Tres Palabras para Persuadir
Tres Palabras para Persuadir
Tres Palabras para Persuadir
Has comenzado a escribir un texto, te has emocionado y al cabo de unos párrafos miras lo que
has escrito y dices…
O te dices a ti mismo:
O has pensado:
Pero hace unos días descubrí una sencilla fórmula que me ha ayudado a escribir con mayor
poder de persuasión. Sin enrollarme y sin dejar desconcertado a mi lector.
Es una fórmula casi mágica de tres palabras que cambiará tu forma de escribir de ahora en
adelante.
¿Quieres aprenderla?
Para obtener mejores resultados es muy conveniente marcarse un objetivo o una intención.
Por ejemplo, puedes marcarte un objetivo al comienzo de cada jornada. “Quiero centrarme en
estas 3 tareas y no mirar el correo hasta que las acabe.” Y tal vez te resulte más sencillo
conseguirlo así.
O marcarte una intención clara para tu clase de yoga: voy a centrarme en la respiración.
A la hora de escribir ocurre lo mismo. Tu escritura se vuelve más clara y fuerte cuando va
guiada por una intención clara.
SENTIR. SABER. HACER. es una fórmula que puedes usar en cualquier escrito.
Es sencillo de recordar (son solo tres palabras) y se puede aplicar a cualquier tipo de proyecto:
un email a tu lista, un post en redes sociales, un post, una nota de amor, un libro, …¡Vamos a
ver cómo funciona!
Antes de que te pongas a escribir como si no hubiera un mañana, piensa en el lector de tu texto.
En la persona a la que va destinado.Imagina a esa persona leyendo tu post, visitando tu página o
abriendo tu correo.
Si haces esto, tendrás una hoja de ruta. Sabrás qué quieres decir. Sabrás cuál es tu destino.
Si te preocupa olvidar tu intención original una vez te pongas a escribir, puedes apuntar las
respuestas de SENTIR. SABER. HACER en un post-it y pegarlo en una esquina de tu
pantalla. Échale un vistazo de tanto en tanto mientras escribes para refrescar tu memoria: “¡Ah,
sí! ¡Eso es lo que trato de decir!”.
Vamos a ver en detalle cada pregunta.
Si quieres despertar la curiosidad de tu lector, puedes comenzar tu texto con una frase intrigante
que te obliga a leer la siguiente para saber de qué hablo. Como he hecho yo al comienzo de este
post.
Si quieres que tu lector se sienta radiante, puedes comenzar por hacerle un cumplido, escribir
una cita divertida o la letra de una canción.
Si lo que quieres es que esté bien despierto, puedes comenzar con una estadística que capte toda
su atención.
Si estás buscando que se sienta comprendido, puedes incluir una historia personal que muestre
que tú ya has pasado por lo mismo y comprendes cómo se siente.
Si buscas que tu lector se sienta optimista en plan “todo es posible” puedes incluir una lista
breve de cosas llamativas que han alcanzado tus anteriores clientes (“si ellos han podido,
también es posible para mí”).
Que estás preparando un nuevo podcast y estás buscando personas a las que entrevistar?
Puede que quieras compartir cierta información en forma de lista de lista de puntos, un consejo
útil o una secuencia de pasos.
O puede que quieras compartir un recordatorio importante. No una lista de información. Solo
una gran idea, mensaje o afirmación que resonará en la mente del lector durante días. Como:
Conocimiento es saber que un tomate es una fruta. Sabiduría es saber que un tomate no pega
en una ensalada de frutas.
Hay una famosa estadística que dice que el lapso de atención humano es de 8 segundos.
Esta afirmación es una verdad a medias. No es que tengamos la memoria o la retención de un
pez. Es que ese es el precio de estar hiperestimulados:
Si quieres que tu lector “sepa” algo, hazlo breve. No acumules demasiadas ideas juntas o tu
lector no recordará mucho.
En su famoso discurso, Martin Luther King exclamó “I have a dream…” (Tengo un sueño) no
“¡Tengo MONTONES de sueños y dejad que os hable de TODOS ellos ahora!”.
Si compartes una gran idea con claridad, le estás haciendo un gran favor a tu lector.
Si compartes 12 ideas poco sólidas, no le haces un favor a nadie.
… Compre un producto?
… Rellene un cuestionario?
Tanto si tu llamada a la acción es obvia (“Haz clic aquí” “¡Compra ahora!”) como si es sutil
(“Acuérdate de esto la próxima vez que tu hijo adolescente te vuelva loco…”), es importante
incluir algún tipo de acción.
Sino, tu lector se puede quedar con una sensación de insatisfacción, como si le faltara algo en lo
que acaba de leer.
Si tu texto es capaz de hacer SENTIR una emoción a tu lector, tienes la obligación de canalizar
esa emoción. ¿Qué tiene que hacer a continuación tu lector? Es cosa tuya proponerle una
llamada a la acción.
Escenario 1: Necesito que mi asistente haga una revisión del nuevo e-book que he escrito. Me
gustaría que corrigiera todas las faltas que haya cometido. Normalmente hace un buen trabajo,
pero esta vez no lo ha hecho demasiado bien. Me ha enviado el documento de vuelta y he
detectado varias faltas que ha pasado por alto o no ha corregido. Necesito mandarle un correo
para comentárselo.
SENTIR
Quiero que se SIENTA… apreciada y respetada, no criticada y juzgada
SABER
Quiero que SEPA… que he descubierto un par de problemas con su revisión del texto
HACER
Quiero que HAGA… la revisión de nuevo. Pero esta vez, con más atención al detalle. Quiero
también que esté un poco más atenta en adelante.
Texto del CORREO
Hola,
Gracias por enviarme el documento revisado. Lo he leído por encima, y quería decirte que he
visto varios errores y faltas que todavía tienen que corregirse (Oops!). ¿Puedes revisarlo de
nuevo, por favor? ¿Tal vez un poco más despacio esta vez? (Sé que es fácil pasar por alto
alguna de estas erratas cuando vas deprisa).
Valoro mucho tu mirada atenta y escrutadora y te estoy muy agradecido por todo lo que me
ayudas en mi negocio. ¡Gracias!
APELLIDOS Y NOMBRE:
Ahora te toca a ti
Situación
Necesito que mi alumnado me responda mejor y participe más en mis clases de Oratoria y
debate. La gran mayoría del alumnado participa activamente y expone sus ideas. Necesito
animarles a que participen y expresen sus ideas y emociones.