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¿Qué es la respiración celular?

La respiración celular es una serie de reacciones metabólicas para obtener energía


química en forma de ATP, a partir de la oxidación de moléculas orgánicas como son
los carbohidratos o azúcares provenientes de la alimentación. Dicho de forma más
fácil, la respiración celular es el proceso por el que la célula obtiene energía.

Enfermedades de respiración celular


Las enfermedades de respiración celular son trastornos que afectan el proceso
mediante el cual las células obtienen energía a partir de los nutrientes,
especialmente la glucosa, a través de las mitocondrias. Este proceso, conocido
como respiración celular, implica una serie de reacciones bioquímicas que ocurren
en las mitocondrias para producir energía en forma de adenosín trifosfato (ATP).

Cuando las células no pueden llevar a cabo eficientemente la respiración celular,


pueden surgir diversas enfermedades y trastornos. Estos trastornos pueden ser
causados por defectos en las enzimas, proteínas o estructuras celulares
involucradas en el proceso de respiración celular. Un grupo particular de trastornos
está relacionado con el ADN mitocondrial, una pequeña porción de material genético
situada en las mitocondrias y heredada exclusivamente de la madre.

Las enfermedades mitocondriales son un conjunto complejo de trastornos genéticos


que afectan la función de las mitocondrias y, por ende, la respiración celular.

Entre estas enfermedades tenemos:

● Síndrome de Leigh

La enfermedad de Leigh es un trastorno clínicamente heterogéneo y poco


frecuente en la edad pediátrica, que presenta una forma de herencia variable.
Se origina por una anomalía genética que condiciona déficit de complejos
enzimáticos produciendo una alteración funcional mitocondrial.

La disfunción mitocondrial en el Síndrome de Leigh afecta la capacidad de las


células para generar suficiente energía. Las células cerebrales y musculares,
que requieren grandes cantidades de energía, son especialmente vulnerables
afectando el funcionamiento normal de estas células, lo que conduce a los
síntomas neurológicos y musculares observados en el síndrome.

Las células afectadas en el Síndrome de Leigh tienen dificultades para


realizar la respiración celular de manera eficiente, lo que lleva a una
acumulación de productos tóxicos y al daño cerebral y muscular progresivo.
Los síntomas comunes incluyen debilidad muscular, problemas de
coordinación, dificultad para tragar, vómitos, irritabilidad, pérdida del tono
muscular y cambios en el comportamiento

El tratamiento del síndrome de Leigh se dirige a los síntomas específicos


presentes en cada persona. Puede incluir el uso de bicarbonato de sodio o
citrato de sodio para el manejo de la acidosis láctica o el uso de
medicamentos anticonvulsivos para las convulsiones, así como el tratamiento
de la distonía y miocardiopatía, y de los problemas nutricionales.
● Neuropatía Óptica Hereditaria de Leber (LHON)

La neuropatía óptica hereditaria de Leber es una enfermedad genética


mitocondrial que está caracterizada por pérdida de la visión central (ceguera)
y atrofia (degeneración) óptica. La ceguera afecta ambos ojos (bilateral), es
repentina, y puede haber dolor de cabeza. Esta enfermedad además de
producirse debido a la mutación del ADN mitocondrial es necesario tener
otros factores genéticos y ambientales para su desarrollo.

En algunos casos de neuropatía óptica hereditaria de Leber hay señales y


síntomas adicionales, como temblores, problemas de movimiento,
alteraciones en el sistema de conducción del corazón y síntomas parecidos a
los de una enfermedad llamada esclerosis múltiple.

Es importante que los pacientes eviten la exposición tóxica al alcohol, al


humo (tabaco y ambiental) y a ciertos antibióticos que interfieren con la
fosforilación oxidativa mitocondrial. En cuanto a tratamientos farmacológicos,
la idebenona (aprobada en EE.UU. y Europa), muestra una modesta mejoría
visual al cabo de un año, y debe iniciarse lo antes posible en los pacientes en
las fases subaguda y dinámica de la enfermedad <12 meses). En la
actualidad, se carece de pruebas suficientes para el tratamiento de pacientes
en fase crónica.

● Miopatía Mitocondrial

La miopatía mitocondrial es un tipo de enfermedad muscular que está


vinculada con disfunciones en las mitocondrias y, por ende, con problemas
en la respiración celular. En esta condición, las mitocondrias no pueden
generar suficiente energía para las células musculares, lo que lleva a la
debilidad muscular y la fatiga crónica. Esta enfermedad está asociada con
mutaciones en el ADN mitocondrial o en los genes nucleares que codifican
proteínas mitocondriales.

El manejo de la miopatía mitocondrial puede implicar terapias para aliviar los


síntomas, como fisioterapia y medicamentos para controlar el dolor. Sin
embargo, debido a la naturaleza compleja de las enfermedades
mitocondriales, el tratamiento específico puede variar según las necesidades
individuales de cada paciente y debe ser supervisado por médicos
especializados en genética o neurología.

● Síndrome de Kearns- Sayre

El síndrome de Kearns-Sayre (SKS) es una mitocondriopatía caracterizada


por disfunciones multiorgánicas que clásicamente se desarrolla antes de los
veinte años de edad. Esta rara enfermedad fue descrita en 1958 por Thomas
P. Kearns y George P. Sayre de un caso que presentaba la tríada clínica de
oftalmoplejía externa, retinopatía pigmentaria y bloqueos de la conducción
cardíaca; siendo esta última alteración la que determina el pronóstico.

A menudo, la enfermedad se presenta en la infancia con los síntomas


oculares característicos de ptosis, retinopatía pigmentaria y OEP, seguida de
la aparición progresiva de otros síntomas dependiendo de la distribución
tisular de la anomalía molecular. Las características asociadas con mayor
frecuencia a este trastorno incluyen pérdida auditiva neurosensorial bilateral,
afectación cardíaca (miocardiopatía, trastorno de conducción cardíaca) y del
sistema nervioso central (ataxia cerebelosa, disartria, debilidad facial bilateral,
discapacidad intelectual), así como miopatía del músculo esquelético,
trastornos intestinales y endocrinos (retraso puberal, hipoparatiroidismo,
diabetes) e insuficiencia renal. La enfermedad progresa lentamente durante
décadas desarrollando nuevos síntomas que van acompañados de un
empeoramiento lento de los síntomas previos. Excepcionalmente, el
síndrome de Pearson evoluciona a SKS.

El tratamiento del SKS es de apoyo. Se recomienda un seguimiento regular


por parte de un cardiólogo. En aquellos casos con bloqueo cardíaco de alto
grado, se puede sugerir la implantación de un marcapasos permanente/
desfibrilador cardioversor implantable, mejorando el pronóstico. A los
pacientes con pérdida auditiva neurosensorial se les puede proporcionar
audífonos. En algunos casos, la suplementación con coenzima Q10 ha
resultado beneficiosa. Las manifestaciones oftalmológicas se pueden tratar
quirúrgicamente, aunque el riesgo de recurrencia y de posibles
complicaciones oculares es elevado.

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