Del Espíritu Santo
Del Espíritu Santo
Del Espíritu Santo
Equipo de pastoral
Es Dios quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros; y además nos ungió,
nos selló y ha puesto su Espíritu como prenda en nuestros corazones (2 Cor 1, 21-22).
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ÍNDICE
Página
1. Jesús me llama 5
2. El Señor ofrece lo mejor 11
3. El sí a Dios 19
4. ¿Sé lo que quiero? 25
5. Amigos del Espíritu Santo 31
6. El Espíritu Santo nos da su amor 35
7. Vencer la tentación 41
8. La paz del Espíritu Santo 47
9. Templos del Espíritu Santo 57
10. ¿Confío en Dios o en el dinero? 63
11. Honrados 69
12. Estudio y santidad 73
13. La personalidad 77
14. Tiempo libre 81
15. Los valientes 87
16. Si comulgo, comparto 93
17. Dios perdona, yo también 99
18. Cuidamos a los enfermos 107
19. Los mayores 111
20. La vocación del Pueblo de Dios 117
21. El Matrimonio 123
22. La fe 129
23. Seréis mis testigos 133
24. La Confirmación 139
25. Navidad es dejarse amar por Jesús 147
26. Triduo Pascual 152
27. Glosario 159
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Amigos del Espíritu Santo. Catequesis de Confirmación 2 trata sobre la acción del Espíritu Santo en la vida
de los jóvenes y en la sociedad: estudio, amistades, redes sociales, tiempo libre, internet, etc.
LLAMADA A LA SANTIDAD
La línea conductora del libro es la santidad. Si en el Bautismo Dios nos llamó para vivir como hijas e hijos
suyos, en el camino de la vida surgen diversas situaciones que de ninguna manera pueden separarnos del amor
de Dios.
Para ello contamos con la acción del Espíritu Santo -el Santificador- que ilumina nuestra inteligencia y enciende
el corazón para que nuestro sentir y actuar sea el de los amigos del Señor.
De este modo, el camino de la santidad adquiere el rumbo adecuado. Además, las inevitables caídas que
todos experimentamos por nuestra debilidad, se superan con la ayuda de la Virgen María, amorosa Madre y
colaboradora con el Espíritu en la bellísima tarea de la santificación.
Los catequistas son también colaboradores con el Espíritu en el proceso formativo de los jóvenes que se
acercan a las catequesis. Su importante misión, delicada y fundamental, será valorada en su justa medida por la
comunidad cristiana. Por ello, las catequesis, que sin duda dejarán una huella en el corazón de los jóvenes para
toda su vida, han de ser cuidadas y preparadas.
Este libro, Amigos del Espíritu Santo. Catequesis de Confirmación 2 es un material complementario del
catecismo Testigos del Señor ofrecen cauces para transmitir el contenido del tesoro de la fe que desarrolla
este excepcional catecismo promulgado por la Conferencia Episcopal Española. Aborda los contenidos de los
capítulos 24 al 50 del referido catecismo, con el atractivo planteamiento de la santidad, que hemos referido
al inicio, historias, actividades, dinámicas, etc., todo ello destinado a facilitar los encuentros formativos del
catequista con sus alumnos, de modo que puedan transmitir atractivamente la belleza de la fe para que tenga
buena acogida en los corazones de quienes comienzan a recorrer el camino de la vida. Entonces, la Iglesia,
representada de algún modo por cada uno de los catequistas cuando son eficaces transmisores de la fe, lleva a
cabo la misión evangelizadora que Jesús le encomendó.
AHONDANDO EN EL LIBRO
La santidad, línea medular de la obra, se explicita en los siguientes aspectos:
El BAUTISMO es la primera llamada a la santidad - pero luego
CADA UNO RESPONDE a esa llamada -Dios llama a lo largo de la vida en más ocasiones
DIOS OFRECE LO MEJOR, y hay que darse cuenta.
¿QUÉ VOY A RESPONDER?, ánimo, sé libre y di SÍ,
HAZTE AMIGO DEL ESPÍRITU SANTO, Él te da amor, paz...
LOS MANDAMIENTOS
LOS SACRAMENTOS
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FORMACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
El equipo de pastoral que ha elaborado el libro Amigos del Espíritu Santo, en sintonía con la línea de la
Editorial, ha planteado la formación desde una perspectiva existencial.
Consideramos que la formación debe impartirse desde la vivencia y la realidad de los jóvenes, de otro
modo no calará en sus vidas; no harán suyo el mensaje de Jesús mientras no pase a través de los cauces
por los que los jóvenes de hoy perciben y piensan, canales donde las nuevas tecnologías tienen un
protagonismo singular.
Nosotros iniciamos, hace años, la aventura de evangelizar el mundo joven no partiendo de unos criterios
teológicos conceptuales, articulados y aplicados a los niños y jóvenes, sino procurando conocer bien los
parámetros que regulan sus afectos, las impresiones que orientan sus respuestas, los sistemas que captan
sus intereses... para luego llevarles a Jesús a través de esos canales.
De este modo, Jesús aparece en sus vidas como un acontecimiento más, que, si llega a ser descubierto -en
ello el catequista desempeña una tarea esencial- se convierte en el gran acontecimiento de sus vidas.
Ese es el reto del libro Amigos del Espíritu Santo y de las personas que han intervenido en su confección.
FORMACIÓN EN VALORES
Los valores -el valor-, las cualidades que ennoblecen a un pueblo, o se trabajan desde la infancia, o nunca
enraizarán en el espíritu de sus habitantes.
La vulgaridad que poco a poco se extiende entre no pocos ambientes y sectores de la sociedad, no nos
paraliza. Poseemos recursos para hacer brillar la belleza y el bien en las primeras etapas de la vida. Los
valores vencen por sí solos a las actitudes mezquinas de sistemas de pensamiento que se muestran como
paradigmas en medios de comunicación o en determinados ambientes. La verdadera libertad, el valor
del esfuerzo, las sanas ambiciones, los elevados objetivos, la capacidad para dialogar y compartir... estos y
otros aspectos tan atractivos como esenciales se ofrecen en esta obra con un lenguaje sencillo y fácilmente
comprensible por los jóvenes lectores.
LA FORMACIÓN Y LA FAMILIA
Sin duda, hay consenso en que buena parte de la formación de los niños y jóvenes corresponde a los padres.
Si las familias vivieran lo que en las catequesis se transmite, la fe sería vivida, desarrollada y transmitida en
familia, en comunidad, en la sociedad.
Pero no suele suceder así. Párrocos, profesores y catequistas constatan tantas veces que, lo enseñado a los
niños en el colegio o la parroquia es prontamente abandonado al llegar a casa. Si los padres no viven lo
que los hijos han aprendido y pretenden vivir ¿qué les vamos a pedir? Es triste observar cómo los niños son
derrotados por el propio ambiente familiar.
¿Qué hacer? ¿Desánimo? ¿Trabajar pensando que no servirá para mucho? La respuesta es NO.
El formador/ la formadora sabrá que lo esencial de su tarea es la acción del Espíritu Santo en las almas de
los niños y jóvenes. Es Él quien actúa, tiene sus tiempos, sus modos, sus acontecimientos.
El catequista ha de ser un eficaz transmisor, sin olvidar que es eso: transmisor. Quien llama, convierte,
renueva, resucita, y despliega un mundo insospechado de amor y de ternura en cada uno de los corazones
es el Espíritu Santo, que nos abraza y nos eleva con su vuelo de amor por encima de los horizontes de este
mundo haciéndonos partícipes de la vida de Dios. El Espíritu Santo nos trae la vida de Dios, nos ayuda a
morir a nosotros mismos para luego resucitarnos en el Amor.
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DESCUBRIENDO RECURSOS
No pocos países experimentan hoy cambios importantes en sus políticas educativas, sociales, familiares,
etc. Se estructura la sociedad con criterios anticristianos.
Descubrimos que no son determinados grupos o partidos políticos quienes mueven el actuar anticristiano,
sino que es el nuevo orden mundial quien controla el mundo.
No es este el lugar para ahondar en esta materia. Ahora bien, importa mucho conocer que la descristianización
a nivel mundial está programada, dirigida y organizada. Recogemos esta idea para que, de una parte
sepamos que no basta con esperar a que las personas se acerquen por sí solas a las parroquias o acudan a
los medios de formación; y de otra, para suscitar iniciativas tendentes a ahogar el mal con la abundancia
del bien.
El santo Padre el Papa Francisco es buen ejemplo de ello. Comunica con el lenguaje de nuestro tiempo, es
valiente, y no cesa de impulsar iniciativas modernas para que el bien de Jesús esté presente en el mundo.
Descubramos también nosotros iniciativas para hacer presente al Señor en nuestro propio ámbito. Por
ejemplo, si algunos países limitan la enseñanza de la asignatura de Religión, quizá podríamos abrir escuelas
y ofertar clases en la parroquias con profesores con la titulación correspondiente a quienes se les asigne la
dotación económica que les corresponda. Internet, que es un mundo libre, ofrece magníficas muestras de
iniciativas para extender el Reino.
FORMACIÓN EN PROFUNDIDAD
Si antes nos referíamos a la excelencia de las sociedades que educan en valores, ahora mostramos que el libro
Amigos del Espíritu Santo. Catequesis de Confirmación 2 proporciona a los jóvenes lectores potentes
recursos para crecer como personas seguras, que saben convivir y aprenden a amar en la diversidad.
El conocimiento propio es fundamental en las primeras etapas de la vida.
Aprender a dialogar.
La buena educación.
El respeto.
Saber convivir... estos y otros recursos formativos son los principios sobre los que se construirá el
edificio espiritual de las personas.
El futuro de una sociedad está en las manos de quienes forman a los niños y jóvenes que la integran. El
buen ejemplo de los mayores arrastrará a los que comienzan, y el mal ejemplo de otros será acicate para
moverse por los ideales de Dios y rezar por quienes no los comparten.
DIVERSIFICACIÓN SOCIAL Y FE
Con valentía, el libro aborda las cuestiones más recientes y los movimientos culturales que afectan a la fe y
a la moral cristiana. Y responde desde la moderación, pero sin soslayar el compromiso cristiano con Jesús.
Así, por ejemplo, en el capítulo sobre el matrimonio se reconoce que actualmente hay criterios diversos
e incluso opuestos a la fe que respetamos, pero que nuestro compromiso cristiano nos mueve a vivir
nuestra fe con coherencia. O, sobre el sexting o internet, el sexo y el mundo del porno, que no es para
nosotros, pues somos templos del Espíritu Santo...
Con una visión positiva se muestra la belleza de vivir el sexto y el noveno mandamiento, que Dios no impuso
el Decálogo como ley inexorable, sino como camino para que sus hijos e hijas fueran libres de verdad y
supieran amar el bien y la verdad; que la Iglesia es madre, y los Obispos pastores a quienes obedecemos
con cariño como sucesores de los Apóstoles y personas llamadas para mostrar la salvación de Dios; que es
más valiente quien perdona, y está más cerca de Dios el que sirve...
Que el cristianismo continúa aportando dosis de genialidad a la sociedad, pues el Espíritu muestra espacios
insondables de amor, expansión y creatividad a quienes asumen sus dones y reciben sus frutos.
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1. Jesús me llama. Testigos del Señor 37
Arranca este primer capítulo con una dibujo llamativo. La imagen como transmisora de conceptos forma
parte del diseño formativo de este libro. Es el golpe de imagen al que están acostumbrados los jóvenes
cuando se envía un Whatsapp, las imágenes de los buscadores, etc. Hemos primado este concepto sobre
los pequeños dibujos o imágenes.
Se llama la atención de los jóvenes con los diálogos figurados entre Jesús y ellos, con asuntos de su mundo.
Conviene que el catequista transmita que Dios llama a todo el mundo invitando a seguirle. Es una
invitación, no imposición. Porque cuando la respuesta es libre, el amor que la mueve no tiene parangón.
Se expone la llamada a Samuel (con cierto detalle) y la de San Pablo. Al principio ninguno se enteraba.
El catequista recordará y/o ayudará a cada uno a estar atento a la llamada de Dios.
Llamada y seguimiento vienen determinados por el amor. Y el amor crece con el conocimiento.
El catequista proporciona en estas edades los criterios básicos sobre la verdad y la libertad. Y cómo
el Espíritu Santo nos ayuda a elegir adecuadamente.
En el límite entre la infancia y la juventud, el catequista tiene el desafío de enseñar a ser sinceros, y a
defender con valentía la verdad.
Se ofrecen historias y actividades como recursos.
En varias ocasiones, el libro recoge la persona y la obra de conocidos literatos. Cultas referencias literarias
de Tagore, Tolkien, CS Lewis o Dickens que refuerzan el contenido de lo que se expone.
En este capítulo el protagonista es nuestra respuesta a la llamada. El catequista ayudará a decir sí a las
llamadas de Dios. El Espíritu Santo susurra en nuestros oídos una mayor generosidad, ponerse a estudiar
en punto, colaborar en casa... pequeñas y grandes cosas que nos irá pidiendo (o bien orientando) a lo largo
de nuestras vidas.
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4. ¿Sé lo que quiero? Testigos del Señor 47
La historia de Juan, el pescador, y del empresario es simpática y elocuente para que, poco a poco, sepamos
qué es lo que queremos alcanzar en nuestras vidas.
Lógicamente, en las tempranas edades este conocimiento no se puede ni conviene precipitar. Lo que cada
cual decida sobre sí mismo y su futuro pertenece a la decisión más profunda de la persona.
No obstante, sí podemos trazar los rasgos generales, el marco más amplio donde ellos se
desenvuelvan; contarán con la ayuda del Espíritu Santo. Esta es la finalidad del capítulo. También, el
catequista hará alguna referencia a la conciencia.
La amistad con el Espíritu Santo resulta esencial para comprender el conjunto de la obra, y para asimilar
eficazmente la formación.
El catequista enseñará, con los ejemplos del capítulo, y otros que encuentre, que es el amor lo que
nos mueve a hacer el bien y a cumplir con el deber.
Y nos hace personas de oración, comunicativas con Dios Padre, confiados en nuestro amigo Jesús, a quien
contamos nuestras cosas.
El catequista encuentra recursos para exponer este no fácil tema con la historia narrada por C.S.
Lewis en su libro Cartas del diablo a su sobrino.
Recordemos que el Diablo es el Maligno, sobre quien aparecen las primeras referencias en el inicio del
Génesis. No es, pues, el demonio, un cuento infantil para infundir temor; es el padre de la mentira cuya
misión consiste, movido por el odio a Dios, en apartarnos del amor al Señor.
El capítulo aborda, de modo claro y amable, el mal que conlleva la ruptura con el amor de Dios (pecado
grave), o el alejamiento del mismo (pecado leve), así como los medios pra vencerlo.
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8. La paz del Espíritu Santo. Testigos del Señor 41, 42
Si un mal sobresale entre los demás males del mundo joven es la violencia. El capítulo ayuda a alcanzar la
paz y a llevarla al mundo.
Las llamativas y eficaces acciones del Papa Francisco ejemplifican cómo cada uno, en su propio ámbito,
puede ser transmisor de paz.
Al catequista se le plantea el reto de ayudar a los jóvenes a dominar sus impulsos violentos. El
capítulo ofrece técnicas y consejos para lograrlo en casa, en el colegio, con los amigos y amigas. Y
resalta la mansedumbre como fruto del Espíritu Santo.
Sin duda, los videojuegos son un cauce para fomentar la violencia.
La violencia hacia el no nacido es la más injusta de las leyes promulgadas por muchos países; se exponen
las razones bíblicas para rechazar el aborto amparándose en la objeción de conciencia.
Hoy la virtud de la castidad no está precisamente de moda. Sobre esta materia y otras muchas, comunes
en el mundo moderno y en nuestras sociedades, el catequista tendrá el valor de enseñar sin ambages
la fuerza de actuar movidos por el amor para vivir los compromisos contraídos en el Bautismo, y ser
fieles a la fe.
El capítulo aborda el contenido del sexto y el noveno mandamiento con base en la verdad que san Pablo
expuso sobre el cuerpo como templo del Espíritu Santo.
Los impulsos, la atracción, el deseo... podemos encauzarlos hacia la santificación del propio cuerpo; los
hábitos pueden orientarse según el querer de Dios.
Ante el sexting, los chat y web porno... hemos de tener el valor de decirles: No. Jesús, ayúdame, esto no es
para mí.
Además se previene a los jóvenes frente a los pederastas y los medios para combatirlos.
Como ya en estas edades se inician los lazos de amistad más profunda entre chicos y chicas, tendentes al
enamoramiento, la primera actividad proporciona recursos para que, cuando las establezcan, tengan los
criterios del buen actuar.
El concepto nuclear del capítulo es la generosidad (no el dinero), que nos mueve a darnos por amor.
El catequista enseñará que la mayor donación es la del corazón, luego la limosna; movida siempre
por el amor a Dios y a los demás.
El libro aborda algunas cuestiones actuales como el fracking, los residuos o la pesca de especies protegidas,
actividades que son consecuencia del egoísmo personal y colectivo.
Finalmente, el catequista enseñará a vencer el egoísmo. Para ello se apoyará también en las actividades.
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11. Honrados. Testigos del Señor 28
La corrupción se ha convertido en signo de los siglos XX y XXI. Enlaza con el egoísmo señalado en el capítulo
anterior. Destaca la amplitud de este cáncer moral en las sociedades de todo el mundo.
No obstante, tenemos un modelo: San José. Hombre bueno y honrado, patrón de los trabajadores.
El trabajo no solo lo reivindican sindicalistas y partidos políticos, como si el derecho a un trabajo digno
y cualificado fuera patrimonio de ellos. La Iglesia ha enseñado siempre sobre la importancia del trabajo,
el derecho sagrado de la tierra, un techo y un trabajo; la dignidad del mismo y que las empresas estén al
servicio de las personas, y no al revés, como suelen hacer los modelos capitalistas.
San José como trabajador honrado. Jesús, que pasó treinta años de su vida desempeñando un trabajo
sencillo y oculto, el Papa Francisco que se acerca a los campamentos de refugiados y lo que el Espíritu
Santo suscita a personas y organizaciones sobre la honradez y la atención de los demás, conforman el
contenido del capítulo.
Conviene incidir en el compromiso de buscar la santidad a través del estudio. Puntual, a fondo, sin
distracciones. El catequista enseñará a convertir el estudio en oración.
Además de actividades que ayudan a que todos sean consecuentes con sus responsabilidades, se hacen
referencias a santos y estudiosos.
El catequista les ayudará a cada uno a actuar con sus propios criterios, es decir, con personalidad.
No olvidemos la importancia de la buena imagen es estas edades, porque les proporciona seguridad.
Además, las amistades son cruciales. La buena imagen que cada joven desea que tengan de él, el
fuerte deseo de ser no solo aceptados, sino también valorados, convierte en estos capítulos en
instrumentos claves del buen formador.
Dediquen tiempo a que cada uno descubra su forma de ser, la acepte, esté satisfecha con ella, y se sienta
orgulloso de cómo es, porque es hijo/hija de Dios, que los quiere como son.
Y, como buenos hijos e hijas han de comportarse, sin dejarse arrastrar por las malas influencias. Que hay
que desenmascarar, y rechazar.
Por eso, el tiempo libre, las amistades, los entretenimientos, sean sanos, y compatibles con la oración y la
asistencia a la Eucaristía dominical.
El valeroso ejemplo de los misioneros y misioneras nos ayuda a llevar el buen ambiente de Jesús a clase,
entre las amistades, sin escondernos como la oveja cobarde de la ilustración.
En numerosas ocasiones a lo largo de nuestra vida, esperamos algo y sucede lo contrario. No temamos, el
Espíritu Santo guía nuestras vidas. El capítulo ofrece datos sobre Él con referencias bíblicas.
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16. Si comulgo, comparto. Testigos del Señor 30
Es la Eucaristía el mayor don de Dios a las personas. ¡Recibir a Jesús es increíble y maravilloso!
Pero recibir a Jesús -comulgar- es compartir. El capítulo traza el auténtico sentido de la Eucaristía: el servicio,
la donación, la capacidad para darme yo también al que lo necesita, como Jesús sacramentado se nos da
siempre a nosotros, tan necesitados.
Se recuerdan las partes de la Eucaristía, qué celebramos y cómo nos transforma. Precioso e interesante
capítulo que enseña también a tratar a Jesús en el sacramento eucarístico. A rezar en el sagrario.
Y, como no resulta fácil perdonar, el catequista enseñará de modo práctico cómo hacerlo. También
ayudará a prepararse para hacer una buena confesión antes de recibir el sacramento de la
Confirmación.
18. Cuidamos a los enfermos, 19. Los mayores Testigos del Señor 32, 35, 38, 48
El sacramento de la Unción de los enfermos se plantea en el contexto de la ayuda de Dios a los mayores y
de la atención que los jóvenes les proporcionan.
Como en todos los capítulos, Jesús con su ejemplo, enseña cómo actuar.
El diálogo entre nieto y abuelo desentraña algunas verdades que profesamos en el credo: el cielo, la
salvación, la resurrección... Diálogos divertidos que ofrecen el contenido de la fe con originalidad.
20. La vocación del Pueblo de Dios. Testigos del Señor 24, 25, 33
Importante capítulo para saber qué es la Iglesia. El pueblo de Dios llamado a la santidad. Un pueblo en
camino integrado por laicos, personas que reciben el sacramento del Orden, religiosas y religiosos, y
vírgenes consagradas al servicio de la Iglesia.
El catequista dispone de algunos textos sobre la vocación. Respetuosamente y con delicadeza tiene
oportunidad de suscitar el deseo del seguimiento de Cristo con un mayor compromiso.
Concluye el capítulo una exposición sobre la evangelización de la Iglesia, con la conocida frase del Papa
Francisco de salir a las periferias.
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21. El Matrimonio. Testigos del Señor 34
La línea expositiva de los capítulos finales versa sobre los sacramentos. El matrimonio para los cristianos es
la unión del hombre y la mujer.
Conscientes de la pluralidad de la sociedad actual sobre los diversos tipos de uniones, que incluso reciben
en nombre de matrimonio, los católicos respetamos a quienes piensan de modo diferente; pero hemos
de ser coherentes con nuestra fe. La familia cristiana es la unión de un hombre y una mujer que recorren,
con los hijos si los hubiere, el camino de la santidad.
Es un camino de amor y fidelidad.
La misión de anunciar el Evangelio corresponde a todos los cristianos, porque Dios quiere que todos los
hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Sin duda, los jóvenes suelen tener reparos para hablar de Dios a sus amigos y amigas. Tomando como
ejemplo a San Francisco Javier, se exponen la misión de quien va a recibir el sacramento de la Confirmación.
Se recomienda un día o un tiempo de retiro, que el catequista puede concretar un día de las sesiones.
El capítulo ofrece suficientes citas bíblicas para preparar el retiro espiritual.
La ceremonia aparece descrita con ilustraciones que ayudarán a los jóvenes a recibir el sacramento.
Los dones del Espíritu Santo y los frutos se describen al final del capítulo, recogiendo una oración para
invocar al Espíritu Santo.
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