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La Edad de Los Dioses

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La edad de los dioses

Cosmogonía y cosmología

Los «mitos de origen» o «mitos de creación» representan un intento por hacer comprensible el universo en términos humanos y explicar el origen del
mundo.21 La versión más ampliamente aceptada en la época, si bien un relato filosófico del comienzo de las cosas, es la recogida por Hesíodo en su
Teogonía. Empieza con el Caos, un profundo vacío. De éste emergió Gea (la Tierra) y algunos otros seres divinos primordiales: Eros (Amor), el
Abismo (Tártaro) y el Érebo.22 Sin ayuda masculina, Gea dio a luz a Urano (el Cielo), que entonces la fertilizó. De esta unión nacieron primero los
Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe, Tetis y Crono. Tras éste, Gea y Urano decretaron que no nacerían
más titanes, de forma que siguieron los Cíclopes de un solo ojo y los Hecatónquiros o Centimanos. Crono («el más joven, de mente retorcida, el más
terrible de los hijos [de Gea]»)22 castró a su padre y se convirtió en el gobernante de los dioses con su hermana y esposa Rea como consorte y los
otros Titanes como su corte.

El tema de conflicto padre-hijo se repitió cuando Crono se enfrentó con su hijo, Zeus. Tras haber traicionado a su padre, Crono temía que su
descendencia hiciera lo mismo, por lo que cada vez que Rea daba a luz un hijo, él lo secuestraba y se los tragaba. Rea lo odiaba y lo engañó
escondiendo a Zeus y envolviendo una piedra en pañales, que Crono se tragó. Cuando Zeus creció, dio a su padre una droga que lo obligó a vomitar a
sus hermanos y a la piedra, que habían permanecido en el estómago de Crono todo el tiempo. Zeus luchó entonces contra él por el trono de los dioses.
Al final, con la ayuda de los Cíclopes (a quienes liberó del Tártaro), Zeus y sus hermanos lograron la victoria, condenando a Crono y los Titanes a
prisión en el Tártaro.23

El panteón griego

Según la mitología clásica, tras el derrocamiento de los Titanes el nuevo panteón de dioses y diosas fue confirmado. Entre los principales dioses
griegos estaban los olímpicos, residiendo sobre el Olimpo bajo la mirada de Zeus. (La limitación de su número a doce parece haber sido una idea
comparativamente moderna.)28 Aparte de estos, los griegos adoraban a diversos dioses rupestres, al semidiós rústico Pan, las ninfas —náyades que
moraban en las fuentes, dríades en los árboles y nereidas en el mar—, dioses-río, sátiros y otros. Además, había poderes oscuros del inframundo,
como las Erinias (o Furias), que se decía que perseguían a los culpables de crímenes contra los parientes.29 Para honrar al antiguo panteón griego, los
poetas compusieron los himnos homéricos (un conjunto de 33 canciones).30 Gregory Nagy considera a «los más extensos himnos homéricos como
simples preludios (comparados con la Teogonía), cada uno de los cuales invoca a un dios».31

GENERACIÓN DE LOS TITANES

Urano y Gea adquieren preeminencia, de ellos nacen doce hijos, los Titanes y las Titánidas. Los Titanes son seis: Océano, el mayor, luego Ceo,
Críos, Hiperión, Iapeto y, finalmente, Cronos (Saturno). Seis hermanas, las Titánidas: Tía, Rea (Cíbiles), Temis, Mnemosine, Febe y Tetis. Algunos
de estos nombres responden a funciones particulares dentro del mundo, así, Temis, por ejemplo es la Justicia, Mnemosine es la memoria, quien
garantiza la duración del mundo, no gracias al tiempo sino a la alternancia entre el día y la noche. Tetis es una divinidad marina; parece personificar
la fecundidad femenina del Mar. Se casó con Océano, y le dio más de tres mil hijos (los ríos del mundo), su morada está situada lejos en el Oeste, en
el país del Atardecer, todo rojo, que el Sol visita a diario al bajar del cielo. Hiperión (el que viaja a lo alto) casado con su hermana Tía, engendra a
Helios y Selene (el Sol y la Luna). La mayor parte de los Titanes no existe más que en su descendencia: Ceo, unido a su hermana Febe (la Brillante),
engendra a Leto, que más tarde será la madre de Artemisa y de Febo. Críos, con Euribia, una de las hijas de Gea y del Pontos, engendró a Astreo que
fue uno de los esposos de la Aurora (Eos), al gigante Palas, y finalmente Perses, que fue el padre de la diosa Hécate -la señora de la noche-, diosa de
la Abundancia, de la Elocuencia, pero también temible maga, hábil para metamorfosearse en perra, en loba, en asna, y cuya estatua de tres cabezas se
erguía frecuentemente en las encrucijadas. Iapeto se casó con Climena, hija de Océano y de Tetis, que le dio cuatro hijos: Atlante (Atlas), el gigante
que más tarde fue condenado a llevar sobre sus hombros la bóveda del cielo, Menoetio, quien también participó en la rebelión contra Zeus, y que por
esa razón fue fulminado y sumergido en el Tártaro. El Titán cuya descendencia reviste mayor importancia es Cronos. A partir de él se desarrollan los
destinos que llevan al poder a la generación divina de los Olímpicos

LOS DEMONIOS DEL MAR

Pontos (la Ola) tuvo como primogénito a Nereo, a quien se llama el Viejo del Mar, porque es leal y benigno a la vez, sin olvidar jamás la equidad.
También Pontos engendró con Gea, a Taumas, que más tarde fue el padre de la diosa Iris, encarnación del arco iris y mensajera de los inmortales;
luego a Forcis. Por su parte Nereo se unió con Doris, una de las hijas de Océano, que le dio las Nereidas, cuyo número varía según las tradiciones:
más frecuentemente, se cuentan cincuenta, pero a veces son el doble. Entre las Nereidas sólo algunas han recibido una leyenda en particular: Tetis, la
madre de Aquiles, y Anfitrite, la esposa del Olímpico Poseidón, dios del mar, y la siciliana Galatea. Las Nereidas jóvenes y bellas, pasan su tiempo
eterno, hilando y cantando en el palacio de oro de su padre. Taumas hijo de Pontos, ha engendrado a la Arpías, Aelo y Ocipete (la borrasca y la
vueladeprisa) a las que a veces se añade una tercera hermana, Cileno (la Oscura). Estas Arpías son genios malhechores, cuando caen sobre el mar,
con toda la velocidad de sus alas, nada les aguanta: Lo arrancan todo a su paso. Se las representa semejantes a pájaros de presa, con garras agudas, y
se asegura que viven en las islas Estrofadas, en el centro del mar Jónico. Las tres viejas del mar son: Las Greas (Enio, Pefredon y Dino: Viven en el
Extremo Oriente, en un país cubierto de brumas, donde nunca sale el sol. Sólo tenían un ojo y un diente las tres, sirviéndose de ellos por turno). Las
tres Greas eran hermanas de otros tres monstruos, las Gorgonas, llamadas Esteno, Euríala y Medusa. Medusa era la única mortal entre las tres.
Urania, la Musa griega de la Astronomía
En tiempos de la Antigua Grecia todas las inquietudes y aspectos de la vida intelectual de sus ciudadanos se consideraban apadrinadas por unas
divinidades conocidas como Musas, las cuales formaban un singular coro en el Monte Parnaso bajo la dirección de Apolo, dios de la música entre
otras cosas y al que se suele representar con una lira en sus manos. Poesía, danza, comedia o mímica tenían su propia Musa, así como Urania fue la
designada para ser la inspiradora y protectora de la Poesía Astronómica, para convertirse con el tiempo en la Musa de la Astronomía. Algunos la
consideran como la hija de Urano, surgida de su padre sin necesidad de una figura materna, y otros sostienen que es hija de Mnemósine y el
todopoderoso Zeus. Urania es la más joven de todas las musas y se le atribuye un hijo, llamado Lino, nacido de su relación con Apolo. A Urania se
le atribuye el haber inspirado en los hombres la curiosidad por las estrellas, el ansia de preguntarse el por qué de las cosas y también posee la
habilidad de leer el futuro en los astros, la cual derivaría en las previsiones astrológicas tan comunes hoy en día

PERSONAJES MITOLÓGICOS DE LA MITOLOGIA GIEGA

Acamante
Acamante es un hijo de Teseo y de Fedra, y hermano de Demofonte

Caronte
Barquero del Hades, el encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a
otro del río Aqueronte
Acteón
Hijo de Aristeo y Autónoe, fue educado por el centauro Quirón, que le enseñó el arte de la caza.
Admeto
Rey de Feras, en Tesalia, hijo de Feres, que había dado nombre al país, y de Periclímene.
Cedalión
Es el maestro que enseñó al dios Hefesto a forjar y trabajar los metales.

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