Tipos de desviación

Desviación informal:
Desviación primaria: Desviación primaria: Se refiere a comportamientos o acciones que
contradicen las normas sociales aceptadas, pero que no resultan en una identidad
desviada. Puede ser ocasional y no conformarse a patrones de conducta.
Desviación secundaria: Ocurre cuando un individuo adopta una identidad desviada en
respuesta a ser etiquetado como desviado por la sociedad. La persona internaliza esta
etiqueta y adopta comportamientos que refuerzan esa identidad.
Desviación formal:
Desviación legal: Implica actividades que violan la ley, como el robo, el fraude, el
vandalismo, etc. Estas acciones pueden llevar a consecuencias legales y penales.
Desviación profesional: Se refiere a comportamientos desviados dentro de profesiones
o campos específicos, como la mala conducta ética de un médico, abogado o contador.
Desviación positiva y negativa:
Desviación positiva: Se relaciona con comportamientos que desafían las normas
sociales en beneficio del individuo o la sociedad, como la lucha por los derechos civiles
o la resistencia pacífica.
Desviación negativa: Incluye acciones que causan daño o perjuicio, como el crimen, la
violencia, el abuso, etc.
Desviación individual y grupal:
Desviación individual: Se refiere a comportamientos desviados llevados a cabo por un
solo individuo.
Desviación grupal: Implica comportamientos desviados adoptados por un grupo de
personas que pueden incluir actividades ilegales, como la delincuencia organizada.
Desviación cultural:
La desviación cultural implica comportamientos o prácticas que no se ajustan a las
normas establecidas dentro de una sociedad, variando en percepción de lo aceptable o
normal entre distintas culturas y contextos sociales. Puede abarcar desde acciones
consideradas antisociales hasta expresiones artísticas controvertidas.
Desviación psicológica: comprende patrones de pensamiento, emoción o conducta
que se alejan de las normas aceptadas en términos de salud mental, manifestándose a
través de trastornos o comportamientos atípicos en el contexto psicológico o emocional.
Estos patrones difieren de las expectativas sociales o culturales en cuanto a la salud
mental y el bienestar emocional.
Mecanismos para impedir la desviación: son estrategias y procesos utilizados por la
sociedad, instituciones y grupos sociales para prevenir o reducir comportamientos que
se desvían de las normas aceptadas. Algunos de estos mecanismos incluyen:
Proceso de socialización:
ayuda a prevenir la desviación al transmitir normas, valores y comportamientos
aceptados en una sociedad. A través de la familia, la educación, los pares y otras
instituciones sociales, se inculcan habilidades y principios que guían a los individuos
hacia la conformidad con las expectativas culturales y sociales. Al internalizar estas
normas desde una edad temprana, se busca prevenir la desviación al fomentar la
integración de los individuos en la sociedad y su adhesión a las normas establecidas.
Proceso de normalización:
busca prevenir la desviación al establecer y difundir normas, valores y comportamientos
considerados habituales y aceptables en una sociedad. A través de la cultura, la
educación, las leyes y la presión social, se promueven estándares que buscan desalentar
comportamientos desviados y fomentar la conformidad con las expectativas sociales y
culturales. La normalización busca crear consenso y aceptación en torno a ciertos
estándares para mantener la cohesión social y disuadir comportamientos que se aparten
de las normas establecidas.
El control social:
busca prevenir la desviación mediante mecanismos formales e informales en la sociedad.
Esto incluye la aplicación de leyes, sanciones, presión social y normas culturales para
disuadir comportamientos que se aparten de las normas establecidas. Estos
mecanismos buscan mantener la cohesión social y fomentar la conformidad con las
normas aceptadas en una comunidad.
La publicidad:
puede prevenir desviaciones al reforzar normas sociales aceptadas, educar sobre
consecuencias negativas de ciertos comportamientos, y modelar conductas deseables.
También puede cambiar percepciones y promover estilos de vida saludables para
disuadir conductas desviadas, influyendo en las actitudes y comportamientos del público.
Mecanismos para mantener la desviación: son estrategias o procesos que contribuyen
a perpetuar o sostener comportamientos desviados en una sociedad o grupo. Algunos
de estos mecanismos incluyen:
El proceso de socialización:
puede mantener la desviación al internalizar normas que permiten comportamientos
desviados, transmitir valores y actitudes que respaldan dichos comportamientos, y al
modelar roles desviados como aceptables en ciertos grupos sociales, influyendo en la
aceptación y perpetuación de conductas fuera de las normas establecidas.
La estigmatización:
ocurre cuando se etiqueta a personas como diferentes debido a comportamientos o
características que se desvían de las normas sociales. Esto lleva a que sean excluidas
y tengan dificultades para integrarse en la sociedad. Como resultado, estas personas
pueden sentirse más identificadas con comportamientos desviados y alejarse de las
normas aceptadas, lo que refuerza esa desviación.
Mantenimiento de la posición desviante:
Para mantener la desviación, las personas eligen identificarse con comportamientos
desviados o grupos que los valoran, rechazan la integración en normas convencionales,
buscan validación en comunidades que aceptan la desviación y resisten adherirse a las
normas sociales establecidas, perpetuando así su posición desviada y la separación de
la corriente principal de la sociedad.
Preservación de una subcultura:
Para mantener la desviación, una subcultura preserva sus propias reglas y valores
distintos, reforzando la unión entre sus miembros y resistiendo integrarse en la sociedad
convencional. Esto se logra manteniendo tradiciones y prácticas que difieren de lo
aceptado socialmente, lo que fortalece la identidad desviada del grupo.
Control social mal dirigido:
El control social mal enfocado mantiene la desviación al estigmatizar y castigar
excesivamente a quienes se desvían, sin abordar las causas subyacentes. Al ignorar los
factores sociales y culturales, se perpetúa la marginación en lugar de ofrecer alternativas
constructivas para la reintegración, creando un ciclo continuo de desviación y represión.
Genesis de la conducta desviante:
Factores individuales: Incluyen rasgos de personalidad, historia personal, experiencias
tempranas, predisposiciones genéticas y biológicas que pueden influir en la propensión
hacia comportamientos desviados.
Un individuo con predisposición genética a la impulsividad podría tener más
probabilidades de participar en conductas delictivas, independientemente de su entorno.
Factores sociales: Las influencias del entorno, como la familia, amigos, comunidad y
medios de comunicación, desempeñan un papel crucial en la adopción de normas,
valores y comportamientos desviados.
Un adolescente que se une a un grupo de pares que valora la rebeldía y desafía
abiertamente las reglas establecidas puede verse influenciado para participar en
comportamientos desviados, como el vandalismo.
Desorganización social: La falta de cohesión o estructuras sociales sólidas en ciertas
comunidades puede contribuir a la aceptación de la desviación como una respuesta a la
falta de oportunidades, recursos o apoyo.
En un vecindario con altos niveles de pobreza, falta de oportunidades educativas y altas
tasas de desempleo, los jóvenes pueden recurrir a actividades delictivas como el robo
como respuesta a la falta de perspectivas de futuro.
Teorías de la subcultura: Algunas subculturas tienen sus propias normas y valores que
difieren de la sociedad predominante, lo que puede llevar a comportamientos desviados
adoptados como parte de la identidad grupal.
Los grafiteros que forman parte de una subcultura urbana adoptan normas y valores que
favorecen el arte callejero, aunque sea ilegal en la sociedad convencional.
Teorías del conflicto social: Los conflictos entre diferentes grupos sociales,
desigualdades económicas, raciales o de género pueden generar desviación como
respuesta a la lucha por el poder o la resistencia a la opresión.
Los movimientos de derechos civiles en respuesta a la discriminación racial han llevado
a actos de desobediencia civil y protestas que desafían las leyes existentes para impulsar
el cambio social.
Enfoques psicológicos y sociológicos: En general, la conducta desviada puede surgir
de una interacción compleja entre factores individuales, sociales y estructurales que
influyen en las decisiones y acciones de las personas.
Un individuo que creció en un entorno familiar disfuncional (factores individuales) y luego
se unió a una pandilla (factores sociales) puede cometer delitos (desorganización social)
como una forma de encontrar identidad y apoyo en un grupo marginado (teoría de la
subcultura).
Desarrollo del proceso desviante en el individuo:
Primera fase: los primeros actos desviantes
Un adolescente comienza a faltar regularmente a la escuela y se involucra en actividades
de vandalismo, como grafitis en propiedades públicas, como sus primeros actos
desviantes.

Segunda fase: ruptura con el medio convencional.

El mismo adolescente, debido a su participación en actos desviantes, se aleja
progresivamente de su entorno escolar y se une a un grupo de amigos que respaldan y
promueven actividades desviadas, alejándose cada vez más de las normas
convencionales.

Tercera fase: irreversibilidad de la conducta desviante.

Con el tiempo, este individuo se encuentra profundamente arraigado en
comportamientos desviados, como el vandalismo y el consumo de drogas, y su
involucramiento se vuelve tan habitual que la reversión a comportamientos más
convencionales se vuelve cada vez más difícil.

Cuarta fase: aceptación de la posición desviante.

Llega a un punto en el que el individuo no solo realiza actos desviantes, sino que también
los justifica y adopta una identidad basada en esos comportamientos. Se identifica como
parte de una subcultura que valora y promueve la desviación, aceptando esa posición
como parte integral de su identidad social.