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Revolución Rusa

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REVOLUCIÓN RUSA (1917).

ANTECEDENTES.
El término Revolución rusa agrupa a todos los sucesos que condujeron de manera
espontánea al derrocamiento del régimen zarista y a la instauración preparada de otro
leninista a continuación entre febrero y octubre de 1917. En gran medida inducida por la
Primera Guerra Mundial, la Revolución rusa fue un acontecimiento decisivo y fundador del
“corto siglo XX” abierto por el estallido del macro conflicto europeo en 1914 y cerrado en
1991 con la caída de la Unión Soviética. Objeto de simpatías y de inmensas esperanzas por
unos, también ha sido objeto de severas críticas, de miedos y de odios viscerales.
La Revolución de 1917 dio vía libre al nacimiento de la Unión Soviética. Su legado marcó la
política del siglo XX y ha dejado una huella indeleble en el mundo contemporáneo. Pero
cuando dio sus primeros pasos en el gélido mes de febrero de aquel año, no fueron pocos
los revolucionarios que la despreciaron.

Como recordarás, en siglos anteriores surgieron varias potencias en Europa que se


declararon rivales, desatando una lucha por conseguir más territorios, materias primas y
nuevos mercados para vender sus productos. En 1900, junto con el nacimiento de un
nuevo siglo, las tensiones geopolíticas en Europa se hicieron cada vez más evidentes.
El nacionalismo surgido en Europa a mediados del siglo XIX, junto con la paz armada,
abonaron el terreno para acrecentar el ambiente bélico; las industrias al servicio de la
guerra trabajaban incansablemente y los mecanismos ideológicos de los Estados se
pusieron en funcionamiento mediante la educación y la propaganda, ya que, a partir de la
exaltación de los valores nacionales, se conformaron ejércitos dispuestos a morir en
defensa de su nación.
El nacionalismo fue usado por los gobiernos para convencer y justificar ante el pueblo la
necesidad de ir a la guerra. Como ejemplo, observa las siguientes imágenes. En estos
carteles se hace un llamado a los jóvenes para unirse al ejército.
La Primera Guerra Mundial fue un claro ejemplo de la forma en que el sentimiento
nacionalista fue exaltado y utilizado para el reclutamiento de tropas y, aunque no fue el
único conflicto en que este sentimiento fue puesto en evidencia, sí constituyó uno de los
más importantes.
Los gobiernos de las Potencias Centrales y los de la Triple Entente plantearon la guerra
como una afrenta a su nación; sin embargo, detrás de eso estaban presentes los afanes
expansionistas de las potencias, que dominaban otros territorios como una muestra de su
fortaleza como nación.
El inmenso imperio ruso, bajo el poder de la familia Romanov, no fue la excepción. La
guerra ruso-japonesa de principios del siglo XX tuvo como finalidad la conquista de los
territorios como Manchuria y Corea.
En este enfrentamiento, los rusos fueron derrotados por los japoneses, lo que puso de
manifiesto el descontento de la población hacia el gobierno del Zar Nicolas II.
Ese descontento los llevó a una primera revolución en 1905, a través de la cual, se logró
establecer una monarquía constitucional y una Duma o Parlamento con poderes
legislativos que, no obstante, seguiría controlada por el Zar; así que las condiciones de
miseria en las que vivía el pueblo no fueron modificadas.
El zarismo, sin tomar en cuenta el atraso del país ni el abismo entre ricos y pobres, reclutó
a millones de soldados para participar en la Primera Guerra Mundial en apoyo a Serbia,
dos días después de que Austria le declarara la guerra en 1914.
El desarrollo de la guerra representó un enorme sacrificio para la población rusa. Con el
estancamiento del Frente Occidental, Alemania se concentró en el Frente Oriental y el
combate contra el Imperio ruso.
Las tropas rusas desorganizadas y con armamento obsoleto, sufrieron innumerables
derrotas. Los soldados empezaron a desobedecer las órdenes de sus generales o a
desertar del frente.
En las ciudades y en el campo, las manifestaciones fueron en aumento por la escasez de
alimentos, los bajos salarios, las duras condiciones de trabajo y la falta de combustible
para enfrentar el invierno ruso.
En 1917, la inconformidad social y la lucha de sectores y de partidos en contra del régimen
zarista, endureció la represión del gobierno hacia sus opositores. La revolución rusa había
comenzado.
Las principales causas de la Revolución rusa son:

• Las marcadas diferencias entre ricos y pobres. Los campesinos representaban más del
80% por ciento de la población y vivían en condiciones de gran pobreza. El 20%
restante eran terratenientes que poseían grandes extensiones de tierra.
• Las constantes derrotas del ejército ruso en la Primera Guerra Mundial y las bajas de
sus soldados, debido a la desorganización, al desabasto de alimentos y de armas.
• La falta de mano de obra desató una crisis económica y social que condujo a la escasez
de productos básicos y a una hambruna entre la población.
• La llegada del frío invierno de 1917, sorprendió al pueblo ruso en las peores
condiciones.
En seguida abordarás las dos fases en que se puede dividir la Revolución Rusa de 1917:
1. La revolución de febrero, con la caída del zar Nicolás II

Primera fase: En 1917, combatían al régimen zarista, tanto los partidos burgueses como el
Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. Este partido se había dividido en dos sectores:
➢ Los mencheviques, una minoría moderada, que creía en la posibilidad de que el
capitalismo avanzara hacia mejores condiciones para obreros y campesinos.
➢ Los bolcheviques, que en ruso significa mayoría, liderados por Vladimir Ilich
Uliánov, mejor conocido como Lenin, quienes sostenían que estaban dadas las
condiciones para hacer una revolución que pusiera fin al capitalismo.
En febrero las manifestaciones y las huelgas como la obrera en Petrogrado a la que se le
sumaron mujeres que pedían comida en las calles, fueron reprimidas por la policía. Poco
después, esos mismos policías se unieron a las protestas al igual que los campesinos,
provocando la abdicación del zar Nicolás II.
En la Duma, o parlamento, se agruparon los partidos liberales junto con los mencheviques
para conformar un gobierno provisional, al mando de Aleksandr Kerensky.
Al mismo tiempo, los bolcheviques se organizaron en consejos —llamados sóviets—
integrados por obreros, campesinos y soldados. Los sóviets pretendían cambios más
radicales, por ejemplo, llegar a un acuerdo con Alemania y retirarse de la guerra, lo cual,
permitiría el regreso de los soldados y abastecer a la población de víveres y combustible.
Kerensky, en cambio, apoyó la permanencia de Rusia en el conflicto mundial, por lo que
siguió enviando tropas a los frentes de guerra; lo que provocó gran descontento y
rebeliones que provocaron una nueva crisis en su gobierno.
EL GOBIERNO DE KERENSKI
La actuación de Kerenski se volvió más autoritaria en cuanto accedió al cargo. Decretó
nuevas restricciones a las reuniones públicas, restauró la pena de muerte en el frente de
guerra y se decidió a recuperar la disciplina militar. El programa del nuevo gobierno de
coalición ya no estaba sometido a los principios del sóviet.
Entretanto, el recién nombrado comandante en jefe del ejército, el general Lavr Kornilov,
quiso erigirse como «salvador de la nación» y exigió medidas que en la práctica equivalían
a la imposición de la ley marcial. Kerenski accedió, pero pronto cambió de idea y acabó
recurriendo al sóviet y liberando a los líderes bolcheviques encarcelados para hacer frente
a las fuerzas del general, que iban camino de la capital para imponer el orden.

En abril de ese año, Lenin regresó de su exilio para promover con más fuerza sus ideas,
como la de darle “todo el poder a los sóviets” para lograr “paz, pan y tierra”. Con ello, el
clima de agitación se acrecentó y propició las condiciones para la revolución y la toma del
poder de los bolcheviques con Lenin al frente.
EL MOMENTO DE LENIN
El golpe de Kornilov acabó debilitando a Kerenski y al gobierno provisional. Si la derecha
condenaba a Kerenski por haber traicionado a Kornilov, el jefe del ejecutivo también
levantaba muchas suspicacias entre la izquierda por haber actuado en connivencia con el
general por lo menos al principio. Muchos soldados sospechaban que sus oficiales habían
apoyado a Kornilov, y se produjo un fuerte deterioro de la disciplina en el seno del ejército.
La consecuencia fue un proceso de radicalización que se extendió por las principales
ciudades industriales. Sus grandes beneficiarios fueron los bolcheviques, que a principios
de septiembre obtuvieron sus primeras mayorías en los sóviets de Petrogrado, Moscú,
Riga y Saratov.
Desde Finlandia, Lenin urgió a sus partidarios a una insurrección inmediata, antes de que
se celebrara en Petrogrado un Congreso de los sóviets de toda Rusia previsto para el 20 de
octubre. «Si esperamos, echaremos a perder la revolución», escribió el 29 de septiembre.
Sabía que, si la transmisión del poder del parlamento a los sóviets se producía con una
votación en aquel Congreso, el resultado sería un gobierno de coalición formado por los
partidos políticos presentes en ese órgano, entre ellos sus rivales izquierdistas: los
mencheviques (el ala moderada del POSDR) y el Partido Social-Revolucionario. Lenin vio
entonces la oportunidad de tomar el poder, y esta vez la aprovechó. Volvió de incógnito a
Petrogrado, y el 10 de octubre convocó una reunión del Comité Central de su partido y
forzó la resolución (que ganó por diez votos contra dos) para preparar una sublevación
inminente.

2. La revolución de octubre con la llegada de los bolcheviques al poder.


La segunda fase. El 24 y 25 de octubre —de acuerdo con el calendario juliano, utilizado
entonces en Rusia—, los soldados y obreros agrupados en los sóviets de Petrogrado, actual
San Petersburgo, lograron tomar por asalto el Palacio de Invierno, sede de la Duma,
derrocando al gobierno provisional y, en su lugar, se nombró un Consejo de Comisarios del
Pueblo dirigido por el propio Lenin.
El gobierno leninista expidió tres decretos:

• El primero de ellos para extinguir la propiedad terrateniente y distribuir la tierra entre


los campesinos.
• El segundo para acordar un cese al fuego con Alemania y firmar un tratado de paz.
De esta manera, Rusia quedaba como nación derrotada en la gran guerra, pues tuvo
que ceder varios territorios, pero lograba establecer la paz.
• El tercero de las nacionalidades, mediante el cual se les daba a las naciones que
habían sido controladas por el zarismo, la libertad de independizarse o de integrarse
a la recién creada República Socialista Federativa Soviética de Rusia y antecedente de
la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
En 1918, se formaron dos ejércitos; el llamado ejército rojo, integrado por los
bolcheviques y organizado por León Trotsky y el ejército blanco integrado por fuerzas
contrarrevolucionarias que intentaron derrocar al gobierno leninista buscando el apoyo de
países como Francia y los Estados Unidos, intento que fracasó, y fueron derrotados por el
ejército rojo integrado, en su mayoría, por obreros y campesinos.
La economía del país estaba en ruinas y la población vivía en la miseria, por lo que el
principal reto del gobierno fue la reconstrucción económica y militar; el descontento de los
contrarrevolucionarios ocasionó un atentado en contra de Lenin, quien inició un proceso
de depuración en las filas revolucionarias.
En el año de 1919, se inauguró el Primer Congreso de La III Internacional, que en
solidaridad con obreros y campesinos buscó la liberación nacional de los pueblos
coloniales y semicoloniales de Asia.
El 30 de diciembre de 1922, con la finalidad de integrar las diferentes nacionalidades, se
proclamó la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas hasta su disolución
en 1991.
A Lenin le preocupaba quién lo sucedería en el poder y así lo expresó en una carta dirigida
al Congreso conocida como “El testamento de Lenin” donde expresó sus preocupaciones
sobre diversos temas, en particular, por quién dirigiría al país después de su muerte,
haciendo referencia tanto a Trotsky como a Stalin.

Las consecuencias más importantes que dejó esta revolución:

• La caída del zarismo y con ello, el fin de los casi tres siglos de la dinastía Romanov en
Rusia
• La instauración del primer país socialista en el mundo
• La creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1922
• Se produjeron cambios sociales y culturales significativos como: el debilitamiento de
las religiones y el fomento del ateísmo, el aborto legal, el divorcio y la despenalización
de la homosexualidad (aunque volvió a prohibirse en 1934), mejoras sociales para las
mujeres, una educación laica, obligatoria y gratuita
Las consecuencias para el mundo se pueden resumir de la siguiente manera:

• La Revolución Rusa se constituyó en el primer hecho histórico mundial, donde los


ideales del marxismo buscaron implantarse en la sociedad.
• En la economía, significó poner los medios de producción al servicio de las mayorías.
• En lo político, se planteó la dictadura del proletariado, es decir, el ejercicio del poder
del estado por parte de obreros y campesinos agrupados en los soviets.
• El triunfo de la Revolución Rusa marcó la división del mundo en dos bloques: el
socialista y el capitalista.
FUENTES BIBLIOGRAFICAS.

SEP. (s/f). La Revolución rusa. Gob.mx. Recuperado el 28 de septiembre de 2023, de


https://nuevaescuelamexicana.sep.gob.mx/detalle-ficha/6890/

Miloro, O. F. /. L. (2021, marzo 14). La revolución rusa de 1917. National geographic.


https://historia.nationalgeographic.com.es/a/revolucion-rusa-1917_16494

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