01 +ensayo +la+psicología,+sus+exponentes+y+su+historia
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Nájera Mercado, J. C. (2020|10|23). “La psicología: sus exponentes y su historia” (Ensayo) Instituto
Mexicano de Psico-Oncología. Decanía de psicología. Ciudad de México, 23 de octubre de 2020.
INTRODUCCIÓN
Para empezar con el tema, lo primero que tendríamos que hacer es definir a la psicología y
pensamos que, como sociedad, hemos mal conceptualizado a la psicología, y creemos que en gran
parte los mismos psicólogos hemos sido culpables de ello por no saber qué es realmente la
psicología. Para muchos la psicología es para loccos, confundiendo al psiquiatra con el psicólogo, o
en el peor de los casos, creyendo que el psicólogo es el ayudante del psiquiatra;para otros es solo
aquel especialista que atiende los problemas del comportamiento y aprendizaje; para otros
consideran que el simple hecho de interpretar sueños, conductas, actitudes o aptitudes ya están
aplicando la psicología. Pero en verdad qué es la psicología.
Consideramos que a lo largo de la historia no se han podido poner de acuerdo los pensadores de
esta disciplina -o ciencia, por no estar empleando un concepto mal-, de lo qué verdaderamente es
o cuál sería su objeto de estudio.
Se habla de la psicología humana frente a la psicología del animal, de la psicología del niño, del
adolescente, o del adulto; se habla de la existencia de psicología mentalistas, conductistas,
cognitivas, conexionistas, dinámicas, existenciales, y otras mas que pareciera que no tenemos
claro qué es lo que realmente hace o deja de hacer la psicología. La pregunta sería: ¿es la
psicología un área de conocimiento ecléctico?, o simplemente no lo sabemos, Como psicólogos,
¿nos hemos puesto de acuerdo cuál es el objeto de estudio de la psicología?
Arana, Meilán y Pérez (2006) consideran que como ciencia la psicología ha de romper la
subjetividad: usa herramientas como la observación, la correlación (técnicas selectivas) y la
investigación experimental (reunir información y datos y luego organizarlos), pero si la descripción
del comportamiento y de los procesos mentales es importante (el cómo), no es suficiente;
además, se pretende conocer las causas (explicar el por qué). Entonces pareciera que la psicología
podría estar dividida en la psicología experimental y la psicología aplicada.
Hasta tal punto no es fácil definir qué se entiende por psicología que, en un enrevesado modo de
eludir la responsabilidad de hacerlo y mostrar su carácter pragmático, algunos solo se quedan en
decir que es lo que hacen los psicólogos, sin embargo creemos que eso aún no podríamos decir
que eso sería la psicología.
Las constantes controversias mantenidas durante años acerca del objeto de estudio de la
psicología y del método adecuado para tal estudio hacen difícil establecer una delimitación
conceptual clara de la psicología. Si algo caracteriza a la psicología es la diversidad (conceptual y
metodológica), que procede de los diferentes enfoques teóricos (epistemológicos), así como de la
variedad de ocupaciones en que desarrollan su labor los profesionales de esta disciplina. Porque
en algunos enfoques la psicología estudiaría la conducta, en otra los pensamientos y emociones,
para otros la estructura de la personalidad (ELLO, YO Y SUPER-YO), para otros los introyectos o las
imagos, etc., y si pensamos en las ocupaciones hablaríamos de la psicología clínica, industrial,
educativa, social, familiar, empresarial, jurídica entre muchas más.
Así que solo quedémonos con lo siguiente, esperando no vernos tan limitados: la palabra
psicología proviene de los términos griegos psique (alma) logos (estudio o conocimiento), así que
la psicología sería el estudio o conocimiento del alma. Podríamos decir también que, la psicología
es la ciencia de la conducta y de los procesos mentales, esperando que con esto podamos encerrar
a los enfoques del estructuralismo, funcionalismo, psicoanálisis, conductismo, Gestalt, umanismo,
transpersonal, sistémico y cognitivismo.
Antes de la Antigüedad, existe la etapa conocida como la Prehistoria, que se estima su inicio desde
hace 3 o 4 millones de años y concluye hacia el año 5 mil a. C. En esta primera etapa, el hombre no
conoce la vida en sociedad, sino que vive en pequeñas familias o grupos que se dedican a la pesca,
la recolección o la caza. Son años en los que el hombre vive al día.
Después de muchos años de evolución y aprendizaje, los grupos fueron más numerosos y más
organizados, hasta convertirse en complejas sociedades con una división del trabajo
completamente organizada. Para el estudio de estas primeras sociedades con una división clara
del trabajo, la historia inició un nuevo periodo: la Antigüedad (5000 a. C. – siglo V d. C.) (Alonso,
2012).
Grecia siempre fue considerada como la cuna de la filosofía y el centro cultural más grande del
mundo antiguo, tal vez porque a diferencia de los egipcios, persas y fenicios; los griegos
supieron exponer con sorprendente lucidez el bagaje cultural contenido en su arte, ciencia y
filosofía (Arias, 2004).
Cada progreso logrado, empuja al hombre a enfrentarse con nuevas necesidades, ya no biológicas
ni materiales; el desarrollo psicológico alcanzado por el hombre, a través del perfeccionamiento
de sus procesos perceptuales, la diversificación de su lenguaje y la amplitud de su pensamiento, le
permiten formularse interrogantes ante los hechos que no puede explicar por medio de sus
razonamientos aún insipientes, entonces surge el idealismo, y con él, el pensamiento mítico que
intenta explicar el origen del mundo. Mitología, paganismo y religión son sus formas principales de
entender el mundo en una cosmovisión, una pseudosolución anterior a la filosofía, que carece de
logos, de metodología y de comprobación empírica.
La polaridad entre el materialismo (fruto de la separación de lo objetivo y lo subjetivo), y el
idealismo (fruto de las limitaciones de lo subjetivo), traza en la historia del hombre el punto de
confrontación filosófica más ricamente debatido a través de los tiempos. Así pues, bajo una sola
denominación, ya sea materialismo o idealismo, se oculta la antinomia de dos concepciones que
entienden la realidad de formas radicalmente distintas.
Fueron los filósofos anteriores a la vida de Sócrates, quienes afrontaron la difícil tarea de averiguar
cual era la sustancia primera, de la que se forman todas las cosas de la naturaleza. Este
pensamiento naturalista (positivista) no es otra cosa, más que una forma de materialismo
filosófico, pero en una etapa embrionaria (Arias, 2004).
Los presocráticos los encontramos en varias escuelas; así en la escuela Jónica encontramos a quien
es considerado como el primer filósofo en la historia: Tales de Mileto (624 - 548 a. c.), sus
supuestos eran animistas, ya que creía que todo lo que se mueve tiene alma. Anaximandro (611 -
546 a. C.) establecería lo que se conoce como monismo al postular que todas las cosas venían de
una sustancia eterna que denominó apeirón, pensando que el hombre procede por evolución de
formas inferiores de vida. Alcmeón de Crotona (520 a. C.), fue un médico y filósofo griego, que
perteneció a la escuela pitagórica, afirmó que el cerebro es el órgano del alma y con esto
subyugó las funciones psíquicas superiores a la actividad cerebral. Los atomistas, otra escuela
presocrática, su fundador Leucipo (460 – 370 a. c.) creyendo que todo era materia, incluso el alma,
el atomismo sostiene que el principio ulterior de todas las cosas son los átomos, es el antecesor de
la teoría cuántica formulada por Max Planck (1868 - 1947) (Arias, 2004).
La filosofía postaristotélica daría pase a muchas de las tendencias idealistas que sobreviven en la
psicología contemporánea como el hedonismo freudiano y el positivismo de los conductistas.
Como en el periodo de los presocráticos encontramos escuelas filosóficas que su preocupación
primordial se centró en las cuestiones morales, tales escuelas fueron epicúreos, los escépticos y
los estoicos.
La Alta Edad Media comprende del siglo V al XI, desde las invasiones germanas hasta el inicio de
las cruzadas. En las universidades se practicó y enseñó la escolástica, rama de la filosofía que
buscaba por medio del raciocinio, conciliar el conocimiento de los clásicos con la Biblia, su máximo
exponente fue Santo Tomás de Aquino. Por otro lado, destacaron otras figuras intelectuales como
Roger Bacon y Dante Aligheri; el primero, se caracterizó por exigir la experimentación y la
observación para llegar a la verdad, lo cual lo coloca como un claro antecesor del pensamiento
científico moderno; mientras que Dante, en la Divina Comedia, logra una síntesis de la cultura
medieval, pues refleja los temores y pasiones del Medievo (Alonso, 2012).
La tarea de los filósofos en esta época de la historia, fue la de darle un sólido cuerpo teórico a la
doctrina cristiana, momento que recibe el nombre de patrística; fue a través del desarrollo de
la filosofía patrística, que el cristianismo asume su forma actual. Alimentada por las filosofías de
múltiples corrientes y de pensadores de la talla de Platón y Aristóteles, el cristianismo contiene
posiciones irreconciliables; como el estoicismo de Zenón, la lógica aristotélica y el neoplatonismo
de Plotino (204 - 269). San Agustín (354 - 430) fue uno de los hombres de la época que
defendió el movimiento patrístico, y su filosofía no es otra cosa más que la formulación cristiana
del pensamiento platónico.
La Baja Edad Media comprende del siglo XI al XIV. Este es un periodo de decadencia, pues el
feudalismo entra en decadencia con el surgimiento del comercio y las ciudades. La escolástica, que
fue un movimiento filosófico que, a grandes rasgos, procuró recuperar los textos clásicos como vía
para la comprensión de los textos sagrados y la verdad religiosa, se cultivó en las universidades a
partir del siglo XI hasta el siglo XV, la universidad no sólo abrió el camino para una enseñanza
superior, sino que rompió el hermetismo medieval con una breve apertura a los clásicos, lo cual
reflejaba un cambio notable en la sociedad medieval gracias al crecimiento del comercio con el
resto del mundo (Alonso, 2012).
Para entonces, Santo Tomás de Aquino (1224 - 1274), culminaría la monumental obra de
sistematizar los conocimientos doctrinales de la Iglesia, que hasta entonces se hallaban dispersos,
el tomismo asimila las ideas de Aristóteles y las reelabora orientado por los aportes de los antiguos
padres del cristianismo.
El humanismo y el Renacimiento fueron movimientos culturales que se vivieron entre los siglos XIV
y XV, principalmente. Se le conoce como humanismo ya que el hombre vuelve a ser el centro de la
reflexión del pensamiento occidental; se le conoce como Renacimiento porque es una época en la
que la cultura retoma la tradición grecolatina, como si ésta hubiera renacido después de más de
diez siglos (Alonso, 2012).
La labor de los mecenas impulsó el despegue de las artes plásticas y salieron a la luz las obras de
Leonardo Da Vinci (1452 - 1519) y Miguel Ángel (1475 - 1564). La doctrina galénica es desplazada
por las ideas de Andrés Vesalio (1514 - 1564), considerado como el padre de la anatomía
moderna. Los adelantos científicos no se hicieron esperar: Nicolás Copérnico (1473 - 1543)
postuló su teoría heliocéntrica del universo; Galileo (1564 - 1642) estableció los fundamentos del
método científico, fabricó telescopios que le permitieron observar los astros, formuló las leyes
físicas del péndulo y la caída libre de los cuerpos; William Harvey (1578 - 1657) dio por primera
vez, una explicación de la circulación de la sangre; Descartes (1596 - 1650) introduciría las
primeras nociones del mecanicismo que influiría en el pensamiento materialista de los años
siguientes (Arias, 2004).
El comercio fue una de las actividades que caracterizaron a esta época. Fue tal la importancia de
éste, que reyes y príncipes adinerados comenzaron a patrocinar cualquier aventura que
prometiera grandes ganancias comerciales. Enrique el Navegante, Vasco da Gama y otros
navegantes portugueses buscaron una ruta a la India por el sur de África, hasta que en 1498
alcanzaron la punta sudafricana y doblar hacia la India; España decidió buscar otra ruta a la India,
por Occidente, y entonces, Cristóbal Colón, navegante genovés patrocinado por la Corona
española, llegó a América en 1492, desencadenando una serie de viajes de exploración al nuevo
continente que desembocarían en una serie de campañas de colonización (Alonso, 2012).
La edad moderna y las nociones metafísicas que la caracterizan podemos comprenderla en dos
dimensiones, una dimensión sociológica y una discursiva. La primera dimensión nos permite ubicar
a la modernidad como una época históricamente situada, que se inicia en torno al año 1500. La
segunda dimensión, la discursiva, es la que nos permite identificarla como un modo de
pensamiento que reside en la cultura o como un conjunto de nociones metafísicas
(Ledezma, 2005).
Así como el materialismo y el idealismo representan dos tendencias enfrentadas en sus maneras
de concebir el origen del mundo; los racionalistas y los empiristas confrontan sus teorías sobre el
origen del conocimiento. Los racionalistas consideran que el conocimiento proviene de la razón,
por ello sus métodos fueron deductivos, y no por coincidencia sus defensores fueron notables
matemáticos como Descartes, Spinoza y Leibniz. Los empiristas consideran que la validez del
conocimiento radica en la experiencia, en la subordinación de la realidad a la primacía de los
sentidos, y su pensamiento era inductivo. El pensamiento racionalista viene de las ideas de
Pitágoras, quien concebía el mundo como un complejo sistema gobernado por leyes
matemáticamente establecidas; los filósofos empiristas en cambio, adoptaron el método
experimentalista de Hipócrates.
La filosofía de Descartes todavía estaba unida a los principios teológicos de la vieja escolástica;
este pensamiento mecanicista determinaría el curso de la psicología materialista hasta el siglo XIX;
la psicología de entonces tomó una vía peligrosamente radical, que de haber remplazado el
espiritualismo de la edad media hubiera sumido al mundo en una forma de materialismo que
podía haber sido letal en aquella época (Arias, 2004).
Las ideas de Descartes fueron refutadas por John Locke (1632 - 1704), un empirista británico,
cuyos postulados asociacionistas asemejan a las ideas del conductismo watsoniano; en 1689,
Locke publicó el Ensayo sobre el entendimiento humano: la mente es como una tabula rasa, no
hay nada en la mente que no haya estado primero en los sentidos; la mente se compone, según
Locke, de ideas simples que cuando se combinan originan ideas complejas (Arias, 2004). Este
sistema que podemos calificar de reduccionista y atomista estuvo presente en los métodos
introspeccionistas de los primeros psicólogos alemanes como Wundt y Tiechener.
Un rasgo importante del siglo XVIII es la Ilustración. Se trata de una corriente intelectual e
ideológica que permeó todos los campos del saber del siglo XVIII; se caracterizó por la
secularización o laicización, por su lucha contra la fe y las supersticiones, por su racionalismo. Así
como en su momento, el humanismo puso al hombre en el centro del pensamiento, la Ilustración
puso a la razón en el centro.
El enciclopedismo tenía por finalidad, la compilación de todo el saber humano conocido hasta
entonces, y estaba dirigido por Denis Diderot (1713 - 1784) y Jean le Rond Alembert (1717 - 1783).
Pero el siglo XVIII no terminó sin resultados para la psicología. En 1786 Luigi Galvani (1737 – 1798)
presentó un informe de un trabajo a cerca de la estimulación de los músculos de ranas por medio
de impulsos eléctricos, que se elaboró sobre la base de las ideas de Benjamín Franklin.
La Edad Postmodernista comprende los últimos años del siglo XVIII, comenzando con la Revolución
Francesa, el siglo XIX, el siglo XX y lo que va del siglo XXI. El último cuarto del siglo XVIII fue
marcado por tres grandes acontecimientos históricos: la Revolución industrial en Inglaterra, la
Independencia de Estados Unidos de Norteamérica y la Revolución Francesa; estos
acontecimientos sirvieron de transición de la Modernidad a la Edad Postmodernista. Son los años
en los que comienza la caída del débil sistema feudal y se llega al capitalismo, en el que los
intereses comerciales y económicos predominan (Alonso, 2012).
El siglo XIX sería pues, el escenario de las investigaciones del sistema nervioso que darían
fundamento a la psicología, no ya anclada a la filosofía, sino más bien como ciencia independiente.
Las contradicciones de las perspectivas para el estudio y el entendimiento de las funciones
cerebrales se concentraron en dos bandos: por un lado las posturas localizacionistas, alcanzaron
su punto máximo con el idealismo de la frenología de Franz Joseph Gall (1758 - 1828), quien
encontraría su más fiero adversario en Pierre Flourens (1794 - 1867); mientras los
antilocalizacionistas mantenían la idea que en el cerebro no existen zonas funcionales
especializadas, siendo su fundador John Hughlings Jackson (1835 - 1911). Todo este afán por
investigar las funciones cerebrales determinaría la psicofisiología de los procesos complejos, y
años más tarde, el enfoque estructural sistémico sería el más indicado para explicar como es que
de acuerdo a la concertación de funciones el cerebro trabaja como un todo (Arias, 2004).
Aunque la psicología se funda como ciencia en 1879, gracias a que Whilhem Wundt crea el primer
laboratorio de psicología en la Universidad de Leipzig, primero se tuvieron que resolver algunos
cabos sueltos, como la naturaleza de lo psíquico y la crisis, aún vigente, proveniente de la
aparición de diversas corrientes psicológicas que tras la pretensión de interpretar el psiquismo
humano idealistamente, sucumben ante la encarnación de perspectivas anticientíficas. Así
tenemos que el estructuralismo de Tiechener y Wundt; el funcionalismo de Dewey, Angell,
Woodworth y Thorndike; el psicoanálisis de Freud; el conductismo de Watson y Skinner; así como
la psicología de la gestalt de Wertheimer, Köhler y Koffka; ignoran el plano histórico del hombre y
la esencia social de su desarrollo. En la psicología soviética, en cambio, el modelo del hombre
como condensación histórica imperante en la concepción marxista se viene a yuxtaponer al
modelo del hombre como psique reflectora, procedente de la filosofía dialéctico-materialista de
Lenin (Arias, 2004).
En un determinado momento, para evitar las divagaciones al hablar de la razón, Jean François
Lyotard, el filósofo de la postmodernidad, alegó que el término era suficientemente vasto
como para limitarlo en extensión: “Me contento con usarlo, dijo, en aquello que se define como la
ciencia desde Galileo, y dentro de esos límites se puede llamar razón al conjunto de las reglas que
debe respetar un discurso si se propone conocer y hacer conocer un objeto” (Jean François
Lyotard: La postmodernidad explicada a los niños, (1987), en Pinillos, 2012).
Mientras que Lev S. Vigotsky realizaba investigaciones acerca del desarrollo de las funciones
psíquicas superiores en infantes, se iban perfilando sus ideas de la evolución del psiquismo
humano, sugiriendo una aproximación evolutiva para el estudio de la psicología; que debe
construirse sobre tres aspectos: las funciones psíquicas superiores, el desarrollo cultural y el
control de los procesos personales del comportamiento. Siguiendo las ideas de Vigotsky, Luria
trabajó con lesionados de guerra para dilucidar por medio del método sindrómico, el carácter de
las alteraciones de las funciones psíquicas en relación con determinadas áreas de la corteza. Sus
trabajos condujeron al desarrollo de una nueva rama del conocimiento científico: La
neuropsicología (Arias, 2004).
Así como Leontiev formula la categoría de la actividad, Vigotsky crea la categoría de la conciencia,
que junto con la categoría reflejo de Lenin, la categoría motivo y la categoría personalidad;
estructuran los fundamentos propiamente psicológicos de la psicología soviética, y surcan un
nuevo camino para el estudio y la comprensión del psiquismo humano.
CONCLUSIONES
La ciencia comienza por el asombro, asombro por los mecanismos de la naturaleza, y todas las
ciencias, incluida la psicología, formaron parte de la filosofía. Recordemos que el significado literal
de psicología es psché-logos, que significa estudio del alma, aunque el término no se acuñó hasta
el siglo XVII y su uso no se extendió hasta el siglo XIX. Desde la época de los antiguos griegos, los
filósofos se han preguntado como conocen el mundo los seres humanos, a esto se le llama
epistemología, que proviene de las palabras griegas episteme (conocimiento) y logos (discurso),
que sería preguntarse acerca del conocimiento.
La psicología entonces tuvo que volverse una ciencia cuando desde un método positivista, puede
lograr que no se quede en interpretaciones sino en razonamientos que son proposiciones
matemáticas. A lo largo de este trabajo hemos visto como desde cada una de las edades en la
historia del hombre el pensamiento de la ciencia psicológica ha pasado de un pensamiento
filosófico a un pensamiento fisiológico hasta llegar a una estructura de ciencia natural vista desde
los procesos expuestos por el positivismo.
Así podemos decir, sin el afán de conceptualizar a la psicología, sino solo como una definición que
se ha adquirido desde la elaboración de este documento, que, la psicología es:
Una ciencia natural positivista, que tiene como objeto de estudio los procesos mentales que se
ejecutan en el sistema nervioso central, y que son medidos en los comportamientos y conductas
observables en una organización (sociedad), dando muestra de aprendizajes conductuales,
cognitivos, de personalidad, sociales y epistemológicos.
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