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Cho Que Qui Rao Context o Imperial

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Choquequirao en el contexto del desarrollo imperial temprano del Cusco

Chapter · June 2019

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2 authors, including:

Gori-Tumi Echevarría López


Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica
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Investigaciones
Arqueológicas en
Choquequirao,
Cusco, Perú. Vol. I
© Investigaciones Arqueológicas en Choquequirao. Vol. 1.
Zenobio Valencia García & Gori-Tumi Echevarría López
© Primera Edición, junio 2019
Tiraje: 1000 ejemplares

Editor: Gori-Tumi Echevarría López


Quispicanchis J-13, Cusco
Diagramación: Gori-Tumi Echevarría López
Imagen de carátula: Yuri Fuentes, 2005. Quilca de una llama, sector VIII de
Choquequirao.

Edición auspiciada por:


EL&A Contratistas Generales S.A.C.
E-mail: troy.echevarria@elasac.com
Quillka Rumi, Arte Rupestre Peruano
E-mail: erojastirado@gmail.com
EPERVIER. For Adventurers
www.epervier.net
JV Filmmakers
@jvfilmmakers
Asociación Peruna de Arte Rupestre (APAR)
aparperu@gmail.com

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2019-06550


ISBN: 978-612-00-4437-7
Lima-Perú

Impresión:
Juan Gutemberg, Editores e Impresores E.I.R.L.
Av. Bolivia 148, Stand 2069 - Centro Comercial Centro Lima, Lima 1
Teléfono: 999581716. E-mail: juangutemberg@hotmail.com

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin permiso de los autores

Valencia García, Zenobio & Gori-Tumi Echevarría López


Investigaciones Arqueológicas en Choquequirao. Vol. 1. Lima: 2019
Palabras clave: Arqueología Andina, Historia Andina, Época Inca, Choquequirao,
Incas, Cusco, Perú
7
Choquequirao en el contexto del
desarrollo imperial temprano del Cusco*

La manera precisa en que el Estado cusqueño penetró en el área


geográfica donde se encuentra el sitio arqueológico Choquequirao es todavía
una cuestión pendiente, y la mayoría de argumentos sobre el tema, como
veremos después, son generalmente especulaciones basadas en pocos datos
arqueológicos concretos y en cuestionables articulaciones historicistas. Esta
realidad se extiende a toda la zona de Vilcabamba, donde, salvo contadas
excepciones, el impacto cusqueño todavía no se comprende desde una
perspectiva arqueológica local concreta.
Se puede afirmar que la falta de investigaciones arqueológicas en
Vilcabamba, más allá de los sitios incas, dificulta comprender y dilucidar los
elaborados procesos de adaptación sociocultural de las poblaciones locales
frente al contacto con grandes sociedades complejas, como la cusqueña del
siglo XV y XVI. Esta es una de las razones por la cual, la mayoría de los sitios
arqueológicos de la región se hallan sin una base de asociación arqueológica
local inmediata, misma que pueda permitir su explicación histórica a partir de
un adecuado marco de evidencia.
________________

* Este capítulo se presentó como una ponencia al VI Seminario de Arqueología.


Universidad Nacional Federico Villarreal. “Poder en los andes centrales: sistemas culturales y
dominio estatal prehispánico.” 10 y 11 de octubre del 2007.
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

Frente a este panorama, el Proyecto Arqueológico Sector VIII, “Las


Llamas” de Choquequirao26 se propuso examinar el problema cronológico y
cultural del sitio, sobre la base de investigación arqueológica y la revisión y
análisis de documentación histórica relacionada. El resultado de este estudio,
constituye información acerca del contexto histórico cultural en que se
inscribe Choquequirao, y sus connotaciones respecto al despliegue de poder
del Estado imperial cusqueño en el área durante una época temprana de su
historia.

REFERENCIAS Y ANTECEDENTES LOCALES


Choquequirao se ubica hacia la margen derecha del río Apurímac en
su confluencia con el río Blanco, al sur de la cordillera de Vilcabamba, sobre
el espolón rocoso del cerro Choquequirao que se proyecta al cañón del río
Apurímac a una altura de 3100 msnm. El sitio se encuentra en el límite entre
los departamentos de Cusco y Apurímac, aproximadamente a 130 Km de
distancia de la actual ciudad del Cusco (fig. 7-1).
El sitio epónimo es en realidad una zona arqueológica multicomponente
con variados conjuntos arqueológicos (fig. 7-2), caracterizados por
arquitectura monumental de diferente tipología, que funcionalmente incluyen
áreas residenciales y agrícolas. Los conjuntos arqueológicos monumentales

26 Proyecto dirigido por el arqueólogo Zenobio Valencia García, llevado a cabo


bajo el amparo del Acuerdo No 153-2005-CTPA-INC-C (Comisión Técnica Permanente
de Arqueología de la Región Cusco) y la RD No. 1140/INC-DREPH-D (22/08/2005), del
Instituto Nacional de Cultura.

Figura 7-1. Mapa de ubicación de Choquequirao entre el Cusco y Andahuaylas.


CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

Figura 7-2. Sectorización de las principales áreas arqueológicas de Choquequirao.

se distribuyen en un área extensa, desde la cuenca del río Victoria, hasta el


borde del río Chunchumayo, concentrando sus mayores construcciones en la
cresta y laderas laterales del cerro Choquequirao (fig. 7-3), más de mil metros
arriba del cauce del río Apurímac en su margen derecha.
Aunque Choquequirao es un enorme y complejo asentamiento
monumental, este no es precisamente reconocido por su componente
arqueológico. La presencia de asentamiento dentro del territorio
históricamente llamado “Vilcabamba”, ha sido clave para relacionar a
Choquequirao con los mitos e historias populares de la región, los que han
condicionado la comprensión de este yacimiento al menos desde la última
centuria hasta nuestros días.
A partir del siglo XIX, las excursiones en Choquequirao, llevadas
a cabo por exploradores y viajeros, peruanos y extranjeros, consignaron
la noticia de una ciudad perdida con grandes tesoros, cuya vinculación
a los hechos de “Manco Segundo” y la resistencia de los “últimos Incas”
era incontrovertible. Así lo hicieron saber Leonce Angrand en 1847 (en
Romero 1909), Eugene de Sartiges en 1851(1970), De la Rosa en 1908,
y Hiram Bingham en 1910 (cf. Bingham 2001), por citar las fuentes más
relevantes de la época; siendo evidente que el mito favoreció la tácita y
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

Figura 7-3. Sectores del área central de Choquequirao, en base a Samanez y Zapata 1994.

popular asociación de Choquequirao a la etapa terminal del Tahuantinsuyu


y a su función en relación a la “resistencia” cusqueña dirigida inicialmente
por el gran Manco .
Esto es particularmente interesante, porque hasta el siglo XVIII, la
mayoría de referencias documentales sobre Choquequirao lo mencionan
básicamente como un asentamiento despoblado en una zona apropiada para la
explotación minera; tal como refiere Juan Arias Díaz Topete en 1710 (Huertas
1973), o Cosme Bueno entre 1764-1768 (Bueno 1951); y lo mismo puede
decirse del manuscrito de 1786 (Duffait 2005) ó de la información Oricaín de
1790 (1906). Se puede deducir, entonces, que las historias sobre Manco Inca
tienen un origen fundamentalmente oral y, salvo mejor información, no existe
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

documento escrito que asocie Choquequirao a la “resistencia” en Vilcabamba


hasta el siglo XIX; cosa que ya había sido advertido enfáticamente por
Romero en 1909.
En tiempos modernos, la asociación de Choquequirao al mito o la
leyenda, ha soslayado importante información histórica y arqueológica que
podría explicar la razón de este asentamiento en la cuenca del río Apurímac,
y en la región de Vilcabamba en extenso; como por ejemplo el hecho que
Choquequirao es solo uno de los más de 70 sitios arqueológicos que se ubican
entre los distritos de Mollepata, Santa Teresa, Cachora y Huanipaca, entre
Cusco y Apurimac, (Valencia 2005), los que en conjunto exponen una compleja
y larga ocupación cultural en la zona. Para la actual explicación “histórica” de
Choquequirao, es necesario estimar que la mayoría de las investigaciones se
han centrado en el yacimiento principal, sin discutir explícitamente el estado
de la cuestión arqueológica regional, sobrevalorado básicamente los aspectos
monumentales y las leyendas históricas relacionadas.
Aunque la centralización de los estudios en Choquequirao, ha sido
una de las razones por la cual existe muy poca información arqueológica
regional para el establecimiento de un contexto ocupacional anterior
al Tahuantinsuyu, en años recientes este panorama ha cambiado con los
trabajos en el sitio de Quriwairachina (Valencia 2001, Bejar 2002, Frost y
Gorsuch 2002); en Cota Coca (Ziegler y Thomas 2002, Huamán 2014); en la
cuenca del río Yanama (Valencia 2005, Frost y Floerke 2016); y un poco más
lejos en la cuenca del Yuracmayo o Santa Teresa (Duffait 2016), lugares en
donde se han encontrado asentamientos arqueológicos con ocupaciones pre-
incas, caracterizadas por edificaciones circulares de funciones principalmente
domésticas.
En Choquequirao, la misión francesa ha excavado yacimientos pre-
Tahuantinsuyu, y los datos provenientes del sector IX (“Pikihuasi”) y el sector
II1 del sitio (ver figs. 7-2 y 7-3), exponen también evidencias de una ocupación
de tipo doméstico27. En los recintos circulares del sector IX, las excavaciones
han arrojado una secuencia de cuatro fases cerámicas, reconociéndose piezas
“formativas”28 (1000 a. C. y 200 d. C.), “Huari”, “Killke”, y finalmente “Inca
clásico”; con subtipos “Inca local” e “Inca imperial” (Lecoq 2005). Salvo
los estilos formativo y Huari, Gustavo Alencastre ya había propuesto una

27 Lecoq (2005:89) reporta para el sector IX : “…recintos de plantas cuadrangulares y


circulares de diámetro promedio de 5.60 m. cada una, con un vano de acceso de 1 m de ancho,
orientado al sudoeste (…) miles de fragmentos de cerámica doméstica con manchas de hollín,
huesos de camélido y cuy quemados (…) además de restos de fogones”.
28 La consideración de la cerámica más temprana de su secuencia como “formativa” ha
sido ampliamente cuestionada por los arqueólogos del Cusco (Zenobio Valencia, comunicación
personal 2014).
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

secuencia similar en la década del sesenta, basada en cerámica recuperada de


huaqueos en el sitio (Alencastre 1966).
La presencia de diversos componentes cerámicos en contexto reducidos
(sólo se excavaron tres recintos en el sector IX), confirma nominalmente
la existencia de un sustrato cultural anterior a la ocupación cusqueña en
Choquequirao, pero no aclara su naturaleza sociocultural en la zona. La
mayoría de los materiales anteriores a la cerámica “inca”, especialmente del
Horizonte Medio, han aparecido en el registro sin un contexto funcional
definido, mezclándose con los artefactos más tardíos que sí parecen vinculados
a un uso doméstico. De otro lado, es evidente también que el componente
cerámico tardío es estilísticamente ambiguo (“análogo a Killke” según Lecoq
[2005]), o de caracteres “pre-incas” cuando es reconocida en otros sitios (cf.
Frost y Floerke 2016), con lo cual se corrobora que la cerámica local tardía
no ha sido aún definida estilísticamente.
La presencia de materiales pre-incas asociados a artefactos “incas”
en contextos arqueológicos cerrados, en Choquequirao y en otros sitios
arqueológicos de la región, sugiere que los recintos circulares debieron
encontrarse en funcionamiento durante el impacto Tahuantinsuyu en el área,
siendo, a partir del contacto, reutilizados con la misma función doméstica, o
transformados en zonas de enterramientos y tumbas.
En Choquequirao, los recintos circulares excavados por la misión
francesa (fig. 7-4) son parte de pequeños agrupamientos de edificaciones
que pudieron haber cubierto áreas considerables, encontrándose ahora en
secciones separadas del centro de la ocupación Cusqueña del sitio (“edificados
sobre una docena de terrazas…” Lecoq 2005: 89) (fig. 7-5). En contraste,
un ejemplo de asentamiento local completo podría ser el sitio de “Pajonal”,
ubicado al noroeste de Choquequirao (ver fig. 7-2, fig. 7-6), el cual presenta
al menos 60 edificaciones sobre una extensión mayor a los 200 m lineales. La
evidencia indica que el asentamiento inca marginalizó o destruyó la ocupación
previa en la parte central o nuclear de Choquequirao, mediante la reducción
de su área construida, lo que se puede observar en sector IX (Pikiwasi) y en
el sector II1 (Talleres) de la zona arqueológica.
Evaluando la evidencia en conjunto, se reconoce la existencia de un
sustrato social extenso antes de la ocupación cusqueña de Choquequirao.
¿Pero quiénes fueron estas gentes? La información colonial no es muy clara
al respecto. De acuerdo los documentos publicados por Julien (2000) y la
información revisada por Duffait (2005), sitios como Choquequirao fueron
incorporados en las encomiendas coloniales en términos de poblaciones,
conservando en muchos casos sus nombres originales, aunque sin consignar
diferencias sociales, ayllus, jefaturas, naciones o gentilicios nativos o
foráneos en sus referencias. En la encomienda a Hernando Pizarro de 1539,
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

Figura 7-4. Uno de los recintos circulares excavados por la misión francesa, sector IX
“Pikihuasi”. Fotografía: cortesía Jhon Valencia 2005.

Figura 7-5. Recintos circulares sobre terrazas en el sector IX “Pikihuasi”. Choquequirao.


Modificado de COPESCO, 2005.
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

Figura 7-6. Esquema de distribución de recintos circulares, sitio arqueológico de Pajonal.


Choquequirao. Redibujado de COPESCO 2006.

Choquequirao es mencionado como Chuquicarando o Chuquierrando, “e


donde tiene su casa Atapoma con todos los yndios e prinçipales a el subjetos”
(Julien 2000: 250)
Si estamos en lo correcto, la referencia a Choquequirao debe indicar
al asentamiento inca en extenso, con toda su población local asociada
en un estatus post Tahuantinsuyu; es decir con la llaqta funcionalmente
desestructurada. Aunque no sabemos a ciencia cierta si asentamientos locales
como Pajonal estuvieron funcionando durante esta época, ha debido existir
una población nativa jerarquicamente diversificada (“yndios y principales”)
en el área al momento de hacerse efectiva la encomienda. Población que
fue después removida, conservando su jerarquía, cuando se implementaron
definitivamente las reducciones en la zona. A partir de este hecho, San Pedro
de Cachora se convirtió en el pueblo más importante del área, a donde se
redujeron los pueblos de Choquequirao, Sayhuite y Urco, lo que sucedió
aproximadamente por 1590 (Duffait 2005).
Aunque la información revisada es interesante por sí misma, aún está
pendiente la pregunta anterior. Hipotéticamente podríamos identificar al
grupo Quechua como el sustrato social que antecedió a los cusqueños en la
zona; especialmente considerando que, a nivel histórico, la existencia de esta
nación ha sido más definida durante el periodo de formación imperial del
Cusco, diluyéndose luego cuando los quechuas fueron incluidos en el aparato
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

administrativo estatal en una fase imperial consolidada29. Los quechuas son


mencionados principalmente en relación a la guerra Chanca-Inca (Rowe
1946, Schaedel 1978, Huertas 1990, Espinosa 1997), por lo que su papel en la
ocupación cusqueña en la cuenca del Apurímac no puede ser soslayado.
En su lista de “tribus y provincias”, Jhon Rowe describe a los quechuas
como una unidad socio política compleja, similar al Cusco, mencionando
además que… “Al comienzo del siglo XV, los Quechua parecen haber sido una de
las más grandes y más poderosas tribus en su parte de los Andes. Su territorio
incluyó la provincia de Chanca (Andahuayla) en un lado, y probablemente la de
Cotapampa en el otro, cuando el estado Inca era pequeño y recién empezaba
a mostrar fortaleza” (Rowe 1946: 189 [sic], traducción nuestra). Aunque
los quechuas parecen ocupar solo la margen izquierda del río Apurímac, se
puede sugerir que esta población se habría asentado en ambas márgenes de
esta cuenca, abarcando un espacio considerable, que incluiría territorios entre
Abancay y Vitcos; es decir cubriendo una parte importante de la región de
Vilcabamba30. Mencionamos esto, porque es bastante significativo que en
1586, el Corregimiento de Abancay incluya Puquiura (en Vitcos) y Abancay
dentro de su jurisdicción (Regalado 1992), y que la reducción de San Pedro de
Cachora, por 1590, contenga los pueblos de Sayhuite, Urcos y Choquequirao,
ubicados en ambas márgenes del Apurímac (Duffait 2005); lo cual induce a
pensar en un territorio compartido y una relativa uniformidad cultural antes
de la ocupación cusqueña de la zona.
Aunque para los fines de la presente discusión, la naturaleza cultural de
la población entera de Vilcabamba no es un tema relevante, causa suspicacia el
hecho que no se mencionen los grupos o los gentilicios locales que estuvieron
vinculados a la ocupación cusqueña en el área cuando se realizó la invasión
española; especialmente considerando la importancia que esta región tuvo en
la consolidación de la colonia. En la instrucción de Titu Cusi Yupanqui (1916
[1570]), así como en las memorias de Baltasar de Ocampo (2013[1611])
no hay referencias a poblaciones locales, y en la información de servicios

29 Siguiendo las crónicas, Rowe (1946) menciona que los quechuas fueron hechos “incas
de privilegio” lo cual sin duda aboga por una incorporación directa del área al sistema estatal
cusqueño, tal como también ha sido sugerido por Schaedel (1978). Si la guerra Chanca-Inca
afectó en forma contundente la nación Quechua, esta pudo haber quedado prácticamente
difuminada con la extensión del estatus de “inca” a sus principales componentes jerárquicos
(curacas por ejemplo); integrándose así al imperio temprano en sus principales niveles sociales.
30 No existe información definitiva respecto a los límites del territorio Cusqueño de
Vilcabamba, el cual sirvió de escenario a la resistencia Cusqueña por casi 40 años. Regalado
(1992), destaca el hecho que el puente Chuquichaca constituyó un marcador entre el territorio
controlado por los españoles (cuencas del Amaybamba, y cuenca media y alta del Urubamba)
y el territorio “Antisuyu” controlado por los cusqueños. El otro límite al oeste debe ser
Vilcabamba (Guillen 1977, 2005) o Espíritu Pampa; y hacia el sur, el río Apurímac.
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

del Virrey Toledo, solo se menciona indígenas de las “provincias” Manavis,


Pilcocones e Iscaisingas comunicándose y comerciando con los españoles
luego de la muerte de Túpac Amaru, que estuvo alzado en la “provincia” de
Vilcabamba (Toledo 1921: 78-80); quedando claro que estas son provincias
o territorios vecinos de Vilcabamba y no poblaciones locales. Por su parte,
Regalado (1992) señala también , en base a fuestes documentales, que gente
de pueblos amazónicos Manaries y Pilcozones “solían acudir a ‘Vilcabamba
la Vieja’ y Puquiura a realizar intercambios”, lo que confirma que esta fue
un área de interacción social con naciones amazónicas durante el siglo XVI,
aunque en ese momento no parece haber sido poblada directamente por ellos.
Si hubo pueblos locales durante la época pre-inca, como esta corroborado
en la cuenca del Pampaconas (Pardo 1972), Amaybamba31, Santa Teresa,
Yanama, o Victoria, etc., ¿cómo se han difuminado las identidades locales?
Este es probablemente un caso similar al de los pueblos pre-incas asentados
en Choquequirao antes del primer contacto y asentamiento cusqueños en el
siglo XV32.

INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHOQUEQUIRAO


Secuencia constructiva

El año 2005 desarrollamos una serie de investigaciones en el sector VIII


“Las Llamas” de Choquequirao, con la intención de contextuar el reciente
descubrimiento arqueológico de muros ornados con figuras de camélidos.
Los trabajos incluyeron, entre otros, excavaciones arqueológicas sistemáticas,
estudios arquitectónicos, análisis de materiales muebles, y análisis botánicos;
destacando, un muestreo analítico de la arquitectura en los 12 sectores
reconocidos en el complejo arqueológico hasta ese entonces.
El muestreo se diseñó específicamente para examinar el aparejo
en estructuras de muros, mediante un examen visual directo. Los datos
obtenidos permitieron advertir y determinar variaciones y cambios respecto
a materiales y sistemas constructivos, los que ayudaron a definir el contexto y
la secuencia relativa de crecimiento arquitectónico del sector VIII (Echevarría

31 El año 2014, en el marco de un proyecto de investigación en la cuenca del Amaybamba,


documentamos diversos asentamientos con edificaciones circulares, corroborando su
cronología pre-inca.
32 Si Vilcabamba estaban incluido dentro del territorio de la nación Quechua, entonces
es probable también que la pérdida de identidad política de los pobladores pre-Tahuantinsuyu
del área se deba a las mismas causas anotadas para la zona de Choquequirao; es decir a su
inclusión en la estructura administrativa y social cusqueña.
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

López 2008, Echevarría López y Valencia 2008), y en general de todo el


complejo arqueológico. Aunque aún falta definir momentos constructivos
en sectores particulares, el orden general de crecimiento de Choquequirao
quedó preliminarmente delineado.
Para el sector VIII (fig. 7-7), la secuencia constructiva se inicia a
partir del subsector central, con un diseño, un material constructivo y un
aparejo particulares (fig. 7-8), al que le sigue el subsector inferior (donde
se encuentran los murales de llamas) con otro material, otro aparejo y otro
diseño arquitectónico (fig. 7-9). Finalmente continúa el subsector superior,
con otro tipo de construcción, la cual muestra un aparejo fragmentado y un
diseño irregular, aunque también con decoraciones murales (fig. 7-10). Esta
secuencia con cambios constructivos marcados es relevante, pues evidencia
un salto cualitativo y cuantitativo entre el uso del espacio y la introducción de
diferentes diseños arquitectónicos, lo que también se repite en otros sectores
del sitio.
El sector VII (“Andenes”), el sector I (Plaza Alta o Hanan) y sectores II y
III (Plaza Baja o Hurin), (ver figs. 2 y 3) muestran un proceso de crecimiento
que incluye el cambio en el material constructivo33, y una alteración moderada

33 El sector VII es un ejemplo claro para estimar el crecimiento de una unidad


arquitectónica particular a partir del cambio en el material constructivo, y en menor media en
la variación del diseño. Este cambio se advierte por la variación en la calidad de los esquistos
usados en las fases constructivas. El esquisto de mejor calidad se usa mayoritariamente en
las edificaciones más tempranas, mientras el esquisto de menor calidad (con mucha mica) se
incorpora en masivamente en las edificaciones más tardías. Con la ampliación, el diseño se
readecua, la escala de los muros se incrementa, y se incorporan, vertical y horizontalmente,
nuevas secciones constructivas. Una etapa tardía e inconclusa de remodelación arquitectónica
puede dar la impresión que estas edificaciones nunca se terminaron de hacer.

Figura 7-7. Mapa del sector VIII. Tomado de COPESCO 2005.


ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

Figura 7-8. Aparejo subsector central del sector VIII. Fotografía: Gori-Tumi 2005.

Figura. 7-9. Aparejo subsector inferior del sector VIII, con dos llamas graficadas
estructuralmente en el paramento. Fotografía: Gori-Tumi 2005.
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

Figura 7-10. Muro del subsector superior del sector VIII, con decoracion mural formada por
una especie de banda blanca estructural en el centro. Foto Gori-Tumi 2005.

en el diseño arquitectónico. Según estas variables, podemos estimar que la


construcción de las edificaciones de la plaza baja es contemporánea con la
primera fase del sector VII y del todo subsector central en el sector VIII.
Estas variables también indican que es muy probable que la plaza alta se haya
completado posteriormente a la baja, y que el sector VII fue ampliado antes
que el sitio experimentara un crecimiento extraordinario, el cual constituye
para nosotros la segunda gran etapa del desarrollo del asentamiento en
conjunto.
A partir de estos resultados, hemos propuesto (Echevarría López 2008,
Echevarría López y Valencia 2008, 2011) que, posterior a la finalización de la
infraestructura de su área central, Choquequirao incorporó tres gigantescas
obras de infraestructura agrícola cambiando completamente el sentido formal
y funcional del asentamiento original; obras que se ejecutaron de manera
secuencial. En un primer momento se edificó el sector IX (“Paqchayoq”), con
un aparejo, en los muros de las andenerías, similar al usado en el área central
de la llaqta (fig. 7-11); y posteriormente se levantaron el subsector inferior
del sector VIII (donde se encuentran los andenes con llamas, fig. 7-12), y el
sector XII del sitio llamado “Pinchaunuyoq” (fig. 7-13). Estos tres últimos
sectores muestran parecidos en el diseño, pero el sector IX (“Paqchayoq”),
se diferencia por otra construcción y otro aparejo. Hay que enfatizar que la
escala de estas unidades arquitectónicas es enorme, solo el sector IX es más de
dos veces el tamaño del área central, “urbana”, del asentamiento, incluyendo
todos sus sectores asociados (ver fig. 7-2).
El crecimiento arquitectónico de Choquequirao es definitivamente
marcado y permite distinguir la introducción de obras de infraestructura en
un orden específico, lo que ayuda a establecer el contexto cultural en que estas
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

Figura 7-11. Plano del complejo de andenes de Paqchayoq. Tomado de COPESCO, 2005.

Figura 7-12. Parte de la subsector inferior del sector VIII de Choquequirao, mostrando los
camélidos –llamas- graficados en el paramento de sus andenes. Fotografía: Gori-Tumi 2017.
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

Figura 7-13. Vista panorámica del complejo de andenes de Pinchaunuyoq. Fotografía: Gori-
Tumi 2017.

obras se han llevado a cabo. Por ejemplo, sabemos ahora que las decoraciones
de murales con camélidos en el sector VIII son parte de un crecimiento
integral que afectó todo Choquequirao, y que se produjo cuando el área
central de la llaqta ya había sido completada; probablemente en la época de
mayor auge del sitio. Aunque cada sector expone una escala de crecimiento
particular, toda la evidencia indica que el asentamiento se desarrolló en dos
grandes momentos, los que pueden ser correlacionados dentro de un marco
histórico definido.

La cronología y la asociación cultural

Hasta nuestra intervención en el sito, arqueológicamente no se


había podido recuperar información fehaciente para poder establecer la
cronología y la asociación cultural de Choquequirao, por lo que la mayoría de
planteamientos al respecto han estado sujetos a especulaciones y referencias
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

genéricas a partir de su, hoy evidente, relación a la época del Tahuantinsuyu


(Samanez y Zapata, 1989, 1994; Lumbreras, 2005; Paz, 2007, Burga 2008)34.
De igual manera, desde una perspectiva histórica pura, tampoco se han
obtenido resultados concretos, debido a que el sitio, salvo mejor información,
no posee referencias documentales específicas que puedan sugerir el momento
en que el asentamiento se originó, o las razones de tal locación; lo que se puede
deducir también de algunos planteamientos particulares (Duffait 200535). Este
hecho sin duda separa Choquequirao de sitios como Machupicchu, donde
información colonial ha sido clave para su ubicación cronológica (Rowe 1992).
Al respecto, hay que mencionar que el primero en establecer una
cronología de Choquequirao fue Hiram Bingham a partir de comparaciones
entre la arquitectura de este asentamiento y la de sitios como Pisaq,
Ollantaytambo y el Templo de Viracocha en Raqchi, demostrando la
pertenencia de sitio a la cultura “Inca” (Bingham 1910)36. Aunque esta

34 Samanez y Zapata (1989: 20, 1994: 103) plantean que, “El Inicio de la construcción de
Choquequirao debe remontarse a los sucesores del Inca Pachacutec, es decir a Topa Inca (1471-
1493) o Wayna Capac (1493-1527)”. Según Lumbreras (2006: 136): “El sitio parece haberse
construido en los últimos tiempos del imperio después de Machupicchu (…) Es una hipótesis
consistente asumir que fue durante el gobierno de Huayna Capac, porque existen todos los
indicios que el lugar se encontraba inacabado y podría pensarse que aquello ocurrió a la muerte
de este inca, poco tiempo antes que llegaran los españoles.” Paz (2007: 248) sostiene que: “Los
muros decorativos (…) tienen algunas características que podrían permitir establecer cierta
similitud con el estilo Chachapoya. De ser el caso, estos trabajos quizás pudieron haber sido
realizados por mitimaes traídos durante el gobierno del Inka Pachacuti,…” Finalmente varios
autores, en la coordinación editorial de Burga (2008: 157-158), mencionan: “El arqueólogo
francés Patrice Lecoq (…), quien ha trabajado en Choquequirao (…) propone que estamos
ante un centro poblado que pudo estar ya habitado antes de los incas. Sin embargo, sin duda
alguna, todas las estructuras más importantes que ahora conforman el Complejo Arqueológico
Choquequirao fueron construidas en la época de los últimos incas”. Luego, repitiendo las
afirmaciones de Lumbreras y Paz, aquí citados, dicen: “Sin ninguna duda podemos considerar
que estas afirmaciones son válidas, solamente nos falta confirmar si Choquequirao fue
construido en la época de Huayna Cápac, quizá con la misma intención conmemorativa que
los constructores de Machu Picchu. Además, esas 23 llamas representadas (…) en los muros
de las terrazas que cubren las faldas del complejo (…), parecen haber sido obra de maestros
constructores de origen chachapoya, utilizando técnicas con las que otros maestros del mismo
origen adornaron los muros de los edificios de Kuélap y Pajatén” (El subrayado es nuestro)
35 Duffait sugiere, a partir de información histórica, que Choquequirao pudo haber sido
una propiedad de Tupac Inca (1471-1493), lo que tiene su base en el reclamo de Sayri Tupac,
jefe de su Panaca, sobre parte de la encomienda de Hernando Pizarro que incluye el territorio
donde se encuentra el asentamiento.
36 Bingham, usando datos de Squier (1877) y sus propias observaciones, comparó el
diseño y las magnitudes de los grandes recintos dobles que se hayan en Choquequirao, de
dos pisos y mojinete triangular, con los que se encuentran en Pisaq, Ollantaytambo y Raqchi.
Refiriéndose a los datos de Ollantaytambo Bingham dice: “this description fits these structures
almost exactly” (Bingham, 1910: 515).
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

asociación es ahora explícita, Bingham, mediante una comparación simple,


se acercó más que nadie a la cronología de Choquequirao, porque ahora
sabemos que los tres sitios usados para su comparación están vinculados al
inca Pachacuti37; el cual es, de acuerdo con nuestros estimados, el responsable
del más temprano asentamiento cusqueño en el sitio.
Desde una perspectiva localista, comparaciones entre unidades
arquitectónicas y sitios arqueológicos permitirían ajustar la cronología.
Usando como modelo la gran paqcha escalonada de Choquequirao38
encontramos parecidos notables entre edificaciones similares –paqchas–
situadas en asentamientos Tahuantinsuyu dentro de Vilcabamba que ya han
sido asociados al tiempo de Pachacuti. Entre estos sitios se puede mencionar
a Sayhuite, Phuyupatamarca, Choquesuysuy y Wiñayhuayna (Fejos 1944,
Kendall 1976, Tello 2014a y b), por citar los ejemplos más notables. Niles
(1993) por su lado, incorporó también criterios paisajísticos para este tipo
de relación, incluyendo afloramientos rocosos, los cuales se pueden ver por
ejemplo en Vitcos, Yuraq Rumi, Chachabamba o Machupicchu; y también
en Choquequirao. La relación formal y de diseño entre sitios y unidades
arquitectónicas no debe considerarse casual y tendría una correlación
histórica
En su trabajo sobre Machupicchu, Rowe propone que el asentamiento
pudo haberse tratado de una propiedad particular del inca Pachacuti (Rowe
1992: 158), la cual mando edificar después de su campaña en la conquista del
valle de Urubamba, en el contexto de la campaña de Vitcos, y el contexto de
la guerra y/o post guerra contra los Chancas. Según Rowe, Pachacuti realizó
campañas sucesivas en los valles al noroeste del Cusco con la intención de
pacificar estos territorios, y probablemente incorporarlos a la administración
cusqueña. Estas campañas pudieron haber seguido una secuencia partiendo,
de oeste a este, desde la cuenca del río Apurímac (desde Curahuasi hasta la
cuenca del río Arma), la cuenca del río Urubamba, del río Vilcabamba, y
finalmente del río Amaybamba39.
La secuencia de campañas tiene claras implicancias cronológicas, y si

37 Para el caso de Raqchi, Manuel Chávez Ballón (1963), resumiendo los resultados de
la Primera Expedición Científica de la Universidad Nacional del Cusco en Raqchi, de 1962,
asocial el sitio y el templo principal o “Inka Perqa”, al inca Pachacuti.
38 Esta edificación escalonada con fuentes o caídas de agua consecutivas fue descubier-
ta por Bingham en 1909, quien la llamó “giant stairway” (Bingham 1910).
39 Aunque las referencias a las conquistas cusqueñas surgen a partir de la resolución
de la guerra contra los Chancas (Rowe 1946), es perfectamente lógico que algunas de las
primera instalaciones “imperiales” se hayan edificado en las zonas primarias más afectadas por
esta dinámica, es decir la cuenca del Apurímac entre los actuales departamentos del Cusco y
Apurímac. El orden de la “conquista” Cusqueña pudo haber seguido una secuencia lineal, que
ha sido interpretada también como “ritual” por Pease (2004).
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

aceptamos que Choquequriao fue mandado a edificar (siguiendo la sugerencia


de Rowe sobre Machupicchu) como “recuerdo memorial” a una de sus
campanas tempranas, o por cualquier otra razón sociopolítica, entonces
estamos frente a una de los asentamientos más tempranos del desarrollo
imperial cusqueño; probablemente anterior que cualquier otra edificación del
tipo entre la cuenca baja del río Urubamba, el río Vilcabamba y sin duda del
río Amaybamba. De acuerdo con esta lógica, Choquequirao también pudo
haber sido entonces, una propiedad privada de Pachacuti.
Sobre la base de estas correlaciones pensamos que existe información
suficiente para establecer el contexto más aproximado de la instalación
original de Choquequirao, que se dio durante el gobierno de Pachacuti Inca
Yupanqui, al cual corresponde a la primera etapa de desarrollo del sitio, la
que llamamos la “llaqta temprana”. Posteriormente, Pachacuti ya no debió ser
responsable de la ejecución de los sistemas de andenerías que se edificaron
durante la segunda etapa documentada de crecimiento de Choquequirao,
relacionadas a cambios en la función y consecuentemente en el sistema
productivo del asentamiento; esta es la “llaqta tardía”, la cual debe atribuirse
al inca Túpac Yupanqui.
Aunque las etapas de crecimiento del sitio son de una escala enorme y
se dan en conjuntos arquitectónicos separados, estos presentan un carácter
formal relacionado, ya sea a nivel constructivo o de diseño arquitectónico,
lo que nos sugiere un crecimiento continuado. La inclusión del subsector
inferior del sector VIII (segunda fase) adosada al subsector central (primera
fase) es un ejemplo notable de este cambio acelerado en la edificación del sitio,
que basados en las referencias ya revisadas, contrasta con la idea formal de
edificación regular que habría seguido Pachacuti. De esta forma, es probable
que Túpac Inca haya heredado Choquequirao y mandado edificar las grandes
obras de infraestructura agrícola, completado también algunos de los sectores
“urbanos”, cuando el Tahuantinsuyu vivía una verdadera etapa de apogeo40.
Para nuestra investigación, la notable variación arquitectónica constituye
la prueba de un cambio en las políticas de sentamiento y edificación, y de
un aumento cuantitativo en la producción expresada en la función de estas
grandes obras constructivas (andenes); los que se distribuyen al este, oeste
y norte del complejo. Algunos caracteres de estas obras, el aparejo que se
presenta en el subsector inferior del sector VIII y en “Pinchaunuyoq” (Ver

40 Históricamente se sabe que Túpac Yupanqui incorporó territorios en los valles


donde su padre Inca Yupanqui (Pachacuti) tenía propiedades, sea este el caso de Piscobamba
en el valle de Urubamba, y otras tierras en el valle de Amaybamba (Rowe 1992, Rostworowski
1993). Según Kendall (1976) Túpac Yupanqui modificó o concluyó sitios como Ollantaytambo,
Machupicchu y Raqchi, que se asume fueron propiedades del inca Pachacuti.
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

figs. 7-8 y 7-10), y las representaciones de camélidos y formas geométricas


del sector VIII, constituyen desarrollos exclusivos del asentamiento, siendo
genuinas obras de ingeniería constructiva y del desarrollo artístico cusqueño
de la época de Túpac Yupanqui.
Podemos concluir que las evidencias arqueológicas del desarrollo
y crecimiento de Choquequirao, así como las estimaciones históricas
relacionadas, permiten asociar el asentamiento a dos inca en dos contextos
socioculturales distintos, que funcionaron consecutivamente desde 1450
(surgimiento de Estado imperial con Pachacuti), hasta la invasión española
del siglo XVI. Con dos inca, las formas de implementación del prestigio y
el poder del Estado cusqueño en la zona pueden ser mejor comprendidas
sobre un marco de evidencia multitemporal, el cual debe ampliarse con
más investigación arqueológica e histórica. No obstante, mientras este
conocimiento es recuperado, podemos proponer una explicación para este
proceso.

LA IMPLEMENTACIÓN DEL PODER IMPERIAL CUSQUEÑO


De acuerdo con la información arqueológica, al momento de la instalación
de la infraestructura inca en Choquequirao, la zona contaba con un sistema
de asentamiento local, con al menos tres conjuntos arqueológicos dispuestos
en un área extensa pero contigua. Cuando la primera construcción cusqueña
se instala, esta modifica un área que estuvo cubierta por al menos dos de los
asentamientos locales, habilitando edificaciones no relacionadas directamente
a actividades productivas, agrícolas o de otro tipo. Esto se evidencia en la
mayor cantidad de edificios de tipo residencial en relación a la instalación de
sistemas de andenes de pequeña escala, como son los de las primeras fases
para los sectores VII y VIII.
La pequeña escala de la infraestructura agrícola que se verifica en la
primera fase del desarrollo constructivo de Choquequirao, sugiere que esta
instalación cumplió funciones administrativas o rituales en una zona que
estaba siendo incorporada al sistema estatal imperial temprano en un posible
contexto de conflicto socio cultural (guerra o post guerra), para lo cual una
arquitectura lujosa e imponente debió ser requerida. Esta infraestructura
implicó el establecimiento o la imposición de imágenes de prestigio y de
relaciones sociopolíticas claramente a favor del Estado cusqueño. La imposición
inicial de la arquitectura cusqueña permitió articular al menos dos de los
pueblos locales directamente al esquema urbano del nuevo asentamiento,
el mismo que cubrió en su crecimiento inicial, parte de las construcciones
tempranas o eliminó su parámetro funcional original; cambiando así la forma
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

en que las poblaciones nativas se articulaban entre ellas.


Aunque el asentamiento pre-Tahuantinsuyu más extenso (Pajonal) pudo
seguir en funcionamiento, probablemente como sustento o sustrato productivo
local, la incorporación o la anulación de los asentamientos directamente
asociados a la nueva infraestructura cusqueña reflejan la consolidación del
control de esta área y la posible incorporación de las elites nativas dentro
del nuevo esquema poblacional, las que quizás debieron ser acogidas en estas
nuevas facilidades. El uso de las unidades residenciales locales (edificios
circulares) como cementerio durante la ocupación Tahuantinsuyu del
área expone probablemente la finalidad última de esta arquitectura en un
contexto de consolidación residencial cusqueño. Al éxito de la imposición
física, evidenciada en la arquitectura, debieron sumarse también políticas de
interrelación social que incluyeron, por ejemplo, la elevación de la elite local
al rango de “incas de privilegio” y su incorporación definitiva al estatus social
cusqueño con el consecuente debilitamiento de la identidad colectiva nativa
hasta su posible disgregación o “desaparición” histórica.
El primer asentamiento Tahuantinsuyu, o la llaqta temprana de
Pachacuti, es básicamente un complejo lujoso de arquitectura residencial
(con plazas, templos, callanqas, palacios, paqchas, andenes y canales) el cual
debió facilitar las funciones administrativas y rituales propias de la forma
de interacción asimétrica desplegadas por los cusqueños en la zona, y que
fue probablemente planificada en mérito al contexto sociopolítico imperante.
No hay evidencia, al menos durante esta época, de que el asentamiento
imperial haya servido de base militar o de centro de producción o intercambio
masivo de bienes, estando más bien dirigido a la integración de una zona
y de una población al sistema estatal cusqueño. Es posible que Pachacuti
haya “conquistado” esta zona en forma pacífica, mediante rituales, festines e
intercambios, para los que la arquitectura estuvo diseñada.
Cuando Túpac Yupanqui se puso la mascaipacha, es probable que
Choquequirao haya experimentado ya importantes cambios en su
infraestructura residencial, incluyendo la variación en la función de muchos
de sus edificios. El sitio que halló este inca fue un asentamiento consolidado
y en crecimiento listo para ser reacondicionado y habilitado a servir otras
funciones. En este sentido, Túpac Yupanqui incorporó nueva infraestructura
ritual y administrativa (plaza alta), pero destacó sobre todo por la edificación
de arquitectura agrícola en una escala sin precedentes, convirtiendo el sitio
en un centro vinculado más a la producción y la distribución de bienes
masivos de variado carácter, incluyendo rituales (coca, y metales preciosos
por ejemplo). Así, al prestigio y al poder expresados en la arquitectura de
lujo del asentamiento (llaqta temprana), se incorporaron ahora los símbolos
del arte imperial cusqueño (muros con diseños figurativos y geométricos),
CHOQUEQUIRAO EN EL CONTEXTO IMPERIAL TEMPRANO DEL CUSCO

grandes andenes estatales o de la nobleza; y la capacidad de producción y


distribución de bienes; dando lugar a la llaqta tardía de Túpac Yupanqui.
Hasta la invación española del Tahuantinsuyu, Choquequirao fue, en su zona
de influencia, uno de los más notables centros del poder político, ritual y
económico en los Andes.

CONCLUSIONES
Aún en la actualidad, las ideas comunes sobre el contexto cultural
de Choquequirao están relacionadas a la resistencia de Manco Inca o a la
presencia de mitmas Chachapoyas construyendo y decorando los muros de los
andenes de Choquequirao; ideas que conllevan la premisa básica de que el sitio
es tardío en la historia del Tahuantinsuyu. Ambas ideas son improbables. De
acuerdo con la investigación llevada a cabo, se puede concluir que no existe
evidencia verificable de que Choquequirao haya sido edificado en función de la
resistencia cusqueña o por órdenes de Manco Inca. No obstante, si es posible
que Choquequirao haya servido como escenario eventual de la guerra contra
los españoles, lo que ha podido suceder indistintamente con cualquier sitio
en Vilcabamba, incluyendo Machupicchu; sin embargo, esta no constituye
información significativa sobre el sitio en este momento..
La definición del sustrato pre-Tahuantinsuyu en Choquequirao, y la
articulación de información arqueológica e histórica, parecen aclarar mejor
el contexto y carácter de la ocupación imperial cusqueña en la zona. En
la primera etapa de la historia del sitio, el inca Pachacuti edificó o mandó
edificar un asentamiento de alta calidad arquitectónica, probablemente con
la intención de incorporar las poblaciones y los territorios locales al aparato
estatal que estaba articulando; es decir a la formación del imperio temprano.
El contexto social de la edificación original de Choquequirao debió ser uno
de crisis en relación a la guerra con los Chancas.
La evidencia examinada sugiere que el sitio se diseñó inicialmente para
servir de plataforma a una incorporación sociocultural avalada mediante
ritos, ceremonias y festines; lo cual deja ver, en términos generales, la calidad
de la relación entre la cultura local y la cultura foránea. Del mismo modo,
los datos muestran que durante otro tiempo Choquequirao se transformó
radicalmente, de un centro ceremonial administrativo a un centro de
producción y distribución de bienes, lo que implica un cambio funcional del
asentamiento en un contexto sociopolítico diferente.
El crecimiento y transformación progresiva de Choquequirao,
incluyendo cambios en la función del asentamiento, tiene serias consecuencias
en la manera como comprendemos muchos sitios arqueológicos vinculados
ZENOBIO VALENCIA GARCÍA & GORI-TUMI ECHEVARRÍA LÓPEZ

culturalmente al desarrollo imperial temprano del Cusco, muchos de


los cuales son considerados asentamientos con funciones estables o con
infraestructura absolutamente contemporánea; lo cual merece ser reevaluado.
En esta perspectiva, Choquequirao puede considerarse una muestra notable
para entender el desarrollo dinámico de un asentamiento imperial cusqueño;
para examinar la complejidad funcional de una llaqta o “ciudad” arqueológica,
y para reconsiderar el prestigio y el poder de los cusqueños en los Andes del
siglo XV.

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