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EL ALCOHOLISMO

COMPLEJO EDUCATIVO CATÓLICO


“PADRE RUTILIO GRANDE”

Integrantes:
Perla Yajaira Aguilar López.
Manuel Alejandro Herrera Solís,
Steven Adonay Portillo Alfaro,
Bryan David Sosa Nuñez,
Emeli Ivania Urías Grande,

Maestra: Carmen Elena Ramírez.

Grado: 2°Año de Bach Sección “A”

Tema: El alcoholismo.

Materia: Seminario.

AÑO: 2023
CAPITULO I
Introducción

El alcoholismo es una enfermedad y no un vicio, cuya necesidad o dependencia a


la ingesta de bebidas alcohólicas en las personas, genera deterioro en su salud
física y mental.

¿Qué es alcoholismo?

se define, según la OMS, "como cualquier deterioro en el funcionamiento físico,


mental o social de una persona, cuya naturaleza permita inferir razonablemente
que el alcohol es una parte del nexo causal que provoca dicho trastorno".

Las adicciones a sustancias tóxicas son enfermedades crónicas que afectan al


cerebro y a la conducta, caracterizadas por la dependencia a una o varias drogas
nocivas para el organismo. En este caso, el alcoholismo se refiere a la adicción
que tiene una persona al alcohol.

Existen dos tipos de alcoholismo:

Tipo I: se da en adultos y se caracteriza por tener etapas con grandes ingestas


puntuales con intervalos de abstemia, pero estos intervalos son cada vez más
pequeños y pueden comportar una gran dependencia y el desarrollo de
enfermedad hepáticas.

Tipo II: se da en adolescentes y está relacionado muchas veces son un historial


violento. El aumento del consumo de alcohol no es progresivo.

¿Cuáles son las causas del alcoholismo?

Actualmente no existe una causa común, sino que existen varios factores
importantes en el desarrollo de esta enfermedad. Por ejemplo, una persona con un
padre o una madre alcohólico tiene más probabilidad de adquirirlo.

Otra causa está relacionada con factores psicológicos, es decir, conflicto en


relaciones interpersonales, necesidad de aliviar la ansiedad, depresión, aceptación
social del consumo de alcohol o baja autoestima.
DIAGNOSTICO

El alcoholismo es un trastorno crónico que se caracteriza por el consumo


compulsivo y descontrolado de alcohol, a pesar de las consecuencias negativas
que tiene en la salud física, mental, emocional y social de la persona. Diagnosticar
el alcoholismo implica evaluar varios aspectos, incluyendo los patrones de
consumo, los efectos adversos y los síntomas de dependencia.

Es importante destacar que el diagnóstico del alcoholismo debe ser realizado por
un profesional de la salud capacitado, como un médico o un psicólogo, utilizando
criterios específicos establecidos en los manuales de diagnóstico, como el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) o la Clasificación
Internacional de Enfermedades (CIE-10). Estos profesionales pueden evaluar el
consumo de alcohol de manera integral, teniendo en cuenta tanto los criterios
diagnósticos como la historia clínica y los síntomas presentes. Además, pueden
proporcionar el apoyo y el tratamiento adecuado para ayudar a las personas que
sufren de alcoholismo a superar su adicción y mejorar su calidad de vida. Las
personas presentan un consumo excesivo y recurrente de alcohol, que va más allá
de los límites recomendados y provoca problemas en diferentes áreas de su vida,
como las relaciones interpersonales, el trabajo o los estudios. La incapacidad de
controlar la cantidad de alcohol consumido y la incapacidad de detener o reducir el
consumo a pesar de los intentos de hacerlo. Las personas experimentan síntomas
de abstinencia cuando intenta dejar de consumir alcohol o reducir la cantidad
consumida. Estos síntomas pueden incluir temblores, sudoración, ansiedad,
náuseas, insomnio, irritabilidad, entre otros. La necesidad de consumir cantidades
cada vez mayores de alcohol para lograr los mismos efectos que antes se
obtenían con una cantidad menor. La tolerancia al alcohol es un signo de
adaptación del organismo a su presencia y puede indicar un consumo excesivo y
prolongado.

El alcoholismo puede afectar diversos aspectos de la vida de una persona. Esto


puede incluir dificultades en el ámbito laboral, académico o familiar debido al
consumo de alcohol. Problemas en las relaciones interpersonales, deterioro de la
capacidad para cumplir con las responsabilidades diarias y problemas financieros
relacionados con el consumo de alcohol son ejemplos de evidencia de las
consecuencias del alcoholismo.

El alcoholismo provoca una patología grave y profunda en el organismo, pudiendo


distribuirse su sintomatología y complicaciones en los siguientes apartados:
físicos, psíquicos y sociales. Los datos clínicos de mayor interés suelen ser la
ingesta de alcohol en ayunas, la existencia de temblor o nauseas matutinas y
lagunas amnésicas que coinciden con ingestas importantes de alcohol. No
obstante, en la actualidad, el bebedor de fin de semana no presenta este tipo de
síntomas, pero si alteraciones de conducta (entre ellas, los accidentes de tráfico y
las disputas familiares). Mediante un trabajo multidisciplinar, el Departamento de
Psiquiatría y Psicología Clínica asiste a los pacientes de manera integral: identifica
las causas principales de la enfermedad y proporciona un abordaje individual con
los tratamientos más adecuados y eficaces.

Gracias a la experiencia de su equipo es capaz de ofrecer las terapias biológicas


más avanzadas, así como una adecuada orientación psicoterápica. De esta forma,
se ayuda al paciente a resolver tanto problemas de personalidad como
alteraciones de la dinámica interpersonal y familiar. La evaluación psicológica será
fundamental, junto al diagnóstico médico de los síntomas mencionados, para
valorar el grado y el patrón de consumo de alcohol del paciente (uso, abuso,
dependencia). El médico interrogará al paciente, o a un familiar en caso de que el
afectado no quiera o no pueda responder a las preguntas, sobre sus hábitos en
relación al consumo de alcohol. También se realiza un examen físico, y pruebas
para detectar los problemas físicos o patologías que haya podido desarrollar a
consecuencia del abuso de alcohol. Es frecuente la presencia de telangiectasias
en la cara (pequeños capilares rojizos) y aumento del tamaño de las glándulas
parótidas.

El alcoholismo se define, según la OMS, "como cualquier deterioro en el


funcionamiento físico, mental o social de una persona, cuya naturaleza permita
inferir razonablemente que el alcohol es una parte del nexo causal que provoca
dicho trastorno".

Planteamiento del problema

¿El alcoholismo es un trastorno crónico? Si ya que afecta a millones de personas


en todo el mundo, con consecuencias graves para la salud física, mental y social
de los individuos. Se caracteriza por el consumo excesivo y prolongado de alcohol,
lo cual lleva a una dependencia física y psicológica de esta sustancia. El problema
del alcoholismo se manifiesta de diversas formas y afecta a personas de todas las
edades, géneros, estratos socioeconómicos y culturas. Los efectos perjudiciales
del alcoholismo se extienden más allá del individuo que lo padece, ya que también
impacta negativamente en sus relaciones familiares, laborales y sociales.

Entre los principales problemas asociados al alcoholismo se encuentran: Salud


física: El consumo crónico de alcohol puede causar una serie de trastornos y
enfermedades graves, como la cirrosis hepática, daño cerebral, enfermedades
cardiovasculares, trastornos gastrointestinales, trastornos del sueño y
debilitamiento del sistema inmunológico, entre otros.

Salud mental: El alcoholismo está estrechamente relacionado con trastornos


mentales como la depresión, la ansiedad y los trastornos de personalidad.
Además, el consumo excesivo de alcohol puede desencadenar problemas
psicológicos y conductuales, incluyendo la disminución de la capacidad cognitiva,
la pérdida de memoria y los cambios en el estado de ánimo.

Problemas sociales y familiares: El alcoholismo puede tener un impacto


devastador en las relaciones familiares y sociales. Puede provocar conflictos
familiares, violencia doméstica, divorcio, abandono de responsabilidades
parentales y problemas laborales. Además, el consumo excesivo de alcohol
también aumenta el riesgo de accidentes de tráfico, violencia y comportamientos
delictivos.
Costos económicos: El alcoholismo impone una carga significativa en los sistemas
de salud y en la economía en general. Los costos médicos relacionados con el
tratamiento de enfermedades asociadas al alcoholismo, así como los gastos en
rehabilitación y programas de prevención, representan una carga financiera tanto
para los individuos como para la sociedad en su conjunto.

el alcoholismo es un problema complejo que afecta a nivel físico, mental, social y


económico. Su impacto negativo en la salud de los individuos y en la sociedad en
general hace necesario abordar este problema de manera integral, promoviendo la
concienciación, la prevención, el tratamiento y el apoyo a las personas afectadas
por esta enfermedad.

l alcoholismo es un trastorno crónico y progresivo que afecta a millones de


personas en todo el mundo. Se caracteriza por el consumo excesivo y
descontrolado de alcohol, lo que conlleva numerosas consecuencias negativas
para la salud física, mental y social de los individuos.

El alcoholismo se considera una enfermedad multifactorial, en la que intervienen


diversos elementos, como factores genéticos, ambientales, psicológicos y
sociales. Está asociado a una serie de problemas de salud, como enfermedades
hepáticas, cardiovasculares, neurológicas y psiquiátricas. Además, el consumo
excesivo de alcohol puede dar lugar a trastornos mentales, alteraciones en las
relaciones interpersonales, problemas laborales, violencia familiar y accidentes de
tráfico, entre otros.

A pesar de la gravedad de este problema, el alcoholismo sigue siendo un desafío


importante en la sociedad actual. Existen múltiples barreras para su prevención y
tratamiento efectivo. Algunos de estos obstáculos incluyen la falta de conciencia
sobre los riesgos asociados con el consumo de alcohol, la estigmatización de los
afectados, la falta de acceso a servicios de salud adecuados, la falta de recursos
para programas de prevención y tratamiento, y la influencia de factores sociales y
culturales que fomentan el consumo de alcohol. En este contexto, es fundamental
abordar el problema del alcoholismo desde diferentes ámbitos, incluyendo la
educación, la prevención, la detección temprana, el acceso a tratamientos
efectivos y el apoyo a las personas afectadas y a sus familias. Es necesario
promover políticas públicas que fomenten un consumo responsable de alcohol
acciones de

Justificación

Como grupo decidimos elegir este tema porque en la sociedad actualmente hay
demasiados casos de alcoholismo tanto en adolescente como en los adultos en el
cual andan perdidos en vicios y después no solo es alcohol si no que se pasan a
drogas y otros tipos de vicios, a medida que van pasando los años los casos van a
aumentado y toman para todo tipo de ocasión o solo para que las demás personas
lo vean y esto puede traer grandes consecuencias como enfermedades crónicas y
progresivas que tiene un impacto negativo en la salud física y mental de las
personas. Está asociado con una serie de enfermedades graves, como cirrosis.

El alcoholismo también puede causar serios problemas en las relaciones


personales y familiares. El comportamiento impulsivo y la dependencia del alcohol
pueden generar conflictos, violencia doméstica, abandono familiar y dificultades
financieras. Además, el alcoholismo puede afectar negativamente el rendimiento
laboral y académico, lo que a su vez puede dar lugar a la pérdida de empleo.

El alcoholismo no es una elección moral o una cuestión de fuerza de voluntad. Es


una enfermedad que requiere tratamiento y apoyo profesional para superarla. La
justificación del alcoholismo no es adecuada ni saludable, y es fundamental buscar
ayuda si uno está luchando con este problema o si conoce a alguien que lo está
enfrentando.

hablar del alcoholismo es esencial para generar conciencia, promover la


prevención y el tratamiento, reducir el estigma y abordar los impactos negativos en
la salud y la sociedad. Al abrir el diálogo sobre el alcoholismo, podemos trabajar
juntos para crear comunidades más saludables y apoyar a quienes luchan contra
esta enfermedad. Es importante hablar del alcoholismo por varias razones,
Conciencia y educación: Al hablar del alcoholismo, se crea conciencia sobre los
riesgos y las consecuencias del consumo excesivo de alcohol. La educación sobre
los efectos negativos para la salud, las repercusiones sociales y las señales de
advertencia del alcoholismo puede ayudar a prevenir su desarrollo y fomentar
decisiones informadas. Salud pública: El alcoholismo tiene un impacto significativo
en la salud pública. Es una de las principales causas de enfermedades crónicas,
discapacidad Al abordar el alcoholismo, se pueden implementar medidas de
prevención y promoción de la salud para reducir los daños asociados con el
consumo de alcohol. Apoyo y tratamiento: Hablar del alcoholismo puede ayudar a
eliminar el estigma social asociado con la enfermedad. Esto puede alentar a las
personas que sufren de alcoholismo a buscar ayuda y tratamiento sin temor al
juicio o la discriminación. La conversación abierta también puede promover la
disponibilidad de recursos y servicios de tratamiento adecuados.

Prevención y reducción de riesgos: Al discutir el alcoholismo, se puede enfatizar la


importancia de adoptar prácticas de consumo responsable y moderado. La
promoción de estrategias de reducción de riesgos, como el consumo responsable,
la designación de conductor designado y la conciencia de los límites de consumo,
puede ayudar a prevenir el desarrollo de problemas de alcoholismo.

Impacto social y económico: El alcoholismo puede tener efectos negativos en las


relaciones familiares, la productividad laboral y la estabilidad económica. Al
abordar el alcoholismo, se pueden mitigar estos impactos negativos y promover
entornos sociales y económicos más saludables.

El alcoholismo se desarrolla a lo largo del tiempo, a medida que una persona


continúa bebiendo de manera excesiva y se vuelve dependiente del alcohol. El
consumo repetido y prolongado del alcohol altera la química del cerebro, lo que
lleva a cambios en la estructura y función neuronal. Estos cambios hacen que el
individuo experimente una necesidad compulsiva de beber y una disminución en la
capacidad para controlar o detener su consumo. Es importante destacar que, si
bien el alcoholismo es un trastorno crónico, también es tratable. Existen diferentes
enfoques terapéuticos y programas de rehabilitación que pueden ayudar a las
personas a superar la adicción al alcohol y llevar una vida sobria y saludable. El
tratamiento del alcoholismo generalmente incluye la desintoxicación bajo
supervisión médica, terapia individual o grupal, programas de apoyo y cambios en
el estilo de vida para mantener la abstinencia.

OBJETIVOS GENERALES.

- Identificar como podemos evitar el vicio del alcoholismo en nuestra vida,


compartir información a jóvenes de bachillerato ya que ellos son más
propensos a caer en estos vicios debido a problemas de la vida a los que
se puedan enfrentar, problemas de desamor entre otros.

- Analizar para que nos sirve evitar toda esta clase de vicios en nuestra vida
como jóvenes, para que nosotros como jóvenes que estamos más
propensos a caer en estas tentaciones que son los vicios aprendamos a
decirles no, por medio de una exposición con jóvenes de bachillerato
explicando.

Objetivos específicos

 Conocer las consecuencias para la salud derivadas del consumo de alcohol


en menores de 18 años.

 Analizar y comprender las causas de por qué los jóvenes consideran


indispensable el alcohol como medio de diversión.
 Dar a conocer a los involucrados las causas y consecuencias (futuras) que
podrían tener si se vuelven alcohólicos.

 Lograr obtener evidencia empírica de este problema a través de un


adolescente que haya experimentado una mala situación por el efecto que
el consumo de alcohol le produjo.

hipotesis
CAPITULO II
MARCO TEORICO

La historia del alcoholismo se remonta a miles de años atrás, desde los primeros
registros históricos de la civilización humana. El consumo de alcohol ha estado
presente en diversas culturas y sociedades, y ha desempeñado roles significativos
tanto en el ámbito social como en el religioso.

Los primeros indicios del consumo de alcohol datan de hace aproximadamente


9,000 años en el Neolítico, cuando las comunidades agrícolas comenzaron a
cultivar cereales y descubrieron que la fermentación de los granos producía una
bebida embriagante. Las antiguas civilizaciones mesopotámicas, como la sumeria
y la babilónica, tenían una cerveza elaborada a partir de cebada y dátiles.

Los cereales fermentados, el jugo de frutas y la miel, se han utilizado durante


miles de años para fabricar alcohol (alcohol etílico o etanol). Las bebidas
fermentadas existen desde los albores de la civilización egipcia, y existe evidencia
de una bebida alcohólica primitiva en China alrededor del año 7000 a. de C. En la
India, una bebida alcohólica llamada sura, destilada del arroz, fue utilizada entre
los años 3000 y 2000a. de C.

Los babilónicos adoraban a una diosa del vino tan antigua que data
aproximadamente del año 2700 a. de C. En Grecia, una de las primeras bebidas
alcohólicas que ganó popularidad fue el aguamiel, una bebida fermentada hecha
de miel y agua. La literatura griega está llena de advertencias contra los excesos
de la bebida. Diferentes civilizaciones nativas americanas desarrollaron bebidas
alcohólicas durante la época precolombina épocas. Una variedad de bebidas
fermentadas de la región de los Andes, en Sudamérica, se hacían a base de maíz,
uvas o manzanas y se le dio el nombre de “chicha”.

En el siglo XVI, las bebidas alcohólicas (conocidas como “espíritus”) se utilizaban


ampliamente con propósitos curativos. A principios del siglo XVIII, el parlamento
inglés aprobó una ley que fomentaba el uso de cereales para la destilación de
“espíritus”. Estas bebidas alcohólicas, sumamente baratas, inundaron el mercado
y llegaron a su punto más alto a mediados del siglo XVIII. En el Reino Unido, el
consumo de ginebra alcanzó los 68 millones de litros y el alcoholismo se
generalizó.

El siglo XIX trajo un cambio de actitud y una campaña antialcohólica empezó a


promover el uso moderado del alcohol, algo que a la larga se convirtió en una
prohibición total. En 1920, en Estados Unidos se aprobó una ley que prohibía la
fabricación, venta, importación y exportación de bebidas embriagantes. El
comercio ilegal de alcohol se disparó y en 1933, la prohibición del alcohol se
canceló. Hoy en día, se estima que 15 millones de norteamericanos se ven
afectados por el alcoholismo y un 40% de todas las muertes por accidentes
automovilísticos relacionados con el alcohol.

Es probable que hayan sido los alquimistas árabes, en el siglo X, los verdaderos
descubridores de los secretos de la destilación del alcohol. El término «alambic» o
«alambique» está compuesto de dos vocablos árabes. Fue Arnaldo de Vilanova,
profesor de la universidad de Montpellier, quien profundizó en su estudio y realizó
vastas experiencias prácticas que lo condujeron a la obtención de destilados
alcohólicos, aplicados primariamente en la medicina y más tarde en la preparación
de cierto licor al cual se le atribuían propiedades y virtudes que lo convertían en
panacea de todos los males. Si bien no se confirmaron esas virtudes atribuidas
originariamente a tal preparado, que no pasaba de ser alcohol azucarado al que
se le perfumaba con la esencia de alguna planta aromática, lo cierto es que
constituyó el punto de partida de los más variados licores y bebidas creadas para
satisfacer el exigente paladar humano. Los primeros destilados se conocieron con
el nombre de «aguavite», o sea, aguardiente. Hasta hace aproximadamente un
siglo, sólo se extraía el alcohol del vino o del orujo. Sólo en el Reino Unido se
extraía de la cebada. La creciente demanda y la diversidad de usos, obligó a
buscar esta sustancia en los más variados productos vegetales y hoy ocupa
primerísimo lugar el alcohol de cereales y de caña o melaza de azúcar.

Antiguamente, el secreto de cada productor era el sistema de destilación que le


permitía lograr en su producto el sabor deseado para la bebida. Debido a esto, el
proceso de destilación tuvo muy variados tipos y funcionamientos, aunque todos
se basaban en el mismo objetivo común de separar el alcohol de un fermento para
llevarlo a una bebida.

Existieron diversos métodos de calentar recipientes y de colectar los vapores


condensados en alguna superficie fría destinada a convertir nuevamente el vapor
en líquido, colectarlo y transportarlo a otro recipiente de baja temperatura que
servía como depósito del «espíritu» destilado. Hoy en día, todavía se utilizan
sistemas y recipientes muy rudimentarios para elevar la temperatura del fermento,
en particular para bebidas como el brandy, producido por algunas empresas de
Francia, y el whisky, producido por algunas de Escocia e Irlanda. El proceso de
destilación se remonta a épocas anteriores al año 800 a.C., momento en el cual se
documentó a detalle el primer proceso de fermentación y destilación que se
conoce. El siguiente es un cuadro con la referencia histórica del proceso de
destilación a lo largo de la historia de la humanidad. Según las diferentes zonas
geográficas y el paso del tiempo, el proceso de destilación fue evolucionando. Sin
embargo, el gran cambio en los procesos, y aquel que permitió lograr bebidas de
características equivalentes a medida que se cambiaba de año de producción,
partida de material base, etc., fue en la era industrial. Con el conocimiento de la
química, de los circuitos cerrados y especialmente los principios de evaporación y
condensación, dos personas iniciaron cambios que marcaron tendencia. La
columna de destilación. El primer cambio significativo lo ideó H. Braunschwick en
1512 para la elaboración de un brandy estilo francés en su destilería. El circuito
que propuso consistía en separar el condensador del evaporador, para así lograr
una mejor separación entre vapores.

Sin embargo, el alcoholismo como trastorno médico no fue reconocido hasta


tiempos más recientes. En el siglo XIX, el médico sueco Magnus Huss acuñó el
término "alcoholismo" para describir una enfermedad crónica caracterizada por un
consumo excesivo y descontrolado de alcohol. A medida que la industrialización y
la urbanización se expandieron, el alcoholismo se convirtió en un problema social
y de salud pública en muchas sociedades. A lo largo del siglo XX, se realizaron
avances significativos en la comprensión y el tratamiento del alcoholismo. Se
estableció que el alcoholismo es una enfermedad crónica y progresiva que afecta
tanto al cuerpo como a la mente. Surgieron programas de recuperación como
Alcohólicos Anónimos, que adoptaron un enfoque de apoyo mutuo para ayudar a
las personas a superar su adicción al alcohol.

El proceso de fermentación es producido por acción de las enzimas que ocasionan


cambios químicos en las sustancias orgánicas. Este proceso es el que se utiliza
principalmente para la elaboración de los distintos tipos de cerveza y para el
proceso de elaboración de los distintos vinos. En el caso de las cervezas, el ciclo
de fermentación depende del lugar donde ésta se produce, variando para los
casos del tipo fabricado en Alemania, Bélgica, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil o
el país de origen que fuera. El proceso se divide en tres etapas, la primera de
molienda, la segunda de hervor y la tercera propiamente de fermentación. El tipo
de fermentación alcohólica de la cerveza es en donde la acción de la cimasa
segregada por la levadura convierte los azúcares simples, como la glucosa y la
fructosa, en alcohol etílico y dióxido de carbono. En detalle, la diastasa, la cimasa,
la invertasa y el almidón se descomponen en azúcares complejos, luego en
azúcares simples y finalmente en alcohol. Generalmente, la fermentación produce
la descomposición de sustancias orgánicas complejas en otras simples, gracias a
una acción catalizadora. En el caso de los vinos, la química de la fermentación es
la derivación del dióxido de carbono del aire que penetra las hojas del viñedo y
luego es convertido en almidón
Las bebidas alcohólicas no son productos comunes y corrientes, son algo especial
y diferente, en definitiva, son bebidas que han acompañado al hombre desde
siempre. Durante el largo proceso de la evolución humana, el hombre ha buscado
la manera de elaborar bebidas alcohólicas. Estas han estado presentes en los
ritos y los sucesos más importantes de nuestra historia: Dioses, fiestas,
ceremonias, guerras y victorias han encontrado su cenit en una mesa donde los
hombres comparten el alimento y las bebidas alcohólicas. Por su elaboración este
tipo de bebidas, las podemos clasificar en dos grandes grupos: Fermentados y
Destilados, distinción que se valúa según el contenido de etanol (alcohol etílico
C2H5OH) y a su proceso de elaboración. Nuestros ancestros el linaje de primates
del que descienden los humanos comenzaron a ingerir alcohol hace unos 10
millones de años. Es decir, mucho antes de que los seres humanos abandonaran
su vida nómada en favor de la agricultura y mucho antes de que empezaran a
fermentar comida con la intención de crear una bebida alcohólica. Esto es lo que
afirma una nueva investigación que descubrió el momento en que se activó en
nuestro organismo una de las enzimas encargadas de metabolizar el etanol
contenido en las frutas. Según los científicos del Santa Fe College, en Estados
Unidos, esta mutación genética se produjo cuando el ancestro común del hombre,
gorilas y chimpancés bajó de los árboles y se adaptó a la vida en el suelo.

Se han realizado esfuerzos para aumentar la conciencia sobre los riesgos


asociados con el consumo excesivo de alcohol y se han implementado políticas y
programas para abordar el problema. La investigación médica y científica también
ha arrojado luz sobre los mecanismos biológicos y psicológicos del alcoholismo, lo
que ha llevado a enfoques más efectivos para su tratamiento. Aunque el
alcoholismo es una enfermedad compleja y multifactorial, es importante destacar
que hay ayuda disponible para las personas que luchan contra esta adicción. La
prevención, la educación y el acceso a programas de tratamiento son
fundamentales para abordar el alcoholismo y promover la salud y el bienestar. Es
importante tener en cuenta que la historia del alcoholismo es compleja y está
influenciada por factores culturales, económicos y sociales. El enfoque en la
prevención y el tratamiento del alcoholismo ha evolucionado a lo largo del tiempo,
buscando encontrar un equilibrio entre el disfrute responsable del alcohol y la
protección de la salud pública.

En varios países, incluyendo Estados Unidos, Canadá y países europeos, se


implementaron leyes de prohibición del alcohol en el siglo XX. Estas leyes tenían
como objetivo reducir los problemas sociales y de salud asociados con el consumo
excesivo de alcohol. Sin embargo, la prohibición tuvo consecuencias no deseadas,
como el aumento del contrabando y la criminalidad.

La OMS pone el acento en la elaboración, comprobación y evaluación de


intervenciones costo eficaces contra el consumo nocivo de alcohol, así como en la
generación, recopilación y divulgación de información científica acerca del
consumo y la dependencia de esta sustancia con las consecuencias sanitarias y
sociales del caso.

La Estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol, acordada por los
Estados Miembros de la OMS en 2010, representa el consenso internacional de
que la reducción del uso nocivo de esta sustancia y de la carga sanitaria y social
asociada es una prioridad de salud pública. La estrategia proporciona
orientaciones para la adopción de medidas en todos los niveles, incluidas diez
esferas en las que se recomienda que se adopten políticas e intervenciones con
miras a la toma de medidas nacionales encaminadas a reducir el uso nocivo del
alcohol y los principales componentes de la acción mundial para apoyar y
complementar las actividades en los países.

La actualización de los datos científicos sobre la costó eficacia de las opciones de


políticas e intervenciones emprendidas en el contexto del Plan de acción mundial
para la prevención de las enfermedades no transmitibles 2013-2030 dio lugar a un
nuevo conjunto de medidas recomendadas que permiten y abordan la reducción
del uso nocivo del alcohol. Entre las medidas más costo eficaces, también
llamadas «mejores inversiones», figuran el aumento de los impuestos sobre las
bebidas alcohólicas, la promulgación y aplicación de prohibiciones o restricciones
integrales de la exposición a la publicidad del alcohol en múltiples tipos de medios
de comunicación, y la promulgación y aplicación de restricciones sobre la
disponibilidad del alcohol al por menor.

Con la creciente concienciación sobre el impacto del consumo de alcohol en la


salud mundial y el aumento de los marcos internacionales de acción, ha
aumentado considerablemente la demanda de información mundial sobre el
consumo de alcohol y los daños atribuibles a este y relacionados con él, así como
las respuestas políticas conexas. La OMS ha establecido el Sistema Mundial de
Información sobre el Alcohol y la Salud (GISAH) para presentar de manera
dinámica datos sobre la intensidad y los patrones del consumo de alcohol, las
consecuencias sanitarias y sociales atribuibles al alcohol y las respuestas
normativas a todos los niveles.

Lograr una reducción del uso nocivo del alcohol de acuerdo con las metas
incluidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el marco mundial
OMS de vigilancia de las enfermedades no transmisibles requiere una acción
concertada de los países, una gobernanza mundial eficaz y una participación
adecuada de todas las partes interesadas pertinentes. Trabajando juntos de
manera efectiva podemos reducir las consecuencias sanitarias y sociales
negativas del alcohol.

Según un informe publicado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS),


en 2016 murieron más de 3 millones de personas a consecuencia del consumo
nocivo de alcohol, lo que representa 1 de cada 20 muertes. Más de las tres
cuartas partes de esas muertes correspondieron a hombres. En general, el
consumo nocivo de alcohol causa más del 5% de la carga mundial de morbilidad.
Demasiadas personas, familias y comunidades sufren las consecuencias del
consumo nocivo de alcohol: violencia, lesiones, problemas de salud mental y
enfermedades como el cáncer o los accidentes cerebrovasculares», dijo el Dr.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. «Es hora de
intensificar las acciones para prevenir esta grave amenaza para el desarrollo de
sociedades saludables».
De todas las muertes atribuibles al alcohol, el 28% se debieron a lesiones, como
las causadas por accidentes de tránsito, autolesiones y violencia interpersonal; el
21% a trastornos digestivos; el 19% a enfermedades cardiovasculares, y el resto a
enfermedades infecciosas, cánceres, trastornos mentales y otras afecciones.

A pesar de algunas tendencias mundiales positivas en la prevalencia del consumo


episódico intenso y el número de muertes relacionadas con el alcohol desde 2010,
la carga global de morbilidad y lesiones causadas por el consumo nocivo de
alcohol es inaceptablemente alta, particularmente en la Región de Europa y la
Región de las Américas. Se estima que en el mundo hay 237 millones de hombres
y 46 millones de mujeres que padecen trastornos por consumo de alcohol. La
mayor prevalencia entre hombres y mujeres se registra en la Región de Europa
(14,8% y 3,5%) y la Región de las Américas (11,5% y 5,1%). Los trastornos por
consumo de alcohol son más frecuentes en los países de ingresos altos.

El alcoholismo es un trastorno grave que afecta la salud física, mental y social de


las personas. Aunque no existen leyes específicas sobre el alcoholismo en sí
mismo, hay diversas regulaciones y legislaciones relacionadas con la venta,
consumo y conducción bajo los efectos del alcohol en la mayoría de los países.
Estas leyes varían según la jurisdicción, por lo que te proporcionaré una
descripción general de las principales leyes relacionadas con el alcoholismo

Existe una ley que es la Ley 24.788 Lucha contra el alcoholismo La ley fija límites
a la venta y publicidad de alcohol para prevenir el alcoholismo y garantiza la
atención médica, farmacéutica y psicológica de las personas alcohólicas. La
mayoría de los países tienen una edad mínima legal para consumir alcohol. Por lo
general, esta edad varía entre los 18 y 21 años, dependiendo del país. Esta ley
tiene como objetivo proteger a los menores de los efectos nocivos del alcohol. Hay
leyes que regulan la venta de alcohol, incluyendo licencias y restricciones para
establecimientos como bares, restaurantes y tiendas de licores. Estas leyes
también pueden limitar los horarios de venta, la publicidad y promoción del
alcohol. Las leyes pueden establecer responsabilidades civiles y penales para
quienes causen daños o lesiones a otras personas debido a su consumo de
alcohol. Esto puede incluir indemnizaciones económicas a las víctimas y
sanciones legales para los infractores. Programas de tratamiento y rehabilitación
en algunos países tienen programas y leyes que promueven el tratamiento y
rehabilitación de personas con problemas de alcoholismo. Estos programas
pueden ofrecer apoyo médico, psicológico y social a las personas afectadas, con
el objetivo de ayudarlas a superar su adicción. Conducir bajo los efectos del
alcohol es un delito en la mayoría de los países. Existen límites legales de
concentración de alcohol en sangre y se realizan controles de alcoholemia para
hacer cumplir esta ley. Las consecuencias pueden incluir multas, suspensión de la
licencia de conducir, programas de rehabilitación y, en casos graves, penas de
prisión.

Es importante tener en cuenta que las leyes específicas pueden variar según el
país y es necesario consultar las regulaciones locales para obtener información
detallada sobre las leyes del alcoholismo en una jurisdicción específica. Además,
es fundamental buscar ayuda profesional si tú o alguien que conoces está lidiando
con problemas de alcoholismo.

Cómo superarlo. Los problemas de salud provocados por el alcoholismo o el estilo


de vida asociado hacen que la persona tenga que cambiar hábitos y conductas
para superar las enfermedades. No querer afrontar estos problemas puede
provocar que precisamente se "refugie" en el consumo de alcohol para no tener
que hacer frente a su realidad en materia de salud. El tratamiento del alcoholismo
una vez conocidas las causas y efectos del alcoholismo y con la información y
experiencia de años tratando la adicción al alcohol, hemos comprobado que las
Comunidades Terapéuticas, como centros de desintoxicación del alcoholismo son
el mejor recurso para el tratamiento, desintoxicación y deshabituación del
alcoholismo en adictos al alcohol, ya que cuenta con unos beneficios para el
paciente que otros recursos no tienen.

Un equipo multidisciplinar compuesto por profesionales de diversos campos que


intervienen en el proceso de recuperación de la persona adicta al alcohol.
Médicos, psiquiatras, psicólogos, educadores sociales, fisioterapeutas, auxiliares
socioeducativos, abogados, etc. Hacen que la asistencia y ayuda que reciba la
persona en tratamiento de alcoholismo sea completa en todos los niveles.

Riesgos para la salud a largo plazo. Con el tiempo, el consumo excesivo de


alcohol puede causar enfermedades crónicas y otros serios problemas como los
siguientes:

Alta presión arterial, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares,


enfermedad del hígado y problemas digestivos.

Cáncer de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto.

Problemas de aprendizaje y memoria, como demencia y bajo rendimiento escolar.

Problemas de salud mental, como depresión y ansiedad. Problemas familiares,


problemas relacionados con el trabajo y desempleo.

Dependencia al alcohol o alcoholismo. Al no consumir demasiado alcohol, usted


puede reducir estos riesgos para la salud a corto y largo plazo.

Datos y cifras

El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y


trastornos.

Cada año se producen 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo


nocivo de alcohol, lo que representa un 5,3% de todas las defunciones.

En general, el 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones es atribuible al


consumo de alcohol, calculado en términos de años de vida ajustados en función
de la discapacidad (AVAD).

Más allá de las consecuencias para la salud, el consumo nocivo de alcohol


acarrea importantes pérdidas sociales y económicas a las personas y a la
sociedad en general.

El consumo de alcohol provoca defunción y discapacidad a una edad


relativamente temprana. Entre las personas de 20 a 39 años, aproximadamente el
13,5% del total de muertes son atribuibles al alcohol.
Existe una relación causal entre el consumo nocivo de alcohol y una serie de
trastornos mentales y comportamentales, además de las enfermedades no
transmisibles y los traumatismos.

El alcoholismo es un trastorno crónico y progresivo que se caracteriza por un


consumo compulsivo y descontrolado de alcohol, a pesar de sus consecuencias
negativas en la salud física, mental y social de la persona. Es considerado una
enfermedad debido a que afecta tanto al cuerpo como a la mente, y puede tener
consecuencias devastadoras si no se trata adecuadamente. Es importante
destacar que el alcoholismo es una enfermedad tratable. Si sospechas que tú o
alguien que conoces está lidiando con problemas de alcoholismo, es fundamental
buscar ayuda profesional. Los tratamientos pueden incluir terapia individual o
grupal, programas de desintoxicación, rehabilitación y apoyo continuo a través de
grupos como Alcohólicos Anónimos. El apoyo de amigos y familiares también es
importante en el proceso de recuperación. Etapas del alcoholismo

Primera etapa: En la primera etapa, el individuo o el estudiante Beben demasiado


en todas las reuniones de amigos o todos los fines de semana. Aumenta su
paciencia y frecuencia para beber. Bebe rápidamente (frascos, servidos
completos). Sufre de lagunas mentales. Bebe en secreto en lugares como la
Universidad.

Segunda etapa: Durante esta fase, el individuo: Manifiesta un cambio de actitud y


forma de beber. Sufre una pérdida de control. Bebe por la mañana para curar la
resaca (como dicen que tiene que curar). Siente un aumento del deseo sexual y, al
mismo tiempo, impotencia o frigidez. Inventa un sistema de pretextos. Sufre a
causa de la censura familiar. Esplendor (tiempo, vida y dinero). Siente
remordimientos persistentes después de la embriaguez. Trata de dejar de beber.
(Este es el último). Esto causa la pérdida de sus buenas amistades. Siente
resentimiento. Pierde sus estudios, sus exámenes, no asiste a clases con
frecuencia, infecta a sus colegas. Piensa en retirarte de la universidad o de tu
centro de estudios (queda vacante). Él recurre a la ocultación de la vergüenza que
ocurre.
Tercera etapa: En esta etapa el individuo: Casos que pueden ocurrir en cualquier
momento: hospitalización, infracciones, accidentes y detenciones. Sufre una
embriaguez prolongada. Pierde la tolerancia al alcohol. Lleva más tiempo
recuperarse de un estupor de borracho. Tiene miedos indefinidos. Su sistema de
pretexto se derrumba. Es posible que tenga que permanecer en una institución
psiquiátrica.

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