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Camino A Cristo

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EL CAMINO A CRISTO.

Dios manifiesta su grande amor hacia nosotros de manera visual y tangible. Por medio de su
palabra nos muestra su amor a través de la historia de la humanidad. Mas, sin embargo, fue la
encarnación de su amado Hijo quien nos mostró la evidencia suprema de «Dios con nosotros».
Jesús hizo manifiesto su amor por medio de sus principios prácticos y vivos, también nos
mostró una clara forma de relación con los diversos tipos de personas y en medio de un mundo
agobiado por el maligno, sanó las dolencias de los hombres.
Y cuando hubo realizado toda su obra de amor, se dio a sí mismo para garantizar nuestro
rescate, resurrección y acceso al cielo por medio de Él, a quien rendimos honra y gloria. El
amor de Jehová nunca cambiará.

Era perfecto y estaba en armonía con Dios. El propósito del tentador era contrariar el plan que
Dios había tenido al crear al hombre y llenar la tierra de miseria y desolación. El pecador no
podría ser feliz en la presencia de Dios; le desagradaría la compañía de los seres santos. La
gloria de Dios sería para ellos un fuego consumidor. La mística escalera del sueño de Jacob
representaba a Jesús, el único medio de comunicación entre Dios y el hombre. Al caer, el
hombre se apartó de Dios: la tierra fue cortada del cielo.

Muchos hombres mostraron arrepentimiento por su pecado, pero solo era por las
consecuencias de los actos, más en su corazón no había tristeza por el acto. Por naturaleza
estamos enemistados con Dios. Dios quiere sanarnos y libertarnos. Dios no fuerza la voluntad
de sus criaturas. Los tesoros son el ídolo de muchos. El Hijo de Dios dio todo para nuestra
redención: la vida, el amor y los sufrimientos. Dios ha dado a los hombres el poder de elegir;
depende de ellos el ejercerlo. No llegan al punto de dar su voluntad a Dios. No eligen ser
cristianos ahora. Al dar nuestra voluntad a Cristo.

Nuestros motivos son impuros, nuestro corazón está corrompido. Hemos resuelto entregarnos a
Dios. Confiesas tus pecados y te entregas a Dios. Tan ciertamente como haces esto, Dios
cumplirá su palabra contigo. Pero es la voluntad de Dios limpiarnos de pecado, hacernos hijos
suyos y ponernos en actitud de vivir una vida santa. Alejar la sospecha de que las promesas de
Dios no son para nosotros. Dios es la fuente de vida, luz y gozo para el universo. Con espíritu
amoroso podemos ejecutar los deberes más humildes de la vida. Si tenemos el amor de Dios
en nuestro corazón, se manifestará en nuestra vida.
Dios nos habla también en su Palabra. Llenar nuestro corazón de las palabras de Dios. El
Espíritu Santo exalta y glorifica al Salvador.

La oración secreta sólo debe ser oída del que escudriña los corazones: Dios. Tranquila, pero
fervientemente se extenderá la oración hacia Dios. Dios es el castillo de nuestra fortaleza. De
este modo anduvo Enoc con Dios. Presentar a Dios nuestras necesidades, gozos, tristezas,
cuidados y temores. Nuestro Dios es un Padre tierno y misericordioso.
Sin embargo, Dios no ha quitado nunca toda posibilidad de duda. La Palabra de Dios, como el
carácter de su divino Autor, presenta misterios que nunca podrán ser plenamente comprendidos
por seres finitos. Pero no tenemos razón para dudar de la Palabra de Dios porque no podamos
entender los misterios de su providencia. No están dispuestos a esperar pacientemente hasta
que Dios juzgue oportuno revelarles la verdad. Demos gracias a Dios de que no sea así.
Los hijos de Dios están llamados a ser representantes de Cristo y a mostrar siempre la bondad
y la misericordia del Señor. Satanás siempre procura presentar la vida religiosa como una vida
de tinieblas. Gracias a Dios que nos ha presentado hermosísimos cuadros. Su corazón era un
manantial de vida.

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