Monografía
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N° 108
SANTA ROSA DE
QUIVES
SANTA ANITA
MONOGRAFÍA
LA CULTURA KICHWA DE
LAMAS
AUTOR/A
ARIAN CAMILA GALLEGOS
QUISPE
ARTE Y CULTURA
LIMA,2023
DEDICATORIA
Quiero agradecer primeramente a mi
madre por
su apoyo y motivación constante que me ha
permitido lograr todas mis
responsabilidades y
ser una persona de bien.
A mi maestro por incentivarme en el
mundo del
arte y el haberme llevado paso a paso en el
aprendizaje que me ha permitido tener los
conocimientos obtenidos.
PRESENTACIÓN
Ubicación
GEOGRÁFICA
De acuerdo con Mayor y Bodmer (2009), los Kichwa se asientan
en diversos espacios de la Amazonía peruana y ecuatoriana. En
nuestro país, algunos de los principales espacios donde ubican
sus localidades son los departamentos de SanMartín, Loreto y
Madre de Dios.
En el caso de San Martín y los Kichwa lamistas, como su nombre
lo indica, se ubican mayoritariamente en la provincia de Lamas,
así como en la cuenca baja del
Río Mayo, uno de los afluentes del Huallaga. Si bien esta zona se
caracteriza por contar con lluvias todo el año, los lamistas
distinguen dos estaciones: una de verano, donde bajan los
niveles de precipitaciones y otra de invierno o también conocida
como “estación lluviosa”. Esta última va desde el mes de
septiembre yconcluye en abril, siendo los picos de mayor
aguacero en octubre y noviembre, así como en marzo. El espacio
donde habitan los lamistas configura montañas, ríos, colinas, así
como una topografía accidentada. De esta manera se pueden
encontrar quebradas con descensos bruscos, valles angostos,
vegetación densa, al igual que áreas boscosas, montes, y cochas
(Panduro & Rengifo, 2001). De acuerdo con la información
contenida en la Base de Datos Oficial de Pueblos Indígenas u
Originarios (BDPI), el pueblo indígena u originario Kichwa
cuenta con un total de 498 localidades en las que viven y/o
ejercen sus derechos colectivos, de las cuales 370 cuentan con
reconocimiento como comunidad nativa, y 6 como comunidad
campesina. De acuerdo con los Censos Nacionales 2017, la
población de dichas localidades asciende a 82,141 personas
aproximadamente.
7.1
ORÍGENES
2.1 PRE-COLONIAL
las investigaciones coinciden en que existe poca evidencia que explique
los orígenes de este grupo; sin embargo, ciertos indicios apuntan a que se
tratan de descendientes de los Chancas (Puga, 1989). En ese sentido, es
probable que un grupo de guerrero Chancas y Pocras hayan llegado a la
zona amazónica en búsqueda de refugio, generando una convivencia
pacífica con los grupos de la región (Rengifo, Panduro & Grillo, 1993). Por
otro lado, otros autores no descartan la posibilidad de que la implantación
de la lengua quechua en la zona tenga más que ver con la influencia
misionera que con la presencia de poblaciones Chanca (Puga, 1989).
Además, se considera que, debido la presencia de los Chanca, los grupos
indígenas Caribe, Tupi guaraní y Arawak abandonaron el territorio y
pasaron a refugiarse en la colina donde hoy se ubica la ciudad de Lamas
(Mayor & Bodmer, 2009). Por otro lado, Barclay (2001) encuentra que el
panorama étnico previo a la influencia misionera es poco claro.
2.2 COLONIAL
Dado que el pueblo Kichwa tiene su origen en diversos pueblos indígenas
de la Amazonía peruana, no es posible hallar referencias a los
denominados Kichwa en las crónicas que los misioneros escribieron hasta
el siglo XVIII (AIDESEP et al. 2000; ILV 2006). Sin
embargo, se sabe que para el siglo XVI, los misioneros de la Compañía de
Jesús empleaban la lengua quechua como vehículo para la evangelización
de pueblos indígenas u originarios de la Amazonía (Seymour- Smith
1988).
En el caso de los grupos Kichwa lamista, hacia el año 1538, el corregidor
de Cajamarca y Chachapoyas, Riva Herrera, inicia la conquista armada de
los territorios cercanos a la recién fundada ciudad de Moyobamba.
Durante esta campaña, se funda la que más
adelante sería la ciudad de Lamas, originalmente como un fuerte que
reunía a diversos pueblos indígenas, entre los que se encontraban los
Tabalosos, Lamas, Amasifuen, Cascabosoas, Jaumuncos, Payanos,
Suchichis y Muniches, pueblos indígenas u originarios que fueron
repartidos en encomiendas (Mora & Zarzar, 1997)
7.3
POBLACIÓN
actual
De acuerdo con la información contenida en la Base de Datos
Oficial de Pueblos Indígenas u Originarios (BDPI), el pueblo
indígena u originario Kichwa cuenta con un total de 498 localidades
en las que viven y/o ejercen sus derechos colectivos, de las cuales
370 cuentan con reconocimiento como comunidad nativa, y 6 como
comunidad campesina. De acuerdo con los Censos Nacionales 2017,
la población de dichas localidades asciende a 82,141 personas
aproximadamente.
Este pueblo indígena se encuentra en la Región de San Martín. Con
16.929 personas censadas constituye el 5.1% de la población
indígena (INEI, 2009; Mora, 1994).
7.4
Lengua
El quechua lamista es una variedad de la quechua hablada en la
provincia de Lamas en el departamento de San Martín, y en algunos
pueblos a orillas del río Huallaga. El lamista forma parte de la rama
Chinchay septentrional de la familia de lenguas quechua, junto con
el quechua chachapoyano, el kichwa del Ecuador y elingano.
Los resultados de los Censos Nacionales del 2017 indican que
3,805,531 personas aprendieron a hablar en su niñez en la lengua
quechua. Sin embargo, el quechua amazónico de la comunidad
Kichwa lamista según el estado de vitalidad se encuentra en peligro.
7.5
Atención del
ESTADO
La Feria Nacional de Artesanía Arte Nativa (ARTE NATIVA), organizada por la
Dirección General de Artesanía del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo
(MINCETUR) es un espacio de difusión cultural en el que participan
representantes del pueblo Kichwa.
VESTIMENTA TÍPICA
DANZA
La danza el pillo, es un baile nativo ejecutada durante las fiestas de
carnaval (febrero y marzo). El pillo es una soga larga cubierta de plumas
de diferentes aves. Es la representación de una especie de cetro de
mando, que es portada por el brujo o banku quien es considerado el
más poderoso o el mejor de todos.
El mensaje de la danza el pillo es la lucha del bien contra el mal. Que es
representado por la lucha de dos jóvenes que se disputan el poder,
haciendo uso de su fuerza física. El mal es representado por una
bandera negra y el bien por una bandera blanca. Mostrándose como
elementos rituales además del pillo. En la parte central de la danza, el
brujo muestra sus poderes en medio de espesos humos de incienso
preparados para la ocasión.
VESTIMENTA TÍPICA
INSTRUMENTOS
MUSICALES
TAMBOR DE LAMAS:
Actividades económicas
Y ALIMENTACIÓN
El género marca la pauta de la división del trabajo por lo que las mujeres
realizan actividades relacionadas a la cocina, el preparado de bebidas como
la chicha o el masato. También es parte del dominio de las mujeres Kichwa
lamistas el tejer y diseñar prendas como las fajas; las técnicas del tejido son
transmitidas de abuelas a madres y de madres a hijas por varias
generaciones. Las mujeres también son las encargadas de recoger agua en
los puquios, así como otras actividades domésticas como lavar la ropa y
limpiar la casa. Participan en tareas de la chacra como el deshierbe y
siembra de distintos cultivos (Faiffer & Belaunde, 2016). Los hombres, por su
parte, se dedican a la chacra y la caza, actividades que de realizarse
satisfactoriamente pueden proporcionarles prestigio en sus comunidades.
En el caso del pueblo Kichwa lamista, la principal actividad de subsistencia
la representa la agricultura, con una importancia secundaria de la pesca y
caza, asimismo, las actividades de recolección son cada vez menos
practicadas. La agricultura tradicional lamista se ha caracterizado por la
rotación de chacras, descansos prolongados y las consideraciones que se
tiene para promover la regeneración del monte; sin embargo, el aumento
de la población y, en consecuencia, de la presión demográfica, ha hecho que
este tipo de agricultura sea cada vez menos practicada. Otras prácticas
propias de este grupo son el intercambio constante de semillas entre
individuos y localidades, por lo que no suelen comprar semillas. Asimismo,
son importantes las concepciones que involucran a la persona y el territorio
que habita, ligando la fecundidad de la chacra con la fecundidad femenina
(Rengifo, Panduro y Grillo, 1993).
Los productos que se obtienen de la tierra son el maíz, frijol, yuca, plátano,
café y tabaco, los cuales también son comercializados en ciudades grandes
como Tarapoto. De igual manera, se ha introducido la crianza de animales
menores, aves de corral e incluso ganado vacuno (Mayor y Bodmer, 2009).
Por otro lado, entre los lamistas es característico el trabajo colectivo. Este
recibe el nombre de” maki maki” o “mano a mano” cuando involucra a dos
o tres mujeres, mientras que cuando hay más personas involucradas se
denomina “choba choba” (Belaunde, 2017). Estas formas de trabajo colectivo
se pueden dar tanto en la actividad agrícola como en actividades de
construcción, o incluso actividades de mujeres como la cerámica (Belaunde,
2017).
Parte de las prácticas entre los Kichwa lamistas es reconocer la reciprocidad
que le deben al monte y las chacras por brindarles los productos que les
permiten subsistir. En ese sentido, cobra un especial lugar la realización de
pagos y dietas. Estas se llevan a cabo especialmente en prácticas como la caza.
Las dietas incluyen no solo la abstención de alimentos y el consumo de
purgantes, sino también la restricción de prácticas como son las relaciones
sexuales. Una dieta bien realizada permite al cazador pasar desapercibido por
las presas (Rengifo, Panduro y Grillo, 1993). Por su parte, los cazadores no
solo toman del monte animales, sino también recolectan alimentos propios
de este espacio para subsistir durante sus estadías de caza (Panduro y
Rengifo, 2001). De igual manera, en el monte también se encuentran diversos
materiales que sirven, entre otras cosas, para la construcción de las casas,
como es en el caso de la madera o el material de los techos de las
edificaciones. Otros productos vegetales que se recolectan para la
alimentación son las nueces del macambo, el aguaje, la chonta, siendo estas
últimas palmeras donde se puede encontrar el gusano suri.
Artesanías y
8.2
Creaciones
LA CERÁMICA
Se elaboran artesanalmente tinajas utilizadas para
fermentar chicha o guardar agua, así como ollas para cocinar y kallanas
para servir alimentos, todas las cuales mantienen un uso tradicional que
ha perdurado por siglos.
La Cerámica tradicional Kichwa Lamas fue declarada Patrimonio Cultural
de la Nación en el año 2021 buscando poner en valor el aspecto estético y
simbólico en el arte de la alfarería de este pueblo; así como la
preservación, transmisión y trascendencia de sus conocimientos
tecnológicos tradicionales y de raíces prehispánicas fomentado por las
mujeres Kichwa, que forman parte de la memoria colectiva y la identidad
cultural.
8.6
MEDICINA
TRADICIONAL
Los Kichwa utilizan una amplia variedad de plantas medicinales para
tratar diferentes dolencias. Cada planta se selecciona cuidadosamente en
función de sus propiedades curativas y su relación con la enfermedad.
Los chamanes o curanderos tienen un profundo conocimiento de estas
plantas y saben cómo preparar infusiones, ungüentos y otros remedios a
partir de ellas.
En la armonización juega un papel importante la planta y su propio
vigor. Existen secretos para cada planta. Como dice don Miguel Tapullima
Sangama: “Toda medicina no se toma de cualquier lado, tomas de donde
sale el sol y de donde se oculta. Tampoco tienes que sacarlo cuando estás
mal dormido, ni de tarde. Tiene que sacarse tempranito y en luna
madura (luna llena), allí es más fuerte”. La mayoría de curanderos
coincide en que las resinas deben extraerse en “macllak” (en ayunas y sin
lavarse la boca). Un aspecto importante en la sanación, es el modo en que
una planta es preparada. Las mezclas, dosis, la propia cocción y la luna
en que se convida la pócima son otros temas a considerar.
Cuando el que prepara una planta es un curandero, es decir una persona
cuyo oficio, aparte de ser chacarero, es cuidar la salud de los humanos,
su cuerpo tiene que estar sintonizado con la naturaleza. Un curandero
también ha de tener lo que se dice “mano para curar”. Un curandero es
un sanador de la comunidad, y una condición para que sane es que él o
ella también esté sano(a), es decir, guardar las dietas adecuadas,
abstenerse de relaciones sexuales cuando va a curar, etc.
8.7
Literatura
Popular
La cultura Kichwa de Lamas, en Perú, tiene una rica tradición oral
que incluye una variedad de mitos, leyendas, fábulas y cuentos
tradicionales que transmiten valores, conocimientos y enseñanzas a
las generaciones venideras.
MITOS:
El Hombre Caimán: Este es uno de los mitos más conocidos de la
cultura Kichwa de Lamas. Cuenta la historia de un hombre que se
convierte en caimán debido a una maldición. Luego de su
transformación, sigue visitando a su familia y a su esposa en secreto.
La historia aborda temas de lealtad, amor y la conexión entre el mundo
humano y el mundo animal.
COSMOVISIÓN
Se da la convivencia con un conjunto de seres no humanos, los cuales
poseen diversas formas como cuerpos de agua o animales. Con estos
agentes se pueden entablar relaciones sociales, siendo que los intercambios
se dan de acuerdo con el tipo de relación que se entabla con ellos. Si
reciben un buen trato, estos seres pueden llegar a ser generosos, pero de lo
contrario, pueden ser caprichosos y perturbar a las personas (Panduro y
Rengifo, 2001).
Los Kichwa lamistas, no se refieren al bosque como tal, sino que la palabra
usada es “monte”, esto sirve como referencia a la espesura de bosques
como a un matorral. El monte es el lugar donde los humanos pueden
entablar diálogo con las especies de la “naturaleza”, así como con los
espíritus y ánimas que este alberga. El monte es asumido con
características de humanos en tanto sus criaturas pasan por las mismas
etapas de la vida que las personas. En ese sentido, una manera de
identificar especies dentro del monte es de acuerdo con el momento de vida
que están transcurriendo (Panduro, 2012; Rengifo, Panduro & Grillo, 1993).
Los espíritus del monte para los lamistas son altamente maleables de
acuerdo con la situación y al tipo de relación que establezca con ellos. Por
ejemplo, de acuerdo con la circunstancia, un espíritu puede enseñarles
cosas a los humanos, puede ayudarle en la caza o incluso pueden sanarlos;
sin embargo, en otro tipo de ocasiones pueden ser supay o demonios, que
generan disturbios si es que los humanos no han entablado un diálogo
respetuoso (Panduro & Rengifo, 2001).
De esta manera, los espíritus son seres con los que se establece relaciones
cotidianas, emotivas y hasta sensoriales (Panduro y Rengifo, 2001), por su
accionar es que los humanos consiguen sus alimentos del bosque a través
de la caza y recolección, por lo que se encuentran en una posición de
retribuir. Los humanos no solo devuelven al monte a través de pagos, sino
que también realizan actividades que lo preservan en tanto promueven el
nacimiento y ciclo vital de animales, plantas, agua, suelos y demás seres
(Rengifo, Panduro y Grillo, 1993).
Entre los seres del monte se encuentran principalmente las “madres”, que
representan a los guardianes de animales, plantas u otros elementos de la
topografía. Por ejemplo, la greda, arcilla con la que se elabora diversas
cerámicas, también cuenta con una madre guardiana y esta tiene un
importante rol respecto a astros y humanos, regulando ciclos del calendario y
también los comportamientos íntimos de las parejas Kichwa lamista
(Belaunde, 2017). Otros seres importantes son la Yacumama, que vive en ríos
y lagos y el Chullachaqui, deidad protectora del monte, que se personifica
como un hombre pequeño con un pie humano y otro animal. Este último
castiga a los hombres que transgreden las reglas de convivencia
(Rengifo, Panduro y Grillo, 1993).
PRÁCTICAS ANCESTRALES
En la sociedad Kichwa lamista encontramos que son las mujeres quienes
principalmente se encargan del cuidado y la salud de los niños, así como su
desarrollo a través de la preparación de alimentos. Asimismo, también usan
plantas medicinales en distintos contextos. Por otro lado, las preparaciones
más fuertes que necesitan dieta, como las purgas, son llevadas a cabo por
curanderos, o en menor medida por ancianas (Faiffer & Belaunde, 2016).
La alimentación también es parte de lo que contribuye a gozar de una buena
salud. En el caso de la comida, esta debe ser preparada con distintos cuidados,
siendo que algunas cosas solo pueden comerse en determinados momentos
del calendario agrícola o ritual. Otro punto importante es que algunos
animales al ser cocinados sin los cuidados necesarios pueden transmitir sus
atributos a quienes lo comen. O también se da el caso contrario donde se
busca apropiarse de atributos positivos de animales o plantas a través de su
ingesta. Así, especialmente en el caso de los niños y niñas, algunos alimentos
son evitados, puesto que pueden generar el desarrollo de características poco
deseadas, así como otros alimentos son propiciados, dado que pueden
provocar actitudes y comportamientos anhelados como la habilidad para la
caza o el tejido.
El conocimiento sobre plantas medicinales entre los Kichwa lamistas es
extenso. Usan diferentes plantas en distintos momentos del desarrollo de la
persona, así como también manejan plantas para determinadas enfermedades
o fines. Por ejemplo, los jóvenes varones Kichwa lamistas consumen uchu
sanango para animarse a cazar al monte y para realizar las manufacturas
propias de los varones. En su caso, las mujeres jóvenes, toman la resina del ojé,
la corteza del indano o la chuchuwasha para alejar la pereza y poder
despertarse más temprano, para ser atentas con sus padres, y realizar distintas
labores propias de la mujer Kichwa lamista (Tapullima, 2012).
Entre estas plantas guarda una especial relevancia la ayahuasca, dado que
los hombres realizan un ritual alrededor de su toma para buscar
convertirse en un proveedor exitoso para su familia, lo que a su vez les
brinda prestigio en sus comunidades (Faiffer & Belaunde, 2016).
9.
Conclusiones
En definitiva, la cultura Kichwa de Lamas, Perú, representa una
rica y diversa expresión de la identidad y herencia de un pueblo
arraigado en sus tradiciones ancestrales. A lo largo de esta
monografía, hemos explorado las múltiples dimensiones que
conforman esta cultura, desde su conexión profunda con la
naturaleza y su cosmovisión espiritual hasta sus prácticas
tradicionales en la medicina, la música y las narrativas orales.