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Assef, Jose-Transhumanismo, ¿Cómo Será El Cuerpo Del Siglo X

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Eje 5 - Cuerpo y tecnociencia en el Siglo XXI

Contribuciones para el debate


Escriben Heloisa Caldas y Jorge Asseff
La noticia causó gran revuelo en su momento. Angelina Jolie, conocida actriz de Hollywood, decidió
someterse a una mastectomía doble luego de que los resultados de un examen genético predijeran que
tenía grandes chances de desarrollar un cáncer.

El episodio da pie al desarrollo que Heloisa Caldas nos ofrece en su texto. Allí distingue con claridad los
avances científicos de la difusión que de ellos hace el mercado, subrayando de una manera muy
interesante algunas de las exigencias que esa difusión produce y sus consecuencias subjetivas. Este
mismo punto es destacado por Jorge Assef en su texto "Trashumanismo", donde nos describe como
algunos académicos imaginan el paraíso de la "diosa ciencia".

¿Soñaran los androides con ovejas eléctricas? [1] No lo sabemos, pero para ponerlo en palabras de
Jorge Assef: "es una gran posibilidad contar con el próximo ENAPOL... será el momento de cristalizar el
permanente desafío del psicoanálisis: poner su clínica a la altura de la época".

1. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Novela de Philip K. Dick de 1968, en la que se basó la película Blade Runner.

Atormentados por la prevención


Heloisa Caldas - EBP (RJ)

Hace poco tiempo, una noticia sobre la prevención médica conmovió


al mundo. La famosa actriz Angelina Jolie, después de realizarse un
examen genético que predijo probabilidades futuras de desarrollar un
cáncer, se sometió a una mastectomía doble. Una edición reciente de
la revista Time alerta sobre el "efecto Angelina" basándose en la
visibilidad en relación con la prevención médica puesta en escena.

No podemos juzgar la decisión subjetiva de Angelina. El sujeto


emerge de acuerdo con el modo en el que cada uno enfrenta el saber
de su época, así como la mayoría de las decisiones subjetivas solo
pueden ser tomadas a partir del saber del tiempo en que se está
viviendo. Cuanto más se habla de los avances de la ciencia, más crecen las demandas de sujetos
alienados por los milagros de la medicina. Se trata de la oración contemporánea a la Diosa Ciencia, a la
espera de que tenga en sus manos el control total del cuerpo.
¿Qué produce la transmisión maciza de los avances de la ciencia todavía tan frágiles? Una demanda de
garantía. Ese será, probablemente, el mayor "efecto Angelina": el recrudecimiento del llamado al saber
científico sin considerar su forma cientificista de difusión que se produce no tanto por el descubrimiento
de las investigaciones, sino como consecuencia de su asociación con los intereses del capitalismo.

Para el psicoanálisis, lo real del cuerpo no solo se distingue de aquello que lo organiza como imagen
dada a ver sino que además no se confunde con la inscripción simbólica de ese cuerpo en los lazos
sociales. Tales registros se enlazan con lo real del cuerpo que reside en el hecho de que, más acá y más
allá de la subjetivación que hace del cuerpo un objeto que se "tiene", el cuerpo existe como campo de
goce. Se trata de un goce que no se puede dominar ni construir en su totalidad; un goce que,
inexorablemente, busca otra satisfacción situada más allá de la demanda que la anima.

A partir de las consideraciones anteriores, quiero destacar otro efecto del conocimiento científico
contemporáneo, que se expresa en la clínica a través de manifestaciones de culpa que dificultan el luto
que algunos necesitan hacer después de accidentes o cirugías que, a diferencia del caso de Angelina
Jolie, no ocurrieron por opción sino que respondieron a contingencias. El cáncer puede ser una de ellas.
La contingencia del acontecimiento del cuerpo debida a la pérdida de una de sus partes exige un
delicado trabajo de reordenamiento de los tres registros en los cuales el cuerpo se sitúa. Lo que se
puede imaginar del cuerpo, lo que se puede hacer con él, nunca más será lo mismo después de un
acontecimiento de ese orden. Es necesario reconstruir un nuevo saber para vivir y lidiar con este cuerpo.

El accidente traumático empuja naturalmente al trabajo psíquico de someterlo a una lectura que lo
legisle. Se crean argumentos que justifican una causa anterior al hecho. El sujeto puede suponer que no
le prestó atención a ese hecho a tiempo. De ahí surge la culpa de que eso se podría haber predicho,
previsto y, por lo tanto, evitado. Ese prefijo "pre" atormenta al sujeto en el futuro anterior imposible del
trauma, al mismo tiempo que nutre a un superyó feroz y exigente, sostenido por los ideales de la
prevención.

Podemos mencionar también algunos otros efectos de las divulgaciones científicas: dificultan la
experiencia con la contingencia que permite el duelo y la revitalización de la libido en nuevas formas de
vida; paralizan a los sujetos en la mirada vigilante y acusadora de un Otro que tiene la posibilidad de ver
y saber todo. Lo real del cuerpo es justamente el punto en que, delante del Otro inconsistente –S(/A)–, la
vida se escurre y necesita ser vivida en lugar de ser menoscabada para evitar pérdidas.

Traducción: Laura Arias

Transhumanismo, ¿cómo será el cuerpo del siglo XXI?


Jorge Asseff - EOL (Córdoba)
En las últimas décadas ha nacido un nuevo paradigma científico, éste
se basa en que las posibilidades de los seres humanos aún no se
han desarrollado en toda su capacidad, y entonces la biotecnología y
la nanorobótica podrían colaborar para que eso suceda. Al respecto
el profesor de Oxford, Nick Brostom, sostiene que "La condición
humana no es, como se suele creer, constante, y la aplicación
científica de las nuevas tecnologías llevará a la superación de sus
limitaciones biológicas" [1].

El nuevo paradigma llamado Transhumanismo promueve la


combinación del organismo con algunas herramientas tecnológicas
incorporadas, fusionar hombre y máquina, una de sus principales defensoras, Katherine Hayles sostiene
que al fin y al cabo: "…no hay diferencias esenciales o demarcaciones absolutas entre existencia
corporal y simulación por computadora, entre mecanismo cibernético y mecanismo biológico, entre
tecnología robótica y objetivos humanos" [2].

Así, en 1997 se fundó la World Transhumanist Association, un movimiento político y filosófico que reúne
estas nuevas teorizaciones y busca promover las condiciones para poder avanzar en la realización de
intervenciones sobre el organismo antes impensadas y que hoy se están investigando; Santiago Koval
enumera algunas en su libro La condición poshumana: "El bienestar emocional a partir del control de los
centros del placer, el uso de píldoras de la personalidad, la nanotecnología molecular, la ampliación de la
expectativa de vida, la interconexión reticular del mundo, la reanimación de pacientes en suspensión
criogénica, la migración del cuerpo a un sustrato digital, etc." [3].

El Transhumanismo nos pone en las puertas de una era posbiológica que hasta el momento solo
imaginábamos en las películas de Hollywood. ¿Cuál será el cuerpo del siglo XXI? Aún no lo sabemos,
estamos en los umbrales del principio, pero al parecer la ciencia promete que de su mano llegarán todas
las soluciones, por su parte el mercado con su infinita capacidad de penetración será el encargado de
difundirlas.

La velocidad de este proceso sobrepasa nuestra imaginación, y muchas veces nuestros reflejos. Pero lo
cierto es que ya hoy en día el cuerpo es la presa fácil, la moneda de cambio, y muchas veces la única
materia de la que dispone el sujeto para anclar su subjetividad, actualmente es sometido a un
bombardeo de propuestas y exigencias descomunal, a una atención social permanente, y un empuje
constante bajo la falsa promesa de vitalidad eterna, longevidad, salud blindada, belleza perfecta, a lo que
vamos a tener que sumarle la presión del cuerpo al 100% de sus capacidades.

No sabemos cómo será el cuerpo del siglo XXI, tal vez el Transhumanismo avance, y veamos nacer un
mundo de "Terminators", sin dudas junto con él avanzará el eugenismo más feroz. No obstante, es una
gran posibilidad contar con el próximo ENAPOL para pensarlo, ese será el momento de cristalizar el
permanente desafío del psicoanálisis: poner su clínica a la altura de la época.

1. Bostrom, N., "Transhumanist Values", 2004, p.7. www.nickbostrom.com.


2. Hayles, K., How we become posthuman: Virtual Bodies in Cyberspace, Literature, and Informatics. Chicago, University of Chicago
Press, 1999, p.13.
3. Koval, S., La condición poshumana, Cinema, Buenos Aires, 2013, p.84.

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En la página web del VI ENAPOL: http://www.enapol.com podrán encontrar los


Boletines anteriores: http://www.enapol.com/es/template.php?file=Boletines.html

Eixo 5 - Corpo e tecnociência no Século XXI


Contribuições para o debate
Escrevem Heloisa Caldas y Jorge Asseff
A notícia causou muito falatório ao ser divulgada. Angelina Jolie, conhecida atriz de Hollywood, decidiu
submeter-se a uma mastectomia dupla, depois que os resultados de um exame genético prognosticaram
que ela tinha grandes probabilidades de desenvolver um câncer.

O episódio se relaciona ao desenvolvimento que Heloisa Caldas nos oferece em seu texto. Nele, ela
distingue com clareza os avanços científicos da difusão que o mercado faz deles, sublinhando de
maneira muito interessante algumas exigências que essa difusão produz e suas consequências
subjetivas. Este mesmo ponto é destacado por Jorge Assef em seu texto "Transhumanismo", onde
descreve como alguns acadêmicos imaginam o paraíso da "deusa ciência".

Os andróides sonham com ovelhas elétricas? [1] Não sabemos, mas para colocar isso nas palavras de
Jorge Assef: "é uma grande possibilidade contar com o próximo ENAPOL... será o momento de
cristalizar o permanente desafio da psicanálise: colocar sua clínica à altura da época".

1. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Novela de Philip K. Dick de 1968, na qual foi baseado o filme Blade Runner.
Atormentados pela prevenção
Heloisa Caldas - EBP (RJ)
Uma notícia sobre a prevenção médica agitou recentemente o
mundo. A famosa atriz Angelina Jolie, após se submeter a um exame
genético que preconiza probabilidades futuras de ter câncer,
submeteu-se a uma mastectomia preventiva dupla. Uma edição
recente da revista Timealerta para o 'efeito Angelina' que decorre da
visibilidade sobre prevenção médica colocada em cena.

Não podemos julgar a decisão subjetiva de Angelina. O sujeito


emerge justamente na forma como cada um enfrenta o saber de sua
época, assim como a maioria das decisões subjetivas só pode ser
tomada a partir do saber de seu tempo. Quanto mais se fala em
avanços da ciência, mais crescem as demandas de sujeitos alienados aos milagres da medicina. Trata-
se da prece contemporânea à Deusa Ciência, esperando-se que esta tenha em suas mãos o controle
total do corpo.

O que a veiculação maciça de avanços da ciência, ainda tão frágeis, produz? Uma demanda de garantia.
Esse será, provavelmente, o maior "efeito Angelina": o recrudescimento do apelo ao saber científico, sem
levar em consideração sua forma cientificista de difusão que ocorre menos devido às descobertas das
pesquisas do que a sua associação com os interesses do capitalismo.

Para a psicanálise, o real do corpo distingue-se daquilo que o organiza como a imagem a se dar a ver.
Também não se confunde com a inscrição simbólica desse corpo nos laços sociais. Tais registros se
enlaçam ao real do corpo que reside no fato de que, aquém e além da subjetivação, que faz do corpo um
objeto que se "tem", o corpo existe como campo de gozo. Um gozo que não se pode dominar nem
arquitetar totalmente. Um gozo que, inexoravelmente, visa outra satisfação, situada além da demanda
que a anima.

A partir dessas considerações, gostaria de destacar outro efeito do cientificismo contemporâneo. Ele se
expressa, na clínica, através de manifestações de culpa que dificultam o luto que alguns precisam fazer,
após acidentes ou cirurgias que, diferentemente do caso de Angelina Jolie, não se deram por opção,
mas responderam a contingências. O câncer pode ser uma delas. A contingência do acontecimento de
corpo, devida à perda de uma parte deste, exige um delicado trabalho de rearranjo dos três registros nos
quais o corpo se situa. O que se pode imaginar do corpo, o que se pode fazer com ele, nunca mais será
o mesmo, depois de um acontecimento dessa ordem. É preciso reconstruir um novo saber para viver e
lidar com este corpo.

O acaso traumático impele naturalmente ao trabalho psíquico de submetê-lo a uma leitura que o legisle.
Criam-se argumentos que justificam uma causa anterior ao fato. O sujeito pode pensar não ter atentado
para isso a tempo. Daí surge uma culpa de que isso poderia ter sido predito, previsto e, portanto,
evitado. Esse sufixo "'pré" atormenta o sujeito, no futuro anterior impossível do trauma, ao mesmo tempo
em que nutre um supereu feroz e exigente sustentado pelos ideais de prevenção.

Esse é também um dos efeitos das divulgações cientificistas: o de dificultar a experiência com a
contingência que permite o luto e a revitalização da libido em novas formas de vida; o de paralisar os
sujeitos no olhar vigilante e acusador de um Outro que tudo poderia ver e saber. O real do corpo é
justamente o ponto em que, diante do Outro inconsistente –S(A/)–, a vida se escoa e precisa ser vivida
em vez de ser reduzida a evitar perdas.

Transhumanismo, como será o corpo do século XXI?


Jorge Asseff - EOL (Córdoba)
Nas últimas décadas nasceu um novo paradigma científico que se
baseia em que as possibilidades dos seres humanos ainda não se
desenvolveram em toda a sua capacidade, e então a biotecnologia e
a nanorobótica poderiam colaborar para que isso venha a ocorrer. A
este respeito, o professor de Oxford, Nick Brostom, sustenta que "A
condição humana não é, como se costuma acreditar, constante, e a
aplicação científica das novas tecnologias levará à superação de
suas limitações biológicas" [1].

O novo paradigma chamado Transhumanismo promove a


combinação do organismo com algumas ferramentas tecnológicas
incorporadas, fusionar homem e máquina; uma de suas principais defensoras, Katherine Hayles,
sustenta que afinal de contas: "…não há diferenças essenciais ou demarcações absolutas entre
existência corporal e simulação por computador, entre mecanismo cibernético e mecanismo biológico,
entre tecnologia robótica e objetivos humanos" [2].

Assim, em 1997 foi fundada a World Transhumanist Association, um movimento político e filosófico que
reúne estas novas teorizações e busca promover as condições que permitam avançar na realização de
intervenções sobre o organismo antes impensadas, e que hoje estão sendo investigadas. Santiago Koval
enumera algumas em seu livro La condición poshumana: "O bem-estar emocional a partir do controle
dos centros do prazer, o uso de pílulas da personalidade, a nanotecnologia molecular, a ampliação da
expectativa de vida, a interconexão reticular do mundo, a reanimação de pacientes em suspensão
criogênica, a migração do corpo para um substrato digital, etc." [3].

OTranshumanismo nos coloca às portas de uma era pós-biológica que, até agora, só imaginávamos nos
filmes de Hollywood. Qual será o corpo do século XXI? Ainda não o sabemos, estamos no limiar do
princípio, mas parece que a ciência promete que através dela chegarão todas as soluções, por seu lado
o mercado com sua ilimitada capacidade de penetração será encarregado de difundi-las.
A velocidade deste processo ultrapassa nossa imaginação, e muitas vezes nossos reflexos. Mas hoje em
dia o corpo já é a presa fácil, a moeda de troca, e muitas vezes a única matéria da qual o sujeito dispõe
para ancorar sua subjetividade; atualmente ele é submetido a um bombardeio descomunal de propostas
e exigências, a uma atenção social permanente, e um empuxo constante sob a falsa promessa de
vitalidade eterna, longevidade, saúde blindada, beleza perfeita, ao que teremos que acrescentar a
pressão do corpo a 100% de suas capacidades.

Não sabemos como será o corpo do século XXI, talvez o Transhumanismo avance, e vejamos nascer um
mundo de "Terminators", e certamente junto com ele avançará o eugenismo mais feroz. Contudo, é uma
grande possibilidade contar com o próximo ENAPOL para pensá-lo, este será o momento de cristalizar o
permanente desafio da psicanálise: colocar sua clínica à altura da época.

Tradução: Elisa Monteiro

1. Bostrom, N., "Transhumanist Values", 2004, p.7. www.nickbostrom.com.


2. Hayles, K., How we become posthuman: Virtual Bodies in Cyberspace, Literature, and Informatics. Chicago, University of Chicago
Press, 1999, p.13.
3. Koval, S., La condición poshumana, Cinema, Buenos Aires, 2013, p.84.

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