PSticoml Husae
PSticoml Husae
PSticoml Husae
AREQUIPA – PERÚ
2021
i
DEDICATORIA
Elizabeth
AGRADECIMIENTOS
investigación.
PRESENTACIÓN
COMUNICACIÓN
análisis en función del sexo y edad”, el mismo que tras su dictamen favorable, nos permitirá
Que, habiéndose cumplido con las normas y reglamentos de grados y títulos académicos
Bachilleres:
RESUMEN
los datos se usó el cuestionario de agresión reactiva y proactiva (RPQ) y una ficha
sexo, del mismo modo no existe relación estadísticamente significativa en función a la edad
ABSTRACT
The present research aimed to determine if there are differences in the levels of reactive
and proactive aggression in adolescents based on sex and age. The research is framed within
design; The sample consisted of 346 adolescents of both sexes, selected through an intentional
non-probability sampling. For data collection, the reactive and proactive aggression
questionnaire (RPQ) and a sociodemographic record were used. The results obtained show that
there are no statistically significant differences (p> .005) between reactive and proactive
aggression based on sex, in the same way there is no statistically significant relationship based
on age (p> .005), concluding that reactive and proactive aggressive behaviors are present in the
same way in both men and women, also at any age in adolescence.
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA ....................................................................................................................................... i
AGRADECIMIENTOS............................................................................................................................ii
PRESENTACIÓN ...................................................................................................................................iii
RESUMEN .............................................................................................................................................. iv
ABSTRACT .............................................................................................................................................v
ÍNDICE GENERAL ................................................................................................................................ vi
ÍNDICE DE TABLAS........................................................................................................................... viii
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................. ix
CAPÍTULO I ........................................................................................................................................... 1
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ..................................................................................................... 1
1.1. Planteamiento del problema ............................................................................................................. 1
1.2. Objetivos .......................................................................................................................................... 5
1.2.1. Objetivos generales................................................................................................................ 5
1.2.2. Objetivos Específicos ............................................................................................................ 5
1.3. Hipótesis ........................................................................................................................................... 5
1.4. Importancia del estudio .................................................................................................................... 6
1.5. Definición de Términos .................................................................................................................... 7
1.5.1. Conducta agresiva ......................................................................................................................... 7
A. Conducta agresiva reactiva ........................................................................................................... 7
B. Conducta agresiva proactiva ......................................................................................................... 7
1.6. Operacionalización de las Variables e indicadores .......................................................................... 8
1.7. Limitaciones del estudio ................................................................................................................... 9
CAPÍTULO II ....................................................................................................................................... 10
REVISIÓN DE LA LITERATURA...................................................................................................... 10
2.1. Antecedentes de la investigación.................................................................................................... 10
2.1.1. Antecedentes internacionales............................................................................................... 10
2.1.2. Antecedentes Nacionales ..................................................................................................... 13
2.1.3. Antecedentes Regionales ..................................................................................................... 15
2.2.Teorías y Modelos Explicativos de la Conducta Agresiva .............................................................. 16
2.2.1. Modelo del procesamiento la información social .............................................................. 16
2.2.2. Modelo de la frustración agresión de Dollard, Miller, Doob, Mowerer & Sears. ............. 25
2.2.3. Modelo del sesgo atribucional hostil. ................................................................................ 29
vii
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 5: Análisis Univariado, t de Student para muestra independientes para comparar la conducta
Tabla 6 :Análisis Univariado, prueba de ANOVA de un factor para comparar la conducta agresiva
Tabla 7 : Niveles de la conducta agresiva reactiva y proactiva según sexo y edad .............................. 68
ix
INTRODUCCIÓN
Las conductas agresivas son un problema de salud pública que vienen causando
sobre todo cuando las consecuencias son graves y destructivas. La mayor preocupación radica
individuo, como interpretaciones erróneas de su entorno (Crick y Dodge, 1994); facilitando así
relaciones sociales deficientes, rechazo entre pares, bajo rendimiento escolar, deserción
vandalismo, delincuencia y agresión sexual, entre otros; que podrían estar ligadas con patrones
Por tanto, para comprender la conducta agresiva en los adolescentes es conveniente ver
este proceso complejo por el que atraviesa el ser humano desde la perspectiva de cambios
biológicos, psicológicos y sociales, sin dejar de lado los factores cognitivos que representan
patrones habituales de la cognición que subyacen a la agresión (Slaby y Guerra, 1988), como
los motivos y mecanismos cognitivos que impulsan a los adolescentes a realizar conductas
intenciones de sus pares (Jaramillo et al., 2008), por ejemplo cuando se interpreta como hostil
una provocación (Dodge y Coie, 1987) o cuando se guía la agresión para obtener objetivos o
metas particulares.
Con respecto a las deficiencias cognitivas estas se relacionarían con aspectos internos
del individuo como experiencia de vida con violencia, arrebatos de ira, escases de conductas
x
crianza deficiente, mala gestión de las emociones por parte de los padres, que incide
colaboradores es notable para la comprensión del déficit en la cognición social que finalmente
produce una conducta agresiva. Así, el modelo explica la relación del procesamiento de la
información social con la agresión reactiva y proactiva basada en una serie de pasos, donde
cada paso es una opción para una respuesta competente; Sin embargo, los fallos en la
codificación e interpretación dirigen a conductas agresivas reactivas, mientras que los fallos en
un instrumento válido y confiable para conocer los tipos de agresión asociados a diversos
destacar que el análisis factorial del cuestionario indica un ajuste significativo y ventajoso que
nos permite diferenciar los subtipos de agresión reactiva y proactiva en función a las variables
En tal sentido, la disparidad que nos permite el cuestionario entre la agresión reactiva y
proactiva representa un valor promisorio para entender el camino causante (Crick y Dodge,
1996) y conocer como las cogniciones, distorsiones cognitivas y los déficits en algunos de los
cinco pasos del procesamiento de la información social, se asocian con las conductas agresivas
Por ello la ejecución de este estudio permitió evidenciar las acciones repetitivas que
dañan y destruyen la tranquilidad de las personas. Por lo cual fue imprescindible realizar esta
investigación para conocer a fondo la problemática a fin de prevenir, reducir y modificar ideas
xi
sobre el uso de la agresión, por medio de programas eficaces diseñados y adecuados a nuestro
contexto.
las que se sustentan el estudio y los conceptos relacionados con la conducta agresiva.
como: el tipo, método, diseño, población y muestra, los instrumentos y técnicas utilizados para
bibliografía y anexos.
agresivas.
1
CAPÍTULO I
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
algunos problemas muy complejos como son: los trastornos emocionales, consumo de drogas
y trastornos de personalidad. Según Beck (2003) los agresores antes que expresen enfado o
acciones hostiles, suelen construir previamente en su mente las peleas en las que se involucran,
se expresan en voz alta, para luego realizar acciones violentas, por eso se debe analizar qué
piensa el agresor cuando se enfrenta a situaciones negativas y qué siente cuando cree que ha
con el comportamiento de los padres quienes al interactuar con los hijos evidencian su
capacidad para manejar experiencias emocionales negativas, pero si la gestión que tienen los
verificaron que los niños imitan la conducta modelo de los padres, peor aún si estas figuras
significativas otorgan una valoración positiva a la agresión, puede consolidarse como un patrón
2
habitual de comportamiento, por lo que, si los niños observan conductas agresivas tienden a
una situación social, al analizar la situación utilizan como marco de referencia las experiencias
de sus actos y ante una situación ambigua la interpretan como una amenaza (Crick y Dodge,
1994); por lo mismo, se generan soluciones impulsivas o destructivas que procesan deseos de
dominancia, poder o venganza, porque se valora estas conductas se forma positiva, además,
piensan que obtienen un concepto positivo de sí mismo y mejor interacción con sus iguales
(Pakaslahti, 2000), Pero cuando las personas perciben que pierden dominio, influencia o
prestigio en una relación, sienten la necesidad de contraatacar para recuperar su estatus (Beck,
2003).
emocionales que se dan en una interacción comunitaria del hombre como ser social (Millana et
al., 2006) a través de diferentes acciones destructivas que ocasionan el deterioro de las
(Deffenbacher, 1993; Del Vecchio y O`Leary, 2004; Norlander y Ecckhardt, 2005). Así,
agresiva como tener una meta, por ejemplo golpear a un niño para que deje de mentir o cuando
propone analizar la conducta agresiva desde el punto de vista motivacional, destacando como
Algunos estudiosos del tema consideran que ambos tipos de agresión se asocian, con
consecuencias negativas distintas a largo plazo (Fite et al. 2012; Vitaro et al., 2011), por eso,
analizar cada una de ellas facilita una mejor compresión del carácter intencional de la agresión.
Según Bandura (1973) la agresión proactiva se aprende y es reforzada, tiene una emoción
daña a no a los demás, justificando la agresión como un medio eficaz para lograr dominar y
controlar a los demás; Por ejemplo, un adolescente que empuja a otro compañero
experimentar una crianza inconsistente, junto a una mala regulación del comportamiento como
el miedo y la ira hacia una amenaza percibida (Dodge, 1991; Cooley y Fite, 2016), baja
responder ante estímulos emocionales amenazantes (Marsee y Frick, 2007; Vitaro, et al., 2002),
son patrones comunes pero luego de haber actuado y dañado a las personas, parecen valorar
agresión defensiva o también llamada reactiva ser provocada por una persona considerada hostil
(Crick y Dodge, 1996; Dodge y Coie, 1987), por ejemplo, un adolescente que se enoja después
agresión física , es decir, empuja al compañero; la utilización de este tipo de agresión provoca
que con el tiempo niños y adolescentes sean victimizados y rechazados (Hubbard et al., 2002).
conductas agresivas y violencia en los adolescentes, Según la OMS (2016) las conductas
agresivas son un problema frecuente de salud pública, que se manifiestan desde riñas, peleas,
intimidación, homicidio, violencia sexual y lesiones físicas graves; y muestra que los varones
son más propensos a actuar agresivamente en comparación con las mujeres. Al respecto el
escuela, en edades comprendidas de 12 a 17 años, donde el 68,5% del total sufrió violencia
Por otro lado, es importante hacer énfasis en las consecuencias que acarrean las
conductas agresivas en el futuro de los adolescentes, por ejemplo llevarlos a cometer actos
delictivos (Vitaro et al., 1988). En ese sentido, el Poder Judicial del Perú [PJ, 2018] informó
que los adolescentes infractores de la ley de acuerdo al sexo un 6.01 % de la población total
son mujeres; el 93.99% de la población total infractora son varones. En relación a la edad el
por último el 23.78% con 18 años. Por otro lado, Kempes et al., (2005) sostiene que la agresión
reactiva comenzaría a una edad mucho más joven en comparación con la agresión proactiva.
Por tanto, conocer las conductas agresivas en función a la edad y el sexo es relevante y
entre la conducta agresiva de ambos tipos (reactiva y proactiva) demostrando que los hombres
presentan mayores conductas agresivas reactivas y proactivas que las mujeres. Otros estudios
como el de Fares et al., (2012), encontraron mayor presencia de conductas agresivas tanto
reactivas y proactivas en los hombres; al respecto, Slaby y Guerra (1988) sostienen que estos
resultados se deberían a la menor habilidad que podrían tener los hombres para resolver
conflictos y por ello se apoyan en este tipo de agresión. En esa mismas línea, Andreu et al.,
(2010) afirmó que los adolescentes que se ven involucrados en actos de agresión reactiva y
(2019) donde las conductas agresivas se presentarían a mayores niveles de ansiedad severa con
5
agresión reactiva y además Gázquez et al., (2016) encontró que el consumo de drogas en los
adolescentes está relacionado con las conductas agresivas tanto reactivas como proactivas.
Por consiguiente, los hallazgos muestran que ambos tipos de conducta, son
de conducta agresiva permite un análisis minucioso de la problemática en esta etapa; por tanto,
1.2. Objetivos
sexo y edad.
1.3. Hipótesis
Hi: Los varones presentan altos niveles de conductas agresivas proactiva, mientras que las
sociedad (familia, barrio, escuela y grupos); que pueden desencadenar problemas con la
delincuencia, consumo de drogas, abuso sexual y crímenes. Ante la variedad de estos actos
intencionalmente para ocasionar daños físicos y/o psicológicos hacia quienes perciben como
“enemigos”.
Es innegable que, en el transcurso del desarrollo, algunas personas son más propensas
a llevar a cabo actos destructivos o que se encuentren motivados a soluciones inmediatas, pero
que, en la elección de las estrategias, no logran valorar las consecuencias de sus actos y pueden
perpetuar daño y dolor a los demás. Precisamente, la edad de mayor riesgo es la adolescencia
sociológico y psicológico, sin embargo, a pesar de todos los aportes y programas que se han
desarrollado a nivel familiar, como terapias grupales, técnicas de habilidades sociales y control
de la ira en nuestras interacciones sociales, día a día se evidencian agresiones cada vez más
Por ello, identificar las conductas agresivas y precisar si existen diferencias entre la edad
y sexo permite focalizar mejor los programas preventivos y adaptarlos a las características
proactiva, no existen diferencia entre edad y sexo (Medina et al., 2020) otros estudios refieren
que si existen diferencias entre hombres y mujeres en la agresión reactiva pero no existen
diferencia con la agresión proactiva (Andreu et al., 2011; Quezada, 2020) este mismo estudio
7
consideró que no hay diferencia con la edad. En otros estudios encontraron mayores niveles de
agresión proactiva en los varones (Gázquez, et al., 2016; Sánchez et al., 2011).
considera necesario conocer en qué medida se encuentran este tipo de conductas agresivas en
los adolescentes de 12 a 17 años y si existen diferencias en función del sexo y edad en nuestro
contexto regional. Además, la investigación proporciona bases teóricas que incrementan la base
agresiva reactiva y proactiva porque son las que se encuentran asociadas a conductas
problemáticas que dificultan una adecuada convivencia y respeto por las normas de una
motivado con el fin de generar un cambio en entorno del individuo a través de soluciones
de conducta agresiva tiene por objetivo lograr un beneficio o meta deseada, que se
1996).
8
Nivel de
Variable Dimensiones Definición
medición
Variable principal
Conducta
Agresiva
Variables moduladoras
de Arequipa, por lo cual los resultados van a ser representativos para los adolescentes
de este distrito, pero sería recomendable ampliar el estudio en una población mayor.
pero la cantidad de alumnos que asistían a clases era escasa, lo cual dificultó acceder a
CAPÍTULO II
REVISIÓN DE LA LITERATURA
Existen diversos estudios basados en las conductas agresivas, pero son pocos los
importante hacer la revisión de estudios previos para una mayor fundamentación y análisis de
la presente investigación.
sexo femenino. Los instrumentos utilizados fueron la subescala del instrumento Values
agresión de tipo reactiva y proactiva, indicando que los adolescentes que tienen niveles
2018-2019 “. El objetivo fue establecer la relación que existe entre los niveles de
Respuestas de Ansiedad ISRA-J, los resultados arrojaron una relación significativa entre
que los adolescentes presentan ambos tipos de agresión, Y en el análisis por ítems se
provoca” y “ enojarse ante una situación que le cause frustración”; mientras que en la
proactiva las conductas frecuentes fueron “destrozar algo que pertenece a sus
Falabella (2018) realizó una investigación sobre los “valores, las conductas
relación que existe entre los valores, las conductas prosociales y conductas agresivas en
prosocial (CC-P), el Estudio sobre Valores (Rokeach Value Survey, R.V.S) forma D y
arrojaron que los adolescentes de menor grado presentaron mayor relación en la escala
de valores y conductas pro sociales. Los datos relacionados al sexo exponen que los
varones presentan mayores conductas agresivas reactivas que las mujeres. Mientras que
las Conductas Proactivas presentan una relación con ambos sexos y para todas las
de agresión reactiva- proactiva (RPQ); respecto a los resultados se obtuvo que los
en la empatía cognitiva – afectiva y se encontró que las mujeres tenían puntajes bajos
afectiva y empatía total, Pero no se demostró diferencias según género para la agresión
proactiva en Adolescentes.
adolescentes del distrito de San Martín de Porres-Lima”. Tuvo como objetivo identificar la
emocional menores son las conductas agresivas y viceversa; se deduce que tanto hombres
correlación inversa media con la agresión reactiva, esto explica que a mayor inteligencia
emocional menor será las manifestaciones de enfado o ira de los adolescentes y finalmente
conducta agresiva.
14
de tres instituciones educativas del distrito de Comas, 2019; fue una investigación
de las tres instituciones educativas; para ello utilizo el cuestionario de Agresión reactiva –
los hombres tienen un rango promedio mayor de agresión reactiva y proactiva que las
pero si con la proactiva, debido a que en la gestión privada si hay un mayor promedio de
(RPQ) para su aplicación dentro de nuestra realidad social, el método, tipo y diseño de la
la muestra fue de 455 estudiantes entre hombres y mujeres dentro del rango de edad entre
análisis de consistencia interna con los indicadores de Alfa y Omega, los cuales obtuvieron
evidencio las diferencias en los niveles de agresión asociadas a la edad y el género, donde
15
indica que los hombres, por lo general, presentan mayores niveles de agresividad que las
la confiabilidad por consistencia interna, se obtuvo una puntuación aceptable, con valores
entre .73 a .77 tanto en las variables de agresión proactiva y reactiva, asimismo el modelo
re especificado reporta valores para agresión proactiva de .75 y agresión reactiva de .71 de
fiabilidad aceptable.
en estudiantes peruanos”. La investigación tuvo como objetivo valorar las relaciones entre
con una muestra de 2830 alumnos de secundaria de cuarto y quinto grado; con edades
comprendidas entre los 13 a 19 años donde el 48.9% mujeres y 51.1% varones. Para tal fin
índices adecuados de ajuste y consistencia interna superiores a .8 para sus dos factores,
16
tanto con la prueba Alfa de Cronbach como con la prueba Omega de McDonald.; Además
cognitivas y conductuales evaluadas por el HIT, con una intensidad débil. Por otro lado,
las distorsiones cognitivas y conductuales evaluadas por el instrumento HIT con una
intensidad moderada.
Existen varias teorías y modelos que se han realizado brindando una explicación de las
dificultades que acarrean las conductas agresivas y la motivación que surge en el agresor al
momento de enfrentar una situación social conflictiva. A continuación, se expone una breve
descripción de los aspectos básicos de las teorías y modelos que adoptan y nos encamina a una
entorno. Tal es así, que el modelo del procesamiento de la información social, propuesto
por Dodge (1986) intenta explicar la conducta agresiva, en base a un proceso interactivo
y secuencial que inicia del entorno del individuo cuando experimenta, transforma y
procesa la información (Dodge, 1991). De esta manera el modelo sustenta la base para
Crick y Dodge (1994) a través de estudios experimentales con niños; el primero procura
sociales trae consigo conductas eficientes (Lemerise, et al., 2005). Sin embargo, un
hacer frente a una situación social, realizan una serie de pasos cognitivos que abarcan
respuesta elegida, donde cada paso es una parte necesaria para una respuesta competente
Dodge (1986) hipotetiza que “la evaluación integral de las habilidades y los
(p.78). El objetivo del modelo es describir como las personas procesan la información
social en una secuencia para responder apropiadamente, considerando que frente a una
responder ante una situación o cuando se busca lograr una meta (Dodge, 1986), es decir;
la respuesta se da en función del modo como se procesa las señales sociales (Dodge, et
al., 1986).
caracterizada por recepcionar y percibir las señales sociales por intermedio de los
implicados en esta etapa son la atención, sensación y percepción de las señales sociales
algunos casos puede ser inexacto; tal es el caso que un “niño puede codificar señales
18
relevantes, mientras que otro niño puede codificar señales inapropiadas; estas
diferentes” (Dodge et al., 1986, p.4). Por ejemplo; responder a una provocación por ser
que observan, ya que no se puede prestar atención a todas las señales presentes, esta
durante este paso, se da la integración de las señales codificadas con las experiencias
(Dodge, 1986), durante esta etapa se da acceso a una o más posibles respuestas
conductuales que han sido previamente codificadas e interpretadas (Dodge et al., 1986),
Por ejemplo “un niño que ha interpretado las señales emitidas por un compañero como
una amenaza pueden acceder a respuestas de lucha y huida” (Dodge et al., 1986; p.5).
comprometidos son complejos, por lo cual la respuesta puede verse perjudicada por
sesgos; además se evalúa las posibles consecuencias, se elige la opción que se crea
habilidades motoras y verbales (Dodge, 1986). Estos estudios suponen que las
Capacidades determinadas
Base de datos Indicios sociales
biológicamente
PROCESO DE CODIFICACION
• Percepcion
• sensacion
• Atencion y enfoque
PROCESO DE REPRESENTACION
• Integracion
• Aplicacion de las reglas de decision
• Comentarios a la codificacion
• Interpretacion
PROCESO DE ENACTO
• Empleo de protocolos y guiones
• Seguimiento de la promulgacion
• Autorregulacion
Conducta
con el objetivo de hacer una evaluación crítica del estado actual y la revisión que refleje
una situación social (Crick y Dodge, 1994) es así que; aparecen al mismo tiempo de
procesar y emitir una respuesta (Roncero et al., 2016). De modo que las conductas
demás o al positivar las conductas agresivas (Roncero et al., 2016; Dodge y Tomlin,
1987).
20
representación mental de esas señales, (3) aclaración o selección de una meta, (4) acceso
del intercambio en el pasado para uno mismo y los demás (Crick y Dodge, 1994;
Estudios evidencian que durante estas etapas; las conductas agresivas se darían
relevante; debido a que enfocan su atención a señales sesgadas que pueden conllevar a
conductas inapropiadas (Crick y Dodge, 1994). Por otro lado, Dodge y Newman (1981)
aducían que los niños agresivos prestaban escasa atención a las señales sociales, lo que
genera respuestas rápidas, atribuyendo excesiva hostilidad a los demás; aclarando que
significativa. Por otro lado, estas atribuciones hostiles podrían traer problemas en un
futuro, tales como trastornos en la personalidad, entre otros (Crick y Dodge, 1994).
información social, son concomitantes con la conducta agresiva reactiva (Dodge, 1991)
y esta derivaría de déficits al atribuir sesgos a las conductas de sus compañeros; por ello,
la respuesta conductual (5to paso), sin hacer una revisión previa de las posibles
una respuesta sesgada en una situación social (Dodge et a., 1986; Dodge y Coie, 1987;
respuestas u objetivos (Crick y Dodge, 1994), estos objetivos “son estados de excitación
Estudios suponen que la conducta de tipo proactivo tiene relación con este paso,
para alcanzar una meta u objetivo; en el caso de los agresores reactivos también se ven
atribucionales hostiles, entendidos como amenaza para uno mismo (Crick y Dodge,
1996).
esos objetivos y crean nuevos objetivos en respuesta a las situaciones (Crick y Dodge,
relevantes”, (Crick y Dodge, 1994, p.87). Por consiguiente, es el ajuste social que
22
Para obtener las respuestas, se accede a la memoria a largo plazo, algunas de las
respuestas buscan alcanzar un objetivo o meta, mientras que otras son respuestas a
estímulos del medio; estas respuestas almacenadas en la memoria pueden estar dados
por el número de respuestas y redes con la memoria (Dodge, 1991), Todo el acceso a
“repertorios limitados para seleccionar una respuesta frente a una situación social
perdida del prestigio o fama como dejarse dañar o herir (Crick y Dodge,1994).
De acuerdo a Sably y Guerra (1988), las personas agresivas tienen menos ideas
Durante este proceso, se evalúa y selecciona una respuesta para ser promulgada,
es así que, Crick y Dodge (1994) aducían que “este proceso de decisión puede ocurrir
después que se ha accedido a todas las respuestas relevantes o se ha generado todas las
23
decisiones conductuales, hay que destacar que la primera se refiere a ideas sobre la
posibilidad de lo que podría suceder en una situación social, donde las personas
expectativas de los resultados puede ser para aquellos que son instrumentales o
existir una seguridad de las conductas que se van a emitir, por ello se teoriza que la
autoeficacia es una posición para valorar las respuestas, antes de acceder a realizar una
conducta (Crick y Dodge, 1994); en esas líneas, Wheeler y Ladd (1982) en su estudio
hallaron que las personas que tienen déficit de autoeficacia, podrían no comportarse
Es importante subrayar que todos estos hallazgos evidencian que las personas
para ellos, se expone la promulgación. (Crick y Dodge, 1994). Estas respuestas pueden
24
algunas de esas conductas han sido adquiridas previamente por imitación, ensayo y
conducta se puede ver los efectos de las conductas emitidas en el medio y se puede
las atribuciones hostiles de las señales de los demás, generando respuestas más
agresivas, del mismo modo las personas agresivas tienden a tener más confianza en su
respuesta; que evitar actos agresivos (Quiggle, et al., 1992). Entonces “un patrón de
1992, p.1307), asimismo los de tipo reactivo tendrían más dificultades en los primeros
pasos del procesamiento de la información social, mientras que los de tipo proactivo
Dodge, 1994).
4. ACCESO O
ELABORACION DE
LA RESPUESTA
5, ELECCION DE LA
RESPUESTA
3. SELECCION DE • Evaluacion de las
METAS respuestas sobre las
consecuencias
Regulacion de la activacion
• evaluacion de la
autoeficacia
• seleccion de la respuesta
Base de datos
Archivo de memoria
Reglas adquiridas
Esquemas sociales
2. Conocimiento
INTERPRETACION 6. LLEVAR A CABO
DE SEÑALES LA RESPUESTA
• Atribuciones causales
• Atribuciones de a
intencion
• Otros procesos
interpretativos
• Evaluacion de la
consecucion de
objetivos Evaluación y respuesta del
• Evaluacion de las
actuaciones pasadas 1. CODIFICACION DE grupo de iguales
• Evaluaciones de los SEÑALES
otros • Internas y Externas
Sears.
plantean como postulado básico que “la agresión es siempre una consecuencia de la
frustración” (p. 1). Para Dollard et al. (1939), la frustración es definida como la
frustración se deben tener en cuenta que la persona esperaba realizar ciertos actos, y
frustración se caracteriza cuando se interfiere los esfuerzos para conseguir una meta u
objetivo.
26
mismo (Dollard et al., 1939). Estando relacionados con las expectativas frustradas y el
secuencias de respuesta frustradas” (Dollard et al., 1939, p 31-32). De modo que “la
(Muñoz, 2002, p.43); por otro lado, la fuerza de la agresión se reduciría por las
una manera racional; b). Alcanzar una meta sustituta; c). Retirarse de
que la persona pueda alcanzar aquellos placeres de los que esperaba disfrutar
y sus colaboradores, por ello Berkowitz (1989), quien analizó diversos estudios a favor
y en contra de esta hipótesis y sostuvo que la frustración “es más una fuente de
p.46).
siendo esta:
28
de frustración, “siendo esta no vista como una omisión de una recompensa o privación
de algo, ellos proponen como frustración “como un obstáculo que bloquea el logro de
una gratificación esperada” (Berkowitz 1989, p.61) lo que indica que el objetivo era
(Berkowitz, 1989).
29
Por otro lado, para Berkowitz (1989) consideró tras el análisis y revisión de esta
sido frustrados en el pasado, sino porque creen que esta acción traerá algun beneficio
(que no sean el daño causado)” (p.62). Haciendo una clara diferencia de agresión hostil
y otra instrumental. De modo que “la agresión que intentar herir a alguien se asocia con
siendo fundamentales los procesos cognitivos (Andreu, 2009). Dodge y Coie (1987)
La premisa del modelo propuesto por Dodge (2006) asevera que la agresión
reactiva está en relación con la atribución hostil, asimismo mencionan “que los
vida, pero son benignos” (p.792). Se considera que las conductas agresivas se dan en
30
todos los seres humanos desde la infancia, sin embargo, a lo largo de los años
Por otro lado, se sostiene que los niños desarrollan “la suposición de que las
2006, p. 792). Es así que, a lo largo de los años, las personas diferencian y aprenden que
(2006) esto ocurriría por las diferencias individuales mediado por “las experiencias de
memoria estas experiencias que se acumulan e interactúan para dar lugar a esquemas
donde las conductas agresivas se relacionan con los sesgos y déficits socio cognitivos.
Es así que la interpretación de un niño ante la provocación de uno de sus pares, podría
ser considerado como un predictor para que se tomen represalias agresivas (Berkowitz,
por comportamientos coactivos, dominio, acoso que ocurriría sin provocación inmediata
o instigación (Olweus, 1978 como se citó en Dodge y Coie, 1987). Por lo que en los
resultados obtenidos por Dodge y Coie (1987) afirman que el déficit del procesamiento
para identificar intenciones benignas en las otras personas, tiende a estar relacionado
Bandura (1975), aduce que “herir y destruir son actos satisfactorios de por sí,
agresión como la conducta que produce daños a la persona y la propiedad” (p.308) que
pueden ser de forma intencional o accidental (Bandura, 1975). Por otro lado, Bandura,
(1975) mencionaba que las personas no nacen con repertorios prefabricados de conducta
agresiva; sino que estos serían aprendidos de alguna manera, ya sea por observación de
p.311), de acuerdo a ello al observar las acciones de los demás, guían al individuo a la
ejecución de dichas conductas (Bandura, 1975). Sin embargo, “la exposición a modelos
p.311), debido a que algunas personas no prestan atención a las conductas que observan
de otros por lo que estas conductas observadas podrían ser olvidadas; por el contrario,
porque no todo lo que se aprende se realiza. Las personas pueden adquirir, retener y
poseer la capacidad para actuar agresivamente, pero tal aprendizaje rara vez se expresará
y esto dependerá si la conducta no tiene valor funcional para ellas o si está sancionada
donde la agresión es reforzada por los miembros de la familia hay mayor probabilidad
dominante, en su mayoría tienen hijos que se valen de conductas agresivas para dirigirse
relacionan continuamente, y es, posible que los miembros de estos sistemas sociales
mismo los medios de comunicación podrían ser también otra fuente de transmisión de
adquiridas por observación y experiencia directa y pueden ser mejoradas por la practica
amenazas en contra del estatus y estas se activan por experiencias del aprendizaje.
33
y las personas cuando sienten que algún obstáculo interfiere, entonces generan
conductas agresivas. Por otro lado, cuando las personas son “sometidas a la adversidad,
hay quienes buscan ayuda; quienes prefieren retirarse y resignarse; y otros agreden”
futuras los ayuda a guiar sus conductas a agresivas que son “impulsadas por
esperada. Esta es una fuente positiva de motivación para la agresión” (Bandura, 1975,
pp.329-330). Por último, es conveniente acotar las conductas agresivas son mantenidas
manera, “el aprendizaje social, distingue tres formas de control del reforzamiento: la
1975). Las personas actúan de forma agresiva ya que de esta “manera asegura ciertas
recompensas tangibles y deseadas” (Bandura, 1975, p. 333); y estas son mantenidas por
sus resultados materiales, utilizando la agresión como un medio para obtener algo y
mantener sus hábitos nocivos (Bandura, 1975). De igual forma, las recompensas de
1975); por ejemplo, en las pandillas, los miembros adquieren estatus y reconocimiento
por sus destrezas para pelear (Short, 1968 como se citó en Bandura, 1975). “La gente
34
observa repetidamente las acciones de los demás y las ocasiones en que son
logro de estas conductas agresivas, podría ser una forma de motivación, generando
En general, los agresores encaminan sus actos para sentir satisfacción, evitando
las autocriticas y por lo tanto no sentir auto menosprecio (Bandura, 1975) Este autor
realizados por los demás (Bandura, 1973), en relación a ello para atenuar el alcance, las
conductas agresivas las comparan con actos más infame que los propios (Bandura,
1975), otra forma de justificar sus conductas agresivas, es calificándolas como justas,
autorreproche; a las víctimas las considera sin cualidades humanas como “no individuos
sensibles, sino objetos estereotipados que llevan etiquetas degradantes” (Bandura, 1975,
p.327), para así lograr atacar de forma perversa, atribuyendo que las víctimas o
Andreu.
objetivo de entender los mecanismos relacionados con las conductas agresivas, y móvil
que conduce a ejecutarlas, ya que, no solo se daría en función de ocasionar daño; sino
35
que tendría fines, intenciones y motivos, tales como; obtener beneficios. Es así; que la
conducta agresiva “surgiría ante una serie de procesos cognitivos y conductuales que se
Plantea entonces, que las conductas agresivas están mediadas por procesos
fisiológica de la rama simpática del sistema nervioso autónomo” (Andreu, 2009, p.92),
encargada de avisar al organismo que algo está sucediendo o se encuentra frente a una
situación de riesgo (Andreu,2009). De igual forma “La falla en los sistemas de control
provocados por la ira” (Siever, 2008, p.428), entonces la conducta agresiva se originaria
por una excesiva actividad en el medio límbico, junto a una inadecuada regulación pre
para la integridad física y psicológica de la persona como para sus valores y objetivos”
(Andreu, 2009, p.93), esta valoración puede darse de dos formas, de “Amenaza o
desafío” (Andreu, 2009, p.93), una comprende haber recibido prejuicios, provocaciones,
acompañada de ira, miedo y hostilidad; mientras la otra preveé un daño, movido por
(Siever, 2008).
Por consiguiente, para dar una respuesta a la situación del medio, el organismo
(Andreu, 2009), Sin embargo, para dar esa respuesta es necesario las “estructuras
situación social (Andreu, 2009), en algunos casos las interpretaciones erróneas, se deben
a factores tales como “interpretaciones con intención hostil” (Dodge y Coie, 1987, p.
1147) o cuando ignoran las señales y dan una respuesta rápida, sin prestar atención a
las señales relevantes, atribuyendo excesiva hostilidad a las conductas de los demás,
individuo guiar sus actividades dirigidas a objetivos a lo largo del tiempo y a través de
cambios que se producen en el contexto” (p. 25), entonces estos procesos reguladores,
posible que se vuelva a repetir, por el contario si esta respuesta no fue eficaz o positiva,
individuo” (Andreu, 2009, p.95), de esta forma la “conducta agresiva ocurre en todos
la distinción entre los esquemas cognitivos y las consecuencias con ambos tipos de
agresión (Andreu, 2009), Por lo tanto, los reactivos se activan bajo situaciones
reales, sino imaginarias (Crick, Dodge, 1996) “Este proceso, unido a otros factores des
38
emocionalmente reactiva” (Andreu et al., 2006, p.95), mientras que en el tipo proactivo,
positivos, obtención de beneficios para reducir esas situaciones que generan molestia,
vida diaria, debido a su efectividad, generando confianza para realizar dichas conductas
(Crick y Dodge, 1996). En definitiva, los proactivos están “orientados hacia metas, es
decir es menos probable que inhiban el uso de agresión” (Crick y Dodge, 1996, p.997)
por el contrario es posible que los individuos vean a la conducta agresiva como un medio
Dodge, 1996).
como sinónimos de agresión, Sin embargo, no tienen la misma connotación; por ello a
2.3.1. Ira.
caliente impulsada por una acción directa, ya sea; cuando se está física o
de una meta deseada, por lo general aparece como resultado no solo de un suceso, sino
sobre todo las creencias de merecer algo de los demás, Sin embargo, cuando estas
adversario (Beck, 2003). La percepción que tiene el individuo cuando es tratado injusta
Son múltiples las situaciones donde la ira termina siendo el dominador emocional,
que no son de agrado para quien las experimenta; por supuesto que este fenómeno
2.3.2. Hostilidad.
patrones de creencias negativas acerca de los demás, que están inmiscuidas con la
la conducta agresiva como rasgo de la personalidad que esta proclive a interpretar las
conductas de los demás como amenazante por medio de pensamientos hostiles que
desencadenan una falsa percepción de provocación de los actos de los demás (Sanz et
al., 2006) fomentando sesgos cognitivos que conllevan a conductas agresivas hostiles
consideradas como respuestas adecuadas frente algún estimulo nocivo (Beck, 2003). De
40
hecho, el individuo considera que estas formas que encierran cierta ironía y provocación
son las necesarias para evitar que los demás los humillen; sin embargo, el hostigamiento
y los reproches, más bien exacerban las peleas y como resultado se obtienen rivalidades,
enemistades o distanciamientos.
2.3.3. Agresividad.
familia, escuela y al observar los medios de comunicación, entre otros; que pueden ser
útiles y a la vez destructivos cuando es intenso y aparecen los conflictos; es ahí, donde
2005).
2.3.4. Violencia.
obtener algo o la expresión de una ira incontrolada, haciendo uso exclusivo de la fuerza
física para dañar o lesionar a una persona, o también la fuerza psicológica que ocasiona
percepción de sí mismo y los demás o las creencias distorsionadas que agrandan el daño
41
siendo este un hilo conductor a usar todos los recursos disponibles para atacar; estas
drogadicción, violaciones, etc., en todo caso, es una acción cruel que daña físicamente
a la víctima con el fin de controlar o dominar a las personas con acciones extremas y
gravemente destructivas.
Los seres humanos se diferencian de las demás especies por su posibilidad de procesar
y emitir información. Los procesos psíquicos que son responsables de ello, son los procesos
del individuo como ser social, incluido las conductas agresivas, están mediadas por las
cogniciones, pero esto no quiere decir que los procesos cognitivos sean los causantes del
comportamiento social de los individuos, por el contrario, solo actúan como mediadores
(Huesmann, 1998).
destinado a producir un cambio en el entorno (Millana et al., 2006) activada por un suceso
Gonzáles, 2006). Integrando la idea anterior, Trianes et al., (2001) definen la conducta agresiva
categorías independientes entre sí, puesto que presentan cierto solapamiento (Yudofsky
et al., 1986), pero estas dimensiones ayudan a categorizar las diferentes formas de
A. Según su Naturaleza
ocasionándole dolor físico o alguna lesión (George, 2003). Son ejemplos claros de
este tipo los empujones, puñetazos, patadas, golpes, correazos, latigazos, bofetadas,
etc. que suelen tener como consecuencias contusiones graves (Arroyo, 1994).
daño psicológico a la víctima (Parrott y Giancola, 2007). por ejemplo: las críticas,
maldiciones como” “tonto”, “no vales para nada”, “bruto”, etc. Una variación de
personas “cara a cara”; y está dirigida a dañar a una persona con actos tanto físicos
y verbales (Graña et al., 2001) a través de golpes, insultos, gritos, burlas, etc. Parrott
indirecta se refiere aquella agresión hacia otras personas sin que llegue a darse la
(Graña et al., 2001; Parrott y Giancola, 2007); así, Richardson y Green (2003) nos
dan unos ejemplos de este tipo de agresión, “Juan tiene zapatillas de lujo… ¿Habrá
escuela”.
caracteriza por una falta de respuesta a la acción que provoca daño en la víctima
p.ej. “Dejar que golpeen a una persona indefensa que pide auxilio", "No desmentir
B. Según su Motivación
relación al propósito o intencionalidad del agresor, el por qué y para que agrede, que
meta busca o si el objetivo es provocar dolor o daño a la víctima (Andreu et al., 2006).
En esta clasificación, los procesos cognitivos son cruciales para diferenciar la conducta
cognitivos que están sujetos con las conductas agresivas (Andreu et al., 2006; Campbell
et al., 1985).
44
también como instrumental (Brown et al.,1996; Dodge y Coie, 1987; Day et al., 1992;
motivada por el deseo de dañar o herir al otro, con el objetivo de aliviar la amenaza
percibida (Dodge y Coie, 1987; Card y Little, 2006; Feshbach, 1964; Mate, 2018),
parecer como una reacción defensiva (Dodge y Coie, 1987). Por tal motivo, los
información social, precisamente con los primeros pasos tales como la codificación
1995) que generan cierto malestar con carácter instintivo; sin embargo el deseo de
herir a alguien no sería instintivo (Sears, Maccoby y Levin, 1957; como se cita en
(Feshbach, 1964). Hechos como los anteriores demuestran que los agresores
ello, tener empatía por el objeto hostil es suficiente para disuadir al agresor de causar
daño como primera medida (Beck, 2003) y hacer uso de los componentes cognitivos
mitigar las conductas agresivas (Feshbach, 1970; como se citó en Dodge, 1986).
Arsenio et al., (2009) aducía que los agresores reactivos al parecer son
de reducir estas conductas agresivas, lo hacen “no por sentir vergüenza, culpa,
46
ansiedad o crítica hacia ellos mismos, sino porque saben que es inaceptable”
(Beck,2003, p.49).
al., 2011; Raine et al., 2006) y una relación inversa con las habilidades sociales,
Schwartz et al., 1998). Por ejemplo, Raine et al., (2006) encontraron que la conducta
social, sobre todo al considerar las acciones e intenciones de sus pares como hostiles
conduciendo a actos inapropiados (Dodge at al., 1997; Dodge, 1983; Price y Dodge,
1989; Schwartz et al., 1988). Por otro lado, los agresores reactivos se gestarían a
(López et al., 2011), rechazo por parte de los padres hacia sus hijos y practicas
noviazgo (Brendgen et al., 2001; Dodge et al., 1997; López et al., 2011).
47
anticipados, el objetivo es ir más allá del daño que se le produce a la víctima, para
afectiva (Dodge et al., 1990; Card y Little, 2006), y ocurre sin la provocación, ni ira,
ni frustración alguna (Vitaro et al., 1998; Schwartz et al., 1998) buscando alcanzar
1986; Dodge, 2006; Dodge y Coie, 1987; Crick y Dodge, 1994). De acuerdo al
las conductas agresivas como algo positivo (Dodge y Coie, 1987); es preciso hacer
presente que los déficits más habituales de la agresión proactiva estarían en los
al., 1998); a largo plazo estas conductas proactivas pueden predecir la delincuencia
al., 2006; Vitaro et al., 1998) y en algunos casos se apoyan en la doctrina el fin
(López et al., 2011; Poulin y Boivin, 2000; Vitaro et al., 1998). Además, los
de los padres, apoyo de medios familiares que aprueban la agresión como una vía
al., 2004; Vitaro et al., 2006). Por ello, una clara diferencia de ambos tipos de
agresores es que él, reactivo al parecer siente culpa o vergüenza, mientras que el
conocer los factores multicausales, en particular los aspectos cognitivos y su entorno social. La
adolescencia supone una transición de la infancia a la adultez (Onrubia, 2005), Por ello el
mencionar que todas las etapas de los seres humanos son distintas y tienen cierto grado de
dificultad (Bonino, 2005), la mayoría de veces esta etapa es considerada turbulenta y critica;
sin embargo, la crisis en la adolescencia no es la única por la que atraviesa el ser humano
(Bonino, 2005). Por el contrario, las crisis en las diferentes etapas de los individuos son
En palabras de Meraní (1962) no se puede negar que los cambios físicos surgen o
irrumpen en la adolescencia, sin embargo estos cambios no justifican una revolución a nivel
agresivas (Arias, 2013), por ello es importante el contacto y descubrimiento del adolescente
con su medio, que va depender del ambiente en el que vive, las influencias interindividuales, la
familia, la escuela y el medio sociocultural que actúan como reguladores en esta etapa. (Merani,
1962).
de influencias sociales, por ello las pautas de crianza de los padres son una variable relevante,
donde la disciplina laxa y errática, con la incoherencia entre lo que dicen, exigen y hacen, como
ataques verbales, ridiculización y regaños frecuentes, poco interés por sus hijos, riñas entre
padres generalmente violentas y mutuo rechazo entre padres e hijos influye en los adolescentes
50
en la práctica de conductas de riesgo (Samudio, 2001). Es así que las conductas agresivas
maltrato, violencia) e internalizantes (por ejemplo, timidez, ansiedad social)” (Inglés et al.,
2008, p.450). Como expresa Andreu (2017), los adolescentes que realizan conductas agresivas
afrontan al medio social con capacidades psíquicas limitadas debido a una serie de estructuras
socio cognitivas y experiencias pasadas que guían la forma en que procesan la información
social actual; es decir los factores sociocognitivos (Erdley y Asher, 1998), las predisposiciones
(Erdley y Asher, 1998), considerando que la convivencia de los adolescentes con sus pares es
vital y relevante en esta etapa (Frías et al., 2003), esta interacción entre pares puede repercutir
convirtiéndose así un factor de riesgo o no; influyendo tanto en los agresores como agredidos
(García et al., 2014; Sabeh et al., 2017;). En tal sentido, los agredidos pueden presentar
ansiedad, estrés postraumático, entre otros (Pedreira et al., 2011) y los agresores, rechazo social
sociales (Erdley y Asher, 1998; Jaramillo et al.,2008; Kupersmidt y Coie, 1990; Parker y Asher,
1987).
Es así, que durante esta etapa los cambios globales y en los procesos cognitivos, de
que los adolescentes estén proclives a interpretar de forma distorsionada las percepciones e
51
intenciones de sus pares (Jaramillo et al., 2008), ya que los adolescentes responden e interpretan
de forma diferente ante una misma situación y de acuerdo a las diferencias individuales (Erdley
y Asher, 1998). Las inexactitudes en sus interpretaciones los hacen propensos a atribuir
hostilidad y sesgos (Dodge, 1991); agregado a ello, las pocas capacidades de resolución de
emociones y regular estas conductas; sin embargo, el agresor proactivo ejecuta acciones
orientadas a la consecución de objetivos (Barker et al., 2006) con cierto grado de confianza en
perpetración de conductas proactivas son los vínculos en su esfera social con amistades
infractoras (Barker et al., 2006; Vitaro et al., 1998). En consecuencia, es importante diferenciar
las características distintivas entre un adolescente reactivo y proactivo; el reactivo tiende a ser
distorsión de la realidad;(Raine et al., 2006); mientras que los proactivos son propensos a ser
violentos y manifiestan escasa empatía (Frick et al., 2003; Raine et al., 2006).
Teniendo en cuenta los diversos estudios que abordaron la conducta agresiva concluyen
que existen diferencias en el uso de la agresión tanto en hombres como en mujeres, por ello,
explicar la diferencia constituiría como un mediador relevante (Orue et al., 2016; Campbell,
2006).
de forma menos extrema que los hombres en actos agresivos y cuando son
que los hombres muestran satisfacción y regocijo después de una pelea (Campbell
y Muncer, 1987).
52
Las relaciones entre las conductas agresivas y el sexo, parecen diferir tanto en hombres
como en mujeres en el tipo reactivo; es así, que estudios demuestran que las conductas agresivas
que presentan conductas agresivas reactivas están correlacionadas con el estrés post-traumático
y coeficiente verbal bajo (Connor et al., 2003). De acuerdo a Gonzales et al., (2013) en sus
hallazgos demostró que existe mayor incidencia de conductas agresivas proactivas en los
Esta distinción de sexos actuaría como moderador entre las relaciones de conductas
agresivas y rasgos psicopáticos (Orue et al., 2016) sobre todo en la conducta agresiva proactiva
relacionada con conductas no emocionales siendo mayor en los hombres (Orue et al., 2016).
Los correlatos encontrados por Pulkkinen (1996) sostienen que los hombres con conductas
contrario, las mujeres con conductas proactivas tienden a internalizar los problemas como la
ansiedad.
Cabe resaltar que tanto hombres como mujeres proactivas son propensos a presentar
violenta y abuso de sustancias nocivas por parte de los padres (Connor et al., 2003).
edad es especialmente relevante, ya que permite discriminar las características de cada etapa y
su relación con las conductas agresivas (Sabeh et al., 2017). De acuerdo a estudios, las
53
conductas agresivas no son eventos aislados, ya que los niños que manifestaban conductas
meses se observaron conductas como empujar y golpear (Szegal, 1985), además de, patear,
pellizcar, etc. (González et al., 2013), que se definen por ser espontaneas y propensas a ser
conductas más físicas, siendo la influencia del entorno un moderador de dichas conductas
(Tremblay et al., 1999). Sin embargo, estas disminuyen cuando aparecen las manifestaciones
(Szegal,1985); disminuyendo así, las manifestaciones físicas como morder, tirarse del cabello,
etc. (Gonzales et al., 2013). La agresión es motivada por obtener algún objeto (Szegal, 1985),
por ello el apropiarse de objetos no cambia, sino incrementa la tendencia a golpear, empujar y
arrojar objetos (Szegal, 1985), por consiguiente, algunas investigaciones sustentan que los
conflictos de los niños pequeños reflejan cuestiones sociales, así como instrumentales (Caplan
et al., 1991). Estas conductas agresivas se producen sobre todo con el objetivo de conseguir
algo deseado, es decir que son de carácter instrumental y suelen pelearse con sus pares por la
obtención de objetos; sin embargo, no tienen la intención de hacer un daño (Sabeh et al., 2017).
edad 6 a 12 años; por el contrario, las conductas agresivas verbales se extienden desde la
infancia hasta a la adolescencia; es importante recalcar que esto podría aumentar o disminuir
de acuerdo las diferencias individuales de cada sujeto (Sabeh et al., 2017; Broidy et al., 2003).
Estudios indicarían que a mayor edad las conductas agresivas se convierten en formas más
54
(Szegal,1985). En definitiva, las progresiones de las conductas agresivas señalan que en edades
tempranas los niños son más agresivos físicamente, en contraste a los de mayor edad y
adolescentes, ya que pueden planificar y enmascarar las intenciones de las conductas agresivas
(Connor, 2002; Lahey et al., 1994 como se cita en Connor et al., 2004). En tal sentido, el
tendencia a incrementar las conductas agresivas, y luego tienden a decrecer. Por tal razón, el
analizar los motivos y funciones, encaminaría a comprender las conductas agresivas (Sabeh et
al., 2017), por ello distintos autores enmarcan la dicotomía de la conducta agresiva en reactiva
Kempes et al., (2005) menciona que los infantes realizan comportamientos agresivos de
carácter físico e impulsivo y con la edad la capacidad cognitiva progresa, estableciendo metas;
conducta agresiva reactiva, pero no con la proactiva; es decir a menor edad fueron más reactivos
(Connor et al., 2004). Dodge et al., (1997) en su estudio corroboró que los niños con conductas
agresivas reactivas tuvieron un inicio temprano en contraste con los niños de conductas
adolescencia existe una tendencia a disminuir, es así que estudios comparativos corroboraron
CAPÍTULO III
MARCO METODOLOGÍCO
2013).
investigación se realizó sin la manipulación de las variables, y en los que solo se observó
analizó la relación entre las variables de estudio y se examinó las diferencias originadas
por la naturaleza de cada variable en el grupo de estudio (Ato et al., 2013). Porque en este
estudio se buscó si existen diferencias significativas entre las conductas agresivas reactivas
niveles de una o más variables (Ato et al., 2013; Hernández y Mendoza, 2018).
56
3.2.1. Población
La población estuvo constituida por 650 estudiantes, de ambos sexos, cuyas edades
3.2.2. Muestra
Se realizó un muestreo no probabilístico de tipo intencional; es no probabilístico
de forma voluntaria y/o en función de sus características que cumplan con los criterios de
muestra conformada por 346 estudiantes de secundaria, donde 158 fueron mujeres y 188
hombres cuyas edades oscilan entre 12 a 17 años de edad, estudiantes de nivel secundario
Variable F %
Sexo
Mujeres 158 45.7
Hombres 188 54.3
Edad
M 14.8
DE 1.6
Mdn 15
Min 12
Max 17
Grupo etario
13 – 12 años 89 25.7
14 – 15 años 113 32.7
16 – 17 años 144 41.6
Familia
Solo con mamá 67 19.4
Solo con papá 10 2.9
Ambos padres 241 69.7
Ningún familiar 3 0.9
Otro familiar 25 7.2
Total 346 100
45.7% son mujeres, por su parte, el 54.3% son hombres; es decir, de un total de 346
adolescentes, 188 fueron varones y 158 mujeres. Por tal motivo se puede señalar que la
Con respecto a la edad, estas son entre los 12 a 17 años, obteniéndose una media
estándar de 1.6, asimismo se obtiene una mediana de 15, lo cual indica que el 50% de los
adolescentes son menores de los 15 años y el otro 50% son mayores a esta edad.
58
Con respecto a los grupos etarios, el 25.7% tienen edades entre 12 y 13 años,
mientras que el 32.7% sus edades están comprendidas entre los 14 a 15 años; por su parte,
mamá y papá 69,7%, solo con mamá 19,4% y con otro familiar en un 7,2%.
Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje válido acumulado
Ninguno 3 ,9 ,9 92,8
Otro Familiar 25 7,2 7,2 100,0
Total 346 100,0 100,0
estudio, donde el mayor porcentaje se presenta cuando viven con mamá y papá en un
A. Criterios de inclusión
B. Criterios de exclusión
(RPQ.)
Autor (año): Raine, A., Dodge, K., Loeber, R., Gatzke-Kopp, L., Lynam, D.,
Ramírez (2009).
Adaptación Arequipa: Rojas, M. E., Arias, W. L., Rivera, R., Geldres, J. A., Starke,
manera y accesible.
ítems miden la agresión proactiva y los 11 ítems la agresión reactiva. Para facilitar
mayoría de las personas se enfadan algunas veces (ver anexo A). Asimismo, el
instrumento consta de 3 opciones de respuesta, los cuales son puntuados por el sujeto
en una escala de frecuencia de ocurrencia, tipo Likert con tres opciones (Rojas,
● NUNCA ……0
● A MENUDO ……2
agresión:
demostrando así, que este instrumento es válido y confiable con consistencia interna
de .41 a .57 para la escala proactiva y de .45 a .58 para la escala reactiva y .41 a .60
para la escala total. Las tres escalas tienen confiabilidades internas superiores a 0.83.
confirmó con consistencias internas que superan el valor de .83; además Andreu et
bidimensional del cuestionario con fiabilidad tanto para la escala global (alpha =.91),
la subescalas de tipo reactivo (alpha = .84) y proactivo (alpha= .87) (Penado, 2012).
una muestra de 822 adolescentes con edades comprendidas entre 12 y 17 años, los
excepción del reactivo 5 que presenta un índice de .733. Por ultimo las evidencias
puntuación alta entre .73 a .77 en las subescalas de agresión proactiva y reactiva
(Abanto, 2018).
con 0.63; mientras que para la agresión proactiva se observa un Alpha de Cronbach
del cuestionario, con una muestra de 2830 estudiantes nivel secundario; encontrando
como resultado que tiene dos factores que distinguen la agresión reactiva y la
para cada uno de los ítems en sus respectivos factores, entre .491 a .814 y los índices
de consistencia interna fueron superiores a .8 para sus dos factores, tanto la prueba
Arequipa, específicamente para conocer datos como edad, sexo, lugar de procedencia y
estructura familiar.
3.4. Procedimiento
Para la ejecución del presente estudio, se seleccionó de manera intencional el distrito de
instituciones educativas. En un primer momento, se envió una solicitud por mesa de partes
Una vez que se obtuvo el consentimiento de algunas instituciones educativas del distrito, se
inició con los trámites administrativos propios de cada institución que aceptaron participar, con
importancia del estudio, los beneficios y objetivos del estudio para prevenir las conductas
estudiantes, con el pleno compromiso de que una vez finalizado el estudio se entregarán los
resultados. Posteriormente, se realizó una reunión con los padres de familia para explicarles la
obtenidos; para concretar se solicitó el permiso y consentimiento para que sus hijos puedan
utilizó Google Forms y Microsoft Forms. Se coordinó con los promotores y coordinadores para
acordar una fecha y hora, teniendo en cuenta la disposición de los horarios del docente es por
ello, que la aplicación se realizó de forma síncrona y grupal, mediante la plataforma Google
Una vez aplicado el instrumento y recolectado los datos se procesaron los datos
mediante la codificación y tabulación, generando así la base de datos, para luego exportarlos a
una hoja de cálculo (Excel 2016), para su posterior análisis estadístico descriptivo en tablas,
64
sobre las frecuencias relativas y absolutas en función de sexo y edad. Luego, se procedió a
analizar e interpretar los datos obtenidos, con un software estadístico SPSS v23 y las pruebas
estadísticas t de Student y ANOVA para la muestra correspondiente con la cual se obtuvo los
resultados estadísticos de las variables en estudio. Por último, se elaboraron los cuadros
informes de los resultados para las instituciones educativas que colaboraron en el estudio.
65
CAPITULO IV
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
los datos y puntuaciones obtenidas de cada variable. Para tal fin, se realizó un análisis
Sexo Edad
Femenino Masculino 12 – 13 14 – 15 16 – 17
En la tabla 4, se muestra los tipos de conducta agresiva obtenidos según sexo y edad.
reactiva, el 100% posee agresión reactiva, ninguna de ellas posee la agresión proactiva. En el
grupo de hombres, el 96.8% posee conductas agresivas reactiva, y solo 3.2% poseen conductas
agresivas proactivas.
66
Según edad, en el grupo de adolescentes con edades entre los 12 y 13 años, en cuanto a
la agresión reactiva, 96.6% posee agresión reactiva y solo 3.4% posee agresión proactiva; con
edades entre los 14 y 15 años, en agresión reactiva, 100 % de los adolescentes posee agresión
Femenino Masculino
Variables (n = 158) (n = 188)
M (DE) M (DE) t(130) P dHedges
17.75 17.64
Agresión reactiva 0.323 .747 0.035
(3.12) (3.48)
13.46 13.69
Agresión proactiva 0.950 .343 -0.102
(2.03) (2.38)
Nota: M=media; DE= Deviación estándar; t = prueba t student; d = tamaño del efecto,p= prueba de Cohen
considerar la edad) al comparar la conducta agresiva según sexo. Para ello, se ha utilizado la
prueba t de student para muestras independientes; los resultados obtenidos indican que en la
significativas entre hombres y mujeres (p > .05 en los dos casos), lo cual se corrobora con los
tamaños del efecto que indican que las diferencias son despreciables. esto indica que tanto en
12 – 13 14 – 15 16 – 17
años años años (n =
Variables
(n = 89) (n = 113) 144)
17.29 17.78
Agresión reactiva 17.88 (3.19) 0.917 .401 .005
(13.25) (3.48)
13.25 13.57
Agresión proactiva 13.83 (2.5) 1.879 .154 .011
(1.90) (1.99)
Nota: M=media; DE= Deviación estándar; F = prueba Anova; ɳ2= tamaño del efecto, eta cuadrado.
agresiva reactiva y proactiva según grupo etario. Para ello se ha recurrido a la prueba ANOVA
la conducta agresiva reactiva y proactiva según edad (p > .05); lo cual indica que la conducta
Sexo Edad
Femenino masculino 12 – 13 14 – 15 16 – 17
% 61.4% 68.6% 66.3% 64.6% 65.3%
Bajo
F 97 129 59 73 94
% 37.3% 28.2% 30.3% 33.6% 32.6%
Conducta Medio
F 59 53 27 38 47
agresiva
% 1.3% 3.2% 3.4% 1.8% 2.1%
reactiva Alto
F 2 6 3 2 3
% 98.1% 98.9% 98.9% 98.2% 98.6%
Bajo
F 155 186 88 111 142
Conducta
% 1.9% 0.5% 1.1% 1.8% 0.7%
agresiva Medio
F 3 1 1 2 1
proactiva
% 0.0% 0.5% 0.0% 0.0% 0.7%
Alto
F 0 1 0 0 1
% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%
Total
F 158 188 89 113 144
En primer término, sobre la conducta agresiva reactiva según sexo, se puede observar
que, dentro del grupo de mujeres, 61.4% poseen el nivel bajo, 37.3% tienen el nivel medio y
solo 1.3% tienen el nivel alto. En relación a la conducta agresiva proactiva, 98.1% tiene el nivel
bajo; solo 1.9% tienen el nivel medio, ninguna mujer posee el nivel alto.
Por su parte, dentro del grupo de hombres en relación a la conducta agresiva reactiva,
se observa que 68.6% tienen el nivel bajo; 28.2% tienen el nivel medio y solo 3.2% tienen el
nivel alto. En cuanto a la conducta agresiva proactiva, se puede ver que 98.9% presentan nivel
69
bajo; solo 0.5% tienen el nivel medio, del mismo modo, solo 0.5% poseen el nivel alto de
Por otra parte, sobre la conducta agresiva reactiva según edad, se puede ver que dentro
del grupo de adolescentes con edades de 12 y 13 años, el 66.3% tienen el nivel bajo; mientras
que el 30.3% tienen el nivel medio y solo el 3.4% tienen el nivel alto; referente a edades de 14
y 15 años, el 64.6 % presentan nivel bajo, el 33.6% tiene nivel medio y solo 1.8% presentan
nivel alto; respecto a las edades de 16 y 17 años, el 65.3% tienen nivel bajo, mientras 32.6%
Por otra parte, la conducta agresiva proactiva según edad, se observa que dentro del
grupo de adolescentes con edades de 12 y 13 años, el 98.9% tienen el nivel bajo; mientras que
el 1.1% tienen el nivel medio y ninguno presenta el nivel alto; en cuanto a edades 14 y 15
años, el 98.2% tienen el nivel bajo; mientras que el 1.8% tienen el nivel medio y ninguno nivel
alto; en edades comprendidas de 16 y 17 el 98.6% tienen el nivel bajo; mientras que el 0.7%
DISCUSIÓN
realmente preocupante, como lo menciona Bernal (2010) este fenómeno de la agresión está ahí,
presente en todas las etapas y contextos del ser humano afectando tanto a hombres y mujeres;
investigadores durante mucho tiempo, lo que hace que se torne pertinente y esencial su estudio.
La agresión impulsa a cometer diferentes actos que dañan y perjudican las relaciones
sociales, cuya expresión está sujeta a un acontecimiento de diversos factores internos o externos
violencia frecuente reforzada positivamente, también por una distorsión sobre las acciones del
entorno o la poca oportunidad de aprender conductas pro sociales, aumentando así la frecuencia
e intensidad de estas acciones sin un medio justificado (Rubio, 1991). Sin embargo, en nuestro
país, son muy pocos los estudios para diferenciar los tipos de conducta agresiva en adolescente
según las edad y sexo; Si tenemos en cuenta, dichos datos son un aporte importante para conocer
Por tanto, en la presente investigación se cumplió con el objetivo principal que fue
adolescentes en función del sexo y edad. Para las diferencias se utilizó el análisis univariado t
significativas (p > .05) para los dos casos; En concordancia con la investigación, Cilliani (2020)
encontró que no existen diferencias significativas según sexo con la variable conducta agresiva
(p >0.05), por lo que se puede deducir que tanto hombres como mujeres cuentan con las mismas
71
entre la variable agresión reactiva – proactiva y el sexo. Por lo que se puede deducir que tanto
proactiva.
proactiva y la edad (p > .05), a diferencia de lo encontrado en este estudio, Miranda (2019)
proactiva y la edad, si encontró diferencias significativas (p<0.05), difiriendo con los resultados
hallados en esta investigación. Por otro lado, los resultados de Cilliani (2020) si se relacionan
con los encontrados en esta investigación, donde se observó que no existen diferencias
estadísticamente significativas con la variable edad por lo que se deduce que todos los
Contrariamente a estos resultados son los obtenidos por Cima et al., (2013) donde demostró que
hubo significancia en cuanto a la agresión reactiva y proactiva con la edad F (3.838)= 9,19; P=
0.000 y F (3.838) =10,14; P= 0.000, respectivamente, lo cual denota que la agresión en general
se incrementa con la edad, particularmente de 19 a más años; Por lo tanto, se concluye que la
que se pueden dar de igual o diferente forma o intensidad en todas las edades que comprende
la adolescencia.
En función a nuestro primer objetivo específico, que fue identificar la conducta agresiva
reactiva y proactiva en función al sexo y edad. Se encontró que las mujeres poseen agresión
72
reactiva y los hombres presentan agresión reactiva en un 96.8%, y solo 3.2% poseen conductas
agresivas proactivas. En comparación a los estudios realizados por Morales et al., (2019)
no obstante, halló una mayor incidencia de la agresión reactiva. Por otro lado, Valbuena y
Rodríguez (2016) reportaron una mayor frecuencia de conductas agresivas reactivas que
proactivas tanto en hombres y mujeres. Los datos obtenidos y los encontrados por diferentes
autores, en esencia nos demuestran que los adolescentes parecen manifestar en mayor medida
la agresión reactiva, con una probabilidad mayor si se sienten amenazados o perciben una
situación real de manera sesgada, como lo sustenta Dodge y Coie (1987) en su estudio, donde
evidenció que la conducta agresiva reactiva a menudo son motivadas por un sesgo en la
agresivas; es decir que las mujeres no tienden a agredir para obtener un beneficio personal,
serían más emocionales, al igual que los hombres, pero un grupo de adolescentes hombres si
utiliza la agresión con fines propios ya sea materiales o no y actúan sin provocación alguna,
Estos resultados se sustentan con el estudio de Pulkkinnen (1996) sobre las conductas
agresivas, donde aduce que los individuos provocadores también tendrían mayor posibilidad de
defenderse si son dañados o atacados, que procedería de una motivación que tiene el agresor
reactivo frente a una atribución hostil y una percepción de amenaza hacia sí mismo, llevando
a tomar represalias contra sus compañeros, considerando que durante esta etapa los
adolescentes son más vulnerables y tienen menor control o autorregulación frente a situaciones
un aumento de la hostilidad e ira, donde los patrones de la agresión son más guiados por los
En función a la edad, se observa que los adolescentes con edades comprendidas entre
agresivas proactivas, mientras que los adolescentes de 14 y 15 años solo presentan conductas
agresivas reactivas. De igual forma Romaní et al., (2011) encontraron que los adolescentes de
14 a 16 años presentaron mayor incidencia de conductas agresivas en todas sus formas. Del
mismo modo, Valbuena y Rodríguez (2016) concluyen que los adolescentes a partir de los 13
años tienden a tener episodios agresivos y reaccionar contra algo o alguien, justificando sus
Igualmente, Sabeh et al., (2017) aducía que la intensidad de las agresiones como respuesta a
las provocaciones disminuye la conducta agresiva, pero estás suelen nuevamente incrementarse
entre los 12 y 17 años ocasionando efectos más dañinos, comportamientos antisociales, tales
como crueldad y daños a otras personas, asaltos, robos con uso de la fuerza, vandalismo,
destrozos e irrupciones en casas ajenas y huidas de casa. Hay que tener en cuenta la agresión
reactiva es un fenómeno normal a una edad más temprana y cuando no disminuye con la edad,
puede ser un marcador de la agresión más severa en edades más tardías (Sabeh et al., 2017).
En función a nuestro segundo que fue describir los niveles de la conducta agresiva
reactiva y proactiva en función del sexo y edad. Se encontró que las mujeres presentan niveles
bajos en la conducta agresiva reactiva, sin presencia de niveles altos de conducta agresiva
proactiva y los hombres presentan bajos niveles de conducta agresiva reactiva y un menor
número de adolescentes con niveles altos de conducta agresiva proactiva. Estos resultados están
en concordancia con los estudios de Euler et al., (2017) mediante la prueba t Student, reveló
que las mujeres presentan puntuaciones bajas en relación a la agresión proactiva (t (239) =
3.27, p <0.01); Igualmente el estudio realizado por Gonzales (2019) encontró que un 54% de
agresión reactiva grave; respecto a la agresión proactiva un 97% presentan agresión proactiva
74
leve y 3 % moderada. De igual manera, Ascanoa y Pirca (2019) encontraron que los niveles de
agresión reactiva son mayores que la agresión proactiva en los adolescentes. A diferencia de
los encontrados por Penado (2012) que se diferencian parcialmente con los hallados esta
investigación, donde demuestra que las mujeres presentan mayores niveles de agresión reactiva
líneas generales, los hallazgos demuestran que hay manifestaciones de conductas agresivas
reactivas con bajos niveles, es decir que podrían actuar frente a situaciones de amenaza o
provocación, ocasionadas por interpretaciones sesgadas; además se podría inferir que ambos
conductas agresivas proactivas en niveles bajos; sin embargo, hay una menor cantidad de
adolescentes que presentan conductas agresivas proactivas altas, que no se basan en la amenaza
del entorno ni la interpretación sesgada como motivación, sino ven a las conductas agresivas
relación a la edad se observó niveles bajos tanto en la conducta agresiva reactiva como proactiva
en todos los rangos de edad. Este reporte se relaciona con el estudio desarrollado por Cilliani
Pirca (2019) que reportan que al incrementarse la edad, los niveles de agresividad aumentan.
Otro dato relevante encontrado dentro del estudio que puede modular la intensidad de
las agresiones es la configuración familiar, en esta investigación se halló que los adolescentes
participantes en el estudio, el 69,7% viven con ambos padres, el 19,4% vive solo con mama, el
7,2% con otro familiar, 2.9 % solo con papa y el 0.9 con ningún familiar.
proactiva, los resultados obtenidos a través de la prueba estadística t (Student) nos llevan a
75
diferir parcialmente con la hipótesis planteada donde se especifica que los varones presentan
altos niveles de conductas agresivas proactiva, mientras que las mujeres presentan altos niveles
presentan niveles altos de conducta agresiva reactiva, demostrándose que son los hombres y
mujeres quienes presentan ambos tipos de conducta agresiva. Por otro lado, si se ratifica
proactivo que son manifestados por los adolescentes, considerando que no se puede generalizar
los datos obtenidos, pero si se puede ampliar a una muestra mayor. Estos hallazgos sugieren
CONCLUSIONES
significativas.
SEGUNDA: Al identificar la conducta agresiva reactiva y proactiva en función del sexo y edad,
se evidencia que las mujeres presentan agresión reactiva y ninguna proactiva; mientras que los
proactiva, mientras que los adolescentes de 14 y 15 años solo presentan agresión reactiva.
TERCERA: Se observa que las mujeres presentan niveles bajos de agresión reactiva sin
presencia de niveles altos de agresión proactiva y los hombres presentaron bajos niveles de
agresión reactiva y un menor número de adolescentes con niveles altos de agresión proactiva.
En relación a la edad se observa niveles bajos tanto en la agresión reactiva como proactiva en
SUGERENCIAS
en muestras mayores.
conflictos.
78
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ANEXOS
ANEXO A
102
ANEXO B
1. SEXO
Masculino ( ) Femenino ( )
2. EDAD
12 ( ) 13 ( ) 14 ( ) 15 ( ) 16 ( ) 17 ( )
3. LUGAR DE PROCEDENCIA
4. GRADO DE ESTUDIOS
ANEXO C
Por medio de la presente, nos es muy grato informarle que su participación del presente estudio
es voluntaria y las respuestas obtenidas son totalmente confidenciales.
Sr./ Srta. estudiante si está de acuerdo deberá marcar con X el siguiente recuadro
ANEXO D
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Estamos solicitando su autorización para que su menor hijo participe del estudio “Conducta
agresiva reactiva y proactiva en adolescentes: análisis en función del sexo y edad” cuyo objetivo
en adolescentes en función del sexo y edad. También manifestarle que la información solicitará
es anónima, voluntaria y confidencial, los datos obtenidos se usaran con fines netamente
FIRMA
Arequipa…de………2020