Consolidacion
Consolidacion
Consolidacion
Todo lo que hacemos en la obra de Dios debe estar motivado por el amor y la consolidación no se
queda fuera de este mandamiento que Jesús nos dejó. Ni los números, ni el crecimiento, ni
motivaciones personales del líder deben mezclarse al momento de iniciar el proceso de
consolidación de un nuevo creyente, siempre el amor y el beneficio de la persona nueva debe ser
nuestra motivación. Amar siempre a la persona aun cuando esta no quiera seguir a Jesús o sea en
un comienzo un discípulo difícil de amar. Jesús amó a sus discípulas durante todo el proceso para
consolidarlos, hasta el final. (Juan 13.1).
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
David concebía a Dios como su pastor personal, no alguien lejano, sino un Dios personal, que cuida
y protege no por medio de alguien sino siempre directamente. Este es el modelo que nos deja El
Señor al momento de cuidar un nuevo creyente. Debemos cuidar cada persona como si fuera la
única que necesitara nuestra ayuda. Cada persona que llega a nuestro ministerio debe entender
que cuenta con alguien que lo cuidara y estará pendiente de sus necesidades de manera personal.
El crecimiento espiritual que anhelamos ver en un nuevo creyente al cuidarlo es parecido al que se
ve en el ámbito físico con un bebe recién nacido. Este bebe llega este mundo siendo una persona
totalmente dependiente de sus padres, pero por medio del cuidado, amor y ambiente adecuado se
convierte cada día en una persona responsable de sí misma, capaz de cuidarse y tomar decisiones
que le beneficien, como alimentarse por sí mismo, cuidarse, vestirse. Espiritualmente, debemos
esforzarnos como líderes en formar estas cualidades en cada nuevo convertido, hasta que veamos
avances tales como una vida devocional estable, integridad, fe, deseo de crecer, amor por la
Palabra y otras más.
Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis
padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca
Los hábitos espirituales en un nuevo creyente son la base de la formación de su carácter y, por lo
tanto, debemos invertir bastante tiempo ayudándolo a que estos se formen de manera correcta en
su vida. La oración, el ayuno, el ofrendar, congregarse, santificar su vida, leer y estudiar la Palabra
están dentro de los hábitos espirituales básicos que debemos formar.
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus
propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando
unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y
sencillez de corazón
1. Ser llamado: Un consolidador entiende y comprende que el fruto que el señor ha confiado
debe ser cuidado, atendido y retenido para así dar más fruto.
Para que la consolidación sea efectiva, es bueno enseñar a cada miembro de la célula que la
practique como un estilo de vida.
Isaías no quería que alguien más fuera, él entendió que el mayor privilegio al que puede aspirar un
ser humano es ser elegido por el Rey de reyes para servirlo. A partir de ese día, isaías se entregó
por completo a ser el profeta –o portavoz– de Dios, incluso cuando esto significaba que tendría
que dar un mensaje muy impopular.
Cuando Dios nos llama al ministerio, debemos asumir el llamado del mismo modo que Isaías,
dándole la prioridad que debe tener y estando dispuestos a pagar el precio que sea necesario.
El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le
envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia.
El Señor Jesús nos dejó otra importante característica de alguien que es llamado. Debemos buscar
la gloria de Dios y no la nuestra. Servir en el ministerio no es para hacernos grandes, importantes o
famosos, ¡es para que Dios sea exaltado sobre todo y sobre todos!
Inicia: Cuando la persona hace su oración de fe y deja sus datos en la iglesia o célula.
2. Tomar una decisión radical para dejar atrás todas las cosas del mundo: Si bien una persona
ganada demuestra un arrepentimiento y un cambio de vida, una persona consolidada va
un pasó más allá, tomando una decisión radical de dejar atrás todo lo que pueda separarlo
de Jesús, pues entiende que no hay comunión entre Dios y el mundo.
3. Sed, crecimiento y desarrollo en sus hábitos espirituales: Ya no es solo un despertar en los
hábitos básicos, sino un interés, entendimiento mayor y constante crecimiento en todo lo
espiritual: devocional diario, lectura y aplicación de las Escrituras, oración, intercesión,
ayunos, participación en la célula, etc.
Una poderosa evidencia de alguien que ha sido consolidada efectivamente es que en su corazón
nace un deseo ardiente de servir en la obra de Dios y por eso anhela prepararse para ser un líder.
El fruto de esta consolidación fue el hecho que Saulo se convirtió en uno de los mejores discípulos
de Jesús. Ananías fue un fiel consolidado y cumplió plenamente con su tarea
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los
guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.