Guía S3 TL 2023-2-2
Guía S3 TL 2023-2-2
Guía S3 TL 2023-2-2
SEM. 3
Localiza la información más relevante de los textos proporcionados (subrayado y/o resaltado)
LOGRO:
Al término de la experiencia de aprendizaje, el estudiante resuelve una guía, aplicando las
estrategias de supresión y selección para subrayar y/o resaltar información relevante en textos
propuestos, de manera pertinente.
1. ANTES DE LA LECTURA:
2. DURANTE LA LECTURA:
3. DESPUÉS DE LA LECTURA:
a) Analiza el texto
GRUPO: 7
INTEGRANTES:
- ¡¡¡Jummm!!! El cielo está muy oscuro y los vientos son muy fuertes. Las madrugadas y las
mañanas están muy frías.
- ¿Has escuchado el canto de los pájaros nocturnos?
-¡Sí! Cantan a cualquier hora.
-Tío, ¿usted cree que ya llegó al pueblo?
-Sí, sobrino. Alguien lo ha traído.
Este es un fragmento de una conversación que escuché entre mi padre y su tío abuelo.
Efectivamente, hacía como una semana el clima había cambiado rara y radicalmente, con
lluvias interminables bajo un sol abrasador. Vientos que mecían a los aguajes, amenazándoles
con arrancarles de raíz. Truenos y rayos en pleno mediodía sin ningún atisbo de alguna
tormenta. Aquella conversación se quedó grabada en mi piel porque ese fin de semana el
doctor del centro de salud confirmó los primeros casos de COVID-19. La noticia se
transformó en miedo, tristeza e incertidumbre en la familia y en el pueblo. La pandemia había
desembarcado y el clima lo había advertido, lo teníamos en las calles y los contagios subían
exponencialmente. Al escribir este artículo, el mundo indígena enfrenta este virus desarmado,
con sus fronteras cerradas y con cerca de una decena de muertos.
Dicen los abuelos que nosotros somos el fruto de la tierra. Que una noche muy oscura al
primer hombre, llamado Monaduta, le fue entregada una cerbatana con su respectivo proyectil
y sopló con tal energía que hizo una abertura desde el corazón de la tierra hasta la superficie.
Por allí, los primeros humanos se arrastraron hasta llegar acá. En esos años el cielo y la tierra
estaban tan cerca que Monaduta, a golpe de puño, separó la tierra del cielo y logró erguirse.
Dicen que los primeros humanos tenían cola y que la primera avispa, la más ancestral de todas
y con sus cuchillas en las patas, la cortó al amanecer. Dicen también que aquellos que la
avispa no pudo cortar se convirtieron en monos y que muchos otros quedaron atrapados hasta
ahora en la profundidad de la tierra. También dicen que nuestros primeros ancestros no sabían
hablar. Uno de esos primeros días en la tierra se encontraron con la gran Anaconda y los
humanos, sorprendidos, exclamaron ¡Nuio! ¡Nuio! He ahí la primera palabra sobre la tierra.
Desde aquel momento y hasta hoy, los primeros uitotos de la Garza Blanca no necesitaron a la
Real Academia de la Lengua Española para comunicarse. Ellos tenían la gran tarea de vencer
al malvado dios Tucán, pues había corrompido el corazón de los seres vivos y gobernaba con
gran ferocidad. Esos primeros humanos, bajo el liderazgo de Muinájega y Janánigi, vencieron
el mal e instauraron el bien entre los seres vivos de aquellos remotos tiempos.
“¿Qué es un indígena en estos tiempos? Es un ser humano con una gran tarea. Si usted no es
ndígena, le invitamos a ser indígena y a construir algo nuevo, un país más grande, fuerte, más
digno, donde nos sintamos orgullosos de haber hecho algo para cambiar nuestro espacio y
nuestro mundo.”
Dicen que en aquellas épocas, cuando la tierra estaba joven, los dioses habitaban la selva
enseñándonos a cazar, a curar, a hablar y a criar a sus hijos. En esos dorados tiempos, los
uitotos privilegiados recibieron la sabiduría de sus dioses.
Dicen que el gallo, la gallina, el machete, el perro, el espejo y el alcohol fueron los primeros
instrumentos de dominación. Después vendrían la cruz y la Constitución peruana. Aquellos
primeros años del siglo 20 aparecieron los famosos barones del caucho con una determinante
misión: obtener millonarias ganancias a cualquier precio. Eso, como ya todos nos vamos
enterando, tuvo un costo de más de 40 mil vidas humanas. Es el genocidio más grande
sucedido en el Perú después de la sangrienta conquista española. Con mucha razón, mi abuela
Martha López los llamaba: “los perturbadores de nuestra paz”.
Pero muchas de estas tareas y responsabilidades no pueden ser asumidas solo por la sociedad
indígena. No en estos tiempos. Si queremos que el mundo indígena sobreviva a los embates
del mundo contemporáneo, todos debemos hacer de esa lucha, nuestra su lucha; y de su
resistencia, nuestra resistencia. Empezando por los que están vinculados al mundo amazónico:
investigadores, curadores, artistas, periodistas, diseñadores, médicos, los que se “inspiran” y
hacen “homenajes”; también los que se apropian de sus conocimientos.
¡Todos! Señores: si ustedes no son indígenas, les invitamos a ser indígenas y a construir algo
nuevo, un país más grande, fuerte, más digno, donde nos sintamos orgullosos de haber hecho
algo para cambiar nuestro espacio y nuestro mundo.