición legal; v. g. el domicilio de los senadores romanos era la propia
Roma). El domicilio también era el lugar en donde una persona debía recibir cualquier
tipo de notificaciones privadas y públicas.
Patrimonio
Conjunto de res corporales (cosas tangibles) y de res incorporales (créditos y otras cosas
intangibles) valorables en dinero que corresponden a una persona.
Capacidad
Aptitud de una persona para adquirir derechos y obligaciones (capacidad de goce), así
como la posibilidad de ejercitarlos y cumplirlos por sí misma (capacidad de ejercicio).
Los romanos no llegaron a definir la capacidad como tal. Para el derecho romano lo
más importante era la situación jurídica de un hombre, teniendo en cuenta la libertad,
la ciudadanía o la posición que ocupaba dentro de la familia.

Requisitos de la personalidad jurídica en Roma

Como ya se ha mencionado, para que un ser humano pudiera ser persona y por ende contar
con personalidad jurídica completa requería contar con los tres status: libertatis (ser libre y
no esclavo), civitatis (ciudadano romano, no extranjero) y familiae (ser sui iuris, no
ejerciéndose sobre él ningún tipo de potestad; era quien ejercía la autoridad sobre los alieni
iuris). Precisamente estas tres condiciones las analizaremos a continuación.

Referencia al estado de libertad: status libertatis

Definamos
Los hombres libres son aquellos que gozan de libertad; esto es, el que tiene la “facultad de
hacer lo que place a cada cual, salvo si algo se prohíbe por la fuerza o por la ley” (Digesto
1.5.4).

La calidad de hombre libre se contrapone a la esclavitud; a su vez, los hombres libres se


dividían en libertos e ingenuos, dependiendo del momento de su vida en que hubieran sido o
no esclavos.

El esclavo y su condición jurídica

El esclavo es aquel ser humano que


se veía despojado de toda
personalidad, asimilado a una cosa,
convirtiéndose en propiedad de
otro ser humano como si fuera una
bestia de carga. El origen histórico
de esta institución se encuentra en
la guerra: en lugar de matar a los
prisioneros de guerra, se les
conservaba, privándolos de su (3) Esclavos
libertad, a fin de obtener ventaja
con su trabajo.

De acuerdo al derecho romano, un esclavo era considerado una res mancipi; esto es, parte
del patrimonio de una persona sujeto a su dueño. A efectos religiosos se le reconocía
naturaleza humana, por lo que gozaba de algunos derechos (derecho al votum y a las honras
funerarias). Sin embargo, el patrón tenía derecho absoluto sobre su esclavo, pudiéndose servir
de él, haciéndole trabajar sin previo pago, derecho de obtener ganancias por su trabajo,
derecho sobre sus hijos, derecho de regalarlo o de venderlo. El esclavo que no podía contraer
matrimonio (a las relaciones sexuales entre esclavos se les denominó contubernium) tampoco
podía comparecer en juicio.

(4) Res mancipi


Existían diferencias entre la condición de esclavo de acuerdo al derecho y como situación de
hecho.

En cuanto a la condición jurídica del esclavo, al ser una cosa era un elemento activo del
patrimonio del dueño. Con el tiempo esta situación se atenúo en interés del dueño, por lo que
se admitió que el esclavo pudiera figurar en un acto jurídico como su representante legal. El
dueño podía instituirlo heredero o legatario.

(5) Acto jurídico

La condición de hecho del esclavo sufrió algunas transformaciones. En los primeros tiempos,
la situación del esclavo fue buena, vivía junto a los hijos, trabajaba directamente con el
dueño, ya que tenía interés en conservar sus fuerzas. Al final de la República y sobre todo en
el Principado, la condición de esclavo se agravó. Con el aumento del número de esclavos,
los dueños abusaron de sus derechos, frecuentemente con crueldad; además, ya no eran de la
misma raza ni civilización, por lo que no había por qué tenerles consideraciones.

(6) Esclavitud romanos

A fin de paliar estos efectos la legislación imperial hubo de intervenir limitando los derechos
de los dueños. Con la influencia del cristianismo, la situación de los esclavos mejoró.
¿Sabía que...?
Peculio del esclavo. Eran bienes cuya administración confiaba el señor al esclavo; éste era
el propietario y el esclavo sólo tenía la gestión de dicho patrimonio.

Causas de la esclavitud

Existían dos fuentes de la esclavitud; se podía nacer esclavo o caer en esclavitud por un
hecho posterior al nacimiento:
Por haber nacido esclavo
Como regla general, los hijos nacidos de madre esclava seguían dicha condición, pero si en
algún momento de la gestación la madre obtenía la libertad, el hijo podía nacer libre o
esclavo, considerando el momento del parto para establecer la condición política. Así,
durante el derecho clásico, si la madre era libre en cualquier momento de la gestación,
había que esperar el momento del parto y esperar establecer la condición jurídica de la
madre en ese momento. Para Justiniano en cambio el niño nacía libre si la madre en
cualquier tiempo de la gestación y del parto había alcanzado la libertad (Instituciones 1.4).

(10) Nacer esclavo

Hechos posteriores al nacimiento


Podía ser de acuerdo al derecho de gentes o al ius civile. En el primer de los casos aplicaba
tanto a los ciudadanos romanos, cuanto a los peregrinos, como era el caso de cautividad
surgida a través de guerra declarada.

(11) Cautividad surgida a través de guerra declarada

Según ius civile


Según el ius civile, las fuentes de la esclavitud variaron a partir de los cambios económicos
y sociales, de acuerdo a lo siguiente:
Causas de extinción

Entre las causas estaban la muerte del esclavo, por disposición legal, por postliminium y por
manumissio.

Postliminium

El postliminium ocurría cuando un prisionero de guerra lograba escapar y regresar a


su patria. Producía el efecto de dar fin a la esclavitud, recobrando la libertad y obraba
retroactivamente, generando que el cautivo que regresara a casa, como si nunca hubiere
estado sometido, se presumía que nunca había perdido la propiedad de sus bienes, ni la
potestad sobre sus hijos.

(12)Postliminium

Manumisión

(13)Manumisión

La manumisión era el acto por el que el dueño concedía la libertad a su esclavo. En ese
caso, el esclavo manumitido obtenía la libertad y la ciudadanía, pero su condición
jurídica era distinta a la del ingenuo; esto es, al que nunca había sido esclavo
(Instituciones 1.5).
El esclavo manumitido se llamaba libertus. Su antiguo dueño se convertía en su patrón
y conservaba ciertos derechos sobre él.
Formas de manumitir

La forma de otorgar la libertad a un esclavo pasó por un largo proceso evolutivo.

Reflexión
La falta de mano de obra esclava llevó a Augusto y a los posteriores emperadores a limitar
la facultad de manumitir.

Restricciones a la facultad de manumitir

La Lex Fufia Caninia del año 2 a. C. tuvo por objeto restringir el número de manumisiones
por testamento en detrimento de los herederos; así no se podía manumitir más de cien
esclavos.

La Lex Aelia Sentia del año 4 d. C. impuso nuevos requisitos a la manumisión; de no


seguirse, la manumisión era nula. Entre esos impedimentos estaban los siguientes:

• El dueño debía tener por lo menos veinte años.


• El liberto debía tener por lo menos treinta años.
• No se podía manumitir en fraude de acreedores.

En la época de Justiniano se derogó la Lex Fufia Caninia y se conservaron las limitaciones


relativas a la edad de veinte años del dueño y la prohibición de manumitir en fraude de
acreedores.

Derechos y obligaciones del patrón

Para el derecho antiguo, los derechos del patrón frente al esclavo, esto es, los iura
patronatus, fueron, entre otros:

• El obsequium. Deber de respeto al patrón y a sus descendientes, por lo que no podía


demandar judicialmente al patrón sin autorización del patrón.
• Los operae servorum. Servicios debidos por el liberto.
• Los bona gratiae. Cuando el liberto moría sin descendencia, sus bienes pasaban a su
antiguo dueño.

En virtud de las leyes Junia y Aelia Sentia el derecho clásico distinguió tres clases de
libertos:
Ciudadanos romanos
Los libertos que eran manumitidos solemnemente eran considerados
ciudadanos romanos.

Latinos junianos
Eran los que habían sido manumitidos sin solemnidad; esto es, de acuerdo al
derecho honorario, los que habían sido manumitidos antes de la edad de los
treinta años y los que habían sido manumitidos por un dueño que tenía sobre
ellos la propiedad bonitaria.

Los latinos junianos:


Carecían de derechos políticos como el ius sufragii (derecho a participar en los
comicios)y del ius honorum (derecho a ser elegido magistrado).
En materia de derecho privado no tenían el ius connubii (derecho de justas
nupcias).
Tenían el ius commercii (derecho de ejecutar actos jurídicos de acuerdo al
derecho romano).
Carecían de la testamenti facti, es decir, no tenían derecho a hacer testamento;
sus bienes volvían a su antiguo dueño, vivían libres, pero morían esclavos.
Podían ser instituidos herederos o legatarios (factio testamenti passiva).
Podían convertirse en ciudadanos romanos de pleno derecho mediante
rescripto del emperador, casándose y teniendo hijos, construyendo un navío o
un molino.

Libertos dedicticios
Eran los que siendo libres habían sufrido penas infamantes. No podían
adquirir la ciudadanía romana ni la latinidad; tenían prohibido acercarse a
más de cien millas de distancia alrededor de Roma bajo pena de caer
nuevamente en esclavitud.

¡Importante!
El derecho posclásico sólo reconoció una sola clase de liberto, desapareciendo por lo tanto
las categorías de latinos junianos y dedicticios.

Para el derecho antiguo, el manumitido era libre y ciudadano romano, aunque su condición
jurídica era menor que la del ingenuo; entre sus características no tenían derecho al cursus
honorum (llegar a ser nombrado magistrado) y no tenían el ius connubii (derecho a contraer
justas nupcias).
Para saber más...
El ingenuo era una persona que nacía libre y que nunca había dejado de serlo. No era
importante si su padre había sido ingenuo o liberto. Jurídicamente contaba con todos los
atributos del derecho de ciudad y no tenía ligas de dependencia con ninguna otra persona.
Durante el derecho clásico el liberto podía adquirir la condición de ingenuo a través de un
rescripto imperial.

Ciudadanía: status civitatis

Los ciudadanos romanos

Los ciudadanos romanos eran aquellos hombres libres, ingenuos, que pertenecían al pueblo
romano. La ciudanía romana podía obtenerse a través del nacimiento o mediante actos
jurídicos posteriores.

Trasmisión por nacimiento


Para el derecho romano, la ciudadanía se transmitía de padres a hijos (ius sanguinis),
por lo que no importaba en qué parte del Imperio se hubiera nacido. Los hijos nacidos
en justas nupcias seguían la condición del padre (Gayo I. 1.89).

Si sólo uno de los padres era ciudadano romano, el hijo seguía la condición de la madre
al momento del parto. Sin embargo, la Lex Minicia de fines del periodo republicano
estableció que el hijo seguiría la condición del padre en el momento de la concepción.
En la época de Adriano esta ley dejó de aplicarse al caso en que el padre fuera latino y
la madre ciudadana romana.

Adquisición por hechos posteriores al nacimiento


La calidad de ciudadano romano se podía adquirir por manumissio. Al obtener la
libertad los manumitidos solemnemente adquirían por efecto la ciudadanía. Con
Justiniano cualquier esclavo manumitido la adquiría.

Se podía obtener la ciudadanía romana por mandato legal y se otorgaba de forma


individual o colectiva. V. g. con la expedición de la Lex Aciliare Petundarum adquirían
la ciudadanía los peregrini que acusasen a un magistrado de concusión o aquellos latini
coloniarii que residiesen en Roma o por el desempeño de magistraturas locales; también
por la prestación de servicios militares, etc.

Asimismo, se adquiría la ciudadanía romana por concesión especial, durante la


República a través de la decisión de los comicios y por el Senado. Durante el Imperio,
el emperador podía realizar concesiones de ciudadanía a los miembros de una
comunidad o a personas en lo individual. Mediante una constitución de Antonino
Caracalla del año 212 d. C. se concedió la ciudadanía romana a todos los habitantes
libres del Imperio.
Privilegios de la ciudadanía romana

La pertenencia a una ciudad otorgaba diferentes derechos en los ámbitos público y privado.
Para el derecho público el ciudadano romano gozaba de los siguientes derechos:

Conceptos clave

• Ius honorum, derecho a ocupar cargos públicos.


• Ius suffragii, derecho a votar en las asambleas del pueblo.
• Ius militii, derecho a servir en las legiones.

Desde la perspectiva del derecho privado, la ciudadanía romana comprendía los siguientes
derechos:

Conceptos clave

• Ius commercii o commercium, derecho a tener un patrimonio y a celebrar actos


jurídicos relacionados con el mismo.
• Testamenti facti, derecho a nombrar heredero y ser nombrado heredero.
• Ius connubii o connubium, derecho a contraer justas nupcias (iustae nuptiae) y a
fundar una familia de acuerdo a lo establecido por el ius civile.
• Ius actionis, facultad de acudir a los órganos encargados de impartir justicia.

Adquisición de la ciudadanía romana

La ciudadanía romana se adquiría por ius sanguinis (nacimiento), por manumisión y por
concesión especial, a continuación, describiremos cada uno:

El otorgamiento de la ciudadanía romana a los provinciales era una práctica relativamente


reciente dentro de la República romana, y casi nunca fue utilizada de manera extensiva,
debido al privilegio que implicaba detentar tal dignidad.

Sólo se concedía a destacados miembros de la aristocracia provincial, como recompensa por


haber rendido importantes servicios, casi siempre de orden militar.
Los excluidos

Cualquier persona que no fuera ciudadano romano era excluida de la ciudadanía y se


clasificaba de la siguiente manera:

Confederados de Latium (Lacio)


Quienes carecían del ius honorarum (derecho de promulgar edictos), pero gozaban de
todos los otros derechos.

Los libertos
Quienes carecían del ius honorarum (derecho de promulgar edictos) y del connubium
(capacidad legal que tiene una persona para contraer un matrimonio válido).

Los latini coloniarii


Quienes habían establecido una colonia, carecían de todos los derechos políticos de
Roma, pero los ejercían en sus ciudades y no gozaban de connubium.

Los peregrini (peregrinos)


Eran extranjeros que tenían el derecho de vivir en Roma.

El cosmopolitismo es una doctrina en virtud de la cual todos los seres humanos, con
independencia de cualesquiera diferencias de estatus y pertenencias políticas entre ellos,
deben ser considerados como miembros integrantes de una sola comunidad ético-política.

En Roma para poder llegar a ser considerado como miembro o ciudadano de la misma, las
personas tenían que ser miembro de la civitas (comunidad política de Roma). El concepto de
ciudadanía tuvo una evolución paralela a la expansión de Roma, ya que se amplía primero a
los habitantes no romanos de la región latina (340 a. C.), luego a los habitantes no latinos de
Italia (90 a 88 a. C.), después bajo Vespasiano, se concede a todos los ingenuos (nacidos
libres) de España y finalmente el emperador Caracalla, la concede a todos los habitantes del
Imperio (212 d. C.).

Pérdida de la ciudadanía romana

A través de tres causas se perdía la ciudadanía romana:

• Por pérdida de la libertad.


• Haciéndose miembro de una ciudad extranjera.
• Por efecto de ciertas condenas infamantes: el exilio bajo la República, y bajo el
Imperio la deportación.
Formas intermedias entre ciudadanía y extranjería

En contraposición a los ciudadanos (cives) existían dos clases de no ciudadanos: los latinos
y los peregrinos.

Los latinos (latini) podían ser de tres clases:

Latini veteres
Se encontraban en esta categoría los antiguos habitantes de Lacio, después los
miembros de las colonias fundadas por la liga latina, hasta su disolución en 338 a. C. y
todos aquellos a quienes Roma concedió la calidad de latinos, hasta el 267 a. C., que
fueron asimilados a los romanos de pleno derecho. Tenían una situación jurídica muy
parecida a la de los ciudadanos romanos. V. gr. si estaban en Roma podían votar en los
comicios, pero no tenían derecho a las magistraturas, ni servir en las legiones. Gozaban
de todos los derechos en materia privada.

Latini colonarii
Poblaciones a las que Roma concedió el derecho de la latinidad. A partir del 267 a. C.
formaron parte de las colonias. Vespasiano concedió esta calidad a todos los habitantes
de Hispania. En cuanto a su condición jurídica, carecían de todo derecho político;
carecían del ius connubii; en cambio tenían el ius commercii y el derecho de comparecer
en juicio a través de legis actio.

Latini juniani
Esclavos que habían sido manumitidos de acuerdo al derecho honorario, por lo que no
gozaban de ningún derecho de la ciudad.

Los peregrinos (peregrinus) no eran propiamente extranjeros; en realidad se trataba de


hombres libres sometidos al poder de Roma, pero sin concederles la ciudadanía romana ni el
derecho de la latinidad. Vivían bajo la regulación de las leyes especiales de su ciudad, cuando
Roma hubiera acordado esa situación. Existieron varios tipos de peregrinos, entre los que
destacaron los siguientes:

Peregrini alicuius civitatis


Habitantes de ciudades respetadas por Roma se regían por sus propios derechos.
Estaban excluidos del ius civile, pero debido a las distintas transacciones comerciales
que realizaban podían acogerse al ius gentium. Desde el año de 242 a. C. el pretor
peregrino fue el encargado de impartir justicia entre ciudadanos y extranjeros.
Peregrini dedictici
Habitantes de ciudades que se opusieron en principio a la dominación de Roma y con
el tiempo se rindieron sin condiciones (Gayo I. 1.14). Roma no les reconocía derecho
propio; no pertenecían a ninguna civitas; no podían vivir en Roma ni a una milla de
ella y eran protegidos por las normas emanadas del ius gentium. Se hallaban en esta
situación los ciudadanos condenados por una pena y los esclavos manumitidos que
sufrían pena infamante.

Hostes o barbari
Extranjero declarado enemigo del Estado. Podía ser asesinado si entraba a territorio
romano.

Situación jurídica de los miembros de la familia: status familiae

Consistía en la posición que un individuo ocupaba en el ámbito de las relaciones familiares,


de la cual dependía la posibilidad de acrecentar o disminuir su capacidad jurídica. Dentro del
seno de la familia romana había dos clases de personas: los sui iuris y los alieni iuris.

Siu Iuris
No estaban sujetos a alguna potestad. Tenían plena capacidad jurídica. De acuerdo al derecho
romano eran realmente personas, ya que contaban con los tres status: libertatis, civitatis y familiae.
Para que una persona pudiera ejercer su poder sobre los alieni iuris requería ser un varón con plena
capacidad de ejercicio y se le denominaba pater familias. La mujer podía ser sui iuris, sólo que no
podía ejercer poder sobre ningún miembro de la domus. Para que pudiera actuar en el campo del
derecho requería la autorización de su tutor (D. 50.16.195.5).

Alien Iuris
Sujetos a la potestad del pater familias.Su capacidad jurídica estaba muy reducida (Gayo I.1,48). Se
hallaban bajo este poder: la mujer que contraía nupcias cum manu con el pater familias o con alguno
de los varones sometidos a éste; sus hijos(as) y los descendientes varones legítimos de éstos (filius
familias) no emancipados; las personas que el pater acogía en su familia, como hijos o nietos a través
de la adopción, adrogación o legitimación.

Personas colectivas

Entidades jurídicas distintas de las personas físicas individuales que perseguían fines
comunes colectivos, a las que el ordenamiento jurídico romano les reconoció personalidad
jurídica para ser titulares de derechos y obligaciones, por lo que ficticiamente se les consideró
personas. También eran llamadas personas jurídicas, colectivas, sociales o abstractas.

Ideas generales

La personalidad jurídica se podía otorgar mediante un acto de la autoridad para un caso


específico o a través de una ley, siempre y cuando se reunieran los requisitos establecidos en
la ley. La capacidad de las personas se encontraba limitada para realizar los actos tendentes
a lograr los fines para los que fue creada y en lo que a su capacidad de ejercicio se refiere, la
misma sólo podía ser ejercida por personas físicas que tuvieran capacidad jurídica para ello.

Las personas morales podían ser de dos tipos, públicas y privadas, de acuerdo al fin que
perseguían.

Las personas morales de carácter público eran básicamente dos: el Estado propiamente y las
civitate.

Es importante en este tema mencionar que el derecho romano no teorizó sobre el concepto
de persona como persona jurídica, sin embargo, en la práctica del propio derecho romano,
tanto en el orden privado como en el orden público se dieron muchos casos de los cuales se
puede desprender la existencia de lo que hoy en día conocemos como persona jurídica o
moral.

Corporaciones

Llamamos corporación (corpus, universitas) a un conjunto de personas organizadas


voluntariamente o por tradición para conseguir un fin e intereses comunes y pueden
encontrarse como societas, collegium, corpus, universitas, etc.

Públicas, semipúblicas, privadas


Pública
Una corporación pública se entiende como una persona jurídica (o sea una representación
legal de un grupo de personas o unidad con algún fin común) dependiente de la
Administración Pública, o en otras palabras dependiente del Gobierno.

Semi pública
Una corporación semipublica podía ser cofradías religiosas, corporaciones funerarias,
corporaciones de artesanos, etc.

Privada
Una corporación privada es una entidad creada por individuos que deciden crear una
empresa para obtener beneficios de negocios como las sociedades para la explotación de
minas y cobro de impuestos.

El Estado (la República romana) era un ente colectivo titular de derechos y obligaciones,
con patrimonio propio (aerarium populi romani, llamado a partir del imperio fiscus). Se
distinguía de cualquier otra persona moral porque era soberano, es decir, no existía sobre él
ningún otro poder, siendo el único que podía crear normas para regular su organización y la
conducta de sus habitantes.

Las civitate eran una organización análoga al Estado romano; la tuvieron tanto los
municipios como las colonias. Se regían por las normas creadas ex profeso para ello; v. g.
Lex municipiio Lex coloniae. Sus órganos administrativos, por no llamarlos de gobierno,
eran muy similares a los de Roma. Tenían sus propios bienes, al celebrar actos jurídicos a
través de sus magistrados.
Las personas morales de carácter privado podían ser de dos tipos: asociaciones o
corporaciones y fundaciones

ASOCIACIONES:
Grupos de personas unidas entre sí por un contrato privado plurilateral que tenía por objeto
lograr un fin determinado. Desde la Ley de las XII Tablas se reconoció la existencia de
corporaciones privadas o voluntarias con muy diversos fines, como los colegios sacerdotales,
las asociaciones funerarias y de sepultura, los gremios de distintos oficios, las cofradías para
determinados cultos, las asociaciones para explotación de minas o salinas o concesionarias
del cobro de impuestos, etc. A partir de César o quizá desde Augusto, todas las asociaciones
o corporaciones requerían de la autorización estatal.

FUNDACIONES:
Surgieron de un acto jurídico unilateral basado en la voluntad de su fundador, siendo por
tanto un patrimonio o masa de bienes destinados por el fundador a causas específicas; es
decir, eran afectaciones de patrimonio destinadas a un fin común. Los juristas romanos
desconocieron la figura de las fundaciones como la personificación de un patrimonio
destinado a un fin; en realidad consideraron que el patrimonio era concedido a una entidad
jurídica (persona física o corporación) con la obligación de administrarlo para lograr la
consecución de tal fin. De esta manera, el propietario del patrimonio y titular de las relaciones
jurídicas inherentes a él era la persona física o corporación a que era confiado el mismo.
Aparecieron en la época posclásica, como instituciones de beneficencia o en beneficio de las
piae causae.

Para constituir una asociación era necesario cubrir los siguientes requisitos:

• Que se reunieran al menos tres individuos para constituirla (tres faciunt collegium).
• Tuvieran un fin lícito.
• Contaran con sus propios estatutos (Lex collegii); esto es, normas que organizaran y
estructurasen a la corporación; un patrimonio propio (arca comunis) y un
representante común (actores, syndici).

Las características más importantes de estas personas morales fueron:

• La existencia de la corporación era independiente a la de sus miembros.


• El patrimonio era diferente al de sus miembros.
• Lo que se debía a una persona colectiva no se debía a sus miembros.
• Lo que debía la persona colectiva no lo debían sus miembros (Digesto 3.4.7.1).

Además, los actos individuales de sus miembros no relacionados con la persona moral no
afectaban la situación jurídica de la corporación, a menos que expresamente la ley así lo
previera.

Las asociaciones se extinguían por la muerte de todos sus miembros, la realización del fin
común, por decisión de la autoridad, por acuerdo de sus miembros, por que el objeto o fin
común de la persona moral deviniera imposible o por la llegada del término de una condición.

Casos en materia de derecho de personas según la jurisprudencia romana

Cuando de resolver casos se trata es muy importante que contemos con un método de
solución para los mismos, ya que facilitará la solución de los mismos. Todo razonamiento
jurídico, comprende tres etapas:

1. La deliberación
Consiste fundamentalmente en analizar, esto es en observar con atención y
separadamente dos aspectos del problema:
a.Los hechos que constituyen el caso. b. Las instituciones jurídicas posiblemente
aplicables al caso.
b.Las instituciones jurídicas posiblemente aplicables al caso.

2. El juicio
Que requiere de 4 elementos a su vez:
a.La comprensión o interpretación de las reglas aplicables al caso (interpretar una regla
no es modificar su contenido, sino entender su significado y alcance).
b.La definición de la cuestión o planteamiento del mismo, consiste en contemplar el caso
desde la perspectiva de la institución o instituciones aplicables, y así determinar las
cuestiones jurídicas que implica.
c.La respuesta que será la afirmación o negación acerca de la cuestión planteada.
d.La argumentación, que es la referencia de verdades conocidas en el caso (verdades de
derecho o de hecho).

3. La conclusión práctica o decisión


Es el resultado de la etapa de juicio; es decir el camino detallado que se va a seguir para
solucionar el caso.

Reflexión
Retomando el proceso de razonamiento jurídico, lea lo siguiente:

El esclavo de Ticio fue manumitido, por lo tanto, es considerado libertus, ¿será cierto que
el esclavo deberá cumplir con algún trabajo que Ticio le solicite como si fuera su patrón?

Comparta su respuesta con sus compañeros y con quien le asesora, dentro del foro general.

¡Importante!
Al respecto de los temas abordados en esta unidad, realice el estudio de los siguientes
documentos, ya que se retomarán en su “Experiencia de aprendizaje”:

a. Margadant, Floris, El derecho romano privado, 4.a ed., México, Esfinge, 2005,
pp. 155-137.
b. Morineau, Martha e Iglesias, Román, Derecho romano, 4.a ed., México, Oxford
University Press, 2010, pp. 40-53.

Fuentes de consulta

Bibliografía

• Berger, Adolf, Encyclopedic dictionary of roman law, Philadelphia, The American


Philosophical Society, 1968.
• Bialostosky, Sara, Panorama de derecho romano, México, Porrúa, 2007.
• Bravo González, Agustín y Bravo Valdés, Beatriz, Derecho romano. Primer curso,
México, Porrúa, 30.a ed., 2014.
• Gutiérrez Alviz, et al., Diccionario de derecho romano, 3.a ed., Madrid, Reus, 1982.
• Iglesias, Juan, Derecho romano. Historia e instituciones, Madrid, Ariel, 1990.
• Margadant, Floris, El derecho romano privado, 4.a ed., México, Esfinge, 2005.
• Morineau, Martha e Iglesias, Román, Derecho romano, 4.a ed., México, Oxford
University Press, 2010.
• Schulz, Fritz, Derecho romano clásico, Barcelona, Bosch, 1990.
• Margadant, Floris, El derecho romano privado, Barcelona, Bosch, 1990.
• Volterra, Eduardo, Instituciones de derecho privado romano, Madrid, Civitas, 1986.

Documentos publicados en Internet

• Amela Valverde, Luis, “Las concesiones de ciudadanía romana: Pompeyo Magno e


Hispania”, en L'antiquité classique, t. 73, 2004, disponible en
https://bit.ly/2MK9M9P, consulta: 08/03/2019.
• Goddard, Jorge, Cuatrocientos casos y respuestas de los juristas romanos, México,
UNAM-IIJ, 2013, disponible en https://bit.ly/2QjQkQf, consulta: 10/09/2018.
• Justiniano, “I INSTITUTA-DIGESTO” [primera, segunda y tercera partes], Cuerpo
del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del Corral,
disponible en http://bit.ly/2Ckd1vl, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “II DIGESTO” [primera, cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho
civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del Corral, disponible en
http://bit.ly/2HbTVvh, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “III DIGESTO” [primera, sexta y séptima partes], Cuerpo del derecho
civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del Corral, disponible en
http://bit.ly/2FsolYv, consulta: 23/08/2018.
• Justiniano, “IV CÓDIGO”, Cuerpo del derecho civil romano, traductor y
compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2GvzbhD,
consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “V CÓDIGO”, Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador
Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2DQ7e6s, consulta:
30/01/2018.
• Justiniano, “NOVELAS”, Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador
Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2FvtJu3, consulta:
30/01/2018.
• s. a., Ley de las XII Tablas, s. f., disponible en
http://www.thelatinlibrary.com/12tables.html, consulta: 30/01/2018.

Imágenes

• (1) Cesare Maccari, [Derecho romano], [pintura], 2012, tomada de


http://bit.ly/2nXZtkX, consulta: 13/02/2018.
• (2) Gaby, [Población], [ilustración], 2014, tomada de http://bit.ly/2F1KE8f,
consulta: 13/02/2018.
• (3) Pascal, Radigue, [Esclavos], [fotografía], 2001, tomada dehttp://bit.ly/2Hc1n9K,
consulta: 13/02/2018.
• (4) Fabien Dany, [Res mancipi], [ilustración], 2009, tomada de http://bit.ly/2F0dztk,
consulta: 13/02/2018.
• (5) Andrew Birrell, [Acto jurídico], [fotografía], 2008, tomada de
http://bit.ly/1JFpmgi, consulta: 13/02/2018.
• (6) Jun, [Esclavitud romanos], [fotografía], 2011, tomada de
http://bit.ly/2nXUO2m, consulta: 13/02/2018.
• (7) Marie-LanNguyen, [Claudio], [fotografía], 2011, tomada de
http://bit.ly/2sxrhBy, consulta: 13/02/2018.
• (8) Saint-Pol, [Antonio Pío], [fotografía], 2007, tomada de http://bit.ly/2ErgzC0,
consulta: 13/02/2018.
• (9) Adam Bishop, [Justiniano], [fotografía], 2003, tomada de
http://bit.ly/2EGvKGK, consulta: 13/02/2018.
• (10) s. a., [Nacer esclavo], [fotografía], s. f., tomada de http://bit.ly/2nXjsjK,
consulta: 13/02/2018.
• (11) Paul Elliott, [Cautividad surgida a través de guerra declarada], [ilustración],
tomada de http://bit.ly/2Hc1vGg, consulta: 13/02/2018.
• (12) Postliminium, UNAM/Facultad de Derecho-DED.
• (13) Manumisión, UNAM/Facultad de Derecho-DED.
Derecho de Familia

Introducción

En los primeros tiempos del derecho romano y durante gran parte de su historia, la familia fue considerada
como una unidad legal, es decir, como un conjunto de personas sujetas al poder del pater familias, que
como ya se estudió era la única persona reconocida por el sistema jurídico. Por lo tanto, las relaciones
familiares no sólo trascendían en los individuos, sino también en el patrimonio.

En esta unidad se analizará una de las clases de potestades que el pater familias ejercía respecto de su
familia (domus), es decir, la paterno- filial; las otras dos son la relación matrimonial y la tutelar.

Dentro del sistema de parentesco existían distintos individuos que conformaban a la familia y cuyos nexos
se desarrollaban según los lazos sanguíneos o jurídicos que unían a los miembros de la domus con
el pater familias. Se entenderá que en principio la familia romana estaba basada en relaciones agnaticias,
es decir, reconociendo exclusivamente la línea de parentesco paterna, y que fue hasta el derecho
posclásico cuando se reconoció el parentesco cognaticio, o sea, las dos líneas, la paterna y la materna.

(1) Familia

Previo a la revisión de esta unidad escuche el siguiente podcast que nos presenta una contextualización
sobre los diferentes parentescos regulados por el derecho romano y, que varios de esos conceptos se
siguen ocupando actualmente en nuestra legislación:

Objetivo

El alumnado analizará las principales instituciones del Derecho familiar dentro del contexto del Derecho
romano e indicará las semejanzas y diferencias respecto del sistema jurídico mexicano actual.
Temario

Unidad 5. Derecho de familia

 5.1. Familia
o 5.1.1. Concepto
o 5.1.2. Principales caracteres
 5.2. Parentesco
o 5.2.1. Agnaticio
o 5.2.2. Cognaticio
o 5.2.3. Por afinidad
 5.3. Las potestades del pater familias
o 5.3.1. Patria potestas
 5.3.1.1. Origen y evolución
 5.3.1.2. Evolución del ius vitae necisque
 5.3.1.3. Fuentes de la patria potestas
 5.3.1.4. Extinción de la patria potestas
o 5.3.2. In manus
 5.3.2.1. Concepto
 5.3.2.2. Formas de adquirir la manus
o 5.3.3. Dominica potestas, iura patronatus y mancipium
 5.4. Relaciones patrimoniales entre el pater y los alieni iuris
o 5.4.1. Principios generales
o 5.4.2. Los peculios
o 5.4.3. Medidas procesales: actiones adiecticiae qualitatis
 5.5. Casos de instituciones de derecho familiar según la jurisprudencia romana

Creando conciencia

Prevención de adicciones

¿Drogas para trabajar mejor?

Seguramente en alguna ocasión habrá escuchado que hay personas que consumen algún tipo de
sustancia para permanecer más tiempo activos, como alguna bebida energizante o una combinación de
ellas con alguna otra sustancia, a fin de rendir más tiempo, sin embargo, sabemos que estas acciones
traen a la larga consecuencias desafortunadas.

Lo invitamos a leer el siguiente artículo Las polémicas "drogas inteligentes" usadas para aumentar el
rendimiento en el trabajo (y sus poco conocidas consecuencias), al respecto reflexione en lo siguiente:

¿Considera posible el uso controlado de medicamentos, como el mencionado en el artículo, para mejorar
el desempeño?
¿Usted haría uso de ellos?
¿Cuáles son las ventajas y desventajas que considera tendría su estilo de vida actual consumiendo
drogas?

Las Drogas.pdf
Familia

La familia romana (domus) era patriarcal; esto es, reposaba por completo en la autoridad del jefe o padre
(pater familias), quien ejercía sobre sus miembros diferentes potestades.

El pater familias debía ser hombre libre,


ciudadano romano y sui iuris en pleno ejercicio
de sus derechos. Ulpiano lo define como
"aquel que tiene el dominio en la casa, y con
razón es llamado con este nombre, aunque no
tenga hijo, porque no designamos la sola
personalidad de él, sino también su derecho"
(Digesto 50.16.195.2).
(2) Pater familias

Adquiría la posición de pater familias aquel que no tenía un ascendiente varón con potestades sobre él o
mediante la emancipación, es decir, cuando el pater familias decidía liberar de la patria potestad al filius
familias.

El pater familias tenía varias funciones, entre ellas las siguientes:

 Regular toda la vida de la domus.


 Ser el juez y el sacerdote del culto doméstico.
 Gozar del derecho de vida y muerte (ius vitae et necis) sobre los miembros libres de su domus y
de sus esclavos.
 Poder que ejerce sobre todos los miembros de la familia. En un principio este poder fue absoluto
e ilimitado; con el tiempo surgieron medidas que debilitaron dicha potestad.

Al ser la única persona dentro de la domus era el único que contaba con un patrimonio; lo adquirido por
el resto de los miembros de la familia lo adquirían para él. Pero ¿qué poderes ejercía el pater
familias sobre los miembros de su domus?

Concepto

Definamos
Familia

Para Ulpiano la familia era un conjunto de personas que por naturaleza o por derecho estaban bajo una
misma potestad (familia propio iure) (Digesto 50.16.195.2).

Principales caracteres

En los primeros tiempos la familia era considerada como un grupo de individuos unidos entre sí, en virtud
de estar sometidos a la patria potestad de un jefe. Probablemente eran grupos anteriores a
la civitas romana. En efecto, la concepción originaria era la que consideraba el fundamento de la familia
en la potestad o parentesco civil (adgnatio) que predominaba sobre el vínculo de sangre y filiación o
parentesco natural (cognatio). Pertenecían a la familia todos los sometidos a la potestad del pater
familias por haber nacido dentro del grupo y los que se habían incorporado a él por actos jurídicos o
religiosos.

Frente a esta concepción de la familia, en sentido propio, los juristas oponían otra en sentido amplio
(familia communi iure), formada por los que se encontraban bajo la potestad del anterior pater
familias antes de su muerte o capitis deminutio de éste. La otra concepción era la que tenía como base
los vínculos naturales (cognatio). Durante la evolución histórica, la familia natural y cognaticia prevaleció
sobre la familia agnaticia, por influencia de pasar de una primitiva economía agrícola y familiar a la
economía de expansión imperial y del comercio.

Parentesco
Era el vínculo que se establecía entre dos o más personas basado en el origen o en un acto establecido
por ley. Los lazos del parentesco podían ser de carácter natural o civil, siendo diferentes las
consecuencias que uno u otro producían.
Agnatacio, cognaticio y el de afinidad

Así, en Roma nos encontramos con un parentesco natural o de sangre llamado cognación y
un parentesco civil creado por la ley, que se llama agnación y por uno más llamado afinidad.
El parentesco agnaticio (adgnatio) es un parentesco civil fundado sobre la autoridad paternal o
marital. Era el vínculo jurídico que surgía entre el pater familias y aquellos miembros que estaban
sujetos a su patria potestad (Digesto 50.6.95.2). Por mucho tiempo la familia romana se sustentó en los
lazos agnaticios por línea paterna (Gayo I. 1.156).

La agnación surgía por nacer de matrimonio justo, adopción, adrogación, conventio in manu,
legitimación o concesión especial del emperador. Se extinguía por la cesación de la patria potestad.

A la muerte del pater familias la familia se dividía, formándose tantas familias como hijos varones
hubiese, pero el vínculo jurídico permanecía entre ellos.

El parentesco por afinidad (adfinitas) era la relación que se establecía después del matrimonio, entre
cada uno de los cónyuges y los cognati del otro. Podía ser directa (entre suegro y nuera) o colateral (entre
cuñado y esposa). Para el derecho romano no se distinguían los grados (Digesto 38.10.4.5) y se extinguía
con la disolución del matrimonio.

El parentesco cognaticio es aquel que une a las personas descendientes una de otra en línea recta o
descendientes de un autor en común en línea colateral sin distinción de sexos; se entendía como la
relación que existía entre los progenitores y el engendrado de justas nupcias, así como entre aquellos
que tenían o habían tenido un ascendiente común masculino, es decir, es el parentesco fundado en los
lazos de sangre que unía a todas las personas que compartían un progenitor común tanto por línea
paterna como materna.

Líneas y grados

A efectos hereditarios era necesario determinar la proximidad del parentesco. Para identificar el
parentesco que había entre los distintos miembros de la familia era necesario hacer un conteo a través
de líneas y grados.
Las líneas de parentesco las componen una sucesión de grados. Se dividen en dos:

Las potestades del pater familias

Patria potestas

Origen y evolución

La patria potestad era el poder que el pater familias ejercía sobre sus hijos y descendientes, normalmente
era el ascendiente varón mayor de edad.

La patria potestad es creada para proteger los intereses familiares en todos los sentidos y a través de un
jefe (pater familias) con plenos poderes para salvaguardar los intereses del grupo.
Primeros tiempos de Roma: A diferencia de nuestro derecho positivo, en los primeros tiempos de Roma
la patria potestad se estableció en beneficio de quien la ejercía, lo que implicaba que todos los derechos
estaban de su parte y las obligaciones eran para los que estaban sometidos a él. No suponía
necesariamente la idea de paternidad. Esta idea es fácil de comprender si analizamos que estos pueblos
requerían de un jefe que mandara y que pudiera salvaguardar los intereses de su familia. Y detrás de los
intereses de la familia se encontraba el interés de la res publica.

Pero este derecho absoluto del pater familias sobre los miembros de la domus poco a poco evolucionó
hasta convertirse en un poder en beneficio de las personas sujetas a ella y se concibió como un poder
moral que comprendía protección, mantenimiento y asistencia.

Derecho arcaico: Durante el derecho arcaico, el pater familias tenía sobre los filius familias los mismos
poderes que sobre los esclavos; esto es, podía abandonarlos o hasta venderlos. Para poder contraer
nupcias requerían de su consentimiento, una vez casado, el pater ejercía la manus sobre la nuera y la
patria potestad sobre los nietos; asimismo, podía romper el matrimonio de sus hijos e hijas, imponiéndoles
el divorcio. Además, el padre podía imponer castigos corporales a sus hijos, y aun podía matarlos (ius
vitae necisque), después de haber tomado la opinión de los parientes más próximos.

República: A finales de la República se crearon una serie de normas tendentes a limitar los poderes
del pater familias, reconociéndoles mayores derechos a los hijos. Por ejemplo, en una constitución de
Antonino Pío, se prohibió al pater familias romper el vínculo matrimonial de su hijo mediante divorcio,
siempre que mediare un bene concordans de su hijo. Septimio Severo abolió el derecho de vida y muerte
sobre los hijos. También se limitó el derecho de venta de los hijos sólo en caso de extrema miseria.

¡Importante!
Pese al poder que el pater familias ejercía sobre los hijos y nietos es importante señalar que a diferencia
del esclavo, el filius familias era persona libre; esto es, tenía el status libertatis. Por otra parte, por su
condición de hijo de familia, era un ciudadano romano, es decir, gozaba del status civitatis.

Evolución del ius vitae necisque

Los poderes que el pater familias ejercía sobre los bienes de los filius familias evolucionaron a favor de
estos últimos. Así, durante el derecho antiguo, el hijo bajo la potestad era un alieni iuris; por lo tanto,
carecía de personalidad jurídica y no tenía patrimonio. En caso de que interviniese en un acto jurídico era
por cuenta del pater familias y era éste el que por su intermediación se hacía propietario o acreedor, pero
no podía empeorar su condición, es decir, constituirlo en un deudor frente a terceros. Por otra parte,
el pater familias podía confiar un peculio al hijo para que lo administrara (peculio profecticio), pero éste
nunca se convertía en propietario.

(3) Filius familias


Años más tarde, el desarrollo de la noción de los peculios mejoró la situación patrimonial de los hijos de
familia. Además del peculio profecticio, el hijo pudo poseer en diferentes épocas un peculio castrense,
cuasicastrense y bienes adventicios, lo que se explicará más adelante.

Fuentes de la patria potestas

La patria potestad emanaba de las siguientes fuentes: del nacimiento, la legitimación, la adopción, la
adrogación y el matrimonio.

Nacimiento

Los hijos nacidos de justas nupcias después de 182 días de contraído y antes de
300 días de que éste cesara quedaban en calidad de filius familias, ya descendieran
inmediatamente del pater familias o de sus descendientes en grado ulterior
(Digesto 38.16.3.12 y 28.2.39).

Legitimación

Institución surgida en el derecho posclásico cuyo objeto era que los hijos nacidos
en concubinato (liberi naturales) se legitimaran y entraran a la patria potestad del
padre, siempre que contrajeran justas nupcias en cierto tiempo y que no tuviesen
hijos de precedentes matrimonios. Justiniano aceptó la legitimación aun en
presencia de hijos legítimos, con tal de que éstos hubiesen nacido de un
matrimonio disuelto antes de que naciesen los liberi naturales, porque de lo
contrario serían adulterinos y por lo tanto no legitimables. También mediante
rescripto del emperador se podían legitimar a los liberi naturales y por oblación a
la curia.

Adopción

Acto por el cual un filius familias (adoptado) sale de la patria potestad de su pater
familias y entra a la patria potestad de otro pater familias (adoptante). En principio,
el derecho romano no concibió la idea de una adopción como la imitación de una
paternidad natural, sino el medio de ingreso a una familia agnaticia como sumisión
a una potestas. Fue a partir de Justiniano que esta institución se basó en el
principio romano de adoptionatur amimitatur. De acuerdo a los efectos que la
adopción generaba existían dos tipos: plena y minus plena.
Adrogación

La adrogación era el acto por el cual un pater familias (adrogado) se sujetaba a la


patria potestad de otro pater familias (adrogante), pasando a ser alieni iuris y filius
familias de éste. Para llevar a cabo la adrogación era necesario cubrir algunos
requisitos, entre ellos:

El consentimiento del adrogante y del adrogado (Gayo 1.8).


El adrogante debía ser un varón; a partir de Antonino Pío se aceptó que pudieran
adrogarse mujeres e impúberes.
El adrogado debía contar con 60 años y entre ambas partes debía existir diferencia
de dieciocho años de edad.
El pater familias adrogado sufría una capitis deminutio mínima, pasando a formar
parte de una nueva familia agnaticia. El pater familias adrogante adquiría en bloque
el conjunto de los derechos transmisibles (Gayo I. 3.83) de los que era titular el
adrogado y la patria potestad sobre todas las personas libres alieni iuris ya
sometidas a este último. En el caso de las deudas, éstas se extinguían civilmente,
pero el pretor las hacía revivir mediante acciones ficticias que otorgaba a los
acreedores en contra del adrogante. El adrogado adquiría el nombre de la gens a la
que se incorporaba, así como los sacra privata.

Matrimonio

Se llama iustae nuptia o iutum matrimonium a la unión conyugal monogámica


llevada a cabo de conformidad con las reglas del derecho civil romano.

En la sociedad romana, debido al interés religioso y político que entrañaba la


familia, resultaba de suma importancia la conservación de ésta a través de la
institución del matrimonio, cuyo fin primordial era la procreación de hijos.

¡Importante!
El matrimonio: —las iustae nuptiae— también fue una fuente de creación de la
patria potestas, por lo que al ser un tema tan importante, lo trataremos en un
epígrafe independiente.
Extinción de la patria potestas

Las causas más frecuentes de extinción de la patria potestas fueron:

Muerte del pater familias

Ya que los filius familias sin ascendiente (en caso de existir hijos y nietos, estos últimos no se
convertían en sui iuris, sino que quedaban bajo la patria potestad de su padre) que formaran
parte de la familia, adquirían el status de sui iuris (Gayo I.1.127 y Digesto 50.16.195.2).

Capitis deminutio

Capitis deminutio máxima, media y mínima del pater familias. Los filius familias se convertían
automáticamente en sui iuris.

Muerte y capitis deminutio

Muerte y capitis deminutio máxima y media del filius familias.

Matrimonio cum manu

Matrimonio cum manu de las hijas o nietas. Entraban a la patria potestad del marido o del pater
familias del marido.

Emancipación

El pater familias podía liberar de la patria potestad al filius familias mediante una mancipatio
(tres ventas ficticias observando el rito de la mancipatio). El filius familias salía de su familia y
perdía toda relación jurídica respecto de ella, convirtiéndose en sui iuris. El emperador
Anastasio aceptó la emancipación por medio de un rescripto del príncipe. Justiniano exigía el
consentimiento expreso del filius familias por emancipar frente al magistrado, a excepción de los
infans.

Adopción plena y adrogación

Adopción plena y adrogación.


Derecho Justiniano

El derecho justinianeo estableció que dejaban la patria potestad aquellos filius familias
designados para ocupar altas magistraturas o cargos religiosos. También dispuso que el pater
familias perdiera la patria potestad por prostituir a su hija o por cometer incesto con ella.

In manus

Concepto

Definamos...
In manus
Se entendía como la autoridad que ejercía el marido sobre su cónyuge.

Formas de adquirir la manus

Dominica potestas, iura patronatus y mancipium

Todos los miembros de la familia estaban bajo la autoridad del pater familias, quien ejercía de esta forma:

Por el contrario, no estaban bajo su potestad:

 su mujer casada sine manu, quien quedaba bajo la autoridad de su pater familias de origen,
 las mujeres de sus hijos casadas sine manu,
 los nietos nacidos de sus hijas cum manu o sin ella, pues entraban a la patria potestas de sus
maridos si eran sui iuris o del padre de estos últimos si eran alieni iuris,
 también dejaban de estar bajo su potestad sus hijos emancipados,
 las hijas que se casaban cum manu,
 y los hijos que daban en adopción o adrogación a otro pater familias.
Relaciones patrimoniales entre el pater y los alieni iuris

Principios generales

Como vimos anteriormente, durante el derecho antiguo, el hijo bajo la potestad era un alieni iuris que
carecía de personalidad jurídica y de patrimonio. La situación del alieni iuris perduraba mientras vivía el
pater familias o si el hijo era emancipado de su pater y se convierta en sui iuris o, en el caso del cónyuge,
si se disolvía el lazo matrimonial.

A partir del desarrollo de la noción de los peculios mejoró la situación patrimonial de los hijos de familia.
Además del peculio profecticio, durante diferentes épocas se presentó el peculio castrense,
cuasicastrense y bienes adventicios.

Los peculios

AUGUSTO.-
Los bienes adventicios eran bienes que el hijo adquiría de la sucesión de su madre. Con Constantino se
incluyeron los bienes que adquiría de la sucesión de los padres de su madre (abuelos), de su cónyuge y
de su prometida. Sobre estos bienes, el pater familia
ANTONIO PÍO.-
El peculio cuasicastrense fue creado por Constantino y lo constituían todos los bienes que el hijo había
recibido por su servicio en la corte del emperador, del Estado o de la Iglesia.

JUSTINIANO.-
Los bienes adventicios eran bienes que el hijo adquiría de la sucesión de su madre. Con Constantino se
incluyeron los bienes que adquiría de la sucesión de los padres de su madre (abuelos), de su cónyuge y
de su prometida. Sobre estos bienes, el pater familias tenía el derecho de administración y goce.

Medidas procesales: actiones adiecticiae qualitatis

Dentro del derecho familiar se reconocen las siguientes medidas:

 Actio quod iussu: Era la orden que había sido dada por el padre o por el amo para que un tercero,
o el propio sometido, celebrarán un contrato entre dicho tercero y el hijo o el esclavo.
 Actio de peculio: Se refiere a la gestión y protección del peculio (dinero, bienes para uso o
comercio).

Casos de instituciones de derecho familiar según la jurisprudencia romana


El derecho familiar tuvo gran importancia en la constitución de la sociedad romana, y de las sociedades
del mundo, ya que definieron la situación jurídica dentro de la familia (status familiae).

Para finalizar, recordemos las dos posiciones existentes dentro de la familia romana:

¡Importante!
A fin de enriquecer el estudio de los temas de esta unidad, le sugerimos realice el estudio del siguiente
documento, ya que se retomará en su “Experiencia de aprendizaje”:

Morineau, Martha e Iglesias, Román, Derecho romano, 4.ª ed., México, Oxford University Press, 2004,
pp. 59-63.
Fuentes de consulta

Bibliografía

D’ors, Álvaro, Derecho privado romano, Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, 1991.
García Garrido, Manuel J., Derecho privado romano. I. Instituciones, 15.ª ed., Madrid, Ediciones
Académicas, 2007.
Hernández-Tejero, Francisco, Lecciones de derecho romano, Madrid, Universidad Complutense, 1994.
Iduarte Morineau, Marta e Iglesias González, Román, Derecho Romano, 4.ª ed., México, Oxford University
Press, 2000.
Iglesias, Juan, Derecho romano, Barcelona, Sello Editorial, 2010.
Volterra, Eduardo, Instituciones de derecho privado romano, Madrid, Civitas, 1986.
Documentos publicados en Internet

Gorvett, Zaria, “Las polémicas "drogas inteligentes" usadas para aumentar el rendimiento en el trabajo (y
sus poco conocidas consecuencias)”, en BBC News Mundo, 8 de octubre de 2018, disponible en
https://www.bbc.com/mundo/vert-cap-45596952, consulta: 03/06/2019.
Justiniano, “I INSTITUTA-DIGESTO” [primera, segunda y tercera partes], Cuerpo del derecho civil
romano, traductor y compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2Ckd1vl , consulta:
30/01/2018.
Justiniano, “II DIGESTO” [primera, cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y
compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2HbTVvh, consulta: 30/01/2018.
Justiniano, “III DIGESTO” [primera, sexta y séptima partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y
compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2FsolYv, consulta: 30/01/2018.
Justiniano, “NOVELAS”, Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del
Corral, disponible en http://bit.ly/2FvtJu3, consulta: 30/01/2018.
s. a., Ley de las XII Tablas, s. f., disponible en http://www.thelatinlibrary.com/12tables.html,
consulta:30/01/2018.
Imágenes

(1) s. a., [Familia], [fotografía], 2007, tomada de http://bit.ly/2Clc3PB, consulta: 14/02/2018.


(2) Pater familias, UNAM/Facultad de Derecho-DED.
(3) Livio Andronico, [Filius familias], [fotografía], 2014, tomada de http://bit.ly/2BtJZwG, consulta:
14/02/2018.
(4) Bibi Saint-Pol, [Augusto], [fotografía], 2007, tomada de http://bit.ly/1Aisuns, consulta: 14/02/2018.
(5) Jean-Pol Grandmont, [Constantino], [fotografía], 2011, tomada de http://bit.ly/18A9TMY, consulta:
14/02/2018.
(6) s. a., [Justiniano], [fotografía], 2007, tomada de http://bit.ly/2EGvKGK, consulta: 14/02/2018.
El Matrimonio y la Protección de Incapaces
Introducción

Otro tema de relevancia dentro del derecho de familia es el de las relaciones


matrimoniales. Para el derecho romano el matrimonio era concebido como un hecho
social, en el cual la ley tenía poco que ver con su creación y terminación, pero sí en cambio
con los efectos jurídicos que producía, sobre todo si el matrimonio se llevaba a cabo a
través de la conventio in manu.
A diferencia del matrimonio, las relaciones paterno-filiales reguladas por el derecho
romano desde sus primeros tiempos, surgían cuando el paterfamilias ejercía la patria
potestad sobre los hijos (filius familias). En este tema analizará que dicho poder no sólo
surgía de forma natural, como consecuencia del nacimiento de los hijos de matrimonio
justo, sino que también podía crearse y aun terminarse artificialmente por medio de la
adopción y de la adrogación.
Finalmente, analizará una institución cuyo objeto era la guarda de aquellas personas que
tenían plena capacidad de goce, pero que por razones de edad, sexo, enfermedades
mentales o por tendencia a la prodigalidad debían estar al cuidado de otras personas, el
tutor o curador, quienes en algunas ocasiones actuaban representando a sus pupilos, y en
otras sólo los asesoraban para actuar dentro del campo del derecho.
Antes de iniciar el estudio de esta unidad, escuche el siguiente podcast que nos presenta
una contextualización sobre el matrimonio:

Objetivo

El alumnado analizará el concepto de matrimonio y su evolución jurídica, estableciendo


sus diferencias con otras uniones lícitas. Identificará las instituciones de protección de las
personas con diversas incapacidades relativas a la edad, sexo, inexperiencia, prodigalidad
o por enfermedades mentales, estableciendo su influencia en el ordenamiento jurídico
mexicano.

Temario

Unidad 6. El Matrimonio y la Protección de Incapaces


• 6.1. El matrimonio: iustae nuptiae
o 6.1.1. Requisitos para contraer iustae nuptiae
o 6.1.2. Impedimentos
o 6.1.3. Formas de celebración
o 6.1.4. Efectos jurídicos
o 6.1.5. Régimen patrimonial
o 6.1.6. Disolución
o 6.1.7. Concubinatus
o 6.1.8. Contubernium
• 6.2.Tutela
o 6.2.1. Concepto
o 6.2.2. Clases de tutela
▪ 6.2.2.1. Nombramientos del tutor
▪ 6.2.2.2. Características del ejercicio de la tutela
▪ 6.2.2.3. Obligaciones del tutor
▪ 6.2.2.4. Restricciones al tutor
▪ 6.2.2.5. Responsabilidad del tutor
▪ 6.2.2.6. Medios de protección del pupilo
o 6.2.3. Tutela de las mujeres
o 6.2.4. Terminación de la tutela
• 6.3. Curatela
o 6.3.1. Concepto
o 6.3.2. Diferencias con la tutela
o 6.3.3. Responsabilidades del curador
o 6.3.4. Clases de curatela
o 6.3.5. Terminación de la curatela
• 6.4. Casos de instituciones de derecho familiar según la jurisprudencia romana

Creando conciencia

Inclusión de la diversidad
El matrimonio igualitario en México
En México, la legalización de los matrimonios homoparentales inició a escala local desde
el 2009, cuando la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó el matrimonio entre
personas del mismo sexo.
Posteriormente el 3 de junio del 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió
una tesis jurisprudencial que declara inconstitucionales los Códigos Civiles de las
entidades en donde el matrimonio se entiende sólo como la unión entre un hombre y una
mujer, lo que resulta discriminatorio, pues excluye injustificadamente del acceso al
matrimonio a las parejas homosexuales.
Esta tesis permite que parejas del mismo sexo puedan demandar el derecho a casarse,
esperando que los tribunales fallen en cada caso concreto.

Actualmente son 14 los estados en los que el matrimonio es legal:


• Ciudad de México
• Quintana Roo
• Coahuila
• Chihuahua
• Nayarit
• Jalisco
• Campeche
• Colima
• Michoacán
• Morelos
• Chiapas
• Puebla
• Baja California
• Nuevo León
Al respecto, lo invitamos a reflexionar en las siguientes preguntas:
• ¿Cuáles son los argumentos que se presentan para no legalizar el matrimonio entre
personas del mismo sexo?
• ¿Cuál es su postura ante este tema?
Le invitamos a compartir sus respuestas con quienes integran el grupo, a través del Foro
de la unidad.

El matrimonio: iustae ruptia

Definamos
Matrimonio

De acuerdo con el derecho clásico, el matrimonio legítimo (iustae nuptiae) existía cuando
un hombre (vir) y una mujer (uxor) que habiendo alcanzado la pubertad y reunido las demás
condiciones legales, establecían una relación conyugal con la voluntad efectiva y continua
de estar unidos en forma estable en matrimonio (affectio maritalis).

Modestino lo definió como "la unión de hombre y mujer en pleno consorcio de su vida y
comunicación del derecho divino y humano" (Digesto 23.2.1). Para que esta unión gozara
de eficacia jurídica debía estar dirigida a constituir una relación monogámica mientras
durara la relación, con el fin de formar una familia y dirigida a la procreación y a la
educación de los hijos nacidos de esa unión.

(1) Relación monogámica

Requisitos para contraer iustae nuptiae


Al ser el matrimonio una fuente de patria potestad era menester cubrir una serie de
requisitos para que fuera válido.
CAPACIDAD NATURAL.
Tener la edad necesaria. Para los sabinianos se requería hacer una inspectio corporis; en
cambio para los proculeyanos, cuya opinión prevalece con Justiniano (Código 5.6.3), la
mujer debía tener al menos 12 y el varón 14 años.

CAPACIDAD LEGAL.
Tener el ius connubii; esto es, contar con el derecho de contraer matrimonio, por lo que
sólo los ciudadanos romanos podían contraer iustae nuptiae (Digesto 23.2.24). En el
derecho arcaico carecían de ese derecho los esclavos, los latinos, excepto los veteres y
los peregrinos. Antes de la Lex Canuleia (149 a. C.) se requería que ambos contrayentes
fueran patricios. El derecho preclásico admitió el matrimonio entre ingenuos y libertos.
Desde la expedición de las Constitución Antoniniana los peregrinos podían contraer
nupcias. Con Justiniano únicamente carecieron de ese derecho los esclavos y los
bárbaros.

CONSENTIMIENTO DE AMBOS CONTRAYENTES.


Ambas partes debían externar su voluntad efectiva con la intensión de estar unidas en
matrimonio

CONSENTIMIENTO DEL pater familias (AUCTORITAS).


En el caso de que los contrayentes fueran alieni iuris requerían que el pater familias
estuviera de acuerdo, cualquiera que fuera la edad de los contrayentes, toda vez que los
hijos que hubieran de nacer de ese matrimonio se encontrarían, algún día, bajo su
potestad. Posteriormente, la Lex Iulia de maritandis ordinibus de la época de Agusto (18
a. C.) permitió al hijo contraer matrimonio con autorización del magistrado en caso de
negativa injustificada del pater familias.
¡Importante!
El varón que fuera sui iuris, cualquiera que fuera su edad, podía en Roma casarse sin el
consentimiento de nadie. Si la mujer era sui iuris requería autorización de su tutor; al
desaparecer la tutela de las mujeres, éstas requerían hasta haber cumplido los 25 años, el
consentimiento de los parientes más próximos o de la autoridad judicial.

Impedimentos
Al ser las iustae nuptiae un acto solemne, la legislación impuso impedimentos absolutos y
relativos para poder contraer matrimonio.

Impedimentos
Absolutos

Los impedimentos absolutos eran aquellos que evitaban de manera definitiva que el
matrimonio se llevase a cabo, no existiendo la posibilidad de ser subsanados. Los más
comunes fueron los siguientes:

a) La existencia de otro lazo matrimonial. Como regla general, los romanos observaron
siempre la monogamia, por ende, los futuros cónyuges debían estar libres de cualquier
otro lazo matrimonial al momento de contraer iustae nuptiae. A partir del derecho
posclásico se reconoció el delito de bigamia.

b) El parentesco por consanguinidad en línea recta, sin límite de grado entre contrayentes

c) El parentesco por consanguinidad colateral, primero hasta el séptimo grado y


posteriormente hasta el tercero.

d) El parentesco por afinidad hasta el tercero y cuarto grados.

e) Por parentesco que surgía entre el adoptante y adoptado, y entre el adrogante y el


adrogado.
f) En el derecho posclásico debido a la influencia cristiana, el parentesco espiritual entre
padrinos y ahijados.

Relativos

Efectos jurídicos
Varios fueron los efectos que generaba la iustae nuptiae, entre ellos los siguientes:

a) Los cónyuges adquirían el título de vir y uxor, participando la mujer de la condición


social del marido.

b) Por el simple matrimonio no surgía la manus; para que surgiera se tenían que realizar las
formalidades establecidas para la conventio in manu.

c) Se debían fidelidad mutua; el adulterio sólo era reconocido a la mujer a través de la Lex Iulia de
Adulteriis (18 a. C.). El marido debía repudiar a la mujer para no incurrir en la acusación pública
de lenocinium.

d) Hacer vida en común.

e) Obligación de darse alimentos de acuerdo con las necesidades de uno y las posibilidades del
otro.

f) Estaba prohibida la donación entre cónyuges y que la mujer fuera fiadora del marido (legislación
caducaria de Augusto).

g) Tenían prohibido ejercitar entre sí acciones que llevaran consigo la tacha de infamia del otro de
los cónyuges.

h) Los hijos caían bajo la patria potestad del pater familias. Eran considerados legítimos (liberi
iusti). Seguían la condición social y jurídica del padre, independientemente del status civitatis
de la madre, siempre que ésta contara con el ius connubii.

Formas de celebración y efectos jurídicos

Existían dos formas de contraer las iustae nuptiae: la conventio in manum y el


matrimonio sine manu.
Matrimonio cum manu

La iustae nuptiae sometía a la mujer a la manus del marido o a la de su padre a


través de la conventio in manum. Si bien el matrimonio por sí mismo era una
situación de hecho, la manus era un derecho a favor del pater familias. Para ser
válido era necesario contraer el matrimonio mediante alguna de las tres formas
(Gayo, Institutas 2.139).

Confarreatio: ceremonia religiosa en honor a Júpiter Farreus, en presencia de un


flamen de Júpiter y diez testigos, durante la cual los contrayentes debían comer
un pastel de trigo (farro).
Coemptio: acto solemne en el que intervenía el antiguo paterfamilias de la novia y
el nuevo. Consistía en una venta ficticia de la mujer a través de la mancipatio; se
realizaba en presencia de cinco testigos y del librepens (portador de la balanza).
Usus: una esposa por el hecho de convivir ininterrumpidamente con su marido
durante el último año adquiría de ipso facto la manus sobre la mujer. Si la mujer
se ausentaba más de tres días del lecho conyugal evitaba entrar en la manus.
Matrimonio sine manu

Matrimonio realizado sin formalidades y que habiendo aparecido hacia el año 200
a. C. sustituyó rápidamente al matrimonio cum manu.

Régimen patrimonial

Los esposos podían contraer matrimonio según tres formas: separación total de bienes,
sociedad parcial o total de bienes y concentración de todo el patrimonio de los cónyuges
como propiedad del pater familias.
SEPARACIÓN TOTAL DE BIENES.
Cada contrayente conservaba la propiedad de sus bienes. Si la mujer era sui iuris no requería el
consentimiento del marido para la realización de actos jurídicos.

SOCIEDAD PARCIAL O TOTAL DE BIENES.


Se trata de bienes aportados o gananciales que podían resultar de un contrato.

CONCENTRACION DEL PATRIMONIODE LOS CONYUGUESCOMO PROPIEDADDEL PATER


FAMILIA.
Concentración de todo el patrimonio de los cónyuges en las manos del marido o del padre del marido
como resultado de un matrimonio cum man.
La dote

Era un conjunto de bienes que procedían del


patrimonio del pater familias de la esposa (dos
profecticia) o de la misma esposa o de terceros
(dos adventicia) para ayudar al marido a las
cargas del matrimonio. En principio la dote era
considerada como un deber moral, a partir del
derecho posclásico se consideró una obligación.
(2) La dote
Las formas de constitución de la dote fueron:
la dictio dotis (contrato verbal de promesa de
dote), datio dotis (contrato verbal tomando la
forma de entrega real, en el cual se transmitían de
manera inmediata los bienes mediante
una mancipatio, in iure cessio o traditio) y por un
simple pacto.

Efectos jurídicos de la dote

La dote entraba en el patrimonio del marido o de su pater familias, conservando la mujer el


derecho de recuperación en caso de disolución del matrimonio. En caso de que el
matrimonio se disolviera por muerte del marido o por divorcio, la dote se le restituía a la
mujer o a su pater familias. Si la mujer moría se restituía al pater familias o a sus herederos.
Si la dote la constituyó un tercero, éste se reservaba el derecho a reclamarla en caso de
disolución del matrimonio o por testamento. El marido no podía vender o hipotecar los
inmuebles dotales y respondía con su patrimonio de lo que se hubiese perdido por su dolo
o culpa.

Donaciones

Existían dos tipos de donaciones que se podían realizar con motivo del matrimonio: ante
nupcias y después de haber contraído matrimonio.

Ante nupcias

Las donaciones ante nupcias se constituían con bienes y dinero que el futuro
marido regalaba a la mujer antes del matrimonio. Los bienes permanecían dentro
del patrimonio del marido-donante, pero no podía enajenarlos ni hipotecarlos. Al
morir el marido, la mujer recibía los bienes donados. Si la mujer moría la donación
se revocaba ipso iure (de pleno derecho, es decir, no requería declaratoria
judicial).
Entre cónyuges

Las donaciones entre cónyuges fueron reguladas por el derecho romano de formas
muy diversas. Así, la Lex Cincia (204 a. C.) prohibió las donaciones entre
cónyuges. Augusto declaró las donaciones entre cónyuges nulas. Posteriormente,
un senadoconsulto de la época de Severo determinó que las donaciones entre
cónyuges se podían convalidar en la herencia de la mujer. Finalmente, Justiniano
eximió de toda prohibición a las donaciones entre cónyuges.

Disolución

Varias son las causas por las que se puede disolver el matrimonio; entre ellas:

a) Muerte de uno de los cónyuges.

b) Capitis deminutio máxima de alguno de los cónyuges. La causa más común era la
pérdida de la libertad por cautividad de guerra. Mientras que para el derecho
clásico la relación se terminaba por falta de voluntas, misma que se perdía cuando
cesaba el ius connubii por cautividad; de ahí que no podía externar su voluntad,
convirtiéndose la relación en contubernium y considerándose espurios los hijos
nacidos de esa relación, en tanto los padres eran cautivos de guerra. En cambio,
para el derecho justinianeo el matrimonio no cesaba hasta después de cinco años,
transcurridos los cuales, los cónyuges podían ser liberados del vínculo conyugal y
contraer nuevas nupcias.

c) Capitis deminutio media. El derecho clásico estableció la disolución del matrimonio


por la pérdida de ciudadanía cuando llevaba aparejada la pérdida del ius connubii,
por lo que la relación se convertía en concubinato. Para Justiniano la pérdida de
ciudadanía no implicaba disolución del matrimonio.

d) Falta de affectio maritallis. Durante la República debía expresarse ante siete


testigos. Augusto prohibió esta causal con la Lex Iulia de Adulteriis coercendis.

e) Por declaración unilateral del cónyuge (repudium). A partir de la cristianización del


derecho romano, los emperadores intentaron atacar el repudio procurando
castigar a través de una sanción pecuniaria, con ocasión de la restitución de la dote
al cónyuge que provocó el repudio. Constantino en el año 331 castigó gravemente
al cónyuge que se divorciara unilateralmente, fuera de las causas justas: para la
mujer, cuando el hombre era homicida o violador de sepulcros o envenenador (que
se dedicaba al arte de la magia); para el hombre cuando la mujer era adúltera,
envenenadora o alcahueta. Los efectos jurídicos variaron a través de la legislación
imperial, pero el derecho justinianeo estableció que la mujer perdía la dote y no
podía reclamar la donación nupcial; el hombre perdía la donación nupcial y debía
restituir la dote.
f) Mutuo consentimiento. Durante el derecho clásico la cesación de la voluntad de
estar unidos en matrimonio sin la realización de ninguna formalidad hacía que
cesara sin más el matrimonio (divortium). Justiniano determinó que en caso de no
existir causa justa, el cónyuge debía ser castigado con las mismas sanciones
establecidas para el repudium (Novelas, 22).

g) Culpa de un cónyuge en casos tipificados por la ley.

h) Por circunstancias que hicieran imposible el matrimonio como impotencia,


esterilidad, cautividad prolongada y voto de castidad.

Además del matrimonio, en Roma se practicaron otras uniones, entre ellas el concubinatus,
el matrimonio sine connubio y el contubernium.

Concubinatus
Era una unión de orden inferior al iustum matrimonium que no elevaba a la mujer a la
condición social del marido y no tenía como efectos que los hijos y nietos cayeran bajo la
patria potestas del pater familias.

En principio el ius civile no reconoció esta situación de hecho; fue en el Bajo Imperio, cuando
se reconoció expresamente el concubinato. Se llamaba inaequale conjugium, al que se le
reconocieron algunos efectos jurídicos.

En el concubinato, la mujer era concubina y no uxor, por lo que no se elevaba al rango de su


cónyuge; el derecho imperial al menos le reconoció un derecho de sucesión. En cuanto a los
hijos, éstos eran considerados liberi naturales y no legitimi, seguían la condición de la madre
y nacían sui iuris. La influencia del cristianismo mejoró la posición de los hijos, entre ellos,
les reconoció el derecho de alimentos y el derecho de sucesión del padre, también autorizó su
legitimación.

Matrimonio sine connubio


Era el matrimonio del derecho de gentes y se verificaba entre personas que carecían del
ius connubii. Por ejemplo entre un ciudadano y una peregrina o entre dos peregrinos.
Esta relación estaba regulada por el derecho de gentes o por el derecho propio de la
ciudad a la cual pertenecían los esposos.

Contubernium
Se llamaba así a aquella unión de carácter marital existente entre esclavos o entre un
libre y un esclavo. No producía efectos jurídicos. Los hijos de esa unión nacían esclavos,
siguiendo la condición jurídica de la madre, a menos que existiera el favor libertatis.
Las causas por las que una persona se encontraría bajo alguna potestad sería en virtud de
alguna incapacidad, por lo que tendría que someterse a la institución de la tutela o bien de
la curatela.

La incapacidad de una persona sui iuris puede obedecer a cualquiera de las siguientes
cuatro causas:

Tutela

Algunos sui iuris podían tener limitada parcial o totalmente su capacidad de ejercicio, sea
por la edad o por su sexo. En ese caso era necesario que se les designara una persona, tutor
o curador, que supliera su deficiente capacidad de ejercicio.

Concepto

Definamos...
Tutela

En el derecho preclásico se definió a la tutela como


aquella fuerza y potestad dada y permitida por el
derecho civil sobre un individuo libre, para
proteger al que por su edad no podía defenderse
(3) Tutela
espontáneamente (Digesto 26.1.1).

Clases de tutela
Las causas por las que una persona debía estar bajo el poder de un tutor fueron por
razones de edad o de sexo.
Personas incapaces por razón de edad

Tutela del infans

Estaban sujetos a tutela aquellos que no habían alcanzado la pubertad, distinguiéndose


dos tipos:

Los infans (los que no podían hablar razonablemente), es decir, los menores de siete
años (Gayo I.3.109).

Los infantia maiores (los que superaban la infancia), esto es, las mujeres hasta los doce
y los hombres hasta los catorce años.
Tutela de los impúberes

La función primordial del tutor era el buen manejo de la fortuna del pupilo y no la de
ocuparse de forma directa de su guarda y educación. Por tal razón, debía efectuarse un
inventario de los bienes pertenecientes al pupilo para que, con base en el mismo, le fueran
restituidos.

De no hacerse tal inventario se consideraría al tutor culpable de fraude; no había excusa


de ninguna naturaleza para no haberlo efectuado y, en consecuencia, estaba obligado a
indemnizar al pupilo de los posibles daños ocasionados. El deber fundamental del tutor
era conservar intacto el patrimonio del pupilo.

Para poder ejercer la tutela era necesario cumplir con los siguientes requisitos: ser libre,
ciudadano romano, de sexo masculino y tener más de 25 años.

Personas incapaces por razón de sexo

Tutela de mujeres

La mujer, en principio, estaba siempre bajo la tutela, puesto que se consideraba que su
capacidad estaba limitada para llevar determinados actos que pudieran comprometer
su patrimonio.

Nombramientos del tutor, características de cada tutela, obligaciones del tutor,


restricciones y responsabilidades del tutor
Existían tres formas de designar tutores: por vía sucesoria legítima y testamentaria o
dativa.

Legítima
Según la Ley de las XII Tablas correspondía la tutela al agnado más próximo que fuera varón y púber. En
ausencia de éste, ocupaban el cargo algunos de los miembros de la gens. El derecho clásico dispuso que al
cesar el parentesco, el tutor no podía renunciar, ni tampoco ser removido de la tutela. El emperador
Claudio abolió esta clase de nombramiento para la tutela de las mujeres.
Testamentaria
El pater familias podía designar tutor en su testamento. Si el testamento se invalidaba, el magistrado
mantenía el nombramiento de tutor. El tutor testamentario podía renunciar libremente a la tutela
(abdicatio tutelae).

Dativa
La Lex Atilia (186 a. C.) determinó que el pretor urbano pudiera nombrar al tutor. Desde la época de
Claudio los cónsules adquirieron esta función; Marco Aurelio creó un praetor tutelaris para las tutelas de
Roma, dejando las de Italia a los iuridici y en las provincias al gobernador.

Medios de protección del pupilo

Las obligaciones surgidas entre la tutela y la curatela se determinaron en cuanto a


medidas preventivas y medidas represivas.

Medidas preventivas que debía considerar el tutor

Antes de ocupar el cargo, el tutor debía hacer un inventario de los bienes del pupilo; sólo
podía enajenar aquellos bienes de difícil conservación; requería solicitar autorización del
magistrado para enajenar o pignorar fincas rústicas o suburbanas del pupilo. Desde
Constantino era necesaria la autorización para enajenar cualquier bien mueble o
inmueble de gran valor. También debía invertir preferentemente los capitales del pupilo
en inmuebles; cobrar los créditos pupilares y evitar el devengo de intereses pagando sin
demora las deudas. Tenía prohibido realizar donaciones con el patrimonio del pupilo.
Asimismo, el tutor no testamentario debía otorgar una caución (cautio rem pupilli salvan
fore) para asegurar el pago de los probables perjuicios causados por él en la administración
del patrimonio del pupilo y dando a éste ciertas preferencias de ejecución (los créditos del
pupilo contra su tutor tenían privilegio en el concurso de acreedores).

¡Importante!
Tenía prohibido contraer matrimonio con el pupilo mientras existiera entre ellos la
relación de tutela.

Crimen suspectitutoris

Consistía en remover el tutor culpable de fraude o de culpa grave en la administración.

Actio tutelae

Medidas represivas que debía cumplir el tutor

De acuerdo a la concepción antigua de la tutela sobre los impúberes y las mujeres, el tutor
no estaba obligado a administrar los bienes del pupilo, ni se consideraba como el
responsable de las pérdidas y daños que éstos sufrieran, por lo que los pupilos no contaban
con ninguna protección ni se les concedía ninguna medida procesal contra los actos del
tutor. Empero, la Ley de las XII Tablas reconoció sanciones penales en contra de lo actos
del tutor. Con el tiempo surgieron algunas acciones en favor de los pupilos contra los actos
realizados por el tutor. Las principales acciones que se concedieron fueron las siguientes:

Pulse en cada una de las pestañas para ver la información correspondiente.

Accusatio o postulatio pública


Acción pública infamante que debía ejercerse durante la tutela, por lo que podía interponerla ante el
magistrado cualquier persona que sospechara que el tutor testamentario malversaba los bienes del
pupilo. Durante el derecho justinianeo podía ser promovido de la tutela.

Actio de rationibus distrahendis


Acción penal privada contra el tutor legítimo que había sustraído algún bien del patrimonio del pupilo. Se
podía obtener el doble del valor de lo sustraído por el tutor.

La actio tutelae
Mediante la cual se podía exigir, al terminar la tutela dativa (posteriormente se extendió a la
testamentaria), una indemnización por el comportamiento negligente del tutor. Era una acción de buena
fe y de condena infamante. El tutor a su vez contaba con un iudicium contrarium (también llamada actio
tutelae contraria) contra el pupilo por los gastos surgidos a propósito de la tutela (Digesto 27.4.1).

Iudicium tutelae extraordinem


Acción ejercida contra el tutor legítimo por su falta de diligencia en la administración de los bienes del
pupilo.

Actio gestorum negotiorum


Acción ejercida en contra del tutor para que restituyese al pupilo lo que hubiese adquirido.

Privilegium exigendi
En caso de quiebra del tutor, el pupilo tenía el derecho a que se le pagara primero.

Curator
Se podía controlar la gestión del tutor nombrando un curator especial, sobre todo cuando había
contradicción de intereses entre el tutor y su pupilo.

Tutela de las mujeres

Al llegar a la pubertad, las mujeres debían tener un tutor (tutela mulierum). Este tipo de
tutela en principio se justificó desde el antiguo punto de vista del interés del tutor agnado,
que en el futuro sería el heredero legítimo de la mujer. Con el tiempo, la función del tutor
fue la de dar protección a la mujer incapaz.

La tutela de las mujeres hubo de pasar por un proceso evolutivo en el que poco a poco fue
mejorando su situación jurídica:

I. A partir de la República se otorgó la posibilidad de que el testador otorgase a la mujer in manu


el derecho de números por nombrar a un tutor (optio tutoris).

II. Augusto, mediante las leges Iulia y Papia Poppea concedió el ius liberorum (derecho de liberarse
del tutor) a las mujeres ingenuas con tres hijos o a las libertas con cuatro hijos. También otorgó
el derecho para que la mujer designase a su propio tutor.

III. Desde el derecho clásico a falta de tutor, la mujer tenía derecho a solicitar del magistrado un
nuevo y definitivo tutor.

IV. Una ley de la época de Claudio suprimió la tutela agnaticia para las mujeres. Ya en época de
Diocleciano la tutela de las mujeres se convirtió en un recuerdo del pasado.

Curatela

Concepto

Definamos...
Curatela
Era la protección dispensada al patrimonio de algunos sui iuris necesitados de vigilancia y
cuidado por las condiciones de incapacidad o inexperiencia de su titular.

La institución de la curatela tuvo su origen en la Ley de las XII Tablas en el caso de


aquellos sui iuris que estuviesen limitados en sus capacidades mentales, para aquellos
pródigos sujetos a interdicción y para hombres menores de 25 años, a quienes era
necesario nombrarles un curador que cuidara de sus intereses patrimoniales y en
algunos casos de sus propias personas.

Diferencias con la tutela

La tutela es un instituto de protección de los incapaces por naturaleza (es decir aquellos
que por motivo de edad o por ser mujeres necesitan de un tutor) lo mismo que la patria
potestad, la curatela lo es con relación a los incapaces a causa de enfermedad, mayores de
edad o sordos que no se puedan dar a entender por escrito.

Responsabilidades del curador y clases de curatela

Estaban sujetos a la curatela por razones de enfermedades mentales, como era el caso de
los furiosi y los mente capti, y los que tenían tendencia a la prodigalidad (prodigi).
Furiosi
Por enfermedades mentales (cura furiosi)

Desde la legislación decenviral los dementes o enfermos mentales eran considerados


incapaces de obrar y si no tenían custos (pater familias o tutor), tanto su persona como sus
bienes debían estar al cuidado de un curador.

Mente capti
Para algunos juristas se distinguían los furiosus del mente captus o demens, por tener los
primeros lapsos de lucidez; otros autores sostenían que los furiosus eran los locos agitados
y los mente capti eran los disminuidos mentalmente.

Pródigos
Por tendencia a la prodigalidad (cura prodigi)

Los pródigos eran aquellos pater familias que teniendo hijos realizaban actos tendentes a
dilapidar todos los bienes heredados ab intestato (por vía legítima) de sus ascendientes
agnaticios.

Embrión (curator ventridatus)


El feto en el claustro materno no es más que un embrión que forma parte de las entrañas de
la madre (portio mulieris vel viscerum), y por ende no es considerado persona. Sin embargo,
al concebido no nacido (conceptus o nasciturus) le es reconocida, bajo ciertos aspectos,
especialmente en tema de sucesiones, una capacidad jurídica potencial, que será efectiva
cuando nazca realmente, y a este fin, el derecho romano permite nombrar un administrador
especial llamado curator ventris, que se encarga de gestionar los bienes que el concebido
heredará cuando nazca vivo.

Curatela de personas menores de 25 años


En la República a través de la Lex Laectoria (200 a. C.) surgió la curatela de aquellos varones
que habían alcanzado la pubertad y por ende habían salido de la tutela, pero que eran
menores de 25 años y por lo mismo carecían de experiencia, por lo que su falta de desarrollo
intelectual les acarrearía grandes perjuicios.

Terminación de la tutela y curatela

Varias fueron las razones por las que se podía terminar la tutela y la curatela, entre las que
destacan las siguientes:
Casos de instituciones de derecho familiar según la jurisprudencia romana

Reflexión
Un ciudadano romano, pater familias, después de permanecer una temporada en Hispania
y de haber contraído matrimonio con una hispánica, regresó a Roma, dejando a su mujer
que se encontraba encinta. Al llegar a Roma contrajo de nuevo matrimonio con una
romana, sin preocuparse de notificar a la hispánica que quería divorciarse de ella. De la
unión con la mujer hispánica nació un hijo y otro de la unión con la romana; sin embargo,
al poco tiempo muere el romano sin dejar testamento.

Al respecto, reflexione sobre lo siguiente:

a) ¿Es válido el primer matrimonio y debe considerarse el segundo como concubinato?

b) ¿Será ciudadano romano el hijo de la mujer hispánica? ¿Por qué?

c) ¿Son hijos legítimos ambos niños?

Comparta su respuesta con sus compañeros y con quien le asesora, dentro del foro
general.

¡Importante!
A fin de enriquecer el estudio de los temas de esta unidad, le sugerimos realice el estudio
del siguiente documento, ya que se retomará en su “Experiencia de aprendizaje”:

• Morineau, Martha e Iglesias, Román, Derecho romano, 4.ª ed., México, Oxford
University Press, 2004, pp. 63-81.

Fuentes de consulta

Bibliografía

• D’ors, Álvaro, Derecho privado romano, Pamplona, Ediciones Universidad de


Navarra, 1991.
• García Garrido, Manuel J., Derecho privado romano I. Instituciones , 15.ª ed., Madrid,
Ediciones Académicas, 2007.
• Hernández-Tejero, Francisco, Lecciones de derecho romano, Madrid, Universidad
Complutense, 1994.
• Iduarte Morineau, Marta e Iglesias González, Román,Derecho romano, 4.ª ed.,
México, Oxford University Press, 2000.
• Iglesias, Juan,Derecho romano, Barcelona, Sello Editorial, 2010.
• Volterra, Eduardo,Instituciones de derecho privado romano, Madrid, Civitas, 1986.
Documentos publicados en Internet

• Morales Sandoval, Miguel Angel, Gutierrez Garza, Graciela, “Matrimonio


igualitario en México”, en Revista Hechos y Derechos, México, núm. 40, julio-agosto
2017, disponible en https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-
derechos/issue/view/561, consulta: 08/03/2019.
• Justiniano, “I INSTITUTA-DIGESTO” [primera, segunda y tercera partes], Cuerpo
del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del Corral,
disponible en http://bit.ly/2Ckd1vl, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “II DIGESTO” [primera, cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho civil
romano, traductor y compilador Ildefonso García del Corral, disponible
en http://bit.ly/2HbTVvh, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “III DIGESTO” [primera, sexta y séptima partes], Cuerpo del derecho civil
romano, traductor y compilador Ildefonso García del Corral, disponible
en http://bit.ly/2FsolYv, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “NOVELAS”, Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador
Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2FvtJu3, consulta:
30/01/2018.
• s. a., Ley de las XII Tablas, s. f., disponible
en http://www.thelatinlibrary.com/12tables.html, consulta: 30/01/2018.

Sitio electrónico

• Matrimonio entre personas del mismo sexo en


México, https://es.wikipedia.org/wiki/Matrimonio_entre_personas_del_mismo_se
xo _en_M%C3%A9xico

Imágenes

• (1) Alphanidon, [Relación monogámica], [fotografía], 2010, tomada


de http://bit.ly/2HbPOPH, consulta: 14/02/2018.
• (2) Agnete, [La dote], [fotografía], 2009, tomada de http://bit.ly/2BZf24C,
consulta: 14/02/2018.
• (3) Agnete, [Tutela], [fotografía], 2009, tomada de http://bit.ly/2F1uWKg,
consulta: 14/02/2018.
Derecho Romano 1
Unidad 7. Ejercicios y Protección de los Derechos
Introducción

Ejercitar un derecho equivale a realizar y poner en marcha las facultades que lo concede y/o reconoce.
Los medios jurídicos de protección a ese derecho son armas que el derecho otorga para proceder
coactivamente contra el adversario.

En los pueblos primitivos dicha coacción se basaba en las fuerzas personales y familiares del individuo
interesado. Pero este sistema evolucionó al mismo tiempo que lo hacía la propia estructura social. Así la
protección de los individuos inició por la venganza privada, pasando por la ley del Talión y la composición
voluntaria, hasta llegar a la creación de órganos especializados para dirimir controversias dentro de una
estructura jurisdiccional determinada.

Roma, como cualquier otro pueblo de la antigüedad, llevó a cabo estas transformaciones, logrando
construir una solución viable para la defensa de los derechos de los particulares, a través del derecho de
acción, que otorgaba a los individuos la facultad para perseguir en juicio aquello que les era debido. Con
el derecho de acción, desde el inicio del Principado existieron medidas que condenaban la venganza
privada, y siglos más tarde, Marco Aurelio dispuso que quien hiciere justicia por propia mano perdería
ese derecho.

Precisamente esta unidad tiene como tema principal el estudio de los procedimientos jurisdiccionales
creados por el derecho romano para la solución de controversias entre los particulares. En este sentido,
el estudiante conocerá los dos sistemas procesales: el ordo iudiciorum privatorum (ordenación de los
juicios privados), que comprende las legis actiones y el per formulam, y la cognitio extraordinaria.

Es importante señalar que estos sistemas no necesariamente fueron sincrónicos, más bien representan
el resultado de una evolución lenta; no obstante, las legis actiones se aplicaron paralelamente al per
formulam, y éste a su vez coexistió durante algún tiempo con la cognitio extraordinaria, situación que
coincide con el desarrollo del dualismo del derecho romano, esto es, la coexistencia del ius civile con
el ius honorarium; mientras que el procedimiento extraordinario supuso la fusión de ambos derechos.

La forma en la que se organizaron estos sistemas judiciales, los diversos pasos que se debían seguir para
llegar a una sentencia y el modo en que se debían comportar las partes forman parte del derecho
procesal romano, entendiéndose por proceso la solución de una controversia por un juez y el
procedimiento sería los distintos pasos necesarios para llegar a la resolución de un conflicto.

P á g i n a 1 | 27
Cabe mencionar que al igual que en nuestro derecho positivo, para los romanos existieron dos tipos de
procedimientos: el criminal y el civil. Para efectos de esta asignatura, únicamente se analizará el sistema
procesal civil romano.

Objetivo

El alumnado explicará la evolución de los diferentes sistemas de tutela de los derechos civiles a fin de
destacar los sistemas procesales romanos más importantes que influyeron en el Derecho procesal
mexicano.

Temario

Unidad 7. Ejercicio y Protección de los Derechos

• 7.1. Conceptos generales del derecho procesal civil romano


• 7.2. La justicia privada y su evolución
o 7.2.1 Pragmatismo romano
o 7.2.2. Personas que intervienen en el proceso
• 7.3. La acción en general
o 7.3.1. La acción y sus acepciones
o 7.3.2. Acción y derecho subjetivo
o 7.3.3. Clases de acciones
o 7.3.4. Interdictos
• 7.4 Procedimiento civil romano
o 7.4.1. Procedimiento y proceso
o 7.4.2. Los tres procedimientos civiles
• 7.5. El ordo iudiciorum privatorum
o 7.5.1. Las legis actiones
▪ 7.5.1.1. Características
▪ 7.5.1.2. Tramitación
▪ 7.5.1.3. Clasificación
o 7.5.2. El procedimiento per formulam
▪ 7.5.2.1. Características
▪ 7.5.2.2. La fórmula
▪ 7.5.2.3. Tramitación
• 7.6. La cognitio extraordinaria
o 7.6.1. Características
o 7.6.2. Tramitación
o 7.6.3. Importancia del procedimiento extraordinario dentro del esquema procesal
mexicano
• 7.7. Casos según la jurisprudencia romana en materia de procedimientos civiles

P á g i n a 2 | 27
Creando conciencia

Biocorporalidad

El uso de dispositivos

¿Con qué frecuencia utiliza el teléfono móvil? ¿Ha sentido dolor en el pulgar o la muñeca?

En los últimos años se han presentado casos de tendinitis del pulgar debido al uso excesivo al escribir o
sostener el teléfono con la muñeca por largos periodos, sino se atiende adecuadamente puede resultar
incómodo o incluso convertirse en un impedimento para mover o tomar objetos con las manos.

Algunos ejercicios que pueden coadyuvar la molestia o evitar que ésta se genere, son los siguientes:

1. Con la punta del pulgar tocar cada uno de los dedos realizando una “o” abriendo completamente
la mano después de cada “o”.
2. Realizar estiramientos de muñeca hacia arriba y hacia abajo.
3. Cerrar y extender los dedos.
4. Colocar una pelota entre la mano y presionar con los dedos por 10 segundos y luego relajar.
5. Con una liga alrededor de los dedos abra los dedos por 10 segundos y luego relaje.

Conceptos generales del derecho procesal civil romano

Para comprender el derecho procesal civil romano, es necesario tener claras las siguientes nociones
(Moranchel, 2017: 85):

Derecho de acción

Es la facultad del particular de exigir determinada conducta a otro, cuando éste ha incumplido con la
misma, mediante la intervención de los órganos del Estado encargados de administrar justicia.

Derecho subjetivo

Mientras que para el derecho moderno el titular de un derecho subjetivo tiene implícitamente una
acción en defensa de él, en el lenguaje romano, se prefería usar la palabra actio en lugar de ius, para
indicar que se tenía la facultad, concedida por el ius civile o por el pretor, y defendida por una actio, de
exigir determinada conducta de parte de otros, o de actuar judicialmente para conseguir sus efectos o
su equivalente. Por lo tanto, los romanos preferían concebir las relaciones jurídicas a través de acciones,
en vez de hacerlo por medio del reconocimiento de derechos subjetivos.

P á g i n a 3 | 27
El proceso civil

El derecho romano distingue al proceso penal o criminal del civil; el primero tiene la finalidad de imponer
una pena aflictiva al que ha cometido un delito, esto es, se busca aplicar la sanción por la infracción de
aquellas normas cuya ejecución controla directamente el Estado. En cambio, el proceso civil tiene la
función de defender el derecho subjetivo de un particular frente a otro sujeto.

La justicia privada y su evolución

En los primeros tiempos de Roma, como en cualquier otro pueblo de la antigüedad, los conflictos se
dirimían con el uso de la violencia.

Primero se recurrió a la violencia indiscriminada


y a las luchas cuerpo a cuerpo, en donde el
vencedor era el más fuerte o el más hábil,
imponiendo con ello su voluntad hacia los
demás. Con el advenimiento de las creencias
mágico-religiosas, el uso de la violencia quedó
sometida a ciertos ritos y ceremonias en duelos
vigilados por los sacerdotes, demostrando la
decisión favorable de los dioses al que mejor
realizara los ritos.
(2)Violencia

Posteriormente, el ofendido podía renunciar al


uso de la fuerza física a cambio de un pago
compensatorio, primero voluntario y después
impuesto por la Ley. En este periodo, el Estado
sólo intervenía para limitar y regular la reacción
privada. Más tarde, la autoridad pública fijó no
sólo los medios legales para obtener la
reparación, sino también la cuantía de la sanción.
(3)Pago

P á g i n a 4 | 27
Con el tiempo se introdujeron leyes e
instituciones que eliminaron la justicia por propia
mano. Así, la Lex Iulia de Vi Publica de la época
de Augusto castigó con la privación de su
derecho de crédito al acreedor que directamente
ejercitara actos de fuerza sobre su deudor para
obligarlo a pagar.

(4)Augusto
Personas que intervienen en el proceso

En un procedimiento judicial normalmente actúan dos partes: el actor y el demandado.

Era quien ejercitaba la actio, el que actuaba (qui agere),


aquel que se dirigía a los órganos facultados para la
administración de justicia y hacer valer un pretendido
derecho subjetivo violado por otra persona (el
demandado).

Era el sujeto (reus) de quien el actor afirmaba ser el que


vulneró su derecho

Si bien en un principio las partes debían actuar personalmente, con el tiempo se aceptó que pudieran
ser representadas. Para el caso de los incapaces por edad, sexo, enfermedad mental o tendencia a la
prodigalidad, los pupilos debían ser representados por su tutor o curador, según fuera el caso. También
un ciudadano podía ser representado cuando ejercía una acción popular. Asimismo, podían ser
representados en juicio tanto el esclavo que solicitaba su libertad, como el ausente que había sido
nombrado para una misión oficial.

Tanto el actor como el demandado podían ser representados por un cognitor, procurator, defensor o
advocatus.

P á g i n a 5 | 27
El cognitor: podía actuar en nombre del actor o del demandado, requería una declaración solemne verbal delante
del oponente y destinada a ser dada a conocer a terceros (Gayo I. 4.83). Este nombramiento daba lugar a una
representación indirecta, ya que el cognitor tomaba el lugar de su representado y los efectos positivos o negativos
del proceso recaían sobre él. Cuando el demandante nombraba a un cognitor, la acción se consumía
definitivamente; en cambio, si representaba al demandado, la acción ejecutiva se dirigía contra el representado.
En la época de Justiniano la figura del cognitor desapareció.

El procurator: en principio era el administrador general de toda casa romana acomodada, quien podía representar
al pater familias. Con el tiempo se transformó en un mandatario nombrado ex professo, sin solemnidades, para
que representara a alguna de las partes en juicio. No sustituía plenamente al representado, la acción no se
consumía y podía ser ejercitada nuevamente por el representado.

El defensor: era la persona que defendía los intereses ajenos en un juicio, con o sin la autorización de las partes
contendientes. Para poder comparecer, el magistrado le obligaba a otorgar caución (cautio de rato).

La acción en general

La acción era el derecho del individuo de perseguir en juicio el objeto del derecho subjetivo (D. 44.7.51);
esto es, la facultad de conseguir el efecto de la conducta positiva o negativa que se tenía derecho de
exigir de otros.

Para el derecho romano el significado de actio sufrió una constante evolución; en las legis actiones eran
las declaraciones formales y rituales de las partes ante el magistrado; en el procedimiento formulario, la
petición concreta de una fórmula al pretor; y en el procedimiento extraordinario, la facultad de
demandar y de obtener la protección del representante del poder público.

La acción y sus acepciones

En general, la acción se concibe como "el derecho que se confiere a las personas para promover un
proceso ante los órganos jurisdiccionales, a fin de obtener una resolución sobre una pretensión litigiosa
y lograr, en su caso, la ejecución forzosa de lo juzgado" (Ovalle, 2003: 4).

La palabra acción además de sus significados restringidos tiene tres sentidos generales (Bravo, 2014:
271):

P á g i n a 6 | 27
Acción y derecho subjetivo

Para el derecho moderno, el titular de un derecho subjetivo tiene implícitamente una acción en defensa
de él; empero, para el derecho romano se prefería defender un derecho a través de una actio, lo que le
otorgaba la facultad, concedida por el ius civile o por el ius honorarium, para exigir en juicio determinada
conducta, así que mientras existiera una acción, existía el derecho.

a. Acciones

La acción era el derecho del individuo de perseguir en juicio el objeto del derecho subjetivo (D. 44.7.51);
esto es, la facultad de conseguir el efecto de la conducta positiva o negativa que se tenía derecho de
exigir de otros.

Para el derecho romano el significado de actio sufrió una constante evolución; en las legis actiones eran
las declaraciones formales y rituales de las partes ante el magistrado; en el procedimiento formulario, la
petición concreta de una fórmula al pretor; y en el procedimiento extraordinario, la facultad de
demandar y de obtener la protección del representante del poder público.

Clases de acciones

Según se ha mencionado, para poder acceder a un juicio, era menester que el actor contara con una
medida procesal determinada, esto es, una actio; por ello existía un catálogo de acciones que fueron
divididas considerando distintos criterios de acuerdo a lo siguiente:

Por su fuente de creación

Por su fuente de creación las acciones se dividían en civiles (contempladas por el ius civile) y honorarias
(creadas por el magistrado a partir de una situación no prevista por el ius civile). Las acciones surgidas
del ius honorarium se dividían en in ius concept (creadas con anterioridad al conflicto presentado por las
partes) y en in factum concepta (aquellas que no existían con anterioridad al conflicto, pero que el
magistrado mediante el uso del ius edicendi creaba en nuevas acciones).

Por el objeto que perseguían

Existían las rei persecutoria (acciones para recuperar un objeto o su equivalente en dinero) y las poenae
persecutoria (acciones para lograr la reparación del daño).

Por el derecho que reclamaban

Se reconocieron las in rem (para la protección de un derecho subjetivo en relación a un derecho real),
las in personam (para la protección de un derecho subjetivo derivado de una obligación) y
las mixtae (para la protección de un derecho subjetivo en parte personales y en parte reales).

P á g i n a 7 | 27
Por su eficacia

Divididas en stricti iuris (el juez debía juzgar según las indicaciones expuestas en la fórmula sobre las
cuestiones de hecho y sobre las pretensiones jurídicas objeto del pleito) y las bonae fidei (el juez por
encargo del magistrado valoraba la cuestión jurídica cuestionada, no sólo basándose en las normas
jurídicas, sino tomando también con base en las reglas de la equidad y de la buena fe).

Por su resolución

Estaban las arbitrariae (concedían al juez la facultad de dirigir al demandado la orden de restituir o
mostrar la cosa, evitando así la condena pecuniaria) y no arbitrariae (el juez debía condenar
pecuniariamente).

Por su duración

Podían ser perpetuae (creadas por el ius civile, no tenían límite de tiempo para interponerlas. Teodosio
II en el año de 424 estableció la prescripción de las acciones civiles a los 30 o 40 años, contados desde
que surgió la facultad de ejercitarlas) y temporariae (creadas por el ius honorarium, prescribían al año).

Por su condena

Las acciones eran simples (el juez sentenciaba sólo por el valor de lo reclamado); dobles (el juez
sentenciaba por el doble del valor de lo reclamado); triples (el juez sentenciaba por el triple del valor de
lo reclamado o cuádruple).

Interdictos

Eran órdenes decretadas por el magistrado para mantener la paz y la seguridad en las relaciones
privadas, en especial para hacer respetar situaciones de apariencia jurídica, a fin de que las
reclamaciones contra las mismas se hicieran procesalmente, no de propia mano. Tales medidas eran
emitidas por el magistrado a instancia de las partes, en presencia de ambos litigantes, después de un
conocimiento sumario de la relación controvertida. Se trata propiamente de la creación del ius
honorarium.

Clasificación de los interdictos

Existían diversos tipos de interdictos que las partes podían utilizar dentro de un proceso judicial. La
clasificación dependía de distintos criterios, entre ellos los siguientes:

Por su forma

Por su forma los interdictos eran restitutorias (restituían una situación original, entregaban una cosa, v.
g. interdictum quorum bonorum o devolvían una cosa, v. g. interdictum de clandestina possessione);
exhibitorias (mostraban una cosa, v. g. en caso de robo mostraban un documento, v. g. en caso de

P á g i n a 8 | 27
testamento o a una persona, v. g. en caso de secuestro) y prohibitorias (vedaban la realización de alguna
conducta).

Por los efectos

Por los efectos que producían entre las partes, los interdictos podían ser simples (cuando sólo una de las
partes en conflicto debía obedecer) o compuestos (cuando ambas partes en conflicto debían obedecer).

Para protegerlos

Para proteger la posesión existieron los interdictos posesorios (como por ejemplo adipiscendae
possessionis causa, retinendae possessionis causa, recuperandae possessionis causa).

Procedimiento civil romano

Con la finalidad de comprender los alcances del derecho procesal civil romano, es conveniente aludir a
una serie de consideraciones generales referentes al proceso y procedimiento, que permitirán delimitar
nuestro tema de estudio. Asimismo, se explorarán las fases históricas del sistema procesal romano, cuyo
estudio no sólo nos permitirá comprender la manera en que dicho pueblo buscaba resolver sus
controversias, sino que incluso, nos permitirá apreciar las aportaciones que el derecho romano ha
realizado al derecho procesal contemporáneo.

Procedimiento y proceso

En general, el proceso se refiere al camino que va desde la acción a la sentencia y su ejecución, en tanto
que el procedimiento refiere al conjunto de formalidades que se deben observar durante el proceso
(Margadant, 2002: 139).

Esta noción de proceso y procedimiento se sigue dentro del derecho procesal civil contemporáneo, bajo
el cual el proceso se concibe como un conjunto de actos y hechos jurídicos a través del cual dichos
órganos dirigen y deciden los litigios. El procedimiento por su parte se integra por la serie de actos y
hechos procesales, que tiene una realización formal, espacial y temporal (Ovalle, 2003: 4).

Bajo este esquema el procedimiento, corresponde al recorrido bajo el cual se realiza el proceso, el cual
se concreta en una sucesión de actos y hechos que tienen una vinculación cronológica, en cuanto a que
tales actos se verifican progresivamente durante determinado tiempo; lógica, en razón de que se
relacionan entre sí como presupuestos y consecuencias y teleológicas, que se enlazan en razón del fin
que persiguen, de esta manera el proceso se realiza a través de diversos actos que se desarrollan
sucesivamente por etapas (Ovalle, 2003: 31).

Los tres procedimientos civiles

El estudio el derecho romano permite identificar tres fases históricas del desarrollo del sistema procesal
romano, a saber: legis actiones, proceso formulario y proceso extra ordinem.

P á g i n a 9 | 27
Al efecto, es posible apreciar que el proceso civil romano sufrió una constante evolución, cuyo origen se
remonta a la antigüedad en el periodo de la autocomposición, vinculándose al pater familias, quien
ostentaba la fuerza, imponiéndose a través suyo lo que era justo. Con el tiempo, este poder fue
respaldado por el Estado y más tarde el propio Estado fue el único encargado de administrar justicia,
surgiendo por tanto la época de la heterocomposición.

Progresivamente, el Estado logró imponer un conjunto de normas tendentes a regular la participación


de los particulares en la administración de justicia, surgiendo así el procedimiento civil. El primero de
ellos lo constituyó el ordo iudiciorum privatorum (ordenación de los juicios privados), cuya característica
principal fue la división del juicio en dos fases: la primera, ante el magistrado (in iudicium) y la segunda
ante un juez privado (apud iudicem), representando con ello el equilibrio entre la justicia pública y la
justicia privada administrada por un juez o árbitro designado por las partes. Pertenecieron a este sistema
dos procedimientos que coexistieron durante varios decenios: las acciones de la ley (legis actiones) y el
procedimiento formulario (per formulam).

Dentro del ordo iudiciorum privado, es posible identificar la separación del proceso en dos instancias, la
primera de las cuales se desarrollaba ante un magistrado (in iure), dentro de la cual se determinaba la
constelación jurídica del caso, en tanto que la segunda ante un tribunal de ciudadanos o ante un juez
privado (in iudicio o apud iudicem), dentro de la cual se ofrecían, admitían y desahogaban las pruebas,
se realizaba la presentación de alegatos y el juez dictaba la sentencia.

La última fase de la evolución de la administración de la justicia supuso la intervención completa y directa


del Estado, por lo que se creó el tercero de los procedimientos civiles, la cognitio extraordinem. Si bien
en principio se trató de un procedimiento que se aplicó excepcionalmente, cuando no podía aplicarse el
procedimiento formulario, con el tiempo y especialmente a partir del Imperio absoluto se convirtió en
el único sistema judicial. Se caracterizó por ser un procedimiento monofásico en donde el magistrado,
como representante del poder público, no sólo conocía de la demanda, sino que era quien resolvía el
conflicto dictando la sentencia.

A reserva de analizar los alcances del procedimiento civil, en los siguientes apartados, es posible
sintetizar los alcances del sistema procesal romano de la siguiente forma:

P á g i n a 10 | 27
¿Sabía que...?
La reacción en contra de la venganza desmedida se limitó al uso de la ley del Talión (regulada por la Ley
de las XII Tablas), autorizando al ofendido a imponer al ofensor una lesión o daño igual al que él le causó.

El ordo iudiciorum privatorum

En el periodo del ordo iudiciorum es posible encontrar una transición entre la justicia privada y la pública.
Al efecto, en la solución de controversias se aprecia la intervención de la figura del magistrado que se
limita a asegurar que las partes recurrieran al juez privado, para que éste pudiera dictar la sentencia
correspondiente. De esta manera la función del magistrado consistía en permitir o prohibir el acceso al
arbitraje de los jueces privados (Margadant, 2002: 140- 142).

Como se indicó con antelación, dentro del referido ordo iudiciorum se ubican dos fases, a saber: las legis
actiones y la del proceso formulario, que serán objeto de estudio en los siguientes apartados.

Las legis actiones


El sistema de las legis actiones se remonta a la época de la Monarquía, las cuales correspondían a
declaraciones solemnes, acompañadas de gestos rituales que el particular pronunciaba, ante el
magistrado, con el fin de proclamar un derecho (a través de las tres legis actiones) o realizar un derecho
previamente reconocido (ejecución) (Arangio, 1945: 17).

¿Sabía que...?

A principios del siglo XX, un profesor italiano, Vicenzo


Arangio-Ruiz, descubrió algunos documentos inéditos que
aludían a dicho procedimiento. Con el estudio de esta
documentación definió a las acciones de la ley como
“declaraciones solemnes acompañadas de gestos rituales,
que el particular pronunciaba generalmente ante el
magistrado con el fin de proclamar un derecho que le
asiste y ejercer un derecho previamente reconocido”.

(8) Vincenzo Arangio-Ruiz (1884-1964)

P á g i n a 11 | 27
Características
Las acciones de la ley eran exclusivas de los ciudadanos romanos. Sólo se podían utilizar para hacer valer
derechos subjetivos reconocidos por el ius civile (nula actio sine lege). Únicamente se podían utilizar en
Roma o dentro de una milla de distancia de ella. Era un procedimiento rigurosamente formalista, ya que
estaba ligado a conceptos religiosos. Las partes debían pronunciar palabras, hacer gestos tal y como la
ley la señalaba, sin variar nada so pena de perder el juicio. Al pertenecer al ordo iudiciorum privatorum se
trataba de un procedimiento biinstancial.

Clasificación y tramitación de las legis actiones

Existían tres acciones que tenían por objeto declarar un derecho: legis actio per sacramento, legis actio
per iudicis postulationem y legis actio per conditionem. También existían dos acciones ejecutivas: legis
actio per manus iniectionem y la legis actio per pignoris capionem.

A continuación revisará los rasgos característicos de cada una de las legis actiones:

Legis actio per sacramento


Fue el procedimiento más antiguo utilizado para reclamar tanto derechos reales (reivindicar
propiedad, negar servidumbres, etc.), como derechos familiares (ejercer la patria
potestad, manus, etc.) y para hacer valer créditos (cumplimientos de contrato, reconocimiento
de un testamento).

Como se puede apreciar, las legis actio sacramento se utilizaban para solicitar la defensa de un
derecho real (in rem) o un derecho personal (in personam), en los términos que a continuación
se describen:

• In rem

Si se trataba de una legis actio per sacramento in rem (derechos reales), una vez que las
partes se encontraran en presencia del magistrado, el actor debía tocar el objeto del
pleito con una varita, si era inmueble con una teja o pedazo del fundo que le pertenecía
(revindicatio); después el demandado tomaba el mismo objeto, afirmando que era de su
propiedad (contravindicatio).

• In personam

La legis actio per sacramento in personam se tramitaba de forma parecida, con la


diferencia en que en ésta no se emitían dos afirmaciones reclamando un derecho sobre
una misma cosa, sino que uno afirmaba tener un derecho de crédito a su favor que debía
ser cumplido por el demandado y a éste sólo le correspondía pronunciarse afirmativa o
negativamente.

P á g i n a 12 | 27
Seguía un combate simulado entre las partes (a semejanza con lo que ocurría con la
venganza privada). Intervenía el magistrado ordenando a ambas partes entregarle el
objeto en litigio; el actor y el demandado apostaban de 50 a 500 ases, según el valor del
objeto que el perdedor lo haría a favor del templo; la apuesta la recibía entre tanto
un praedes sacramenti.

Posteriormente, el magistrado concedía la posesión de la cosa a alguna de las partes


(generalmente a quien otorgara mayor garantía) y designaba al juez para que se
presentaran inmediatamente. A partir de la expedición de la Ley Pinaria se obligó a las
partes a suspender el procedimiento con la intención de que se arreglaran
amigablemente; de lo contrario debían comparecer después de 30 días, a fin de hacer la
designación del juez.

• Litis contestati

El último acto ante el magistrado era la litis contestatio, con lo cual se invitaba a los
testigos a que fijaran en su memoria todos los detalles de lo que había sucedido en la
fase in iure (testes estote). Su presencia era necesaria, ya que no había nada por escrito.

Tres días más tarde las partes debían comparecer ante el juez (comperendinatio); no
había necesidad de dar fianza para asegurarse de que la otra parte asistiría, ya que la
ausencia de una de ellas traía aparejada la pérdida del litigio. Las partes para alegar sus
derechos se podían hacer acompañar de un advocatus o curator. En esta instancia (apud
iudicem), las partes presentaban pruebas de acuerdo con sus pretensiones y los abogados
alegaban sobre el fondo del litigio. Finalmente, el juez declaraba quién había ganado la
apuesta (utriusque justum sit sacramentum).

Legis actio per iudicis postulationem

Procedimiento más sencillo que el anterior, donde las partes se limitaban a solicitar el
nombramiento de un juez o árbitro para aplicarse en casos determinados por la Ley: para
reclamar lo que tenía por objeto la apreciación de un perjuicio causado por incumplimiento de
una stipulatio o cuando se buscaba solicitar la división de una herencia (familiae erciscundae); de
un bien común (communi dividundo) o el deslinde de dos fundos (finum regordorum).

En esta legis era necesario decir las palabras sacramentales “demando que designes un juez o un
árbitro” (iudicem arbitrum ve postulo uti des).

Legis actio per conditionem

Procedimiento solemne a través del cual el actor emplazaba al demandado para que
compareciera dentro de treinta días ante el magistrado, a efectos de designar a un juez que
resolviera la causa. Este procedimiento fue introducido mediante la Lex Silia del 250 a. C. para
P á g i n a 13 | 27
hacer efectivos créditos que tuvieran por objeto una cantidad de dinero determinada. Años más
tarde, la Lex Calpurnia del 200 a. C. la hizo extensiva a la entrega de cosas ciertas.

La venta práctica de esta legis actio consistió posiblemente en un plazo extraordinario, de treinta
días que fue insertado en el procedimiento entre la primera audiencia ante el pretor y la segunda
en la cual debía ser nombrado el iudex, tiempo dentro del cual se pudo haber dado un arreglo
extraoficial entre las partes.

Legis actio per manus iniectionem (aprehension corporal)

Acción ejecutiva empleada en caso de que el deudor no pudiera, o no quisiera, cumplir una
condena judicial o un deber reconocido ante la autoridad. En ocasiones esta acción tenía visos
de venganza privada o justicia propia. Consistía en un procedimiento que permitía al actor
asegurar corporalmente al demandado ante el magistrado por causas establecidas en la Ley.

El actor tomaba al demandado de cualquier parte del cuerpo y pronunciaba palabras establecidas
por la tradición (“por cuanto no me has pagado diez mil sestercios que a mi favor han sido
condenados en juicio, por ello me apodero de ti”). En ese momento era llevado a casa del actor
y encadenado durante 60 días; en ese lapso debía conducirlo tres veces a mercados diciendo que
era addico, señalando el monto de su deuda, a fin de conseguir algún comprador; de no ser así
podía venderlo como esclavo trans Tiberium o darle muerte.

Legis actio per pignoris capionem (tomar la prenda)

Era una acción ejecutiva, que consistía en el aseguramiento de un bien del deudor en el que se
facultaba al acreedor a apoderarse de una cosa perteneciente a su deudor, sin la intervención
del magistrado.

En principio la cosa se destrozaba, sin embargo, posteriormente se permitió que el deudor


pudiera rescatar la cosa dentro de cierto plazo, y en caso de que transcurriera el plazo, sin que el
deudor hubiere recuperado la cosa, el acreedor podía vender el objeto y cobrar así lo que el
deudor debía.

¡Importante!
La Lex Poetelia Papiria (326 a. C.) prohibió el encarcelamiento privado por deudas civiles; desde ese
momento la ejecución de una sentencia debió dirigirse sobre los bienes y no sobre la libertad o vida del
sentenciado.

P á g i n a 14 | 27
De la Lex Aebutia a la Lex Iulia Iudiciaria

La aplicación de las legis actiones ofrecía numerosos inconvenientes, entre ellos que resultaban ser
lentos y excesivamente formalistas, de tal forma que en caso de cometer el mínimo error en el desarrollo
de las solemnidades prescritas se perdía el litigio; además, el magistrado se veía imposibilitado en
adaptar el derecho a la realidad práctica. Por lo tanto, poco a poco se fue incidiendo en su desaparición.
Así la Lex Aebutia (130 a. C.) estableció cambiar los juicios desarrollados per concepta verba, por juicios
escritos, permitiendo a las partes la elección entre el antiguo y el nuevo procedimiento (per formulam).
Finalmente, la Lex Iuliae Iudiciorum Privatorum (17 a. C.) derogó el uso de las legis actiones.

El procedimiento per formulam


El procedimiento formulario encuentra su origen probablemente fuera de Roma, el cual fue adoptado
por el praetor peregrinus, quien desde 242 a. C. administraba justicia entre romanos y extranjeros y
pleitos de extranjeros entre sí.

Características
Recibió este nombre porque su rasgo más característico fue el empleo de la fórmula escrita que
redactaba el magistrado y servía de base para que el juez sentenciara. Coexistió en parte con el
procedimiento de las legis actiones.

P á g i n a 15 | 27
Entre sus notas distintivas se encontraban las siguientes:

• Las partes exponían sus pretensiones en palabras de su propia elección (per verba concepta).
• El pretor se convierte en un organizador que determina a cada parte sus derechos y deberes
procesales (y no un espectador del proceso limitado a vigilar si las partes recitan correctamente
sus papeles).
• El proceso conservaba su división en una instancia in iure e in iudicio, con las siguientes
particularidades: la fórmula contenía las instrucciones y autorizaciones que enviaba el
magistrado al juez, la cual constaba por escrito y requería la conformidad de las partes con la
fórmula.
• Cada proceso debía referirse a un solo punto controvertido.
• La fórmula adquiere un papel fundamental en el desarrollo del proceso.

Los factores que hicieron posible su aparición fueron varios, entre ellos:

• La creación del pretor peregrino como magistrado que dirimía controversias relacionadas con
extranjeros.
• La influencia de un factor espiritual de la buena fe (fides) en el campo del derecho privado.
• Las fatales consecuencias de aquellos litigantes que no cumplían con los ritos necesarios para
llevar a cabo alguno de los procedimientos de las legis actiones.

El procedimiento podía ser utilizado tanto por los ciudadanos romanos como por los extranjeros.
Formaba parte del ordo iudiciorum privatorum, por lo que se dividía en dos fases:

La función del magistrado consistía en examinar el contenido y el fundamento de la controversia,


determinando si el derecho afirmado por el actor era digno o no de defensa judicial. Con base a dicho
examen concedía o negaba la actio solicitada; en caso de que aceptara la petición del actor determinaba
a través de las declaraciones de las partes su posición recíproca, que fijaba en la fórmula. Gracias a esta
función, el magistrado y en específico el pretor pudieron transformar gradualmente el derecho privado
romano.

P á g i n a 16 | 27
La fórmula

La fórmula era una instrucción escrita por el magistrado, en donde le indicaba al juez de forma
esquemática los puntos de hecho y de derecho que debía examinar y verificar para que dictara una
sentencia justa. En la misma fórmula el magistrado concedía al juez la facultad de condenar o de absolver
al demandado.

La condena siempre consistía en la absolución o condena del demandado a una suma de dinero en favor
del actor; en cambio, no podía consistir en la entrega de algo o en la realización de determinada
conducta, ni contener disposiciones en contra del actor.

Tramitación

Varios eran los pasos que se debían seguir dentro del procedimiento formulario; los más importantes
eran los siguientes:

I. Citación (in ius vocatio). Acto privado que realizaba el actor para notificar al
demandado su comparecencia ante el magistrado. El demandado a su vez podía
acudir a la audiencia inmediatamente u otorgar un vindex (fiador), asegurando con
ello su comparecencia o ser llevado a la fuerza por el actor en presencia de testigos.
II. II. Fase in iure. En esta fase las partes en presencia del magistrado luchaban por una
fórmula que les favoreciera. Los actos que se desarrollaban eran:

a) Edere actionem

Indicación hecha por el actor al demandado de la actio con base en la cual tiene intención de
ejercerla en su contra, es decir, comunicarle al demandado la fórmula que se le quiere pedir al
magistrado.

b) Postulatio actionis

Petición que hacía el actor al magistrado para que le concediera una actio. Inmediatamente después
de las peticiones del actor se desarrollaba la actividad del demandado, quien podía satisfacer
materialmente la pretensión del actor; en tal caso dejaba de existir razón para el litigio.

Podía suceder que el demandado sin satisfacer materialmente la pretensión del actor la reconocía
(confessio in iure). Si el objeto de la pretensión era una suma de dinero determinada,
la confessio equivalía a una condemnatio, dando lugar al procedimiento ejecutivo, sin necesidad de
pasar por la fase in iure. Si, en cambio, el objeto de la pretensión era una suma indeterminada o algo
distinto a dinero, se abría la fase in iudicium, en donde la función del iudex era sólo la de determinar
el importe de la suma o el valor del objeto. No responder la pretensión del actor o no defenderse,
manteniendo una actitud pasiva, en caso de una actio in personam, provocaba que el magistrado

P á g i n a 17 | 27
pudiera autorizar la ejecución sobre la persona o sobre sus bienes; si se trataba de una actio in rem,
hacía que el actor obtuviera la posesión de la cosa controvertida.

El demandado también podía cuestionar la verdad de los hechos alegados por el actor o el
fundamento jurídico de su pretensión, con el fin de que el magistrado negara al actor la concesión
de la fórmula o sin cuestionar la verdad de los hechos afirmados por el actor o el fundamento jurídico
de su pretensión, invocar otros elementos de hecho o de derecho para someter a examen del juez,
elementos que excluían la condemnatio; esto con el fin de que el magistrado añadiese a la fórmula
pedida por el actor exceptiones en interés del demandado.

c) Interrogatio in iure

A fin de comprobar la verdad de determinados hechos, el actor o el magistrado podían hacer al


demandado una interrogatio in iure. La respuesta dada por el demandado le vinculaba, en sentido
que el actor podía solicitar una fórmula con base en lo dicho; si se comprobaba la falsedad de la
respuesta del demandado, su situación se agravaba.

d) Redacción de la fórmula

La fórmula era un documento extendido en una doble tablilla de cera, escrito en su parte interna y
reproducido en su parte externa; la parte interna, sellada por las partes y por los testigos en la fase in
iure, se abría después ante el juez.

En sentido amplio, la fórmula era un acto de las partes, que se manifestaba libremente a través de
la aceptación de un modelo predispuesto por la ley o por el magistrado. Si bien la fórmula era un
acto acordado entre las partes no se trataba de un contrato. Resumía las declaraciones de las partes,
la pretensión del actor y la oposición o excepción del demandado.

Se convertía en una instrucción del magistrado dirigida al juez, no constituyendo el fundamento la


voluntad de las partes, si no la de la ley o del magistrado.

Existían dos actos del magistrado conexos a la fórmula, a falta de los cuales ésta no podría darse;
éstos son el iudicium dare, por el que la fórmula encontró su reconocimiento y efectos jurídicos y
el iudicare iubere, mandato que el magistrado le dirigía al juez para que aplicara la fórmula
expidiendo una sentencia.

e) Litis contestatio

Era la aceptación de la fórmula por las partes, en donde el magistrado expedía un decreto por el que
otorgaba acción a la fórmula. A partir de este momento las partes no podían variar lo asentado en la
fórmula (no más acciones, ni excepciones); quedaban vinculadas según lo asentado en la fórmula y
se consumía definitivamente la acción. En ella se instruía al juez para que tomara en cuenta
determinadas circunstancias, que de no apreciarlas podían llevarlo a dictar una sentencia injusta. Se

P á g i n a 18 | 27
determinaba el valor de las pretensiones reclamadas y convertía en permanente una acción
temporal.

Para saber más...


Las partes principales de la fórmula eran aquellas que normalmente se encontraban presentes: elementos de la
fórmula.

III. Fase apud iudicem . Tres días después de concluida la litis contestatio se abría la
fase apud iudicem delante del iudex o de los recuperatores, quienes fueron
nombrados en la fórmula. Era la lucha por probar los argumentos de hecho y derecho
en que se fundaban la actio y la exceptio del actor y del demandado.

En esta fase del proceso se presentaban las pruebas, los alegatos y las sentencias.

PRUEBAS: En esta fase del procedimiento se presentaban las pruebas. Los principales principios en
materia de pruebas eran: sólo los hechos controvertidos podían probarse (el derecho no, ya que conocen
el derecho escrito); la carga de la prueba la tenía quien afirmaba; no se requerían probar hechos
negativos y el juez no podía exigir desahogo de pruebas no ofrecidas por las partes.

Entre las pruebas más comunes estaban la documental pública y privada, la testimonial, el juramento, la
confesional, la pericial y la fama pública.

Las fases de la prueba eran ofrecimiento, aceptación o rechazo por parte del juez, desahogo y valoración.

ALEGATOS: Ambas partes defendían su posición aludiendo a las pruebas presentadas.

SENTENCIA: Sólo afectaba a las partes y el juez debía dictarla de viva voz. El juez únicamente podía
absolver o condenar al demandado, concediéndole al actor exactamente lo que pidió en la fórmula, sea
con pago de dinero o con trabajo.

IV. Ejecución de la sentencia. Después de dictada la sentencia, las partes podían optar
por acatarla, para lo cual tenían un plazo de 30 días para cumplirla; de no hacerlo, se
exponían a la ejecución forzada. Si la sentencia era condenatoria, ésta le otorgaba al
actor una actio iudicati para reclamar materialmente la sentencia, y si era una
sentencia absolutoria le otorgaba al demandado una exceptio iudicati, contra posibles
pleitos futuros por la misma causa y con la misma persona.

Los medios de ejecución que se podían hacer valer eran:

Manus iniectio pro iudicato: Procedimiento de ejecución de una sentencia condenatoria. También se
utilizó, aún sin sentencia, por ejemplo, en el caso de una deuda confesada por el deudor. Asimismo la
Lex Publilia aprobó su uso a favor del fiador que pagó en lugar del deudor principal (Gayo I. 4.22).
P á g i n a 19 | 27
La bonorum venditio: Procedimiento de ejecución creado en 118 a. C. por el pretor Rutilio Ruffo.
Consistía en la toma de posesión de todos los bienes que integraban el patrimonio del deudor, el cual se
vendía como una unidad a una sola persona (bonorum emptor).

La cessio bonorum: En donde el deudor cedía voluntariamente todo su patrimonio a su acreedores,


gozando del beneficium competentiae (reservándose ciertos bienes para poder seguir subsistiendo).

La distractio bonorum: Sólo se vendía una parte del patrimonio del deudor para poder cubrir lo que se
debía.

V. Vías de recurso La parte afectada por la sentencia podía impugnarla, es decir,


determinar que se dictó injustamente y solicitar la no ejecución de la misma. Las vías
que podía utilizar eran el veto del tribuno o la intercessio de los cónsules; no operaba
en sentencias absolutorias; la in integrum restitutio, que procedía sólo si estaba
contemplada en el edicto anual del pretor. Permitía la anulación de la sentencia o de
cualquier otro acto jurídico, cuando una de las partes hubiese sido víctima de dolo,
intimidación o error injustificable, y la revocatio in duplum que podía ejercer el
demandado tachando a la sentencia de injusta, pidiendo por tanto su invalidación. En
caso de que no prosperase, el recurrente estaba obligado a pagar el doble del valor
de la sentencia.
La cognitio extraordinaria

Es un procedimiento que se desarrollaba enteramente, desde el principio hasta el final, ante el


magistrado, quien dictaba la sentencia.

En un principio este procedimiento era utilizado en las provincias romanas, en donde los juicios entre
particulares se desarrollaban ante magistrados locales, quienes tenían diversas competencias, todos los
cuales dependían del praefectus. A partir del siglo l d. C. en Roma e Italia también se empezó a aplicar el
procedimiento extra ordinem en las controversias entre particulares, primero por vía de excepción en
materias expresamente contempladas por la ley (v. gr. los fideicomisos, la tutela, los alimentos entre
parientes, las pagas de trabajo, el estado de libertad de un individuo, etc.), invistiendo de jurisdicción
sobre estas relaciones a determinados magistrados, como los cónsules y otros instituidos de forma
expresa (praetor tutelaris, fidei commisarius, de liberalibus causa, etc.).

Posteriormente, el procedimiento extra ordinem se extendió cada vez más, sustrayéndose otras
materias a la jurisdicción del pretor para confiarlas a diferentes magistrados, como el praefectus
praetorio, el praefectus urbis, el praefectus vigilium, instituidos por Marco Aurelio y dando más tarde a
los particulares la posibilidad de elegir entre el procedimiento per formulam o la cognitio extra ordinem.
Una Constitución de Constancio y Constante del año 342 d. C. abolió el sistema formulario, quedando
este procedimiento extraordinario como el único.

P á g i n a 20 | 27
Características

• El proceso es un asunto público, con un juez como autoridad.


• La notificación se transformó de un acto privado a un acto público (litis denuntiatio), realizado a
petición del actor por funcionarios públicos.
• Todo el proceso se desarrollaba ante un funcionario que formaba parte de una rigurosa jerarquía
y dictaba su sentencia sin que las partes fueran mandadas a un iudex.
• Se suprimió la fórmula que unió a la fase in iure y la apud iudicem, por consiguiente ya no existió
un contrato procesal
• La condemnatio podía contener la orden de que el vencido debía entregar el objeto del litigio.
• A los recursos se añadía la appellatio en sentido moderno, que implicaba un nuevo examen de la
situación jurídica fáctica, realizado por un magistrado de rango superior.
Esta appellatio suspendía el efecto de la sentencia. El abuso de este recurso era castigado
severamente.
• Se añadieron como modos de ejecución la ejecución manu militari y la distractio bonorum.
• Se permitía la contrademanda, es decir, la reconvención.
• Se permitió que el juez condenara por menos de lo que el actor había reclamado.
• Se procuró que el procedimiento no durara más de tres años desde el comienzo del proceso.
• Se sustituyó el principio dispositivo en materia de pruebas por el inquisitivo, lo que implicó
incluso recurrir a la tortura para obtener de los testigos una colaboración más eficaz.
• El legislador obligó al juez a dar cierto valor a determinadas pruebas.

Tramitación

A continuación analizará el desarrollo del procedimiento de la cognitio extra ordinem:

I. Litis denuntiatio

Era propiamente la demanda mediante un escrito en que se exponían de forma sumaria las
pretensiones con base en las cuales el actor intentaba actuar en juicio y donde se invitaba al
demandado a comparecer en una fecha determinada (generalmente cuatro meses) delante de un
magistrado.

En los primeros tiempos de este procedimiento la notificación era remitida directamente por el actor
al demandado. Más tarde asumió el carácter de acto público; Constantino, en el 322, ordenó que
la litis denuntiatio debía ser anotada en los registros públicos. A partir de Justiniano, la citación del
demandado era hecha por un funcionario (ejecutor), quien entregaba un documento (libellus
conventionis), es decir, un acta escrita en que se exponían sucintamente el objeto de las exigencias
del actor y su fundamento; dicho escrito contenía además una orden judicial para comparecer en
una hora y día determinados ante el magistrado.

En caso de que el demandado decidiera defenderse, era menester que enviase a su vez un escrito
(libellus contradictionis) exponiendo todos sus argumentos; podía a su vez formular exigencias en
relación con el actor (reconvención); además, debía otorgar una fianza para garantizar su
P á g i n a 21 | 27
comparecencia durante el proceso (cautio iudici); a falta de tal fianza podía ser encarcelado
preventivamente por toda la duración del pleito.

II. Comparecencia de las partes ante el magistrado

Una vez transcurridos 10 o 20 días a partir de la notificación, las partes o sus procuradores comparecían
ante el magistrado en el día y hora fijados, y se seguían los siguientes pasos:

Procedimiento

1. Narratio: el actor exponía su causa e interponía su acción (hechos y argumentos legales).


2. Contradictio: el demandado oponía sus objeciones, sus excepciones, hechos y argumentos
legales que impidieran conseguir los efectos de la acción interpuesta.
3. Litis contestatio: de la contraposición entre la narratio y la contradictio surgía la litis
contestatio entre las partes, produciendo el efecto de la litispendencia (fijar el valor de la litis).
En este caso, la litis contestatio ya no producía la extinción de los derechos de la obligación
deducidos en juicio, o sea, en el nuevo proceso sólo la sentencia influía sobre el derecho
sustancial deducido en juicio; por lo tanto, la acción podía ser interpuesta de nuevo en otro juicio,
en el caso de que el precedente no haya quedado definido.
4. Iuris iurandum calumniae: las partes y los abogados juraban procesalmente que les asistía el
derecho, fijándose con ellos las pretensiones de las partes (postulatio simplex y contradictio); sin
embargo, el demandado podía en cualquier momento del proceso oponer sus excepciones, de
ahí que la litis contestatio en la cognitio extraordinem ya no tenía el efecto novatorio y fijatorio
de la litis.

Dada la nueva naturaleza del proceso y de la sentencia, las exceptiones que en el proceso
formulario tenían como único efecto conducir a la absolución del demandado, en este nuevo

P á g i n a 22 | 27
proceso también podían llevar al rechazo de sólo una de las partes de las pretensiones del actor
o a una disminución de la condena pedida.
5. Pruebas: el desarrollo de esta fase era el siguiente: ofrecimiento, aceptación o rechazo, desahogo
y valoración.

El juez ya no era libre de valorar las pruebas a su arbitrio; con este procedimiento estaba obligado
a conceder a los diferentes elementos aducidos en el juicio un valor probatorio distinto. Por
ejemplo, debía dar mayor importancia a la prueba documental que a la testimonial.
6. Alegato: las partes argumentaban y contraargumentaban ante el juez.
7. Sentencia: al término del procedimiento el juez debía decidir la causa, redactando por escrito la
sentencia definitiva, leyéndola a las partes en audiencia pública.
A diferencia de la sentencia del procedimiento formulario, que tiene por objeto la condena o la
absolución del demandado por la acción promovida contra él, el procedimiento extraordinario
podía también terminar con la condena del actor o con la condena parcial del demandado.

La condena no debía necesariamente expresarse en una suma de dinero, sino que podía tener
como objeto la orden de dar la cosa, objeto del derecho que se hacía valer en juicio, o bien,
realizar o no una determinada conducta. Si la prestación de la cosa o la realización de la conducta
se habían hecho imposibles, entonces la condena sería de una suma de dinero, cuyo importe era
fijado por el juez en relación con el interés patrimonial que ha sido violado.

En el derecho justinianeo se aplicaba el principio de que el juez debía condenar al perdedor a


reembolsar al ganador los gastos y costas del juicio. El importe de estos gastos era determinado
por el mismo ganador mediante juramento, al cual debía conformarse el juez.

III. Impugnación de la sentencia

Sólo en el procedimiento extraordinario, dado el carácter de la sentencia, que aparece cada vez más
como expresión de la voluntad del Estado y dados los diferentes grados jerárquicos de magistrados que
administraban justicia, todos ellos dependientes del emperador, surgió la facultad de la parte perdedora
de hacer que se repitiera el juicio delante de un magistrado con grado más elevado, el cual pronunciaba
una nueva sentencia sobre la relación controvertida, que sustituía a la primera, para lo cual se podía
interponer una apelación (appellatio).

IV. Medios de ejecución de la sentencia

La ejecución de la sentencia definitiva tenía lugar normalmente sobre las cosas concretas del
sentenciado. La ejecución sobre el patrimonio completo (bonorum venditio) se conservaba sólo para
casos excepcionales y cuando había pluralidad de acreedores. Desaparece la ejecución personal (manus
iniectio).

P á g i n a 23 | 27
Derivado del nuevo carácter y contenido de la sentencia, el actor que hubiera conseguido la condena a
su favor podía conseguir con la actio iudicati que el magistrado, autor de la sentencia, realizara la
entrega coactiva de la cosa por medio de funcionarios que dependieran de este magistrado
(apparitores). En cambio, en caso de que el demandado hubiera sido condenado al pago de una suma
de dinero, el actor podía obtener el secuestro de cosas pertenecientes al demandado cuyo valor
correspondiera a lo que se debía. Transcurridos los meses desde que tuvo lugar el secuestro, sin que el
demandado hubiera pagado, los objetos eran puestos en venta y el precio pagado era entregado al actor
hasta cubrir la cantidad a que era acreedor (pignus in causa iudicati captum).

P á g i n a 24 | 27
¡Importante!
Al respecto de lo abordado previamente, realice el estudio del siguiente documento, ya que se retomará en su
“Experiencia de aprendizaje”:

• Panero Gutiérrez, Ricardo, Derecho romano, 5.ª ed., Valencia, Tirant Lo Blanch, 2015, pp. 145-169.

Importancia del procedimiento extraordinario dentro del esquema procesal mexicano

Para saber más...


Para contextualizar este tema realice la revisión de los siguientes materiales:

• Iglesias Santos, Juan, Derecho romano historia e instituciones, Barcelona, Editorial Ariel, Barcelona, pp.
200-201.
• Morineau Iduarte, Marta e Iglesias González, Román, Derecho romano, 4.ª ed., México, Oxford, 2010, pp.
99-100.
• Sahagún Padilla, Gumercindo, Derecho romano, 4.ª ed., México, Mcgraw-Hill, pp. 143-144

Casos según la jurisprudencia romana en materia de procedimientos civiles

Para saber más...


Para contextualizar un poco este tema realice la lectura del siguiente documento en el que se explica de forma
muy sucinta y práctica cómo fueron los orígenes y aplicación de la jurisprudencia romana en procedimientos
civiles:

• Valencia Restrepo, Hernán, “La jurisprudencia romana clásica”, en Revista Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales, núm. 94, 1994, pp. 109-122, disponible
en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5620585, consulta: 24/10/2018.

P á g i n a 25 | 27
Bibliografía

• Arangio Ruiz, Vicenzo, Las acciones en el derecho privado romano, Madrid, 1945.
• Bravo González, Agustín y Bravo Valdés, Beatriz, Derecho romano. Primer curso, 30.ª ed., México, Porrúa, 2014.
• García Garrido, Manuel, Derecho privado romano I. Instituciones,, 15.ª ed., Madrid, Ediciones Académicas, 2007.
• Hernández Tejero, Jorge Francisco, Lecciones de derecho romano, Pamplona, Editorial Aranzadi, 2010.
• Margadant, Guillermo F., Derecho romano, 26.ª ed., México, Editorial Esfinge, 2002.
• Morineau, Martha e Iglesias, Román, Derecho romano, Barcelona, Sello Editorial, 2010.
• Ovalle Favela, José,Derecho procesal civil, 9.ª ed., México, Oxford, 2003.
• Serafini, Felipe,Instituciones de derecho romano, 9.ª ed., Barcelona: Hijos de J. Espasa, 1906.
• Volterra, Eduardo,Instituciones de derecho privado romano, Madrid, Civitas, 1986.

Documentos publicados en Internet

• Justiniano, “I INSTITUTA-DIGESTO” [primera, segunda y tercera partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor
y compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2Ckd1vl, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “II DIGESTO” [cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso
García del Corral, disponible en http://bit.ly/2HbTVvh, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “III DIGESTO” [cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso
García del Corral, disponible en http://bit.ly/2FsolYv, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “NOVELAS", Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del Corral,
disponible en http://bit.ly/2FvtJu3, consulta: 30/01/2018.
• Moranchel Pocaterra, Mariana, Compendio de derecho romano, México, UAM, 2017, disponible
en https://bit.ly/2nSFvYN, consulta: 9/04/2019.
• s. a., Ley de las XII Tablas s. f., disponible en http://www.thelatinlibrary.com/12tables.html, consulta: 30/01/2018.

Sitio electrónico

• 1) Enciclopedia jurídica, http://www.enciclopedia juridica.biz14.com/inicio-enciclopedia-diccionario-juridico.html

Imagen

• 1) Birrell, Andrew, [Sistema procesal romano], [fotografía], 2008, tomada de http://bit.ly/1JFpmgi, consulta:
18/12/2017.
• 2) Matthias Kabel, [Violencia], [fotografía], 2006, tomada de http://bit.ly/1DHKU9B, consulta: 18/12/2017.
• 3) Pago UNAM/Facultad de Derecho-DED.
• 4) s.a., [Augusto], [fotografía], 2007, tomada de http://bit.ly/1WgwMtK, consulta: 18/12/2017.
• 5) Adert, [Aurelio], [fotografía], 2011, tomada de http://bit.ly/1HET1P6, consulta: 18/12/2017.
• 6) Brastite at English Wikipedia, [Valentino], [fotografía], 2008, tomada de http://bit.ly/1f68RLW, consulta:
18/12/2017.
• 7) s. a., [Órganos de justicia], [fotografía], 2006, tomada de http://bit.ly/1IEsUeW, consulta: 18/12/2017.
• 8) s. a., [Vincenzo Arangio-Ruiz (1884-1964)], [fotografía], s. f., tomada de http://bit.ly/1EyXtUL, consulta:
18/12/2017.

P á g i n a 26 | 27
Mi experiencia de aprendizaje

El sistema de administración de justicia en Roma

Síntesis

El sistema de administración de justicia ha evolucionado desde sus elementos conceptuales, las partes
que intervienen así como en el proceso en que se lleva a cabo.

Conforme a lo estudiando en la presente unidad, en Roma se reconocieron tres tipos de procesos civiles
que se pueden agrupar en dos categorías: el ordo iudiciorum privatorum y la cognitio extraordinaria. En
la primera categoría se encuentran, por un lado, el más antiguo de los procedimientos romanos
reconocido por el ius civile, las legis actiones (acciones de la ley) y por el otro, el desarrollado por el ius
honorarium, el per formulam (procedimiento formulario). La tercera forma procedimental se
denomina cognitio extra ordinem, precisamente por ser distinto a los anteriores y aparece en el derecho
posclásico, siendo además el que más se aproxima a la moderna concepción del proceso y de la
administración de justicia.

Con base en el estudio de los contenidos de la unidad así como de la revisión de Panero Gutiérrez,
redacte una síntesis en la que señale:

• Las características más relevantes de las fases históricas del sistema procesal romano.
• La tramitación del procedimiento en el ordo iudiciorum privatorum y el proceso extra ordinem.

Finalmente, y como conclusión señale:

• ¿Cuáles son los aspectos más significativos del derecho romano procesal civil que ha influido en
la resolución pacífica de controversias?

P á g i n a 27 | 27
Derecho Romano 1
Unidad 8. El Arbitraje
Introducción

Esta unidad nos coloca en el estudio de los primeros momentos de la vida política romana, por lo que
veremos que antes de la organización administrativa de justicia y la distribución de competencias entre
las distintas autoridades jurisdiccionales romanas, se suscitaban controversias de las que debían
encargarse los árbitros, quienes eran elegidos de común acuerdo por las partes en conflicto.

Actualmente el procedimiento arbitral se configura como un medio heterocompositivo de resolución de


conflictos jurídicos permitido por el Estado, cuya resolución se encuentra a cargo de un árbitro elegido
entre las partes. El arbitraje no admite recurso alguno y necesita del reconocimiento del Estado para su
ejecución.

El arbitraje lo resuelve un tercero ajeno al conflicto, a través de un laudo, con la ventaja de que será un
experto en temas especializados como derecho mercantil, el derecho energético, derecho de los
consumidores, inversiones internacionales y comercio internacional, entre otros.

Por su importancia, en la presente unidad se analizarán los orígenes del procedimiento arbitral en el
derecho romano, con la finalidad de sensibilizar a los estudiantes de la importancia que esta institución
ha tenido.

Objetivo

El alumnado explicará la evolución del procedimiento arbitral como instrumento de resolución de


conflictos destacando los aspectos relevantes de la elección de un tercero, imparcial y elegido de común
acuerdo entre las partes interesadas para dirimir sus diferencias, estableciendo su influencia en los
medios alternos de solución de conflictos reconocidos en el Derecho mexicano.

P á g i n a 1 | 15
Temario

Unidad 8. El Arbitraje

• 8.1. Concepto del Arbitraje


• 8.2. Terminología en materia de arbitraje
• 8.3. La bona fides y la equidad en el arbitraje
• 8.4. Tipos de arbitraje
o 8.4.1. Arbitraje Legal
o 8.4.2. Arbitraje compromisario
o 8.4.3. Arbitraje no formal
o 8.4.4. Arbitraje del ius gentium
o 8.4.5. Arbitraje de los obispos (Episcopalis audientia)
• 8.5. Aceptación del árbitro
o 8.5.1. Tramitación
• 8.6. Influencia del arbitraje romano en el arbitraje mexicano
• 8.7. Casos según la jurisprudencia romana en materia arbitral

P á g i n a 2 | 15
Creando conciencia

Derechos Humanos

El árbitro en Roma

El arbitraje es una figura jurídica que data


desde la antigüedad y que constituye un medio
de solución de controversias privado, alterno a
los tribunales. En Roma, se desarrolló bajo el
principio de equidad, constituyendo entonces,
una forma de acceso a la justicia, en la que se
busca que el conflicto sea resuelto por un
tercero experto, en el tema (Zappala, 2010:
196-200).
(2) Justicia romana

Conforme a la concepción anterior notará que, aunque no se hace mención a los derechos humanos, la
figura del arbitraje romano fue un acercamiento a ellos. Si recapitulamos el contenido de la asignatura
hasta ahora, se dará cuenta que en Roma había diferencias entre los ciudadanos romanos y extranjeros,
sin embargo, gracias a que el arbitraje romano se regía bajo los principios de equidad y de buena fe, este
medio de solución de controversias buscó hacer valer a las partes por igual, sin menoscabar su dignidad
humana, ya que se trataba de un procedimiento resuelto por un tercero imparcial (árbitro), que no se
hacía distinción entre clases sociales, inclusive entre romanos y extranjeros.

Concepto

Definamos
Arbitraje

El arbitraje aparece cuando dos personas tienen un conflicto y acuden a un tercero, ajeno al conflicto, y
de antemano se someten a la opinión que ese tercero dé sobre el mismo, entonces surge una figura
heterocompositiva de solución de conflictos.

Etimológicamente, señala el maestro Becerra Bautista, el término “árbitro” viene del latín arbiter que
significa “el escogido, por honoríficas razones, por aquellos que tienen una controversia, para que la
dirima basada en la buena fe y en la equidad (arbiter est qui honoris causa deligibur ab his siam dirimat)
(Becerra, 1975: 741).

P á g i n a 3 | 15
Otra definición de arbitraje deriva de su significado etimológico:

Asimismo el término latino arbiter que derivaría de la lengua fenicia y haría referencia a garantía,
conforme a la raíz fenicia rbn, se habría introducido a través del comercio en la lengua latina.

Dicho lo anterior, podemos concebir al arbitraje como una fórmula extrajurisdiccional de resolución de
conflictos. Se trata de un procedimiento, privado e informal, elegido voluntariamente por las partes
protagonistas del litigio que consienten que uno o varios terceros e independientes, denominados
“árbitros”, resuelvan una determinada disputa surgida entre ellos y, dicten una resolución definitiva,
conocida en este ámbito con el término “laudo”, que tendrá efectos de res judicata (cosa juzgada o cosa
sentenciada) y será de obligatoria ejecución.

En este tema, resultaría conveniente apuntar lo establecido en la Tabla II de las XII Tablas, que rezaba lo
siguiente:

Nota jurídica
Tabla II
Ib Gaius 4, 17a .
Se litigaba mediante petición de un juez cuando la ley disponía que se hiciera de esa forma respecto de
algún asunto, como lo mandaba la Ley de las XII Tablas cuando se reclamaba lo debido en virtud de una
estipulación. El asunto era más o menos así. El acto decía lo siguiente:

P á g i n a 4 | 15
Afirmo que me debes dar diez mil sestercios en virtud de una promesa solemne; pido que lo afirmes o
lo niegues. El adversario decía que no debía. El actor decía entonces: puesto que lo niegas, a ti pretor,
pido que nombres un juez o un árbitro.

Así, en esta clase de acciones uno se podía defender si apuesta. Y la Ley ordenó que, para la división de
la herencia entre los coherederos, se reclamara mediante la acción por petición de un juez.

¡Importante!
Es probable que el arbitraje, conocido y practicado en el ámbito del comercio internacional, se habría
introducido en los mercados de la Roma de los primeros tiempos, en los que los árbitros serían a la vez
garantes y peritos y actuarían dirimiendo conflictos que se planteaban en el tráfico mercantil.

En otras palabras, el arbitraje es anterior a la jurisdicción estatal, nació antes que el propio Estado o de
los jueces tal como los conocemos actualmente. Por lo tanto, en sus orígenes los procedimientos
arbitrales eran llevados de manera ad hoc (para el caso en concreto).
Terminología en materia de arbitraje

Dentro de este proceso se maneja la siguiente terminología:

Arbiter

Árbitro. Como sinónimo de juez, iudex, individuo designado en cada caso concreto por las partes que
litigan o por el magistrado, ante quien se desarrolla la fase apud iudicem del procedimiento civil
ordinario en la época del sistema de las legis actiones o per formulam. Frente a la jurisdicción estatal, en
la última fase del derecho romano, individuo o persona elegida amigablemente por las partes que
discrepan sobre la apreciación de un hecho o relación jurídica o tienen entre sí una cuestión litigiosa, a
fin de que resuelva la diferencia sin intervención del magistrado que representa la jurisdicción oficial.
Esto último es muy valorado actualmente en el arbitraje privado, ya que un experto puede resolver un
problema jurídico muy sofisticado como en materia de propiedad intelectual; pero, requerirá que el
Estado dé validez a dicho acto.

Arbitratus

Se refiere al arbitrio, juicio o decisión. Es el criterio jurídico para resolver un asunto.

Arbitrium arbitri

Hace referencia al criterio del árbitro, sobre la cuestión encomendada a su decisión por las partes. En
otros términos, debe cumplirse el laudo dictado dentro del arbitraje de buena fe.

P á g i n a 5 | 15
Arbitrium boni viri

Se refiere a la decisión de una persona recta y de confianza de las partes, con arreglo a criterios de
equidad, sobre un aspecto específico y controvertido en materia contractual, familiar o sucesoria. Pues
bien, se prevé que la decisión arbitral, en estos casos, puede recurrirse ante un magistrado si se
demuestra mala fe, error manifiesto o grave injusticia, lo que contrasta con los supuestos de laudo
arbitral en el arbitraje compromisario, en los que sólo cabe recurso ante el magistrado en los casos de
mala fe del árbitro, a través de la fórmula de la excepción de dolo.

Arbitrium honorarium

Hace referencia al arbitraje, resolución o decisión que emana de un magistrado. Durante la época de la
Ley de las XII Tablas se entendían como las decisiones que provenían de los pretores en el ejercicio de
sus decisiones judiciales.

Arbitrium iudicis

Decisión o resolución emanada de un juez. En el procedimiento formulario indica la facultad reconocida


al juez en la fórmula de poder decidir conforme a su criterio acerca de las pretensiones concretadas en
ella por las partes. En el procedimiento extraordinario, facultades de apreciación del juez (criterio
jurídico del juez).

Arbitrium o compromissum plenum

Es el compromiso arbitral previsto en un contrato, para que un asunto que se pueda decidir por arbitraje,
se resuelva.

Arbitrium merum

Esta expresión hace referencia al arbitraje compromisario.

La bona fides y la equidad en el arbitraje

En el derecho romano, el procedimiento arbitral partía de que por decisión de las partes
(compromissum), la controversia podía someterse al juicio de un árbitro, que asumía la responsabilidad
(receptum arbitri) de dictar un laudo para dirimir el conflicto, sin fórmula procesal previa y sin
intervención alguna del magistrado. El incumplimiento por cualquiera de las partes del laudo arbitral no
legitimaba para el ejercicio de la acción ejecutiva (actio iudicati), sino tan sólo de la actio ex
stipulatu surgida del compromiso. Contra la parte que acudía al proceso ordinario tras realizar el
compromiso arbitral, se podía oponer una excepción de pacto (exceptio pacti). En caso de que el árbitro

P á g i n a 6 | 15
no dictara el laudo conforme a su obligación, es probable que se pudiera interponer, una acción in
factum (Domingo, 2010: 59-60).

En este marco, el arbitraje se desenvolvía bajo dos principios significativos, referentes a la buena fe y a
la equidad.

Bona fides

En general la fides se define en la antigüedad como ser de palabra o tener palabra: fit quod
dicitur, lo cual implicaría que fides corresponde a la sujeción a la palabra dada, el sentirse ligado
a la propia declaración (Schulz, 2000: 243-245).

Si bien la palabra fides poseía un significado ético, al operar como principio de las obligaciones
sobre un plano sustancial, se requería un criterio típico supraindividual que permitiera superar
los contrastes entre las diversas interpretaciones de la simple “fides” de la cual cada uno era
titular y custodio. Dicho criterio era el de la “fides bona” , una concepción ético-jurídica que nutre
al sistema, como una connotación de creación procesal de la experiencia jurídica, bajo la cual en
las resoluciones de conflictos, se busca determinar las prestaciones que de buena fe una parte le
debe a la otra, se impone la valoración de las conductas dolosas en la celebración del negocio
jurídico, se impone la vinculatoriedad a la palabra empeñada y se impone una nueva manera de
valorar el incumplimiento de las obligaciones (Neme, 2010: 115-189).Definamos

Bona fides

Se entiende como la buena fe en el contrato que lo prevé. En el derecho privado las partes
deciden someter a arbitraje todas o ciertas controversias que hayan surgido o puedan surgir
entre ellas respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no contractual.

En este punto es posible identificar la existencia de juicios de buena fe, entre los que se
encontraba la compraventa, gestión de negocios, mandato, depósito, fiducia, sociedad, tutela y
la reclamación de la dote. Dichos juicios contrastaban con los de derecho estricto, en los que el
juez debía pronunciarse afirmativa o negativamente sobre las pretensiones deducidas en juicio
por el demandante conforme a las indicaciones contenidas en la fórmula (Rascón, 2008: 197).

La equidad (aequitas)
La aequitas aparece como un elemento intrínseco de los bonae fidei iudicia, en cuanto a que es
un concepto afín a la fides bona y un parámetro de actuación del bonus vir, es decir, como una
regla general, moral y social del comportamiento que se amolde a lo justo y a lo bueno
(Fuenteseca, 2008: 105).

En concreto, la aequitas aparece reiteradamente como criterio que debe presidir la resolución
de los juicios divisorios a propósito de cada una de las diferentes acciones divisorias en su
conjunto, es decir, no sólo referida a la función de realizar la adiudicatio, en tanto que implica
una valoración conjunta de la situación y de los bienes sometidos a división judicial, ponderando
P á g i n a 7 | 15
todo tipo de factores y circunstancias. Así se logra el reparto equitativo mediante adiudicatio,
decisión preponderantemente arbitral, pero que se engloba en un iudicium, que lleva aparejada
la condemnatio o la absolutio de los antiguos condomini recíprocamente entre sí a consecuencia
del reparto realizado (Fuenteseca, 2008: 348-350).

Tipos de arbitraje

En el derecho romano, es posible identificar diferentes tipos de arbitraje:

Derecho y equidad

Arbitraje de derecho y arbitraje de equidad

El primero refiere a las reglas acordadas por las partes en el clausulado del contrato en que se prevé el
arbitraje o, en su defecto, según lo que señale la ley.

Compromiso

Arbitraje de compromiso

Decidir una futura controversia según lo previsto en una cláusula de arbitraje que contenía un contrato.
Ejemplos de asuntos en que operaba este arbitraje: tutela, propiedad, etc.

No formal

Arbitraje no formal

Era un arbitraje que para su cumplimiento bastaba con la buena fe de las partes contratantes, por lo que
acabó desapareciendo.

Ius gentium

Arbitraje del ius Gentium

Se dio en las operaciones de comercio entre los diversos pueblos que formaban parte del Imperio
Romano, es lo que dio base al arbitraje de comercio internacional.

Obispos

Arbitraje de los obispos (episcopalis audientia)

Refiere a que los cristianos no podían llevar a cabo labores de juzgamiento.

P á g i n a 8 | 15
Aceptación del árbitro

Para Gascón (2008: 180-181), el origen del proceso civil romano se encuentra en la recepción por el
Estado del sistema de arbitraje privado. A lo largo de todo el periodo en el que está vigente el ordo
iudiciorum privatorum (orden de los juicios privados) la administración de la justica tenía carácter
rogado, ya que se basaba en actos voluntarios de las partes procesales, es decir, del demandante y del
demandado, los cuales acordaban, mediante una especie de contrato arbitral llamado litis
contestatio que un tercero dictase un laudo que ambas partes aceptarían. Además eran los litigantes lo
que, puestos de acuerdo, fijaban los términos del litigio y elegían al juez, que era un particular y no un
magistrado ni funcionario.

Los procedimientos seguidos conforme al ordo se caracterizaron porque el magistrado daba el juicio,
pero eran las partes, puestas de acuerdo, las que designaban a un juez privado que dictaba la sentencia
que se habían comprometido a acatar. Los procesos se sustanciaban en dos fases: in iure ante el
magistrado y apud iudicem (ante el juez). La litis contestatio marcaba el final de la primera parte y,
además la aceptación de los términos del litigio y la designación del juez, significaba el compromiso de
los litigantes de acatar el resultado, invocando a los testigos en el mismo acto.

Así, desde la época clásica en Roma, se preveía que el acto por el que las partes contratantes determinan
que en caso de que haya una controversia se resuelva por arbitraje de un tercero es por
el compromissum.

Para que una persona fuera árbitra debía comprometerse antes de que decidiera el caso.

La obligación del árbitro debía ser ejecutable, por lo que el modo más frecuente de dar al compromiso
la eficacia, era que en caso de incumplimiento, se pagara una cierta suma de dinero por concepto de
pena convencional, es decir, por incumplimiento de la decisión del árbitro.

Tramitación

En general, el arbitrium realizado en los bonae fidei iudicia constituye un juicio decisorio realizado por
el arbiter, en virtud del cual se debe tener en cuenta la relación bilateral entre las partes y decidir en
función del parámetro del bonus vir (Fuenteseca, 2008: 115).

Mediante el arbitrium se decide el procedimiento valorando equitativamente el quantum en que se


estima la condena que ha de imponerse al demandado. En este punto, ya no se trata únicamente de
decidir si un comportamiento es o no conforme al ius, lo que constituiría un iudicium. En este punto
el arbitrium se distingue del iudicium en las etapas iniciales de la evolución del ritual procesal romano,
como resolución que se basa en la estimación o valoración del objeto litigioso, teniendo en cuenta
el aequitas en el caso concreto (Fuenteseca, 2008: 116).

P á g i n a 9 | 15
¿Sabía que...?
En Roma existían requisitos genéricos de capacidad para ser juez. Asimismo, se excluían del oficio del
juez por la naturaleza, el sordo, el mudo, el perpetuamente loco y el impúber, porque carecen de juicio.
Por disposición de ley, no podría ser nombrado juez el que fuera excluido del Senado y por las
costumbres las mujeres y esclavos, ya que no podían desempeñar cargos civiles (Venturini y Fuenteseca:
2010: 76).
Influencia del arbitraje romano en el arbitraje mexicano

La figura del arbitraje se encuentra prevista en los artículos 1050, 1415 a 1480 del Código de Comercio,
dentro de lo cual se puede apreciar lo siguiente:

El acuerdo por el que las partes deciden someter a arbitraje todas o ciertas controversias que hayan
surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación de contrato, en que se prevea
en una parte del mismo la adopción del arbitraje si se presenta una controversia jurídica o puede
redactarse dicha previsión en un convenio independiente.

El acuerdo de arbitraje deberá constar por escrito y consignarse en documento firmado por las partes.
La referencia hecha en un contrato a un documento que contenga una cláusula compromisoria,
constituirá acuerdo de arbitraje siempre que dicho contrato conste por escrito y la referencia implique
que esa cláusula forma parte del contrato. Las partes podrán determinar libremente el número de
árbitros. A falta de tal acuerdo, será un solo árbitro..

Consulte la ley vigente


Le sugerimos consultar el texto de la regulación del arbitraje contenido en el Código de Comercio.

Adicionalmente, dentro del ordenamiento nacional, encontramos referencias al arbitraje en la Ley de


Hidrocarburos, la Ley de Petróleos Mexicanos, la Ley de la Industria Eléctrica o la Ley Federal de
Protección al Consumidor, que facultan a acudir al arbitraje para resolver controversias.

Adicionalmente, el arbitraje internacional ha cobrado una especial relevancia en materias relacionadas


con inversionistas-Estado, generalmente previstos en los tratados de inversión. De manera particular,
dada su importancia se puede citar el Título XI del Tratado de Libre Comercio de América del Norte,
suscrito en 1994, entre México, Estados Unidos de América y Canadá, prevé el arbitraje como medio
para solucionar controversias entre inversionistas y Estado.

Casos según la jurisprudencia romana en materia arbitral

A efecto de ejemplificar la manera en que la materia arbitral se puede aplicar para resolver conflictos
bajo el derecho romano, es posible señalar indicativamente algunos ejemplos expuestos por los autores
Ramón Rodríguez y Alejandrino Fernández Barreiro (1995), como parte de las cuestiones y casos
prácticos del derecho romano.

P á g i n a 10 | 15
Sociedad. Determinación de las cuotas de ganancias y pérdidas por el arbitrio de un tercero

Cayo convino con Ticio una sociedad, cuya finalidad era la actividad negocial resultante de la
explotación pesquera de una nave propiedad del primero, interviniendo el segundo como patrón
de la misma. Al constituirse la sociedad, convinieron ambos socios confiar a Marco, persona de
reconocida imparcialidad como árbitro, la determinación de sus respectivas cuotas de
participación en ganancias y pérdidas en cada expedición, al llegar la nave a puerto y ser vendida
la pesca obtenida. De acuerdo con el encargo que le fue conferido, concluida la primera
expedición, Marco decidió atribuir a Ticio una tercera parte y a Cayo dos terceras partes del
precio obtenido por la venta de la pesca, basando su criterio de reparto en la valoración de las
aportaciones de ambos socios, es decir, la nave de Cayo y el trabajo de Ticio; éste se muestra
disconforme con el criterio de reparto de Marco, por considerarlo desproporcionado, teniendo
en cuenta, además, que tendría él que satisfacer los salarios de la tripulación que había
contratado y los gastos de avituallamiento de la nave, y consulta si debe acatar la decisión de
Marco en virtud del convenio social.

D. 17.2.26 (Proc. 5 epist.): conviniste conmigo una sociedad con la condición de que Nerva, amigo
común, determinara las cuotas de participación. Nerva decidió que tú fueses socio por una tercera
parte y yo por dos terceras partes. Preguntas si ha de tenerse esto por válido, en virtud del acuerdo
social, o si, a pesar de todo, debe considerarse que somos socios por partes iguales. Estimo que
deberías haber preguntado si deberíamos ser socios según las partes por él establecidas o
conforme a las que hubiese debido determinar un hombre recto, pues hay dos tipos de árbitros:
uno, cuya decisión ha de acatarse en todo caso (como ocurre cuando interviene un árbitro elegido
por compromiso), y otro que debe sujetarse al criterio de lo que habría decidido un hombre recto,
aunque se haya designado la persona cuyo árbitro habría de seguirse.

D. 17.2.79 (Paul 4 quaest.): […] en la cuestión propuesta estimo que ha de seguirse el arbitrio de
un hombre recto, teniendo en cuenta, además que la acción de socio es un juicio de buena fe.
D. 17.2.79 (Paul 4 quaest.): por tanto, si la determinación de partes que hizo Nerva es tan perversa
que resulta de ella una manifiesta iniquidad, puede ser rectificada mediante la acción de buena
fe.

En este contexto:

Reflexión...
a. A tenor de la doctrina establecida en estos textos ¿qué diferencia existe entre un arbitraje
compromisorio y el resultante de un convenio social?; ¿qué eficacia tiene, en uno y otro caso,
la decisión del árbitro?
b. ¿Deberá ser ratificado o confirmada la decisión de Marco?

P á g i n a 11 | 15
En este punto es posible identificar la existencia de juicios de buena fe, entre los que se
encontraba la compraventa, gestión de negocios, mandato, depósito, fiducia, sociedad, tutela y
la reclamación de la dote. Dichos juicios contrastaban con los de derecho estricto, en los que el
juez debía pronunciarse afirmativa o negativamente sobre las pretensiones deducidas en juicio
por el demandante conforme a las indicaciones contenidas en la fórmula (Rascón, 2008: 197).

Depósito. Lugar de restitución

Marco Druso, que residía en Orvieto, teniendo que ausentarse confió en depósito a su amigo
Vinicio, jefe de la guarnición militar de la ciudad, un cofre con dinero y joyas, para que se las
custodiara a su regreso. Vinicio fue trasladado a Astúrica y llevó consigo el cofre que le había
confiado Marco Druso; al retornar éste de su viaje, envió una carta a Vinicio reclamándole la
devolución del depósito, significándole además, que la misma debía serle hecha en Orvieto, pues
en esa localidad le había entregado el cofre. Vinicio le responde por el mismo medio epistolar
que tiene a su disposición en Astúrica el depósito pero que, si lo desea, le enviará el cofre a través
del correo militar.

En este contexto, se requiere estudiar las siguientes cuestiones:

Reflexión...

a. ¿Está obligado Vinicio a restituir en Orvieto el objeto que se le confió en depósito en esa
localidad?; en caso de que así lo hiciere, ¿puede reclamar el pago de los gastos que le
hubiere ocasionado la restitución del depósito?

b. Si Vinicio envía por correo miliar el objeto depositado, o por cualquier otro medio, ¿quién
tiene que soportar el riesgo en caso de pérdida del objeto?

D. 16.3.12.1 (Pom. 22 ad Sab): la cosa depositada debe ser restituida en el lugar en que se halla
sin dolo del depositario con independencia del lugar en que se hizo el depósito... Pero hay que
advertir que si quisiera el depositante que por su cuenta y riesgo se lleve la cosa a Roma, debe ser
atendida su petición, porque también se observa esto en la exhibitoria.

Distribución de riesgo en las relaciones jurídicas de trabajo

Valerio Mesala contrató los servicios del escribano Quinto Metelo para que llevara los libros de
cuentas de un establecimiento comercial de su propiedad, conviniendo ambos una duración
anual del contrato y una cierta cantidad mensual en concepto de retribución por los servicios
prestados. A los pocos días, V. Mesala cae enfermo y se ve obligado a cerrar su negocio durante
varios meses; al restablecerse y reiniciar su actividad comercial se niega a pagar a Q. Metelo la
retribución correspondiente al tiempo que estuvo inactivo.

Expuesto lo anterior se requiere analizar las siguientes cuestiones:

P á g i n a 12 | 15
Reflexión...
a. ¿Puede negarse Valerio Mesala a pagar a Quinto Metelo por el tiempo que estuvo cerrado el
establecimiento?; ¿resulta aplicable el mismo criterio en caso de enfermedad del escribano?
b. ¿Qué solución habría de darse en el supuesto de que por enfermedad o muerte de Valerio
Mesala se produjese el cierre definitivo del establecimiento comercial?

D. 19.2.38 pr (Paul. reg.): [quien] dio en arriendo sus servicios tiene derecho a percibir el salario
de todo el periodo temporal contratado, si no dependió de él el no poder realizarlos.

D.19.2.19.9 (Ulp. 32 ed): un escribano arrendó sus servicios y el que los tomó en arriendo murió.
A instancia del escribano, el emperador dispuso por rescripto lo siguiente: como explicas que no
dependió de ti el no haber cumplido los servicios arrendados a Antonio Aquila, si en el mismo año
no recibiste salarios de otro, es justo que se cumpla fielmente el contrato.

¡Importante!
Al respecto de los abordado previamente, le sugerimos revisar los siguientes documentos, que además
se retomarán en su “Experiencia de aprendizaje”:

• Molina González, Héctor, “Breve reseña histórica del arbitraje”, en Revista de la Facultad de Derecho de
México, núm. 157-159, 1988, disponible en: https://revistas-
colaboracion.juridicas.unam.mx/index.php/rev-facultad-derecho-
mx/article/view/27729/25051, consulta: 21/03/2019.
• Villalba Cuéllar, Juan Carlos y Moscoso Valderrama, Rodrigo Andrés, “Orígenes y panorama actual del
arbitraje”, en Prolegómenos. Derechos y Valores, vol. XI, núm. 22, julio-diciembre, 2008, disponible
en: https://www.redalyc.org/pdf/876/87602210.pdf, consulta: 23/03/2019.

P á g i n a 13 | 15
Bibliografía

• Becerra Bautista, José, El proceso civil en México, 5.ª ed., México, Porrúa, 1975.
• Castresana, Amelia,Derecho romano. El arte de lo bueno y de lo Justo, Madrid, Tecnos, 2013.
• D ́Ors, Alvaro et al., El Digesto de Justiniano, Pamplona, Aranzadi, 1975.
• Domingo, Rafael,Elementos de derecho romano, Pamplona, Editorial Aranzadi, 2010.
• Fernández de Buján y Fernández, Antonio,La deuda histórica del arbitraje moderno, Madrid, Dykinson,
2009.
• Fuentesca Degeneffe, Margarita,La función jurisdiccional civil en Roma, Madrid, Cuadernos de Derecho
Registral, 2008.
• González de Cossío, Francisco,Arbitraje, 4.ª ed., México, Porrúa, 2014.
• Morineau, Martha e Iglesias, Román,Derecho romano, 4.ª ed., México, Oxford University Press, 2010.
• Neme Villarreal, Martha Lucía,La buena fe en el derecho romano. Extensión del deber de actuar conforme
a buena fe en materia contractual, Bogotá, Universidad del Externado de Colombia, 2010.
• Rascón, César,Síntesis de historia e instituciones de derecho romano, 3.ª ed., Madrid, Tecnos, 2008.
• Rodríguez Montero, Ramón y Fernández Barreiro, Alejandrino, Cuestiones y casos prácticos de derecho
romano, Valencia, Tirant Lo Blanc, 1995.
• Schulz, Fritz,Principios del derecho romano, 2.ª ed., Madrid, Civitas, 2000.
• Venturini, Carlo y Fuentesca Degeneffe, Margarita,El juez en Roma: Funciones y responsabilidad, Madrid,
Fundación Coloquio Jurídico Europeo, 2010.

Publicación periódica

• Ovalle Faundez, Ana Inés, “El arbitraje por compromiso en el Derecho Romano”, en Revista de Derecho
de la Universidad Católica de Valparaíso, XVII, 1996.

Documentos publicados en Internet

• Cuenca Boy, Francisco José, “La "episcopalis audientia" de Constantino a Juliano el Apóstata”, en Dialnet,
núm. 82, 2016, disponible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6114583, consulta:
17/03/2019.
• Saavedra Bolaños, Marta, “Proyección del arbitraje a partir del Derecho Romano”, Universidad Pontificia,
Madrid, 2014, disponible en https://repositorio.comillas.edu/rest/bitstreams/2280/retrieve, consulta:
17/03/2019.

Imagen

• (1) Arbitraje, UNAM/Facultad de Derecho-DED.


• (2) s. a., Justicia romana, [ilustración], 2014, tomada de https://bit.ly/2WaSQdQ, consulta: 20/03/2019

P á g i n a 14 | 15
Mi experiencia de aprendizaje

Antecedentes del arbitraje

Línea de tiempo

A partir del estudio de esta unidad y considerando además las lecturas de Héctor Molina y Juan Carlos
Villalba, elabore una línea de tiempo en la que señale los principales antecedentes del arbitraje.

Posteriormente, responda a la siguiente pregunta:

¿Cuáles son las ventajas y desventajas del arbitraje?

Actividades de Fomento a la Investigación (AFI) o para la Práctica Jurídica (APJ)

Este espacio está destinado para que comparta con la persona que le asesora y con los demás integrantes
de su grupo los avances de las actividades de fomento a la investigación (AFI) o de las actividades para
la práctica jurídica (APJ) que hayan sido encomendadas por la persona que le asesora, al inicio del
semestre.

P á g i n a 15 | 15
Derecho Romano 1
Unidad 9. Derechos Reales sobre Cosa Propia
Introducción

Las personas, esto es, los sui iuris con plena capacidad de ejercicio, eran los únicos que podían gozar de
un patrimonio. Básicamente dicho patrimonio se componía de dos tipos de derechos: los derechos
reales, es decir, aquellos que una persona ejerce con poder inmediato sobre una cosa, y los derechos
personales, consistentes en la relación que existe entre dos personas y que una de ellas tiene la facultad
de exigir a la otra determinada conducta.

En este marco, en la presente unidad se realizará el estudio del patrimonio en Roma, la noción de cosas,
así como el análisis de los alcances de la posesión y la propiedad en el derecho romano.

La noción anterior permitirá comprender la influencia del derecho romano en la actual regulación de los
derechos reales, la propiedad y posesión regulados por el Código Civil Federal, Libro Segundo, De los
Bienes. De esta manera, se pretende que como estudiante se convenza de la relevancia del estudio del
derecho romano en la comprensión de los fundamentos en materia de derechos reales, y se percate del
proceso de evolución del fenómeno jurídico.

(1) Sui iuris

Objetivo

El alumnado precisará la importancia del estudio del patrimonio en sus dos vertientes, derechos reales
y derechos personales. Analizará el concepto y los distintos criterios de clasificación de las cosas.
Comprenderá la naturaleza, alcance y protección procesal del derecho real de propiedad y su distinción
con la posesión, destacando su impronta en el ordenamiento jurídico mexicano.

P á g i n a 1 | 22
Temario

Unidad 9. Derechos Reales sobre Cosa Propia

• 9.1. El patrimonio en Roma


o 9.1.1. Concepto patrimonio
▪ 9.1.1.1. Derechos reales
▪ 9.1.1.2. Derechos personales
o 9.1.2. Influencia del derecho romano en la concepción contemporánea del patrimonio
• 9.2. Las cosas
o 9.2.1. Concepto
o 9.2.2. Diversas clasificaciones
• 9.3. La posesión
o 9.3.1. Concepto
o 9.3.2. Clases de posesión
o 9.3.3. Adquisición, pérdida y conservación
o 9.3.4. Protección procesal de la posesión
• 9.4 La propiedad
o 9.4.1. Derechos inherentes a la propiedado
o 9.4.2. Tipos de propiedad
▪ 9.4.2.1. Quiritaria
▪ 9.4.2.2. Bonitaria
o 9.4.3. Limitaciones legales de la propiedad
o 9.4.4. Modos de adquirir la propiedad
• 9.5 Casos prácticos en materia de derechos reales según la jurisprudencia romana

P á g i n a 2 | 22
Creando conciencia

Biocorporalidad

¿Se ha preguntado por qué es tan tentador beber refrescos de cola?

Los responsables de la adicción al refresco de cola son el azúcar y la cafeína, que reactivan las terminales
nerviosas del cerebro pasados 45 minutos de haberlos ingerido, incrementando la producción de
dopamina y serotonina, sustancias encargadas de producir placer. Entre más se consume más se
estimula y la adicción crece.

También el alto índice glicémico que entra al organismo produce mucha insulina y tiene un bajo índice
de saciedad, es por ello que no quita la sed y genera que quien toma refrescos de cola en vez de tomar
uno, lleguen a tomar hasta dos litros.

Puede que los intentos por dejar de beber refresco de cola vengan acompañados de una sensación de
malestar, agotamiento, cansancio y quizá hasta que logra ingerirla mejora.

Pero ¿cuál es el precio a pagar por este placer momentáneo?

Aquí le mostramos sólo algunos de los posibles efectos del elevado consumo de refresco.

• Sobrepeso
• Obesidad
• Diabetes
• Cálculos renales
• Asma
• Descalcificación
• Anemia
• Depresión
• Mala digestión
• Caries
• Enfermedades cardiovasculares

P á g i n a 3 | 22
El patrimonio en Roma

Concepto de patrimonio

En el derecho romano, es posible definir el patrimonio como “conjunto de bienes susceptibles de


valoración económica que pertenecían al pater familias”. Era, por lo tanto, un conjunto o masa de bienes
considerado como un todo. Las adquisiciones patrimoniales se verificaban a título singular cuando
recaían sobre un objeto determinado, por ejemplo: ganado, tierras, etc., y a título universal cuando
afectaban a todo un patrimonio, como en el caso de la herencia (Bravo, 2014: 193).

El patrimonio (patrimonium de los cives romani) formaba parte de los atributos de la personalidad, el
cual se integraba por el conjunto de cosas corporales, incorporales y deudas que tenga una persona. El
patrimonio posee una naturaleza económica y jurídica, dado que los bienes que los integran se
estimaban como riquezas de las personas, y tiene naturaleza jurídica, porque el derecho protege a su
titular en sus relaciones de adquisición y transmisión de bienes (Ventura, 2011: 96-193).

Derechos reales

El tema de los derechos reales es significativo para comprender los alcances de las facultades de dominio,
disfrute y uso de la persona con una cosa. En ese marco, es pertinente analizar el concepto y clasificación
de los derechos reales, con base en lo cual estaremos en posibilidad de analizar los alcances de la
propiedad y la posesión.

Definamos...
Derechos reales

El poder jurídico que ejerce una persona sobre una cosa, cuyo titular puede sacar el máximo
aprovechamiento, de acuerdo al título que ostente y es oponible a cualquiera (erga omnes); sin embargo,
tal denominación no es romana; en realidad la expresión ius in res es propia del medievo.

Clasificación de los derechos reales

Los derechos reales se presentaban como figuras fijas y determinadas (numerus clausus), cuyo contenido
y extensión no podían ser establecidos por los sujetos. El derecho romano clasificó a los derechos reales
en dos grandes categorías:

P á g i n a 4 | 22
DERECHOS REALES
PROPIEDAD IURA IN RE ALIENA
En términos generales, es DE GOCE DE GARANTIA
posible concebir a la propiedad, SERVIDUMBRES REALES En cuanto a los derechos reales de
como el derecho real por Por otra parte, en cuanto a los derechos reales garantía, se observa que ambos
excelencia, consistente en de cosa ajena, a reserva de explorar el tema con son figuras que permiten el
obtener de un objeto toda la más amplitud en el siguiente capítulo, es cumplimiento de la obligación, con
satisfacción que éste pueda conveniente dar algunas notas introductorias en la diferencia de que mientras en la
proporcionar, el cual puede el siguiente sentido: prenda, el acreedor obtiene la
estar limitado por el interés posesión del bien que garantiza el
público y por otros derechos Las servidumbres reales son derechos reales cumplimiento del deudor, en la
privados que desmiembren la sobre un inmueble ajeno (el fundo sirviente), hipoteca, este bien no se entrega
propiedad.El derecho de cuyo aprovechamiento debe aumentar la al acreedor (Margadant, 2002:
propiedad otorga el derecho de utilidad de un inmueble propio (el fundo 289-290).
uso, disfrute, y disposición de la dominante), cercano al primero (Margadant,
cosa, susceptible de oponerse a 2002: 273). PRENDA
terceros (Margadant, 2002:
244-245). HIPOTECA
SERVIDUMBRES PERSONALES
Junto con la propiedad, es Las servidumbres personales se refieren a
importante considerar la derechos reales, sobre una cosa ajena, que
posesión, la cual designa la confieren un derecho de uso y goce. Entre dichas
relación física entre una persona servidumbres personales, se encuentra el
y una cosa, que dé a aquélla una usufructo como un derecho temporal de usar
posibilidad exclusiva de utilizar una cosa ajena y de aprovechar los frutos
ésta bajo una situación de hecho naturales o civiles de ésta, sin alterar la
que da un poder físico y sustancia en cuestión (Margadant, 2002: 282).
exclusivo sobre el objeto Asimismo, es posible encontrar los derechos de
(Margadant, 2002: 233-235). uso y habitación, los cuales se extinguen por la
muerte de su titular, que confiere al titular el uso
de un objeto o cosa, o de una habitación
(Margadant, 2002: 285).
SUPERFICIE
Por lo que concierne al derecho real de la
superficie y a la enfiteusis, corresponde a
servidumbres que quedaban restringidas a la
vida del titular, se observa que mientras la
primera supone que A construye un edificio
propio apoyándose en el terreno de B, con lo que
la línea divisoria es horizontal, en la enfiteusis,
todo el inmueble objeto de la misma —terreno y,
en su caso, construcción— pertenece a un solo
propietario (Margadant, 2002: 286-287).

ENFITEUSIS

P á g i n a 5 | 22
Derechos personales

Definamos...
Derecho personal o derecho de crédito

Es una relación especial entre personas, por la cual una de ellas queda facultada jurídicamente para
exigir de la otra el cumplimiento de una determinada prestación, que según el derecho común éste le
adeuda mediante acciones in personam.

El derecho personal es relativo, por cuanto se ejerce solamente contra la persona del obligado.

Diferencias entre ambos conceptos

Los juristas romanos formularon la diferencia entre derechos de obligación y derechos reales desde el
punto de vista procesal; esto es, bajo la perspectiva de los medios de defensa concedidos a unos y otros,
contraponiendo las actiones in rem a las actiones in personam.

Así, en materia de defensa de los derechos patrimoniales, la actio in rem se contraponía a la actio in
personam; mientras la primera representaba la posición de la propiedad y de los otros derechos reales
sobre la cosa, la segunda era la defensa de los derechos de crédito.

Influencia del derecho romano en la concepción contemporánea del patrimonio

La influencia del derecho romano en la concepción contemporánea del patrimonio se aprecia en la


manera en la cual se establece la relación jurídica de la persona con la cosa, los derechos y obligaciones

P á g i n a 6 | 22
que se desprenden de la propiedad, posesión, usufructo, uso, habitación, hipoteca y prenda, así como
los medios de adquirir, limitar o perder dichos derechos. Igualmente, la influencia del derecho romano
es significativa para justificar cuando las cosas pueden estar fuera del comercio por razones físicas o
jurídicas, así como los principios inherentes a la posesión, tal como la buena y mala fe.

Asimismo, el derecho romano permite profundizar en los alcances de los derechos de uso, disfrute y
disposición, así como la manera de hacerlos oponibles a terceros.

Como se puede apreciar, el derecho romano otorga un marco de referencia que comprende los
fundamentos jurídicos y filosóficos de los derechos reales, así como la esfera de derechos y obligaciones
que se derivan de los mismos.

Las cosas

Concepto

Definamos...
Las cosas

Las cosas (res) son entendidas como toda entidad externa al sujeto que tiene un valor económico (que
puede cambiarse por otra) y que en la conciencia económico-social es aislada y concebida como un
objeto existente por sí mismo, apta para satisfacer necesidades comunes a los hombres.

Diversas clasificaciones

Dependiendo de la naturaleza jurídica de la res, las cosas se clasificaban de acuerdo a distintos criterios,
entre los que destacan los siguientes: las cosas que están fuera del comercio y las que están dentro del
comercio.

Cosas fuera del comercio (extra commercium)

Aquellas que por su naturaleza física o por su destino jurídico no podían ser objeto de relaciones jurídicas
entre particulares y no podían ser enajenadas (Gayo I.2.1). Las cosas están fuera del comercio por las
siguientes razones:

Por razones físicas Por razones de derecho


osas que por su naturaleza física no podían ser Cosas que eran considerados propiedad de los
apropiados por ningún sujeto en particular dioses y a partir del cristianismo estaban dedicados
al culto, por lo que no podían ser objeto de
propiedad por parte de los particulares. Se dividen
en cosas del derecho divino y cosas del derecho
humano.

P á g i n a 7 | 22
Cosas del derecho divino: Res sacrae eran las destinadas al culto de los dioses públicos (v. g. templos,
casas, bosques); res religiosae eran las cosas destinadas al culto de los dioses particulares; esto es, los
manes del difunto (v. g. los sepulcros individuales en el derecho pagano o los cementerios en la época
cristiana), y res sanctae las cosas que eran puestas bajo la protección de los dioses mediante la
ceremonia de la sanctio. También durante un tiempo se consideraron res sanctae los límites de los
campos o de la ciudad de Roma (v. g. sus murallas y puertas, colocadas originalmente bajo la protección
del dios Iuppiter Terminus o de otras divinidades).

Cosas del derecho humano: Res communes omnium, cosas indispensables para la vida, que se
encuentran disponibles en cantidades superiores a las necesarias para los hombres y por lo tanto no
tienen un valor económico; son gratuitas y no canjeables (Digesto 1.8.2) (v. g. el aire, el mar, etc.); res
publicae, las que son propiedad del pueblo romano; están a disposición de cualquier cives (Gayo I.2, 11)
(v. g. los caminos, las playas, los puentes, etc.), y res universitatis, que se encontraban a disposición de
una corporación pública inferior al Estado, como los municipios y las ciudades sometidas a la soberanía
de Roma; servían para satisfacer exigencias públicas de la ciudadanía (v. g. los teatros, los estadios, los
edificios públicos, etc.).

Cosas dentro del comercio (res quarum commercium est)

Susceptibles de pertenencia personal y podían ser enajenadas. Se clasificaban de acuerdo a que pudieran
ser o no objeto de determinados derechos reales.

Cosas corporales e incorporales


Las que pueden tocarse, que caen directamente bajo los sentidos (Gayo I.2. 12-14), y cosas
incorporales: las que no son susceptibles de percibirse a través de los sentidos (v. g. la herencia, el
usufructo, el derecho de crédito, etc.). La importancia práctica de esta clasificación radica en la
posibilidad de adquirir la posesión sólo de bienes corpóreos y de las distintas maneras de transmitir
la propiedad.

Res mancipi y res nec mancipi


Destinadas a lo relativo a la agricultura, encontrándose en esta clasificación los fundos itálicos, los
esclavos, los animales de tiro y carga, y las servidumbres viae, iter, actus y aquaeductus; y res nec
mancipi: cosas no destinadas a la agricultura. La importancia de esta clasificación radicaba en el
antiguo sistema de economía agraria romana en lo relativo a los modos de adquirir la propiedad; así,
las res mancipi únicamente se transmitían mediante la mancipatio y con la in iure cessio; en cambio,
las nec mancipi con la in iure cessio y con la traditio. Las dos categorías fueron abolidas de forma
expresa por Justiniano en el 531 (Código 7.31.1.5).

Cosas muebles e inmuebles


Pueden desplazarse por todos lados (v. g. una vaca, una vasija, etc.); y cosas inmuebles: no pueden
trasladarse de un lugar a otro (v. g. una casa, las cosas adheridas al suelo, etc.). La diferencia de ambas

P á g i n a 8 | 22
categorías es importante en el orden de la usucapio, toda vez que se requiere mayor tiempo para
adquirir la propiedad, tratándose de bienes muebles.

Cosas genéricas y específicas


Según el destino económico-social no tienen individualidad propia y se determinan en su cantidad,
peso o medida, no en su unidad; esto es, cada una corresponde a otras de la misma especie (v. g. diez
kilos de trigo, cinco metros de tela, etc.), de forma que cada una de ellas puede ser sustituida por
otras de la misma especie; en cambio, las cosas específicas tienen individualidad propia y no pueden
ser sustituidas por otras (v. g. un cuadro, una casa, etc.). La distinción tiene relieve en el campo de las
obligaciones en relación con la teoría de los riesgos; esto es, por pérdida de la cosa por caso fortuito
o fuerza mayor, los géneros no perecen (genera non pereunt).

Cosas consumibles y no consumibles


Aquellas cuyo uso normal está encaminado necesariamente a transformar su esencia, destruyendo
su actual finalidad económico-social (v. g. alimentos, bebidas, etc.); y cosas no consumibles: aquellas
que con su uso normal no sufren una transformación esencial, ni debido al uso termina su utilidad
actual (v. g. un caballo, una casa, etc.). La importancia de la división radica en materia de obligaciones
y sobre todo dependiendo del tipo de contrato que se requiere celebrar.

Cosas divisibles e indivisibles


Pueden ser reducidas a pequeñas porciones, cada una de las cuales conserva su propia sustancia y
utilidad (v. g. una cosecha de trigo, cierta cantidad de vino, etc.); y cosas indivisibles: aquellas que al
fraccionarse pierden su carácter y utilidad original (v. g. una vaca, una pintura). La distinción tiene
importancia de acuerdo a un criterio jurídico y no físico, ya que las cosas corpóreas pueden dividirse.

Cosas simples y compuestas


Las que según su utilidad económico-social son consideradas como cuerpos singulares, constituyendo
una unidad natural o artificial (v. g. un buey, una piedra, etc.); y cosas compuestas: aquellas que son
el resultado de la unión artificial o mecánica de varias cosas simples, que unidas entre sí generan otra
cosa distinta y que tienen una utilidad económico-social diferente de las cosas simples que le dieron
origen (v. g. un carro, un barco, etc.). La división tiene importancia en lo relativo con las cosas
compuestas, ya que si cada una de sus partes es cambiada, la cosa compuesta no cambia
jurídicamente su identidad.

Cosas principales y accesorias


Tienen individualidad propia (v. g. una carreta, un fundo, etc.); y cosas accesorias: entidades
concebidas de forma abstracta, como elementos que dependen de otra cosa, y destinadas a integrar
o perfeccionar la cosa principal (v. g. los objetos que sirven para completar una carreta, como serían
los clavos, los asientos, etc.). La diferencia es importante para el ámbito jurídico, aplicándose el
principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal.

P á g i n a 9 | 22
La posesión

Concepto

Definamos...
Posesión

La etimología de la palabra possessio viene, según Paulo, de la palabra “sede”, como si se dijera posición,
porque tiene de forma natural quien persevera en ella, lo que los griegos llaman katoche o retención
(Digesto 41.2.1.pr). Algunos filólogos modernos estiman que la palabra posesión viene de potis o pote
sedeo, que significa “yo me siento como señor”. La posesión para el derecho clásico se entiende como
la disponibilidad de hecho de una cosa, independientemente de ser propietario o no de ella, con la
intención de tenerla para sí mismo, con exclusión de los demás.

Para ser considerada posesión es necesario que existan dos elementos:

Clases de posesión

Existían diferentes tipos de posesión que variaban de acuerdo a los efectos jurídicos que producían:

Posesión de buena fe
La possessio bonae fidei era la disponibilidad absoluta de la cosa, ejercida con la convicción de no
lesionar los derechos de otros. Entre los efectos jurídicos que producía estaban los siguientes: el
poseedor podía devenir propietario por el transcurso del tiempo por medio de la usucapio; el poseedor
de buena fe no tenía ningún medio de defensa contra la acción reivindicatoria del propietario; desde el
derecho clásico el poseedor de buena fe podía hacer uso de la actio publiciana y gozaba de protección
procesal por medio de los interdictos.

P á g i n a 10 | 22
Posesión de mala fe

El poseedor tiene el corpus y sabe que el objeto que tiene no es suyo, aunque espera tenerlo para sí con
exclusión de cualquier otro (animus). No deviene en propietario a través de la usucapio; no tiene derecho
a los frutos, debe regresarlos; goza de protección procesal por medio de los interdictos, excepto cuando
se ejerza contra la persona de la cual obtuvo la posesión; con ellos se protege el ejercicio de la situación
de hecho.

Posesión natural o sine animo

Tiene el corpus en su poder, no es propietario, pero tampoco tiene el animus de serlo, sólo que se
encuentra en una posición jurídica que le permite contar con medios de defensa para poder continuar
poseyendo. Se encuentran en esta situación el acreedor prendario, el enfiteuta, el superficiario, el
secuestrario y el precarista. No deviene en propietario de la cosa a través del tiempo; no tiene derecho
a los frutos, debe regresarlos; goza de protección procesal por medio de los interdictos.

Detentación

Es la tenencia meramente corpórea de la cosa, es decir, es la disponibilidad de hecho de la cosa sin


el animus de tenerla para sí con exclusión de cualquier otro (v. g. el arrendatario). No deviene en
propietario a través del tiempo; no tiene derecho a los frutos, debe regresarlos; y no goza de la
protección de los interdictos.

Adquisición, pérdida y conservación

Para que se produzca la posesión es necesario que el sujeto cuente, al mismo tiempo, con la
disponibilidad de la cosa (corpus) y con la intención de tenerla para sí con exclusión de cualquier otro
(animus possidendi).

Desaparece la posesión con la pérdida del corpus, del animus o de ambos; sin embargo, desde el siglo III
d. C. se admitió que el poseedor que perdiese el corpus pudiese conservar la posesión, siempre que se
conservara el animus possidendi y de que existiera la posibilidad de volver a recuperar la disponibilidad
corporal. Justiniano extendió este principio, admitiendo que el ausente pudiese conservar la posesión.

Protección procesal de la posesión

La posesión fue protegida a partir del derecho clásico por obra del pretor, a través de los interdictos. En
la época del derecho justinianeo las acciones posesorias continuaron llamándose interdictos, aunque
esta figura cambió la fisonomía que presentaba en la época del procedimiento formulario.

Interdictos

Los interdictos posesorios eran de dos clases:

P á g i n a 11 | 22
Interdicta retinendae possessionis Interdicta recuperandae possessionis

Destinados a evitar actos de perturbación de la Destinados a reintegrar la disponibilidad de la cosa al


posesión. Deben ser solicitados no más allá de un año poseedor que fue despojado de ella. Deben ser
desde que se tuvo la perturbación (Gayo I. 4.160). solicitados no más allá de un año desde que se tuvo la
perturbación.
La propiedad

Definamos...
Propiedad

Uno de los derechos que una persona puede tener sobre una cosa es la propiedad. Entre las fuentes
romanas no existe una definición concreta de la propiedad; en la terminología romana se suele
denominar a la propiedad de varias maneras, como mancipium (viene de manus, que indica la
aprehensión material de efectiva aplicación de fuerza, ligada a viejos modos de crear y defender el poder
que el pater familias puede alcanzar sobre las cosas); más tarde se usa el término dominium (implica una
noción de señorío; esto es, aquel titular de poderes o facultades), y a partir de la República prevalece el
término de propietas (que acentúa la pertenencia absoluta y exclusiva de la cosa que es objeto de este
derecho al titular del mismo). Sin embargo, desde la Edad Media se ha intentado, a partir de fragmentos
del Corpus Iuris Civilis, hacer una definición teórica de la propiedad. De forma no limitativa, se ha definido
a la propiedad como el derecho de obtener de un objeto toda la satisfacción que ésta pueda
proporcionar a su titular y es oponible contra cualquiera.

Derechos inherentes a la propiedad

Los derechos que el propietario ejercía sobre la cosa eran los siguientes:

Ius utendi o usus

Derecho a usar la cosa sin alterar su integridad, a menos que se trate de cosas consumibles.

Ius fruendi o fructus

Derecho a percibir los frutos civiles y naturales de la cosa, sin alterar la cosa misma que los produce.

Ius abutendi o abusus

Derecho a disponer de la cosa. Son actos de disposición aquellos que alteran la integridad de la cosa; esta
alteración puede ser física, si se altera la cosa misma (v. g. consumirla), o jurídica (v. g. enajenarla), si tan sólo se
altera su pertenencia jurídica.

Ius vindicandi

Referente al derecho a reclamar el objeto de terceros poseedores o de detentadores, el cual corresponde a una
consecuencia directa de la circunstancia de que la propiedad es el derecho real por excelencia y, por tanto, se
puede oponer a terceros.
P á g i n a 12 | 22
Tipos de propiedad

Para el derecho romano existían dos tipos de propiedad: quiritaria y bonitaria, según fuera regulada por
el derecho civil y por el derecho honorario.

Quiritaria

Es el derecho absoluto y exclusivo de disponer de una cosa determinada y de gozar de la defensa judicial
reconocida por el ius civile, así como de realizar los actos necesarios para transmitir a otro sujeto la cosa,
concediéndole el dominium ex iure quiritum sobre la misma.

Era la antigua propiedad civil romana, única forma de propiedad reconocida por el ius civile; únicamente
podían ser titulares de este derecho los ciudadanos romanos y los que tuvieran el ius commercii. Eran
objeto de propiedad quiritaria originariamente los que tuvieren carácter romano, es decir, bienes
muebles y fundos itálicos, que eran de disponibilidad exclusiva de los romanos; así como en las provincias
los fundos asimilados jurídicamente a los itálicos, mediante la concesión del ius italicum; sólo se podía
transmitir la propiedad de acuerdo a los modos establecidos por el ius civile.

Las acciones procesales que protegen este tipo de propiedad eran:

Actio rei vindicatio

El propietario quiritario (a partir de Justiniano cualquier propietario) ejercía esta acción cuando se veía privado de
la posesión de la cosa. La acción se ejercía en contra de quien poseía la cosa. En caso de que la acción prosperase
se obtenía el reconocimiento del derecho de propiedad y la devolución de la cosa (en el procedimiento formulario
se requería insertar la cláusula arbitraria).

Actio negatoria

Esta acción tenía por finalidad defender la propiedad contra ataques que no consistieran en privar de la posesión
al propietario, sino en la pretensión de menoscabar sus facultades como propietario, atribuyéndose otra persona
derechos sobre la misma (v. g. una servidumbre de paso, un usufructo, etc.). En caso de que la acción prosperara,
el actor obtenía la cesación de la actividad perturbadora, la restitución de la cosa a su primitivo estado.

Acciones penales

En caso de que una persona cometiera un delito en sus propiedades (v. g. la actio ad exhibendum, la actio furti y
la actio legis Aquiliae, para los casos de hurto y daño, respectivamente).

Bonitaria

También llamada propiedad pretoria, fue una figura surgida a través de la actividad jurisdiccional del
pretor y encaminada a tutelar distintas relaciones no contempladas y defendidas por el ius civile, en las
que un sujeto obtenía a través de un acto lícito y sin lesionar derechos ajenos, la disponibilidad absoluta
de una cosa con exclusión de otros (erga omnes). Dichas situaciones no eran consideradas en el ámbito

P á g i n a 13 | 22
del derecho civil, por lo que carecían de tutela jurídica. En defensa, el pretor concedió medios procesales
para rechazar o paralizar la acción reivindicatoria que pudiese ser ejercida contra él. Esta defensa judicial
se mantenía durante el tiempo necesario para usucapir y transformarse, con el paso del tiempo, en
propiedad quiritaria plena.

La propiedad bonitaria estaba reconocida por el ius honorarium, por lo que para su defensa y retención
solo se podían utilizar las formas para adquirir la propiedad reconocida por el derecho honorario
(traditio, praescriptio longi temporis). Entre las facultades reconocidas al propietario bonitario estaban:

• la adquisición de los frutos (ius fruendi),


• el derecho de exigir la cautio damni infecti,
• el derecho de otorgar en prenda la cosa.

En cambio, al no ser propietario quiritario, no podía transmitir la propiedad de acuerdo con los modos
establecidos por el derecho civil, pero podía mediante la traditio transmitir a otros la propiedad
bonitaria.

Para saber más...


Con Justiniano, la situación que durante el derecho clásico era calificada de in bonis habere, se equiparó
a la propiedad, terminando con la distinción entre propiedad quiritaria y propiedad bonitaria (Código
7.25 y 7.31).

La medida procesal reconocida para proteger la propiedad bonitaria fue la actio publiciana: esta acción
fue introducida en su edicto por el pretor Quinto Publicio, del año 67 a. C. Su primera aplicación se refería
al caso del comprador de una res mancipi que había tomado posesión de ella por simple traditio. Con el
tiempo, la acción fue extendida a cualquier supuesto de entrega de una cosa y de usucapión incompleta
(cuando no se cubre el tiempo establecido por el ius civile). Con esta acción se ordenaba al juez que
fingiera haber transcurrido el tiempo legal de la usucapión en favor de aquel que había perdido la
posesión de buena fe. De este modo, el que había recibido de buena fe una cosa por traditio y perdiera
la posesión antes de cumplir la usucapión, dispone de esta acción como si fuera propietario civil.

Como ya se ha mencionó anteriormente, para el derecho romano esta situación de hecho fue protegida
a través de interdictos. En la época del derecho justiniano las acciones posesorias continuaron
llamándose interdictos. Entre los interdictos más importantes estaban los interdictos para retener la
posesión y los interdictos para recuperar la posesión.

Limitaciones legales de la propiedad


El propietario podía imponer limitaciones a su derecho de propiedad, a través de los iura in re aliena.
Otras limitaciones las establecía el derecho atendiendo a razones de interés público. Las limitaciones
(servitutes) impuestas a un fundo en favor de otro fueron:

P á g i n a 14 | 22
POR RAZONES RELIGIOSAS POR RAZONES EDILICIAS IMPUESTAS A FUNDOS RIBEREÑO
La Ley de las XII Tablas prohibía Durante el derecho clásico se creó Los propietarios estaban obligados
sepultar e incinerar cadáveres una serie de normas relacionadas a permitir a los navegantes o
dentro de Roma y fuera de ella a con la altura, distancia y estética de pescadores usar las orillas para
una distancia de 60 pies de los los edificios. El senadoconsulto actividades navieras o pesqueras
edificios o la exhumación de Aciliano del año 122 d. C., prohibía (Digesto 1.8.5).
cadáveres sin la autorización de los que el testador dispusiese de los
pontífices. Al titular de un derecho materiales incorporados a un
de sepulcro se le concedía derecho edificio. Dichas limitaciones
de paso al sepulcro. aumentaron durante el derecho
posclásico, sobre todo en la época
del emperador Zenón.
PARA EL PASO PÚBLICO POR LA EXPLOTACIÓN DE MINAS POR UTILIDAD PÚBLICA
Las XII Tablas establecieron que los El derecho clásico sólo permitía la Los magistrados basándose en
propietarios de los fundos explotación de minas en terrenos su imperium y con autorización del
lindantes a la vía pública debían públicos. Una constitución del 382 Senado podían disponer en
repararla. d. C. permitió la explotación de determinados casos de los bienes
minas en fundos ajenos, siempre y privados (v. g. necesidad de
cuando se pagase al dueño del demoler edificios como pena de
terreno y al fisco una décima parte confiscación). Los emperadores
de los beneficios. generalmente se opusieron a
tomar medidas de expropiación de
terrenos privados.

Modos de adquirir la propiedad

Modos originarios de adquirir la propiedad

La propiedad se adquiría con base en una relación inmediata con la cosa, independientemente de
cualquier otra relación jurídica con otro sujeto. Se dividían en...

Occupatio
Fue el modo más antiguo de adquisición de la propiedad, que consistía en la aprehensión de una cosa que
no pertenecía a nadie (res nullius), con la intención de apropiarse de ella. Se consideran res nullius los
animales salvajes (obtenidos de la caza o de la pesca); las islas que nacen en un mar o río público y también
las piedras, las perlas y las gemas que se encuentren en las playas; las cosas capturadas al enemigo y la res
mancipi abandonadas. Para que operara este modo se requería la existencia de una res nullius, la
aprehensión de la cosa y la intención de hacerla propia.

Hallazgo de un tesoro
Es la aprehensión de monedas u objetos preciosos escondidos tiempo atrás, de dueño desconocido y de
encuentro casual (Digesto 41.1.31.1). El criterio seguido para conceder la propiedad del tesoro no fue
constante, sino que cambió a través de las diferentes épocas; así, se convierte en propietario del tesoro: para
el derecho preclásico, el propietario del fundo; para el derecho clásico y posclásico, el Estado; aunque en el
P á g i n a 15 | 22
año 390 Teodosio concedió todo el tesoro al descubridor. Finalmente, para el derecho justinianeo, el 50 %
para quien lo encontró y el otro 50 % para el dueño del fundo.

Specificatio
Transformación de una cosa corpórea, mediante actividad humana de una persona distinta al dueño del
material, encaminada a ese fin, es decir, lograr la transformación de una cosa por otra nueva y diferente (v.
g. la transformación de la uva en vino). Los proculeyanos atribuían la propiedad de la cosa a quien realizó el
trabajo; en cambio, los sabinianos la atribuían al dueño del material. Justiniano aceptó esta última.

Confusio y comixtio
Mezcla de dos cosas líquidas o sólidas pertenecientes a diferentes personas. Si se trata de materias líquidas
o sólidas separables, cada propietario podía reclamar la propiedad de su bien, pero si las materias no podían
separarse surgía una copropiedad entre ellos.

Accesión
Es la incorporación inseparable de una cosa accesoria a otra principal, con la pérdida de su integridad en caso
de querer separarlas. En este caso, el propietario de la cosa principal adquiere lo que a ella se une. Se plantea
el problema de la indemnización del que pierde la propiedad de la cosa adherida: cuando por error o por
causas naturales se da la accesión, el propietario de la cosa accesoria, si no es poseedor, nada puede
reclamar; en cambio, si conserva la posesión de lo principal, cuenta con una actio doli, para que se le abone
el aumento del valor por él causado en la cosa principal. Existen varios supuestos de accesión en razón del
tipo de cosas que se unen, de acuerdo a lo siguiente:

Supuestos

• Unión de mueble con mueble. Ferruminatio: unión a un objeto de metal de una res del mismo
metal, que constituya parte del objeto al que se une (v. g. una taza de plata a la que se pone un
mango también de plata); tinctura: el barniz o color se adhiere al objeto barnizado o
pintado; textura: los hilos entretejidos definitivamente en una tela ajena pasan a ser propiedad
del propietario de la tela; scriptura: la tinta se adhiere a la materia usada para escribir (v. g.
papiro, pergamino, etc.); pictura: unión de colores a una tabla. Para los sabinianos el propietario
era el dueño de la tabla; en cambio, para los proculeyanos el propietario de lo pintado era el
pintor. Justiniano acepta esta última opinión.

• Unión de mueble con inmueble. Satio: cuando en un terreno ajeno se esparcen semillas que
pertenecen a persona distinta. Al germinar los productos pasan a ser ipso iure propiedad del
propietario del fundo; implantatio: cuando una persona planta árboles en un terreno ajeno,
pasan a ser propiedad del dueño del fundo, en cuanto que los mismos echaron raíces y se han
alimentado con la tierra de éste; inaedificatio: es la construcción de un edificio con materiales

P á g i n a 16 | 22
que pertenecen a una persona distinta al dueño del fundo; este último adquiere la propiedad del
edificio de acuerdo con el principio de superficie solo cedit (todo lo que se construye pertenece
al suelo). En caso de que el dueño del material hubiese obrado de buena fe, tiene derecho a que
se le pague el aumento del valor del inmueble por la construcción, si no se le otorga el ius tollendi;
esto es, el derecho de llevarse los materiales construidos, siempre y cuando éstos le reporten un
beneficio y no causen un perjuicio mayor al fundo.

• Unión de inmueble con inmueble. Avulsio: incremento evidente de un fundo ribereño por efecto
de la acumulación de tierra que el agua corriente va depositando. El propietario del fundo
adquiere ipso iure la propiedad de dicho incremento a medida que se deposita
gradualmente; alluvio: incremento evidente de un fundo ribereño por efecto de la unión al
mismo, de una cantidad determinada de terreno que se separó de otro fundo ribereño y fue
transportado por la violenta corriente marina. El propietario del fundo adquiere la propiedad del
incremento del terreno; insula in flumine nata: surge cuando en las aguas de un río se forma una
isla, ya sea por retirada parcial de las aguas o por cambio del lecho del río. Los propietarios de los
fundos ribereños adquieren la propiedad de parte de la isla; alveus derelictus: surge cuando una
corriente de agua abandona definitivamente el propio lecho y excava otro. Los propietarios de
los fundos limítrofes al lecho adquieren la propiedad de ese terreno.

Adquisición originaria de los frutos


Los frutos, una vez separados de la cosa matriz, constituyen nuevas res que tienen una individualidad propia
distinta de la cosa que los produjo. Existen algunos sujetos que con base en su relación jurídica con la cosa
matriz adquieren ipso iure la propiedad de los frutos; tal es el caso del propietario, del poseedor de buena fe
y del enfiteuta.

Modos derivados de adquirir la propiedad

Se adquiere la propiedad a través de una relación jurídica que se establece entre dos personas, de tal
forma que una de ellas adquiere un derecho de propiedad sobre una cosa, que era ya objeto de otro
sujeto; de ahí que suponga la adquisición de uno frente a la pérdida de otro. Se requiere de un acto
jurídico previo legal o voluntario para adquirir la propiedad. Se dividen en...

Mancipatio

Modo de trasmitir la propiedad de la res mancipi. Consiste en un negocio jurídico que sólo podía ser
realizado por ciudadanos romanos o por quienes tuvieran el ius commercii. Se presentaba como una
venta ficticia, hecha ante cinco testigos, el portador de la balanza (libripens) y las partes interesadas. A
continuación el adquirente (mancipio accipiens), tomando la cosa cuya propiedad era transferida,
pronunciaba las palabras establecidas por la tradición frente al enajenante (mancipio dans) (Gayo
I.1.119).

P á g i n a 17 | 22
In iure cesio

Negocio jurídico bilateral, formal y ficticio para transmitir la propiedad de res mancipi y res nec mancipi.
El acto se debía realizar en presencia del magistrado. El enajenante, al recitar las palabras establecidas
por la tradición, cedía la cosa al adquirente, quien realizaba la vindicatio; finalmente el magistrado
adjudicaba la cosa al adquirente. Este modo de transmitir la propiedad también era utilizado para
constituir servidumbres reales (Digesto 19.9-10).

Traditio

Modo de transferir la propiedad reconocida por el ius gentium de res nec mancipi. Consistía en la entrega
material o puesta a disposición de la cosa por parte del enajenante al adquirente.

Usucapio

Modo de adquisición de la propiedad, limitado a los ciudadanos romanos, mediante la posesión de una
cosa de otro sobre la base de un título justo, con la intención de no lesionar derechos ajenos y que se
prolongó por el tiempo prescrito por la ley; esto es, la posesión continua, pacífica y sin oposición del
titular legítimo. Tiene por finalidad dar certeza jurídica a situaciones de hecho, prolongadas en el tiempo
y reducir de ese modo los litigios (Gayo I.2.44 y Digesto 41.105). La usucapio atribuía al poseedor la
propiedad de la cosa; es decir, le hacía adquirir un derecho absoluto erga omnes, cambiando su relación
de hecho de la cosa en una relación jurídica.

Praescriptio longi temporis

En las provincias, para otorgar certeza jurídica a quien había poseído durante un largo periodo un fundo,
se recurrió a la praescriptio. Era una forma de adquisición de la propiedad reconocida por el ius
honorarium, derivada de la posesión continua del objeto, durante un cierto tiempo y en las condiciones
que señalaba la ley. La praescriptio longi temporis excluyó al titular del derecho sobre la cosa para que
pudiera quitársela a través de los medios judiciales a quien la detentaba durante un periodo
determinado, atribuyendo a éste un derecho sobre la cosa, no absoluto, sino el medio para poder
oponerse a la acción intentada por dicho titular.

Para saber más...


Justiniano abolió la distinción entre propiedad quiritaria y bonitaria; desde este momento, el medio de
adquirir la propiedad por el transcurso del tiempo fue la usucapio. Exigió que transcurriera un año
para usucapir bienes muebles, y para los inmuebles diez o veinte años, según se realizaran entre
presentes o entre ausentes.

Adjudicatio

El juez nombrado por el magistrado tenía la facultad de adjudicar la propiedad de una cosa por medio
de la autorización de la fórmula en los juicios divisorios (actio familiae erciscundae, finium regundorum

P á g i n a 18 | 22
y communi dividundo). En estos casos, el juez atribuía la propiedad a cada uno de las partes, después de
dividir la copropiedad, constituía el título de la adquisición para cada uno.

Ex lege

Por acto legislativo el Estado podía trasmitir la propiedad pública (ager publicus) a los ciudadanos
romanos.

Casos prácticos en materia de posesión y propiedad según la jurisprudencia romana

Con la finalidad de apreciar los posibles alcances prácticos en materia de posesión y propiedad, según la
jurisprudencia romana, es conveniente indicar los siguientes ejemplos a partir de la referencia de la obra
de Fernández Barreiro y Rodríguez Mantero (1995: 42-44), que se exponen a continuación:

Evicción de cosa arrendada


Máximo, propietario civil de una casa, la vendió a Vitelio, quien recibió la posesión de la misma,
quedando aplazada la celebración del negocio mancipatorio hasta el abono total del precio, para lo que
se convino el plazo de un año. Poco después de la compra, Vitelio vendió la casa a Marcelo que pagó el
precio al contado, comprometiéndose aquél a realizar el negocio mancipatorio cuando hubiese él
adquirido la propiedad civil, quedando asegurado mediante estipulación el pago del doble del precio en
caso de evicción. Posteriormente, Marcelo arrendó la casa a Druso, quien la destinó a vivienda propia.
Vitelio no pagó a Máximo en el plazo convenido y planteó la acción reivindicatoria.

D. 19.2.9. pr (Ulp. 32 ed.): si alguno me hubiese arrendado una casa comprada de buena fe y fuese
reivindicada, aunque no hubiera habido dolo o culpa por parte del arrendador, dice Pompio que queda
obligado por la acción de conducción respecto al arrendatario, a que ha de dejarse disfrutar de lo que
tomó en arriendo. Ahora bien, si el propietario no lo tolera y el arrendador está dispuesto a dejarle una
habitación no menos cómoda, es muy justo, dice, que el arrendador sea absuelto.

En este marco, considerar las siguientes cuestiones:

Reflexión...

a. ¿Quién ocupa la posición jurídica de demandado en la acción reivindicatoria en este


caso?, ¿qué consecuencias se derivan de la evicción para el vendedor?
b. Si se produce evicción de la cosa arrendada, ¿debe responder el arrendador frente al
arrendatario?, ¿qué posibles bases para la defensa del arrendador aporta el texto?, ¿qué
contenido tendría la demanda del arrendatario?
c. Teniendo en cuenta el contenido esencial de las obligaciones del vendedor en el contrato
de compraventa y del arrendador en el arrendamiento de las cosas, ¿qué diferencias
presenta en uno y otro caso la responsabilidad por evicción?

P á g i n a 19 | 22
Expropiación de un fundo arrendado
Marcelo había alquilado por cuatro años una casa de su propiedad a Otilia, viuda de Druso, que se instaló
en la misma con sus cuatro hijos, tras haber abonado al propietario por anticipado un año de renta. A
los tres meses, Marcelo comunica a Otilia que la casa había sido expropiada y que debía ser desalojada
en un plazo de quince días. Como Marcelo era propietario de otra casa, que estaba deshabilitada, Otilia
pretende que le ceda el uso de la misma, a cambio de la que tiene que abandonar o que le indemnice
por el tiempo que no pudo disfrutar del arriendo.

Analizar las siguientes cuestiones:

Reflexión...

a. ¿Está obligado Marcelo a atender la petición de Otilia?, ¿puede ser condenado al pago de
la indemnización que éste alternativamente le reclama?
b. Analizar la doctrina jurisprudencial contenida en el siguiente texto:

D. 19.2.33 (Afric. 8 quaest.): […] si me hubieses vendido un fundo, y antes de entregarme la posesión del
mismo hubiese sido expropiado, quedarás obligado por la acción de compra, a efectos de la restitución
del precio, pero no para que me indemnices por mi interés en que me fuera entregada la posesión libre
del fundo. Opino que lo mismo ha de observarse respecto al arrendatario, a fin de que restituyas la renta
percibida correspondiente al tiempo en que el arrendatario no pudo disfrutar, pero por la acción de la
conducción no quedas obligado a más[…]

P á g i n a 20 | 22
Bibliografía

• Bravo González, Agustín y Bravo Valdés, Beatriz, Derecho romano. Primer curso, México, Porrúa, 30.ª ed.,
2014.
• D’Ors, Álvaro, Derecho privado romano, Pamplona, Universidad de Navarra, 1991.
• García Garrido, Manuel Jesús, Derecho privado romano I. Instituciones, 15.ª ed., Madrid, Ediciones
Académicas, 2007.
• Hernández Tejero, Jorge, Lecciones de derecho romano, Madrid, Universidad Complutense, 1994.
• Iglesias, Juan, Derecho romano, Barcelona, Sello, 2010.
• Margadant, Guillermo F., Derecho romano, 26.ª ed., México, Esfinge, 2002.
• Rodríguez Montero, Ramón y Fernández Barreiro, Alejandrino, Cuestiones y casos prácticos de derecho
romano, Valencia, Tirant Lo Blanc, 1995.
• Ventura Silva, Sabino, Derecho romano. Curso de derecho privado, 24.ª ed., México, Porrúa, 2011.
• Volterra, Eduardo, Instituciones de derecho privado romano, Madrid, Civitas, 1986.

Documentos publicados en Internet

• Justiniano, “I INSTITUTA-DIGESTO” [primera, segunda y tercera partes], Cuerpo del derecho civil romano,
traductor y compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2Ckd1vl, consulta:
30/01/2018.
• Justiniano, “II DIGESTO” [primera, cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y
compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2HbTVvh, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “III DIGESTO” [primera, sexta y séptima partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y
compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2FsolYv, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “IV CÓDIGO”, Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del
Corral, disponible en http://bit.ly/2GvzbhD, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “V CÓDIGO”, Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del
Corral, disponible en http://bit.ly/2DQ7e6s, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “NOVELAS", Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del
Corral, disponible en http://bit.ly/2FvtJu3, consulta: 30/01/2018.
• Olguín, Michel, “Refrescos de cola causan desde anemia hasta alzhéimer”, en Gaceta UNAM, 07 de junio
de 2018, disponible en https://bit.ly/2OFOo7r, consulta: 22/10/2018.
• s. a., Ley de las XII Tablas, s. f., disponible en http://www.thelatinlibrary.com/12tables.html, consulta:
30/01/2018.

Imagen

(1) Sui iuris, UNAM/Facultad de Derecho-DED.

P á g i n a 21 | 22
Mi experiencia de aprendizaje

Los derechos reales en el derecho romano y en el Código Civil Federal

Síntesis

Redacte una síntesis (2 cuartillas) en la que señale las características principales del patrimonio, cosas,
propiedad y posesión en el derecho romano.

Asimismo exponga su punto de vista sobre la manera en que el estudio del derecho romano es
significativo para estudiar el derecho civil mexicano.

P á g i n a 22 | 22
Derecho Romano 1
Unidad 10. Derechos reales sobre cosa ajena
Introducción

Anteriormente se estudió el tema de los derechos reales como derechos oponibles a cualquier tercero,
que facultan a su titular para que saque provecho de una cosa. De manera particular se exploraron las
cosas que se encuentran dentro y fuera del comercio, así como la relevancia del derecho de propiedad,
que confería el ius utendi, fuendi, abutendi y vindicandi.

Explorado el tema anterior, en el presente apartado se procederá al análisis de los derechos reales sobre
cosa ajena (iura in re aliena), los cuales conferían a su titular algunas facultades que normalmente
pertenecían al titular del derecho de propiedad y que de este modo se encontraba segregado en
beneficio de un fundo o de una persona. Como parte de este tipo de derechos se encuentran los reales
de goce, integrados por servidumbres reales y personales, así como la enfiteusis y superficie. Junto con
los derechos de goce adquieren importancia los derechos de garantía de prenda e hipoteca, que
subsisten en nuestros días.

El estudio de los iura in re aliena es significativo para comprender las bases de la regulación del uso,
usufructo, habitación, prenda e hipoteca en el Código Civil Federal y estatales.

(1) Iura in re aliena

P á g i n a 1 | 19
Objetivo

El alumnado establecerá la importancia del poder que ejerce una persona sobre las cosas de propiedad
ajena. Comprenderá la naturaleza, alcance y protección procesal de los derechos reales sobre cosa ajena,
destacando las semejanzas y diferencias con el ordenamiento jurídico mexicano.

Temario

Unidad 10. Derechos reales sobre cosa ajena

• 10.1. Derechos sobre cosa ajena (iura in re aliena)


• 10.2. Concepto de cosa ajena
• 10.3. Clasificación de Servidumbres
o 10.3.1. Servidumbres reales
▪ 10.3.1.1 Principios que rigen las servidumbres reales
▪ 10.3.1.2. Servidumbres rurales
▪ 10.3.1.3. Servidumbres urbanas
o 10.3.2. Servidumbres personales
▪ 10.3.2.1. Usufructo
▪ 10.3.2.2. Uso
▪ 10.3.2.3. Habitación
▪ 10.3.2.4. Operae servorum
o 10.3.3. Servidumbres personales irregulares
▪ 10.3.3.1. Enfiteusis
▪ 10.3.3.2. Superficie
o 10.3.4. Derechos reales de garantía
▪ 10.3.4.1. Prenda
▪ 10.3.4.2. Hipoteca
• 10.4. Presencia del derecho romano en la concepción contemporánea del patrimonio
• 10.5. Casos prácticos en el derecho mexicano sobre servidumbres y de derechos reales de
garantía según la jurisprudencia romana

P á g i n a 2 | 19
Creando conciencia

Derechos humanos

Visión en Roma sobre los derechos de las personas

En esta unidad abordaremos un tema que al analizarlo nos permitirá reconocer la visión que los romanos
ya tenían sobre los que nosotros conocemos como derechos humanos.

Al reflexionar alrededor de la figura de las servidumbres reales podrá observar que existen dos tipos, las
servidumbres rurales y las urbanas. Las primeras tienen relación con la libertad de tránsito y las segundas
se relacionan con el derecho a una vivienda digna.

Como podemos ver todas las servidumbres rurales tienen un mismo fin, la libertad de transitar de un
lugar a otro, ya sea de pie, en carreta o a caballo así como el libre tránsito de cosas, como el ganado o el
paso de agua corriente mediante canales; actualmente el artículo 13 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos nos habla precisamente sobre el libre tránsito.

Por otro lado, las servidumbres urbanas hacen mención sobre la importancia de contar con luz o bien
con servicios de sanidad como lo es el derecho al escurrimiento de aguas negras, como podemos ver y
de manera general, los romanos se preocupaban por que cada ciudadano contara con una vivienda
digna. En el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos se hace mención del derecho
a una vivienda digna.

Reflexión...

¿Qué otros derechos, señalados por el


derecho romano considera que se
retoman en la legislación nacional e
internacional?

(2)Los derechos humanos universales

P á g i n a 3 | 19
Reflexione en los contenidos abordados y relaciónelos con la legislación actual, esto le ayudará a lo largo
de su carrera en la solución de problemas prácticos y en la formación de su propio criterio jurídico.

Derechos sobre cosa ajena (iura in re aliena)

Definamos
Iura in re aliena
Facultad que tiene el titular del ius in re aliena de ejercer determinada conducta sobre la cosa de otro o
de exigir al propietario que se abstenga de llevar a cabo determinadas actividades sobre la cosa propia.
Los derechos reales de goce son limitaciones al derecho de propiedad (que en este caso se
denomina nuda) en favor del titular del derecho, éstos se vinculan directamente con la cosa, en el
sentido de que las limitaciones al derecho de propiedad sobre la cosa existen y permanecen, incluso con
posterioridad a la muerte del nudo propietario.

Concepto de cosa ajena

Los romanos llaman res –cosa– a todo bien patrimonial, distinguiendo entre res corporales –cosas, en
sentido estricto– y res incorporales; éstas sólo tienen existencia jurídica ideal: tales son, por ejemplo, la
herencia, los iura in re aliena, los créditos, etc.

En la técnica del derecho moderno, la palabra "cosa" se limita al mundo corporal, y por cosas, en sentido
jurídico, se entienden los objetos materiales sobre los cuales pueden recaer derechos, y que son, por
naturaleza, jurídicamente comerciables. De este modo se acota al campo de los derechos reales o
derechos de cosas, al frente de los cuales figura el de propiedad. Todo derecho real presupone
ineludiblemente la existencia de una cosa –res– que le sirva de objeto (Sohm, 2006: 227-230).

Clasificación de servidumbres

P á g i n a 4 | 19
Servidumbres reales

Derechos reales que se ejercen sobre un inmueble ajeno (fundo sirviente), cuyo aprovechamiento debe
aumentar la utilidad de un inmueble propio (fundo dominante).

Principios que rigen las servidumbres reales

Los principios jurídicos que rigen a las servidumbres reales son:

1. No pueden imponer deberes de hacer algo, solo de tolerar o de no hacer (excepto en la


servidumbre oneris ferendi).
2. No pueden constituirse sobre cosa propia, ya que es un derecho sobre cosa ajena.
3. Deben proporcionar ventaja al fundo, no al titular; de lo contrario, serían servidumbres
personales.
4. Deben estar entre fundos vecinos, pero no necesariamente contiguos.
5. Están sujetas al principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal; esto es, que en caso
de venta del fundo dominante, el nuevo adquirente gozará de la servidumbre real.
6. No puede haber servidumbre sobre servidumbre.
7. Son indivisibles; la división del fundo sirviente o dominante no cambia la naturaleza de la
servidumbre.
8. El uso parcial de la servidumbre la protege contra la prescripción y con ello de la pérdida del
derecho real.
9. Las reparaciones necesarias para que la servidumbre pueda tener interés práctico son por cuenta
del fundo dominante.
10. Son inalienables; es decir, no pueden venderse como derecho real de goce.

Servidumbres rurales y urbanas


Por lo general, las servidumbres reales aprovechaban a un predio rural. El derecho clásico reconoció una
serie limitada de servidumbres reales; en cambio, en el derecho justinianeo ya no existía la tipificación
de las mismas. Los propietarios de los fundos podían constituirlas estableciendo libremente su
contenido. El derecho clásico señaló la división entre rurales y urbanas, siendo las siguientes:

RURALES:

• De paso: Iter derecho de pasar a pie.


• Actus: Derecho de pasar con ganado; implica además la anterior.
• Viae: Derecho de pasar con carros; incluye las dos anteriores.
• Aquaeductus: Derecho de permitir el paso del agua corriente al predio propio, mediante canales
construidos en predio ajeno.
• Aquae haustus: Derecho de sacar agua de un río, pozo, etc., en terreno ajeno no necesariamente
contiguo.
• Cretae eximendi: Derecho de extraer arcilla del fundo de otro.
• Calcis conquendae: Derecho de cocer cal en terreno ajeno.
• Lapidis eximendae: Derecho de coger piedras en fundo ajeno.
P á g i n a 5 | 19
• Harenae fodiendae]: Derecho de coger arena en terreno ajeno.
• Pasto pecoris: Derecho de coger arena en terreno ajeno.

URBANAS:

• Luminium: Derecho a tener la luz necesaria.


• Altius non tolendi: Derecho a que no se construya algo muy alto para no privar de luz al fundo
vecino.
• Cloacae: Derecho al escurrimiento de aguas negras.
• Oneris ferendi: Derecho de apoyar una viga en pared ajena.
• Stillincidii: Derecho de extraer arcilla del fundo de otro.

¡Importante!
Observe que las servidumbres urbanas normalmente beneficiaban a una construcción.

Para que la servidumbre (inmissio) en inmueble ajeno fuera lícita debía constituirse de las siguientes
formas:
Directamente (translatio servitutis)

Por actos de enajenación


Usucapio : por el uso continuo de dos años podía constituirse una servidumbre. La Lex Scribonia del
s. I a. C. prohibía esta forma. En el derecho clásico, el pretor concedía una actio utilis al propietario
de un fundo que hubiese ejercido de hecho una servidumbre predial durante un largo tiempo.

Justiniano aceptó la adquisición de una servidumbre real por medio de la usucapio; deductio: acto
por medio del cual el propietario de dos fundos limítrofes enajena uno de ellos, previa constitución
a cargo de este fundo enajenado, de una servidumbre en favor del fundo que permanece en su
propiedad; o adjudicatio: en caso de juicios divisorios el juez puede constituir servidumbres.

P á g i n a 6 | 19
Por actos de disposición mortis causa
Legado per vindicationem: el heredero se obligaba a aceptar una servidumbre sobre un predio que
el testador hubiese fijado a favor de un predio cuyo propietario es el titular de la servidumbre.

Medidas procesales para defensa de las servidumbres

Entre las acciones que los titulares de las servidumbres podían utilizar para defender su derecho estaban
las siguientes:

Actio confessoria

Acción también llamada vindicatio servitutis servía para proteger al titular de la servidumbre contra las
perturbaciones que sufriera su derecho. En principio sólo podía ejercerse contra el titular del fundo sirviente;
posteriormente, se admitió contra cualquiera que perturbara el ejercicio de la servidumbre. En caso de que la
acción prosperase, se obtenía el restablecimiento del derecho y el pago de daños.

Interdictos

El ejercicio de algunas servidumbres estaba protegido por interdictos especiales, concedidos por el pretor a
quienes ejercían de hecho una servidumbre real.

Extinción

Las formas en las que se extinguía la titularidad del derecho de servidumbre fueron las siguientes:

1. Por confusión: cuando se fundían en un mismo sujeto las calidades de propietario del fundo
sirviente y del fundo dominante.
2. Por renuncia del propietario del fundo dominante.
3. Por el no uso de la servidumbre: para el derecho clásico durante un periodo de dos años; para el
derecho posclásico de diez años entre presentes y veinte entre ausentes.
4. Por destrucción del fundo sirviente o dominante.
5. Por la transformación de alguno de los fundos que hiciese imposible la existencia o el ejercicio
de ella.

Servidumbres personales

Derechos reales que se constituían sobre una cosa propia (nudus dominus) en beneficio de una persona
determinada. Derechos que tenían un carácter personalísimo y temporal (no heredables o enajenables).

Las servidumbres personales se dividían en usufructo, uso, habitación y operae servorum. Cada una de
estas servidumbres otorgaba a su titular diferentes derechos sobre la cosa.

P á g i n a 7 | 19
Servidumbres personales
Usufructo Uso Habitación Operae servorum
Derecho real de goce limitado en el tiempo, Derecho real de goce que Derecho real de goce que Derecho real de goce que
que faculta a su titular a usar una cosa ajena faculta a su titular a usar (ius facultaba a su titular a habitar faculta a su titular a usar (ius
(ius utendi) y a disfrutar (ius fruendi) de una utendi) una cosa no (ius utendi) una casa ajena y utendi) en beneficio propio
cosa ajena no consumible, y a percibir sus consumible ajena en arrendarla a título oneroso a el trabajo de esclavos o de
frutos dejando inalterada la sustancia y el provecho propio y a terceros. animales ajenos.
destino económico-social de la cosa misma. disponer (ius utendi) de los
frutos de la cosa, limitado a Para saber más... Los juristas clásicos
Los derechos de los usufructuarios son usar la las propias necesidades del Fue introducido por Justiniano consideraron a este
cosa de acuerdo a lo establecido en el titular o de su familia, sin en el año 530 (Código 3.33.13), derecho real como una
momento de su constitución o según la alterar su esencia material y ya que los juristas clásicos la especie e usufructo o uso.
naturaleza de la cosa y adquirir la propiedad destino económico-social. reconocían como una clase de
de los frutos naturales y civiles de la cosa. uso o de usufructo. El titular de este derecho
Varias son las obligaciones del usufructuario, El titular del derecho debía
real podía utilizar la actio
entre las que destacan: usar la cosa de acuerdo a su El titular del derecho confessoria para protegerlo
destino; el ejercicio de este únicamente podía habitar el contra las perturbaciones
derecho no puede ser inmueble y arrendarlo. Tenía las
• Conservar la cosa sin alterar su sustancia, cedido a terceros; solo
que sufriera su derecho. En
ni siquiera para hacerla más rentable. mismas obligaciones que el caso de que la acción
puede adquirir la propiedad usufructuario, debiendo
• Cuidar la cosa como un bonus pater de los frutos de la cosa para
prosperara se restablecía el
además otorgar una cautio en derecho y se obtenía el pago
familias, lo que significa que responde de su uso o el de su familia. forma de stipulatio. de daños. También gozaba
culpa leve. Devolver la cosa en su
oportunidad en el estado en el que se de la protección de los
Entre las obligaciones del Para proteger su derecho interdictos posesorios.
recibió.
usuario estaban, además de contaba con la actio
• Pagar gastos ordinarios y de explotación las que tiene el confessoria, la cual era una
de la cosa para mantenerla en buen usufructuario, otorgar acción utilizada para proteger al
estado. una cautio usuaria al nudo titular de la servidumbre contra
• Otorgar una garantía (cautio propietario, para garantizar las perturbaciones que sufriera
usufructuaria) al nudo propietario. el buen ejercicio del en su derecho. En caso de que la
• Por tratarse de un derecho inalienable e derecho de uso. acción prosperara, obtenía el
intransferible no podía venderse. restablecimiento del derecho y
La medida procesal que el pago de daños. Gozaba de la
Como caso excepcional se reconoció el contaba era la vindicatio protección de interdictos
cuasiusufructo como un derecho real de goce usus, ejercida en contra del posesorios.
que faculta a su titular a usar y disfrutar de nudo propietario que
una cosa consumible, siendo su obligación impedía al usuario gozar de
principal la de restituir una cantidad igual de su derecho; con el tiempo se
cosas entregadas por el nudo propietario. pudo ejercitar en contra de
cualquiera que turbara el
Entre las medidas procesales con las que ejercicio del derecho real.
cuenta el usufructuario para defender la En caso de que la acción
titularidad de su derecho se encontraban prosperara, el usuario
la actio vindicatio usufructus. En principio lograba la restitución de la
esta acción se ejercía en contra del nudo cosa y la recuperación del
propietario que impedía al usufructuario ejercicio del derecho. Se le
gozar de su derecho; con el tiempo se pudo concedió además el
ejercer en contra de cualquiera que turbara el interdicto unde vi.
ejercicio del usufructo. En caso de que la
acción prosperase se obtenía la restitución de
la cosa y de los frutos, además de recuperar el
ejercicio del derecho. También el pretor
otorgó el uso de los interdictos uti
possidetis y unde vi en defensa de su derecho.

P á g i n a 8 | 19
Las formas más comunes para constituir las servidumbres personales fueron:

Mancipatio y la in iure cesio

El cedente de la propiedad de una cosa podía reservarse (deducere) la servidumbre personal en favor
propio, no transfiriendo al cesionario más que la nuda propiedad.}

Pactiones et stipulationes

El derecho clásico aceptó el simple acuerdo de voluntades para constituir servidumbres en fundos
provinciales. Con Justiniano los pactos y las estipulaciones pasaron a ser un modo normal de constitución
del usufructo.

Legatum per vindicationem

El heredero adquiría la nuda propiedad, pero se obligaba a aceptar una servidumbre personal en favor
de otra persona. También podía ocurrir que por legado, el testador concedía la propiedad de una cosa a
una determinada persona, deduciendo la servidumbre real en favor del heredero.

Extinción

Las formas para extinguir las servidumbres personales son por muerte o capitis deminutio del titular;
únicamente la habitación y los operae servorum no se extinguían por capitis deminutio del titular del
derecho. También se terminaba este derecho por confusión, ya que significaba la consolidación de los
derechos de nuda propiedad con la servidumbre personal y por desuso, a excepción de la habitación y
de los operae servorum, los cuales no se extinguían por el desuso de la cosa. También por pérdida total
o desaparición del objeto sobre el que recae; por transformación de la cosa que impidiera el ejercicio
del derecho o su exclusión del comercio; por renuncia del titular del derecho real y por el cumplimiento
del término o condición.

Servidumbres personales irregulares

Además de las servidumbres reales y personales, la doctrina posclásica conocía servidumbres personales
irregulares, es decir, servidumbres que normalmente serían reales, pero quedaban restringidas a la vida
del titular (Margadant, 2002: 286). Dentro de este tipo de servidumbres es posible encontrar la superficie
y la enfiteusis.

Enfiteusis

Derecho real transferible inter vivos o mortis causa que faculta a su titular, el enfiteuta, a tener el pleno
y exclusivo uso o disfrute de un fundo ajeno. Surge como un derecho real, independiente de cualquier
otro, en una constitución de Zenón del año 480 d. C. (Codex 4.66.1). Su origen se remonta al
arrendamiento a los particulares de los agri vectigales del Estado, de los municipios o de las colonias; en
este caso, el arrendamiento era concedido para siempre o por un largo tiempo, a cambio del pago de

P á g i n a 9 | 19
un canon periódico; dicha situación con el paso del tiempo se consideró como un derecho real
transmisible y enajenable.

El enfiteuta podía cambiar el cultivo, constituir servidumbres reales, darlo en usufructo, someterlo a
hipoteca, hacer suyos los frutos, transmitir su derecho por actos inter vivos o mortis causa; tenía el
derecho de liberación, es decir, podía adquirir la propiedad plena del fundo, pagando al propietario la
suma correspondiente a la capitalización del canon.

Como contraprestación el enfiteuta


debía pagar al nudo propietario una
renta periódica (canon), pagar
impuestos como el tenedor de un La enfiteusis se constituía por pactiones et
inmueble, notificar al nudo stipulationes, llamado contrato enfitéutico; por
propietario antes de vender. En este testamento y por praescriptio.
caso, el nudo propietario gozaba del
derecho de preferencia (ius
praelationis) y del derecho al 2 % del
valor de la venta (iusblaudemium).

Entre las medidas procesales con las que contaba el enfiteuta estaban las siguientes:

La actio reivindicatio utilis

Medida procesal que tiene el enfiteuta para la defensa de su derecho, también llamada actio
confessoria.

La actio negatoria

Acción utilizada para que el juez declarara la libertad de la cosa respecto al adversario, así como la
reposición, en su caso, de la situación anterior a la perturbación del derecho real y una caución contra
futuros actos de molestia. También podía utilizar los interdictos posesorios para salvaguardar la
titularidad de su derecho.

Entre las causas por las que se extinguía la enfiteusis estaban las siguientes:
• Por destrucción del fundo.
• Por renuncia del titular del derecho real de enfiteusis.
• Por confusión, es decir, porque se unían en la misma persona los derechos de propiedad y de
enfiteusis.

P á g i n a 10 | 19
• Por prescripción del derecho; esto es, cuando el propietario realizaba un acto contrario al
ejercicio de la enfiteusis y disponía plenamente del fundo sin oposición por parte del enfiteuta,
durante el tiempo necesario para la usucapio.
• Por el no pago de canon durante tres años.
• Por no hacer efectivo el ius praelationis en favor del propietario y por omitir notificar al
propietario la venta del derecho de enfiteusis.

Superficie

Derecho real transferible inter vivos o mortis causa que faculta a su titular, el superficiario, a tener la
disponibilidad plena y exclusiva de un edificio levantado sobre un fundo ajeno. Este derecho real supone
una excepción al principio superficies solo cedit (lo que se construye en un terreno deviene propiedad
del dueño del terreno).

Para saber más...


Para el derecho clásico era inconcebible que una persona fuera dueña del suelo y otra del edificio; sin
embargo, a partir del derecho posclásico se admitió una propiedad plena sobre el edificio si el
superficiario construía con permiso del propietario del suelo.

La superficie se constituía por convención entre


El superficiario podía transmitir su derecho
las partes, testamento y por usucapio.
sin notificar al nudo propietario, hipotecar la
construcción o el derecho real y establecer
servidumbres reales o personales.

En cuanto a sus obligaciones, el usufructuario podía pagar al nudo propietario una renta periódica
(solarium); pagar impuestos por la tenencia del suelo.

El usufructuario contaba con la actio negatoria para que el juez declarase la libertad de la cosa respecto
al adversario, así como la reposición, en su caso, de la situación anterior a la perturbación del derecho
real y una caución contra futuras perturbaciones. También podía hacer uso de la actio vindicatio utilis
como medida procesal que tiene el superficiario para la defensa de su derecho; acción llamada por el
derecho posclásico actio confessoria y los interdictos posesorios, y en especial el interdictum de
superficiebus.

El derecho se pierde por destrucción del edificio, por renuncia del titular del derecho real, por confusión,
por prescripción del derecho; esto es, cuando el propietario realizaba un acto contrario al ejercicio de la
enfiteusis y disponía plenamente del fundo sin oposición por parte del enfiteuta durante el tiempo
necesario para la usucapio.

P á g i n a 11 | 19
Derechos reales de garantía

Definamos
Derechos reales de garantía

Derechos reales que confiere el deudor sobre una cosa propia, o de un tercero, al acreedor, como
garantía del cumplimiento de una obligación. En caso de que el deudor incumpla con su obligación, el
acreedor tiene un poder directo sobre la cosa, que en las diferentes etapas del derecho romano varió
desde la adquisición de la propiedad de la cosa por subrogación del pago del crédito, hasta tener el
derecho de venderla, entre otros, reteniendo para sí el valor de su crédito.

Los derechos reales de garantía reconocidos en el derecho romano fueron la prenda y la hipoteca.

Prenda
Definición
Derecho real de garantía que se ejerce sobre cosa ajena, en donde el deudor entrega una cosa (pignus)
al acreedor prendario, para garantizar una obligación preexistente. Se transmite la posesión sine
animo de una cosa específica, ya sea del deudor o de un tercero. El deudor conservaba la propiedad de
la cosa otorgada en prenda.

La prenda se constituía sobre cosas corporales; es válido el pignus de cosas futuras (v. g. los frutos que
serán producidos por una cosa). El derecho justinianeo admitió la constitución de la prenda sobre cosas
incorporales, tales como el derecho de usufructo, de enfiteusis, de superficie e incluso sobre
servidumbres.

Características
El acreedor prendario podía devenir propietario de la prenda en caso de que el deudor no satisficiera el
crédito pactado, situación que prohibió la Lex Commisoria del año 326 d. C. En el derecho justinianeo, el
acreedor prendario podía adquirir la propiedad de la cosa, si después de dos años no conseguía
comprador, y también podía llegar a un acuerdo con el deudor para adquirirla en un precio justo.
También gozaba del ius vendendi sobre la cosa, previa denuntiatio (notificación) al dueño de la prenda
(el deudor o un tercero), en caso de incumplimiento de la obligación principal, pagándose a sí mismo
con el precio hasta satisfacer el propio crédito. Podía cobrar los gastos de conservación de la cosa,
reclamar daños y perjuicios, si los hubiese y retener la prenda aunque se hubiera satisfecho la obligación
principal, si es que el deudor tuviera otras deudas con él (pignus gordianum).

Por su parte, el acreedor prendario debía conservar la cosa, no usarla, ni a esta ni a sus frutos, salvo
pacto en contrario; esto es, a través del pacto antichresis, el acreedor podía percibir los frutos de la cosa
dada en prenda, con la consiguiente disminución de los intereses y del capital. Asimismo, debía regresar
la cosa en caso de cumplimiento de la obligación principal. Debía notificar al deudor en caso de venta y
podía restituir el excedente en caso de venta (hyperocha).

P á g i n a 12 | 19
Constitución
Este derecho de garantía se podía constituir por voluntad privada entre las partes mediante un contrato;
por un acto mortis causa (legado, fideicomiso); por decisión de la autoridad judicial y por disposición de
la ley.

El acreedor prendario contaba con la actio pignoraticia in rem, con el fin de poseer la cosa en tanto que
el deudor no cumpliera con la obligación principal. También gozaba de la protección de los interdictos
posesorios y en especial el interdictum Salvianum que se ejerce contra cualquiera que tenga en su poder
la cosa.

Extinción
La prenda se extinguía por el cumplimiento de la obligación principal, por lo que el deudor contaba con
una actio in personam para conseguir la disponibilidad de la cosa (actio pignoraticia directa); por
renuncia del acreedor al crédito o al derecho real de prenda; por destrucción de la cosa sobre la que se
gravaba el derecho de garantía; por confusión, es decir, cuando concurrían en la misma persona las
calidades de propietario y de acreedor prendario.

Hipoteca
Definición

Es un derecho real de garantía que se ejercía sobre cosa ajena para garantizar una obligación principal. El deudor
o un tercero no otorgaban la posesión de la cosa, ni siquiera la detentación.

Se constituía generalmente sobre bienes inmuebles; sin embargo, nada impedía que se constituyera sobre bienes
muebles. También se podía constituir una hipoteca sobre cosas corporales e incorporales, tales como el usufructo,
la superficie, la enfiteusis y las servidumbres.

Derechos del acreedor

Entre los derechos que gozaba el acreedor hipotecario estaban los siguientes.

• Devenir propietario de la cosa dada en hipoteca, si el deudor no satisfacía el crédito pactado.


• Derecho de venta (ius vendendi) sobre la cosa, previa denuntiatio en caso de incumplimiento de
la obligación garantizada.
• Derecho de preferencia en el concurso de acreedores por quiebra del deudor; sin embargo, el
derecho romano reconoció la existencia de créditos privilegiados, los cuales podían ser
ejercitados antes que otros derechos de hipoteca que se gravaran sobre la misma cosa (v. g.
créditos del fisco).

P á g i n a 13 | 19
En caso de que sobre la
misma cosa, se ofrezca como
garantía de diferentes
créditos, donde estuvieran El acreedor hipotecario debía notificar al deudor
gravados varios derechos en caso de venta, devolver al deudor el
hipotecarios, la prioridad de excedente en caso de venta (superflum).
su ejercicio dependía de
quien fue el primero en
constituirse; es decir, (prior
tempore potio iure).

Constitución

La hipoteca podía constituirse por voluntad privada entre las partes mediante un contrato, por un acto mortis
causa (legado, fideicomiso), por decisión de la autoridad judicial y por disposición de la ley (v. g. la que gravaba
una casa en favor de quien había prestado el dinero para la reparación).

El acreedor prendario contaba con la actio hypotecaria , la que se ejercía una vez verificado el incumplimiento de
la obligación, en relación con cualquiera que tuviera consigo la cosa hipotecada.

Extinción

Entre las causas de extinción de la hipoteca se encontraban:

• El cumplimiento de la obligación principal.


• La renuncia del acreedor al crédito o al derecho real de hipoteca.
• Destrucción de la cosa sobre la que se grava el derecho de garantía, por confusión, es decir,
cuando concurrían en la misma persona las calidades de propietario y de acreedor hipotecario.
• Por usucapio de un tercero de buena fe que ignorase la existencia de la garantía sobre ella.

¡Importante!
A fin de aclarar algunos puntos sobre la propiedad le sugerimos revisar el siguiente documento, que
igualmente le será de utilidad al realizar su “Experiencia de aprendizaje”:

• Morineau Iduarte, Marta e Iglesias González, Román, “La propiedad”, en derecho romano, 4.a ed.,
México, Oxford, 2000, pp. 120-136.

Presencia del derecho romano en la concepción contemporánea del patrimonio

El estudio del derecho romano es significativo para el estudio del derecho civil vigente, en tanto que en
primer lugar apunta a identificar el origen de la consideración del patrimonio como un atributo de la
personalidad. Aunado a lo anterior, permite comprender la noción de derecho real, características y su

P á g i n a 14 | 19
clasificación. En este marco es posible apreciar los fundamentos de la vinculación de la persona con las
cosas, así como los derechos y obligaciones correspondientes.

Para saber más...


Realice la revisión del siguiente material, ya que le permitirá profundizar y realizar una analogía del concepto de
patrimonio en el derecho romano y la época contemporánea.

• Saavedra, Luis, “Derecho romano I. Tema 11. Patrimonio. Cosas. Propiedad”, en Derecho romano [Blog],
03/04/2014, disponible en https://bit.ly/2De4P4U, consulta: 31/10/2018.

Casos prácticos en el derecho mexicano sobre servidumbres y de derechos reales de garantía según la
jurisprudencia romana

Con la finalidad de apreciar los posibles alcances prácticos en materia de posesión y propiedad, según la
jurisprudencia romana, es conveniente indicar los siguientes ejemplos a partir de la referencia de la obra
de Fernández Barreiro y Rodríguez Mantero (1995: 81-83), que se exponen a continuación:

Préstamo y pignoración de cosa mueble ajena


Estico, esclavo de Marco regentaba un negocio de productos de alimentación. Sempronio, dedicado
a la misma actividad, le pidió prestada una artesa, que le fue entregada por Estico sin conocimiento
de Marco. Sempronio debía una cantidad de dinero a Félix; como éste le reclamaba el pago de la
deuda y Sempronio no podía en ese momento hacer frente a la misma, le dio en prenda la artesa que
había recibido de Estico en préstamo. Sempronio tenía otras deudas que no podía satisfacer; acuciado
por sus acreedores, cerró el establecimiento y se dio a la fuga. Tras haber sabido Estico que la artesa
estaba en poder de Félix, le pidió que se la devolviera, pero éste se niega a hacerlo hasta cobrar la
cantidad que Sempronio le debía. Estico pagó entonces la deuda de Sempronio, y Félix le entregó la
artesa; informado Marco de todo ello, solicitó asesoramiento acerca de si podía reclamar la cantidad
que Félix había reclamado.

D. 12.6.36. (Paul. 5 epit. Alf. Dig.):... si el que recibió en prenda la artesa sabía que era de un tercero,
se obliga por hurto, y por tanto, si hubiera recibido del esclavo la cantidad como precio de la cosa
hurtada, podrá repetirse; pero si la ignoraba que le dejaban la cosa de tercero, no se hace ladrón, y,
por tanto, si cobró del esclavo la deuda garantizada con la prenda, no se puede repetir de él esta
cantidad.

Analizar las siguientes cuestiones:

Reflexión...
a. ¿Podía Estico prestar la artesa a Sempronio?: ¿puede éste darla en prenda a Félix?
b. ¿Qué relevancia tiene el conocimiento del acreedor pignoraticio en cuanto al hecho de que
la cosa pignorada pertenece a un tercero?; ¿qué condición jurídica debe tener el pignorante
en relación con la cosa dada en garantía?

P á g i n a 15 | 19
Negocio preliminar de mutuo con ofrecimiento de garantía hipotecaria
Ticio solicitó del banquero Mevio una cantidad en préstamo, a cuyos efectos presentó un documento
en el que ofrecía una serie de bienes en garantía hipotecaria. Pasado algún tiempo, durante el cual
Ticio vendió cosas que figuraban en la relación de bienes ofrecidos en garantía de la deuda, recibió
de Mevio la cantidad pedida, notificándole éste que quedaba acreditada en su cuenta bancaria.

D. 20.3.4. (Paul. 5 resp.)...: se preguntó si habían de considerarse comprendidas en la garantía los


bienes existentes antes de la venta. Se respondió que, como podía el deudor, después de presentar el
documento, no recibir la cantidad, la garantía se entiende contraída en el momento en que se entregó
el dinero, y que, por tanto, debe averiguarse si los bienes estaban en el patrimonio del deudor en el
momento de recibir la cantidad.

Analizar las siguientes cuestiones:

D. 20.4.11 pr. (Gai. de form. hypoth): es preferente en la prenda el que prestó una cantidad primero y
recibió una hipoteca, aunque se hubiese convenido antes con otra persona que quedaría aquella cosa
en garantía si el deudor recibiera de ella una cantidad, si la hubiese recibido después, ya que, aunque
se ha convenido antes, podía el deudor no recibir de aquella persona cantidad alguna.

Transformación del destino económico del objeto dado en garantía. Mantenimiento del vínculo
pignoraticio
Cayo hipotecó una casa de viviendas de su propiedad en garantía de un crédito de Ticio. La casa se
incendió y fue reedificada por el deudor a sus expensas.

En este caso (D. 20.1.35) el acreedor conserva el ius vendendi sobre el nuevo edificio. Analizar las
variaciones que presenta la problemática planteada en los siguientes textos:

D. 20.1.29.2. (Paul. 5 resp.): se incendió una casa dada en prenda, y Lucio Ticio compró aquel solar, y
edificó en él; se pregunta cómo queda el derecho de prenda. Respondió Paulo que perdura la acción
para perseguir la prenda y por ello se entiende que la construcción sigue el derecho del suelo, es decir,
gravada con el derecho de prenda; pero no se puede exigir de los poseedores de buena fe que
restituyan el edificio a los acreedores más que si recobraran los gastos invertidos en la construcción,
en la medida en que la cosa aumentó de valor.

D. 20.1.16.2. (Marc. Ad. Form. hypoth.): si se hubiera transformado la cosa hipotecado, corresponde
no obstante la acción hipotecaria. Por ejemplo, si la casa hipotecada se hubiere transformado en
huerto, o si se convino la hipoteca sobre un terreno y se edificó, o también, si se hubiese plantado
vides en aquel terreno.

P á g i n a 16 | 19
Para saber más...
Sobre este tema puede consultar además los siguientes documentos:

a. Adame Goddard, Jorge, Cuatrocientos casos y respuestas de los juristas romanos, México, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, 2013, disponible en https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/detalle- libro/3329-
cuatrocientos-casos-y-respuestas-de-los-juristas-romanos, consulta 09/04/2019.
b. De Reina Tartiere, Gabriel, derecho romano. Casos prácticos y modelos de resolución. Cuestionarios de
autoevaluación, España, Centro de estudios Financieros UDIMA, s. f., disponible
en https://bit.ly/2zjCWE3, consulta: 31/10/2018.

¿Qué otros caminos puedo explorar?


Para consolidar su aprendizaje respecto de los contenidos de esta unidad le sugerimos que procure vincular lo
aprendido con las temáticas de otras asignaturas en siguientes semestres como son: Derecho civil y Teoria general
del derecho (conceptos jurídicos fundamentales).

P á g i n a 17 | 19
Bibliografía

• D’Ors, Álvaro, derecho privado romano, Pamplona, Universidad de Navarra, 1991.


• García Garrido, Manuel Jesús, derecho privado romano. I. Instituciones, 15.a ed., Madrid, Ediciones
Académicas, 2007.
• Hernández Tejero, Jorge, Lecciones de derecho romano,Madrid, Universidad Complutense, 1994.
• Iglesias, Juan, derecho romano, Barcelona, Sello, 2010.
• Margadant, Guillermo F., Derecho romano, 26.ª ed., México, Editorial Esfinge, 2002.
• Rodríguez Montero, Ramón y Fernández Barreiro, Alejandrino, Cuestiones y casos prácticos de derecho
Romano, Valencia, Tirant Lo Blanc, 1995.
• Somh, Rodolfo,Instituciones de derecho privado romano, México, Ediciones Coyoacán, 2006.
• Serafini, Felipe,Instituciones de derecho romano, 9.a ed., Barcelona: Hijos de J. Espasa, 1906.
• Volterra, Eduardo,Instituciones de derecho privado romano, Madrid, Civitas, 1986.

Documentos publicados en Internet

• Justiniano, “I INSTITUTA-DIGESTO” [primera, segunda y tercera partes], Cuerpo del derecho civil romano,
traductor y compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2Ckd1vl, consulta:
30/01/2018.
• Justiniano, “II DIGESTO” [primera, cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y
compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2HbTVvh, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “III DIGESTO” [primera, sexta y séptima partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y
compilador Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2FsolYv, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “IV CÓDIGO” [cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador
Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2FsolYv, consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “V CÓDIGO” [cuarta y quinta partes], Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador
Ildefonso García del Corral, disponible en http://bit.ly/2DQ7e6s , consulta: 30/01/2018.
• Justiniano, “NOVELAS", Cuerpo del derecho civil romano, traductor y compilador Ildefonso García del
Corral, disponible en http://bit.ly/2FvtJu3, consulta: 30/01/2018.
• Olguín, Michel, “Refrescos de cola causan desde anemia hasta alzhéimer”, en Gaceta UNAM, 07 de junio
de 2018, disponible en https://bit.ly/2OFOo7r , consulta: 22/10/2018.
• s. a., Ley de las XII Tablas s. f., disponible en http://www.thelatinlibrary.com/12tables.html, consulta:
30/01/2018.

Imágenes

• (1) Iura in re aliena, UNAM/Facultad de derecho-DED.


• (2) Los derechos humanos universales, UNAM/Facultad de Derecho-DED.

P á g i n a 18 | 19
Mi experiencia de aprendizaje

La propiedad y los iura in re aliena

Cuadro comparativo

El derecho real por excelencia es la propiedad, sin embargo, existen otros derechos que se constituyen
sobre propiedad ajena, a los que se les denomina los iura in re aliena, que se integran por las
servidumbres reales, las servidumbres personales, la enfiteusis, la superficie y los derechos reales de
garantía, como la prenda y la hipoteca.

Para profundizar sobre estos derechos realice un cuadro comparativo en el que distinga la propiedad,
las servidumbres reales, las servidumbres personales, la enfiteusis, la superficie, la prenda y la hipoteca,
a partir de las siguientes cuestiones:

• Concepto
• Tipos
• Medidas procesales que el derecho romano concede a cada titular de derecho real
• Formas de constitución
• Modos de extinción

P á g i n a 19 | 19

También podría gustarte