Aequitas 14 2019
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CONSEJO DE DIRECCIÓN
COMITÉ CIENTÍFICO
PANEL DE REVISORES
1. Introducción
3
Esta tendencia ha cambiado en los últimos decenios y así las aportaciones de
antiguos maestros como Ch. Oman, F. Lot o A. Huici Miranda han dejado paso
a una nueva visión presente en las obras de J. Gillingham, G. Duby o S. Morillo
(GARCÍA FITZ, F., «La batalla en la Edad Media. Algunas reflexiones», en
Revista de Historia Militar 100 (2006), pp. 96-97).
4
Braveheart, una de las películas ambientadas en la Edad Media de mayo éxito
en los últimos años, incluidos cinco premios Oscar, es un buen ejemplo de esta
tendencia. Se dedicó amplio metraje a dos batallas: Stirling Bridge y Falkirk;
mientras que otra: Bannockburn, se dejó como broche para el final. La guerra
de asedio se refleja brevemente en el asalto a York y la toma de dos motas. A
la campaña de saqueo y destrucción por Northumberland y Cumberland apenas
se alude en alguna conversación.
5
LÓPEZ DE AYALA, P., Crónicas, Edición, prólogo y notas de J. L.
MARTÍN. Barcelona, 1991, pp. 1-434 (en adelante CPI).
6
El fenómeno de la guerra en el siglo XIV ha sido tratado de forma sintética en
García Fitz («'Las guerras de cada día' en la Castilla del siglo XIV», en Edad
Media. Revista de Historia 8 (2007), pp. 145-181), es particularmente útil la
amplia bibliografía recogida en las notas a pie de página.
7
Para ampliar los asuntos tratados en este estudio y situarlos en el punto exacto
del desarrollo del conflicto pueden consultarse algunas obras dedicadas en
exclusiva al mismo: CABEZUELO PLIEGO, J. V., La guerra de los dos
Pedros en las tierras alicantinas. Alicante, 1991; FERRER MALLOL, M.ª T.,
Entre la paz y la guerra: la corona catalano-aragonesa. Barcelona, 2005;
LAFUENTE GÓMEZ, M., Un reino en armas: la guerra de los Dos Pedros en
Aragón. Zaragoza, 2014.
8
GARCÍA FITZ, F., «La organización militar en Castilla y León (siglos XI-
XIII)», en Revista de Historia Militar, nº extra 1 (2001), p. 94.
9
GARCÍA FITZ, F., «‘Más fuerte que la espada’. El hambre como arma y
motor de la guerra en la Castilla plenomedieval», en P. BENITO I MONCLÚS
y A. RIERA I MELIS (coords.), Guerra y carestía en la Europa medieval.
Lérida, 2014, pp. 41-46.
10
En los últimos años la problemática sobre el tratamiento de los prisioneros y
su liberación en la época medieval ha sido objeto de constante atención.
Destacamos entre otros: MARTÍNEZ ALMIRA, M.ª M., «A propósito del
rescate de cautivos conforme a las fuentes musulmanas de época Nasri», en
los enemigos: et porque esto non se face sinon de poca conpaña, por eso han
de ir á furto et no paraladinamente como los de la algara» (Partidas 2,23,29).
12
JUAN MANUEL, Infante don, El Libro de los Estados, I. R.
MACPHERSON y R. B. TATE (eds.). Madrid, 1991 (en adelante LE).
13
«Et si lugar ninguno de los que él toviere nol cercaren, et andudiere el pleito
a guerra guerriada, en quanto durare el ivierno deve fazer la más fuerte guerra
et la más crua que pudiere. Et entrante el verano, deve puñar de aver algún
asesiego, fasta que aya cogido el pan et el vino» (LE, cap. LXX, p. 210).
14
«Et deve guisar quel destruya todos los lugares onde entiende que puede aver
vianda, et bedarle que non pueda senbrar nin labrar las viñas. Et en quanto
durare el ivierno, deve poner toda su sabiduría en se guardar de tomar daño, et
desque entrare el verano, si tanta gente toviere por que pueda çercar a su salvo
a aquel con qui ha guerra, et estudiere en tal lugar que, por alguna mengua que
aya de gente o del vastimiento o de fortaleza del lugar, que pueda tomar el
lugar a aquel con qui ha la guerra» (LE cap. LXXI, pp. 215).
15
Recuérdense las chaevauchées del Príncipe Negro, especialmente la del año
1355 que contaba con más de 6.000 soldados y que desde Gascuña recorrió
más de 900 kilómetros devastando todo a su paso hasta llegar al Languedoc y
vuelta a sus bases (CONTAMINE, P., La guerra en la Edad Media. Madrid,
1984, pp. 279 y 282; MCGLYNN, S., A hierro y fuego. Las atrocidades de la
guerra en la Edad Media. Barcelona, 2009, pp. 376-384).
16
La cabalgada puede definirse en términos económicos como una «operación
comercial cuidadosamente montada, cuyos beneficios eran proporcionales a la
aportación de cada uno: capital invertido (armas), competencia, riesgos
corridos» (DUFOURCQ, Ch. E. y GAUTIER DALCHÉ, J., Historia
Económica y Social de la España Cristiana en la Edad Media. Barcelona, 1983,
p. 99). La distribución del botín puede seguirse en OLIVA MANSO, G., «La
guerra e la Extremadura castellana. El caso de las milicias concejiles de Ávila»,
en Perspectivas jurídicas e institucionales sobre guerra y ejército en la
monarquía hispánica, S. GRANDA, L. MARTÍNEZ y M. FERNÁNDEZ (ed.).
Madrid, 2011, pp. 42-48.
17
Vid. a modo de ejemplo la Chronica Adefonsi Imperatoris caps. 33-42, 117-
134, 162-188… (Crónica del Emperador Alfonso VII. Introducción,
traducción, notas e índices por M. PÉREZ GONZÁLEZ. León, 1997).
18
En Europa las circunstancias de las guerras eran un tanto diferentes. El nivel
de urbanización y la eficacia de sus defensas era muy superior a la existente en
las zonas de fricción entre cristianos y musulmanes en la Península y en los
ejércitos predominaba la caballería pesada frente a los rápidos jinetes
fronterizos. En este contexto el predominio de la cabalgada sobre otras
maneras de guerrear no fue tan concluyente hasta el siglo XIV. Los enormes
costes y escasos resultados con que se resolvían batallas y asedios obligaron a
replantearse la forma de actuar contra el enemigo. En 1300, Pierre Dubois
ofreció al monarca francés Felipe IV un texto, Doctrina sobre expediciones con
éxito y las guerras breves. En él afirmaba la superioridad de los medios
defensivos de la época sobre los ofensivos por lo que abogaba por la
destrucción de las bases económicas de los rivales por medio de continuas y
contundentes campañas (ROGERS, C. J., «La época de la Guerra de los Cien
Años», en M. KEEN (coord.), Historia de la guerra en la Edad Media. Boadilla
del Monte, 2005, p. p. 179-180).
19
CPI (1361, VIII), p. 264.
Igual ocurre con las contiendas que jalonan su reinado contra los
nobles. No hay ninguna sujeción moral en robar y destruir las tierras de
sus propios súbditos, pues si bien los primeros damnificados son las
pobres gentes que viven y cultivan estos señoríos el objetivo último es
de carácter político-militar y busca socavar las bases económicas y
sociales de los rebeldes. Así ocurre en la expedición contra Pozoantiguo
20
CPI (1362, I), p. 266.
21
CPI (1368, IV), pp. 409-410.
22
CPI (1368, V), pp. 411.
23
CPI (1355, XII). p. 152.
24
CPI (1352, VII). p. 61.
25
CPI (1357, II), p. 178.
26
Zurita sí nos da algunos ejemplos de la violencia y los sufrimientos
padecidos por los campesinos especialmente por los aragoneses cuyo ejército
no puede socorrerles en todos los frentes donde operan las tropas castellanas:
«Comenzóse la guerra a gran furia por el reino de Murcia y por las fronteras
de Castilla contra el reino de Valencia y contra el de Aragón, mandando
secrestar los bienes a todos los mercaderes que estaban en aquellos reinos antes
de ser publicada la guerra; y don Diego García de Padilla maestre de Calatrava
con las huestes de Murcia entró en el reino de Valencia y combatió a Chinosa
y Montnover y los ganaron por fuerza de armas y talaron y quemaron todos sus
términos […] También los de Requena con sus pendones tendidos y con
formado ejército combatieron el lugar de Siete Aguas que es del reino de
Valencia; y los de Molina entraron en Aragón corriendo y talando los lugares
y aldeas de Daroca, y quemaron dos que se dicen Ojos Negros y Blancas y
otros lugares de aquella comarca; y corrieron el campo de Gallocanta que está
en la frontera de Molina, y el término de Fuset y toda aquella tierra que está
poblada de diversas aldeas de Calatayud» (ZURITA, J., Anales de la Corona
de Aragón, A. CANELLAS LÓPEZ (ed.). Zaragoza, 1967-1977, lib. 9, cap. 3,
p. 149 –en adelante Anales–; versión electrónica en
https://ifc.dpz.es/publicaciones/ver/id/2448). En menor medida sufren los
29
FERRER MALLOL, M.ª T., Entre la paz y la guerra…, pp. 391 y 393.
30
CPI (1358, VIII), p. 196.
3. La batalla campal
31
DUBY, G., El domingo de Bouvines. Madrid, 1988, p. 195.
32
GARCÍA FITZ, F., «La batalla…», pp. 94-95.
33
«…et dévese guardar quanto pudiere de non lidiar con gente de aquel con
quien a la guerra, porque más le enpeesçría a él perder la gente que al otro.
Pero si Dios le troxiese a lugar que en aquel [la] lid se partiese toda la guerra,
tal lid non la deve partir en ninguna manera, mas ayunta[r] la quanto pudiere
ayuntar. [Et] en otra manera sienpre deve guardar la gente et fazer guerra
guerriada» (LE, cap. LXX, pp. 209-210).
34
«Otrosy acaesçerá que auja de aver vn dia sabido el rey vna lid o vna battalla
con sus enemigos, en la qual estara su fecho todo en auentura de se perder o de
ganar» (cap. XII, p. 71); «E entre todos los peligros de la mar y de la tierra, el
mayor es el de las batallas do non ay synon morir o vençer» (cap. XLV, p. 199).
Eso sí, de todas las acciones bélicas es la más justa36 pues en ella
son los soldados los que sufren de manera más personal las
consecuencias de la guerra y no unos pobres campesinos que ven
constantemente saqueadas sus tierras, expoliados sus pocos bienes y
maltratados sus cuerpos. Además, desde la ideología caballeresca
predominante en las capas altas de la sociedad este es el medio más
honroso de proceder, ya que supone medirse personalmente contra sus
rivales y demostrar sus auténticas cualidades guerreras. Por ello la
batalla se consideraba el momento definitivo de una campaña,
largamente esperado, pero también temido pues la muerte o la deshonra
de la derrota esperaba a uno de los bandos a la vuelta de la esquina.
35
CONTAMINE, P., La guerra…, p. 286.
36
GARCÍA FITZ, F., «La batalla…», pp. 93-94.
37
Partidas 2,23,27: «Et facienda llamaron do ha cabdiellos de amas las partes
en que face cada uno su poder teniendo su seña: et parando haz et acabdellando
sus conpañas. Et batalla pusieron nombre do ha reyes de amas las partes, et
tienen estandartes, et sennas, et paran sus haces con delantera, et con costaneras
et con zaga; mas señaladamente pusieron este nombre porque los enperadores
et los reyes quando se habian de ayuntar unos con otros para lidiar, solien tañer
tronpas et bater atambores, lo que non era dado á otros homes».
38
Incluso hechos tan reprobables como la matanza de prisioneros rendidos tras
la batalla de Azincourt (1415), estando estos bajo palabra de ser respetados, no
llegaban a manchar la reputación de gran caballero de Enrique V al quedar
inmersos dentro de este justificante absoluto que era la voluntad divina
expresada en el resultado del choque (Vid. MCGLYNN, S., A hierro y
fuego…, pp. 213-215.
39
CPI (1367, VI), p. 345.
«Ante que lidies con tus enemigos ante puña por escusar
la lid quanto pudieres, e non te atreuas, maguer seas fuerte e tu
enemigo flaco; non vengas a lidiar synon quando non pudieres
mas»43.
40
Como toda regla general existen sus excepciones y hay ejemplos de
campañas cuyo resultado se fio a una o varias batallas: la conquista de
Inglaterra por Guillermo I o la angevina del sur de Italia. La cruzada cátara aún
con numerosos casos de lucha de posiciones tuvo sus momentos decisivos en
los encuentros de Castelnaudary (1211) y Muret (1213). Vid. MCGLYNN, S.,
A hierro y fuego…, pp. 152-153.
41
«En un escenario de guerra de posiciones y control territorial, a través del
control de los puntos fuertes, la batalla campal tenía poca capacidad estratégica
para determinar por sí misma cuál podía ser el resultado final de la contienda.
Quizás una victoria o una derrota tuviera la facultad de animar o ralentizar en
un plazo de tiempo corto las operaciones de un ejército. Por supuesto era un
recurso psicológico para levantar o abatir la confianza y el ánimo de los
combatientes. En ningún caso una batalla tenía la capacidad de decidir el
triunfo definitivo» (ROJAS GABRIEL, M., «La batalla en la Edad Media y su
contexto estratégico. El choque del Salado (1340), reexaminado», en Tarifa en
la Edad Media, 2005, p. 168).
42
LE, cap. LXX, p. 209-210.
43
Libro de los Cien Capítulos, edición de A. REY. Bloomington 1960, cap.
XIV.
44
CPI (1361, I), p. 258.
45
Las fuerzas reales sumaban 2.500 caballeros castellanos y 600 jinetes,
mientras los nobles rebeldes contaban con 800 soldados de caballería armados
de una u otra manera.
46
CPI (1355, VIII), p. 148.
47
CPI (1363, V), p. 291.
48
CPI (1364, III), pp. 301-302.
49
CPI (1364, VII), p. 305.
50
CPI (1365, II), p. 307.
51
«E Diego Pérez, e Juan Alfonso vinieron; pero quando allí llegaron la pelea
era fecha, e pusiéronse en un otero: e algunos decían, que non quisieron llegar
a la pelea, por quanto querían mal a Juan Ferrández de Henestrosa: e otros
decían, que non pudieron ser en la pelea, que quando ellos llegaron ya eran
desbaratados los otros. Pero el rey ovo por esta razón grand saña de Diego
Pérez Sarmiento, de Juan Alfonso; e de aquel día en adelante Diego Pérez
Sarmiento nunca más vio al rey don Pedro, ca non osaba parescer ante él» (CPI
(1359, XXII), p. 231).
52
CPI (1365, III), p. 308. Zorita incluso se muestra más inclinado a insistir en
este supuesto rasgo de la personalidad de don Pedro y lo señala en dos
ocasiones (Anales, lib. 9, caps. 59 y 61, pp. 266 y 268),
53
No es el único ejemplo de monarca que actuó así en la Edad Media. En
Inglaterra Enrique I y Juan sin Tierra evitaron el combate tanto como pudieron
y Haroldo II acudió a la decisiva confrontación en Hastings sin tenerlas todas
consigo, aunque su derrota y muerte no tuvieron finamente nada que ver con
la voluntad de sus hombres. El caso más representativo es el de Ricardo III que
inició la lucha en Bosworth con un ejército que duplicaba al de su rival Enrique
Tudor para ver como William Stanley le abandonaba para pasarse al enemigo
(MCGLYNN, S., A hierro y fuego…, pp. 154-155). Unos hechos muy
similares a los acaecidos en Guadalete; sucesos, estos sí, que es muy posible
fueran del conocimiento de Pedro I.
54
«Et si esto non pudieren fazer et pudieren çercar algún lugar de los de aquel
que tiene el su lugar çercado, dévelo fazer, o por lo tomar si pudiere» (LE, cap.
LXXI, p. 210).
55
«Et sil çercaren algún lugar et viere que de día o de noche puede ferir en la
hueste, develo fazer lo más a su salvo que pudiere» (LE, cap. LXXI, p. 210).
Rojas ha estudiado el caso concreto de la batalla de El Salado, cuyo objetivo
era reducir la presión de los castellanos sobre Tarifa (ROJAS GABRIEL, M.,
«La batalla en la Edad Media», pp. 147-172). Vid. también BRADBURY, J.,
The medieval siege. Woodbridge-Rochester, 1992, pp. 71-72; JONES, A., The
Art of War in the Western World. New York-Oxford, 1987, p. 123.
56
CPI (1359, XIV), p. 222.
57
Crónica de Pedro IV (p. 346): «… y lo dit réy axí com a hom spordit levás
del sètge del castéll de Eviça ab sòn hostol y fugí y tornásen en Castélla»
(Seguimos la edición: Crónica del rey de Aragón D. Pedro IV, el Ceremonioso,
ó del Punyalet, escrita en lemosín por el mismo monarca, traducida al
60
«…e eran ya venidos a la villa de Guadix seiscientos de caballo que el rey
Bermejo un día antes allí enviara, e eran recogidos de la comarca fasta quatro
mil omes de pie en la dicha villa de Guadix, sin los de la villa» (CPI (1362, I),
p. 266).
61
CPI (1369, V), p. 426.
deliberación con sus consejeros optó por la batalla y jugarse todas sus
cartas a un envite: «… ovo su consejo de acuciar su camino quanto más
pudiese, e catar manera cómo pelease con el rey don Pedro; ca sabía
que si la guerra se alongase que el rey don Pedro avría de cada día
muchas aventajas; e por esto acordó de acuciar la batalla, e así lo fizo»62.
62
CPI (1369, VI), p. 427
63
CPI (1369, VII), pp. 429-430.
64
CPI (1369, VI), pp. 427-429.
65
CPI (1369, VIII), pp. 430-434.
66
La batalla de Nájera puso de manifiesto el atraso que en el campo militar,
táctico y armamentístico tenían los reinos peninsulares respecto de Francia e
Inglaterra. Díaz Martín sostiene que la espectacular victoria inglesa causó una
«gran impresión táctica en los reyes peninsulares» que les llevó a tomar
medidas inmediatas para la modernización de sus ejércitos. Castillo Cáceres la
considera la «batalla más importante de la Edad Media castellana» y destaca
la preparación y disciplina de unas tropas profesionales curtidas en continuos
combates frente a los «hombres de armas» procedentes de la nobleza castellana
peor adiestrados y tácticamente anticuados (CASTILLO CÁCERES, F.,
70
CASTILLO CÁCERES, F., «Análisis…», p. 124.
71
CPI (1367, VII), pp. 346-347.
72
CPI (1367, III), pp. 341-342.
73
CPI (1367, VI), p. 346.
74
CPI (1367, XII), p. 352.
75
CPI (1367, X), pp. 349-350.
76
CPI (1367, XI), p. 351.
77
CPI (1355, XIV), pp. 154-155.
78
Parece ser que en su formación se había dado poca importancia a las Partidas
(2,23,7): «Otrosi deben seer mucho apercebidos que si fueren á logar do
hobiere peones de la otra parte et ellos non los troxieren, que non vayan á ellos
á barrera, nin á cabo de sierra nin á mal paso, mas que puñe de los sacar á llano
quanto podiere; ca bien assi como los peones han mejoria de los caballeros por
las sierras et por los graves pasos, asi la han los caballeros de los peones en el
llano por los caballos et por las armas que han de meioria, et por el lugar que
non es embargoso».
79
CPI (1367, X), p. 348.
80
Los movimientos del ejército inglés previos a la batalla y la posible
localización de la misma pueden seguirse en GUTIÉRREZ DE VELASCO,
caballeros allí presente, así como de los numerosos guerreros que los
acompañaban86. Como no podía ser de otro modo en el bando enriqueño
no parece faltar ningún nombre, mientras que de los ingleses que
apoyan a don Pedro solo se nombra a los principales. Tanto aquí como
en otras partes de la crónica López de Ayala hace gala de su sentido del
honor caballeresco y les da un trato siempre exquisito, no escatimando
lisonjas con el enemigo que le derrotó:
86
Las cifras de entre 6.000 y 10.000 hombres que dan autores contemporáneos
como López de Ayala, Froissart o el autor del Heraldo Chandos han sido objeto
de numerosos análisis que las sitúan en la franja inferior (CASTILLO
CÁCERES, F., «Análisis…», p. 117).
87
CPI (1367, V), p. 344.
88
Sobre la importancia de guardar el orden de batalla ya se han dado varios
ejemplos con anterioridad. Por su relevancia señalamos otro más: la batalla de
Poitiers que «perdióse por mala ordenanza, segund muchas vegadas suele
acaescer» (CPI (1356, XII), p. 176).
89
CPI (1353, VIII), p. 71.
90
Recuerda todo esto a los duelos imaginarios que se dan en la vida civil
cuando dos caballeros utilizan una afrenta real o fingida para empezar a
intercambiar cartas de desafío sin llegar nunca a cruzar las lanzas. Un choque
dialéctico que se prolonga durante años sin resultado alguno. Vid. a este
respecto algunos ejemplos en RIQUER, M. de y VARGAS LLOSA, M., El
combate imaginario. Las cartas de batalla de Joanot Martorell. Barcelona,
1972; OREJUDO UTRILLA, A., Cartas de batalla. Edición, introducción y
notas. Barcelona, 1993; OLIVA MANSO, G., «Disputas caballerescas en la
Córdoba bajomedieval: el riepto entre don Alonso de Aguilar y el Mariscal don
Diego de Cabra», en Espacio, tiempo y Forma. Serie III. Historia medieval 17
(2004), pp. 443-460.
91
La disparidad de lemas que gritan los contendientes de Nájera está
claramente manipulada por López de Ayala. Los gritos de Guiana y Sant Jorge
con que se infunden ánimos los mercenarios ingleses del ejército de Pedro I
parecen los únicos de su ejército, «olvidándose» de los utilizados por las tropas
castellanas, que aunque escasas también participaron. La deducción que
sacaría un lector de la época es la invasión de Castilla por parte de un ejército
extranjero que ha sido llamado por un rey tirano como Pedro I. Mientras tanto
las tropas del pretendiente Enrique de Trastámara responden con Castilla y
Santiago, apareciendo así como los defensores de Castilla, «olvidándose» el
cronista que una importante proporción de sus tropas eran mercenarios
franceses y nobles franceses que tenían su propio lema y así lo gritaron antes
del trance de la batalla.
92
CPI (1367, XII), p. 352.
93
«…e así ayudó don Juan Alfonso a don Alfonso Ferrández, en guisa que el
rey don Pedro le dio la villa de Aguilar, e le fizo rico ome, e le dio pendón e
caldera segund la manera e costumbre de Castilla» (CPI (1351, XXI), p. 53);
«…e Pero López de Ayala, que levaba el pendón de la Vanda» (CPI 1367, 4,
p. 343); «E antes que las batallas se ayuntasen, algunos jinetes, e el
pendón de Sant Esteban del Puerto…» (CPI (1367, XII ), p. 352).
sobreseñales blancas con cruces bermejas por Sant Jorge» 94. Los
enriquistas prefirieron añadir un elemento a su vestimenta, una cinta
que cruzaba diagonalmente el pecho95.
94
CPI (1367, XII), p. 352.
95
Otro ejemplo de propaganda protrastamarista, se vuelve a resaltar el carácter
extranjero del ejército de Pedro I, mientras el ejército de su hermano y rival es
claramente castellano a llevar unas «vandas» que remiten a la orden de
caballería creada por Alfonso XI: «… e el conde don Sancho, hermano del rey
don Enrique, e Mosén Beltrán de Claquín, e los caballeros que estaban con el
pendón de la Vanda». Por supuesto, no se dice nada de los caballeros que junto
a don Pedro I formaban parte de la Orden.
96
CONTAMINE, P., La guerra…, pp. 240-242.
97
La sobreseñal, más conocida como cota de armas o sobrevesta, era una túnica
que se colocaba sobre la armadura y que se teñía con los signos distintivos del
señor a quien se servía. Existían además otras señales más individuales que
permitían a los vasallos distinguir a su señor y protegerle en todo momento y
que también facilitaban la identificación de quienes se habían señalado por su
valentía (Partidas 2,23,12-15).
98
Solo la Compañía Blanca cuyo nombre aludía al color de su armadura
escapaba a esta consideración pues llevaba varios años combatiendo por el rey
francés en Normandía y Bretaña. Su reputación era reconocida y estaba
perfectamente adaptada a las recientes tácticas puestas en marcha en Crécy,
Poitiers y Brignais (FOWLER, K., «L’emploi des mercenaires par les pouvoirs
iberiques et l’intervention militaire anglaise en Espagne (vers 1361 – vers
más sencillo que pasa por incluir una simple banda de tela sobre la
sobreseñal original que trae cada uno.
101
CPI (1367, XII), p. 352-353.
«Et deve poner dos alas[s], una de cada parte, por que
luego que el tropel de los contrarios entrare por las azes, que las
dos alas que les cojan en medio»103.
102
Partidas 2,23,16.
103
LE, cap. LXXIV, pp. 219-220.
las gentes del común reclutadas a toda prisa en la comarca 104. Los
ingleses por el contrario presentaron un cuerpo de arqueros
profesionales, la mayoría de ellos a caballo, que resultaban mucho más
letales y que se podían utilizar en varias fases de la batalla. Junto a estos
nuevos soldados con sus correspondientes usos tácticos se introdujeron
en esos momentos numerosas innovaciones tanto en el armamento
ofensivo como defensivo que Zurita nos detalla:
104
Una visión de las categorías de combatientes que se podían encontrar en un
ejército hispano puede estudiarse en LAFUENTE GÓMEZ, M., «Categoría de
combatientes y su armamento en el Aragón bajomedieval: la guerra de los dos
Pedros (1356-1366)», en Gladius 33 (2013), pp. 131-156.
105
Anales, lib. 9, cap. 62, p. 271.
106
FROISSART, J., Les Chroniques, vol. 1. París, 1835, p. 535.
107
Ibidem, p. 536.
108
«… et deque llegaren los unos a los otros, acomendarse a Dios, et ferirlos
lo más bravamente que pudieren; et cierto es que los moros bolverán una ves
las espaldas. Et dende adelante, faga Dios la su merced; que non a omne que
de allí adellante pudiese poner consejo, sinon Dios. Et si vinieren sin peones,
cierto es que non quieren lidiar sinon con maestría et con engaño, metiendo los
christianos a peoría; et entonçe, deven estar quedos en su hueste, pero dévense
armar et estar apercibidos. Et si vieren que tanto lleguen a la hueste que se
puedan enbaratar con ellos, deven dexar la hueste posada et sallir a ellos, et
fazer commo es dicho. Pero sobre todas las cosas del mundo, deve[n] guardar
que non fagan aguijadas de pocas gentes, sinon quando fueren todos en uno;
ca una de las cosas del mundo con que los christianos son más engañados, et
por que pueden ser desbaratados más aína, es si quieren andar al juego de los
moros, o faziendo espolonadas a tornafuy; ca bien cred que en aquel juego
matarían et desbaratarían cient cavalleros de moros trezientos de christianos,
et ya muchas vezes muchas gentes et huestes de christianos fueron
desbaratados con estos engaños et maestrías de los moros» (LE, cap. LXXIX, p.
234).
109
El resultado de esta falta de disciplina podía llegar a ser mayúsculo y buena
fe de ello pudo dar Juan I tras el desastre de Aljubarrota en 1385 (Crónica de
Juan I (1385, XIV), pp. 600-601 –seguimos la misma edición que la Crónica de
facer». El cebo había dado su resultado y «los moros, desque vieron que
los christianos que los avían acometido non eran socorridos de los
suyos, tornaron a los que avían pasado la puente; e los christianos non
los pudieron sofrir». Los jinetes cristianos se retiraron e intentaron
contener en el otro lado del puente a los nazaríes, pero no les llegó la
ayuda solicitada pues el Maestre y el Adelantado les respondieron «que
se arredrasen de la puente; e dexasen pasar los moros, e desque fuesen
pasados, que todo en uno irían a ellos». El resultado fue aún peor pues
cuando una enorme multitud de granadinos pasó libremente el río ya no
hubo quien los parara y la derrota se hizo inevitable con gran cantidad
de muertos y prisioneros.
112
CPI (1360, X), p. 242.
113
CPI (1364, III), p. 301.
ponía su gente en buena ordenanza, e los jinetes non les podían facer
enojo»114. El acoso continuó durante todo el camino hasta Valencia con
idénticos resultados: «… pero el rey de Aragón e los que con él iban
non se partían de la ordenanza de la su batalla que levaban, e tenían
todos su camino derecho para la ciudad de Valencia, e así lo ficieron
fasta que llegaron a la cibdad»115. Por tercera vez envió Pedro I a Martín
López de Córdoba y a sus jinetes acompañados esta vez de algunos
caballeros contra los aragoneses que estaban abasteciendo Orihuela.
Ahora la suerte cayo del bando castellano y lograron sorprender a sus
oponentes: «… e aquel dia que primeramente los alcanzaron
pusiéronlos en tan gran rebato, que ovieron el rey de Aragón e los que
con él iban, de tomar un gran revés»116. Sin embargo, cuando regresaron
al día siguiente con el factor sorpresa ya diluido no lograron nada pues
«non los fallaron mal reglados como el primero dia, ca los fallaron en
mejor ordenanza, e non los pudieron empescer».
114
CPI (1363, V), p. 291.
115
CPI (1364, III), p. 301.
116
CPI (1364, VII), p. 305.
117
Una visión de conjunto de la marina castellana y sus principales
intervenciones en tiempos medievales puede encontrarse en FERNÁNDEZ
DURO, C., La marina de Castilla desde su origen y pugna con la de Inglaterra
hasta la refundición en la armada española. Madrid, 1893, pp. 109-124;
AZNAR VALLEJO, E., «La guerra naval en Castilla durante la Baja Edad
Media», en En la España medieval 32 (2009), pp. 167-192; GARCÍA DE
CASTRO, F. J., La marina de guerra de Castilla en la Edad Media. Valladolid,
2017.
118
Aun así, si queremos conocer con profundidad los hechos nos tenemos que
remitir a las fuentes aragonesas para cubrir este vacío, siendo fundamentales
los Anales de Jerónimo de Zurita y los fondos del Archivo de la Corona de
Aragón. Más concretamente la colección Sanz Barutell, donde se pueden
recabar numerosos aspectos relativos a la movilización (derechos de
delincuentes, órdenes a autoridades locales, secuestro de navíos, etc).
119
Zurita sin hacer un relato pormenorizado de los hechos si nos amplía la
información para cubrir las lagunas de López de Ayala y hacernos una idea
cierta de cómo sucedió todo. El relato completo del asalto a Barcelona está
contenido en CPI (1359, XII), pp. 220-221 –todas las citas del párrafo
pertenecen a esta fuente– y CPIV, pp. 343-345.
120
La heterogeneidad de la flota castellana se explica por su distinta
procedencia. Naos y leños son de propiedad privada, naves mercantes que los
concejos marineros alquilan a uno de sus vecinos y se encargan de aprovisionar
de hombres y pertrechos para cumplir con sus obligaciones militares. Las
galeras son naves militares y de propiedad real, construidas ex profeso en las
atarazanas sevillanas: «… e en ochos meses fizo facer doce galeas nuevas, e
reparar otras quince que estaban en las Tarazanas, e fizo facer mucho almacén,
e muchas armas […] El rey envió cartas a todas las villas de la costa de la mar
de Galicia, e de Asturias, e de Vizcaya, e de Guipúzcoa, que todos los navíos
fuesen embargados que non fletasen a otra parte, ca él los avía menester…: e
así lo cumplieron todos, los mareantes, e obedescieron su mandamiento» (CPI
(1358, X), pp. 198-199).
También se encuentra esta obligación en algún fuero como el de Cartagena
(1246): «Et qualesquier nauios grandes o chicos que fueren de los pobladores
123
No aparece como tal en la crónica. López de Ayala hace alusión al río de
Denia, pero ni el Gorgos ni el Serpis que son los más cercanos tienen entidad
suficiente para acoger a barcos de gran tamaño como son las galeras.
124
Basta recordar la práctica destrucción de la flota castellana el año anterior
en Guardamar. En esa ocasión todos los hombres disponibles habían sido
despachados para ayudar a las tropas en tierra con lo que cuando se inició un
fuerte temporal las naves quedaron sin tripulación que las gobernara (CPI
(1358, IX), p. 197).
125
CPI (1359, XV), p. 224.
126
CPI (1364, IV), p. 302 y Anales, lib. 9, cap. 55, p. 256.
127
Ahora sí no hay dudas sobre su identidad pues se le llama como río de
Cullera.
128
No salió tan bien parada la flota musulmana que en tiempos de Alfonso XI
se refugió en el río Guadalmesí y acabó sufriendo una completa derrota. Vid.
SEGURA GONZÁLEZ, W., «Batalla naval de Guadalmesí (año 1342)», en Al
133
CPI (1359, XI), pp. 218-219.
134
CPI (1352, VIII), p. 62.
135
CPI (1359, XVI), pp. 224-225.
1
margagentile@yahoo.com.ar
Gentile Lafaille. M. E., / Entorno sociopolítico y beligerante…
2
GENTILE, Margarita E., "Los espacios jurídicos de las identidades étnicas
en el área andina argentina: las tres “repúblicas” en el siglo XVI", en
Cuadernos de Historia, n° 13, Córdoba, 2003, p.149-175. GENTILE
LAFAILLE, Margarita E., Testamentos de indios de la gobernación de
Tucumán (1579-1704). Buenos Aires, 2008; "Objetos prehispánicos legados
en testamentos de indios (gobernación de Tucumán, 1608 y 1619)", en Revista
Æquitas Estudios sobre Historia, Derecho e Instituciones, n°2, Valladolid,
2012, p.9-43; "Ceremonialismo incaico en testamentos de indios de la
gobernación de Tucumán (1579-1619)", en Arqueología y Etnohistoria del
Centro Oeste Argentino: aportes desde las Vtas. Jornadas Arqueológicas
Cuyanas, Mendoza, 2015, p. 233-243.
3
Este testamento fue publicado y comentado en otra línea de trabajo por SICA,
Gabriela & SÁNCHEZ, Sandra," Testimonio de una sociedad en transición: el
testamento de un curaca de Humahuaca", en Cuadernos, n°3, Jujuy, 1992,
p.53-62.
4
GENTILE LAFAILLE, Margarita E., "Objetos prehispánicos ...", 2012;
6
GONZÁLEZ, Alberto R., "Las "provincias" Inca del antiguo Tucumán", en
Revista del Museo Nacional, XLVI, Lima, 1982, p.317-380. GENTILE,
Margarita E., "Evidencias e hipótesis sobre los atacamas en la puna de Jujuy y
quebrada de Humahuaca", en Journal de la Société des Américanistes, n° 74,
Paris, p.87-103.
*
Tras el fallido intento del gobernador de Tucumán Alonso de
Ribera (1606-1612)7 de formar un ejército regular que pudiese
autoabastecerse para hacer frente a sublevaciones indígenas como la
pasada de Juan Calchaquí, y la reversa del visitador Francisco de Alfaro
a sus propias ordenanzas8, al cuadro sociopolítico regional se sumaron
las quejas de los indios contra el obispo Julián de Cortazar (1622) 9.
7
Alonso de Ribera (1627-1637) procedía de Chile, donde tuvo que enfrentar
la sublevación indígena de 1599. En Tucumán sucedió al gobernador interino
Francisco de Barraza y Cárdenas. En 1607 refundó Londres llamándola San
Juan Bautista de la Ribera de Londres, con miras a los asentamientos mineros
de la región; y en 1608 reunió en una sola ciudad –Talavera de Madrid- a las
ciudades de N.S.de Talavera y Madrid de las Juntas (JAIMES FREYRE,
Ricardo, El Tucumán Colonial (Documentos y mapas del Archivo de Indias),
Buenos Aires,1915, p.125, 131, 151-152).
8
LEVILLIER, Roberto, Correspondencia de la ciudad de Buenos Aires con
los reyes de España, 1915-1918, Madrid-Buenos Aires, II, p.287-338.
9
LEVILLIER, Roberto, Papeles eclesiásticos del Tucumán, Madrid, 1926, I,
p.308-328.
10
La fundación del Noviciado en Córdoba data de 1608-1609.
11
LARROUY, Antonio, Documentos del Archivo de Indias para la historia del
Tucumán, 1591-1700, Buenos Aires, 1923, p. 26. GENTILE LAFAILLE,
Margarita E., "Los caciques Uti", en Boletín del Instituto Riva-Agüero, Lima,
2002, n° 29, p. 31.
12
La mita colonial no era trabajo rotativo como la mita prehispánica. "Consta
por los autos hechos sobre estas muertes y declaraciones de las hijas del dicho
Juan Ortiz de Urbina que la causa de la muerte de sus padres y de sus tios fue
por haber descubierto el dicho Juan Ortiz de Urbina unas Minas, que es tierra
de mucho oro y noticia dellas que los dichos indios quieren tener ocultas,
huyendo de su trabajo, por saber y haber visto el que pasan en el cerro de Potosí
y en las Minas de los Chichas sus circunvecinas, donde han salido muchas
veces con ganados y harinas los indios que trabajan en ellas." (carta del
16
Lo mismo sucedió con la maloca, asunto respecto del cual no se escribía casi
nada. GENTILE, Margarita E., "Contexto sociopolítico de una encomienda
temprana del área andina argentina (Tucumán, ciudad de El Barco, 1552)", en
Revista Histórica XLII, Lima, 2005-2006, p. 312, n.24); GENTILE
LAFAILLE, Margarita E., "El Alero de los Jinetes: Iconografía e Historia de
sus representaciones rupestres (Cerro Colorado, Córdoba, República
Argentina)" en revista Rupestreweb, Bogotá, 2011.
17
Caso similar en el testamento de Quisma (GENTILE LAFAILLE, Margarita
E., "Objetos prehispánicos ... 2012, p.12; "Ceremonialismo incaico ..., 2015,
p. 12).
[f.1r]
[al margen: Testamento]
[al margen: 1632 una rúbrica Testamento de Don Andrés Choqui
Gouernador de Vmagurca [sic] y de [roto] diligencias
[al centro: una cruz]
[al centro: N 24]
18
http://vhaj.tripod.com/PrimeraReunion.htm
para misas Yten mando que de las dos mulas mansas, el macho
se le de al padre deste pueblo para en su conçiençia lo que baliere me
lo diga de misas.
Yten declaro por mis bienes quatro chacaras el Rio arriba deste
pueblo,
Yten declaro por mis bienes dos estançias para ganados que la
una se llama Siquisa, y la otra Cotaca, y la otra estançia de obejas
llamada Uara, -
[f.2r]
Yten declaro por mis bienes una silla de brida con todo su adreço
[sic], mando se le de a mi hijo el mayor
[f.3r]
---
[f.4v]
[f.5r]
5. Comentarios
19
Chalemin / Chalimin, cacique de los malfines, fue "ahorcado y hecho
cuartos" en 1637 (GENTILE LAFAILLE, "Los caciques Uti", 2002, p.38 y
stes.).
20
NOLI, Estela, "La declinación de la población indígena de la jurisdicción de
Tucumán: (1600/1680)", en América bajo los Austria: economía, cultura y
sociedad, Lima, 2001, p.173 y stes. DOUCET, Gastón G., "Los títulos de
encomienda en la gobernación de Tucumán", en Revista Documentos y
Archivos de la colonización española, n° I, Sevilla, 1979, p.133. Doucet
publicó los antecedentes de Nune y Anganombo hasta 1624. En AGI
Charcas,101,N.45 está la denegación de estos pueblos a Juan de Torres
24
Los árboles genalógicos consultados en internet 10-10-2018
https://gw.geneanet.org/gentuc?lang=es&n=martinez+de+iriarte+y+ramirez&
oc=0&p=juan
http://www.genealogiafamiliar.net/getperson.php?personID=I79152&tree=B
VCZ.
25
En el caso de Martínez de Iriarte, los datos "tucumanos" coinciden con los
publicados por Don Manuel Lizondo Borda (1936-1949) y parte de los
resúmenes citados en nota más arriba.
dicen que era una persona acostumbrada a escribir, y contaba con los
elementos para hacerlo (papel, tinta, plumas), pero la autoridad
española en Humahuaca era dicho alcalde.
26
Por otra parte, las iniciativas de quienes organizaban tropas para "pacificar"
un territorio eran conocidas por las autoridades españolas en cada región, pero
no quedaban documentadas porque no eran una carga para las cajas reales; y
en caso de quejas por excesos contra las poblaciones indígenas, las mismas
autoridades podían encuadrar al jefe de dicha tropa como rebelde. Un
antecedente de este tipo de organizaciones fue la de los apodados Doce de la
Fama quienes en 1578 defendieron San Miguel de Tucumán de un ataque
indígena (GENTILE LAFAILLE, Margarita E., "Apodos de españoles en los
Andes (Siglos XVI-XVII)", en Sequilao Revista de Historia, Arte y Sociedad,
n° 9-10, Lima, 1996, p.5-10).
27
GENTILE LAFAILLE, Margarita E., "Geografía y política. La gobernación
de Tucumán en 1582, según la Relación de Pedro Sotelo Narváez", Anuario
33
Archivo Histórico de la Provincia de Jujuy. Archivo del Marqués del Valle
de Toxo, Carpeta 220. Contiene 74 fojas: Corresponde a: Los Autos la
suspensión de la mitad [sic] de los indios de Casabindo y Cochinoca a la
Ciudad de Jujuy // por providencia de la Real Audiencia de los Charcas.- Año
1779.f.48v.
34
Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. EC 1684, Nº 18, 49 fs.. Don
Diego Ortiz de Zarate sobre el derecho y lugar a la sucesión de la encomienda
de Humahuaca y Sococha. Jujuy.
Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. EC 1684, Nº 5, 18 fs.. Don Diego
Ortiz de Zárate por su hermano Don Juan de Zárate Murguia y Argañaraz, para
que los indios de Sococha, prov.de Tucumán, concurran a su encomienda de
Sococha, Umahuaca y anexos, sin excusarse con que pertenecen a la provincia
de los Chichas.
35
Equivaldría a unas cien herraduras de hierro o veinticinco sobrecamas,
tomando como referencia los precios c.1614 en Córdoba (GENTILE, "Objetos
prehispánicos ...", p.12 ).
A los datos acerca del monto de las tasas, para esa fecha y en ese
lugar se tiene que era de cinco pesos anuales 36. En otro orden, dadas las
responsabilidades anexas al cargo, quedó estipulado que si los indios
no devolviesen a Tejerina esa suma, la misma debería descontarse de
sus bienes "por descargo de mi conciencia".
36
Los tributos anuales se solían pagar en el mes de junio, "para San Juan".
37
"Almud. 1. m. Medida de capacidad, generalmente para áridos, muy
variable según las épocas y las regiones, entre los 1,75 l de Navarra y los
5,68 l de Canarias.". DRAE.
38
Entre muchos otros testimonios, "Item en cuanto al sétimo capítulo sobre si
al presente los indios tributan a sus caciques y lo demás de este capítulo dijo
que en tiempo del ynga los indios al cacique sujetos le hacían sus camisetas y
mantas de cumbi y abasca y oxotas y llautos y chuspas y a sus chacaras y casas
y le daban sal y ají y coca e indios para guarda de sus ganados y cuando había
menester indios de carga se los daban y ahora no le dan ninguna cosa de las
susodichas mas de que algunas veces le dan leña y paja y algunos cestillos de
maiz y de papas y por ruegos le hacen sus chacaras y sus casas y que al presente
son los caciques más trabajados que en tiempo del ynga y no tienen el señorío
y mando que antes por lo que dicho tiene." VISITA DE LA PROVINCIA DE
LEÓN DE HUÁNUCO EN 1562, Huánuco, 1967, I, p.38.
39
ROSTWOROWSKI DE DIEZ CANSECO, María, Conflicts over coca fields
in XVIth-Century Perú, University of Michigan, 1988, p.158-159.
40
Temis como nombre femenino ¿en la lengua hablada en Casabindo?: "A otra
niña llamada también Tandor hija de Pataua y [borrado] Temis sus padres
llamóse también Ysabel." (AA.VV., "Documentos sobre San Pedro de
Atacama", en Revista Estudios Atacameño, n°10, San Pedro de Atacama,
1992, p.11).
41
Quipiltor, Quipiltur, Quipildor, nombre masculino de filiación cunsa, lengua
que perduró hasta fines del siglo XIX en los alrededores del salar de Atacama.
42
Ibid, AA.VV., "Documentos ...", p.11.
43
GENTILE, Margarita E., "Contexto sociopolítico ..., 2005-2006, p. 310.
44
SICA, Gabriela & SÁNCHEZ, Sandra,"Testimonio ...", 1992, p.54.
45
No obstante, SICA, Gabriela & SÁNCHEZ, Sandra,"Testimonio ...", 1992,
p.57, decían que la silla de montar dejada en herencia tenía adornos de plata.
46
Real Academia Española, Diccionario de Autoridades - Tomo VI (1739),
consultado en línea el 7-11-2018.
hoja mui delgada, que parece que tiembla, por lo que se le dió
este nombre. Lat. Subtilis crater argenteus. LOP. Dorot. f. 35.
Dale à Gerarda aquella tembladera de plata, para que haga
chocolate.".
47
ALONSO, Martín, Enciclopedia del Idioma, Madrid, 1958.
48
http://museosantaclara.blogspot.com/2008/06/pieza-del-mes-de-junio.html
consulta en línea el 7-11-2018.
49
Según las descripciones de Guaman Poma de la ropa de las mujeres de los
Incas.
50
GENTILE LAFAILLE, Margarita E., "Objetos prehispánicos ... 2012, p.22.
51
GENTILE LAFAILLE, Margarita E., Testamentos de indios ..., 2008, p.250-
251.
52
Por ejemplo, GENTILE, Margarita E., "La madre de todos los tigres",
Revista Arkeos, n°2 (1), Lima, 2007, p.1-10; GENTILE, Margarita E., "Un
relato histórico incaico y su metáfora gráfica", Revista Espéculo, n°36, Madrid,
2007, p.1-16. GENTILE LAFAILLE, Margarita E., "Un modelo de historia
gráfica para armar: "El milagro del Sunturhuasi" (1537-2018)", en La Iglesia
y el Mundo Hispánico en tiempos de Santo Tomás de Villanueva (1486-1555),
San Lorenzo del Escorial, 2018, pp.805-834.
53
GENTILE LAFAILLE, Margarita E., "Objetos prehispánicos ... 2012, p.12;
"Ceremonialismo incaico ..., 2015.
54
Ni españolas, lo que reafirmaría que su casa se incendió.
55
CORTESÃO, Jaime, Manuscritos da coleçaõ de Angelis, Rio de Janeiro,
1951-1970, III Jesuitas no Tape, 1615-1641, p.313, 325.
56
Los quipu incaicos se anudaban por duplicado; uno quedaba en el pueblo de
origen y otro se enviaba al Cusco. En 1632 tal vez los quipu duplicados los
tenían los dos caciques de cada pueblo y el que se estaría leyendo
correspondería al segunda persona de Choque.
57
Si hubiesen sido camélidos las hubiesen llamado "ovejas de la tierra".
58
Tanto en Jujuy como en Humahuaca, en el siglo XVII hubo cofradías de las
Benditas Ánimas del Purgatorio, pero sin precisar la fecha de sus fundaciones
(CRUZ, Enrique N., "De igualdades y desigualdades: Cofradías en el Jujuy
colonial", en Anuario del IEHS, n°12, Tandil, 1997, p.293-305.
Figura 8. "Indios / Santa obra de las Animas del Purgatorio / animas del
purgatorio", según GUAMAN POMA DE AYALA, Felipe, El Primer
Nueva Coronica y Buen Gobierno, Madrid, [1613] 1987, f.831.
59
La devoción de los indígenas por las Ánimas del Purgatorio continuó, en
algunos aspectos, el culto a las huacas, ancestros de los grupos familiares
andinos.
6. Glosario60
- Ayllu / Aillu: "... tribu, genealogía, casa familia. ... cierto instrumento
para trauar los pies en la guerra, y para cazar fieras, aues, &c."
(ANÓNIMO p.18).
60
ANÓNIMO (Alonso de Barzana?), Vocabulario y phrasis en la lengua
general de los indios del Perú llamada quichua y en la lengua española,
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, [1586] 1951.
- Tupa yauri: "El cetro real vara insignia real del Inca."61.
Agradecimientos
61
GONÇALEZ HOLGUÍN, Diego, Vocabulario de la lengua general de todo
el Perú llamada lengua qquichua o del inca, Lima, [1608] 1952.
1. Introducción
1
Carta del virrey Branciforte al ministro de Guerra, Juan Manuel Álvarez,
Orizaba, 26 de marzo de 1797. Archivo General de Simancas (AGS),
Secretaría de Guerra, leg. 7026, n° 14.
2
Octavio HERRERA PÉREZ, “Con el Septentrión en un puño. Joaquín de
Arredondo y las Provincias Internas de Oriente durante la Guerra de
Independencia”, en Jaime OLVEDA (coord.), Los comandantes realistas y la
guerra de independencia, Zapopan, Jalisco, El Colegio de Jalisco, 2010, pp.
109-174.
3
Isidro VIZCAYA CANALES, En los albores de la Independencia. Las
Provincias Internas de Oriente durante la insurrección de don Miguel Hidalgo
y Costilla, 1810-1811, Monterrey, ITESM, 1976, pp. XV-XVI.
4
Idem, p. 15.
5
Juan Fidel ZORRILLA, Tamaulipas en la guerra de Independencia, México,
Porrúa, 1972, p. 57.
6
Candelario REYES, “Obra inédita sobre Nuevo Santander a principios del
siglo XIX”, en Juan Fidel ZORRILLA, El Poder Colonial en Nuevo Santander,
México, Porrúa, 1976, p. 207.
7
Jaime OLVEDA, De la insurrección a la independencia: la guerra en la región
de Guadalajara, Zapopan, El Colegio de Jalisco, 2011, p. 64.
8
Ernesto de la TORRE VILLAR, La Independencia de México, México, FCE,
2001, p. 80.
9
Candelario REYES, op. cit., p. 209.
10
Alfredo ÁVILA RUEDA, En nombre de la nación. La formación del
gobierno representativo en México 1808-1824, México, CIDE–Editorial
Taurus, 2002, pp. 80-81.
11
Manuel de Iturbe e Iraeta traslada un Bando del virrey Garibay anunciando
la paz entre España e Inglaterra en contra de Francia, San Carlos, 21 de octubre
de 1808. Archivo Histórico de la Universidad Autónoma de Tamaulipas
(AHUAT), F. Ayuntamientos, sec. San Carlos, caja 8, exp. 1.
12
Ibidem.
13
Candelario REYES, op. cit., p. 211.
14
Jaime OLVEDA, op. cit., p. 65.
15
Ibídem., p. 66.
16
Ibídem., p. 74.
17
Manuel de Iturbe e Iraeta comunica a los ayuntamientos del Nuevo
Santander los preparativos que deberán hacerse para la jura de Fernando VII,
San Carlos, 5 de noviembre de 1808. AHUAT, F. Ayuntamientos, sec. San
Carlos, caja 8, exp. 2, doc. 1.
18
Consulta del gobernador Manuel de Iturbe e Iraeta al virrey Pedro Garibay
sobre la polémica jura de Fernando VII en Aguayo, San Carlos, 17 de
noviembre de 1808. Archivo General de la Nación (AGN), Historia, vol. 432,
exp. 379, fs. 1-2.
19
Dictamen del fiscal de lo civil, Sagarzurieta, sobre la polémica jura de
Fernando VII en Aguayo, México, 15 de diciembre de 1808. AGN, Historia,
vol., 432, exp. 379, fs. 3-4.
20
Minuta de la resolución del virrey Garibay a Manuel de Iturbe e Iraeta sobre
la polémica jura de Fernando VII en Aguayo, s.l., 23 de diciembre de 1808.
AGN, Historia, vol., 432, exp. 379, f. 5.
21
Oficio de Manuel de Iturbe e Iraeta al Virrey Garibay acatando su resolución
sobre la polémica Jura de Fernando VII en Aguayo, San Carlos, 18 de enero
de 1809. AGN, Historia, vol., 432, exp. 379, f. 6.
Tras ello Iturbe se fue a descansar seis meses a Guanajuato para visitar
a la familia Alamán, a la que pertenecía su esposa, dejando en su lugar
interinamente al capitán Joaquín Vidal de Lorca 22. Sin embargo,
también nos hace recordar Olveda que la formación de juntas en España
ante la invasión francesa, generó también en muchos americanos una
gran confusión pues dudaban entre ser fieles a éstas o constituir ellos
una nueva junta que proclamara de momento un gobierno autónomo,
sin llegar a ser independiente en estricto sentido23.
22
Candelario REYES, op. cit., pp. 211-212.
23
Jaime OLVEDA, op. cit., p. 64.
24
Todas las orientales ya referidas, más las occidentales: Nuevo México,
Sonora, Nueva Vizcaya y las dos Californias.
25
Oficio de Nemesio Salcedo, comandante general de Provincias Internas, al
virrey Garibay, Chihuahua, 28 de septiembre de 1808, en Genaro GARCÍA
28
Oficio de Nemesio Salcedo al virrey de la Nueva España, Pedro de Garibay,
sobre la defensa de Texas, Chihuahua, 26 de marzo de 1809. Copia de
Francisco Velasco, Chihuahua, 2 de abril de 1811. AGN, Provincias Internas,
vol. 239, exp. 23, fs. 157-160.
29
Ibidem.
30
Oficio de Nemesio Salcedo al virrey de la Nueva España, Pedro de Garibay,
Chihuahua, 16 de julio de 1809. Copia de Francisco Velasco, Chihuahua, 2 de
abril de 1811. AGN, Provincias Internas, vol. 239, exp. 23, f. 161.
31
Donald E. CHIPMAN, Texas en la época colonial, Madrid, Editorial
MAPFRE, 1992, pp. 314-315.
32
Oficio de Nemesio Salcedo al virrey de la Nueva España, Francisco de
Lizana, Chihuahua, 20 de agosto de 1809. Copia de Francisco Velasco,
Chihuahua, 2 de abril de 1811. AGN, Provincias Internas, vol. 239, exp. 23, f.
161.
33
Alfredo ÁVILA RUEDA, op. cit., pp. 86-93.
34
Candelario REYES, op. cit., pp. 213-214.
35
Juan Ortiz ESCAMILLA, Guerra y gobierno. Los pueblos y la
independencia de México, Sevilla, Universidad Internacional de Andalucía /
Universidad de Sevilla / El Colegio de México / Instituto Mora, 1997 (Nueva
América, 1), p. 28.
36
Robinson, Memorias de la revolución mexicana, pp. 38-39, en Luis
OLVEDA, op. Cit., p. 64
37
Candelario REYES, op. cit., p. 213.
38
Miguel RAMOS ARIZPE, Memoria sobre el estado de las Provincias
Internas de Oriente presentada a las Cortes de Cádiz, Presencia de Ramos
Arizpe en las Cortes de Cádiz de 1811. Presentación de Eduardo Enríquez.
Monterrey, AGENL, Cuadernos del Archivo n° 24, 1988, pp. 4-7.
39
Oficio de Manuel de Iturbe e Iraeta al gobernador del Nuevo Reino de León,
San Carlos, 14 de junio de 1810, en Archivo General del Estado de Nuevo
León (AGENL), F. Colonial, Sec. Guerra Independencia, Caja 3, Carp. Junio
1810.
40
Manuel de Iturbe e Iraeta traslada a los Señores Justicias de la cordillera del
margen un bando de la Real audiencia Gobernadora, San Carlos, 18 de julio de
1810. AHUAT, F. Ayuntamientos, sec. San Carlos, caja 8, exp. 1, doc. 31.
41
Christon I. ARCHER, El ejército en el México borbónico, 1760-1810,
México, Fondo de Cultura Económica, 1983, pp. 374-375.
42
José SEMPRÚN; Alfonso BULLÓN DE MENDOZA, El ejército realista en
la independencia americana, Madrid, MAPFRE, 1992, pp. 58-59.
43
Lucas ALAMÁN, Historia de México: desde los primeros movimientos que
prepararon su independencia en el año de 1808, hasta la época presente,
México, Jus, 1990, vol. I, p. 321.
44
José María MIGUEL I VERGES, La independencia mexicana y la prensa
insurgente, México, 175 Aniversario Indep. Nac., 1985, p. 23.
45
Octavio HERRERA PÉREZ, op. cit.
46
José SEMPRÚN, op. cit., p. 74.
47
Silvio ZAVALA, Apuntes de historia nacional, 1808-1974, México, FCE,
1990, p. 28.
48
ALAMÁN, op. cit., vol. I, pp. 243-244.
afirmó en Guanajuato que Fernando VII sólo era un ente que no existía,
y que por tanto el juramento de obedecerlo no obligaba 49.
49
Silvio ZAVALA, op. cit., pp. 23-24.
50
Juan Fidel ZORRILLA; Maribel MIRÓ FLAQUER; Octavio HERRERA
PÉREZ, Tamaulipas. Una historia compartida, 1810-1921, México, IIH-UAT,
1993, vol. I, pp. 49-50.
51
Carta a Primo Feliciano Marín de Porras, obispo del Nuevo Reino de León,
Monterrey, 11 de octubre de 1810, AGENL, f. Colonial, sec. Guerra
Independencia, caja 1, carp. oct. 1810.
52
Ibídem.
53
Carta de Manuel de Iturbe e Iraeta al gobernador del Nuevo Reino de León
sobre la insurrección del cura Hidalgo, San Carlos, 13 de octubre de 1810,
AGENL, f. Colonial, sec. Guerra Independencia, caja 1, carp. Oct 1810.
54
Ibidem.
55
Ibídem.
56
Carta de Juan Vicente de Arce al Sr. teniente coronel Manuel de Iturbe e
Iraeta, Hacienda del Pozo de Acuña, S. Luis Potosí, 15 de octubre de 1810,
AGENL, f. Colonial, sec. Guerra Independencia, caja 1, carp. Oct 1810.
57
Carta pastoral de Primo Feliciano Marín de Porras, obispo de Nuevo León,
a todos los eclesiásticos seculares y regulares, y demás fieles estantes y
habitantes del obispado, Saltillo, 15 de octubre de 1810, AGENL, Fondo
Colonial, sec. Guerra de Independencia, caja 1, carp. C 39.
58
Ibídem.
59
Ibídem.
60
Carta de Manuel de Santa María al teniente coronel D. Manuel de Iturbe e
Iraeta, Monterrey, 17 de octubre de 1810, AGENL, Fondo Colonial, sec.
Guerra Independencia, caja 1, carp. Oct. 1810.
61
Isidro VIZCAYA CANALES, op. cit., p. 194.
62
Carta de Manuel de Iturbe e Iraeta a Manuel de Santa María, San Carlos, 20
de octubre de 1810, AGENL, Fondo Colonial, sec. Guerra Independencia, caja
1, carp. Oct 1810.
Iturbe proponía también a Santa María que para que las “pobres
gentes” del Nuevo Santander y demás Provincias Internas no fueran
“contaminadas de las depravadas ideas de los sediciosos”, debían
enterarse de la publicación del “terrible” edicto de la Santa Inquisición
donde se declaraban todas las “inicuas proposiciones y herejías” del
cura Hidalgo. Para ello, le pedía a Santa María que a través de su
“conducto” hiciera llegar dicho edicto a las manos del obispo Marín de
Porras, pues parecía no haberlo recibido. Y que cuando tuviera la
respuesta del obispo se la mandara, pues “acaso” podría contener la
orden de que se publicara en todas las parroquias del Nuevo Santander.
También comunicaba a Santa María que ya había mandado al general
Calleja las tropas que le había pedido, aunque debía enviarle, según sus
últimas órdenes, otros 300 hombres “los que no sé hasta ahora si tendrán
que salir, lo que me será muy doloroso por lo destituido de fuerzas que
me quedo”65.
63
Carta de Manuel de Iturbe e Iraeta a Manuel de Santa María, San Carlos, 25
de octubre de 1810, AGENL, Fondo Colonial, sec. Guerra Independencia, caja
1, carp. Oct 1810.
64
Carta de Manuel de Iturbe e Iraeta a Manuel de Santa María, San Carlos, 2
de noviembre de 1810, AGENL, f Colonial, sec. Guerra Independencia, caja
1, carp. Oct 1810.
65
Ibídem.
66
Isidro VIZCAYA CANALES, op. cit., p. 193.
67
Ídem., pp. 94-95.
68
Juan Fidel ZORRILLA; Maribel MIRÓ FLAQUER, op. cit., vol. I, p. 51.
69
Juan Fidel ZORRILLA, op. cit., p. 86.
70
Isidro VIZCAYA CANALES, op. cit., p. 147.
71
Idem., pp.149-150.
72
Idem., p. 195.
73
Idem., p. 160.
74
Juan Fidel ZORRILLA; Maribel MIRÓ FLAQUER, op. cit., vol. I, p. 57.
75
Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Expediente personal de
Joaquín Arredondo Pelegrín y Mioño, fol. 25.
76
Isidro VIZCAYA CANALES, op. cit., p. 184.
77
Juan Fidel ZORRILLA; Maribel MIRÓ FLAQUER, op. cit., vol. I, pp. 59-
61.
78
Juan Fidel ZORRILLA, op. cit., p. 89.
79
Isidro VIZCAYA CANALES, op. cit., p. 193.
9. Conclusiones
80
Oficio del general Arredondo trasladado por Juanicotena a los señores
alcaldes de la cordillera del margen, Aguayo, 11 de junio de 1813. AHUAT,
F. General, caja 2, carp. 1813.
Sin duda alguna, el gobernador Iturbe vio con gran inquietud los
preparativos que realizaban los angloamericanos en la Luisiana, sobre
todo en Nueva Orleans, para invadir no sólo las dos Floridas sino
también las Provincias Internas de Oriente, pues entrarían seguramente
a través de Texas para luego internarse en el colindante Nuevo
Santander. En estos años de 1808, y sobre todo 1809, los
angloamericanos, enterados de la debilidad española por la invasión
francesa de la Península Ibérica, estaban más que dispuestos a
aprovechar la situación para anexionarse territorios importantes de las
Provincias Internas, por supuesto Texas y, si la situación de debilidad
lo permitía, las áreas norteñas no sólo del Nuevo Santander, sino
también de Nuevo León y Coahuila. Y, por esta razón, el gobernador
Iturbe era constantemente reclamado por el Comandante General,
Nemesio Salcedo, no sólo para mandar refuerzos a Texas sino incluso
para establecer fuertes contingentes armados en lugares estratégicos del
Nuevo Santander, como Laredo y Río Grande, para impedir una
probable avalancha angloamericana.
10. Fuentes
Archivos
Colecciones documentales
Bibliografía
1
floresuceprofesor@hotmail.com
Flores Sampedro, E. A. / Revisión del movimiento obrero Ecuador...
1. Introducción
Problema
Objetivo
Antecedentes
2
Es evidente que con esta frase de inicio Engels da al trabajo no simplemente
una forma de producción de riqueza, como se había estudiado desde la creación
de las doctrinas liberales capitalistas, sino además darle la categoría social de
transformadora de los seres humanos, a tal punto de convertirse en la
generadora del hombre moderno. La intención no es polemizar la frase de
Engels, sino simplemente establecer una visión más amplia de las
concepciones del trabajador y su tratamiento por pensadores clásicos de la
doctrina laboral.
3
En este caso se reconoce como todo impulso de las diferentes fases de la
humanidad como un camino hacia la creación del trabajo, desde una incipiente
actividad, casi imperceptible pero valiosa para su sucesor.
4
El origen del trabajo tiene sus propios estudios y se ha independizado de la
historia general del trabajo, puesto que quien realiza la actividad, el trabajador,
ha escrito nuevas páginas en el desarrollo de este, asimismo, el estudio de los
estadios que ha transitado el trabajo como actividad humana debe ser analizado
de una manera diferente, bajo la óptica de los procesos sociales.
5
Este libro realiza un exhaustivo análisis de las principales organizaciones
humanas que se han desarrollado alrededor del planeta y de especial interés
para el mundo occidental, y al tratar el tema de la francmasonería, realza
precisamente su origen, a través de la unión de hombres conscientes del
modelo imperante, es decir el dominio absoluto del señor feudal sobre quienes
se encontraban en su propiedad, más allá de los siervos de la gleba, cuasi
7
PAEZ, A., El Anarquismo en el Ecuador, Quito, 1986 p. 32, el proceso del
liberalismo ecuatoriano no significó simplemente la liberalización
mercantilista de las principales instituciones estatales al servicio de la nueva
clase social: la plutocracia porteña, que se concentró en la ciudad de Guayaquil.
El incremento del intercambio de mercadería en el mundo, trajo consigo
nuevas formas de concepción de la política (Páez, 1986, p. 32). Por esta razón,
inclusive el cambio económico en el Ecuador estaba ya en marcha, la
revolución liberal solo aceleró ese proceso, aspecto que fue retratado en el libro
de MARTÍNEZ, Luis, A la Costa, en el que se aprecia los conflictos sociales,
morales y religiosos que significó dicha revolución. («1017.pdf», s. f.)
8
La ciudad de Guayaquil desde el inicio de la República, es decir desde el año
1824 es el puerto principal, las corrientes filosóficas que tuvieran eco en el
pensamiento de la población ingresaron por ultramar a través de esta ciudad
(Páez, 1986, p. 32).
9
La revolución liberal en el Ecuador, al frente de Eloy Alfaro, desató un
cambio de visión en la concepción del Estado, la familia, la propiedad,
inclusive del trabajo, no solo se organizaron grupos políticos, sino también
sociales entre ellos figuraba las primeras organizaciones de trabajadores,
desligadas del pensamiento religioso.
10
La vida de Alfaro, estuvo enmarcada por la lucha en el cambio de la
estructura de la sociedad ecuatoriana, la cual regida por la oligarquía de la
sierra y auspiciada por los cánones religiosos. Las diferentes batallas libradas
en contra de este grupo lo forzaron en varias ocasiones a exiliarse, su destino
habitual fue la República de Panamá.
11
No existe una fecha específica del encuentro de estos dos personajes, por eso
se ha convenido que su encuentro pudo ser durante los años señalados (Páez,
1986).
12
Para varios autores un verdadero líder sindical fue Miguel Alburquerque,
cuyo aporte a la causa laboral marcó el comienzo de la verdadera lucha de clase
y de las reivindicaciones laborales en el Ecuador («PressReader.com -
Periódicos de alrededor del mundo.», s. f.).
13
En estos primeros pasos de la organización laboral, aunque insipientes y
meramente mutuales permiten comprender la fuerza de la organización laboral.
Solo cuando los trabajadores se organizan pueden hacer frente a la explotación,
hacer valer sus derechos y cambiar la historia.
No.
Trabajadores Año
1Huelga de los obreros ferroviarios en Bucay 1906 y 1909
2Ferroviarios de Durán 1907
3Cacahueros 1908 y 1916
4Ferroviarios de la vía a la Costa 1912
5Carpinteros y soldadores de Guayaquil 1913
6Ferroviarios de Bahía – Chone 1914
Ferroviarios de Guayaquil - Quito, Ingenio Valdez de Milagro, carros urbanos de
7 1916
Guayaquil
8Peluqueros de Guayaquil 1918
9Mineros de Portobelo, gráficos de Quito 1919
10
Empleados de boticas de Guayaquil 1920
Elaborado por Ernesto Flores
Tomado de: anarquismoenecuador.blogspot.com, 2012
14
“La ley siempre la hace el patrón”, por lo tanto, estas son las poderosas armas
que Mario de la Cueva previene que la parte empleadora posee en su favor y
por lo mismo en detrimento de los intereses laborales, solo la conciencia de
clase, es decir el desarrollo del reconocimiento de la solidaridad laboral, puede
encaminar a los procesos legislativos hacia leyes armónicas, justas y tuitivas,
lo que genera una plena satisfacción legal de aquellos.
15
En menos de 20 años las organizaciones se contaban por decenas en todo el
territorio nacional, inclusive esta primera gran Federación abrazaba la postura
“anarcosindicalista”, comunicado que consta en la Circular de la Sociedad de
Cacahueros de 27 de Agosto de 1922 (Acrata, s. f.).
Noviembre de 1922
16
Varias de las principales actividades productivas estaban en manos de
empresas extranjeras, especialmente de origen estadounidense, tales como la
exportación de café, cacao y el naciente comercio del banano, todas empresas
asentadas en el sector litoral del Ecuador.
17
El Ecuador está compuesto de varias regiones, sierra, costa, oriente e insular;
inclusive territorio marítimo y la proyección hacia la Antártida, pero para la
época de los años 20, la cuestión económica se focalizó en el puerto de
Guayaquil, sitio principal de las financias nacionales, y la ciudad de Quito,
capital del Ecuador, que se mantenía como centro político de la nación,
división que ha trascendido el tiempo y que se mantiene hasta nuestros días.
18
José Luis Tamayo, fue presidente del Ecuador entre el 1 de septiembre de
1920 y el 31 de agosto de 1924, fue quien ordenó la intervención del ejército
ecuatoriano en contra de los manifestantes y dio la orden del aniquilamiento
de estos.
19
Carlos Arroyo del Río, personaje y político siniestro, involucrado en varios
hechos de corrupción durante su presidencia, protagonizó uno de los hechos
más vergonzosos en las páginas de la historia nacional que consistió en la
cesión del territorio ecuatoriano, más de doscientos mil km2 de territorio en el
oriente al Perú, razón por la cual fue derrocado en el año de 1944.
20
Delfín Triviño, como varios revolucionarios latinoamericanos tuvo dos
facetas, en el caso presente, fue uno de los comandantes de Eloy Alfaro, y peleó
por los ideales del liberalismo progresista, formó parte de los partidos liberales
que se crearon en la época y se hizo hacia el ala plutocrática dominante de lo
económico y político ecuatoriano.
21
José María Velasco Ibarra, todo un personaje legendario en la política e
historia ecuatoriana, llegó a ser 5 veces presidente, es importante relievar que
propició la caída de Arroyo del Río en 1944 para hacerse de la presidencia del
Ecuador.
22
El derecho de los trabajadores ha recorrido un largo y cruento camino, en el
que la parte empleadora ha visto desde un pedestal las luchas sociales, Mario
de la Cueva al respecto menciona: “…antes de 1917 existió un derecho civil
regulador de las prestaciones de servicios, pero no existió un derecho del
trabajo.” CUEVA, M. de la, El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, p. 622,
en el Ecuador para 1922 solo contaba con leyes dispersas fruto de la lucha de
clase, de las huelgas, de la paralización de la fábrica, de la empresa, tardaría
dieciséis años más para que de una manera definitiva, en un Código quedara
plasmada la norma laboral. Paradójicamente este cambio social se daría en la
dictadura del General Enríquez Gallo, pero que respondió a los procesos
laborales en base a una conciencia social laboral.
23
PORRINI, C., El pobre y el Rico, sf, recuperado de
http://www.cancioneros.com/nc/13600/0/el-pobre-y-el-rico-carlos-porrini,
este hermoso poema fue musicalizado por el grupo uruguayo Los Olimareños.
6. Conclusiones
Referencias
Textos
Artículos
Sitios Web
Bibliografía
1
fpcamino@hotmail.com.
Páez-Camino Arias, F. / Revolución rusa: diez mitos que conmovieron...
2
Versiones españolas del título en inglés Ten days that shook the world. Al
calor del centenario de los hechos narrados, se han publicado diversas nuevas
ediciones. Las citas aquí empleadas proceden de la ya antigua de Akal (Madrid,
1974). Menos divulgada ha sido la obra de su mujer, Louise Bryant: Six Red
Months in Russia (1918).
3
Estas etiquetas aparecen desarrolladas, respectivamente en Mira Milosevich:
Breve historia de la Revolución rusa. Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2017; y
Damián Pretel: La civilización de los pasos perdidos. Apuntes para una
historia de la civilización rusa. Madrid, ediciones de la Torre, 2005.
4
Afirmación recientemente documentada en Sean McMeekin: Nueva historia
de la Revolución Rusa. Madrid, Labor, 2017. Una amplia presentación clásica
del conjunto de la revolución en Richard Pipes: La Revolución Rusa.
Barcelona, Debate, 2016 [1990]; más reciente edición en Barcelona,
Debolsillo, 2018.
5
Objeto desde 1918 de grandes conmemoraciones con desfiles, el 7 de
noviembre dejó de ser fiesta el año 2005 y el presidente Putin ha establecido
en su lugar el 4 de noviembre como “día de la unidad nacional”, que
conmemora un alzamiento en Moscú contra la ocupación polaca en 1612.
6
José M. Faraldo: La Revolución rusa: Historia y memoria. Madrid, Alianza,
2017, p. 25. El capítulo 11 lleva por título “El golpe de Estado bolchevique”.
7
Hélène Carrère d’Encausse: Lenin. Madrid, Espasa Calpe, 1999, p. 424.
8
Victor-Serge: El año I de la revolución rusa. Madrid, Siglo XXI, 1972
[1930], p. 87 (hay edición reciente en Madrid, Traficantes de Sueños, 2017).
McMeekin, p. 254. También de Victor-Serge: Memorias de un revolucionario.
Madrid, Veintisieteletras, 2011 [1947].
9
Manuel Chaves Nogales: Lo que ha quedado del imperio de los zares. Edición
de María Isabel Cintas. Sevilla, Renacimiento, 2011. La cita de Chaves
Nogales, en p. 100; la de Sánchez Ocaña, en pp. 29-30.
10
Trotski dijo svalka, que puede traducirse también por ‘vertedero’. Reed da
su versión en p. 116.
11
Es Victor-Serge, en p.79, quien reproduce esta declaración, en la que se
puede apreciar la prontitud del tono de exclusión y purga.
12
Las citas de Reed, p.142 y p.149, en el capítulo V, titulado “Avance
incontenible”. Kollontái, que acababa de ser nombrada comisaria (es decir,
ministra) de Asistencia pública en el Gobierno presidido por Lenin,
encabezaría luego una “oposición obrera” y sería relegada, a partir de 1922, a
tareas de representación diplomática en Escandinavia y México.
13
Orlando Figes: Revolutionary Russia, 1891-1991. New York, Picador, 2015,
p. 93.
14
Gerard Walter: Lenin. Barcelona, Grijalbo, 1974 [1950] p. 359.
por ciento de los votos (con unos 170 escaños de los algo más de 700)
y que fueron ganadas por los socialrevolucionarios, con más del 40 por
ciento. Estos consiguieron un amplio triunfo en el campo, mientras
aquellos obtuvieron más votos en las ciudades y en el ejército.
15
Chernov obtuvo 244 votos frente a 153 para Spiridónova. Esta
revolucionaria, que había sido puesta en libertad tras la Revolución de Febrero,
se opuso, a partir de julio de 1918, a los bolcheviques; fue recluida y más tarde,
en septiembre de 1941, ejecutada.
20
A este respecto resulta ilustrativa la crónica novelada que Chaves Nogales
publicó en 1934 con el título El maestro Juan Martínez que estaba allí
(Barcelona, Asteroide, 2009), en particular el capítulo 22, que lleva por título
“Por qué triunfaron los bolcheviques”.
los cinco millones por las represalias, las epidemias (como el tifus, del
que murió Reed, el 17 de octubre de 1920, a punto de cumplir los 33
años) y el hambre (sobre todo en las provincias del Volga, con un tardío
recurso a la ayuda internacional). La emigración política, acentuada
desde 1919, afectó a cerca de un millón de personas21.
21
Todas estas cantidades son inseguras, además de imprecisas y, en algunas
obras, se dan cifras aún más altas. En el citado Mawdsley (p.285): “Hubo entre
7 y 10 millones de víctimas rusas en la guerra civil, el cuádruple de las que
sufrió el país durante la mundial, sobre todo civiles”.
22
Casanova, p.152; McMeekin, p. 324, entre otros.
23
Nicolas Werth: Histoire de l’Union Soviétique de Lénine à Staline (1917-
1953), Paris, PUF, 1995, p. 24.
24
Juan Díaz del Moral: Historia de las agitaciones campesinas andaluzas.
Madrid, Alianza, 1973, p. 153.
25
Casanova, p. 130 y p. 173. Vladimir N. Brovkin y Leopold H. Haimson han
realizado estudios específicos sobre los mencheviques y la resistencia popular
en los inicios del gobierno bolchevique.
26
Estos temas son tratados en Julián Vadillo Muñoz: Por el pan, la tierra y la
libertad. El anarquismo en la Revolución rusa. Guadalajara, Volapük, 2017.
27
En “Grecia”, 1920. Véase José-Carlos Mainer: Falange y literatura.
Barcelona, RBA, 2013, p. 513.
28
Díaz del Moral, p. 343, nota 78; el último entrecomillado en p. 349.
29
Víctor Alba: Dos revolucionarios: Joaquín Maurín, Andreu Nin. Madrid,
Seminarios y ediciones, 1975, p. 41 y p. 49.
30
Fernando de los Ríos: Mi viaje a la Rusia Sovietista. Madrid, Fundación
Fernando de los Ríos, 1994 [1921], p. 92, p. 110 y p. 231. Palabras que guardan
consonancia con las críticas tempranas de Rosa Luxemburg, en su mencionado
escrito de 1918: “La libertad solo para los partidarios del Gobierno, solo para
los miembros de un partido -por muy numerosos que estos sean- no es libertad
en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para quien piensa
de manera diferente”.
Ahora bien, una vez apagadas las esperanzas de que la toma del
poder por los bolcheviques fuera el punto de arranque de una revolución
obrera de dimensión planetaria, el principal medio de influencia
exterior de los gobernantes de Rusia y sus simpatizantes fue la
Internacional Comunista, conocida por la contracción Comintern, y
también llamada Tercera Internacional. Concebida para promover la
acción revolucionaria fuera de Rusia siguiendo el modelo soviético, se
convirtió pronto en un disciplinado instrumento de la política exterior
del nuevo Estado ruso.
31
Joan Estruch: Historia secreta del PCE. Madrid, Temas de Hoy, 2000, p. 27.
32
Una edición reciente, Ángel Pestaña: Setenta días en Rusia. Lo que yo vi.
Córdoba, Almuzara, 1918.
33
E.H. Carr: “La Tercera Internacional” en De Napoleón a Stalin y otros
estudios de historia contemporánea. Barcelona, Crítica, 1983, p. 111.
34
Alba: p.83.
35
Eric Hobsbawm: Años interesantes. Una vida en el siglo XX. Barcelona,
Crítica, 2002, p. 379.
36
Geoff Eley: Historia de la izquierda en Europa, 1850-2000, publicada bajo
el título Forging Democracy, que en la versión española (Barcelona, Crítica,
2003) pasó a ser Un mundo que ganar. El enfoque de la Revolución rusa como
la última de las revoluciones de la Belle Époque, o “el remate a 50 años de
revoluciones e insurgencia” aparece más recientemente en Francisco Veiga,
Pablo Martín, Juan Sánchez Monroe: Entre dos octubres. Madrid, Alianza,
2017.
37
Artículo publicado en La lucha social de Lérida el 29.IV.1922. Ya un año
después de su regreso a España, Nin se refería a la URSS, en una entrevista a
Nuevo Mundo el 19.VI.31, como un “país que va creándose a fuerza de dolores
y de crímenes”.
38
Ralph Miliband: Marxismo y política, Madrid, Siglo XXI, 1978, pp. 187-8.
39
Asunto abordado con contundencia por José María Faraldo: “¿Sirvió para
algo la Revolución Rusa?” La Maleta de Portbou, nº 25, septiembre-octubre
2017, 16-19.
40
Sobre este tema, Ludolfo Paramio: “La Revolución”, Claves de Razón
Práctica, nº 254, septiembre-octubre 2017, 22-27.
41
Tony Judt: Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956.
Madrid, Taurus, 2007 [1992], p. 184.
42
Díaz del Moral, p.364. Se refiere al periodo 1918-1920, que él llamó, con
notable éxito historiográfico, “trienio bolchevista”.
1
KENNEDY, R. F.: Hacia un mundo nuevo. Barcelona. 1968, p. 18, y
SCHLESINGER, A. M. Jr.: Robert Kennedy and his times. New York. 1990,
pp. 867 y ss.
2
CHESTER, L.; HODGSON, G.; PAGE, B.: An American melodrama. The
presidential campaign of 1968. London. 1969, pp. 776 y ss.
3
WOODS, R. B.: LBJ. Architect of American Ambition. Cambridge
(Mass.) 2007, pp. 788 y ss.
4
LUTHER KING, M.: Por qué no podemos esperar. Barcelona. 1972, p. 23.
5
KENNEDY, R. F.: El enemigo en casa. Barcelona. 1968, p. 66.
6
KENNEDY, R. F.: The pursuit of justice. New York. 1964, pp. 27 y ss.
7
SCHLESINGER, A. M. Jr.: Journals 1952-2000. New York. 2007, pp. 279-
285.
8
KENNEDY, R. F.: Hacia un mundo nuevo. Barcelona. 1968, pp. 26-27.
9
SCHLESINGER, A. M. Jr.: La política de la libertad. El centro vital.
Barcelona. 1972, pp. 26-27.
10
KENNEDY, R. F.: Hacia un mundo nuevo..., pp. 277-279: "Tal vez
nuestro futuro se encuentre fuera del alcance de nuestras previsiones, pero
no escapa por completo a nuestro control. Es el impulso que ha creado a
América, que ni el sino, ni la naturaleza, ni las corrientes irreprimibles de la
historia, sino la obra de nuestras propias manos, hermanaron a la razón y a
los postulados que han de determinar su destino. Hay orgullo en esta
afirmación, arrogancia incluso, pero encierra también experiencia y verdad.
En cualquier caso, ésta es la única forma en que nos es dado vivir".
11
LUTHER KING, M.: Un sueño de igualdad. Madrid. 2010, p. 167: "Me
niego a aceptar la idea de que la tendencia a conformarse con la simplicidad
de lo que 'es', propia de la naturaleza humana de nuestros días, haga a los
hombres de hoy moralmente incapaces de alcanzar el eterno 'lo que debería
ser' que siempre se les ha planteado.
12
KENNEDY, R. F.: Hacia un mundo nuevo..., p. 177.
13
MORO, A.: Una politica per i nuovi tempi. Roma. 1969, pp. 10-11.
14
PIETRUSZA, D.: 1960. LBJ vs. JFK vs. Nixon. The Epic Campaign That
Forged Three Presidencies. New York. 2008, pp. 300-301.
15
BARNES, J. A.: John F. Kennedy on Leadership. The Lessons and Legacy
of a President. New York. 2005, pp. 53 y ss.
de sus cuatro hijos varones, entre los nueve que alcanzaron la edad
adulta, la conclusión de la existencia de Robert Kennedy, sin embargo,
incorporaba nuevos renglones para la reflexión. Cuando terminaron las
honras fúnebres por el senador Kennedy, Rose Fitzgerald acudió a una
de las grandes cadenas de la televisión estadounidense, y dirigió un
mensaje inequívoco a millones de atónitos espectadores para recordar
los principios por los que sus hijos habían luchado y muerto16.
16
FITZGERALD, R.: Tiempo de recordar. Barcelona. 1974, p. 425: "Debo
dar mis gracias más sinceras a todos los que ofrecieron sus oraciones, su
afecto y su pésame... Sabemos que este tributo viene de vuestros corazones
y los nuestros os responden con profunda gratitud...
No siempre pueden comprenderse los designios de Dios Todopoderoso. Las
cruces que nos envía. los sacrificios que nos exige. Pero aceptamos con fe y
resignación su Santa Voluntad sin volver la vista a lo que podría haber sido,
y nos sentimos en paz. Conservamos nuestro valor, no cejaremos en nuestro
empeño y defenderemos y propugnaremos los principios que Bobby
defendía...
Sabemos cuáles eran las esperanzas de su corazón y le honraremos, no con
un llanto estéril, no con vanas lamentaciones, sino con resoluciones firmes...
Actuando para aliviar el hambre, trabajando para ayudar a los desheredados,
con los que tan profundamente ligado se sentías él, y por los que trabajó tanto.
Y al pensar en él... debemos recordar a Ethel, y a sus hijos... Ellos deben
recordar a su padre no sólo como aquel que alegremente compartió sus juegos
y triunfos infantiles, sino también al que consagró su corazón, su alma y sus
fuerzas a la mejora de la Humanidad...".
17
KENNEDY, R. F.: Hacia un mundo nuevo..., p. 103: "Los analfabetos no
pueden leer los periódicos ni los manuales que los instruirían, ni siquiera las
señales de circulación que orientan nuestros pasos. E incluso para los que
saben leer, la ampliación en su educación equivaldrá a poseer la clave del
progreso y de la libertad, tanto económica y social; las inteligencias que no
posean la educación que desarrolla el talento tendrán todas las puertas
cerradas".
18
JOHNSON, L. B.: Memorias de un presidente 1963-1969. Barcelona.
1971, p. 120.
19
KENNEDY, R. F.: Hacia un mundo nuevo..., pp. 78-79: "Hace muchísimo
tiempo que los griegos definieron la felicidad como 'el ejercicio de los
impulsos vitales según unas líneas relevantes, en una vida que les preste
objetivo'. La realización de esta meta se hace cada día más difícil ante las
gigantescas organizaciones y compleja burocracia que caracterizan esta
época. A pesar de ello, debemos buscar este objetivo, haciendo que hombres
¿Lo consiguió? Cabe responder con las mismas palabras con las
que finalizó su discurso de Oslo de 1964 Martín Luther King, cuando
recibió el Premio Nobel de Paz: “todavía creo que venceremos”.
22
KENNEDY, E. M.: Decisions for a decade. Policies and programs for the
1970s. London. 1968, pp. 59 y ss.
23
KENNEDY, E. M.: Los Kennedy. Mi familia. Barcelona. 2010, pp. 318-
319.
1
dramirezbraschi@yahoo.com.ar. Abogado, magíster en Ciencias Políticas
(UNNE), doctor en Derecho (UNNE), Miembro de la Academia Nacional de
la Historia de la República Argentina, Miembro de la Academia Nacional de
Ciencias Morales y Políticas de la República Argentina, Profesor Titular de
Historia Constitucional Argentina, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
y Políticas - Universidad Nacional del Nordeste.
Ramírez Braschi, D. / La pena de muerte en las sentencias de tribunales…
2
RAMIREZ BRASCHI, Dardo. Judicatura, Poder y Política. La justicia en
la provincia de Corrientes durante el siglo XIX. Corrientes, Moglia
Ediciones, 2008, p. 135.
3
ARCHIVO GENERAL DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES.
Hemeroteca. Periódico La Opinión, edición del 5 de Junio de 1857.
4
Sentencia de muerte contra José María Aguirre, del 15 de Noviembre de
1855 (Periódico “El Comercio”, edición del 9 de Diciembre de 1855);
Sentencia de muerte contra Claudio Humeres, del 18 de Febrero de 1856
(Periódico “El Comercio”, del 2 de Marzo de 1856) ; Sentencia de Muerte
contra Hipólito Villalba, del 3 de Marzo de 1858 (Periódico “La Opinión”
del 10 de Marzo de 1858); Sentencia de muerte contra Donato Prado, del 16
de Octubre de 1860 (Periódico la “Unión Argentina” del 3 de Noviembre de
1860).
5
AGPC. Copiadores Notas Ministerio de Gobierno. Poder Judicial. Leg.20.
Fs. 27 y 27 Vta.
6
REGISTRO OFICIAL. N° 150. Corrientes. Mayo 19 de 1877.
2. Análisis de casos
7
LEVAGGI, Abelardo. “La pena de muerte y aflicción en el Derecho indiano
rioplatense”, en Revista de Historia del Derecho, Nº 3. Instituto de
Investigaciones de Historia del Derecho, Buenos Aires, 1975. pp. 88-90.
8
RAMIREZ BRASCHI, Dardo - LOPEZ VILLAGRA Darío. Sentencias
Judiciales y el Derecho Castellano. Estudio de Casos en la Provincia de
Corrientes: 1898-1904, Resistencia, Ed. Contexto, 2017.
9
AGPC. Hemeroteca. Periódico La Opinión del 20 de Febrero de 1859.
10
Ley 2, Tit. 21, Lib. 12. Novísima Recopilación: Pena del que mate á otro
á traición o aleve y del que hiciere muerte segura. Todo hombre que matare
á otro á traición ó aleve, arrastrenlo por ello, y enfórquenlo y todo lo del
traidor háyalo el Rey; y del alevoso haya la mitad el Rey, y la otra mitad sus
herederos: y sí en otra guisa lo matare con el derecho, enfórquenlo y todos
sus bienes hereden sus herederos, y no peche al homecillo. Y todo hombre
que ficiere muerte segura cae en caso de aleve, y la mitad de sus bienes
pertenescen a nuestra Cámara: y toda muerte se dice segura, salvo aquella
que fuere fecha en pelea, o en guerra o en riña.
11
AGPC. Periódico La Opinión del 10 de Marzo de 1858.
12
Ídem.
13
AGPC. Periódico La Unión Argentina, edición del 3 de Noviembre de
1860.
14
Partida 7º Titulo 27 Leyes 3, Qué pena merecen los asesinos et los otros
desesperados et malos, que matan a los homes por algo que les dan.
Asesinos son llamados una manera que hay de homes desesperados et malos
que matan á los homes á traycion de guisa que se non pueden dellos guardar
ca tales hay dellos que andan vestidos como religiosos et otros como
peregrinos et otros que andan como en manera de labradores et lleganse á
fabla con los homes porque se aseguren en ellos et andan muy
encubiertamente en estas maneras sobredichas et en otras semejantes dellas,
porque puedan complir su traycion et su maldat que han en corazon de facer.
Et porque tales homes como estos son muy peligrosos, et mayormente contra
los reyes et los otros grandes señores, por ende defendemos que ninguno non
sea osado de los recebir á sabiendas en su casa, nin de los encubrir en ninguna
manera: et si por aventura alguno contra esto ficiere recibiendo alguno dellos,
ó encubriéndolo, ó mandándole matar á algunt home, maguer él non lo
encubriese, si sopiese ciertamente que albergaba ó se allegaba en casa de otro
alguno et non lo descubriese, mandamos que muera por ello. Et si por
aventura fugiese que lo non pudiesen haber para complir la justicia en él,
dámosle por desafiado de nos et de todos los de nuestro señorio, en tal manera
que qualquier que lo mate de alli adelante que non haya por ende pena
ninguna. Otrosi decimos que los asesinos et los otros homes desesperados
que matan los homes por algo que les dan, que deben morir por ende, tambien
ellos como los otros por cuyo mandado lo ficieron.
15
Novísima Recopilación Libros 12, Titulo 21, 1,2 y 9. 1. Pena del homicida
voluntario y casos en que se excusa de ella el que mate á otro; 2. Pena del
que mate á otro á traición ó aleve y del que hiciere muerte segura; 9. Pena
del que matare ó hiriere á otro robándolo en el camino.
16
AGPC. Boletín Oficial, N° 132, Corrientes, 28 de Febrero de 1877.
En este caso se cita la Ley 4, Tit. 26, Libr. 12 y Ley 1°, 2° y 3°,
Tit. 21, Lib. 12 de la Novísima Recopilación17, y del libro de las Siete
Partidas, Ley 28, Tit. 26, Partida 3°; y Ley 2, Tit. 8. Partida 7°.18
17
Ley 1°, Tit. 21, Lib. 12 Novísima Recopilación: Pena del homicida
voluntario y casos en que se excusa ella el que mate a otro: “Todo hombre
que matare á otro á sabiendas muera por ello salvo si matare à su enemigo ó
defendiéndose ó si lo hallare yaciendo con muger do quier que lo halle ó si
lo hallare en su casa yaciendo con su hija ó con su hermana ó si le llevando
muger forzada para yacer con ella ó haya yacido con ella ó si matare ladron
que de noche en su casa hurtando ó foradandola ó si hallare con el hurto
huyendo y no se quisiere prision ó si lo hallare hurtándole lo suyo y no
quisiere dexar ó si lo matare por ocasion no queriendo matarlo ni habiendo
malquerencia con él ó si lo matare acorriendo á su Señor que lo vea matar ó
á padre ó á hijo ó á abuelo ó á hermano ó á otro hombre que debe vengar por
linage ó si lo matare en otra manera que pueda mostrar que lo mató con
derecho.”
Ley 3°, Tit. 21, Lib. 12 Novísima Recopilación. Pena del que hiriere á alguno
precediendo asechanzas ó consejo para ello. “Acaesce algunas veces que
algunos hombres estan asechando para herir ó matar á otro y hacen habla ó
consejo para ello y fieren á aquellos á quienes estan asechando y atendiendo
para los herir ó matar sobre que fué hecho el consejo ó la habla y estos tales
deben ben haber mayor pena que los que hieren en pelea porque los Derechos
mandan que estos tales sean tenidos á pena de muerte así como si matasen y
porque en algunos lugares por fueros y por costumbres no se usa así y por
esto se atrevian muchos á hacer los tales yerros por ende establecemos que
qualquier ó qualesquier que por asechanzas ó sobre consejo ó habla hecha
hiriere á alguno que muera por ello magüer aquel á quien hirió no muera de
la herida.
18
Ley 2, Tit. 8. Partida. 7°. Cómo aquel que mata á otro debe haber pena de
homicida salvo si lo fi ciere tornando sobre sí. “Matando algunt home ó
muger á otri á sabiendas debe haber pena de homicida quier sea libre ó siervo
el que fuese muerto fueras ende si lo matase en defendiéndose viniendo el
otro contra él trayendo en la mano cuchiello sacado ó espada ó piedra ó palo
ó otra arma qualquier con que lo pudiese matar ca estonce si aquel á quien
cometen asi mata al otro quel quiere desta guisa cometer...”
3. Conclusiones
19
La Novísima Recopilación estaba integrada por 12 Libros, 340 Títulos, y
4.020 leyes. Es necesario apuntar, no obstante, que a pesar de su entrada en
vigor, la Nueva Recopilación siguió vigente, aplicándose de forma
subsidiaria en defecto de la Novísima Recopilación cuando así se hacía
necesario. Con grandes defectos, la Novísima Recopilación representó para
la Casa Borbón reinante un referente de su política y de la impronta que
pretendía dar a sus dominios.
1
joseenrique.anguita@urjc.es. Doctor en Derecho por la Universidad Rey
Juan Carlos. Profesor de Historia del Derecho y las Instituciones de la
Universidad Rey Juan Carlos. Miembro del Centro de Documentación y
Estudios de la Unión Europea “EMILE NOËL”, Centro Europeo de la
Universidad Rey Juan Carlos.
Anguita Osuna, E. / Marco histórico jurídico de la acción social…
2
PÉREZ BUSTAMANTE, R., Instituciones de la Unión Europea (1951-
2007), Edisofer S.L., Madrid, 2007, p. 15.
3
QUESADA DÍEZ, S., “La acción social en la Unión Europea: evolución
histórica”, Alternativas: Cuadernos de trabajo social, nº 6, 1998, p. 222.
4
ALEMÁN BRACHO, C., RAMOS LORENTE, MARÍA DEL MAR,
“Unión Europea y políticas sociales”, dentro de ALEMÁN BRACHO, C.
(coordinadora), Políticas sociales, Aranzadi S.A, Navarra, 2013, p. 141,
haciendo referencia a JOHNSON, A., European Welfare Status and
Supranational Governance of Social Policy, Ed. Palgrave, Nueva York,
2005.
5
BAR CENDÓN, A., “La política social de la Unión Europea”, Revista
jurídica de los derechos sociales Lex Social, nº 2 julio-diciembre, 2012, p.
29.
6
Ibídem, p. 33.
7
Diario Oficial C 325, de 24 de diciembre de 2002 (versión consolidada).
8
ALEMÁN BRACHO, C., RAMOS LORENTE, MARÍA DEL MAR, op.
cit., pp. 141-142.
9
Artículo 125 del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea.
10
Artículo 136 del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea.
11
Artículo 152 del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea.
12
Artículo 158 del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea.
13
QUESADA DÍEZ, S., op. cit., p. 223.
14
Ibídem, p. 223.
15
Resolución del Consejo de 21 de enero de 1974 relativa a un programa de
acción social, DOUE, 12.2.74, Nº C 13/1.
16
PÉREZ BUSTAMANTE, R., op. cit., p. 179.
17
BAR CENDÓN, ANTONIO, op. cit., p. 34.
18
PEDROSA SANZ, ROSARIO, “El desarrollo histórico de la política social
de la Unión Europea y su estado actual”, Estudios de Economía Aplicada,
vol. 27-3, 2009, pp. 616.
19
QUESADA DÍEZ, S., op. cit., p. 225.
20
Resolución sobre la Carta comunitaria de los derechos sociales
fundamentales, DO C 323 de 27.12.1989, p.44.
21
Diario Oficial C 325, de 24 de diciembre de 2002 (versión consolidada).
22
PÉREZ BUSTAMANTE, R., op. cit., p. 26.
23
QUESADA DÍEZ, S., op. cit., p. 226.
24
COMISIÓN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS, Libro Verde sobre
la política social europea –opciones para la Unión, COM (93) 551 final,
Bruselas, 17 de noviembre de 1993.
25
QUESADA DÍEZ, S., op. cit., pp. 228-231.
26
BAR CENDÓN, A., op. cit., pp. 36-37.
27
Diario Oficial C 80, de 10 de marzo de 2001.
28
ALEMÁN BRACHO, C., RAMOS LORENTE, MARÍA DEL MAR, op.
cit., p. 142.
29
Artículo 137 del Tratado de Niza.
30
PEDROSA SANZ, R., op. cit., pp. 619-626.
31
Ibídem, pp. 627-628.
32
Ibídem, p. 628.
33
ALONSO SECO, J. M., Política Social Europea, Ed. UNED, Madrid,
2013, pp. 53-55.
34
Artículo 2 del Tratado de la Unión Europea.
35
Artículo 3.1 del Tratado de la Unión Europea.
36
Artículo 3.3 del Tratado de la Unión Europea.
37
Artículo 3.3 del Tratado de la Unión Europea.
38
Artículo 3.3 del Tratado de la Unión Europea.
39
Directiva 2000/78/CE del Consejo, de 27 de noviembre de 2000, relativa
al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo
y la ocupación, DOCE, 2.12.2000, L303/16; Directiva 2003/88/CE del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 4 de noviembre de 2003, relativa a
determinados aspectos de la ordenación del tiempo de trabajo, DOCE,
18.11.2003, L299/9; Directiva 2005/36/CE del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 7 de septiembre de 2005, relativa al reconocimiento de
cualificaciones profesionales (Texto pertinente a efectos del EEE), DOUE,
30.9.2005, L 255; etc.
40
Reglamento (CE) n° 2157/2001 del Consejo, de 8 de octubre de 2001, por
el que se aprueba el Estatuto de la Sociedad Anónima Europea (SE), DOCE,
10.11.2001, L294/1; Reglamento (CE) n° 1435/2003 del Consejo, de 22 de
43
COMISIÓN EUROPEA, Comunicación de la Comisión Europea, Europa
2020, Una Estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador,
Bruselas, 3.3.2010, COM (2010) 2020 final, p. 5.
44
Ibídem, p. 6.
45
UNIÓN EUROPEA, La Plataforma Europea contra la Pobreza y la
Exclusión Social. Un marco europeo para la cohesión social y territorial,
Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, Luxemburgo, 2011, pp. 4-5.
46
Ibídem, pp. 10-30.
47
COMISIÓN EUROPEA, Comunicación de la Comisión al Parlamento
Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al comité de
las Regiones, Hacia la inversión social para el crecimiento y la cohesión,
incluida la ejecución del Fondo Social Europeo 2014-2020, Bruselas,
20.2.2013, COM (2013) 83 final.
48
http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=1044&langId=en (20.1.2018).
49
http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=1044&langId=en (20.1.2018).
50
http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=1044&langId=en (20.1.2018).
51
DOUE, 12.3.2014, L72/7.
52
COMISIÓN EUROPEA, Comunicación de la Comisión al Parlamento
Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de
las Regiones, Apertura de una consulta sobre un pilar europeo de derechos
sociales, Estrasburgo, 8.3.2016, COM(2016) 127 final.
53
Ibídem, pp. 2-8.
54
COMISIÓN EUROPEA, Comunicación de la Comisión al Parlamento
Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de
las Regiones, Establecimiento de un pilar europeo de derechos sociales,
Bruselas, 26.4.2017, COM(2017) 250 final.
55
Ibídem, p.2.
Referencias
56
JOAO RODRIGUES, M., “El debate sobre Europa y la Estrategia de
Lisboa”, dentro de Un modelo social para Europa. La Agenda de Hampton
Court, Ed. Publicacions Universitat de Valencia, Valencia, 2008, pp. 71.
57
BILBAO UBILLOS, J., Modelo Social Europeo: perspectivas de futuro
frente a los desafíos económicos, geopolíticos, democráticos y demográficos
del siglo XXI, EUROBASK, 2014, pp. 44-51.
Referencias de Internet
http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=1044&langId=en
(20.1.2018).
1
Publicado por Omnia Mutantur y Asociación Veritas. Valladolid, 2019.
Prado Rubio, E. / La sublime puerta y Europa: Nota sobre la transición…
2
CARPINTERO G., “Camboya en 1968: el pistoletazo de salida hacia el
drama” en El año de los doce mayos: 1968. Valladolid, 2018.
3
Sobre las interrelaciones entre estas sociedades puede verse en MARTÍNEZ
PEÑAS, L., El invierno. Visión jurídico-institucional de la Historia de las
relaciones internacionales en la Edad Media. Valladolid, 2019.
4
Sobre la doctrina y estrategia seguida por Reino Unido en diferentes
conflictos armados del siglo XX ver: MARTÍNEZ PEÑAS, L., En nombre de
su Majestad. Doctrina, estrategia y jurisdicciones en la contrainsurgencia
británica del siglo XX. Valladolid, 2016.
1
En FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, M., PRADO RUBIO, E., y MARTÍNEZ
PEÑAS, L., (coords.), Análisis de jurisdicciones especiales. Valladolid, 2017.
2
En MARTÍNEZ PEÑAS, L., y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, M., (coords.),
De las Navas de Tolosa a la Constitución de Cádiz. Madrid, 2012.
3
En FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, M., y MARTÍNEZ PEÑAS, L., El Ejército
y la Armada en el Noroeste de América: Nootka y otras cuestiones. Madrid,
2011.
4
Publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en 2012.
Martínez Peñas, L. / Nota sobre El Real Cuerpo de Artillería de Marina …
5
Madrid, Dykinson, 2019.
Este es tercer libro que se publica sobre Mikel Lejarza “El Lobo”,
el infiltrado más conocido de los servicios secretos españoles que se
adentró hasta las entrañas de ETA en la década de los 70 y que provocó
el golpe más duro a la organización criminal. Pero este trabajo de
investigación del doctor Fernando Rueda, realiza importantes
aportaciones que otorga a esta obra un gran valor desde el punto vista
periodístico, político y académico.
1
RUEDA, F. (2018): El Lobo, el gran topo de ETA, coge de nuevo la pistola:
“Todo es mentira, van a venir a matarme”, en El Español, 5 de mayo de 2018,
www.elespanol.com
2
RUEDA, F. (2019). Yo confieso, Roca editorial, Barcelona, p. 234.
3
RUEDA, F. (2019)., p. 296.