Revocatoria de Preclusión en El Caso Gloria Estrada
Revocatoria de Preclusión en El Caso Gloria Estrada
Revocatoria de Preclusión en El Caso Gloria Estrada
RAMA JUDICIAL
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CARTAGENA
SALA PENAL DE DECISIÓN
Radicación: 130016001129202200206
Rad Int. G. 20 No. 0039 de 2022
Procedencia: Juzgado Sexto Penal del Circuito de
Cartagena
Procesado: Gloria Isabel Estrada Benavidez y Otros
Delito: Tráfico, fabricación o porte de estupefacientes
Decisión: Revocar parcialmente
I. OBJETO
II. VISTOS
1. Hechos: El día 14 de enero del año 2022, a la altura de la bomba Texaco ubicada en
el Barrio Manga de esta ciudad, mientras policiales realizaban actividades preventivas
de identificación de personas y vehículos, fueron capturados los señores Gloria Isabel
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Radicación interna: 0039/22 G. 20
Procesados: Gloria Isabel Estrada Benavidez y otros
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Estrada Benavidez, Avelino Villamizar Vera y Martín Alonso Barreto De La Hoz. Ello tras
encontrar en el vehículo donde se transportaban un paquete rectangular envuelto en
plástico negro y vinilo transparente, que contiene una sustancia sólida y pulverulenta de
color blanco con olor y características similares a la cocaína.
2. En virtud de los anteriores hechos, el día 15 del mismo mes y año, ante el Juez
Promiscuo Municipal con Funciones de Control de Garantías de San Estanislao de
Kostka, se llevó a cabo la audiencia preliminar de legalización de captura, por el delito
de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. El juez de control de garantías
resolvió declarar la legalidad de la captura.
3. Los días 18, 19 y 20 de enero de ese año ante el Juzgado 18 Penal Municipal con
Funciones de Control de Garantías, se surtió la audiencia de formulación de imputación
por el punible mencionado. Adicionalmente la Fiscalía imputó a Martín Alonso Barreto
De La Hoz, el delito de fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego,
accesorios, partes o municiones (artículo 365 del C.P.). El juez de control de garantías
impuso a los encartados Gloria Isabel Estrada Benavidez y Avelino Villamizar Vera
medida de aseguramiento consistente en detención preventiva en su lugar de
residencia, mientras que a Martín Alonso Barreto De La Hoz le impuso la consistente en
detención preventiva en establecimiento carcelario.
Bajo tales presupuestos, solicitó que se decrete la preclusión-causales 5 y 6-, puesto que,
de los elementos materiales probatorios recopilados en la actuación, se extrae que los
procesados no tuvieron participación en los hechos materia de imputación. Como
consecuencia de lo anterior, indicó el fiscal que “no se podrá desvirtuar la presunción de
inocencia de los señores imputados toda vez que existen o cuentan los elementos
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6.1.1. Informe de captura en flagrancia FPJ-05 del 14 de enero de 2022, suscrito por los
policiales Alexander Salas Mercado, Jhosman Orozco Benavidez y Esleider López Valencia,
así como el acta de derechos del capturado y acta de incautación de elementos.
6.1.2 Entrevistas en formato FPJ-14 a los patrulleros Esleiner Valencia López y Jhosman
Enrique Benavidez Orozco.
6.1.4. Declaración jurada FPJ-15 rendida por el policía Luis Alberto Barbosa Vargas.
6.1.6. Informe signado por el investigador adscrito al CTI Leonardo Alfredo West Verhelts
(Fuente anónima).
6.1.7. Declaraciones juradas de los ciudadanos Herlyn de Jesús, Ballesta Galvis, Braulio
Enrique Vanegas Buelvas, Mauro Alberto Martínez De La Fuente, Alexander Herrera Pérez,
Cesar Carlos Sotomayor Guerrero, Manuel Guillero Eljayes Castillo, Carlos Andrés Barraza
Gómez, Sergio Alfonso Martínez, Manuel Antonio Navarro Villa, Ricardo Antonio Arias
Fernández, Alexander Baena Wong y Jany Melisa Vega Pérez.
6.2.11. Informe del investigador de la defensa Jorge Salin Sales (inspección sobre el
automotor de placas IXT 443).
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Argumentó que tampoco puede ser tomado como elemento de prueba definitivo unos
comentarios descontextualizados de lo que dijo el juez de control de garantías. Sin
siquiera haberse aportado la grabación o video de la audiencia. Afirmó además que, en
aquella audiencia, ciertamente el juez de garantías dijo que “había dudas, pero nunca
sostuvo que se había derrumbado la inferencia razonable de autoría”.
De otro lado, indicó la Procuraduría que durante su solicitud el fiscal mencionó videos y
audios que nunca fueron exhibidos en la audiencia para el conocimiento del juez.
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También se refirió a las inspecciones de otros procesos realizada por la policía judicial,
en la siguiente forma: “se plantea una inspección realizada por la policía judicial, a un
proceso que mencionó mucho el señor fiscal, que es el 13001610952922201395, que
pues hasta ese momento se adelantaba en la fiscalía 60 por cohecho, se puso una
denuncia del patrullero Esneider Valencia López, ese patrullero dice que él participó en
el procedimiento de la captura del día 14 de enero, la captura de los acá procesados y
dice que el 15 de febrero el patrullero Sergio Alfonso Martínez Contreras le ofreció la
suma de 300.000.000 para que cambiara su versión, o sea para que lo que nos había
dicho inicialmente en el informe de policía que narró el señor fiscal, cambiara la versión,
en ese mismo paquete tercero encontramos también que la policía judicial realizó
inspección al expediente 130016109529202201018 en el que se encuentra declaración
de la persona que mencioné anterior o sea del patrullero Sergio Alfonso Martínez
Contreras. El día 13 de febrero de 2022 dice este señor que él fue a la casa de Avelino
Villamizar, que él lo llamó para que fuera a su casa donde estaba departiendo estaba
con su familia, que estaba consumiendo licor, recordemos que, para ese momento, él ya
estaba en detención domiciliaria Avelino, y que le dijo le ofreció 200.000.000 para que
dijera que lo que había ocurrido ese 14 de enero había sido un montaje. Dice que,
Avelino le dijo que le propusiera a Valencia que dijera esta situación y que Avelino iba a
hablar o habló con Martín que estaba detenido en ternera y que le insistieran a Valencia
para que cambiaran las versiones contadas, entonces mire que hay versiones
encontradas también de parte de unos y de otros. Sin embargo, no hay otros elementos
que corroboren o que se haya profundizado respecto de estas situaciones”.
Por otra parte, relató el defensor que presentó la solicitud de audiencia de revocatoria
de medida y con ella allegó la grabación de una conversación que realizara Martín
Barreto. Explicó que ello lo hizo con fundamento en la sentencia SU- 159 de 2002,
según la cual “quien está siendo víctima de un delito puede grabar sin consentimiento y
conocimiento de su victimario “. Al respecto, agregó que “esa grabación surgió que Iván
Cadena no era un simple informante de lo que había sucedido, fue un consultor que dio
indicaciones de cómo realizar el plan criminal, Iván Cadena le dijo a Martín Barreto en
su apartamento cosa que está probada, no solo porque existe el audio, sino porque se
dijo ante el agente Arias allí presente tal como lo admitiera Cadena en esa declaración
del 15 de junio de 2022, le dijo que fue contactado por Pedro Aponte, Edil de Cartagena
y que el pidió que le consiguiera unos agentes de la SIJIN para hacer una vuelta, para
montar una droga a una persona y también Iván Cadena en ese momento dijo que eso
no lo pueden hacer con agentes de la SIJIN porque ellos necesitan evidencias, motivos
fundados para poder parar un vehículo, tienen que hacerlo con policía de vigilancia,
tampoco pueden usar al GOES luego se convirtió en un cómplice antecedente, y eso
habilitó a que la grabación obtenida por Martín Barreto pudiese ser usada y de hecho
fue valorada por el juez de control de garantías”.
A juicio del defensor, la declaración del capitán Iván Cadena Tangana, es corroborativa
de la grabación de la conversación entre aquel y Martín Barreto De La Hoz. Agregó que,
en la actuación también reposa la declaración y denuncia de Sergio Contreras y Miguel
Antonio Navarro Villa, agentes de policías a los que Alexander Salas les ofreció dinero
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Sostuvo el defensor que los videos de la salida del Concejo ilustran que Braulio
Vanegas y Avelino Villamizar “llegaron al Concejo, salieron del Concejo y se montaron
en la camioneta sin tener ningún tipo de pertenencia. Con sus celulares en la mano no
llevaban bolsos, no llevaban tulas, no llevaban paquetes de ninguna especie, y
verificara usted que el señor Braulio Vanegas le dice a la Fiscalía y nos dijo antes a
nosotros “ahí no había ningún paquete, yo estaba ahí atrás”. De tales elementos
fílmicos, concluyó el defensor que “¿cómo entraba y salían las personas durante la casi
una hora que duro esa camioneta parqueada?, se montaron 4 a 5 personas antes de
que Avelino y Braulio, ¿quién que tenga un alucinógeno en esa camioneta debajo del
asiento conductor de la parte de atrás permite que exista ese tráfico de personas tan
reiterados? Eso no tiene ninguna coherencia, pero ninguna coherencia”.
Para resolver tales interrogantes, inició con un recuento de los hechos jurídicamente
relevantes. Seguidamente, trajo a colación la sentencia CSJ SP2424 del 16 de junio de
2021 Rad. 55471, por medio de la cual, la Corte Suprema de Justicia reitera la
posibilidad de que la Fiscalía pueda retirar el escrito de acusación antes de que se
instale la audiencia respectiva. En razón de dicha facultad, el juez de primer grado
consideró que en ese estadio procesal era procedente invocar las causales 4, 5 y 6
previstas en el artículo 332 de la ley 906 de 2004.
La juez de primer grado concluyó que los procesados no ejecutaron la conducta punible
de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. Para llegar a tal corolario, tuvo como
apoyo las entrevistas de dos agentes de policía, la denuncia por el delito de cohecho
por dar u ofrecer contra el ex patrullero Alexander Salas, las entrevistas de todas las
personas que estuvieron presentes durante el procedimiento de captura y, en general,
por la forma en la que transcurrieron los acontecimientos, Agregó que, si bien estos
participaron de los hechos que dieron origen al presente proceso, no obstante,
“desconocían tal ilicitud de su comportamiento pues las gestiones las adelantó al
parecer otra persona con un fin de tomar represalias”.
Por eso su oposición al pedido, lo cual ocurrió desde el mismo momento en que el
ente fiscal enunció su solicitud preclusiva, dado que este no había sustentado ni
acreditado en debida forma la configuración de las causales alegadas. También se
duele que la Fiscalía utilizara como “punto muy fuerte” de su argumentación, los
elementos de prueba dados en traslado por la defensa en la audiencia de revocatoria
de medida instalada ante el Juez 11 Penal con Funciones de Control de Garantías de
Cartagena, y que, además, no haya efectuado un análisis de esos “elementos de
prueba sobrevinientes”.
Agregó que, entre aquellos medios suasorios se encuentran las entrevistas que rindió
Sergio Martínez Contreras, de las cuales se extrae la afirmación que este realizara
acerca de que Avelino Villamizar Vera le había ofrecido dinero para alterar pruebas de
este proceso. Tampoco, a juicio de la censora, fue debidamente analizada por la
Fiscalía ni por la juez de primer nivel el alcance probatorio de la grabación de la
conversación entre Miguel Barreto De La Hoz e Iván Cadena Tengana.
10.2. Defensa.
I. El primer turno para intervenir lo tuvo el defensor del señor Martín Barreto De La
Hoz, quien argumentó que la sustentación del recurso propuesto por el Ministerio
Público no se ajustó a la realidad procesal. Frente a ello indicó que, contrario a lo
expuesto por la recurrente, la decisión de primera instancia estuvo debidamente
apoyada en los elementos de prueba que reposaban en la actuación. En
consecuencia, solicitó que se confirme la decisión recurrida en su totalidad.
II. El segundo turno para intervenir lo asumió el defensor de la señora Gloria Estrada
Benavidez, quien señaló que la delegada del Ministerio Público no estructuró en
debida forma las razones concretas que la llevan a apartarse de la decisión adoptada
por el a quo. Sostuvo que, conforme a los elementos materiales probatorios, evidencia
física e información legalmente obtenida, la juez de primera instancia concluyó que los
procesados eran “ajenos al actuar delictivo que le fuera imputado por la Fiscalía”.
II. CONSIDERACIONES
2. En primer lugar, debe observarse que el artículo 332 de la ley 906 de 2004 es claro
en señalar que la facultad para solicitar la preclusión en las etapas previas al Juicio,
radica de manera exclusiva y excluyente en la Fiscalía, al rezar la norma que “El fiscal
solicitará la preclusión”. No obstante lo anterior, el parágrafo de la disposición en cita,
precisa que: “Durante el juzgamiento, de sobrevenir las causales contempladas en los
numerales 1° y 3°, el fiscal, el Ministerio Público o la defensa, podrán solicitar al juez de
conocimiento la preclusión”.
Ahora bien, debe la Sala reafirmar que de conformidad con el artículo 250 de la Carta
Política y 200 de la Ley 906 de 2004, está en cabeza de la Fiscalía General de la
Nación el ejercicio de la acción penal y la prosecución de la indagación e investigación
de los hechos que revistan las características de conductas punibles que lleguen a su
conocimiento, siempre que medien suficientes motivos y circunstancias fácticas que
indiquen la probable existencia de las mismas.
preclusión y contemplan dos momentos en los que puede presentarse una solicitud de
tal índole, supuestos que se encuentran perfectamente caracterizados por el momento
procesal en que operan las causales, en que se funden y los sujetos legitimados para
formularla.
Conviene señalar que el yerro en comento pudo ser perfectamente superado si las
causales preclusivas se hubiesen analizado por separado, pero a lo largo de su
extensa intervención el fiscal se dedicó a entremezclar las temáticas de una y otra
causal, en una exposición común, perdiendo de vista que cada una de ellas demanda
su propia carga argumentativa y probatoria. Un desorden argumentativo de esa
magnitud propende e invita al juzgador a que, en sede de preclusión, se adelante a un
extenso y profundo análisis probatorio como el correspondiente a la fase de
sentencia. En otras palabras, valorar los medios de convicción de la manera amplia
propuesta por el representante de la Fiscalía puede conllevar a que se incurran en
análisis ajenos a la figura de la preclusión. De ahí que se torne imperioso para la Sala
estudiar la procedencia de cada causal en particular desde los mismos argumentos
empleados por el fiscal solicitante y con fundamento en los medios probatorios que
arrimó a la actuación. Pero dicho análisis se realizará dentro de los limites de la
causal respectiva.
5. Antes de ello, debe recordarse que cualquier decisión que se tome dentro del
proceso debe estar determinada en los elementos de prueba legal y oportunamente
incorporados. De la misma forma el análisis crítico, individual y conjunto de los
medios de convicción recopilados, se debe soportar en una adecuada motivación en
cuanto a su calificación y asignación del mérito probatorio.
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“El análisis y fundamentación presentados por el fiscal para lograr su cometido deben ser
específicos y detallados, atendiendo no sólo los elementos fácticos y jurídicos que configuran
la causal de preclusión invocada, sino los que integran el tipo penal respecto del cual se
pretende la terminación anticipada del proceso, de modo que sea posible deducir con certeza
la necesidad de extinguir la acción penal con fuerza de cosa juzgada por ausencia de mérito
para continuar con la persecución penal.
Lo anterior y como lo tiene precisado esta Corporación, sin perjuicio de que el juzgador
pueda decretar la preclusión de la actuación con fundamento en una causal distinta de la
invocada por el peticionario, siempre que «sus componentes estructurales y los soportes
materiales probatorios y evidencia física así lo determinen»2.
(…)
“Importa precisar que, como lo tiene discernido esta Sala de manera reiterada, «la fuerza de
cosa juzgada que entraña la preclusión exige que la causal que la funda se encuentre
demostrada de manera cierta o, lo que es igual, que respecto de la misma exista
conocimiento más allá de toda duda razonable3» (negrilla fuera del texto).
Es así que «la alternativa de poner fin al proceso por esta vía supone la existencia de
prueba de tal entidad que determine de manera concluyente la ausencia de interés del
Estado en agotar toda la actuación procesal prevista por el legislador para ejercer la
acción penal, dando paso a un mecanismo extraordinario por virtud del cual pueda cesar de
manera legal la persecución penal4»
Echada de menos la convicción sobre el particular, entonces, «el funcionario judicial está
compelido a continuar el trámite5».
En este punto, la Sala debe aclarar una cuestión previa que se extrae de los
argumentos expuestos por la representante del Ministerio Público, tanto de su
intervención inicial como de la sustentación de su recurso. Consisten estos en su
desaprobación al acto de retiro del escrito de acusación que había sido presentado
en contra de los imputados, por lo cual la Procuradora, de cierta forma, echa de
menos que el sustento probatorio de la solicitud preclusiva no tenga la característica
de “sobreviniente”. Esto conforme a la exigencia adicional establecida por el
legislador en el parágrafo del art. 332 del C.P.P., para la procedencia de las causales
1° y 3°, únicas habilitadas en la fase de juzgamiento.
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SP1392 del 11 de febrero de 2015, proferido dentro proceso con Radicación No. 39894.
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De igual manera, la Sala precisa que no valorará ningún elemento que, pese a haber
sido entregado por el solicitante, este de manera expresa y oral no lo hubiese
involucrado en su argumentación (principio de oralidad). Es cierto que son numerosos
los elementos probatorios que fueron enunciados por el representante de la Fiscalía
como sustento de su ruego, pero no todos fueron debidamente explicados. Sin
embargo, no se señaló la relación sustancial de su contenido con las exigencias de
las causales invocadas, o lo que es lo mismo, su eficacia demostrativa. Ante esta
falencia argumentativa por parte del solicitante, mal hizo la juez de primera instancia
en suplirla auscultando el contenido de cada elemento puesto en traslado y
extrayendo de ellos las conclusiones que a bien tuvo sobre la posible responsabilidad
penal de los procesados. Con un agravante y es que incluso se excedieron los
planteamientos facticos del fiscal solicitante quien simplemente se remitió a la
realización de un montaje en contra de los procesados.
Fue así como, a modo de ejemplo de dicho exceso, la juez de primera instancia revisó
los elementos materiales probatorios para deducir la existencia de unas irregularidades
del procedimiento policial de requisa del rodante en el que se halló la sustancia
estupefaciente. A lo cual, agregó que, si bien los procesados participaron de los hechos
“desconocían tal ilicitud de su comportamiento pues las gestiones las adelantó al
parecer otra persona con un fin de tomar represalias”. No obstante, la Fiscalía en su
solicitud de preclusión nunca expresó una tal cosa, sencillamente porque no se ocupó
de establecer los móviles detrás del supuesto montaje de la droga.
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Tampoco habilitaba un análisis semejante las reflexiones, sin duda más precisas, que
respecto a los EMP ofrecieron los defensores en sus respectivas intervenciones. No
obstante en tal labor soslayaron que en la fase procesal en la que se encuentra la
actuación solo la Fiscalía es la legitimada para realizar postulaciones preclusivas. Una
comprensión plena de esta restricción implica que las intervenciones de los restantes
sujetos procesales, respecto de la solicitud de preclusión elevada por la Fiscalía,
cuando es favorable, puede llegar hasta su coadyuvancia, pero valiéndose para ello de
los mismos medios de convicción aportados por el solicitante y de las mismas premisas
fácticas que el delegado del ente fiscal utilice en su petición. Le está vedado, en
consecuencia, a la defensa, modificarlas en aspectos sustanciales so pretexto de
realizar un cabal desarrollo del derecho a la defensa técnica.
Por todo lo anterior, la Sala considera que le asiste razón a la apelante cuando reclama
una afrenta al principio de oralidad que caracteriza el procedimiento penal acusatorio,
pues palmario resulta que para proferir su decisión el a quo tuvo necesariamente que
consultar EMP que no fueron objeto de exposición en la audiencia. Pero la irregularidad
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Con estas advertencias preliminares, la Sala pasará a estudiar lo relativo a cada causal
de preclusión.
La causal de preclusión consagrada en el numeral quinto del artículo 332 de la ley 906
de 2004, en su tenor literal reza que:
“La ausencia de intervención del imputado en el hecho investigado, como casual de preclusión,
supone la presencia de evidencia física o elementos probatorios que trasmitan la certidumbre
sobre la total ausencia de compromiso del imputado en el hecho materia de investigación, esto
es, que a partir de esos medios de cognición se pueda inferir con suficiente certeza que el
indiciado no tuvo ninguna participación, ni como autor, coautor, cómplice o interviniente en la
conducta punible, vale decir, que es totalmente ajeno a ella.”8
Así las cosas, para que sea procedente la aplicación de la anterior figura, es necesario
que de los elementos probatorios allegados a la actuación no quede duda razonable
de que la persona investigada no participó en la ocurrencia del reato, debiendo existir
“suficiente certeza sobre ello”. Bajo esos derroteros, corresponde analizar si de los
elementos materiales probatorios aducidos por el Fiscal es posible llegar al grado de
conocimiento necesario para afirmar que los señores Gloria Isabel Estrada Benavidez,
8 Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Rad 31537. 17 de junio de 2009
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toda vez que en las sillas en las cuales refiere se encontraba el elemento, cuenta con
una serie de cableados, de rieles que impiden el paso de cualquier elemento de la parte
delantera y trasera, o comunicación de la parte delantera con la trasera en punto a las
sillas del conductor”.
Ahora bien, contra la conclusión a la que arribó la Fiscalía debe indicarse que, en
realidad, no trajo a la audiencia de preclusión ningún elemento probatorio fehaciente o
por lo menos un indicio contundente que permita colegir que el policial Alexander
Salas fue el encargado de implantar materialmente la droga en el vehículo donde se
desplazaban los procesados. En este punto, de las entrevistas rendidas por los
señores Joel Alexander Baena Wong (chofer), Alexander Herrera Perez (chofer),
Omar Narváez Cáceres (escolta), Rafael Baldovino Severiche (escolta), y Jany
Melissa Vega Pérez (asistente personal de la imputada), quienes se encontraban
embarcados en el otro vehículo de placas UOP 795 durante el procedimiento de
captura, no se colige ese hecho. Frente a tales medios cognoscitivos, la Fiscalía
precisó lo siguiente:
“…siendo estos ciudadanos los que en conjunto explicaron de manera concatenada, sin
contradicciones cual fue su trasegar en punto de movilidad cuando se desplazaban de las
instalaciones del concejo distrital de la ciudad ¿para dónde iban?, ¿cómo fue ese
procedimiento que adelantó la policía nacional?, ¿en qué punto?, ¿de qué manera?, ¿quién
halló ese paquete?, ¿cuál fue el trámite que al mismo se le dio? vislumbrando cómo pasó
ese elemento de manos en manos, así como otras circunstancias relativas que no fueron
registradas por parte de los agentes captores”.
con algún objeto, como por ejemplo un bolso, que les permitiera ocultar la sustancia
ilícita de la vista de los presentes para facilitar su implantación en el rodante.
Conforme a la singular tesis que pretendía sacar avante la Fiscalía al menos debía
quedar claro que fue un tercero quién implantó la droga. O, si de lo que se trataba era
destacar la gravedad del proceso penal que se sigue contra el ex patrullero Alexander
Salas, le asistía el deber de aportar algún elemento material probatorio contundente y
valioso para la tesis que en aquella actuación se maneja, pero tampoco lo hizo. Al
respecto, debe tenerse en cuenta que la mera iniciación de otra actuación penal que
toma como presupuesto factico el aludido montaje no es suficiente para finalizar la
acción penal adelantada en este proceso. En primer lugar, porque no es extraño que
en la práctica judicial se presenten casos originados por las llamadas denuncias
reciproca, las cuales entrañan tesis contrapuestas, como en el caso que nos ocupa.
Por ejemplo, proceso contra “A” por denuncia instaurada por “B” por el delito de
estafa, y el proceso contra “B” por denuncia instaurada por “A” por el delito de falsa
denuncia contra persona determinada. Pero la simple existencia del proceso
contrapuesto no acarrea la preclusión del primero. Admitir una tesis así nos llevaría a
un escenario absurdo de procesos penales en cadena, en el que la consecución de la
verdad dependerá de lo novedoso de la noticia criminal. Así las cosas, lo cierto es que
al ex patrullero Alexander Salas también lo ampara la presunción de inocencia en el
proceso que se le sigue por el delito de cohecho por dar u ofrecer, cuyo base fáctica y
jurídica obedece a las supuestas dadivas que este ofreció a personal de la policía con
la finalidad de implantar droga en el vehículo de los procesados. Por ello, la simple
iniciación de esta última actuación es insuficiente de cara a la preclusión pretendida.
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Por otra parte, la Fiscalía durante su intervención otorgó especial importancia a una
grabación de una conversación que sostuvo el aquí procesado Martín Barreto De La
Hoz con el agente de Policía Iván Cadena Tengana. Según tal registro este último
parece manifestar que todo lo ocurrido con la droga se debió a un montaje orquestado
por Pedro Aponte -Edil de la Localidad No 2 de Cartagena-, con el fin de tomar represalias
contra Gloria Estrada Benavidez, porque esta en su condición de Concejal suspendió
al alcalde local Andy Reales. Sin embargo, el ente investigador no hizo lo propio frente
a la declaración jurada rendida por el mismo policía, en la cual señaló que “lo que se
dijo fue a manera de comentario, u opinión, además en los medios se relató solo unos
minutos de grabación, pero de lo conversado duró mucho más, incluso, vale añadir
que se trataron de temas banales, nada serios, recuerdo que me hacían preguntas un
tanto extrañas, pero lo que planteé son simples hipótesis de lo que pudo haber
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ocurrido”. Además, agregó que “lo que manifesté fue un supuesto, un chisme nada
comprobado.
De lo anterior surge evidente que, frente a un mismo hecho que pretende acreditar la
Fiscalía, existen dos versiones contrapuestas. Pero, se echa de menos que la Fiscalía
explicara en la audiencia de solicitud de preclusión las razones que lo llevaron a dar
mayor valor suasorio a las afirmaciones que Iván Cadena Tangana realizó durante la
conversación que sostuvo con Martín Barreto De La Hoz, que a la posterior
contextualización que ese mismo sujeto realizó sobre el contenido de aquella
conversación.
Es cierto que por todo lo visto emergen interrogantes acerca de la participación de los
procesados en los hechos materia de investigación. Sin embargo, dicha duda no
puede ser resuelta en estadio de preclusión en favor de aquellos, en tanto que, como
se ha venido advirtiendo en precedencia, se requiere certeza más allá de toda duda
razonable de la causal invocada.
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Por estas elementales razones la Sala considera que desacertó la juez de primera
instancia al concluir satisfecho el estándar probatorio para acceder a la solicitud de
preclusión por la causal 5° del artículo 332 del C.P.P. Incluso, varios acápites de su
pronunciamiento, en los que se utilizaron expresiones como “al parecer” y “posiblemente”
lo que reflejan, en vez de certidumbre lo que hace patente es la permanencia de un
estado de duda sobre la participación de los procesados en los hechos delictivos que les
fueron imputados.
“En este punto cabe aclarar, que el in dubio pro reo se constituye en un argumento válido y
pertinente para efectos de demostrar la concurrencia de la causal de preclusión contenida en
el numeral 6º del artículo 332 de la Ley 906 de 2004 -imposibilidad de desvirtuar la presunción
de inocencia-, cuya certeza sobre su configuración exige acreditar que: (i) los elementos de
convicción hallados no permiten sustentar la acusación -situación entre la que se cuenta, por
ejemplo, la imposibilidad de superar el estadio de la duda- y (ii) no es posible obtener otros
medios de conocimiento que puedan eventualmente cumplir esa función, o que “ya la
investigación fue decantada hasta su límite máximo en lo racional”.9
Igualmente, para una mejor comprensión en relación a este último aspecto, conviene
destacar lo expuesto anteriormente por el Alto Tribunal acerca de la exigencia
investigativa para la configuración de la causal de preclusión bajo estudio:
Así las cosas, para que sea procedente la causal en comento es necesario que de los
elementos probatorios recaudados en la investigación no sea posible superar el
estado de duda en relación a la materialidad del delito o de la autoría y
responsabilidad del procesado. A lo anterior debe anotarse que es sumamente
exigente la carga argumentativa de quien pretende la preclusión por esta vía. Esto se
traduce en la ineludible obligación de justificar por qué no es posible, razonablemente,
dar continuidad a la investigación al punto de obtener los medios de conocimiento que
permitan establecer o descartar en grado de “certeza racional” la existencia del delito
o la participación del investigado.
En este caso, observa la Sala con suma preocupación el inadecuado tratamiento que
las partes dieron a esta causal como si la imposibilidad de desvirtuar la presunción de
inocencia del procesado fuese la consecuencia de la demostrada ausencia de
intervención del imputado en los hechos. Este yerro se vio reflejado a lo largo de la
decisión de primera instancia. De ese modo inobservó la a quo que la causal apunta
no solo a que la participación de los investigados sea dudosa, sino que,
fundamentalmente, requiere que se acredite el agotamiento de todos los actos de
investigación concebibles en el marco de una investigación razonable y responsable,
sin que se pudiera establecer como probable la participación de los procesados en el
ilícito.
Bien merece la pena recalcar, tal como lo reclamó la apelante, que ninguna razón
ofreció el ente investigador sobre las labores de investigación que desplegó para
corroborar o descartar el contenido sustancial de las entrevistas rendidas por Sergio
Martínez Contreras, en las cuales señaló a uno de los procesados de haberle ofrecido
dinero para alterar pruebas de este proceso. Es una hipótesis que, de bulto, está
contrariando la tesis preclusiva. Por lo tanto, considera la Sala, sin llegar a sugerir una
línea investigativa concreta, que era un aspecto que merecía al menos una
explicación.
Cuestión Final.
SEGUNDO: Esta decisión se notificará conforme a los acuerdos vigentes y contra ella
no procede ningún recurso.
COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE
11 Apelación de auto dentro del proceso seguido a Gloria Isabel Estrada Benavidez y otros, por el delito de tráfico,
fabricación o porte de estupefacientes. Rad. 0039/22 Grupo 20.