Curso CONAPRED
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Curso CONAPRED
Para la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, los Derechos Humanos son derechos inherentes a todas las personas, sin
distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o
étnico, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos y todas tienen los
mismos derechos y abarcan libertades, facultades, instituciones, prerrogativas o
reivindicaciones que garantizan una vida digna para las personas, grupos y
sociedades.
Los derechos humanos abarcan todos los aspectos de la vida. Su ejercicio permite
a hombres y mujeres conformar y determinar su propia vida en condiciones de
libertad, igualdad y respeto a la dignidad. En el pasado, se pensaba que las
personas eran dignas de consideración y respeto por su origen familiar, su
posición social, su riqueza o, incluso, en vista de las creencias religiosas que
mantenían. El día de hoy, entendemos a la dignidad como una característica
inherente al hecho de existir una persona, y que tiene como resultado que haya un
conjunto de derechos humanos destinados a protegerla.
d) Obligatoriedad: Deben ser respetados tanto por los Estados como por las
personas, independientemente de sus creencias o de sus sistemas políticos,
económicos y culturales. Esto quiere decir que los Estados asumen
obligaciones y deberes de respetar, proteger y adoptar medidas
compensatorias para facilitar el disfrute de los derechos, como consecuencia
de su reconocimiento en la Constitución, los tratados internacionales y la
reglamentación secundaria. Si las sociedades y la comunidad internacional se
han puesto de acuerdo en dar a los derechos este estatus de obligatoriedad, es
porque existe un amplio reconocimiento de la importancia de volverlos
exigibles en todo momento.
o
Son libertades, prerrogativas y reivindicaciones universales,
interdependientes, indivisibles y obligatorias.
Son inherentes a la naturaleza humana.
Están inspirados en valores de dignidad, autonomía, justicia,
igualdad y libertad.
Implican obligaciones de promoción, protección, respeto y
garantía por parte de los Estados.
Se violan por acción, omisión o aquiescencia del poder
público.
Se clasifican históricamente en civiles, políticos,
económicos, sociales, culturales y de solidaridad, aunque su
ejercicio es interdependiente y universal.
a) Igualdad
Cuando todas las personas mexicanas tengan la primaria,
secundaria y el bachillerato concluido, entonces, estarán en
igualdad de condiciones para competir por un trabajo.
Cuando a las personas con discapacidad se les incluya en los
ámbitos educativo, laboral y recreativo, entonces, estarán en
condiciones de igualdad para competir por una beca en el
extranjero.
Cuando las niñas y las mujeres vivan una vida libre de violencia,
entonces, estarán en igualdad de condiciones para competir por un
lugar en alguna universidad.
Para lograr esta nivelación, se requiere que el Estado instrumente acciones
afirmativas que favorezcan sólo a los grupos que se encuentran en desventaja
histórica. Algunas acciones afirmativas que el Estado podría implementar son:
Estímulos económicos para los padres y madres que inscriben y
llevan a sus hijos e hijas a la escuela.
Dar preferencia de contratación a las personas con alguna
discapacidad o a las mujeres.
Otorgar becas para estudios a mujeres que son madres solas o
jefas de familia.
Habilitar ventanillas especiales para la atención de personas
mayores o con alguna discapacidad que realizan trámites
gubernamentales.
Por definición todas las acciones afirmativas son temporales. Una vez que todas
las personas partan de la misma base, la acción afirmativa debe desaparecer y
darse un trato igualitario, sin distinción ni exclusión. Es importante mencionar
que las acciones afirmativas no constituyen un privilegio o una arbitrariedad, sino
un intento de lograr que todas las personas gocen de los mismos derechos por
igual.
b) Dignidad humana
3. Las violaciones por aquiescencia son las acciones que realizan terceros que
violan los Derechos Humanos de alguna grupo o persona y que además tiene
consentimiento o protección del Estado, por ejemplo:
a) Nivel de acción
b) Modalidad
El acto de discriminación, además, ocurre si la persona que lo realiza tiene o no
conciencia del daño que provoca; es decir, si se discrimina por acción directa u
omisión. Se le suma a esto el grado de posibilidad de que lo haga con o sin
intención. En cualquier caso, para efectos del combate institucional de la
discriminación, el Estado tiene que centrarse en sus consecuencias y no en la
intencionalidad.
Queda prohibida toda práctica discriminatoria que tenga por objeto o efecto
impedir o anular el reconocimiento o ejercicio de los derechos y la igualdad
real de oportunidades en términos del artículo 1o. constitucional y el artículo
1, párrafo segundo, fracción III de esta Ley.
2.2 ¿Cuáles son las dimensiones en que se materializa la
discriminación?
La discriminación es un proceso que inicia nombrando de manera peyorativa las
identidades y adscripciones grupales de ciertas personas, que se materializa en
representaciones negativas de ellas en la cultura, el espacio público y los medios
de comunicación, y que termina cancelándoles derechos y oportunidades, pero
también situándoles en espacios de violencia, empobrecimiento e impunidad.
Entonces, ¿cómo es que algo inmaterial y hasta sutil como un prejuicio o un
estigma se concreta en violaciones a derechos humanos? A este respecto se
podría apuntar que las conductas discriminatorias se manifiestan en diferentes
dimensiones, que van de lo personal a lo estructural. Aunque la discriminación
está prohibida por nuestro marco normativo en todos los niveles, debemos
reconocer la magnitud, localización y consecuencias de cada acto discriminatorio
para poder dar una respuesta institucional y un acompañamiento adecuado a la
víctima. Distinguir esta diversidad de niveles permite la acción pública
diferenciada. Porque no es lo mismo que, por ejemplo, las autoridades
sensibilicen y frenen las conductas de un estudiante que ejerce acoso escolar
sobre otro a causa del tono de su piel o de hablar una lengua indígena, que
intervenir cuando las y los directivos de la escuela lo califican como un hecho
menor que solo corresponde a los jóvenes resolver y que no amerita ninguna
protección o atención especial para la víctima.
a) La dimensión personal
b) La dimensión cultural
Se trata de ideas constitutivas acerca de cómo debe ser la sociedad, cómo se debe
vivir, quiénes son unos y quiénes los demás. En una sociedad discriminatoria, las
perspectivas culturales de los grupos dominantes se imponen explícita e
implícitamente a las personas y a las instituciones, quienes difícil o raramente las
cuestionan, justificándolas. Tales perspectivas abarcan la concepción de la vida,
el lenguaje, los estereotipos, los mitos, las definiciones de lo bueno, lo normal, lo
raro, así como las reacciones de la gente ante esos comportamientos. En términos
generales, esta dimensión de la discriminación se caracteriza por un rechazo a lo
diferente y por una negación sistemática de derechos a quienes no se sujetan a los
valores y pautas de comportamiento de la mayoría, abrigando fuertes
componentes de misoginia, racismo, xenofobia y homofobia. Estas formas del
odio y la exclusión poseen el peso de la costumbre al ser transmitidas y
afianzadas por la familia, la escuela, las asociaciones y comunidades, las normas
legales, los medios de comunicación y por las políticas públicas. Por ejemplo:
c) La dimensión institucional
d) La dimensión estructural
Se refiere a las formas desiguales en las que el acceso a los bienes está
distribuido dentro de la sociedad, desde las estructuras físicas, políticas y
jurídicas. Se caracteriza en razón de que el acto discriminatorio se presenta de
manera sistemática, lo cual se debe a que el orden social está dispuesto de manera
tal que, casi sin excepción, ciertas personas o grupos de personas experimentan la
limitación o la negación de sus derechos o libertades. En esta dimensión la
discriminación se torna objetiva, en el sentido de que no depende directamente de
los sujetos evitarla o revertirla, sino del orden objetivo de las cosas condicionado
por las estructuras sociales. Se da discriminación estructural contra un colectivo
cuando las posiciones consideradas inferiores se mantienen durante un largo
período de tiempo, que puede incluso alcanzar a varias generaciones. Dicho
período es tan extenso que esta discriminación llega a considerarse un
comportamiento normal. Este tipo de discriminación genera una distinción y
exclusión a permanente y cotidiana en la vida de las personas (mujeres,
indígenas, personas con discapacidad, etcétera) La “normalidad” de este tipo de
discriminación radica principalmente en su enraizamiento en las conductas y
códigos sociales de muchas culturas alrededor del mundo. Recordemos cómo,
durante muchos años, a las mujeres se les negó el acceso a la educación; a las
parejas del mismo sexo, el derecho a formar una familia; a las y los indígenas, el
derecho a conservar su lengua a través de la educación bilingüe, etcétera.
Así pues, se puede hablar de una forma de desigualdad, con efectos precisos
sobre los derechos y calidad de vida de las personas, cuyo origen está en el
terreno de las representaciones subjetivas de la sociedad y que identificamos con
los conceptos de prejuicio, estereotipo y estigma. Por eso conviene detenerse
brevemente en éstos.
a) Estereotipo:
o “Todas las personas musulmanas son terroristas”
o “Todas las personas alemanas son nazis”
o “Las y los indígenas son dóciles e ignorantes”
o “Las y los rockeros son drogadictos”
o “Las mujeres sólo les interesa ir de compras y al salón de belleza”
o “Las personas migrantes quitan puestos de trabajo a la población
nacional”
o “Hay que vigilar a las trabajadoras del hogar para que no se
roben la comida”
b) Prejuicio:
o “Son centroamericanos, ten cuidado”
o “La Dirección General será ocupada por una mujer, seguro es
lesbiana”
o “Juan es indígena, no sabrá manejar estos programas de
computación”
o “Rosa es una anciana, seguro no sirve para nada”
o “No quiero que mi hijo vaya a una escuela donde también van
niños discapacitados”.
c) Estigma:
o “Si tiene tatuajes y piercings seguro es un delincuente”
o “Laura estuvo en la cárcel, seguro no es de fiar”
o “No te juntes con él, tiene SIDA”
o “No voy a dejar ir a mi hijo a la fiesta de Rodolfo, porque su papá
es ministro protestante”
o “No podemos dejarle toda la responsabilidad laboral a Luis,
acuérdate que fue alcohólico”
“Dado que yo entiendo todo muy rápido porque soy más grande y tengo
más experiencia, entonces soy más fuerte, superior y mejor y yo decido lo
mejor para las personas jóvenes inferiores”
“Ojalá que las mujeres candidatas a diputadas pierdan en la elección.
Porque siempre es más difícil ponerse de acuerdo con ellas: son
emocionales y todo lo toman personal. Solo los hombres sabemos hacer
acuerdos políticos”
“Como las trabajadoras del hogar no saben leer ni escribir, no es
necesario que les expliques que tienen derechos. Así te ahorras el
aguinaldo y el seguro social. Ese dinero mejor gastarlo en algo que valga
la pena, como unas vacaciones”
Las personas jóvenes no saben qué es lo que les conviene, así que
debemos exigirles una vestimenta adecuada, quitarles piercings y
cortarles el cabello.
Las personas jóvenes sólo entienden a gritos y con amenazas; razonar con
ellos/ellas es una pérdida de tiempo.
Un niño o niña es incapaz de saber si tiene frío o calor, así que, aunque
no quiera le voy a poner una chamarra de invierno.
En concreto, se puede señalar que desde niño/niña el padre, madre, hermanos y/o
hermanas, amigas y amigos, diversas instituciones y/o los medios de
comunicación enseñan que hay grupos de personas que pueden tratar mejor o
peor de manera directa o indirecta. Muchas veces, este trato coincide con el nivel
socio-económico de la persona, con la edad, la orientación sexual, con el aspecto
físico, con la pertenencia o no a un grupo religioso, étnico, etcétera.
Las personas pobres aprenden a respetar a las ricas, pero sólo algunas
personas ricas aprenden a respetar a las pobres.
Los hijos e hijas aprenden a respetar a su papá y mamá, pero sólo
algunos papás y mamás son recíprocos.
El alumnado aprende a respetar a sus docentes, pero no todos los
maestros y maestras aprenden a respetar a sus alumnas y alumnos.
Todos estos tratos diferenciados y relaciones de poder tienen como base y
sustento un estereotipo, prejuicio o estigma hacia el “dominado”, mientras que
por otro lado mantienen un trato preferencial, exclusivo o de favoritismo hacia
los “dominadores”. En este contexto, una persona joven se sitúa socialmente en
una condición de desventaja que, en algunos casos, puede orientar su conducta a
la autoexclusión, a la dependencia y al aislamiento social.
A pesar que lo económico juega un rol muy importante en este tipo de causas,
existen aspectos no económicos que se vinculan a la vulnerabilidad. Algunos de
estos son los siguientes: poder político, relaciones intrafamiliares, estrategias de
afrontamiento de la crisis, redes sociales de ayuda mutua entre otras.
No obstante, hay grupos o personas que son menos proclives a ser discriminadas
o que no lo han sido históricamente, pero que están en riesgo de estar en una
situación de este tipo por las cambiantes relaciones sociales y sobre todo por los
mecanismos de ejercicio de derechos (mayor acceso a servicios básicos,
educación más o menos inclusiva, modelos de desarrollo, entre otras). Por esto
mismo se puede hablar que hay grupos que son y han sido discriminados, pero
hay otros que más bien están en riesgo o proclives a serlo. Este es el caso de las
personas que están envejeciendo y que, de continuar la inercia en la
discriminación hacia las personas mayores, experimentarán la discriminación
cuando lleguen a edades avanzadas.
Arriba del cincuenta por ciento de la población encuestada a nivel nacional, piensan que la
mayoría de las y los jóvenes son irresponsables. Siendo Michoacán, Guerrero, Sinaloa,
Nayarit y Colima, los estados con los porcentajes más altos.
Alrededor del cuarenta y cinco por ciento de la población encuestada afirman que mientras
se permita el ejercicio de más religiones, se crearán muchos más conflictos sociales.
Cuatro de cada diez mexicanas y mexicanos no estarían dispuestos a permitir que en su casa
vivieran personas homosexuales y tres de cada diez afirman lo mismo en el caso de
personas que viven con VIH o SIDA.
Una tercera parte de las personas encuestadas manifiestan que convivir con personas con
VIH o SIDA, nunca dejará de ser un riesgo. Misma población que afirma, no estarían
dispuestos a rentar un cuarto de su vivienda a una persona con VIH o SIDA.
Alrededor del veinte por ciento de la población nacional encuestada piensa que las mujeres
deben ayudar en los quehaceres domésticos más que los hombres. Siendo Chiapas,
Michoacán, Campeche y Tabasco los estados con mayor porcentaje.
Un alto porcentaje de la población encuestada opina que las personas con bajos recursos
económicos se esfuerzan poco por salir de su pobreza; y que la pobreza de las personas
indígenas se debe principalmente a su cultura.
Una de cada diez personas opina que las autoridades deben reubicar a los protestantes en
otra parte y uno de cada veinte que deben obedecer lo que decidió la mayoría y sacar a los
protestantes. En contraste, más de la mitad afirma que se deben defender los derechos de los
no católicos.
Casi una cuarta parte de las personas encuestadas afirman que las personas con alguna
discapacidad son de poca o nula ayuda en cualquier ambiente laboral. Mientras que
alrededor del treinta por ciento de las personas con discapacidad encuestadas, opinan que
las principales problemáticas a las que se enfrentan, es la falta de accesibilidad en
vialidades, calles e instalaciones, y la falta de oportunidades laborales.
El 87.7% de las personas trabajadoras del hogar, declararon que han desempeñado sus
labores, sin contar con ninguna prestación de ley.
Alrededor del 10% de las personas encuestadas asegura que algunas de las mujeres que son
violadas, es a causa de que provocan a los hombres. Mientras que una tercera parte de las
mujeres encuestadas aseguran que el principal problema que viven es la violencia directa
hacia ellas.
Una de cada dos personas lesbianas, homosexuales o
bisexuales considera que el principal problema que enfrenta es
Diversidad sexual
la discriminación, seguida de la falta de aceptación y las
críticas y burlas.
El principal problema que perciben las minorías étnicas es la
Origen étnico y discriminación; seguido de la pobreza y el apoyo del gobierno.
afrodescendientes Es importante destacar que este grupo opina que la lengua
representa uno de sus principales problemas.
La falta de oportunidades de empleo y experiencia son
considerados como los principales problemas de las y los
Jóvenes
jóvenes en México, seguidos de las adicciones, la inseguridad,
la violencia y la delincuencia.
Tres de cada diez personas que pertenecen a alguna minoría
religiosa consideran que su principal problema es el rechazo,
la falta de aceptación, la discriminación y la desigualdad;
Diversidad religiosa mientras que una proporción similar considera que su principal
problema son las burlas, las críticas y la falta de respeto;
solamente el siete por ciento considera que no tiene problemas
por su religión.
Dos de cada diez personas consideran que el principal
problema de las mujeres es la falta de empleo, seguido por los
Mujeres problemas relacionados con la inseguridad, abuso, acoso,
maltrato y violencia, y la discriminación, con porcentajes muy
bajos aparecen los problemas relacionados con la salud.
Casi tres de cada diez niñas y niños dijeron que sus papás les
Niños y niñas han hecho llorar, y uno de cada cuatro, les han pegado en su
casa.
El principal problema percibido, por cuatro de cada diez
personas mayores, es la dificultad para encontrar trabajo, en
Personas mayores
porcentajes menores, la falta de salud y la discriminación e
intolerancia.
Los tres problemas que más señalan las personas con
discapacidad son el desempleo, la discriminación y el no ser
Personas con
autosuficientes; se mencionan en menor medida los problemas
discapacidad
relacionados con la salud, la carencia de espacios públicos
adecuados y el respeto a sus derechos.
Seis de cada diez personas migrantes consideran que en
Migrantes México se respetan poco sus derechos. Uno de cada diez
señala que no se respetan nada.
Una tercera parte de las personas que se dedican al trabajo del
Trabajadoras del hogar señala que el principal problema para quienes realizan
hogar estas tareas es el sueldo bajo, seguido por abusos, maltrato,
humillación y discriminación.
4.1 ¿Cuáles son los mecanismos de protección y defensa
del derecho a la igualdad y no discriminación?
El no discriminar “no es asunto de buenos modales, caridad o beneficencia, sino
una cuestión de derechos". Todas las personas tienen garantizado este derecho en
diversos instrumentos jurídicos nacionales e internacionales.
Para el año 2017, el Congreso del Estado de Nuevo León promulgó su propia ley
antidiscriminatoria, con lo que actualmente todas las entidades federativas
cuentan con un marco normativo para combatir la discriminación en el ámbito
local. Asimismo, es importante mencionar que algunos estados, como la Ciudad
de México, han tipificado el delito de discriminación en sus códigos penales que
sancionan con la imposición de penas de prisión, trabajo comunitario y multas. A
pesar de que esto significa un avance importante en materia de la defensa del
derecho a la igualdad y no discriminación, son escasas las denuncias por este
delito. La explicación puede ser entre otras, la falta de conocimiento de dicha
legislación.
4.1.2 Mecanismos no jurisdiccionales
Para cumplir dicho objeto, y de manera resumida, el Consejo tiene las siguientes
atribuciones:
El Conapred tiene como una de sus principales tareas poner a disposición de las
personas los medios para defender su derecho a no ser discriminadas. Para ello,
toda persona que considere que ha sido objeto de un acto discriminatorio puede
acudir a la Dirección General Adjunta de Quejas y Reclamaciones para
denunciarlo. En Conapred se puede poner una queja si el presunto responsable de
la conducta discriminatoria es un particular y una reclamación si se trata de un
servidor público federal. Con objeto de eliminar la conducta discriminatoria, el
Conapred iniciará un proceso conciliatorio entre el agraviado y el presunto
responsable. De no lograrlo, el Consejo orientará a la parte agraviada sobre las
alternativas correspondientes.
Conclusión
En términos de los tiempos que requieren los consensos sociales, la lucha contra
la discriminación es relativamente reciente. Apenas fue a partir del año 2001, con
la inclusión de la cláusula antidiscriminatoria en el texto constitucional, que
inició una reflexión colectiva acerca de lo que implica crear marcos normativos,
instituciones y modalidades de vinculación entre los sectores público y privado
desde esta perspectiva que se había convertido en obligatoria. De manera
particular, la discusión se ha centrado en el terreno de las políticas públicas y, en
general, sobre las acciones que el Estado tendría que realizar para acortar la
brecha entre los principios normativos abstractos y los contextos reales de
desigualdad en que se accede a las oportunidades y al desarrollo.