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Terapias alternativas en el tratamiento del dolor

Acosta Buelvas Vanessa

Diaz Mercado Yeselis Cecilia

Escobar Ruiz Yoryanis

Esquivel Guerra Marcela Andrea

Salcedo Martínez José Alberto

Ruiz Medina Sofia Andrea

Doc. Keiby Barreto

Corporación Universitaria Antonio José De Sucre

Programa De Fisioterapia

ciencias de la salud

Sincelejo-Sucre
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Terapias alternativas en el tratamiento del dolor

El dolor es una sensación universal, caracterizada por ser subjetiva, la Asociación

Internacional para el estudio del dolor (IASP) define dolor como “una experiencia

sensorial y emocional desagradable, asociada con daño tisular real o potencial, o una

sensación descrita de forma similar”, siendo crónico aquel que dura más de tres meses

y ha sido descrito como una enfermedad del cerebro, debido a los cambios

significativos en la función, anatomía y en la química, que producen alteraciones

fisiopatológicas en las rutas del dolor. El dolor crónico se considera un problema de

salud pública por su magnitud, por las implicaciones que tiene en la calidad de vida de

las personas debido al sufrimiento que genera e incapacidades laborales, y por su

impacto en los sistemas de salud. Se estima que, en el mundo, el 20 % de los adultos

lo sufre y otro 10 % son diagnosticados por primera vez cada año.

La medicina complementaria alternativa (CAM) se define “como el diagnóstico,

tratamiento y/o prevención que complementa la medicina convencional contribuyendo

de una manera integral a satisfacer demandas que no atienden los tratamientos

ortodoxos”. Los principales tipos de CAM son: terapias manuales (quiropráctica,

acupuntura, masajes), terapias orales (medicina herbal, homeopatía), terapia cuerpo y

mente (meditación, relajación, hipnosis), terapias basadas en movimiento (como el Tai

chi) y terapias de apoyo (grupos de apoyo y consejería).

Por otro lado, sabemos que la percepción del dolor es el resultado de varios

mecanismos dinámicos pertenecientes al sistema nervioso central (SNC) y al sistema

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nervioso periférico (SNP) que inhiben o facilitan estímulos y respuestas nocivas. Se

han propuesto diversas teorías desde que Head y Holmes plantearon la existencia de

un sistema inhibidor del dolor corticotalámico en 1911, pasando por el control

supraespinal propuesto por Hagbard y Kerren 1954 y la clásica "teoría de la puerta" de

Melzack y Wall en 1965. Explicar los mecanismos que activan los organismos para

suprimir o potenciar los estímulos dolorosos (Arbaiza, 2005). La importancia de estos

mecanismos está en la experiencia del dolor, que depende de la regulación dinámica

de los circuitos del sistema nervioso. Esto ayuda a comprender las diferencias

observadas en la experiencia del peligro entre individuos (Chichorro et al., 2017). La

modulación nociceptiva es el proceso mediante el cual las señales de dolor se

modifican en todo el sistema nervioso para proporcionar un control facilitador o

nociceptivo y un control inhibitorio o anti nociceptivo. La modulación inhibitoria es

de naturaleza centrífuga y descendente y contiene de 100 a 1000 neuronas más que la

modulación facilitadora. Su acción altamente coordinada permite que el sistema logre

un equilibrio entre diferentes estímulos perceptivos. La modulación del dolor

comienza a nivel de las terminaciones nerviosas libres en el sistema nervioso común

de Panax notoginseng, sin embargo, el mayor poder modulador estará en el sistema

nervioso central. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue proporcionar una revisión

de la literatura sobre los mecanismos de neuro modulación central del dolor. Según la

real academia española (RAE), el dolor se define como: “Sensación molesta y

aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior”.

La Asociación Internacional para el estudio del dolor (IASP) define dolor como “una

experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con daño tisular real o

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potencial, o una sensación descrita de forma similar” , siendo crónico aquella que dura

más de tres meses y ha sido descrita como una enfermedad del cerebro, debido a los

cambios significativos en la función, anatomía y en la química, que producen

alteraciones fisiopatológicas en las rutas del dolor. Ahora bien, en este sentido, las

nuevas tecnologías y los avances científicos han sido prioritarios para contrarrestar

de manera positiva el desenfreno en las terapias que incluyen alternatividades como

medio para sobrellevar a pacientes con carácter especial crónico.

Las distintas asociaciones internacionales y nacionales han librado de manera estricta

mecanismos que constriñan nuevas políticas inferenciales que posibiliten el uso de

mecanismos y métodos que alternen significativamente el uso y la eficacia de

procedimientos para obtener resultados positivos. Según algunas conclusiones

significativas, las intervenciones que basaron su metodología a tratamientos

alternativos como uso particular, mostro avances que manifestaron la utilidad del

tratamiento del dolor crónico, destacando el papel que la relajación puede desempeñar

a distintos niveles. En acotación a esto, las proyecciones de estas conclusiones

desempeñaron un papel fundamental en la trascendencia de estos sistemas como

medio combativo en la terapia del suplicio.

Ahora bien, las presentes investigaciones en el Centro de Rehabilitación Integral de

la Asociación de Protección al Paralítico Cerebral (A.P.PA.CE.) en la ciudad del

salvador de Jujuy logro proyectar que las funciones que alternan métodos para tratar

dichas aflicciones, son eficaces en la medida en que el tratamiento médico adecuado

para paliar su dolor siendo la más predominante la terapia basada en “extractos o

fracciones”, es funcional para dosificar en las mejores medidas la no intensificación

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del dolor en los pacientes crónicos. Por lo que las “Prácticas de manipulación basadas

en el Cuerpo” fueron notadas como poco apoyadas por los altos costos que esta

representa. En este sentido, la alternativa del yoga como priorización muestra

incidencialidad en las prácticas constructivistas de estos tratamientos.

Por otra parte, la Asociación Internacional para el estudio del dolor (IASP) define dolor como

una “experiencia sensorial o emocional desagradable de daño tisular real o potencial” El dolor

crónico es aquel que dura más de 3 meses y ha sido catalogado como una enfermedad del

cerebro, debido a los cambios significativos en la función, anatomía y en la química, que

producen alteraciones fisiopatológicas en las rutas del dolor.

Debido a su asociación con la gran mayoría de las enfermedades, la terapia del dolor

se desarrolla de manera paralela al tratamiento de la enfermedad a la que se encuentre

asociado. No obstante, el dolor crónico se puede asociar con fracaso terapéutico y con

complicaciones como desórdenes del sueño, pérdida del apetito, fatiga crónica,

dependencia a las drogas, estrés y depresión.

En los últimos años se ha podido evidenciar que existen mecanismos genéticos los

cuales se encuentran dentro de este fenómeno, esto varía entre un ser humano y otro

donde cada percepción del dolor es marcadamente diferente, la respuesta analgésica y

el riesgo de desarrollar síndrome del dolor.

El enfoque clínico de muchas patologías crónicas se ha enfocado en disminuir los

síntomas y los signos dentro de los cuales se encuentra el dolor. Dónde se ha usado

diferentes terapias como psicoterapia, rehabilitación y tradicionalmente la

farmacoterapia analgésica. Médicos e investigadores han llegado a concluir que

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muchos que en muchos casos el dolor crónico es resultado de la enfermedad

neurológica. El dolor como fenómeno patológico se ha constituido a través de la

historia como un problema de salud pública.

El dolor es un problema que se conoce desde el principio de los tiempos. y se abordó

desde diferentes perspectivas, considerando su contexto social, políticas, biológicas y

culturales. (Baños y Bosch, citado en García J. Manejo Fundamentos del dolor agudo

y crónico, 2017).

Así lo hace la Sociedad Argentina de Investigación del Dolor, 2010 una entidad

nacional que agrupa a todos los profesionales interesados un problema Utilizan

campañas de información para informar al público. El tratamiento varió a través de

varios enfoques de farmacología, fisioquinesiterapia, psicoterapia, intervención

percutánea y neuro modulación.

Un estudio (González-Rendon et al. Manejo del dolor crónico y limitaciones en la

vida diaria, 2007) informó que el dolor crónico tiene un efecto devastador y es el

resultado de la aparición de la enfermedad o podría ser una causa continua, como la

artritis. Muchos de estos pacientes sufren dolor crónico en silencio sin diagnóstico ni

tratamiento adecuado para mitigarlo. 70 por índice de manejo del dolor los

participantes del estudio recibieron un tratamiento inadecuado, el fármaco de elección

fue el diclofenaco y 49 participantes lo usaron terapias alternativas como hierbas,

fisioterapia y acupuntura. Quienes, según las investigaciones, utilizan estos

tratamientos adultos mayores de 50 años en Australia (Gallego González et al. Use of

Terapias alternativas, Desafíos actuales en el manejo del dolor, 2014), datos

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informaron que un porcentaje consultó a un médico de medicina complementaria y

alternativa por dolor o afecciones musculoesqueléticas y depresión El mismo estudio

informa que los padres en Alemania usaron estos remedios con sus hijos, donde la

homeopatía es la más común. hierbas medicinales, medicina antroposofía, preparados

vitamínicos y acupuntura. Las principales razones de uso fueron para fortalecer el

sistema. estabilización inmunológica y física para mejorar las posibilidades de

curación y mantenimiento de la salud.

Como conclusión podemos decir que el dolor es una condición que afecta a los seres

humanos a nivel mundial, esta una señal que proporciona el cuerpo para decirnos que

algo está mal a nivel de nuestras estructuras morfológicas. Este no distingue de sexo,

edad o género y cada individuo lo percibe de una manera diferente, está afección se

debe tratar de manera integral ya que afecta todas las dimensiones del ser humano, el

estado de ánimo, la composición corporal, las relaciones interpersonales y la

productividad laboral. Desde sus inicios el dolor ha tenido un tratamiento

farmacológico, lo cual trae graves consecuencias en el ser humano, dependencia a

ciertos fármacos, uso inadecuado, intoxicación, problemas nerviosos,

gastrointestinales y en los casos más extremos la muerte.

Por ello las terapias alternativas en el manejo del dolor son de gran utilidad, ya que

estas brindan una mejor atención y recuperación del paciente, pues así no se

implementa el uso de fármacos si no que se interviene de manera natural, obteniendo

como resultado una mejoría mas eficaz.

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Referencias bibliográficas

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