Lenguay Literatura Modulo 2
Lenguay Literatura Modulo 2
Lenguay Literatura Modulo 2
GOBERNADOR
Dr. Miguel Ángel Saiz
MINISTRO DE EDUCACIÓN
Dn. César Alfredo Barbeito
SUBSECRETARIA DE EDUCACIÓN
Prof. Norma Nakandakare
SUBSECRETARIA DE CAPACITACIÓN
Psp. María de las Mercedes Querejeta
DIRECTORA DE CAPACITACIÓN
A.S. Marta Martínez
Autores:
Prof. María Cecilia Beacon
Prof. Gabriela Sbriller
Prof. Anhalí Sícolo
Un.T.E.R.
Gerardo Mujica
Año 2007
INDICE
INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 1
Las acciones que llevamos adelante los docentes, en tanto humanas, están
teñidas de intencionalidad. Sin embargo, cuando éstas se vuelven habituales, se
naturalizan, se repiten cotidianamente, pierden sentido y finalidad, se vuelven
mecanicistas y tecnocráticas. Por otro lado, es más el tiempo y el esfuerzo que
destinamos a desarrollarlas que a planificarlas y a reflexionar sobre ellas. Es por eso
que al enfrentarnos a situaciones problemáticas propias de la vida institucional tratamos
de resolverlas recurriendo a lo que estamos “acostumbrados a hacer”. No porque no
seamos capaces de construir nuevas estrategias de intervención, sino porque “lo
hacemos como sabemos hacerlo”.
Ahora bien, la sociedad en la que se inscribe esa vida institucional y ese accionar
se modifica cada vez más, se transforma; es decir, no cambia simplemente, sino que se
vuelve más compleja. Se constituye en una realidad organizada a partir de un
funcionamiento compuesto, de múltiples dimensiones y elementos interrelacionados.
Los acontecimientos no siguen un orden lineal, previsible, sino que dependen de otro
orden, diferente al que conocemos como tal. Se amplía el horizonte de lo incierto y “lo
que sabemos” no alcanza porque, en términos de Foucault, lo que sucede no termina
por acomodarse a nuestros marcos conceptuales existentes.
1
BRUNER, Jerome. “El lenguaje de la educación”. Cap. IX en Realidad mental y mundos posibles.
Barcelona. Gedisa. 1996. Página 134.
1
Releyendo la información producida a partir del trabajo realizado por docentes y
referentes regionales durante el año 2006, podemos inferir que los docentes tienen
dificultades para explicitar la concepciones teóricas desde las que planifican esos
procesos de enseñanza-aprendizaje.
2
SICOLO, Anhalí. Referente Regional de AVO. Informe Análisis de las Planificaciones . Cipolletti.
31/10/06.
3
PÉREZ, Clara Romero. Paradigma de la complejidad, modelos científicos y conocimiento
educativo. Universidad de Huelva. Agosto de 2006.
2
I. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
Considerar la práctica educativa docente implica tener en cuenta los siguientes
elementos: el sujeto que aprende, el conocimiento y la mediación docente.
4
Las mutaciones en los estatutos de la infancia y la adolescencia, la fuerte impronta del enfoque
comunicacional, la ampliación del campo de lo posible en las prácticas disciplinarias, entre otras.
5
CONSEJO PROVINCIAL DE EDUCACIÓN. Diseño Curricular E.G.B. 1 y 2. Versión 1.1. Río Negro.
1996.
3
dialéctico, contradictorio y está sujeto a las condiciones e intereses de cada momento
histórico particular”6
Quiere decir que hay un saber que es el saber científico, el que circula en los
ámbitos llamados “académicos”, que surge de las discusiones planteadas en el seno
mismo de las disciplinas, conocimiento al que hicimos referencia en el Módulo I al
abordar la actualización disciplinar. En él planteamos algunas teorías que hoy siguen
vigentes sobre el estudio de la Lengua y de la Literatura. Los contenidos abordados en
ellas constituirían los contenidos científicos o eruditos.
6
GOBIERNO DE RÍO NEGRO. Ministerio de Educación. Diseño Curricular Profesorado de Educación Especial
en Discapacidad Mental. 2006.
4
Es por ello - porque los contenidos son construidos, elaborados, producidos
en una sociedad, en un contexto histórico determinado, una de cuyas instituciones
es la escuela - que deseamos introducir el concepto de transposición didáctica y
relacionarlo con otros propuestos por algunas de las posturas más recientes en
materia de currÍculum y didáctica, como el curriculum prescripto y el curriculum
moldeado por los profesores.
7
Concepto elaborado por Ives Chevallard. La transposición didáctica: de las matemáticas eruditas a las
matemáticas enseñadas. Mimeg.1980
5
Nos hemos, en consecuencia, deslizado de la producción a la reproducción
(y en algunos casos esta reproducción no es sino una representación del
conocimiento).
6
Acordamos en ir más allá de la idea de que se deben separar, en el
conocimiento escolar, los problemas científicos y los problemas cotidianos. En
realidad, la propuesta es que se debe problematizar la realidad naturalizada,
deben ingresar a la escuela los problemas de la cotidianeidad porque son nuestros
problemas, pero desplegar su complejidad con el recurso que nos ofrece la
participación de otras formas de conocimiento, para así encontrar nuevas
combinaciones, reinterpretar el problema y construir nuevas alternativas de
pensamiento y acción ( basadas en la complejidad y en la interdisciplinariedad), en
todo caso, nuevas experiencias. Morin (1991) señala que la elaboración de una
cultura científica escolar, separada de la realidad cotidiana, contribuye a mantener
la disyunción en las formas de conocimiento, y agregamos, la disyunción entre
pensar y hacer.
7
En la provincia de Río Negro, en el Nivel Medio, no hay una propuesta oficial que
se encuentre en vigencia como currículum prescripto. En la realidad del sistema
educativo no hay un curriculum oficial que establezca los saberes considerados
básicos, los conocimientos socialmente validados y el universo de contenidos a
seleccionar.
No sucede lo mismo con los libros de texto y manuales. Estos operan como una
verdadera propuesta curricular: establecen el universo de contenidos que deben
abordarse en las disciplinas, en cada año de estudio de la escuela secundaria.
Podemos suponer que hay una estrecha relación entre ambos fenómenos: la
ausencia de un currículum para la escuela secundaria, es decir, de una prescripción
oficial, fortalece la necesidad de consultar la bibliografía que oferta el mercado editorial
para seleccionar los contenidos que se abordarán en cada año en cada una de las
disciplinas. Esta es una primera hipótesis que puede orientar el análisis de esa relación.
Sin embargo, según hemos podido constatar, aún en los Niveles en los que se
cuenta con un diseño curricular oficial (Diseño Curricular Provincial de Nivel Inicial, de
EGB 1 y 2 y Diseño Curricular Provincial de Séptimo Año) los docentes recurren de
manera más o menos habitual al trabajo con materiales ajenos, generalmente libros de
textos.
8
I.II. Aprendizaje
9
Aportes para la construcción de la dimensión pedagógica del documento
curricular de Nivel Medio.
Comisión de trabajo: Resolución 611/06
“Aprender es abrir los sentidos a lo que precisa ser pensado (...) Pensar es
experimentar, problematizar. Es considerar el saber como problema, el poder
como problema, el sí como problema, así como las múltiples relaciones entre
estos tres motivos” .
10
que ya tenemos, que a su vez estarán afectadas por nuestras emociones e
intenciones.
8
Kieran Egan La imaginación en la enseñanza y el aprendizaje. Buenos Aires. Amorrortu Editores. 2005.
11
II. Enseñanza
Nuestra propia historia como alumnos en cada uno de los trayectos formativos
está impregnada del recuerdo del accionar de los docentes que nos enseñaron. Es el
“modelo de docente” que hemos experimentado. Quienes trabajamos con los
elementos que intervienen en una situación de comunicación sabemos que la historia
personal de cada uno es un condicionante ineludible al considerar la comunicación
didáctica.
Son dos concepciones que se relacionan con los paradigmas desde los cuales
abordamos, analizamos y comprendemos lo educativo. Si entendemos que los
problemas educativos están cargados de complejidad y los abordamos de manera
singular, contextualizándolos, entenderemos que la enseñanza no puede reducirse a
una aplicación automática, rígida y mecanicista de teorías y recetas. Cada intervención
docente debe estar precedida de una evaluación que permita la reflexión crítica ya que
la escuela, el aula y el alumno se constituyen en realidades cambiantes. Nos guste o
no, cada alumno/ a está movido por intereses, expectativas y valores que se presentan
diferentes a las del docente y a la de otros/ as alumnas.
Para seguir debatiendo, les proponemos ahora fragmentos de textos que hacen
referencia a concepciones acerca de la enseñanza:
12
Documento N° 7. Serie Aportes para la discusión de una propuesta
curricular.
Dirección General de Desarrollo Educativo
(...)
Para aprender a enseñar mejor, debemos comprender las razones que nos
impulsan a tomar las decisiones. Los docentes toman sus decisiones de qué y
14
cómo enseñar en el marco de la clase mediados por el curriculum, y abordar el
tema de las estrategias de enseñanza supone analizar la práctica para tomar las
decisiones que facilitan en el alumno el proceso reconstructivo y el reconocimiento
de sus propias estrategias de aprendizaje. Esto implica sustentar la práctica
docente en criterios de exigencia que incluyan y no que excluyan a los sujetos del
proceso.
15
I.IV. Actividades
Actividad N° 1
Dicho libro consta de dos partes: el libro de texto propiamente dicho y la carpeta
de actividades. Cada una de ellas tiene su propio índice. Por otra lado, al terminar la
carpeta de actividades hay un apartado que se refiere a normativa que, a su vez, tiene
otro índice.
b) Lean la síntesis que hemos elaborado acerca de cómo se desarrolla cada uno de los
capítulos.
Actividad N° 2
a) Comparen esas concepciones con los criterios explicitados por ustedes en el trabajo
práctico evaluativo Nº 2 del Módulo I y los explicitados en el presente módulo.
b) Escriban en una hoja en blanco tres o cuatro ideas que surjan de esa comparación.
c) Elaboren un texto breve en el que se recuperen algunas de las ideas que el grupo
considere más significativas.
16
A) Índice del Libro de Texto
17
B) Índice de la Carpeta de actividades
Temas de Gramática
Capítulo VI
Contenidos transversales: Educación
multicultural El artículo de divulgación científica
Los textos y el Discurso
Capítulo II Temas de Gramática
El cuento popular y la fábula Contenidos transversales: Educación
para la salud
Los textos y el Discurso
Temas de Gramática
Contenidos transversales: Educación Capítulo VII
para el consumidor La poesía
Los textos y el Discurso
Capítulo III Temas de Gramática
La noticia, la crónica y la carta de Contenidos transversales: Educación
lectores ambiental
Los textos y el Discurso
Temas de Gramática Capítulo VIII
Contenidos transversales: Educación El texto dramático
ambiental Los textos y el Discurso
Temas de Gramática
Capítulo IV Contenidos transversales: Educación
El cuento fantástico para la igualdad de oportunidad.
Los textos y el Discurso
Temas de Gramática Capítulo IX
Contenidos transversales: Educación El chiste, la tira cómica y la
para la paz historieta.
Los textos y el Discurso
Capítulo V Temas de Gramática
La biografía y el retrato Contenidos transversales: Educación
vial
Los textos y el Discurso
18
C) Apartado de normativa
- Capítulo I
Casos especiales de concordancia entre sujeto y predicado. Abreviaturas.
- Capítulo II
Diptongo, triptongo, hiato. Reglas generales de acentuación.
- Capítulo III
Casos especiales de concordancia entre sustantivo y adjetivo. Acentuación de palabras
con pronombres enclíticos.
- Capítulo IV
Uso correcto de algunas preposiciones. Usos de la letra c.
- Capítulo V
Usos de la letra g y j.
- Capítulo VI
Usos de la letra b y v.
- Capítulo VII
Verbos irregulares. Usos de la h: verbos hacer y haber.
- Capítulo VIII
Usos de los signos de puntuación.
- Capítulo IX
Signos de puntuación auxiliares.
19
D) Desarrollo de cada capítulo
En cada capítulo se explica la teoría, se brindan ejemplos y material de lectura
y se ofrece una serie de actividades para desarrollar. A continuación presentamos una
síntesis del Capítulo I:
Capítulo I
Los textos
Aparecen una canción y un artículo periodístico, acompañados de consignas para
resolver grupalmente e individualmente, en forma oral y escrita.
Hay recuadros con consignas para resolver y algunos ejemplos, diagramación que se
repite en cada uno de los ítem del capítulo.
Discurso:
-Las funciones del Lenguaje: cómo reconocer las funciones.
Temas de gramática
-Clases de palabras. Definición. Criterio sintáctico. Criterio morfológico. Criterio
semántico.
-La oración. Estructura sintáctica de la oración. Sujeto predicado. El sujeto. Clases de
sujetos: sujeto simple y complejo. Sujeto expreso y tácito.
Taller de producción
Actividades creativas para elegir: redacción de oraciones, ampliación de mensajes,
transformación de un fragmento de un texto literario en un texto informativo.
Elaboración de una solicitud oral y una escrita.
Técnicas de estudio
La motivación.
20
II. ENTREMOS EN TEMA: LA ESCRITURA
En el Módulo I establecimos tres cuestiones centrales en torno a la disciplina
Lengua y Literatura: la escritura, la gramática y la lectura.
- La escritura como saber no sólo es objeto de la enseñanza. Va más allá de los límites
de la institución escuela, cualquiera sea el nivel a la que ésta pertenezca. Forma parte
de los saberes que son imprescindibles para que el sujeto pueda construir su
subjetividad, insertarse en su comunidad social y cultural, apropiarse de su memoria.
Inscribir una palabra es inscribirse en la cultura y hacerse responsable de ella.
La escritura
21
Es cierto que las representaciones sociales acerca de la escritura han ido
modificándose. Durante muchísimo tiempo la lectura y la escritura fueron privilegio de
un grupo muy reducido de personas, los mismos que cobraban los impuestos y
decidían las guerras. Mediante la invención de la imprenta, el crecimiento de la
burguesía y la urbanización, esas prácticas se secularizaron y se extendieron a mucha
gente. En la modernidad la escritura y la lectura se constituyeron, para el ciudadano,
en una forma de acceso al mundo, de comprenderse a sí mismo, de participar. Pero
también en una forma de control o de cambio y siempre de poder. La posibilidad de
escribir trajo aparejada cuestiones nuevas de poder. La letra sirvió para acumular
“lectura”, conjeturas, conocimientos, dibujos del mundo, ciencia, historias, poemas,
filosofías. Pero también sirvió para ejercer control. Un control de escritura y de lectura,
que los que detentaban el poder consideraban necesario.
Creemos que hoy se lee y se escribe más que nunca. La diferencia está en el
tipo de lectura y de escritura. No se lee y se escribe como nos enseñó la escuela, se
trata de una lectura y una escritura más funcionales.
Los datos que aportan los organismos e instituciones vinculadas con el libro nos
muestran que lo que está en retroceso es el consumo de libros, por lo que lo que
22
retrocede también es una modalidad de lectura: Esa lectura más reflexiva, prolongada y
ligada al desarrollo intelectual o el esparcimiento y el cultivo de la imaginación. Esa
lectura que Graciela Montes defiende en su artículo “Retirados a la sombra de los
párpados”10
En ese artículo ella dice que se trata de una crisis, como otras tantas crisis de la
época que nos toca vivir, que afecta al libro como soporte y a las prácticas de lectura y
escritura vinculadas con él.
Sin embargo, hay algo que no podemos poner en duda: el dominio de la lengua
escrita requiere de un entrenamiento especializado y costoso. La institución encargada
de llevar a cabo ese entrenamiento ha sido, desde su origen, la escuela.
10
MONTES Graciela. Op. cit.
11
ALVARADO, Maite (coordinadora). Entre líneas. Buenos Aires. FLACSO. Manantial. 2001.
23
Si bien hemos podido constatar que en el Nivel Primario, en nuestra provincia y
en otras provincias, a partir de la propuesta del mercado editorial, se han retomado
algunas prácticas que hacen al tradicional “aprestamiento para aprender a escribir en
cursiva” y al aprendizaje memorístico y repetitivo del sistema ortográfico, no nos vamos
a detener en este punto, aunque creemos que no es algo de lo que debamos
desentendernos.
Composición y retórica
24
Entre las décadas del 20 y del 70, el discurso referido a la enseñanza de la
escritura experimentó un cambio progresivo. En 1938 Martha Salotti y Carolina Tobar
García publican La enseñanza de la lengua. Contribución experimental.
Al igual que Martha Salotti, Luis Iglesias representa otra línea de la escuela
nueva: el texto libre. Le concede una importancia fundamental a la circulación y
socialización de los textos escritos por los niños. Se introduce la imprenta, el
mimeógrafo y el trabajo con el periódico escolar, la correspondencia interescolar y el
diario mural. También valora la vida cotidiana de los niños como fuente de sus escritos
y propone subordinar la reflexión gramatical a los propósitos de la expresión.
25
II.II Enseñar y aprender a escribir hoy
“Se crearán en el aula las condiciones para que los estudiantes escriban
frecuentemente y con distintos propósitos. El alumno tendrá la posibilidad de
trabajar con materiales de otras asignaturas: redactará 12 textos, elaborará
exposiciones o informes y estudiará siguiendo diversas técnicas” .
12
LOMAS, Carlos et. al., Ciencias del lenguaje, competencia comunicativa y enseñanza de la lengua.
Paidós (Col. Papeles de Pedagogía). Barcelona, 1993.
26
1. La definición de un método general que parta de los fines propios del área de
enseñanza y de la propia concepción de la misma.
13
LOMAS, Carlos. Ciencias del lenguaje, competencia comunicativa y enseñanza de la lengua. Citado
por Gutierrez, María Teresa en La enseñanza de la escritura en la escuela secundaria. Certidumbres e
incertidumbres. Correo del maestro, N° 113. 2005.
27
Frente a las posturas sostenidas por el enfoque comunicativo, se han planteado
algunas tendencias en el campo de lo didáctico que consideran que algunos de estos
dilemas se resuelven facilitando el ingreso de prácticas sociales de escritura como
prácticas efectivas en la escuela.
Dice Bombini al respecto “En relación con estas posturas se presentan algunas
dudas respecto de cuáles son las posibilidades que tiene la escuela para recuperar
efectivamente esas prácticas entendidas como “quehaceres del lector” y “quehaceres
del escritor” (Lerner, 2001). El riesgo es doble pues, por un lado, la dificultad de definir
nítidamente cuáles son los contenidos que se juegan en esas prácticas en tanto para
14
Por ejemplo: LERNER, Delia. “¿Es posible leer en la escuela?”. Lectura y Vida. Año 17, N° 1. 1996.
28
esta posición las prácticas son en sí mismas contenidos. Frente a esta ambigüedad, es
necesario recordar, que las teorías lingüísticas y literarias, como teorías de los objetos y
entendidas como contenidos en el sentido más tradicional, se presentan como marcos
de referencia indispensables para reflexionar sobre las prácticas de lectura y escritura.
Por otro lado, la necesidad de remitirse a esas prácticas sociales de lectura y escritura
exteriores a la escuela que opera en estas propuestas como una fuerte decisión
didáctica, corre el riesgo de forzar las reconstrucciones de situaciones de enunciación
al extremo de entender que no habría forma de llevar adelante la tarea de enseñanza
de la lengua sino es en el marco de proyectos que señalan unos propósitos “reales”.
Parece desvirtuarse aquí la relevancia de la propia escuela como espacio social en el
que se leen y se escriben determinados géneros que tienen sentido en sí mismos en
tanto la escuela propone su propio universo discursivo. El imperativo de los proyectos
(de aula, institucionales) se presenta como reductor en su afán didactizante y parece
dar cuenta de una tendencia meramente practicista que en su peor versión en el aula
puede llegar a excluir la reflexión metalingüística y metaliteraria del horizonte de
prácticas posibles por la que no habría saberes posibles a enseñar, sean estos
gramaticales o más textualistas o teórico-literarios,
donde el saber sobre la lengua y la literatura como objeto de enseñanza generador de
curiosidad y afán de conocimiento puede quedar “justificadamente” relegado, (Jolivert,
1988 y 1991).15
Escribir en la escuela
Frugoni, Sergio.
El trabajo con esos géneros cercanos al uso diario y a la vida cotidiana de los
15
BOMBINI, Gustavo. Una mirada transversal para pensar las relaciones entre lenguaje y escuela.
29
chicos, supuestamente, aseguraría el aprendizaje de las “estructuras textuales”,
imprescindibles para el desarrollo de la escritura. Se suponía, por ejemplo, que la
lectura de cartas de lectores y el reconocimiento de la estructura de la
argumentación conllevarían el desarrollo de la escritura. A su vez, al aprendizaje
de estos “tipos textuales” sobre los que circularon diferentes clasificaciones, se
sumó un trabajo meramente descriptivo con categorías provenientes de la
gramática textual, como “cohesión y coherencia”, conceptos “estrellas” según se
ha dicho, de los materiales curriculares y didácticos desde hace unos años.
16
30
perspectivas. Si la escuela, a través de la lectura de los diarios, se está haciendo
cargo de una situación coyuntural de crisis e participación en la esfera pública,
entonces cumple una función: formar ciudadanos de la república. Si lo que hace la
escuela es reemplazar una masa de textos por otra – es decir, lo de la literatura
por textos que serían marginales respecto de ella, y cuando digo marginales no
quiero decir inferiores sino colocados en otro universo simbólico – creo que se
comete una equivocación.
Más allá y más acá de los enfoques y las críticas que acabamos de enunciar,
hay algunas consideraciones que se nos presentan como importantes:
17
SARLO, Beatriz. La lectura interpela a la imaginación. Buenos Aires. Revista El Monitor. Julio 2000
31
Daniel Cassany define el género recordando a Bajtín:
18
CASSANY, Daniel. Taller de textos. Leer, escribir y comentar en el aula. Barcelona. Paidós papeles de
pedagogía. 2006.
32
II.III. Actividades
Actividad N° 1
LOS DISCURSOS
Leer y comprender.
• Oralidad y escritura.
De palabra: marcas de la oralidad.
La oralidad y su función.
• Una muestra de la cultura oral.
Lanín, César Fernández.
El mito y el héroe.
El Chaltén, Mario Echeverría Baleta.
• Acercamos los textos a la vida; héroes de la patria.
Los héroes en los textos, Mario Carretero.
• Los géneros discursivos.
Cuestión de competencia.
Marcas genéricas: el paratexto.
Paratexto de diarios.
Llamarían Rosas a la avenida Sarmiento en La Nación.
¡A ESCRIBIR!
Inventar títulos
Te damos los índices de dos libros. Inventá un título para cada uno.
INDICE
La catacumba nueva. Arthur Conan Doyle
La maldita criatura. Ambrose Bierce
Muerte entre bastidores. Bram Stoker
En la cripta. H. P. Lovecraft
La mano disecada. G. De Maupassant
33
INDICE
Prólogo.
Conquista y colonización española en América.
Las invasiones Inglesas.
Morenistas y saavedristas.
Actitud de la junta frente a los indígenas.
La expedición al Norte.
Castelli en el Alto Perú.
San Martín y el Ejército de los Andes.
Inventar noticias
Imaginá que en la localidad donde vivís se está por inaugurar una nueva plaza. Un
grupo de vecinos quiere homenajear a las tribus indígenas que habitaron nuestro país y
presenta al municipio una iniciativa para que reciba el nombre de “Cafulcurá”; pero otros
vecinos se oponen porque habían pensado llamarla “Julio Argentino Roca”.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
34
a) Reflexionen sobre los siguientes aspectos:
Actividad N° 2
c) En una hoja en blanco rescriban esas palabras estableciendo relaciones entre ellas.
Pueden usar otras palabras, líneas, flechas y otros elementos gráficos que les permitan
“entramarlas”.
d) Señalen con un color cuáles de esas palabras se relacionan con alguno/ os de los
aspectos enunciados en el apartado anterior.
19
CASSANY, Daniel. Taller de textos. Leer, escribir y comentar en el aula. Op. Cit.
35
III. NUESTRA PROPUESTA
Sherezada logró, a fuerza de cuentos,
demorar su muerte durante mil y una noches,
así que mirá si sirve para algo la literatura.
Alcanzó para no morir, nada menos.
Graciela Montes
Es preciso que reconsideremos el uso del tiempo. “El dejar que el tiempo se
extienda, que no vaya necesariamente directo a la meta, eso es algo difícil de otorgar,
la gente no lo otorga. A los chicos se les otorgan muchas cosas pero probablemente no
les otorguen tiempo, el tiempo propio, el tiempo personal y también el tiempo
compartido”, dice Graciela Montes.20 Otorgar el tiempo para aprender a escribir:
planificar, escribir borradores, corregir y volver a escribir.
Por otra parte, tenemos que producir un quiebre con respecto al concepto de
evaluación y acreditación. La evaluación es una necesidad legítima de la institución
escolar y es imprescindible porque permite obtener información que permite realizar
ajustes en relación a los propósitos planteados. Sin embargo, no debe encontrarse por
encima de esos propósitos. Por ejemplo: si vamos a trabajar los borradores con
nuestros alumnos, la tarea de corrección se transformará en una acción cooperativa, no
de control. Y esto requiere de coraje. Si realmente creemos que el aprendizaje es una
construcción, sabemos que “ el conocimiento es provisorio, que los errores no se “fijan”
y que todo lo que se aprende es objeto de sucesivas reorganizaciones” (Lerner, 1996)
20
MONTES, Graciela. “La literatura, la infancia, el arte”. Conversaciones con Graciela Montes. En
Antepalabra. Ed. Lugar. Bs As. 2006
36
Proponemos priorizar una línea de trabajo que jerarquice al discurso literario.
Parten de la idea de que las teorías literarias constituyen, junto con las prácticas,
una base que permite producir cambios en los modos de leer y organizar los contenidos
de enseñanza. Trabajar el material literario a partir de las teorías literarias y pensarlo
como objeto de estudio particular, atendiendo a sus características: trabaja con el
lenguaje y se relaciona con el mundo social y cultural. Desde una perspectiva histórica,
las autoras nos alientan a estudiar, seleccionar y organizar los contenidos de literatura
en función de nuestros/ as alumnos/ as.
21
CASSANY, Daniel. Op cit.
22
AMADO, Elba Rosa. Hacia una didáctica social: la formación del lector. Universidad Nacional de Jujuy.
V Congreso Nacional de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Publicado en Dossier de Plan Nacional de
Lectura. Noviembre de 2003.
23
LOPEZ CASANOVA, M., FERNÁNDEZ, A., Enseñar Literatura, Manantial, Universidad Nacional de General
Sarmiento, Buenos Aires, 2005.
37
Consideran que cada teoría hace sus aportes al quehacer áulico.
Los enfoques sociológicos ubican al autor como portavoz del grupo social al que
pertenece.
III.I. Actividad
a) Lean algunas ideas que Michele Petit ha expresado en una conferencia acerca de la
lectura de literatura y que nosotros hemos seleccionado y trascripto a continuación:
38
Los lectores no dejan de sorprendernos24
(...)
24
PETIT, Michèle. “Los lectores no dejan de sorprendernos”, en Lecturas: del espacio íntimo al espacio público.
México. Fondo de Cultura Económica. 2001.
39
(...)
(...)
Con respeto a este tema, otra actitud errónea sería, según mi opinión,
pensar las cosas en términos de “necesidades” o de “expectativas” y de lecturas
capaces de satisfacer esas necesidades y esas expectativas. A menudo, en los
medios donde leer no es habitual, los “iniciadores” intentan enganchar a la gente
con libros que supuestamente tienen que ver con ellos. Pero después no siempre
se les da la oportunidad de pasar a otra cosa, de ampliar su universo cultura.
Entonces los vemos condenados para siempre al punto de partida.
(...)
b) Elijan ustedes algunas de esas ideas porque están de acuerdo con ellas o porque no
lo están.
40
IV. UNA REFLEXIÓN FINAL
El lenguaje, en general, como contenido escolar, cualquiera sea la teoría
lingüística y la didáctica dominante, excede a la clase de Lengua y Literatura.
41
V. TRABAJOS PRÁCTICOS EVALUATIVOS
Trabajo práctico N° 1
Una de las consecuencias del poder de las historias para modificar nuestra
manera de hacer las cosas es que debemos reconocer que esas historias
contribuyen a producir el cambio educativo. Una hermenéutica de la enseñanza
representa un sostenido esfuerzo por encontrar sentido, por descubrir mejores
maneras de enseñar, por encontrar un lenguaje más apropiado para hablar de la
enseñanza y por lo tanto mejores maneras de enseñar.
42
La reflexión y el estudio que surge a través de la práctica de la narración
ponen en acción un proceso circular en el que los viejos conceptos son absorbidos
en una nueva síntesis que tiene el poder de iniciar un cambio cualitativo en la
práctica. 25
b) Socialícenla con algunos de sus pares. Rescaten los aspectos que consideran
más acertados.
Trabajo práctico N° 2
25
MCEWAN, Hunter y Kieran Egan (coms) La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la
investigación. 2005.Amorrortu Editores. Buenos Aires.
43
Aportes para la construcción de la dimensión pedagógica del documento curricular del Nivel Medio
Comisión Res. 611/06 – C.P.E. – Río Negro
EVALUACIÓN (*)
Consideraciones generales
Evaluar por lo tanto es un término bien singular que puede expresar una cosa y su
contrario, lo preciso y lo aproximado, lo cuantitativo y lo cualitativo dice Barlow27. En
términos genéricos supone siempre un juicio de valor, acorde a marcos axiológicos28,
que implica siempre una lectura orientada y un pronunciamiento sobre el objeto de
evaluación. Planteada desde este lugar, lo mas interesante, de la evaluación, es que
debemos entenderla como una práctica abierta a la interrogación, a la problematización
y a la producción de conocimiento.
En este orden, parafraseando a Hadji (1992)29 sabemos que no existe una lectura
directa de la experiencia, hay siempre un proceso de interacción entre evaluador y
realidad a evaluar y es en este proceso cuando se construyen los referentes, es decir
las normas, los criterios que permitirán la lectura y el pronunciamiento sobre la realidad
que se evalúa. En otros términos, tanto el objeto que se evalúa como el proceso de
evaluación son construidos por el sujeto que evalúa. Por lo tanto, “el ideal”, “el deber
ser” hace que la evaluación implique una perspectiva de análisis privilegiada para el
evaluador, de ahí el riesgo de la sobresimplificación y la descontextualización que
pueden conducir a juicios erróneos sobre el objeto evaluado.
26
Angulo Rasco F. (1994) “¿A que llamamos evaluación?: las distintas acepciones del termino evaluación o por que todos los
conceptos significan lo mismo” en Angulo Rasco F y Blanco N. (coord..) Teoría y desarrollo del curriculum. Málaga. Akal.
27
Barlow M. (1972) L´evaluation scolaire. Decoder son langage. Lyon. Chronique Sociales, citado en Bertoni, Poggi y Teobaldo
(1995) Evaluación. Nuevos significados para una practica compleja. Buenos Aires. Kapelusz.
28
Es interesante considerar la diferencia entre teorías axiológicas y Teorías Emocionales y Cognitivas que señala
Camilloni, al decir que las primeras se basan en la emotividad del que evalúa, donde la discrecionalidad y la
subjetividad cumplen un papel fundamental, mientras que en la segunda el eje es el componente cognitivo del que
aprende. En Camilloni A. ,(1995) “La evaluación como una operación de construcción y comunicación de un juicio
de valor” Rev. Novedades Educativas N° 57 Buenos Aires,
29
Citado en Bertoni, A.Poggi y Teobaldo M. (1995) Evaluación. Nuevos significados para una practica”. Kapelusz
Buenos Aires.
30
Poggi Margarita “La evaluación educativa y sus sentidos”
44
Aportes para la construcción de la dimensión pedagógica del documento curricular del Nivel Medio
Comisión Res. 611/06 – C.P.E. – Río Negro
Desde el lugar visible, la evaluación articula entre si tres tipos de actores: docentes,
alumnos y padres o quienes desempeñen el rol sustituto de estos, es decir, pone en
contacto a los “protagonistas” de los actos educativos con los padres siendo “la
evaluación la instancia por excelencia” dice Alicia Bertoni,“...sus resultados tienen
repercusión sobre la trayectoria educativa de los alumnos, sobre sus posibilidades
futuras mas allá del campo educativo, sobre las expectativas de los padres y sobre la
responsabilidad del profesor”33
31
ob. Cit. Bertoni, Poggi y Teoblado. (1995)
32
Stenhouse L. (1984) Investigación y desarrollo del curriculum. Madrid. Morata.
33
Ob. Cit. Pag: 14
45
Aportes para la construcción de la dimensión pedagógica del documento curricular del Nivel Medio
Comisión Res. 611/06 – C.P.E. – Río Negro
Coincidimos con Santos Guerra35 cuando expresa “al ser el profesor el responsable de
diseñar y ejecutar los planes de intervención en el aula y las pruebas e instrumentos de
evaluación, así como de sancionarlos y certificarlos, adquiere, ineludiblemente un
papel primordial en ese proceso selectivo. Ello supone una gran responsabilidad no
solo profesional, sino social y ética”.
34
Palou de Mate C. y otros (2001) “Enseñar y Evaluar. Reflexiones y Propuestas” U.N.C. Cipolletti- Río Negro
35
Santos Guerra (1994) “ La evaluación un procesos de dialogo, comprensión y mejora”, Málaga. Aljibe.
46
Aportes para la construcción de la dimensión pedagógica del documento curricular del Nivel Medio
Comisión Res. 611/06 – C.P.E. – Río Negro
Qué Evaluar
Los procesos de aprendizaje en una doble dimensión: del sujeto y del grupo
Los procesos de enseñanza
La dinámica institucional
El currículo.
Quiénes Evalúan
Los docentes
Los alumnos
El equipo institucional
Los padres
Cómo Evaluar
Auto-evaluación
Co-evaluación
Hetero-evaluación
“No basta con interrogarse sobre la calidad de los datos que se recogen en el informe o
sobre el rigor de los métodos que se han aplicado para extraer información , sino que
es preciso preguntarse por la naturaleza de la iniciativa, por la finalidad del proceso, por
las reglas éticas que lo han inspirado, por la utilización que se ha hecho de la
información, por el control democrático de los informes, por las secuelas que la
evaluación ha dejado…”36
36
Santos Guerra, Miguel Ángel. Evaluar es comprender. Ed: Magisterio del Río de la Plata. 1998. Argentina
47
Aportes para la construcción de la dimensión pedagógica del documento curricular del Nivel Medio
Comisión Res. 611/06 – C.P.E. – Río Negro
(*) Este documento acordado por la Comisión 611, integrará la dimensión pedagógica
del documento curricular para el nivel medio. Y su incorporación en el módulo dos fue
decidida en la reunión del 5 de junio de 2007.
48
VI. BIBLIOGRAFÍA
AMADO, Elba Rosa. Hacia una didáctica social: la formación del lector. Universidad
Nacional de Jujuy. V Congreso Nacional de Didáctica de la Lengua y la Literatura.
Publicado en Dossier de Plan Nacional de Lectura. Noviembre de 2003.
49
MONTES, Graciela. “La literatura, la infancia, el arte”. Conversaciones con Graciela
Montes. En Antepalabra.. Bs. As.. Ed. Lugar. 2006.
PETIT, Michèle. Lecturas: del espacio íntimo al espacio público. México. Fondo de
Cultura Económica. 2001.
ROLANDO, Leticia Noemí y Susana Inés Santos. Lengua y Literatura 9. Buenos Aires.
Kapelusz. 2006.
50
ANEXO
BIBLIOGRÁFICO
51
UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES
Rector
Mario Ermácora
Vicerrector
Roque Dabat
Problemas de enseñanza de la
lengua y la literatura
Universidad Nacional
de Quilmes
Editorial
52
CAPÍTULO II Marina Cortés
LAS CLASIFICACIONES DE TEXTOS
Introducción
En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en (a) per-
tenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e)
sirenas, (n fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se
agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de
camello,(l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen
moscas.
J. L. BORGES, El idioma analítico de John Wilkins
Los propósitos
Este capítulo tiene como finalidad abordar desde un punto de vista didáctico el
problema de seleccionar, dentro de la diversidad de propuestas existentes para
clasificar textos, aquellos criterios que puedan resultar más útiles para la enseñanza de
la escritura y la lectura.
Nuestro interés por poner a consideración del docente una variedad de modelos
de clasificación se sustenta en la convicción de que este conocimiento le permitirá
adoptar una posición frente al problema de la tipologización y fundamentada.
En este tipo de actividad nada resulta más estéril que confundir clasificar con
etiquetar. Consideramos que este riesgo se corre más fácilmente cuando el docente, al
desconocer la problemática de las tipologías textuales, adopta un modelo de
clasificación que cree perfecto y, en un acto de fe, espera que éste dé cuenta de todos
los textos que existen.
Los problemas
1. ¿Qué es clasificar?
Las diversas esferas de la actividad humana están todas relacionadas con el uso
de la lengua. Por eso está claro que el carácter y las formas de uso son tan multiformes
como las esferas de la actividad humana, 16 cual, desde luego, en nada contradice a la
unidad nacional de la lengua. El uso de la lengua se lleva a cabo en forma de
enunciados (orales y escritos) concretos y singulares que pertenecen a los participantes
de una u otra esfera de la praxis humana. Estos enunciados reflejan las condiciones
específicas y el objeto de cada una de las esferas no sólo por su contenido (temático) y
por su estilo verbal, o sea por la selección de los recursos léxicos, fraseológicos y
gramaticales de la lengua, sino, ante todo, por su composición o estructuración. Los
tres momentos mencionados -el contenido temático, el estilo y la composición- están
55
vinculados indisolublemente en la totalidad del enunciado y se determinan, de un modo
semejante, por la especificidad de una esfera dada de comunicación. Cada enunciado
separado es, por supuesto, individual, pero cada esfera del uso de la lengua elabora
sus tipos relativamente estables de enunciados, a los que denominamos géneros
discursivos (Bajtín, M., 1997: 248).
Sobre todo hay que prestar atención a la diferencia, sumamente importante, entre
géneros discursivos primarios (simples) y secundarios (complejos); tal diferencia no es
funcional. Los géneros discursivos secundarios (complejos) -a saber, novelas, dramas,
investigaciones científicas de toda clase, grandes géneros periodísticos, etc.- surgen en
condiciones de la comunicación cultural más compleja, relativamente, más desarrollada
y organizada, principalmente escrita: comunicación artística, científica, sociopolítica,
etc. En el proceso de su formación estos géneros absorben y reelaboran diversos
géneros primarios (simples) constituidos en la comunicación discursiva inmediata. Los
géneros primarios que forman parte de los géneros complejos se transforman dentro de
estos últimos y adquieren un carácter especial: pierden su relación inmediata con la
realidad y con los enunciados reales de otros, por ejemplo, las réplicas de un diálogo
cotidiano o las cartas dentro de una novela, conservando su forma y su importancia
cotidiana tan sólo como partes del contenido de la novela, participan de la realidad tan
sólo a través de la totalidad de la novela, es decir, como acontecimiento artístico y no
como suceso de la vida cotidiana. La novela en su totalidad es un enunciado, igual que
las réplicas de un diálogo cotidiano o una carta particular (todos poseen una naturaleza
común), pero, a diferencia de éstas, aquello es un enunciado secundario (complejo)
(Bajtín, M., 1997: 250).
En el marco de la lingüística del texto, los términos que se utilizan son "tipo textual",
"clase textual". Heinemann y Viehweger (1991) subrayan el gran consenso que se
comprueba en las publicaciones lingüístico-textuales: clase textual se aplica hoya
clasificaciones empíricas, tal cual son realizadas por los miembros de una comunidad
lingüística, es decir, clasificaciones cotidianas que pueden mencionarse por medio de
determinados lexemas condensadores del saber sobre determinadas clase textual: por
ejemplo, "esto es un cuento", "esto es un chiste", "ésta es una descripción", "esto es un
diálogo", etc. Por el contrario, "tipo textual" se concibe como una categoría ligada a una
teoría para la clasificación científica de textos. Por lo tanto, los hablantes de una
comunidad tienen un saber sobre clases textuales o un saber sobre estructuras
textuales globales pero no un saber sobre tipos textuales (Ciapuscio, 1994: 25).
56
Desde una perspectiva cognitiva, también se postula que los hablantes poseen
un saber específico sobre clases de textos o géneros. Heinemann y Viehweger
proporcionan una variedad de fundamentos que avalarían este postulado:
a) Los hablantes poseen un conocimiento de tipos de texto que les permite producir y
comprender textos adecuados a situaciones concretas de comunicación; b) los
hablantes son capaces de repetir un mismo texto en diferentes situaciones
comunicativas sin utilizar las mismas estructuras (textuales y sintácticas) ni el mismo
vocabulario; c) los hablantes son capaces de organizar los textos y asignarles un
nombre; d) para muchos textos hay señales características, como expresiones típicas,
principios de organización, etc., que pueden tener función indicadora de tipo de texto
[...]; e) los hablantes saben que a un tipo de texto convencional le corresponden
determinados contenidos temáticos o funciones comunicativas [...]; f) los hablantes de
una comunidad pueden identificar errores de clasificación de los textos, así como
indicar que. se produce un cambio de tipo de texto; g) los esquemas textuales o las
estructuras textuales globales son resultado y precondición de la actividad lingüística de
una comunidad humana. (Bernárdez, 1995: 180).
El hablante puede reconocer partes de una clase de texto o género discursivo que
denominamos carta, y darles a esas señales una denominación: encabezamiento y
saludo final.
Lo mismo podría decirse de otras señales textuales como:
Había una vez...
En una lejana comarca...
15° de máxima
Tres por día, después de cada comida
Contaminación - capa de ozono - aerosoles
Cómo evitar la depresión
Hallaron ruinas coloniales
¿Qué necesita?
El sistema solar
Partido aburridísimo.
En todos los casos, no sólo es posible que el hablante realice hipótesis acertadas
respecto de las clases .de textos que podrían incluir estos enunciados, sino también
acerca de la situación comunicativa, los temas y las funciones.
Volviendo al ejemplo inicial:
Querido Miguel:
Sr. Director del diario X
Tomando en cuenta que los hablantes tienen un saber sobre clases de textos, las
primeras actividades de clasificación deberían estar orientadas a que los alumnos
descubran que efectivamente poseen ese saber. Se puede comenzar preguntándoles, a
partir de un ejemplo (como podría ser "la anécdota"), qué clases de textos conocen.
Seguramente la lista va a. ser escueta, pero el docente puede completarla nombrando
textos que sabe que los alumnos pueden reconocer (carta, factura, noticia periodística,
libro de texto, cuento, etc.)
Otra posibilidad es enfrentarlos con determinadas señales textuales, tales como las
que ya enunciamos:
Había una vez...
En una lejana -comarca...
15° de máxima
Tres por día, después de cada comida
Contaminación - capa de ozono aerosoles
Cómo evitar la depresión
Hallaron ruinas coloniales
¿Qué necesita?
El sistema solar
Partido aburridísimo
y pedirles que formulen hipótesis sobre las clases de textos en que podrían, estar
incluidas. Podemos avanzar aún más, y pedirles que, en cada caso, formulen hipótesis
acerca de quién puede ser el emisor, el receptor; cuál/ es podría/ n ser el/ los tema/ s.
También se los puede orientar para que enumeren los textos que son de uso
corriente en el ámbito periodístico, en la escuela, en las actividades comerciales, los
que "adornan" las paredes de la ciudad, los que circulan en los hospitales, en las
comisarías, etc. Preguntarles qué tipo de contenidos y propósitos son esperables en
cada caso, quiénes los emiten y quiénes los reciben.
Otra forma de partir de los saberes previos de los alumnos, en este caso para
explorar qué criterios usan para clasificar, es enfrentarlos con una mesa de textos y
proponerles que los ordenen, reuniéndolos en grupos, según lo que ellos consideran
que tienen de semejante. Es una actividad sumamente interesante, ya que pone en
juego formas de razonamiento que favorecen el desarrollo de las capacidades
cognitivas: de encontrar formas de ordenar la diversidad, de ir de lo concreto a lo
58
abstracto, de generalizar, y conceptualizar esa generalización mediante el empleo de
metalenguaje.
Primera etapa
“[...] Isenberg plantea las condiciones que debería cumplir una tipología textual para
ser una clasificación adecuada, de acuerdo con los principios científicos. [...]
Homogeneidad: una tipología es homogénea cuando se define una base unitaria de
tipologización y todos los tipos de texto se caracterizan de la misma forma en referencia
a esta base tipológica. ..
Monotipia: una tipología textual es monotípica cuando no se permite la clasificación
simultánea de un mismo texto en distintos tipos de texto del mismo rango [...] Falta de
ambigüedad: un texto es tipo lógicamente ambiguo cuando las sucesiones de frases
que constituyen el texto tienen diversas interpretaciones semánticas y/o pragmáticas,
de forma que una misma sucesión de frases pueda asignarse a distintos tipos de texto
según la interpretación. [...]
Exhaustividad: una tipología es exhaustiva cuando cada texto posible en ella puede
asignarse a uno de los tipos de texto existentes en esa tipología, es decir, cuando no
existen textos que no encajen en ninguno de los tipos establecidos”. (Bernárdez, 1982:
217).
Parece razonable suponer que una ciencia joven como la lingüística ambicione
alinearse entre las ciencias más prestigiosas, como la física, las matemáticas y la lógica
formal. Sin embargo, no hay que olvidar que la comunicación, como cualquier otra
actividad humana, posee una física especial propia y unas propiedades matemáticas y
lógicas peculiares. Una aplicación indebida y rígida de las nociones provenientes de las
ciencias "exactas" podría deshumanizar el objeto de estudio de la lingüística, hasta e!
punto de que la investigación resultara irrelevante. Ha de recordarse que un formalismo
es una representación, no una explicación; y un medio, no un fin. En este sentido [...]
los términos y los conceptos que se emplean en lingüística atestiguan en muchas
ocasiones la ambición de la disciplina por alcanzar el rigor matemático, lógico y
científico. No obstante, la aceptación acrítica de estos únicos fundamentos teóricos
podría ser peligrosa. Debido a la naturaleza de su objeto de estudio, una ciencia del
texto exige poseer unos términos y conceptos propios. En este sentido, los modelos
probabilísticos son más adecuados y realistas que los deterministas; los enfoques
dinámicos de operaciones de construcción de estructuras son más productivos que las
descripciones estáticas de esas mismas estructuras. Hay que intentar descubrir
regularidades, estrategias, motivaciones, preferencias y valores por defecto en lugar de
reglas y leyes., [...] La tarea de la ciencia consiste en sistematizar la vaguedad de sus
objetos, no en ignorada. (De Beaugrande, R. y Dressler, W., 1997: 31).
“[...] el rechazo del estudio de! texto/e! uso de! lenguaje por su imposibilidad
científica no es sino una manifestación de! tradicional rechazo científico a la
complejidad. La epistemología de la lingüística ha obligado a la reducción de su objeto,
eliminando nada menos que e! uso, para poder hacer un estudio científico en pie de
igualdad con las ciencias naturales. Pero si la epistemología de esas mismas ciencias
permite actualmente aunque sólo sea un atisbo de aproximación a esos fenómenos
complejos, no habrá motivo para no seguir aquí e! mismo procedimiento que antes
resultaba natural: tan científico puede ser e! estudio de! texto en tanto que producto de!
uso de! lenguaje como e! de! clima o las turbulencias atmosféricas”. (Bernárdez, 1995:
64).
61
Segunda etapa
En la segunda fase de la lingüística del texto (la primera, como ya hemos dicho,
se denomina gramática del texto), iniciada en los años setenta, se critica el
reduccionismo puesto en práctica por la gramática del texto al considerar el texto como
una sucesión coherente de oraciones. Récordemos que esta teoría explica la
coherencia interna de los textos en términos puramente gramaticales; para ello describe
los distintos modos en que se relacionan entre sí las oraciones (las denominadas
"relaciones coh_ivas'} Esto significa que atiende únicamente a los rasgos internos -
semánticos y sintácticos- del texto, y no toma en cuenta aspectos situacionales o con
textuales.
Para clasificar es necesario definir un criterio en función del cual se podrá hacer
la clasificación. Dado que existen diferentes marcos teóricos que se ocupan de
clasificar textos, cada uno, desde su perspectiva, selecciona distintos parámetros de
clasificación, de acuerdo con la noción de texto con la que trabaja.
Así, por ejemplo, en el marco del análisis del discurso, las tipologías enunciativas
eligen como criterio de clasificación las relaciones que establece el productor del texto
con la situación de enunciación (emisor, receptor, tiempo y espacio) e investigan las
huellas textuales de esas relaciones: los tiempos verbales, pronombres, deícticos, etc.,
marcas que permiten diferenciar entre discurso oral y escrito, textos históricos, textos
teóricos y poéticos. Tal es el caso de la clasificación de J. Simonin-Grumbrach (1975).
4. Modelos de clasificación
Esta propuesta es motivada por la reflexión sobre el papel que tan evidentemen-
te desempeñan las formas de percepción de espacio y tiempo en la estructuración
textual de la descripción y la narración. […] Así como la descripción y la narración
reflejan la diferenciación y relación de percepciones en el espacio y el tiempo en forma
de textos, también la exposición está relacionada de manera evidente con el proceso
humano del comprender con ayuda de conceptos: los conceptos generales se
comprenden a través de la diferenciación mediante un análisis categorial ("un soneto es
un poema de catorce versos, con determinados requisitos formales referidos tanto a su
estructura como a su rima") y los conceptos particulares a través de la diferenciación
por síntesis subsumidora ("La métrica, el ritmo y la rima son los elementos usuales de lo
que llamamos poesía").
Base narrativa. Es la que un hablante elige para dar cuenta del desarrollo
temporal/causal de las acciones. A esta base le corresponde una estructura oracional
con un tiempo verbal en pasado, un adverbio de lugar y un adverbio de tiempo. Esta
oración es llamada "oración denotadora de cambios y acciones" por su referencia a lo
temporal. Ejemplo:
Ayer se incendió un edificio en el microcentro.
Cada molécula de agua está constituida por dos átomos de hidrógeno y uno de
oxígeno.
La población de Ecuador está conformada por tres grupos étnicos:
mestizos(1O%); aborígenes (89%); blancos (1%).
La sangre contiene una parte sólida, una líquida y una gaseosa.
Base argumentativa. Los hablantes eligen esta base para expresar un juicio, una
toma de posición. Le corresponde una estructura oracional con una forma negada del
verbo "ser" en presente o imperfecto y un complemento adjetivo. La denomina "oración
atributiva de cualidad". Ejemplo: ...
La estabilidad monetaria no es condici6n suficiente para asegurar el bienestar de
la gente.
64
Los textos argumentativos se caracterizan por la presencia de conectores que
expresan oposición o contraste entre proposiciones, como "pero", "sin embargo", "sino",
"inversamente", "no obstante", "en cambio", etc. Ejemplo:
La estabilidad monetaria es importante. Sin embargo, no es condici6n suficiente
para el bienestar de la gente.
Base directiva. El hablante elige esta base para dar instrucciones, es decir,
indicar acciones para el comportamiento futuro del hablante o el destinatario. Se
caracteriza por la presencia del imperativo o el infinitivo. A esta oración la denomina
"oración exigidora de acción".
37
Aclaración: el signo (+ -) significa que es optativo, es decir, que el texto puede o no poseer ese rasgo.
67
La clasificación de Sandig, como ya hemos dicho, considera que estos rasgos
son necesarios pero no suficientes para distinguir clases de textos, por lo que agrega
los siguientes:
+ - dialógico: permite caracterizar textos que son monológicos pero que tienen la
forma textual de diálogo. Por ejemplo, las entrevistas escritas.
+ - contacto espacial
+ - contacto temporal
+ - contacto acústico
A partir de estos rasgos se pueden diferenciar textos en los que aparecen estos
tres rasgos, alguno de ellos o ninguno.
Además, como esta clasificación incluye los textos orales, permite organizar
actividades centradas en la variedad de esa clase de textos.
69
La tipología de K Brinker (1988)
70
Consideraciones didácticas (IV)
Con respecto a las estructuras de los textos, las actividades de cotejo presentes
en toda clasificación permiten advertir que los textos utilizan diferentes procedimientos
para cumplir la misma función. Por ejemplo, para informar se pueden utilizar distintos
tipos de estructuras: expositiva, narrativa, descriptiva.
Ahora bien, el hecho de que estas nociones sean operativas para enmarcar las
actividades de escritura no significa que sean suficientes. Las consignas plantean un
problema que el alumno podrá resolver en la medida en que se le enseñe a trabajar
cada una de las fases de! proceso de producción (generación de ideas, planificación de!
texto, elaboración de borradores, reescritura y edición). Y en este sentido, los modelos
de los procesos de composición son más pertinentes que las tipologías textuales.
Síntesis final
Hemos explorado varias teorías que toman al texto como objeto de estudio: la
teoría de la enunciación, la gramática del texto, la linguística textual. Unas proponen
una clasificación a partir de una noción más abstracta de texto y otras a partir de la
realidad empírica, por considerar que las clasificaciones deben confirmar el saber
intuitivo que tienen los hablantes.
71
Las primeras, orientadas al sistema, atienden fundamentalmente a las
estructuras internas de los textos y dejan de lado los aspectos relacionados con lo con
textual. Aspiran a clasificar la diversidad textual a partir de un único criterio: las bases
textuales o secuencias prototípicas.
Las segundas, interesadas en el uso del leguaje, consideran que una tipología
que pretenda dar cuenta de los textos que los usuarios de la lengua utilizan para
comunicarse tiene que incluir rasgos vinculados al contexto comunicacional, por lo que
proponen más de un criterio para clasificar textos.
Hemos visto que las tipologías que toman como base los tipos de estructuración
textual son muy apropiadas, por su amplitud, para organizar los contenidos de la
asignatura, pero insuficientes para enmarcar el trabajo con textos, y que, en este
sentido, son más apropiadas aquellas que consideran al texto como unidad de uso de la
lengua.
A la vez, insistimos en que el trabajo con textos (los textos entendidos como
acontecimientos comunicativos) exige poseer unos términos y conceptos provenientes
de un modelo probabilístico más que de un modelo determinista. Ante la diversidad
textual no podemos apoyamos, como lo hacemos al analizar oraciones, en reglas y
leyes, sino el "descubrir regularidades, estrategias, preferencias y valores por defecto"
(De Beaugralide y Dessler, 1997: 31).
Referencias bibliográficas
Introducción
Dilucidar desde qué punto de vista puede ser válido enseñar gramática hoy en
73
día en la escuela nos obliga a explorar otros interrogantes: ¿qué significa "enseñar
gramática"? Si es válido enseñar gramática en la escuela, ¿qué gramática hay que
elegir enseñar?, o mejor ¿es necesario decidirse por un modelo o es posible ser
eclécticos?; ¿qué contenidos seleccionar?; ¿cómo o de qué manera trabajados en el
aula? ¿Existe alguna relación entre los conocimientos gramaticales explícitos y las
competencias de lectura y escritura? ¿Qué postura adoptar: entre enseñar gramática
como un contenido subordinado a la producción de textos (o a tareas de escritura de
distinta índole) y o enseñada como un conocimiento válido per se, como cualquier otro
conocimiento de cualquier área?
Árboles y corchetes
Los esquemas gráficos de representación sin táctica a los que aluden Hernanz y
Brucart son, dentro de la tradición generativista, los árboles y los paréntesis
etiquetados, ejemplificados abajo, en sus versiones más simples.
74
Cabe agregar que esta afirmación no sólo alcanza, desde nuestra perspectiva, a
la sintaxis, sino también al resto de las ramas de la gramática; la fonología, la
morfología y la semántica.
Con el fin de establecer una base de conceptos teóricos y, al mismo tiempo, abrir
la discusión en torno a los interrogantes arriba planteados, organizamos el resto del
capítulo en cuatro bloques. En primer lugar, abordamos la cuestión de la gramática y su
enseñanza (§ 1).
l. Gramática y enseñanza
75
perspectiva, la gramática es el objeto de estudio de especialistas en lingüística, quienes
se dedican a la tarea de investigar para establecer afirmaciones cada vez más precisas
sobre el objeto que abordan.
76
dedicatorias de los libros de texto producidos en este período:
Ahora bien, cabe preguntar por qué se relega o elimina la gramática dentro de
este enfoque. En términos generales, el objetivo de la orientación comunicacional en el
área de Lengua implica el desarrollo de la competencia comunicativa, es decir, de la
capacidad de cada hablante para usar su lengua (en forma oral y escrita) de la manera
más eficaz posible, en función de sus objetivos y de la situación comunicativa. En este
marco, los contenidos de la gramática, y de la lingüística en general, se seleccionan en
la medida en que colaboren con esa finalidad. La decisión de relegar la gramática de la
enseñanza de la lengua parte del supuesto de que los contenidos de esta rama de la
lingüística colaboran débilmente en el desarrollo dé la competencia comunicativa. La
decisión de eliminada supone, en cambio, que el conocimiento de la gramática no
desempeña papel alguno en ese desarrollo.
77
Si bien el objetivo que propone el enfoque comunicacional es altamente se-
ductor, no podemos dejar de cuestionar el presupuesto del que parte para relegar o
erradicar la gramática. No caben dudas de que una genuina reflexión sobre el sistema
colabora en el mejoramiento de las competencias lingüística y comunicativa de los
hablantes de una lengua. Tal vez, más que hacia los contenidos gramaticales en sí y su
papel en la escuela, los cañones deberían apuntarse hacia las metodologías empleadas
en la enseñanza de esos contenidos durante el predominio del paradigma
estructuralista en la escuela argentina.
¿Por qué afirmamos que una gramática que se propone sólo describir, de todos
modos también prescribe? Dado que todo tratado gramatical incluye necesariamente
los datos (ejemplos concretos de una lengua) que permiten a su autor justificar
determinadas generalizaciones, y que esas generalizaciones dan cuenta de las reglas y
estructura de una lengua, los ejemplos que sigan esas reglas serán considerados
gramaticales, mientras que los que no las sigan serán considerados agramaticales o
inadecuados. El punto es que los ejemplos que un autor utiliza responden casi
exclusivamente a la variedad estándar de una lengua. Esto significa que los ejemplos
descriptos y todos aquellos que tienen estructuras similares serán considerados
normales, correctos, gramaticales o adecuados, en tanto que los que no sigan esas
78
reglas, serán considerados desviados, incorrectos, agramaticales o inadecuados.
“[...] sistema de reglas que subyace en una lengua particular. Desde este punto
de vista es posible decir que la Gramática de la RAE describe adecuadamente o no la
gramática del español, o bien, que la propuesta de Noam Chomsky permite explicar
adecuadamente o no la gramática del español”. (Gaspar y Otañi, 1999).
79
Sin embargo, Contra esta opinión de sentido común, la ciencia no es un lugar de
saberes acabados, ni siquiera unívocos. Una gramática, entendida como una teoría
científica determinada, es un modelo entre otros. Por ejemplo, la gramática
estructuralista (cfr. § 4.) es un modelo teórico que dominó el campo de la lingüística
hasta los años sesenta. Su voz parecía ser la voz de la gramática. Sin embargo, más
allá de las apariencias, durante su período de hegemonía también hubo otros
desarrollos teóricos, otras escuelas que proponían otras formas de dar cuenta del
sistema de una lengua, aunque no lograron, al menos en ese momento, imponer su
discurso.
Por otro lado, que un modelo teórico sea hegemónico en un momento dado no
implica en absoluto que deba calificárselo de "superior" a otros.
“[...] las teorías científicas no están destinadas tanto a "superar" los análisis
anteriores, cuanto a servirse de ellos como punto de partida, a hacer más explícitos sus
resultados y a mejorarlos en lo posible, bien haciéndose preguntas diferentes sobre los
mismos fenómenos, bien introduciendo unidades nuevas [...]” (Bosque, 1998).
Para abordar este tema, nos restringiremos a la segunda acepción del término
"gramática". Como rama de la lingüística, la gramática es el resultado del trabajo de los
lingüistas, quienes, para poder dar cuenta de la diversidad de reglas y elementos que
conforman el sistema de la lengua que estudian, los organizan en subcampos. En
palabras de Hernanz y Brucart:
Ese diseño interno al que aluden los autores depende del modelo teórico que
desarrolle el investigador. Actualmente, la mayoría de los lingüistas considera que la
gramática puede organizarse en cuatro componentes o niveles: sintáctico, morfológico,
fonológico y semántico, aunque los autores difieren en cuanto a cómo se relacionan
esos componentes entre sí y qué lugar ocupan, central o periférico, en la gramática.
Algunos gramáticos plantean dos sentidos de la gramática según los niveles o
componentes que incluya:
80
En un sentido estrecho, la gramática sólo estudia las unidades significativas y su
combinatoria. Comprende dos partes: la morfologia y la sintaxis.
La fonologla
La semántica
d) Que las siguientes oraciones tienen más de un significado posible, esto es,
son ambiguas:
Se rompió la muñeca.
Juan insiste en que le dé su libro.
Los conocimientos acerca de los efectos que producen ciertas palabras en cada
par de oraciones son aspectos del conocimiento semántico del hablante del español, y
es justamente el tema de estudio de la semántica de esta lengua.
Los renovados contactos que cada individuo realiza a lo largo de su vida con
textos de temas y géneros variados son oportunidades de incorporar palabras nuevas
para él y de establecer nuevas relaciones entre las palabras que ya posee, extendiendo
así los sentidos originales. El supuesto que subyace en esta afirmación es que el
almacén mental está organizado no como una lista de palabras, sino como una red de
unidades interrelacionadas de distintas maneras; esas relaciones se establecen por el
sentido, por el significante, por asociaciones libres.
La cohesión se logra por medio de múltiples recursos, muchos de los cuales son
de índole semántica, es decir, se basan, precisamente, en las relaciones de sentido
entre las palabras. Así por ejemplo, para evitar la repetición se recurre a sinónimos e
hiperónimos, aunque también a metáforas y metonimias.
84
La morfología
Si bien este capítulo forma parte de un trabajo que se propone abordar pro-
blemas generales de la enseñanza de la lengua, lo cierto es que al incursionar en
temas más específicos (como la morfología o la sintaxis) es imposible eludir el análisis
de algunas propuestas de enseñanza. Esto es así porque uno de los mayores
problemas de la enseñanza de la gramática es el "cómo" se la plantea en la escuela.
Analizar diversas estrategias nos permitirá diferenciar aquellos ejercicios "miméticos",
que no apelan a nuestra intuición como hablantes, de aquellos que abren el campo a la
discusión, la reflexión, la argumentación, la problematización de lo ya establecido.
porque todos ellos articulan una cadena de fonemas con un significado; sin
embargo, sólo las partes señaladas en c) son signos lingüísticos mínimos, porque
ninguno de los dos puede ser dividido en unidades menores que sean a la vez signos
lingüísticos.
La morfología en el aula
Flexión
Proceso que consiste en la incorporación de afijos
Morfo-sintácticos
86
Derivación:
Consiste en el agregado de uno o más afijos
derivacionales a una base, y permite crear nuevas
palabras que se incorporan al sistema y lo reestructuran.
En otros términos, las palabras que resultan de procesos
de derivación son entradas en cualquier diccionario.
Pueden ser de distintos tipos:
sufijación: cuando la palabra se forma por el
agregado de un sufijo de derivación.
Por ejemplo: útil+mente, sal+ero, biblioteca +ario.
Resultado: palabra compleja.
prefijación: cuando la palabra se forma por el
agregado de un prefijo a una base.
Por ejemplo: in+útil, super+hombre, a+típico.
Resultado: palabra compleja.
Morfológicos
Composición
Proceso que consiste en la formación de palabras
nuevas a partir de dos palabras ya existentes en una
lengua. Por ejemplo: hombrerrana, pelirrojo, bajamar,
sacapuntas, casaquinta, correveidile.
Resultado: palabra compuesta
La sintaxis
Uno de los problemas que surge al no establecerse esta distinción entre oración
y enunciado es que es muy difícil determinar si un conjunto de palabras es o no una
oración, porque siempre se podría proponer una situación en la que esa emisión fuese
posible.
Ahora bien, si, como afirman todas las gramáticas de este siglo, la oración no es
sólo un conjunto de palabras, entonces sería necesario establecer un criterio que
permita distinguir entre conjuntos de palabras que son oraciones de aquellos que no lo
son. El criterio formulado tanto por las gramáticas estructurales como por las
generativas es el de estructura interna. Desde este punto de vista, se considera que las
88
palabras que constituyen una oración se organizan en construcciones.
Cualquier hablante nativo de una lengua es capaz de intuir cuáles son las
construcciones que estructuran una oración dada. Para confirmar esas intuiciones, el
gramático apela a tres tipos de pruebas: la movilidad (sólo puede moverse un
constituyente y no secuencias cualesquiera de palabras), la interrogación (sólo un
constituyente puede funcionar como respuesta a una pregunta y no fragmentos
cualesquiera de palabras) y la expansión (sólo un constituyente puede ser sustituido por
otro más simple).
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La distinción entre información categorial e información funcional es relevante
para comprender el alcance de las tres pruebas mencionadas arriba: movilidad,
interrogación y expansión, puesto que las mismas permiten identificar los constituyentes
de una oración y no la función sintáctica que cada uno desempeña. La falta de una
delimitación clara entre ambos aspectos ha llevado a proponer fórmulas escolares que
los mezclan y llevan, así, a errores en el análisis: la pregunta por el quién para
identificar el sujeto de una oración convierte el análisis en una cuestión de azar, puesto
que funcionaría para una oración como Juan corre, pero no para una como A Juan le
gusta la literatura clásica. Sin embargo, sí es una pregunta válida para establecer que
Juan en la primera oración y A Juan en la segunda son constituyentes.
La sintaxis en el aula
Son varias las propuestas que permiten tal apertura: partir de oraciones que
puedan ser analizadas de más de una" forma, o de conjuntos de oraciones que, a pesar
de ser categorialmente idénticas, se diferencian en su estructura interna; proponer
expansiones o movimientos de constituyentes y reflexionar sobre las transformaciones
que esas operaciones exigen al resto de los constituyentes, o sobre los cambios de
significado que conllevan; contrastar las propias intuiciones sobre algunos fenómenos
con las de otros hablantes; reflexionar sobre las relaciones entre las posibilidades que
el sistema acepta y los usos o desviaciones intencionales que los hablantes hacen en
situaciones específicas.
Modelos gramaticales
La gramática tradicional
La gramática estructural
Ahora bien, ¿cuáles son las unidades que componen el sistema o estructura y
sus relaciones? Para responder esta pregunta, la gran mayoría de los estructuralistas
optaron por el método inductivo que consistía en recoger, en un momento dado de una
lengua, un conjunto de producciones lingüísticas (un corpus de realizaciones de una
lengua determinada) y, a partir de su descripción minuciosa, enumerar los elementos
constantes y sus variables para establecer las reglas que rigen las relaciones entre
ellos. Para organizar el estudio de los corpora, los estructuralistas postularon una jerar-
quía de niveles, para cada uno de los cuales definieron unidades mínimas y máximas y
sus reglas. Durante las primeras décadas, los estudios se centraron básicamente en los
niveles fonético, fonológico, morfológico y sintáctico, mientras que la semántica,
considerada la "pariente más pobre" (Greimas, 1971), fue relegada del campo de la
gramática puesto que, en términos de Bloomfield, "es [...] el punto débil del estudio del
lenguaje, y así será hasta que el conocimiento humano vaya mucho más allá de donde
ahora se encuentra" (Leech, 1974).
Con el fin de realizar una descripción "científicamente legítima" del lenguaje, las
escuelas estructuralistas (Escuela de Praga, Distribucionalismo norteamericano,
Glosemática...) aceptan la dicotomía lengua-habla, establecida por Saussure en su
Curso de lingüística general. Así, optan por estudiar la lengua, entendida como el
aspecto sistemático del lenguaje y relegan el habla o uso de la lengua.
La gramática estructural, que dominó la primera mitad del siglo xx, fue revisada
por la gramática generativa en dos cuestiones básicas: a) su objetivo estrictamente
descriptivo se desplazó hacia una finalidad descriptivo- explicativa, puesto que se pasó
de la catalogación o establecimiento de taxonomías infinitas de expresiones (palabras y
construcciones) hacia el intento de formular las reglas que permiten la generación de
las infinitas expresiones de una lengua. En otras palabras, se pasó de un estudio
inductivo a un estudio deductivo; b) el interés se centró, ya no en las conductas ob-
servables (las expresiones efectivamente producidas), si.t¡o en la capacidad humana
del lenguaje.
La gramática generativa
Antes de Chomsky, la lingüística era más bien una empresa taxonómica puesto
que se basaba en reunir corpora de datos (enunciados) tomados del mundo exterior y
los clasificaba sin tener en cuenta su origen, la mente humana; esto es, se concebía el
lenguaje en forma independiente de las propiedades de la mente/cerebro. Desde este
punto de vista, este autor propone estudiar la naturaleza de nuestro conocimiento del
lenguaje: cómo adquirimos y cómo ponemos en práctica ese conocimiento. Estas
cuestiones implican considerar el lenguaje como una estructura mental.
Si bien hoy en día no todos los gramáticos están de acuerdo con la finalidad
explicativa del modelo chomskiano, una amplia mayoría concuerda en que esta teoría
ha aportado descripciones más adecuadas de la mayoría de los fenómenos
gramaticales. De hecho, en la reciente Gramática Descriptiva de la Lengua Española,
una obra colectiva organizada en tres volúmenes, sus directores, 1. Bosque y V.
Demonte, reconocen en la Introducción que "[oo.] esta gramática es d.eudora en
importante proporción de la gran cantidad de resultados obtenidos por la gramática
generativa, tanto en su versión centrada en la sintaxis, como en su vertiente léxico-
93
sintáctica [...]. Pero [...] esos resultados comparten su espacio [...] con observaciones
emanadas de marcos funcionalistas, cognitivistas, lexicistas puros, semántico-formales
o de la pragmática lingüística" (Bosque y Demonte, 1999).
En la actualidad, si bien hay voces que defienden uno u otro modelo, ésta no es
una discusión pertinente para la escuela. Como señala Bosque, las preguntas deben
ser otras.
Cabe aclarar que los "ámbitos escolares" que menciona Bosque no se referirían,
en nuestro país, a las aulas, aunque puede haber excepciones, puesto que no es allí
donde suele decidirse qué modelo de gramática enseñar. En todo caso, la decisión
llega a la escuela a través de material impreso (manuales, fichas, cuadernillos,
circulares, etc.) desde las instituciones superiores (ministerios, secretarías de
educación, consejos educativos, universidades, profesorados) y también desde el
mercado editorial.
Existen preguntas más interesantes que algunas tan frecuentes como "cuál
es el análisis tradicional de los pronombres átonos" o "cómo se analiza el artículo
en la gramática generativa" y existen tareas más formativas que "analice usted este
gerundio desde la gramática estructural". En su lugar, podemos formular las pre-
guntas de esta manera: "¿Qué contribuciones de los gramáticos que llamamos
tradicionales nos ayudan a entender mejor el funcionamiento de los pronombres
átonos?"; "¿qué aspectos de este modelo lingüístico nos ayudan a comprender
mejor el comportamiento de los verbos no flexivos?". [...] Es indiscutible que los
instrumentos de análisis los proporciona el marco teórico en el que cobran sentido,
pero no es menos cierto que, si lo que nos interesa es profundizar en el cono-
cimiento del sistema lingüístico, las aportaciones deben medirse -especialmente en
los cursos básicos- por el grado en que contribuyan a ese conocimiento, inde-
pendientemente de cuál sea su procedencia, y por la solidez de los argumentos
que la sustentan.
Hace casi siglo y medio escribía Andrés Bello que "la Gramática está bajo el
yugo de la venerable rutina". Estas palabras son plenamente válidas tantos años
después, no tanto porque estén dirigidas .contra análisis más "tradicionales" que los
suyos, sino porque están dirigidas contra los análisis irreflexivos, es decir, contra
los análisis que, independientemente de la escuela teórica, no estén abiertos a la
discusión, a las pruebas empíricas que pongan en duda cuestiones gramaticales
consideradas inamovibles, a considerar preguntas nuevas sobre fenómenos
conocidos, o al simple reconocimiento consciente de los límites que siempre
conlleva cualquier opción teórica.
Referencias bibliográficas
La pregunta por una teoría endógena me llevó a recordar algún enunciado que
yo había escuchado en mi etapa de formación a mediados de los '80 en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en la época de la apertura
democrática cuando muchos profesores que habían estado exiliados, fuera del país o
fuera del sistema universitario retornaron a las aulas para producir una verdadera
revolución teórica o por lo menos un tráfico innovador de teorías que entre 1974 y 1983
habían estado excluidas de la Universidad.
Años más tarde me llamó la atención lo que decía en una entrevista Roger
Chartier, asiduo visitante de la Argentina, quien en algún sentido cuestionaba el
consumo argentino de teoría francesa posestructuralista a partir de los usos de esa
bibliografía en las universidades de Estados Unidos. Llamaba la atención que ese
cuestionamiento fuera realizado por alguien ubicado en el propio centro de la
producción teórica. Y fue precisamente la lectura de ciertos trabajos de Chartier y el
hecho de haber recortado un interés particular dentro del campo de mi investigación en
literatura cruzado con temas relacionados con los procesos de enseñanza de la lectura
y la escritura, lo que me llevó a repensar nuestra relación con la teoría, la que
establecemos en la Argentina los profesores, los investigadores, los que ponemos en
circulación algunas ideas a partir de la enseñanza, pues nos dábamos cuenta de que
para explicar fenómenos sociales complejos como lo son las prácticas de lectura y
escritura, teníamos a disposición algunos aportes teóricos del campo de la literatura, de
la lingüística, de la pedagogía y de la psicología que en verdad no nos ayudaban a la
hora de imaginamos cierto horizonte de intervención en las propias prácticas que
pudieran hacerse a partir de este tipo de investigaciones.
El pensamiento especulativo sobre el tema de los libros para niños es tan prolijo
que las teorías se van sucediendo sin fin. Según mi diccionario Oxford, una formulación
teórica debe ofrecerme "enunciados sistemáticos de principios y leyes generales", es
decir que, "en un sentido amplio y general", una teoría es una hipótesis propuesta como
explicación". Dado que no tengo ni tiempo ni ingenio para hacer leyes, y menos todavía
el prurito de exactitud necesario para ser exclusivamente sistemática, para mí, una
teoría es cualquier cosa que me ayude a entender cómo definimos los principios,
categorías y criterios de juicio que permiten establecer una relación con la literatura. No
sólo la literatura para niños, sino con la literatura en general.
Seguir insistiendo sobre esa escena escolar fundante, tomarla como parámetro
de logro para la tarea pedagógica, defenderla como única posibilidad para lo observable
hubiera sido reproducir la operación violenta en lo simbólico que realiza la escuela
homogeneizadora con los sectores excluidos contribuyendo a la construcción de
experiencias de fracaso escolar y de exclusión 'de la cultura letrada. Precisamente
porque los diagnósticos nos dicen que la escuela en la Argentina construye cada vez
más fracaso en términos de cifras de deserción y de desescolarización. Nos
propusimos pensar esas relaciones de enseñanza con la lengua y con la literatura de
una manera nueva con el objetivo de construir una teoría empírica de la lectura en
contextos pedagógicos.
Más allá de la relación posible, (más bien inclinada hacia una apropiación
jibarizante como diría el propio Barthes) entre una teoría de la lectura en critico francés
yeso que se llama "placer de la lectura" en la escuela, lo cierto es que la presencia de
estos enunciados abren nuevos interrogantes sobre qué es leer literatura en la escuela
y sobre cómo hacerlo. El tema instalado entonces es el de la productividad de las
teorías literarias a la hora de aportar a la construcción de una teoría de la lectura en
situaciones pedagógicas.
Por su parte Fish, con su teoría del lector informado es más explícito desde su
propia proposición provocadora:
El lector, de cuyas reacciones estoy hablando, es, pues, ese lector informado,
que no es una abstracción, ni un lector vivo actual, sino un híbrido de ambos: un lector
real /Yo misrno) que hace todo lo posible por estar informado.
Podemos afirmar entonces que las teorías de base literaria no han podido
traspasar el límite epístemo1ógico que surge de sus presunciones acerca de la
existencia de sentidos correctos depositados en los textos literarios entendidos como
"obra de arte", suspendidos y de permanencia casi trascendental a la dinámica
sociocultural e histórica. Proponer lo que es leer o lo que es un lector de literatura en
estos términos supone un control epistemológico sobre esta actividad y, por ende,
presupone criterios, aunque no especificados, pero presentes al fin, de lo que debe ser
una "buena lectura" (en contraposición a una "mala lectura') y estas valoraciones de
"buenas" o "malas" lecturas impactan a su vez en lo que se considera que debería ser
la formación de lectores de literatura. En todos los casos se trata de teorías con un
fuerte sesgo evaluativo que califica la actividad del lector, del que se esperan unas
103
competencias, unas experiencias, unas lecturas, o unos conocimientos previos como
condición para una lectura "profunda" o "buena" o "competente"; se trata en todos los
casos de lecturas cualificadas para las el lector debe rendir examen de suficiencia
literaria. A los ejemplos dados podríamos sumar el de George Steiner quien postula el
"lector clásico" cuando hace su análisis de la pintura "Le philosophe lisant" de Chardin
donde también se observa el componente evaluativo (11).
Del lado de la psicología y la pedagogía vienen las teorías de base cognitiva que
han alimentado en las últimas dos décadas el desarrollo de las didácticas específicas
de la lengua y la literatura; sobre todo la psicología cognitiva aportó modelos del
proceso de comprensión lectora de carácter general, es decir, sin especificar procesos
diferenciados según tipos de textos, ni siquiera pensando en grandes grupos.
Tal el caso de Zwaan (14), quien demuestra que el lector desarrolla sistemas de
104
control cognitivo para tipos específicos de discurso sostiene que en el caso de los
géneros literarios, los sujetos deben aprender a enfrentar textos no cooperativos
empleando estrategias especiales: el lector entrenado adopta una "actitud cognitiva"
distinta cuando se dispone a leer literatura. Este "lector "entrenado", poseedor de una
calificada "habilidad lectora" (diferente de ese lector no que no posee el mencionado
entrenamiento), la obtiene a través de una alta frecuentación del género y por la
educación literaria específica: "un proceso característico sólo de sujetos expertos en
determinada tarea y su formación es consecuencia de un largo y costoso aprendizaje".
Por su parte, Kintsch (15) entiende que la comprensión del texto literario debe
entenderse como un ejemplo de tarea experta. El novato puede eventualmente disfrutar
de la lectura literaria, pero sin alcanzar niveles de comprensión profunda que estarán a
cargo del lector experto. Por fin, Eco en su Tratado de semiótica general, el uso estético
del lenguaje necesita de una "semiosis entrenada" (16).
Se trata de trabajar con la propia empiria de los sujetos de manera inductiva, sin
hipótesis, axiomas o valoraciones previas, evitando caer en reduccionismos o
generalizaciones y elaborar hipótesis a partir de la observación, el registro y la
interpretación cualitativa de los procesos de lectura, de la atribución de significados que
realizan los lectores en las que se articulan sus experiencias subjetivas, sociales y
culturales. El objeto de esta construcción teórica son esas particulares maneras de
construir sentido que ponen en juego los lectores pertenecientes a sectores populares
que se encuentran en situación de riesgo educativo.
(1) Este artículo tiene su origen en la conferencia dictada por el autor en el marco
del Seminario "Teorias sociales latinoamericanas" dirigido por el Dr. André Bansart,
Universidad "Franyoise Rabelais", Tours, Francia, el 23 de octubre del 2002.
(2) Meek, Margaret: "Qué se considera evidencia en las teorías sobre literatura
para niños?", The01}' into Practice, vol XXI, nro. 4, 1982. Traducido en: Un encuentro
con la crítica y los libros para niiios. Caracas. PaTapara Clave. Banco del Libro. 200 l.
(3) Mignolo, Walter: "Introducción" a Capitalismo y geopolítica del conocimiento:
el eurocentrismo y lafilosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo.
Buenos aires. Ediciones del Signo.200l.
(4) Cuesta, Carolina: "Los diversos modos de leer literatura en la escuela: la
lectura de textos literarios como práctica sociocultural". Tesis de Licenciatura dirigida
por Dr. Gustavo Bombini. Facultad de Humanidades y CienGÍas de la Educación.
Universidad Nacional de La Plata. 2003.
(5) Para este recorrido crítico por las teorías de la lectura seguimos a Bourdieu,
Pierre: Las reglas del arte (especialmente Parte nI) (Barcelona. Anagrama. 1995),
Antezana, Luis: Teorías de la lectura (La Paz, Plural CESU, 1999), la tesis citada arriba
de Carolina Cuesta y mi artículo:
"Sabemos poco acerca de la lectura" (Lenguas Vivas, Publicación del Instituto de
Enseñanza Superior "Juan Ramón Fernández". Buenos Aires. Año 2, Nro. 2. Octubre-
noviembre del 2002.
(6) lser, Wolfgang: El acto de leer. Madrid. Taurus. 1987.
(7) Fish, Stanley: "La literatura en el lector" en: Warning, R. (comp.): Estética de
la Recepción.
107
Madrid. Visor. 1989.
(8) Rifaterre, Michael: "Criterios para el análisis del Estilo" en Warning, R.
(comp.): Estética de
la Recepdón. Madrid. Visor. 1989.
(9) Culler, Jonathan: Breve introducción a la teoría literaria. Barcelona. Crítica.
2000. (10) Bourdieu, Pierre: Op. cit.
(11) Steiner, George: "El lector infrecuente" en Pasión ;¡1tacta. Bogotá. Norma,
1997.
(12) Rosenblatt, Louise: La literatura como exploración. México. Fondo de
Cultura Económica. 2002.
(13) Bruner, Jerome: Realidad mental y mundos posibles. Barcelona. Gedisa.
1986.
(14) Zwaan, R.: "Toward a model of literary comprehension" en: Britton, B. y A.
Graesser (comp.) Models ofunderstanding texto Mahwah, NJ.: Lawrence Erlbaum. 1996
(15) Kintsch, W.: Comprehensiol1. A paradigm for cognition. Nueva York.
Cambridge u.P. 1998.
(16) Eco, Umberto: T¡'atado de semiótica general. Barcelona. Lumen. 1977
(17) Petit, Michele: Nuevos acercamientos entre la cul/ura y los jóvenes. México.
Fondo de Cultura
Económica. 1999 Y Lecturas: del e~pacio intimo al e,lpaclO privado. México.
Fondo de Cultura Económica. 2001
(18) GarcÍa Canclini, Néstor: Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de
la modernidad. Buenos Aires. Sudamericana. 1992.
(19) Amado, Elba: "Leer es poder. Un estudio de las prácticas lectoras literarias
de niños y jóvenes en contextos educativos no formales y populares de San Salvador
de Jujuy". Facultad de Humanidades y ciencias Sociales. Universidad Nacional de
Jujuy. 2002.
CAPÍTULO 4.
El cuento realista
Los cuentos realistas representan un mundo que parece corresponderse con la realidad:
puede tratarse de una realidad conocida o no, pero siempre imaginable como posible y, en este
sentido, verosímil es decir, que parece verdadera. Se dice que ese mundo "parece
corresponderse'; y no "se corresponde'; con la realidad porque todo relato literario es ficticio, y
el lector no busca saber si lo que lee habrá- sucedido o no, sino poder imaginarse el mundo que
el texto le presenta. A diferencia de lo que sucede con otros tipos de cuento, el mundo
108
imaginado por el lector de un cuento realista es relativamente explicable, semejante al que se
accede en la experiencia cotidiana.
Por otra parte, se denomina también Realismo a una escuela o corriente artística que los
historiadores del arte ubican en la segunda mitad del siglo XIX, en Europa y, por extensión, en
América. La literatura realista construye sus mundos deficción teniendo en cuenta la
experiencia de sus lectores, su percepción cotidiana de la realidad, su posibilidad de explicar
los hechos según relaciones de causa y efecto. Por eso, el realismo busca crear ilusión de
realidad, esto es, hacer como si lo narrado fuera real.
Contenidos
A LA DERIVA
El hombre pisó algo blanduzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al
volverse con un juramento vio una yararacusú que arrollada sobre sí misma esperaba otro
ataque.
El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban
dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la
cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las
vértebras.
El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante
contempló. Un dolor aqudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el
pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.
El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre
sintió dos o tres fulgurantes puntadas que como relámpagos habían irradiado desde la herida
hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de
garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.
Llegó por fin al rancho, y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos
violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía
adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un
109
ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.
-¡Dorotea! -alcanzó a lanzar en un estertor-. ¡Dame caña!
Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos.
Pero no había sentido gusto alguno.
-¡Te pedí caña, no agua! -rugió de nuevo-. ¡Dame caña!
-¡Pero es caña, Paulino! -protestó la mujer espantada.
-¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!
La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos,
pero no sintió nada en la garganta.
-Bueno; esto se pone feo -murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre
gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa
morcilla.
Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos, y llegaban ahora a la ingle. La
atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más aumentaba a la par. Cuando
pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en
la rueda de palo.
Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentose en
la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las in-
mediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú.
El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí
sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito -de sangre esta
vez- dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.
La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la
ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó
hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso. El hombre pensó que no po-
dría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aun-
que hacía mucho tiempo que estaban disgustados.
La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo fácil-
mente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto,
quedó tendido de pecho.
-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.
-¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! -clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo.
En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su
canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva.
El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros,
encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, as-
ciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en
cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El
paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza
sombría y calma cobra una majestad única.
El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un vio-
lento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor.
La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.
El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas
para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes
de tres horas estaría en Tacurú-Pucú.
El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en
la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera
110
también a su ex patrón mister Dougald, y al recibidor del obraje.
¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había
coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el
río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de
guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.
Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma
ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y
pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres
años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí,
seguramente.
De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho. ¿Qué sería? Y la respiración también...
Al recibidor de maderas de mister Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto
Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...
El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.
-Un jueves...
Y cesó de respirar.
VOCABULARIO
Derivando
a) Ubiquen en el cuento la expresión que sirve de título y subráyenla. ¿Qué verbo se forma a
partir de la palabra deriva? Anótenlo y vean si pueden localizarlo en el relato.
b) Subrayen cuáles de las siguientes palabras y construcciones del cuento pueden asociarse
con la muerte (consulten el diccionario si no conocen algún término): fúnebremente - frescura -
lustre gangrenoso- veloz ojeada - lúgubre - remolino – majestad- manchas lívidas- obraje -
tiempo justo - pantalla de oro - fulminante vómito
c) Subrayen con lápiz, en el texto, por lo menos cinco expresiones que remitan a la
transformación corporal provocada por la mordedura de la víbora.
111
d) Registren, a lo largo del cuento, la aparición del sustantivo dolor. La sensación de dolor
aparece casi siempre asociada a la imagen visual muy concreta de un cuerpo que se
transforma; una sola vez, se la asocia con una tormenta. Busquen la cita correspondiente.
e) Lean en voz alta los siguientes fragmentos. Escúchense y escuchen a sus compañeros
atentamente. ¿Qué consonantes predominan en cada frase (puede ser más de una)?
• "Una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le
arrancó un nuevo juramento."
• "...Ia voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca."
• "Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos, y
llegaban ahora a la ingle."
"A LA DERIVA"
2 Las siguientes citas se refieren a acciones de "A la deriva". Subrayen las que hacen
progresar la narración, es decir, que la "disparan", la hacen avanzar y la cierran.
112
a) ¿A qué se refieren las citas que quedaron sin subrayar en la actividad anterior?" Coloquen
los números de citas correspondientes aliado de las siguientes opciones.
• A un estado de ánimo.
• A la descripción del proceso de envenenamiento.
• A un hecho del pasado evocado por el personaje.
• A un hecho del pasado conocido por el narrador.
• A la expresión de un deseo.
• A la descripción del paisaje.
• El protagonista.
• Un testigo que participa de la historia.
• Un narrador que no participa de la historia.
PRODUCCIÓN
Escriban un texto de no menos de seis renglones que responda a las siguientes preguntas:
• ¿Quiénes son los dos personajes que se enfrentan en este relato?
• ¿Cuál de los dos está en superioridad de condiciones con respecto al otro?
• Teniendo en cuenta las realidades que presenta el texto, ¿hay otra salida para el
personaje que es 'vencido"? ¿Por qué?
El lenguaje figurado
Se dice que el lenguaje es figurado cuando, en vez de nombrar los objetos, personas,
situaciones por su nombre, en forma directa y objetiva, se da un rodeo, creando una imagen de
esos objetos, personas, situaciones a partir de la evocación de algo que se les parece.
Por ejemplo: "El cielo, al poniente, se abría en pantalla de oro" es una expresión figurada. Su
expresión directa, mucho más pobre y menos sugerente en este caso, podría ser: "El cielo era
de un color dorado a la hora del poniente". Expresión figurada es aproximadamente lo mismo
que expresión metafórica.
La descripción en el cuento
En "A la deriva", lo mismo que en muchas narraciones realistas, las descripciones cumplen
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una función muy importante, ya que vuelven más creíble, es decir, más verosímil, lo que se
narra.
Las descripciones incluidas en este cuento permiten explicar muchas de las acciones que el
protagonista va realizando, porque, en la medida en que su cuerpo se transforma y su salud
empeora, él va reaccionando de diferentes maneras y tomando distintas iniciativas. El deterioro
de su salud se va mostrando al lector por medio de descripciones.
Narrar y describir
Toda narración existe en la medida en que encierra un conflicto, sin el cual no tiene razón
de ser. Ese conflicto se desencadena a partir de un hecho disparador y se desarrolla a través
de otros hechos derivados del primero. Estos hechos tienen, entre sí, una relación de causa-
efecto, es decir, un hecho causa otro, que a su vez es causa de otro..., hasta que se produce el
desenlace. Entonces, el relato se cierra, la cadena de causas y efectos se detiene. En los
relatos realistas, las descripciones, proporcionan el contexto que permite explicar, más allá de
los hechos mismos, lo que sucede.
a) ¿Esta historia podría contarse dejando de lado la descripción del deterioro que va
sufriendo el protagonista? ¿Por qué?
b) ¿Las descripciones del paisaje funcionan del mismo modo que las del envenenamiento?
114
5 ¿En qué persona está narrado el cuento?
6 Lean estos tres fragmentos del cuento. En el primero de ellos, la mirada del narrador
remite al mundo exterior.
El hombre se bajó hasta la mordedura, gritó las gotitas de sangre, y durante un instante
contempló.
La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo
fácilmente atracar.
El hombre [...] pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón
[...]
7 Hacia el final del cuento, el narrador formula una serie de preguntas. Subrayen la
opción correcta.
El narrador se pone en el lugar del personaje y formula las preguntas que el personaje se
hace.
PRODUCCIÓN
Escriban una narración cuyo conflicto sea verosímil y suceda en el contexto de la vida
cotidiana en una gran ciudad. Algunas condiciones:
• El conflicto tiene que producirse entre dos fuerzas que sean: un personaje humano o un
grupo de seres humanos y un personaje inanimado, por ejemplo, un aparato cuyo manejo no
resulta fácil para todos (una grúa, un ascensor...),
• Se debe incluir, como mínimo, una descripción de lugar y otra de personaje(s), utilizando
los verbos característicos. Una de ellas debe ser estática y la otra dinámica.
• El narrador no tiene que ser personaje y, en lo posible, debe ser omnisciente.
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descripciones que brindan una imagen del objeto en movimiento, o que registran procesos y se
detienen en cada etapa de su desarrollo.
El narrador omnisciente
El narrador es omnisciente cuando conoce todo lo que sucede en un relato, desde lo más
importante hasta los mínimos detalles. Así, puede transmitir al lector lo que el personaje ve,
pero también puede dar un panorama más amplio, ya que se introduce en la conciencia del
personaje o los personajes, pudiendo decir lo que ellos desean, sienten y piensan.
La palabra omnisciente viene del latín, y quiere decir "que todo lo sabe". En la literatura
realista, es muy frecuente la presencia de este tipo de narrador.
UN CUENTO CONTEMPORÁNEO
LA IDENTIDAD
Yo venía cansado. Mis botas estaban cubiertas de lodo y las arrastraba como si fueran
féretros. La mochila se me encajaba en la espalda, pesada. Había caminado mucho, tanto que
lo hacía como un animal que se defiende. Pasó un campesino en su carreta y se detuvo. Me
dijo que subiera. Con trabajos me senté a su lado. Calaba frío. Tenía la boca seca, agrietada en
la comisura de los labios; la saliva se me había hecho pastosa. Las ruedas se hundían en la
tierra dando vueltas lentamente. Pensé que debía hacer el esfuerzo de girar como las ruedas y
empecé a balbucear unas cuantas palabras. Pocas. Él contestaba por no dejar y seguimos con
una gran paciencia, con la misma paciencia de la mula que nos jalaba por los derrumbaderos,
con la paciencia del mismo camino, seco y vencido, polvoso y viejo, hilvanando palabras
cerradas como semillas, mientras el aire se enrarecía porque íbamos de subida -casi siempre
se va de subida-, hablamos, no sé, del hambre, de la sed, de la montaña, del tiempo, sin
miramos siquie ra. y de pronto, en medio de la tosquedad de nuestras ropas sucias, malo-
lientes, el uno junto al otro, algo nos atravesó blanco y dulce, una tregua transparente. Y nos
comunicamos cosas inesperadas, cosas sencillas, como cuando aparece a lo largo de una
jornada gris un espacio tierno y verde, como cuando se llega a un claro en el bosque. Yo era
forastero y solo pronuncié unas cuantas palabras que saqué de mi mochila, pero eran como las
suyas y nada más las cambiamos unas por otras. Él se entusiasmó, me miraba a los ojos, y
bruscamente los árboles rompieron el silencio. "Sabe, pronto saldrá el agua de las hendiduras."
"No es malo vivir en la altura [...]." Dijimos que se iba a quitar el frío, que allá lejos estaban los
nubarrones empujándolo y que la cosecha podía ser buena. Caían nuestras palabras como
gruesos terrones, como varas resecas, pero nos entendíamos.
Llegamos al pueblo donde estaba el único mesón. Cuando bajé de la carreta empezó a
buscarse en todos los bolsillos, a vaciarlos, a voltearlos al revés, inquieto, ansioso, reteniéndo-
me con los ojos: "¿Qué le regalaré? ¿Qué le regalo? Le quiero hacer un regalo...". Buscaba a
su alrededor, esperanzado, mirando el cielo, mirando el campo. Hurgoneó de nuevo en su
vestido de miseria, en su pantalón tieso, jaspeado de mugre, en su saco usado, amoldado ya a
su cuerpo, para encontrar el regalo. Vio hacia arriba, con una mirada circular que quería
abarcar el universo entero. El mundo permanecía remoto, lejano, indiferente. Y de pronto todas
las arrugas de su rostro ennegrecido, todos esos surcos escarbados de sol a sol, me sonrieron.
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Todos los gallos del mundo habían pisoteado su cara, llenándola de patas. Extrajo avergonzado
un papelito de no sé dónde, se sentó nuevamente en la carreta y apoyando su gruesa mano
sobre las rodillas tartamudeó: -Ya sé, le voy a regalar mi nombre.
Elena Poniatowska es una destacada periodista y narradora mexicana que nació en 1932.
Sus obras instalan al lector en la realidad histórica y social de su tiempo, vinculando de modo
nuevo y sutil las problemáticas de orden público con las de orden privado, por ejemplo, el abuso
de poder en el ámbito del trabajo y en el ámbito doméstico. Algunas de sus obras son: La noche
de Tlatelolco; Hasta no verte, Jesús mío; De noche vienes.
Calar: atravesar.
Jalar: tirar del carro la mula.
Derrumbadero: precipicio alto y rocoso.
Mesón: lugar donde se come y se bebe.
Hurgonear: buscar.
2 ¿Cómo caracterizarían este cuento, por el modo como está escrito? Subrayen las
opciones más adecuadas.
3 ¿Qué cuenta este relato? ¿Quién narra? Indiquen la persona gramatical del narrador, si
es per- sonaje y qué datos hay que permitan caracterizarlo.
5 Comparen este cuento con "A la deriva", de Horacio Quiroga. Discutan: ¿qué
elementos poseen en común?
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a) ¿Cuál es el modo verbal que predomina?
b) ¿Qué carácter da ese modo verbal a los hechos que se cuentan? ¿Se plantean como hechos
que sucedieron, que podrían suceder, se duda de ellos? Justifiquen su respuesta.
c) Transcriban en la carpeta las formas verbales que están conjugadas en un modo diferente
del predominante. Indiquen en qué modo y tiempo están esas formas.
PRODUCCIÓN
a) Escriban un texto de, por lo menos, ocho o diez renglones a partir de esta afirmación: El
cuento "La identidad" tiene rasgos propios del realismo.
b) Escriban un cuento realista que incluya una descripción estática y una dinámica.
LA BIOGRAFÍA Y LA AUTOBIOGRAFÍA
La biografía es una clase de texto que narra la vida de una persona, cuya historia tiene algún
interés general por la actividad que desarrolló, por su aporte en el campo del arte, la ciencia, la
política, el deporte, etcétera. La palabra biografía viene del griego: bio quiere decir "vida" y
grafía, "escritura". En la autobiografía, en cambio, una persona cuenta su propia vida en primera
persona.
Horacio Quiroga es uno de los referentes fundamentales en la tradición del relato breve en la
literatura del Río de La Plata. Nació en Salto, Uruguay, en 1878, y murió en Misiones, en 1937.
Cursó sus estudios en su ciudad natal y en Montevideo. Comenzó a escribir en 1887, atraído
por la corriente del Modernismo. Dos años después, fundó la Revista de Salto, donde publicó
sus primeros relatos y ensayos. En 1901, apareció la serie de poemas en prosa Los arrecifes de
coral.
Poco tiempo después, se produjo un trágico accidente: por descuido, mató de un tiro a su
amigo Federico Ferrando -parte de una serie de muertes trágicas que incluían ya a su padre y a
dos de sus hermanos-. Esto lo llevó a refugiarse en Buenos Aires, donde, temporalmente,
trabajó como profesor del Colegio Nacional Central.
En 1905, publicó su novela Los perseguidos, inspirada en un viaje de estudios que realizó
con Leopoldo Lugones a las ruinas de San Ignacio, en la selva misionera. Vivió en Misiones
entre 1910 y 1916 con su primera mujer. Durante ese tiempo, comenzó a publicar sus grandes
cuentos en la revista Caras y Caretas. El suicidio de su esposa, en 1915, lo hizo regresar a
Buenos Aires y, en 1917, publicó Cuentos de amor, de locura y de muerte. El gran éxito de este
libro continuó en Cuentos de la selva, El salvaje, El desierto y Los desterrados.
En 1932, una enfermedad incurable lo impulsó a retirarse nuevamente a Misiones, donde
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decidió suicidarse en 1937 ingiriendo cianuro.
ELOGIO DE LA LECTURA
Ninguna vida es ejemplar. Menos aún, si de lo que se trata es del proceso opaco a través del
cual una vida hace de la lectura un modo de relación con el mundo. Pero, si me preguntan
cómo y por qué la aventura de leer fue para mí la más crucial, no tengo más remedio que
convocar algunos episodios luminosos de mi Infancia. Tal vez no expliquen nada, pero pueden
invitar a otros a buscar sus propios senderos hacia el jardín de los libros. Antes que nada, había
un cuarto, en la noche espesa y larga de varios inviernos, en el barrio de Pompeya. En esa
pieza, mi madre cantaba para mí un repertorio heterogéneo. Después, acaso también antes,
estaba la voz de mi padre hilando fino en cualquier hecho propio o ajeno para convertirlo en
relato. Me contaba historias clásicas a las que agregaba matices personales que nos
involucraban o cuentos maravillosos de su propia cosecha. En todos los casos, había algo en el
ritmo de su voz y también un placer evidente en el modo en que elegía paladear ciertas
palabras y no otras que se me iban haciendo carne; es decir, encarnaban en mi propia
capacidad de transformarme en tamborcito de sonidos. t
Un día, durante el almuerzo, señalé con el dedo la etiqueta de una botella y leí, casi de corrido:
"Vino de mesa". Primero creyeron que había memorizado la frase de alguna propaganda. Pero
cuando fui deletreando todo lo que ponían ante mis ojos, mi padre sentenció: "Este chico va ser
un gran lector y un bebedor de cuidado". El hombre que hizo esa profecía era un autodidacta
rodeado de gente indiferente a sus empeños de lector tardío. Por eso, sin pensarlo demasiado,
me convirtió en su cómplice. Dirigió mi precoz aptitud lectora hasta entonces meramente
técnica, la vinculó sabiamente con esas otras escenas familiares, íntimas, rituales: canciones y
relatos se revelaron entonces como maravillosos edificios hechos de palabras. Y esos edificios
eran al mismo tiempo vehículos que viajaban sin descanso de boca en boca, pero también
recalaban en edificios menos fugaces, portátiles, ubicuos, generosos. Sí, allí estaban los libros,
de una vez y para siempre.
Guillermo Saavedra, en La letra azul (fragmento).
www.lectura.me.gov.ar
2 Indiquen cuál de los dos textos leídos es una biografía y cuál una autobiografía.
4 Marquen las palabras y expresiones con las que el narrador de la biografía de Quiroga
expresa una opinión o realiza alguna interpretación de los hechos.
a) Escriban un breve comentario sobre el cuento "A la deriva" que pueda incluirse en la
biografía de Horacio Quiroga. Revisen en qué libro de cuentos fue publicado e incluyan el
fragmento como un comentario a propósito de ese libro.
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a) Observen los verbos y los adjetivos utilizados en ese fragmento.
b) ¿Por qué creen que, para un escritor, es importante hablar de su experiencia como lector?
a) ¿En qué texto predomina la narración de hechos? ¿En cuál predominan los comentarios?
Justifiquen las respuestas incluyendo ejemplos de los verbos utilizados.
b) ¿En cuál de los textos predominan los fragmentos descriptivos? Expliquen qué se describe
en ese texto.
c) Según su parecer, ¿cuál de estos dos textos les permite conocer más a la persona de que se
trata?
PRODUCCIÓN
Cada lector tiene su propia historia de lectura: escriban su propia autobiografía de lectores.
• Seleccionen aquellos hechos de su vida relacionados con la lectura (pueden consultar
con familiares o personas cercanas que recuerden anécdotas olvidadas o desconocidas) y
anótenlos.
• Hagan una lista de libros preferidos: anoten títulos y autores. Escriban breves
comentarios sobre algunos de esos textos.
• Escriban su autobiografía. Luego, organicen una ronda donde puedan compartir sus
experiencias como lectores.
Tipos de biografía
Las biografías que aparecen en diccionarios y enciclopedias suelen ser breves, e informan
sobre los datos personales y las actividades más importantes de la vida del biografiado: nombre
completo; fecha y lugar de nacimiento y, si es el caso, de muerte; estudios o formación;
actividad en la que se destacó; obras y aportes relevantes. Generalmente, el narrador en
tercera persona es objetivo, es decir, no manifiesta opiniones sobre lo narrado.
Otras biografías son más extensas y, además de narrar los hechos principales, aportan
información sobre experiencias personales, anécdotas y suelen incluir comentarios. Aparecen
en libros y publicaciones periódicas.
Al contar la vida del personaje, el narrador utiliza los verbos en tiempo pasado (pretérito
perfecto simple, imperfecto, pluscuamperfecto). Muchas biografías suelen incluir también
valoraciones y opiniones. En esos segmentos, los verbos generalmente están conjugados en
tiempo presente, que es el tiempo del comentario: "Quiroga es...". El narrador también expresa
sus ideas por medio de otros recursos, por ejemplo: el uso de adjetivos ("trágica muerte"); la
puesta en relación de varios hechos ("parte de una serie de muertes trágicas"); la inclusión de
descripciones.
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