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196 - Creer en El Corazón

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Cr e e r e n e l c o r a z ó n

Romanos 10:9:
Que si confesarescon tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres
en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

 Y creyeres en tu corazón

A la corta o a la larga lo que tengas en tu corazón se va a manifestar


en tu confesión (la boca + la acción). El corazón es el asiento de los
sentimientos y pasiones…, inclinación, deseo, propósito1. Cuando hablamos del
corazón; hablamos del centro de tus pensamientos.

Proverbios 12:23:
El hombre cuerdo encubre su saber; Mas el corazón de los necios
publica la necedad.

Es como que el necio no tiene más remedio que sacar a la luz lo que
tiene en su corazón, por eso dice que publica su necedad.

Mateo 12:33-37:
33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo,
y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. 34
¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo
malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Recuerde que la boca representa a la persona que habla lo malo y lo


hace porque “no tiene más remedio” pues es lo que tiene en el corazón.
Lo mismo es con el bueno.

35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas


cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. 36 Mas
yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de
ella darán cuenta en el día del juicio. 37 Porque por tus palabras
serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Qué importante que es el corazón. Por eso es que Dios


nos recomienda en Su Palabra que sobre toda cosa
guardada, guardemos nuestro corazón, porque de el
brotará o surgirá la vida que sea que tengamos. De él

1
Liddel and Scott, según es presentado en En el Principio era la Palabra
Creer en el corazón

sacaremos a la luz lo que hayamos guardado. Fíjese que dice: saca del
buen tesoro o del mal tesoro del corazón ¿Sabe porqué tanto del bueno
como del malo pueden sacar? ¡Porqué primero lo pusieron ahí! El
corazón es como una caja. Uno va guardando lo que quiere, luego
cuando lo necesita lo saca.

Además observe el detalle que dice que no hay que guardar cualquier
cosa en el corazón, sino que hay que guardar aquellas cosas que
ameriten estar allí, luego sobre esas cosas elegidas, guardamos la
Palabra. Usted ponga la Palabra en su corazón, así cuando la necesita,
la saca porque de la abundancia del corazón hablará su boca.

Proverbios 4:20-27:
20 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis
razones. 21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu
corazón; 22 Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo
su cuerpo. 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque
de él mana la vida.

Sobre toda cosa que uno guarde, uno debe guardar el corazón.
Insistamos sobre esto porque es muy importante. No dice que lo
guardemos sobre toda cosa tan sólo, sino sobre toda cosa guardada.
Uno no guarda en su mente voluntariamente todo,
solamente guarda las cosas elegidas de su vida. Esas
cosas especiales que uno guarda… sobre esas habremos
de guardarlo al corazón. Es decir que el corazón es la cosa
elegida de entre las otras cosas elegidas para ser
guardado por encima. ¿Por qué será tan importante guardarlo sobre toda
cosa y con la mayor prioridad al corazón? Porque el corazón es la
buena brújula de tu vida si la brújula de tu corazón es Dios y Su
Palabra.

24 Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de


los labios. 25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia
lo que tienes delante. 26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus
caminos sean rectos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la
izquierda; Aparta tu pie del mal.

Cuán hermosamente se van entretejiendo los elementos que tienen que


ver con lo que venimos estudiando en Romanos diez nueve. Guardar el
corazón sobre toda cosa, boca y labios, ojos, párpados, pie y luego las
acciones, no desviarse, y apartarse del mal.

Proverbios 23:7:
Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y
bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.

©
Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 2
Creer en el corazón

La gente necesita de la Palabra de Dios para tener fe y ser renacida del


espíritu de Dios ser hecha salva ser hija de Dios ser santificada.
La fe viene por el oír2 y lo que hay que oír para tener fe es la Palabra
de Dios.

Muchas veces se enseña que las buenas obras son las que le permiten
renacer a las personas, pero la Biblia enseña que las buenas obras son
las que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas una
vez (después) que renacimos del espíritu de Dios. No antes. Es el ser
hijo de Dios que nos permite hacer buenas obras y no al revés. No son
las buenas obras las que nos llevan a renacer del espíritu de Dios.

Hablando de obras, ¿cuánto tuvo que trabajar usted para nacer? ¡Nada!
Todo lo hizo su mamá. Igual cuando usted renace. Dios lo hace renacer,
usted no hace nada. La única obra que tuvimos que hacer fue enterarnos
de un manojito de cosas:
▪ que existe Jesús,
▪ que Dios lo hizo Señor,
▪ que existe Dios y
▪ que este Dios (y Padre de Jesús) lo levantó de los muertos.

Eso es todo lo que usted “tiene que” hacer. Aún así esto tan sólo no lo
habilita a Dios a “renacerlo” a usted. Usted tiene que confesar esas
cosas y creer. Como creer es un verbo, entonces demanda una acción
de su parte. Esta parte es CLAVE. Lo que hay que creer, es decir, sobre
lo que hay que actuar es que Jesús es su Señor y que Dios le levantó de
los muertos.

No tiene que ir a ninguna iglesia para ser salvo, no debe vivir una vida
perfecta para ser hijo de Dios. No tiene necesariamente que estar en
esta clase para ser hijo de Dios. Tiene que conocer un “mínimo” de la
Palabra de Dios, creerla y confesarla.

Dios enseña en Su Palabra que Su voluntad para usted -como renacido


de Su espíritu y representante de Él- tenga una vida digna de Su
llamamiento como hijo de Dios. Deseablemente usted lo hará porque
querrá vivir a la altura del amor de Dios por su vida. Justamente la
confesión que usted hace es que Jesús es su Señor a partir de ahora.
¿Señor de quién? ¡Suyo! El vivió para Dios dejándonos ejemplo de
servicio y es su jefe ahora. Pero depende de su voluntad pues el
amoroso Padre celestial no torcerá su brazo para que usted haga las
buenas obras preparadas por Él para después de que usted haya
renacido.

2
1 Corintios 1:21; 15:2; Hechos 2:40

©
Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 3
Creer en el corazón

Efesios 2:8 y 9:
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se
gloríe.

La salvación gratuita de Dios es porque lo necesitamos no porque lo


merezcamos. ¡Gracias a Dios que es así! “Para que nadie se gloríe”
Nadie puede decir que es salvo porque hizo tal o cual cosa. Nadie puede
gloriarse de su salvación. La gloria por su salvación es de Dios que
entregó a Su hijo por usted, para que usted sea salvo y a Jesús quien se
entregó voluntariamente por todos nosotros. Usted, yo, nosotros no
tuvimos nada que ver con esa magnánima entrega. Solamente somos los
beneficiarios de semejante dar.

Efesios 4:7:
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la
medida del don de Cristo.

Nos fue dada gracia no conforme a otra medida sino conforme a la


medida del don de Cristo. ¡Vaya medida para darnos gracia!

Cuando uno renace del espíritu de Dios uno tiene la fe de Jesucristo que
es la misma para todos, ninguno tiene más y ninguno tiene menos.

Romanos 3:22-24:
La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los
que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que
es en Cristo Jesús

Ahí está clarito como el agua. La justicia de Dios por medio de la fe en


Jesucristo para todos los que creen.

Es muy bueno ser una buena persona o hacer buenas obras, pero eso
no lo convierte en hijo de Dios. Lo que lo convierte en hijo de Dios es
creer y confesar, pero no creer cualquier cosa, sino que Jesús es el
Señor y que Dios le levantó de los muertos. Luego de hacerlo hay
buenas obras en las que el Padre pensó para que usted anduviera en
ellas.

Efesios 2:1:
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados

©
Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 4
Creer en el corazón

Esta es la óptica de la Palabra de Dios en cuanto a cada uno de nosotros


antes que Él nos hiciera hijos Suyos. Un muerto, espiritualmente
hablando, no puede hacer obras ni buenas ni malas. Ya habíamos visto
que cuando Adán y Eva pecaron, ciertamente murieron. Esa conexión
que tenían fue perdida por desobediencia. Merced a Su amor, Dios hizo
la “re ingeniería” necesaria para que quienes confiesan y creen vuelvan a
tener la común unión, Su espíritu perdido en Génesis y recuperado por
Jesús. El instante mismo que Adán desobedeció ciertamente murió. El
instante mismo que usted creyó y confesó; Dios en Cristo recuperó para
usted espíritu santo. ¡Los instantes de la Palabra!

Como vimos anteriormente:

La presencia de Dios a través de Su espíritu en el hombre es el


ambiente natural del hombre. Según el diseño original de Dios es
como el hombre debía ser: cuerpo, alma y espíritu.

El camino a Dios ha sido planeado, marcado, delineado, construido y


pavimentado por Él mismo para unir Su corazón con el nuestro.

Juan 14:6:
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí.

Este es Jesús el hijo de Dios, el mediador dispuesto por Dios en nuestro


beneficio. Dios dispuso que él fuera el camino por la obediencia que
manifestó a la Palabra. A este camino confesamos como señor y
creemos que fue resucitado. Así Dios nos hace Sus hijos.

Una persona no puede obtener su salvación haciendo buenas obras y no


puede perderla haciendo malas obras o pecando. La respuesta amorosa
y recíproca al inmenso amor de Dios por usted al haberle dado el
salvoconducto al futuro Reino Suyo mediante la salvación en Jesús,
ciertísimamente es hacer las buenas obras preparadas por Dios. Ahora
que es hijo ¡ande en las buenas obras que Dios preparó para usted!

Juan 14:12:
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo
hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al
Padre.

El trabajo completo de salvación del Señor Jesucristo nos habilitó a hacer


las obras que él hacia y aun mayores siendo que él ya fue al Padre. Por
consiguiente hacer esas obras (que ahora podemos hacer porque
tenemos a Dios en Cristo en nosotros) es hacer las buenas obras que
Dios preparó de ante mano.

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Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 5
Creer en el corazón

Hechos 10:38:
Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos
los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Esto hizo su redentor, esto haga usted. Estudie mucho la Palabra de


Dios y compártala con todo el que se le cruce. Ese es el mayor bien que
persona alguna pueda hacer por otra. Dios lo ungió a Jesús con poder,
con el mismo poder con el que lo ungió a usted. ¡Es Dios en Cristo en
usted! Si él anduvo haciendo bienes y sanando, también lo hará usted si
anda en sus pisadas.

1 Pedro 2:21:
Pues para esto fuisteis llamados [¡usted también fue llamado!];
porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo,
para que sigáis sus pisadas

La salvación y la vida por siempre -después del regreso de Jesucristo-


son un don de la gracia de Dios y por lo tanto imperdibles.

Romanos 11:29:
Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

Hay otras versiones de la Biblia que han traducido este mismo versículo
de la siguiente manera:

Porque los dones de Dios y Su llamamiento son irrevocables. [Él


nunca retira o se retracta de ellos una vez que fueron dados, y Él no
cambia Su parecer acerca de a quienes Él da Su gracia o a quienes
Él envía Su llamamiento]3.

Porque Dios no retira su don y su llamamiento4.

Hay una Biblia que traduce al versículo 29 de similar manera a la versión


que estamos utilizando pero tiene una nota al pie que dice lo siguiente:
Porque los dones y el llamamiento de Dios son sin su arrepentimiento de ellos; porque
las promesas de Dios son incambiables ni puede arrepentirse de haber conferido sus
dones.5

Su salvación es permanente. En su familia natural (la de carne y hueso)


una vez que usted es hijo,… es hijo. No es hijo hoy si se porta bien y deja
3
Ob. Cit. The Amplified… . Pág. 1314
4
Lamsa, George M., The Holy Bible from Ancient Eastern Manuscripts. A. J. Holman Company, Philadelphia, EEUUA.
1967. Pág. 1132
5
The Holy Bible translated from de Latin Vulgate Excelsior Catholic Publishing House, New York EEUUA, 1844. Pág.
880

©
Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 6
Creer en el corazón

de serlo mañana si se porta mal. En ninguna de las “dos familias” puede


“des nacerse” o “des hijarse”. Uno puede estar en buenos o en malos
términos con el “jefe de familia” pero sigue siendo de la familia.

1 Juan 3:9:
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es
nacido de Dios.

Nuevamente, cuando uno nace físicamente tiene simiente física en uno.


Uno hereda de sus padres terrenales su naturaleza, las realidades, los
privilegios y responsabilidades de todo lo que ellos son como miembros
de la raza humana. Del mismo modo, cuando uno renace del espíritu de
Dios tiene simiente espiritual en uno. Al nacer, uno nace con cuerpo que
es lo que se ve y con alma que es básicamente estar vivo. En esas
partes una persona puede cometer pecado pero cuando renace; esa
nueva parte que adquiere por gracia de Dios - el espíritu - no practica el
pecado porque es nacida de Dios. La persona es re-nacida de Dios (“re”
porque antes ha nacido) y el espíritu dentro de la persona es nacido de
Dios.

Es decir la persona una vez renacida puede pecar pero nunca en el


espíritu de Dios sino en su cuerpo y su alma. Aunque pecar pone a la
persona en una situación desventajosa nunca queda tan alejado de Dios
por ello porque tiene en sí el espíritu de Dios que no peca y queda en el
o en ella incondicionalmente. Uno es hijo de Dios en virtud de tener ese
espíritu santo de Dios en uno. Si este espíritu santo no se va de uno
porque está dentro de uno de una manera incondicional entonces uno
NUNCA deja de ser hijo de Dios. Por eso lo más justo de nuestra parte
sería nunca dejar de andar como lo que somos: hijos del Altísimo.

No puedo dejar de ser hijo de don Carmelo y doña Toti no importa lo que
haga como tampoco puedo dejar de ser hijo de Dios no importa lo que
haga.

Una persona de cuerpo y alma se apropia de la vida eterna cuando


renace del espíritu de Dios. Justamente es Él Quien nos hace renacer.

1 Pedro 1:3-5 y 23-25:


3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según
su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 [¿para qué?]
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible,
[¿dónde está reservada esa herencia porque ahora no la “puedo
ver”?] reservada en los cielos para vosotros [está reservada en el
“Banco del cielo”, el más seguro que hay], 5 que sois guardados por

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Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 7
Creer en el corazón

el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está


preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

Esa esperanza de la que habla es la que comienza con el retorno del


Señor Jesucristo con quien re fundaremos la Tierra a su estado original
de esplendor y gloria. Para eso renacimos. Esa es una herencia
incorruptible, incontaminada e inmarcesible (que no se marchita) que no
está reservada en un banco aquí en la Tierra sino en el cielo. Esa
herencia está totalmente asegurada y será manifestada en un tiempo
postrero.

23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de


incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para
siempre. 24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del
hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25
Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la
palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

¿Recuerda la última parte de Romanos 10:8? Dice: “Esta es la palabra


de fe que predicamos”. Aquí dice: “esta es la palabra que por el
evangelio os ha sido anunciada”. Prediquemos y anunciemos esa
Palabra de fe.

El nacimiento suyo, de la unión de sus padres es irreversible, como lo es


el nacer de nuevo. Usted puede llevarse mal con sus padres e inclusive
no verlos nunca o no verlos más, o no parecerse a ellos, aun así no se
anula ese vínculo indisoluble. Lo mismo es con Dios y el nuevo
nacimiento. Es irrevocable.

El espíritu santo habita dentro de uno cuando uno nace de nuevo. Ese es
regalo de Dios, Su don y como es espiritual no puede ser tocado o
sentido pero puede ser manifestado a nivel de los cinco sentidos cuando
uno actúa según la Palabra de Dios. Ese espíritu santo es el sello de
garantía de vida por siempre y es permanente.

Efesios 1:13 y 14:


13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de
nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria.

Primero uno oye la Palabra de verdad que es la Palabra de Dios y que


coincidentemente es el Evangelio de nuestra salvación. Una vez que uno
cree en eso, uno es sellado con el espíritu santo de la promesa, que es

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Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 8
Creer en el corazón

las arras, una muestra, la garantía de la herencia total que recibiremos al


momento del retorno de Cristo por nosotros. ¡Mire el amor de Dios!

El versículo catorce en otra versión6 dice:


Que es una prenda anticipada de nuestra herencia, con el propósito
de poner en libertad por rescate la propia posesión [de Dios] para su
gloriosa alabanza.

Esas “arras” son como un ticket o boleto de viaje por ejemplo en avión.
No es el viaje en avión, es la prenda anticipada o muestra del contrato
que dice que usted hará un viaje en avión. Así es el espíritu santo con el
cual fuimos sellados. Es una muestra, un boleto, un anticipo de la
herencia total y futura de vida en el Reino de Dios por siempre con Él y
con Cristo sobre la Tierra. Si le creemos a la compañía aérea que hoy
pagamos un viaje y nos dan un papelito como muestra de aquel viaje que
aún no hicimos… ¿¡Cómo no creerle a Dios que hay más por venir en
virtud del nuevo nacimiento?!

1 Juan 3:1 y 2:
1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados
hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le
conoció a él. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha
manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él
es.

Todos sabemos que un hijo lo es hoy y mañana y pasado. Usted es hijo


ahora y cada vez que lea este versículo y aunque no lo lea también si es
que al menos leyó e hizo Romanos 10:9 y 10. Una vez que usted confesó
y creyó, usted es hijo y va a tener un cuerpo como el que tiene ahora
Jesucristo después de haber resucitado.

Hemos dejado bien en claro que la Palabra dice que antes de ser hijos
de Dios éramos hijos de ira, sin Dios ni esperanza en este mundo. Ahora
que renacimos, Dios espera de nosotros que tengamos una conducta de
hijos. Que andemos en las buenas obras que Dios preparó para que
anduviéramos una vez que nos prohijó. Se supone que debemos estar
en el polo opuesto a todo lo que nos había mantenido alejados de Dios
que básicamente es el pecado del cual antes éramos esclavos.

Romanos 6:9-23:
9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no
muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto
murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para
Dios vive.
6
Ob. Cit Traducción del... of Pennsilvania Pág. 1270

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Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 9
Creer en el corazón

Esto es lo que logró Cristo por nosotros. Murió una vez y como resucitó
ya nunca más morirá y murió al pecado entonces vive para Dios. Igual
con nosotros al momento del nuevo nacimiento. Vivamos para Dios.

11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos


para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Así nos tenemos que considerar nosotros: muertos al pecado pero vivos
para servir a Dios en Cristo Jesús a quien confesamos como señor de
nuestras vidas. Nacimos de nuestros padres para vivir y renacimos
de nuestro Padre celestial para servir en amor por lo que Él hizo por
nosotros en Cristo.

12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que


lo obedezcáis en sus concupiscencias [antes de renacer, reinaba el
pecado en nosotros]; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros
al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros
mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Esta es la conducta de un hijo: que no reine el pecado y que todo nuestro


ser sea un instrumento de la justicia de Dios. Hemos renacido y por lo
tanto permanecemos con un andar que le bendiga a Dios alejados del
pecado del que estábamos cautivos antes de renacer. El pecado era
nuestro señor, pero, al confesar y creer cambiamos de señor.

14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis


bajo la ley, sino bajo la gracia. 15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque
no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16
¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para
obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del
pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero
gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis
obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis
entregados;

Recuerde que usted fue obediente a la porción de la Palabra que dice


que si confiesa con su boca que Jesús es el señor y cree en su corazón
que Dios le levantó de los muertos usted es salvo. Usted fue obediente
en ese instante, permanezca en obediencia a esa Palabra que tanto lo
bendijo.

18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19


Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como
para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la

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Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo 10
Creer en el corazón

inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad


vuestros miembros para servir a la justicia. 20 Porque cuando erais
esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Pero qué
fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis?
Porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora que habéis sido
libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro
fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

¿Ve cuál es el fin? La vida eterna. Esto no para aquí. Esta vida que
abrazamos a partir del momento de haber nacido de Dios no termina
aquí. Ese espíritu que usted recibió al momento del nuevo
nacimiento es la “muestra gratis” de la vida futura con Dios y con
Cristo sobre la Tierra. El pecado nos mantenía como muertos delante
de Dios pues ese es el pago por el pecado y Dios en Su infinito amor nos
regaló vida eterna en Cristo Jesús.

En su vida normal, cuando usted busca un trabajo una de sus


consideraciones, para decidir entre una oferta laboral y otra, es cuánto va
a cobrar a fin de mes. Cuando no conocíamos a Dios el pago era muerte,
ahora el pago es vida abundante y vida eterna. ¿Quién paga mejor?
Bueno trabaje entonces para el jefe que mejor le paga.

23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es


vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Lo más humanamente lógico después de haber recibido un regalo es


decir gracias. Bueno, el regalo que recibimos es tan inmenso que no sólo
decimos gracias sino que hacemos por nuestra libre voluntad que
nuestra vida sea una vida de agradecimiento a Dios. Lo hacemos
sirviendo a los demás la misma Palabra que cambió nuestras vidas.

Marcos 16:15

Nota del Autor

Toda la Escritura utilizada en este artículo es de la Versión Reina Valera 19607 a menos que se especifique algo en
contrario. Cada vez que aparezca resaltada alguna palabra dentro del texto de la Biblia, se trata del énfasis añadido
por el autor.

Toda vez que se utilice una palabra de origen Griego será escrita en minúscula cursiva (Ej.: atomos). Y si se usara
una palabra hebrea o aramea será escrita en mayúscula cursiva (Ej.: YARE). En ambos casos se puede utilizar la
palabra raíz como cualquier otra forma gramatical de esa palabra en representación de la familia de palabras.

7
La Santa Biblia Antiguo y Nuevo Testamentos, Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569) Revisada por Cipriano
de Valera (1602) Revisión de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas, 1993

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Creer en el corazón

Debido a que los paréntesis se utilizan en el texto Bíblico; cada vez que exista una nota del autor estará colocada
entre corchetes para diferenciarla.

Todas las citas de fuentes externas se notarán en esta otra tipografía para diferenciarlas del resto. Asimismo cuando la cita de la
fuente sea de mayor longitud que la presentada en este artículo; se resumirá usando “...” indicando que hay mas
información disponible para consulta en dicha fuente.

Cuando se haga referencia al texto griego o hebreo, ésta estará basada en dichos textos según sean presentados en
ESword de Rick Meyer y/o de la Interlinear Scripture Analyzer de André de Mol y/o de En el principio era la
Palabra.Todos programas de estudio Bíblico que pueden ser descargados a su PC mediante el link correspondiente
en Links Útiles >Programas para el estudio de las Escrituras en el sitio web.

Las notas al final son una parte integral y necesaria del Estudio. Tienen el propósito de documentar, respaldar,
ampliar, aclarar, o reforzar el tema que se trate.

Esta enseñanza somete a consideración del lector el tema que trata. Es mas bien en algunos casos un punto de
partida que propone, orienta y -desde ya- concluye con lo que el autor ha estudiado y debido a eso presentado de
las Escrituras. No obstante, la Palabra de Dios es simplemente inagotable. El único que no necesita revisión es Dios
mismo y Su Palabra según fue originalmente inspirada. Pero nuestro conocimiento y entendimiento de las distintas
maravillas presentadas en la Palabra de Dios siempre pueden ser y debieran ser sometidas al escrutinio8 del
estudiante. Entonces, el presente trabajo es presentado al estudiante Bíblico como una ayuda, una fuente mas de
consulta, de referencia y de estudio de la Palabra de Dios. La obra está lejos de pretender ser la única ni mucho
menos la más sobresaliente obra de este tipo que exista. Ella no posee eminencia sobre ninguna otra ni es
autoridad última sobre el tema. La autoría de la Palabra de Dios es la exclusividad del Padre Celestial y como tal es
la fuente de conocimiento y autoridad única e inapelable.

Consulte si esta enseñanza se encuentra disponible en audio en el sitio web: www.palabrasobreelmundo.com.ar.


Asimismo puede descargar del mismo sitio todas las enseñanzas en texto y en audio que desee. Todas las
solicitudes y los comentarios pueden ser dirigidas a palabrasobreelmundo@gmail.com.

Dios lo bendiga

Eduardo Di Noto

8
Hechos 17:11

©
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