La Fabula
La Fabula
La Fabula
Los amigos, cada día se reunían a compartir, ese día querían hacer algo
distinto, hagamos una fiesta, dijo el conejo. Sí, una fiesta, para celebrar la
vida, el verano, siiiiii, dijeron todos. Hagamos una fiesta. De que será la
fiesta? Pregunta el señor cuervo. Responde el señor conejo, pues que sea de
corbatas, una fiesta de corbatas, todos usemos corbatas! Sin embargo, esta
propuesta no le gusto al señor lagarto, quien exclamó, ¡corbatas, como
corbatas?! ¡pues si no tengo cuello, donde la sostendré!? En ese momento
siguieron pensando y buscando otro motivo para la fiesta…dice el señor rana,
pues hagamos una fiesta de sombreros! Jajajajajajajajajaja, reía el señor
burro, reía y reía a carcajadas, jajajajajajajajaj, como me podré poner un
sombrero con estas enormes orejas!? Jajajajajajajajajajaja, pues como el reía,
todos los demás decidieron reír, y reían y reían. Hasta que por fin dejaron de
reír…entonces el señor cuervo dijo: tengo una idea, brillante idea. Propongo
que hagamos una reunión con todos nuestros amigos de la selva y decidamos
que fiesta hacer, así entre todos tomaremos una mejor decisión. Los demás
aceptaron esta genial propuesta.
Los amigos burro, rana, conejo, cuervo y lagarto, anunciaron a todos los
amigos de la selva que harían una reunión muy importante, el punto de
encuentro seria el rio gran torrente, a las 6: pm.
Los señores conejo y cuervo, se encargaron de regar más invitaciones que los
demás, puesto que eran las veloces, uno por tierra y otro por aire, invitaron a
todos los miembros de la selva del Torrente. Estaban todos los animales de la
selva, asistieron los elefantes, hipopótamos, leones, jirafas, osos, bisontes,
chacales, monos, jaguares, leopardos, pandas, rinocerontes, perros, cebras,
mariposas, etc. Todos, todos, quienes habían asistido con mucha ilusión y
alegría de saber que se les iba a hablar.
En ese momento tomó la palabra el señor burro, quien era el líder de estos
amigos, quien saludó a todos: hola amigos, que bueno que están aquí. Luego
les dijo, hemos estado pensando en hacer una gran fiesta, donde celebremos
la vida silvestre, nuestras vida en esta hermosa selva que nos alimenta y
sustenta. Pero no pudimos llegar a un acuerdo, pensamos en hacer una fiesta
de corbatas pero no todos tienen cuello; luego pensamos en sombreros pero
algunos no podrían sostenerlos en sus cabezas. Al no llegar a nada, pensamos
en que entre todos podríamos lograr una solución.
Tomó la palabra el señor león y dijo, pues creo que podríamos hacer una
fiesta de grandes y una de pequeños, porque no todos tenemos las mismas
capacidades. Todos murmuraban entre ellos sobre la propuesta del señor
león…que han decidido, pregunto el señor burro. Unos dijeron, no importa
que unos seamos grandes y otros pequeños, otros decían, si, está bien,
hagamos una de grandes y otra de pequeños. La mariposa dijo, somos
animales del aire, y nos posamos en árboles en ocasiones, pero nos sentimos
parte del todo, que es la selva. No quisiéramos privarnos de la posibilidad de
estar en la fiesta de los grandes. Creo que así estaríamos divididos entre los
fuertes y los débiles.
El quinto domingo de primavera iniciaron las fiestas, que duró hasta el sexto
domingo, toda una semana de fiestas y actividades divertidas. Los animales
de la selva decían, excelente decisión, que bueno que podemos disfrutar
estos días sin trabajar, para así reponer nuestras fuerzas.
Todos los animales bailaban, jugaban, comían y se divertían…esa fue una
gran semana!
Moraleja
Al conversar nuestras dudas con los demás, podemos llegar a mejores
soluciones. A las situaciones hay que buscarle la vuelta.