Differences in Emotion Es
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Differences in Emotion Es
Medicina de la obesidad
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A R T Í C U L OE N ABS TRAC T O
FO R M A
Se han estudiado ampliamente las características emocionales y alimentarias de las personas con
Palabras clave: obesidad y trastorno por atracón, así como de las personas con obesidad sin trastorno por atracón.
Trastorno por atracón
Sin embargo, no está claro si las dificultades de estos individuos son atribuibles al BED o a la
Obesidad
obesidad. El o b j e t i v o principal es comparar las dificultades emocionales, los rasgos
Emoción
impulsivos y los estilos alimentarios de los individuos diagnosticados de TDC con los de los
Estilo de
alimentació individuos sin TDC en función de su peso (es decir, obesidad, sobrepeso, peso normal). El segundo
n objetivo es comparar estos componentes según su estado ponderal en individuos con BED.
Impulsivida Los 429 participantes respondieron a una entrevista diagnóstica para evaluar la presencia de
d trastornos alimentarios y rellenaron cuestionarios que evaluaban las emociones (emociones
positivas y negativas, competencias emoc i o n a l e s y estrategias de regulación), los rasgos
impulsivos y los estilos alimentarios. Se calcularon las comparaciones de grupo entre individuos
con BED (presencia/ausencia) según sus estados ponderales.
Los participantes con TCA tienen más dificultades emocionales y alimentarias y adoptan
conductas más impulsivas que los individuos sin TCA del mismo peso. Hubo pocas diferencias
entre individuos con peso normal, sobrepeso y obesidad. Aunque el TCA se ha investigado poco en
individuos de peso normal, este estudio muestra que es necesario evaluar este trastorno
alimentario en esta población para ofrecerles el apoyo adecuado y prevenir el aumento de peso.
* Autor correspondiente. Laboratoire de Psychopathologie et Processus de Santé Université Paris Cité, 71 avenue Edouard Vaillant, 92100, Boulogne-Billancourt,
France.
Direcciones de correo electrónico: eva.hanras@etu.u-pairs.fr (E. Hanras), emilie.boujut@u-paris.fr (E. Boujut), alexis.ruffault@insep.fr (A. Ruffault),
diane.messager@cognacq-jay.fr (D. Messager), claire.rives-lange@aphp.fr (C. Rives-Lange), charles.barsamian@aphp.fr (C. Barsamian), claire.carette@aphp.fr (C.
Carette), lea.lucas-martini@cognacq-jay.fr (L. Lucas-Martini), sebastien.czernichow@aphp.fr (S. Czernichow), geraldine.dorard@u-paris.fr (G. Dorard).
https://doi.org/10.1016/j.obmed.2022.100462
Recibido el 28 de junio de 2022; Recibido en versión revisada el 23 de septiembre de 2022; Aceptado el 26 de octubre de 2022
Disponible en línea el 1 de noviembre de 2022
2451-8476/© 2022 Elsevier Ltd. Todos los derechos reservados.
E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
1. Introducción
El trastorno por atracón (TAC) es un trastorno psiquiátrico caracterizado por episodios frecuentes y recurrentes de ingesta de
grandes cantidades de comida sin compensación purgativa al menos una vez a la semana durante tres meses ( American Psychiatric
Association, 2013). La sensación de pérdida de control por comer en exceso que se encuentra en el BED se asocia con malestar
psicológico. La prevalencia del BED es del 1,9% en la p o b l a c i ó n general (Kessler et al., 2013), pero oscila entre el 30% y el
48,3% en individuos con obesidad (índice de masa corporal [IMC] ≥ 30 kg/m2; de Zwaan, 2001; Vinai et al., 2015). Este aumento se
debe a la falta de conductas compensatorias tras los atracones debido a la falta de conductas compensatorias tras los atracones
(American Psychiatric Association, 2013).
Dado que el BED se asocia con una pérdida de control sobre la ingesta de alimentos, varios estudios han evaluado el papel que la
impulsividad puede desempeñar en los episodios de atracones. Estos estudios han mostrado asociaciones positivas entre la obesidad
y la impulsividad, y este patrón es aún más prominente cuando la obesidad se asocia con el BED (Gerlach et al., 2015; Weiss et al.,
2020). De hecho, los síntomas de atracón se asociaron p o s i t i v a m e n t e con la urgencia (es decir, la adopción de conductas
impulsivas para hacer frente a las emociones negativas; Whiteside y Lynam, 2001) y la falta de premeditación (es decir, dificultades
para pensar y reflexionar sobre las consecuencias de un acto antes de participar; Whiteside y Lynam, 2001). Por lo tanto, parece que
la impulsividad está más asociada con el SED que con el estado ponderal, pero ningún estudio ha evaluado todavía la impulsividad
en individuos con SED pero sin obesidad.
Además, la impulsividad se correlaciona positivamente con tres estilos alimentarios disfuncionales que son la alimentación
restringida (es decir, la reducción de alimentos para controlar el peso; Herman y Mack, 1975), la alimentación emocional (es decir,
tomar alimentos en respuesta a las emociones; Kaplan y Kaplan, 1957) y la externalidad (es decir, comer en respuesta a estímulos
externos sin tener en cuenta las señales de hambre; Bénard et al., 2018; Kakoschke et al., 2015; Mason et al., 2018; Schachter et al.,
1968). Tanto el rasgo de urgencia impulsiva como la alimentación emocional se consideran estrategias de regulación emocional
disfuncionales (Leehr et al., 2015; Whiteside y Lynam, 2001). Así, algunos individuos con dificultades emocionales pueden recurrir a
estas conductas para regular sus emociones negativas.
En este contexto, numerosos estudios han evaluado el papel de los estilos alimentarios disfuncionales y la regulación emocional
en individuos que viven con BED y/u obesidad. De este modo, muchos han demostrado que los individuos con BED y obesidad
experimentan más patrones alimentarios disfuncionales y dificultades emocionales que aquellos con obesidad sola (Escandón-Nagel
et al., 2018; Kenny et al., 2017; Mason et al., 2018). Sin embargo, los individuos que viven con obesidad (asumiendo que no tienen
BED) también experimentan más difi- cultades alimentarias y emocionales en comparación con los individuos de peso normal
(18,5< IMC<25; Amiri et al., 2018; Baños et al., 2014; Casagrande et al., 2019; Sharafi et al., 2020; Steward et al., 2016), pero el BED
no se evaluó en estos estudios.
Dado que ningún estudio ha comparado las dificultades alimentarias y el funcionamiento emocional de individuos con TDC con
peso normal o sobrepeso con los de individuos con TDC y obesidad o individuos sin TDC con peso normal o sobrepeso, no es posible
concluir si las dificultades observadas son más atribuibles al TDC o al estado ponderal. Además, ningún estudio ha investigado si
existen diferencias en las desregulaciones emocionales y alimentarias en individuos con BED en función de su estado ponderal. Por
lo tanto, el primer objetivo de este estudio es comparar los rasgos impulsivos, los estilos alimentarios y las dificultades emocionales
de los individuos que viven con un diagnóstico de BED con los de los individuos sin BED en función de su estado de peso ( es decir,
obesos, con sobrepeso, de peso normal). El segundo objetivo es comparar estos componentes en función de su peso entre los
individuos que viven con BED. Nuestra hipótesis es que los participantes con BED, independientemente de su peso, experimentarán
más rasgos impulsivos, estilos alimentarios disfuncionales y dificultades emocionales que los participantes sin BED.
2. Métodos
2.1. Participantes
Los participantes fueron 791 adultos francófonos evaluados entre marzo de 2018 y abril de 2020. Incluían 192 pacientes que
vivían con obesidad que fueron reclutados de dos servicios de nutrición en hospitales franceses y 599 individuos de la población
general. Los criterios de in- clusión para los participantes fueron: tener entre 18 y 66 años, hablar francés con fluidez, sin cirugía
bariátrica previa y no ser una mujer embarazada. Se excluyeron 362 participantes: 183 participantes no completaron el cuestionario
de autoinforme, 49 participantes fueron diagnosticados con un trastorno alimentario distinto del BED, 89 participantes cumplían
sólo algunos criterios para el diagnóstico de trastornos alimentarios (formas subclínicas) y 41 participantes tenían bajo peso, sin
criterios para el diagnóstico de anorexia nerviosa.
Así pues, la muestra final estaba formada por 429 participantes (107 pacientes y 322 de la población general). Se formaron seis
grupos de participantes en función del diagnóstico de BED y del estado ponderal: BED-obesidad (n = 37), no-BED-obesidad (n =
86), BED-sobrepeso (n = 11), no-BED-sobrepeso (n = 46), BED-peso normal (n = 10) y no-BED-peso normal (n = 239).
2.2. Procedimiento
El estudio se presentó a pacientes con obesidad en un entorno clínico durante sus visitas rutinarias al hospital. Se les entregó una
nota informativa y se les explicó oralmente, tras lo cual se les evaluó para determinar si cumplían los criterios de inclusión y, en caso
afirmativo, se les pidió que firmaran el formulario de consentimiento. A continuación, el investigador (un estudiante de máster en
psicología, formado en entrevistas clínicas y supervisado por un psicólogo senior) realizó la entrevista de diagnóstico clínico para
evaluar la presencia de un trastorno alimentario (es decir, anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, BED). Así pues, se entregó al
paciente un cuadernillo de cuestionarios autoinformados que se recogieron el día de su revisión.
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E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
Se reclutó a participantes de la población general mediante una convocatoria de participación ampliamente difundida en las
redes sociales y en la red relacional de los investigadores. Se invitó a las personas interesadas en participar en el estudio a enviar un
correo electrónico a los investigadores. Una vez distribuidas las notas informativas, verificados los criterios de inclusión y recogidos
los formularios de consentimiento, se realizó una entrevista cara a cara con los participantes.
3
E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
Se concertó una cita cara a cara o por teléfono para realizar la entrevista clínica de diagnóstico. Al final de la entrevista, se enviaba al
participante por correo electrónico un enlace a un cuestionario en línea en una plataforma segura.
Para garantizar el anonimato en ambas partes del estudio, el investigador atribuyó un código a cada participante. También se
ofreció una derivación a los servicios de apoyo adecuados, en caso necesario. Este estudio fue declarado y aprobado por el comité de
ética local (CER-Paris Descartes N°2018-80).
2.3. Medidas
2.3.1. Entrevista clínica
La Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional - versión 7.0.2 (MINI-7.0.2; Sheehan et al., 1998) es una entrevista
diagnóstica que proporciona una evaluación estandarizada de los principales trastornos psiquiátricos del DSM-5. En este estudio se
administraron secciones para los trastornos de la conducta alimentaria. En este estudio, se administraron las secciones
correspondientes a l o s trastornos de la conducta alimentaria. Las respuestas para cada criterio diagnóstico son binarias ("sí" o
"no") con un proceso de entrevista algorítmica (las respuestas "sí" conducían a una mayor investigación del trastorno).
2.3.2. Autoinformes
Se pidió a los participantes que indicaran su situación sociodemográfica (sexo, edad, nivel de estudios y actividad profesional).
Se recogieron la estatura y el peso actual para calcular su IMC actual.
La escala Emotionalité Positive et Négative (EPN-31; Pélissolo et al., 2007) evalúa la frecuencia de las emociones positivas (es
decir, alegría y t e r n u r a ) y negativas (es decir, ira, tristeza y vergüenza). La escala, compuesta por 31 ítems valorados en una
escala Likert de 7 puntos (de 1: "Nunca" a 7: "Varias veces al día"), mide hasta qué punto se ha experimentado cada emoción durante
el último mes. Las puntuaciones altas indican una frecuencia elevada de experimentación de emociones. En el presente estudio, las
fiabilidades alfa fueron de 0,90 para la emoción positiva y de 0,92 para la emoción negativa.
El Perfil de Competencia Emocional (PEC; Brasseur et al., 2013) mide l a s competencias emocionales intrapersonales e
interpersonales. Cada subescala se compone de 25 ítems y cinco subescalas: identificación, comprensión, expresión, regulación y
utilización de las emociones. Los ítems se valoran en una escala Likert de 5 puntos (de 1: "Totalmente en desacuerdo" a 5:
"Totalmente de acuerdo"). Una puntuación alta indica una buena competencia emocional. En este estudio, la fiabilidad alfa fue de
0,86 para la competencia emocional intrapersonal y de 0,82 para la competencia emocional interper- sonal.
La Escala de Dificultades en la Regulación de las Emociones (DERS; Côté et al., 2013) evalúa seis dimensiones de las
desregulaciones emocionales: falta de ac- cepto de las respuestas emocionales, dificultades para participar en conductas dirigidas a
objetivos, dificultades para controlar los impulsos, falta de conciencia emocional, acceso limitado a estrategias de regulación
emocional y falta de claridad emocional. La escala consta de 36 ítems valorados en una escala Likert de 5 puntos (de 1: "Casi nunca"
a 5: "Siempre"). Una puntuación alta en una subescala indica dificultades en la regulación emocional. El DERS mostró una
consistencia interna aceptable para todas las subescalas, con un alfa de Cronbach que osciló entre 0,77 y 0,88.
La Escala de Conducta Impulsiva (UPPS; Van der Linden et al., 2006) mide cuatro dimensiones de la impulsividad: urgencia,
(falta de) premeditación, (falta de) perseverancia y búsqueda de sensaciones. La escala se compone de 45 ítems valorados en una
escala Likert de 4 puntos (de 1: "Totalmente de acuerdo" a 4: "Totalmente en desacuerdo"). Una puntuación alta indica la presencia
de impulsividad. En este estudio, las fiabilidades alfa fueron de 0,75 para la urgencia, 0,80 para la (falta de) premeditación, 0,74
para la (falta de) perseverancia y 0,87 para la subescala de búsqueda de sensaciones. El Cuestionario Holandés de Conducta
Alimentaria (DEBQ; Lluch et al., 1996) evalúa tres patrones alimentarios disfuncionales: comer de forma restringida, comer de
forma emocional y comer de forma externa. Esta escala se compone de 33 ítems valorados en una escala Likert de 5 puntos (de 1:
"Nunca" a 5: "Muy a menudo"), con una opción de respuesta adicional "No aplicable" para 11 ítems. Una puntuación alta indica la
presencia de un patrón alimentario disfuncional. En nuestra muestra, las fiabilidades alfa fueron de 0,95 para la alimentación
emocional, 0,89 para la alimentación restringida y 0,76 para la alimentación externa.
comiendo.
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E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
3. Resultados
3.1. Comparaciones según BED/no-BED independientemente del estado ponderal
3.1.1. Comparación entre participantes con peso normal
De los participantes con un peso normal, el 4,02% vivía con BED. Los análisis estadísticos revelaron que los participantes de peso
normal con BED presentaban una mayor ingesta emocional que aquellos sin BED ( ver Tabla 1; U = 346, p < .001). No se observaron
otras diferencias significativas entre los participantes con un peso normal según el diagnóstico de BED.
Cuadro 1
Descripción de la muestra y puntuaciones clínicas según la presencia/ausencia de BED con respecto al peso normal.
5
BE.EHDa:nTrraassettoarln. o por atracón, DEBQ: Dutch Eating Behavior Questionnaire, DERS: Difficulties in Emotion Regulation Scale, EPN-31:
PEC:
EMmedPerfil
oitcide
ionCompetencias
nandaeliltaé OEmocionales,
PobseistiidvaeDE:
de3tDesviación
6N(é2g0a2estándar,
ti2v)e, UPPS: Escala de Conducta Impulsiva.
6
E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
Tabla 7
Descripción de la muestra y puntuaciones clínicas según la presencia/ausencia de BED en relación con el sobrepeso.
U p
BED: Trastorno por atracón, DEBQ: Dutch Eating Behavior Questionnaire, DERS: Difficulties in Emotion Regulation Scale, EPN-31: Emotionnalité Positive et Négative,
PEC: Perfil de Competencias Emocionales, DE: Desviación estándar, UPPS: Escala de Conducta Impulsiva.
7
E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
Tabla
emociones positivas que los de peso normal (p = 0,020). No se observaron otras diferencias significativas según el estado ponderal
de los participantes con BED.
8
E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
Cuadro
Descripción de la muestra y puntuaciones clínicas según la presencia/ausencia de BED en relación con la obesidad.
U p
BED: Trastorno por atracón, DEBQ: Dutch Eating Behavior Questionnaire, DERS: Difficulties in Emotion Regulation Scale, EPN-31: Emotionnalité Positive et Négative,
PEC: Perfil de Competencias Emocionales, DE: Desviación estándar, UPPS: Escala de Conducta Impulsiva.
4. Debate
El objetivo principal de este estudio fue comparar las características emocionales, impulsivas y alimentarias en función de la
presencia/ausencia de BED diagnosticado en individuos con peso normal, individuos con sobrepeso e individuos con obesidad. El
segundo objetivo era explorar si existían diferencias en la expresión de estas características en individuos con BED teniendo en
cuenta su estado ponderal. Los resultados mostraron que los individuos con BED tenían más dificultades emocionales que los
individuos sin BED y que las dificultades eran más importantes cuanto más aumentaba el IMC.
Independientemente del estado ponderal considerado, la alimentación emocional es una dimensión que discrimina a los
individuos con o sin diagnóstico de BED. Los participantes con BED tendían a recurrir más a la comida cuando experimentaban
emociones negativas que los participantes sin BED. La alimentación emocional se ha identificado como un predictor de la aparición
de episodios de atracón y, por tanto, del empeoramiento de la gravedad del trastorno (Bernabéu-Brotóns y Marchena-Giráldez,
2022; Christensen, 2019; Escandón-Nagel et al., 2018; Reichenberger et al., 2021). Mientras que varios estudios habían podido
destacar que la alimentación emocional se correlaciona positivamente con el IMC ( Lazarevich et al., 2016; Péneau et al., 2013; van
Strien y Koenders, 2012), la presente investigación no observó una diferencia en la alimentación emocional en función del estado
ponderal en los participantes con BED. Dado que el BED es más prevalente en individuos con sobrepeso y obesidad (de Zwaan,
2001; Vinai et al., 2015) que en individuos de peso normal, puede ser que las correlaciones positivas entre la alimentación emocional
y el IMC se expliquen más por la presencia de BED que simplemente por el IMC. Sin embargo, esto no descarta la posibilidad de que
los individuos con obesidad pero sin BED no utilicen ocasionalmente la comida para regular las emociones (Leehr et al., 2015). En
este último grupo, sin embargo, la ingesta de alimentos estaría más controlada (es decir, sin episodios de atracones).
La alimentación emocional parece ser una dimensión aún más importante a tener en cuenta, ya que los resultados mostraron que
los participantes tanto con BED como con sobrepeso/obesidad experimentaron más emociones negativas y se encontraron con más
dificultades emocionales que sus homólogos sin BED. Estos resultados relativos a las emociones negativas y la competencia
emocional (incluidas las dificultades de regulación emocional) fueron coherentes con informes anteriores (Dorard y Khorramian-
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E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
Cuadro
Pour, 2017; Kenny et al., 2017; Leehr et al., 2015; Svaldi et al., 2012). En un
1
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Cuadro 4
Comparación de las puntuaciones sociodemográficas y clínicas según el estado ponderal en relación con el BED.
Nota: Sólo se indican los resultados significativos de las pruebas post hoc Dwass-Steel-Critcholow-Fligner.
BED: Trastorno por atracón, DEBQ: Cuestionario Holandés de Conducta Alimentaria, DERS: Escala de Dificultades en la Regulación de las Emociones, EPN-31:
Emotionnalité Positive et Négative, PEC: Perfil de competencias emocionales, UPPS: Escala de comportamiento impulsivo.
intentar regular sus emociones desagradables, los participantes con BED eran más propensos a recurrir a comportamientos
impulsivos (Kenny et al., 2017; Weiss et al., 2020; Yan et al., 2022), como comer para sentirse cómodos (Hanras et al., 2022).
Sin embargo, tales hallazgos no se encontraron en participantes con peso normal con BED, mientras que se sabe que las
dificultades emocionales y los comportamientos impulsivos son característicos de la ocurrencia de atracones (por ejemplo, Billieux
et al., 2014; Harrison et al., 2016; Kenny et al., 2019; Macht, 2008). Además, no se encontró que la propensión de los individuos a
tener dificultades emocionales y rasgos impulsivos difiera según el estado de peso de los participantes con BED. Sólo cabe destacar
que los participantes de peso normal con BED eran más jóvenes y experimentaban más emociones positivas que los participantes
tanto con obesidad como con BED. Es posible que los participantes con peso normal hayan padecido TDC durante menos tiempo y
que sus dificultades estén menos arraigadas (por ejemplo, trastornos menos graves, menos estigma relacionado con el peso, menos
inseguridad económica; ObEpi-Roche, 2012; Vaidya, 2006) que las de los participantes con TDC y obesidad. También es posible que
la falta de diferenciación entre los grupos con BED de peso normal y sin BED de peso normal se deba al pequeño tamaño (n = 10)
del grupo clínico. Para comprobar estas hipótesis es necesario realizar investigaciones con una muestra mayor.
Los resultados de este estudio deben interpretarse con cautela debido a algunas limitaciones. En primer lugar, como ya se ha
mencionado, el escaso número de participantes con sobrepeso y peso normal con trastorno por atracón fue una de las principales
limitaciones de este estudio. Sin embargo, fue difícil reclutar participantes debido al aumento de peso asociado a los episodios de
atracones. De hecho, la mayoría de los participantes con BED fueron reclutados durante una visita rutinaria a los servicios de
nutrición especializados en el tratamiento de la obesidad. Como no existe un servicio especializado para personas con TDC, fue
difícil reclutar a personas con TDC con sobrepeso o peso normal. Por lo tanto, es necesario un mayor esfuerzo en el reclutamiento de
individuos para identificar mejor las características comunes a estos individuos. En segundo lugar, se optó por reclutar participantes
de los servicios de nutrición y de la población general para tener una mejor representación de la población con BED y/u obesidad, ya
que pocos estudios han evaluado el BED en individuos de peso normal o distinguido a los individuos obesos con BED de los
individuos con sobrepeso con BED. Sin embargo, para los participantes con obesidad que fueron reclutados de la población general,
11
E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
no se evaluó la atención médica que estaban recibiendo para su obesidad; es decir, el seguimiento emocional o el apoyo alimentario
podrían haber sido evaluados.
1
E. Hanras et al. Medicina de la Obesidad 36 (2022)
propuestas para estos pacientes, lo que podría influir en los resultados de este estudio. Por último, los datos de las entrevistas sólo se
utilizaron con fines diagnósticos y para apoyar nuestras reflexiones. Por lo tanto, el presente estudio se basa casi por completo en
datos de cuestionarios autoadministrados, que sólo proporcionan una comprensión parcial de los procesos implicados en la
aparición de atracones. Por lo tanto, son necesarias más investigaciones (p. ej., estudio longitudinal, cualitativo, diseño
experimental) para refinar nuestra comprensión del BED.
Sin embargo, el presente estudio revela que el BED no sólo debe evaluarse en individuos con sobrepeso u obesidad, ya que los
individuos con nor- mal peso también pueden verse afectados. Además, si a estos individuos se les prescribe con frecuencia
medicación para prevenir y limitar el número de episodios de atracones (es decir, la gravedad del trastorno; Spalding et al., 2022),
parece necesario ofrecerles terapias de manejo de l a s emociones (Moghimi et al., 2022). De hecho, el inicio de los atracones parece
producirse cuando estos individuos se sienten abrumados por sus sentimientos emocionales y son incapaces de afrontarlos. Por lo
tanto, las terapias podrían ayudarles a gestionar mejor sus emociones y adoptar así otras conductas de regulación emocional más
eficaces.
5. Conclusión
Los individuos con BED tienen más dificultades emocionales (por ejemplo, experimentan más emociones negativas y dificultad
para regular sus emociones) que los individuos sin BED. Tienden a recurrir a conductas impulsivas, como comer, para regular sus
emociones negativas. Mientras que las dificultades parecen ser mayores en individuos con BED y sobrepeso u obesidad, las
especificidades emocionales ya se observan en individuos de peso normal con BED. Por lo tanto, es importante evaluar precozmente
la aparición de atracones para ofrecer un apoyo rápido a estas personas. Esto les permitiría desarrollar otras estrategias de
regulación emocional más adecuadas y prevenir el aumento de peso.
Financiación
Los autores no recibieron financiación de ninguna fuente externa.
Agradecimientos:
Los autores dan las gracias a todos los participantes y a los estudiantes que ayudaron en la recogida de datos. Agradecen a Elodie
Roy su contribución a la inclusión de pacientes.
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