Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
0% encontró este documento útil (0 votos)
107 vistas5 páginas

06 Manes

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 5

Mani o Manes (215 - 256) y Maniqueos

Mani o Manes (en persa ‫مانی‬, en latín Manichaeus) (aproximadamente el 25 de abril de


215-276 d.C.) fue un líder religioso iraní, fundador del maniqueísmo, una antigua religión
gnóstica que llegó a alcanzar una gran difusión, aunque se encuentra extinta en la actuali-
dad. Si bien sus escritos se han perdido, sus enseñanzas se han conservado parcialmente
en manuscritos coptos, procedentes de Egipto, y en textos más tardíos del maniqueísmo
que se desarrolló posteriormente en China, principalmente en la región de Turfán (cuenca
del Tarim), y en el Turquestán.

Biografía
Mani (nombre cuyo significado es joya) pertenecía por su origen a la nobleza parta. Su pa-
dre, Pattig, procedía de Hamadán, y su madre pertenecía a la familia de los Kamsaragan,
emparentada con la dinastía reinante en el Imperio Parto, los Arsácidas.

Mani pasó su infancia y juventud en el seno de una comunidad judía ascética conocida
como los elcasitas, un subgrupo de la secta ebionita. Según los relatos biográficos de al-
Biruni —conservados en una enciclopedia del siglo X, el Fihrist, de Ibn al-Nadim—, recibió
una revelación de un espíritu al que llamaba Syzygos o "Gemelo". Cuando tenía alrededor
de 25 años, comenzó a predicar su nueva doctrina, basada en la idea de que podía alcan-
zarse la salvación mediante la educación, la negación de uno mismo, el vegetarianismo, el
ayuno y la castidad.

Más adelante, anunció que era el Paráclito prometido en el Nuevo Testamento, el Último
Profeta y el Sello de los Profetas, último de una serie de hombres enviados por Dios que
incluía a Set, Noé, Abraham, Shem, Nikotheos, Henoc, Zoroastro, Hermes, Platón, Buda y
Jesús.

Durante su vida, los primeros misioneros de Mani difundieron la nueva fe por Persia, Pales-
tina, Siria y Egipto. En vida de Mani el mismo emperador del Imperio sasánida, Sapor I, fue
amigo y protector de Mani y favoreció la divulgación de su mensaje por el Imperio. Asimis -
mo el hijo de Sapor, Ormuz I, rey de Armenia, era amigo y discípulo de Mani, por lo que a la
sucesión del trono de Sapor por éste, el camino para las enseñanzas de Mani parecía estar
en condiciones óptimas debido a la cercanía entre emperador y profeta, pero Ormuz murió
al cabo de un año y le sucedió su hermano Bahram I, enemigo acérrimo de Mani, al que
condenó a muerte con el apoyo de la casta de los magos del zoroastrismo.
Mani tuvo más seguidores entre la nobleza, como la reina de Palmira, Zenobia, que abrazó
la fe de Mani y acometió la empresa de difundirla hacia Egipto y más allá.

Según parece, murió en prisión por orden del emperador sasánida Bahram I. Las fuentes
discrepan en cuanto a la forma de su ejecución. El escritor libanés Amin Maalouf escribió
una novela histórica acerca de la vida de Mani, titulada Les jardins de lumière (Los Jardi-
nes de Luz, 199

EL MANIQUEISMO
Es la religión que tomó el nombre de Manes, su fundador, llamado en persa Mani (216-
276). Durante varios siglos representó gran desafío para el cristianismo, aunque pronto
desapareció.

1. Mani o Manes

Nació en el seno de aristocrática familia persa de Babilonia (actual Irak). Su padre, un


hombre muy piadoso, lo educó con los criterios rigoristas de los "bautistas", grupo gnósti -
co de los cristianos de la región. Eran defensores de una vida dura y ordenada y perma -
nentemente inquietos por el bautismo frecuente y la purificación del mal.

A la edad de 12 primero, y luego a los 24 años, Mani creyó recibir mensajes especiales
de un ángel que se le aparecía y lo nombraba el profeta de una nueva y última revelación.

Pronto comenzó la predicación. Llegó hasta la India, donde recibió la influencia del bu-
dismo. Encontró ardiente protección en el emperador persa Shapur I (reinó entre 241 y 272)
y predicó en todo el Imperio. Sus discípulos fueron enviados, ya en su vida, hacia el Impe -
rio romano y adquirieron alguna influencia en determinadas cristiandades.

Se autoproclamaba el último de los profetas, después de Zoroastro, Buda y Jesús. Su


mensaje fusionaba zoroastrismo y cristianismo, con mucho de budismo y de gnosticismo.

La rápida propagación del maniqueísmo provocó actitudes hostiles hacia su doctrina.


Por una parte se enfrentó con el zoroastrismo ortodoxo y por otra parte halló la aversión
de los cristianos. El rey Bahram I (entre 274 y 277) rompió su cooperación con Manes y le
encarceló No se sabe si su muerte en prisión fue por enfermedad o ejecutado.

. Mensaje

Manes, cuya cultura fue innegable y su preparación intelectual amplia, pensaba que la
ignorancia era el origen del mal en el hombre porque el principio malo se apodera fácil -
mente de él.

El subjetivismo en las interpretaciones religiosas originaba la mayor parte de los errores.


Por eso escribió muchos libros para que sirvieran como recordatorio de su pensamiento. A
comienzos del siglo XX se hallaron fragmentos de estas escrituras en chino, turco y egip -
cio.

Casi todo se perdió cuando llegó el islamismo y sus sucesores hubieron de adoptar for-
mas escondidas para sobrevivir. Algunos escritos se conservaron, como himnos, catecis-
mos y sermones.
Doctrina

Es una religión con grandes dosis de sincretismo, intentando una fusión entre tres doctri -
nas básicas: el zoroastrismo, el budismo y el cristianismo.

. Dualismo

Su visión es dualista en todo: lo del hombre, de la vida, del universo. Todo se rige por la
lucha entre el bien y el mal: a veces domina la luz (espíritu), que es Dios, y a veces la oscu-
ridad (problemas), que es Satán. En el principio los dos ámbitos estaban totalmente sepa-
rados, pero en una catástrofe original, el campo de la oscuridad invadió el de la luz: se
mezclaron y sigue entre ambos una lucha perpetua. El hombre es el campo principal de
esa lucha. El cuerpo humano es material perverso; el alma es espiritual y divina. Debe ser
redimida del cautiverio del cuerpo.

Si se consigue la sabiduría, el alma humana puede lograr dominar los deseos carnales
que son malos por sí mismos. Entonces asciende al campo de lo divino y entra en la unión
con Dios.

Grupos

Los maniqueos se organizaron pronto según el grado de perfección que lograban. Eran
más bien dos grupos:

- Los puros o elegidos practicaban un celibato estricto y eran vegetarianos, no bebían


vino y no trabajaban, dedicándose a la oración. Así aseguraban su posesión de la luz des-
pués de su muerte.

- Los simples oyentes, más numerosos, eran los que habían logrado un nivel espiritual
más bajo. Les estaba permitido el matrimonio, pero no debían tener hijos para no multipli-
car la carne corrompida. Practicaban ayunos semanales y servían a los elegidos. Su espe-
ranza era volver a nacer convertidos en elegidos. Evidentemente estas teorías fueron inter-
pretándose de diverso modo según los lugares.

Objetivo final

El deseo de los maniqueos era recomponer el mundo de la luz, rescatando los fragmen -
tos extendidos por el mundo. Entonces el mundo actual quedaría destruido y volvería el
tiempo primero.

El modo de conseguirlo habría de ser la vida pura de los adeptos y la influencia social en
lo posible.
El maniqueísmo se extendió en el siglo IV por el Imperio romano, sobre todo en el Norte
de Africa. Autores tan importantes como S. Agustín estuvieron prendidos por sus redes
durante años. La primitiva Iglesia cristiana, a través de sus Papas y de sus grandes escrito-
res, tuvieron que salir al paso de sus doctrinas, por su oposición al mensaje cristiano.

Los libros de Mani en persa, turco y egipcio fueron los principales apoyos para su difu-
sión. Se conocen algunos himnos, catecismos y plegarias que se le atribuyen sin funda-
mento sólido.
Como religión desapareció del mundo occidental a principios de la Edad Media, pero si -
guió ejerciendo cierta influencia y estuvo en la base de diversos grupos heréticos con las
mismas ideas sobre el bien y el mal o con su oposición a la dignidad del cuerpo. Tal fue la
idea base de los albigenses, los cátaros, los bogomilos y los paulicianos.
Incluso existe todavía hoy un eco dualista y polémico entre el cuerpo y el alma, cuyas
raíces no son ajenas a la influencia de escritores exageradamente dualistas, que luego se
refugiarían en los esquemas platónicos o plotínicos para justificar diversas interpretacio-
nes dualistas del mundo, de la sociedad y de la persona.

Cristianismo y maniqueísmo

Si la doctrina maniquea penetró tanto en los ambientes cristianos de la primitiva Iglesia,


se debió sin duda al contexto propicio que ofrecía el neoplatonismo reinante. Evidente -
mente que sus planteamientos teológicos eran incompatibles con la unidad divina esencial
al judaísmo y al cristianismo. Pero el contexto dual de la cultura: bueno-malo, luz-tinieblas,
gracia-pecado, salvación-condenación, herencia del judaísmo tardío, era un mensaje as-
equible.

Algunas de las filosofías recientes, como las del filósofo austriaco Rudolf Steiner con
sus visiones antroposófica del hombre y algunas de las sectas o grupos teosóficos o
scientológicos se resienten de maniqueísmo.

El educador debe ser consciente del peligro dualista que subyace en muchos plantea-
mientos éticos que desconfían del cuerpo y ensalzan excesivamente el espíritu. Debe su-
perar los resabios gnósticos que se puede introducir en planteamientos éticos rigoristas y
nefastos a la larga para la captación del mensaje luminoso y optimista del Evangelio

En la Wikipedia se añaden datos


https://es.wikipedia.org/wiki/Manique%C3%ADsmo

Maniqueísmo es el nombre que recibe la religión universalista fundada por el sabio persa Mani
(o Manes) (c. 215-276), quien decía ser el último de los profetas enviados por Dios a la humanidad.

El maniqueísmo se concibe desde sus orígenes como la fe definitiva, por cuanto pretende com -
pletar e invalidar a todas las demás. Al rivalizar en este sentido con otras religiones, como el zo-
roastrismo, el budismo, el cristianismo y el islam, de sus contactos con ellas se derivaron numero-
sos fenómenos de fusión doctrinal.
La definición teológica del maniqueísmo ha dividido a la crítica. Mientras que, para algunos erudi-
tos, el fenómeno maniqueo no es reductible a una concepción dualista de la divinidad y el cosmos,
ni es definible como gnosticismo,1 para otros muchos estudiosos es esencialmente gnóstico y dua-
lista. Se divulgó desde la Antigüedad tardía por el Imperio romano e Imperio Sasánida, y en la
Edad Media, por el mundo islámico, Asia Central y China, donde perduraría, al menos, hasta el siglo
XVII.

Por ello, sus escritos litúrgicos sagrados y fuentes propias se encuentran registrados en múlti-
ples lenguas, entre ellas, latín, griego, copto, persa medio, chino, parto, sogdiano, etcétera. Por lo
demás, existen fuentes no maniqueas que informan sobre las creencias y costumbres de esta reli-
gión desde San Agustín a al-Biruni. En la Edad Media, catarismo y bogomilismo fueron considera-
das herejías de raigambre maniquea, y en la actualidad algunas sectas y nuevas religiones se de-
claran maniqueas o neomaniqueas, aunque sin relación directa o histórica con el maniqueísmo.

Comenzando en el siglo III en Babilonia, en el Imperio Sasánida, se extendió a través del Oriente
hasta China por la cuenca del río Tarim, y en muchas partes del Imperio romano. Fue una religión
universalista, que aprovechó la Ruta de la Seda para su expansión, pero que se vio pronto perse-
guida en el área islámica y el Occidente cristiano, perdurando sobre todo en el Extremo Oriente.
Según todas las evidencias disponibles, el maniqueísmo sobrevivió, fundamentalmente, en Chi-
na, hasta inicios del siglo XVII, durante la dinastía Ming (1368-1644), y algunas de sus ideas y prin-
cipios, incluso, hasta más adelante, a principios del siglo XX.
En 2005 un equipo de estudiosos ha postulado la posibilidad de que un culto maniqueo haya po -
dido sobrevivir hasta el presente.

La vida de la comunidad maniquea

La comunidad maniquea se dividía en dos grupos:


 Los elegidos, en latín electi, pasaban su tiempo en oración, practicaban el celibato y eran ve-
getarianos. Tras su muerte, según la teología maniquea, los elegidos alcanzaban el Reino de
la Luz.
 Los oyentes, en latín auditores, debían servir a los elegidos, podían contraer matrimonio
(aunque les estaba desaconsejado tener hijos) y practicaban ayuno todas las semanas. A su
muerte, esperaban reencarnarse en elegidos.
Para que el Reino de la Luz triunfara sobre las tinieblas, todos los elegidos y oyentes debían al-
canzar el Reino de la Luz. En realidad, no era un triunfo lo que buscaban los maniqueos, sino un
retorno al estado original, la separación del Bien y del Mal. Pues el mal es indestructible, la única
forma de alcanzar el Reino de la Luz es huir de las Tinieblas.

La fiesta del Bema

La fiesta religiosa fundamental de los maniqueos era el Bema, que se celebraba anualmente:

El Bema fue originalmente, en la Iglesia Cristiana Siríaca, un asiento situado en mitad de la nave
desde el cual el obispo presidía y se leía el Evangelio. En los templos maniqueos, el Bema era un
trono de cinco peldaños, cubierto por valiosos tejidos, simbolizando las cinco escalas de la jerar-
quía. La cima del Bema estaba siempre vacía, ya que correspondía al asiento de Mani. Esta celebra-
ción tenía lugar durante el equinoccio de primavera, y era precedida por ayunos, simbolizando la
Pasión y muerte de Mani, constituyendo un estricto paralelo de la Pascua Cristiana.

Aunque se presume que a menudo, el Bema estaba vacío, hay algunas evidencias procedentes
del escrito maniqueo en copto "Salmos del Bema", de que en el Bema se hallaba una copia del Ar-
zhang, libro ilustrado según la tradición por Mani, que narraba la creación del Universo.
Doctrina

Jesucristo como un profeta maniqueo, la figura se puede identificar como una representación de
Jesucristo por la pequeña cruz dorada que se sienta en el rojo pedestal de loto en su mano izquier-
da. Siglo XIV.

Los maniqueos, a semejanza de los gnósticos, mandeos y mazdeístas, eran dualistas: creían que
había una eterna lucha entre dos principios opuestos e irreductibles, el Bien y el Mal, que eran aso -
ciados a la Luz (Zurván) y las Tinieblas (Ahrimán) y, por tanto, consideraban que el espíritu del
hombre es de Dios pero el cuerpo del hombre es del demonio. Esto se explicaba a través de un
conjunto de mitos antropogónicos, de influencia gnóstica y zoroástrica. En el hombre, el espíritu o
luz se encuentra cautivo por causa de la materia corporal; por lo tanto, creen que es necesario
practicar un estricto ascetismo para iniciar el proceso de liberación de la Luz atrapada. Desprecian
por eso la materia, incluso el cuerpo. Los «oyentes» aspiraban a reencarnarse como «elegidos»,
los cuales ya no necesitarían reencarnarse más.

Zoroastro, Platón, Jesús, Buda y otras muchas figuras religiosas habrían sido enviadas a la hu-
manidad para ayudarla en su liberación espiritual, siendo Mani el Sello de los Profetas. En la prácti-
ca, el maniqueísmo niega la responsabilidad humana por los males cometidos porque cree que no
son producto de la libre voluntad, sino del dominio del mal sobre nuestra vida. Por esto considera-
ban al pavo real (pavo cristatus) su animal sagrado, porque sus colores en el plumaje revelaban los
distintos estados espirituales por los que pasaba el cuerpo para lograr purificarse y transformarse
en el espíritu divino.

También podría gustarte