Buompadre
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Con arreglo al nuevo esquema que presenta el Título III después de las
reformas operadas por las Leyes N? 25.087, 26.842 y 26.904, se puede formular
el siguiente cuadro:
1) Delitos que se caracterizan por una conducta sexual abusiva (arts. 119,
120 y 124).
2) Delitos que se caracterizan por conductas vinculadas a la corrupción
y prostitución de menores y mayores (arts. 125, 125 bis., 126 y 127).
3) Delitos que se caracterizan por una conducta sexual exhibicionista,
provocadora o relacionada con material pornográfico (arts. 128 y 129).
4) Delitos que se caracterizan por una conducta restrictiva de la libertad
personal (art. 130).
5) Delitos que se caracterizan por el medio empleado (art. 131).
podrá actuar de oficio cuando así resultare más conveniente para el interés
superior de aquél.
La importancia de la reforma introducida por la Ley 27.455 reside -con-
trariamente a la regulación del régimen anterior- en que la acción penal en los
delitos previstos en los artículos 119, 120 y 130 puede promoverse de oficio
(investigación penal iniciada directamente por el Ministerio Püblico), sin que
sea necesaria la instancia (denuncia o querella) de la parte agraviada u ofendida,
en los siguientes tres casos: cuando resultare la muerte de la víctima, fuere me-
nor de 18 anos o haya sido declarada incapaz (ver arts. 24 y conc. del CCyCN).
190 JonGE Epvuanpo BvoMPADRE
entre otros, con distintas matizaciones). Para este ültimo grupo de autores,
entonces, el abuso sexual admite comportamientos tales como obligar a la
victima a desnudarse y llevar a cabo actos de exhibición obscena, a masturbarse
u obligarla a efectuar esta clase de actos en la persona de un tercero, siempre
en presencia del sujeto activo. En nuestra opinión, por el contrario, si bien
este tipo de conductas implican un ataque a la libertad sexual de la víctima,
no encajan en el tipo del abuso sexual simple, que exige —como dijimos- actos
fisicos de tocamiento y no la simple implicación del cuerpo del sujeto pasivo en
una acción de contenido sexual. Estos supuestos configuran, segün nos parece,
el delito de coacción (art. 149 bis, Cód. Penal) como delito contra la libertad
individual. El abuso sexual se configura sólo si se afecta fisicamente el cuerpo
de la víctima, sea que la acción recaiga directamente sobre ella o que, por obra
del autor, la víctima actüe sobre el cuerpo de éste. No son suficientes las palabras
obscenas, los gestos, la simple contemplación, las proposiciones deshonestas,
los actos de aproximación, etcétera. El abuso sexual exige actos corporales
directos de tocamiento; no puede cometerse a distancia. El delito excluye la
realización de acceso carnal con la victima, o la intención de llevarlo a cabo,
en cuyo caso estaríamos en el ámbito de la consumación o de la tentativa del
delito previsto en el párr. 3* del art. 119 o en el del art. 120.
para que la conducta sea ilícita era suficiente con que se la llevara a cabo con
un "menor de doce aiios", pero no frente a un texto como el actual en el que,
además de la edad o la situación de vulnerabilidad de la víctima, la dinámica
del tipo penal exige que el autor abuse sexualmente de la otra persona. De lo
contrario, deberíamos admitir que carece de todo sentido que el legislador
haya exigido en el tipo objetivo el elemento del "abuso" de la situación en que
se encuentra la víctima, pues, por imperio de la propia presunción legal, era
suficiente para la consumación tipica con la realización de la conducta sexual,
aun cuando no se haya realizado bajo la modalidad abusiva.
A todo esto, no debemos olvidar que el art. 22 del nuevo CCyCN estable-
ce que "Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos
y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de
198 JonGE EpvuaARDo BvoMPADRE
VDI)Sujetos. Sujetos activo y pasivo del delito puede ser cualquier perso-
na, sin que se exija la concurrencia de ninguna cualidad especial que no sean
aquellas que agravan el hecho (art. 119, párr. 5"). Se trata de un delito comün,
de autor y víctima indiferenciadas.
VIT) Consumacióny tentativa, El delito es de pura actividad y se consuma
cuando se ejecuta el acto de contenido sexual sobre el cuerpo de la víctima. La
posibilidad de la tentativa ha dividido a la doctrina. La rechazan Gómez, Peco,
Vázquez lIruzubieta, Molinario, etc., mientras que la admiten Soler, Nüfez,
Creus, Laje Anaya, Arocena, Fontán Balestra, Reinaldi y Gavier, entre otros. En
verdad, si bien pueden ser imaginables formas imperfectas de ejecución, en la
praxis puede resultar muy confuso el deslinde entre los actos preparatorios y la
tentativa punible, en la que la intención del sujeto juega un rol preponderante.
VIII) Zipo subjetivo. Cuestiones al respecto. Con relación a la culpabi-
lidad en este delito, la doctrina propone distintas soluciones. Una, llamada
subjetivista, exige para la consumación típica la concurrencia de un elemento
subjetivo especial en el autor, esto es, que se proponga con el acto deshones-
to desahogar un apetito de lujuria, pero sin ánimo de llegar al coito (Fontan
Balestra). El dolo, para esta doctrina, queda caracterizado como un elemento
subjetivo del tipo de injusto. La otra propuesta, denominada objetivista, con-
sidera suficiente que el acto sea objetivamente de contenido sexual, con total
Agravantes
en el inc. c (que "el autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfer-
medad de transmisión sexual grave, y hubiere existido peligro de contagio"),
son las mismas que las previstas para los supuestos de los párrs. 2? y 3*.
Este esquema de agravantes podemos sintetizarlo de la siguiente manera:
1) Por el resultado. Comprende el grave dafio en la salud (art. 119) y la
muerte de la persona ofendida (art. 124).
d) Grave danno. La nueva disposición, salvo el agregado de la expresión
"salud mental", es la misma que la del anterior art. 122. Lamentablemente, el
legislador no reparó en que el problema que se había suscitado en la doctrina
no residía en si el concepto de salud fisica abarcaba o no el de salud mental
(algo sobre lo que todos estaban de acuerdo), sino en el alcance de la expresión
"grave dafo"; vale decir, si la redacción comprendía sólo las lesiones graves y
gravisimas de los arts. 90 y 91 del Cód. Penal o si, por el contrario, el concepto
se hacía extensible también a otros daiios graves determinables judicialmente.
Respecto de esta cuestión, algunos autores entienden que grave datio en la salud
no quiere decir técnicamente lesiones graves o gravísimas. Se trata más bien de
una expresión genérica que le permite al juez apreciar libremente la gravedad
del datio (Soler, Nünez, Fontán Balestra, Villada y Arocena). Otros, en cambio,
sostienen una posición restringida, segün la cual la expresión "grave dario"
equivale a las lesiones de los arts. 90 y 91 (Gómez, Oderigo y Moras Mom).
En nuestra opinión, grave damno no es una expresión genérica que permita
una libre interpretación judicial, sino una expresión jurídica con contenido
propio, cuya ünica posible determinación sólo puede hacerse a partir de una
interpretación legal. La expresión "grave dano" es un concepto normativo y,
por lo tanto, es siempre una lesión grave o gravísima. Una interpretación que
deje librado al arbitrio judicial la determinación del grado de la lesión —más
aun si tenemos presente que las conclusiones periciales no son vinculantes para
el juez-, constituye, a nuestro modo de ver, no sólo un peligroso criterio de
interpretación, sino una verdadera fuente de inseguridad jurídica. Desde el punto
de vista subjetivo, la agravante es de naturaleza preterintencional, vale decir,
que el resultado más grave (culposo) no debe haber sido querido ni buscado
por el autor. Por lo tanto, *grave dafio en la salud" debe ser entendido, de un
lado, como un daiio fisiológicamente importante, esto es, de mayor entidad que
las lesiones leves (por lo tanto, siempre será una lesión grave o gravísima) y,
de otro, que debe afectar el cuerpo de la víctima (dato anatómico) o su salud
mental (daro funcional).
b) Muerte de la victima. Elart. 124 establece:
Se impondrá reclusión o prisión perpetua, cuando en los casos de los arts.
119 y 120 resultare la muerte de la persona ofendida (texto segun Ley N?
25895/04).
DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL 201
gido, sino con otros bienes cuya integridad también corre peligro (por ej., la
vida o la integridad corporal del sujeto pasivo). El uso de un arma, además de
mejorar la posición del agresor sexual, disminuye los mecanismos de defensa
de la víctima. La agravante comprende las armas propias e impropias, de
fuego o de disparo. Pero, en cualquier caso, el abuso sexual debe haber sido
cometido con armas, es decir, mediando el empleo de ellas, no siendo suficiente
la mera portación del arma, que ünicamente podrá ponderarse como un acto
de intimidación. Pese a que el sustantivo "armas" está empleado en plural, es
suficiente con el uso de una sola arma, en singular.
8) Por la edad y situación de la víctima. El inc.
f del párr. 4? introduce una
nueva modalidad agravatoria de los abusos sexuales: *haber cometido el hecho
contra un menor de dieciocho afios, aprovechando la situación de convivencia
204 JonGE EpvARDO BUOMPADRE
preexistente con él". Esta modalidad de abuso sexual agravado requiere para
su configuración de los siguientes elementos: un menor de dieciocho afios,
varón o mujer; una situación de convivencia con el sujeto pasivo que sea
preexistente al hecho mismo, y el aprovechamiento de tal situación por parte
del autor. La situación de convivencia puede ser transitoria o permanente, ya
que la ley nada indica al respecto, pero seguramente habrá que tener especial
cuidado con aquellas situaciones de cohabitaciones pasajeras, esporádicas, de
muy corta duración y que revelan la inexistencia de una verdadera convivencia
entre el autor y la víctima, que supone una vida en comün compartida. La con-
vivencia implica algo más que el *estar o permanecer en el mismo lugar que
el autor"; no se trata de una situación meramente material o física, sino de una
situación que tiene como presupuesto una comunidad de intereses, de afectos
y de situaciones compartidas que son similares a las de una familia, que puede
estar formalmente constituida o conformar simplemente una unión de hecho
convivencial. De aquí que no resulta suficiente con sólo "vivir bajo el mismo
techo", como piensa alguna doctrina. De cualquier modo, la agravante sólo
resulta aplicable en la medida en que el autor se aproveche de la situación de
convivencia, vale decir, se prevalezca o utilice las ventajas que tal situación le
brinda para consumar el abuso sexual. Se trata de un elemento subjetivo que
acompafia el obrar del autor, sin el cual la figura resulta excluida.
a conductas de esta clase es la humillación que causa en sus victimas, por 6j.
los actos sexuales realizados en püblico, o ante la propia familia, empleándose
objetos o instrumentos mecánicos o de cualquier naturaleza, de connotación
sexual (a excepción del pene), introduciéndolos en la boca de la víctima, entre
otros. La penetración del órgano genital masculino por vía oral (fellatio in ore),
después de la reforma de la Ley N? 27352, ha pasado a configurar el delito de
violación. Por tratarse de un subtipo derivado (agravado) de la figura básica del
párr. 1?, los sujetos activo y pasivo son indiferenciados, siendo irrelevante que
sean o no del mismo sexo. Pero, en cualquier caso, la conducta típica deberá
plasmarse en un contacto corporal de inequívoca significación sexual, sin que
se llegue al acceso carnal.
El deber de fidelidad que derivaba del art. 198 del anterior Código Civil
(actualmente en el art. 431 del CCyCN) -invocado por algunos doctrinarios
para justificar el acceso carnal violento de la esposa- que podría tener alguna
importancia en el plano civil, en tanto su inobservancia podría culminar en la
separación o el divorcio de los cónyuges, ninguna incidencia podría tener hoy
en el ámbito del derecho penal. Durante la vigencia del anterior Código Civil,
el deber de fidelidad era un deber jurídico, pero en la actualidad, el nuevo orde-
namiento civil recepta la fidelidad como un "deber moral", sin consecuencias
civiles ni penales. Por lo tanto, el argumento de la vieja doctrina centrado en
la fidelidad para justificar el ataque sexual en el matrimonio, ha perdido toda
vigencia y razonabilidad. El derecho de disposición sexual es igual para todos
los individuos, tanto para la meretriz como para la mujer que no lo es, tanto
para la mujer unida en matrimonio como para aquella que se encuentra unida
de hecho o informalmente con su pareja (concubinato, unión de hecho, uniones
convivenciales, etc.). Por lo tanto, el acceso carnal violento en cualquier vía o
la introducción de objetos o partes del cuerpo en vagina o ano de la víctima,
configura el delito de violación.
DrEnEcHOo PENAL - PARTE ESPECIAL 209
se rige por las reglas comunes. En lo referente a las relaciones concursales, este
abuso sexual puede concursar con otros delitos, tales como las lesiones, la pri-
vación ilegitima de la libertad, el homicidio, el rapto, la corrupción, la violación
de domicilio, etc., para lo cual habrá que estar, en la generalidad de los casos, a
las circunstancias particulares en que ellos se han llevado a cabo.
El texto incorporado por la reforma, **o realizare otros actos análogos in-
troduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vias",
nos ha movido a indagar qué quiso decir el legislador con la frase otros actos
análogos; se nos ocurre que la frase debe significar otros actos similares,
idénticos, parecidos, semejantes, equivalentes, etc. a acceso carnal, pero a
renglón seguido el texto dice introduciendo..., con lo cual se nos está dicien-
do la misma cosa, pues —como antes se explicó-, acceso carnal quiere decir
penetración, esto es, la introducción de una cosa en otra. Ahora bien, como
la "analogia" es con la voz "acceso carnal", entonces debemos concluir que
debe tratarse de a/go (un objeto o una parte del cuerpo) que tenga significación
sexual, ya sea por su propia entidad o estructura (por ej. un objeto artificial
predispuesto para la sexualidad: un consolador) o por la forma en que se lo
emplea (por ej. la introducción de un dedo en la vagina). Si bien esta inter-
pretación nada quita ni anade para la comprensión del delito, creemos que el
legislador debió prestar mayor atención a la dicción del texto legal, evitando
emplear expresiones que pueden generar confusión y errores de interpretación
en la aplicación de la figura.
Del mismo modo, debemos determinar qué debe entenderse por el calificati-
vo objeto y por la expresión partes del cuerpo. En lo que respecta a la primera
cuestión, para un sector de la doctrina, la introducción de objetos debe estar
referida a objetos (palo, dedo, etc.) y a cavidades (vaginal o anal) que tengan
una evidente connotación sexual (meter una cucharita de café o un dedo en
la boca o por el oído, dificilmente pueda constituir esta modalidad agravada
o inclusive una verdadera agresión sexual) (Munoz Conde). Pensamos que si
así no se entendiera la nueva regulación del art. 119, bastaría con introducir un
escarbadientes en la boca de otra persona para que ese sólo hecho configure
un abuso sexual agravado por considerarlo una acción depravada y ultrajante
para la victima (jni qué decir si el escarbadientes es introducido en las vías
anal o vaginal!), situación que implicaría una notoria violación al principio
de proporcionalidad. Díez Ripollés, por su parte, pone de resalto su contra-
riedad con la hipótesis en que se determina a la propia victima a introducirse
ella misma miembros corporales u objetos en la vagina o el ano, al igual que
Orts Berenguer, para quien el *hacerse introducir" debe encontrar ubicación
en el tipo básico. Ahora bien, nos preguntamos: (qué diferencia puede haber
entre introducir en la vagina de la mujer un objeto degradante o vejatorio o en
obligarla a que ella misma sea quien se lo introduzca?, (jno implica, acaso, esta
ültima modalidad un atentado grave contra la libertad sexual de la víctima?,
o 4no significa lo mismo matar a otro que obligarlo a que se mate?, ;,es esta
ültima una conducta menos grave? Creemos que debe sostenerse una postura
contraria, esto es, que tanto el supuesto de introducir el objeto al sujeto pasi-
VO, sin su consentimiento, por vía vaginal o anal, como obligar a la víctima a
quien sea ella misma quien se lo introduzca (o se lo introduzca a un tercero),
tienen idéntico contenido de injusto (que pueden fácilmente ser equiparables en
DenEcHO PENAL - PARTE ESPECIAL 211
Objeto
El *objeto" es una cosa y, por tanto, algo inanimado. El concepto hace
referencia a un instrumento no adherido o que forme parte del cuerpo humano.
No se trata de un órgano humano o un miembro corporal, sino de algo inerte,
inane, instrumental (STS espanol, 23/03/99). Si bien es verdad que el objeto,
para configurar el tipo de violación, no sólo debe ser introducido en alguna
de las vías normativamente predispuestas en el tipo de injusto (vaginal/anal)
y cumplir —desde una perspectiva lógica—- una función sustitutiva del órgano
sexual masculino, no lo es menos que su incorporación al tipo limitándose los
lugares de introducción a las vías vaginal y anal se justifica en cuanto sólo de
ese modo podría vulnerarse la libertad sexual del sujeto pasivo.
Para que la introducción de objetos pueda configurar un delito sexual, se
debe haber lesionado la libertad sexual del sujeto pasivo, lo cual sólo puede
ser explicable si la introducción se produce en un lugar del cuerpo humano
que posea connotación sexual, no —como se tiene dicho— apto para el ejercicio
Los dos nuevos tipos delictivos previstos en el art. 120, tienen en comün
los siguientes elementos.
I) Sujetos. Los sujetos activo y pasivo son indiferenciados; tanto pueden
ser un hombre como una mujer.
II) Conductas típicas. Las conductas tipificadas para las dos figuras se
caracterizan por constituir un abuso sexual, pero con la diferencia de que en
el tipo previsto en el párr. 3? la acción incriminada es el acceso carnal o la
introducción de objetos o partes del cuerpo.
III) Elemento cronologico. Debe tratarse de una persona menor de dieci-
séis anos pero —por referencia al límite minimo establecido en el párr. 1? del
art. 119—, debe tener trece anos cumplidos. Si la víctima tiene dieciséis o es
mayor a esta edad y no concurren algunas de las circunstancias del primero o
segundo párrafo del art. 119, la conducta es atípica.
IV)/nmadurez sexual de la víctima. La antigua formula de la honestidad
como elemento del tipo de estupro en la versión anterior del art. 120 fue su-
primida por la reforma y reemplazada por una no más afortunada ni menos
imprecisa: la inmadurez sexual de la víctima. La expresión inmadurez sexual
debe ser entendida como "inexperiencia, desconocimiento, falta de hábito, en
las relaciones sexuales". La fórmula empleada por la ley presupone un menor
no iniciado en la sexualidad, esto es, una persona sexualmente inexperta, de
cuya condición debe aprovecharse el autor. Tratándose la inmadurez sexual
del sujeto pasivo de un elemento del tipo, tiene que ser probado en el proceso
judicial. La ley no lo presume, así como no presume la existencia de seducción
en la conducta del autor.
V) Aprovechamiento de la condición de la víctima. El artículo contiene
una referencia subjetiva relacionada con el obrar del autor: el sujeto activo,
para ser punible, debe aprovecharse de la inmadurez sexual del menor. Se trata
de una situación de prevalencia o de obtención de ventajas derivadas de una
condición de inferioridad o de especial vulnerabilidad en que se encuentra el
sujeto pasivo por su falta de madurez sexual, condición que le facilita al sujeto
activo el logro de sus objetivos sexuales. El aprovechamiento de la condición
de inmadurez sexual configura un elemento del tipo objetivo que no debe ser
presumido por el intérprete, ya que la ley no lo presume (ni siquiera con ca-
rácter aleatorio), sino que lo requiere expresamente; por lo tanto, se convierte
en un elemento del tipo que -como en el supuesto anterior- debe ser probado
en cada caso en concreto (ver nuestro comentario sobre el consentimiento en
los delitos sexuales).
VD £l sujeto activo mayor de edad. Con arreglo al precepto legal, el au-
tor se debe aprovechar de la inmadurez sexual de la victima, en razón de su
mayoría de edad (18 ahos cumplidos al momento del hecho), su relación de
DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL 215
madurez sexual a partir de los 16 (art. 120 CP), pero también por decisión del
legislador, no pueden contraer matrimonio hasta los 18 anos (art. 403 CCyCN).
Otro verdadero disparate.
La seducción
Agravantes
Las circunstancias que califican cualquiera de las modalidades del abuso
sexual por aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima se encuentran
previstas en el art. 120, párr. 2^, por el que se conmina con una pena de seis
a diez anos de prisión o reclusión cuando resultase un grave dario en la salud
fisica o mental de la victima; si el hecho fuese cometido por ascendiente, des-
DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL 217
cendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algün culto
reconocido o no, o por el encargado de la educación o guarda de la víctima;
si el autor tuviera conocimiento de ser portador de una enfermedad de trans-
misión sexual grave, y hubiese existido peligro de contagio; si el hecho fuese
cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en
ocasión de sus funciones, o contra un menor de dieciocho afios, aprovechando
la situación de convivencia preexistente con él.
Quedan al margen de la mayor penalidad las circunstancias previstas en el
art. 1 19, párr. 4*, inc. d, esto es, cuando el abuso sexual ha sido cometido por
dos o más personas, o con armas, puesto que la mayor gravedad que implica
la comisión del hecho en grupo o con el uso de medios peligrosos para otros
bienes jurídicos justifica que se aplique la mayor penalidad de las figuras más
graves de los párrs. 2" o 3?. Se agrava también el abuso sexual por aprovecha-
miento de la inmadurez sexual de la víctima, cuando resultare la muerte de la
persona ofendida (art. 124 CP).
páginas siguientes.
Corrupción de menores
sujeto pasivo sólo puede ser un menor de dieciocho afios de edad. Sin em-
bargo, la promoción y facilitación de la corrupción de una persona mayor de
dieciocho afios no es delito.
Agravantes
Concepto de prostitución