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LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN

ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN EL TRATAMIENTO
Dr. Russell A. Barkley

CURSO PARA PROFESIONALES

CAPÍTULO 6

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CAPÍTULO 6 – LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

BIENVENIDOS

Hola, soy el Doctor Russell Barkley, Profesor Clínico de Psiquiatría en la


Universidad de Medicina de Carolina del Sur. Bienvenidos a este curso por
Internet.

REVELACIÓN DE FUENTES DE INGRESOS

Antes de empezar, quiero compartir con Uds. mis fuentes de ingresos durante el
año pasado, por si consideran que pueda existir algún conflicto de intereses en los
contenidos de esta presentación. Durante el último año he recibido una pensión
de jubilación de la Cátedra de Medicina de la Universidad de Massachusetts,
aunque sigo ejerciendo mi profesión. También he impartido conferencias en
diversas localidades internacionales y en la diapositiva pueden ver las
organizaciones que patrocinaron estas presentaciones. Recibo derechos de autor
de diversos editoriales por los productos relacionados con el TDAH que he creado,
y de varias páginas web por mis seminarios en Internet. He trabajado además
como conferenciante en representación de varias de las principales empresas
farmacéuticas que venden productos para el tratamiento del TDAH, a las que he
asesorado como experto.

Dr. Russell A. Barkley – Copyright © 2011


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IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

BREVE GUÍA DE SIGNIFICADOS

TDAH – Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad


TDA - Trastorno de Déficit de Atención
TCL- Tempo Cognitivo Lento
TND- Trastorno Negativista Desafiante
TC - Trastorno de Conducta
TGC- Trastorno Generalizado de la Conducta
TGD- Trastorno Generalizado del Desarrollo
TOD – Trastorno Oposicionista Desafiante
TA- Trastorno de Aprendizaje
TOC- Trastorno Obsesivo Compulsivo
FE- Funciones Ejecutivas
ST- Síndrome de Tourette
DSM- Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
FDA- Agencia Federal de Alimentos y Drogas
CPF – Corteza Pre-Frontal
AR- Auto-Regulación
TDFE – Trastorno Deficitario de las Funciones Ejecutivas
TDC- Trastorno del Desarrollo de la Coordinación
TEA- Trastorno del Espectro Autista
PSI- Prueba de Índice de Estrés Parental
TLP- Trastorno Límite de Personalidad

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CAPÍTULO 6 – LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS: IMPLICACIONES


EN EL TRATAMIENTO

Este curso va a tratar las consecuencias del TDAH en los adolescentes y los
adultos. Al describir las diversas áreas de disfunción, hablaré también de las
implicaciones para su tratamiento. Es en realidad la segunda parte de un curso,
sobre los factores de riesgo y disfunciones asociados con el TDAH. En la primera
parte del curso, hemos hablado de los factores de riesgo en la infancia. Este curso
como ya he comentado, tratará las consecuencias del TDAH en estos niños al,
llegar a la adolescencia y a la edad adulta.

METODOLOGÍA DEL ESTUDIO MILWAUKEE

Antes de iniciar nuestro estudio de las diversas áreas de disfunción, me gustaría


explicarles un estudio longitudinal que realicé conjuntamente con Mariellen
Fischer y sus compañeros en el Medical College de Wisconsin. Se conoce como el
Milwaukee Follow-Up Study o el Estudio de Seguimiento de Milwaukee. Me
gustaría comentarlo brevemente con Uds., porque a lo largo de este curso
hablaré de algunos de los resultados de este estudio longitudinal. Por lo tanto,
saber algo sobre los métodos que se emplearon a la hora de realizar este estudio,
creo que les servirá de ayuda.
En 1978 empecé la evaluación de 158 niños, entre los 4 y los 11 años de edad. En
aquel entonces, les había diagnosticado un trastorno de niño hiperactivo, pero
actualmente se les daría un diagnóstico de TDAH de tipo combinado. El
diagnóstico se realizó según los criterios del propio estudio, porque en esa época
no existían criterios de DSM, que se pudieran utilizar en proyectos de
investigación. Aunque existía el DSM-II, no era muy preciso. Por lo tanto,
seleccionamos niños que mostraban síntomas significantes de inatención,
impulsividad e hiperactividad, muy parecidos a los criterios actuales del DSM-IV.

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Otro requisito, fue que sus síntomas no fueran apropiados para su etapa de
desarrollo que pudimos determinar, al entregarles a las familias el Cuestionario
Conners para Padres y la Escala de Valoración de Actividades Werry-Weiss-Peters.
Los niños participante en el estudio, tenían que estar dentro del percentil 98 de la
media, de acuerdo al Índice Connors de Hiperactividad y dentro del percentil 84,
de la media para la Escala de Valoración de Actividades Werry-Weiss-Peters. Era
necesario demostrar problemas de conducta generalizados en diversas
situaciones diarias, según el Homes Situation Questionnaire (Cuestionario de
Situaciones Domésticas).
Los síntomas de los niños participantes, tenían que haberse iniciado antes de los 6
años y como vemos en la diapositiva, excluimos varias condiciones, incluidas las
psicopatologías más severas.
Formamos otro grupo de 81 niños de contextos, barrios y colegios parecidos,
basándonos en lo que se llama la técnica de la bola de nieve. Consiste en invitar a
participar en el proyecto, a personas conocidas por los niños con TDAH y por sus
padres. Invitas entonces al grupo, a que recomiende amigos suyos como
participantes potenciales, y así… hasta conseguir el grupo de control. Utilizamos
este proceso de selección, para asegurarnos de que los niños del grupo de
control, compartían barrio, características socioculturales y de entorno, con los
niños con TDAH. Volvimos a evaluar a estos niños de nuevo a los 15, a los 21 y a
los 27 años. Los resultados que comentaré en esta presentación provienen, en su
mayoría, del seguimiento de los 21 a los 27 años. Observen que tuvimos un alto
nivel de permanencia de participantes, tanto en el grupo con hiperactividad
como en el grupo de control, por tanto la mayoría de las personas que
participaron en el inicio del estudio, participaron también en estos seguimientos.
Al llegar a la edad adulta, a los 27 años, el TDAH entonces se definía según los
criterios modificados del DSM-IV. Con esto quiero decir, que no utilizamos el
umbral diagnóstico de los 6 síntomas de cualquiera de los dos listados de
síntomas, tal como exige el DSM-IV, porque según los estudios, este umbral no es
apropiado para evaluar a los adultos. De hecho, es excesivo y corresponde al
percentil 99 de la población adulta.

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Los estudios han demostrado que a la hora de determinar el TDAH en un adulto,


es más adecuado un umbral de 4 síntomas. Este umbral corresponde al percentil
93-95 y el nivel de conducta inapropiada, está en consonancia con los niveles
aplicados a los niños. Otro requisito que tomamos en cuenta fue, que los
individuos demostraran una disfunción en por lo menos una de las 8 áreas de
actividades principales de la vida diaria.
Utilizando estos criterios, dividimos el grupo de niños hiperactivos en dos grupos:
los que cumplían los criterios para TDAH en el seguimiento y los que no los
cumplían. En la diapositiva (H+TDAH) entre paréntesis son los niños que fueron
hiperactivos en la infancia y cumplieron con los criterios modificados del DSM-IV a
los 27 años. H-TDAH representa los niños que fueron hiperactivos en la infancia,
pero siendo adultos no cumplieron estos criterios modificados.
Como veremos más adelante, algunos de estos niños se encontraban al llegar a la
edad adulta, dentro de los criterios para la población en general, con lo cual
podríamos suponer, que se habían recuperado del TDAH o simplemente al
madurar, lo habían superado. Muchas otras personas del grupo seguían con los
síntomas, pero simplemente no cumplieron todos los criterios del diagnóstico.
Como es común en muchos de los estudios de seguimiento, la mayoría de los
participantes en este estudio fueron niños. Esto es porque en la época en la que
comenzamos el estudio, los niños tenían una probabilidad 5 veces mayor que las
niñas, de ser derivados para el tratamiento del TDAH. Este hecho se refleja en la
muestra de participantes.

COLABORADORES

Como comenté anteriormente, mis colaboradores en el estudio de Milwaukee,


fueron Meriellen Fischer, mi co-investigadora principal, y el resto de personas que
nos ayudaron en el proyecto, figuran también en esta diapositiva. Estoy
agradecido a todos por sus años de colaboración en la recogida de información
para este estudio tan importante.

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TRATAMIENTOS RECIBIDOS HASTA LOS 15 AÑOS

Me imagino que Uds. se preguntarán, si los participantes recibían tratamiento


durante este estudio. Sí lo hicieron, pero no se les proporcionó de una forma
sistemática, formal o al azar, como parte del proyecto o del personal del
proyecto. Lo que hicimos fue simplemente, documentar la cantidad de
tratamiento que cada individuo recibía de forma habitual, recetado por su médico
o por del hospital infantil de su comunidad.
Pueden ver aquí, que la mayoría de los niños fueron medicados durante su
infancia. Al llegar a los 15 años, más de un 83% de estos niños, habían recibido
uno de los dos medicamentos estimulantes y por lo menos un 18%, habían
recibido el estimulante Pemolina, que ya no se comercializa. Pero fíjense que
como promedio, recibieron tratamiento con fármacos durante sólo unos 3 años.
Muchos habían recibido distintos tipos de terapias, en especial terapias
individuales, terapias de familia o entrenamiento en grupos para padres. Un
pequeño porcentaje había recibido terapia grupal, o tratamiento ingresado en
una clínica. Así era el tratamiento que recibieron nuestros grupos hasta la edad
de los 15 años.

TRATAMIENTOS RECIBIDOS HASTA LOS 21 AÑOS

Fíjense que al llegar a los 21 años, la gran mayoría de los niños con TDAH ya no
recibían tratamiento y no lo habían recibido, especialmente por fármacos,
durante sus años en el instituto. Aquí pueden ver, que sólo una cuarta parte de
los niños con TDAH, fueron tratados con fármacos cuando estaban en el instituto
y la gran mayoría de estos niños, fueron tratados con medicamentos
estimulantes. Al terminar el instituto, al llegar a los 21 años, la proporción de
chicos que recibían tratamiento con fármacos, había disminuido a 1 entre 7, es
decir, el 13% de los niños participantes.

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Y aunque algunos de ellos, habían recibido terapias psicológicas adicionales


durante sus años en el instituto y otros habían recibido servicios extraescolares de
educación especial al terminar el instituto, sólo un 30% había recibido este tipo de
terapia.
Así que se trata por lo general, de un grupo de niños que fueron tratados en la
infancia, pero que al llegar al instituto y desde luego al llegar a los 21 años, ya no
recibían tratamiento. Como pueden ver en esta diapositiva, la proporción de
participantes que recibía tratamiento a los 27 años, fue aún más baja.

PERSISTENCIA DEL TRASTORNO

Lo primero que nos interesa es el grado de persistencia del TDAH. Existen muchos
estudios que han investigado sobre esta cuestión. Los que no utilizaron criterios
diagnósticos formales, normalmente estudios realizados durante los años 70 y 80,
encontraron que los síntomas de aproximadamente el 50% de los individuos
participantes parecían persistir a lo largo de los primeros 10 años del
seguimiento, es decir, hasta entrada la adolescencia. Pero sin embargo, una vez
que se empezaban a utilizar los criterios formales del DSM, encontramos un
porcentaje más alto de persistencia.
En mi opinión, este aumento se debe a que los criterios del DSM son más
rigurosos. De todos modos, parece que por lo menos en un 70 u 80% de los
individuos, el TDAH completo persiste durante los primeros 10 años del
seguimiento, hasta la mitad de la adolescencia. Con esto no quiero decir que el
20 o 30% restante lo superaran. Como he indicado anteriormente, es habitual que
cierto porcentaje de las personas con TDAH lo superen, en este caso
probablemente es de un 10 a 15%. El otro porcentaje del 10 al 15% restante,
tiene un alto nivel de síntomas, pero no suficientes para cumplir con los criterios
diagnósticos del DSM para el TDAH.

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Al llegar a los 21 años, o al inicio de la edad adulta, nuestro estudio recogió unos
resultados bastante interesantes y contradictorios, en comparación con otros
estudios. Esos estudios hicieron un seguimiento de niños con TDAH hasta los 21
años y la gran mayoría habían superado el trastorno. Los resultados mostraban
que entre un 3 y un 8% de los niños seguían cumpliendo todos los criterios para el
TDAH, al llegar a esa edad.
Esto demostraba un grado de recuperación realmente extraordinario entre los 15
y los 21 años, y nos preguntamos si era real o no. Cuando examinamos los
métodos empleados en todos estos estudios basados en un seguimiento de niños
hasta la edad adulta, descubrimos dos elementos que todos tenían en común.
El primero, es que todos los estudios dejaron de entrevistar a los padres de los
participantes, cuando éstos llegaban a la edad adulta. Las entrevistas se
realizaron solamente con los participantes.
Nos preguntamos si este hecho influía sobre los resultados. ¿Es importante la
fuente de información para determinar el grado de persistencia del TDAH? Uds.
pueden ver la respuesta a esta pregunta, en la parte central de esta diapositiva,
aquí mismo, donde comparamos los resultados de nuestras entrevistas con los
participantes y con sus padres. Observen, que cuando entrevistamos a los
participantes con TDAH a los 21 años, sólo un promedio de un 5% tenía síntomas
suficientes para un diagnóstico de TDAH, según los criterios del DSM.
En otras palabras, reproducimos los resultados de otros estudios. Pero entonces,
nosotros también incluimos a los padres, y cuando completamos estas entrevistas
con los datos aportados por ellos, el porcentaje fue como pueden observar aquí,
por lo menos 10 veces mayor, aproximadamente el 46%. Lo que significa es que
efectivamente, la fuente de la información influye mucho sobre el grado de
persistencia del trastorno. Si contamos con los informes de los padres a lo largo
de todo el seguimiento, parece que por lo menos la mitad de los participantes,
cumplen con todos los criterios del DSM, al llegar a la edad adulta. Si en cambio,
sólo se entrevista a los participantes mismos, sólo un pequeño porcentaje,
cumplen con todos los criterios.

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La segunda cuestión, tiene que ver con los criterios del DSM. Como comenté
anteriormente, los criterios del DSM se desarrollaron pensando en la población
infantil y fueron testados sólo en esta población. Por tanto es posible que los
umbrales para el diagnóstico, e incluso la manera de describir los síntomas, no
sean apropiados para determinar el TDAH en los adultos.
Es decir, podría ser posible que los individuos superen los criterios del DSM, pero
no el trastorno en sí. Esto por supuesto requiere tener una definición diferente
del trastorno, que se pueda contrastar frente a los criterios del DSM.
La definición que nosotros usamos como alternativa, es conocida como conductas
inapropiadas en la etapa de desarrollo del individuo o criterios referenciales
según el desarrollo. Decidimos definir el TDAH en los adultos, basándonos en dos
desviaciones típicas sobre la media del número de síntomas que una persona sin
el trastorno presentaría en un auto-informe. Corresponde aproximadamente al
percentil 98. Una vez más, volvimos a entrevistar a los participantes en el estudio
sobre su trastorno y también a sus padres. Como pueden observar en la parte
inferior de la diapositiva, aquí, cuando entrevistamos a los individuos que tenían
TDAH durante su infancia y adolescencia, en referencia a los síntomas, sólo un
12% estaban en el percentil 98. Es un porcentaje casi tres veces mayor que el que
encontramos según los criterios del DSM, pero sigue siendo bastante bajo. Por
otro lado, observen aquí, los resultados que obtuvimos cuando preguntamos a los
padres sobre los síntomas de sus hijos.
Entonces vemos, que aproximadamente un 66% de los individuos con TDAH, se
sitúa en una cifra superior al 2% superior de la población, según los informes de
sus padres. Si contrastamos el 66% con el 46%, vemos el problema con el DSM.
Hay por lo menos más de una tercera de los individuos con TDAH que tienen
comportamientos no apropiados con su etapa evolutiva y por tanto podrían
considerarse como casos de TDAH que el DSM no detecta.
Para decirlo de otra manera, si usamos los criterios del DSM tal como están
escritos, habría por lo menos una tercera parte de los adultos que mantienen un
desarrollo inapropiado en su etapa evolutiva, pero no cumplen con los criterios
del DSM.

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Sugiere entonces que en algunos casos los individuos no superan el trastorno,


pero sí superan los criterios del DSM, que fueron creados pensando en la
población infantil. Otra manera de definir el TDAH en los adultos, es examinar el
porcentaje de los individuos que de hecho, tuvieron disfunciones funcionales en
una o más de las 8 áreas que examinamos en nuestra entrevista, y esta cifra está
aquí.
Observamos que por lo menos un 85 a un 90% de los niños participantes en este
estudio, tuvieron disfunciones funcionales en una o más de estas áreas.
Ahora surge una pregunta importante: ¿cuál de estos informes deberíamos creer?
¿Damos más crédito a las personas que se han criado desde niños con el
trastorno? Ya son adultos y quizás ellos mismos sean los que mejor puedan
observar e informar sobre su propia conducta. Por otro lado, a lo largo del estudio
hasta este momento, hemos contado con los informes de sus padres y quizás
ellos sean la fuente de información más importante o fiable. Para comprenderlo
o para poner esta idea a prueba, correlacionamos los informes de los padres con
las medidas de disfunción en 8 de las principales actividades de la vida. Hicimos
lo mismo con los autoinformes de los participantes en el estudio.
De esta manera, pudimos comparar ambas fuentes de información, para ver cuál
de las dos pronosticaba mejor las disfunciones en las áreas principales de las
actividades de la vida diaria. Encontramos que los autoinformes pronosticaban
muy poco en cuanto a disfunciones. Por otro lado, los informes de los padres
tuvieron una correlación mucho mayor con el grado de disfunción en todas las
áreas y funcionaron muy bien para pronosticar disfunciones globales que
afectaban a varias áreas.
Por tanto, si la capacidad de pronosticar disfunciones es un criterio para juzgar la
validez de los informes, está claro que los informes de los padres son más válidos
que los autoinformes de los participantes en el estudio. Podemos sugerir
entonces, que los médicos clínicos que realizan evaluaciones de individuos por lo
menos hasta los 21 años, y según demostraremos, incluso hasta los 27, deberían
entrevistar a personas cercanas al paciente y no depender exclusivamente de los
autoinformes.

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Como nos sugieren los datos que vemos aquí, los autoinformes de personas con
TDAH, suelen subestimar el grado de sus síntomas, por lo menos hasta bien
entrada en la edad adulta.
Para resumir, recomendamos contrastar siempre los auto-informes realizados por
personas con TDAH con informes de las personas que les conocen bien, para
evitar la trampa de la subestimación de síntomas o grado de disfunción por parte
del paciente.
La siguiente pregunta es ¿qué ocurre en nuestro estudio longitudinal, cuando los
participantes llegan a los 27 años de edad? Existen muy pocos estudios de niños
con TDAH que hayan continuado durante tanto tiempo.

PERSISTENCIA DURANTE EL DESARROLLO Y SUPERACIÓN

En esta diapositiva vemos los resultados a los 27 años. De hecho, lo que vemos
aquí, son los resultados a lo largo de todo el período de seguimiento, así que les
explicaré que significan estos resultados. Aquí vemos los resultados a los 21 años,
que acabo de describir. Pueden observar que hemos dividido el TDAH en
definiciones distintas, que están aquí a la derecha y que les explicaré. La línea
azul oscuro, representa lo que llamaríamos el “síndrome” completo del TDAH. Es
decir, si el individuo cumple con la totalidad de los criterios del DSM para este
trastorno. Las siguientes dos líneas, la azul claro y la amarilla, representan una
definición del TDAH, según la etapa evolutiva. La línea azul claro, representa el
percentil 98 que comentamos anteriormente y la línea amarilla, representa el
percentil 93 o una desviación típica de 1,5 sobre el promedio.
Observen el espacio entre las líneas azul claro y amarillo y la línea azul oscuro.
Este espacio o diferencia, representa el problema con el DSM. Muestra que
muchos individuos permanecen a lo largo de su vida con síntomas no apropiados
para su etapa evolutiva, pero se ve que el DSM tiene cada vez más dificultades
para detectarlos.

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Como he dicho anteriormente, es posible superar los criterios del DSM que vemos
aquí sin superar necesariamente el trastorno, si lo definimos como síntomas no
apropiados para la etapa evolutiva.
Para terminar, observen la línea roja en la parte inferior de la diapositiva.
Representa el porcentaje de los participantes en nuestro estudio de seguimiento
de personas con TDAH, que ya mostraban un rango normal en el grado de
síntomas.
Para definir el rango de normalidad, requerimos que por lo menos tuviera una
desviación estándar o menos, con respecto a la media de nuestro grupo de
control. Aquí pueden ver, que un pequeño porcentaje de individuos empiezan a
mostrar una normalización en cuanto a sus síntomas.

TDAH EN LAS DISTINTAS ETAPAS DE DESARROLLO

En esta diapositiva, vemos los resultados numéricos reales que utilizamos para
crear el gráfico. Fíjense especialmente en los números de la última columna de la
derecha, con los resultados del seguimiento a los 27 años. Vemos que el número
de personas con TDAH, según la definición de conducta no apropiada para la
etapa evolutiva (en el percentil 98 o 93) es el doble que las personas que
cumplían los criterios del DSM. Esta diferencia, se tendrá que corregir en el DSM-
V, para asegurarse de que los criterios sigan siendo adecuados para valorar el
TDAH en los adultos. En la parte inferior, vemos el porcentaje de individuos que
presentaban síntomas dentro del rango de la normalidad, que hemos considerado
generosamente, como el percentil 84 o menor. Y finalmente vemos, entre
paréntesis, a las personas que no solamente presentaban síntomas dentro del
rango de la normalidad, sino que tampoco demostraban mayores disfunciones
que el promedio de los individuos en el grupo de control.
Es decir, que mostraban un área o menos de disfunción.

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CAMBIOS DURANTE EL DESARROLLO (AUTOINFORMES; ESTUDIO MILWAUKEE)

Este gráfico sugiere, que aproximadamente un tercio de los individuos con TDAH,
puede estar superando el trastorno, según los informes de sus padres. Pero
observemos qué ocurre cuando volvemos a los auto-informes. Allí vemos una
tendencia a lo contrario, en cuanto a los síntomas. Con el tiempo vemos un
aumento de los síntomas en vez de una reducción, independientemente de la
definición del TDAH que aplicamos.
Esto nos sugiere que las personas con TDAH, son más conscientes de sus síntomas
al inicio de la edad adulta, al cumplir los 21 años. No importa la definición de
TDAH que utilicemos, observamos un aumento en la percepción de los síntomas
de TDAH por parte del individuo.
Hay muchos posibles motivos de este aumento de los síntomas en los auto-
informes. Puede ser que muchos de estos individuos, se hayan independizado de
la casa de sus padres, y que sus amigos, compañeros, parejas o sus jefes,
empiecen a comentar con ellos sus problemas de conducta y por tanto ya no
pueden simplemente echarles la culpa a sus padres, como habían hecho cuando
eran más jóvenes. De hecho, a los 15 y a los 21 años, la mayoría de estas
personas no creían tener TDAH para nada, a pesar de que sus padres les habían
llevado a evaluar y habían recibido un diagnóstico, realizado por profesionales.
Pero observen que al llegar a los 27 años, un número mayor de estas personas
empiezan a “despertar” y darse cuenta de que pueden tener síntomas de TDAH.
Otro motivo de este aumento podría ser neurológico. La automonitorizacíon está
localizada en el lóbulo frontal del cerebro, en particular en el cingulada anterior, y
el lóbulo frontal sigue madurando hasta finales de los 20 y el inicio de los 30 años
de edad. Entonces es posible que parte de este aumento de reconocimiento del
TDAH, esté basado en la continua maduración neurológica.
Las personas tienen una mayor auto-conciencia y por tanto una mayor conciencia
de sus propios síntomas. Es posible que ambas explicaciones sean válidas en
relación con estos datos, pero da igual, porque lo que observamos en este gráfico,
no contradice los informes de sus padres.

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De hecho, representa una convergencia. Si comparásemos los dos gráficos que les
he enseñado, la disminución de los síntomas en los informes de los padres y el
aumento de síntomas en los auto-informes, podemos observar que hay una
convergencia de los dos en el seguimiento de los 27 años. Las personas con TDAH
que lo han tenido durante toda la vida, empiezan a estar de acuerdo con sus
padres sobre el grado de síntomas que pudieran tener. Esta convergencia
probablemente continúa unos años más, hasta iniciados los 30.
Es decir, que cuánto más mayor sea el paciente con TDAH, hay mayor
concordancia entre sus auto-informes y los informes de las personas de su
entorno. Pero antes de los 27 ó 30 años de edad, es frecuente que no coincidan.
Por eso, recomiendo encarecidamente que siempre obtengan el informe de
alguien que conozca bien a la persona, para contrastar con el auto-informe.

FACTORES QUE PRONOSTICAN LA PERSISTENCIA DEL TDAH

Al llegar el seguimiento a los 27 años, llevábamos tiempo investigando la


posibilidad de que existieran factores, que nos pudieran ayudar a pronosticar la
persistencia o la superación del trastorno. No encontramos ninguno que
consideráramos de significado clínico. Había unos pocos pronosticadores que
llegaron a tener un significado estadístico y que podrían tener una pequeña
influencia en el diagnóstico, pero constituyeron sólo un pequeño porcentaje de la
varianza o de la probabilidad de superación del TDAH por parte del individuo.
Uno de los pronosticadores fue, por supuesto, el grado de severidad del TDAH en
la evaluación anterior.
Cuanto más persistente y severo era el TDAH (hasta los 21 años), más probable
era la continuidad del TDAH más adelante en su vida. Encontramos también que
el nivel de formación tenía algún valor pronosticador, pero era mínimo. Los
individuos que terminaron sus estudios en el instituto, tenían menos
probabilidades de tener TDAH como adultos, que los que no los llegaron a
terminar.

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Pero este hecho por supuesto, simplemente refleja la severidad del trastorno. Lo
importante es que no pudimos identificar ningún pronosticador de peso para la
superación del trastorno, por lo menos a través de las medidas de factores
psicológicos o sociales.
Estos resultados son muy parecidos a los de Joseph Biedeman y sus compañeros
en el Massachusetts General Hospital, en su propio estudio longitudinal. Es decir,
que existen muy pocos, y posiblemente ningún elemento pronosticador de los
resultados para el futuro.
Encontraron 3 factores que tenían significancia estadística pero, igual que en
nuestro estudio, no parecían corresponder mucho en la variación de los
resultados. De nuevo, el grado de severidad del TDAH en la evaluación anterior,
la presencia o no de por lo menos otro trastorno psiquiátrico y el grado de las
diferentes formas de psicopatologías que podría tener la madre, contribuían
aparentemente, a la persistencia del trastorno en el tiempo.
Pero la conclusión de este estudio, y de muchos otros también, es que existen
pocos, o posiblemente ningún pronosticador fiable de la persistencia del TDH en
la edad adulta. La razón de estos resultados, puede ser debida a que todos hayan
examinado factores psicológicos, psiquiátricos o sociales y ninguno estudió
mediciones neurológicas o genéticas del TDAH. Es posible que ciertos genes o
pautas de desarrollo neurológico, sean mayores factores pronosticadores de la
persistencia del TDAH en la edad adulta.
Como han visto en mi curso en esta página web sobre las etiologías del TDAH,
sabemos que el TDAH es uno de los trastornos neurogenéticos más llamativos
dentro de la psiquiatría. Factores neurológicos y genéticos, contribuyen en gran
parte a la etiología del trastorno, y quizás estos mismos factores sean
determinantes también en el pronóstico de la persistencia del trastorno en la
edad adulta. De hecho, estudios recientes han demostrado que las personas con
ciertas versiones de los genes dopamínicos en el cerebro o que tiene versiones
distintas de estos genes, tienen tendencia a un desarrollo de la corteza frontal
más rápido que personas que no los tienen.

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Por tanto, es posible que existan factores genéticos que están relacionados con el
grado de persistencia del TDAH. Es de esperar que futuras investigaciones nos
aporten más información sobre esta cuestión.

RESULTADOS EDUCATIVOS

Ahora queremos prestar atención a las distintas áreas de disfunción que


examinamos en nuestro estudio y que se han examinado en muchos otros
estudios longitudinales. Uno de los resultados examinados con más frecuencia
para niños con TDAH, es el impacto que el trastorno ha tenido en sus resultados
académicos y en su funcionamiento durante los años de formación académica. En
esta diapositiva pueden ver los resultados de los otros estudios longitudinales y
también del estudio de Milwaukee. Si observan la primera línea de la diapositiva,
aquí podrán distinguir rápidamente las fuentes de información. Cuando observan
el abanico de estadísticas, tal como se lo estoy enseñando aquí, del 20 al 45%,
representan las estadísticas para repetición de curso en todos los otros estudios
longitudinales.
Los números que figuran después del acrónimo MKE, son los resultados de mi
estudio longitudinal Milwaukee. Aquí vemos que el 45% de los niños participantes
en el grupo hiperactivo, habían repetido por lo menos un curso, mientras que sólo
un 13% del grupo de control, había repetido curso.
Antes de comentar estos resultados, me gustaría que nos fijáramos en los
resultados de los otros estudios, en cuanto a la repetición de curso. Los estudios
indican que la repetición del curso no beneficia a los niños, por lo general, y que
los pocos beneficios que pueda haber en cuanto a resultados en las pruebas de
nivel académico, no son duraderos en el tiempo. La mayoría de los estudios,
indican de hecho, que la repetición de curso es con toda probabilidad dañina. El
estudio Pagani, por ejemplo, demostró que la repetición de curso está
relacionada con un aumento de agresividad en los niños y depresión en las niñas,
dificultades de relación con sus compañeros de colegio en los años siguientes,

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pérdida de interés por el aprendizaje y una mayor probabilidad de dejar el


instituto antes de terminar los estudios.
Estos resultados se mantuvieron, incluso después de hacer un control con todas
las otras fuentes de información sobre estos niños, como por ejemplo, el grado de
severidad de sus dificultades de conducta, su funcionamiento académico antes de
repetir curso, etc.
Por tanto, está bastante claro que la repetición de curso está relacionada por lo
menos, con futuros problemas que podrían experimentar estos individuos.
El estudio de Milwaukee que realicé, llegó a las mismas conclusiones. De hecho,
la repetición de curso está asociada con un mayor riesgo de abandonar los
estudios, incluso después de realizar un control de las otras posibles explicaciones
que teníamos dentro de nuestros datos, como el grado de severidad del TDAH, los
problemas de conducta, factores familiares, etc. Estos resultados nos sugieren,
que no se debería considerar la repetición de curso como una manera de ayudar a
los niños a mejorar su rendimiento escolar. Por cierto, esta observación se aplica
a todos los niños y no solamente a los niños con TDAH, porque el Estudio Pagani y
la revisión Hauser de la bibliografía existente, incluían a niños de todo tipo y no
sólo los que tenían TDAH. Por decirlo de otra manera, repetir curso con la
esperanza de que el niño adquiera los conocimientos al año siguiente, cuando sea
un poco más maduro en cuanto a crecimiento y desarrollo, no ayuda. Con esto,
no pretendo defender la “promoción social”, es decir, promocionar el niño al
curso siguiente a pesar de sus pobres resultados académicos. Lo que defendemos,
los que hemos realizado estos estudios, es la necesidad de intervenir
inmediatamente, y ayudar a los niños en sus problemas con los estudios. Repetir
curso no es una intervención. Por tanto, no proponemos ignorar los problemas
de estos niños, sino todo lo contrario.
Recomendamos intervenir rápidamente, de forma proactiva, para ayudar a estos
niños a superar los problemas que tengan y que llevan a los profesores a
considerar la repetición del curso.
Abajo en la diapositiva, vemos los diversos resultados del rendimiento académico
de los participantes, en los diferentes estudios longitudinales.

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Fíjense sin embargo en el centro de la diapositiva, el número de personas que


probablemente abandonen los estudios. Me baso en este resultado y no en los
otros, por el impacto económico, social y emocional que influirá en los individuos
y en la comunidad, a lo largo tiempo. Según los expertos en sanidad, el coste para
la comunidad de los jóvenes que no terminan sus estudios, es muy alto.
Representa: sueldos perdidos y sus consecuentes impuestos no ingresados a la
comunidad, una mayor dependencia de los servicios sociales, paro, y otras ayudas
que la comunidad aporta a estas personas.
Por tanto, el individuo que no termina sus estudios, sale muy caro a su
comunidad, que tendrá que cargar con esos resultados. Fíjense que en el estudio
de Milwaukee, aproximadamente un 32% de los niños que seguimos,
abandonaron los estudios, mientras casi todos los chicos del grupo de control, sí
los terminaron. Por lo general, actualmente entre un 9% y un 11% de la población
de los Estados Unidos, no termina sus estudios secundarios. Estas cifras varían
por supuesto, según el estado (o comunidad autónoma). Pero es suficiente decir
en este contexto, que parece que la probabilidad de abandonar los estudios, es 3
veces mayor en las personas con TDAH, que en la población general que
constituye nuestro grupo de control.
Hay que tener en cuenta también, los trabajos a los que estas personas ya no
tendrán acceso, las oportunidades para avanzar, que pierden por no tener el
requisito mínimo para acceder a estos puestos de trabajo: el título de Educación
Secundaria. Me refiero a esto, cuando hablo del impacto social y emocional del
trastorno.
El individuo verá, como las oportunidades se van reduciendo progresivamente por
el hecho de no haber terminado los estudios secundarios. Incluso las personas
que los terminaron, tuvieron resultados bastante inferiores a los del grupo de
control. Los resultados de su posicionamiento según la nota media, en
comparación con el resto de su clase, en el último curso del instituto, están aquí
en la diapositiva. Por cierto, esta nota media en el último año del curso, es de
aproximadamente un 5,5 a un 6,0, mientras que el grupo de control tiene una
nota media de un 7,0 a un 7,5.

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Observen que muy pocos de estos chicos inician los estudios universitarios y aún
menos los terminan, en comparación con la población general o con el grupo de
control de este estudio. Todo esto significa, que las personas con TDAH llegan a la
edad adulta con menos formación que otras personas de su mismo entorno socio-
cultural, su mismo barrio o su mismo instituto.

RESULTADOS ACADÉMICOS (A LOS 27 AÑOS) Estudio de Milawukee)

En este gráfico, vemos los resultados del Estudio de Milwaukee, específicamente


los resultados del seguimiento a los 27 años. En la diapositiva anterior vimos los
resultados del seguimiento a los 21. Lo más importante es la comparación entre
los tres grupos. Recuerden que dividimos a los niños hiperactivos que participaron
en el estudio, en tres grupos: los niños con TDAH persistente hasta la edad adulta,
aquí a la derecha, los niños con TDAH no-persistente, representado aquí con la
barra blanca, y también el grupo de control de la comunidad.
Observamos aquí, en el extremo izquierdo de la diapositiva, el porcentaje de estas
personas que terminaron sus estudios secundarios. Vemos que la persistencia del
TDAH hasta los 27 años, parece no haber influido. Ambos grupos tienen el mismo
grado de fracaso escolar en comparación con el grupo de control. Ocurre algo
parecido con la repetición de curso y con el porcentaje de personas que
recibieron clases de educación especial, durante su educación formal. Para
terminar, fíjense en la similitud entre los dos grupos, en cuanto al porcentaje que
terminaron sus estudios universitarios.
Lo que nos sugiere esta pauta, es que no importa si uno supera o se recupera del
TDAH, o si simplemente tiene síntomas pero ya no los suficientes para
considerarse un TDAH diagnosticable. Aunque uno supere el TDAH, el trastorno
tiene aparentemente un efecto adverso sobre los resultados académicos, cuyas
consecuencias persistirán y le marcará de por vida, a nivel psicológico. Los logros
académicos te marcan durante toda la vida.

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Al no ser que la persona recupere la formación perdida o vuelva a matricularse


para seguir avanzando en los estudios, el efecto del TDAH sobre la educación,
será pernicioso y persistente en la edad adulta.

DISFUNCIONES DE APRENDIZAJE A LOS 27 AÑOS

Este gráfico refleja el porcentaje de las personas participantes en nuestro estudio,


que aún tienen dificultades de aprendizaje a los 27 años. Definimos el término
dificultades aprendizaje, al estar en el percentil 14 o menos en las pruebas
estandarizadas de rendimiento académico. Y aquí de nuevo vemos los tres
grupos, el de TDAH persistente, el de TDAH no persistente y el grupo de control.
En la parte inferior de la diapositiva, están las diversas dificultades de aprendizaje
que medimos en el estudio. Dónde vemos que las personas con TDAH, aunque no
fuera persistente, seguían con un porcentaje mayor que las del grupo de control.
De hecho, parece que las dificultades de aprendizaje son muy persistentes en el
tiempo.

COMO ABORDAR LOS RIESGOS EN LA EDUCACIÓN

¿Qué significa todo esto en relación con la manera de manejar el TDAH y las
dificultades que presenta en la educación? Me parece que primero, existe una
clara necesidad de formar a los profesores, directores y orientadores escolares,
sobre los grandes riesgos de fracaso escolar asociados con el TDAH. El TDAH es
un trastorno que perjudica mucho el paso del niño o del joven por el sistema
escolar. Lo segundo, es educar a los profesores específicamente sobre estrategias
que funcionan muy bien, para mejorar la conducta de los niños con TDAH en el
entorno escolar. Son de gran ayuda en el aula y ayudan al alumno en su paso por
el sistema educativo, con mayores posibilidades de éxito. Hay más información
específica sobre el manejo de conductas en el aula, en mi curso sobre la gestión
del TDAH en la escuela, disponible en esta página web.

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Los resultados que vemos en esta diapositiva, apuntan a la necesidad de crear la


figura de un asesor o enlace específico para el TDAH en cada centro escolar. Esta
persona podría ser un pedagogo con muchos años de experiencia con alumnos de
educación especial, en particular con alumnos con TDAH, y que haya realizado
una formación específica adicional sobre el TDAH.
Esta figura podría trabajar como asesora para todo el profesorado del centro que
tenga dificultades para manejar la conducta de alumnos con TDAH en sus clases.
Esta es una solución que no implica grandes gastos. No es necesario una
formación educativa especial, se trata simplemente de tener un asesor disponible
en cada centro educativo, que puede consultar con los otros profesores, antes de
derivar al alumno para una evaluación formal de su rendimiento escolar o para
solicitar los servicios de educación especial. Este profesor o profesora puede dar
pautas al resto del equipo docente, sobre la resolución de problemas específicos
en el aula, y podría servir también para asesorar a los padres.
Con esto quiero decir que si tu hijo con TDAH, asiste a un colegio público que
contara con esta figura y quisieras saber cómo lleva los estudios, no sería
necesario llamar a todos los profesores del niño o al equipo de dirección del
centro. Sería suficiente hablar con el asesor de TDAH, que a su vez podría recabar
toda la información de los profesores correspondientes e informar por teléfono.
O podría encargarse de comunicar el sistema de resolución de problemas
propuesto por el centro. Es decir, esta figura consultaría con los otros profesores
implicados y trasmitiría sus sugerencias sobre cómo resolver los problemas.
Esta figura es parecida al Defensor del Paciente en un hospital. Si uno no está
satisfecho con el cuidado que ha recibido mientras estaba ingresado, puede
contactar con el Defensor del Paciente. Este a su vez, mediará con la burocracia,
se informará y llamará al paciente insatisfecho, para comunicarle si se ha
detectado un problema, y en caso afirmativo, de qué manera propone resolverlo
el hospital. Los colegios que han incorporado la figura de un asesor para el TDAH,
han visto disminuir de forma significativa el número de quejas por parte de los
padres. Igualmente es muy probable que disminuya también el número de
demandas legales contra el centro educativo.

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Los informes tanto de los padres como de los profesores, indican que todos están
más satisfechos con la forma de manejar a los niños con TDAH, cuando tienen
acceso a un asesor experto en este tema.
Nuestros resultados indican también, que los niños con TDAH deberían pasar una
revisión cuando inician la educación primaria. Revisar al niño según una escala de
valoración numérica de síntomas de TDAH es un procedimiento muy corto, sólo
se tarda unos 3 minutos y tiene un porcentaje de acierto notablemente alto. Un
examen psicológico más completo, detecta el TDAH en un 70 y un 80% de los
niños seleccionados por esta revisión rápida. El 30% restante, suelen ser niños
que tienen otros trastornos que causan conductas perturbadoras en el entorno
escolar, aunque no sea TDAH.
Estos instrumentos de revisión son bastante económicos, no ocupan mucho
tiempo y funcionan razonablemente bien, como herramienta de detección para
identificar a personas con riesgo de TDAH. Si se detecta el riesgo, se puede
realizar una evaluación más exhaustiva para determinar la naturaleza exacta del
trastorno que tiene, con toda probabilidad se tratará del TDAH y a continuación
se podría recomendar inmediatamente al colegio, las medidas necesarias para
tratar las dificultades del niño cuando inician su educación formal. Es preferible
buscar asesoramiento profesional en este momento, en lugar de esperar varios
años y reaccionar cuando el niño muestre ya fracaso escolar.
Como he comentado al hablar del enlace especializado, otra intervención
constructiva para tratar el TDAH en el entorno escolar, es la disponibilidad de un
asesoramiento para los profesores sobre métodos de gestión de conductas,
previa a la derivación del niño a un especialista. Este asesoramiento se puede
llevar a cabo por otras personas del equipo escolar, de los orientadores o
psicólogos que colaboran con el colegio o por profesionales fuera del entorno
escolar, que atiendan al niño. Es posible también adaptar el currículum pensando
en las necesidades específicas del niño con TDAH, además de emplear métodos
de modificación de conducta. Y por supuesto, si ninguna de estas posibilidades
funciona, se puede derivar al niño para una evaluación escolar específica y darle
acceso a los servicios de educación especial.

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Creo también, que estos resultados indican que es necesario iniciar el tratamiento
farmacológico a una edad más temprana, para prevenir o combatir los efectos
adversos del TDAH en el futuro.
Hoy en día se suele derivar a los niños para tratamiento con medicamentos
específicos para el TDAH, entre los 8 y los 10 años. Hay niños que están derivados
antes o después, pero la edad habitual para iniciar la medicación es esa.
Tengan en cuenta, que estos niños llevan 3 o 4 años en el sistema educativo antes
de empezar a medicarse, y significa que hay que recuperar la formación perdida
en esos 3 o 4 años que será difícil compensar, si el inicio de del tratamiento con
fármacos más tarde. Por tanto, iniciar este tipo de tratamiento a una edad más
temprana, podría tener un impacto positivo mucho más eficaz para el
rendimiento escolar del niño con TDAH. Recomiendo también que estos
individuos utilicen de entre estos medicamentos, los de sistema de liberación
prolongada y así cubrir toda la jornada escolar con una sola dosis.
En décadas anteriores, fueron más habituales los medicamentos de liberación
inmediata, cuyos efectos duraban sólo de 3 a 5 horas. Por tanto, los niños con
TDAH tenían que tomar sus medicaciones 2 o 3 veces durante la jornada escolar,
un hecho que en ocasiones llevaba a la estigmatización social y perturbaba el
ritmo de la jornada escolar. Significaba también, que el colegio tenía que
responsabilizarse de los medicamentos, algunos de los cuales son potencialmente
adictivos o susceptibles de abusos. Los nuevos medicamentos de una sola toma
de liberación prolongada, evitan estas situaciones. Los niños ya no están
expuestos a esta estigmatización, ni se tiene que interrumpir el ritmo de los
estudios, para tomar sus medicamentos varias veces durante la jornada escolar.
Para terminar, en la última línea de esta diapositiva, verán que hago una
recomendación encarecida de aportar a los niños con TDAH cuando entran en el
Instituto, asesoramiento sobre su capacitación vocacional y formación profesional
técnica, como parte de sus estudios. Lo recomiendo independientemente de la
probabilidad de seguir con estudios universitarios o no.

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Los niños con TDAH, tienen muchas probabilidades de abandono escolar y es


especialmente importante que obtengan unas habilidades técnicas que les
puedan ayudar en la búsqueda de su camino, e incluso de un empleo en el futuro.
Podríamos hacerlo con todos los adolescentes, pero me parece que los niños con
TDAH se beneficiarían especialmente de esta práctica, porque son los que tienen
mayor probabilidad de abandonar sus estudios.

DIFICULTADES PARA EL EMPLEO

Observen las dificultades para el empleo, que se han visto en varios de los
estudios longitudinales y como pueden comprobar aquí, muchos de estos
estudios demuestran que las personas con TDAH entran en el mercado laboral
con menos formación académica y menos capacidades. Por eso recomiendo, que
reciban algún tipo de formación profesional en el instituto. Se ha visto además,
que estas personas suelen pasar más tiempo sin empleo que las del grupo de
control. En mi estudio longitudinal, en los tres meses previos a su comienzo, por
ejemplo a los 21 años, era tres veces mayor el número de chicos con TDAH sin
empleo, comprándolo con el grupo de control.
Y Uds. pueden ver que los resultados no son mucho mejores a los 27 años,
especialmente para las personas con TDAH persistente. Uno de cada cuatro
carecía de empleo durante los tres meses previos a la entrevista. Otros estudios
han tenido resultados parecidos y han señalado además, que las personas con
TDAH, tienden a cogerse más días de baja por enfermedad, a tener una baja
productividad durante más días laborales al año y a no cumplir con su propio
trabajo. En conclusión, está claro que le TDAH tiene un impacto sobre el
rendimiento laboral y que este impacto tendrá repercusiones económicas para la
empresa.
También hemos visto que las personas con TDAH, tenían mayor probabilidad que
las personas del grupo de control de ser despedidas de su trabajo, como resultado
de conductas inapropiadas.

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Aquí pueden observar, que a los 21 años el número de personas con TDAH que
fueron despedidas de su trabajo, fue el doble que en el grupo de control. A los 27
años, el porcentaje para las personas con TDAH persistente, fue de
aproximadamente un 43% y un poco más bajo para las personas con TDAH no
persistente.
Vimos también que el número de trabajos de los que habían sido despedidas, fue
3 veces mayor que la cifra para las personas sin TDAH.
Por tanto, no solamente tenían mayor probabilidad de ser despedidas, sino que
también tenían mayor probabilidad de ser despedidas de distintos puestos de
trabajo. Encontramos asimismo, que tenían mayor tendencia a cambiar de
trabajo por su propia cuenta. La mayoría decían, que el trabajo en cuestión les
aburría y que se habían despedido porque sí, de forma impulsiva, para ver si
podrían encontrar otro empleo. Aquí pueden ver, que la cantidad de trabajos que
las personas con TDAH dejaron por su propia decisión, fue el doble que en el
grupo de control. Al llegar a los 27 años, pueden observar de nuevo que el
número de trabajos que dejaron por un impulso, fue el doble que en el grupo de
control, independientemente de si tenían TDAH persistente o no persistente.
Buscamos también una manera de obtener información sobre los participantes
con TDAH, por parte de sus jefes. A éstos les dijimos simplemente que estábamos
realizando un estudio del grado de satisfacción en el trabajo, para que no
supieran el verdadero propósito del estudio ni el diagnóstico de TDAH de sus
empleados. Según sus supervisores, los individuos con TDAH mostraron en el
trabajo, una cantidad significantemente mayor de síntomas, tanto del TDAH como
del Trastorno Negativista - Desafiante, comparado con las personas del grupo de
control. Opinaron también, que el trabajo realizado por los individuos con TDAH,
fue de peor calidad que el trabajo realizado por el grupo de control. Al terminar
nuestro estudio de seguimiento a los 27 años, las personas con TDAH tenían
trabajos de status inferior y por lo general, estaban en una franja socio-
económica más baja, determinada por sus ingresos, nivel de educación y status
social de sus trabajos, también en comparación con el grupo de control.

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Por tanto con el tiempo, las personas con TDAH avanzan más lentamente por la
escala del éxito socio-económico, que las personas que no padecen el trastorno.
El estudio realizado en Nueva York por los compañeros de Sal Mannuzza, al
parecer encontró también, que al llegar a los 30 años de edad, muchas personas
con TDAH tienden al autoempleo, como trabajadores autónomos.
Aproximadamente un tercio de los participantes en el estudio, trabajaban como
autónomos.
Puede que sea simplemente el resultado de los fracasos anteriores en trabajos
por cuenta ajena, pero también podría reflejar la posibilidad de que a las personas
con TDAH les sea más fácil adaptarse al trabajo por cuenta propia. Es decir, que
hay menor dificultad con el auto-empleo, donde uno es su propio jefe y no te
pueden despedir. También resulta más fácil organizar el trabajo alrededor del
horario, en el que se tenga mayor productividad, sea por la tarde o por la noche,
en vez de tener que adaptar su horario al de la empresa. A menudo las personas
buscan el autoempleo en campos donde encuentran mayor satisfacción o
disfrute, campos en los que uno funciona con éxito o eficacia. El auto-empleo
ofrece mayores posibilidades de trabajar según sus propios intereses, talentos o
aficiones, algo que disminuye las dificultades laborales debido al TDAH.

PROBLEMAS EN EL ENTORNO LABORAL (Estudio Milwaukee - a los 27 años)

Aquí están los resultados del Estudio de Milwaukee, cuando los participantes
tenían 27 años. De nuevo vamos a comparar los tres grupos que vemos aquí:
TDAH persistente, TDAH no-persistente y el grupo de control de la comunidad. Si
observamos la pauta global, hay una ligera diferencia con la pauta que vimos con
el rendimiento académico. Vemos que las personas con TDAH persistente,
tuvieron mayores problemas con sus compañeros de trabajo, y lo observamos
también en otras áreas. Aquí por ejemplo, las personas con TDAH persistente,
tuvieron mayores problemas a la hora de aceptar una disciplina o la imposición de
reglas en el trabajo.

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Por tanto, podemos ver que el grupo que probablemente continuará


experimentando problemas en el trabajo, es el grupo TDAH-persistente. Es
posible que los que empiezan a superar el TDAH o que manifiestan síntomas, pero
no tantos como para considerarse caso clínicos de TDAH, tengan mayor éxito en
el entorno laboral.
De todas maneras, había determinadas situaciones, como pueden observar en
este gráfico, donde no influía la persistencia del TDAH.
Si miramos la barra central, que refleja la probabilidad de ser despedido del
trabajo, vemos que incluso las personas con TDAH no-persistente tenían un riesgo
mayor de despido laboral que las del grupo de control, aunque menor que el
grupo con TDAH persistente. Así que por lo general, si el TDAH persiste, seguirá
creando problemas para muchas personas en el entorno laboral.

FORMAS DE ABORDAR LOS RIESGOS EN EL MERCADO LABORAL

¿Qué significa esto a la hora de prevenir y tratar dificultades en el entorno


laboral? Tal como he recomendado en relación con el entorno escolar, creo que
lo primero que hay que hacer, es educar a las empresas sobre la naturaleza del
TDAH, para que entiendan que no se trata de una ética de trabajo egoísta o una
elección y que a la persona en cuestión simplemente, le cuesta organizarse.
Es importante que lleguen a comprender que el TDAH es un trastorno
neurogenético. Por esto, el TDAH está reconocido y está incluido en la normativa
estadounidense de ajustes laborales. Si las empresas están informadas sobre el
TDAH, es posible que sean más comprensivos a la hora de contemplar ajustes en
el entorno laboral, para estas personas.
Hay que tener cuidado, sin embargo, porque según mi experiencia y la de mis
compañeros, algunos directores de empresas pueden desarrollar reacciones
hostiles a los empleados con TDAH, que revelan su diagnóstico y solicitan
adaptaciones en el trabajo en función de ello. Es posible que estos jefes puedan
ensañarse con el trabajador con TDAH y tomar medidas formales para
amonestarle o acumular motivos para su eventual despido.

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Por tanto, hay que ser cauteloso a la hora de comunicar esta información, para
elegir la persona adecuada o simplemente no decir nada.
Creo además, que la formación profesional técnica que reciban en el instituto, de
la que hablé antes, en relación con los riesgos en el entorno escolar, podría ser
útil a la hora de abordar las dificultades laborales.
Las personas con TDAH que tengan una formación profesional técnica y de
capacitación vocacional, estarían más preparadas a la hora de entrar en el mundo
laboral y podrían tener menos dificultades en el trabajo.
Desde luego, sería útil informar a los adolescentes y adultos jóvenes con TDAH,
sobre trabajos en los que puedan tener mayor posibilidad de ajustarse a las
características particulares del trastorno. Pueden existir ciertas profesiones o
trabajos, en los que los síntomas del TDAH sean menos perjudiciales.
El ejército, por ejemplo, es una profesión que aporta un contexto muy
estructurado, con ayudas, apoyos y formación, a la vez que requiere y aporta un
mayor seguimiento, con medidas disciplinarias, en el caso de que sean necesarias.
Es posible que la mayor estructuración laboral que aporta el ejército, sea
beneficiosa para algunas personas con TDAH. De hecho, puede que explique
porque en el ejército, hay una mayor proporción de individuos con TDAH que
personas de la población en general. Puede tratarse de una especie de auto-
selección, en la que el individuo percibe que el ejército aporta un entorno
estructurado, en el que las dificultades por TDAH van a ser menores. Desde
luego, he aconsejado a numerosos jóvenes, que consideren el ejército como
opción formativa y como una profesión en el que tengan menos dificultades,
especialmente si no piensan matricularse en la universidad.
Hay muchos adultos con TDAH, que tienen mayores posibilidades de adaptación
en, las artes escénicas, las artes visuales, los monólogos cómicos, áreas
comerciales u otras profesiones activas, que ofrecen grandes posibilidades para
expresarse. Como he comentado anteriormente, el auto-empleo puede ser otra
área para mayores éxitos y menor grado de dificultades.

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Un estudio realizado en Portugal, encontró que los estudiantes universitarios con


TDAH, tenían una mayor tendencia a estudiar educación física o participar en
actividades deportivas, que otros alumnos de la universidad. Podría ser por el
mismo motivo. Es una formación que permite una mayor actividad física, mayor
versatilidad, depende menos de las funciones ejecutivas y auto-disciplina y por
tanto, podría ser una especialidad en la que el TDAH no cause tanta disfunción.
Fíjense también, que recomiendo un programa de preparación técnica de dos
años en un centro universitario, en el caso de no haber tenido acceso a una
formación de capacitación vocacional o profesionalización técnica en el Instituto.
Quizás deberían considerarlo después de graduarse.
Esta persona podría seguir con sus estudios universitarios o entrar en el mundo
laboral, si considera que ya tienen formación suficiente como para buscar un
trabajo remunerado. Como comenté antes, los adultos con TDAH tienen derecho
a adaptaciones especiales en el entorno laboral, según la ley estadounidense.
Pero para acceder a estas adaptaciones tienen que comunicar su diagnóstico y
aportar la documentación oficial, que acredite una evaluación profesional antes
de que la empresa esté obligada a realizarlas. Y según pueden observar en la
diapositiva, estas adaptaciones tienen que ser razonables. La empresa no está
obligada a cumplir con todas las que solicita el individuo con TDAH. Si quieren
saber más sobre estas adaptaciones en el trabajo, pueden inscribirse en el curso
sobre el Diagnóstico y Tratamiento del TDAH, que se ofrece en esta página web.
Pero es evidente que muchas de las técnicas o ajustes que recomendamos para su
uso en el entorno laboral, son muy parecidas a los métodos de gestión conductual
o de organización que hemos recomendado para el entorno escolar.
Para terminar, permítanme que recomiende una vez más, que estos resultados se
consideren como indicaciones para iniciar el tratamiento con fármacos a una
edad más temprana. Desde luego, en el caso de los adultos ya empleados, hay
que asegurarse de que la medicación cubre la jornada laboral completa. En mi
opinión, esto se consigue mejor con el uso de medicamentos para el TDAH de
liberación prolongada.

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Es cierto que la jornada laboral de algunas personas, puede extenderse más allá
de la extensión de estas fórmulas. Éstas suelen durar entre 8 y 10 horas y hay
personas con jornadas laborales de 10 a 12 horas, o más. Si lo estima necesario,
su médico puede ampliar el horario de tratamiento con medicaciones de
liberación inmediata en forma de comprimido o píldora.

RIESGOS PARA CONDUCTORES CON TDAH

Dentro de las actividades principales de la vida diaria, se ha estudiado en


profundidad el efecto del TDAH en los adolescentes y los adultos a la hora de
conducir. Es un área que yo también he investigado durante muchos años.
Hemos encontrado en todos los niveles de evaluación, que el TDAH interfiere en
la capacidad del individuo de conducir un vehículo motorizado. Incluso al nivel
más elemental de coordinación y dirección del vehículo, como mantenerlo en el
centro de su carril, el tiempo de reacción a los acontecimientos que ocurren en su
campo de visión, que se refleja en el tiempo de reacción del frenado, etc., el
efecto del TDAH es evidente.
Encontramos además, que según las escalas de valoración de los hábitos de
conducción segura, tanto por los autoinformes como por los informes de
terceros, las personas con TDAH, son conductores menos seguros. En nuestro
Estudio de Milwaukee, empleamos a profesores de auto-escuela para valorar la
calidad de la conducción de los participantes durante unas pruebas de conducción
de una hora, dentro de la ciudad de Milwaukee y sus alrededores. Estos
profesores informaron que las personas con TDAH fueron menos atentos y más
impulsivos a la hora de conducir, que las personas del grupo de control. Por
cierto, los profesores de autoescuela, no sabían cuáles eran los participantes con
TDAH y cuáles eran del grupo de control.
A través de otros métodos de evaluación a la hora de conducir, vemos de nuevo
que el TDAH perjudica la conducción y en algunos casos presenta graves riesgos.

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En numerosos estudios, vimos que las personas con TDAH tenían mayor
tendencia a conducir cuando eran jóvenes adolescentes, antes de conseguir el
carnet de conducir. Es decir, que antes de tener su licencia, cogían el coche de
sus padres y conducían cuando sus padres no estaban en casa.
Los riesgos que presenta esta situación, tanto para los adolescentes como para
otros individuos, son evidentes, ya que a esa edad el adolescente con TDAH no ha
recibido ninguna educación vial. Durante sus primeros 8 a 10 años como
conductores, las personas con TDAH tienen 2 o 3 veces más accidentes que las
personas del grupo de control. De hecho, como pueden observar aquí, es
probable que tengan múltiples colisiones durante sus años de conductores.
Vimos también, que recibieron 4 ó 5 veces más multas por exceso de velocidad
durante estos primeros 8 a 10 años, que los participantes en el grupo de control.
Los accidentes que tuvieron fueron más graves, según la valoración económica de
los daños.
Como pueden observar aquí, los accidentes que causaron las personas con TDAH
en nuestros estudios, fueron 2 ó 3 veces más graves en cuanto a los daños
materiales y físicos que causaron, que en el caso del grupo de control. Por tanto,
no es sorprendente que nuestros estudios mostraran, que durante los primeros 8
a 10 años de conducción, la probabilidad de retirada del carnet, fue 3 veces
mayor para las personas con TDAH que para los participantes en el grupo de
control.
Aquí vemos también, que los resultados de varios estudios, muestran que el
efecto adverso del alcohol sobre la conducción, es mayor para personas con
TDAH. Todos sabemos que el alcohol tiene un impacto adverso sobre la capacidad
de conducir un vehículo, pero encontramos que para las personas con TDAH, este
efecto adverso se inicia antes que para las personas del grupo de control. Es decir,
que los efectos perjudiciales del alcohol en las áreas que medimos en el estudio,
sucedían en las personas con TDAH, con una menor cantidad de alcohol. El
motivo es que los individuos con TDAH ya tienen, sin beber, perjudicada su
capacidad para conducir. El consumo de alcohol, incluso en cantidades mínimas,
empeora una situación ya comprometida.

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CAPÍTULO 6 – LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

IMPLICACIONES DE LOS RIESGOS EN LA CONDUCCIÓN


¿Qué implican estos resultados? Primero, creo que es necesario educar a los
padres, los adolescentes y en especial, los médicos de cabecera, sobre este área
de riesgo. Por tanto, cuando el paciente joven llegue a la edad legal de iniciarse
como conductor, sus padres deberían estar informados sobre estos riesgos y
asegurarse de que su hijo adolescente, participe en un programa escalonado de
acceso al carnet de conducir, en el que se mantenga más tiempo como conductor
novel, con el carnet de “conductor principiante”.
En este caso, el joven tiene que ir acompañado de un adulto durante 3 a 6 meses,
sólo puede conducir de día y no pueden ir otros adolescentes en el coche. Si
superan este período de tiempo sin incidentes, se amplían las condiciones para
poder conducir de noche o con otros adolescentes en el coche, etc. En más de 20
estados de los Estados Unidos, se han implementado programas de acceso
escalonado al carnet de conducir, para los adolescentes. Yo desde luego, lo
recomiendo para todas las personas con TDAH, aunque las normas autonómicas
en cuestión no lo contemplen.
Una de las causas más frecuentes de accidentes, es la falta de atención por parte
del conductor, especialmente por distracciones que se producen dentro del
mismo coche. Estas distracciones son mayores con el auge de las tecnologías de
telefonía móvil y mensajes de texto, que aportan mayores posibilidades de
inatención para las personas con TDAH que ya de por sí, tienden a distraerse.
Constituyen otro elemento más que perjudica su capacidad de conducir. Aquí
mostramos un ejemplo de este tipo de mecanismo, y seguramente hay otros
disponibles en Internet. Este mecanismo se llama el Key2SafeDriving (la clave de
la conducción segura en Estados Unidos). Cuando se utiliza en el coche, bloquea
toda transmisión por teléfono móvil dentro del vehículo.
El mecanismo es parecido a un llavero. Se mete la llave del coche en este llavero
y al cerrarlo, la llave se mete dentro del mecanismo. Cuando se abre y se utiliza la
llave de contacto para encender el motor del coche, el mecanismo emite una
señal que impide el uso de teléfonos móviles, hasta que se quite la llave de
contacto del coche.

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CAPÍTULO 6 – LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

En ese momento, se interrumpe la señal y se puede volver a usar el móvil. Es una


manera muy inteligente de impedir el uso de telefonía móvil cuando uno está
conduciendo. Otros países tienen sus propias normas para la seguridad, en lo que
se refiere a la telefonía móvil.

OTROS CONSEJOS PARA LA CONDUCCIÓN

Otras recomendaciones tienen que ver por supuesto, con una supervisión
parental más estricta de lo habitual. Crear por ejemplo, una ficha que se coloca
cerca de la salida de casa o cerca de donde se guardan las llaves del coche. En
esta ficha, se documenta dónde va el adolescente durante cuánto tiempo estará
fuera, el motivo de la salida y si va con otras personas o no. Con estos datos, los
padres pueden, de vez en cuando, hacer una llamada de seguimiento para saber
dónde están. ¿Llegaron al destino que habían apuntado? ¿Con quién está?, etc.
También se puede instalar en el vehículo un pequeño GPS, para poder localizarlo
e incluso determinar a qué velocidad va, a través de un ordenador doméstico.
Muchas empresas, como UPS, las compañías telefónicas, y otras, ya emplean
estos mecanismos para hacer un seguimiento de la localización de sus vehículos y
sus conductores, cuando están de servicio. Se trata de una tecnología asequible,
que las familias pueden utilizar para hacer un seguimiento del coche cuando se
trata de un conductor con TDAH.
Una empresa en Estados Unidos, que se llama DriveCam ha creado una cámara
con un disco duro. La cámara se coloca junta al retrovisor. Tiene dos lentes: una
que mira hacia la carretera y otra que mira hacia el conductor. Si se produce un
movimiento brusco en el coche, una aceleración repentina o un frenazo, la
cámara deposita los últimos 10 segundos de conducción al disco duro. Cuando el
conductor llegue a casa los padres pueden bajar la información del disco duro a su
ordenador y ver los acontecimientos críticos, que tuvieron lugar mientras el
adolescente conducía. De hecho, ya no es necesario esperar hasta que llegue a
casa.

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CAPÍTULO 6 – LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

Se puede colocar otro mecanismo a la cámara para que trasmita inmediatamente


cualquier acontecimiento a un monitor en casa, a través de una señal de telefonía
móvil. De todos modos, se trata de una manera de monitorizar a los adolescentes
con TDAH cuando conducen.
Algunas compañías aseguradoras ya suministran estos mecanismos gratuitamente
a sus clientes con conductores adolecentes en la familia. Otra manera de
aumentar la supervisión, es a través de un contrato de conducta.
Existen varios programas que ayudan a las familias a establecer este tipo de
contrato con sus hijos. Yo he creado, por ejemplo, un programa que se llama
“Safe Driving” (Conducir con Seguridad), que se puede adquirir a través de la
editorial Jones & Bartlett Publishing. Maureen Snyder ha escrito un libro sobre
este tema también, con unos ejemplos de contratos de conducta. Se puede
conseguir a través de addwarehouse.com Se trata simplemente de maneras de
desarrollar un contrato con el adolescente, sobre la manera en que se va a utilizar
el coche, dónde van, qué van a hacer, y se incluyen en el contrato consecuencias
del cumplimiento o del no-cumplimiento del mismo.
De nuevo, recomiendo encarecidamente que las personas con TDAH estén
medicados cuando conducen. Conducir es una actividad que puede ser mortal. Y
de hecho, he vivido experiencias personales, tanto con familiares como con
clientes, en las que miembros de la familia han resultado heridos o, en el caso de
mi hermano gemelo, que tenía TDAH, muertos, en accidentes de coches, como
resultado de conducir sin haber tomado su medicación.
Se ha dicho a menudo, que las estadísticas son personas sin lágrimas. Piensen en
ello, cuando recuerden las estadísticas que les enseñé en las diapositivas
anteriores relativas a la conducción. Estas estadísticas parecen bastante suaves y
por supuesto carecen de significado personal. Pero cada una de estas estadísticas
representa una tragedia. Y no queremos que les ocurran ni a nuestros pacientes
ni a nuestros familiares situaciones parecidas, si hay una manera de evitarlo. En
el caso de conductores con TDAH, me parece una buena recomendación la
utilización de los medicamentos indicados para este trastorno.

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La Sociedad Canadiense de Pediatría ha adoptado, de hecho, dentro de sus


normas prácticas, esta recomendación. En Canadá, si un pediatra evalúa a un
adolescente y considera que tiene un TDAH moderado o más severo, se
recomienda encarecidamente que tenga un tratamiento con medicación
específica, mientras aprende a conducir y más adelante, cuando conducen.
Para terminar, pueden ver al pie de la diapositiva, los datos que dan los resultados
de los estudios sobre el efecto del alcohol en la conducción y el TDAH.
Sugerimos por supuesto, que personas con TDAH se abstengan totalmente de
beber alcohol cuando conducen.

TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS (A LOS 27 AÑOS)

En cuanto a las consecuencias del TDAH en los adultos, nos interesa también
saber si los trastornos psiquiátricos persisten en el tiempo. Los individuos con
TDAH tienen muchas probabilidades de tener uno o incluso dos trastornos
psiquiátricos adicionales. Si se matricularon en el curso que imparto en esta
página web, sobre comorbilidades psiquiátricas del TDAH, sabrán que un 80% de
los niños y adultos derivados a la consulta, probablemente tengan por lo menos
un trastorno adicional y más de un 50%, tengan un mínimo de 2 trastornos
adicionales. Por tanto, sabemos que frecuentemente las personas con TDAH
tienen por lo menos un trastorno psiquiátrico adicional. En la primera parte de
este curso, sobre los factores de riesgo y las consecuencias para la infancia,
hablamos sobre estas comorbilidades psiquiátricas.
En nuestro seguimiento de los niños de Milwaukee hasta la edad adulta,
encontramos que numerosos niños seguían con el Trastorno Negativista-
Desafiante. Es un dato que nos llegó a través de sus auto-informes, con lo cual
creemos que la cifra actual podría ser hasta 3 o 4 veces mayor si nos hubiésemos
guiado por los informes de sus familiares, sobre la conducta de nuestros
participantes. Ocurrió lo mismo con el Trastorno de Conducta, pero de todos
modos, a los 27 años había un porcentaje significante incluso a través de los auto-
informes, que cumplían los criterios para estos trastornos.

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IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

Aproximadamente 1 de cada 4 de los participantes, confirmaron que habían


tenido depresión, en algún momento antes de cumplir los 21 años. Y pueden
observar, en la parte inferior los datos en la diapositiva, que incluso también a los
27 años aproximadamente, un 18% de las personas con TDAH persistente, tenían
dificultades con algún tipo de depresión, normalmente el Trastorno de
Personalidad Depresiva a esa edad, en contraste con un 6% en las personas con
TDAH no-persistente.
La gente no suele relacionar la tendencia suicida con el TDAH, pero según los
resultados de nuestro estudio, sí lo está. En nuestro estudio observamos, que
durante el instituto, el número de participantes con TDAH que tuvieron ideas
suicidas, fue aproximadamente un 50% mayor que en el grupo de control, como
se indica en la diapositiva. Observen que la tendencia suicida es relativamente
común, tanto en los estudios realizados por el Centro para el Control y Prevención
de Enfermedades (CDC), como en otros estudios en lo que concierne a la
adolescencia y las tendencias suicidas. Pero lo que vemos aquí, es que el riesgo
de ideas suicidas es el 11% mayor en las personas con TDAH.
Este riesgo disminuye al terminar el instituto, entre los 21 y 27 años de edad,
pero el porcentaje aún sigue siendo relativamente mayor, que en el grupo de
control. Lo que es más importante, según nuestro estudio, es que el TDAH está
asociado con los intentos de suicidio. Miremos aquí por ejemplo. Si una persona
había pensado en suicidarse, un 16% de nuestros participantes con TDAH lo
intentaron, y aunque no se refleje aquí, sus intentos de suicidio fueron
notablemente más graves, a juzgar por la necesidad de hospitalización después
del intento. Fíjense que el número es 5 veces mayor que el riesgo de suicidio en
el grupo de control.
Por tanto, una persona con TDAH y tendencias suicidas, tiene mayor probabilidad
de intentarlo, que una persona que no tenga el trastorno. Creemos que está
relacionado con los problemas del control de la impulsividad que implica el TDAH.

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Afortunadamente, como pueden observar aquí, el riesgo disminuye después del


terminar el instituto y hasta los 27 años de edad. Es una suerte que a esa edad los
porcentajes globales disminuyan y por tanto, el riesgo está limitado a una
pequeña minoría.

TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS

En esta diapositiva, figuran los otros trastornos psiquiátricos que documentamos


en este estudio. Encontramos por ejemplo, en los pacientes a los que realizamos
el seguimiento hasta la edad adulta, un aumento de trastornos de ansiedad. Este
factor de riesgo estaba claramente asociado, como pueden observar aquí, con la
persistencia o no del TDAH. En el grupo de TDAH no-persistente, el riesgo de
trastorno de ansiedad no fue mayor que en el grupo de control. A nivel global, lo
que sugiere es que cuanto más tiempo persiste el TDAH entrada en la edad
adulta, es mayor la probabilidad de desarrollar también un trastorno de
ansiedad.
Muchos estudios han documentado la relación del TDAH con el riesgo de
desarrollar un trastorno de drogodependencia por consumo o por abuso de
sustancias, durante la adolescencia o en la edad adulta. Este riesgo se ve
claramente aquí, en el Estudio Milwaukee. La probabilidad de desarrollar otro
trastorno de este tipo, fue 3 veces mayor para las personas con TDAH persistente,
que para el grupo de control. Incluso las personas con TDAH no-persistente,
tenían una probabilidad 2 veces mayor de desarrollar un trastorno de
drogodependencia. Los estudios demuestran frecuentemente, que el desarrollo
de un trastorno de conducta antes de los 15 años, influye de forma decisiva en el
desarrollo de la drogodependencia y así fue demostrado en nuestro estudio. Pero
vimos que incluso en los casos donde no existía trastorno de conducta, las
personas con TDAH tenían mayor tendencia que otros individuos a consumir o
abusar de ciertas sustancias. Las sustancias con las que encontramos una relación
directa con el TDAH, fueron el alcohol, el tabaco y la marihuana.

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IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

Así que, con o sin la presencia del trastorno de conducta, parece que hay un uso
excesivo de estas 3 sustancias, con el peligro de desarrollar una dependencia o un
trastorno de abuso de las mismas.
Se ha investigado con detalle el uso del tabaco entre las personas con TDAH y los
resultados sugieren, que constituye una especie de auto-medicación. Es sabido
que la nicotina ayuda a manejar los síntomas del TDAH.
En estos estudios, se ha visto que si una persona con TDAH empieza a fumar,
aumenta rápidamente el número de cigarros que fuma al día y terminará
fumando con mayor frecuencia que otras personas. Creemos que se trata de una
auto-medicación. Le parece que la nicotina le ayuda a manejar el TDAH, pero por
supuesto, está abusando de una sustancia altamente adictiva.
En el caso del alcohol y de la marihuana, la explicación es distinta. Estas drogas
no son beneficiosas para el TDAH y de hecho pueden hacer empeorar algunos de
los síntomas. Uno de los efectos iniciales del alcohol, por ejemplo, es la
desinhibición. Si una persona es impulsiva y bebe, puede que su conducta sea
incluso más impulsiva de lo normal, en una primera etapa de ebriedad. Se sabe
por otro lado, que la marihuana afecta la capacidad de dirigir y mantener la
atención y probablemente aumentará esa dimensión de los síntomas del TDAH.
Es posible que las personas con TDAH tiendan a utilizar el alcohol y la marihuana,
para intentar olvidarse de sus problemas y conseguir el estado de bienestar que
pueden aportar inicialmente esas sustancias, precisamente por las dificultades
que tienen en su propia vida, como consecuencia del TDAH.
Se sabe también que el alcohol, y posiblemente la marihuana, hacen que la
sensación del tiempo se acorte, que la percepción temporal se contraiga. Cuando
uno bebe, se concentra más en el presente y presta menos atención al pasado, al
futuro y sus consecuencias. El consumo de estas sustancias hace que sea posible
concentrarse en el momento, con una liberación de las consecuencias de sus
acciones, que proporciona sensación de bienestar. Sea como sea, está claro que
las personas con TDAH, incluso las que no tienen trastorno de conducta, tienen
mayores probabilidades de consumir y abusar de ellas.

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Por otro lado, encontramos que el uso de drogas más duras, como la morfina, la
heroína, las metanfetaminas, crack, cocaína, etc. estaba relacionado con la
presencia de trastornos de conducta antes de los 15 años, además de la relación
del individuo con compañeros problemáticos, que a su vez eran antisociales y
tenían mayor probabilidad de drogarse. Vimos también, que las personas que
tenían dificultades en los estudios o que los abandonaban, tenían mayores
probabilidades de consumir drogas más duras, que las personas que no tenían
estas dificultades añadidas. Por tanto, está claro que el trastorno de conducta y
estos otros factores, están relacionados con una predisposición mayor a la
drogodependencia, que en los casos del TDAH sin estos problemas añadidos. Y
por último, observamos que había una mayor probabilidad de trastornos de
abuso de sustancias durante la adolescencia, cuando había antecedentes
familiares o socioculturales.
Muy pocos estudios han examinado los trastornos de personalidad en individuos
con TDAH, y el nuestro es uno de ellos. Encontramos que el TDAH predispone al
desarrollo de 5 trastornos de personalidad. Por favor, fíjense en este dato aquí,
que demuestra que la mayoría de las personas con TDAH, no tenía un trastorno
de personalidad pero tenían una mayor predisposición que en el grupo de
control. Los 5 trastornos que encontramos son: trastorno de personalidad
antisocial, pasivo-agresivo, trastorno límite de personalidad, y trastorno de
personalidad paranoide. Si observamos esta línea del trastorno de personalidad
antisocial, vemos que la probabilidad del desarrollo de este tipo de trastorno, es
el doble para personas con TDAH persistente, que para individuos con TDAH no-
persistente, y más de 7 u 8 veces mayor, que para el grupo de control. Recuerden
que la primera cifra entre paréntesis representa siempre el grupo de TDAH
persistente, la segunda representa el grupo de TDAH no-persistente y la tercera
es el grupo de control.
En análisis posteriores, encontramos que todos estos trastornos de personalidad
fueron el resultado de un trastorno de conducta.

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Los adolescentes que desarrollaban un trastorno de conducta, antes de los 15


años de edad, tenían más probabilidades de tener estos trastornos de
personalidad, que las personas con TDAH que no tenían un trastorno de
conducta. Fíjense aquí, que otros estudios también han encontrado esta conexión
entre el TDAH y el trastorno límite de personalidad y aquí podemos observar la
doble vía de riesgo entre ambos. Encontramos por ejemplo, que el 30% de las
personas con TDAH persistente hasta los 27 años, cumplieron con los criterios de
personalidad límite.
Si nos fijamos aquí más abajo, según los estudios, aproximadamente un 40% de
las personas que tienen trastorno límite de personalidad, probablemente tengan
TDAH también.
Es decir, que la relación entre los dos trastornos funciona en ambas direcciones –
lo que nosotros llamamos una comorbilidad bidireccional. Cada uno de los dos
trastornos, aumenta el riesgo de desarrollar el otro. Fíjense aquí, en un estudio
de mujeres con trastorno límite de personalidad, al menos un 41% de las
participantes también tenía TDAH. Los resultados de este estudio coinciden con
los del otro. Encontraron además, que el 16% de las personas que tenían
trastorno límite de personalidad desarrollaron TDAH de adultos, y no en la
infancia. En conclusión, estos dos trastornos parecen estar relacionados entre sí.
Estudios más recientes sugieren de hecho, que la impulsividad, que a menudo se
asocia con el trastorno límite de personalidad es en realidad, el resultado del
solapamiento de este trastorno con el TDAH en los adultos. De hecho, uno de los
estudios sugiere que cuando los dos trastornos coinciden, se crea una
subclasificación única del trastorno límite de personalidad, diferente de la forma
habitual de este trastorno, sin comorbilidad con el TDAH.

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ACTIVIDADES ANTISOCIALES (27 AÑOS)

En esta próxima diapositiva, pueden observar el porcentaje de los participantes


en nuestro estudio de seguimiento que, al llegar a los 27 años, ya habían
participado en varias actividades antisociales. Les podría mostrar un gráfico con
la frecuencia de estas actividades antisociales, pero sería notablemente alta. Lo
que quiero decir con esto, es que las personas con TDAH tienen mayor
probabilidad que las personas del grupo de control, de participar en distintas
actividades antisociales, como las que figuran al pie de este gráfico. De nuevo,
vemos individuos con TDAH persistente, representados por la barra negra, y aquí
vemos la frecuencia de robos cometidos – las personas con TDAH persistente,
tenían mayor probabilidad de participar en este tipo de actividad, que las
personas con TDAH no-persistente, pero la frecuencia de participación de estas
últimas, también era mayor que la del grupo de control.
Así que el TDAH persistente conlleva mayor riesgo para conductas antisociales a
lo largo de la vida, pero incluso, en las personas que a los 27 años ya no tenían
TDAH, el riesgo sigue siendo mayor que para los participantes en el grupo de
control. La frecuencia de detenciones y encarcelación por lo menos una vez antes
de llegar a los 27 años, figuran en las últimas dos barras del gráfico, por si tienen
curiosidad por conocer estos datos. Aquí también vemos, que la frecuencia es
mayor para las personas con TDAH persistente que para las personas con TDAH
no persistente, y que estos últimos, tienen mayor riesgo que el grupo de control.

DIMENSIONES DE LOS ACTOS ANTISOCIALES

En el Estudio de Milwaukee, seguimos nuestro análisis de estos datos para


examinar la relación entre estas actividades delictivas. Puede parecer que había
de 10 a 12 actividades antisociales distintas, representadas en nuestro estudio,
pero si analizamos los factores, se reducen a 3 áreas básicas de actividades
antisociales. Una es la delincuencia depredadora. Es decir, atacar a otros
individuos, pelearse con ellos, robarles, llevar y utilizar un arma, crear
enfrentamientos, etc.
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Nuestros análisis mostraron, que este tipo de actos delictivos, estaban


relacionados al cien por cien con el trastorno de conducta y no con el TDAH. El
grado de severidad del TDAH, no figuraba como factor de pronóstico para este
tipo de acto delictivo.
Lo mismo ocurrió con el área que llamamos acto delictivo auto-suficiente. Este
tipo de acto, se asocia con la fuga de casa del adolescente o joven adulto. Al no
poder cuidarse, el individuo roba o se prostituye e intenta mantenerse a través de
estas actividades antisociales. Aquí también encontramos, que el pronóstico para
este tipo de conducta, estaba relacionado sólo con el trastorno de conducta y el
grado de severidad del TDAH, no tenía que ver.
Y para concluir, observamos lo que ya habíamos visto en una diapositiva previa,
sobre los trastornos de consumo y abuso de sustancias.
El TDAH sí está relacionado con el área de delincuencia que se conoce como
actividades relacionadas con la droga. Se trata de posesión, consumo o venta de
drogas, o robos de propiedad o dinero, para conseguir la droga. El TDAH, y por
supuesto el trastorno de conducta también, están relacionados con este tipo de
actividad antisocial. Por tanto, el TDAH es un factor de riesgo para actividades
relacionadas con la droga.

COSTES ECONÓMICOS DE LOS ADOLESCENTES CON TDAH

En esta diapositiva, vemos el resultado de un estudio, que coincidió con mi propia


investigación, y que tiene que ver con el impacto económico de estas actividades
antisociales en la comunidad. El estudio calcula el coste que le supone a los
servicios de salud mental, educación especial, justicia de menores y otros
organismos relacionados con la delincuencia, el atender a adolescentes con TDAH
a lo largo de 6 años, en comparación con jóvenes sin TDAH. Podemos observar
que cada adolescente con TDAH, le cuesta a su comunidad unos $40,000, en
comparación con el coste para la comunicad de un adolescente sin TDAH.

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Por tanto, el TDAH duplica los costes para la sociedad, en cuanto a servicios de
justicia de menores, actividades antisociales y como vemos aquí, de servicios de
salud mental y educación especial. Los resultados de mi estudio son muy
parecidos.
Fíjense que este coste de cuarenta mil dólares, en servicios sociales por
adolescente con TDAH casi se duplica en el caso de los adolescentes con TDAH
que desarrollan un trastorno de conducta. Por tanto el TDAH es un trastorno que
resulta muy caro para la sociedad y el TDAH con trastorno de conducta es dos
veces más caro.

IMPLICACIONES DE LA COMORBILIDAD

¿Qué implicaciones tiene estos resultados en relación con la comorbilidad para el


tratamiento clínico? Lo primero, es que los casos complejos o comórbidos van a
necesitar evaluaciones más exhaustiva y con toda probabilidad, van a exigir
tratamiento por parte de los especialistas de salud mental en la psicología clínica
y psiquiátrica, además de los servicios que pueden aportar el médico de cabecera
y los educadores dentro del sistema académico. Por tanto, cuanto exista un
segundo o tercer trastorno comórbido con el TDAH, recomendamos
encarecidamente, que los médicos de atención primaria consulten con
especialistas de salud mental, para evaluarlos y tratarlos.
Segundo: está claro que serán necesarios tratamientos psicosociales adicionales
además del tratamiento para el TDAH, para abordar los trastornos psiquiátricos,
que con el tiempo se desarrollan en combinación con el TDAH. Es decir, que la
comorbilidad del TDAH con otros trastornos, aumenta la necesidad de
tratamientos adicionales. Aumenta también, la necesidad de medicamentos
adicionales para tratar los trastornos comórbidos, que se utilizarán en
combinación con los medicamentos para el TDAH. Por ejemplo, los medicamentos
para tratar el TDAH no son útiles en el tratamiento de la depresión.

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IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

Cuando existe una depresión comórbida con TDAH, como ocurre en 1 de cada 4
casos, lo más probable es que sea necesario acudir a otro tipo de intervención,
para tratar esta depresión comórbida. El tratamiento del TDAH en sí,
probablemente no sea adecuado para tratar la depresión.
En los casos en los que un individuo desarrolle un trastorno de conducta o
conductas antisociales graves, recomiendo encarecidamente que los médicos
clínicos consideren la utilización de una terapia multi-sistémica, tal como la han
desarrollado Scott Henggeler y sus compañeros, aquí en la Universidad de
Medicina de Carolina del Sur.
Se trata de una intervención muy intensiva, en la que los terapeutas realizan
visitas diarias de varias horas en casa de estos pacientes, para poder aplicar una
gran variedad de servicios psicosociales.
Funciona así, porque los jóvenes antisociales frecuentemente provienen de
familias con múltiples problemas y por tanto, los terapeutas necesitan una
preparación en diversos tratamientos sustentados empíricamente, para poder
aportar los servicios que necesitan. Estos servicios se realizan a diario durante 6 a
9 meses. Aunque pueda parecer que sale muy caro, en relación con los costes de
una visita semanal por parte del individuo a una clínica, no lo es en los casos muy
graves ya que cuesta menos del 25% de los costes juicios, internamientos, etc. Y
sabemos además, que se ha demostrado que el encarcelamiento, no mejora el
pronóstico para el futuro de estos individuos, mientras que la terapia multi-
sistémica, aparentemente, tiene un impacto positivo sobre las posibilidades de
reincidencia de los jóvenes antisociales con TDAH. Por lo menos, así se deduce de
los primeros datos que hemos recibido.
Está claro que muchos de los individuos con TDAH, que han participado en
actividades antisociales, entrarán en contacto con las autoridades de justicia de
menores e incluso con servicios de rehabilitación. Recomiendo encarecidamente,
que Uds. realicen consultas con estos compañeros para informarles sobre el
TDAH, ya que muy pocos han recibido preparación sobre este trastorno
psiquiátrico, su diagnóstico y tratamiento.

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CAPÍTULO 6 – LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

Creo que, a no ser que se trate adecuadamente el TDAH, estas personas


probablemente no responderán ante las intervenciones y servicios de
rehabilitación disponibles, dentro del sistema de justicia de menores.
De hecho en mi opinión, se debería tratar el TDAH bastante antes que el trastorno
de conducta u otros trastornos, porque frecuentemente es el primero que se
desarrolla y porque es un trastorno de la autorregulación y probablemente,
afecte la receptividad y capacidad de participación del individuo, en las
intervenciones para tratar el trastorno comórbido.
Lo mismo ocurre, cuando Uds. trabajen en colaboración con la policía o los
juzgados criminales, donde es posible que les llamen para proporcionar
testimonio experto sobre el individuo. Se trata de una oportunidad para educar a
la policía y el sistema judicial sobre la naturaleza del TDAH, su relación con
actividades antisociales y la necesidad de tratar el TDAH, para mejorar las
posibilidades de respuesta a las otras intervenciones que se recomienden para
tratar la conducta delictiva. Para más información detallada sobre la
comorbilidad, como he comentado anteriormente, apúntense por favor a mi
curso sobre “La optimización del tratamiento del TDAH – el impacto de la
comorbilidad”.

RESULTADOS SOCIALES

Algunos estudios longitudinales, como el mío y los que se han realizado en


Canadá y en otros países, han seguido los resultados sociales de personas con
TDAH. Como pueden observar en esta diapositiva, los problemas documentados
en la infancia que vimos en la primera parte de mi curso, sobre los resultados de
los factores de riesgo del TDAH en la infancia, continúan en la adolescencia y en la
edad adulta. Hemos encontrado también, que cuando estos individuos se casan,
el grado de satisfacción con su matrimonio es menor, que para las personas sin
TDAH. Puede que exista una relación entre el TDAH y conflictos con la pareja, o
incluso violencia en la pareja, especialmente cuando existe un trastorno de
conducta comórbido con el TDAH.

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CAPÍTULO 6 – LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

Mis propios estudios indican, que personas con TDAH pueden tener hijos a una
edad más joven. De hecho, las personas con TDAH, tienen mayor probabilidad de
tener hijos entre 5 y 10 años antes, que el resto de la población. Como les
enseñaré, es más probable que las personas con TDAH tienen mayor probabilidad
de tener hijos antes de cumplir los 19 años, que las personas en el grupo de
control. Por tanto, este factor de ser padres a una edad temprana, se debería
tener en cuenta como un factor de riesgo futuro, asociado con el TDAH. Hemos
observado, que en los casos de padres con TDAH, éstos indican a través de sus
auto-informes, un mayor nivel de estrés relacionado con su papel de padre o
madre, que las personas del grupo de control.

ESTILOS DE VIDA

Como demuestra esta diapositiva, el TDAH predispone al individuo a distintas


opciones de estilo de vida. Es decir, que las personas con TDAH tienen mayor
tendencia a participar en redes sociales, de pasar más tiempo hablando por
teléfono, enviando mensajes de texto, viendo la televisión, jugando a videojuegos
y dedicados a relaciones sociales, en detrimento del tiempo dedicado a formarse,
desarrollar otras capacidades, mejorar sus posibilidades de futuro, leer, hacer
ejercicio y mantener la salud. De hecho, un estudio demostró que al llegar a la
adolescencia, los niños con TDAH tienen una mayor dependencia de los
videojuegos o adicción a Internet, que los individuos en el grupo de control.
Por tanto, encontramos que estas personas tienden a una vida más sedentaria,
dedicada a relacionarse con amigos, a los juegos, al entretenimiento y las
actividades de ocio, en comparación con el tiempo que dedican a la superación
personal.

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CAPÍTULO 6 – LAS CONSECUENCIAS DEL TDAH EN ADOLESCENTES Y ADULTOS:
IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

PROBLEMAS CON EL DINERO (27 años; MWE)

El Estudio de Milwaukee, encontró también que a los 27 años, las personas con
TDAH tenían mayores dificultades para administrar su dinero, que el grupo de
control. Aquí de nuevo, tenemos nuestros 3 grupos: TDAH persistente, TDAH no-
persistente y el grupo de control de la comunidad. Vemos que el grupo de TDAH
persistente, demuestra tener mayores dificultades para administrar su dinero que
las personas del grupo de TDAH no-persistente, representadas por la barra
blanca. Pero ellos a su vez, tienen mayores dificultades que el grupo de control
con la administración de su dinero, problemas con compras impulsivas, faltas a la
hora de pagar el alquiler, etc. Con todo esto vemos, que el TDAH en los adultos
está relacionado con mayores dificultades en la gestión de sus finanzas y con poca
credibilidad, en comparación con nuestros grupos de control.

RIESGOS CON EL SEXO Y LA REPRODUCCIÓN

Como comenté anteriormente, el TDAH está asociado con un mayor riesgo de


embarazo en la adolescencia, pero también se ha visto que está relacionado con
un estilo de vida, que incluye actividades sexuales de riesgo. El Estudio de
Milwaukee y otros estudios, no han documentado un aumento de trastornos
sexuales en asociación con el TDAH, pero sí, con un estilo de vida más arriesgado.
En nuestro estudio, por ejemplo, los adolescentes con TDAH iniciaron su actividad
sexual, es decir el coito, un año antes que los del grupo de control.
La probabilidad de un inicio más temprano aumentó en los adolescentes con
TDAH y trastorno de conducta. Encontramos también, en los seguimientos de 21
a 27 años, que tenían un número mayor de parejas sexuales, que en el grupo de
control. Fíjense que en esta primera etapa de actividad sexual temprana, el
número de parejas sexuales fue casi 3 veces o por lo menos 2,5 veces mayor que
para el grupo de control. A los 27 años, un 60% había tenido un mínimo de 4
parejas sexuales, mientras que un 28% del grupo de control tenía el mismo
número de parejas.

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IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

Vimos también, que las personas con TDAH habían tenido un mayor número de
parejas durante el año anterior, en comparación con el grupo de control, pero
pasaron menos tiempo con cada pareja, probablemente porque las relaciones
duraban menos. Encontramos que tuvieron un mayor número de encuentros
sexuales con parejas ocasionales, incluso fuera de las relaciones de pareja, que
nos indicaron, que probablemente utilizaban menos métodos anticonceptivos y
por tanto, tenían mayores probabilidades de embarazos durante la adolescencia.
De hecho, había más casos de embarazos adolescentes en chicas con TDAH, que
cuando se trataba de chicos con el trastorno.
Por lo general vimos en nuestro estudio, que casi un 40% de los participantes con
TDAH, habían dejado embarazada a su pareja y la proporción era de 8 a 10 veces
mayor, que la proporción en el grupo de control. Por tanto, se ha demostrado
que el TDAH es uno de los factores de pronóstico, en relación con los embarazos
en adolescentes.
Desde luego, el trastorno de conducta también es un factor que pronostica el
embarazo adolescente, pero cada trastorno es un factor independiente de riesgo
para la paternidad o maternidad temprana. Aquí vemos el número de
nacimientos en el grupo de TDH a los 21 años: 37 en comparación con un único
nacimiento a esa edad, en el grupo de control. Como es evidente, la diferencia
entre las dos cifras y el pronóstico de tener un hijo a una edad muy joven, es
notable. Fíjense, que más de la mitad del grupo de TDAH no consiguió la custodia
del niño cuando nació. En estos casos, los bebés fueron criados por los abuelos
(es decir, los padres del chico o de la chica con TDAH) o se dieron en adopción.
Encontramos también, como pueden observar aquí, que a los 27 años seguía
aumentando la probabilidad de convertirse en padres. El 51% de las personas con
TDAH que se iniciaron como niños en nuestro estudio, ya tenían hijos en
comparación con el 13% del grupo de control. Vimos además, que a los 21 años, y
después a los 27 años, las personas con TDAH tenían una probabilidad 4 veces
mayor de contraer un enfermedad de trasmisión sexual. A nivel global, lo que
observamos es la pauta de un estilo de vida mucho más arriesgado, en cuanto a
conducta sexual, que la de la población general.

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IMPLICACIONES EN TRATAMIENTO

IMPLICACIONES DE UNA CONDUCTA SEXUAL DE RIESGO

¿Cuáles son las implicaciones de este estilo de vida en cuanto a cuidados clínicos?
Lo primero, de nuevo, es que es necesario informar a los padres sobre estos
riesgos, cuando sus hijos se acercan a la edad del inicio de la actividad sexual. Los
profesionales de los cuidados primarios, como los pediatras y médicos de familia,
también necesitan informarse sobre estos riesgos, para poder pasar esta
información a sus pacientes. Puede haber la necesidad además, de solicitar la
participación de los servicios sociales, especialmente en el caso de embarazo
adolescente o casos de madres solteras adolescentes. Y existe la necesidad, por
supuesto, de asesorar a los padres y a los médicos sobre los riesgos asociados a
las enfermedades de trasmisión sexual.
Recomendamos que los padres de adolescentes con TDAH, ejerzan una mayor
supervisión sobre sus hijos, especialmente cuando empiezan a salir con chicos o
chicas. De hecho, recomendamos que intenten retrasar el inicio de estas citas en
el caso de adolescentes con TDAH y sustituirlos con lo que llamamos salidas en
grupo, en las que un grupo de amigos queda para ir todos juntos al cine o a casa
de uno de ellos, en vez de salir en pareja. Así que es buena idea aplazar el inicio
de salidas en pareja, fomentar las salidas en grupo y ejercer una mayor
supervisión. Por supuesto, otra manera de abordar el tema del sexo, los
anticonceptivos y los riesgos de una actividad sexual no protegida, es educar al los
adolescentes, pero en nuestra opinión la educación por sí sola tiene poca
probabilidad de disminuir estos riesgos, porque están relacionados,
aparentemente, con el factor de la impulsividad en el TDAH.
Por tanto, puede que los padres necesiten educar a sus hijos sobre los
anticonceptivos a una edad más temprana, para disminuir estos riesgos.
Es posible que el uso de medicamentos para tratar el TDAH durante la
adolescencia, pueda reducir la conducta impulsiva y aumentar la autorregulación
de estos chicos, aunque hasta ahora no existen estudios sobre este tema. Pero si
fuera así, podría incidir sobre una reducción del riesgo de estas consecuencias
adversas de la actividad sexual.

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De momento está sin comprobar, al no existir estudios sobre el efecto de la


medicación en esta área de las principales actividades diarias.
Ahora para concluir, recomiendo a las personas que tienen hijos con TDAH, que
cuando lleguen a la adolescencia, se les vacune contra el virus de papiloma
humano (VPH). En la actualidad existe vacuna tanto para los chicos como para las
chicas. El motivo de esta recomendación, es que las personas con TDAH
probablemente tendrán un mayor número de parejas sexuales a lo largo de su
vida. Es sabido que el número de parejas sexuales, está relacionado con el riesgo
para las mujeres de desarrollar un cáncer de cuello de útero. Sabiendo que las
personas con TDAH tienen riesgo de tener un mayor número de parejas sexuales
a lo largo de su actividad sexual, parece recomendable una temprana
inmunización contra el VPH, asociado con el cáncer de cuello de útero.

PROBLEMAS MÉDICOS Y DE SALUD

Nuestros estudios han documentado también, un número de riesgos médicos,


asociados con el TDAH, que figuran en esta diapositiva. El riesgo de lesiones por
accidente que se ha demostrado que tienen los niños con TDAH, sigue hasta la
edad adulta, así como el probable riesgo de ingreso en los servicios de urgencias,
las hospitalizaciones más frecuentes y los accidentes de tráfico, que ya hemos
comentado. Existe también, el riesgo de un mayor número de problemas dentales
por motivo de los malos hábitos y falta de cuidados preventivos, que comenté en
mi curso sobre factores de riesgo del TDAH en la infancia. Encontramos además
que los adultos con TDAH, tienen más bajas médicas y pensiones por accidentes
en comparación con el grupo de control. Los problemas con el sueño que
documentamos en la infancia, siguen en la edad adulta.
Resulta interesante la identificación y documentación de trastornos alimenticios,
como un factor de riesgo especial, en el caso de las mujeres con TDAH. Se sabe
que el TDAH viene acompañado de una predisposición para la bulimia o el
trastorno de alimentación impulsivo, en adolescentes y jóvenes adultas.

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Pueden ver aquí, algunos de los riesgos en la línea de trastornos alimenticios. Las
chicas con trastornos de alimentación, tenían 2 o 3 veces mayor probabilidad de
desarrollar una patología alimenticia, especialmente la bulimia, que las chicas que
no tenían TDAH. En un estudio se demostró, que los factores de riesgo que
figuran en esta línea de la diapositiva, pronostican el riesgo de desarrollar una
bulimia. Estos factores son: impulsividad severa, rechazo por parte de sus padres,
educación severa, comorbilidad para depresiones importantes, trastornos de
ansiedad, trastorno negativista-desafiante y trastorno de conducta.
Mis propios estudios han encontrado que hay mayor probabilidad en los adultos
con TDAH, de tener mayor tendencia a la somatización, según sus auto-informes,
especialmente si su TDAH está acompañado por un trastorno de ansiedad. En
este contexto, el término somatización se refiere simplemente a quejas por
cuestiones médicas poco precisas, que posiblemente no tengan ninguna causa
física.

MÁS PROBLEMAS MÉDICOS Y DE SALUD

Hemos encontrado además, que las personas con TDAH, como comenté
anteriormente, tienen mayor probabilidad que otros individuos, de fumar, abusar
del alcohol y otras sustancias. La mayor predisposición al consumo de drogas,
constituye otro factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. De
hecho, el Estudio Longitudinal de Milwaukee es el único estudio que yo sepa, que
examinó los niveles de lípidos en sangre y los riesgos para desarrollar
enfermedades coronarias en el futuro. Aquí pueden observar, que las personas
con TDAH, mostraron perfiles lipídicos menos favorables. Es decir, que el nivel de
colesterol bueno el HDL, es menor, y la proporción del colesterol global, es mayo
en relación con los HDL.
Esta situación supone, un mayor riesgo de arteriosclerosis y de enfermedades
coronarias en el futuro, según el Sistema de Puntos Framingham, que realiza
pronósticos de posibles futuras enfermedades coronarias, basados en la
valoración del estilo de vida actual.

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Las personas con TDAH, ya a la edad joven de 27 años, empiezan a diferenciarse


del resto de la población, en cuanto a un mayor riesgo de sufrir enfermedades
coronarias en el futuro. Desde luego, el mayor consumo de alcohol y de tabaco
que ya hemos comentado, aporta un mayor riesgo para tener cáncer más
adelante, si no se produce un cambio de hábitos para adoptar un estilo de vida
más sano.

¿EFECTO SOBRE LA ESPERANZA DE VIDA?

A nivel global, todo esto significa que el TDAH puede acortar la vida del individuo,
si no se inicia el tratamiento lo antes posible, maniéndolo en el tiempo, mientras
el trastorno y las disfunciones que produce, estén presentes. Si juntamos todas
las consecuencias que ya hemos comentado, se podría afirmar que el TDAH
puede significar una menor longevidad para el individuo. No se trata de una
valoración hipotética. Ya se han realizado estudios que demuestran, que los niños
con trastornos externalizantes, que incluyen el TDAH, como observamos aquí en
la última línea, tienen una probabilidad 3 veces mayor que el resto de la
población, de morir antes de los 46 años. Vemos que el grado de severidad del
trastorno externalizantes, influye sobre el aumento de estos riesgos.
Fíjense aquí, en la segunda línea, que los resultados del estudio realizado por
Friedman, Collings y otros, demuestran que la falta de concienciación en la
infancia está asociada con la disminución de la esperanza de vida, es decir, con un
mayor riesgo de muerte por cualquier causa. La concienciación, es la dimensión
de la personalidad que se asocia con la autorregulación y la impulsividad. El
estudio de Friedman, demuestra que los individuos que estaban por debajo del
percentil 25, en cuanto a la concienciación, vivían 7 años menos, que las personas
que no figuraban en este corte inferior. Con lo cual podemos deducir, que la
reducción de esperanza de vida es aún mayor para las personas con TDAH. Por
tanto el TDAH, se puede considerar un trastorno de la salud pública y no
solamente un trastorno de la salud mental.

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IMPLICACIONES DE LOS RIESGOS PARA LA SALUD

Estos factores de riesgo para la salud, tienen numerosas implicaciones pero no se


han explorado todavía en ninguna investigación. Con los datos recogidos hasta la
fecha podemos, sin embargo, ofrecer unas sugerencias basadas en el sentido
común. La primera como siempre, es informar sobre estos riesgos a nuestros
compañeros de atención primaria, que están atendiendo a la gran mayoría de
niños y adultos con TDAH. Es necesario educar también a las instituciones
sanitarias locales, autonómicas e incluso nacionales, sobre los riesgos asociados
con el TDAH y las ventajas de la intervención temprana y prolongada a lo largo del
ciclo vital.
Tenemos que animar también, a los mismos pacientes con TDAH y a sus familias,
para que hagan uso de los cuidados preventivos médicos y dentales, presten
atención a su estilo de vida adoptando hábitos más sanos, y dediquen mayor
tiempo a mantener una buena salud y reducir estos riesgos. Aconsejaríamos
también, que los individuos con TDAH reciban un apoyo mayor, para manejar en
el posible consumo de sustancias tanto legales como ilegales.
Se sabe que las personas con TDAH, tienen una predisposición para el consumo
del tabaco y que fuman más que otros individuos. Por tanto, probablemente
tengan una mayor necesidad de programas, para dejar de fumar. Hemos hablado
anteriormente también, sobre una mayor necesidad de programas para el
tratamiento del alcoholismo y de la rehabilitación, en el caso de trastornos de
drogodependencia, al tener en cuenta los datos que indican que el TDAH es un
factor de riesgo en ambos casos.
Es necesario también hablar con los adolescentes y adultos jóvenes y con sus
padres, sobre los datos que tenemos actualmente, que indican que este estilo de
vida, si no lo cambian, probablemente esté asociado con un mayor riesgo de
enfermedades coronarias, cardiovasculares y cáncer al llegar a la mediana edad.

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Por tanto, hay que enfocar hacia esta población, programas de nutrición, de
abandono del tabaco y la bebida, así como de cuidados médicos y dentales
preventivos, etc., y animar a las personas con TDAH, para que adopten hábitos
más saludables para reducir estos riesgos.
Repito que no hay estudios que hayan examinado estas recomendaciones, para
ver hasta qué punto pueden ser efectivas, pero los datos que tenemos hasta la
fecha, nos indican la necesidad de contemplar este tipo de intervención.

CONCLUSIONES

Espero que en esta conferencia, hayan visto que el TDAH es un trastorno muy
persistente, y que entre un 65% y un 86% de las personas diagnosticadas
clínicamente en la infancia, se mantienen con TDAH diagnosticable en el inicio de
la edad adulta. Está documentado que algunos individuos pueden superar el
TDAH. De hecho en el Estudio de Milwaukee, vimos que entre un 14 y un 35% de
las personas con TDAH, o lo habían superado a los 27 años o habían
experimentado una reducción de los síntomas, hasta situarse por debajo del
umbral del diagnóstico. En la mayoría de las personas con TDAH sin embargo, el
trastorno será persistente en la edad adulta.
Les he demostrado también, que el TDAH está asociado con numerosos riesgos en
la infancia, la adolescencia y la edad adulta, y con disfunciones en un gran número
de las principales actividades de la vida. De hecho nuestros datos sugieren que,
de los actuales trastornos psiquiátricos de tratamiento ambulatorio, el TDAH es
uno de los más perjudiciales. Un mayor número de personas con este trastorno,
sufren dificultades en todas las áreas que hemos examinado y tienen disfunciones
en un mayor número de áreas, en comparación con otros pacientes ambulatorios
que presentan trastorno de ansiedad, depresión, dificultades de aprendizaje, y en
las relaciones con otros, etc. No quiere decir, que no existan trastornos que sean
más perjudiciales – que por supuesto los hay – pero en comparación con los que
se tratan en las clínicas ambulatorias, el TDAH es muy perjudicial.

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Afortunadamente, los resultados indican que actualmente el TDAH es uno de los


trastornos psiquiátricos más tratables. Es decir, tenemos más opciones de
tratamiento para este trastorno, que las que probablemente estén disponibles
para otros trastornos.
Un mayor número de pacientes, tienen probabilidad de responder a estas
intervenciones y el grado de mejoría será probablemente mayor que en otros
trastornos, tratados en ambulatorios. Consideremos por ejemplo, el tratamiento
farmacológico para la ansiedad y la depresión. Los efectos de los medicamentos
en los síntomas del TDAH, son 2 o 3 veces mayores que los que se consiguen con
los medicamentos para la ansiedad y la depresión. Se sabe también que un mayor
porcentaje de pacientes, entre un 75 y un 90%, responden por lo menos a uno de
los medicamentos comercializados actualmente para el tratamiento del TDAH.
Por tanto en el caso del TDAH, existen un mayor número de tratamientos, sus
beneficios son mayores y funcionan para un porcentaje mayor de la población,
en comparación con los resultados que podamos encontrar en el tratamiento de
otros trastornos.
Por tanto, existen intervenciones que funcionan para el TDAH. El problema mayor
que tenemos con el TDAH, tal como mencionó el Ministro de Sanidad del
gobierno estadounidense hace unos años, es que las intervenciones se inician
tarde, no se mantienen durante el tiempo suficiente y en muchos casos, puede
ser que ni siquiera estén disponibles. Esto puede ser el caso en zonas rurales, en
comparación con zonas urbanas, que suelen contar con mayores recursos para la
población. Lo que quiero decir es que, la desigualdad geográfica de los servicios
disponibles para el tratamiento del TDAH, constituye un problema. Hay
tratamientos que funcionan, pero tenemos que asegurarnos de que lleguen a las
personas que los necesitan. Se sabe por ejemplo, que entre un 30 y un 40% de las
personas que tienen TDAH en la infancia, no llegan a estar diagnosticadas ni
tratadas.
Se sabe también, que un 90% de los adultos con TDAH no están diagnosticados ni
tratados específicamente para el trastorno. De hecho, sólo un 25% están
diagnosticados y tratados por algún tipo de trastorno.

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El mayor problema que tenemos actualmente en los Estados Unidos con el TDAH,
es el reconocimiento del trastorno y acceso al tratamiento adecuado.
Espero que Uds. hayan visto que el TDAH produce una franja bastante amplia de
disfunciones o efectos adversos, a lo largo de la vida del paciente, y en un mayor
número de áreas de las principales actividades de la vida diaria, en comparación
con otros trastornos tratados en ambulatorios. Espero que hayan aprendido algo
de este curso sobre los riesgos que presenta el TDAH y que hayan llegado a
comprender que el TDAH, no es simplemente un trastorno de la salud mental si
no también, un trastorno de salud pública.

GRACIAS

Gracias por matricularse en este curso por internet. Les invito a apuntarse
cuando quieran, a otros cursos que he preparado sobre el TDAH para esta página
web.
Les invito también a visitar la página web de la editorial Guilford.com para
obtener más información sobre los últimos productos que he desarrollado para
diagnosticar y tratar el TDAH. De nuevo, muchas gracias por apuntarse a este
curso.

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