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02 TFM. Análisis de La Figura Del Antihéroe en La Película Joker

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

UNIVERSIDAD DE SEVILLA

Trabajo de Fin de Máster

LA FIGURA DEL ANTIHÉROE EN LA PELÍCULA JOKER

Autora: Teresa del Carmen Gómez Flores


Tutora: María Ángeles Martínez García
Sevilla, junio de 2021
ÍNDICE

1. Introducción ........................................................................................................ 3
1.1. Justificación e hipótesis del tema .............................................................. 4
1.2. Objetivo..................................................................................................... 5
1.3. Metodología .............................................................................................. 6
2. Marco teórico ...................................................................................................... 7
2.1. El personaje ............................................................................................... 7
2.1.1. Caracterización del personaje ....................................................... 8
2.2. La figura del antihéroe. ........................................................................... 34
2.2.1. Origen ......................................................................................... 34
2.2.2. Rasgos antiheroicos .................................................................... 35
2.2.3. Identificación con el personaje. El antihéroe .............................. 39
2.3. El director: Todd Phillips ........................................................................ 41
2.3.2. Trayectoria y cine del director .................................................... 41
2.3.3. Tratamiento de los personajes ..................................................... 43
3. Análisis de la película Joker ............................................................................. 44
4. Valoración del personaje .................................................................................. 64
5. Conclusión ......................................................................................................... 70
6. Bibliografía ........................................................................................................ 72

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1. Introducción

La figura del antihéroe ha cobrado mayor protagonismo en pleno siglo XXI donde la
búsqueda de la perfección ha quedado relegada a un segundo plano tras ser conscientes,
la mayor parte de la sociedad, de que se trata de un imposible o, simplemente, una utopía.
Lo mismo ocurre con los personajes que aparecen en pantalla, el famoso héroe popular
perfecto con valores a seguir ha ido, poco a poco, quedándose a un lado para dar paso al
nuevo héroe (antihéroe), aunque no ha desaparecido ni lo hará. Pues, a pesar de los nuevas
variantes y versiones que pueden presentarse en un guion, el héroe popular formará parte
de nuestro cine; a día de hoy se siguen construyendo relatos de ese carácter como es el
caso de Superman o Wonder Woman.
En la segunda mitad del siglo XIX es cuando se percibe una presencia mayor en la
literatura, pues autores como Dostoievski, caracterizan a sus personajes como antihéroes,
consiguiendo que la industria se plantee el papel del personaje para que consiga empatizar
en mayor grado con el espectador. El efecto es tal, que en el siglo XX, se configura como
la representación del yo y sus miedos, pasando así al mundo cinematográfico y tomar
forma visible a través del rostro.

El antihéroe, desde que nace en los inicios de la novela hasta ahora, se ha considerado
como una nueva construcción que refleja al ser humano moderno desde una perspectiva
psicológica. Ha sido ese reflejo en el hombre cotidiano, imperfecto, con conflictos y
dentro de una determinada temporalidad lo que ha hecho de esta figura su actual
protagonismo en la mayor parte del cine moderno.

Así, los perceptos morales para definir lo que es un antihéroe y lo que es el héroe se hacen
eco en la sociedad, alcanzando el replanteamiento de los valores que debe seguir el ser
humano, es decir, unos valores idealizados casi imposibles de alcanzar o, por el contrario,
unos valores asociados a un determinado contexto que hacen del personaje un ser único
y diferente que establece unas determinadas características desde su mundo ordinario y
que permite analizar su construcción dentro de la narración, a partir de su conflicto, desde
una perspectiva psicoanalítica.

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1.1. Justificación e hipótesis del tema
Está claro que las producciones actuales se han decantado por una figura ambigua,
especialmente las cinematográficas y seriales, pues el principal protagonista no solo
reluce por el dificultoso camino que debe realizar para conseguir su objetivo, sino también
por cómo lo consigue; ese es el antihéroe.

El antihéroe se ha convertido en el protagonista de las actuales producciones


cinematográficas por la gran acogida que ha tenido por parte del público. Y sabemos que
se trata de este tipo de figura por una serie de características que presenta como son el
mundo ordinario del que proviene, su conflicto interno que lo define psicológicamente y
en sus acciones, su temperamento y su revelación contra un personaje, hecho o
sentimiento.

Es por esa creciente popularidad que esta figura presenta en el actual mundo
cinematográfico por lo que la investigación va a centrar su línea de trabajo en conocer
qué es lo que presenta dicho personaje para haberse convertido en la principal referencia
de los directores y haber sido el responsable de dejar atrás al héroe popular. La hipótesis
que sustenta la investigación es que el antihéroe se ha forjado de manera evidente en el
cine actual debido a los determinados componentes que le dan vida, los cuales consiguen
otorgarle un magnetismo que provoca admiración por un personaje imperfecto. Y
podemos hablar de magnetismo por la especial relevancia que han adoptado en las
producciones, lo cual es bastante visible si analizamos al protagonista del film.

La línea que separa lo correcto de lo que no lo es se ha visto tambaleada ante la aparición


de esta figura. Tras una larga tradición, desde los años 70 y 80, el villano siempre ha
quedado relegado ante los valores del héroe que lo han hecho brillar por sí solo pero,
actualmente, se ha producido una reivindicación de lo imperfecto respecto a lo que la
sociedad se le ha inculcado en todos los tiempos. Surge así un guiño a favor de lo
verdaderamente humano, lo incorrecto y natural, en el caso de la representación en ficción
se produce en un sentido desmitificador.

“Atrás quedaron los tiempos en los que los ojos de los niños rebosaban idolatría cada vez
que su impoluto héroe libraba con éxito una batalla” (Colín, 2014). Incluso Disney se ha
atrevido a modernizar al héroe presentándolo con personajes más reales y con un cierto
grado de maldad pero sin dejar atrás el toque moralista; es el caso de Maléfica, un spin

4
off protagonizado por la tan conocida malvada del cuento de la Bella Durmiente. (West
Colín, 2014).

Vivimos en tiempos donde la humanidad ha perdido la esperanza de conseguir tales


valores utópicos, considerados así por la falta de confianza que se presenta hoy día en
cuanto a lo que se puede dar de uno mismo. Es por ello que, la cantidad de antihéroes que
han aparecido a lo largo de la industria cinematográfica han conseguido llamar la atención
del espectador y hacerle dudar sobre sus valores al empatizar con personajes que
presentan una moral diferente, fuera de lo común y de lo correcto.

En este contexto, se destacará la figura del antihéroe encarnado por Joaquín Phoenix en
la película Joker así como su popularización en la gran pantalla, es decir, aquello que
engancha al espectador que hace que esta figura haya conseguido quitarle el primer puesto
a la conocida figura del héroe. Es una película que ha presentado varias críticas y
nominaciones por su gran éxito, en especial por el protagonista, un personaje popular a
lo largo del recorrido cinematográfico por su aparición en varias películas que, además,
ha presentado una evolución notoria, pasando de figura heroica a antiheroica.

1.2. Objetivo
Objetivo principal:

 Analizar la figura del antihéroe en el cine contemporáneo a partir de una serie de


características que este presenta y que nos permiten fácilmente identificarlo.

Objetivos secundarios:

 Dar respuesta a qué es lo que presenta y transmite este tipo de personaje para que
consiga ser el protagonista del relato y que el espectador empatice con él llegando
a cobrar, incluso, mayor relevancia que el héroe popular.
 Indagar desde el punto de vista sociológico la naturaleza de este nuevo héroe.
 Realizar un análisis general de los rasgos que presentan los antihéroes en común,
comprobando si parten de algún arquetipo en concreto y cómo han conseguido
captar la atención del consumidor, es decir, cómo ha llegado a convertir en un
reflejo de la sociedad contemporánea.
 Analizar los elementos que utilizan los directores para conseguir seducirnos con
personajes que no cumplen con una moral propia de un personaje heroico.

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El espectador necesita sentir algún tipo de empatía por la narración que está contemplando, y
eso lo consigue mediante los personajes, tengan la forma que tengan. Le interesa verse
reflejado en los comportamientos de los personajes; una película es de algún modo, el reflejo
de una realidad. Y como espectadores, quieren disfrutar de ello; que dicha realidad despierte
en nosotros unas emociones determinadas. (Gil Ruíz, 2014).

1.3. Metodología
Para abordar este análisis, se partirá de una sinopsis a modo de contextualización para
entender quién es el personaje y de dónde viene con el principal objetivo de entender así
los resultados que se vayan adquiriendo a partir del estudio de unos determinados
parámetros. Estos parámetros se han conseguido a raíz de una investigación general sobre
la propia figura del antihéroe, las características que suelen presentar en el mundo
cinematográfico, la tipología y, en último lugar, el análisis del viaje del héroe aplicado a
nuestro personaje.

De esta forma, se ha terminado por seleccionar cuatro parámetros específicos para abordar
la figura en su totalidad y desde todos los ámbitos posibles para identificar al personaje
como antihéroe.

Dichos parámetros son:

 Caracterización o rasgos físicos y estética del personaje: En este apartado se


analizará en primer lugar los aspectos relacionados con el cuerpo como la estatura,
peso corporal, rostro, algún defecto físico. Seguidamente se pasa a centrar la
atención en la vestimenta que utiliza con respecto a la personalidad que quiera
mostrar, diferenciando así su atuendo de persona y personaje.
 Psicología del personaje: Se recogerá su carácter, su humor, enfermedades
mentales, etc. A partir de ello se expondrán las diferencias entre la persona que
aparece en primer lugar (Arthur Fleek) y la que corresponde al Joker, entendiendo
así los cambios y evolución que presenta el protagonista, además de descubrir si
alberga bondad inicial o si, por el contrario, siempre fue oscuro.
 Caracterización del personaje como rol: Gracias a este parámetro conoceremos al
personaje a lo largo de la trama, es decir, si se trata de un personaje activo o pasivo
y, especialmente, de qué clase de personaje hablamos en cuanto a la importancia

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que adquiera en el relato frente al resto de personajes que aparezcan o según el
sentido de su acción dentro de la historia; su tipología.
 Caracterización del personaje como actante: Podrá verse la posición que ocupa el
personaje en la estructura narrativa así como cuáles son sus conflictos, sus
objetivos, su motivación, los obstáculos con los que se encuentra en su camino, si
sus acciones están motivadas por algún hecho del pasado o actual, o, directamente,
por su personalidad.
 Etapas del viaje del héroe: Se realizará un análisis del viaje del héroe donde se
explicarán cada una de ellas. Una vez analizadas, se aplicarán desde un punto de
vista negativo acorde con la figura del antihéroe para dar mayor visibilidad a su
funcionalidad.

Estos parámetros han sido respaldados, especialmente, por las características que presenta
la figura del antihéroe.

2. Marco teórico
2.1. El personaje
El personaje aparece por primera vez en la literatura de Aristóteles. La primera idea del
personaje literario la ofreció en su Poética, y tuvo tal acogida en la tradición retórica, que
ha seguido vigente de igual forma frente a los cambios que pudiera surgir con el paso del
tiempo, hasta el punto de mantener intacta su esencia en pleno siglo XXI y llevar a los
formalistas rusos (B. Tomachevski) y a narratólogos franceses (T. Todorov, R. Barthes)
a acogerla con fuerza. Pero, “es cierto que estos últimos corregirán más tarde su idea
debido a la importancia que le dieron al personaje en la novela realista decimonónica y la
novela intimista de nuestro siglo, una importancia que impedía seguir manteniendo la
sumisión del personaje a la acción, como defendía Aristóteles” (Sánchez Alonso, 1998).

Sin embargo, en los principios de la teoría literaria el personaje no se consideró de gran


protagonismo como sí ocurren en los relatos anteriormente señalados. El concepto de
personaje según el filósofo estaba unido a la interpretación de la literatura concebida
como mimesis, por lo que para Aristóteles, la tragedia es mimesis de acciones y de vida,
el personaje es un agente de la acción. A la hora de actuar, desvela su carácter, el cual
será bueno o malo en función de si las acciones son honradas o lastimosas.

Para definir el concepto de personaje, muchos autores han partido de términos como
“punto de vista”, “acción”, etc. pero va más allá, pues según Gil Ruiz (2014), y acorde
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con Aristóteles, el personaje es el que se encuentra en la historia, ya sea una persona, un
animal o una cosa. Esta figura consigue que el espectador centre su atención y dedique
parte de su tiempo a sumergirse en su historia. Es casi imposible entender al personaje
sin tener en cuenta la unión de este y la acción que realiza debido a que el personaje es
pura acción (Pérez Rufí, 2016: 538).

El personaje es parte de la naturaleza humana, siendo así capaz de presentar una serie de
emociones que le dan vida y personalidad a un ser que no es corpóreo. Este refleja la
noción y relación entre el ser y el parecer a partir de una simulación de la vida real que el
espectador sí desarrolla y con la que puede llegar a sentirse identificado a través de las
acciones que observa en la figura ficticia.

Greimas (1982) presenta un gráfico en el que el ser y el parecer establecen relaciones


entre ambos términos. Esto define en gran medida a un personaje, ya que proporciona “lo
verdadero (aquello que es y parece), lo oculto (aquello que es y no parece); la mentira (no
es y parece); y lo falso (aquello que no es y no parece)”.

Además, debemos tener en cuenta el ámbito en el que esta figura va a aparecer o


desarrollar su principal objetivo. Generalmente, en la narrativa, según Gómez Valdez
(2018), hay que considerar cuatro elementos importantes que van a influir de manera
directa en dicho término, los cuales son los propios personajes de la narrativa, el espacio,
el tiempo y el narrador. Así pues, cuando nos referimos a historias, se tiende a enfocar el
relato entorno a un personaje que será presentado a través del narrador que podrá incluirse
dentro del mismo espacio y mismo periodo de tiempo o no.

Sea este género u otro, el personaje siempre gira a lo largo de la historia alrededor de dos
puntos de estudio: la acción y la psicología. “Esto quiere decir que se debe concebir al
personaje como un elemento de acción, pero que se construye como un ente psicológico”.
(Gómez Valdez, 2018).

2.1.1. Caracterización del personaje


Para definir a un personaje, hay que tener en cuenta una serie de aspectos y características
que este presenta y, por lo tanto, a los que se le da una mayor importancia. “Un personaje
es parte de la naturaleza humana; es un cúmulo de sensaciones que dan forma a un ser
que no es corpóreo más allá de la pantalla a través de la que se le observa, pero que existe
a nivel intelectual en los espectadores. Exponen la realidad de la relación entre el ser y el
parecer a partir de una imitación de la vida real, de forma que, a través de los personajes,

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el espectador, consciente o inconscientemente, logra explorarse a sí mismo mediante las
acciones que observa” (Gil Ruíz, 2014: 88).

En lo que concierne a su función dentro del medio en el que aparece representado, el


personaje organiza el relato como consecuencia al realizar su acción. Al sujeto de la
ficción siempre se le ha relacionado con la acción, por lo que dentro de un relato, el
personaje está sujeto a dicha acción dotándole así de un rasgo distintivo; aquí es cuando
aparece la relación entre acción y carácter.

Esta forma de entender al personaje como unidad de acción se menciona en la Poética de


Aristóteles, señalando que cada agente (prattom) está supeditado a la trama o acción, el
cual se define desde el carácter o elemento que permite identificar a cada uno de los
personajes que aparezcan en el relato.

Pero no solo se define al personaje desde la acción, sino que también se hace un análisis
del mismo desde el punto de vista psicológico unido a la acción, lo que lo hará más
completo. Pues gracias a dicha unión, aparece el sujeto de ficción como hoy lo
entendemos, como una entidad con psicología propia, lo cual es motivo para conseguir
esa empatía que se mencionó anteriormente.

Estudiosos como Miccichè (1995) o Vernet (1986), Casetti y Di Chio (1998) mantienen
la investigación desde tres rangos de estudio: el personaje como persona (enfoque
fenomenológico), el personaje como rol (enfoque formal) y el personaje como actante
(enfoque abstracto). De estos tres niveles, los más importantes para definir al personaje
son el personaje como persona para conocerlo de forma profunda; y el personaje como
rol, gracias al cual reconocemos su función y actividad, así como la de sus posiciones, ya
sean positivas como la del héroe o negativa como la del antagonista. (Pérez Rufí, 2016).

2.1.1.1. Personaje como persona


El personaje como persona hace referencia al sujeto enfocado de forma fenomenológica,
es decir, el análisis de su carácter y comportamiento dentro de la historia. Con ello
hablamos de un individuo dotado de cierta gestualidad y con una determinada forma de
actuar, diferenciándolo así del resto de personajes que aparezcan en la historia y
acercándolo al sujeto cotidiano con sus virtudes y problemas a los que enfrentarse. Tiende
a ser un sujeto real o muy similar a nuestra realidad para conseguir esa atención en el
espectador y empatice o se sienta identificado con este.

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Dentro de esta categoría, el personaje se puede clasificar como redondo o plano según
Forster en Aspects of the novel (1927). El personaje redondo es aquel que tiene una
profundidad psicológica, lo que lo hace ser un sujeto complejo y variado, capaz de
sorprender al espectador con su gran variedad de rasgos que le asimilan a una persona
con personalidad propia e individual. Este, al representar una similitud con el hombre
cotidiano, se caracteriza por ser inestable, contradictorio y estar lleno de dudas, pues en
la mayoría de los casos, dicho sujeto se define por la incompatibilidad de conseguir los
objetivos que se propone y las posibles alternativas a elegir para conseguirlo.

El personaje redondo se relacionará con todos los espacios y todas las categorías de
personajes, lo que hace posible que el espectador vaya conociéndolo poco a poco a través
de sus acciones y de la relación que presente con otros personajes de la historia. Influyen
en el relato llegando a cambiarlo y dotarlo de significado, dejando de ser estereotipos para
ser representaciones universales. (Gómez Váldez, 2018).

Por otro lado, el personaje plano es aquel que se construye en torno a una idea o cualidad,
siendo muy fácil identificarlos debido a su imposibilidad de ser alterados y por estar
relacionados con estereotipos y caricaturas. Son personajes que no cambian a lo largo del
relato, no presentan confusiones ni ambigüedades en su desarrollo, sino que se ajustan
perfectamente en lo que se refiere a sus rasgos y funciones.

Ambos personajes comparten unas similitudes a la hora de poder clasificarlos, y pueden


ser lineales y contrastados, así como categorías de ser personajes estáticos o dinámicos
(cambio de carácter, comportamiento o actitud).

Dentro de este apartado encontramos una serie de parámetros correspondientes al análisis


del personaje como persona, que son:

Apariencia del personaje

Es el aspecto físico que compone lo externo del personaje. Aquí también podemos añadir
tributos como la edad, sexo y apariencia exterior de sus particularidades. Características
como la edad y el físico del personaje influyen en su comportamiento, llegando en muchas
ocasiones en ser la trama principal o temática de la historia. En este sentido, una
discapacidad o defecto físico puede considerarse parte fundamental del personaje o
enfocar parte de la trama en él.

Continuando con la apariencia del personaje encontramos:

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 Aspecto  sexo, edad, etnia, peso, altura, color del pelo, ojos, forma del rostro,
facciones y defectos físicos del sujeto.

 Vestimenta  el estilismo, atuendos y ciertos aspectos de la imagen que se


muestra como la forma de llevar el cabello y los complementos están clasificados
en cuanto a la cultura se refiere, lo que harán dotar de personalidad propia al
personaje. En muchas ocasiones, los personajes se visten acorde con el período o
momento en la que tiene lugar la historia o, simplemente, pueden llevar algo que
les diferencie del resto en cuanto al protagonismo que alcancen.

 Gestos  Formales e informales. Los gestos formales hacen referencia a los que
están asociados a reglas sociales y los segundos a los que surgen
involuntariamente. En estos puede reflejarse el temperamento del personaje, así
como el verdadero yo a través de, especialmente, los informales o involuntarios.

Expresión verbal

El diálogo es uno de los elementos más importantes del personaje en cuanto a su


repercusión dentro del relato, ya que gracias a este se ofrece una información que hace
posible avanzar en la historia. El discurso del personaje, lo que dice y cómo lo dice
muestra su personalidad de forma directa e indirecta, es decir, lo que dice explícitamente
y lo que revela de él mismo en esas palabras. Según el autor Field, los diálogos también
sirven para mostrar conflictos internos del personaje y los que presentan con otros dentro
de la historia, además de estados emocionales y peculiaridades de su personalidad
(Gómez Valdez, 2018).

Generalmente, el diálogo es la expresión verbal más práctica para dar a conocer el


contenido de las informaciones transmitidas oralmente y para analizarlas en cuanto a la
forma en la que se comunican al resto.

Carácter del personaje

Todos los personajes que conforman la historia presenta un carácter determinado


acompañado de una serie de peculiaridades y actitudes que hacen diferenciarlo del resto,
por lo que no habrá personajes totalmente iguales. Se trata del modo de ser en cuanto al
punto de vista psicológico, siendo así el factor más importante para identificarlo por
caracterizarse de un modo concreto.

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El carácter puede mostrarse de diversas formas como es en la toma de decisiones del
personaje, a través de su acción y la relación que eso genera con el resto de sujetos,
también se muestra a un estímulo externo y suele ser constante y, además, el carácter es
la propia idea que el personaje tiene de él mismo y el que da a conocer al espectador.

Ben Brady, en su libro, The understructure of writing for film and television (1988),
apunta que la construcción del carácter del personaje puede completarse con una serie de
adjetivos contrarios entre sí para darle mayor firmeza y personalidad a nuestro personaje.

Backstory. El pasado del personaje

Conocer el pasado del personaje que va a protagonizar la historia suele ser una parte
fundamental para conocer el carácter del personaje y entender el porqué de sus acciones.
Gran parte de la importancia de conocer al sujeto desde que su llegada al mundo hasta el
momento en el que aparece en el film está determinado por el entorno, contexto y estilo
de vida en los que se ha desarrollado su personalidad. Todo personaje tiene un origen
étnico, social y educativo, una "influencia cultural", que condiciona en gran medida su
carácter y determina su moral, sus preocupaciones, sus valores y sus sentimientos. (Pérez
Rufí, 2016).

Meta y motivación

La motivación es parte imprescindible en la narración fílmica que quiere contar una


historia, pues en todo relato, el personaje siempre persigue una meta que alcanzar que
hace que este muestre o dé a conocer al público su forma de actuar y las justificaciones a
ese modo de actuación. Gracias a estos hechos que va realizando el sujeto a lo largo del
camino hasta conseguir su meta es lo que produce en el espectador esa identificación con
el personaje.

Para entenderlo es necesario conocer por qué quiere conseguir el objetivo y qué clase de
objetivo es. Seger, en su libro, Cómo convertir un buen guión en un guión excelente
(1991) cita tres condiciones para conseguir su objetivo: jugarse algo importante, ya sea
un objeto, persona con valor sentimental; enfrentamiento directo entre el protagonista con
la finalidad del antagonista y; el camino debe presentar dificultades y obstáculos que
provoquen una modificación o evolución del personaje principal.

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En definitiva, la motivación y el camino hasta conseguirla es el reflejo de la idea que se
tiene del personaje como individuo de acción y de la perspectiva de la teoría actancial que
se atribuye al análisis del personaje.

Elementos del discurso caracterizadores del personaje

Describimos aquí los elementos en relación a la realización de la película y su puesta en


escena así como los códigos gráficos y sonoros pertenecientes a la historia y que son parte
de la construcción de caracteres.

Dichos elementos son, según Pérez Rufí (2016):

 Escenografía. El escenario, sea real o artificial, es el lugar donde se va a


desarrollar la película y puede llegar a formar parte de lo que se cuenta, siendo de
especial importancia tenerlo en cuenta para entender la situación del personaje en
un momento determinado o, incluso, a lo largo del filme. El escenario transmite,
además, la clase social del personaje, sus intereses, cómo es su vida y, sobre todo,
datos caracterizadores del sujeto.

 El maquillaje y vestuario. Estos elementos, además de formar parte de la


descripción física del personaje, también tienen su funcionalidad en la
configuración del modo de ser. Ambos proyectan una imagen del sujeto
determinada dentro del encuadre con la intención de comunicar de forma indirecta
alguna información o sentimiento al espectador; pues en el caso del maquillaje,
este se ha utilizado de forma realista o artificial para definir una tipología de
personajes.

 Iluminación. Se hace uso de ella para que el encuadre de lo que vemos a través de
la cámara sea percibido con nitidez o aspecto dramático según la intención del
director y de la narrativa con la que se esté trabajando. En función de la dureza o
suavidad de la luz, se le hará llegar al espectador una información que tendrá que
ver con los rasgos que presente el personaje gracias a ese uso de la iluminación y
tonalidad de colores e intensidades.

 Composición de planos. Según el encuadre que presenten los planos, se dará


preferencia a determinadas figuras u objetos, por lo que los protagonistas, en el
caso del mundo cinematográfico, suelen situarse en un posicionamiento superior
que refuerza la atención sobre ellos en cuanto a la cantidad de planos en los que

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aparecen. Como sabemos, hay un número de planos concretos que, según el
utilizado, se determina la relevancia de lo enfocado siendo, en el caso del
personaje, un apoyo para reflejar rasgos de su personalidad.

 Entrada en escena del personaje. El sujeto puede aparecer de forma directa desde
el primer momento o hacerlo más detenidamente y en oculto, utilizando así un
plano corto cuando sea de interés para mostrar el rostro del personaje que se ha
ido manteniendo en secreto.

 Los actores. “La distribución y comportamiento de los actores son utilizados para
comunicar el carácter del personaje, y es por ello que habremos de tenerlos en
consideración” (Pérez Rufín, 2016: 547).

 Códigos gráficos. Se trata de los elementos escritos que aparecen en la película.


La relación que muestran con el personaje tiene que ver con la capacidad de
aportar datos acerca de la personalidad del sujeto o confirmar las informaciones
observadas a lo largo del análisis.

 Códigos sonoros. El sonido o música escogida para acompañar a un personaje


dentro de la historia o a un momento determinado cumple una función
caracterizadora. Si se trata de un momento dramático donde vemos al personaje
mostrando un lado hasta entonces desconocido o, por el contrario, vulnerable, la
música acompañará la situación y al estado del personaje con una melodía de
tonalidad suave o intensa para reflejar un determinado rasgo de su personalidad.
De esta forma, los ruidos y los sonidos musicales, junto a las voces, compondrían
los códigos sonoros de la película.

Elementos extradiscursivos caracterizadores del personaje

Existen elementos capaces de analizar al personaje más allá de los anteriormente citados,
y son aquellos extradiscursivos que aparecen a partir de la lectura y la decodificación de
los espectadores. Estos elementos extradiscursivos, conocidos como “conocimiento
previo del público” según Dyer, son (2001):

Las expectativas de género es uno de esos elementos, y tiene que ver con el género al que
pertenezca la película, es decir, según el estilo del filme encontraremos a un determinado
tipo de personaje. A raíz del discurso narrativo se incluyen determinadas matizaciones

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sobre la construcción de cada uno de los personajes de la historia, ya sea como papel
protagonista o como secundario.

En el caso de la película Joker, el cartel presenta al protagonista acompañado de la frase


“put on a happy face” lo que transmite al espectador que el personaje presentará una vida
infeliz, y con una doble personalidad representada a través de la careta o pintura de un
payaso. Además, los colores oscuros dejan intuir una película perturbadora, dramática, de
suspense.

Portada película Joker. Fuente


reddit.com.
www.reddit.com/r/DC_Cinematic/com
ments/b910ds/fanmade_joaquin_pho
enix_joker_poster/

Portada película Joker. Fuente wallpapercave.com.


https://wallpapercave.com/put-on-a-happy-face-wallpapers

El conocimiento previo del personaje es el segundo elemento extradiscursivo, pues si un


personaje aparece en discursos anteriores o películas previas a la que el espectador está
visualizando, será más sencillo que este pueda hacerse una idea del personaje, creando
así ciertas expectativas. “Son discursos narrativos que han construido con anterioridad un
personaje según un número de rasgos, configuración que pesaría sobre posteriores re-
elaboraciones” (Pérez Rufí, 2016: 548). En el caso de Joker, el personaje ha participado
en otras películas, lo que hace que el público cuente con una idea del personaje basada en
el discurso narrativo de los demás filmes. Un ejemplo es El caballero oscuro (2008)
(imagen izquierda) donde el Joker muestra una personalidad malvada desde un principio
a diferencia de la que muestra en la película a analizar, en la cual se cuenta el origen y
motivación de sus acciones que pueden justificarse, a partir de ahí, en las demás películas.

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Escena El Caballero Oscuro. Fuente blogspot. Fotografía de El Joker. Fuente blogspot.
https://blogclimax.blogspot.com/2015/02/batman-o- http://laphotodujour-mgastaut.blogspot.com/
super-heroi-da-mente-ix-era_6.html
Y por último, la imagen del actor, la cual es unida con los elementos caracterizadores del
personaje gracias a las cualidades comunicadas por el propio actor y su imagen lo que da
lugar a una figura con información adicional aportada por el intérprete encargado de
representar al sujeto. De esta forma, es común que los actores se impliquen demasiado
con el personaje o lleguen a adoptar rasgos del sujeto ficticio, pues directa e
indirectamente se produce un intercambio de emociones y acciones que hacen que el actor
sea invadido por la personalidad del personaje y viceversa; la realidad y la ficción se
funden en uno.

Además, es importante contar con que si el espectador conoce al personaje por su


participación en otras películas, va a estar condicionado por el tipo de personajes previo
que ha interpretado. Es eso que, en muchas ocasiones, asociamos un personaje a un tipo
de género en el que se trabaja con frecuencia, lo que provoca rechazo o extrañamiento
cuando aparece en un género distinto.

Un claro ejemplo de ello lo presenta el actor Brad Pitt. Se trata de un personaje con una
filmografía bastante extensa y, en su mayoría, son películas que han contado con un alto
nivel de espectadores. Es por ello que cuando este tipo de actores aparecen en nuevas
producciones, inconscientemente, el público se crea una imagen del personaje a raíz del
visionado de las anteriores películas donde aparece el actor. Normalmente es un actor que
trabaja el género dramático o de acción en películas como La Sombra del Diablo (1997),
Ocean’s Eleven (2001), Troya (2004) o Sr. Y Sra. Smith (2005), por lo que si trabajara en
un género de terror podría provocar rechazo o extrañamiento en el espectador. Sin
embargo, el actor apareció, antes de convertirse en una estrella, en una película de terror
muy poco conocida por el público debido a la carrera bastante olvidada en sus inicios,
Clase Sangrienta (1989) (Cinemanía, 2018). Si actualmente se emitiese, resultaría

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extraño ver al actor representando un papel en el que no se le acostumbra ver en la gran
pantalla.

Brad Pitt en Fury (2014). Fuente de Digitalcine.


Brad Pitt en Clase Sangrienta. Fuente detodoexpress.com.
https://digitalcine.fr/4k-bluray-dvd/test-bluray-dvd/6202-fury-
https://detodoexpress.com/terror/clase-sangrienta-cutting-class
blu-ray-blinde-film/

2.1.1.2. Personaje como rol


En este sentido, el análisis del personaje desde la perspectiva de la individualidad queda
atrás para hacerlo, ahora, desde su forma de actuar y actitudes. El análisis partirá de un
nivel formal, es decir, el personaje no es entendido como individuo único sino como
sujeto codificado que da valor a la narración a partir de su rol.

En el análisis del personaje como rol se determinaría si el personaje es activo o pasivo,


dentro de los activos si es influyente o autónomo; y si es modificador o conservador.
También se determinará su posición moral con respecto al significado que otorga a la
acción, siendo calificado como protagonista o antagonista.

En la oposición del personaje como activo o pasivo, el primero es el que realiza la acción
y se presenta como fuente principal de dicha acción; mientras que el sujeto pasivo es el
que recibe la acción a modo de receptor o terminal mientras busca su deseo interior que
entra en conflicto con su propia naturaleza. Dentro de esta clasificación encontramos en
relación directa la capacidad de influenciar a otros personajes de la historia o al entorno
que presenta un sujeto, es decir, la fuerza para supeditar al resto a sus mandatos. Por el
contrario, el sujeto autónomo es el que actúa según su propia iniciativa.

En la siguiente oposición tenemos a los personajes modificadores, los cuales podrán


realizar acciones que mejoren o empeoren la historia. El cambio que presenten a lo largo
de la narración con su manera de actuar y cómo recaiga en el entorno podrá ser positivo

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o negativo. Sin embargo, los conservadores son aquellos a favor de mantener el orden
evitando la amenaza del cambio.

La clasificación de protagonista y antagonista, la cual se caracteriza por la importancia


del personaje en el relato, pues el protagonista es quien llevará las riendas de la acción
mientras que el antagonista le hará frente para evitar que el contrario obtenga lo que
busca.

Así pues, a continuación se desarrollará la tipología de personajes según el rol que


presenten en la película, es decir, protagonista, antagonista, secundarios, estereotipos y
arquetipos:

Tipos de personajes
Existen diversas formas de clasificar a los personajes, ya sea según la importancia que
adquieran en el relato frente al resto de personajes que aparezcan o según el sentido de su
acción dentro de la historia; entre otras varias. Siguiendo a Pérez Patricio en el manual
Construcción del personaje en cine y televisión (2009) se clasificarán los personajes por
su importancia en la historia, aunque también se hará referencia, al final, al héroe y villano
(función de acción).

El protagonista es aquel personaje principal del relato y se define a partir de unas


acciones únicas que le corresponden solo a él. Si partimos de la proveniencia del término,
encontramos que su significado se compone de dos raíces: protos, entendido como
“primero” y agonistés, haciendo referencia a “actor”.

El protagonista es de quien se habla, de quien se trata la historia y con quien el espectador


o lector se identificará más. Es el personaje esencial y de quien se narra una historia, que
no es más que la búsqueda de su deseo, sea este consciente o inconsciente y hasta
contradictorio, e irá hasta las últimas las consecuencias para alcanzarlo (Gómez Valdez,
2018: 30).

Esta figura, como mencionamos anteriormente, cuenta con una serie de competencias
exclusivas según indica Pérez Rufí (2009):

 Focaliza el relato. Es a partir de él que se orienta el relato apareciendo con mayor


frecuencia en las escenas y planos que el resto de personajes. Normalmente, la
acción y trama principal gira entorno a al protagonista.

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 Organiza el relato. Es el que se encuentra en el núcleo de la acción y del conflicto,
otorgando así la información necesaria a los espectadores que gira en torno a él.
La película es su historia.
 Información abundante. El protagonista es el personaje que mejor conoce el
espectador gracias a la cantidad de información que ofrece, ya sea psicológica,
sobre su apariencia, motivaciones o experiencias.
 Autónomo. Dirige la acción sin depender de los acontecimientos externos, es
totalmente independiente y libre de desplazarse para conseguir su objetivo, es
decir, libertad de predisposición para la actividad.
 Funciones exclusivas. Se encuentra en las situaciones más importantes de la
historia, protagoniza los enfrentamientos más tensos con el antagonista además
del clímax y el desenlace.
 Identificación. Personaje con el que el espectador se identifica
independientemente de la moralidad de sus acciones gracias a los rasgos que se le
atribuyen. Algunos rasgos son los simpáticos y seductores provocando la
admiración del público; los rasgos valientes que salen a la luz cuando se enfrenta
ante un peligro o desgracia, haciendo así que el espectador le aprecie; y aquellos
rasgos que muestran al protagonista cometiendo un error pero que será perdonado
por el espectador gracias a la empatía generada a lo largo del relato.

En el drama clásico el protagonista realiza hazañas nobles, es moralmente bueno y sabe elegir
entre el bien y el mal. Con frecuencia, el protagonista de hoy está en contra de la sociedad y
de los estamentos que la defienden, es un rebelde, un fuera de la ley, un vampiro criticado en
los pasillos del instituto, etc.; el personaje es dominado por sus defectos en un anti-héroe.
(Pérez Rufí, 2009).

El antagonista es la figura opuesta al protagonista, normalmente es el enemigo, el malo


de la historia al que tiene que enfrentarse el personaje principal para conseguir su objetivo.
Esta figura no tiene por qué ser representada por una persona, sino que también puede
estar encarnada en un grupo de personas, en un objeto, animal, catástrofe, enfermedad,
etc. Sin embargo, lo que va a cumplir siempre es el objetivo compartido con el
protagonista, oponiéndose a este en los esfuerzos para lograr su deseo.

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Cuando esté representado por una persona, se le debe dar un mínimo de seducción para
que el espectador centre su atención en él por su composición aunque no comparta sus
objetivos y se quede del lado del protagonista. Con esto se expone que el antagonista tiene
sus motivos para enfrentarse al protagonista y no por gusto o satisfacción de hacer el mal.

A la hora de crear al personaje antagonista puede ser de utilidad tener en cuenta que si
protagonista y antagonista presentan en común un mismo objetivo, es probable que no
sean tan diferentes entre sí. Es por ello que se habla del antagonista como del “doble”, o
ese “otro yo” más oscuro del protagonista. Así pues, a la hora de crear al antagonista, no
solo se tendrá en cuenta las similitudes con el personaje principal, sino que también se
tomarán referencias de los motivos que le llevan a actuar de una determinada manera.

Los personajes secundarios tienen un papel con cierta relevancia en la historia según las
necesidades de acción que presenten en la historia o por su ayuda como función
complementaria del protagonista. Según la importancia que adquieran, es imprescindible
que estén definidos y no deberían desviar la atención del espectador de la acción principal
o del protagonista.

Además de ayudar al protagonista cumplen una función enriquecedora en lo que se refiere


a la historia, pues pueden ofrecer segundas tramas, toques de humor, historias románticas,
así como hacer que el protagonista se luzca de verdad con la interacción de diferentes
figuras en escena. En este sentido, pueden destacarse una tipología de secundarios en
función de su actividad en la obra como: el personaje romántico (da lugar a la historia de
amor como subtrama), el personaje confidente (es a quien el protagonista le manifiesta
sus pensamientos y revela su carácter), el personaje catalizador (son los que hacen que el
protagonista actúe de una forma determinada ante una provocación del mismo), el
personaje de peso (contextualizan al protagonista) y el personaje de contraste (personaje
diferente a otros personajes del mismo colectivo sobre el que se tienen unos rasgos
caracterizadores comunes).

Sin embargo, hay que tener cuidado de que estos personajes no terminen por robarle el
protagonismo al principal. En algunas ocasiones ha sucedido por no tener controlado el
sitio que le corresponde a este, su papel en la historia y su vinculación con el protagonista.
Para que esto no ocurra, será necesario preguntarse si es necesaria su aparición en la
historia así como en la vida o aventura del protagonista.

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“En definitiva, todos los personajes actúan de uno u otro modo como ayudantes u
oponentes del protagonista y todos han de cumplir una función en la trama, contribuyendo
al desarrollo de la historia narrada” (Pérez Rufí, 2009: 7).

Siguiendo a Elena Galán (2006), definimos al personaje estereotipo, el cual lo relaciona


con la idea de que la ficción construye socialmente la realidad a partir de unos argumentos
preexistentes adoptándolos al lenguaje audiovisual.

El primer manifiesto del término lo efectuó Lippman en 1922 y lo define como


“representaciones o categorizaciones rígidas y falsas de la realidad, producidas por un
pensamiento ilógico”. A raíz de este conocimiento, se afirma que la categorización en la
ficción se hace necesaria debido a que el espectador cuenta con una escasa duración para
distinguir a los intérpretes y otorgarles rasgos de personalidad.

A menudo, este concepto suele confundirse con los términos de tipo o arquetipo, y es que
el tipo son “personas que comparten rasgos y atributos comunes también a otros grupos
o clases de persona y que, por ende, bien pueden representarlos ante el público”. De este
modo, cuando los tipos se utilizan de forma reiterada o en varias ocasiones, se
transforman en estereotipos, logrando así ser reconocidos y separados del resto.

Los estereotipos son bastante usuales y prácticos en los medios audiovisuales, ya que
actúan simplificando los atributos psicológicos de los personajes, sin llegar a definir
rasgos complejos y destacando sus características más relevantes. Gracias a ellos el
público puede comprender rápidamente al personaje y su conducta. Y, al igual que los
personajes secundarios, sirven de apoyo para aquellas figuras que aparecen durante un
tiempo escaso en la narración y cuya función dramática se explica más a través de su
relación con el personaje principal y menos por la trama (Galán Fajardo, 2006: 65).

El personaje arquetipo es aquel que, al desarrollarse en un contexto cultural


determinado, adquiere unas determinadas experiencias que le atribuyen una manera de
pensar y actuar. “Desde esta perspectiva, a los arquetipos se les reconoce como pautas,
patrones de comportamiento típicos, comunes que siempre han habitado en el
inconsciente de las personas, por ello se les reconoce como universales. Además, tienen
la facilidad de despertar innumerables emociones en el espectador, y revelar una imagen

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en su mente con aquello que se le asocie”. (Atarama Rojas, Castañeda Purizaga, y Agapito
Mesta, 2017).

Al ser considerado como un símbolo, logra incidir en las emociones en el espectador y


traspasar así fronteras por su alto poder de conexión. Este personaje permite que el
público participe en la historia y sienta lo que los personajes experimentan, pues en estos
se encarnan experiencias, decisiones y acciones que representan experiencias humanas
universales. Los arquetipos son modelos psicológicos básicos de toda persona. Aluden a
las competencias que una persona realiza al relacionarse con otras, es por ello que se dice
que este evoluciona gracias a su esencia con carácter universal.

El psicólogo Jung (1988), distingue ocho tipos de arquetipos basados en el estudio de la


personalidad de los personajes, es decir, a partir de las funciones psicológicas del ser
humano (inteligencia, sensibilidad, percepción, intuición y el temperamento). Sin
embargo, utilizaremos la clasificación de Núñez (2007) y Truby (2009) enfocada en la
perspectiva del guion, dentro de la cual se encuentra también la tipología de Jung.

Los 12 tipos son: el inocente, el padre, el sabio, el explorador, el héroe, el rebelde, el


mago, el amante, el hombre, el bromista, el embaucador, la madre, el protector, el creador
y el soberano. Para reflejar de forma resumida y clara las características tomaremos como
referencia la tabla aportada en el artículo de Atarama Castañeda y Agapito-Mesta Los
arquetipos como herramientas para la construcción de historias: análisis del mundo
diegético de “intensamente” (2017).

Tipos de arquetipos Características Lado oscuro


Inocente Sencillo, sensible y auténtico Narcisismo e infantilismo
Padre Autoridad, sabio y precavido Disciplinado y dictatorial
Sabio Experimentado y versado Ser ignorado o engañado
Explorador Trotamundos Holgazán y complaciente
Héroe Entregado y sacrificado Lucha como motor de vida
Rebelde Libre, exhibicionista Ser vencido
Mago Creativo, obsesionado, Manipulador y egoísta
controlador
Amante Apasionado, romántico, Manipulador, únicamente
seductor placer sensorial

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Hombre Sociable y respetuoso Aislado y soledad
Bromista Espontáneo y alegre Superficial
Embaucador Intereses personales Caer en la mentira
Madre Sabia, protectora, empática Sobreprotectora,
controladora
Protector Se ofrece por beneficio Vivir a costa de los demás
propio
Creador Perseverante, perfeccionista Miedo al fracaso
Soberano Líder e independiente Convertirse en tirano

Como se mencionó al comienzo de este apartado, la clasificación de los personajes que


se ha realizado ha sido en función de la relevancia que estas figuras adquieren en el relato;
por el contrario, ahora pasaremos a organizarlos acorde a su acción.

En este sentido hablaremos de héroe y villano para, más tarde, centrarnos especialmente
en la figura del antihéroe como objetivo principal de este análisis.

Según la Real Academia Española, el héroe es definido como un hombre célebre y


reconocido por sus aventuras y sus talentos. Además, añade que nace de la unión entre un
una figura divina y un ser humano. Es aquí donde se da la dualidad que da origen al héroe
mítico y lo coloca en el límite que divide lo etéreo de lo humano. Joseph Campbell, en su
obra El héroe de las mil caras (1949) afirma que el héroe es un ser superior, un rey nato,
tratándolo así como un semidiós que se coloca por encima del ser humano. Con el paso
del tiempo se va dando una desaparición de la mitificación del héroe para abrir camino a
un héroe humano más cotidiano pero que sigue manteniendo ciertos rasgos similares a
los del héroe.

Además, es en esta obra donde el autor explica las etapas del viaje del héroe a partir de
las cuales realizaremos el análisis de nuestro protagonista teniendo en cuenta la puesta en
común del valor negativo de las mismas. Las etapas del viaje del héroe plantean la
existencia de un esquema mítico-narrativo universal que puede observarse en la mayoría
de los mitos. Aparece así, primeramente, la teoría del monomito donde el autor propone
que la estructura del periplo del héroe se encuentra en las figuras arquetípicas distribuidas
por parte de un inconsciente general.

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Según Campbell el mito es “la entrada secreta por la cual las inagotables energías del
cosmos se vierten en las manifestaciones culturales humanas” (Campbell, 1949: 10). Este
indica que la gran parte de los cuentos, leyendas y mitos legendarios que se han
conservado a lo largo del tiempo, sin tener en cuenta su época u origen cultural, presentan
un cuadro narrativo en común. Este esquema es nombrado por él como monomito, el cual
consta de un elemento principal que hace alusión a la figura del héroe y su aventura
modélica de la que sugiera un compendio universal.

El autor afirma que “el héroe inicia su aventura desde el mundo de todos los días hacia
una región de prodigios sobrenaturales, se enfrenta con fuerzas fabulosas y gana una
victoria decisiva; el héroe regresa de su misteriosa aventura con la fuerza de otorgar dones
a sus hermanos” (Campbell, 1949: 25). Dicho esquema que defiende, está divido en tres
partes: partida, iniciación y retorno. Estas son las que vertebran el esquema mitológico
universal. A su vez, esta tríada conforma un modelo cíclico, pues la meta del héroe, una
vez llevado a cabo su viaje, es regresar al mundo ordinario o partida original donde
inauguró su aventura.

Dentro de estas fases se distinguen varias etapas que, cabe destacar, que no es
imprescindible que el viaje del héroe deba presentarlas todas. En total son 17 etapas:

 La partida: el héroe sale del mundo ordinario para emprender su aventura. Dentro
de esta etapa encontramos 5 fases:

o La llamada a la aventura: es la indicación que el héroe recibe para


marcharse de su mundo habitual e introducirse a un mundo nuevo. “El
destino ha llamado al héroe y ha transferido su centro de gravedad
espiritual del seno de su sociedad a una zona desconocida” (Campbell,
1949: 40). Esta fase delimita el paso del mundo palpable y superficial al
mundo intrínseco del héroe; un despertar del yo. También es frecuente que
en dicha fase aparezca la figura del mensajero, el cual es el encargado de
transmitir la llamada al héroe.

Desde el criterio del antihéroe, el individuo recibe la llamada que hace


abandonar su mundo regido por las normas y el bienestar social para ser
partícipe de otro mundo en el que la moral brilla por su ausencia.

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o La negativa al llamado: este rechazo es una manifestación de los miedos
causados por la idea de abandonar la costumbre del mundo habitual. El
autor comenta que “la negativa es esencialmente una negativa a renunciar
a lo que cada quien considera como su propio interés” (Campbell. 1949:
41).

El antihéroe puede sentir en un principio temor a abandonar los valores


que posee para afrontar su problema. Aún pesa más el civismo que el
egoísmo.

o La ayuda sobrenatural: Esta simboliza la protección del destino, es el guía


y maestro del héroe durante el viaje. Tiene un matiz peligroso, ya que
incita a los inocentes a atravesar duras pruebas y, además, otorga un
conocimiento al héroe que nos indica que él mismo proviene de ese mundo
que percibe aún como hostil.

En el relato del antihéroe es quien se encarga de incitarle a comenzar su


andadura hacia el mundo oscuro. El ayudante no busca que el personaje
realice un bien común, sino que actúe en su propio beneficio sin considerar
al resto, ya sea a través de actos delictivos e inmorales.

o El cruce del primer umbral: El héroe acepta la llamada y, con la ayuda del
guía sobrenatural, avanza hasta el umbral que separa los dos mundos. En
este encuentra la figura del guardián que protege el nuevo mundo, el cual
tendrá que vencer o tratar para traspasar dicho umbral. Para muchos, ese
umbral y su custodio, son un obstáculo para la gente común, pero no para
el héroe que sí está preparado para cruzarlo.

El antihéroe acepta la llamada y ayuda del mensajero incitado por el


mismo y por los problemas que le atormentan. Es la vía fácil para acabar
con lo que le hace mal. Una vez que ha entrado en el nuevo mundo tendrá
que enfrentarse a todo aquel que le haga sentirse mal.

o El vientre de la ballena: Esta fase va unida a la anterior. Por eso, Campbell


afirma que “la idea de que el paso por el umbral mágico es un tránsito a
una esfera de renacimiento queda simbolizada en la imagen mundial del
vientre, el vientre de la ballena. El héroe, en vez de conquistar la fuerza

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del umbral es tragado por lo desconocido y parecería que hubiera muerto”.
(1949:57). Esta muerte es descrita en sentido figurado, haciendo referencia
a la separación del héroe y su ego.

 La iniciación: es la etapa donde el héroe se enfrenta a pruebas y obstáculos. En


esta etapa encontramos 6 fases:

o El camino de las pruebas: “Una vez que el héroe atraviesa el umbral,


aparece en un paisaje de sueño poblado de formas curiosamente fluidas y
ambiguas en donde debe pasar por una serie de pruebas” (1949: 61).
Representa el recorrido de aprendizaje, crecimiento y madurez; también la
comprensión de lo opuesto. Ese opuesto hace ver al héroe que su persona
y este no son diferentes especies, sino uno solo.

Desde la perspectiva del antihéroe, este se encuentra dentro del nuevo


mundo en el que empieza a cometer las acciones negativas para llegar a
conseguir su objetivo de carácter narcisista (asesinatos, robos, secuestros,
etc.). Son estas pruebas las que le hacen ver el otro lado o personalidad
que presenta y que, hasta entonces, no conocía. Desarrolla pensamientos
y acciones que le convierten en un ser poco bondadoso, aunque no en un
villano; está motivado por traumas, daños sociales o problemas personales
que van acabando con él paulatinamente.

o El encuentro con la diosa: Es el reflejo de todo afán, la culminación que


otorga sentido a la indagación terrenal de todos los héroes. Normalmente,
esta fase suele aparecer al final de la aventura en forma de amor triunfante.

El antihéroe tiene claro cuál en su objetivo personal y es este el que da


sentido a su entrada en el nuevo mundo.

o La mujer como tentación: se representa a la tentación que el héroe debe


resistir durante su viaje a través de la figura femenina, ya que presenta la
seducción carnal. No tiene por qué estar vinculado a la mujer, pues se trata
de la seducción en cualquiera de sus formas capaz de amenazar con
distanciar al héroe de su travesía.

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En este sentido, el antihéroe puede presentar momentos de flaqueza donde
sea consciente de las acciones que está cometido y que le hacen ver la otra
persona que lleva dentro llevándole a recapacitar sobre sus actos.

o La reconciliación con el padre: Simboliza la transformación espiritual del


héroe. Campbell afirma que al nacer, “la única defensa que tenemos frente
al universo de todo peligro es la madre” (1949:11) siendo esta la figura
protectora y, por tanto, el padre obtiene la figura de intruso o enemigo
como primera impresión. Sin embargo, en esta fase se revela que el Padre
es el que precede al desmembramiento del sexo, por lo que la
reconciliación entre padre e hijo simboliza que el héroe, después de
superar las pruebas, ha dejado atrás los traumas. Ahora entiende que tanto
la madre como el padre son lo mismo.

La transformación espiritual que sufre el antihéroe está a punto de llegar a


su final, es decir, deja ver los nuevos matices de su personalidad.

o Apoteosis: El héroe llega al clímax de su transformación espiritual. Este


se desprende de todo miedo quedando apartado de toda modificación. A
menudo esta fase es representada simbólicamente por la muerte y posterior
renacimiento del héroe.

En esta etapa, el antihéroe revela realmente la personalidad o doble


personalidad que ha reflejado a lo largo de su viaje y en las pruebas
realizadas para obtener su beneficio. No hay vuelta atrás, ahora es una
nueva persona capaz de todo.

o La gracia última: Es el logro del don que el héroe ha buscado durante toda
el trayecto y para el que se ha preparado física y mentalmente. Las
divinidades quedan postergadas a un segundo plano ya que son
encarnaciones de la gracia última. Los guardianes de la gracia la entregan
solamente a aquellos que han sido debidamente probados aunque, a veces,
son engañados por el héroe para conseguir el tesoro o elixir por su carácter
severo o cauteloso.

Desde la perspectiva negativa, hace referencia al logro que el antihéroe


buscaba desde el inicio de su viaje al nuevo mundo. A diferencia del héroe

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que busca el bien común, el antihéroe ha conseguido una venganza por los
daños sufridos de quien le llevó a realizar su andadura.

 El retorno: el retorno del héroe con los juicios y experiencias adquiridas durante
el viaje. Esta etapa cuenta con 6 fases:

o La negativa al regreso: La negativa a volver surge de un estado


trascendental que ha alcanzado el héroe (apoteosis). Sin embargo, para
completar su aventura debe volver a posar su vista en el plano terrenal y
retornar al punto de partida para completar el ciclo (carácter circular del
monomito).

La figura del antihéroe se siente cómoda con su actual forma de ser y


actuar tras conseguir la venganza. Sabe que de esa forma es capaz de
obtener lo que se proponga y rechaza volver al punto de partida del que
huyó por el sufrimiento.

o La huida mágica: Como aparece en la fase de la gracia última, “si el héroe


obtiene el elixir con la bendición de los dioses le es permitido regresar al
mundo para restaurarlo; si ha sido obtenido por oposición de su guardián
o si el deseo del héroe de regresar al mundo ha sido resentido por los dioses
o los demonios, el último estadio del círculo mitológico se convierte en
una persecución agitada” (Campbell, 1949: 114-115).

Desde el punto negativo, esta figura es perseguida por el bien con el


objetivo de frenarle y restaurar el orden. Puede darse de que sus actos sean
sucumbidos por el resto creando un séquito de fieles o, por otro lado, deba
escapar del orden para seguir realizando lo que le satisface.

o El rescate del mundo exterior: Es una versión alternativa a la huida


mágica. Campbell dice “pudiera ser que el héroe necesitara ser asistido
por el mundo exterior al regreso de su aventura sobrenatural. Pudiera darse
el caso de que el mundo tuviera que venir a rescatarlo” (Campbell,
1949:120).

Esta etapa vista desde la perspectiva del viaje del antihéroe hace referencia
a la existencia de un cómplice situado en el mundo de partida que le ayude
a regresar solventándole los obstáculos que puedan frenarle.

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o El cruce del umbral del regreso: El héroe tiene que regresar al mundo
cotidiano y compartir con la sociedad el conocimiento adquirido durante
su viaje. Pero, esta tarea presenta una dificultad ya que, al proceder de una
profundidad trascendente, surge el problema comunicativo. La
comprensión de que el mundo cotidiano y el mágico es la que debe
alcanzar el héroe para poder regresar; ambas forman parte de un mismo
mundo.

En su vuelta al mundo de partida, el antihéroe hace saber sus hazañas


esperando a ser comprendido por aquellos que le rodean, pero suele
encontrarse con el rechazo debido a que no se comparten los mismos
valores de los que cruzan el umbral a los que permanecen en el mundo
cotidiano.

o La posesión de los dos mundos: En esta fase culmina la idea anteriormente


comentada sobre los dos mundos que, realmente, son el mismo. El héroe
encuentra un equilibrio entre lo mundano y lo trascendente hallando la
conexión que existe entre ambos. Esta percepción es la que le permite un
desapego del miedo a la muerte que le otorga la clave para vivir
libremente.

El antihéroe no suele encontrar un punto de equilibrio entre los dos


mundos, ya que se encuentra más cómodo en el recientemente hallado,
donde se siente libre para actuar sin remordimientos y bajo su propio
bienestar. Sin embargo, siempre tendrá una pequeña conexión con el
mundo cotidiano al que podrá volver definitivamente con el paso del
tiempo y donde será aceptado tras abrirse psicológicamente al resto.

o Libertad para vivir: El héroe ha entendido que “nada retiene su propia


forma y que la Naturaleza, la gran renovadora, sigue haciendo formas de
las formas. Por eso nada perece en el Universo, sino que varía y renueva
su forma” (Campbell, 1949: 139). El héroe ha cumplido con éxito su viaje
y consigue para él y el mundo ordinario la libertad para vivir.

Con valor negativo, el antihéroe habrá conseguido su venganza y vivir sin


más sufrimiento o traumas. Tendrá la posibilidad de vivir oculto en el

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mundo ordinario o ser un fugitivo en el nuevo mundo con la opción de
crear el caos en la sociedad.

Por otro lado, Christopher Vogler adapta la obra al audiovisual otorgándole el título de
El viaje del escritor (2002) donde ofrece una definición a partir de la idea del sacrificio
que hace esta figura por conseguir el bien común. La grabación queda distribuida en tres
actos, donde en el primero aparecen las fases hasta el primer umbral; en el segundo acto
aparecen las fases hasta llegar a la recompensa; y en el tercer y último acto tienen lugar
desde el camino de vuelta hasta el regreso con el propósito.

Afirma que el héroe encarna aquello que Freud nombró “ego” (el yo, el único) y que hace
que su identidad personal la considere independiente y dispar del resto. El héroe se
caracteriza por ser valiente, por su lealtad, altruismo y honor, lo que hace que destaque
por encima de la humanidad y tener el valor de ofrecer su vida a cambio de salvar a la
sociedad. “Los héroes necesitan algunas cualidades dignas de admiración, de suerte que
queramos parecernos a ellos (…) cualidades que transmiten al público la sensación de
que el héroe es realmente un ser único, una persona real y no un tipo” (Vloger, 2002: 69).
Este también indica que es necesario que el héroe crezca, que amplíe sus conocimientos
y gane sabiduría.

El heroísmo real aparece en la historia cuando los héroes se consagran ante la suerte, al
asumir el peligro que supone adentrarse en una guerra a través de una aventura que podría
ser arriesgada donde podrían experimentar graves pérdidas o incluso llegar a morir. Los
más valiente son aquellos que sienten el sacrificio y que se enfrentan a la posibilidad de
perder a algún ser querido, a la renuncia de un vicio apreciado o a la pérdida de todo lo
ganado (Vogler, 2002).

Por último, para definir la figura del villano seguiremos a Jiménez Gascón (2010), el cual
afirma que “el villano es el motor de la historia, el personaje que hace que la trama avance
y funcione ya que sin él, el héroe carecería de una meta (salvar al mundo, rescatar a
alguien, proteger algo…) o la tendría pero no encontraría a alguien que le
obstaculizase alcanzarla”.

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El villano es un personaje muy llamativo a la hora de crearlo, y lo es también para el
espectador. Es un personaje a través del cual el público ve reflejada una maldad o
violencia que dentro de las normas morales y civismo no se puede ejercer en la vida real.
Perversidad, aislamiento, falta de ética y moral, venganza, traumas podrían ser algunos
de los atributos más frecuentes que suelen presentar los villanos. Algunos expertos
comparten la idea de que el villano debe tener unos rasgos imprescindibles para serlo: “la
fechoría, el combate y la persecución” (Muela Rodríguez, 2020).

En lo que respecta a la construcción de este personaje, no tiene porqué cumplir con unas
características determinadas, sino que con solo presentar unos rasgos comunes como la
elegancia, frialdad, movimiento corporal y sonrisa irónica ya es suficiente para enganchar
al espectador. “Un villano que pueda dar miedo siempre transmite y provoca en el
espectador esa función del personaje, pero, en realidad, una gran mayoría de los villanos
tienen un aspecto común” (Muela Rodríguez, 2020: 20).

Con el tiempo, esta figura ha ido desarrollándose al mismo nivel que la del héroe y
cobrando especial relevancia, llegando a estar, incluso, mejor construido que el
protagonista heroico. Su apariencia, perfil psicológico y social lo hace único e inolvidable
por la labor que aporta a la historia.

Así pues, como ocurre con otros personajes, existe una tipología de villanos propuesta
por Zoraida Jiménez en la cual los clasifica según la naturaleza física del villano y del
ejercicio del villano (Jiménez Gascón, 2010).

En cuanto a la naturaleza física del villano hay tres tipos:

 Personas: pueden ser humanas o sobrenaturales


 Animales: pueden ser naturales o ficticios
 Seres tecnológicos: pueden ser máquinas o inteligencia artificial.
Respecto al ejercicio del villano encontramos:

 Personas:
o Anti-villano: no ejerce la maldad con intencionalidad pero los medios que
utiliza no son los adecuados.
o Anarquista: su propósito es destruir el mandato existente para generar el
desorden y confusión en la sociedad.

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o Enemigo: el principal enemigo del héroe que aparece a lo largo de la
historia.
o Bruja: Ejerce el mal gracias al uso de poderes mágicos.
o Vengativo: Busca vengarse de la humanidad o de alguien en concreto por
algo que le hizo daño.
o Caído: Empieza siendo bueno pero termina en el lado oscuro.
o Depravado: En un primer momento actúa movido por el bien de la
sociedad pero cae en la tentación y acaba haciendo un mal uso de su oficio.
o Defensor del sistema: Personaje que defiende el sistema que se impartido
en la sociedad.
o Demonio: Ser sobrenatural de malos adentros.
o Maligno: Figura que se enfrenta al héroe.
o Genio malvado: Personaje que posee unos conocimientos y sabiduría para
ejercer el mal.
o Malhechor: Tipo de villano aislado que realiza acciones delictivas.
o Maniático: Personaje con gran ego y aires de superioridad que le incita a
desarrollar la maldad.
o Villana: Usa la seducción para conseguir su propósito.
o Maníaco: Es un villano con problemas psicológicos que le llevan a acabar
con la vida de otros.
o Caballero oscuro: Es el líder de humanos con intenciones perversas,
además de buscar el control de todo.
o Codicioso: Carece de sentimientos, solo busca la ambición.
o Dictador/déspota: Usa su cargo para abusar de su poder.
o Torpe: Es un villano gracioso y desmañado que transmite empatía..

 Animales:
o Criatura: Tiene forma de animal y causa problemas al héroe en su trayecto,
es el caso de Tiburón.
 Seres tecnológicos:
o Máquina asesina: robot que actúa con maldad y pretende acabar con la
vida del héroe.
o Inteligencia artificial: carece de cuerpo físico, ejerce el mal y puede llegar
a tener más fuerza que su creador y revelarse.
32
2.1.1.3. Personaje como actante
El enfoque del personaje como actante tiene su origen en el modelo actancial de Greimas,
lingüista francés que lo publica en su obra titulada La semántica estructural (1987).
Según Greimas, el actante es aquel que cumple o quien sufre el acto, independientemente
de toda determinación. Tiene que ver con el lugar que ocupa dentro de la historia y su
contribución a la misma, la relación o vínculo estructural con otros elementos del relato.
“Los actantes poseen un estatuto metalingüístico por relación a los actores: presuponen
acabado el análisis funcional, es decir, la construcción de las esferas de acción. La
descripción de sus funciones y la reducción de las clases de actores a actantes del género
permite establecer un inventario de actantes que son: el villano, el ayudante, el héroe, el
falso héroe, el proveedor, el buscado” (Greimas, 1987:268). El actante es una “posición”
interna en el esquema narrativo además de un “operador” que hace posible ciertas
dinámicas (Gómez Valdez, 2018).

El progreso de esta noción es debido a la voluntad de señalar que el rol, el cometido, la


acción son notablemente valiosos, incluso más que el propio personaje, con la intención
de evitar un desbarajuste entre ser humano y personaje; por ello fue recomendable para
cambiar este término. Greimas planteó el concepto de actante; la expresión “fuerza
actuante” resultaba más comprensible aunque también pesada. El actante se conoce por
los valores y canales de la acción: un deseo, una responsabilidad, cierta sabiduría de
origen y de intensidad variables.

Greimas plantea un modelo universal que relaciona con lo teológico, una estructura
actancial que se ajustaba a seis funciones: un sujeto en busca de una meta (amor, dinero,
reputación, felicidad, poder o cualquier otro valor…); es secundado por un ayudante
(movido por el deseo y facilita la comunicación) y orientado por un oponente (crea
obstáculos oponiéndose a la realización del deseo o a su comunicación). “A partir del
modelo actancial mítico surgen los actantes del destinador y destinatario ya que su
simplicidad reside en el hecho de que está centrado sobre el objeto de deseo perseguido
por el sujeto, el cual está situado entre el destinador y destinatario, estando el deseo del
sujeto modulado en proyecciones de ayudante y oponente” (1987: 276).

Así pues, cabe destacar la diferencia entre sujeto y objeto entendidos respectivamente
como el deseo y la manipulación. El sujeto actúa en dirección del objeto que quiere

33
alcanzar, interviniendo sobre este y su alrededor y, para conseguir dicho objeto o meta
que se ha propuesto el sujeto, pasará por cuatro momentos que definimos como:
performance (el camino hasta el objeto), la competencia (condiciones para conseguirlo),
la propia búsqueda del objeto supeditada por un mandato de un tercero que le obliga a
encontrarlo y, por último, la recompensa o castigo que es el resultado de su aventura.

En cuanto al objeto y siguiendo a Gómez Valdez (2018), este puede tomar diferentes
percepciones o valoraciones, ya sea como objeto instrumental, entendido como ayuda del
sujeto para cumplir su meta; como objeto final, que sería el deseo conseguido del
personaje, la recompensa; o como neutro si puede utilizarse con otros fines dentro de los
deseos del individuo.

La relación que presentan tanto sujeto como objeto muestra una clara división dentro de
la categoría de actante que es el destinador y el destinatario. El primer es el que toma el
objeto para hacerlo llegar a otro sujeto, lo que lo convierte en la fuente dentro de la
historia; mientras que el destinatario es el que recibe el objeto y le saca partido o
beneficio. En medio de todo este proceso podrán aparecer sujetos que ayuden al
protagonista o principal personaje a conseguir su meta o que, por el contrario, individuos
que entorpezcan al personaje en su camino a conseguir el objeto, también conocidos como
oponentes.

2.2. La figura del antihéroe.


Antes de comenzar hablando de dónde surge esta figura cinematográfica, es conveniente
dejar claro qué significa el término antihéroe. El antihéroe es un personaje que presenta
una serie de cualidades consideradas necesarias en un personaje principal conocido
mundialmente como el héroe clásico o popular, es decir, aquel que se caracteriza por ser
el protagonista incondicional y cometer una serie de acciones que le dotan de cualidades
como la valentía, honradez, bondad y sentido de la justicia. Estas hacen que el héroe se
distancie del ser humano marcando notoriamente lo idílico y lo mundano, pues se coloca
en un plano moral siendo superior a los hombres comunes.

2.2.1. Origen
El antihéroe surge a partir de la desmitificación de la figura del héroe, pues ambos
comparten una serie de rasgos que, con el tiempo, se han ido diferenciando debido a que
el antihéroe deja de poseer esas cualidades grandiosas que sí presenta el héroe. Sin
embargo, no dejan atrás la relación que les une en lo que concierne a sus objetivos.

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Los antihéroes no son la oposición al héroe como sí lo representa el villano, sino que es
una transformación del protagonista en lugar de la figura del héroe, quedando a caballo
entre lo real y lo divino, por una figura completamente humana. El antihéroe no ejerce la
maldad, pero puede llegar a cometer actos delictivos o inmorales porque es humano.

Esta figura tiene su origen en la literatura, siglos atrás, llegando al Renacimiento y


Romanticismo donde se entendió al antihéroe como esa desmitificación.

La transición de la epopeya a la novela, banalizando la figura del protagonista y


presentándolo con frecuencia con defectos y limitaciones, constituyó también un factor de
desvalorización que ha de tenerse en cuenta. Presentado como personaje traspasado de
angustias y frustraciones, el antihéroe concentra en sí los estigmas de épocas y sociedades
que tienden a aislar al individuo. Fue sobre todo la literatura posromántica la que consagró
a esta figura como polo de atracción y vehículo de representación de los temas y problemas
de su tiempo (Álamo Felices, 2013: 192).

Algunos ejemplos de la literatura del siglo XVI y XVII son muy apropiados para mostrar
a los precursores de este arquetipo, como es el caso de El Lazarillo de Tormes o del
famoso Don Quijote. Ambos no son personajes para nada malévolos o egoístas, sino que
presentan unas actitudes acorde con el contexto histórico-social que les hace configurarse
de una determinada manera en cuanto a lo psicológico, moral, social a raíz de sus
posibilidades.

Este tipo de personajes comienzan a ser adoptados por la industria cinematográfica,


siendo en los años 70 y 80 cuando reflejan su auge gracias a la predilección que empiezan
a suscitar estas figuras debido a la identificación. Pues, es más fácil empatizar con
personajes semejantes a nosotros como sí les ocurre a los héroes, los cuales representan
aquellos valores que deberíamos alcanzar o tener como meta. Estos personajes dudan,
fallan, decepcionan y se contradicen a sí mismos, una posibilidad que para nada entra
dentro del imaginario del héroe (Moreno Sánchez y Delgado Díaz, 2017).

2.2.2. Rasgos antiheroicos


A diferencia del héroe popularmente conocido como un ser divino, el antihéroe se
presenta como una figura mundana y realista que nada tiene que ver con lo utópico. Se
trata de un personaje con defectos, virtudes, problemas internos y con el entorno,
vocaciones, deseos, dificultades para conseguir sus objetivos; una representación similar
a lo que es el ser humano. Ya no se trata de un sujeto ficticio que se encuentra en un

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peldaño superior al nuestro, sino que se encuentra a un mismo nivel que hace que
podamos identificarnos con él y tomarlo, incluso, como referente.

Es un personaje corriente, desprovisto de poderes con los que se venía trabajando siglos
atrás para que fueran representados por el héroe protagonista cuyo fin era el bien a través
de una brillante moral y valores envidiables. El antihéroe destaca por su simpleza en
cuanto a rasgos distintivos se refiere, pues destaca por sus acciones y personalidad cada
vez más cercanas al mundo real; a eso se atribuye el éxito de esta figura actualmente.

Como afirma Cano-Gómez, “los grandes peligros que amenazan su existencia no se


circunscriben meramente al plano de lo físico. Esta clase de peligro es asumida de
inmediato en la dialéctica héroe-espectador, pues ambos son conscientes de que el
individuo es perfectamente capaz de solventar ese aparente peligro y de superar los
riesgos que se ciernen sobre él” (Cano-Gómez, 2012). Sin embargo, su principal
propósito se encuentra en el combate con una realidad interior alarmante, teniendo que
aguantar una dificultad psíquica, un sentimiento de confusión o frustración. Frente al
héroe clásico que solventaba sus problemas con la acción física, el héroe moderno lo hace
gastando una gran cantidad de energía en la meditación y razonamiento.

Pero, centrándonos en los rasgos que presenta el antihéroe, West Colín (2014) destaca
principalmente el físico y la relación con el entorno.

Cuando habla del físico lo hace desde el punto de vista de la decadencia, pues a lo largo
del tiempo y, en la época actual, siempre se ha enaltecido la belleza como si fuera el rasgo
más importante que presenta el ser humano; y es que el culto al cuerpo viene siendo
arrastrado desde la antigua Grecia, donde tenemos al más claro ejemplo de héroe mítico,
el gran Hércules.

Sin embargo, en la ficción actual la belleza ha quedado relegada a un segundo plano para
dar protagonismo a lo corriente y cotidiano, siendo la acción que realiza el personaje
suficiente para hacerlo resaltar sobre el resto. Lo importante en la industria del cine, por
lo general, es que el sujeto consiga sus metas y que estas provoquen en él un cambio
interior que le haga evolucionar a lo largo del trayecto. En la mayoría de ocasiones, el
físico que presenta el antihéroe tiene que ver con el género de la película en la que
aparezca, ya que por lo general, si se trata de una comedia, lo más común es que se
enfatice la falta de belleza y se contrarreste con su humor. Gracias a esta representación
del héroe moderno, no se produce un rechazo por una sensación de inferioridad ante tanta

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perfección, sino que con la personalidad y actitud le es suficiente para conseguir que se
tenga como posible referente.

En lo que a la relación con la sociedad se refiere, el antihéroe ha apartado el interés y


bienestar general para centrarse en el particular, lo cual puede deberse a un sentimiento
de decepción con la sociedad por algún motivo o por la discriminación que perciba del
resto por mostrarse diferente o con alguna patología. Se produce así una individualización
que genera un egoísmo por la búsqueda de la propia felicidad.

Existen personajes completamente contrarios al héroe moderno que de igual forma


comparten el concepto de antihéroe, simplemente por alejarse de la figura clásica. Son
los que eligen la aventura enfocada en la maldad, pues han perdido la esperanza en los
valores que gobiernan en la sociedad y por eso deciden elaborar una moral propia con
unas determinadas normas por las que ellos mismos estimarán las acciones como
acertadas o inapropiadas.

Sin embargo, lo que diferencia al villano del antihéroe tiene que ver con la motivación de
sus acciones. Es importante conocer por qué esta figura se comporta como una especie de
villano, ya sea por un pasado doloroso o porque lo que realice lo veamos justificado por
todo lo vivido. De igual manera, “el antihéroe tiene razones para hacer lo que hace y este
es quizás el punto más poderoso de todos los atributos del héroe moderno, el que lo aleja
definitivamente de esa figura blanda que solía ser; el que acaba por culminar su
conformación” (West Colín, 2014: 14).

El autor Sosa Rubio en su libro, Teoría del antihéroe. Aproximación y análisis descriptivo
de un concepto transversal para la narrativa policíaca contemporánea (2014) identifica
catorce rasgos antiheroicos gracias a un método deductivo extraído del análisis de
personajes catalogados como antihéroes por diversos autores.

Los rasgos identificados son:

1. Personajes marginados que presentan fobias sociales y sus respuestas frente a la


sociedad dan pie a un gran abanico de posibilidades argumentales para el director.
En muchas ocasiones, el personaje está destinado a morir, algo que no suele
ocurrir con el héroe clásico.

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2. El conflicto es el motor de la trama. Las acciones inconscientes del antihéroe
destapan las vergüenzas morales de la sociedad, pues no persigue descubrirlas,
sino que se comporta acorde con sus valores, modo de ser y su contexto.
3. Son personajes corrientes, limitados y no heroicos. Sus puntos débiles coinciden
con cualquier espectador tras ser rasgos comunes no divinizados.
4. Personajes que son el espejo de la sociedad en la que viven, no como figuras
modélicas, mostrando en muchas ocasiones su conciencia para entender mejor al
personaje.
5. El antihéroe estructura la crítica social y da un toque de atención en el espíritu
crítico de la audiencia.
6. Por regla general, los escenarios que predominan o acompañan al antihéroe son
reales con el objetivo de incidir en el realismo y aflorar la empatía en el
espectador.
7. El factor psicológico adquiere importancia para hacer posible que el personaje
conozca su mundo interior y sea capaz de evolucionar y solventar sus problemas.
8. Como mencionamos en el punto anterior, los personajes siempre están
evolucionando, es decir, están en constante creación y son imprevisibles debido a
dichos cambios que producen reflexiones y cambios personales.
9. Su vivencia les muestra una realidad diferente a la aceptada. Imaginan un mundo
que nada tiene que ver cuando llega el momento de experimentarlo.
10. Sus actos tienen como consecuencia la decepción, la aflicción y la desidia.
11. La oscuridad base del contexto. Normalmente parten de un suceso trágico que les
ha convertido en lo que actualmente son.
12. La soledad suele acompañarlos a lo largo de su vida o trayecto debido al rechazo
de la sociedad por la incomprensión.
13. Incongruencia y contravención en la figura del antihéroe.
14. La ironía como forma de expresar la furia y de la impotencia por el contexto social
y rechazo de la sociedad.

No todas las características citadas se aúnan en un mismo personaje o en todos los


antihéroes que conocemos pero, sin duda, son rasgos que se dan a menudo en esta figura
y en sus numerosas apariciones. “Los antihéroes, simplemente, ocupan el lugar que antes
pertenecía a los héroes de una manera alternativa, que no tiene por qué ser negativa, pero

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que en sus narraciones frecuentemente sirven para explorar la faceta más oscura del ser
humano” (Moreno Sánchez y Delgado Díaz, 2017: 8).

2.2.3. Identificación con el personaje. El antihéroe


El cine es un medio de persuasión a la hora de conseguir que el espectador se sienta
identificado con lo que ve. Esta comienza desde el relato, “la historia engancha al
espectador; se convierte en “su” historia; más adelante entran en los personajes; su
conducta se convierte en la conducta del espectador; y por último, entra en juego la
planificación, que recorta el mundo real y hace de esos recortes el mundo
cinematográfico; la diégesis” (Gil Ruíz, 2014: 230).

La persistencia establecida en el terreno cinematográfico consigue que el cine sea


concebido como parte de nuestra vida, facilitando así la capacidad de que el espectador
se sumerja en la historia; lo considera natural.

Identificarse con un personaje significa sentir una afinidad hacia el personaje tan fuerte que
nos vemos absortos en el texto y llegamos a un entendimiento empático por los
sentimientos que generan las vivencias del personaje, así como sus motivaciones y
objetivos. Experimentamos qué les pasa a los personajes como si nos pasara a nosotros,
mientras momentáneamente al menos, nos olvidamos de nosotros como espectadores, lo
cual intensifica nuestra experiencia (Galindo Furió, 2015: 17).

Este tipo de cine, en gran parte, tiene como protagonista la figura del antihéroe debido a
que disfrutamos observando en la propia película el lado oscuro. Las dimensiones
psicológicas son imprescindibles para aceptar la veracidad de un personaje; “aunque se
trate de un héroe, si no presenta ciertos parámetros oscuros, no consigue conectar con el
espectador, que encuentra su satisfacción en el planteamiento del conflicto interno, a la
vez que en la espectacularidad de la historia” (Gil Ruíz, 2014: 237).

Así pasamos a hablar del antihéroe, una figura que deja a un lado el ideal divino para
poner en primer plano el transcurso de admisión de la parte humana del individuo y sus
correspondientes problemas psíquicos. Es un personaje común y cotidiano que busca su
propio beneficio por encima del bienestar social, lo cual facilita que el espectador se
identifique con él por su egoísmo, pues hoy día la mayoría lleva en mente la frase “si no
miras por ti, nadie lo hará”. Esta filosofía de vida es la que refleja el antihéroe, incluso

39
cometiendo comportamientos morales discutibles, lo que le hacen más humano y cercano
a nosotros; la moralidad y perfección del héroe queda relegada a una utopía.

Para que se produzca esa identificación, pueden darse dos modelos de respuestas
afectuosas por parte del espectador según plantea el modelo de Murray Smith: la simpatía
o antipatía entendidas como sentimientos positivos o negativos hacia esta figura; y la
empatía como sentimientos comunes entre la figura ficticia y el público.

La empatía conlleva distinguir de manera clara el estado de otra persona, así como
comprender cómo se siente esa persona al hacer públicos sus sentimientos. Esta empatía
deriva de procesos psicológicos relacionados con las respuestas motoras y afectivas al ver
la situación que experimenta el personaje. En gran parte, esta empatía se genera a raíz de
que el espectador es capaz de analizar e imitar los gestos, posturas y expresiones faciales
del personaje para identificarse con él así como ponerse en su lugar o imaginar qué es lo
que siente si fuera él; de ahí que podamos sentir dolor al ver al protagonista de la película
cuando es golpeado. (Galindo Furió, 2015).

El antihéroe cuenta con una empatía casi asegurada al presentarse desde el inicio
humanizado y con unos determinados rasgos morales, lo que ha hecho que las productoras
se decanten por este tipo de protagonista al ver el gran éxito que ha tenido desde años
atrás.

La forma en la que el espectador se siente identificado puede entenderse de diversas


formas como podemos comprobar pero, no solo hablamos de empatía o simpatía, sino
que también encontramos dos tipos de identificación que surgen de la teoría del
psicoanálisis de Freud: la primaria y la secundaria.

Siguiendo a Freud:

La identificación es la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto; en segundo


lugar, pasa a sustituir a una ligazón libidinosa de objeto por la vía regresiva, mediante
introyección del objeto en el yo, por así decir; y, en tercer lugar, puede nacer a raíz de
cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las
pulsiones sexuales” (1920-1922:101).

Si trasladamos la teoría al campo cinematográfico, la identificación primaria es directa,


previa a lo deseado o cualquier objeto, pues se corresponde con la atracción inconsciente
del espectador hacia lo que está viendo. Además, se siente una parte fundamental y

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partícipe de lo que está ocurriendo. La identificación secundaria es desarrollada por Freud
en Psicología de las masas y análisis del yo (1921) donde explica que estas derivan como
un reemplazo de una elección de un objeto, pasando a cobrar fuerza la figura del “yo”, la
narcisista.

En el terreno de estudio, esta identificación tiene que ver con los elementos textuales de
la película, es decir, con el relato, planificación, montaje, psicología de los personajes,
del propio director y su trabajo en cuanto a lograr mantener la atención del espectador
(Gil Ruíz, 2014). En este caso, el director es el encargado de guiar los sentimientos del
sujeto, pudiendo hablar así del término ocularización propuesto por Jost (1987), el cual
asegura que el espectador entra en la historia y en los personajes. Esta idea, desde la
perspectiva del director, es entendido como ocularización modelizada o espectadora, la
cual indica que el sujeto no presenta en común un punto de vista con el personaje, sino
que posee determinados conocimientos de los que carece el personaje.

Para concluir, diremos que son objeciones somáticas y emotivas que la historia es capaz
de suscitar en el espectador gracias al uso de medios técnicos pertenecientes al mundo
audiovisual, de la personalidad de los personajes, de los actores que los interpretan o de
la situación personal del público cuando se sumerge en la historia. Este universo ficticio
es fundamental para comprender que podemos confraternizar con personajes que, si
encontráramos en nuestro mundo habitual, nos parecerían mezquinos o inmorales.

2.3. El director: Todd Phillips


2.3.2. Trayectoria y cine del director
Todd Phillips, director de la película Joker (2019) es, además, productor, guionista y
actor. Nace en 1970 en Brooklyn, Nueva York, y a los 24 años de edad cursó la carrera
en la Escuela de Cine de New York pero no llegó a graduarse tras decidir promocionar su
primer documental: Hated; GG Allin And The Murder (1994), sobre la vida y la muerte
del notoriamente polémico cantante de punk rock GG Allin.

Todd Phillips comenzó en el mundo cinematográfico con los documentales, pues tras su
primera obra y ver el éxito que obtuvo con ella llegando a estrenarse en salas de Estados
Unidos y Europa, decide dedicarse a ellos. (Sensacine, s.f.).

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El siguiente documental fue Frat House, sobre fraternidades universitarias, el cual se
estrenó en el Festival de Cine de Sundance en 1998 y ganó el Gran Premio del Jurado por
largometrajes documentales. Fue producido por HBO, pero nunca se emitió en su canal
debido a que los personajes de la película afirmaron que se les pagaba para recrear sus
actividades. Sin embargo, este documental le dio pie a comenzar a grabar y escribir
películas de comedia como Road Trip (2000) y Old School (2003), ya que mientras estaba
en Sundance conoció al director y productor Ivan Reitman, quien le incentivó a hacerlo.

Seguidamente dirigió otras “películas de comedia como Starsky & Hutch (2004), School
for Scoundrels, Borat (2006) esta última llevándole a la nominación de un premio de la
Academia al mejor guión adaptado por su papel en la elaboración de la historia. Además,
escribió guion de comedia en películas como Due Date (2010) y la secuela de The
Hangover (2011), conocida también como Resacón”. («Todd Phillips»,2020).

A partir de ahí, el director comenzó a cobrar mayor protagonismo cuando lanzó a la gran
pantalla la última película, citada junto con las películas de A Star is Born en 2018 (como
productor) y Joker. Y es que, con The Hangover fue nominado a los Premios Globo de
Oro con el resultado de ser el ganador a mejor película en 2010 pero, el film que realmente
ha vuelto a ponerlo sobre la cima ha sido la obra que va a ser analizada: el Guasón. La
película obtuvo diez nominaciones a mejor película, mejor director y mejor guion
adaptado, ganando en la categoría León de Oro en el Festival Internacional de Cine de
Venecia. («Todd Phillips», 2020)

En el cine de Todd Philips, el caos y el descontrol son dos elementos con los que siempre
ha trabajado y por los que se caracterizan sus películas, las cuales trabaja en el género de
la comedia. No cabe duda de que Phillips lleva más de 20 años dando de qué hablar en la
industria cinematográfica gracias a su inclinación por retratar los desastres de los chicos
inadaptados. Además, en una entrevista, Todd Phillips afirma que suele trabajar con los
mismos actores porque encuentra en ese ambiente confianza mutua y un conocimiento de
lo que puede recibir de ellos. La comedia ha sido su mejor opción, así como las tramas
enfocadas en las relaciones entre amigos, algo que explica como consecuencia de no
haber tenido muchos amigos a lo largo de su vida, por lo que se interesó en conocer qué
es lo que une a los hombres. (IMDb, s.f).

Sin embargo, todas sus películas suelen tender a ir hacia lo oscuro, es decir, hacia el mal
comportamiento y al género dramático dotando a sus protagonistas de un carácter

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anárquico. Aquí encontramos la película Joker, un género con el que el director ha
mostrado problemas sociales latentes en nuestra sociedad como la marginación, clase
social, abuso, violencia, crueldad. Todd Phillips confiesa que esta película es el reflejo de
lo que ocurría en Estados Unidos cuatro años antes de su estreno, motivo por el que decide
producir el film, la falta de simpatía. Phillips justifica su producción afirmando que
“ciertamente la película va sobre esta falta de simpatía por los que menos tienen, que se
ha amplificado en los últimos años en nuestra cultura por muchas razones, entre ellas por
el Gobierno que tenemos, pero también por la influencia de internet. Yo creo que cuando
tienes un mundo como este tienes el presidente que te mereces, y a la vez, cuando tienes
un mundo como Gotham tienes el villano que te mereces. Si bien la película tiene lugar a
principios de los 80, la escribimos entre el 2016 y el 2017, por lo que es un reflejo de lo
que estaba pasando en ese momento en Estados Unidos”. (Lerman, 2020).

2.3.3. Tratamiento de los personajes


En lo que respecta a los personajes y protagonistas, Todd Phillips ha puesto el foco en el
antihéroe, aquel que se sale del estándar y concepción de héroe clásico que toda sociedad
acostumbra ver en la pantalla: fuerte, valiente, atractivo, bondadoso. En la película War
Dogs, los protagonistas son traficantes de armas con el objetivo de levantar su vida
económicamente, es decir, se trata una película que muestra como una persona puede ser
consumida por el poder y el dinero para una buena vida y los riesgos y malas decisiones
que se toman para lograrlo. (Cuatro bastardos, 2016).

A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de antihéroe, un personaje que no


cumple con el modelo a seguir, que muestran una crítica social o que, como ser humano
más cerca de nuestra realidad que a la de ficción, comete errores y accede a
comportamientos para buscar su bienestar. De igual modo ocurre en la mayoría de sus
películas, es el caso de The Hanvoger y Proyect X, las cuales giran en torno al desenfreno,
drogas, fiestas, unas situaciones que los antihéroes modernos tratan de sobrellevar por
algún fin. En el caso de Proyect X, los protagonistas son tres chicos que reciben burlas
por parte de los populares del instituto y deciden montar la mayor fiesta del momento,
invitando a todos los jóvenes, para limpiar su imagen de perdedores para convertirse en
los héroes populares. Por su parte, Resacón en las Vegas, muestra las malas decisiones
llevadas a cabo por los protagonistas en su noche de desenfreno, la cual acabará en una

43
mañana llena de problemas y buscando una solución para hacer posible la celebración de
una boda. (Batle, 2012).

En Due Date, es una comedia basada en el viaje que realizan dos hombres que se
encuentran en el camino (uno con el objetivo de llegar a tiempo al parto de su mujer; y
otro que sueña con ser actor) y que, por ciertas circunstancias, deben aguantarse tras
chocar personalmente en numerosas ocasiones, hasta que lleguen a su destino. En dicha
película, los protagonistas se caracterizan por presentar un carácter serio y otro inmaduro,
donde ese choque de personalidades hace posible el humor desde el punto de vista del
aguante que cada uno debe tener con respecto a su compañía.

Pero, en lo que concierne a la figura del antihéroe, vemos que se tratan, de nuevo, de
personajes corrientes, nada estereotipados, que pasan por un conjunto de situaciones que
les harán sacar su peor parte pero no por ello cometiendo malas acciones o siendo
malvados. Luis Caviaro indica que ninguno de los dos protagonistas representa al ser
perfecto (uno demasiado serio, estricto y maduro; mientras que el otro es totalmente
inmaduro, dejándose llevar por las circunstancias de forma impulsiva) otra de las grandes
características del antihéroe que Phillips ha seguido al dedillo en sus films: la
imperfección como cotidianeidad. (Caviaro, 2011).

Es ese paralelismo con la realidad social lo que hace que esta figura sea mucho más común
y más exitosa que el héroe conocido. Y es que, en la mayor parte de las películas de este
director, se puede apreciar la intencionalidad de conseguir que el espectador se sienta más
reflejado con lo que está viendo a través de situaciones realistas y de errores que cualquier
ser humano puede llegar a cometer. El antihéroe se ha convertido en el modelo a seguir
que muchos directores han utilizado para conseguir la empatía entre espectador y
protagonista.

3. Análisis de la película Joker


A la hora de analizar al personaje de la película escogida (Arthur, interpretado por Joaquín
Phoenix) se seguirá una serie de apartados basados en las categorías que plantea Mercedes
Miguel en su libro ¿Qué es el cine? (2018), además de tener en cuenta la caracterización
del personaje, los rasgos antiheroicos que identifican al antihéroe y las etapas del viaje
del héroe explicados anteriormente. Las categorías indicadas por dicha autora parten de
los modelos planteados por autores como Chion (2009), Greimas (1990), Barthes (1978)

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y Taborda-Hernández (2014) que son los rasgos físicos y estética, y la psicología del
personaje.

CATEGORÍAS ANÁLISIS

Rasgos físicos y estética Apariencia: estatura, peso, rasgos, defectos


físicos, vestimenta.
Psicología del personaje Carácter, humor, enfermedades, personalidad,
evolución del personaje dentro de la trama.
Personaje como rol Personaje activo o pasivo; tipología del personaje
(protagonista/antagonista, personaje secundario,
arquetipo, estereotipo).
Personaje como actante Posición de la figura en el esquema narrativo y su
objetivo.
Rasgos propios del antihéroe Fobias, relación con la sociedad, conflicto, figura
como reflejo de la sociedad, personaje corriente o
peculiar, experiencia que revela una realidad,
escenarios que predominan, etc.
Etapas viaje del héroe Cumple con ellas pero desde una perspectiva
negativa.

La película el Joker presenta a un personaje que se aleja inmensamente de la línea de


ficción a la que nos venían acostumbrando anteriormente en películas como El caballero
oscuro o Batman, en las cuales puede verse a este mismo personaje pero creado desde
una perspectiva perversa de principio a fin siendo esta la personalidad que le ha
caracterizado al personaje desde que se creó. Sin embargo, en Joker descubrimos a Arthur
Fleck, un marginado, víctima de la sociedad que lo rechaza, que cuenta con un trastorno
mental y se enfrenta a diversos traumas psicológicos.

En la película, Arthur Fleck tiene como principal sueño hace reír a la gente ayudado de
su disfraz de payaso. Sin embargo, este padece una enfermedad extraña, lo que le hace el
blanco frecuente de agresiones en Gotham, una ciudad sumergida en revueltas.

Como consecuencia, incrementa su resentimiento a dicha sociedad y acaba


convirtiéndose en un criminal llamado Joker. Esto genera simpatía a los ciudadanos, lo
cual le otorga a Joker popularidad dando un giro radical a la ciudad que previamente lo
marginó. Una vez analizado el argumento de la película donde se intuye el tipo de
personaje que encontraremos, a continuación se muestra el análisis del mismo a partir de
las categorías citadas en el cuadro anterior donde se reflejaran las características del
mismo.

45
[Fotografía]. (2019). Joaquin Phoenix, en una imagen promocional de ’Joker’, de Todd Phillips.
Recuperado de https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20191003/joker-un-personaje-en-los-extramos-de-la-
provocacion-y-el-delirio-7665146
.

Características del personaje


Rasgos físicos y estética del personaje
Según vemos en la película, en lo que a apariencia
concierne, Arthur es un ciudadano de 30 años de edad
que cuenta con una complexión alta y notoriamente
delgada llegando a ser visibles en algunas escenas las
costillas. Estas escenas forman parte de la presentación
del personaje, pues su complicada relación con la
sociedad y estilo de vida que lleva (fumador, bebedor
y dependiente de fármacos) propician su aspecto físico. Fotograma de la película Joker. Minuto 54:07 segundos

Tiene el pelo largo y alborotado en la mayor parte de


las escenas, incluso, con un flequillo irregular. En
cuanto al rostro, los ojos están levemente hundidos y
ensombrecidos. Presenta una cicatriz que recorre su
cara desde la nariz, la cual es prominente, hasta la
boca, la cual deja ver unos labios finos. Al sonreír
deja ver gran cantidad de hoyuelas en un rostro
Fotograma de la película Joker. Minuto 1:41:34 segundos

46
pálido. El vestuario que utiliza es de tonos apagados y simples con la intención de pasar
desapercibido por el resto de los ciudadanos. Normalmente usa una camisa blanca, un
chaleco marrón y una cazadora beige.

Conforme la trama va avanzando llegando a su final, el protagonista cambia de vestimenta


por completo. A la evolución del personaje (hacia su objetivo) le acompaña un traje color
rojo, una camisa verde y un chaleco de color naranja combinando un maquillaje propio
de un payaso (la cara pintada de blanco, ojos hundidos en rombos azules oscuros, nariz y
boca pintadas de rojo, donde en esta última alarga la sonrisa con la pintura hasta las
mejillas, y el pelo color verde repeinado hacia atrás.

“Los colores se vuelven mucho más vivos, resaltando sobre el fondo que sigue siendo
oscuro. Esto enfatiza mejor el cambio que sufre su personalidad, que pasa de estar triste
y sumido en la mediocridad, siempre en segundo plano, a resurgir de la manera más
llamativa y viva posible”. (Soler Díez, A. 2020:50).

Psicología del personaje

Siguiendo a José Antonio Matos (2020), se trata de una persona frágil con problemas
psíquicos y afectivos, que padece una enfermedad: síndrome pseudobulbar a causa de
lesiones cerebrales de su pasado. Esta produce una risa patológica o involuntaria que
provoca episodios de risas difíciles de manejar en momentos inoportunos. Esto influye
notoriamente en conflictos interpersonales y en su temperamento.

“La vida del personaje refleja una falta de alicientes vitales o mal-estar, colmado por
tormentos existenciales como: su fármaco-dependencia, la convivencia y el cuidado de
una madre maltratadora, menoscabada física y mentalmente, el despido laboral de una
agencia de payasos y las consecuencias negativas del estigma de la enfermedad mental”
(Matos Contreras, J. 2020:2). Además, cuenta también con un trastorno de personalidad
antisocial que le lleva a no adaptarse a las
normas sociales, a presentar dificultades a
la hora de relacionarse y cometer actos
violentos y delictivos por brotes de cólera.

Dicha dificultad a la hora de relacionarse


puede verse ejemplificada en la escena de
la fotografía, donde trata de hacer reír a un

Fotograma de la película Joker. Minuto 8:17 segundos 47


niño en el trayecto a casa. Sin embargo, la madre interviene disgustada, lo que hace que
cause en el protagonista un brote de su enfermedad y comience a reírse en un momento
inadecuado siendo de nuevo marginado.

Esa personalidad cambiante hacia el interés propio, presenta cierto grado narcisista, lo
que puede deberse a la poca atención que ha recibido tanto en el ámbito social como en
el familiar. Alba Soler añade que “a rasgos generales, su carácter es ingenuo, aniñado e
inocente. Le vemos muchas veces indefenso ante un mundo que no le comprende. Hay
mucho grado de bondad en sus actos, especialmente siendo Arthur Fleek, pero también
durante su proceso de convertirse en Joker” (Soler Díez, A. 2020: 48).

En lo que concierne a la evolución del personaje este se presenta como una persona
anodina y común para acabar convirtiéndose en el Joker, una persona narcisista y fuera
de sus cabales. Ese progreso empieza con un personaje incapaz de hacer frente a los
problemas, restándole gravedad a cada palabra que escucha en el trabajo y en casa. En
cambio, a raíz del abuso que sufre en la calle en el que unos niños le quitan un cartel de
una empresa que patrocina vestido de payaso, su jefe lo echa a la calle sin creer en la
verdad de Arthur, lo que genera en él un cambio notorio en su personalidad tras el
agotamiento que padece de burlas y desgracias a lo largo de su vida. A ello, se le suma
una escena fundamental en la película, en la que que el protagonista cobra fuerza y valor:
la entrega de una pistola por parte de su compañero.

Experimenta así cambios de humor y carácter,


además de dejar ver la estigmatización de una
persona con trastorno psíquico. Sin embargo, esta
imagen bondadosa y noble que presenta al
comienzo, desaparece por circunstancias psico-
afectivas, dando lugar a “la exteriorización de un Fotograma de la película Joker. Minuto 1:10 segundos
otro o alteridad interna nutrida de sufrimiento,
impotencia, fantasías, experiencias frustradas y
reprimidas. De alguna manera, esa alteridad interna
no solo busca traspasar el apaciguamiento y
compensar las calamidades de la vida de Arthur,
sino confabular contra el orden existente;
sucumbiendo al desorden y al caos, operando como
una alteridad interna antagónica o rebelde”. Esto Fotograma de la película Joker. Minuto 1:20 segundos
48
puede verse claramente en la escena donde se maquilla ante un espejo del personaje de
payaso y experimenta varias emociones como tristeza, ira, frustración. (Matos Contreras,
J.A. 2020).

Las imágenes de Arthur rompen el estereotipo del villano obsesionado por un afán
destructivo y disfrute malévolo. En algún sentido, se podría interpretar la relación Arthur-
Joker como víctima-vengador. En los momentos donde sale a la luz el Joker, Arthur
pierde su condición de anonimato y de víctima y pasa a convertirse en un vengador sin
escrúpulos motivado por un arrebato cuando comete el primer crimen.

Según José Antonio Matos (2020), la fachada del Joker se asimila al recorrido de los
héroes populares en cuanto a que ambos experimentan situaciones abruptas y descubren
en la venganza el sentido de sus acciones. Sin embargo, Joker no desea realizar ideales
de justicia social, sino que parece ser poseído por la personificación de la rabia y tristeza,
propia del antihéroe. Y es que, en la película vemos dos personificaciones, la de Arthur
como representación de la marginación y el desprecio por pertenecer a la minoría; y la
personificación del arquetipo del “loco bufón” representada por el Joker, el cual ayuda a
acabar con esa marginación y dota a Fleek de vitalidad y seguridad eliminando los
obstáculos que hay en su camino, lo que dará lugar a que la personificación dominante
sea esta última.

Esa personificación motiva por su enfermedad mental se muestra en un plano detalle


donde se enfoca lo que Arthur apunta en la libreta de sus chistes; también hay que destacar
el envase de pastillas. La frase muestra, sin duda alguna, la situación en la que se
encuentra sumido, justificando así su comportamiento y actos violentos. “The worst part
about having a mental illness is people expect
you to behave as if you don’t”. 1

El Joker podría considerarse la


personificación del pensamiento de Rousseau,
que afirma que “el ser humano es bueno por
naturaleza y la sociedad lo corrompe”. (Soler
Díez, A. 2020: 46).

Fotograma de la película Joker. Minuto 26:48 segundos.

1
“Lo peor de tener una enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si no la
tuvieras”. Traducción propia.

49
Personaje como rol

Siguiendo la clasificación del personaje como rol, vemos que se trata de un personaje
activo debido a que realiza la acción y se presenta como fuente principal de dicha acción.
Arthur es el protagonista de la película y toda la historia gira entorno a él, por lo que cada
giro que se produce en la narrativa viene motivado por este. Dichas acciones las vemos
en cada una de las decisiones que él mismo toma (como los asesinatos), hablando así de
un personaje autónomo que se mueve por su objetivo y por el daño psicológico que la
sociedad le genera. Al mismo tiempo que el sujeto va avanzando en la historia, modifica
el entorno en el que se mueve, empezando por ser una persona común y rodeada de
algunos amigos del trabajo a presentar su enfermedad agravada y acabar con la vida de
un compañero suyo y de otros ciudadanos. El escenario en el que el espectador se sitúa
en un principio cambia por completo, pues nuestro personaje comienza siendo un
desconocido y marginado a ser un personaje conocido e influyente en dicha sociedad.

Se trata del protagonista de la película, pues la historia gira en torno a él y es el principal


sujeto que realiza la acción en la misma. Esta figura presenta una serie de competencias
exclusivas que vemos en el personaje a analizar; como protagonista cumple:

 Focaliza el relato. A partir de su aparición conocemos su historia, siendo él mismo


el que nos guía gracias a que se hace visible en la mayoría de las escenas de la
película, protagonizando un mayor número de planos con respecto al resto de los
personajes.
 Organiza el relato. Es el que se encuentra en el centro de la acción y protagoniza
el conflicto. Se trata de una película que narra la vida del personaje explicando el
porqué de sus comportamientos, su forma de ser, apariencia, motivaciones y
dificultades para alcanzar su objetivo. En este tipo de películas es más sencillo
comprobar que el sujeto principal es quien organiza el relato ya que no comparte
nivel de importancia con otro personaje, pues no aparece el rol del ayudante en
forma de amor o amistad; al contrario, el ayudante a conseguir su objetivo es él
mismo cuando se disfraza de payaso dando lugar a la figura del Joker.
 Información abundante. El personaje se da a conocer en todos los sentidos, incluso
desvelando la parte más íntima y privada de una persona: su enfermedad mental,
la cual es la base de la historia. Así se convierte en el personaje que más conoce
el espectador.

50
 Es autónomo, pues no depende de nadie para realizar las acciones que le conducen
a su objetivo. Tiene libertad de predisposición para la actividad haciendo uso de
su doble personalidad (Arthur y Joker).
 Funciones exclusivas. Como personaje principal de la historia, protagoniza los
momentos más importantes de la misma, enfrentándose con el antagonista y
apareciendo así en los minutos más tensos, clímax y desenlace. En este caso, el
antagonista no está definido por una sola persona, sino que se trata de la sociedad,
por lo que también protagoniza el enfrentamiento con el antagonista cuando se
revela contra esta y comete los asesinatos y aparece en el reality show donde se
hace viral.
 Identificación. Como personaje entorno al que gira la historia, se presenta
detalladamente en cuando a personalidad, físico y motivaciones, por lo que el
espectador se identifica con él independientemente de la moralidad de sus
acciones gracias a los rasgos que se le atribuyen. El espectador aplaude tanto sus
acciones positivas por ser acordes a lo esperado, como las negativas, pues el
público perdona los errores que pueda cometer gracias a la empatía generada a lo
largo del relato. Es de aquí de donde se parte de la importancia que adquiere el
antihéroe en los relatos actuales, personajes no estereotipados, sino más humanos,
con sus virtudes y defectos.

Sin embargo, el personaje también presenta una parte de villano cuando analizamos sus
acciones. Pues es propio de esta figura reflejar malicia o severidad que moralmente no
puede realizarse en el mundo habitual. Maldad, marginación, falta de ética y moral, ser
rencoroso, infancia marcada o sed de venganza son ciertas particularidades más
frecuentes que presentan los villanos. En ese sentido, nuestro protagonista presenta una
infancia traumática que se ha alargado hasta su presente, pues el ser marginado por la
sociedad, el rechazo de su madre y su enfermedad mental, hacen de él una persona con
sed de venganza que es capaz de cometer acciones violentas propias de una falta de moral
y ética como es el asesinato a sangre fría.

Personaje como actante

La trama se centra en el personaje de Arthur, sus aspiraciones, su enfermedad y problemas


con la sociedad, la cual está plagada de delincuencia y pobreza por la gestión del

51
candidato a la alcaldía encargado de acrecentar la brecha entre ricos y pobres. Esto
desemboca en múltiples manifestaciones y en un recorte de fondos para el servicio social,
que es donde se ve afectado nuestro protagonista ante la necesidad de medicarse. Además
de esta problemática, Arthur sufre diversas agresiones así como pérdidas de cabeza que
le hacen acabar con la vida de varias personas.

Dentro de la estructura narrativa, su principal objetivo es convertirse en cómico, y las


acciones, las cuales hacen referencia a la parte del “operador” dentro del personaje como
actante, son los cambios de personalidad que experimenta (su personaje de Joker) junto
con los asesinatos que comete en la ciudad. (Soler Díez, A. 2020).

Esos asesinatos se comenten en varias escenas, pero destacan dos: la primera se desarrolla
en el metro, donde el protagonista sufre un brote de su enfermedad que es percibido por
tres jóvenes, quienes deciden asestarle golpes y patadas después de haberse burlado de
él; dichos crímenes se comenten con algunos testigos, quedando reflejado en los medios
públicos que el autor iba enmascarado con la careta del payaso guasón. La otra escena es
el clímax de la película, donde este es invitado al programa de televisión El show de
Murray Franklin debido al revuelo que origina en las calles a partir de que la figura del
guasón se vea involucrada en los asesinatos. Los ciudadanos son cómplices y seguidores
de las acciones cometidas por el protagonista. Por este motivo, Arthur aparece en
televisión con el fin de hacer reír a la gente gracias a su fama; pero, al contrario de lo
esperado por los personajes, revela que es él el responsable de los crímenes. Ante la falta
de credibilidad en un principio y las burlas que recibe, en un acto de rabia e ira, saca la
pistola y apunta contra el presentador arrebatándole la vida y mostrando quién es
verdaderamente, lo que hace que el público entre en pánico y corten la emisión en directo.

Asesinatos en el metro. Fotograma Joker. Minuto 33:40 segundos Confusión, arrepentimiento, miedo. Fotograma Joker.
Minuto 33:57 segundos.

52
Asesinato de Murray. Fotograma película Joker. Minuto 1:45:11 Satisfacción, placer. Fotograma película Joker. Minuto 1:45:23

En ambas escenas puede verse claramente cómo el personaje ha cambiado


psicológicamente. En la primera muestra confusión después de haber ejecutado el
asesinato, encontrándose con una doble personalidad a la que le aterra enfrentarse y la
cual le hace huir del lugar corriendo. En cambio, en el segundo asesinato refleja
satisfacción al vengarse de Murray, después de que se mofara de un vídeo suyo. Es
importante destacar que en esta escena, el Joker actúa frente a miles de ciudadanos al
emitirse en directo, además de contar con el público del programa. Ya no se oculta bajo
una careta ni huye del lugar, sino que lo hace disfrutando y dándose a conocer aún más.

Justo antes de cometer el asesinato, nombra unas palabras que hacen justicia a su forma
de actuar y que se viene mencionando a lo largo del proyecto: “Tú eres horrible, Murray.
Poner mis imágenes, invitarme al programa, solo pretendías reírte de mí, eres igual que
todos […] ¿Sabes que es lo que pasa cuando a un enfermo mental, la sociedad, le da de
lado y lo trata como si fuera escoria? Yo te diré lo que pasa, que tienes lo que te mereces,
cabrón”. Acto seguido, dispara y comienza a reírse para después volver a disparar y
dirigirse a cámara. Así, su popularidad vuelve a subir, consiguiendo lo que siempre quiso,
ser considerado por la sociedad.

Elementos comunes con los rasgos del antihéroe

Después de analizar la caracterización del personaje, veremos qué rasgos presenta propios
del antihéroe que reflejamos en el apartado anterior para poder clasificarlo como tal.

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En lo que al físico se refiere hablábamos de que la belleza queda relegada a un segundo
plano para darle mayor importancia a la narrativa, dentro de la cual entra la importancia
de la configuración del personaje así como sus objetivos y dificultades que encuentra a lo
largo de su trayecto en la trama. En el caso de Arthur/Joker, no destaca el físico por su
belleza, altura o cuerpo fornido, sino más bien lo hace por ser demasiado delgado a causa
de la mala vida y consumo de fármacos, una nariz prominente y un rostro pálido marcado
por arrugas y hoyuelos; presenta un aspecto físico común en comparación con el resto de
personajes, pues son la personalidad, la actitud y la evolución personal del mismo lo que
prevalece en esta ocasión.

Fotograma de la película Joker.


Minuto 23:07 segundos
Fotograma de la película Joker. Minuto 15:21 segundos

Su relación con la sociedad está motivada por el rasgo del antihéroe, la búsqueda de su
bienestar particular frente a un bien común. En este caso, el personaje utiliza la
personificación del Joker para conseguir sus objetivos: de pasar de ser desapercibido a
salir en todos los medios de comunicación por cometer dos asesinatos a causa de su
enfermedad. Puede confundirse con la figura del villano, pero este no crea sus propias
normas, sino que su comportamiento se ve influenciado o justificado por experiencias
pasadas y vida que ha llevado marcada por el trauma de la ignorancia y la miseria.

Arthur tras ser golpeado por unos niños. Minuto 3:25 segundos

54
Respecto a los catorce rasgos, identificamos que cumple con la mayor parte de ellos, pues
se trata de una figura que presenta fobias sociales como es la marginación, lo que hace
que su reacción ante la sociedad (la aparición de Joker) haya generado la trama principal
argumental al director. Su forma de actuar es acorde con el modo de ser y su contexto,
llegando incluso a ser el motor de la trama más que el conflicto en sí. Los diversos bailes
que interpreta en solitario son el elemento clave que define la personalidad de este, pues
cada vez que los realiza ha cometido algún hecho imprudente como la primera vez que
dispara. Conforme va avanzando en su lado más oscuro y da forma al Joker, la coreografía
se va volviendo más oscura. Es una forma de denotar su transformación y lo mucho que
la disfruta.

Fotograma de la película Joker. Minuto 35: 51 segundos.

No se presenta al personaje como figura a seguir, sino como encargado de mostrar la


sociedad en la que vive y cómo le afecta, es decir, se trata de una crítica social y de un
toque de atención a la audiencia sobre el tipo de sociedad que rige en la película,
anteponiendo el dinero y las clases sociales altas al bien común. Esta sociedad, se
representa en un escenario real, en la ciudad de Nueva York, aunque es presentada como
Gotham (una ciudad ficticia) para conseguir incidir en el realismo y la empatía sobre el
espectador.

Un rasgo muy importante a la hora de crear al personaje antiheroico es el factor


psicológico, el cual adquiere importancia por facilitarnos el conocer al personaje, sus
comportamientos y su evolución. Este factor es totalmente visible e identificable en la
película a raíz de los problemas que presenta relacionados con la infancia, familia y
enfermedad, así como en su personificación, lo cual, además, le llevará a estar en
constante evolución. Esos problemas, parten de un suceso trágico que le convierten en lo
que actualmente es, otro rasgo más del antihéroe que aparece en el film junto con el
rechazo de la sociedad por la incomprensión. En la película se percibe claramente esa
55
evolución en dos escenas en las que el personaje se encuentra en el mismo escenario de
la ciudad pero con una actitud muy diferente, en una se muestra un ciudadano desgraciado
y esclavizado por el pésimo trato que recibe de la sociedad (imagen izquierda) y en la otra
a un héroe libre y rebosante de felicidad por haber cometido sus venganzas (imagen
derecha).

Fotograma de la película Joker. Minuto 10 Fotograma de la película Joker. Minuto 1:30:50 segundos

El último rasgo que mencionamos en el apartado fue el de la “ironía como canal de


expresión de la rabia y de la impotencia por el contexto social y rechazo de la sociedad”,
el cual es considerado la base de la trama argumental de la película. El protagonista utiliza
la figura del payaso para resolver sus problemas con la sociedad.

Etapas del viaje del antihéroe

Para analizar las etapas del viaje del héroe y ponerlas en contraposición con la figura del
antihéroe para conseguir remarcar la funcionalidad del mismo, vamos a partir de la obra
ya citada El héroe de las mil caras donde el autor explica lo que es el monomito (periplo
o viaje del héroe). Dentro de ese ciclo se distinguen 17 etapas por las que atraviesa el
héroe en su viaje, aunque estas han sido reducidas por Vloger a 12 en El viaje del escritor
(2007) debido a la posible agrupación de algunas etapas que forman parte de un mismo
proceso que puede ser entendido sin llegar a dividirse.

Para realizar esa contraposición entre el héroe y el antihéroe tomaremos la agrupación


que realiza Vloger en su obra y se analizarán las etapas que realiza el héroe pero desde
una perspectiva negativa con el objetivo de mostrar la funcionalidad del antihéroe.
Además, partiremos del análisis de Esteban Cubero que publica en su obra El viaje del
héroe en narraciones actuales (2019) sobre el análisis de la película Joker, con el objetivo

56
de conseguir un enfoque ajustado a la personalidad y forma de actuar de nuestro
personaje.

1. La partida: mundo ordinario.

El mundo ordinario del que parte nuestro protagonista es Gotham, una ciudad en
decadencia invadida por la suciedad y las ratas, la cual atraviesa por el peor momento: la
desigualdad, el desempleo, el crimen y la ruina financiera están a punto de colapsarlo
todo. Este es el contexto en el que se desenvuelve Arthur, un lugar donde el descontento
general de la sociedad se agrava cada vez más. Nuestro personaje es un hombre infeliz
por la marginación que recibe de la sociedad cuando ejerce su trabajo de payaso en una
agencia. Además, tiene un trastorno mental y una risa descontrolada que trata con una
asistente de servicios sociales. A ello, se le suma los cuidados hacia su madre, la cual
padece un trastorno psicológico que hace que dependa de su hijo.

Arthur es la diana perfecta para que todo el mundo se meta con él por su condición
psíquica, agravada por un físico sumamente desgarbado y esquelético. La única razón que
le lleva a levantarse cada día y tener esperanzas es la idea de convertirse en cómico y
hacer reír a los demás.

Cansado de ser el blanco fácil de las burlas y el desprecio, nuestro protagonista busca una
salida desesperadamente.

2. La llamada de la aventura.

En uno de sus días laborales, Arthur se coloca en la calle y empieza a hacer su show. Sin
embargo, un grupo de adolescentes le increpa y le roban el cartel que le proporciona su
empresa para realizar su trabajo. Tras una persecución por intentar recuperarlo, los chicos
se esconden en un callejón para asestarle una paliza. Arthur acaba derrotado moralmente.
(Minuto 1, 36 segundos a minuto 3, 38 segundos).

Después del incidente, el cual llega a los oídos de sus compañeros, uno de ellos le entrega
un arma en el vestuario, a escondidas, para que se defienda siempre que le sea necesario.
Su primera reacción es reírse. (Minuto 16 a minuto 17).

3. Rechazo de la llamada.

Arthur niega del arma que le ha dado su compañero pero la guarda aunque con recelo e
indecisión (Minuto 17, 10 segundos).

57
Acto seguido, el jefe le hace acudir a su despacho para comunicarle un ultimátum si no
entrega el cartel. Él explica el suceso pero no le parece creíble y acaba siendo juzgado y
ninguneado por su jefe con frases hirientes como “no le caes bien a nadie” “todos dicen
que eres raro” “ya me estoy cansando” (Minuto 17, 34 segundos). Tras un golpe más
sobre su persona, se dirige a casa cabizbajo, donde, una vez acomodado en el sofá y
después de ser consciente de su situación empuña el arma por primera vez y dispara a la
pared (Minuto 19, 14 segundos a minuto 23, 12 segundos).

La suelta rápidamente, nunca ha utilizado una y no cree que sea necesario hacer uso de
ella. Él solo quiere seguir trabajando hasta conseguir su objetivo: hacer reír a la gente y
ser el mejor cómico.

4. Encuentro con el mentor.

En una actuación en el hospital infantil donde acude Arthur por parte de su agencia,
comete un fallo y se le cae el arma del pantalón cuando está bailando. Es aquí donde cobra
protagonismo el dueño del arma, pues este mismo hace justicia a la figura del mentor, ya
que le incitó a usar el arma para protegerse de los golpes y burlas de la sociedad. Sin
embargo, dicho personaje también representa una figura negativa en el viaje de Arthur,
ya que además de entregarle el arma acaba delatándole al jefe diciendo que le intentó
comprar un revolver mientras trabajaban juntos. Arthur acaba despedido después de su
número y descubre, gracias al jefe, que el mentor le ha engañado culpándole de una
intención falsa. Su imagen queda aún más dañada, lo que le hace sentir peor persona y
comenzar a enfadarse. (Minuto 28, 32 segundos a minuto 29, 22 segundos).

A raíz de que nuestro protagonista se sienta estafado y engañado por su amigo, decide
utilizar el arma como acto de venganza y dar un giro a su vida, es decir, pasar de ser una
persona ninguneada a llevar el control de todo lo que le rodea (iniciar su viaje al nuevo
mundo en el que es el Joker), aunque eso suponga acciones negativas.

5. Cruce del primer umbral.

Arthur viaja en el metro, de vuelta a casa después de haberle comunicado el despido,


cuando sufre un brote de su risa involuntaria. Tres jóvenes que comparten vagón con él
perciben su comportamiento y le agreden por considerarlo un loco.

Pero Arthur no es el mismo del principio de la historia. Tras su despido y diversas burlas,
su carácter ha cambiado: ahora tiene un arma. Arthur se defiende y dispara a sus agresores

58
acabando con sus vidas. En un primer momento, es consciente de sus actos y se muestra
aturdido, por lo que huye del lugar. (Minuto 30, 33 segundos a minuto 34, 05 segundos).

En el camino de la huida, se esconde en un baño público, lugar donde protagoniza su


primer baile como señal de cruce del umbral hacia la violencia, es decir, manifiesta su
satisfacción por el asesinato cometido (presionado por su situación y condición) a través
de su cuerpo. En este momento, ya hablamos de un antihéroe.

6. Pruebas, aliados y enemigos.

El viaje del antihéroe no es la mejor opción que toma Arthur, ya que no saca la mejor
versión de sí mismo para solucionar los problemas; al contrario, deja ver una parte de él
que no conocía, la cual se deja llevar por el mal, lugar donde se acomodará durante el
resto del viaje en el nuevo mundo. Es en esta etapa cuando se da cuenta de que sus
acciones le hacen sentir libre y querer cometer más reflejándolo con un baile. (Minuto 34,
50 segundos a minuto 36, 13 segundos).

Uno de los principales motivos por los que Arthur inicia el viaje, además de la
marginación y mal trato de la sociedad hacia su persona, es el cierre del programa de
ayudas sociales que le proporcionaba las medicinas junto con la crisis económica por la
que se atraviesa. De esta forma, Arthur esconde su lado humano para sacar a la luz su
peor versión, la que le convierte en el Joker, esa doble personalidad que lucha contra
aquello que él, en el mundo ordinario, era incapaz. (Minuto 40, 05 segundos a minuto 42,
13 segundos).

En esta etapa aparecen más enemigos como Thomas Wayne (alcalde y supuesto padre de
Arthur), Murray (presentador de televisión), los policías que investigan la muerte de los
tres jóvenes en el metro y su propia madre (lo humilla profesionalmente).

7. Acercamiento a la guarida del enemigo.

Tras cometer el crimen, Arthur no siente remordimientos, lo que le hace sentirse una
persona empoderada y capaz de enfrentarse a cualquiera que se le cruce en su camino con
intenciones de dañarle.

En casa, su madre sigue insistiendo en enviarle cartas a Wayne (el cual conoce de primera
mano tras haber trabajado para él en el cuidado de su hogar) con la intención de pedirle
que les saque de la precaria situación en la que se encuentran. Arthur le pregunta el porqué

59
de su insistencia sabiendo que es imposible que atienda su petición con la diferencia social
que ambos presentan frente a él.

Ella acaba confesando a Arthur que Wayne es su padre. Esto provoca que Arthur vaya a
su domicilio para hablar con él y pedirle explicaciones. No consigue hablar con él, sino
con un trabajador al que agrede cuando le dice que su madre estaba enferma de la cabeza
(Minuto 51, 50 segundos a minuto 55, 02 segundos).

Acto seguido, su madre sufre un infarto y acaba siendo hospitalizada. Mientras, Arthur
es interrogado por los asesinatos del metro después de haber sido despedido por portar un
arma. En cambio, el interrogatorio acaba en juicios y burlas por parte de los inspectores
cuando preguntan si su trastorno es real o se trata de una payasa. Un aliciente más que se
suma a los motivos de permanecer en el nuevo mundo. (Minuto 56, 45 segundos a minuto
58, 31 segundos).

Mientras acompaña a su madre en el hospital, enciende el televisor. En pantalla está el


Show de Murray Franklin (reality humorístico), el cual hace público un vídeo de Arthur
en la actuación que realizó en el Club de la Comedia al que acudía en su tiempo libre a
modo de aprendizaje, con la intención de reírse de él al afirmar que “todo el mundo cree
que puede hacer mi trabajo. Tenemos esta grabación del Club de la Comedia, aquí en
Gotham. Van a ver a un tío que cree, que por reírse, ya resulta gracioso. Vean a este
payaso”. Otro aliciente más que le hará convertirse en el Joker. (Minuto 59, 40 segundos
a 1 hora, 01 minutos, 02 segundos).

Más tarde, y ya en casa donde aparece tumbado en la cama desanimado, escucha en el


televisor que la sociedad se ha levantado contra la élite de la ciudad y Thomas Wayne
bajo la máscara de un payaso en honor a los asesinatos cometidos en el metro y a forma
de revelación. Acto seguido se indica que Wayne acudirá a una gala benéfica, lo que le
hace actuar a Arthur. En un momento en el que la rabia y la ira estaban en álgido, recibe
el ánimo de esas imágenes (1 hora, 01 minuto, 20 segundos a 1 hora, 02 minutos, 12
segundos).

Decide colarse en el teatro al que ha acudido Wayne como supuesto trabajador para hablar
con él. Cuando este se levanta para ir al aseo, Arthur aprovecha para seguirle y consigue
su propósito. Sin embargo, tras una acalorada conversación de reproches e insultos, este
le desvela que su madre lo adoptó y que él no es su padre. (1 hora, 05 minutos, 15
segundos a minuto 1 hora, 07 minutos y 11 segundos).

60
8. Prueba difícil o traumática.

Tras la confesión de Wayne, Arthur decide investigar sobre sus orígenes y se dirige al
hospital para preguntar por los papeles del registro. El administrador abre la carpeta y
descubre una información dolorosa, por lo que rápidamente cierra el historial y le niega
el permiso para que dichos papeles salgan del centro ante la falta de autorización de la
responsable. Arthur, insatisfecho con la respuesta, le arranca la carpeta de las manos y
huye del lugar. (1 hora, 10 minutos y 30 segundos a 1 hora, 13 minutos, 35 segundos).

En su huida para no ser cogido, se detiene y busca en los documentos. Descubre que su
madre también presenta problemas mentales, así como que le mintió con respecto a idea
de que Thomas Wayne era su padre, ya que en la carpeta hay guardados los papeles de
adopción. Sin embargo, lo más doloroso para él es cuando tiene conocimiento de que un
antiguo novio de su madre abusó de él sin que esta hiciera nada por protegerle. (1 hora,
13 minutos, 40 segundos a 1 hora, 15 minutos, 41 segundos).

Ya en casa, su estado de ánimo es el de un hombre abatido, golpeado por la vida y por los
que le rodean sin tregua alguna. Lleno de rabia e ira, llega al hospital para hacerle una
visita a su madre. Descarga contra ella todos sus sentimientos culpándola de hacerle creer
que tiene un problema mental causante de su risa y de que ha sido un infeliz toda su vida.
Acto seguido y tras la frase de “antes creía que mi vida era una tragedia, pero ahora veo
que es una puta comedia” acaba con la vida de su madre asfixiándola con la almohada. (1
hora, 20 minutos, 02 segundos a 1 hora, 22 minutos, 11 segundos).

9. Recompensa.

Tras la publicación del vídeo de Arthur en el programa de Murray Franklin, este recibe
una llamada para ser invitado al programa después de conseguir una gran audiencia. Él
accede consiguiendo el sueño de su vida: acudir al programa de televisión de Murray.
Previamente a la cita, protagoniza una escena en la que prepara su momento de entrada y
presentación seguida de un escalofriante momento en el que empuña el arma apuntándola
contra la garganta. (1 hora, 22 minutos, 18 segundos a 1 hora, 24 minutos, 28 segundos).

Cuando se está preparando para su cita en el programa de televisión maquillándose el


rostro en favor a la masificación de la sociedad que se está revelando bajo la máscara del
payaso asesino como emblema, recibe la vista de los que eran sus compañeros de trabajo
en la empresa de payasos porque necesitan la ayuda para cuando los investigadores les

61
pregunten por los asesinatos del metro; pues él ya habló y quería ponerse de acuerdo. (1
hora, 26 minutos, 15 segundos a 1 hora, 27 minutos, 50 segundos).

Uno de ellos es el que representa la figura del mentor, el cual le invitó a convertirse en el
Joker y el que, al mismo tiempo, le mintió. Es por ese motivo que, tras una conversación
entre los tres, Arthur bajo los efectos de su nueva personalidad acaba con la vida del
mentor. Seguidamente, deja salir al otro compañero de su casa sin un rasguño. (1 hora,
27 minutos, 51 segundos 1 hora, 29 minutos, 12 segundos).

10. El camino de vuelta.

De camino al programa y vestido como Joker, protagoniza una serie de escenas en las que
se le ve feliz y bailando. El hecho de acudir a ese plató le permite volver al mundo del
que partió, a su trabajo de payaso pero sin abandonar el nuevo mundo, pues él mismo
solicita que su presentación se haga bajo el nombre de Joker debido a que su lado oscuro
se ha apoderado él. Pasa de ser marginado por la sociedad a realizar una entrada triunfal
al plató mientras el público lo colma de aplausos. (1 hora, 35 minutos, 01 segundos a 1
hora, 38 minutos, 54 segundos).

11. Resurrección del héroe.

Una vez que ya está en plató, el presentador realiza una serie de burlas sobre su persona
para conseguir la risa. Arthur, cansado de actuar y de recibir golpes, confiesa bajo su
actual personalidad que él es el autor de los asesinatos cometidos en el metro. A raíz de
ese momento, el protagonista alza la voz haciendo una crítica y denuncia de la sociedad
en la que vive y su trato hacia su persona. (1 hora, 39 minutos, 33 segundos a 1 hora, 44
minutos, 23 segundos).

En la última evidencia de su evolución a antihéroe, Arthur recrimina al presentador su


trato hacia él cuando hizo público el vídeo bajo una intención de burla, así como ser una
persona con falta de empatía. Enfadado y con rabia, dispara al presentador del programa
acabando con su vida en directo en modo de venganza por haberse reído de él cuando
hizo público un vídeo suyo. (1 hora, 44 minutos, 25 segundos a 1 hora, 45 minutos, 49
segundos).

12. Regreso con el elixir.

Tras el asesinato del presentador, Joker es detenido. De camino a comisaría en el coche


policial, la multitud reunida por el descontento social lo libera. Esa es la recompensa que
62
el antihéroe ha conseguido, generar desorden en la ciudad llegando a un estado de
anarquía con una serie de revueltas y altercados que rompen con la estabilidad y
tranquilidad de Gotham. Acto seguido, el coche policial sufre un golpe por parte de uno
de los ciudadanos que se manifiesta. Ellos mismos son quienes sacan el cuerpo de Joker
del coche, aturdido unos segundos por el golpe, pero que, pronto, consigue recuperarse.
(1 hora, 46 minutos, 35 segundos a 1 hora, 50 minutos, 51 segundos).

La sociedad acaba con los investigadores que perseguían a Arthur así como otra mucha
gente de la alta sociedad en forma de revelación. Los manifestantes son quienes eligen a
Joker como su héroe. En ese momento, Joker protagoniza otro de sus bailes de gloria
mientras es aclamado por todos. (1 hora, 1 hora, 52 minutos, 30 segundos).

63
4. Valoración del personaje
A raíz de la investigación comprobamos que nuestro personaje muestra cierta relación en
lo que a su origen y el desarrollo de la sociedad actual concierne. La industria
cinematográfica que apuesta por la figura del antihéroe como pilar fundamental de sus
narrativas, está motivada por el entorno y por lo que al ser humano le rodea. Cada vez
más, las películas apuestan por las historias basadas en hechos reales o trabajar con
temáticas que pueden darse en cada uno de nosotros, ya sean reflejadas en experiencias o
en casos de los que se tiene conocimiento. Esa tendencia por mostrar la realidad se ve
atraída por el resultado que obtiene, es decir, los directores son conscientes de que una
historia real atrapa al público y lo hace aún más partícipe de lo que está viendo
sintiéndose, incluso, como parte de la misma. Y es que, cuanto más real sea lo que vemos
en pantalla, más fácil será atraer al espectador hacia aquello que, en muchos casos, ya ha
experimentado en la vida real.

Si analizamos la figura de Joker en relación con la sociedad en la que vivimos y, además,


tenemos en cuenta las palabras del director, podemos afirmar que el papel que representa
el personaje es un reflejo de la sociedad en lo que al trato humano y clases sociales se
refiere. No es casualidad que Phillips haya trabajado esta historia en un momento como
este, pues la película es una llamada a la reflexión social y política. En el film hay una
clara brecha entre ricos y pobres representada por: Thomas Wayne, personaje decidido a
iniciar una campaña electoral para optar a la alcaldía representante de clase privilegiada;
y Arthur Fleck, nuestro protagonista, el cual es un aspirante a comediante con problemas
mentales que representa a la clase trabajadora y desfavorecida.

Cabe destacar que desde el principio de la película, el espectador es consciente de que va


a encontrar a un personaje fuera de lo común, es decir, el personaje ya revela parte de su
personalidad y traumas que arrastra. En la primera escena, Arthur aparece frente al espejo
maquillándose el rostro para comenzar su jornada laboral como payaso, es justo en ese
momento cuando el protagonista dirige sus manos hacia su boca para esbozar una mueca
triste seguida de una sonrisa al mismo tiempo que le tiembla los labios y derrama una
lágrima. Se nota cómo hace fuerza para parecer una persona feliz dejando ver cierta rabia
en su acción.

Es importante tener en cuenta que, para conocer al personaje y empatizar con él desde el
primer momento, se debe entender la película como un proceso, pues todo parte de un

64
trastorno psicológico que le lleva a cometer las futuras acciones negativas que aparecen
en la película. El personaje trata de reprimir sus impulsos una vez que le niegan las ayudas
de los servicios sociales, pero es la sociedad quien le hostiga y le hace convertirse en una
persona violenta, siendo así un factor fundamental para entender su viaje. Además de esos
factores que le preparan para afrontar el nuevo mundo ya comentado, surgen otros
factores conocidos como detonantes, es decir, aquellos que le llevan a cometer los
asesinatos (el engaño por parte de su compañero de trabajo, la mentira de su madre, la
ridiculización por parte de su ídolo). Este último engaño es el que hace a Joker sentir un
rechazo aún mayor, dando lugar al asesino en serie que refleja en la película.

Al final de la película es importante recalcar cómo Joker es erigido por la ciudad como
un héroe, y es un hecho a destacar porque nuestro protagonista ha pasado de ser un
ciudadano humillado y que pasaba desapercibido por la sociedad a ser una figura a seguir
y conocido por todos.

De esta forma, Joker acaba encontrando su lugar en el crimen y el delito, un nuevo mundo
que lo aleja de su realidad y que le ayuda a solventar ese rechazo social. Estas ideas nos
recuerdan al concepto de sombra del que habla Carl Jung. En nuestro interior existen unos
impulsos adversos que debemos aceptar y sacar a la luz para sanarlos y proceder a la
sanación, debemos dejarnos llevar por ciertos sentimientos sin sentir miedo por ello. El
perfil psicológico del Joker nos muestra que el personaje no solo deja escapar su sombra,
sino que lejos de sanarla la deja libre.

Los temas sociales de la película no difieren mucho de nuestra realidad y de la que se


vive en muchos países, pues Estados Unidos vive desde hace tiempo una serie de
episodios violentos donde la clase privilegiada ha llegado a atentar contra la
desfavorecida (caso actual de George Floyd); en otros casos, ha sido la clase obrera quien,
por el hartazgo de un sistema democrático motivado por intereses políticos, ha actuado
con revueltas y manifestaciones para poner punto y final a una situación insostenible
(claro ejemplo en la película con las revueltas de Gotham por la falta de higiene y
recortes). Si lo comparamos con el sistema de nuestro país, la situación socioeconómica
no es positiva, lo que ha generado y genera descontento entre la ciudadanía que queda
reflejado en más manifestaciones. “En 2018, una de cada tres manifestaciones en España
tenía una motivación laboral (10.946); las manifestaciones contra medidas políticas y
legislativas son las segundas más numerosas durante todo el año (5.152)” (Europa Press,
2019).
65
El personaje de Joker no solo cuestiona la sociedad, sino que va más allá, cobrando vidas
como venganza de aquellos que abusaron de él de una forma u otra. Ese cuestionamiento
a la sociedad se ve reflejado en algunas frases de la película que reproduce nuestro
personaje como son:

 “¿Has visto cómo está la cosa ahí afuera, Murray? ¿Sales alguna vez del plató?
Todos van por ahí gritándose, chillándose. ¡Ya no hay gente civilizada! Nadie es
capaz de ponerse en el lugar del otro. ¿Crees que los hombres como Thomas
Wayne se han puesto alguna vez en el lugar de alguien como yo? ¿En el lugar de
alguien que no sean ellos mismos? No. ¡Se creen que vamos a quedarnos de brazos
cruzados y callarnos como pánfilos! ¡Que nunca va a salir la bestia que llevamos
dentro!” (1 hora, 43 minutos, 33 segundos).
 “Durante toda mi vida, no sabía si realmente existía. Pero yo sí, y la gente
comienza a darse cuenta” (Minuto 41, 08 segundos).
 “No quiero nada de ti. Tal vez un poco de calidez, tal vez un abrazo papá, tal vez
un poco de decencia común” (1 hora, 06 minutos, 32 segundos).

En estas frases puede verse cómo Joker critica a una sociedad egoísta y narcisista, donde
no existe la empatía ni el bienestar social. También exterioriza sus sentimientos y
carencias emocionales cuando pide cariño a un padre que abusó de él o cuando es cociente
de la marginación que sufre por parte de la sociedad.

La película es una invitación a la reflexión de ciertos temas sociales como políticos,


poniendo en el punto de mira la mala praxis del Estado, el cual paga las consecuencias de
limitar su acción pública cuando el pueblo se levanta, explotándole la dinamita en la cara
(en el caso de la película con los asesinatos del guasón y el apoyo de la ciudadanía).

Para concluir con la valoración del personaje y tomando los rasgos antiheroicos que lo
definen esquematizados en la tabla de este apartado y las etapas del viaje del héroe, a
continuación se muestra un resumen del mismo para comprobar, a simple vista, que
cumple con cada uno de los elementos propios de dicha figura:

CATEGORÍAS ANÁLISIS

Rasgos físicos y estética Apariencia:


 Arthur: Estatura media, hombre muy
delgado con una nariz prominente. Tiene
una cicatriz de nariz a boca. Rostro pálido

66
y con arrugas, pelo castaño. El vestuario
que utiliza es de tonos apagados y simples.
 Joker: Vestuario de colores más vivos, el
rostro pintado como un payaso y el pelo
color verde.
Psicología del personaje Carácter, humor, enfermedades, personalidad,
evolución del personaje dentro de la trama.
 Arthur: Persona tímida, reservada, con
temor, sincero. Permanece en el
anonimato. Enfermedad pseudobulbar que
produce una risa involuntaria. Trastorno
de personalidad antisocial que le lleva a no
adaptarse a las normas sociales y a
presentar dificultades a la hora de
relacionarse.
 Joker: Persona narcisista, anárquico,
valiente. Vengador sin escrúpulos
motivado por traumas y malos tratos. Pasa
a ser conocido y secundado por la
población.
Personaje como rol Personaje activo y protagonista:
 Focaliza el relato, lo organiza, muestra
información abundante sobre su historia y
persona, es autónomo, funciones
exclusivas como protagonista y sobre el
que gira la trama.
Personaje como actante Posición del personaje dentro de la estructura
narrativa y su objetivo.
 Su principal objetivo es convertirse en
cómico.
 Las acciones dentro del personaje como
actante son los cambios de personalidad
que experimenta junto con los asesinatos.
Rasgos propios del antihéroe  Belleza relegada a un segundo plano.
 Búsqueda de su bienestar particular frente
a un bien común.
 Comportamiento justificado por
experiencias pasadas.
 Fobias sociales  la marginación.
 Forma de actuar es acorde con el modo de
ser y su contexto  bailes.
 Personaje encargado de mostrar la
sociedad en la que vive y cómo le afecta;
no modelo a seguir.
 Rasgos psicológicos bien definidos
(traumas, personalidad, acciones).
El viaje del héroe desde una  La partida: mundo ordinario
perspectiva negativa.

67
o Cansado de ser el blanco fácil de
las burlas y el desprecio busca una
salida desesperadamente.
 La llamada a la aventura
o Tras una paliza callejera, el
incidente llega a oídos de sus
compañeros al día siguiente. Uno
de ellos le entrega un arma para
que se defienda.
 Rechazo de la llamada.
o Arthur niega del arma que le ha
dado su compañero pero la guarda.
 Encuentro con el mentor.
o A Arthur se le cae el arma que le
dio su compañero de trabajo en
una actuación en el hospital
infantil.
o El mentor le delata al jefe
asegurando que a él le intentó
comprar un arma.
o El protagonista acaba despedido y
siendo conocedor del engaño por
parte del que era su compañero.
 Cruce del primer umbral.
o En el metro y de camino a casa,
Arthur es increpado por tres
jóvenes que acaban agrediéndole
por su comportamiento a causa de
su trastorno.
o Este se defiende y dispara a sus
agresores acabando con sus vidas.
 Pruebas, aliados y enemigos.
o Sus malas acciones le hacen sentir
libre.
o El cierre del programa de ayudas
sociales que le facilitaba los
medicamentos da pie a comenzar
su viaje al nuevo mundo.
o Encuentra a más enemigos como
Thomas Wayne, Murray o los
policías/investigadores de los
asesinatos.
 Acercamiento a la guarida del enemigo.
o Arthur descubre que no presenta
remordimientos al ejercer la
violencia.
o Su madre le confiesa que Thomas
Wayne es su padre.
o Esta sufre un infarto y es ingresada
en el hospital. En ese trance,

68
Arthur es interrogado por los
investigadores de los asesinatos y
acaban burlándose de su
enfermedad.
o En la habitación del hospital,
Arthur ve el programa de Murray
donde el presentador filtra un
vídeo suyo para reírse de él.
 Prueba difícil o traumática.
o Descubre que su madre también
presenta problemas mentales y que
es un niño adoptado.
o Lleno de rabia e ira, va al hospital
para hacerle una visita a su madre
y acaba con la vida de ella.
 Recompensa.
o Llamada para ser invitado al
programa de Murray Franklin.
o Asesinato del mentor.
 El camino de vuelta.
o De camino al programa y vestido
como Joker, revive su experiencia
cuando vivía en el mundo del que
partió, aunque sin abandonar el
nuevo mundo, pues él mismo
solicita que su presentación se
haga bajo el nombre de Joker.
 Resurrección del héroe.
o Arthur confiesa bajo su actual y
sombría personalidad que él es el
responsable de los asesinatos del
metro. Este recrimina al
presentador su trato hacia él y
acaba con su vida en directo.
 Regreso con el elixir.
o Tras el asesinato del presentador,
es detenido. Su acción ha causado
el caos en la ciudad. De camino a
comisaría en el coche policial, los
ciudadanos lo rescatan. Los
manifestantes acaban señalando a
Joker como su ídolo.

En conclusión, a diferencia del héroe, el cual consigue su objetivo por el bien común y
de forma lícita, el antihéroe lo hace a través de malas acciones y por su beneficio propio.

69
5. Conclusión
En el mundo cinematográfico actual sigue habiendo sitio para el héroe popular, sin
embargo el protagonismo le ha sido arrebatado por el héroe moderno: el antihéroe.
Asistimos así a una gran cantidad de películas donde se muestran arquetipos anti-heroicos
que se van convirtiendo en la regla y la norma dando lugar a estereotipos para el público.
Los directores deciden trabajar con obras donde no hay ni un solo acontecimiento fuera
de lo realista como es, en el caso de nuestra película, el activismo social, la acusación
contra el sistema de recortes, la marginación o el acoso. Gracias a este tipo de conflictos,
el público es capaz de conocer realmente al personaje y a empatizar con él como nunca
lo haría si se tratara de una persona de carne y hueso pero, ¿por qué? Simplemente porque
lo conoce. En el caso del Joker, el hecho de que los recortes en las ayudas sociales le
impidan tomar su medicación necesaria para combatir su enfermedad, es un ejemplo más
que hace que el público se sienta identificado después de haber atravesado crisis
económicas y sociales. Esto les lleva a comprender su actuación después de ser
conocedores de que si no se cuidan las bases de la sociedad, estas se sublevarán contra el
Estado.

Estos tipos de conflictos internos que vive una persona en el mundo real no se dan a
conocer con una perspectiva de enfoque tan profunda, pues incluso, quedan en el
anonimato. Es gracias a este personaje que se puede ver aquello que muchos medios
ocultan. El cine de Hollywood apuesta por esta figura y consigue que permanezca latente
desde los años 60 dejando atrás a su antecesor que se pierde en el ocaso.

Actualmente el mundo está lleno de crueldad y malas intenciones, por lo que es lógico
que cada vez más aparezcan personas egoístas dispuestas a actuar contra todos y contra
todo con el fin de enderezar su vida y velar por su bien personal. Sin embargo, no toda
persona es capaz de actuar en contra de las normas cívicas y morales, y es por eso que
quien se envalentona a hacerlo destaca, convirtiéndose en el centro de atención, crítica y
odio. Por ello, el antihéroe no es más que el reflejo de aquellas personas que, en nuestro
día a día, no queremos a nuestro lado por su comportamiento, pero que en ficción
adoramos y no es nada más que por el motivo anteriormente indicado: los conocemos y
pasamos horas prestándoles atención y comprendiendo cada uno de sus actos. Tienen
problemas y traumas como cada uno de nosotros podría tener y es eso lo que le hace
triunfar, pues apenas se diferencian de nosotros, únicamente lo hacen en la forma de

70
resolver el problema, pero partimos del mismo conflicto. Estos personajes no son buenos
ni malos, sino auténticos.

La creciente popularidad de este personaje está más que justificada, pues es el claro reflejo
del mundo en decadencia en el que vivimos y de la apuesta por él por parte del espectador,
siendo evidente su evolución narrativa respecto a los héroes tradicionales. A día de hoy,
surge la paradoja de que lo feo, lo detestable, lo malvado o lo desagradable resulta bello
si están estéticamente logrado y acertadamente construido en su profundidad.

71
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