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Cadáveres

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Cadá veres.

Néstor Perlongher

Bajo las matas


En los pajonales
Sobre los puentes
En los canales
Hay Cadá veres

En la trilla de un tren que nunca se detiene


En la estela de un barco que naufraga
En una olilla, que se desvanece
En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones
Hay Cadá veres

En las redes de los pescadores


En el tropiezo de los cangrejales
En la del pelo que se toma
Con un prendedorcito descolgado
Hay Cadá veres

En lo preciso de esta ausencia


En lo que raya esa palabra
En su divina presencia
Comandante, en su raya
Hay Cadá veres

En las mangas acaloradas de la mujer del pasaporte que se arroja


por la ventana del barquillo con un bebito a cuestas
En el barquillero que se obliga a hacer garrapiñ ada
En el garrapiñ iero que se empana
En la pana, en la paja, ahí
Hay Cadá veres

Precisamente ahí, y en esa richa


de la que deshilacha, y
en ese soslayo de la que no conviene que se diga, y
en el desdén de la que no se diga que no piensa, acaso
en la que no se dice que se sepa...
Hay Cadá veres
Poema de Juan Gelman a su hijo Marcelo

Estas visitas que nos hacemos,


vos desde la muerte, yo
cerca de ahí, es la infancia que
pone un dedo sobre
el tiempo. ¿Por qué
al doblar una esquina encuentro
tu candor sorprendido?
¿El horror es una mú sica extrema? ¿Las
casas de humo donde vivía
el fulgor que soñ aste?
¿Tu soledad obediente
a leyes de fierro? La memoria
te trae a lo que nunca fuiste.
La muerte no comercia.
Tu saliva está fría y pesá s
menos que mi deseo.

M. A., de Juan Gelman en Valer la pena (2003)

Este poema está dedicado a Marcelo Ariel Gelman, secuestrado y asesinado durante la dictadura militar argentina junto a su mujer María Claudia embarazada de 7 meses.
Desaparecidos- Mario Benedetti

Está n en algú n sitio / concertados


desconcertados / sordos
buscá ndose / buscá ndonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueñ os sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada
nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos

ven pasar á rboles y pá jaros


e ignoran a qué sombra pertenecen

cuando empezaron a desaparecer


hace tres cinco siete ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro y sin motivo
vieron por la ventana de su ausencia
lo que quedaba atrá s / ese andamiaje
de abrazos cielo y humo

cuando empezaron a desaparecer


como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin ú ltimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de cosas que querían
está n en algú n sitio / nube o tumba
está n en algú n sitio / estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brú jula
y hoy vaguen preguntando preguntando
dó nde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio

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